Está en la página 1de 575

OM

.C
D D
L A
F I

Este archivo fue descargado de https://filadd.com
OM
.C
CURSO DE DERECHO
SOCIETARIO
DD

La ley 19.550 con las reformas efectuadas


LA

por las leyes 26.994, 27.290 y 27.444


Edición 2019 actualizada y ampliada
FI

RICARDO AUGUSTO NISSEN




Este archivo fue descargado de https://filadd.com


OM
Nissen, Ricardo Augusto
Curso de derecho societario : la ley 19.550 con las reformas efectuadas por las leyes
26.994, 27290 y 27444 : edición 2019 actualizada y ampliada / Ricardo Augusto Nissen. - 1a ed
. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : La Ley, 2019.
Libro digital, Book "app" for Android
.C
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-03-3755-3
1. Derechos Societarios . I. Título.
CDD 348.02
DD

© Ricardo Augusto Nissen, 2019


© de esta edición, La Ley S.A.E. e I., 2019
Tucumán 1471 (C1050AAC) Buenos Aires
Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723
LA

Todos los derechos reservados


Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida
o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio
electrónico o mecánico, incluyendo fotocopiado, grabación
o cualquier otro sistema de archivo y recuperación
de información, sin el previo permiso por escrito del Editor y el autor.
FI

All rights reserved


No part of this work may be reproduced


or transmitted in any form or by any means,


electronic or mechanical, including photocopying and recording
or by any information storage or retrieval system,
without permission in writing from the Publisher and the author.

ISBN 978-987-03-3755-3
SAP 42638914
Las opiniones personales vertidas en los capítulos de esta obra son privativas de quienes las
emiten.
Argentina

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


CONTENIDO

Aclaración previa y necesaria


Prólogo a la primera edición
Abreviaturas
Introducción - Las personas jurídicas en el Código Civil y Comercial de la
Nación
Capítulo I - Historia del derecho societario. Sus actuales tendencias
§ 1. Generalidades. El derecho de las sociedades como parte integrante
del derecho comercial

OM
§ 2. Breve historia de la legislación sobre las sociedades, con especial
referencia a las sociedades comerciales
§ 3. Las tendencias del siglo XX y las tendencias actuales en materia de
derecho de las sociedades
.C
§ 4. Las tendencias actuales en el derecho societario
DD

Capítulo II - El contrato de sociedad comercial. Naturaleza de su acto


constitutivo y elementos del contrato de sociedad
§ 5. Naturaleza jurídica del acto constitutivo de la sociedad
§ 6. Caracteres del contrato de sociedad
LA

§ 7. Diferencias entre los contratos de organización y los contratos de


cambio
§ 8. Elementos del contrato de sociedad
§ 9. Objeto del contrato de sociedad
FI

§ 10. La causa del contrato de sociedad


§ 11. Elementos específicos del contrato de sociedad


Capítulo III - La unificación del derecho privado y su influencia en la LGS.


Diferencia de la sociedad con otros contratos asociativos. Clasificación de las
sociedades
§ 12. El Código Civil y Comercial de la Nación. Las modificaciones
efectuadas por la ley 26.994
§ 13. La regulación de las sociedades dedicadas a actividades
tradicionalmente conocidas como "civiles"


 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 14. Clasificación de las sociedades comerciales
§ 15. El tipo societario y la magnitud de la empresa
§ 16. Diferencias del contrato de sociedad con otros actos o contratos
asociativos

Capítulo IV - Requisitos específicos del contrato de sociedad comercial


§ 17. El nombre societario
§ 18. Nombre societario y nombre comercial

OM
§ 19. Razón social y denominación social
§ 20. Conflictos de homonimia
§ 21. El domicilio social. Domicilio y sede social
§ 22. Domicilio social inscripto y domicilio constituido
.C
§ 23. El capital social
§ 24. Capital social y patrimonio
DD

§ 25. Los aportes. Importancia. Bienes aportables


§ 26. Formalidades exigidas en materia de aportes. La inscripción
preventiva de bienes registrables
§ 27. Cumplimiento, exigibilidad y ejecución del aporte
LA

§ 28. Prescripción de las acciones para la integración de los aportes


§ 29. Análisis de los diversos tipos de aportes en la ley 19.550
§ 30. Garantía por evicción y vicios redhibitorios del bien aportado
FI

§ 31. Valuación de los aportes en especie


§ 32. Infravaluación de los aportes
§ 33. Críticas al sistema legal


§ 34. Las prestaciones accesorias


§ 35. El objeto social
§ 36. Objeto social y actividad
§ 37. El plazo de duración de la sociedad

Capítulo V - La personalidad jurídica de las sociedades comerciales

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 38. Concepto. Importancia
§ 39. Fundamentos y alcance del reconocimiento de la personalidad
jurídica a las sociedades
§ 40. Nacimiento y extinción de la personalidad jurídica de las
sociedades
§ 41. Límites al reconocimiento de la personalidad jurídica. El conocido
fenómeno del abuso de la personalidad de las sociedades
§ 42. El art. 54, in fine, de la ley 19.550. Contenido y alcance
§ 43. Aplicación concreta de la doctrina de la desestimación e
inoponibilidad de la personalidad jurídica de las sociedades

OM
§ 44. ¿Es aplicable la doctrina de la inoponibilidad de la persona jurídica
a otras personas de existencia ideal?
§ 45. Cuestiones procesales en el procedimiento de inoponibilidad de la
personalidad jurídica
.C
Capítulo VI - Formas de constitución. Publicidad y registración de sociedades
comerciales
§ 148. Generalidades. El problema de la nacionalidad de las sociedades
DD

§ 149. La legislación aplicable a las sociedades extranjeras con


actuación en la República
§ 150. El concepto del acto aislado
LA

§ 151. El desarrollo de su actividad habitual por la sociedad extranjera


§ 152. Sociedades extranjeras de tipo desconocido
§ 153. Contabilidad separada
FI

§ 154. Actuación y responsabilidad de los representantes de sociedades


extranjeras
§ 155. Emplazamiento en juicio
§ 156. Participación de sociedades locales en sociedades nacionales


§ 157. Sociedades extranjeras con domicilio en la República o cuyo


principal objeto se cumple en ella
§ 158. La problemática de las sociedades off shore. Las resoluciones de
la Inspección General de Justicia y el aval judicial respecto de la
necesidad de desalentar su actuación en la República Argentina
§ 159. La ilegitimidad de las sociedades off shore en la República
Argentina


 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 160. Las medidas adoptadas por el gobierno nacional para alentar la
constitución y actuación de las sociedades off shore en la República
Argentina

Capítulo VII - El procedimiento societario


§ 57. Principio general
§ 58. Cuestiones de competencia
§ 59. Las sociedades y el beneficio de litigar sin gastos
§ 60. Tribunal arbitral y cláusulas compromisorias
§ 61. La mediación obligatoria. La ley 24.573

OM
Capítulo VIII - Régimen de nulidad de las sociedades comerciales
§ 62. Principios generales
§ 63. La nulidad vincular del contrato de sociedad
§ 64. Nulidad del contrato social por omisión de requisitos esenciales
.C
§ 65. Sociedades de objeto ilícito
§ 66. Sociedades de actividad ilícita
DD

§ 67. Las sociedades de objeto prohibido


§ 68. Sociedades simuladas
§ 69. La acción judicial de nulidad
LA

§ 70. Nulidad de cláusulas del contrato social


§ 71. Las tontinas
Capítulo IX - Irregularidad societaria y otros fenómenos anómalos
FI

§ 72. Régimen legal de las sociedades no constituidas regularmente.


Breve reseña del derogado régimen de las sociedades irregulares o de
hecho
§ 73. El nuevo régimen legal. Características generales


§ 74. Naturaleza de las sociedades previstas en la sección IV del


capítulo I de la ley 19.550
§ 75. Denominación de esta clase de sociedades
§ 76. Personalidad jurídica
§ 77. Las sociedades civiles. Las sociedades de profesionales
§ 78. Las sociedades irregulares y de hecho


 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 79. Efectos de la inclusión en la sección IV del capítulo I de la ley
19.550. La oponibilidad del contrato entre los socios y frente a terceros.
Representación y gobierno de la sociedad
§ 80. Adquisición de bienes registrables. El denominado "acto de
reconocimiento" de la sociedad y de la titularidad societaria de cada
integrante
§ 81. Prueba de la existencia de la sociedad incluida en la sección IV del
capítulo I de la ley 19.550
§ 82. Sobre la responsabilidad de los socios. Alcance de la
responsabilidad mancomunada
§ 83. Subsanación de la sociedad no regular

OM
§ 84. Disolución y liquidación de la sociedad
§ 85. Sobre las relaciones entre los acreedores sociales y particulares de
los socios
§ 86. Las sociedades no regulares y la contabilidad
.C
Capítulo X - Derechos y obligaciones de los socios
§ 87. El estado de socio
§ 88. Las obligaciones del socio
DD

§ 89. Derechos de los socios


§ 90. Transmisibilidad del carácter de socio
§ 91. El socio aparente y el socio oculto
LA

§ 92. El socio del socio


Capítulo XI - Administración y representación de las sociedades comerciales
§ 93. Conceptos generales
FI

§ 94. La doctrina del órgano


§ 95. Organización de la administración y representación de las
sociedades


§ 96. Designación y registración de los administradores


§ 97. Régimen de renuncia y remoción de los administradores de
sociedades
§ 98. El régimen legal de representación de las sociedades
§ 99. La representación de la sociedad y la doctrina de la apariencia
§ 100. Obligaciones de los administradores
§ 101. Remuneración de los administradores de las sociedades


 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 102. La rendición de cuentas y la formulación de los estados contables

Capítulo XII - De la documentación y de la contabilidad


§ 103. Fundamento de la necesidad del comerciante de llevar registros
contables
§ 104. Los libros societarios
§ 105. Los balances y estados contables de la sociedad
§ 106. Derechos de los socios o accionistas a la aprobación e
impugnación de los estados contables
§ 107. Facultades de la autoridad de control en materia de estados

OM
contables

Capítulo XIII - Reorganización de sociedades. Transformación, fusión y


escisión
.C
§ 108. Transformación de sociedades
§ 109. La transformación de la sociedad y la responsabilidad de los
socios
DD

§ 110. Requisitos de la transformación


§ 111. La transformación y el derecho de receso
§ 112. Rescisión del acuerdo de transformación
LA

§ 113. Caducidad del procedimiento de transformación


§ 114. La fusión de sociedades. Concepto y clases
§ 115. Requisitos y procedimiento
FI

§ 116. Requisitos específicos en caso de fusión propiamente dicha y en


caso de fusión por absorción
§ 117. Inscripciones registrales


§ 118. Derecho de receso y preferencias de los socios


§ 119. Revocación del compromiso previo de fusión
§ 120. Rescisión de la fusión. Requisitos
§ 121. Escisión de sociedades
§ 122. Requisitos de la escisión


 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Capítulo XIV - Resolución parcial del contrato de sociedad. Disolución y
liquidación de sociedades
§ 123. Resolución parcial del contrato de sociedad
§ 124. Estipulación convencional de causales de resolución parcial en el
contrato constitutivo de la sociedad. El retiro voluntario del socio
§ 125. La muerte del socio
§ 126. La exclusión del socio
§ 127. Efectos de la exclusión del socio
§ 128. La exclusión en las sociedades de dos socios
§ 129. La disolución de la sociedad. Concepto y causales

OM
§ 130. Revocación de las causas de disolución
§ 131. Prórroga y reconducción del contrato social
§ 132. La demanda judicial de disolución
§ 133. Efectos de la disolución
.C
§ 134. Liquidación de la sociedad
§ 135. La personalidad jurídica de las sociedades en liquidación
DD

§ 136. Los liquidadores. Designación. Derechos y obligaciones


§ 137. Responsabilidad de los liquidadores
§ 138. Reembolso del capital y distribución del remanente entre los
socios
LA

§ 139. Cancelación de la inscripción de la sociedad en el Registro


Público
§ 140. Las sociedades de plazo vencido que ignoran el trámite
FI

liquidatorio

Capítulo XV - Intervención judicial de sociedades comerciales




§ 141. Definición, características y requisitos de la intervención judicial


de sociedades comerciales
§ 142. La apreciación judicial de la intervención judicial. El criterio
restrictivo
§ 143. La contracautela
§ 144. Designación y actuación del administrador judicial
§ 145. Legitimación de los administradores desplazados


 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 146. Recursos contra la designación de un interventor judicial
§ 147. Intervención judicial a pedido de terceros

Capítulo XVI - Sociedades constituidas en el extranjero


§ 148. Generalidades. El problema de la nacionalidad de las sociedades
§ 149. La legislación aplicable a las sociedades extranjeras con
actuación en la República
§ 150. El concepto del acto aislado
§ 151. El desarrollo de su actividad habitual por la sociedad extranjera

OM
§ 152. Sociedades extranjeras de tipo desconocido
§ 153. Contabilidad separada
§ 154. Actuación y responsabilidad de los representantes de sociedades
extranjeras
§ 155. Emplazamiento en juicio
.C
§ 156. Participación de sociedades locales en sociedades nacionales
§ 157. Sociedades extranjeras con domicilio en la República o cuyo
DD

principal objeto se cumple en ella


§ 158. La problemática de las sociedades off shore. Las resoluciones de
la Inspección General de Justicia y el aval judicial respecto de la
necesidad de desalentar su actuación en la República Argentina
LA

§ 159. La ilegitimidad de las sociedades off shore en la República


Argentina
§ 160. Las medidas adoptadas por el gobierno nacional para alentar la
constitución y actuación de las sociedades off shore en la República
FI

Argentina

Capítulo XVII - Las sociedades personalistas o por parte de interés




§ 165. Naturaleza y características


§ 166. Requisitos de constitución
§ 167. Los socios de las sociedades de responsabilidad limitada.
Responsabilidad de los socios
§ 168. Las cuotas sociales. Naturaleza jurídica
§ 169. El régimen de transferencia de las cuotas sociales
§ 170. Ejecución forzada de cuotas sociales

10 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 171. Copropiedad de cuotas. Derechos reales y medidas precautorias
sobre ellas
§ 172. Administración de las sociedades de responsabilidad limitada. La
gerencia
§ 173. Fiscalización de la sociedad de responsabilidad limitada
§ 174. El órgano de gobierno de la sociedad de responsabilidad limitada.
Resoluciones sociales
§ 175. Domicilio de los socios
§ 176. Régimen de mayorías en la adopción de los acuerdos sociales
§ 177. El derecho de receso

OM
§ 178. Las actas de las asambleas o reuniones de socios

Capítulo XVIII - Sociedades de responsabilidad limitada


§ 165. Naturaleza y características
.C
§ 166. Requisitos de constitución
§ 167. Los socios de las sociedades de responsabilidad limitada.
DD

Responsabilidad de los socios


§ 168. Las cuotas sociales. Naturaleza jurídica
§ 169. El régimen de transferencia de las cuotas sociales
§ 170. Ejecución forzada de cuotas sociales
LA

§ 171. Copropiedad de cuotas. Derechos reales y medidas precautorias


sobre ellas
§ 172. Administración de las sociedades de responsabilidad limitada. La
gerencia
FI

§ 173. Fiscalización de la sociedad de responsabilidad limitada


§ 174. El órgano de gobierno de la sociedad de responsabilidad limitada.
Resoluciones sociales


§ 175. Domicilio de los socios


§ 176. Régimen de mayorías en la adopción de los acuerdos sociales
§ 177. El derecho de receso
§ 178. Las actas de las asambleas o reuniones de socios
Capítulo XIX - Sociedades anónimas. Constitución
179. Las sociedades anónimas. Características

11 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 180. Constitución de las sociedades anónimas. La constitución por
acto único
§ 181. Las sociedades anónimas unipersonales
§ 182. El régimen legal de las sociedades anónimas en proceso de
formación
§ 183. Constitución de la sociedad anónima por suscripción pública
§ 184. Beneficio de los promotores y fundadores de las sociedades
anónimas en formación
Capítulo XX - Sociedades anónimas. El capital social
§ 185. Importancia del capital social. La función de garantía que cumple

OM
el capital social frente a terceros
§ 186. Clarificación del concepto del capital social
§ 187. Integración del capital social
§ 188. Aumento del capital social
.C
§ 189. El derecho de preferencia y el derecho de acrecer
§ 190. Emisión de acciones con prima
DD

§ 191. Emisión de acciones bajo la par


§ 192. Aumento del capital social en las sociedades que hacen oferta
pública de sus acciones
§ 193. Los aportes irrevocables a cuenta de futuras emisiones de
acciones
LA

§ 194. Reducción del capital social


Capítulo XXI - Sociedad anónima. Acciones, bonos, debentures y obligaciones
negociables
FI

§ 195. Características de las acciones. Derechos que confieren


§ 196. Clasificación de las acciones
§ 197. Transmisibilidad de las acciones


§ 198. El libro de Registro de Acciones


§ 199. Indivisibilidad de las acciones
§ 200. Requisitos de las acciones y de los títulos
§ 201. Certificados provisorios, certificados globales y cupones
§ 202. Negociaciones sobre acciones
§ 203. Embargo y ejecución de acciones

12 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 204. La amortización de acciones
§ 205. Pérdida, robo e inutilización de las acciones
§ 206. Los bonos. Bonos de goce y bonos de participación
§ 207. Los debentures
§ 208. Las obligaciones negociables
Capítulo XXII - Las asambleas de las sociedades anónimas
§ 209. Concepto y características
§ 210. Clases de asambleas
§ 211. Etapas para la adopción de decisiones asamblearias

OM
§ 212. Efectos de las decisiones asamblearias. Impugnación judicial de
asambleas y decisiones asamblearias
§ 213. La suspensión provisoria de la ejecución de la decisión
asamblearia atacada de nulidad
§ 214. La nulidad de las asambleas y el orden público societario
.C
§ 215. Justiciabilidad de la decisión asamblearia que aprueba un
aumento del capital social
DD

§ 216. Revocación del acuerdo impugnado de nulidad


§ 217. Revocación del acuerdo impugnado. Las asambleas
"confirmatorias"
§ 218. El derecho de receso
LA

