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LIBRO

Libro
.
friend (En una biblioteca estamos rodeados de un amigo), L. Block (1901).
Un libro (del latín liber, libri) es una obra impresa, manuscrita o pintada en una
serie de hojas de papel, pergamino, vitela u otro material, unidas por un lado (es
decir, encuadernadas) y protegidas con tapas, también llamadas cubiertas. Un
libro puede tratar sobre cualquier tema. Según la definición de la Unesco,12 un libro
debe poseer veinticinco hojas mínimo (49 páginas), pues de veinticuatro hojas o
menos sería un folleto; y de una hasta cuatro páginas se consideran hojas sueltas
(en una o dos hojas).2
También se llama «libro» a una obra de gran extensión publicada en varias
unidades independientes, llamadas tomos o volúmenes. Otras veces se llama
«libro» a cada una de las partes de una obra, aunque físicamente se publiquen
todas en un mismo volumen (ejemplo: Libros de la Biblia).

Persona leyendo un libro electrónico en un lector


digital.
No obstante, esta definición no queda circunscrita al mundo impreso o de los
soportes físicos, dada la aparición y auge de los nuevos formatos documentales y
especialmente de la World Wide Web. El libro digital o libro electrónico, conocido
como e-book, está viendo incrementado su uso en el mundo del libro y en la
práctica profesional bibliotecaria y documental. Además, el libro también puede
encontrarse en formato audio, en cuyo caso se denomina audiolibro.

