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E ELUCIDARIO. Nº 6 (Septiembre 2008). págs. 353 a 355
Seminario Bio–bibliográfico Manuel Caballero Venzalá

La curiosa
iconografía jaenesa
de un pliego de
cordel
Manuel Urbano Pérez Ortega

S obre la mesa se amontonan los trabajos mientos ocurridos en 1884 y 1885, así como a
pendientes; entre ellos una colección de pliegos la amenaza de una inmediata reproducción de
de cordel a la que, de vez en vez y mientras le los mismos ya que se han visto evidentes seña-
llega su turno total, espigueo con tanta demora les anunciadoras. 2 hs. 20 cm.
como satisfacción. En el conjunto aludido, esta
De este impreso ya daría noticia el maestro
pieza con su fatigado papel:
Julio Caro Baroja en su Ensayo sobre la literatura de
Horrorosa aparición en el cielo del gran LEON cordel –donde, además, consigna: «Sigue a la mis-
de fuego; curiosa y verdadera historia en la que dá ma una ‘Oración a María Santísima de la Fuen-
cuenta de este hecho, digno de fijar la atención del santa´»– y en Los pueblos de España. Por igual, la
pueblo cristiano, por las tormentas atravesadas en el registra Aurelio Valladares Reguero, como obra
año de 1884 y 85, con la horrorosa del dia 3 de ju- de temática giennense, si bien confiesa no haber-
nio, la de la madrugada del 16 del mismo y dia de la visto, y aduce a los siguientes argumentos:
Santiago.
Curioso pliego de cordel impreso en la ciu- 
Págs. 154 y 171 en nota 38. Edit. Círculo de Lecto-
res; Barcelona, 1988
dad de Jaén por Granadino y Compañía, con 
T. II, pág. 315, nota 162.
sitio en Maestra, 2. No consta en el mismo su 
«La provincia de Jaén en la poesía popular impre-
año de impresión, aunque, presumiblemente,
sa en pliegos sueltos: repertorio bibliográfico», en Boletín
sea 1886, o alguno bien próximo, puesto que del Instituto de Estudios Giennenses, nº 185, pág. 565; Jaén,
hace referencia a unos hipotéticos aconteci- 2003.
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No he conseguido localizar ningún ejem- práctica última década–, la que viene sucedién-
plar, lo que me habría permitido analizar su dose entre los pueblos de un modo continuo y
contenido y comprobar si contiene alguna re- anunciándose previamente con fuertes resplan-
ferencia giennense, dado que estamos ante los dores, los que son anuncio divino.
mismos sucesos a los que se alude en la obra
reseñada a continuación [terremotos de Anda- La cuarta, de treinta versos, habla de la di-
lucía de 1884 y 1885] y que también afectaron fusión necesaria de lo acaecido entre las gentes
seriamente a Andalucía. Por otra parte, convie- –de aquí la razón de la impresión del pliego–
ne recordar que la referida advocación maria- para avivar el temor a Dios y reavivar su fe y
na tiene, igualmente, su presencia en algunos conducta cristiana.
pueblos de la provincia, como Villanueva del
Arzobispo o Fuensanta de Martos. Quizás es- La quinta y final, la más breve, de veintio-
tas circunstancias expliquen el hecho (por otro cho octosílabos. Informa de que sobre la ciudad
lado, un tanto llamativo) de que una «relación se han visto resplandores con los que tan terri-
murciana» se imprimiera en la ciudad de Jaén. ble fiera se anuncia, por lo que pide piedad a
la Virgen de la Fuensanta patrona de Murcia, e
Comprobado el ejemplar que nutre los fon-
invita a lectores y oyentes a rezar una «Oración
dos de la biblioteca del Instituto de Estudios
a María Santísima de la Fuensanta», de vein-
Giennenses –D 7886/19–, claro nos queda lo ya
ticinco versos, también octosilábicos –«María
dicho por Caro Baroja, de que «la relación es
de la Fuensanta / que eres del pueblo murcia-
murciana y termina pidiendo piedad a la misma
no…»–, la que se incluye al final del pliego, una
