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PLANTEL 14 TILA
HUMANIDADES I
GUÍA DIDÁCTICA PRIMER SEMESTRE
Nombre: ________________________________________________________________________
Agosto 2023
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Definición del área de conocimiento
Es un área de conocimiento en el que estudiantes y docentes valoran, se apropian, usan y
actualizan saberes, técnicas, habilidades, disposiciones, conocimientos y conceptos de la tradición
humanista, pero igualmente de nociones disciplinares, propias de la filosofía y la literatura, con los
objetivos de generar efectos en su experiencia personal y en la experiencia colectiva, presentes y
futuras, y participar en la transformación de la sociedad
Progresión 1Progresión 1 Explora a partir de la pregunta ¿Por qué estoy aquí? para
acercarse a los saberes, recursos, prácticas y aplicaciones filosóficas. Se busca introducir al
estudiante en las humanidades entendidas como área de conocimiento del MCCEMS. ¿Cómo
funcionan las humanidades? Cuestionando. ¿Qué se cuestiona en humanidades? Todo; para las
humanidades todo es cuestionable –incluso la afirmación de que todo se puede cuestionar.
Respondiendo la pregunta “¿por qué estoy aquí?” los estudiantes deberán tomar posición y dar
razones para sostenerla. La pregunta lo coloca en situación de examinar su vida, y le exige evaluar
la experiencia colectiva que se lleva a cabo en el intercambio discursivo del cuestionamiento del
discurso filosófico. Se trata de poner en operación experiencial- mente las humanidades como
autoconocimiento, crítica y construcción de colectividades.
1. Concepto de humanidades.
CRITERIOS DE EVALUACION
1.- de manera individual elabora un collage con el título ¿Por qué estoy
aquí
Valor: 20% fecha de entrega: ____________________________________
2.-de manera individual elabora un mapa conceptual con el título ¿cómo
soy, que represente pasiones y vicios identificados en ti mismo
Valor: 20% fecha de entrega: ____________________________________
3.- individual, a mano o digital, redacta un ensayo con el título “cuidarse a
si mismo”, con una extensión máxima de dos cuartillas.
Valor: 20% fecha de entrega: ____________________________________
4.- de manera individual redacta un artículo de opinión con el título “pasión y virtud” en hojas
blancas con una extensión mínima de dos, máximo cuatro cuartillas.
Valor: 20% fecha de entrega: ____________________________________
5.- ejercicios y actividades en clase y aula invertida: 20%
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TOTAL: 100%
1Progresión 1
¿Cuándo? ¿Dónde? En
La Filosofía nace en el siglo VI Grecia
antes de nuestra era. antigua
Progresión 1Los griegos en palabras de Nietzsche son "la especie más lograda de hombres
habidos hasta ahora" y es que la civilización griega es un referente ideológico hasta nuestros días,
los griegos le regalaron a la humanidad la arquitectura, las matemáticas, la filosofía, la democracia,
el teatro.
Tal y como lo indica Hadot, P. (1998, p.12) "si hoy hablamos de filosofía, es porque los griegos
inventaron la palabra philosophia, que quiere decir "amor a la sabiduría", y porque la tradición de
la philosophia griega se transmitió a la Edad Media, luego a los Tiempos Modernos. Se trata,
pues, de recobrar el fenómeno en su origen tomando conciencia del hecho de que la filosofía es
un fenómeno histórico que se inició en el tiempo y evolucionó hasta nuestros días" A partir de
que el hombre empieza a rechazar el mito como explicación a lo que le acontecía a su alrededor
es que nace el pensamiento racional. Conceptos como la contemplación y la duda dieron paso a
la Filosofía en el siglo VI antes de nuestra era en la Grecia antigua.
Imaginen por un momento que el tiempo regresa a ese siglo en el que no existía Google,
Twitter, Facebook o Tiktok y la información y el conocimiento no se encontraba a un click de
distancia; los hombres de esa época hicieron uso del razonamiento para responder cada una de
sus preguntas del mundo que los rodeaba; así es como nace la filosofía, a partir de la duda, a
partir del asombro y la contemplación.
Según Blanca Figueroa et al. (2021, p. 17) "cuando los primeros filósofos se enfrentan al
problema de explicar racionalmente la realidad, comienza una nueva manera de vincularse con
el universo". Estos primeros "filósofos" por así llamarlos, fueron denominados Presocráticos, un
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grupo de pensadores que estructuraron toda una cosmovisión alrededor de la pregunta: ¿cuál
es el elemento constitutivo que dio origen al universo?
Uno de los primeros en afirmar un elemento constitutivo fue Tales de Mileto, él afirmó el arje o
elemento constitutivo era el agua, quizás orientado por el lugar de nacimiento, Miletos en la
antigua Grecia fue una ciudad de la costa asiática, no es difícil imaginar a Tales de Mileto
reflexionando en torno a esto y alimentando su conocimiento y razonamiento de lo que percibían
sus sentidos.
