VIDA

8 de septiembre, Fiesta de Ntra. Sra. de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba

CRISTIANA
La Caridad del Cobre de oriente a occidente y por el mundo
Por Emilio Cueto, escritor
Por un documento oficial encontrado en 1973 en el Archivo de Indias en
Sevilla por el profesor cubano Leví Marrero (1911-1995), sabemos que,
en 1612, tres criollos, dos hermanos de ascendencia aborigen (Juan y
Rodrigo de Hoyos) y un negrito criollo de 10 años (Juan Moreno), salieron
a buscar sal en un cayo de la Bahía de Nipe. Y, durante la travesía, ha-
Publicación católica dominical 3 de septiembre de 2023, no. 3067 Año 60
llaron una pequeña imagen de la Virgen María flotando sobre una tablita
que decía: “Yo soy la Virgen de la Caridad”.
Lo que más llamó la atención a esos “tres Juanes” fue que la esta-
De la Mesa del Director: XXII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
tua ―que probablemente cayera de un barco― tenía las ropas secas
a pesar de la tormenta de la noche anterior y las olas que la rodeaban. El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo (Mt 16, 21-27)
Asombrados y conmovidos, los jóvenes llevaron con devoción la imagen Por Alberto García Sánchez, S.J.
a tierra, primero a Barajagua (Cueto, Holguín) y luego a las minas de
cobre cerca de Santiago de Cuba, donde se le construyó una ermita. Después de la confesión de Pedro y del a Jesús. Este “salvar nuestra vida” equivale
Gradualmente, los creyentes se fueron acercando a pedirle favores fuerte regaño de Jesús (comparándolo a perderla. Y añade Jesús que de nada nos
y su fama de milagrosa se fue extendiendo. Lentamente, fueron cada vez más los peregrinos que la con Satanás), vienen sirve ganar todo el mun-
visitaban y comenzaron a erigirse otros templos en su honor: 1724, Marianao, que duró poco; 1727, estas palabras fuertes, do si perdemos la vida,
Sancti Spíritus; 1734, Camagüey. En 1831 se la venera en la habanera Iglesia de Guadalupe y en 1835
se inaugura en Camagüey la hospedería de San Roque para albergar los peregrinos que viajan hasta dirigidas a cuantos quie- esa vida verdadera que
El Cobre. Solo entre 1861 y 1867 lo visitaron personas provenientes de 132 localidades, desde Pinar ran seguir a Jesús. Te- muestra Él.
del Río hasta Baracoa. nemos que preguntarnos San Ignacio de Loyola usó
La Guerra de los Diez Años solidificó aún más la devoción a la Caridad. En enero de 1869, Carlos qué significa “negarnos a esas palabras de Jesús
Manuel de Céspedes rezó en el santuario y, de ahí en adelante, la Virgen se hizo mambisa y acompañó nosotros mismos”. Inme- para confrontar a su com-
a los independentistas a lo largo de treinta años.
En el siglo xx se expandió el culto a todo el territorio nacional, sin distinción de barrios o colores. diatamente añade Jesús pañero de habitación en
Fue tan popular que se le llamó “Cachita”. Dos factores importantes contribuyeron a este fenómeno. La que tenemos que tomar París, Francisco Javier.
designación en 1916 como patrona, tras lo cual, poco a poco, todas las iglesias católicas en Cuba le nuestra cruz y seguirlo: el Mucho más joven que Ig-
dedicaron un altar, y la apertura de un significativo número de colegios católicos, que inculcaron en su que quiera salvar su vida la perderá y el que nacio, Francisco tenía por delante un fantás-
alumnado el amor hacia la Caridad. la pierda por su causa la conservará. tico porvenir: riqueza, el privilegio de una ex-
Cachita está en todas partes: en estampitas, cuadros, estatuas y medallitas; en poesías (desde el
Cucalambé hasta Guillén), en composiciones musicales (desde Sindo Garay hasta José María Vitier); Esta añadidura nos da una pista para en- celente formación académica, triunfo en los
en cine y televisión. Y no solo dentro de Cuba, sino también en varias ciudades de Argentina, Brasil, tender la negación de nosotros mismos. deportes… Tenía todo lo necesario para “sal-
Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, India, Italia, México, Nicaragua, No significa menospreciarnos ni es una var su vida”, pero Ignacio lo invita a renunciar
Puerto Rico, República Checa, Venezuela… invitación a bajar nuestra autoestima. La a todo eso para buscar una vida al servicio
La Caridad es símbolo de la identidad y unidad de nuestra nación, como la bandera y el escudo. Es negación de nosotros mismos tiene que ir del Señor crucificado. Después de una larga
la madre de todos los cubanos y hacia ella miramos el 8 de septiembre y siempre.
acompañada de la afirmación de la prima- batalla, Francisco decide seguir a Ignacio en
santoral cía de Jesús y de su proyecto en nuestras
vidas. Al afirmar esa primacía, nos compro-
su proyecto.
