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Caso de Juan y Martha

Juan 48 años
Martha 45 años
23 años de matrimonio
4 Hijos: Iliana 22 años, Juan 20 años, Roberto 17 años y Martha 14 años

Ellos han estado casados durante 23 años y tienen 4 hijos. Hace aproximadamente 1 año,
Martha descubrió que Juan tuvo una aventura extramarital con una compañera de trabajo
de Juan. Refiere que se sintió devastada, traicionada y herida por esta revelación, aunado
que Juan le confeso que no es la primera vez, pero en esta ocasión ella se dio cuenta,
esto ha llevado a la pareja a discusiones interminables.
La confianza se rompió y Martha decidió que no podía continuar con el matrimonio pues
se siente profundamente herida y lastimada por la confesión de Juan.

Después de semanas de estira y afloja, y haber reflexionado durante largo tiempo, Martha
decidió buscar la ayuda de un consejero familiar en la iglesia donde se congregan para
recibir ayuda en esta situación.
Ellos esperaba encontrar apoyo y orientación sobre cómo manejar el dolor emocional y
cómo abordar el tema de su separación con sus hijos.
Martha dejó en claro desde la primera cita que no estaba interesada en reconciliarse con
Juan y que su decisión era buscar un divorcio.

En las primeras sesiones, el consejero comprende la situación y escucha las “quejas” de


Martha, pero a medida que avanzan las sesiones, el pastor de la iglesia que forma parte
del grupo de consejeros para matrimonios comienza a mostrar una inclinación hacia Juan
y la reconciliación; y les sugiere repetidamente que deberían intentar resolver sus
problemas, a pesar de que Martha insiste en su posición sobre el divorcio el consejero
insiste en que "el amor conquista todo" y que la familia debe mantenerse unida por el bien
de los hijos, utilizando incluso versículos bíblicos como: 1 Corintios 13:4-7

El consejero también comienza a dar ejemplos de otras parejas (sin mencionar sus
nombres) dentro de la iglesia que han superado la infidelidad y han logrado fortalecer su
relación. A lo largo del proceso, el consejero empieza a hablar más sobre los "deberes y
obligaciones" de Martha como esposa y madre, sugiriendo que su responsabilidad
principal es mantener la unidad familiar sin importar las circunstancias.

A medida que las sesiones continúan, Martha empieza a sentirse incómoda y frustrada.
Siente que el consejero no está respetando su dolor y su decisión de buscar un camino
diferente. Además, que nota claramente que él está de parte de Juan, pues lo justifica
diciéndole a Martha que los hombres así son, que no significa nada el hecho de que
tengan relaciones sexuales con otra mujer de forma ocasional y que sobre todo no es
motivo para que una familia se destruya, y además la hace sentir culpable por no estar
dispuesta a seguir el consejo del terapeuta pues es un pastor de la iglesia, lo que agrega
otra capa de estrés emocional.

En este caso, el pastor consejero ha extralimitado sus funciones al presionar a Martha


para que cambie su decisión y busque la reconciliación a pesar de sus deseos y
necesidades emocionales.
Martha refiere que esta consejería que recibió en lugar de ayudarla la hizo sentir muy mal,
se sintió como un objeto sin importar sus sentimientos y su dolor al ser traicionada por su
esposo, aunado a la decepción por la falta de empatía de parte del pastor consejero, y
defraudada pues se dio cuenta de que él no esté preparado para brindar consejería, pues
en todo momento mostro sus propios ideales de como debe ser una esposa cristiana,
incluso hizo patente su machismo y falta de sensibilidad.

En situaciones como esta, un consejero debería centrarse en brindar apoyo emocional a


Martha, ayudarla a procesar sus emociones y a tomar decisiones que sean coherentes
con sus propios valores y necesidades.
Empujarla hacia una dirección específica en contra de sus deseos no solo es inapropiado,
sino que también afecta el propósito de la terapia familiar, que es ayudar a los individuos y
a la familia a encontrar una forma saludable de manejar la situación.
Estrategias de implementación de limites para el consejero espiritual

- Establecer desde el principio cuál es nuestro rol como consejeros espirituales y cuáles
son nuestras responsabilidades en el proceso de asesoramiento. Aclararle al paciente que
tipo de apoyo podemos brindarle y cuáles son las áreas que están fuera de nuestra
competencia. Esto ayudará a los pacientes a comprender mis limitaciones y a tener
expectativas realistas.

- Es importante crear un ambiente seguro en el que los pacientes se sientan cómodos


compartiendo sus pensamientos y emociones. Cuando sienten que pueden hablar sin ser
juzgados o criticados, es más probable que aborden temas espirituales y personales de
manera sincera y abierta pues se sienten en confianza.

