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Guasp expresa el concepto de perito diciendo que es “la persona que, sin ser
parte, emite con la finalidad de promover la convicción judicial de un determinado
sentido, declaraciones sobre datos que habían adquirido ya índole procesal en el
momento de su captación” En este concepto Guasp se destaca a la pericia como
uno de los medios de prueba personales, en los que el instrumento productor de
la convicción judicial es una persona, que en este caso, es un tercero, sin otra
relación con litigio que el encargo procesal que recibe del juez para percibir o
enjuiciar ciertos datos ya incorporados al proceso en el momento de recibir el
encargo.
Por ellos se h dicho que sería mejor el nombramiento directo, por parte del Juez,
de un solo experto, para evitar la estéril discusión sobre los dictámenes opuestos
de los expertos nombrados por los litigantes. Este sistema del nombramiento de
experto por parte del Juez estuvo en vigor en nuestro medio forense en el
procedimiento de trabajo (art. 352 del Código de Trabajo anterior) Pero en la
práctica no dio resultado y se volvió a la designación de expertos por cada parte
(Art. Del Dto. 1441 del Congreso de la República).
La norma relativa a que las partes sólo podrán recusar a los expertos que
hubieren designado, por causas posteriores al nombramiento se explica por si
sola, ya que la parte debe tener buen cuidado de hacer la selección de su experto
antes de proponerlo. Pero si con posterioridad a la designación ocurrieren hechos
que ameriten su recusación, la parte debe hacer valer esta incompatibilidad.
Sin embargo, si puede plantearse el problema en relación a los puntos que son
objeto de la prueba pericial. Aquí si tiene importancia la consideración de las
facultades de los peritos, porque éstos, en su dictamen no pueden salirse de los
puntos determinados por el juez en su resolución.
La situación que origina responsabilidad para los expertos puede ser de índole
civil o de naturaleza penal. En el primer caso, puede suceder que el experto
nombrado, que haya aceptado el cargo y a quien se le hubiere discernido éste, no
cumpla su cometido dentro del término fijado por el juez. A esta posibilidad se
refiere el artículo 168 del Código Procesal: “Si al ven-cimiento del plazo señalado
a los expertos no fuese presentado el dictamen, el Juez declarará caducado el
encargo, salvo que las partes, de común acuerdo, solicitaren el otorgamiento de
un nuevo plazo, que no podrá exceder de la mitad del anterior y que se contará a
partir del vencimiento del mismo.1