No tenemos que buscar muy lejos para des-
D 3 S. Gregorio Magno, papa y doctor / L 4 Sta. Rosalía, virgen / M 5 Sta. Teresa de Calcuta, religiosa / metemos a participar del destino histórico cubrir cuáles son-¡¡ nuestras cruces. El trabajo
M 6 S. Zacarías, profeta / J 7 Nuestra. Señora de Regla / V 8 Nuestra Señora de la Caridad del Cobre,
de Jesús, de su rechazo por las autorida- diario, con su carga de esfuerzo y cansancio
Patrona de Cuba / S 9 S. Pedro Claver, presbítero
des y por una gran parte del mismo pueblo. es parte de nuestra cruz. También la acepta-
En otras palabras, aceptamos cargar con ción de nuestras debilidades, físicas y espiri-
nuestra cruz para ir detrás de él. tuales; la incomprensión de un mundo que no
Vida Cristiana Fundada en 1962 - Con Licencia Eclesiástica
Director: P. Eduardo García Tamayo, s.j. Administradora: Ma. de los Ángeles Torres Benavides
Cuando queremos evitar la cruz y el su- juega con las reglas de Jesús; el no considerar
vidacristianaencuba@gmail.com // Boletín: boletinvc@sjcuba.org // http://vidacristianaencuba.com // Vida Cristiana frimiento que acompaña el seguir de Jesús, como ganancia lo que el mundo valora. Tene-
Reina 463 esquina a Belascoaín, Centro Habana, CP 10200, La Habana. Tel. 7862-2149, ext. 119 estamos intentando salvar nuestra vida. No mos que renovar diariamente nuestra decisión
Giros pagaderos a: quisiéramos enfrentar el conflicto y el re- de seguir a Jesús. Él va delante y nos ofrece
Vida Cristiana, Apartado 3304, Salvador Allende 508, Zona Postal Habana 3, CP 10300 chazo de un mundo que no quiso escuchar siempre su apoyo, guía y compañía.
 ORA CON LA PALABRA Domingo 3 de septiembre: XXII del Tiempo Ordinario
Jr 20,7-9 “La Palabra del Señor se volvió oprobio para mí”
Sal 63(62) “Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío”
Rom 12,1-2 “Presenten sus cuerpos como hostia viva”
Mt 16,21-27 “El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo”
L 1 Tes 4,13-18/ Sal 96(95)/ Lc 4,16-30 “Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres... siglo xx, en agosto de 1978. Los 111
Ningún profeta es bien mirado en su tierra”
M 1 Tes 5,1-6.9-11/ Sal 27(26)/ Lc 4,31-37 “Sé quién eres: el Santo de Dios”
M Col 1,1-8/ Sal 52(51)/ Lc 4,38-44 “También a los otros pueblos tengo que anunciarles na. Se “quería volver a la normalidad y
el reino de Dios”
J Col 1,9-14/ Sal 98(97)/ Lc 5,1-11 “Dejándolo todo, lo siguieron”
Solemnidad de Ntra Sra. Virgen de la Caridad del Cobre en su Natividad
V Jdt 15,8-10; 16,13-14/ Sal 103(102)/ Lc 1,39-50 “Bendito el fruto de tu vientre”
S Col 1,21-23/ Sal 54(53)/ Lc 6, 1-5 “¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?”
Domingo 10 de septiembre: XXIII del Tiempo Ordinario
Ezequiel 33,7-9; Salmo 95 (94); Romanos 13,8-10; Mateo 18,15-20
La caridad nos salva
Por María Eugenia Fernández de la Llera
Decir en Cuba “La Caridad” es pensar en
nuestra querida advocación mariana, cuyo nom-
bre está simbolizado en el propio hecho de su
hallazgo, que en sí mismo contenía la humildad y
discreción del acto caritativo. Este acontecimien-
to no pudo estar más alejado de los curiosos: tres
muchachos humildes, solos en el mar, en busca
de sal, fueron los escogidos para protagonizarlo.
Aquel frágil trío cumplía todos los requisitos para
que la verdadera caridad se revelara.
