Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bolivia:
milagros arquitectónicos de la Chiquitanía
texto y fotos de rolly valdivia chávez
En Bolivia, este paseo por la Gran Chiquitanía propone un recorrido por comuni-
dades que todavía conservan su encanto centenario.
Travesías • 21
ESCAPADA
Represa Guapomó.
a muchacha se vuelve de pronto. Sus de los religiosos europeos que se asentaron en la ar-
ojos —tentadores como los malos pen- diente Chiquitanía (Santa Cruz, Bolivia), para enseñar
samientos— reflejan extrañeza, perple- y difundir las palabras de su Dios, en zonas agrestes
jidad y hasta una sombra de encono, olvidadas —o temidas— por los conquistadores.
como si el sujeto a quien prodiga esa Las memoriosas voces de la historia precisan que
mirada abiertamente inamistosa hubie- el padre José Francisco de Arce y el hermano Antonio
ra dicho un disparate de connotaciones bíblicas o una de Rivas, ambos de la Compañía de Jesús, partieron de
blasfemia imperdonable, de esas que te llevan dere- Santa Cruz de la Sierra en 1691, con la intención de ini-
chito al infierno. ciar una cruzada evangelizadora.
El muchacho, al sentir el peso de esos ojos, parece Ellos superaron con valentía una serie de azaro-
despertar de un trance. Lleno de confusión, trata de sos obstáculos: la geografía ignota, el sol inclemente,
disculparse de alguna manera, pero lo único que lo- los animales voraces, en fin, una cadena de adversi-
gra es mover la cabeza y enarcar las cejas, en un ges- dades que hubieran amedrentado al joven del gesto
to incomprensible que hace malabares entre la dis- incomprensible que, como tantos otros paseantes ac-
culpa y el reto, entre el lo siento y el tú qué ves. tuales, prefirió alejarse de la vistosa y sensual Santa
Todo sucede en cuestión de segundos y es muy Cruz, para disfrutar del aura de paz que aún envuel-
probable que nadie —o casi nadie— le haya prestado ve a los pueblos misionales.
atención. Pero si alguien lo hubiera hecho, se habría Claro, él no lleva la Biblia en su morral ni preten-
dado cuenta de que la muchacha, antes de volverse, de dar lecciones de catecismo o arte, como sí lo hicie-
y el muchacho, antes de salir de su ensueño, contem- ron los fundadores de San Xavier, Concepción y San
plaban fascinados y en respetuoso silencio los alar- Ignacio, las tres paradas de su ruta viajera. Tampoco
des decorativos de una iglesia colonial. se le antoja caminar o cabalgar los centenares de ki-
Nada anormal. Sólo dos personas saciando sus lómetros que lo separan de su destino. Y no preten-
inquietudes viajeras en la nave de un templo edifi- de ganarse un lugar en el cielo ni terminar deshidra-
cado en la medianía del siglo xviii, por obra y gracia tado en el bosque o en los lomeríos.
22 • Travesías
La Gran Chiquitanía es un ramillete de comuni-
dades que conservan su encanto centenario: la pla-
za principal, la catedral, varias casas de coqueto sem-
blante con aleros de madera y guirnaldas de flores
o figuras geométricas pintadas en sus fachadas. To-
dos abrazados por una vegetación generosa e ilumi-
nados por un sol taimado que se hace sentir, incluso,
donde hay sombras.
En menos de un siglo aquí se engarzaría el co-
llar de misiones o reducciones más importante de la
América virreinal. Su trascendencia y valor es de
tal magnitud, que la unesco declaró como Patrimonio
Cultural de la Humanidad a seis pueblos de esta re-
gión: San Xavier, Concepción, San Miguel, San Rafael,
Santa Ana y San José, que se extiende entre las pro-
vincias de Ñuflo de Chávez, Velasco, Chiquitos, Ángel
Sandoval y German Busch.
El primer santo
Velocidad lujuriosa. Un puente gigante que vuela so-
bre un río también gigante. Aire puro, horizonte ma-
tizado de verdor. Campos de cultivo. Tropillas de ga-
nado. Se agradece el asfalto que cruza San Xavier y
Concepción (provincia Ñuflo de Chávez). Se bailotea
en el tramo a San Ignacio (sólo afirmado). Surgen las
preocupaciones cuando no alcanza el sencillo para
comprar unos cuñapés fragantes y calientitos (masa
horneada de almidón de yuca y queso fresco).