La filosofía presocrática dio paso a la Filosofía clásica, representada por el triunvirato filosófico
de Sócrates, Platón y Aristóteles, esto filósofos trascendieron el pensamiento naturalista de los
presocráticos y orientaron su discusión filosófica hacia el hombre, su esencia, el pensamiento y
su estructura del razonamiento; Sócrates desarrolló la mayéutica como método para encontrar
la verdad, aunque no dejó nada escrito, más que los relatos de sus seguidores que lo describen
en las plazas dirigiendo mensajes a la juventud, mensajes que iban desde su imperativo
"conócete a ti mismo", Sócrates afirmaba que el conocimiento estaba dentro de las personas y
que sólo debía encontrar el camino para salir a la luz, de hecho "mayéutica" hace alusión a una
especie de parir ideas.
Granja, D. (2016). Mayéutica. Diccionario Iberoamericano de Filosofía de la Educación.
Universidad Metropolitana de Iztapalapa. https://acortar.link/M8vrWR
"Mayéutica (μαιευτιχ?) Es el procedimiento dialéctico que Sócrates aplicaba a las personas que
entraban en contacto con él (Platón, 1910, pp. 149a y 149e). Mayéutica procede de la palabra
griega μαιε?ω, que podemos traducir como “obstetricia”, “ayudar a dar a luz” o “partear”. En un
famoso pasaje Sócrates dice: “Mi arte mayéutico tiene las mismas características generales que
el arte [de las parteras].
El método socrático consistía, a diferencia del método de los sofistas, en ayudar al interlocutor a
producir sus pensamientos e ideas personales sin ninguna imposición. Tomando como punto de
partida la postura del interlocutor, Sócrates progresivamente va haciéndole ver, basado en
exigencias meramente racionales, todas las consecuencias que se derivan de dicha postura,
siendo incapaz de proseguir mientras no cuente con el pleno consentimiento de su compañero
en este viaje dialógico.
Filosofía presocrática: su principal característica reside
en que sus pensadores iniciaron la reflexión racional sobre
cuál era el principio o arje de las cosas.
• Tales de Mileto
• Anaximandro
• Anaxímenes
• Heráclito
• Parménides
• Demócrito
• Anaxágoras
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Octavio Paz
LECTURA 1: HUMANIDADES
Lee con atención e identifica el concepto, las características, las disciplinas, la importancia y objeto
de estudio de las humanidades.
Concepto de humanidades
Las humanidades son un conjunto de disciplinas que se enfocan en el estudio del ser humano,
su cultura, y su desarrollo racional y crítico. En pocas palabras, estas disciplinas se encargan de
estudiar lo que nos hace humanos. Hoy en día, además de las disciplinas que estudian la
literatura, la lengua y el lenguaje, la filosofía y el arte, también suelen considerarse como
humanidades a los estudios en comunicación, la política y al derecho.
La historia es una disciplina que estudia y narra cronológicamente los sucesos del
pasado de la humanidad. Además, gracias a sus estudios se guarda un registro
muy detallado sobre todo lo que ha acontecido en el mundo desde antes de la
humanidad.
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Teoría y práctica de las artes. En las humanidades se investigan las expresiones
artísticas desde un punto de vista teórico y filosófico. Por ejemplo, del arte se
estudia su historia y su técnica. El estudio de las distintas expresiones artísticas
contribuye a conocer y entender cómo se desarrollan y expresan los seres
humanos y crean cultura.
La literatura se enfoca en las creaciones escritas y orales con valor artístico que
representa la expresión humana. En esta disciplina se analizan las características
y el desarrollo de la producción literaria, su historia, y su relación con sus
elementos internos, el contexto de producción de la obra y su intertextualidad.
Los estudios de las humanidades son los que han preservado y cultivado los
conocimientos acerca de la cultura, la lengua, la historia y el arte. De igual forma
juegan un papel importante como los procuradores de que estos saberes se
trasmitan de generación en generación.
Objeto de estudio de las humanidades
Filosofía
Filología
Historia
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Artes
Literatura
1. Universalidad: La Filosofía abarca una gran cantidad de ramas del conocimiento con el fin
de construir una idea general y común de la verdad del universo que pueda ser entendida
por todas las personas. Sin embargo, para alcanzar este conocimiento, el hombre debe
realizar una serie de razonamientos lógicos que posibiliten analizar, cuestionar, interpretar,
argumentar o experimentar ciertas situaciones para asegurarse de la veracidad de la
información.
3. Asombro: Cuando el ser humano experimenta esta sensación abre las puertas a la
indagación y al conocimiento, lo empuja, se anima a salir de la ignorancia, surgiendo la
semilla de la curiosidad por el saber sobre sí mismo, el entorno y el universo.
4. Certidumbre: La filosofía no se conforma con una simple respuesta, por ello hace énfasis en
la búsqueda de las respuestas más lógicas y verdaderas acerca del universo, de la
existencia y de todo aquello que nos rodea. Las respuestas deben ser contundentes y
conllevar a un profundo razonamiento del conocimiento que se posee.
6. Transversalidad: La filosofía abarca diversas áreas de estudio que forman parte de las
bases del conocimiento humano y su conducta. De allí que las ramas de la filosofía sean
tanto humanistas como científicas.
La Autobiografía
Como lo menciona Delgado, P. (2023) “la autobiografía es un relato que haces de tu propia vida
en el que muestras elementos importantes de ella como tu nacimiento, experiencias personales
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significativas, logros. En este prevalece la figura del “yo”, pues tú, como autor del texto, eres el
protagonista de la historia que cuentas”.
