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RESUMEN
ABSTRACT
The role of culture is fundamental in the health- illness process. In the societies where are living
together people of different cultural references, the professionals of nursing would be prepared
for efficient communication with their patients; furthermore they should know, and take into
account, their cultural references in relation to the health - illness process. As being essential
the acquisition of this cultural knowledge by nurses, a research has been carried out in order to
determine the contents of cultural and intercultural communicative competences provided by
the academic curriculum to the future nurses. The results of this study show that there is a
deficit of these competences in the academic programs and in the information that receive these
students. The paper concludes with a proposal to train the nursing professionals on these
competences.
Key words: Nurses, Intercultural communicative competences, Cultural competences, Academic
programs.
Introducción
Los movimientos migratorios a nivel planetario han llegado a tener tal envergadura en los últimos
años que de los 6.500 millones de personas que formamos la población mundial, en la actualidad
hay más personas viviendo fuera de su país de origen que en ningún otro momento de la historia:
1 de cada 35 personas es un migrante internacional, es decir, el 3% de la población mundial, lo
que suponen unos 200 millones de personas (OMS, 2007).
El aumento de extranjeros en España está produciendo el asentamiento creciente de grupos
culturales de todas las partes del mundo; con sus costumbres, sus tradiciones, sus valores, sus
creencias y su visión del mundo, de la vida, de la muerte y del proceso salud-enfermedad, de
cómo se enferma, cómo se sana, quién puede sanar, qué hacer y qué no hacer para sanar, etc.
(Plaza-del Pino et al., 2005). Este continuo cambio en la composición cultural de la sociedad en
los últimos años se ve reflejado en múltiples aspectos, especialmente en los servicios públicos.
En la Sanidad se está observando un aumento en el porcentaje de pacientes extranjeros, un
desafío para todo el sistema, en especial para el personal de Enfermería, al encontrarse en la
primera línea de contacto y asistencia a estos nuevos usuarios. Pensar que esta diversidad
cultural es un problema no es una idea aislada, son muchos los que ven a los otros como
portadores de enfermedades, pobreza, falta de educación y se les rechaza pensando que pueden
manifestar comportamientos o conductas antisociales (Soriano, 2007). Los trabajadores de la
Sanidad Pública, como trabajadores de un servicio de cobertura universal, no pueden elegir a
quién atienden y, en su mayor parte, los extranjeros tampoco eligen dónde quieren ser
atendidos, así que tanto unos como otros están condenados al entendimiento.
La atención sanitaria a la población extranjera supone un auténtico reto para el personal
sanitario, el reto de cuidar en una sociedad multicultural. Un reto que a menudo fracasa por los
déficits que en formación específica para la atención a grupos culturales diferentes al autóctono
tienen los profesionales; porque falla la comunicación, por ignorancia, por actitudes negativas o
incluso por rechazo hacia la diferencia cultural (Vilá, 2004), porque no son capaces de
comunicarse con el diferente, de comunicarse con el paciente diferente, incapacidad que se
traduce en el fracaso del más importante acto de comunicación que realiza el profesional de
Enfermería: el cuidado (Plaza-del Pino, 2008).
En una sociedad multicultural el éxito en la comunicación intercultural de los profesionales de
Enfermería con sus pacientes es clave, Iglesias (1999) define el concepto de comunicación
intercultural como "el proceso simbólico, interpretativo, transaccional y contextual en que un
cierto nivel de diferencia entre las personas es suficientemente importante para crear
interpretaciones y expectativas diferentes acerca de lo que se considera conductas competentes
que se deben utilizar para crear significados compartidos."
