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Autor: Paredes Bordón, Juan Carlos - Zacarías Michelagnoli, Enrique - Riera Escudero, Manuel
Publicada en:LLP 2011 (diciembre)
Cita Online: PY/DOC/198/2011
I. Importancia actual del contrato de tarjeta de crédito a nivel jurídico y comercial.
- Juan Carlos Paredes Bordón (1): Al ser la tarjeta de crédito un instituto que no tiene una regulación legal propia, entendiendo como
regulación legal la existencia de una ley, y no simplemente resoluciones administrativas, como son las dictadas por el Banco Central, la base
de su existencia, tanto económica como jurídica, está en las convenciones que regulan las relaciones entre los sujetos actuantes en el sistema,
las cuales son validas a partir del principio de la autonomía de la voluntad, consagrada en el Art. 669 y 715 del Código Civil Paraguayo,
pudiendo en algunos casos, ser de aplicación las normas de la Ley de Defensa al Consumidor, Nro. 1334/98.
La primera precisión de que deseamos formular, es que no se puede hablar DEL CONTRATO DE TARJETA DE CREDITO, como si
estuviéramos frente a un instituto jurídico-financiero que se sostiene en un solo contrato. Lo correcto es hablar del sistema de tarjeta de
crédito, y especificar, que dentro de ese sistema nos encontramos con varios contratos.
Al configurar hoy día el sistema de tarjeta de crédito, debemos distinguir varias funciones, o roles que son necesarios y que interactúan a
fin de que el sistema funcione, y el usuario pueda acceder a la compra de bienes o servicios, abonado con la presentación del plástico,
difiriendo el pago en efectivo para un momento posterior, pero no al comerciante o al prestador del servicio, sino a la entidad que le emitió el
plástico.
En ese sentido venimos sosteniendo que el sistema se integra y compone de tres grandes sectores, un sector financiero, un sector
comercial, y el sector consumidor.
El sector comercial agrupa a los comerciantes individuales o sociales, vendedores de bienes o prestadores de servicio que aceptan
como moneda convencional a la tarjeta de crédito.
El sector consumidor, no es otro que el usuario de la tarjeta, titular o adicional, persona física o jurídica, que accede a la tarjeta y efectúa
las compras abonándolas con la presentación del plástico, y posteriormente, conforme a las condiciones pactadas con la entidad emisora, las
abona en efectivo, en forma total o en un porcentual, financiando el saldo.
Por su parte el sector financiero esta integrado por una o mas entidades, sociedades financieras o no, que administran, procesan emiten
y financian la tarjeta.
Dentro de este sector, es necesario comprender que cada una de estas funciones, a diferencia de lo que se teorizaba anteriormente, no
implica una parte específica, o una sociedad que realice exclusivamente cada una de ellas. Así una misma empresa, sociedad o corporación,
puede indistintamente administrar y emitir tarjetas, o administrar y procesar, o solo procesar o solo emitir, o solo administrar, o también
procesar y emitir, simultáneamente.
Por ello precisamos que la relación que vamos a analizar en el presente trabajo, se da entre aquella sociedad, o entidad financiera,
cooperativa u otro tipo de organización financiera o no, que emite tarjetas de crédito al publico consumidor, asumiendo el riesgo del crédito
frente a las demás integrantes del sistema, ya sea del sector financiero, la administradora o la procesadora, o ya sea directamente ante el
sector comercial.
El contrato o solicitud de emisión de tarjeta de crédito, que así se denomina usualmente, establece entonces las condiciones de la
relación entre el titular de la tarjeta y la entidad que la emite.
Dada la falta de regulación legal en la materia, excepto las resoluciones del Banco Central de Paraguay, todo el relacionamiento se
asienta en los términos del acuerdo, se trata de un contrato atípico o innominado, cuyo régimen la remitiremos al contrato nominado mas
análogo, por aplicación del art. 670 del CC.
Y ese no es otro que la apertura de crédito bancario, el cual se define diciendo que es aquel por el cual el banco, entidad emisora, pone
a disposición del cliente una cantidad determinada de dinero, por un plazo definido o indefinido, que el cliente puede usar en la medida de
sus necesidades, y luego con reintegros parciales sobre los montos efectivamente utilizados, hacer renacer el importe original del crédito.
