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El tamizado es un método físico para separar mezclas. Consiste en hacer pasar una mezcla de
partículas de diferentes tamaños por un tamiz o cedazo. Las partículas de menor tamaño pasan por los
poros del tamiz atravesándolo y las grandes quedan retenidas por el mismo.
Índice
1. Introducción
1.1 ¿Qué nos indica la abertura del tamiz?
2. Tipos de tamices de ensayo
2.1 Tamices de tejido metálico
2.2. Tamices de chapa perforada
2.3. Tamices de chapa electroformada
3. Principios de tamizado
3.1 Observaciones previas al tamizado
3.2 Preparación de muestras
3.3 División de las muestras
4. Métodos de tamizado
4.1 Generalidades
4.2 Tamizado manual, tamizado mecánico, tamizado sónico y por depresión
5. Normativas
6. Inspección de los tamices. Sistemas de calibración
6.1 Sistemas ópticos / óptico electrónicos / visión artificial
6.2 Esferas calibradas
6.3 Por comparación a tamices patrón
7. Metodologia a seguir para el calibrado de los tamices de trabajo
8. Propiedades físico-químicas a considerar en el tamizado
9. Tiempo de tamizado
10. Factores que influyen en el tiempo del tamizado
11. Punto final del tamizado
Introducción
Los tamices se fabrican en un rango de diámetros normalizados, siendo los más utilizados los de 100
mm.Ø, 200 mm.Ø, 300 mm.Ø y 400 mm.Ø. Los tamices han de encajarse unos con otros con
suavidad y sin holguras que provoquen perdidas de producto durante el tamizado, o ruidos.
Para formar una columna de tamices, se disponen en orden decreciente empezando por el tamiz
superior. Se utiliza normalmente una tapa acoplada al tamiz superior para evitar pérdidas de material
durante el tamizado, y un fondo que encaja en el ultimo tamiz de la columna, que recoge los finos que
han pasado a través de él.
Nos indica el diámetro equivalente, que se define como el diámetro de la esfera de mayor tamaño que
pasaría a través de la malla.
Es importante especificar siempre la forma del agujero, ya que los resultados del tamizado son
radicalmente distintos si lo que utilizamos es una malla con un agujero cuadrado de 100 µm., o bien
una chapa perforada redonda de 100 µm.Ø . En consecuencia, la partícula podría tener distintos
diámetros equivalentes de tamiz en agujeros cuadrados o redondos.
El paso a traves del tamiz requiere que las partículas tengan una área seccional menor que la abertura.
Esto indica que ha de tener dos dimensiones menores que el diámetro equivalente a fin que la
partícula pueda pasar a traves de la malla; la tercera dimensión de la partícula puede ser mas larga
que la abertura (por ejemplo: agujas, partículas alargadas,etc.) lo que no impedirá el paso aunque si
ésta tercera dimensión es muy larga, el tiempo de tamizado podría alargarse de manera importante.
El material separado por el tamiz se pesa en una balanza, con lo que el tamizado proporciona una
distribución de masa o de volumen. Esto se puede convertir en una distribución de diámetros
equivalentes y los resultados se presentan en porcentajes o bien en una curva de distribución
granulométrica.
Formados por una chapa perforada metálica, ya sea de abertura cuadrada, redonda o rectangular
soldada a un bastidor. Normalmente se utilizan a partir de 4,00 mm. de abertura.
En éste tipo de tamices, la chapa suele ser de níquel que ha sido sometida a un proceso de erosión
química. El rango de aberturas con éste tipo de tamices, abarca desde los 2,00 mm hasta 3 µm. Su
principal característica es su elevada precisión. Y la posibilidad de conseguir aberturas de
dimensiones no normalizadas.
Principios de Tamizado
Un tamiz separa un material determinado en dos fracciones, de las cuales una es retenida por el medio
tamizante, también llamada rechazo, y la otra pasa a traves de las aberturas. Cuando lo aplicamos a
partículas de perfil no esférico, el proceso se complica por el hecho de que una partícula con un
tamaño muy próximo al de la abertura nominal del tamiz, puede pasar a través de él sólo cuando se
presenta en una posición favorable y no pasará cuando se presente en otras posiciones.
