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Transubstanciación

La disputa del Sacramento, por Rafael Sanzio, Ciudad del Vaticano, Estancias de Rafael.

La transubstanciación o transustanciación1 es una doctrina católica de la Eucaristía,


definida por un canon del Concilio de Trento. Aunque en realidad ya figuraba desde el siglo IV,
puesto que Cirilo de Jerusalén ya lo había redactado en el catecismo a los catecúmenos.
Posteriormente el Concilio de Trento no hace más que confirmar lo que hacía 1500 años se
venía creyendo en lo referente a que «la consagración del pan y del vino que se opera en el
cambio de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo y de toda la
substancia del vino en la substancia de su Sangre». 2 Significando «especie» para estos
efectos, los "accidentes" del pan y del vino: color, gusto, cantidad, etcétera.
Esta conversión se opera, de acuerdo a lo establecido en el Catecismo de la Iglesia católica,
en la plegaria eucarística con la consagración, mediante la eficacia de la palabra de Cristo y
de la acción del Espíritu Santo.3 Se considera que bajo las especies consagradas del pan y del
vino, «Cristo mismo, vivo y glorioso, está presente de manera verdadera, real y substancial,
con su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad» (cf. Cc. de Trento: DS 1640; 1651).4 Dicha
presencia eucarística se mantiene mientras subsistan las especies eucarísticas. 5
La transubstanciación se basa en el sentido literal e inmediato de las palabras de Cristo en la
Última Cena: «Esto es mi cuerpo... y mi sangre» Marcos 14:12-16 16:22-26, Mateo 26:26-
28, Lucas 22: 14-23. Si bien en el evangelio de Juan no se hace mención a la instauración de
la Eucaristía, Jesús hace mención a dar de comer su carne como alimento de vida eterna (Jn
6: 51-58). Los cristianos de la Iglesia ortodoxa aceptan también esta doctrina. Por su
parte, Lutero aceptó como propia la doctrina de la consubstanciación, seguida por las iglesias
que derivan de su reforma.6
Las Iglesias de la Comunión Anglicana aceptan la presencia real de Jesús en los elementos
consagrados, sin entrar a discutir la manera en cómo ocurre este misterio, simplemente
basadas en las palabras de Jesús: «este es mi Cuerpo», «esta es mi Sangre».
Las demás denominaciones protestantes la rechazan argumentando que, para obtener la vida
eterna, no es necesaria otra cosa que una fe verdadera en Jesús; lo que eliminaría la
necesidad de cualquier sacramento.78

Doctrina de la transubstanciación[editar]
La doctrina católica de la transubstanciación halla su base en la narración bíblica de la Última
Cena y en la interpretación literal que de ella se hace. Se basa en las palabras de Cristo:
"Tomad y comed, esto es mi cuerpo. " ... "Tomad y bebed, esto es mi sangre"
Mateo 26, 26-29; Marcos 14, 22-25; Lucas 22, 14-20
Interpretadas de manera enfática, sin simbolismos. De hecho, el texto original del Evangelio
según San Juan utiliza las palabras griegas "fagon" que en español significa literalmente
"comer". Según la exégesis católica, los primeros cristianos interpretaron de este modo la
celebración de la cena del Señor, pronto conocida como Eucaristía, y citan en su apoyo las
palabras de san Pablo:
Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue
entregado, tomó pan y, después de dar gracias, lo partió diciendo: ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado
por ustedes. Hagan esto en memoria mía’. De igual manera, tomando la copa, después de haber
cenado, dijo: ‘Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en
memoria mía’
1 Cor. 11, 23-25.

Y el texto del evangelio de Juan:


“Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida” .
Jn. 6, 55.

