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RESIDENCIA INTERDISCIPLINARIA DE SALUD MENTAL

HOSPITAL EL CARMEN

DETECCIÓN DE ABUSO
SEXUAL Y SU ABORDAJE EN
HOSPITAL EL CARMEN

Integrantes:
- Lic. Ardá, Agostina. MP: 4628.
- Lic. Chirino, Sofía Antonella. MP: 2062.
Jefes de residentes:
- Lic. Meineri Ubertone, María Carla.
- Lic. Bosco, Melisa.
- Dr. Battiata, Emanuel.
Ciclo lectivo: primer año, 2022/2023.

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HOJA DE EVALUACIÓN Y CALIFICACIÓN FINAL.

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INDICE:
Introducción……………………………………………………………p.4
Marco conceptual……………………………………………………..p.6
Definición de AS…………………………………………………...p.6
Marco legal…………………………………………………………p.8
Detección de abuso sexual y su abordaje……………………...p.10
Entrevista……………………………………………………..p.12
¿Cómo proceder ante detección de AS?...........................p.14
Conclusiones………………………………………………………….p.16
Bibliografía…………………………………………………………….p.18
Anexo…………………………………………………………………..p.19

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INTRODUCCIÓN.

El trabajo surge ante interrogantes de residentes de Psicología Clínica,


Psiquiatría y Trabajo Social en Salud Mental sobre cómo accionar en el Hospital
El Carmen (HEC) frente a situaciones donde se tome conocimiento de abuso
sexual (AS) o existe la sospecha de esto en adolescentes. Vale aclarar que el
HEC atiende a la población desde los 15 años, por lo que el trabajo apunta al
abordaje con adolescentes de 15 a 18 años.

Teniendo en cuenta la complejidad de enfrentarse a una situación de AS, se


vuelve necesario considerar aquellos indicadores, variables y categorías que
atraviesan a la situación que se presenta y que hacen a su singularidad, es por
ello que el abordaje requiere de un análisis crítico por parte de un equipo
interdisciplinario.

El abordaje puede implicar distintas instancias desde el examen médico ante la


presencia de indicadores específicos físicos (si el hecho es reciente), hasta el
momento de una entrevista con escucha activa hacia el o la adolescente para
intervenir sobre los indicadores psicológicos (inespecíficos) y también las
categorías sociales que atraviesan la situación.

El objetivo principal es presentar una guía de abordaje que oriente la práctica del
personal de salud del Hospital El Carmen, frente a la posibilidad que se esté
cometiendo o haya cometido AS hacia un/a adolescente.

Esta guía incluye sugerencias para desarrollar buenas prácticas en salud, es


decir, condiciones necesarias en la realización de la entrevista, aspectos
significativos del encuadre a considerar, cuándo amerita una denuncia, qué
efectores del Estado deben intervenir, cómo continúa el seguimiento en dichas
situaciones.

El material utilizado para este trabajo es la búsqueda bibliográfica de fuentes


secundarias, las cuales permiten la confección de dicha guía.

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Los resultados y conclusiones podrían ser evaluados una vez que se aplique la
guía, mediante la entrevista y/o cuestionario al personal de salud de HEC y
pueda ser volcado en un segundo trabajo.

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MARCO CONCEPTUAL

Definición de abuso sexual a niños, niñas y adolescentes.

Para conceptualizar el abuso sexual (AS) se tomarán dos conceptos del mismo
luego de la búsqueda bibliográfica.
En primer lugar, el concepto extraído de la guía de intervención frente a abusos
sexuales de Niños, Niñas y Adolescentes (NNyA) de la ONG Aynis de la
provincia de Salta, proponen que “Cualquier clase de contacto sexual de un
adulto con un niño o niña, donde el primero posee una posición de poder o
autoridad sobre el niño o niña” (2019, p. 03).

Por otro lado, UNICEF (2017) define el AS de la siguiente manera: “Cuando un


niño es utilizado para la estimulación sexual de su agresor, un adulto conocido o
desconocido, un pariente u otro NNyA o la gratificación de un observador. Implica
toda interacción sexual en la que el consentimiento no existe o no puede ser
dado, independientemente de si el niño entiende la naturaleza sexual de la
actividad e incluso cuando no muestre signos de rechazo. El contacto sexual
entre un adolescente y un niño o una niña más pequeños también puede ser
abusivo si hay una significativa disparidad en la edad, el desarrollo, el tamaño o
si existe un aprovechamiento intencionado de esas diferencias”.