Por infinitas vías recibimos la caridad de
Dios, obtenemos dones que a veces no alcan-
Agradecer el amor de Dios es inherente a lo más zamos a percibir como tales y los atribuimos a
hondo de la condición humana, que encuentra casualidades o al resultado de actos meramen-
en lo trascendente una compañía indiscutible y te humanos. Pero no estamos solos, incluso el
necesaria. Los textos sagrados recogen estas ex- impulso que sentimos para esforzarnos es par-
periencias de inspiración divina. Sobre el pasaje te del acompañamiento permanente, discreto y
“Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi efectivo del Padre.
heredad” (Sal. 16, 6), el P. Mariano Ruiz, S.J. (♱), La vida actual de los cubanos puede definir-
en su libro Orar con los Salmos, comenta que los
se con dos palabras: carencia y caridad. Es tan
sentimientos que evoca son la “confianza y alegría grande la primera que la segunda es imprescin-
experimentadas en la intimidad con Dios”. dible. Quizás hoy nuestra práctica más común
La caridad no es, por definición, la simple en- sea la caridad, y ella nos salva. Por caridad co-
trega de un bien o un favor; muchos actos “bon- memos, tenemos medicinas, escuchamos pala-
dadosos” encubren cierta ganancia, aunque sea bras de aliento o recibimos una sonrisa amable.
un reconocimiento. La caridad es desinteresa- Y detrás de todo están los rostros de Dios y de
da, incluso puede ser anónima, porque su fin su Madre, quien para nosotros tiene el hermoso
único es aliviar al otro; su divulgación solo sería y esperanzador nombre de La Caridad, con su
oportuna si sirve para invitar a practicarla. inequívoco compromiso con el pueblo cubano.
Juan Pablo I, el candor de un niño
Por Manuel P. Maza Miquel, S.J.
Albino Luciani (1912-1979) fue el tercer
patriarca de Venecia electo papa en el
cardenales querían un papa “de afue-
ra”, sin conexiones con la curia roma-
la serenidad” (Laboa). En la rueda de
prensa mantuvo hipnotizados a los más
de mil periodistas que le asediaban con
preguntas. Su corto pontificado no
le impidió cautivar con su sonrisa a
millones de personas.
Luciani sorprendió al elegir el nom-
bre de Juan Pablo, primera vez que un
pontífice adoptaba un nombre doble.
¿Un nombre programático que uniría
el calor humano y la apertura del Papa
Roncalli con la serenidad intelectual
y el peso de la tradición de Montini?
Hijo de obrero socialista y de católi-
ca devota, de aquel guardó una carta
de sus años de seminario, en que le
decía: “Espero que cuando seas cura
te pondrás de parte de los pobres y de
los trabajadores, porque Cristo estuvo
de su parte”. Amable y llano, se ganó a
sus parroquianos compueblanos, a los
seminaristas y alumnos de Belluno en
1937, a la comisión de catequesis en el Congreso Eucarístico de 1949 y a los comunistas. Juan XXIII lo
nombró obispo de Vittorio Véneto y Paulo VI Patriarca de Venecia. Allá logró un acuerdo sobre la autori-
dad con la Iglesia anglicana. En las elecciones de 1975 reafirmó la posición tradicional católica respecto
de la política italiana, declarando que el cristianismo era incompatible con el comunismo.
Su vena periodística es palpable en Illustrissimi, una colección de cartas sencillas, pero agudas, a
personajes ficticios o históricos. Entre 1972 y 1975 fue vicepresidente de la Conferencia de Obispos
Católicos de Italia, y en 1973 creado cardenal. Defensor de la Humanae Vitae y del derecho de actuar
siguiendo la propia conciencia, aborrecía la pompa eclesiástica. Prescindió de la coronación papal usual
desde el Medioevo, relegando la tiara papal a objeto de museo. Recibió el papado mediante el pallium,
un pedacito de tela de lana que le distinguía como obispo de Roma.
John O’Malley resume así las circunstancias de su muerte, el 28 de septiembre de 1978, poniendo fin a
un pontificado de 33 días: “Enseguida corrieron rumores de que había sido envenenado y, aunque carecían
del más mínimo fundamento, hicieron ganar mucho dinero a autores de libros y artículos insidiosos”. Así se
expresó Kelly: “La evidencia avanzada [para sustentar un asesinato] era un tejido de improbabilidades”.
Luciani pasó de gobernar una diócesis abarcable a presidir “una Iglesia compleja, aparentemente
descontrolada e inmensa”. Como razones para su muerte prematura, Laboa menciona su condición
cardíaca, mucho peor que lo conocido e inconciliable con el aplastante calor del verano romano en que
trabajaba largas jornadas para actualizarse en asuntos para él desconocidos. El historiador asegura que
al elegir al sucesor de Juan Pablo I, los cardenales se tomaron el tiempo de determinar los objetivos que
debía buscar el próximo papa. Albino Luciani fue papa 33 días, Karol Woytila casi 27 años.