Capítulo XXIII - El directorio


§ 219. Administración y representación de la sociedad anónima
§ 220. Designación de los directores. Elección por clase de acciones. El
FI

voto acumulativo
§ 221. Remuneración de los directores
§ 222. Prohibiciones e inhabilidades para desempeñar el cargo de


directores
§ 223. Delegación de funciones. La gerencia
§ 224. El comité ejecutivo
§ 225. Funcionamiento del directorio
§ 226. Prohibición de contratar con la sociedad
§ 227. Actos en competencia
§ 228. Renuncia y remoción de los directores
13 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 229. Responsabilidad de los directores
§ 230. Las acciones de responsabilidad
§ 231. Eximición y extinción de la responsabilidad de los directores
Capítulo XXIV - El órgano de fiscalización de las sociedades anónimas. El
consejo de vigilancia y la sindicatura. La fiscalización externa
§ 232. El órgano de fiscalización de las sociedades anónimas
§ 233. El consejo de vigilancia
§ 234. La sindicatura
§ 235. Requisitos para desempeñarse como síndico

OM
§ 236. Atribuciones y deberes de la sindicatura
§ 237. Remuneración de los síndicos
§ 238. Funcionamiento de la sindicatura
§ 239. Renuncia y remoción de los síndicos
.C
§ 240. Responsabilidad de los síndicos
§ 241. Fiscalización estatal o externa
DD

Capítulo XXV - Sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria y


sociedades de economía mixta
§ 242. Las sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria
§ 243. Las sociedades de economía mixta
LA

Capítulo XXVI - Sociedades en comandita por acciones


§ 244. Evolución histórica y requisitos tipificantes
FI

§ 245. Normativa aplicable a las sociedades en comandita por acciones


§ 246. Formalidades de constitución. El nombre societario
§ 247. Administración de las sociedades en comandita por acciones


§ 248. Reuniones de socios


§ 249. Disolución de las sociedades en comandita por acciones. Pérdida
de sus requisitos tipificantes
§ 250. Confirmación de las sociedades en comandita por acciones
Capítulo XXVII - Las sociedades cooperativas
§ 251. Generalidades y requisitos tipificantes
§ 252. Régimen legal y naturaleza jurídica
14 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 253. El acto cooperativo
§ 254. Clasificación de las sociedades cooperativas
§ 255. Constitución de las sociedades cooperativas
§ 256. Los asociados
§ 257. El capital y las cuotas sociales. Régimen de aportes
§ 258. Contabilidad y ejercicio social
§ 259. Los resultados del ejercicio. Los excedentes repartibles. Los
retornos
§ 260. El órgano de gobierno de las sociedades cooperativas. Las
asambleas

OM
§ 261. Impugnación de las asambleas y de las decisiones asamblearias
§ 262. El órgano de administración de la sociedad cooperativa. El
consejo de administración
§ 263. Prohibiciones e incompatibilidades de los consejeros
.C
§ 264. Remuneración de los consejeros
§ 265. Régimen de renuncia y remoción. Intervención judicial
DD

§ 266. Funcionamiento del consejo de administración


§ 267. Funciones del consejo de administración
§ 268. Representación de la sociedad cooperativa
§ 269. Responsabilidad de los consejeros
LA

§ 270. El régimen de fiscalización privada de las sociedades


cooperativas
§ 271. La auditoría
FI

§ 272. Integración cooperativa


§ 273. Régimen de disolución y liquidación
§ 274. Atribuciones y obligaciones de los liquidadores


§ 275. El control estatal de las sociedades cooperativas


Capítulo XXVIII - Las sociedades de garantía recíproca
§ 276. Naturaleza y requisitos tipificantes
§ 277. Normativa aplicable y valoración de este nuevo tipo social
§ 278. Requisitos de constitución
§ 279. Los socios. Categoría de socios

15 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 280. Responsabilidad de los socios
§ 281. El capital social, las acciones y el fondo de riesgo
§ 282. Derechos de los socios. El derecho al reembolso de las acciones
de los socios partícipes
§ 283. El régimen de exclusión de socios
§ 284. El contrato de garantía recíproca
§ 285. Efectos del contrato de garantía recíproca entre la sociedad y sus
socios partícipes
§ 286. Los órganos sociales
§ 287. Reorganización de las sociedades de garantía recíproca. Fusión y

OM
escisión
§ 288. Disolución y liquidación de las sociedades de garantía recíproca
§ 289. Incumplimiento a las disposiciones de la ley 24.467. Régimen
sancionatorio
.C
Capítulo XXIX - Las sociedades por acciones simplificadas (SAS)
Bibliografía
DD

Aclaración previa y necesaria

Toda nueva edición de un libro jurídico requiere alguna explicación por parte
del autor.
LA

Este Curso de Derecho Societario, que vio la luz en el año 1998 y que cuenta
con varias ediciones y reimpresiones, fue objeto de adecuación como
consecuencia de la sanción de la ley 26.994, que unificó nuestra legislación civil
y comercial y, de alguna manera, modificó la filosofía de la ley 19.550 al
incorporar, entre otras discutibles soluciones, una nueva clase de sociedades —
no un tipo— que pasó a denominarse Sociedades de la Sección IV del Capítulo
FI

I de la ley 19.550, que no mereció nuestro beneplácito, pues siguiendo cierta


doctrina a la cual han adherido los juristas que integraron la subcomisión de
reformas de la ahora denominada Ley General de Sociedades, Dres. Efraín Hugo
Richard, Rafael Manóvil y Horacio Roitman, se pretendió con ello aligerar todo el


sistema de responsabilidad previsto por la ley 19.550 en su versión original, a


punto tal que quienes incurrieron voluntariamente en el incumplimiento de la
necesaria inscripción del contrato social o estatuto en el registro mercantil fueron
premiados con una responsabilidad limitada o mancomunada por el
cumplimiento de las obligaciones sociales. Con esto, sumado a la modificación
del art. 6º de la referida ley, que eliminó de su texto el control de legalidad que
siempre le ha sido otorgado al registrador comercial —juez de registro o
autoridad de control— como requisito previo e indispensable para ordenar la
inscripción de una sociedad, se instaló en el país un clima de inseguridad jurídica
en las relaciones societarias y de absoluta lenidad en la apreciación de la

16 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


responsabilidad de los integrantes de estas personas jurídicas, que abrió las
puertas a lo que vendría con posterioridad a la asunción del gobierno
constitucional en el mes de noviembre de 2015.

La actualización de este Curso... no me ha sido sencilla, pues las


modificaciones efectuadas en estos últimos tres años de gobierno neoliberal han
ido a contrapelo de mi ideología y de mi manera de pensar, en cuanto siempre
he sostenido, desde mi iniciación de la actividad académica y profesional —a
mediados de la década de 1970 del siglo pasado—, que la sociedad no puede
constituir otra cosa que un medio instrumental para la concentración de capitales
para la realización de actividades lucrativas de cierta envergadura, con ciertas
limitaciones en torno a la asunción del riesgo empresario por parte de sus
integrantes, limitaciones válidas en la medida que la persona jurídica respete "las
condiciones de uso", siguiendo la clara terminología utilizada por el profesor

OM
italiano Francesco Galgano. Por ello, todas las medidas adoptadas desde el
gobierno de Mauricio Macri, en torno no solo a la tolerancia de la actuación de
las sociedades off shore en nuestro país, sino a la incorporación de un nuevo
tipo societario por la ley 27.349 fuera del texto de la ley 19.550 —las sociedades
por acciones simplificadas—, en las cuales se puede hacer todo lo que nuestra
Ley General de Sociedades prohíbe, orden público inclusive, me han provocado
un desánimo que probablemente el lector advierta en esta nueva edición, pero
.C
que espero pueda ser superado en una próxima reelaboración de esta obra,
oportunidad en la que anhelo que nuevos vientos soplen en la República
Argentina.
DD

Mar del Plata, enero de 2019.


LA
FI


17 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


OM
Prólogo a la primera edición
.C
(OCTUBRE DE 1998)
DD

1. Debo reconocer que este Curso de derecho societario ha requerido mayor


esfuerzo que cualquiera de mis obras anteriores y ello se debe a mi pretensión
de sistematizar, en aproximadamente 600 páginas, el derecho societario
argentino vigente según mi manera de ver las cosas.

2. El derecho societario no es cuestión meramente académica ni aplicable solo


LA

a un tipo de contrato particular. En su interpretación no pueden estar ausentes


las concepciones que cada uno tiene sobre el papel que juegan las sociedades
en el desarrollo de nuestra economía, ni el rol que en ellas cumplen los individuos
que la integran.
FI

He adherido desde siempre a la teoría contractual del acto fundacional de las


sociedades comerciales, por entender que lo trascendente en este contrato
asociativo son las personas y no las meras abstracciones, pues la sociedad no
es más que un recurso instrumental, esto es, una forma de agrupar esfuerzos y


capitales en procura de beneficios económicos para quienes la integran.

La sociedad no puede estar nunca por sobre las personas que la componen,
quienes aportaron dinero o bienes para desarrollar una actividad común y lucrar
con sus resultados. Quienes tienen a su cargo la dirección de los negocios
sociales no son más que administradores de un patrimonio común, y si el
legislador le otorgó a la sociedad el carácter de sujeto de derecho, ello respondió
a fines eminentemente prácticos, para satisfacer fundamentalmente los intereses
de los terceros vinculados con la sociedad, para ofrecerles un patrimonio
especial destinado a satisfacer las deudas contraídas a nombre de ellos. La
concepción de la sociedad como un mero recurso instrumental en beneficio de
18 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sus integrantes, que parece conclusión elemental desde la primera de las
legislaciones que contemplaron el funcionamiento de las compañías mercantiles,
viene sufriendo, desde hace décadas, un serio embate por los cultores de un
capitalismo extremo que hacia fines del siglo pasado ha llegado a límites
intolerables. La corrupción, la impunidad, el vedetismo, el lujo desenfrenado, la
pérdida de los valores trascendentes de la vida, la mediocridad y la ostentación,
simples manifestaciones del triunfo de lo material sobre lo espiritual, han
encontrado en las sociedades un bastión inexpugnable, ante las cuales según
quienes sostienen esta manera de pensar, deben ceder todos los principios que
en materia de responsabilidad patrimonial ha previsto el ordenamiento común
para el resto de los mortales.

Lo verdaderamente preocupante es que nuestros tribunales comerciales


parecen no darse cuenta de la alarmante proliferación de maniobras

OM
consumadas a través de sociedades anónimas, sino que exhibiendo una
recalcitrante prudencia o una adhesión a principios institucionales incompatibles
con el carácter contractual del acto constitutivo de la sociedad, alientan ese tipo
de actuaciones fraudulentas.

De tal manera, leemos a diario en las sentencias de nuestros tribunales la


necesidad de proteger "a los sujetos de segundo grado", la de restringir al
.C
máximo la declaración de nulidad de los actos de funcionamiento de las
sociedades comerciales, la "gravedad institucional" que supone el dictado de
medidas cautelares contra ellas o la suma restricción que los tribunales de alzada
recomiendan cuando se debe echar mano a las doctrinas del disregard o de la
DD

desestimación de la personalidad jurídica de las sociedades, ante comprobados


casos en donde la creación de la persona jurídica ha respondido a la intención
de sus controlantes de violar la ley o perjudicar a terceros.

Contrariamente, no encontramos prácticamente antecedentes


LA

jurisprudenciales que adopten graves medidas contra los integrantes de


sociedades infracapitalizadas, incapaces de responder con su capital social al
pasivo del ente, enormemente acrecentado por administradores temerarios,
quienes amparados en el excepcional beneficio de la limitación de la
responsabilidad que para sus integrantes ofrecen los tipos societarios más
FI

utilizados en nuestro medio saben que no deberán hacer nuevos desembolsos


dinerarios en caso de caer la sociedad en insolvencia. Del mismo modo tampoco
encontramos prácticamente precedentes pretorianos que pongan fin, de manera
ejemplar, a los abusos que a diario cometen los titulares del paquete de control,
que someten a los restantes socios o accionistas al más duro vasallaje.


En definitiva, como consecuencia de las poco ortodoxas prácticas mercantiles,


la poca generosidad y solidaridad de la dirigencia empresaria en general y la
tolerancia de los jueces, las sociedades comerciales, y en especial la anónima,
se han convertido en una trampa para los terceros y socios que carecen de los
votos necesarios para dirigir la compañía.

Pretendo pues, a través de las páginas de esta obra, influir de alguna manera
para volver las cosas a lo que deben ser.

19 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


3. Finalmente quiero dedicar este libro a todas aquellas personas que, desde
el arte, la literatura, la música o cualquier otra manifestación del espíritu me han
alegrado cada momento de mi vida. Valgan estas líneas como homenaje a The
Beatles, Joan Manuel Serrat, Lito Nebbia, Engelbert Humberdink y a João
Gilberto y Antonio Carlos Jobim —quienes, desde hace muchos años me
hicieron conocer a la bossa nova y a la cual no he abandonado nunca—.
También se lo dedico a escritores como Arthur Conan Doyle, Georges Simenon,
Vera Caspary, Manuel Puig y Rodolfo Walsh, a directores de cine como Alfred
Hitchcock, Woody Allen, Otto Preminger, Fritz Lang, Dino Risi, Claude Sautet, y
Francois Truffaut, y en especial, a Chacarita Juniors, responsable de mis
emociones menos racionales, pero que me regaló, a los 17 años, el campeonato
metropolitano del año 1969.

OM
Abreviaturas
.C
BIBLIOGRÁFICAS Y DE REFERENCIA TEXTUAL
DD

Art./arts. artículo/artículos
c. Contra
Convención Interamericana de Derecho Internacional
CIDIP
Privado
LA

dec. decreto
Ed. edición
IGJ Inspección General de Justicia
FI

INAC Instituto Nacional de Acción Cooperativa


INACyM Instituto Nacional de Acción Cooperativa y Mutual
Inc./incs. Inciso/incisos


Inst. Instancia
Juzg. Juzgado
Ltda. Limitada
Nro./nros. número/números
párr./párrs. párrafo/párrafos
PyMES Pequeñas y medianas empresas

20 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Res. Resolución
s/ Sobre
SA Sociedad anónima

SAS Sociedades por acciones simplificada.


SAU Sociedad anónima unipersonal
SCA Sociedad en comandita por acciones
SGR Sociedad de garantía recíproca
SRL Sociedad de responsabilidad limitada

OM
s/ss. siguiente/siguientes
t./ts. tomo/tomos

LEGISLACIÓN
.C
Cód. Civil Código Civil
Cód. Civ. y Com. Código Civil y Comercial de la Nación (ley 26.994)
DD

Cód. Com. Código de Comercio


Cód. Penal Código Penal
Cód. Proc. Civ. y
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
Com.
LA

LGS Ley General de Sociedades

PUBLICACIONES
FI

ED Revista El Derecho


JA Revista de Jurisprudencia Argentina


LL Revista Jurídica Argentina La Ley
RDCO Revista del Derecho Comercial y de las Obligaciones

TRIBUNALES

21 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


CCiv. y Com. Cámara en lo Civil y Comercial
CFed. Cámara Federal
CNTrab. Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo
CNCiv. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil
CNCom. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
CNPaz Cámara Nacional de Paz
CS Corte Suprema de Justicia de la Nación
Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos
SC Buenos Aires
Aires

OM
TFiscal Tribunal Fiscal de la Nación

.C
INTRODUCCIÓN - LAS PERSONAS JURÍDICAS EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA
NACIÓN
DD

§ 1. IMPORTANCIA DE LA REFORMA EFECTUADA POR LA LEY 26.994 AL RÉGIMEN


LEGAL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS. ORDEN DE PRELACIÓN RESPECTO DE LA
LA

APLICACIÓN DE LAS NORMAS SOBRE PERSONAS JURÍDICAS

1.1. Debe destacarse, en primer lugar, la importancia de la inclusión del título


II del Código Civil y Comercial de la Nación (Cód. Civ. y Com.), aprobado por
la ley 26.994 del 1 de octubre de 2014, con vigencia a partir del 1 de agosto de
FI

2015, que introdujo transcendentes modificaciones en torno al régimen de las


personas jurídicas en general, a través de una serie de normas, en su mayor
parte de carácter imperativo, que renuevan el panorama que, en esta materia,
incluía el Código Civil derogado, en sus arts. 30 a 50.