Historia[editar]
Artículo principal: Historia del libro

Libros antiguos en la biblioteca de Merton


College (Universidad de Oxford, Reino Unido)
Desde sus orígenes la humanidad ha tenido que hacer frente a una cuestión
fundamental: la forma de preservar y transmitir su cultura, es decir, sus creencias
y conocimientos, tanto en el espacio como en el tiempo.
El planteamiento de esta cuestión supone, por un lado, determinar la forma de
garantizar la integridad intelectual del contenido de la obra y la conservación del
soporte en el que fue plasmada y, por otro, encontrar el medio por el cual se
mantendrá inalterada la intención o finalidad para la cual se concibió.
Los orígenes de la historia del libro se remontan a las primeras manifestaciones
pictóricas de nuestros antepasados, la pintura rupestre del hombre del paleolítico.
Con un simbolismo, posiblemente cargado de significados mágicos, estas pinturas
muestran animales, cacerías y otras escenas cotidianas del entorno natural del
hombre antiguo que trataba de dominar las fuerzas adversas de la naturaleza,
capturando su esencia mediante su representación.
Comunicación oral y formas rudimentarias[editar]
Las señales gestuales fueron la primera forma de expresar y transmitir mensajes.
La palabra hablada es la manera más antigua de contar historias. Mediante
fórmulas de valor mnemotécnico se estructuraban narraciones, que pasaban de
generación en generación como valiosa herencia cultural de los más diversos
grupos humanos. Dichas reglas mnemotécnicas ayudaban tanto a la
memorización como a la difusión de los relatos. Es el caso de
los poemas homéricos, que han merecido valiosos estudios sobre el particular.
Posiblemente, gran parte de las tradiciones y leyendas han tenido semejante
inicio. Esta transmisión oral tenía el inconveniente de los «ruidos» que deformaban
el mensaje. La mayoría de las veces era el narrador (rapsoda, aeda, juglar) quien
en función de sus intereses la deformaba de una u otra forma.
La escritura[editar]
Cuando los sistemas de escritura fueron creados en las antiguas civilizaciones, el
hombre utilizó diversos soportes de escritura: tablillas de arcilla, ostracon, placas
de hueso o marfil, tablas de madera, papiros, tablillas enceradas, planchas
de plomo, pieles curtidas, etc.
La escritura fue el resultado de un proceso lento de evolución con diversos pasos:
imágenes que reproducían objetos cotidianos (pictografía); representación
mediante símbolos (ideografía); y la reproducción de sílabas y letras.
Los más antiguos vestigios de escritura se encuentran, hacia finales del IV milenio
a. C., en el Antiguo Egipto, con jeroglíficos, y la antigua Mesopotamia,
mediante signos cuneiformes (escritura cuneiforme; utilizaban una varilla con
sección triangular, que al hendir en placas de arcilla, dejaba una marca en forma
de cuña). La usaron los sumerios, acadios, asirios, hititas, persas, babilonios, etc.
La escritura egipcia, que perduró más de tres milenios, mediante jeroglíficos,
representaba ideas abstractas, objetos, palabras, sílabas, letras y números.
Evolucionó en las escrituras hierática y demótica. Otros pueblos, como los hititas y
los aztecas también tuvieron tipos propios de escritura.
China[editar]
Manuscrito chino en seda del siglo V
La escritura china más antigua que se conoce son 50000 inscripciones sobre
conchas de tortuga que incorporan 4500 caracteres distintos, y data del 1400 a. C.
en el yacimiento de Xiaotun, en la provincia de Henan. Pero los primeros libros
reconocibles de China corresponden al siglo VI a. C., los jiance o jiandu, rollos de
finas tiras de bambú o madera grabados con tinta indeleble y atados con cordel.
Estos textos servían principalmente a causas institucionales, era la obra de
funcionarios civiles o militares.3
Desde Confucio en adelante (551-479 a. C.) los libros se convirtieron en
importantes instrumentos de aprendizaje, se escribieron tratados de filosofía,
medicina, astronomía y cartografía.
En el período de los reinos combatientes (475-221 a. C.) La seda se usó mucho
como soporte para escribir. La tela era ligera, resistente al clima húmedo, absorbía
bien la tinta y proporcionaba al texto un fondo blanco, sin embargo era mucho más
cara que el bambú, es por esto que en ocasiones se hacía una copia en bambú
antes de grabarse en seda los textos importantes.
La invención del papel según la tradición china, se atribuye a un eunuco de la
corte imperial llamado Cai Lin en el 105 d. C. Usando nuevos ingredientes (trapos
viejos, cáñamo, corteza de árbol y redes de pescar) creó un método de fabricación
de papel muy similar al que se usa hoy en día. Pero el papel tardó cientos de años
en reemplazar al bambú y la seda, fue hasta finales del siglo II d. C. que la corte
imperial lo usó en cantidades importantes. Esta innovación no se propagó fuera de