A partir de estos dos conceptos, se propone construir una definición en la cual


se considera el AS como “cualquier tipo de acción que implique contacto sexual
o interacción abusiva hacia un NNyA por parte de otro/a, existiendo una
desigualdad de poder donde el NNyA no pueda dar su consentimiento”.

Parece relevante destacar que el NNyA puede ser capaz de comprender los
actos por parte del abusador lo que no quiere decir que preste el consentimiento
a dicho acto. Esto se presenta por la disparidad de poder de ambos actores lo
que posiciona al NNyA en una situación de vulnerabilidad y desprotección.

Respecto a la categoría de “interacción abusiva”, se toma como referencia del


Hospital Nacional de Posadas en su Protocolo institucional para el abordaje de

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situaciones de sospecha de violencia sexual contra NNyA (2022) y a su vez
UNICEF (2017). En ambos textos, puntualizan cuáles son las modalidades que
implica una interacción abusiva:

-Actitudes intrusivas sexualizadas, como efectuar comentarios lascivos e


indagaciones inapropiadas acerca de la intimidad sexual de los NNyA.

-Manoseos, frotamientos, contactos -por arriba o debajo de la ropa- y besos


sexuales (el agresor utiliza la boca o la lengua para lamer o chupar la boca o
partes del cuerpo de NNyA).

-Coito interfemoral (entre los muslos), penetración sexual o su intento, por vía
vaginal, anal y bucal (con el pene, mano u objetos).

-Exhibicionismo y voyeurismo, masturbación a la vista del NNyA.

-Pornografía Infantil y Explotación Sexual Comercial: incitación a la realización


de actos de índole sexual entre NNyA o la toma de fotografías o videos en poses
sexuales, para consumo propio o comercialización.

-Reproducción de cualquiera de estas acciones por carta, teléfono, mensaje de


texto y redes sociales (grooming).

Cualquiera de las modalidades mencionadas implica un AS y al tomar


conocimiento de al menos una de ellas como personal de salud debemos advertir
e informar, por lo cual también se hace necesario conocer ante qué situaciones
se presenta un AS y cuándo no (más adelante se retoma este punto).

Marco Legal.

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Para este apartado, se toma como referencia la ley 26.061 “Ley de protección
integral de los derechos de los NNyA” sancionada en el año 2005. La misma
establece que los NNyA son sujetos/as plenos/as de derechos y no objetos de
protección, esto implica un cambio significativo de posicionamiento ético político
ante las niñeces y adolescencias.

Cabe mencionar que en la Ley se desarrolla una categoría fundamental para


pensar el abordaje: interés superior del NNyA. Es decir, se refiere a la “máxima
satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías reconocidos” (Ley
26061. Art 3, 2005), e implica respetar:

a) Su condición de sujetos de derecho.

b) El derecho de NNyA a ser oídos y que su opinión sea tenida en


cuenta.

c) El respeto al pleno desarrollo personal de sus derechos en su


medio familiar, social y cultural.

d) Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás


condiciones personales.

e) El equilibrio entre los derechos y garantías de las niñas, niños y


adolescentes y las exigencias del bien común.

f) Su centro de vida. Se entiende por centro de vida el lugar donde


las niñas, niños y adolescentes hubiesen transcurrido en condiciones
legítimas la mayor parte de su existencia. (Ley 26061. Art. 3, 2005)

En el artículo 9 de la mencionada ley expresa que el derecho a la dignidad y la


integridad personal implica no ser sometidos a trato violento, discriminatorio,
vejatorio, humillante, intimidatorio; a no ser sometidos a ninguna forma de
explotación económica, torturas, abusos o negligencias, explotación sexual,
secuestros o tráfico para cualquier fin o en cualquier forma o condición cruel o
degradante.

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Además, en el artículo 30 de la ley 26.061, se hace mención de las competencias
de personal de salud o cualquier persona que tome conocimiento de una
situación de vulneración de derechos hacia los NNyA. Explícitamente menciona
que “Los miembros de los establecimientos educativos y de salud, públicos o
privados y todo agente o funcionario público que tuviere conocimiento de la
vulneración de derechos de las niñas, niños o adolescentes, deberá comunicar
dicha circunstancia ante la autoridad administrativa de protección de derechos
en el ámbito local, bajo apercibimiento de incurrir en responsabilidad por dicha
omisión”.

