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Humanidades 1

Grupo 35

Pamela (Sam) Salazar Araya

La importancia de la Historia: un medio


para el cambio

20 de abril de 2023
La palabra Historia, usualmente asociada a la materia escolar de Estudios Sociales, es
capaz de ser vista desde muchos ángulos. En la escuela, consistía en aprender fechas y
personajes, los cuales sí poseen cierto nivel de importancia, pero no son parte de la función
principal de esta Ciencia. La Historia no solo tiene que ver con el pasado, sino también con el
presente. Pues es desde el aquí y el ahora que surgirán las dudas e inquietudes de parte de las y
los historiadores. No se trata solo de hechos, sino de un proceso de análisis, crítica y reflexión de
estos.

En sí misma, la Historia va a depender estrechamente de las historiadoras y los


historiadores, pues son ellas y ellos quienes llevan a cabo el proceso historiográfico. No solo eso,
sino que dichos profesionales se verán influenciados por la realidad en la que vivan, la cual, a su
vez, impactará en cómo cuenten y exploren los hechos. Como ejemplo claro tenemos el
colonialismo y la crueldad vivida por los pueblos indígenas. La forma en la que se narraban estos
acontecimientos fue cambiando hasta hace poco. Pues antes, al menos en Costa Rica, se
estudiaba desde el punto de vista del colonizador como un gran descubrimiento, cuando en
realidad sabemos que no fue así.

La Historia nos abre un camino al cuestionamiento en todos los sentidos. A hacernos de


dudas y analizar la sociedad en la que vivimos. En este breve ensayo no busco dar únicamente
definiciones ni repetir las lecciones aprendidas, sino abrir una puerta a un pensamiento crítico y
toma de conciencia. Casi una puerta al proceso principal de la Historia: análisis, crítica y
reflexión. En el poco tiempo que llevo de formar parte de esta Universidad, específicamente de
la Escuela de Humanidades, aquello que alguna vez di por sentado quedó puesto de cabeza. Un
cambio necesario que ha despertado más intriga por aprender y descubrir.

La sociedad de hoy se abre cada vez más a investigar y cuestionar aquello que nos
enseñaron las generaciones anteriores, o lo que en algún momento nos impuso un sistema
patriarcal hegemónico. Que mi ensayo sea un pequeño grano de arena que forme parte de este
cambio. Sin más que agregar, demos inicio.
Para comenzar, es necesario remontarse unos años en el tiempo y ver de dónde surge el
término Historia. La primera vez que se hace alusión a este vocablo fue en la antigua Grecia,
cuando Heródoto utilizó la palabra Istorin o Historiai para referirse a uno de sus estudios de las
Guerras Médicas. Posteriormente, en el siglo XVIII, con la aparición del método científico, la
Historia se convierte en una Ciencia Social (Fusco, 2009, p.230).

¿Qué quiere decir esto? Para comprenderlo, es importante aclarar qué es lo que se
entiende por Ciencia Social. Según la Universidad del Valle de Grijalva (UVG) (2022) “Las
Ciencias Sociales son aquellas que se relacionan con el comportamiento humano y la sociedad en
general… También se enfocan en analizar los impactos de las vivencias y contextos en la
conducta y desenvolvimiento de los grupos sociales”. Sintetizando estas palabras, es posible
comprender la Historia como el estudio del ser humano en sociedad a través del tiempo. Al esta
última estar en constante cambio, la historia se vuelve dinámica, pues conforme pasa el tiempo,
se llega a tener una mejor comprensión del pasado.

Es desde el presente que se analiza el pasado, y es el presente el que le da al pasado un


nuevo significado.

Anudado a lo anterior, es fundamental aclarar que no existe una sola versión de Historia,
o, mejor dicho, una sola versión de los hechos. Las historiadoras e historiadores no encuentran la
interpretación como tal. No existe una “verdad absoluta”. No, ellas y ellos deben someterse a un
proceso de investigación profundo en el que destacan el análisis, la crítica y la reflexión de y
sobre los acontecimientos en estudio, el cual irá cambiando con el pasar de los años y el contexto
en el que estos profesionales se desarrollen.

Es debido a esto que las historiadoras e historiadores juegan un papel fundamental en esta
ciencia. Su contexto y pertenencia a grupos sociales determinarán sus intereses e interpretaciones
de los acontecimientos. Las y los profesionales en Historia se hacen preguntas de su tiempo y
con ellas, como ya se dijo anteriormente, le darán una nueva forma al pasado que corresponda
con la visión de la realidad presente.

Con la importancia de dichos profesionales aclarada, es posible indagar más en el papel


que desempeñan en la Historia. Como bien menciona Giannina Fusco en su artículo La
Investigación Histórica, Evolución y Metodología: “…los historiadores analizan y registran los
acontecimientos individuales y grupales de la sociedad, el papel que los individuos desempeñan
en las instituciones y fundamentalmente el significado de los acontecimientos en el contexto
donde surgieron” (Fusco, 2009, p.233).

Cabe destacar que las y los profesionales en Historia deben estar ampliamente preparadas
y preparados en diversas ciencias auxiliares, además de tener bases epistemológicas en áreas
como la antropología y geografía. Por nombrar algunas, están la filología, la paleografía, la
genealogía, entre otras. Asimismo, tanto historiadoras como historiadores deben poseer un
conocimiento de la heurística, la cual consiste en buscar aquellas fuentes necesarias para la
realización de la investigación histórica, al igual que precisar la cantidad de estas y dónde se
ubican (Fusco, 2009, p.231).