China hasta el 610 d. C. aproximadamente, y alcanzó Europa a través de España
hasta el siglo XII.
A mediados del siglo VIII los chinos inventaron la impresión xilográfica, o el
grabado en madera, y la necesidad de reproducir un gran número de textos e
imágenes budistas, calendarios, manuales de adivinación y diccionarios promovió
una rápida y temprana propagación de la xilografía. El primer libro impreso chino
que se ha encontrado es el Sutra del diamante del 868 d. C.
Los impresores chinos crearon los tipos móviles hacia el siglo XI, el escritor chino
Ch'en Kua (1030-1095) narra la historia de esta invención en su libro de cosas
vistas y oídas (Mengshi Pitan), según el escritor el herrero JenTsung de la dinastía
de los Song del norte entre 1041-1049 logró crear caracteres móviles, para esto
utilizó arcilla endurecida al fuego sobre la cual había grabado unos caracteres
móviles que fijo sobre una plancha de hierro impregnada de resina de pino, cera y
cenizas. También se le atribuye la creación de una mesa giratoria para guardar los
caracteres, esta técnica se llamaba tipografía tablearia. Hacia el 1300 Wang-
Tcheng, un técnico agrónomo, emplazó la arcilla por madera de azufaifo, que era
mucho más dura. Pero este avance no revolucionó la imprenta hasta el punto que
lo hizo Gutenberg en Europa 400 años después. A diferencia de las lenguas
europeas, el chino escrito requiere miles de caracteres únicos, lo que hace mucho
más eficaz los bloques de madera individuales que los enormes conjuntos de tipos
reutilizables. En contraste con el declive de las artes de los escribas en occidente
en los siglos que siguieron a la creación de la imprenta de tipos móviles, la
caligrafía china conservó su prestigio, era un arte. No obstante, a finales del
siglo XV, China había producido más libros que el resto del mundo junto.
Los árabes aprendieron la técnica para fabricar papel de sus contactos con China
en el siglo VIII, y este se introdujo en Europa en el siglo XII a través de la España
musulmana.3
Corea[editar]
La obra xilográfica más antigua encontrada hasta nuestros días es el Dharani
Sutra de Corea, datado en el 751 a. C., aunque no se sabe quién fue el inventor
de la xilografía los chinos y coreanos fueron los que impulsaron la impresión
xilográfica, principalmente para editar textos religiosos. El budismo chino y
coreano fue el vehículo que trasmitió la xilografía a Japón. Pero Corea realizó
muchos otros avances que revolucionaron la manera de imprimir y en
consecuencia el libro.
Entre 1234 y 1239, los coreanos que se habían refugiado en la isla de Gwanghwa,
debido a la invasión mongol, no disponían de madera dura. Fue entonces cuando
imprimieron 28 ejemplares de los 50 volúmenes del Go geum sang jeong ye mun
con caracteres móviles metálicos. La obra del año 1239 describe el método
utilizado y termina diciendo: impreso para la eternidad con caracteres de nueva
fabricación. Más tarde el rey Taejong puso en funcionamiento un taller que
contribuía a la difusión de la escritura y en 1403, el tercer año de su reinado, se
restableció la fundición nacional, el Jujaso, donde se fabricaban caracteres
móviles de imprenta, realizó la primera fundición de tipos móviles en bronce. Cabe
señalar que la invención de la tipografía coreana es de primordial importancia para
la religión, particularmente el budismo, el confucionismo, y el taoísmo.4
Durante el reinado del tercer hijo de Taejong, Sejong aumentó el número de
centros dedicados a la enseñanza. En la capital existían cuatro escuelas, un
colegio para el pueblo y una escuela para la familia real y sus parientes. El libro se
convirtió en la herramienta primordial de los esfuerzos de alfabetización que,
incluso llegaron a las provincias y pueblos lejanos. Los niños varones tenían que
seguir las clases que les inculcaban las nociones básicas como la escritura y
la lectura.
Los caracteres fueron mejorando con el tiempo, buscaban una forma más
cuadrada y más regular que los precedentes, facilitando así la composición.
Durante la invasión japonesa (1592-1598) un general japonés llevó caracteres
móviles y libros a Japón, así Japón pudo desarrollar su imprenta, en cambio, la
imprenta coreana retrocedió a partir de ese momento, se volvió a la madera para
la fabricación de tipos móviles y cada la producción de libros decayó.5
Sin duda alguna la dinastía Joseon fue el gran periodo para los libros coreanos, se
sabe de 32 fundiciones de caracteres móviles metálicos y más de 350 modelos
diferentes. A pesar de las dificultades Corea supo desarrollar e incluso exportar
sus técnicas de imprenta. China no utilizó caracteres móviles hasta finales del
siglo XV, en 1490, por su parte, Japón adoptó la técnica tipográfica coreana a
finales del siglo XVI en 1592.
Egipto[editar]