En este sentido, el Protocolo de actuación en protección de derechos del


Gobierno de Mendoza, refiere que los actores principales responsables de
garantizar el pleno estado de derecho de los NNyA son por un lado la familia,
concretamente progenitores y/o quienes cumplan dicha función y por otro, el
Estado, donde se incluye personal de salud y la sociedad, destacando que el
bien que debe ser protegido son los derechos de los cuales los NNyA son
titulares.

En la Provincia de Mendoza, el efector directo y exclusivo que se encarga de la


protección de derechos y detección de vulneración de derechos de los NNyA es
el Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI), distribuidos geográficamente por
Departamentos, pertenecientes a la Dirección de Protección y Promoción de
Derechos. Es decir, que en caso de detección de AS o su sospecha se debe dar
aviso a dicha institución por lo ya mencionado en el art. 30 de la ley 26.061.

Es competencia específica del ETI la valoración, implementación y supervisión


de medidas de protección a fin de restablecer el estado de derecho o cesar la
vulneración del mismo en lo relativo al Derecho a la Integridad psicofísica de los
NNyA: abuso sexual, maltrato y/o negligencia.

Vale aclarar que las Medidas de Protección son acciones tendientes a orientar,
asistir, acompañar a los adultos responsables en su rol, cuando son estos los
que, en virtud del ejercicio de sus funciones, colocan a los NNyA en estado de
vulnerabilidad de sus derechos.

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Dentro de estas se encuentran las Medidas Excepcionales, las cuales se
adoptan en referencia a situaciones donde, en función del interés superior del
NNyA, se valora la separación del mismo de su grupo familiar primario y requerirá
el control de legalidad del Juez de Familia en turno

Por último, las Medidas Conexas son aquellas en las que se necesita de la
fuerza policial para efectivizar una medida de protección de derechos. Son
solicitadas al Juzgado de Turno y consiste en: Prohibición de acercamiento,
Traslado con la fuerza pública, Exclusión de Hogar y/o Allanamiento.

El Estado enmarca la protección de derechos en un amplio Sistema de


Protección Integral donde todas las áreas gubernamentales y no
gubernamentales tienen un rol complementario y corresponsable en dicha
función, por lo cual si bien el personal de salud perteneciente al Hospital El
Carmen, no tiene en su incumbencia la toma de Medidas, debe conocer cómo
intervenir ante situaciones de vulneración de derechos y hasta su sospecha.

Cabe aclarar que al referirse a la categoría de “corresponsabilidad”, mencionada


en la Ley 26061 se entiende que todos los organismos del Estado deben
prevenir, proteger y promover políticas de protección de derechos con NNyA.
Haciendo valer su titularidad de derechos.

Detección de Abuso sexual y su abordaje en el Hospital el Carmen.

Para iniciar se considera relevante en primer lugar hacer mención de aquellos


indicadores que alerten un presunto abuso sexual hacia adolescentes.

Los indicadores son señales (signos, síntomas y manifestaciones) que permiten


obtener información relevante y significativa acerca de la posibilidad de
ocurrencia de una situación de violencia sexual. (Ministerio de Salud de la
Nación, 2021).

En el Protocolo institucional para el abordaje de situaciones de sospecha de


violencia sexual contra NNyA (2022) hace mención de una variable de
indicadores tanto específicos (físicos) e inespecíficos (psicológicos). En el

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presente trabajo, solo se hará mención de estos últimos en la adolescencia ya
que son aquellos que se pueden detectar en una entrevista y no necesariamente
en un examen físico correspondiente explícitamente a personal médico.

Según el protocolo mencionado los indicadores inespecíficos en la adolescencia


son:

● Conductas violentas de riesgo para su integridad física.

● Retraimiento, sobreadaptación.

● Fugas del hogar.

● Consumo de sustancias psicoactivas.

● Conductas transgresoras.

● Autolesiones.

● Intentos de suicidio.

● Trastornos disociativos.

● Trastornos de la conducta alimentaria.

● Falta de confianza.

● Mala relación con sus pares.

● Trastornos del sueño.

● Disminución del rendimiento escolar.

● Depresión severa.

● Promiscuidad sexual.

● Excesiva inhibición sexual.

Parece relevante aclarar que aunque no se objetivicen indicadores como los


mencionados anteriormente, el relato del adolescente es suficiente para
abordaje y realizar su respectiva denuncia, ya sea que haya sucedido el hecho
recientemente o en el pasado.

