Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Su contexto histórico
El siglo XVI fue una época de grandes controversias, el gran cisma de la iglesia,
que hasta nuestros días seguimos su rastro, fue en efecto uno de los momentos más
importantes dentro de la iglesia. Las controversias que se venían suscitando en torno a
la autoridad eclesiástica y muchas de las prácticas desarrolladas dentro del catolicismo
romano empezaron a ser controvertidas. Evidentemente esta situación era en su
momento algo totalmente inesperado, pues la autoridad papal se levantaba como una
premisa incuestionable, irrefutable y todo aquel que estuviera en contra era
inmediatamente tenido por hereje. Simbolizaba el terror de los fieles, el vicario de Cristo
jamás debía ser cuestionado.
Sin embargo, para esta época vendría la gran caída de esta doctrina de hombres
falible, las 95 tesis de Martin Lutero despertaron la conciencia de muchos, resultado del
despertar que el Señor estaba operando en su iglesia. Lo sucedido en Alemania se
replicaba por la obra de Dios en Suiza bajo dos hombres importantes, Zwinglio y Juan
Calvino. Estos grandes reformadores vendrían a unir fuerzas y desarrollar las doctrinas
bíblicas que hasta la fecha abrazan nuestra iglesia. Pero no todo es color de rosa, una
doctrina fue causal de rechazo y división entre estos hombres, la unidad de la iglesia se
vería entonces afectada por la forma en que iban a desarrollar aquella doctrina que no
aceptaban del catolicismo romano. Mientras que la iglesia católica romana consideraba
la Cena de Señor como la transubstanciación, es decir, el pan y el vino cambiaban de
sustancia en el cuerpo y la sangre de Cristo, pero, aun así, conservaban su forma
(accidentes) los protestantes consideraban esto falso frente a lo mencionado en las
escrituras. Pero este rechazo necesitaría una postura propuesta por sus opositores y es
aquí donde no pudo existir un acuerdo entre Martin Lutero, Zwinglio y Juan Calvino.
La consubstanciación
Pero ¿cuál era la postura de Martín Lutero sobre la cena del Señor? Martín
Lutero se caracterizaba por ser un hombre estricto y rudo cuando asumía alguna
postura en particular. Este hecho lo llevaba a entender que la escritura no debía ser
refutada por pensamientos filosóficos y ni aún interpretada por los esfuerzos
humanistas de la mente. Un literalismo fue el fundamento sobre el que apoyaría su idea
de la cena del Señor, el catecismo mayor luterano dice: “El mismo cuerpo y sangre de
nuestro señor Jesucristo están en y bajo el pan y el vino, por la palabra de Cristo,
instituida y dada a los cristianos para comer y beber” Adicionalmente, el catecismo
menor de Luteranismo afirma: “¿Qué es el sacramento de la cena del Señor?
Respuesta: Es el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de nuestro Señor Jesucristo
bajo el pan y el vino, instituido por Cristo mismo para que los cristianos lo comamos y
lo bebamos”.1
1
https://iglesialuterana.cl/doctrina-luterana/martin-lutero/catecismo-menor/sacramentos/santa-cena/
La posición de Juan Calvino de la Cena del Señor
Con esto en mente para Juan Calvino, luego de la ascensión de Cristo a los cielos
su declaración es la siguiente:
2
https://es.ligonier.org/articulos/verdadero-dios-verdadero-hombre-el-concilio-de-calcedonia/
3
Institución (1559), IV, XVII, 30.
Con esta declaración él se oponía a la ubicuidad de Cristo que afirmaba Lutero en
la cena del señor. Adicionalmente, Calvino al articular su posición frente a la cena del
señor, quiso también separarse de la posición de Zwinglio la cual afirmaba que eran
meros símbolos que se entendían por fe, solo por el creer. Así que su postura al respecto
se centraba en que existe una presencial real de Cristo en la cena del Señor, aunque el
pan y el vino no cambiaban, Cristo estaba presente pero no su cuerpo ya que como lo
mencionamos anteriormente, su cuerpo ascendió a los cielos.