Entre los llamados Padres de la Iglesia (que para el catolicismo son tanto autoridad como
testigos de la tradición) san Ignacio de Antioquía menciona a la Eucaristía como "la carne de
nuestro Señor Jesucristo",9 san Justino quien dice refiriéndose al mismo tema: "es la carne y
la sangre de aquel Jesús que se encarnó" e incluso menciona su similitud con los misterios
mitraicos,10 san Ireneo de Lyón puntualiza: "...Porque así como el pan que es de la tierra,
recibiendo la invocación de Dios ya no es pan ordinario sino Eucaristía...", 11 san Hipólito de
Roma: "Cada fiel procure tomar la Eucaristía... Es el cuerpo de Cristo, del cual todos los fieles
se alimentan, y no debe de ser despreciado…”12 y del mismo modo Orígenes, san Cipriano de
Cartago y Firmiliano por citar a autores de los tres primeros siglos.13
En el siglo IV san Agustín predica:
"Lo que veis, queridos hermanos, en la mesa del Señor es pan y vino, pero este pan y este vino, al
añadírseles la palabra, se convierten en cuerpo y sangre de Cristo. Si quitas la palabra, es pan y vino;
añades la palabra, y ya son otra cosa. Y esta otra cosa es el cuerpo y la sangre de Cristo. Quita la
palabra, y es pan y vino; añade la palabra, y se hace sacramento. A todo esto decís: ¡Amén! Decir amén
es suscribirlo. Amén significa que es verdadero" .
Sermón 6,3
14

Se sabe, no obstante, que otras tradiciones cristianas como los docetas, negaban esta
presencia. Del mismo modo ciertos textos de Tertuliano parecen defender la idea de una
presencia simbólica antes que real: "Cristo, habiendo tomado el pan y habiéndolo distribuido a
sus discípulos, lo hizo su cuerpo, al decir: Este es mi cuerpo, a saber, la figura de mi cuerpo", 15
si bien el texto puede tener otras interpretaciones.1617 Según los católicos, tanto la enseñanza
de la iglesia y la práctica litúrigica (incluidas la de las iglesias orientales), testimonian la
creencia en la presencia real de Cristo en el pan y el vino consagrados. Admiten, sin embargo,
que el término transubstanciación no era empleado y que el dogma no estaba taxativamente
definido. Esto no sucedió hasta el siglo IX, cuando en algunos monasterios se debate sobre la
presencia de Cristo en las especies consagradas.
El primer escrito en defensa de la transubstanciación se debe al monje benedictino y abad de
la Abadía de Corbie, Pascasio Radberto en su De Corpore et Sanguine Domini del año 831. El
monje Ratramnus, de la misma abadía, sostenía en su De corpora et sanguine Domini que en
el pan consagrado hay pan y Cristo, y que en el vino hay vino y Cristo, por lo tanto Cristo está
presente en el pan y el vino en una manera espiritual, pero que no era la misma carne y
sangre que nació de María y que fue crucificada.18 La posición de Ratramnus es prácticamente
la misma que la consubstanciación o panificación que siglos después sostendría Martín
Lutero. Las ideas de Ratramnus serían retomadas por Berengario de Tours en 1047.19 Como
tal, el término transubstanciación parece haber sido utilizado por primera vez por un discípulo
de Berengario, Hildeberto de Lavardin alrededor del 1097.
La Transubstanciación fue declarada como doctrina sobre todo contra las sectas espiritualistas
nacidas de la Iglesia católica en el siglo XII, como los albigenses, cátaros o petrobrusianos,
quienes atacaban la jerarquía eclesial, con ello el poder del presbítero de consagrar y por
último la presencia real de Cristo en la eucaristía. La doctrina fue reafirmada por el Concilio de
Trentoa mediados del siglo XVI, esta vez contra los reformadores. En efecto, durante la
Reforma, la creencia en la presencia real de Cristo en las especies de pan y vino fue negada
por diversos grupos cristianos de manera directa o indirecta, como Wyclif, Juan
Calvino, Zwinglio, y en cierto aspecto Lutero. Este último elaboró la doctrina de
la Consubstanciación como opuesta a la Transubstanciación, que aunque no negaba la
presencia real, hacía permanecer la substancia del pan y el vino al lado de la substancia del
cuerpo y sangre de Cristo.
Para explicar y entender la doctrina de la Transubstanciación se emplean dos
términos filosóficos aristotélicos: sustancia y accidentes. Sustancia es aquello que hace que
una cosa sea lo que es. Accidente corresponde a las propiedades no esenciales de una cosa
y que son perceptibles por los sentidos.
Los partidarios de la Transubstanciación creen que la sustancia del pan cambia, por un
milagro y por las palabras de la consagración que pronuncia el sacerdote, y se convierte en la
sustancia del cuerpo de Cristo, el pan ya no tiene lo que lo hacía pan, ahora es el cuerpo de
Cristo. De igual manera pasa con el vino, pero permaneciendo los accidentes del pan y el vino
como su olor, textura, sabor y otros elementos perceptibles. Como la substancia es la de
Cristo, cualquier pedazo minúsculo contiene a Cristo todo entero, igualmente cualquier gota
del vino. De este modo comiendo sólo el pan o bebiendo sólo el vino se come o bebe el
cuerpo entero de Cristo.
El Catecismo de la Iglesia católica afirma al respecto:
"La presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en este sacramento,
`no se conoce por los sentidos, dice S. Tomás, sino sólo por la fe , la cual se apoya en la autoridad de
Dios'. Por ello, comentando el texto de S. Lucas 22,19: `Esto es mi Cuerpo que será entregado por
vosotros', S. Cirilo declara: `No te preguntes si esto es verdad, sino acoge más bien con fe las palabras
del Señor, porque él, que es la Verdad, no miente"
S. Tomás de Aquino, s.th. 3,75,1, citado por Pablo VI, MF 1820