Fundamentalmente, se ha tenido en cuenta, al redactarse los arts. 141 a 167


del Cód. Civ. y Com., algunas soluciones provenientes del derecho societario,
que en la práctica jurisprudencial se han venido aplicando analógicamente a las
personas jurídicas que, tradicionalmente, han sido calificadas como figuras
regidas por el derecho civil. Como bien ha sostenido la doctrina, esta influencia
del derecho societario sobre la nueva regulación en materia de personas
jurídicas es comprensible, habida cuenta de que ha sido, en el ámbito societario,
donde —además de la supremacía numérica de las sociedades comerciales
respecto de las demás entidades— se han efectuado los aportes más profundos
en el análisis del funcionamiento de las personas de existencia ideal.
22 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


1.2. Las normas de los arts. 141 a 167 del Código Civil y Comercial son
aplicables a todas las personas jurídicas reguladas legalmente, salvo que las
leyes especiales (ley general de sociedades, sociedades por acciones
simplificadas, mutuales, cooperativas, asociaciones civiles, fundaciones etc.),
contemplen una solución distinta frente al mismo caso, a través de sendas
normas imperativas, pues si la colisión normativa se produce entre una norma
de esta naturaleza contenida en el nuevo régimen de las personas jurídicas y
una norma supletoria o estatutaria no imperativa contenida en la ley especial,
predomina la primera de ellas, a tenor de lo dispuesto por el art. 150 del Cód.
Civ. y Com. La trascendencia de esta solución salta a la vista y basta afirmar, a
título de ejemplo, la aplicación a todas las personas jurídicas de las normas de
los arts. 158 y 161 del referido Código, que prevén expresamente tres
soluciones, que la doctrina societaria reclamaba en cuanto evento académico se
llevó a cabo en los últimos años en la República Argentina, en materia de

OM
sociedades comerciales: la posibilidad de celebrar reuniones de los órganos del
órgano de gobierno por vía electrónica, el derecho de autoconvocarse por el
mismo órgano y la adopción de determinadas medidas para superar la
imposibilidad fáctica de tomar decisiones en el órgano de administración,
cuestiones estas dos últimas que, conforme lo enseña la experiencia, se
presentan todos los días, en especial cuando las sociedades transitan un
conflicto societario interno. De manera que, sobre la base de lo dispuesto por el
.C
art. 150 del Cód. Civ. y Com. no existe el menor óbice para superar el silencio
de la ley 19.550 en torno a dichas cuestiones, aplicando al respecto lo dispuesto
por los arts. 158 y 161 del Cód. Civ. y Com., cuyos antecedentes se encuentran
en el Proyecto de Código Civil de 1998.
DD

1.3. La redacción de los arts. 30 a 50 del Código Civil, en la versión del


derogado Código Civil, merecían una modificación y actualización, como la que
ahora exhiben los arts. 141 a 167 del Código Civil y Comercial de la Nación.
Recordemos al respecto que el derogado régimen de las personas jurídicas
LA

incluía expresamente las siguientes soluciones: a) El carácter de sujeto de


derecho de las personas jurídicas (arts. 31 y 32); b) el principio de la especialidad
para delimitar la capacidad del ente (art. 36); la aplicación de las normas del
mandato para gobernar las relaciones entre los administradores y la persona
jurídica (art. 37); la separación patrimonial entre la entidad y sus miembros (art.
FI

39), así como la responsabilidad de sus administradores por los daños que
causan en ejercicio u ocasión de sus funciones (art. 43), pero lo cierto es que,
luego de casi 150 años de vigencia, era imprescindible incorporar expresas
soluciones para los problemas actuales que hoy plantea el funcionamiento de los
entes ideales, en especial, en todo lo referido a su funcionamiento interno y


fundamentalmente en torno a la protección de los terceros que han contratado


con la entidad cuestiones no suficientemente abordados por Vélez Sarsfield ni
por la ley 17.711, en el año 1968.

§ 2. LA DEFINICIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS EN EL ACTUAL CÓDIGO CIVIL Y


COMERCIAL DE LA NACIÓN. SU CLASIFICACIÓN. PERSONALIDAD JURÍDICA.

23 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


INOPONIBILIDAD. COMIENZO DE SU EXISTENCIA. CLASIFICACIÓN. PERSONAS
JURÍDICAS CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO

2.1. Definición de las personas jurídicas

Antes de entrar en las definiciones previstas en el Código Civil y Comercial de


la Nación, oportuno es aclarar que este cuerpo legal ha unificado la
denominación de estos sujetos de derecho, a los cuales denomina en todo
momento "personas jurídicas", evitando la utilización de otros términos como
"personas de existencia ideal", que en su momento originó una interesante

OM
polémica entre nuestra doctrina en torno a las diferencias entre unas y otras. Sin
embargo, si existía alguna diferencia entre las personas jurídicas y las personas
de existencia ideal, ello ha quedado superado en la redacción de los arts. 141 a
167 del Cód. Civ. y Com., de manera tal que, en adelante, ambas expresiones
serán utilizadas como sinónimos.

Pues bien, y a diferencia de lo dispuesto por el art. 32 del régimen derogado,


.C
que definía a las personas jurídicas por exclusión, el art. 141 del Cód. Civ. y Com.
opta por una solución diferente, al prescribir expresamente que "Son personas
jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud
DD

para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto


y fines de su creación".

La reforma, que se ha inspirado en la vieja fórmula del derogado art. 30 del


Código Civil, aplicable a todas las personas previstas en dicho ordenamiento,
resulta por demás acertada, porque reconoce expresamente el carácter de
LA

sujeto derecho de las entidades previstas en los arts. 146 y 148, y cuyo alcance
ha sido definido por lo dispuesto por el art. 143, en cuanto dispone que la persona
jurídica tiene una personalidad distinta de la de sus miembros, en concordancia
con lo dispuesto por el viejo art. 39, primera parte, del derogado Código Civil.
FI

Lo primero que debe destacarse en torno a la definición contenida en el art.


141 del Cód. Civ. y Com. es que vuelve a reiterarse la limitación de la capacidad
de las personas jurídicas, en tanto estas solo pueden adquirir derechos y
contraer obligaciones, para el cumplimiento de su objeto y fines de su creación.


Esta limitación, ya prevista en el texto original de Vélez Sarsfield (arts. 31, 35


y 36 del Código Civil), es propia de toda persona jurídica y se deriva de la
particular naturaleza de su carácter de sujetos de derecho. Se trata del clásico
principio de especialidad o del ultra vires, que limita la actuación de los sujetos
colectivos a la celebración de todos los actos jurídicos que considere necesarios,
pero siempre que tengan relación con el cumplimiento del objeto o el fin de su
creación, siendo de toda obviedad sostener que la gente se junta, al constituir
una persona jurídica, en torno a un objetivo, que es de lucro, en el caso de
sociedades o de procura del bien común, tratándose de asociaciones civiles o
fundaciones. Pero pretender que una persona jurídica, cualquiera que fuere la

24 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


especie, se constituya para cualquier cosa y realizar cualquier actividad,
eliminando el principio de la especialidad, como lo propone un "Anteproyecto de
Reformas al Código Civil y Comercial", que a la fecha de la edición de este libro
anda dando vueltas, constituye un verdadero dislate, pues nadie sabría en qué
se gasta el dinero de la entidad, los administradores carecerían de límites en el
ejercicio de sus funciones, la función de garantía del capital social perdería todo
sentido y nadie sabría jamás cómo y de qué manera se cumple el objeto social
de la persona jurídica.

En este sentido, en los últimos años existe una cierta y minoritaria tendencia
muy difundida, fundamentalmente en el ámbito notarial, a abandonar esta
limitación, permitiendo a las personas jurídicas en general y a las sociedades en
particular a realizar cualquier acto, compatible o no con el objeto de la institución,
lo cual no ha conducido precisamente a bonificar el uso correcto de las personas

OM
jurídicas ni mucho menos a proteger los intereses de los propios integrantes de
la sociedad ni a los terceros que se vinculan con ella. No obstante lo cual, sigo
manteniendo la opinión de que el principio de la especialidad y la doctrina
del ultra vires debe mantenerse sin reservas, habida cuenta de las especiales
características que reviste el reconocimiento de la personalidad jurídica de estos
entes y la evidente necesidad de proteger el patrimonio de dichas instituciones,
cuyos administradores solo pueden disponer en la medida que las operaciones
.C
celebradas por estos encuadren en el objeto social y en el fin de su creación,
conceptos estos que no son idénticos, pues resulta evidente concluir que cuando
el art. 141 del Cód. Civ. y Com. se refiere a "los fines de la creación", como
hipótesis diferente del "cumplimiento del objeto", ha tenido en cuenta la inclusión
DD

en las normas en análisis de personas jurídicas privadas (art. 148) y personas


jurídicas públicas (art. 146), las cuales —estas últimas— carecen de estatutos y
que se rigen —precisamente— por la ley de su creación.

Bien es cierto que, como lo predican quienes se oponen al referido "principio


LA

de la especialidad" o del ultra vires, que aun existiendo el objeto único, el órgano
de gobierno de la entidad puede restringir, ampliar o modificar totalmente el
objeto social, e incluso puede "ratificar", siempre que lo sea por unanimidad,
cualquier acto celebrado por sus administradores que excedan el cumplimiento
de dicho objeto, pero este argumento no puede constituir el único o principal
FI

fundamento para demoler las sólidas bases que inspira el principio de la


especialidad, basado —se reitera— en la protección de la entidad, su patrimonio,
sus integrantes y los terceros que se vinculan con ella, que son cuestiones de
mucha mayor importancia que la de mantener la coherencia absoluta de un
sistema, máxime cuando se pretende cuestionar este principio —basado en una


ficción del legislador— mediante un aspecto meramente conceptual, que en


definitiva no es tal, pues en caso de falencia de la entidad, cualquier acto ajeno
al cumplimiento del objeto o fin de la institución puede ser revisado judicialmente,
aun cuando haya sido adoptado por unanimidad de sus miembros.

Debe recordarse asimismo que la aplicación del principio de la especialidad,


como se denomina a esta limitación a la capacidad de las personas jurídicas
cuando se habla fundamentalmente de las asociaciones civiles, fundaciones o
mutuales, o la doctrina del ultra vires, cuando se trata de analizar la capacidad
de las sociedades comerciales, no es estricto, pues la capacidad acordada con

25 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


relación a los fines de la persona jurídica se extiende a todas las relaciones
jurídicas que concurran directa o indirectamente al cumplimiento del objeto o a
los fines de su creación, y es por ello que el art. 58 de la ley 19.550 solo torna
inoponibles los actos celebrados por la sociedad comercial que resulten
"notoriamente ajenos al objeto social".

Resulta acertada, entonces, la solución prevista por el art. 141 del Código Civil
y Comercial de la Nación, que abreva de lo dispuesto por el derogado art. 35 del
Código Civil, pues no olvidemos que, merced a la aplicación de los principios de
la especialidad o del ultra vires, ha podido encontrarse condigna sanción a
aquellas prácticas tan reiteradas en el mundo de las operaciones corporativas,
en donde la sociedad abona los gastos personales o familiares de los integrantes
del grupo de control o, tratándose de asociaciones civiles o fundaciones, sus
autoridades llevan a cabo actividades lucrativas, como la compra de paquetes

OM
societarios de control de sociedades comerciales, práctica que fue
temporalmente admitida por la Inspección General de Justicia desde el año 1998,
pero suprimida por este mismo organismo en el año 2005, ante los evidentes
abusos que la realidad exhibió, mediante la creación o actuación de entidades
civiles ficticias, sin actividad social alguna en procura del bien de la comunidad
o de las mejores condiciones de la vida social (art. 364 de la misma resolución).
.C
DD

2.2. Personalidad jurídica. Mi adhesión a la teoría de la ficción

El carácter de sujeto de derecho que gozan las personas jurídicas, y a


diferencia de lo que acontece con las personas humanas, no proviene del
derecho natural, sino que es una solución práctica que el legislador aporta para
LA

unificar en un solo sujeto o en un solo patrimonio los efectos de la actuación de


un grupo de personas que se han unido a los fines de llevar a cabo una actividad
en común.

Se trata —en definitiva— de una ficción, tesis a la cual adhirió en su momento


FI

Vélez Sarsfield, siguiendo las enseñanzas de Savigny, Laurent, Aubry y Rau,


entre otros, y que por mi parte y a pesar de su antigüedad, considero totalmente
vigente, pues, como lo explica Borda, cuando la ley considera y trata al hombre
como persona, ella no le confiere personalidad, sino que solo reconoce y
confirma una personalidad preexistente, partiendo de la base de que el único


sujeto natural de derechos y obligaciones es el hombre. Ello no sucede con las


personas jurídicas, pues cuando el derecho otorga la capacidad jurídica a una
persona que en realidad no tiene ni pensamiento ni voluntad, no es sino por una
ficción que lo hace y esa ficción consiste en admitir que ese ente piensa y quiere,
aunque sea materialmente incapaz de hacerlo. Por esa razón de conveniencia o
de interés económico o social, el derecho las considera como si fueren
personas, pero que por derecho natural no lo son.

Debe reconocerse que más allá de la formulación de ciertas doctrinas, que


han sido denominadas teorías de la realidad, y que fueron ideadas para explicar

26 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la naturaleza jurídica de las personas de existencia ideal, me resulta imposible,
simplemente por aplicación del sentido común, sostener que la persona jurídica
constituya una realidad prenormativa cuya existencia el legislador debe
necesariamente reconocer, como sucede con las personas humanas, ya que la
personalidad de los entes de segundo grado solo constituye un medio jurídico y
cultural que el derecho otorga con el propósito de una mejor organización de
fines humanos que reputa lícitos, como lo ha admitido la jurisprudencia en
reiteradas oportunidades.

Estas conclusiones no implican negar la existencia de las personas jurídicas


como sujetos de derechos diferentes de las personas que la integran, pero ello
debe explicarse —se reitera— por los beneficios que a la comunidad, al bien
común, al tráfico mercantil o a los terceros implica unificar en un solo patrimonio
las relaciones jurídicas llevadas a cabo por un grupo de personas aglutinadas en

OM
torno a un mismo fin. Es por ello que no puedo coincidir con aquellas teorías que
han controvertido la doctrina de la ficción, pues ellas suponen una indebida
extensión del concepto de la realidad. Como bien sostuvo Manuel Arauz Castex
hace cincuenta años, eximio jurista y ejemplar magistrado de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, la única realidad jurídica es la coexistencia humana,
esto es, la conducta del hombre en su relación con el prójimo, pues "la
institución", el "interés" o la "voluntad" de la persona ideal no pueden
.C
considerarse nunca realidades, sino que son meras abstracciones, siendo que
para resolver los problemas acerca de la actuación y responsabilidad de dichas
personas no hace falta llamar realidad a lo que no lo es.
DD

Repárese que, en esta materia, resulta claro que los redactores del Código
Civil y Comercial de la Nación se han apartado del Proyecto de 1998 de
Unificación del Código Civil y Comercial, en cuyos fundamentos se dejó
constancia que "La persona jurídica es reconocida teniendo en cuenta un fin
especial que el Derecho reconoce y le interesa tutelar y promover", enrolándose
LA

dicho proyecto en las doctrinas que conciben la personalidad jurídica como el


reconocimiento por el derecho de un fenómeno social que debe reconocer y
regular. Por el contrario, en los fundamentos expuestos por los autores del
Código Civil y Comercial del año 2014, sus autores se han pronunciado en favor
de las doctrinas contrarias, que conciben a la personalidad jurídica como una
FI

concesión estatal, al enunciar que "la personalidad jurídica es conferida por el


legislador como un recurso técnico según variables circunstancias de
conveniencia o necesidad que inspiran la política legislativa".

Pero además de ello, la incorporación por la ley 26.994 a la hoy denominada




"Ley General de Sociedades" de las sociedades de un solo socio, priva de todo


sustento a las referidas "teorías de la realidad", de imposible comprensión por el
hombre de la calle, esto es, el verdadero destinatario de las normas jurídicas,
pues si dichas doctrinas parten de la idea de que el carácter de sujetos de
derecho de las personas de existencia ideal se las reconoce como medio técnico
para realizar el fin lícito que se proponga un grupo de individuos, como fuera
expuesto en la exposición de motivos de la ley 19.550, lo cierto es que ello perdió
gran parte de su fundamento cuando se admitió la existencia de la sociedad
unipersonal en nuestro ordenamiento legal, pues si el dato prenormativo que el
derecho no puede ignorar al momento de reconocer la personalidad jurídica de

27 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


los entes ideales, lo es la existencia de una agrupación de personas que tienen
un fin autónomo y un propio patrimonio, ello pierde todo sentido cuando esos
grupos humanos no existen y el destinatario de la personalidad jurídica es un
solo individuo, situación que provoca —en definitiva— que una misma persona
pueda ser titular de dos patrimonios y dos personalidades jurídicas distintas, de
las cuales una es consecuencia del derecho natural y la otra le es otorgada por
el legislador para la realización de una determinada y concreta actividad, siempre
y cuando persiga fines lícitos y concretos. Creo, en definitiva, que la
consagración de las sociedades de un solo socio constituye un nuevo
espaldarazo a la teoría de la ficción, pues solo a través de ella puede llegarse a
ese desdoblamiento de la personalidad de un mismo sujeto de derecho.

OM
2.3. Inoponibilidad de la personalidad jurídica

Obviamente, no puede desconocerse que la polémica nacida hace varios


siglos en torno a la naturaleza de las personas jurídicas ha constituido el tema
preferido de debate entre la doctrina jurídica universal, pero como bien lo enseña
.C
el siempre recordado Guillermo Borda, muchas construcciones teóricas, cuya
lógica a veces es brillante, suelen esconder trampas para la justicia o tienden a
proteger los intereses económicos en juego y es precisamente por ello que, ante
los comprobados abusos que ha llevado el otorgamiento de la personalidad
DD

jurídica de las personas de existencia ideal, nuestros tribunales han reaccionado


en forma permanente, elaborando una nutrida jurisprudencia que, en el año
1982, fue receptada por la ley 22.903 de reformas a la ley 19.550, cuando
incorporó al art. 54 de este ordenamiento legal un tercer párrafo en el cual
consagró la doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica de las
LA

sociedades comerciales, la que receptó magistralmente todo el fenómeno del


abuso del negocio societario, aportando soluciones concretas respecto de
quienes se aprovechan y abusan del derecho para crear personas jurídicas
ficticias y por lo tanto ilegítimas, con total desvío del fundamento otorgado por el
legislador para reconocer el carácter de sujeto de derecho del ente colectivo.
FI

En esta misma línea de pensamiento y con idéntico objetivo que el art. 54,
tercer párrafo, de la ley 19.550, el art. 144 del Cód. Civ. y Com. consagró para
todas las personas jurídicas la doctrina de la inoponibilidad de la personalidad
jurídica, disponiendo expresamente que "La actuación que esté destinada a la


consecución de fines ajenos a la persona jurídica, constituya un recurso para


violar la ley, el orden público o la buena fe, o para frustrar derechos de cualquier
persona, se imputa a quienes a título de socios, asociados, miembros o
controlantes, directos o indirectos, la hicieron posible quienes responderán
solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados. Lo dispuesto se aplica sin
afectar los derechos de los terceros de buena fe y sin perjuicio de las
responsabilidades personales de que puedan ser pasibles los participantes en
los hechos por los perjuicios causados".