Desde la antigua Grecia el hombre siempre se ha preguntado acerca del origen de su
existencia, no en vano los filósofos presocráticos en el siglo IV antes de nuestra era
desarrollaron una cosmovisión basada en la pregunta de ¿qué había dado origen al universo?;
sus pensamientos estaban centrados en resolver esta interrogante. Otro de los filósofos griegos
que centró una de sus máximas en el autoconocimiento fue Sócrates. Aunque no hay registro
escrito de sus obras, todo lo que se conoce acerca del pensamiento de Sócrates es a través de
sus discípulos; Sócrates afirmaba que el conocimiento es la base de la superación humana,
afirmó que el hombre actuaba de manera incorrecta por ignorancia.
Afirma Lira, P. (2008) que Sócrates concibe al hombre como un ser dotado de un alma capaz
de pensar y de razonar, y encuentra que esta capacidad es lo que más esencialmente define al
hombre, concluye que la excelencia o areté de éste habrá de consistir en el ejercicio de dicha
capacidad. Y como entiende, a su vez, que tal ejercicio se halla orientado a la adquisición de
saber y conocimiento, termina por identificar la areté del hombre con el saber y el
conocimiento. El mejor hombre, el hombre bueno, el que está a la altura de su perfección y de
su condición humana, es el hombre sabio.
EJERCICIO 2: Extrae en las tablas la información que se solicita y redacta en un párrafo un
texto autobiográfico.
Nombre
Edad
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En este apartado deberás incluir aquellos valores que forman
parte de tu persona a los cuales nunca renunciarías o aquellos
Elementos éticos que quieres desarrollar.
1Progresión 2
Reconoce la experiencia de sí misma/o analizando discursos clásicos y contemporáneos
sobre las pasiones y vicios, para que se percate cómo se estructura sus vivencias desde la
colectividad. Se busca que el estudiante identifique y examine la experiencia de sí, pues la
manera en que se percibe y concibe a sí misma/o es en principio una construcción externa. Dicho
de otra manera, las personas no pueden determinarse a sí mismas completamente y sólo desde sí
mismas. Para que se percate cómo está construida/o desde fuera, usará discursos humanísticos
antiguos que tratan y discuten pasiones y vicios humanos, como afecciones y estructuras de la
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propia experiencia que determinan el comportamiento de una persona y sus relaciones sociales,
así como su propia concepción e imagen de sí. Esas afecciones y estructuras de la experiencia no
son de principio producidas por la propia persona, sino recibidas de otros, de lo colectivo.
Concebirse a sí misma/o como iracundo, melancólico, comportarse como alguien habituado a lo
perjudicial para sí, es algo que en un inicio proviene de fuera de su persona.
ICOS DE LA PROGRESIÓN
Pasión/Vicio
Los vicios y las pasiones son instintos personales. La virtud pertenece al intelecto y a la
voluntad. Debido a esto, es imposible que la virtud combata directamente los vicios y las
pasiones, y es poco probable que los vicios y las pasiones influyan directamente en la virtud. Es
muy posible que los vicios y las pasiones enaltezcan directamente las virtudes y las debiliten
porque la práctica de las virtudes les es indiferente.
“Se considera a la virtud, al vicio y a la pasión, formulas vacías que se saturaran con las
actitudes y conductas del individuo. La virtud, se define como el esfuerzo individual que domina
a las pasiones y vicios; el vicio, es aquello que trae desesperación y angustia al individuo si no
se satisface y la pasión es la acción duradera, intensa y sin razón del individuo”.
Como ya habíamos mencionado las humanidades ayudan a entender la naturaleza humana.
Desde la antigüedad se han analizado aspectos del ser humano como lo son las pasiones y vicios,
los cuales influyen en nuestro comportamiento y nuestras relaciones sociales, lo que impacta de
alguna manera en la imagen que construimos de nosotros mismos.
Según la filosofía occidental, la pasión sería totalmente lo opuesto al intelecto, esto es, los
aspectos internos irracionales del ser humano. Estos últimos se consideran propios del
componente animal del ser humano, primitivos, básicos y, por lo tanto, vergonzosos y peligrosos.
Es decir, la pasión es un estado de la persona que no depende de la voluntad del individuo, sino
que le es impuesto. Por esta razón, “pasión” y “pasivo” son términos históricamente
emparentados, pues la persona que sufre una pasión se halla indefenso ante ella, se encuentra
reducido a un estado de pasividad, mientras la pasión domina su comportamiento y nubla, por
ende, su entendimiento, su razón.
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Muchos filósofos se interesaron en el concepto de la pasión, un ejemplo de estos discursos
antiguos sobre la descripción de las pasiones y vicios lo tenemos en Basilio de Cesárea, pensador
del siglo IV de Asia Menor, dentro de sus múltiples escritos, destaca la obra “Contra los Iracundos”
donde hace una descripción de los efectos de dejarse llevar por la ira y cómo enfrentarla.
“…Y en efecto, los que están dispuestos a destrozarse mutuamente y a hacer daño a sus
semejantes, son con razón, contados entre las fieras y animales venenosos que por
naturaleza tienen odio implacable al hombre y le atacan. La ira desenfrena la lengua y no
hay guarda en la boca. Las manos sin sosiego, las afrentas, los insultos, las maldiciones, las
heridas y otras cosas que quedan sin enumerar, son vicios engendrados por la ira y el furor.