En relación con lo descrito en el párrafo anterior, también es importante mencionar el


método y las etapas de la investigación histórica. Es fundamental traer a colación que los
métodos están sujetos a cambios debido a la misma dinámica y movimiento de la historia. Todo
dependerá del estilo o fin con el que se relaten los hechos. Veamos este proceso de manera breve.

Dentro de las etapas, en primer lugar, se presenta el planteamiento del problema. Sin
problema no hay historia, simple. Es necesario que haya una pregunta por resolver, una espinita
de curiosidad y dudas por el pasado y, en ocasiones, cómo este afecta en el presente. Su función
es determinar cómo, cuándo y por qué pasaron los hechos. Para llevarla a cabo se requiere cierto
conocimiento base del suceso a investigar, por lo que se recurre a la heurística.

Seguidamente, está el planteamiento de una hipótesis, la cual consiste en una posible


respuesta a la pregunta anteriormente formulada. Es un intento por explicar los hechos en
estudio. Esta puede ser comprobada o no. Para verificarlo, se procede a la recolección de fuentes
y el análisis de datos. Este último paso es fundamental, pues es ahí donde realmente aparece el
pensamiento crítico. Cuestionar es imprescindible para la historia y para el desarrollo de la vida.
Dentro de las fuentes a recolectar existen dos tipos: las primarias, las cuales no han sido
manipuladas por nadie; y las secundarias, que consisten en relatar lo que otros ya dijeron, como
en las noticias del periódico o las páginas web.
Por último, está la elaboración del informe de resultados, en el cual la historiadora o
historiador incluye todo el proceso investigativo que llevó a cabo. Este debe de poseer una
introducción, un cuerpo, conclusiones y bibliografía.

Pero ahora, ¿para qué realmente sirve todo esto y qué tiene que ver con mi día a día?
Pues la historia, como bien se dijo al inicio, es el estudio de los seres humanos como individuos
en sociedad. Esta ciencia nos ve como un conjunto, y está en lo correcto, sin los otros no
seríamos capaces de sobrevivir; pero también nos ve desde una parte identitaria, de quiénes
somos. Nos vemos reflejadas y reflejados en nuestra propia historia, y forma parte de las
personas que somos hoy.

Pensemos por un momento en cultura. En lo personal, me parece muy curioso que la


identidad costarricense no sea tan arraigada como la de otros países latinoamericanos (como
México, por ejemplo). No tenemos algo que sea como un sello nacional con el que nos
identifiquemos. Lo más cercano a eso es la selección nacional de futbol, y seamos honestos, no
vale la pena, al menos desde mi criterio. Este país fue una de las muchas regiones colonizadas
por españoles, donde nos impusieron un estilo de vida, un idioma y una religión ajenas a todo lo
conocido. Las tradiciones de nuestros nativos las hemos olvidado y/o despreciado. Nuestras
raíces indígenas están empolvadas. Nosotros no somos blancos, somos mestizos, lo que debería
tener en cuenta a nuestras madres indígenas.

¿A qué busco llegar con lo anteriormente descrito? Que la historia es cultura, es raíz, es
origen de dónde venimos y de quiénes somos. Costa Rica ha dejado olvidada parte de su historia,
por lo que nuestra identidad nacional recae penosamente sobre un deporte que, desde su
popularización, fue pensado por y para hombres. Rescatar, aunque sean pedacitos de estos
saberes extraviados, es fundamental para reformar nuestra percepción de nosotras y nosotros
como costarricenses (al menos si se quiere ver desde un mundo con fronteras).

La Historia nos permite ver y analizar nuestro pasado, pero también nuestro presente. He
sido sumamente enfática con esto a lo largo del ensayo, pues no es posible comprender lo
desconocido si no se conoce lo conocido. El pasado y el presente se retroalimentan y nos dan una
ligera visión o ideal del futuro. La Historia no se trata únicamente de textos antiguos y
empolvados, se trata de nosotras y nosotros. Forma parte de nuestra identidad como civilización.
Por eso es por lo que es tan importante, sin ella probablemente estaríamos estancados en un
mismo punto. Incluso, aún cuando la tenemos, parece que somos parte del mismo círculo vicioso
de errores, resistiéndonos una y otra vez al cambio.

Como última acotación me gustaría invitar, sobre todo a las y los jóvenes, a la crítica.
Con esto no me refiero a andar juzgando cada pequeño detalle, sino a problematizar nuestra
realidad social, a mirar con sopecha aquello que desde bebés se nos ha impuesto. Muchas de las
construcciones sociales con las que vivimos son altamente cuestionables. Para poner un ejemplo
cualquiera solo necesitamos ver el día a día de nuestro país. La creencia de superioridad con base
en cualquier aspecto (ya sea económico, de género, etc.) es absurda, al igual que la cantidad de
términos despectivos que se utilizan para aquellas personas que socialmente son colocadas como
minorías.

Cuando vemos algo que no está bien, es necesario actuar, pero no desde la impulsividad,
más bien desde el análisis y la reflexión. Cuestionar es el primer paso para el cambio, La Historia
es un agente de cambio. Como dijo John Lewis en su momento: “No hay nada de malo con un
poco de agitación por lo que es correcto o justo”. Entonces pongamos en duda todo aquello que
se da por sentado y agitemos la sociedad con buenos problemas.
Bibliografía

Universidad Valle del Grijalva (UVG). (2022). ¿Qué son las Ciencias Sociales y qué estudian?
https://uvg.edu.mx/blog/index.php/ciencias-sociales/

Fusco, G. (2009). La investigación histórica, evolución y metodología. Revista Mañongo


(Venezuela), XVII(32).

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