28 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El art. 143 del Cód. Civ. y Com. recoge también estas realidades, que de
ninguna manera podía desconocer, y si bien el primer párrafo de dicha norma
prescribe que "La persona jurídica tiene una personalidad distinta a la de sus
miembros", para afirmar, de seguido, que "Los miembros no responden por las
obligaciones de la persona jurídica", lo cual es el efecto más concreto e
importante del reconocimiento del carácter de sujeto de derecho de las personas
ideales, lo cierto es que, de inmediato, establece que "excepto en los supuestos
que expresamente se prevén en este Título y lo que disponga la ley especial",
con lo cual abre el camino para la consagración, en el art. 144 del Cód. Civ. y
Com. de la doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica para todas
las personas de existencia ideal.

Es de toda evidencia sostener que, cuando el art. 143 del Cód. Civ. y Com. se
refiere en su último párrafo a "la ley especial", lo hace teniendo en cuenta lo

OM
dispuesto por el art. 54, tercer párrafo, de la ley 19.550 que, como fuente directa
del art. 144 del Cód. Civ. y Com., se encuentra inserta en la ley 19.550, aunque,
como lo enseña la jurisprudencia, su ámbito de aplicación trascendió a las
sociedades comerciales y fue aplicada a las personas jurídicas de carácter
privado, pues consagraba una solución lo suficientemente justa para ser
impuesta a todos quienes abusaron del otorgamiento de la personalidad jurídica
a los entes ideales, cualquiera que fuere la naturaleza de estos (asociaciones
.C
civiles, fundaciones, mutuales, cooperativas etc.). Sin embargo, la existencia de
diversas y hasta contradictorias interpretaciones sobre el alcance de algunas de
las soluciones consagradas en aquella norma, que, se reitera, data del año 1982,
obligaron a los redactores del Código Civil y Comercial de la Nación a ser muy
DD

cuidadosos en los términos de la redacción del art. 144, que —a nuestro juicio—
ha mejorado con creces el texto del art. 54, tercer párrafo, de la ley 19.550 y
contribuido a una interpretación más acertada en torno a las intenciones del
legislador.
LA

En primer lugar, si bien el art. 54, tercer párrafo, de la ley 19.550 comienza
haciendo referencia, para la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad de la
personalidad jurídica, a "La actuación de la sociedad que encubra la consecución
de fines extrasocietarios (...)", el art. 144 del Cód. Civ. y Com., por su parte, se
refiere a "La actuación que esté destinada a la consecución de fines ajenos a la
FI

persona jurídica", lo cual, a nuestro juicio, identifica el mismo e idéntico


fenómeno, esto es, cuando quienes constituyen o integran una determinada
persona jurídica aprovechan la existencia de la misma para realizar actos que,
sin configurar necesariamente fraude, implican una desnaturalización de los
beneficios que supone reconocer al ente ideal como una persona distinta a la de


sus miembros, en especial, en lo que se refiere a la responsabilidad acotada de


sus integrantes por las obligaciones de la entidad.

Debemos reconocer que, en abstracto, no resulta sencillo imaginar un


supuesto de estas características, por cuanto la diferencia entre los dos
supuestos previstos por los arts. 54 de la ley 19.550 y por el art. 144 del Cód.
Civ. y Com. —inoponibilidad con y sin fraude— es realmente muy tenue, porque
en todos los casos está en juego la causa de la constitución del ente. No
obstante, debe destacarse que la jurisprudencia de los tribunales comerciales ha
aplicado en reiteradas ocasiones la solución del art. 54, tercer párrafo, de la ley

29 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


19.550 a aquellas sociedades comerciales que, más allá del objeto descripto en
sus estatutos, han sido constituidas para ser exclusivamente titulares de los
bienes registrables de sus socios o controlantes, sin desarrollar el ente la menor
actividad empresaria, recogiendo aquella idea de que, sin actividad mercantil, no
puede existir reconocimiento de personalidad alguna. Del mismo modo, la
doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica sin fraude fue el
instrumento legal adecuado para aplicar a aquellos sujetos que constituyen
sociedades para "tenerlas en cartera" y ponerlas a disposición de terceros en
lugar de incorporarlas al tráfico mercantil, tal como ocurrió en el conocido caso
"Macoa SA", dictado por la sala C de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial, en fecha 21 de mayo de 1979, en épocas en las que los trámites de
la constitución de una sociedad anónima demoraban aproximadamente un año,
lo que llevó a la corruptela de algunos "operadores" de fundar un importante
número de sociedades, con los mismos socios, con un objeto amplísimo y casi

OM
sin capital social, para —una vez inscripta— vender sus acciones al portador en
forma inmediata y a un precio significativo a quienes, por las razones que fueran,
tuvieran la necesidad de contar con una sociedad en unas pocas horas.

El art. 144 del Cód. Civ. y Com. ha sustituido la fórmula "fines extrasocietarios"
del art. 54 de la ley 19.550 por "fines ajenos a la persona jurídica", modificación
que responde al hecho de que aquella norma trasciende a las sociedades
.C
comerciales y resulta de aplicación a todas las personas jurídicas, siendo
importante destacar que la finalidad en ambas normas ha sido exactamente la
misma, esto es, evitar la proliferaciones de entidades ficticias e imputar la
actuación o la titularidad del patrimonio de estas a quienes son sus verdaderos
DD

y reales propietarios, sin perjuicio de la responsabilidad de estos, cuando así


correspondiera.

En segundo lugar, el art. 144 del Cód. Civ. y Com. ha eliminado el


adjetivo mero, utilizado por el art. 54, tercer párrafo, de la ley 19.550, cuando
LA

contempla la segunda de las hipótesis previstas por dicha norma, esto es,
cuando se refiere a las actuaciones de la sociedad, utilizada como mero
recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos
de terceros, redacción que la nueva norma del Código Civil y Comercial de la
Nación ha reemplazado, refiriéndose a las actuaciones de la persona jurídica,
FI

como un "recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar
los derechos de cualquier persona". Ello constituye una fórmula legal que resulta
mucho más acertada, pues todos aquellos que se opusieron, desde siempre, a
la formulación y a la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad de la
personalidad jurídica —siempre interesados en la obtención de beneficios


personales o sectoriales—, interpretaron, respecto de la utilización del adjetivo


"mero", que la aplicación del régimen previsto por el art. 54, tercer párrafo, de
la ley 19.550 solo quedaba reservada a los casos en que la sociedad había sido
exclusivamente constituida a los fines de violar la ley, el orden público, la buena
fe o para frustrar los derechos de terceros y no para el caso de haber llevado a
cabo una determinada "actuación" de la sociedad que persiga tan ilegítimos y
reprobables fines, con lo cual, la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad de
la personalidad jurídica quedaba reducida casi a cero.

30 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


No debe olvidarse, al respecto, que esa fue la interpretación que, hacia finales
de la década de 1990, la comunidad empresaria argentina pretendió, sin éxito,
hacer prevalecer cuando la justicia laboral, con todo fundamento, extendió a sus
integrantes —haciendo uso precisamente de la solución prevista en el art. 54,
tercer párrafo, de la ley 19.550— la condena dictada contra la sociedad por tener
entre su personal empleados no registrados. Resulta oportuno destacar que la
experiencia demostró que la utilización de dicha norma, y las graves
responsabilidades que de ella se derivan, constituye el medio más eficaz en la
permanente lucha contra el trabajo clandestino y sus nefastas consecuencias
para quien las padece.

Bien razona la profesora de la Universidad de Rosario, Gabriela Calcaterra,


cuando sostiene que la eliminación del adjetivo "mero" por el Código Civil y
Comercial de la Nación ilumina la interpretación de la norma del art. 144,

OM
haciéndola mucho más amplia y eliminando el carácter restrictivo que ha
caracterizado históricamente la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad de
la personalidad jurídica, restrictividad que encontró incluso respaldo en la
jurisprudencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, cuando
—curiosamente— es el tribunal que más debiera saber, conocer y entender en
materia de fraude y corrupción empresaria, lo cual lamentablemente no coincide
con la realidad.
.C
Resulta también acertada la modificación efectuada por el art. 144 del Cód.
Civ. y Com., en cuanto ha reemplazado la frase "frustración de los derechos de
los terceros" como supuesto de la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad
DD

de la personalidad jurídica empleada por el art. 54, último párrafo, de la ley


19.550, por la expresión "frustración de los derechos de cualquier persona",
como lo prescribe la norma del art. 144, pues la experiencia también demostró
que muchas veces el grupo de control lleva a cabo determinadas operaciones
en perjuicio de la misma sociedad o de determinado grupo de socios o
LA

accionistas (desvío de clientela o trasvasamiento de la sociedad etc.), los cuales


no entraban dentro del concepto de "terceros" empleado por la normativa
societaria.

En tercer lugar, y en cuanto a los efectos de la aplicación de la doctrina de la


FI

inoponibilidad de la personalidad jurídica, consistente en la imputación de las


ilegítimas actuaciones sociales a los "socios o a los controlantes que la hicieron
posible", como lo dispone el art. 54, último párrafo, de la ley 19.550, el art. 144
del Cód. Civ. y Com. la extiende, con todo fundamento, a quienes, "a título de
socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos, la hicieron


posible", todos los cuales, y conforme lo disponen ambas normas, responderán


solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados. Esta ampliación de los
sujetos comprendidos en la aplicación de la referida doctrina —a los cuales
deben agregarse todos los participantes en el hecho, en lo que se refiere a su
responsabilidad patrimonial por los daños causados, como lo prescribe el último
párrafo de dicha norma— también obedece a los antecedentes jurisprudenciales
recaídos en los últimos años, donde se acreditó que los sujetos controlantes de
la sociedad, esto es, los verdaderos artífices de la voluntad del ente, no eran las
personas —físicas o jurídicas— que figuraban como tales en los registros de la
entidad, sino terceros ajenos a la misma, que ejercen sobre sus autoridades una

31 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


influencia dominante como consecuencia de acciones, cuotas o partes de interés
poseídas, o por los especiales vínculos existentes entre las sociedades (art. 33,
inc. 2º, ley 19.550).

Finalmente, el último párrafo del art. 144 del Cód. Civ. y Com. establece que
lo dispuesto por dicha norma —imputabilidad y responsabilidad de los autores
de la maniobra que da lugar a la acción de inoponibilidad de la personalidad
jurídica— se aplica "sin afectar los derechos de los terceros de buena fe" que
han contratado con la entidad, y que se podrían ver perjudicados por la salida de
un bien adquirido por esta que, a la postre, será imputada su titularidad a alguno
de los sujetos que incurrieron en las conductas previstas por aquella norma. Los
antecedentes jurisprudenciales, en especial la doctrina recaída en el caso
"Astesiano c. Gianina SCA sobre sumario", dictado por la sala A de la Cámara
Comercial en fecha 27 de febrero de 1978 y los aportes de la doctrina, expuestos

OM
en los numerosos eventos que, en materia de derecho societario se celebraron
en nuestro país, avalan plenamente la solución legal adoptada, que privilegia los
intereses de los terceros de buena fe sobre las irregularidades incurridas por la
sociedad en lo que respecta a su funcionamiento.

Ahora bien, la norma del art. 144 del Código Civil y Comercial de la Nación no
es aplicable a las sociedades, pues si bien se trata de una norma imperativa,
.C
también participa de este carácter la previsión del art. 54, tercer párrafo, de la ley
19.550. Sin embargo, aquella norma servirá como pauta interpretativa de esta,
siendo obvio que las sociedades no deben ser merecedoras de un trato más
beneficioso respecto de las demás personas jurídicas reguladas en nuestro
DD

ordenamiento positivo, cuando se trata de sancionar una conducta que viola la


ley o desnaturaliza la causa tenida en cuenta al momento de constituir la entidad.
De manera entonces que mal podrá predicarse, a la hora de interpretar y aplicar
la norma del art. 54, tercer párrafo, de la ley 19.550, un supuesto criterio
restrictivo por parte del juzgador, habida cuenta de que la pauta general, en
LA

materia de personas jurídicas y que se encuentra contenida en el art. 144 del


Cód. Civ. y Com. no tolera predicar la excepcionalidad de la aplicación de
doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica.

Se recuerda finalmente que, en principio, la solución prevista en el art. 144 del


FI

Cód. Civ. y Com. no implica necesariamente la nulidad del ente, sino


simplemente su inoponibilidad o su actuación desviada, imputando las
consecuencias y efectos de la ilegítima o extrasocietaria operación a sus
responsables, generalmente beneficiarios de esa manera de proceder. Sin
embargo, si el móvil de la misma constitución de la sociedad encuadra en las


conductas reprobadas por el tercer párrafo del art. 144 del Cód. Civ. y Com., no
existe otra posibilidad que sumar la declaración judicial de nulidad de la sociedad
así constituida a las restantes sanciones previstas en dicha norma y ordenar su
liquidación, en los términos del art. 18 de la ley 19.550.

¿Puede ser aplicable la doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica


prevista en el art. 144 del Cód. Civ. y Com. a las personas jurídicas públicas? En
principio todo parecería indicar que la aplicación del derecho público a las
relaciones emanadas de las personas jurídicas previstas en el art. 146 del
referido ordenamiento legal es la conclusión que se impone y que ello descartaría

32 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la aplicación de la aludida doctrina, aunque existen algunos supuestos en los
cuales la teoría de la inoponibilidad podría ser aplicada al Estado y demás
sujetos mencionados en el inc. a) de la referida norma, y ello se presenta cuando
la participación estatal convierta al Estado en controlante de la empresa privada
o directamente sea titular del total del capital social, imputándole las obligaciones
de la sociedad controlada.

2.4. El comienzo de la existencia de las personas jurídicas

El art. 142 del Código Civil y Comercial de la Nación pone fin a la polémica

OM
cuestión referida al momento en que comienza la existencia de las personas
jurídicas, esto es, si ello sucede en el acto de constitución de la entidad o cuando
ha cumplido con los requisitos legales de forma previstos por la ley, o sea, la
inscripción de su acto constitutivo en el Registro Público o en oportunidad de
serle otorgada la autorización estatal para funcionar.

Dispone en tal sentido el art. 142 del Cód. Civ. y Com., bajo el título de
.C
"Comienzo de la existencia" que "La existencia de la persona jurídica privada
comienza desde su constitución. No necesita autorización legal para funcionar,
excepto disposición legal en contrario. En los casos en que se requiere
autorización estatal, la persona jurídica no puede funcionar antes de obtenerla".
DD

Se impone, en primer lugar y respecto de las personas jurídicas de carácter


privado mencionadas en el art. 148 del Código Civil y Comercial de la Nación,
distinguir cuáles son aquellas que, para la adquisición de su carácter de sujetos
de derecho, solo requieren la formalización de un instrumento constitutivo, como
LA

las sociedades y las simples asociaciones, de aquellas que requieren


autorización estatal para funcionar, como las asociaciones civiles (art. 169), las
fundaciones (art. 193) y las sociedades cooperativas (art. 10 de la ley 20.337) y
finalmente aquellas entidades en donde el carácter de sujeto de derecho nace
con su inscripción registral, como las mutuales (art. 3º de la ley 20.321) o el
FI

consorcio de propiedad horizontal (art. 2038 del Cód. Civ. y Com.).

La importancia de la solución del art. 142 del Cód. Civ. y Com. radica en que,
en principio, la persona jurídica no podrá realizar actos jurídicos antes de
instrumentar su acto constitutivo, su inscripción registral u —según el caso—


obtener su autorización para funcionar, siendo ellos inoponibles a la propia


entidad. Ello, con excepción de las sociedades de hecho que, incluidas en la
sección IV del capítulo I de la ley 19.550, gozan de personalidad jurídica a partir
de su actuación frente a terceros, independientemente de la formalización de
todo instrumento escrito de constitución, del cual carecen.

Es también importante destacar que, como hemos visto, el sistema de la


autorización estatal se mantiene para casos especiales —asociaciones civiles,
fundaciones y cooperativas—, lo cual implica que el Estado somete a
determinadas personas de existencia ideal al ejercicio de su poder de policía,

33 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


autorización que exige la previa autorización de sus estatutos y que entendemos
como un requisito constitutivo de la persona jurídica.

Se ha criticado la norma del art. 142 del Cód. Civ. y Com. con el argumento
de que ella deja un vacío en lo relativo a los efectos y responsabilidades que
generan los actos propios del objeto realizados durante el iter constitutivo, y lo
cierto es que debió preverse, como principio general, la asunción por la persona
jurídica respecto de las obligaciones contraídas por sus administradores y
fundadores en el acto constitutivo a los fines de concretar su constitución regular,
pero no debe olvidarse que ese vacío lo han cubierto las normas específicas de
cada tipo de persona jurídica, y en tal sentido:

a) En materia de asociaciones civiles, el art. 169 del Cód. Civ. y Com.


establece que durante el período fundacional se aplican las normas de las

OM
simples asociaciones, conforme a las cuales, cuando el legislador se refiere a la
responsabilidad de sus miembros (art. 192) dispone que el fundador o asociado
que no intervino en la administración de la simple asociación no está obligado
por las deudas de ella, sino hasta la concurrencia de la contribución prometida o
de las cuotas impagas, de lo cual surge, por interpretación a contrario, que por
las obligaciones contraídas durante el acto constitutivo responderán en forma
solidaria e ilimitada los administradores que las hubieran contraído.
.C
b) Tratándose de fundaciones, el art. 200 del Código Civil y Comercial de la
Nación establece la responsabilidad de los fundadores y administradores por las
obligaciones contraídas hasta el momento en que se obtiene la autorización
DD

estatal para funcionar.

c) En materia de mutualidades, la doctrina sostenía, para el caso que nos


ocupa, la ficción de la retroactividad de la autorización para funcionar prevista
por el art. 47 del derogado Código Civil, pero derogada esta norma, no cabe sino
LA

interpretar derechamente el art. 142 del Cód. Civ. y Com., en el sentido de que
la mutual no puede funcionar antes de su constitución regular, siendo entonces
aplicable el principio general de que solo responden por las obligaciones
contraídas en nombre de ella con anterioridad a su carácter de sujeto de derecho
los administradores que las hubieren contraído.
FI

d) En cuanto a las sociedades cooperativas, el art. 11 de la ley 20.337 dispone


la responsabilidad ilimitada y solidaria de los fundadores y consejeros por los
actos practicados y los bienes recibidos hasta que la cooperativa se hallare
regularmente constituida, conforme lo dispone el art. 10 de la referida ley.


e) Finalmente, y en lo que se refiere a las sociedades, rige, a nuestro entender,


lo dispuesto por los arts. 183 y 184 de la ley 19.550, que, si bien están insertados
en la normativa dedicada para las sociedades por acciones, resultan aplicables
por evidente analogía a todos los tipos societarios previstos en la referida ley. Si
la sociedad nunca se inscribe, procederá la aplicación del nuevo régimen de
imputación y responsabilidad previsto por los arts. 21 a 26 de la ley 19.550, lo
cual implica una enorme incoherencia, pues mientras la normativa dedicada a
las sociedades en formación (arts. 183 y 184, LGS) impone una responsabilidad
solidaria e ilimitada de los directores, fundadores y la sociedad en formación, que

34 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


puede ser asumida por la sociedad una vez inscripta, según la naturaleza de los
actos realizados, en materia de sociedades irregulares y de hecho, en las cuales
no se han cumplido voluntariamente los actos de inscripción —en cuyo
cumplimiento está interesado el orden público—, la responsabilidad de los socios
es mancomunada y por partes iguales.