También la espada, se afila por la ira, y la muerte del hombre se lleva a cabo por manos
humanas. Por ella los hermanos llegan a desconocerse entre sí. Los padres y los hijos
reniegan de su naturaleza. Pues los iracundos se olvidan en primer lugar de sí mismos;
después, de todos sus parientes. Y así como los torrentes que van a morir en alguna
concavidad, arrastran consigo cuanto se les presenta delante, del mismo modo, los
violentos e irresistibles ímpetus de los iracundos, atropellan a todos por igual. No respetan
las canas, ni la santidad de vida, ni el parentesco, ni los beneficios recibidos, ni dignidad
alguna. Es la ira una locura pasajera. En el afán de vengarse, los iracundos aun a sí mismo
se precipitan muchas veces en una desgracia evidente, despreciando su propio bienestar.
Picados como con un aguijón por el recuerdo de los que le han ofendido, hirviendo y
saltando de enojo, no paran hasta que hacen algún daño a quien les ha irritado. Sin
embargo, suele acontecer que son ellos los que lo reciben…”
“… ¿Te insulta el iracundo? Detén con tu silencio el daño. Recibiendo en tu corazón como a
un torrente la ira del otro, imitas a los vientos que rechazan con su soplo lo que se les
arroja. No tengas a tu enemigo por maestro. Ni imites lo que odias. No te hagas como un
espejo del que se irrita mostrando en ti mismo su figura… En los desiertos, el eco devuelve
la voz al que la emitió. Así también los insultos vuelven al que los profirió. Mejor dicho, el
eco vuelve el mismo, más el insulto viene aumentado… Alejemos el mal en su comienzo,
arrojando de nuestras almas con todo empeño, la ira. Porque de esta manera arrancaremos
con este vicio, como con raíz y fundamento, muchísimos males… Da tiempo a tus
pensamientos para que elijan el partido ventajoso. Porque, o aprovechas algo a tu
adversario con el ejemplo de la mansedumbre, o le irritas más ferozmente con tu desprecio.
Porque, ¿qué cosa hay más acerba para un enemigo que el ver que su adversario le supera
en las injurias? No rebajes tu ánimo; ni consientas ponerte al alcance de tus injuriadores…
Él se arrepentirá de las cosas que dijo: tú nunca te arrepentirás de tu virtud…Pero si te
vengas y te levantas igualmente contra el que te injuria, ¿qué excusas vas a tener? ¿Que él
te provocó primero? Y, ¿de qué perdón es esto digno? ...” Así también, cuando somos
nosotros los que nos dejamos llevar por la ira: “…Tú te exacerbas con el ultraje como con
un mal, y sin embargo le imitas como si fuera un bien. Porque, mira, haces lo que
reprendes. ¿Examinas con cuidado el mal ajeno, y tienes en nada tu propia vergüenza? ¿Es
un mal la ira? Guárdate de imitarla. Que no basta para excusarse el que haya comenzado el
otro. Más justo es, a mi parecer, volver contra ti la queja. El otro no tuvo ejemplo para su
enmienda. Tú, empero, viendo que el iracundo se porta indecorosamente, le imitas y le
indignas. Te enfureces y te irritas. Y así tu pasión sirve de excusa al que comenzó. Con las
mismas cosas que haces le libras a aquél de culpa y te condenas a ti mismo. Pues si la ira
es un mal, ¿por qué no evitaste el daño? Y si merece perdón, ¿por qué te irritas contra el
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iracundo? De ahí que aunque fueres el segundo en la ofensa, nada te aprovecha esto.
Porque en las luchas por una corona no es coronado el que las comienza, sino el que
vence… Procurando persuadir a la ira que no se adelante a la razón. De esta manera, la
tendremos sujeta a nosotros como a un caballo. Obedecerá a la razón como a un freno. No
saldrá jamás de su propio puesto. Se dejará guiar a donde quiera le conduzca la razón...
Entonces, viene a ser como el soldado que rindiendo sus armas al general, acude
prontamente a prestar auxilio a donde le mandan. De igual manera, la ira cuando está al
servicio de la razón. La ira es el nervio del alma. Le da energías para emprender buenas
obras. Si alguna vez la encuentra debilitada por el placer, la fortalece como un baño de
hierro…” Para esto es muy útil la ira, siempre que se mantenga dócil a la razón y la siga,
como al pastor el perro. En efecto, muéstrase el perro, apacible y bueno ante el amo que le
acaricia y le obedece a la menor indicación. Sin embargo, ladra y se enfurece al llamado de
voz extraña, aunque parezca que la voz trae agasajos. Ante el grito del amigo o del amo,
por el contrario, se atemoriza y se calla. Este es el mejor y más apto auxilio que a la parte
razonable del alma, proporciona la ira. Porque el que así procede, no se aplacará ni hará
alianzas con los que ponen asechanzas. Nunca admitirá la amistad con cosa alguna
dañosa, sino que siempre ladrará y despedazará como un lobo al placer engañador…”“... La
ira excitada cuando conviene y como conviene, produce la fortaleza, la paciencia y la
continencia. Sin embargo, si obra alejada de la recta razón, se convierte en locura…”
¿Cómo soy?