La definición entonces de la cena del señor la enuncia de la siguiente forma: el
pan y el vino son signos de una realidad espiritual, con este enunciado se puede notar
que la realidad de la presencia de Cristo es espiritual en este sacramento, esta es la
notable posición de Juan Calvino. En su institución dice lo siguiente:
“Más aún; como si nos diera una prensa, nos da tal seguridad de ello, como si
lo viéramos con nuestros propios ojos; porque esta semejanza tan familiar: que
nuestras almas son alimentadas con Cristo exactamente igual que el pan y el vino
natural alimentan nuestros cuerpos”4
De manera que, tanto los símbolos son reales como la presencia de Cristo es real,
y esta recepción ocurre por la virtud del Espíritu Santo quien la comunica, el cuerpo de
Cristo es comunicado en este sacramento también, pues su cuerpo y sangre son
verdadera comida y verdadera bebida, reducir el sacramento a un aspecto meramente
espiritual no hace justicia a lo que claramente el Señor afirmo “Este es mi cuerpo y esta
es mi sangre” Calvino lo dice de la siguiente forma: “Quienes inventando conforme a su
burdo ingenio una manera absurda de comer y beber el cuerpo y la sangre de Cristo,
despojan al Señor de su cuerpo y lo reducen a un fantasma”. 5 Adicionando a esta idea
más adelante afirma “Asimismo ha hecho que la carne de que se revistió sea para
nosotros vivificadora, a fin de que por la participación de la misma seamos
sustentados en inmortalidad.”6
4
Institución (1559), IV, XVII, 1070
5
Ibid., IV, XVII, 1075
6
Ibid., IV, XVII, 1076
Así que la plenitud de lo comunicado en este sacramento no solo se halla en lo
espiritual sino en la humanidad recibida por Cristo luego de su muerte. La Conclusión la
podríamos observar en las siguientes líneas; “En la Santa Cena, Jesucristo se nos da
verdaderamente bajo los signos del pan y del vino, y que verdaderamente se nos da su
cuerpo y sangre,”7 Esta comunión con el cuerpo de Cristo es real, de la forma en como
lo expresa el apóstol Pablo cuando dice que la iglesia esta ligada al cuerpo de Cristo,
pero esta comunión no es como si Cristo descendiera para estar en medio de este
sacramento,
“Porque si vemos con los ojos que el sol, al alumbrar toda la tierra envía con sus
rayos en cierta manera su sustancia para engendrar, mantener y hacer crecer los
frutos de la tierra, ¿Por qué el esplendor e irradiación del Espíritu de Cristo va a tener
menos eficacia para traernos la comunión de su carne y de su sangre?” 8
Así que, el vinculo de aquella unión es el Espíritu Santo quien comunica todo lo
que es Cristo. Yendo un poco más a la posición de Calvino frente a la idea luterana,
afirma la incoherencia y falta de lógica en que la presencia local de Cristo se halla en este
sacramento, dividiendo de esta forma su cuerpo y hasta rozando este tipo de
pensamiento las ideas de Marción, en el siguiente fragmento se realiza un argumento
tipo “Reductio Ad Absurdum” de como sería sostener tal idea luterana:
7
Ibid., IV, XVII, 1078
8
Ibid., IV, XVII, 1079
9
Ibid., IV, XVII, 1085
Así que, a manera de conclusión la postura de Juan Calvino se ve definida en las
siguientes palabras:
“No permitir que se rebaje en nada la gloria celestial de nuestro Señor; lo cual
se verifica, cuando le atraemos a este mundo con la imaginación, o la vinculamos a las
criaturas terrenas; (Transubstanciación) ni que atribuya a su cuerpo nada que
repugne a su naturaleza humana; lo que tiene lugar cuando se le proclama infinito, o
se le pone en diversos lugares, (Consubstanciación) … entiendo de suerte que se sepa
que no se reciben solamente con la imaginación, sino que verdaderamente los
recibimos para el alimento de vida eterna.” 10
Apreciaciones personales
10
Ibid., IV, XVII, 1086
Cristo en esta ordenanza fueron: “Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido” y digo
que fue difícil no en el sentido de que no tuviera la capacidad de comprenderlo, ya que
sus presuposiciones frente al texto le llevaban a interpretar que las palabas de Cristo en
este sentido debían ser recibidas por fe, si Cristo así lo afirmaba así debía ser. Pero
teniendo esto en cuenta Cristo también afirmo ser la puerta, la roca, la fuente, pero
ninguna de estas cosas hoy por hoy son tomadas con alguna clase de reverencia tan solo
porque Cristo afirmó ser aquello.
Las palabras en esta ordenanza claramente deben ser comprendidas bajo una
interpretación espiritual de lo que Cristo quiso decir, muy bien lo comunica Juan
Calvino, el verdadero alimento de su cuerpo, es estar unidos al cuerpo de Cristo, ya en
Juan capítulo 6 Cristo había mencionado ser el pan de vida, y esto es mucho antes de la
institución de la Santa Cena. Así que, ¿en que sentido Cristo es el pan de Vida? ¿debía
ser consumido literalmente para obtener vida? No, Cristo es el pan de Vida ya que, al
creer en él, al estar en Cristo obtenemos los beneficios de su vida, en la Santa Cena
confirmamos y reafirmamos haber creído en él y recibimos con él los beneficios de su
sacrificio.