Itinerario sin complicaciones hasta San Xavier
(229 kilómetros al noreste de Santa Cruz, la capital
Travesías • 23
ESCAPADA
zaban rituales en honor a Piyo, el dios de las alturas. La única manera de enterarse de sus sesudas
En la base del promontorio, una vaca metálica y mo- elucubraciones sería que el “alguien”, mencionado
numental hace las veces de guardián de los ambien- en uno de los párrafos anteriores, fuera telépata
tes de hormigón armado del proyecto cultural Búho aparte de curioso. Como esa posibilidad es muy re-
Blanco, impulsado por el reconocido escultor Juan mota, lo mejor es que el observador furtivo no
Bustillos. Exposiciones de artistas nacionales y ex- pierda el tiempo en divagaciones inútiles y afine su
tranjeros le dan vida a un espacio único, en el que oído de espía.
se rinde homenaje a la creatividad (menos de un dó- Si lo hiciera, podría escuchar claramente cuan-
lar la entrada). do el joven declara, en tono de revelación y sin
Se aproxima el ocaso. Los danzantes se olvidan mediar razón alguna, que son unos reverendos men-
del ritmo. Conversan, ríen, se marchan. Llega la noche tirosos quienes dicen que la fe mueve montañas.
y su airecito refrescante. Se encienden las farolas. Can- Aquella frase originó la reacción de la muchacha
tan las campanas con su tañido convocador. Gente que que volteó de inmediato, dejando de admirar el ar-
se acerca, se persigna, ingresa devotamente y con te que engalana hasta el último resquicio del tem-
paso respetuoso. Hora de misa en un templo memo- plo de Concepción, considerado como el más impre-
rable, diseñado y construido por el padre, arquitecto y sionante de las misiones jesuitas.
músico suizo Martín Schmidt entre 1749 y 1752. Obra arquitectónica del padre Schmidt (cons-
“Oremos hermanos. Levantemos el corazón”, truida entre 1753 y 1756), resalta por sus exquisitos
arenga el sacerdote. “Lo tenemos levantado”, res- altares bañados en pan de oro, las columnas talladas
ponden los feligreses, también nuestro escapista, de su frontis y su espectacular fachada de tonali-
que no pudo resistir el pregón de las campanas ni la dad ocre, en la que se aprecian dos imágenes de la
curiosidad de escuchar misa en un recinto barroco y Virgen (como madre y reina del mundo), además de
mestizo, con su techo a dos aguas, sus 16 columnas ángeles, hojas y plantas, en una conjunción entre lo
de madera tallada de inspiración salomónica, su ful- divino y lo terrenal.
gor y brillantez que te induce a pensar en una fuerza Si en vez de horrorizarse la señorita se hubie-
maravillosamente suprema. ra atrevido a preguntar el porqué de la afirmación,
Las iglesias son el atractivo indiscutible de las le habrían respondido que esa fe, incapaz de mover
misiones cruceñas, el símbolo de una experiencia montañas, es muy eficaz en otros menesteres, como
evangelizadora en la que no se utilizó la fuerza ni los la transformación de un trópico feraz en pueblos pro-
yugos. En las reducciones, los nativos eran “salvados” lijos que irradian un conmovedor mensaje de espe-
de las hogueras infernales y eran instruidos en diver- ranza. Pero el joven no dijo nada de eso. Se marchó.
sas artes y oficios. En San Xavier, por ejemplo, se fa- Pasea por las calles solazadas y arcillosas de la
bricaban instrumentos musicales. ex misión, fundada en 1708 por el padre Lucas Caba-
Dulces y soberbias melodías en los lomeríos y llero. Cruza la plaza, ingresa al museo Misional (fren-
llanuras “conquistadas” para Dios. Violines, violon- te a la plaza principal; entrada: un dólar y medio) en la
chelos, clavicordios que hasta hoy se escuchan en la que fuera la casa del ex presidente Hugo Bánzer Suá-
Chiquitanía, donde varios niños y jóvenes comparten rez, donde se entera de la labor de Hans Roth, arqui-
sus juegos y labores cotidianos, con la interpretación tecto y teólogo suizo alemán que en la segunda
apasionada de piezas barrocas y renacentistas. mitad del siglo xx lideró el proceso de restauración
De la misma manera, en Concepción (capital de de las “joyas” chiquitanas.