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1Progresión 3
Pone en cuestión la experiencia de sí misma/o revisando discursos clásicos y contemporáneos
sobre el conocimiento y cuidado de sí misma/o, para analizar cómo se percibe a sí misma/o en
relación con los otros/as.
CONTENIDOS ESPECIFICOS DE LA PROGRESION
Conocerse y cuidarse a sí mismo
Sócrates y la virtud.
Lee el discurso clásico contenido en el fragmento del libro “Ética a Nicómano”, del
filósofo Aristóteles y “El prozac de Séneca” del escritor español Clay Newman quien es un
filósofo contemporáneo. Ambos documentos versan sobre el conocimiento y cuidado de sí
misma(o), para analizar cómo se percibe a sí misma(o) en relación con los otros(as).
ETICA A NICÓMANO
Aristóteles
Capítulo 7
[…] Pero la honra, y el pasatiempo, y el entendimiento, y todos géneros de virtudes,
escogémoslos cierto por su propio respecto, porque, aunque de allí ninguna cosa nos hubiese
de redundar, los escogeríamos, por cierto, pero también los escogemos por causa de la
felicidad, teniendo por cierto que con el favor y ayuda de éstos habemos de vivir dichosamente.
Pero la felicidad nadie por causa de estas cosas la elige, ni, generalmente hablando, por razón
de otra cosa alguna. Pero parece que lo mismo procede de la suficiencia, porque el bien
perfecto parece que es bastante. Llamamos bastante, no lo que basta para uno que vive vida
solitaria, pero también para los padres, hijos y mujer, y generalmente para sus amigos y vecinos
de su pueblo, pues el hombre, naturalmente, es amigo de vivir en comunidad.
Pero ha de poner en esto tasa, porque si lo queremos extender hasta los padres y abuelos, y
hasta los amigos de los amigos, será nunca llegar al cabo dello... Aquellos pues decimos ser
bastante, que sólo ello hace la vida digna de escoger, y de ninguna cosa falta, cual nos parece
ser la felicidad. Demás de esto, la vida que más de escoger ha de ser, no ha de poder ser
contada, porque si contarse puede, claro está que con el menor de los bienes será más de
desear, porque, lo que se le añade, aumento de bienes es, y de los bienes el mayor siempre es
más de desear.
Cosa perfecta pues, y por sí misma bastante, parece ser la felicidad, pues es el fin de todos
nuestros hechos; pero por ventura parece cosa clara y sin disputa decir que lo mejor es la
felicidad, y se desea que con más claridad se diga qué cosa es, lo cual por ventura se hará si
presuponemos primero cuál es el propio oficio y obra del hombre. Porque, así como el tañedor
de flautas, y el entallador, y cualquier otro artífice, y generalmente todos aquellos que en alguna
obra y hecho se ejercitan, su felicidad y bien parece que en la obra lo tienen puesto y asentado,
de la misma manera parece que habemos de juzgar del hombre, si alguna obra hay que propia
sea del hombre.
Pues, ¿será que el albañil y el zapatero tengan sus propias obras y oficios, y que el hombre no
lo tenga, sino que haya nacido como cosa ociosa y por demás? No es así, por cierto, sino que
así como el ojo, la mano, y el pie, y generalmente cada una de las partes del cuerpo parece que
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tiene algún oficio, así al hombre, fuera de estas cosas, algún oficio y obra le habemos de
asignar. ¿Cuál será, pues, ésta? Porque el vivir, común lo tiene con las plantas, y aquí no
buscamos sino el propio. Habémoslo, pues, de quitar de la vida del mantenimiento y del
aumento. Síguese tras es ésta la vida del sentido; pero también ésta parece que le es común
con el caballo y con el buey y con cualquiera manera otra de animales. Resta, pues, la vida
activa del que tiene uso de razón, la cual tiene dos partes: la una que se rige por razón, y la otra
que tiene y entiende la razón.
[…] Y si de esta misma manera presuponemos que el propio oficio del hombre es vivir alguna
manera de vida, y que ésta es el ejercicio y obras del alma hechas conforme a razón, el oficio
del buen varón será, por cierto, hacer estas cosas bien y honestamente.
Vemos, pues, que cada cosa conforme a su propia virtud alcanza su remate y perfección, lo
cual, si así es, el bien del hombre consiste, por cierto, en ejercitar el alma en hechos de virtud, y
si hay muchos géneros de virtud, en el mejor y más perfecto, y esto hasta el fin de la vida.
Porque una golondrina no hace verano, ni un día solo, y de la misma manera un solo día ni un
poquillo de tiempo no hace dichosos a los hombres ni les da verdadera prosperidad. Hase,
pues, de describir o definir el bien conforme a ésta.
3. AUTOCONOCIMIENTO
Clay Newman
PARA LOS QUE IGNORAN QUIENES SON, CÓMO FUNCIONAN Y QUÉ NECESITAN
CONSIDERACIONES MÉDICAS
¿Quién eres?