Papiro egipcio en hierático del 1600 a. C.


Egipto creó el papiro y lo exportó a todo el Mediterráneo, se usaba para plasmar
textos en Egipto, Grecia y Roma. La fabricación del papiro era complicada y dado
que las láminas de papiro estaban hechas de dos capas superpuestas, por cada
cara discurría una veta distinta, de ahí que se denomine recto donde el grano
discurría de forma horizontal y verso en donde el grano discurría en vertical, sin
embargo solo se escribía en la cara interna que era la más lisa. Las láminas se
pegaban para hacer un rollo.
El arte en el perfeccionamiento de la técnica de escritura tiene que ver con la
sustitución del papiro por el pergamino. Los faraones y gobernantes egipcios
ejercieron un monopolio sobre la fabricación del papiro hasta el siglo XII (ya con los
musulmanes). Decidían el precio de las ocho variedades de papiro del mercado, y
aplicaban a su gusto medidas de presión o sabotaje. A principios del siglo II a. C.
el rey Ptolomeo V, corroído por la envidia, intentaba perjudicar a una biblioteca
rival situada en la ciudad de Pérgamo (actual Turquía) que, al igual que
la Biblioteca de Alejandría, intentaba atraer a los sabios de la época. Hizo
encarcelar a su bibliotecario, Aristófanes de Bizancio, cuando supo que éste
planeaba instalarse en Pérgamo bajo la protección del rey Eumenes II. Furioso por
la posible competencia, Ptolomeo interrumpió el suministro de papiro al reino de
Eumenes para doblegar a la biblioteca enemiga privándola de la materia prima
que hasta entonces era el mejor material de escritura existente. El embargo
impulsó un gran avance que llevaría el nombre de la ciudad. En Pérgamo
perfeccionaron la antigua técnica oriental de escribir sobre cuero. En recuerdo de
la ciudad que lo universalizó el producto mejorado se llamó “pergamino”. Unos
cuantos siglos más tarde, este hallazgo cambió la fisonomía y el futuro de los
libros.6
A partir del siglo I d. C. el pergamino comenzó a competir con el papiro. Se cree
que aquel surgió en Pérgamo, en la actual Turquía. El pergamino tenía la ventaja
de resistir condiciones de humedad, era más duradero y podía doblarse sin
romperse, también podía rasparse para limpiarlo y ser reutilizado.
Es muy poco lo que se conoce de las bibliotecas egipcias, un pequeño testimonio
es el templo de Horus, donde en uno de los muros están los títulos de 37 libros
que eran parte de las bibliotecas.7
Grecia[editar]
La escritura alfabética hizo más accesible la lectura y la escritura. El alfabeto
griego se desarrolló en el siglo VI y V a. C., era puramente fonético a diferencia de
los ideogramas chinos, un erudito chino podía dedicar toda su vida a dominar
miles de caracteres, en comparación, el alfabeto griego podía aprenderse en unos
días. El uso de la escritura se incrementó en Atenas hacia el siglo V a. C.8
En relación con el uso de la escritura y de los libros, se conocían entre los griegos
los oficios siguientes:

 Había escribientes, cuya profesión consistía en copiar, a quienes


llamaban bibliographi
 Otros que pintaban las letras, a los cuales les daban el nombre de kalligraphoi
 Asimismo había bibliopolæ cuyo nombre se daba a los libreros que vendían los
libros.
Estos entre los griegos no se vendían encuadernados sino enrollados en dos
varillas, una en el principio y otra en el final, de modo que se desenrollaban para
leerlos con la mano izquierda arriba cogiendo el extremo de la varilla del principio
y se recogía con la mano derecha en la del final. Así, una obra solía constar de
varios rollos o libros de papiros cosidos de una extensión más o menos definida.
En los griegos, aparece el comercio de los libros alrededor del siglo V a. C. en el
apogeo de la literatura. Las obras magistrales de poesía, historia y otras ramas
eran distribuidas en tiempo de Socrátes y Aristófanes. Los libros eran
manufacturados comercialmente y se empezaba una exportación a ultramar. Por
otro lado, las copias de los libros eran alquiladas a altos precios y aquellas
personas que poseían dinero podían pagar copistas privados para copiar los
textos deseados. La distribución de las obras no implica ganancias económicas
para sus autores. Entre las obras más difundidas y favoritas de los griegos, se
encuentran la Ilíada y la Odisea de Homero, seguido de Demóstenes y Eurípides9.
En Atenas, los libreros tenían tiendas públicas y en ellas se reunían
ordinariamente los literatos para leer los libros nuevos que se escribían.10
Roma[editar]
Entre los romanos se conocían las siguientes profesiones relacionadas con los
libros:

 los copistas de libros, llamados librarii


 los encargados de venderlos o bibliopolæ
 unos esclavos instruidos en el arte de encolarlos o pegarlos, conocidos con el
nombre de glutinatores.
En tiempo de la república las personas acomodadas tenían en sus casas muchos
copistas o secretarios, la mayor parte esclavos o libertos, para copiar los
manuscritos nuevos. Pero en tiempo de Augusto los vendedores de
libros, bibliopolæ, se introdujeron en Roma y comenzaron a verse tiendas de
libros, que solían estar cerca de la entrada de los templos y de los edificios
públicos, y en particular en el foro romano. Los libreros fijaban en sus puertas los
títulos de las obras que tenían en venta para que con un golpe de vista pudiese
cualquiera enterarse de lo que había en ellas.10
En la Roma imperial los escritos podían encontrarse en todas partes. La
administración cotidiana produjo un flujo constante de documentos, la
alfabetización rudimentario era habitual, incluso en las clases bajas, lo que
provocó que en el siglo I d. C. hubiera un crecimiento del público lector, ya no se
escribía para un círculo de amigo íntimos, sino para un público anónimo, pero la
clase alta siguió conservando la cultura literaria oral tradicional.
En el siglo III d. C. empezó el declive del imperio romano y las invasiones bárbaras
causaron una contracción de la cultura escrita. Muchas instituciones escolásticas
cayeron, a excepción de las mantenidas por la iglesia cristiana.
Durante los primeros siglos de la era cristiana apareció el códice, una de las más
importantes y perdurables revoluciones de la historia del libro. Era más compacto
y fácil de manejar que los rollos, podía utilizarse ambas caras del papel, lo que le
permitía contener más texto. Aunque el códice tenía claras ventajas, el rollo siguió
en uso durante varios siglos. La monarquía inglesa continuó usando rollos para
registrar sus leyes hasta la Edad Media.11
Con el advenimiento de la imprenta, se inicia la época de expansión bibliográfica,
de la modernidad y del pensamiento crítico, facilitado en la actualidad con el
acceso a la información en otro tipo de fuentes, tales como periódicos, revistas,
Internet, etc. No obstante, el valor del libro es perdurable a través del tiempo.
Edad Media[editar]

Copista del siglo XV


Antes de la invención de la imprenta era muy costosa la adquisición de una obra
importante y se vendía lo mismo que una heredad o casa, por medio de escritura
pública y bajo condiciones particulares. Los historiadores citan muchos ejemplos
de lo escasos que eran en la Edad Media los libros y de lo caros que se vendían
en Europa. Saint-Loup, abad de Ferrleres, envió dos de sus monjes a Italia el año
855, con el solo objeto de sacar una copia del Tratado de la Oratoria de Cicerón y
de algunos otros libros latinos, de los cuales no poseía sino algunos fragmentos.
En el siglo XII ejemplar de la Biblia y otro de las cartas de San Jerónimo eran
poseídos en común por varios monasterios de España, que se servían de ellos
simultáneamente. El abate Lebeuf menciona una colección de homilías por las
cuales se dieron en Bretaña, en el siglo XI, 2000 carneros y tres moyos de grano.
La copia de los manuscritos se hacia entonces con tanta pausa y lentitud, que una
copia de la Biblia sacada en cinco meses se consideró como un prodigio de
velocidad. Habiendo legado un particular en 1406 a una iglesia de Parts,
un breviario para el uso de sus capellanes y para los sacerdotes pobres, se
resolvió a fin de conservar tan preciosa alhaja y de cumplir al mismo tiempo los
deseos del testador, encerrarlo en una caja de hierro. En el siglo XV todavía no se
prestaban los libros sino con muchas garantías y seguridades.
Con el fin de que las obras se conservaran y reprodujeran, se acostumbraba en
algunos monasterios a que cada novicio copiara antes de profesar el libro que el
superior le señalaba a cuya costumbre debemos muchos libros preciosos de la
antigüedad, que sin esta medida no habrían llegado hasta nosotros. Los
monasterios contribuyeron con este y otros medios a la conservación de muchos
escritos y documentos preciosos que se salvaron, en medio de la borrasca
universal de la Edad Media, en aquellos monasterios donde se refugiaron y
encontraron acogida las ciencias y las letras.10

El libro antiguo[editar]