Por otro lado, en el mundo de la salud no hay que olvidar que la cultura juega un papel
fundamental en el proceso salud-enfermedad, cada cultura delimita o construye un conjunto
peculiar de respuestas al proceso salud-enfermedad que otorgan la condición de enfermo,
incorporando a su vez en las personas, interpretaciones y actitudes que inducen a vivir la
enfermedad de una determinada manera (Spector, 2001). En torno a esta misma idea, Marie-
Françoise Collière (1993) afirmaba que existe un relativismo cultural inherente en todas las
concepciones de salud y de enfermedad. Los profesionales de Enfermería han de tener en
cuenta, además, que en el desarrollo de su trabajo confluyen, al menos, tres culturas (Fuller,
2003): la cultura del paciente, su propia cultura y la cultura de la organización donde trabaja. En
este contexto cultural múltiple el profesional tiene que ser capaz de establecer un diálogo entre
ellas y buscar puntos de encuentro, en muchas ocasiones la enfermera representa el único
enlace para conseguir conectar las necesidades del paciente y las necesidades de la organización
y, de esta manera, poder salvar lo que Macpherson (citado por Fuller, 2003; 193) define como
racismo institucional, "la falta colectiva de una organización de proporcionar servicio apropiado y
profesional a determinados individuos debido a su color, cultura u origen étnico". Para poder
realizar esta función mediadora, por un lado, y proveedora de un servicio apropiado y
profesional, por otro, la enfermera tendrá de formarse en lo que los anglosajones denominan
cultural sensivity o cultural competency, en castellano se han traducido ambos términos como
Competencia Cultural o Competencia Intercultural.
En este contexto, los profesionales sanitarios, para afrontar con garantías el cuidado en la
sociedad multicultural del siglo XXI, no sólo deberán ser capaces de comunicarse eficazmente
con el paciente con otros usos culturales, sino que además deberá conocer y tener en cuenta en
qué grado su pertenencia cultural condiciona su visión del proceso salud-enfermedad.
La situación descrita nos ha hecho plantearnos un estudio en el que indagar en la formación que
reciben actualmente los enfermeros y enfermeras españolas para prepararlos ante el cuidado en
la sociedad multicultural, tanto en los estudios de grado como de postgrado y formación
continua que se les ofrece a los profesionales en los centros de trabajo.
El principal objetivo que nos hemos marcado en este estudio ha sido el de conocer cual es la
oferta formativa reglada a la que tienen acceso los profesionales de Enfermería tanto en los
estudios de grado como postgrado para abordar el cuidado en la sociedad multicultural, así como
el desarrollo teórico en competencia cultural-intercultural y comunicación intercultural en el
campo de la Salud en general y más concretamente en el campo de la Enfermería en España.
Para lograr nuestro objetivo se ha realizado una amplia revisión bibliográfica bajo los
descriptores cultura, comunicación intercultural, competencia cultural, formación y Enfermería
en distintas bases de datos bibliográficas como MEDLINE, CUIDEN, CUIDATGE y Google Scholar,
además de una revisión de las asignaturas ofertadas en la Titulación de Enfermería en las
distintas universidades españolas tanto públicas como privadas.
Conclusiones
En la realidad multicultural donde la Enfermería desarrolla su labor, los cuidados tienen que
evolucionar hacia un abordaje holístico, donde el entendimiento de los valores y percepciones
del paciente sobre su salud sea algo imprescindible, la diversidad de cuidados que brinde el
profesional no será de calidad a menos que las experiencias vitales de sus pacientes, así como
sus propias interacciones con el ambiente que les rodea, estén cubiertas, sean entendidas,
analizadas y articuladas como afirman Ibarra y Siles (2006). La labor de los profesionales
sanitarios debe ser sensible a la diversidad cultural de las poblaciones a las que presta sus
servicios, y aplicar sus conocimientos científicos adaptados a esa pluralidad (Lane, 2003). Esta
sensibilidad cultural positiva necesaria en los profesionales de Enfermería se puede aprender,
por lo que abordar una formación específica en este campo es de gran importancia para poder
atender y cuidar adecuadamente a la universalidad de pacientes que se puedan tener;
conociendo otras culturas, otras maneras de vivir el proceso salud-enfermedad, las teorías y
modelos enfermeros que profundizan en los cuidados culturales, la competencia intercultural en
Enfermería, fomentando el contacto intercultural, mejorando y adaptando los cuidados
enfermeros y de esta forma ganar en convivencia, respeto cultural y calidad en los cuidados
(Plaza-del Pino y Soriano, 2008).