El proceso de tamizado puede ser dividido en dos estadios: primeramente eliminando las partículas
considerablemente más pequeñas que la abertura nominal del tamiz, y en segundo lugar separando
las partículas de un tamaño similar a la abertura. Ambos estadios requieren que todas las partículas
colocadas en el medio tamizante tengan la oportunidad de pasar a través de una abertura. Idealmente,
cada partícula debería ser presentada individualmente a una abertura, como ocurre en las aberturas
de malla mayores, pero para la mayoría de partículas esto es impracticable.
La efectividad de la técnica del tamizado dependerá, entre otros muchos factores (ver diagrama de
Ishikawa adjunto) de:
Si la carga es demasiado grande, habrá gran cantidad de partículas encima del medio tamizante que se
obstaculizarán unas a otras, disminuyendo así la oportunidad que todas y cada una de las partículas
encuentren su posición ideal para cruzar el medio tamizante en un tiempo razonable. La carga, por
consiguiente, estará limitada en función de la cantidad retenida por el tamiz al finalizar el tamizado.
Si la muestra a tamizar contiene suficientes partículas representativas, será necesario subdividir la
muestra en un numero suficiente de cargas, a fin de no sobrecargar el tamiz, con lo cual se obtendrán
resultados más fiables.
Los materiales a tamizar abarcan un amplio espectro: desde las partículas más gruesas (piedras),
hasta las más finas (pigmentos), difiriendo en sus propiedades tanto físicas como químicas. La
información acerca de las propiedades del material es de gran utilidad para comprender sus
características durante el tamizado y deberían ser anotadas en las hojas de resultados o de
distribución granulométrica.
Debido a la considerable variedad de propiedades, no es posible especificar un método sencillo de
tamizado para todos los materiales. Para hallar el método apropiado es muy interesante consultar
cualquier normativa internacional relacionada con el material objeto de estudio.
Preparación de muestras
Condición necesaria para conseguir unos resultados precisos con los tamices, es una cuidada
obtención de las muestras a analizar.
El método de obtención de muestras debe ser tal que la muestra tomada para tamizar sea realmente
representativa del material del cual procede, y cumplir con las especificaciones requeridas para cada
producto.
Generalmente la muestra original es demasiado grande para usarla directamente en el tamiz, por lo
cual necesariamente deberá ser reducida.
Al reducir la muestra es tan importante asegurar que la cantidad tomada para tamizar sea
representativa de la muestra original, como asegurar que la muestra original.
Métodos de tamizado.
Generalidades
El tamizado consiste en la colocación delicada del material a tamizar (carga) encima del medio
tamizante con una determinada abertura nominal y separa el material en función de su granulometría,
por medios tales como agitación, movimiento de vaivén o lavado del material.
Antes de iniciar el tamizado, las siguientes condiciones deberán ser estipuladas:
Normativas.
Tal como se ha apuntado en la introducción, a finales del siglo XIX apareció la necesidad de disponer
de una serie de aberturas distribuidas en series geométricas.
La evolución de ésas primeras series nos ha llegado hasta hoy en forma de normas que, no solamente
recogen las aberturas de malla, sino que afectan a otros aspectos del tamiz como pueden ser: el
diámetro de los tamices, material, sistemas de inspección, rangos de tolerancias, etc.
Como normas principales por estar fuertemente implantadas en el mercado, caben destacar la ISO
3310 y la ASTM E-11.
Una de las dudas más comunes ante la que se encuentra un comprador de tamices es determinar cual
es la norma bajo la que ha de solicitarlos. Normalmente dependerá del ámbito de utilización o del
sector industrial en el que estamos. Así, en la Industria Farmacéutica, se utilizan bajo las indicaciones
de la Farmacopea, estando ésta basada en la norma ISO. Por otra parte, en las industrias de
fabricación de abrasivos, la norma mas comúnmente utilizada es la ASTM, lo mismo que para el
ensayo de suelos, pero no en el caso de la industria cerámica que utiliza tamices basados en la norma
ISO.
Ante la inexistencia de una normativa superior que indique en que procedimientos los tamices han de
cumplir las especificaciones de una u otra norma, se recomienda consultar la elección al fabricante de
tamices.
Antes de cada inspección, el medio tamizante y el bastidor deben ser revisados a contraluz para poder
detectar posibles defectos en el tejido: arrugas, taponamiento de las aberturas, suciedad o
simplemente la no uniformidad del tejido, pueden provocar grandes variaciones en los resultados del
tamizado.