- Respetar la autonomía, creencias, hábitos y costumbres de los pacientes. Aunque


podamos ofrecer orientación espiritual y emocional, es importante permitirles tomar sus
propias decisiones basadas en sus creencias y acciones. Evitando en todo momento
imponer nuestras propias creencias o valores y siempre respetar su capacidad para elegir
su propio camino espiritual.

Reconocer cuando los problemas que enfrenta un paciente están más allá de nuestra
experiencia o competencia como consejero familiar. Si detectamos un problema que
requiere atención médica, orientación legal, etc. es importante estar dispuesto a
canalizarlo a profesionales especializados en esas áreas que no son nuestra
competencia.

- Establecer un límite claro en cuanto a la confidencialidad y privacidad de las sesiones.


Informarles nuestra política sobre la confidencialidad de la información compartida durante
las sesiones y asegurarnos de cumplirlas estrictamente. Esto nos ayuda a fomenta un
ambiente de confianza en el se sientan seguros al hablar sobre temas personales y
espirituales.

- Informarle sobre el límite de tiempo de cada sesión. Esto nos ayuda a realizar las
sesiones de forma más efectiva, y también mostramos respeto por el tiempo de ambos.
Es sumamente importante cumplir con los horarios establecidos y evita extender
excesivamente las sesiones, ya que esto podría agotar a ambos.

Funciones del consejero familiar:

- Defender: el orientador familiar defiende la familia como institución fundamental para el


desarrollo humano y social.
- Promover: Se aboca a lograr el bien de la familia y el de cada uno de sus miembros,
reconoce y promueve a la familia como comunidad de vida íntima cuya estructura de
relaciones basadas en el amor incondicional hacia sus miembros resulta fundamental
para el equilibrio y plenitud de la persona.
- Prevenir: realiza acciones tendientes a prevenir situaciones que puedan afectar
negativamente a la familia y a sus miembros, orientando las posibles situaciones
conflictivas que surgen en la vida familiar.
- Orientar: guía a la familia y a sus miembros hacia su desarrollo y plenitud, asistiéndola
en su normal crecimiento y en el encuentro de soluciones a su problemática en forma libre
y responsable.
- Educar: colabora con la familia para que ejerza positivamente su rol como primer
responsable de la educación de sus hijos, especialmente en el área de formación de
valores morales y virtudes.
- Capacitar: puede capacitar a la familia, a los padres y a sus miembros a asumir y ejercer
en forma positiva y eficaz su rol con respecto al logro de la plenitud de sí mismos y de los
otros; a través de la organización de talleres, de Escuelas para y de padres, de
encuentros familiares, del adolescente, etc.
- Investigar: investiga en su quehacer profesional sobre aquellos tópicos y problemáticas
propias de la vida y evolución familiar, detectando carencias y fortalezas de la familia y
proponiendo caminos concretos de desarrollo, familiar como también desafíos de
investigación a otros profesionales.
- Derivar: sobre la realidad personal y familiar, la orienta y en caso absolutamente
necesario, deriva a otros especialistas u organizaciones en forma oportuna.
- Coordinar: el orientador familiar guía y orienta el proceso de desarrollo de la familia o de
alguno de sus miembros hacia su bien asistiendo en la solución a su situación y
problemática, por lo que se encarga de planificar, ejecutar y evaluar, interviniendo en el
proceso, mostrando posibles caminos y fomentando la toma de decisiones en forma
oportuna y eficaz. Esta función puede realizarla a través del diseño y programación de
cursos de orientación familiar como a través de la coordinación de equipos
multidisciplinarios, de intervención familiar y de desarrollo de proyectos, entre otros.

La oración puede ser un recurso muy importante para los consejeros familiares, puesto
que proporciona autoconciencia, humildad, sabiduría y apoyo emocional para establecer y
mantener límites adecuados en la práctica. La conexión con Dios puede guiar al consejero
en su enfoque y decisiones, asegurando una consejería familiar ética y efectiva.
Nos permite reconocer las limitaciones humanas y pedir orientación a Dios, esto nos
ayuda a evitar caer en la trampa de pensar que tenemos todas las respuestas. Nos
permite buscar sabiduría y discernimiento para tomar decisiones sobre cómo abordar
ciertos temas o situaciones. Esto incluye decidir cuándo y cómo establecer límites
adecuados en el proceso de consejería.
Nos da la oportunidad de tener respeto por la espiritualidad de los pacientes ya que no
todas las familias tienen las mismas creencias espirituales.
Nos da la fortaleza emocional necesaria para lidiar con situaciones difíciles y mantener
límites firmes cuando es necesario.
La oración puede abrir nuestras mentes a nuevas perspectivas y ser más creativos al
abordar los desafíos familiares.

https://cofinclusivo.wordpress.com/que-es-un-consejero-familiar/

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