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INTRODUCCIÓN

En el mundo actual, los crímenes han adquirido nuevas facetas, diferenciándose


entre aquellos motivados por pasiones ardientes y aquellos impulsados por una
lógica fría y calculada. El Código Penal, en su organización, delinea esta distinción
mediante el concepto de premeditación. Vivimos en una era caracterizada por la
premeditación y el crimen perfectamente planeado. Los delincuentes ya no son
meros jóvenes desarmados que alegan amor como excusa. En contraste, son
adultos que presentan coartadas irrefutables basadas en la filosofía, una
herramienta que se ha vuelto versátil, incluso para transformar a criminales en
jueces.

El paradigma ha cambiado desde personajes como Heathcliff en "Cumbres


borrascosas", quien estaría dispuesto a cometer atrocidades por amor a Cathy,
pero jamás justificaría sus crímenes. En cambio, en la actualidad, la falta de
carácter impulsa a los criminales a buscar doctrinas para justificar sus acciones.
La filosofía se convierte en un vehículo que transforma el crimen en una serie de
argumentos lógicos. Lo que antes era un acto solitario y desesperado ahora se ha
globalizado y se presenta como norma.

En este contexto, el ensayo se plantea el desafío de entender y examinar las


justificaciones detrás de estos crímenes lógicos y cómo impactan en la sociedad
contemporánea. La época actual es sometida a juicio por desarraigar, someter y,
en algunos casos, eliminar a millones de seres humanos en un corto período. La
culpabilidad de esta era necesita ser comprendida y evaluada. El autor se
sumerge en esta exploración con el objetivo de analizar si la inocencia, cuando se
ve compelida a actuar, puede abstenerse de causar la muerte.

La acción se torna compleja en un mundo donde todas las acciones pueden


resultar en crímenes directos o indirectos. La decisión de matar o permitir la
muerte de otro ser humano se vuelve crucial, y la autoridad moral para tomar tal
decisión se convierte en una cuestión esencial.
El ensayo aborda la cuestión de cómo enfrentar la realidad de la contradicción
absurda. En un entorno donde la lógica lleva a un punto de vista crítico sobre la
vida y la muerte, el autor plantea que las acciones humanas deben basarse en
fundamentos sólidos y coherentes. La lucha entre la confrontación humana y el
silencio del mundo se vuelve central en este razonamiento.

El autor sugiere que el absurdo puede ser un punto de partida y una base para la
reflexión y la acción, aunque también presenta contradicciones inherentes. La
rebeldía surge como una respuesta ante la injusticia y la sinrazón. Sin embargo, la
rebeldía debe superar sus propias limitaciones y buscar una justificación que sea
coherente y razonable. La historia de la rebeldía a lo largo de los siglos,
especialmente en el contexto europeo, se convierte en una fuente potencial de
respuestas y orientación en medio de la complejidad de la contradicción absurda.

En definitiva, el ensayo plantea un análisis profundo de la relación entre la lógica,


la rebeldía y el absurdo en un mundo marcado por crímenes lógicos y dilemas
morales. Se enfrenta a la paradoja de cómo encontrar valores y fundamentos en
medio de la contradicción y la incertidumbre, buscando respuestas en la historia
de la rebeldía y la lucha humana por la coherencia y la significación.

El hombre en rebeldía
Un hombre rebelde es aquel que dice "no" pero que al hacerlo no renuncia, pues
su negación también implica una afirmación. Este hombre, que ha vivido como
esclavo obedeciendo órdenes, de repente encuentra inaceptable un nuevo
mandato. Su "no" implica la existencia de un límite y un derecho que no puede ser
transgredido. La rebeldía se basa en la negación de una intrusión intolerable y en
la creencia en un derecho justo. El rebelde no renuncia a la sensación de tener
razón y su negación lleva consigo una afirmación de lo que valora y desea
proteger. Esta adhesión a sí mismo y a sus valores implica un juicio de valor que lo
mantiene en medio de los peligros. Antes, el esclavo callaba y aceptaba injusticias
por interés propio. Pero con la pérdida de paciencia, surge un movimiento de
rebeldía que va más allá del simple rechazo. Al decir "no" a una orden humillante,
el esclavo rechaza no solo la orden, sino también su estado de esclavitud. La
rebeldía lleva a una identificación completa con la resistencia y a exigir igualdad.
La rebeldía nace de una toma de conciencia repentina de que el hombre puede
identificarse con algo más grande. El rebelde busca proteger un bien recién
comprendido y está dispuesto a sacrificar incluso la vida por él. La rebeldía es la
conciencia de un "todo" por defender y un "nada" que implica la posibilidad de
sacrificio. El rebelde elige el bien sobre la sumisión, incluso aceptando la muerte
en lugar de perder su libertad.

Callar es dejar creer que no se juzga nada, y, en ciertos casos, no desear


efectivamente nada. Pero a partir del momento en que habla, aun diciendo no,
desea y juzga. El hombre en rebeldía, en el sentido etimológico, Se vuelve.

Nace una toma de conciencia del movimiento de rebeldía: la percepción,


súbitamente patente, de que hay en el hombre algo con lo que puede identificarse,
aunque sea sólo por un tiempo. Esta identificación no era realmente sentida hasta
ahora.