Trampantojo que representa una estantería, obra


de Giuseppe Maria Crespi.
El libro comprendido como una unidad de hojas impresas que se encuentran
encuadernadas en determinado material que forman un volumen ordenado, puede
dividir su producción en dos grandes períodos: desde la invención de la imprenta
de tipos móviles hasta 1801, y el periodo de producción industrializada.
El libro antiguo es aquel que fue producido en el período manual de la imprenta,
es decir que fue impreso con tipos móviles metálicos, estos libros fueron
publicados desde la creación de la imprenta en el siglo XV hasta el siglo XIX.
La aparición de la imprenta de tipos móviles en 1444, revolucionó el proceso de
producción del libro, aunque algunos procesos de la fabricación se mantuvieron
igual que en la época de los scriptoria, la imprenta hizo relativamente más sencilla
la producción de libros.12
La coexistencia del desarrollo de la imprenta con el comienzo del movimiento
humanista y la reforma luterana impulsaron el crecimiento de la industria del libro,
puesto que vieron en él un medio de difusión masivo. Pero también existían otras
circunstancias que ayudaron a la propagación del libro impreso, el auge de las
universidades desarrolló un mercado más amplio para los libros entre las élites
intelectuales laicas y religiosas. En medio siglo, la segunda mitad del siglo XV, el
libro impreso se convirtió en un importante negocio internacional, los libreros e
impresores fueron ante todo empresarios. Pero el libro también debe su expansión
a la atención que algunos monarcas y religiosos pusieron en la imprenta, en 1468
el papa Paulo II ordenó imprimir las epístolas de san Jerónimo, por su parte el rey
de Francia Carlos VII mandó a Nicolás Jenson a Alemania para aprender la
técnica de impresión, con el tiempo los más importantes soberanos en Europa
protegieron el desarrollo de la imprenta.
La superioridad de la imprenta sobre la xilografía fue incuestionable, la escritura
era regular, impresión a ambas caras, rapidez de impresión y la posibilidad de
volver a utilizar los caracteres para imprimir otros textos.13
Se puede establecer una cronología del libro antiguo dividida en siglos, tomando
como base ciertas características comunes en un siglo determinado:12

 Incunables siglo XV
 Renacentistas siglo XVI
 Barroco siglo XVII
 Neoclásico siglo XVIII
 Ilustrado siglo XIX
El auge del libro[editar]

La producción de libros en Europa crecía desde


500 hasta 1800 por el factor de más de 70 000.14 El evento clave era la invención
de la imprenta por Gutenberg en el siglo XV.
No es sino hasta mediados del siglo XVIII, una vez que el libro ha superado las
dificultades tecnológicas que le impedían convertirse en una mercancía, que este
inicia su rápido ascenso dentro del gusto de las minorías ilustradas de la sociedad.
La invención de la imprenta y el desarrollo del papel, así como la aparición de
centros de divulgación de las ideas, permitieron la aparición
del escritor profesional que depende de editores y libreros principalmente y ya no
del subsidio público o del mecenazgo de los nobles o de los hombres
acaudalados.
Además, surge una innovación comercial que convierte al libro en una mercancía
de fácil acceso a los plebeyos y los pobres, que consiste en las librerías
ambulantes, donde el librero cobra una cantidad mensual para prestar libros, que
al ser devueltos le permiten al lector-usuario recibir otro a cambio.
El mismo libro, se convierte en un avance que da distinción a los lectores como
progresistas en un siglo en que el progreso es una meta social ampliamente
deseada y a la que pueden acceder por igual nobles y plebeyos, creando
una meritocracia de nuevo cuño.
A pesar de lo anterior, la minoría que cultiva el gusto por el libro se encuentra
entre los nobles y las clases altas y cultivadas de los plebeyos, pues solo estos
grupos sociales saben leer y escribir, lo que representa el factor cultural adicional
para el inevitable auge del libro.
La censura de libros[editar]
Otro importante factor que fomentó el aprecio por los libros fue la censura, que si
bien solía ejercerse también en periodos anteriores a los siglos XVII y XVIII, es
precisamente en esta época cuando adquiere mayor relevancia, puesto que los
libros se producen por millares, multiplicando en esa proporción la posibilidad de
difundir ideas que el Estado y la Iglesia no desean que se divulguen.
En 1757 se publicó en París un decreto que condenaba a muerte a los editores,
impresores y a los autores de libros no autorizados que se editaran a pesar de
carecer de dicha autorización. La dura medida fue complementada con un decreto
que prohibía a cualquiera que no estuviera autorizado a publicar libros de tema
religioso. En 1774, otro decreto obligaba a los editores a obtener autorizaciones
antes y después de publicar cada libro y en 1787, se ordenó vigilar incluso los
lugares libres de censura.
Estas medidas lo único que lograron fue aumentar el precio de los libros y obligar
a los libreros ambulantes a no incluirlos en su catálogo, con lo cual incrementaron
el negocio de los libros prohibidos, que de esta manera tenían un mayor precio y
despertaban un mayor interés entre la clase alta que podía pagar el sobrevalor,
con lo cual se fomentaron en el exterior, en Londres, Ámsterdam, Ginebra y en
toda Alemania, las imprentas que publicaban libros en francés. Así fueron editados
hasta la saciedad Voltaire, Rousseau, Holbach, Morell y muchos más, cuyos libros
eran transportados en buques que anclaban en El Havre, Boulogne y Burdeos,
desde donde los propios nobles los transportaban en sus coches para revenderlos
en París.
En tanto la censura se volvió inefectiva e incluso los censores utilizaron dicha
censura como medio para promover a astutos escritores y editores. Así, por
ejemplo, cuando el todopoderoso ministro Guillaume-Chrétien de Lamoignon de
Malesherbes revocó la autorización para publicar L'Encyclopédie, fue él mismo
quien protegió a la obra cumbre de la Ilustración para después distribuirla de
manera más libre, lo mismo hizo para proteger Emile y La nouvelle Éloise.
Véase también: Censura