2.5. Clasificación de las personas jurídicas

En lo que se refiere a la clasificación de las personas jurídicas efectuada por


los arts. 145, 146 y 148 del Código Civil y Comercial de la Nación, debe

OM
destacarse que el art. 145, siguiendo lo dispuesto por el art. 33 del derogado
Código Civil, recoge la distinción universalmente reconocida entre las personas
jurídicas y privadas, haciendo una enumeración de las de carácter público en el
art. 146 y de las de carácter privado en el art. 148.

En cuanto a las personas jurídicas de carácter público a que se refiere el art.


146 del Cód. Civ. y Com., ellas son las siguientes:
.C
a) El Estado nacional, las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
los municipios, las entidades autárquicas y las demás organizaciones
constituidas en la República a las que el ordenamiento jurídico atribuya ese
DD

carácter.

b) Los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho


internacional público reconozca personalidad jurídica y toda otra persona jurídica
constituida en el extranjero, cuyo carácter público resulte de su derecho
LA

aplicable.

c) La Iglesia Católica.

Por obviedad, el análisis de las personas jurídicas del derecho público excede
FI

el alcance de este Curso, pero es importante destacar al respecto que cuando el


inc. a) del art. 146 consagra como fórmula residual "(...) las demás
organizaciones constituidas en la República a las que el ordenamiento jurídico
atribuye ese carácter", responde a la intención de los redactores del Código Civil
y Comercial de la Nación de no incursionar en materias propias del derecho


público, debiendo entenderse que abarca los entes públicos no estatales, como
lo son los colegios profesionales, los partidos políticos, los sindicatos y las obras
sociales sindicales, entre otras entidades. Del mismo modo, cuando el inc. b) de
dicha norma se refiere a "(...) toda otra persona jurídica constituida en el
extranjero cuyo carácter público resulte de su derecho aplicable", alude a las
organizaciones internacionales supranacionales o regionales, como la
Organización de Estados Americanos, el Fondo Monetario Internacional, la
Unesco, la Cruz Roja Internacional, entre otros.

35 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En cuanto a la Iglesia Católica, el inc. c) del art. 146 del Cód. Civ. y Com. se
refiere a ella, porque la Constitución Nacional, en su art. 2º dispone que el Estado
sostiene el aludido culto, es decir, que reconoce y apoya moral y materialmente
a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, sin perjuicio de la libertad de cultos.
Con otras palabras, la Iglesia Católica no es igual a las demás iglesias, porque
de conformidad con la Constitución Nacional es apoyada por el Estado, debiendo
recordarse que la organización de la Iglesia como persona jurídica surge del
derecho canónico y las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado nacional
se rigen por el concordato celebrado en el año 1966.

El art. 146 del Cód. Civ. y Com. prevé, respecto de las personas jurídicas
públicas, que ellas se rigen, en cuanto a su reconocimiento, comienzo,
capacidad, funcionamiento, organización y fin de su existencia, por las leyes y
ordenamientos de su Constitución.

OM
Respecto de las personas jurídicas privadas, el art. 148 hace una enumeración
que incluye las siguientes: a) Las sociedades; b) Las asociaciones civiles; c) Las
simples asociaciones; d) Las fundaciones; e) Las iglesias, confesiones,
comunidades o entidades religiosas; f) Las mutuales; g) Las sociedades
cooperativas; h) El consorcio de propiedad horizontal; i) Toda otra contemplada
en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo carácter de tal se
.C
establece o resulta de su finalidad y normas de funcionamiento.

Esta enumeración obliga a los siguientes comentarios:


DD

1) En lo que respecta a las sociedades, el art. 148, inc. a), no distingue entre
sociedades civiles y sociedades comerciales, por el hecho de que la distinción
entre unas y otras ha perdido vigencia con la derogación de las primeras y la
inclusión de las sociedades con actividades no consideradas mercantiles en la
sección IV del capítulo I de la ley 19.550, ahora denominada "Ley General de
LA

Sociedades". Solo es criticable que esta ley no haya previsto un régimen especial
para las sociedades de profesionales, que son miles y que fueron
tradicionalmente consideradas como "sociedades civiles", las que —
lamentablemente— no cuentan con una normativa suficiente ni satisfactoria en
el ordenamiento societario vigente.
FI

2) Es ponderable la expresa inclusión como personas jurídicas de las simples


asociaciones civiles, así como la detallada reglamentación de su funcionamiento
contenida en los arts. 187 a 192 del Código Civil y Comercial de la Nación. Se
recuerda que las simples asociaciones solo se consideran tales cuando su


constitución cumpla los requisitos previstos por el art. 187. Ello es coherente con
lo dispuesto por el art. 142 del Cód. Civ. y Com. cuando prescribe expresamente
que la existencia de la persona jurídica privada comienza desde su constitución,
salvo que se trate de un tipo que requiere autorización estatal para funcionar.

3) En lo que se refiere a las iglesias, confesiones, comunidades o entidades


religiosas, la norma hace referencia a credos distintos al culto católico apostólico
que se constituían en nuestro país ante el Ministerio de Relaciones Exteriores y
Culto como asociaciones civiles o simples asociaciones, siendo ponderable que
el Código Civil y Comercial de la Nación las incluya como personas jurídicas de

36 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


carácter privado, pues ello implica un reconocimiento de la importancia que estas
entidades tienen dentro de la vida social. Sin perjuicio de ello, la redacción del
inc. e) del art. 148 es susceptible de críticas, pues debió expresamente preverse
que ellas serán consideradas personas jurídicas privadas en tanto y en cuanto
adoptan la forma de una asociación civil o simple asociación, porque, de lo
contrario, cualquiera podría actuar en representación de una entidad, con el solo
argumento de pertenecer a cualquier agrupación de carácter religioso, con el
riesgo de tratarse de una secta.

4) En lo referido al consorcio de propiedad horizontal, el Código pone fin, de


manera definitiva, a una interminable polémica iniciada con la sanción de la ley
13.512, y lo hace de una manera acertada, habida cuenta de que existía un
amplio consenso doctrinal y jurisprudencial a ese respecto. El art. 2044 del Cód.
Civ. y Com. ratifica lo expuesto al prescribir que "El conjunto de propietarios de

OM
las unidades funcionales constituye la persona jurídica del consorcio", aunque
oportuno es señalar que este reconocimiento dará lugar a numerosas
controversias en torno al régimen concursal de este nuevo sujeto de derecho, en
especial en torno al derecho de sus acreedores de ejecutar los bienes del
consorcio fallido, cuestión que, como imaginará el lector, no estará exenta de
dificultades.
.C
5) Finalmente, es también ponderable que la enumeración de las personas
jurídicas privadas efectuada por el art. 148 del Cód. Civ. y Com. carece de
carácter taxativo al disponer expresamente, en su inc. i): "... la inclusión, dentro
de las mismas, de toda otra persona contemplada en disposiciones de este
DD

Código o en otras leyes y cuyo carácter de tal se establece o resulta de su


finalidad y normas de funcionamiento", entre las cuales se encuentran, a título
de ejemplo, como lo ha expresado la doctrina, las asociaciones de bomberos
voluntarios (ley 25.064), los centros de estudiantes (ley 26.877) y los clubes de
barrio y del pueblo, regidos por la ley 27.098. La solución es correcta, pues la
LA

experiencia ha demostrado que jamás las enumeraciones a las que se han


calificado como "taxativas" han podido resistir como tales el paso del tiempo,
pues como ha quedado comprobado, la realidad es mucho más rica que la
imaginación del legislador al ofrecer permanentemente nuevas situaciones
fácticas análogas a las previstas en los correspondientes listados que, a la
FI

postre, los cultores de la "taxatividad" no terminan de ubicar, dando lugar a


arduas polémicas en doctrina y jurisprudencia que siempre es preferible evitar y
que en nada contribuyen a la seguridad jurídica.

Quedan excluidas del carácter de personas jurídicas los contratos asociativos




regulados en los arts. 1442 y siguientes del Código Civil y Comercial de la


Nación, así como también las comuniones de derechos reales y la indivisión
hereditaria, a los cuales, como principio general, no se les aplican las
disposiciones sobre contratos asociativos ni las de la sociedad.

El art. 149 del Cód. Civ. y Com. dispone que la participación del Estado en
personas jurídicas privadas no modifica el carácter de estas. Sin embargo, la ley
o el estatuto pueden prever derechos y obligaciones diferenciados considerando
el interés público comprometido en dicha participación, el antecedente de esta
prescripción legal lo encontramos en materia de sociedades de economía mixta

37 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


(ley 12962), en las cuales se permite al Estado (en cualquiera de sus
manifestaciones) realizar determinados aportes (art. 4º), designar al presidente
de la sociedad, al síndico o por lo menos al tercio de los directores que fija el
estatuto (art. 7º), permitir el ejercicio del veto al presidente del directorio respecto
de ciertas decisiones del directorio o asamblea, etcétera.

2.6. Las personas jurídicas constituidas en el extranjero

En lo que respecta a las personas jurídicas privadas que se constituyan en el


extranjero, el art. 150 del Cód. Civ. y Com. dispone que ellas se rigen por lo

OM
dispuesto en la ley general de sociedades, solución que, a mi juicio, es
totalmente acertada, aunque con toda seguridad despertará polémicas en la
doctrina, habiéndose sostenido que dicha norma solo debe entenderse aplicable
para las sociedades y no para el resto de las personas jurídicas enumeradas en
el art. 148 del referido ordenamiento legal, interpretación que no se comparte,
pues convierte a dicha norma —cuanto menos— como sobreabundante. Por mi
parte, entiendo que, con la salvedad de la norma del art. 123 de la ley 19.550, que
.C
deberá adaptarse a la persona jurídica que se trate y cuando la hipótesis allí
planteada —constitución o participación en sociedad nacional— resulte
compatible, las soluciones previstas en los arts. 118 a 124 de la ley 19.550 son
plenamente aplicables a todas las personas jurídicas.
DD

Pero además de ello, si se repara que la aplicación de las soluciones previstas


por los arts. 118 a 124 de la ley 19.550 para otras personas jurídicas ya contaba
con un importante antecedente (art. 15 de la ley 20.337 de sociedades
cooperativas) y que el régimen hoy derogado en la ley 19.838 de fundaciones
LA

contenía una norma expresa en materia de fundaciones extranjeras (art. 7º) que
no ha sido reproducido en el Código Civil y Comercial de la Nación en el capítulo
referido a estas especiales personas jurídicas, la aplicación del art. 150 del Cód.
Civ. y Com. a todas las entidades de existencia ideal y no solo a las sociedades
es conclusión de toda evidencia.
FI

Por otra parte, la aplicación de la ejemplar norma del art. 124 de la ley
19.550 —que legisla sobre las sociedades extranjeras constituidas en fraude de
la ley y de terceros— a todas las personas jurídicas constituye un verdadero
acierto que ha saldado un débito del legislador hacia toda la comunidad ante la


frecuente e indebida utilización de personas ideales y la necesidad de moralizar,


de una vez por todas, la actuación de las corporaciones en nuestro medio.

Repárese asimismo que por aplicación del art. 2610 del Código Civil y
Comercial de la Nación, que consagra el principio de la igualdad de trato,
disponiendo textualmente que "Los ciudadanos y los residentes permanentes en
el extranjero gozan del libro acceso a la jurisdicción para la defensa de sus
derechos e intereses, en las mismas condiciones que los ciudadanos y
residentes permanentes en la Argentina", se aplica en forma expresa a las
personas jurídicas constituidas, autorizadas o registradas de acuerdo con las

38 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


leyes de un Estado extranjero (tercer párrafo de dicha norma), lo cual ratifica el
acierto del art. 150 del Cód. Civ. y Com.

§ 3. ATRIBUTOS Y EFECTOS DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LAS PERSONAS DE


EXISTENCIA IDEAL

OM
3.1. Generalidades

Los arts. 151 a 167 del Código Civil y Comercial de la Nación contienen una
serie de disposiciones referidas a los atributos y a los efectos de la personalidad
jurídica de las personas de existencia ideal, así como determinadas normas
tendientes a regular su funcionamiento y su disolución y liquidación. Son todas
ellas normas generales que se aplican para el caso de no existir disposiciones
.C
específicas contenidas en las leyes especiales que regulan los diversos tipos de
personas jurídicas (art. 150, Cód. Civ. y Com.).
DD

3.2. Nombre de la persona jurídica


LA

El art. 151 se refiere al nombre de la persona jurídica, la cual debe tener una
denominación que la identifique como tal con el aditamento de la forma jurídica
adoptada, aclarando dicha norma que la persona jurídica en liquidación debe
aclarar esta circunstancia en su nombre. Se trata, una vez más, de una
traspolación del régimen societario, por lo que su interpretación no ofrecerá
FI

mayores dificultades.

Continúa prescribiendo el art. 151 del Cód. Civ. y Com. que el nombre
debe satisfacer los recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, tanto
respecto de otros nombres, como de marcas, nombres de fantasía u otras


formas de referencia a bienes o servicios, se relacionen o no con el objeto de la


persona jurídica.

Estas previsiones no están incluidas en la ley 19.550 y fueron extraídas por el


Código Civil y Comercial de la Nación de la resolución general IGJ 7/2005,
denominada "Nuevas normas de la Inspección General de Justicia" —la cual
fuera actualizada, ya vigente el referido ordenamiento unificado, por la resolución
general IGJ 7/2015—, en especial en su art. 58, el que impone, para las
sociedades comerciales y asociaciones civiles (art. 354 de dicha resolución), los
requisitos de veracidad, novedad e inconfundibilidad, ahora previstos en el art.

39 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


151 del Cód. Civ. y Com. Lamentablemente, esta norma no requirió, como debió
hacerlo, la necesidad de que la denominación de las personas jurídicas se
exprese en idioma nacional, como lo hace el art. 354 de las referidas normas de
la autoridad de control para las asociaciones civiles, cuando prescribe que la
denominación deberá estar expresada en idioma nacional, así como la indicación
precisa del principal o principales objetivos de la entidad, sin perjuicio de la
posibilidad de incluir agregados subordinados a ella en idioma extranjero,
lenguajes regionales o dialectos, requisitos que la Inspección General de Justicia
debió imponer en el año 2004, ante la corriente absolutamente extranjerizante
que signó los años 90 del siglo veinte, donde el concepto de soberanía nacional
en todas sus manifestaciones desaparecieron ante el temporario fenómeno de
la globalización y la recurrencia al idioma inglés para identificar cualquier cosa o
cualquier actividad, al menos en la Ciudad de Buenos Aires.

OM
Todos los requisitos del nombre de la persona jurídica previstos en el art. 151,
primer párrafo, del Código Civil y Comercial de la Nación —veracidad, novedad
y aptitud distintiva— tienen como común denominador la tutela de la
inconfundibilidad entre distintas personas jurídicas, a los fines de dar una
adecuada protección al interés de los terceros y —para las entidades civiles,
como las asociaciones civiles, fundaciones o mutuales— al interés público, que
resultaría afectado por el eventual error en que se induce. Pero además de ello,
.C
merece nuestra total adhesión que la protección al nombre de las personas
jurídicas no se limite a la simple homonimia, sino también respecto de marcas,
nombres de fantasía u otras formas de referencia a bienes y servicios.
DD

Finaliza prescribiendo el art. 151 del Cód. Civ. y Com. que el nombre de las
personas jurídicas no puede contener términos o expresiones contrarias a la ley,
el orden público o las buenas costumbres, ni inducir a error sobre la clase u
objeto de la persona jurídica, agregando finalmente dicha norma que la inclusión
en el nombre de la persona jurídica del nombre de personas humanas requiere
LA

la conformidad de estas, que se presume si son miembros. Sus herederos


pueden oponerse a la continuación del uso, solo si acreditan perjuicios
materiales o morales.
FI

3.3. Domicilio y sede social




Respecto del domicilio de las personas jurídicas, el nuevo Código receptó la


normativa de la ley 19.550 —luego de la reforma efectuada por la ley 22.903—
en cuanto diferencia entre domicilio y sede social (art. 11, inc. 2º, LS), distinción
que ni el Código Civil ni el Código de Comercio habían efectuado. Dispone al
respecto el art. 152 del Cód. Civ. y Com. que el domicilio de la persona jurídica
es el fijado en sus estatutos o en la autorización que se le dio para funcionar. La
persona jurídica que posee muchos establecimientos o sucursales tiene su
domicilio especial en el lugar de dichos establecimientos solo para la ejecución
de las obligaciones allí contraídas. El cambio de domicilio requiere modificación

40 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


del estatuto y el cambio de sede; si no forma parte del estatuto, puede ser
decidido por el órgano de administración.

El principal efecto en torno al régimen del domicilio y sede de la persona


jurídica está contemplado por el art. 153 del Cód. Civ. y Com., en cuanto —en
forma idéntica con lo dispuesto por el art. 11, inc. 2º, de la ley 19.550 de
sociedades comerciales— dispone que se tienen por válidas y vinculantes para
la persona jurídica todas las notificaciones efectuadas en la sede inscripta.