El esclavo sufría todas las exacciones anteriores al movimiento de insurrección.


Incluso, había recibido con frecuencia sin reaccionar órdenes más indignantes que
la que provoca su rechazo.
El esclavo, en el momento en que rechaza la orden humillante de su superior,
rechaza al mismo tiempo el estado de esclavo. El movimiento de rebeldía lo lleva
más lejos de lo que estaba en el simple rechazo.

El valor, según los buenos autores, representa la mayor parte de las veces un
paso del hecho al derecho, de lo deseado a lo deseable. El paso al derecho, ya lo
hemos visto, se patentiza en la rebeldía. Igualmente, que el paso del «habría de
ser» al «quiero que sea». Vemos que la afirmación implicada en todo acto de
rebeldía se extiende a algo que rebasa al individuo en la medida en que lo saca de
su presunta soledad y le proporciona una razón de obrar.

El análisis de la rebeldía conduce al menos a la sospecha de que hay una


naturaleza humana, como pensaban los griegos, y contrariamente a los
postulados del pensamiento contemporáneo.

El esclavo se subleva, se le niega algo que no le pertenece únicamente a él, sino


que es un ámbito común en el que todos los hombres, incluso el que lo insulta y lo
oprime, tienen dispuesta una comunidad.

La distinción entre rebeldía y resentimiento, enfocándose en cómo estas dos


actitudes se relacionan con la defensa de la dignidad y la integridad humanas. Se
describe como una autointoxicación pasiva resultado de la impotencia prolongada,
la rebeldía es presentada como un movimiento activo que busca proteger la
integridad del ser y desbordarse en energía. Mientras el resentimiento surge del
deseo y la envidia, la rebeldía defiende lo que uno ya tiene y valora.

Se descarta que el resentimiento es autodestructivo, dirigido hacia uno mismo,


mientras que la rebeldía implica oponerse a que se toque lo que uno es, luchando
por mantener la integridad y buscando imponer su posición. A diferencia del
resentimiento que disfruta de la idea del sufrimiento de otros, la rebeldía se
concentra en rechazar la humillación personal sin deseársela a los demás.

De igual forma critica la identificación de la rebeldía con el resentimiento hecha por


Scheler. Argumenta que esta identificación es incorrecta, ya que la rebeldía puede
surgir de un amor apasionado por la humanidad y la defensa de la dignidad
compartida. La rebeldía no es un ideal abstracto sino un movimiento que busca
proteger la parte cálida e individual del ser humano.

El concepto de rebeldía puede que no signifique lo mismo para un guerrero


azteca, un misionero cristiano, un ruso intelectual o un obrero contemporáneo, la
rebeldía es un concepto que tiene como tal una definición precisa todos se debe a
pensamiento occidental que se ha introducido como tal la rebeldía es propia del
hombre que está informado de sus derechos que le corresponde. El espíritu
rebelde es más común identificarlo en sociedades desiguales que en iguales es la
esencia humana hay dos mundos el sagrado en donde para acceder en el hombre
no debe tener interrogantes es decir problemas en l mundo real solo tener
respuesta y por el otro lado el rebelde en donde hay interrogantes es decir
problemáticas en donde el hombre debe resolver para entrar al mundo sagrado la
rebeldía puede servir para escapar de nuestra realidad de nuestro historia es una
dimensión del hombre.

Camus afirma que la rebeldía es un valor positivo, porque nos permite reconocer
la dignidad de la persona humana. La rebeldía nos lleva a cuestionar la injusticia y
la opresión, y a luchar por un mundo mejor, sin embargo, Camus también advierte
que la rebeldía puede convertirse en un valor negativo si se desvía de su fin
último. La rebeldía no debe ser una justificación para la violencia o la destrucción.
Por el contrario, la rebeldía debe estar basada en la solidaridad y la compasión, en
el fragmento, Camus hace una distinción entre la rebeldía individual y la rebeldía
colectiva. La rebeldía individual es el primer paso hacia la rebeldía colectiva.
Cuando una persona se rebela contra la injusticia, está reconociendo que no es la
única que sufre. La rebeldía individual nos lleva a reconocer nuestra solidaridad
con los demás. La rebeldía colectiva es el objetivo final de la rebeldía individual.
Cuando los hombres se unen en la rebeldía, están creando una nueva realidad, un
mundo en el que la justicia y la igualdad sean posibles.

Conclusión
Este texto habla sobre la rebeldía, la naturaleza humana y sobre todo la rebeldía.
La rebeldía surge de una toma de conciencia repentina de la posibilidad de
identificarse con algo más grande, defendiendo así la dignidad y la integridad
humanas. El texto también critica la identificación errónea de la rebeldía con el
resentimiento, argumentando que la rebeldía puede surgir de un amor apasionado
por la humanidad y la justicia, y no necesariamente de la envidia o el deseo de
causar sufrimiento a otros. En conclusión, la rebeldía se presenta como un
movimiento que va más allá de la simple negación, implicando una afirmación de
valores y una búsqueda activa por proteger la integridad humana y la dignidad
compartida

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