Partes de un libro: 1. Faja; 2. Solapa;


3. Guarda; 4. Cubierta;5. Cabeza o corte superior;6. Frente o corte delantero;7.
Corte de pie;8. Página impar, recto;9. Página par, verso;10. Lomo

Confección de un libro[editar]
Normalmente, un libro es impreso en grandes folios de papel, donde se alojan 8
páginas a cada lado. Cada una de estos grandes folios se dobla hasta convertirlo
en una signatura de 16 páginas. Las signaturas se ordenan y se cosen por el
lomo. Luego este lomo es redondeado y se le pega una malla de tela para
asegurar las partes. Finalmente las páginas son alisadas por tres lados con una
guillotina y el lomo pegado a una tapa de cartón. Toda esta tarea se realiza en
serie, inclusive la encuadernación.
En el caso de que las hojas no sean alisadas mediante un proceso de corte, se
habla de un libro intonso.
Las imprentas más modernas pueden imprimir 16, 32 y hasta 64 páginas por cara
de grandes hojas, luego, como se mencionara más arriba, se las corta y se las
dobla. Muchas veces el texto de la obra no alcanza a cubrir las últimas páginas, lo
que provoca que algunos libros tengan páginas vacías al final del mismo, aunque
muchas veces son cubiertas con propaganda de la editorial sobre textos del
mismo autor o inclusive otros de su plantilla.
Los importantes avances en desarrollo de software y las tecnologías de impresión
digital han permitido la aplicación de la producción bajo demanda (en inglés el
acrónimo P.O.D.) al mundo del libro. Esto está permitiendo eliminar el concepto de
"Libro Agotado" al poder reimprimirse títulos desde un solo ejemplar, y se está
fomentando la edición de libros en tiradas muy cortas que antes no eran rentables
por los medios tradicionales.
Como aplicación más innovadora, las librerías electrónicas más reconocidas están
además ofertando a todo el mundo libros que no son fabricados hasta que son
vendidos. Esto es posible solo por estar dados de alta en los sistemas de
producción de compañías internacionales como Lightning Source, Publidisa,
Booksurge, Anthony Rowe, etc.

El libro electrónico[editar]
Artículo principal: Libro electrónico

Ebook entre libros de papel


A finales de 1971 comenzó a desarrollarse lo que hoy denominamos libro digital o
electrónico. Michael Hart fue el impulsor del Proyecto Gutenberg, (que consistía en
la creación de una biblioteca digital totalmente gratis), donde podíamos encontrar
obras de autores como Shakespeare, Poe y Dante entre otros, todas ellas obras
de dominio público. En 1981 se produce un importante avance, ya que sale a la
venta el primer libro electrónico: Random House's Electronic Dictionary. Sin
embargo, fue en marzo de 2001 cuando el libro digital (también conocido como
eBook) experimentó su máxima expansión gracias al novelista Stephen King,
quien lanzó al mercado a través de la red su novela Riding the Bullet. La obra, en
apenas 48 horas, vendió 400 000 copias, al precio de dos dólares y medio la
copia.15 El mes siguiente Vladímir Putin también sacó a través de Internet sus
memorias.
Desde este momento comenzaron a aparecer varias editoriales electrónicas y
muchas tiendas virtuales empezaron a incorporar libros electrónicos en sus
catálogos.