Art. 1412 CC
Como hemos señalado precedentemente la operación o funcionamiento de la de la tarjeta de crédito requiere de la intervención de tres
sectores, FINANCIERO, COMERCIAL Y CONSUMIDOR, y dentro de cada sector una o mas partes, cada una de ellas cumpliendo un
Como les entidades financieras, tienen obligación de entregar los modelos de los distintos contratos a la superintendencia de bancos,
cualquier modificación que se introduzca en su contenido debe ser previamente informado a la dicha repartición bancaria, por lo menos dos
meses antes de ponerlos en vigencia.
La parte generalmente atacada de abusiva, deviene del inciso K, es decir de la resolución de controversias.
Acostumbran las emisoras a establecer que la reclamación de los saldos será por la vía ejecutiva, añadiendo que el usuario solo podrá
oponer la excepción de pago, documentado con un instrumento emanado del emisor.
Según algunos, ello equivale a la creación contractual de un titulo ejecutivo, pero entendemos que no, lo que en todo caso se pacta en
primer termino es el procedimiento, sin decirse que documentos se ejecutaran. Ya que ello es privativo de la ley. Volveremos sobre este
tema más adelante.
Si puede ser considerado abusivo, y además prohibido por la ley, la prohibición de oponer defensas que no sean la del pago.
Entendemos que también pueden eventualmente oponerse otras excepciones, como la inhabilidad, la falsedad del titulo, la espera, por
ejemplo. En todo caso, una clausula de este tipo, es nula de acuerdo a la Ley del Consumidor.
Otra clausula que puede considerarse abusiva, es la que a veces esta inserta en los contratos de las entidades bancarias, es la facultad
de habilitar una cuenta corriente bancaria, a los efectos de debitar en la misma, el importe del saldo impago, y su ejecución conforme a la
normativa del Art. 92 de la Ley de Bancos, y 1425 del CC.
Una cláusula de esta naturaleza, o la suscripción obligatoria en forma conjunta de una solicitud de emisión de tarjeta de crédito, con
solicitud de apertura de cuenta corriente bancaria, no solo deja indefenso al usuario, además desnaturaliza la esencia de la cuenta corriente.
- M. R. E.: Siguiendo a Garrigues señalamos que los contratos bancarios —en general— están comprendidos en el Derecho civil y,
como tales, están regidos por las normas generales de la materia, aunque configuran una especie del género contratos, que tiene
características propias, por su naturaleza jurídica (v.g. depósitos en cuenta corriente), como por su manera masiva de expresarse (contratos
tipos: formularios, y su efecto frente a la protección del consumidor) y, por lo mismo, además, están regidos por otras normas especiales.
Así, pues, sólo estamos frente un contrato bancario cuando interviene un Banco (25). Para nuestra legislación y, en general para
Latinoamérica, un contrato es bancario cuando el contrato es celebrado por una entidad de crédito, entendida como organización
empresarial, y celebrado dentro de su objeto propio, de manera profesional (26). Así, pues, técnicamente no es un contrato propiamente
bancario el contrato de alquiler de un inmueble para oficinas, dice Molle (27).
Jorge H. Escobar nos recuerda que "la doctrina se ha enderezado decididamente a un estudio sistemático de los contratos bancarios,
destacando en ellos peculiaridades y perfiles antes de ahora ignorados o empequeñecidos, y poniendo en el foco del examen elementos
técnicos y económicos de especial consistencia en el fenómeno bancario"(28). Así, para Escobar, las fuentes del régimen legal de los
contratos bancarios están en el Código Civil, en las leyes especiales, en los usos y costumbres, los estatutos y reglamentos y en las
condiciones generales de los contratos tipo.
Como tales, los contratos bancarios están regulados por las normas que rigen a los contratos en general (art. 669 y sg.), con
características particulares. Están legislados en el Capítulo XVIII, dentro del Título II (De los contratos en particular) del Libro Tercero (De
los contratos y de otras fuentes de las obligaciones).
En conclusión, los contratos bancarios, son normalmente de adhesión, redactados en formularios (uniformados) y celebrados en forma
masiva (grandes cantidades), en los que se destacan peculiaridades propias de la relación entre los banqueros y los clientes (29).
- E. Z. M.: El contrato de tarjeta de crédito se encuentra instrumentado en un contrato por adhesión (30), como consecuencia del giro
ordinario del negocio y la pasividad en la demanda, configurándose un típico contrato predispuesto, sometido a condiciones generales de
contratación (31).