Pero además creemos que hay que ir más allá: hay que formar a las enfermeras y enfermeros
tanto en los estudios de grado y postgrado como en la formación continuada en los centros de
trabajo para conseguir que sean competentes no sólo culturalmente, bajo ese prisma
antropologicista en el que se basa la formación reglada que actualmente se ofrece en algunas
universidades de nuestro entorno, sino además competentes para tener éxito en la comunicación
intercultural.
Entendemos al igual que Ibarra y Siles (2006) el cuidado como un acto comunicativo por lo que
consideramos que es de gran importancia en esta sociedad multicultural el desarrollo de la
Competencia Comunicativa Intercultural en el personal de Enfermería, este concepto
desarrollado principalmente en el ámbito educativo que se define como "el conjunto de
habilidades cognitivas y afectivas para manifestar comportamientos apropiados y efectivos en un
contexto social y cultural determinado, que favorezcan un grado de comunicación
suficientemente eficaz, pretendiendo llegar a ser capaces de comprender y comunicarse con los
otros" (Vilà, 2004), ha de tenerse en cuenta en la formación de los profesionales de Enfermería.
En este contexto, los profesionales sanitarios, para afrontar con garantías el cuidado en la
sociedad multicultural, no sólo deberán ser capaces de comunicarse eficazmente con el paciente
con otros usos culturales, sino que además deberá conocer y tener en cuenta sus condicionantes
culturales respecto al proceso salud-enfermedad, ambos aspectos, comunicación y conocimiento
cultural, se engloban en la Competencia Comunicativa Intercultural.
Trataremos de delimitar a continuación cada uno de los componentes en la Competencia
Comunicativa Intercultural (cognitivo, afectivo y comportamental) que tienen que desarrollar los
profesionales para lograr una relación y una comunicación suficientemente eficaz con los
pacientes, familias y comunidades con usos culturales diferenciados:
-Componente cognitivo. El conocimiento, comprensión y conciencia de todos aquellos elementos
culturales y comunicativos, tanto propios como de los otros, que promuevan una comunicación
efectiva, para que este conocimiento cultural sea competente debe incluir las variaciones en
lengua, los símbolos y los estilos de la comunicación (Gilbert, 2006). La Enfermería tendrá
además que valorar las influencias y la identificación del paciente con su grupo cultural a través
del análisis de lo que Purnell (2002) denomina características primarias y secundarias, analizando
las similitudes y diferencias culturales en el campo de la salud y la comunicación, aprendiendo
con el otro más que sobre el otro, siendo fundamental el conocimiento de los propios valores y
prejuicios que cada uno tiene hacia otras culturas y una exploración profunda de la propia, lo
que Campinha-Bacote (1999) llama conciencia cultural, ya que para superar los prejuicios y huir
de los estereotipos se tiene que partir del conocimiento entre iguales; no se puede respetar lo
que no se entiende o se desconoce.
-Componente afectivo. Las habilidades de emitir respuestas emocionales positivas y controlar
aquellas emociones que pueden perjudicar el proceso comunicativo intercultural (Vilá, 2006),
como conseguir controlar la ansiedad ante el encuentro intercultural, desarrollar la capacidad de
empatía, etc. son importantes, aunque lo que considero más relevante para la Enfermería dentro
del componente afectivo es el deseo cultural: tener motivación hacia el encuentro intercultural,
a conocer y aprender de otras realidades culturales.
-Componente comportamental. Dentro del conjunto de conductas, habilidades verbales y no
verbales que se traducirán en una comunicación apropiada y efectiva, somos de la opinión que la
relación enfermera-paciente se tiene que establecer desde una posición de igualdad, como
aconseja Rodrigo (1999), evitando paternalismos o victimismos. Para la Enfermería es
fundamental la flexibilidad comportamental de la que habla Vilá (2006), para adaptar las
actuaciones, expresiones y cuidados al contexto cultural en el que se den.
Estamos convencidos de que es necesario abordar a corto plazo la formación específica en
Competencia Comunicativa Intercultural de los profesionales de la Salud en general, y
especialmente de enfermeras y enfermeros, tanto en la formación de grado como de postgrado y
en la formación continuada que se oferta a los profesionales en los centros sanitarios.
Actualmente en España no se ha desarrollado ningún programa específico en formación en
Competencia Comunicativa Intercultural para profesionales de Enfermería.
Bibliografía