Está en la página 1de 4

La mira álmica.

Ponencia oferente
Unidad cuántica del YO Soy

*Anaïs F. Martinet
*Frans Mtnez-Pintor

En general, la convergencia de aquellas sociedades primeras, donde las


mujeres eran valoradas por lo que realmente eran, y no tanto por lo que
hacían, la vida humana en particular estaba marcada por la armonía, el
equilibrio, el amor y la paz. El amor incondicional sigue siendo desde
entonces el rasgo definitorio de esta energía que se transforma en sagrada
cuando la declaramos de manera plenamente consciente, lo que representa
una llamada despierta a nuestras identidades más profundas para equilibrar
su ser interno y poder entrar en la vibración de la Madre Tierra y abrirse a la
unidad del Ser de amor incondicional.

La dimensión femenina de la existencia radica en las emociones del amor, la


compasión, la comprensión, la empatía, la bondad, la consideración hacia los
otros, por el simple hecho de comprender sin juzgar y elevar la dualidad a
una condición suprema de unidad. Este estado superior de conciencia no se
origina en la mente sino en el espíritu, lo verdaderamente humano y
consagrado bajo la Gran Madre gnóstica. Justamente nos da confianza el
hecho de sinergizar alianzas en cada uno de nuestros actos como materia de
vida en torno a una energía que todo lo crea, restaurando la unidad del
Espíritu y la recomposición del alma .

.................................
*Anaïs F. Martinet
Bioscopio de Investigación Biopsicosocial. Grupa Dilluns

*Frans Mtnez-Pintor
Observatorio bioético de la comunicación creativa
ENFOQUE

La convergencia info-comunicacional, ante cualquier discrepancia, suele ser


analizada sobre la construcción intelectual y la formulación de intereses y
estrategias feministas, desvirtuando el significado natural con respecto a los
discursos filosóficos, académicos, políticos o literarios. Toda vez, hayamos
señalado un buen número de razones, entre las esferas de lo público y lo
privado, para reivindicar una equidad corporal, la condición biológica no
exime de contribuir a la formación de categorías más espirituales.

Es el caso de la realidad fundamentada en el femenino sagrado, que una vez


exponemos en los procesos de subjetivación y en la conformación de la
identidad, la controversia resulta fácilmente explicable y al mismo tiempo
haya mostrado signos de una agonía espiritual ante el materialismo reinante.
La construcción de lo sagrado pasa por dimensiones culturales y espirituales,
en tanto se ha justificado una relación de poder desigual, por no permitirnos
ser un cuerpo sagrado, reconociendo en cada mujer lo divino que habita en
su interior, su corporeidad expresada de manera integral y libre. Al igual que
ni parece contemplado ese ese espacio creador e innovador en un cuerpo
masculinizado hacia un extremo o al otro.

El culto a las deidades femeninas nos sitúa ante una energía al servicio de la
transformación consciente del sagrado femenino, del pensamiento simbólico
ataviado con toda clase de abalorios y mensajes apocalípticos. Pero nada
impresiona más que la desnudez o la improvisada indecencia efímera con la
que se desvela una prenda, no su esencia. Al igual que es plausible sugerir lo
relativo a la femineidad emocionalmente, las vías de la transformación son,
en todo caso, aquello que llamamos discernimiento.

En un primer momento a la materia que genera goce a los sentidos, dada por
las sensaciones de placer, ni que decir tiene, también contribuyen para la
felicidad humana, como un código de espiritualidad complaciente. De ahí que
la perspectiva de una espiritualidad cobra sentido en la vida del indiferente a
lo religioso, pues ya religa movilizaciones importantes en la forma de ser y
hacer con su vida, sin necesidad de dogmatizar la existencia ni la voluntad y
no entrar en conflicto con la ley universal del libre albedrío. El ser humano
viene acariciando la posibilidad de una vida con mucho sentido, llamada a ser
el encuentro con la esencia que permea la existencia que anhela regresar a
casa de la realidad absoluta.

LA INTELIGENCIA ESPIRITADA QUE MÁS IMPORTA

Si bien es importante mencionar que la sensibilidad humana nos impulsa a la


iluminación espiritual, su capacidad de hacer las cosas cotidianas inserta
experiencias más corporales en relación a las circunstancias. En su caso, la
realidad condicionada permite establecer los principios filosóficos perennes
sobre los que trabaja la inteligencia espiritual, pero solo en personas crédulas
y sin capacidad de discernir más allá de la simbología y la integridad del
grupo, obviamente tan limitado como significante.

Gratuitamente se habla de una visión global, si ser consientes de su relación


en el universo representa mirar a una pantalla plana del paradigma
mecanicista. De este modo un aumento progresivo del volumen cerebral
pareciera implicar que dicho incremento beneficia un desarrollo progresivo de
la inteligencia, tomando cada vez más cuerpo una explicación simplista. La
intuición rompe moldes introduciendo el consumo de materia girs sin importar
el equilibrio, y además requiere que lenguaje e inteligencia guarden una
estrecha relación.

Todo indica que se ha ido produciendo una encefalización de lo que es una


verdad científica firmemente establecida, no argumentada ni demostrada.
Pero lo recomendable se lleva a cabo en el cerebro y no en la materia álmica,
por lo que toda estructura peca de inexperiencia de fe, es decir, sería una
forma substancial que se agotaría en comunicar el ser a la materia y no a su
esencialidad. Necesitaríamos mirarnos en la apertura a la trascendencia, ya
que de otro modo la mente apenas es un recodo del cuerpo, sin admitir que
en el fondo las facultades intelectuales y morales estarían llevadas más que
por razonamientos científicos, por hiladas de visiones filosóficas.
En otras palabras, al tiempo que vivimos en la burbuja del presente lo que
aquí resulta cuestionable es si ya hemos sido invalidados por una inteligencia
distópica o según se ve, nos envuelve un mar de prismas rotatorios sin
dirección alguna. Es decir, en este asunto la humanidad se convierte en
cualidad al servicio de unos pocos focos y no de, una dinámica tarea que
requiere memorizar grandes volúmenes de datos para acceder rápidamente y
no perder el norte que es el sur, para colmo.

En un intento de aportar un buen modelo de debate, emulando a sacerdotisas


sembradoras de diversidad e ingenio, el pensamiento crítico resulta ser el
único aliado mejorado adaptable a un mundo cambiante, por lo menos para
que no se quede en lo meramente aparente. Somos materia prescindible
como a la vez transformación interior, y en ese seguir ignorando las
consecuencias, la contradicción anaximeniana estaría en el origen de todas
las razones y en permanente movilidad dualista.

Adicionalmente se suman como avances, toda elocuencia expuesta a las


dimensiones de un conocimiento acientífico, libre de cargas y apartado del
poder por sus deficiencias monetarias. A medida que la neblina irracional se
acumula en las pantallas táctiles, un frente cálido asoma por la otra orilla de
la cascada, donde nos encontramos en disidencia frente a los réprobos
aborregados, dejando que la completa frustración y vacuidad de una vida
sin luz, desaparezca como ser de hielo sobre fuego.

También podría gustarte