La formulación de los arts. 152 y 153 del nuevo Código permite hacer los
siguientes comentarios:

a) No ha distinguido conceptualmente entre domicilio y sede social, lo que


hubiera sido aconsejable atento a la aplicación de las normas de los arts. 141 a

OM
167 a todas las personas jurídicas, pues la distinción entre ambos conceptos
solo está prevista en la ley 19.550, hoy denominada ley general de sociedades,
que es una "ley especial" según la terminología de los redactores del Código Civil
y Comercial de la Nación.

b) Resulta acertada la referencia al "domicilio especial" contenido en el art.


152, que parece circunscripto a la dirección de las sucursales o establecimientos
.C
de una misma persona jurídica, pero no a la sede social, que es única. No debe
olvidarse que cuando dicha norma se refiere al domicilio especial, lo hace con
expresa referencia al lugar de cumplimiento de las obligaciones allí contraídas y
no respecto del alcance de las notificaciones previsto en el art. 153 que solo está
DD

previsto para la sede social inscripta.

c) El carácter válido y vinculante que para las personas jurídicas suponen las
notificaciones efectuadas a la sede inscripta tiene una importante excepción que
se presenta, en caso de mala fe del remitente, cuando este conoce que no
LA

obstante que la persona jurídica no está instalada o funciona en la sede inscripta,


remite a ese lugar todas sus notificaciones. Al respecto, y si bien el Código Civil
y Comercial ni la ley 19.550 han hecho referencia a esta manera de proceder,
ella cuenta con el aval de nutrida jurisprudencia de nuestros tribunales, pues lo
contrario implicaría amparar la mala fe que el derecho no puede tolerar.
FI


3.4. Patrimonio

El art. 154 del Cód. Civ. y Com. prevé, como principio general que la persona
jurídica debe tener un patrimonio, agregando, en su párrafo siguiente,
recogiendo la acertada solución del art. 38, tercer párrafo, de la ley 19.550, según
la cual la persona jurídica en formación puede inscribir preventivamente a su
nombre, los bienes registrables.

La exigencia prevista por el art. 154 del Cód. Civ. y Com. se justifica en la
necesidad de que los bienes que integran el patrimonio de la persona jurídica

41 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


permitan el cumplimiento de su objeto, pues solo de esta manera se justifica la
separación patrimonial que implica el reconocimiento de la personalidad jurídica,
solución que está prevista en el art. 143 del Cód. Civ. y Com. en cuanto prescribe
que los miembros no responden por las obligaciones de la persona jurídica. De
lo contrario, y como bien afirma la doctrina, se está creando una entidad sin
posibilidad de realizar la finalidad propuesta, quedando comprendida dentro de
una de las causales de disolución por carencia de los bienes destinados a
sostenerla y, de darse esta situación, ello implicaría la imposibilidad de la
persona ideal de responder con su patrimonio ante las obligaciones contraídas,
careciendo de garantía ante sus acreedores, toda vez que, y en principio, la
infracapitalización o la infrapatrimonialización de la entidad abre necesariamente
la responsabilidad ilimitada y solidaria de sus miembros, cualquiera que fuere el
tipo de persona jurídica de que se trate.

OM
El patrimonio de la persona jurídica está integrado por todos los bienes que
ella es titular, así como las deudas que la gravan, y en cuanto a su formación, el
art. 170 del Código Civil y Comercial de la Nación determina la exigencia de los
aportes iniciales en materia de asociaciones civiles y, por su parte, el art. 196 del
mismo ordenamiento prevé idéntico requerimiento tratándose de fundaciones.
En cuanto a las mutuales, la ley 20.321 prevé expresamente que a los fines de
cumplir con su objeto, dichas entidades cuentan con una contribución periódica
.C
de sus miembros (arts. 2º y 6º, inc. c], ley 20.321), previendo expresamente el
art. 27 de dicho ordenamiento legal que el patrimonio de las asociaciones
mutuales está integrado, además de las cuotas y demás aportes sociales, por
los bienes adquiridos y sus frutos, las contribuciones, legados y subsidios, y por
DD

todo otro recurso lícito, que son, por lo general, la fuente de ingresos de todas
las entidades de bien público. Finalmente, las sociedades tienen un amplio y
específico régimen de aportes de los socios (arts. 37 a 53 de la ley 19.550, tema
sobre el cual también hacen referencia los arts. 20 a 30 de la ley 20.337, de
sociedades cooperativas).
LA

Importante es destacar que en el Código Civil y Comercial de la Nación


desaparece la exigencia, prevista en el art. 33 del derogado Código Civil para las
asociaciones civiles y fundaciones, el cual no permitía que estas personas
jurídicas subsistan exclusivamente de asignaciones estatales.
FI

En cuanto a la posibilidad de todas las personas jurídicas de adquirir bienes


registrales en forma preventiva, a nombre del ente en formación, ello constituye
una importante excepción a lo dispuesto por el art. 142 del Cód. Civ. y Com.,
cuando establece que, cuando la persona jurídica requiere autorización estatal


para su existencia, ella no puede funcionar antes de obtenerla, pues la


adquisición —aunque preventiva— de bienes registrables constituye un acto de
evidente utilidad. Recordemos que esta solución está consagrada por el art. 38,
tercer párrafo, de la ley 19.550 para las sociedades comerciales y tiende a
sustraer el bien aportado de la acción del acreedor particular del socio, asociado
o miembro aportante, quien podría frustrar la constitución de la entidad luego de
haberse cumplido gran parte de los trámites correspondientes. Asimismo, la
inscripción preventiva de bienes registrales a nombre de la persona jurídica en
formación persigue también preservar a los terceros contratantes con el ente en
formación de la tan común circunstancia anterior de encontrarse, en el momento

42 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de ejecutarse el cumplimiento de las obligaciones por esa entidad, con el hecho
que, por no haberse efectivizado ese aporte, los bienes registrales cuyo aporte
prometieron efectuar sus miembros, a los fines de cumplir los fines de la creación
de esa persona jurídica, no son de su propiedad.

3.5. Plazo de duración

En lo que respecta al plazo de duración de la persona jurídica, es ilimitada en


el tiempo, excepto que la ley o el estatuto dispongan lo contrario (art. 155, Cód.
Civ. y Com.), lo cual es solución que resulta compatible con las entidades de bien

OM
común y no con aquellas donde los integrantes persigan fin de lucro —
sociedades— y en las cuales resulta razonable la determinación de un plazo de
vigencia de esa agrupación, así como la expectativa de los socios a la percepción
de una cuota liquidatoria. Así lo impone el art. 11, inc. 5º, de la ley 19.550, cuando
establece que todo contrato de sociedad debe contener un plazo de vigencia que
debe ser necesariamente determinado.
.C
DD

3.6. Objeto

Finalmente, dispone el art. 156 del Código Civil y Comercial de la Nación que
el objeto de la persona jurídica debe ser preciso y determinado, con lo cual y en
idéntico sentido al previsto en el art. 141, limita la capacidad del ente a los actos
LA

necesarios para el cumplimiento del referido objeto. Se trata en consecuencia de


una nueva remisión al principio de la especialidad o a la doctrina del ultra vires,
que —como hemos visto ya— son totalmente congruentes con la naturaleza de
la personalidad jurídica de los entes de existencia ideal.
FI

Alguna doctrina entiende incompleta la redacción del art. 156 del Cód. Civ. y
Com. estimando que además de los calificativos de "preciso y determinado",
debió agregarse "lícito y posible", pues el nuevo codificador olvidó que las
facultades para las cuales se personifican las instituciones deben ser de carácter
lícito y de acuerdo con las reglas de la moral, crítica que, por mi parte, estimo


injusta, pues todo acto jurídico, para ser considerado tal, debe siempre reunir el
requisito de la licitud y la posibilidad de ser llevado a cabo, de modo que, siendo
la creación de una persona jurídica un acto jurídico, enmarcado en lo dispuesto
por el art. 258 del Cód. Civ. y Com., las referencias a la licitud y posibilidad
resultarían a todas luces sobreabundantes.

Cuestión debatida en torno al objeto de las personas jurídicas lo constituye el


alcance de la expresión "preciso y determinado" empleado por el art. 156 del
Cód. Civ. y Com., que tiene como antecedente lo dispuesto por el art. 11, inc. 3º,
de la ley 19.550. Por mi parte, entiendo que la expresión "preciso y determinado",

43 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


referido al objeto de la entidad, impide la inserción en el estatuto de las personas
jurídicas de la inclusión de un objeto múltiple, que resulta incompatible con el
principio de la especialidad que caracteriza la personalidad de toda persona
jurídica. Ello no implica que, para la consecución del objeto de la entidad, sus
representantes no puedan realizar los actos preparatorios, conexos o
secundarios que sean necesarios, siempre que ellos estén vinculados —directa
o indirectamente— con el objeto de la entidad. Con otras palabras, si el legislador
hubiera querido que la persona jurídica pueda realizar cualquier actividad, sin
límite alguno, hubiera evitado emplear aquellos adjetivos que ningún sentido
tendrían de seguir la tesitura de quienes predican la tesis de la viabilidad del
objeto múltiple, tan enemiga de los principios de especialidad y ultra vires.

OM
§ 4. NORMAS DE FUNCIONAMIENTO DE LAS PERSONAS JURÍDICAS
.C
4.1. Normativa aplicable
DD

A ellas se refieren los arts. 157 a 162 del Cód. Civ. y Com. que tratan,
sucesivamente, las cuestiones referidas a la vigencia de las modificaciones del
estatuto y su oponibilidad interna y externa (art. 157); las pautas para el gobierno,
administración y fiscalización de la entidad (art. 158); la actuación de los
administradores y su responsabilidad (arts. 159 y 160); el procedimiento para
superar los obstáculos que impidan adoptar las decisiones de las personas
LA

jurídicas (art. 161) y la procedencia de la reorganización de estas a través de las


figuras de la transformación, fusión y escisión (art. 162).
FI

4.2. El estatuto y sus modificaciones

En primer lugar, dispone el art. 157 del Cód. Civ. y Com., en su párrafo inicial,


que el estatuto de las personas jurídicas puede ser modificado en la forma en


que él o la ley establezcan, dando prioridad en este caso a las previsiones de las
leyes especiales por sobre la formulación de un principio general en materia de
mayorías para la adopción de ese acuerdo, siendo oportuno destacar que, en lo
referido a la reforma de los estatutos, las leyes especiales consagran soluciones
específicas, aunque dispares. Así, la ley 19.550 de sociedades comerciales
prescribe mayorías mínimas en los arts. 131, 160 y 244, último párrafo, y en el
mismo sentido, el art. 53 de la ley 20.337 de cooperativas requiere la mayoría de
los dos tercios de los asociados presentes en el momento de la votación para
resolver el cambio del objeto social, la fusión o incorporación y la disolución. Por

44 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


el contrario, en materia de mutuales, la ley 20.321 en el art. 22 exige, para todas
las decisiones asamblearias, cualquiera que fuere su contenido, la mitad más
uno de los socios presentes, dejando aparte de este principio dos excepciones:
el caso de revocación de mandato del asociado que cumple un cargo electivo,
en donde se requiere una mayoría más calificada y que el estatuto fije una
mayoría especial superior. En cuanto a las fundaciones, el art. 207, segundo
párrafo, del Cód. Civ. y Com. prescribe que todas las decisiones del consejo de
administración se toman por mayoría absoluta de votos presentes, excepto que
la ley —art. 209: remoción de los miembros del consejo de administración— o el
estatuto requieran mayorías más calificadas. Por su parte, y en materia de
asociaciones civiles, el art. 170, inc. f), Cód. Civ. y Com., deja librado al acto
constitutivo la reglamentación del funcionamiento de los órganos sociales de
gobierno, administración y representación y, finalmente, en materia de mayorías
en las asambleas de copropietarios en el sistema de la propiedad horizontal, el

OM
art. 2060 del Código Civil y Comercial de la Nación establece un sistema de
mayoría absoluta computada sobre la totalidad de los propietarios de las
unidades funcionales a los fines de adoptar cualquier tipo de decisiones, aunque
el art. 2056 del Cód. Civ. y Com. prevé que el reglamento puede establecer
mayorías diferentes para distintas decisiones y para modificar el referido
instrumento.
.C
En cuanto a la solución aportada por el art. 157 del Cód. Civ. y Com. en torno
a la modificación del estatuto, si bien ella está inspirada en lo dispuesto por el art.
12 de la ley 19.550 para las sociedades comerciales, su redacción no incurre en
las confusiones y contradicciones que aquella norma de la legislación societaria
DD

exhibe y que ha dado lugar a todo tipo de interpretaciones en la doctrina y


jurisprudencia, aunque —bueno es aclararlo— resulta ampliamente mayoritaria
aquella interpretación que solo otorga efectos declarativos a la registración de
las modificaciones del contrato social.
LA

Dispone al respecto el art. 157: "La modificación del estatuto produce efectos
desde su otorgamiento. Si requiere inscripción es oponible a terceros a partir de
ésta, excepto que el tercero la conociera". De manera tal que, en las relaciones
internas de la persona jurídica, esto es, entre los miembros entre sí y frente a la
sociedad, la decisión del órgano correspondiente es oponible desde el momento
FI

de su adopción y obliga a los administradores a su ejecución. Por su parte, y en


cuanto a los terceros, las modificaciones estatutarias son oponibles desde su
toma de razón en el registro correspondiente, salvo cuando el tercero conociera
su adopción por el órgano competente, conocimiento que deberá ser acreditado
por la sociedad o por sus integrantes.


4.3. Gobierno, administración y fiscalización de la persona jurídica:


reuniones a distancia y autoconvocatoria del órgano de gobierno

De conformidad con lo dispuesto por el art. 158 del Cód. Civ. y Com., el
estatuto debe contener normas sobre el gobierno, la administración y

45 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


representación y, si la ley la exige, sobre la fiscalización interna de las personas
jurídicas, consagrando una solución que ya estaba incluida en los arts. 11, inc.
6º, de la ley 19.550; 8º, inc. 4º, de la ley 20.337, 6º, inc. f), de la ley 20.321 de
mutuales, y que ahora también lo está en el art. 170, inc. h), del Cód. Civ. y Com.
para las asociaciones civiles y art. 195, incs. f) y g), Cód. Civ. y Com., para las
fundaciones, cuando, al hacer referencia al contenido del estatuto, exige
expresas constancias sobre la composición y funcionamiento de sus órganos
sociales.

Más allá de que el art. 158 del Cód. Civ. y Com. parece imponer la inclusión
de dicha cláusula, en el sentido de que la expresión "debe" en el texto de su
primer párrafo así podría interpretarse, entiendo que la inexistencia de cláusulas
referidas a la organización interna de la persona jurídica no autoriza a sostener
la existencia de un obstáculo para su autorización o inscripción cuando la ley

OM
especial correspondiente aporta las pautas de funcionamiento de los órganos
sociales en torno a su convocatoria, publicidad, quórum y mayorías.

Ahora bien, lo verdaderamente trascendente del art. 158 del Código Civil y
Comercial de la Nación se encuentra en sus incs. a) y b), en cuanto prescribe
que, en ausencia de previsiones especiales, rigen las siguientes reglas:
.C
a) Si todos los que deben participar en el acto lo consienten, pueden llevar
adelante una asamblea o reunión del órgano de gobierno, utilizando medios que
les permitan a los participantes comunicarse simultáneamente entre ellos. Aclara
el inc. a) de dicha norma que el acta debe ser suscripta por el presidente y otro
DD

administrador, indicándose la modalidad adoptada, debiendo guardarse las


constancias, de acuerdo con el medio utilizado para comunicarse.

Se consagra de esta manera la posibilidad de celebrar las reuniones del


órgano de gobierno a distancia, que era un anhelo que la doctrina societaria
LA

reclamaba en forma permanente, siendo de suma utilidad su utilización en las


entidades no lucrativas, normalmente constituidas por un importante número de
miembros, en las cuales, aun cuando las asambleas se realicen con delegados,
se requiere un enorme espacio y grandes gastos de traslado, hospedaje o
viáticos a quienes se trasladan de distintos puntos del país.
FI

Sin embargo, la disposición del art. 158 del Cód. Civ. y Com. incurre en una
importante limitación, pues ha incluido dentro de este nuevo sistema de adopción
de acuerdos asamblearios mediante recursos técnicos, solo a las asambleas o
reuniones del órgano de gobierno de la entidad, omitiendo hacerlo respecto de


los demás órganos plurales de administración y, en su caso, de fiscalización,


cuando una norma especial así lo requiere (arts. 284, ley 19.550; art. 12, ley
20.321 de asociaciones mutuales). Ello ha llevado a sostener que se trata de una
omisión involuntaria del legislador, teniendo en consideración que los
antecedentes normativos (dec. 677/2001 y ley 26.831 de mercado de capitales)
permitieron la implementación del uso de medios tecnológicos para suplir la
presencia física de algunos de los integrantes del órgano de administración.
Dicha conclusión resulta difícil de compartir, en tanto los autores del Código Civil
y Comercial de la Nación parecen haber sido muy cuidadosos en la redacción
del primer párrafo del art. 158, cuando, en su primer párrafo —en términos

46 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


generales, referido a la organización interna del ente— se refiere a todos los
órganos de la entidad, para luego, en su inc. a) contemplar supuestos
específicos, limitándolas a "las asambleas" o "reuniones del órgano de gobierno"
de la persona jurídica.