Para valorar la exactitud de la abertura, hay distintos sistemas para la calibración de los tamices:
Consisten en la medición de una serie de aberturas por medios ópticos como pueden ser, los
proyectores de perfiles, microscopios, o bien mediante sistemas automáticos de visión artificial.
Este último es el que consigue mayor exactitud en los resultados ya que además de una gran
resolución de las imágenes, elimina las incertidumbres asociadas a medidas realizadas por operarios.
Esferas calibradas
Se dispone de una muestra de esferas de vidrio patrón con una distribución granulométrica conocida.
Para realizar la calibración de un tamiz se procede al tamizado de dicha muestra. Una vez finalizado se
pesa la fracción retenida.
Este es un sistema muy útil cuando se dispone de gran cantidad de tamices (en adelante los
denominaremos tamices de trabajo) y obviamente, el coste de la calibración de todos y cada uno de los
tamices por un organismo externo no sea asumible.
En primer lugar hay que disponer de tamices perfectamente calibrados que los utilizaremos de patrón.
No es recomendable que éstos tamices patrón se utilicen para otra actividad que no sea la de
calibración de tamices de trabajo.
En el caso de que así sea, el tamiz/tamices podrían ser rechazados.
Los tamices patrón deberán estar marcados como tales para evitar confusiones, teniendo gran cuidado
con la manipulación y limpieza de los mismos.
Si se está utilizando más de un grupo de tamices patrón, es conveniente que siempre se utilicen los
mismos tamices. Es aconsejable identificar cada tamiz a que grupo pertenece, ya que el uso de un
tamiz patrón perteneciente a un grupo distinto puede llevarnos a error.
● Friabilidad: algunos materiales son capaces de reducir el tamaño de sus particulas durante
el tamizado a causa de su naturaleza friable.
● Abrasividad: hay materiales de naturaleza abrasiva; éstos al pasar por el medio tamizante lo
van limando, lo cual modifica las aberturas en prolongados procesos de tamizado.
● Higroscopicidad: algunos materiales absorben humedad, por lo cual difícilmente llegan a
un punto de equilibrio con la atmósfera del laboratorio. En determinados casos es necesario
manipular las muestras y tamizarlas de forma que se reduzca su contacto con la atmósfera al
mínimo.
● Perfil de las partículas: la duración y los resultados del tamizado puede variar
considerablemente debido al perfil de las partículas.
● Adherencia: la tendencia al esparcimiento de las partículas por encima del medio tamizante
depende en gran medida de la naturaleza adherente del material, aumentando ésta cuanto
mayor sea la finura del material.
● Magnetismo: las propiedades magnéticas de los materiales pueden afectar a los resultados,
teniendo en cuenta la reacción de las partículas entre sí (aglomeración) y con el tamiz
(adhesión).
● Propiedades electroestáticas: algunos gránulos pueden cargarse con electricidad estática
durante el tamizado y adherirse a las paredes del tamiz, lo que afecta al resultado.
● Reactividad química: algunos materiales al ser tamizados pueden reaccionar con la
atmósfera o con los materiales de los que está compuesto el tamiz.
Tiempo de tamizado
El tamizado, como cualquier otro proceso de separación de partículas, no produce una separación
ideal. Una pequeña cantidad de partículas de tamaño inferior a la abertura nominal del tamiz
permanecen en el rechazo (por ejemplo, estar incrustados en partículas mayores, haber encontrado
aberturas de un tamaño inferior al nominal, etc.). De forma análoga, a causa de la presencia de
aberturas sobredimensionadas, partículas mayores que la abertura nominal pueden ser encontradas
en la fracción inferior del material que ha
pasado por el tamiz.
Debido a ésta inexactitud, no puede fijarse un tiempo en el cual el proceso de tamizado pueda ser
completado.
Si el punto final del tamizado se determina por comparación con anteriores tamizados, es importante
comprobar que el resultado no está significativamente reducido por el factor de taponamiento de las
aberturas.
Para la mayoría de materiales no friables puede considerarse que el punto final de tamizado ha sido
hallado cuando la cantidad que ha pasado por el tamiz en 1 minuto es menor que el 0,10% de la masa
total de la carga.
Para materiales friables y, en ciertos casos, el punto final de tamizado será determinado
experimentalmente, que en caso de comprobaciones de suministro, ambas partes deberán acordar un
tiempo determinado de tamizado, siendo ésta la única manera en la cual los resultados podrán ser
comparables.