Referencias[editar]
1. ↑ Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española (2014). «transustanciación». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7. Consultado el 13 de febrero de 2019.

2. ↑ Denzinger, 877

3. ↑ Compendio del catecismo de la Iglesia Católica, 283

4. ↑ Catecismo de la Iglesia Católica nº 1406-1419

5. ↑ Op cit.
6. ↑ Manual de teología Luterana, Prof. Georg Metzger basado en el catecismo de Lutero,
VI.d:.

7. ↑ Matt Slick nTransubstanciación y la Presencia Real

8. ↑ C Michael Patton. Cinco Razones para Rechazar la Doctrina de la


Transubstanciación

9. ↑ Carta a los Filadelfios, San Ignacio de Antioquia. C.4 (FUNK-BIHLMEYER, 103,5-9;


Ruiz Bueno 459; MG 5,661 A)

10. ↑ San Justino, Apología primera. C.66ss (GOODSPEED, 74ss; QUASTEN, 14-21; MG
6,428s. 432

11. ↑ San Ireneo. Contra las herejías. L.4 c.18 n4s ( HARVEY , 2,204-208; para el n.5:
HOLL, 61s; MG 7,1027ss).

12. ↑ San Hipólito. Tradición Apostólica (DIX; FUNK, 115s; BOTTE, 66s).

13. ↑ José Miguel Arráiz. La Transubstanciación y la Iglesia primitiva.

14. ↑ El dogma de la Transubstanciación fue decretado por el Papa Inocencio III, en el año
1215 A. D. Mito 24

15. ↑ Tertuliano, Contra Marciòn L.4 c.40 (Kroymann, 559ss; OEHLER, 2,267s, ML 2,460 A
- 462A).

16. ↑ Hernández Agüero, Guillermo. «¿Qué es la Cena del Señor?». Conoceréis la verdad.

17. ↑ La Transustanciación, ¿Milagro o Fraude? Respuesta a este artículo de Daniel Sapia


Por Jesús Hernández

18. ↑ Enciclopedia Católica

19. ↑ Enciclopedia Católica

20. ↑ Catecismo de la Iglesia Católica nº 1381

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