Compartimos pues con el profesor Daniel Vítolo la conclusión sobre la


inaplicabilidad de la celebración de reuniones a distancia en lo que respecta al
funcionamiento de los órganos de administración y fiscalización, la cual no
parece estar admitida en el actual Código Civil y Comercial de la Nación y
razones no faltan para ello: a) Normalmente los órganos de administración de
las personas jurídicas no exhiben un número tan importante de miembros que
justifique esta solución; b) Los libros y la documentación de la entidad deben
permanecer en la sede social, cuya exhibición, a los directores, consejeros o
integrantes del consejo directivo ausentes, exhibe importantes complicaciones

OM
cuando la reunión del órgano se celebra por medios electrónicos, y c) Tratándose
de sociedades anónimas —que es el ámbito en donde este procedimiento más
se utiliza—, el art. 256 expresamente prevé que la mayoría absoluta de los
directores debe tener domicilio en la República, con lo cual la aplicación de los
sistemas electrónicos para la celebración de reuniones del órgano de
administración se relativiza considerablemente.
.C
La Inspección General de Justicia, en el art. 84 de la resolución general 7/2015
ha aportado una norma que permite superar esta limitación para la celebración
de reuniones de órganos colegiados de administración, admitiendo que el
estatuto de las sociedades sujetas a inscripción ante el Registro Público a cargo
DD

de este organismo, podrá prever mecanismos para la realización en forma no


presencial de las reuniones del órgano de administración, siempre que el quórum
se configure con la presencia física en el lugar de celebración de los integrantes
necesarios para ello, y que la regulación estatutaria garantice la seguridad de las
reuniones y la plena participación de todos los miembros de dicho órgano y del
LA

órgano de fiscalización, en su caso. El acta resultante deberá ser suscripta por


todos los participantes de la reunión.

b) Autoriza el inc. b) del art. 158 del Cód. Civ. y Com. que los miembros que
deben participar en una asamblea o los integrantes del consejo pueden
FI

autoconvocarse para deliberar, sin necesidad de citación previa. Las decisiones


que se tomen son válidas si concurren todos y el temario a tratar es aprobado
por unanimidad.

Se consagra legalmente, para todas las personas jurídicas, la posibilidad de




autoconvocarse por parte de la "asamblea o los integrantes del consejo",


superando una antigua polémica en torno a esta manera de proceder habida
cuenta de que la realidad demostró, en numerosas ocasiones, la reticencia del
órgano convocante para llevar a cabo un acto asambleario, en donde la
continuidad de los integrantes de aquel iba a estar en discusión. Ello constituye
una situación que se presenta, por lo general, ante la venta del paquete
accionario mayoritario de una sociedad comercial, en donde se espera que los
directores presenten su renuncia a los fines de permitir el acceso a la
administración a los nuevos dueños del paquete de control, obligando a estos —
ante la negativa u omisión a proceder a la convocatoria de la asamblea en donde

47 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


se renovarán los miembros del directorio— a requerir a la justicia o a la autoridad
de control la convocatoria a dicho acto asambleario, procedimiento que por lo
general lleva varios meses de tramitación, con los perjuicios que de ello podrían
derivarse.

La jurisprudencia, tanto judicial como administrativa, vedó la autoconvocatoria


a asambleas de accionistas en reiterados precedentes, fundado en que la
convocatoria a asamblea por el órgano competente resultaba un requisito
imprescindible para la reunión del órgano de gobierno. Pero lo cierto es que este
razonamiento, basado estrictamente en los términos de la ley 19.550, dio lugar
a situaciones injustas y por ello el art. 158, inc. b), del Cód. Civ. y Com. arribó a
una conclusión diferente, que merece nuestra adhesión.

También en este caso la autoconvocatoria se refiere a la asamblea o al órgano

OM
de gobierno, descartando su procedencia en los demás órganos sociales, pues
la referencia a los "integrantes del consejo" que hace el inc. b) del art. 158 solo
debe entenderse comprensiva del consejo de administración de las fundaciones,
que tienen a cargo su gobierno y administración, pero no a los otros órganos de
administración de las demás personas jurídicas, pues con respecto al órgano de
administración, no se presenta el caso de las asambleas o reuniones de socios,
toda vez que su convocatoria no depende de la voluntad de otro órgano, como
.C
sucede en las sociedades comerciales, sino del presidente del mismo directorio,
gerencia, comisión directiva, consejo de administración o como quiera que se
denomine al cuerpo colegiado que tenga a su cargo la administración o
representación de la entidad.
DD

La validez de las asambleas autoconvocadas está sujeta a los siguientes


requisitos que —de alguna manera— las vinculan con las asambleas unánimes
de sociedades comerciales, previstas en el art. 237, último párrafo, de la ley
19.550, en tanto esta última norma requiere a los fines de su validez la presencia
LA

de los accionistas que representen la totalidad del capital social y que las
decisiones se adopten por unanimidad de las acciones con derecho a voto. Sin
embargo, el inc. b) del art. 158 del Código Civil y Comercial de la Nación exige,
para la validez de las asambleas autoconvocadas, la necesidad de que
concurran todos los accionistas, pero no exige que las decisiones se adopten por
FI

unanimidad, la cual solo se requiere para la aprobación del temario. Ello me


parece un verdadero acierto, pues nada justifica —ni lo justifica tampoco para
las asambleas unánimes de las sociedades anónimas— la unanimidad en las
decisiones adoptadas, porque si todos los accionistas están presentes, el
régimen de mayorías debe ser idéntico al previsto para las asambleas en los arts.


243 y 244 de la ley 19.550. Repárese finalmente en que esta misma solución ha
sido prevista expresamente para las asambleas de copropietarios del consorcio
de propiedad horizontal, cuando, en el art. 2059 del Código Civil y Comercial de
la Nación, se prescribe que "La asamblea puede autoconvocarse para deliberar.
Las decisiones que se adopten son válidas si la auto convocatoria y el temario a
tratar se aprueban por una mayoría de dos tercios de la totalidad de los
propietarios".

Las normas de la Inspección General de Justicia obrantes en la resolución


general 7/2015 se refieren parcialmente al tema de las asambleas

48 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


autoconvocadas en su art. 85, cuando prescribe: "A los fines de la inscripción de
actos ante este Organismo o su fiscalización, serán admisibles las asambleas
que subsanen, convaliden y/o aprueben expresamente el defecto o falta de
convocatoria a las mismas por parte del órgano de administración —o el síndico
en su caso—, en la medida en que participe el cien por ciento de las acciones
con derecho a voto y sus decisiones sean tomadas por unanimidad", con lo cual
se acepta restringidamente la validez de las asambleas autoconvocadas, pues
dicha norma solo la admite ante la falta de convocatoria por parte de los órganos
de administración o fiscalización, lo que configura una interpretación sumamente
restricta de la norma del art. 158, inc. b), del Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación.

c) Finalmente, y antes de pasar al tema de la actuación y responsabilidad de


los administradores de las personas jurídicas, nos abocaremos al original

OM
sistema previsto por el art. 161 del Cód. Civ. y Com., transcripto textualmente del
Proyecto de Código Civil de 1998 y pensado a los fines de superar los obstáculos
que impiden adoptar decisiones, el cual prescribe textualmente: "Si como
consecuencia de la oposición u omisión sistemática en el desempeño de las
funciones del administrador, o de los administradores, si los hubiera, la persona
jurídica no puede adoptar decisiones válidas, se debe proceder de la siguiente
manera: a) el presidente o alguno de los coadministradores, si los hay, puede
.C
ejecutar los actos conservatorios; b) los actos así ejecutados deben ser puestos
en conocimiento de la asamblea que se convoque al efecto, dentro de los diez
días de comenzada su ejecución y c) la asamblea puede conferir facultades
extraordinarias al presidente o a la minoría, para realizar actos urgentes o
DD

necesarios: también puede remover al administrador".

La norma se refiere al órgano de administración de las personas jurídicas o a


las dificultades que pudiere afrontar un administrador o administradores —si los
hubiere, ante la existencia de un directorio o gerencia plural— que, como
LA

consecuencia de la oposición u omisión sistemática al desempeño de las


funciones de aquellos, que impide la adopción de decisiones válidas, pero las
soluciones previstas por el art. 161 del Cód. Civ. y Com. no se trasladan a la
asamblea o reunión de socios que, como es conocido por su frecuencia, pueden
colocar a la entidad en situación de disolución y liquidación, precisamente, ante
FI

la imposibilidad de cumplir con el objeto social, lo cual acontece en aquellas


sociedades en donde cada socio o grupo de socios, con posiciones antagónicas,
reúnen el cincuenta por ciento del capital social.

A pesar de la claridad de dicha prescripción legal, alguna doctrina entiende




que, si bien la norma está ubicada dentro de las disposiciones generales a todas
las personas jurídicas, debe entenderse que solo es aplicable a las entidades
que tengan como órgano de gobierno a una asamblea. En sentido contrario, la
profesora de la Universidad de Rosario, Gabriela Calcaterra, sostiene que el art.
161 del Cód. Civ. y Com., cuando habla de no poder adoptar decisiones válidas,
está hablando de decisiones adoptadas en el seno del órgano de administración,
aunque aclara que, conceptualmente, no son las decisiones que forman la
voluntad del ente, concluyendo que la referida norma se orienta a los casos de
la existencia de un órgano colegiado de administración, en donde las ausencias
reiteradas o el voto hostil de alguno de sus miembros no permite el

49 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


funcionamiento del órgano. Esta afirmación es compartida por Niel Puig, quien
afirma que las conductas descriptas por el art. 161 del Cód. Civ. y Com. alcanzan
a la convocatoria a reunión del órgano de administración, la imposibilidad de
reunir quórum, abuso de cuarto intermedio, imposibilidad de reunir las mayorías
para aprobar asuntos que hagan al interés asociativo o recomendadas por la
asamblea, el planteo de medidas cautelares, sin perjuicio de otros recursos que
lleven a la paralización de la vida institucional al no poder adoptar el órgano las
decisiones válidas.

Si bien no comparto la afirmación de que las decisiones del órgano de


administración de una persona jurídica, en especial cuando se trata de una
administración singular o plural no colegiada, no forman la voluntad del ente, sino
que, por el contrario, son ellos quienes adoptan y ejecutan las operaciones
ordinarias de la entidad, asiste razón a quienes apoyan la aplicación de la

OM
solución prevista en el art. 161 del Cód. Civ. y Com., acotada a la administración
de la persona jurídica, puesto que nada hace concluir que sus prescripciones
pueden ser aplicables a la asamblea o reunión de socios. Por el contrario, los
legisladores parecen haber destacado el rol de la asamblea como superadora de
los conflictos descriptos en aquella norma, pero no como ámbito en donde estos
se producen.
.C
Las soluciones previstas por el art. 161 del Cód. Civ. y Com. tendientes a
superar los obstáculos que impiden adoptar decisiones al órgano de
administración de la persona jurídica no agotan los recursos previstos por las
leyes especiales para lograr idéntico propósito. Así, no queda descartada la
DD

utilización de las denominadas medidas autosatisfactivas —a las que el Poder


Judicial es por lo general muy reacio a admitirlas— o al nombramiento de
interventores o coadministradores judiciales, tema que debió merecer, en este
título, una legislación más completa y detallada, pues es una solución totalmente
aplicable a todas las personas de existencia ideal.
LA

La lectura del art. 161 revela que las distintas situaciones previstas en los tres
incisos del art. 161 del Cód. Civ. y Com. no constituyen etapas de un mismo
procedimiento, sino que son distintos remedios para diferentes hipótesis. Así, por
ejemplo, cuando los incs. a) y b) de dicha norma se refieren a que el presidente
FI

o alguno de los coadministradores, si los hay, pueden ejecutar los actos


conservatorios, la solución parece referirse al supuesto en que el estatuto haya
exigido una representación plural conjunta y ella no pueda ejercerse por las
diferencias existentes entre sus representantes, ante lo cual, quien llevó a cabo
el o los actos conservatorios deberá ponerlos en conocimiento de la asamblea


que se convoque dentro de los diez días de comenzada su ejecución. Por su


parte, el inc. c) de dicha norma, al autorizar a la asamblea a conferir facultades
extraordinarias al presidente o a la minoría para realizar actos urgentes o
necesarios, pudiendo asimismo disponer la remoción del administrador, se
refiere a distintas hipótesis que se presentan en la práctica, por ejemplo, cuando
el órgano de administración carece de quorum para funcionar y se trata de llevar
a cabo una operación imprescindible para el giro o funcionamiento de la entidad,
facultades que pueden ser otorgadas al administrador o administradores en
minoría, cuando la imposibilidad de funcionar el órgano responda a la actuación
de los integrantes designados por el grupo de control. Finalmente, el inc. c) de la

50 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


norma en análisis admite expresamente, como remedio eficaz para permitir el
normal funcionamiento del órgano de administración de la persona jurídica, la
remoción del administrador, en concordancia con lo dispuesto por los arts.
157 y 256 de la ley 19.550 para las sociedades; arts. 176 y 209 del Cód. Civ. y
Com., respectivamente, para las asociaciones civiles y fundaciones; el art. 59 de
la ley 20.337 de cooperativas, el art. 14 de la ley 20.321 de mutuales; el art. 2066
para el Consorcio de Propiedad Horizontal, etcétera.

En definitiva, el art. 161 del Cód. Civ. y Com. tiene por finalidad evitar conflictos
a través de un mecanismo de solución de controversias ante oposiciones
automáticas que impidan adoptar decisiones válidas al órgano de administración.
Es de suyo que también se encuentra de por medio la posibilidad de que,
además de pedir la remoción del administrador renuente, la asamblea autorice
al presidente a ejercer la acción preventiva reglada en el art. 1711 del referido

OM
ordenamiento legal.

Concordantemente con ello, el art. 86 de la resolución general 7/2015 prevé


la admisibilidad de que, a través de expresas cláusulas estatutarias, se
prevengan eventuales oposiciones u omisiones sistemáticas por parte de los
administradores que imposibiliten el desempeño regular de las funciones del
órgano de administración de una sociedad mediante las cuales no permitan
.C
adoptar decisiones válidas.
DD

4.4. Obligaciones y responsabilidades de los administradores de


personas jurídicas
LA

4.4.1. En cuanto a la responsabilidad de los administradores de personas


jurídicas, los arts. 159 y 160 del Cód. Civ. y Com. reproducen, en lo pertinente,
lo prescripto por el art. 59 de la ley 19.550, disponiendo que los administradores
de la persona jurídica deben obrar con lealtad y diligencia (art. 159, primer
párrafo), respondiendo en forma ilimitada y solidaria frente a la persona jurídica,
FI

sus miembros y terceros, por los daños causados por su culpa en el ejercicio o
con ocasión de sus funciones, por acción u omisión (art. 160).

Por su parte, el segundo párrafo del art. 159 reglamentando, de alguna


manera, el deber de lealtad de los administradores de personas jurídicas y


siguiendo los lineamientos del art. 272 de la ley 19.550 dispone que ellos no
pueden perseguir ni favorecer intereses contrarios a los de la persona jurídica y
si en determinada operación, los tuvieran por sí o por interpósita persona, deben
hacerlo saber a los demás miembros del órgano de administración o en su caso
al órgano de gobierno y abstenerse de cualquier intervención relacionada con
dicha operación.

Finalmente, el último párrafo del art. 159 del Cód. Civ. y Com. prevé que les
corresponde a los administradores de las personas jurídicas implementar

51 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sistemas y medios preventivos que reduzcan el riesgo de conflicto de intereses
en sus relaciones con la persona jurídica.

4.4.2. En lo que respecta al principio general en materia de responsabilidad de


los administradores de personas jurídicas, contenido en el art. 160 del Cód. Civ.
y Com., si bien la fórmula utilizada por el legislador, en cuanto dispone que "Los
administradores responden en forma ilimitada y solidaria frente a la persona
jurídica, sus miembros y terceros, por los daños causados por su culpa en el
ejercicio o con ocasión de sus funciones, por acción u omisión", ello abreva de
lo dispuesto por los arts. 59 de la ley 19.550 y por el derogado artículo 43 del
Código Civil reformado por la ley 17.711, lo cierto es que se omitió incluir al dolo,
que constituye otro factor subjetivo de atribución de responsabilidad y que se
configura, a tenor de lo dispuesto por el art. 1724 del Cód. Civ. y Com., por la
producción de un daño de manera intencional o con manifiesta indiferencia por

OM
los intereses ajenos. Esta omisión, no obstante, no excluye al dolo como
conducta generadora de responsabilidad, pues si los administradores de las
personas jurídicas responden por culpa, entendida como la omisión de la
diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las
personas, el tiempo y lugar, comprendiendo expresamente (art. 1724, Cód. Civ.
y Com.) la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte y la profesión, mal
puede excluirse al dolo cuando este implica intención de dañar a sabiendas.
.C
Recuérdese que, tratándose de una norma imperativa, el art. 274 de la ley
19.550, que incluye expresamente al dolo como conducta generadora de daño
resarcible por parte del director, predomina sobre la norma del art. 160 del Cód.
Civ. y Com. que, si bien es imperativa, cede ante aquella, de conformidad con lo
DD

dispuesto por el art. 150 del mismo ordenamiento legal.

4.4.3. La responsabilidad de los administradores de personas jurídicas por los


daños causados en ejercicio o en ocasión de sus funciones, por acción u
omisión, no libera a la persona de existencia ideal de su responsabilidad propia
LA

frente a sus miembros o terceros afectados por aquella ilegítima actuación. Así
lo dispone expresamente el art. 1763 del Cód. Civ. y Com. cuando prescribe que
"la persona jurídica responde por los daños que causen quienes las dirigen o
administran en ejercicio o con ocasión de sus funciones", sin perjuicio, claro está,
de las posteriores acciones de responsabilidad que la persona de existencia ideal
FI

pueda entablar contra quienes fueron responsables de tal conducta. Resulta de


lamentar que el Código Civil y Comercial de la Nación no haya incorporado un
mecanismo especial para el ejercicio de las acciones de responsabilidad
aplicable a todas las personas jurídicas de carácter privado, como lo hacen los
arts. 274 a 279 de la ahora denominada ley general de sociedades.


4.4.4. La obligación de los administradores de las personas jurídicas es de


medios y no de resultados —salvo algún caso excepcional, como lo es el deber
de llevar la contabilidad regular conforme a lo dispuesto por los arts.
320 a 331 del Código Civil y Comercial de la Nación—, toda vez que solamente
tienen el deber de poner la diligencia, lealtad y profesionalidad necesarias para
lograr el objeto de la persona jurídica, que puede no llegar a concretarse, no por
mal desempeño del cargo, sino —entre otros motivos— por la adversa fortuna
de los negocios.