No eres tu nombre ni el lugar donde naciste. No eres lo que haces ni lo que tienes. No eres tú
trabajo, tu ropa, tu coche, tu casa o tus posesiones. Tampoco eres lo que los demás piensan de
ti. Estás tan acostumbrado a ser quien se supone que has de ser, que no tienes ni la más
remota idea de cuál es tu verdadera identidad. Y para disimularlo, te pasas el día detrás de una
máscara, relacionándote con otras caretas que esconden seres humanos que tampoco se
conocen a sí mismos. Por eso la sociedad es un gran teatro. Y no lo digo metafóricamente.
Cada uno de nosotros se ha convertido en un actor que interpreta un guion de vida escrito por
otros y orientado a cumplir las expectativas de los demás. Tu malestar es proporcional a tu
confusión. Y esta se refleja por el disfuncionamiento de tu mente. Va completamente a su bola.
Aunque te cueste comprenderlo, no eres lo que piensas acerca de ti mismo. De hecho, no te
pareces nada a la persona que crees que eres. Sin embargo, te identificas con todo tipo de
pensamientos, algunos de los cuales están locos de atar. ¿Cómo vas a ser tu mente si tienes la
capacidad de observarla? ¿Cómo puedes ser tus pensamientos si puedes modificarlos? No eres
la charla que oyes en tu cabeza. Eres el ser que escucha esa charla.
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funcionas ni qué necesitas para dejar de sufrir. Pero tienes tanto miedo al cambio que te resistes
a conocerte a ti mismo. Puede que incluso en algún momento de tu vida hayas ridiculizado a
quienes leen libros de autoayuda o demonizado a quienes asisten a cursos de desarrollo
personal. El “desconocimiento es un déficit de
“autoconocimiento”, que es el proceso que transforma tu ignorancia en sabiduría. Saber quién eres
verdaderamente es la experiencia más revolucionaria que existe. Así es como descubres que todo
lo que necesitas para ser feliz está dentro de ti y te conviertes en tu propio refugio.
TRATAMIENTO
Dentro de ti no hay ningún monstruo
Tienes miedo de conocerte porque intuyes que no te va a gustar lo que vas a encontrar en tu
interior. Te aseguro que no hay ningún monstruo. Nadie va a comerte. Tampoco hay ningún
abismo al que caer. Eso sí, el primer paso en el camino del autoconocimiento es el más difícil y
doloroso. Consiste en confrontarte a ti mismo. Ahí es cuando aparece el vértigo. Contactas con
tu ego, tu personalidad prefabricada, tu máscara, tu personaje, tu disfraz de segunda mano, tu
falso concepto de identidad. Y si resistes al primer batacazo, viene un segundo, todavía más
doloroso. Al ir profundizando, empiezas a sentir el malestar que has estado reprimiendo y
tapando a lo largo de la vida. Y al mirar de frente aquello que rechazas y condenas de ti, te
invaden emociones como la tristeza, el miedo o la ira. En el caso de estar verdaderamente
comprometido, finalmente te permites conectar con tu vacío existencial. Por más incómodo que
te parezca al principio, se trata de una cortina de humo. En realidad, es la puerta que te conduce
hasta tu auténtica esencia. Ahí reside el bienestar que has estado buscando neuróticamente
fuera. Durante tres meses invierte tiempo en observarte, escucharte y conocerte. Puedes
animarte a hacer un curso de Eneagrama. Es el mejor manual de instrucciones de la condición
humana que he conocido.
EFECTOS TERAPÉUTICOS
Te adentra en el viaje más apasionante de la vida
No me quiero poner muy hierbas, pero tienes que saber que cuando te conoces a ti mismo y
reconectas con tu esencia, te sientes verdaderamente feliz y en paz. De pronto notas que todo
está bien y que no te falta nada. ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste así? El
autoconocimiento produce un clic en tu conciencia. Nada vuelve a ser como antes. Desarrollar
una cualidad genera los siguientes efectos terapéuticos, a la vez que erradica la ignorancia y el
desconocimiento que te mantienen anclados al sufrimiento.
• Aumento de motivación para leer libros, acudir a conferencias y asistir a cursos que te
muestren el camino para convertirte en la mejor versión de ti mismo.
• Mayor habilidad para diferenciar entre tu ego y tu esencia, identificando la raíz de tus
problemas, conflictos y perturbaciones.
• Más comprensión acerca de las motivaciones ocultas que hay detrás de tus conductas y
actitudes, cambiando completamente la forma en la que te tratas a ti mismo.
• Capacidad para comprender el funcionamiento de tu mente, aprendiendo a manejar tus
pensamientos de forma inteligente.
• Facilidad para regular tus emociones sin dramatizar ni autocompadecerte, reconciliándote
contigo mismo.
• Fortaleza para sanar tu autoestima, cultivando tus cualidades, virtudes y capacidades
innatas.
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• Ataques temporales de confianza, en los que pierdes completamente el miedo a seguir
buceando por las profundidades de tu alma.
Es mucho más importante conocernos a
nosotros mismos, que darnos a conocer a los
demás. SÉNECA
1Progresión 4
Cuestiona cómo sus pasiones y virtudes configuran su propia experiencia, para reflexionar
cómo está estructurada sus vivencias y el sentido de la vida que asume.
CONTENIDOS ESPECIFICOS DE LA PROGRESION
4. Concepto de pasión y virtud.
4.1. Las virtudes y pasiones según Aristóteles,
Tomás de Aquino y Descartes
4.2. Aristóteles y el Eudemonismo
4.3. 4.3. Viktor Frankl y el sentido de vida.