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A partir de la práctica profesional de las residentes1, se visualiza que los/as
adolescentes suelen callar los AS. Los motivos pueden ser varios: el/la
adolescente reciba amenazas de daño físico o de muerte; tener miedo de las
consecuencias que sus dichos puedan ocasionar en el agresor y su familia;
miedo a ser acusado/a de complicidad y complacencia con el AS que padeció;
evitar ser estigmatizado/a y rechazado/a; sentir culpa, vergüenza y
desvalimiento. (Protocolo institucional para el abordaje de situaciones de
sospecha de violencia sexual contra NNyA, 2022)

Otro aspecto que se ha visualizado en la práctica es que en la mayoría de las


situaciones de AS, se repite que aquella persona que comete el delito pertenece
al núcleo familiar (progenitores, progenitores a fin, abuelos, tíos), lo que dificulta
aún más el abordaje.

La variable tiempo entre el hecho y el relato del/la adolescente no debe ser un


factor a considerar, ya que además de lo que pueda condicionar el denunciar, se
debe tener en cuenta los tiempos subjetivos, es decir, cuando la persona toma
conocimiento de que aquello que sufrió fue un AS, así como también poder
confiar en un adulto/a luego de haber sido víctima de otro/a.

● Entrevista

A partir de la entrevista, es importante habilitar un espacio de escucha activa,


que contemple los puntos ofrecidos por el Protocolo institucional para el abordaje
de situaciones de sospecha de violencia sexual contra NNyA en el Hospital de
Posadas (2022) y la experiencia de la práctica profesional en el Hospital El
Carmen.

1
La Lic. Ardá trabajó en el ETI del Departamento de San Martín durante el año 2022. La Lic. Chirino
trabajó en el Departamento de Familia, Niñez y Adolescencia (Municipalidad de Capital) desde el año
2018 al 2022.

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Se puede pensar que los siguientes puntos buscan generar buenas prácticas
desde el personal de salud al tomar conocimiento de una situación de AS.

“Habilitar y procurar espacios de escucha sin interrupciones, ni juzgamientos o


culpabilizantes” (Protocolo, 2022). No manifestar nuestro impacto personal
confundiéndose con empatía. Se entiende que la escucha de estas situaciones
tiene un impacto subjetivo en los profesionales del equipo pero esto no implica
realizar apreciaciones de la misma en la entrevista. Se puede generar un espacio
en el equipo luego de la entrevista para reflexión y análisis del mismo.

“Nunca se debe dudar del relato del NNyA o señalar contradicciones, falta de
detalles o ausencia de recuerdos de determinadas situaciones. Se debe trabajar
sólo con lo que pone en palabras” (Protocolo, 2022). Ante esto, mostrar una
escucha activa, dejando que el/la adolescente exprese su relato, sin hacer
preguntas específicas de detalles sobre el hecho.

“Si el/la adolescente no quiere hablar, se respetará su decisión. Evitar el estilo


interrogativo, no inducir respuestas” (Protocolo, 2022). Lo que se podría intentar
en este caso, es esclarecer si de aquello que no desea hablar, ocurre en la
actualidad y así descartar la vulneración de derechos al momento. De esta
manera, evaluar si existe un riesgo cierto e inminente para el adolescente (si
convive con el agresor, si mantiene contacto, factores protectores, entorno
familiar).

“Respetar criterios de privacidad (visual y auditiva) y de confidencialidad”


(Protocolo, 2022). Esto por momentos en la práctica se ve dificultado por la
disposición edilicia, ya que los/as adolescentes suelen compartir el espacio con
otros usuarios, tanto en la guardia como en la internación. Se puede buscar un
espacio más cuidado (como por ejemplo patio).

En ciertas ocasiones también considerar el número de profesionales presentes


en la entrevista, teniendo en cuenta que el/la adolescente tal vez es la primera
vez que habla del tema.

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A su vez, hacer mención del secreto profesional al cual el equipo debe respetar,
como así también la obligación de revelar estos datos a quienes se considere
que pueden ejercer tareas de cuidado o protección, cuando se evalúe que el/la
adolescente se encuentra en situación de vulnerabilidad.

Tomar nota del relato del/la adolescente a la letra de lo que va mencionando


para luego registrarlo en la Historia Clínica entre comillas. Así queda asentado
de manera literal sin interpretaciones ni distorsiones. Se debe tener en cuenta
que puede ser material crucial para el curso legal.

Es importante hablar con el/la adolescente en primer lugar y no reemplazar su


relato por la opinión de los padres, madres u otros referentes del entorno.

“Explicar que la situación no le debe generar culpa ni vergüenza” (Protocolo,


2022), que no tiene responsabilidad alguna en la ocurrido aún cuando no haya
mostrado resistencia tanto física como verbal.