Virgen»; conclusión no sólo de los octosílabos
vez concluido el romance y tras una simpática e
del romance, sino, muy en especial, del propio
ingenua ilustración con los signos de Castilla y
pliego, en cuya cuarta página, la última del plie-
León. Dibujo, nos arriesgamos a decir, pues no
go, en su mayor parte está ocupada indepen-
sería caso único en este tipo de impresos, que
dientemente por una «Oración a María Santísi-
es reutilizado y provinente de otra publicación,
ma de la Fuensanta». Las referencias literarias
como bien viene a indicarnos las dos grandes le-
giennenses son inexistentes.
tras mayúsculas que aparecen a su pie: «A. T.».
El romance consta de doscientos ocho versos
y se divide en cinco partes. La primera –«Voy se- Y hay algo que nos parece necesario reseñar.
ñores a cantar / la historia más peregrina…»–, de El poeta tiene interés y efectúa especial hinca-
treinta y ocho octosílabos, es bien común en el ha- pié en los horribles sucesos y que ya próximos
cer del romancero, una invocación divina y a Ma- se nos anuncian, pues se divisan señales que
ría para que le guíen en su buen cantar, de lo que muy bien pueden ser tenidas como preludio del
es una historia real digna de permanecer grabada fin del mundo, caso de los terremotos vividos
en la memoria. Concluye, también como fuera co- recientemente en el Sur de la Península Ibérica;
mún, reclamando la atención del auditorio. de aquí las fechas exactas que se señalan. No
fue, por cierto, único este pliego en tratar ani-
La segunda, la más extensa, pues consta de males fabulosos y exterminadores, que parecen
ochenta versos, da noticia de la aparición en los extraídos de un bestiario medieval; ya que por
cielos de un enorme y horroroso león que sem- estos mismos años finales del XIX se vende La
bró la muerte y la desolación por doquier con el fiera malvada relación del horroroso caso que sucedió
terrible fuego que arrojaba por sus fauces. Fe- en el país de Jerusalén, de los estragos que hizo una
cha memorable que a los cristianos debe servir fiera llamada animal silvestre….
de ejemplo y guía.
La tercera parte, de treinta y dos versos, la 
Existen varias ediciones con curiosísimos grabados
dedica el romancerista a poner de manifiesto minuciosamente descriptivos del portentoso animal, como
cómo se está ante una de las señales del final el que figura en la primera plana de una edición de Reus
o Barcelona, que reproduce Francisco Mendoza Díaz-Ma-
del mundo, lo que algunas profecías enmarcan roto en la página 148 de Panorama de la literatura de cordel
en el siglo XIX –recordemos que estamos en su española; Edit. Ollero&Ramos;Madrid, 2001.

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Decíamos párrafos atrás que las referencias de María, madre, con el hijo. A sus pies el dra-
literarias jaenesas del pliego son inexistentes. En gón, símbolo de la ciudad, sobre una torre; en
efecto. No así las gráficas, las que le prestan una realidad, la fortaleza histórica. Y, llegados aquí,
curiosísima personalidad y, muy en especial, la una pregunta, a mi ver, nada ociosa. ¿Qué hace
que nos viene en su portada en la que figura semejante escudo como eficaz ilustración de un
grabado el escudo del cabildo catedralicio de pliego en el que aparentemente nada tiene en
Jaén, el mismo del Instituto de Estudios Gien- común? Bien claro, estamos ante un animal fe-
nenses, bajo cuyos auspicios se edita esta revista roz, inmundo y terrible, sobre el que se alza la
biobibliográfica; un correcto trabajo muy de la imagen protectora de la Virgen, cuyo amparo y
época, de buen porte y nada naïf como suele ser protección se solicitan.
usual en este tipo de impresos. Ahí la imagen

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