"El instrumento que debe servir de base para la acción ejecutiva de una deuda proveniente del uso de tarjeta de crédito no lo constituye
solo el extracto de cuenta, sino, además los comprobantes o cupones de de compra, los cuales integran el primer documento constituyendo,
todos ellos, el título ejecutivo a los efectos de la pretensión de la vía sumaria y especial para el cobro, conforme al contrato (Del voto en
disidencia del Dr. Marcos Riera Hunter) (66).
"Para ejecutar el crédito proveniente de tarjetas de crédito el accionante debe presentar el estado de cuenta o extracto, el contrato
suscripto entre la entidad emisora del cartón y el usuario y el cupón donde conste que se utilizó el crédito y donde figura la firma del usuario,
que debe ser citado por el órgano jurisdiccional para que manifieste si es o no suya la firma que se le atribuye; faltando uno solo de tales
requisitos no existe título hábil para ser ejecutado"(67).
"La presentación de los cupones de compra firmados por el usuario de una tarjeta de crédito, para reclamar el cobro de las deudas
generadas por la utilización de la misma por la vía ejecutiva, no constituye una exigencia primordial e imprescindible, ya que las operaciones
comerciales con tarjetas de crédito pueden ser realizadas mediante cajeros automáticos o a través de Internet, y al utilizar esta vías no se
dispondrá de cupones"(68).
"A los fines de la procedencia de la acción de reconocimiento de un crédito por uso de tarjeta de crédito y cobro de guaraníes por parte
de una entidad bancaria, queda demostrada la demanda con la presentación del contrato de adhesión firmado entre las partes, sobre la base
del Art. 715 del C.C., sin que obste a ello la falta de presentación de los cupones con la demanda"(69).
Conclusión
Si bien es cierto que debido a la proliferación del uso de la tarjeta de crédito y la necesidad de liquidez del sistema financiero, sería ideal
un medio mas sencillo ley uniforme para el cobro de usuarios morosos, esta circunstancia resulta actualmente imposible, ya que por un lado,
los administradores de justicia deben atenerse a las normas que componen el ordenamiento legal vigentes, más aún dentro de un proceso
formalista como el ejecutivo. Por parte de los órganos de justicia sólo cabría fijar un criterio uniforme (que a la fecha no existe) sobre el tema
en cuestión, a fin de brindar seguridad y evitar la proliferación de juicios infructuosos que implican gastos para los justiciables y mayor
número de juicios para los tribunales.
Por otra parte, en el ámbito legislativo es indiscutible la necesidad de una norma similar a la Ley Argentina Nº 22.065/99 cuyo art. 39
vale transcribir: "Preparación de la vía ejecutiva. La emisora podrá preparar la vía ejecutiva contra el titular, de conformidad con lo
prescripto por las leyes procesales vigentes en el lugar en que se acciona, pidiendo el reconocimiento judicial de: a) El contrato de emisión
de tarjeta de crédito instrumentado en legal forma; b) El resumen de cuenta que reúna la totalidad de los requisitos legales. Por su parte la
emisora deberá acompañar: a) Declaración jurada sobre la inexistencia de denuncia fundada y válida, previa a la mora, por parte del titular o
del adicional por extravío o sustracción de la respectiva tarjeta de crédito. b) Declaración jurada sobre la inexistencia de cuestionamiento
fundado y válido, previo a la mora, por parte del titular, de conformidad con lo prescripto por los artículos 27 y 28 de esta ley"(70).
BIBLIOGRAFIA Y ABREVIATURAS
Juan Carlos Paredes Bordón
Abreviaturas:
CC: Código Civil Paraguayo
CPC: Código Procesal Civil Paraguayo
Bibliografía consultada:
1. TARJETA DE CRÉDITO. José A. Moreno Ruffinelli, INTERCONTINENTAL Editora, Asunción, 1.994.
2. TARJETAS DE CRÉDITO. Julio A. Simón, Problemática Penal por ROBERTO DURRIEU (H) Abeledo —Perrot, Buenos Aires
1.990
3. RÉGIMEN JURÍDICO DE LA TARJETA DE CRÉDITO. LEY 25.065. Carlos Gilberto Villegas. Ediciones Jurídicas CUYO. Bs.
As. 1999.
4. TARJETA DE CRÉDITO. RÉGIMEN LEGAL, DOCTRINA. JURISPRUDENCIA. Roberto A. Muguillo. Editorial ASTREA. Bs.