Al pensar en una buena práctica, se podría hacer mención de algunas


expresiones que acompañen el relato del/la adolescente como: “fuiste muy
valiente por contar esto”, “lamento mucho que te haya pasado esto y estoy para
acompañarte en este proceso”, “voy a hacer todo lo que pueda para ayudarte”.

La autora Intebi (2007) propone una serie de preguntas que se debe evitar en
las entrevistas: “¿Qué sentiste? ¿Te gustaba lo que te hacía? ¿Por qué no
buscaste ayuda? ¿Por qué si te hacía estas cosas, buscabas estar con él/ella?
¿Por qué no lo has contado antes? ¿Por qué lo cuentas ahora? ¿Por qué piensas
que te lo hacía?”.

Con este tipo de preguntas se deja abierta la posibilidad que el/la adolescente
interprete que en el hecho podría haber tenido algún tipo de responsabilidad o
virar el curso impidiendo que esto no ocurra. Son juicios de valor que a la hora
de entrevistar deben quedar por fuera.

● ¿Cómo proceder ante la detección de AS?

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Una vez detectado el presunto AS o su sospecha, el personal debe comunicarse
al ETI que por georreferencia corresponda según el domicilio del/la adolescente,
donde reside al momento de la entrevista.

Otra alternativa de acción implica comunicarse con la Línea 102 la cual es un


servicio gratuito y confidencial, de atención especializada sobre los derechos de
niñas, niños y adolescentes. Se puede llamar ante una situación de vulneración
de derechos para recibir asesoramiento. Cabe aclarar que la Línea 102 no es un
servicio de emergencia.

Ante una situación de AS que amerite urgencia, se debe realizar comunicación


con la línea 911 o al número de urgencias local.

CONCLUSIONES

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Para conceptualizar AS, se hace hincapié en la desigualdad de poder que existe
entre abusador y NNyA, destacando de esta manera que estos últimos se
encuentran en una situación de vulnerabilidad respecto a los adultos/as.
También se considera que en el AS siempre existe la falta de consentimiento
del/la adolescente, aún cuando pueda comprender lo que sucede.

El AS no siempre implica contacto sexual hacia el/la adolescente sino que


existen distintos tipos de acciones, denominadas como “interacciones abusivas”
del abusador hacia el/la adolescente que impactan en la subjetividad de los
mismos.

En ocasiones puede que no se presenten indicadores tanto específicos (físicos)


como inespecíficos (psicológicos), sin embargo sólo con el relato del/la
adolescente se advierte un AS, suficiente para la intervención que implica dicha
detección o sospecha.

A partir de la experiencia profesional mencionada en organismos de protección,


se observa que en la mayoría de las situaciones, los/as adolescentes sufren AS
por parte de referentes afectivos cercanos a su entorno familiar, lo que conlleva
a que los mismos callen durante mucho tiempo.

Teniendo en cuenta el marco legal nacional y provincial, al tomar conocimiento


de situaciones de vulneración de derechos de NNyA, se debe informar al efector
correspondiente para que el mismo tome medidas de protección, en caso de que
evalúe necesario.

A su vez, se resalta que el personal de salud es corresponsable en el Sistema


de Protección Integral de Derechos por lo cual se propone que el abordaje en el
Hospital tienda a garantizar un espacio de escucha activa y evitando sobre
intervenciones y/o revictimizaciones.

Se considera necesario, teniendo en cuenta la complejidad de las situaciones


que se atienden en el Hospital El Carmen, que el personal de salud conozca de
qué manera intervenir ante la detección de AS o su sospecha. De esta manera,

16
se pueden promover buenas prácticas en salud que atiendan a la salud integral
de los y las adolescentes.

BIBLIOGRAFÍA

17
-Gobierno de Mendoza (s.f). Protocolo de actuación en protección de derechos.
Dirección de protección y promoción de derechos. Gobierno de Mendoza.

-Hospital Posadas (2022). Protocolo institucional para el abordaje de situaciones


de sospecha de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes. Hospital
Nacional “Profesor Alejandro Posadas”.

-Ley 26061. Ley de protección integral de los niños, niñas y adolescentes (2005).

-ONG Aynis (s.f). Guía de intervención frente a abusos sexuales de Niños, Niñas
y Adolescentes de la ONG Aynis por el Desarrollo de la provincia de Salta.

-UNICEF (2017). Abuso Sexual contra niños, niñas y adolescentes. Una guía
para tomar acciones y proteger sus derechos.

ANEXO

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