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Festival de los Santos

San Antonio de Padua

Nació en Lisboa, Portugal, en 1195; a los 15 años ingresó a los Canónigos


Regulares de San Agustín, pero diez años después ingresó a los Frailes
Menores Franciscanos donde a los 25 años adoptó el nombre de Antonio.

Tenía voz clara y fuerte, memoria prodigiosa y un profundo


conocimiento, el espíritu de profecía y un extraordinario don de milagros.

Orador sagrado, fundador de hermandades y de cofradías, teólogo y


hombre de gobierno, dejó varios tratados de mística y de ascética y se
publicaron todos sus sermones.

Murió el 13 de Junio de 1231, y en este día se conmemora su fiesta.

El Papa Gregorio IX lo canonizó menos de un año después de su muerte


en Pentecostés el 30 de Mayo de 1232, y fue proclamado doctor de la
Iglesia en el año 1946.

Santa Rita de Cascia

Nació en Mayo del año 1381, en Cascia, un pueblito de Italia.

La vida de Santa Rita fue marcada por su gran caridad y severas


penitencias. Sus oraciones obtuvieron para otros, curas notables,
liberación del demonio y otros favores especiales de Dios.

Para que ella pudiera compartir en el dolor de Su Corona de Espinas,


Nuestro Señor dio a Santa Rita una herida de espina en su frente, muy
dolorosa y con un olor desagradable, pero ella lo consideraba una gracia
divina.

Falleció un 22 de Mayo de 1457 a la edad de 76 años. El cuerpo de Santa


Rita fue conservado perfecto por varios siglos, y a veces daba una
fragancia dulce.

San Francisco de Asís

Nació en Asís (Italia), en el año 1182. Después de una juventud disipada


en diversiones, fue encarcelado por participar en un conflicto. En la
soledad del cautiverio y durante la convalecencia una enfermedad, sintió
la insatisfacción del tipo de vida que llevaba.

En el pequeño templo de San Damián, medio abandonado y destruido,


oyó una voz que le hablaba en el silencio de su muda y amorosa
contemplación a Cristo Crucificado: "Ve, Francisco, repara mi iglesia. Ya lo
ves: está hecha una ruina". Francisco vendió muchos bienes que le
costaron la herencia de su padre, y en respuesta él renunció a los bienes
paternos y se entregó de lleno a Dios, abrazando la pobreza y predicando
a todos el amor de Dios.

Francisco tuvo pronto numerosos seguidores y algunos querían hacerse


discípulos suyos. Les dio a sus seguidores unas sabias normas, que luego
fueron aprobadas por la Santa Sede.

Es reconocido por su gran amor a la naturaleza

Falleció el 3 de octubre de 1226. y dos años después, fue canonizado por


el papa Gregorio IX. Su fiesta se celebra el 4 de octubre.

Nuestra Señora del Carmen

Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo,


Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la
Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes
18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo
XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita
contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.

Ella es conocida como patrona de los marineros, pues antes de la edad de


la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el
inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como,
estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto
seguro que es Cristo.

Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a


abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes
de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella
prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre
conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una
estrella junto al mar.

San José Sánchez del Río

Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán. Cuando en 1926


estalló la «guerra cristera», fue reclutado con sus hermanos a la fuerzas
rebeldes contra el régimen anticristiano del país.

El 25 de enero de 1928, José fue capturado y llevado a su ciudad natal,


donde fue encarcelado en la iglesia parroquial, que había sido profanada
y devastada por los federales. Le hicieron la propuesta de huir para evitar
la condena a muerte, pero el rechazó.

Fue torturado y obligado a asistir al ahorcamiento de otro muchacho que


estaba prisionero con él. Le desollaron las plantas de los pies y lo
obligaron a caminar hasta el cementerio, allí, puesto ante la fosa donde
sería enterrado, lo apuñalaron sin darle muerte, pidiéndole de nuevo que
renegara de su fe. Pero José, cada vez que lo herían, gritaba: «¡Viva Cristo
Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!».

Por último, fue ejecutado con un disparo de arma de fuego, el 10 de


febrero de 1928. Tenía casi 15 años de edad.

San Martín de Porres

Nació en Lima el 9 de diciembre de 1579. Fue hijo de un caballero


español una mujer de raza negra, panameña.

Entró al convento de Nuestra Señora del Rosario en Lima. Sin embargo,


debido a su condición de mulato, ingresa a la comunidad como
“donado”. En el convento se le confió el oficio de la limpieza; su escoba
fue, con la cruz, la gran compañera de su vida.

Se destacaba por el cuidado que brindaba a los enfermos. A todos amaba


y curaba sin distingo de su procedencia étnica (indígenas, españoles y
negros).

Falleció en 1639 y fue canonizado en 1962 por Juan XXIII.

Es el santo de la humildad, fue el primer mestizo canonizado por la


Iglesia. Su fiesta es el 3 de noviembre.
San Felipe de Jesús

Nació en la Ciudad de México en 1572. A los 21 años se encontraba en las


Islas Filipinas, a donde había ido en busca de aventura. 

Ahí decidió Felipe ingresar a la orden de los Franciscanos. Un año más


tarde, Jesús hizo su profesión religiosa. Cuando tres años después se
acercaba el tiempo de su ordenación, en 1596, partió rumbo a México en
barco. En Filipinas no se podía ordenar porque no había un obispo. El
viaje de Filipinas a América era una aventura peligrosa y el viaje podía
durar hasta siete u ocho meses. Durante un mes la nave estuvo a la
deriva, arrojada por las tempestades de un lado a otro hasta que,
destrozada y sin gobierno, fue a dar a las costas del Japón.

Como ahí no le tenían confianza a los misioneros, todos los frailes fueron
hechos prisioneros junto con un grupo de cristianos japoneses, y
comenzó el martirio. Les cortaron a todos la oreja izquierda. Luego
emprendieron una marcha en pleno invierno, por un mes, de Tokio a
Nagasaki.

El 5 de febrero, 26 cristianos fueron colgados de cruces sobre una colina


en las afueras de Nagasaki. Los fijaron a las cruces con argollas de hierro
en el cuello, en las manos y en las piernas y los atravesaron con lanzas. El
primero fue Felipe de Jesús. Murió repitiendo el nombre de Jesús. Le
dieron dos lanzadas en el pecho que le abrieron las puertas de la Gloria
de Dios.

Fue beatificado, junto con sus compañeros, el 14 de septiembre de 1627


y canonizado el 8 de julio de 1862.

Su fiesta es el 5 de febrero.

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