Ñuflo de Chávez, a 60 kilómetros de San Xavier) se Se aleja del centro. Se acerca a la carretera. El
crearon talleres de pintura, laminado de oro y talla- bus tarda, pero llega. Rumbo a San Ignacio (a 182 ki-
do. Allí, los “nuevos cristianos” elaboraban las imá- lómetros de Concepción), capital de la provincia de
genes, muebles y demás elementos decorativos Velasco y la última parada de su aventura. Cinco ho-
que engalanan los templos. Rezar, trabajar la tierra, ras por una vía maltrecha. Soportar y creer que es
aprender, agradecerle al Creador, ésa fue la filosofía una forma de expiar tus culpas. Bajar en el mercado.
de los fundadores. Pero nada es eterno. Los jesuitas Preguntar dónde está la iglesia.
fueron expulsados de América en 1767. Divisarla. Acercarse. Enterarse que no es del si-
glo xviii, a pesar de que la misión fue creada en 1748
La fe no mueve montañas por el padre Miguel Areijer. No importa, igual impre-
Cambios radicales. Autoridades civiles. Ya no más siona su púlpito tallado, sus cuadros y confesiona-
aprendizaje, sólo explotación y esclavitud. El padre rios. Admiras y disfrutas todo. Sí, todo, incluyendo
de los cielos ya no oía a sus hijos del monte. ¿Qué ha- los ensayos de un grupo coral que ha llegado has-
brán pensado entonces los nativos?, ¿se habrán sen- ta aquí para participar en el VII Festival Internacio-
tido engañados por ese dios que aprendieron a que- nal de Música Renacentista y Barroca Americana, un
rer? Es imposible saberlo con certeza, como es difícil acontecimiento bienal organizado por la Asociación
conocer lo que piensa en este instante nuestro per- Pro Arte y Cultura (apac) que reúne a grupos de di-
sonaje y la chica de los ojos tentadores. versos países.
24 • Travesías
Patio interior de la casa parroquial de Concepción.
La llama de esta iniciativa se avivaría durante la de ese “lago” creado por los hombres, herederos de
reconstrucción de los templos chiquitanos. En ese los dueños atávicos de esta tierra. Aquí no se escu-
proceso se hallaron más de cinco mil hojas de músi- chan campanas ni violines, sólo el susurro del viento
ca sacra escrita por europeos y nativos en los siglos y el rumor chispeante de las risas.
xvii y xviii. El hallazgo permitió recuperar parte del Frente a ese espacio de sosiego que no es obra
melodioso pasado misional. de ningún dios, el joven termina de convencerse de
El ensayo termina. Nuestro escapista vuelve a enfren- que la fe —al menos en la Chiquitanía— no mueve
tarse al sopor del mediodía; entonces, recuerda la reco- montañas; más bien solivianta la tenacidad y perse-
mendación de su compañero de asiento en el ómnibus: “no verancia de sus hijos —blancos, mestizos, nativos—
dejes de ir a la repesa El Guapomó (10 minutos a pie)”. que siguen fieles a sus costumbres y creencias, las
Un espejo de agua. Una familia enterita chapo- de ayer, las de hoy, las que se mantendrán por los
teando, jugando, divirtiéndose en la acuosa quietud siglos de los siglosπ
Travesías • 25
ESCAPADA
8EB?L?7
BWFWp 9^_gk_jWdW
IWdjW9hkp
(' IkYh[
F7HGK;F?;:H7
:;BEI7FãIJEB;I
WBWFWp 9edY[fY_d
IWdNWl_[h
IWd?]dWY_eZ[L[bWiYe
0 (. IWdjW7dW
Z[L[bWiYe
IWdHWcd IWdC_]k[bZ[L[bWiYe
IWdHW\W[b
(.
IWdjW9hkpZ[bWI_[hhW IWd@eiZ[9^_gk_jei
WIkYh[
78H7I?B
7F7H7=K7O
26 • Travesías