4.4. Proyecto de vida a corto plazo
Realiza la lectura guiada del fragmento “Pensamientos de una piedra en el aire” de Baruch
Spinoza, e identifica cómo sus pasiones y virtudes configuran su propia experiencia, para
reflexionar cómo está estructurada sus vivencias y el sentido de la vida,
Pensamientos de una piedra en el aire
Las cosas creadas están obligadas a existir y obrar de una cierta y determinada manera por
causas externas. Una piedra recibe de una causa externa que la empuja cierta cantidad de
movimiento gracias al cual continúa necesariamente moviéndose, aunque el impulso de la
causa externa haya cesado. La perseverancia de la piedra en el movimiento es obligada, no
porque sea necesaria, sino porque es determinada por el choque de la causa externa. Y esto
que rige para la piedra, también rige para cada cosa singular, por más complicada y variada que
sea, porque necesariamente cada cosa está determinada por una causa externa a existir y obrar
de una cierta y determinada manera. Pero imaginémonos que la piedra pensara que, dado que
avanza, se mueve en sí misma y que supiera que en lo posible se esfuerza en persistir
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moviéndose. De seguro esta piedra, como sólo tiene conciencia de su movimiento y éste no le
es indiferente, pensará que es completamente libre y que persiste en su movimiento porque así
lo quiere. Así ocurre con la libertad humana de la que todos están muy orgullosos, y que sólo
consiste en que los hombres tienen conciencia de sus deseos, pero ignoran las causas que los
determinan. Así se consideran libres: el niño cuando pide la leche, el adolescente cuando
encolerizado quiere vengarse o el temeroso que quiere huir. También el beodo cree que habla
por la libre decisión de su espíritu cuando dice cosas que más tarde, en estado de sobriedad,
hubiera preferido callar. Así los atacados de delirio febril, los charlatanes y otros sujetos por el
estilo creen que obran por la libre decisión de su espíritu y no se les ocurre pensar que hay una
causa que los impulsa. Pues la experiencia nos enseña suficientemente y más que
suficientemente, que los hombres a nada se sienten tan poco inclinados como a moderar sus
deseos, y que a menudo son presa de afectos contradictorios, ven lo mejor y siguen lo peor, y
no obstante creen ser libres.
El impulso de conservación de sí mismo es el primer y único fundamento de la virtud, porque no
puede concebirse nada que escape a este principio; y sin este principio no puede concebirse
ninguna virtud.
El esfuerzo con que cada cosa trata de perseverar en su ser, no es sino la esencia activa de
esta cosa. Tal esfuerzo cuando se relaciona sólo con el alma se llama voluntad; pero cuando se
relaciona a la vez con el alma y con el cuerpo, se llama instinto. El instinto no es pues otra cosa
que la esencia misma del hombre; y de la naturaleza de dicha esencia se sigue necesariamente
lo que sirve para su conservación. De todo esto se deduce que no nos esforzamos por nada, ni
queremos, anhelamos o codiciamos cosa alguna porque la juzgamos buena sino que por el
contrario, la juzgamos buena porque nos esforzamos por ella, la queremos, anhelamos y
codiciamos.
Puesto que la razón no exige nada contrario a la naturaleza, exige por consiguiente que cada
cual se ame a sí mismo, que busque su utilidad, cuando es verdadera utilidad, y que anhele
todo aquello que conduce en verdad al hombre a una mayor perfección, y que en definitiva cada
uno se esfuerce en cuanto le sea posible en conservar su ser.
Por virtud y poder entiendo la misma cosa; es decir que el esfuerzo de las cosas en conservarse
a sí mismas en su esencia verdadera. La virtud, en cuanto se relaciona con el hombre, es la
propia esencia o naturaleza del hombre, en cuanto tiene el poder de hacer algo que sólo se
explica por la necesidad de su naturaleza.
Obrar por virtud no significa para nosotros otra cosa que obrar, vivir, conservar nuestro ser bajo el
gobierno de la razón; por tanto, con arreglo al principio de la búsqueda de la utilidad propia.
En la vida es ante todo útil perfeccionar lo más posible el entendimiento o la razón. Y en esto
consiste la felicidad más alta del hombre, su beatitud suprema.
Revisa la lectura sobre el pensamiento filosófico de Tomás de Aquino y
Descartes sobre los conceptos de virtud y pasión; posterior a ello realiza la
actividad propuesta.
Santo Tomás comprende la virtud como el hábito o disposición estable de las facultades del alma
para obrar bien y, que valiéndose del hábito, el alma puede alcanzar más próximamente los fines
que le corresponden. [...]Santo Tomás asume las virtudes como el término medio entre dos
extremos y como hábitos que conducen a obrar bien. Las virtudes son por lo tanto hábitos del alma
que se van adquiriendo a partir del ejercicio y la constante repetición que llevan a realizar la vida
buena. La repetición de dichos actos permite en los hombres la aparición de disposiciones y
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hábitos de carácter estable por los que el alma obra mucho más fácilmente. Ahora bien, cuando
estos hábitos ayudan a predisponer a la persona para que cumpla el bien, se está hablando de
virtudes y si esta realidad no se da, simplemente se puede hablar de vicios. Santo Tomás clasificó
las virtudes en intelectuales, morales y teologales. En cuanto a las intelectuales las comprende
como hábitos del entendimiento que perfeccionan la inteligencia, las morales como hábitos del
alma y las teologales son las que Dios le concede al hombre para que actúe según su voluntad
divina alejándose de las motivaciones e impulsos del mundo.”