El libro como indicador de celebridad[editar]


En el año 2000 se recogían los siguientes datos: «Si la celebridad de un individuo
consiste en que se escriba un libro sobre él, […] Jesucristo es aún el personaje
que goza de más fama en el mundo actual», dice el periódico británico The
Guardian. Una investigación que tomó como base los libros de la Biblioteca del
Congreso de Estados Unidos, con sede en Washington, D. C., reveló la existencia
de 17 239 obras acerca de Jesús, casi el doble que de William Shakespeare,
quien alcanza el segundo lugar, con 9801. Vladimir Lenin resulta el tercero, con
4492, seguido de Abraham Lincoln, con 4378, y de Napoleón I, con 4007. El
séptimo puesto, con 3595, lo ocupa María, la madre de Jesús, quien es la única
mujer entre los treinta principales. La siguiente es Juana de Arco, con 545.
Encabeza la nómina de compositores Richard Wagner, tras quien
vienen Mozart, Beethoven y Bach. Picasso es el número uno de los pintores,
seguido de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Da Vinci, sin embargo, se lleva la
palma en la lista de científicos e inventores, superando a Charles Darwin, Albert
Einstein y Galileo Galilei. «No figura ningún personaje vivo en los treinta primeros
lugares», agrega el rotativo.16

Partes del libro[editar]


Partes de un libro

Sobrecubierta

Dedicatoria de Quentin Crisp

Portada de un libro de Pío X


Prefacio de un libro de 1564 de Giovan Battista Bellaso

Epílogo de las Fábulas de Lafontaine


Artículo principal: Partes del libro

 Sobrecubierta: No todos los libros la tienen, pero es relativamente frecuente.


 Cubierta: se llama también "pasta" es consistente. Constituye el aspecto
externo del libro y se extienden por la cubierta, lomo y la contracubierta.
 Lomo: es donde se imprimen los datos de título, número o tomo de una
colección, el autor, logotipo de la editorial, etc.
 Guardas: hojas que unen las tapas con el resto del libro.
 Página de derechos de propiedad o de créditos: Reverso de la portada. Es la
página de propiedad literaria o copyright, editor, fechas de las ediciones del
libro, reimpresiones, depósito legal, título en original si es una traducción,
créditos de diseño, etc.
 Hojas de cortesía o de respeto: folios en blanco que se colocan al principio y al
final del libro.
 Anteportada o portadilla: va antes de la portada y se pone el título.
 Contraportada: Página par posterior a la portadilla, generalmente blanca.
 Portada: se indican los datos del libro.
 Índice: es una lista ordenada que muestra los capítulos, artículos materias u
otros elementos del libro, etc.
 Prefacio = Avant-propos
 Preámbulo
 Presentación
 Cuerpo de la obra: conjunto de hojas que constituyen el texto del libro.
 Página: Cada una de las hojas con anverso y reverso numerados.
 Cita
 Dedicatoria (Texto con el cual el autor dedica la obra, se suele colocar en el
anverso de la hoja que sigue a la portada. No confundir con dedicatoria
autógrafa del autor que es cuando el autor, de su puño y letra, dedica la obra a
una persona concreta.)
 Paratexto
 Epígrafe
 Prólogo o introducción: Es el texto previo al cuerpo literario de la obra.
 Capítulo
 Bibliografía
 Colofón
 Epílogo
 Biografía: En algunos libros se suele agregar una página con la biografía del
autor o ilustrador de la obra.

Tipos de libros[editar]
De acuerdo con el contenido los libros se pueden clasificar en:

 Científicos
 Literatura y lingüísticos
 De viaje
 Biografías
 Libro de texto
 Libros de gran formato (coffee table book)
 De referencia o consulta
 Monografías
 Recreativos
 Poéticos
 Juveniles
 Ficción
 Comedia
Ilustración "Los cazadores de libros" (The book

hunters) (1909) In a library we are surrounded by

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