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El Mexicano Perezoso y Siestero
El Mexicano Perezoso y Siestero
Los llaman Pancho, Pepe, o Pablito. Quizás se los hayan encontrado como decoración en un restaurante
de tacos, en las ilustraciones de un libro de texto, o en los dibujos animados. Siempre aparecen
recostados y escondidos bajo un gran sombrero. Sí, están ante el estereotipo del 'mexicano
dormido'.
Esta caricatura del latino es un cliché común en Estados Unidos que contribuye a que los mexicanos
sean percibidos como holgazanes, fomentando actitudes racistas. Sus elementos apenas varían: se
muestran con los pies cómicamente grandes, los brazos cruzados sobre una gran barriga, suelen lucir
bigote y llevan el famoso sombrero. El burro y el cactus son opcionales.
Paradójicamente, la imagen fue creada en su origen para honrar el carácter trabajador de los
mexicanos. Los restaurantes de comida hispana para clientes 'humildes' empezaron a usar este símbolo
como referente emocional para la población indígena y rural, aquella que salía adelante con mucho
esfuerzo y que se valía del descanso para poder seguir trabajando. Así lo explica en un ensayo Maribel
Álvarez, profesora de la Universidad de Arizona considerada la mayor experta en este estereotipo latino.
Las primeras referencias al 'mexicano dormido' se encuentran en la literatura, en los relatos que los
viajeros anglosajones hacían de sus viajes a México a principios del siglo XX, según señala Álvarez.
Muchos de estos visitantes hablaban de la práctica de los mexicanos de envolverse en una manta para
descansar apoyados en una pared, y de ahí, la imagen fue evolucionando hasta lo que conocemos hoy.
Los cactus aparecieron después, añadidos por los carteles publicitarios que querían dar esa visión exótica
del país, y comenzaron a comercializarse figuritas con el diseño que los turistas compraban.
El artista Diego Rivera utilizó esta imagen como reivindicación. En uno de los dibujos que realizó el
muralista mexicano, Rivera retrató a una familia de trabajadores descansando para denunciar cómo
los propietarios de las tierras se enriquecían a costa de la extenuación de los campesinos.
Cuadro de Diego Rivera, " El Sueño" (La noche de los pobres). En la zona
inferior muestra a los trabajadores exhaustos, y en la parte de arriba se
puede ver al dueño de las obras rindiendo cuentas. Crédito: Public Domain
La imagen es una presencia típica en murales y carteles, e incluso en logotipos de empresas. La popular
cadena Taco Bell, por ejemplo, solía tener como señal frente a sus restaurantes una figura de una
persona agachada sobre una gran campana, el elemento que sólo conservan hoy en día. La gran
mayoría de estas señales ha desaparecido de sus locales, pero en algunos establecimientos menos
frecuentados aún se pueden encontrar.
Las implicaciones subjetivas afectan incluso a cómo se cuenta la historia del pueblo mexicano en
Estados Unidos. Según el autor Rubén Navarrete Jr, esta imagen personifica y perpetúa la idea
equivocada de que la causa de que México perdiera la mitad de su territorio durante la guerra contra
Estados Unidos fue que los mexicanos eran pasivos, estaban distraídos, o se pasaban el día durmiendo.
La empresa Hallmark vendió estos adornos para el árbol durante las navidades de 1991. Están disponibles ahora en la
tienda online Etsy. Crédito: Captura de Etsy
La necesidad de cambiar este discurso es una de las prioridades de la comunidad latina, que sigue
enfrentándose a polémicos casos como el del libro de texto que decía que los mexicanos son
propensos a beber licor y suelen llegar tarde al trabajo. El libro ha sido motivo de protestas frente a
la Agencia de Educación de Texas.
Una de las páginas del polémico libro titulado "Qué Chévere" Crédito: Editorial EMC
Sin embargo, una parte de los propios mexicanos insiste en que ' el mexicano dormido' no se trata de
un símbolo ofensivo, sino de un elemento del folklore nacional del que estar orgulloso. Rosalía
Torres-Weiner, artista especializada en obras latinoamericanas, creció en casa de su abuela viendo las
figuras de cerámica con 'mexicanos dormidos', objetos decorativos a la venta en mercados y en tiendas
tradicionales.
En uno de los cuadros de Torres-Weiner, aparece un mexicano en esa posición. Pero con un mensaje
muy distinto: “[en] mi versión no está echándose una siesta. Está soñando. Está soñando con una reforma
migratoria, con un futuro mejor para nosotros, los inmigrantes en Estados Unidos".