Art. 46. Cuál es la razón que impide que el alma pueda disponer enteramente de sus
pasiones. Existe una razón particular por la que el alma no puede rápidamente
cambiar o detener sus pasiones, razón que me ha permitido escribir antes, en la
definición de las pasiones, que son no solamente causadas, sino también sostenidas
y fortalecidas por algún movimiento particular de los espíritus Esta razón es que casi
todas las pasiones van acompañadas de alguna emoción que se produce en el
corazón, y por consiguiente, también en toda la sangre y los espíritus de suerte que,
hasta que ha cesado esta emoción, permanecen presentes en nuestro pensamiento
del mismo modo que persisten en él los objetos sensibles mientras actúan sobre los
órganos de nuestros sentidos. Y así como el alma, al atender intensamente a alguna
cosa, puede dejar de oír un pequeño ruido o de sentir un pequeño dolor, más no
puede dejar igualmente de oír el trueno o de sentir el fuego que quema la mano, de
la misma manera puede fácilmente superar las pequeñas pasiones, pero no puede
dominar las más violentas y más fuertes mientras no se calma la emoción de la
sangre y de los espíritus. Lo más que puede hacer la voluntad mientras esta emoción
esté en vigor, es no consentir en sus efectos y contener varios de los movimientos a
que el cuerpo está dispuesto. Por ejemplo, si la cólera hace levantar la mano para
pegar, la voluntad puede generalmente contenerla; si el miedo incita a las gentes a
huir, la voluntad puede detenerlas, y así en otros casos. [...]
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lectores, trataré aquí separadamente de las seis primarias, y después indicaré de qué manera se
originan en estas todas las demás”.
Aristóteles, fue un filósofo griego reconocido como representante de la madurez filosófica griega, siendo
considerado uno de los tres principales filósofos griegos. Nacido en el 384 a.C. y
muerto en el 322 a.C., proporcionó a la filosofía un pensamiento sistemático y
ordenado, con aportes a diferentes ramas de la filosofía como la Lógica, la Psicología,
la Metafísica, la Política y la Ética.
Pero, ¿qué es la felicidad para Aristóteles? De acuerdo a este filósofo, para determinar en qué
consiste la felicidad propiamente humana, es necesario saber primero cuál es la esencia del ser
humano, pues solamente aquellas acciones encaminadas al perfeccionamiento de esta esencia
pueden proporcionar al ser humano una verdadera y permanente felicidad.
2 – Aristóteles
“La intensificación de la vida interior protegía al prisionero del vacío, la desolación y la pobreza
espiritual de la vida del campo, devolviéndole a su vida anterior. Al dejar libre la imaginación,
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esta se solazaba en hechos del pasado, aunque no en los más valiosos. Al contrario, se
recreaba con ternura en pequeños sucesos, en cosas insignificantes. La nostalgia los
transfiguraba y adquirían un matiz especial. El mundo al que pertenecían parecía muy distante
y, no obstante, el alma se refugiaba en ellos con añoranza: yo me veía tomando el autobús,
abriendo la puerta de mi apartamento, contestando al teléfono, encendiendo las luces...
Nuestros pensamientos a menudo se concentraban en esos detalles insignificantes con tanta
intensidad que casi nos hacían llorar. A medida que se intensificaba la vida interior de algunos
reclusos, apreciábamos también la belleza del arte y de la naturaleza con una emoción
desconocida. Bajo su influencia olvidábamos a veces las terribles condiciones de nuestro
entorno. Si en el trayecto de Auschwitz a un campo de Baviera alguien hubiera visto, asomados
a los ventanucos de los vagones del tren, nuestros rostros radiantes al contemplar las cimas de
las montañas de Salzburgo, refulgentes por la puesta de sol, no habría creído que fuésemos
hombres que habían perdido toda esperanza de vida y libertad. A pesar de ello —o tal vez
precisamente por ello— nos maravillaba la belleza de la naturaleza, de la que nos privó tanto
tiempo el cautiverio. Incluso sucedía que, en pleno trabajo, un prisionero atraía la atención de
su compañero señalándole un resplandeciente crepúsculo tras las altas copas de los bosques
bávaros (como en la famosa acuarela de Durero), en los mismos bosques donde construíamos
un enorme almacén secreto de munición. Una tarde, de vuelta en los barracones, ya tumbados
en el suelo por el cansancio, con el cuenco de sopa entre las manos, entró de pronto un
compañero que nos urgía a salir a contemplar una maravillosa puesta de sol. Allí, de pie, vimos
hacia el oeste un cielo plagado de nubes que variaban de forma y color, del azul acero al rojo
bermellón. Esa luminosidad contrastaba con la hiriente desolación grisácea de los barracones y
del suelo fangoso, cuyos charcos reflejaban aún el resplandor del cielo. Luego, tras unos
minutos de silenciosa emoción, un prisionero dijo:
«¡Qué hermoso podría ser el mundo!»“.
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