52 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


4.4.5. La responsabilidad de los administradores por los daños causados a la
entidad, sus miembros o terceros comprende no solo los daños directos, sino
también los indirectos, actuales o futuros, ciertos y subsistentes (art. 1739, Cód.
Civ. y Com.). La aclaración es importante, porque a partir de la vigencia de este
nuevo ordenamiento legal, se pondrá fin a la absurda jurisprudencia de los
tribunales mercantiles de esta Ciudad de Buenos Aires, que descartan la acción
individual de responsabilidad del administrador societario frente a los socios o
accionistas y que se encuentra prevista por el art. 279 de la ley 19.550, cuando
el daño no hubiera sido directo, con lo cual privan de toda posibilidad de
resarcimiento a quien, como consecuencia de las actuaciones u omisiones de
los administradores ha sufrido en su patrimonio como consecuencia del menor o
nulo valor de las acciones o participaciones societarias que el accionista socio
fuere titular.

OM
4.4.6. En lo que se refiere al deber del administrador de desempeñarse con
lealtad y diligencia, ello reconoce como antecedente lo dispuesto por el art. 59 de
la ley 19.550, que requiere ambas cualidades de todo administrador societario,
pero atento a la enorme variedad de personas jurídicas privadas a las que se
refiere el art. 159 del Cód. Civ. y Com., dicha norma ha suprimido —como es
lógico— el parámetro del "buen hombre de negocios", que es inaplicable para
las entidades donde no se persiga el lucro como causa fin del vínculo asociativo.
.C
4.4.7. Repárese asimismo que, a tenor del nuevo régimen de responsabilidad
civil previsto en el título V del Libro III del Código Civil y Comercial de la Nación,
que se refiere al deber de prevención del daño, los arts. 1710 y 1711 prevén el
DD

deber de toda persona de adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias,


las medidas razonables para evitar que se produzca un daño o disminuir su
magnitud, promoviendo la acción preventiva correspondiente, sin que sea
exigible la concurrencia de ningún factor de atribución. Ello reviste suma
importancia en materia de administración societaria, en especial y a mero título
LA

de ejemplo, ante la existencia de sociedades infracapitalizadas, dejando al


alcance de todo aquel que demuestre un legítimo interés, entre los cuales se
encuentran obviamente los administradores y miembros de las personas
jurídicas privadas, el iniciar las acciones tendientes a que cese la conducta que
lo pone en estado de riesgo.
FI

4.4.8. Reglamentando de alguna manera el deber de lealtad de los


administradores de las personas jurídicas, requerido en el primer párrafo del art.
159 del Código Civil y Comercial, dicha norma, de seguido, prescribe que estos
no pueden perseguir ni favorecer intereses contrarios a los de la persona jurídica,


con lo cual se admite la existencia de un interés corporativo, independiente al de


sus miembros, solo admitido para las sociedades comerciales en el art. 272 de
la ley 19.550. Se trata, este concepto —el interés social—, de una derivación
indebida del carácter de sujeto de derecho de los entes ideales, pues por más
esfuerzo intelectual que se haga para convertir a las personas jurídicas en una
realidad, como lo predican las doctrinas antagónicas a la teoría de la ficción, es
de sentido común concluir que ellas no tienen sentimientos, deseos ni intereses
y por lo tanto, se vuelve a incurrir en la elaboración de fundamentos dogmáticos
o conceptuales para explicar o justificar abstracciones que nada tienen que ver
con la realidad, como acontece también con la tan difundida "doctrina del

53 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


órgano", utilizada por la doctrina y jurisprudencia para explicar la naturaleza
jurídica del vínculo entre el administrador y la entidad, teoría que peca de una
extrema artificialidad, pues quienes no son seres vivos no tienen órganos y
mucho menos las ficciones, como lo es otorgamiento del carácter de sujeto de
derecho a las personas de existencia ideal, que emana de la propia y exclusiva
voluntad del legislador. Repárese que aun quienes defienden la doctrina del
órgano y reniegan la del mandato para explicar la vinculación entre la persona
jurídica y sus administradores, terminan admitiendo que, a falta de regulación
específica, son aplicables a dicho vínculo las reglas del mandato, como lo hace
incluso el art. 211 del Código Civil y Comercial de la Nación, cuando se refiere a
los derechos y obligaciones de los integrantes del consejo de administración de
las fundaciones.

4.4.9. Siguiendo siempre los lineamientos del ordenamiento societario (art.

OM
272, LS), el tercer párrafo del art. 159 del Cód. Civ. y Com. dispone que si en
determinada operación, los administradores tuvieran un interés contrario al de la
persona jurídica, ya fuere por sí o por interpósita persona, deben hacerlo saber
a los demás miembros del órgano de administración o, en su caso, al órgano de
gobierno y abstenerse de cualquier intervención relacionada con dicha
operación. Dicha norma es insuficiente, pues carece, a diferencia de su norma
antecedente, de la sanción correspondiente en caso de infracción, que no debe
.C
limitarse a la responsabilidad prevista en el art. 160 del Cód. Civ. y Com., sino
que también repercute sobre la validez del acto, como lo ha admitido la doctrina
y resuelto mayoritariamente la jurisprudencia de nuestros tribunales mercantiles
en torno a lo dispuesto por el art. 248 de la ley 19.550, cuando consagra parecida
DD

norma en torno a la actuación de los accionistas que en una asamblea emiten


su voto favoreciendo sus intereses personales en lugar de contribuir a la
consecución del objeto social, en todos sus aspectos.

4.4.10. Finalmente, y en lo que se refiere al último párrafo del art. 159 del Cód.
LA

Civ. y Com., coincidimos en la difícil comprensión de lo allí establecido cuando


prescribe que les corresponde —a los administradores de las personas
jurídicas— implementar normas y medios preventivos que reduzcan el riesgo de
conflicto de intereses en sus relaciones con las personas jurídicas.
FI

Esta norma fue extraída del informe elaborado por la subcomisión de juristas
a quien se le encomendó la reforma a la ley 19.550 de sociedades comerciales,
a los fines de su adaptación al Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación,
integrada por los profesores Rafael Mariano Manóvil, Efraín Hugo Richard y
Horacio Roitman, quienes habían propuesto una modificación al art. 59 de la ley


19.550, redactando su primer párrafo en los siguientes términos: "Art. 59: Los
administradores y los representantes de la sociedad deben obrar con la lealtad
y con la diligencia de un buen hombre de negocios. Deben hacer prevalecer el
interés social por sobre cualquier otro interés. Les incumbe implementar
sistemas y medios preventivos que reduzcan el riesgo de conflictos de intereses
en sus relaciones con la sociedad y en las de ésta con otras personas a las que
estén vinculadas...". Es importante destacar que esta disposición no fue incluida
en la ley 19.550, conforme a la versión de la ley 26.994, sino que, con ligeras
modificaciones, la reprodujeron en el tercer párrafo del art. 159 del Código Civil
y Comercial de la Nación, en la parte dedicada a las personas jurídicas en

54 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


general, exhibiendo una vaguedad que no es propia de una norma general, sin
existir antecedentes en nuestro derecho positivo ni jurisprudencia judicial o
administrativa respecto de sistemas o medios preventivos para reducir conflictos
de intereses en las relaciones entre el administrador y el ente.

4.5. Transformación, fusión y escisión de las personas jurídicas

El art. 162 del Código Civil y Comercial de la Nación autoriza la reorganización


de las personas jurídicas, previendo que estas pueden transformarse, fusionarse
o escindirse en los casos previstos por este Código o por la ley especial. En

OM
todos los casos es necesaria la conformidad unánime de todos los miembros de
la persona o personas jurídicas, excepto disposición especial o estipulación en
contrario del estatuto.

Se recuerda al respecto que los únicos ordenamientos especiales que prevén


la reorganización de las personas jurídicas allí contempladas son la ley 19.550 de
sociedades comerciales, que regula la transformación en los arts. 74 a 81, la
.C
fusión en los arts. 81 a 87 y la escisión en el art. 88. Por su parte, la ley
20.321 prevé la fusión entre sí de las asociaciones mutuales en el art. 30, que
requiere la necesidad de contar con las mayorías previstas en el art. 22 de dicho
cuerpo legal, esto es, la mitad más uno de los socios presentes. Del mismo
DD

modo, el art. 223 del Código Civil y Comercial de la Nación prevé la fusión y la
coordinación de actividades entre dos o más fundaciones, cuando se presentes
los casos previstos en el inc. a) de dicha norma, esto es: a) cuando el objeto
establecido por el o los fundadores es de cumplimiento imposible o ha
desparecido, procurando respetar en la mayor medida posible la voluntad de
LA

aquellos, y b) cuando la multiplicidad de fundaciones de objeto análogo hacen


aconsejable la medida para su mejor desenvolvimiento y sea manifiesto el mayor
beneficio público.

Por su parte, las sociedades cooperativas, si bien pueden fusionarse o


FI

incorporarse cuando sus objetos sociales fuesen comunes o complementarios


(art. 83, ley 20.337), tienen expresamente prohibido su transformación en
sociedades comerciales o en asociaciones civiles (art. 6º, ley citada) y, en lo que
respecta a la fusión de las asociaciones civiles, no existe disposición en su
específica regulación, por lo cual, a los efectos de proceder a implementarla, se


torna plenamente aplicable el art. 162 del Cód. Civ. y Com., cuyo procedimiento
se rige por los arts. 82 a 87 de la ley general de sociedades atento a la expresa
remisión prevista en el art. 186 del Cód. Civ. y Com.

Finalmente —y en lo que se refiere a la fusión de personas jurídicas—, el


Código Civil y Comercial de la Nación acepta expresamente esta figura en sus
dos variantes: la fusión propiamente dicha y la fusión por absorción, con los
efectos disolutorios que ello supone para la entidad absorbida o de las personas
jurídicas que se fusionen. El art. 163, inc. f), del Cód. Civ. y Com. es claro al

55 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


respecto, disponiendo además que, en materia de escisión, ella supone la
disolución de la persona jurídica que se divide y destina todo su patrimonio.

En cuanto a la transformación, este instituto se encuentra previsto en el art.


162 del Cód. Civ. y Com. dentro de los supuestos de reorganización de las
personas jurídicas, pero en principio solo se aplica en materia de sociedades,
pues no es instituto previsto para las demás personas jurídicas privadas
previstas en el art. 148 del referido ordenamiento legal, que no admiten la
existencia de tipos diferentes. Solo cabe admitir la transformación de las simples
asociaciones en asociaciones civiles, decisión que debe ser aprobada por
decisión unánime del órgano de gobierno de la entidad, salvo que el estatuto de
la simple asociación prevea una mayoría distinta. Aprobada esta, deberá
reformarse y adecuarse sus estatutos a las normas de la asociación civil,
debiendo requerirse la correspondiente autorización para funcionar y posterior

OM
registración.

Por su parte, y en lo que respecta a la transformación de la entidad en otra


persona jurídica, ello no resulta legalmente posible, atento a que esa decisión
importa una modificación del negocio jurídico y la transformación solo es un
instrumento para la reorganización del mismo sujeto de derecho.
.C
DD

§ 5. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS

5.1. A las causales de disolución de las personas jurídicas se refiere el art. 163
del Cód. Civ. y Com., disponiendo expresamente: "La persona jurídica se
disuelve:
LA

"a) La decisión de sus miembros adoptada por unanimidad o por la mayoría


establecida por el estatuto o disposición especial.

"b) El cumplimiento de la condición resolutoria a la que el acto constitutivo


FI

subordinó su existencia.

"c) La consecución del objeto para el cual la persona jurídica se formó o la


imposibilidad sobreviniente de cumplirlo.


"d) El vencimiento del plazo.

"e) La declaración de quiebra; la disolución queda sin efecto si la quiebra


concluye por avenimiento o se dispone la conversión del trámite en concurso
preventivo o si la ley especial prevé un régimen distinto.

"f) La fusión respecto de las personas jurídicas que se fusionan o la persona


o las personas jurídicas cuyo patrimonio es absorbido; y la escisión respecto de
la persona jurídica que se divide y destina todo su patrimonio.

56 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


"g) La reducción a uno del número de miembros, si la ley especial exige
pluralidad de ellas y esta no es reestablecida dentro de los tres meses.

"h) La denegatoria o revocación firme de la autorización estatal para funcionar,


cuando ésta sea requerida.

"i) El agotamiento de los bienes destinados a sostenerla.

"j) Cualquier otra causa prevista en el estatuto o en otras disposiciones de este


Título o de ley especial".

A primera vista, las causales de disolución de las personas jurídicas son casi
idénticas a las previstas en el artículo 94 de la ahora denominada Ley General
de Sociedades, sobre las cuales existe amplia doctrina y jurisprudencia, a la que

OM
corresponde remitir. No obstante, me parece adecuado destacar algunas
diferencias entre el art. 163 del Cód. Civ. y Com. con aquella norma de la ley
19.550, que es necesario mencionar.

La disolución por "consecución del objeto para el cual la persona jurídica se


formó o la imposibilidad sobreviniente de cumplirlo" previsto en el inc. c) del art.
163 del Cód. Civ. y Com. ratifica una vez más el principio de la especialidad que
.C
rige en materia de personas de existencia ideal, que —como hemos visto— se
encuentra ratificado por los arts. 141 y 156 del referido ordenamiento legal.

Por otro lado, debió aprovecharse la oportunidad para agregarse al listado del
DD

art. 163 del Cód. Civ. y Com. la inactividad del ente o la imposibilidad de sus
órganos para adoptar decisiones en su órgano de gobierno, lo cual constituye
supuestos muy frecuentes en el funcionamiento de este tipo de personas, como
la jurisprudencia societaria —judicial y administrativa— así lo enseña. Del mismo
modo, se advierte la ausencia, como causal disolutoria, del dictado de una
LA

sentencia judicial que declara la disolución, la liquidación o la nulidad de la


persona de existencia ideal, supuesto harto frecuente en la práctica. No
olvidemos que la declaración de nulidad de la persona jurídica importa en puridad
una causal disolutoria que no extingue automáticamente el sujeto de derecho,
sino que debe abrir el período liquidatorio para culminar las relaciones jurídicas
FI

pendientes, trámite que será diferente de acuerdo con las causales de nulidad
invocadas por parte interesada o de oficio (arts. 18 a 20, ley 19.550).

En cuanto al vencimiento del plazo como causal disolutoria, debemos recordar


al respecto que el art. 155 del Cód. Civ. y Com. prevé que la duración de la


persona jurídica es en principio ilimitada en el tiempo, excepto que la ley especial


o el estatuto dispongan lo contrario, principio que no rige en materia de
sociedades, para las cuales su acto constitutivo o estatuto deben prever
expresamente un plazo de duración que los usos y costumbres —no la ley— han
establecido, en especial cuando se trata de sociedades por acciones, en el
absurdo plazo de 99 años.

Si existiese plazo de duración determinado en el acto constitutivo de la


persona jurídica, este podrá ser prorrogado, para lo cual se requiere: a) la
decisión de sus miembros, adoptada de acuerdo con la previsión legal o

57 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


estatutaria y b) la presentación ante la autoridad de control que corresponda,
antes del vencimiento del plazo (art. 165, Cód. Civ. y Com.). Es de toda lógica
sostener que esta norma se refiere a aquellas entidades que requieren
autorización para funcionar o inscripción, pues si se trata de una simple
asociación o una sociedad incluida en la sección IV del capítulo I de la ley
19.550, el acuerdo mediante los cuales los miembros de la entidad han acordado
la prórroga solo será oponible a terceros en la medida en que estos lo hayan
conocido (art. 157, Cód. Civ. y Com.).

Transcurrido el plazo de duración del contrato social y resultando inaplicable


la prórroga por haberse producido su vencimiento, el art. 166 del Cód. Civ. y
Com. torna procedente la reconducción del referido instrumento, disponiendo
que la persona jurídica puede ser reconducida mientras no haya concluido su
liquidación, por decisión de sus miembros adoptado por unanimidad o la mayoría

OM
requerida por la ley o el estatuto, siempre que la causa de disolución pueda
quedar removida por decisión de los miembros o en virtud de la ley.

La diferencia entre la prórroga y la reconducción está dada, no solo por la


oportunidad que el órgano de gobierno la resuelve —antes o después del
vencimiento del plazo de duración del contrato social—, sino de las
responsabilidades de los socios y administradores, pues si la persona jurídica
.C
incurrió en estado de disolución por vencimiento del plazo y entró en el período
liquidatorio, responden solidaria e ilimitadamente los administradores y los
miembros de la persona jurídica por los actos ajenos a la liquidación que,
conociendo o debiendo conocer esa situación y contando con el poder de
DD

decisión necesario para ponerle fin, omiten adoptar las medidas necesarias al
efecto (art. 167, último párrafo, Cód. Civ. y Com.).

En materia de reconducción del contrato constitutivo de la persona jurídica, es


ponderable el criterio del legislador en cuanto prescribe que esta solución es de
LA

posible adopción mientras no haya concluido la liquidación (art. 166, primer


párrafo, Cód. Civ. y Com.), lo cual supera la solución prevista por su antecedente,
el art. 95, última parte, de la ley 19.550, en cuanto dispone que la reconducción
puede acordarse por mayoría hasta tanto se haya inscripto el nombramiento del
liquidador, momento a partir del cual esa resolución solo puede ser adoptada por
FI

unanimidad, disposición totalmente desacertada, que por lo general frustra la


concreción del instituto de la reconducción, inspirada en la siempre aconsejable
continuación de la sociedad y de los negocios sociales. Bien es cierto que el art.
100 de la ley 19.550 en su actual redacción (ley 26.994) dispone que las causales
de disolución pueden ser removidas mediante decisión del órgano de gobierno y


eliminación de la causa que le dio origen, decisión que puede adoptarse antes
de cancelarse la inscripción, pero lo cierto es que la ley 26.994 no derogó el
tercero y cuarto párrafo del art. 95 de la ley 19.550, de modo que esta solución
no es aplicable a la reconducción del contrato social, salvo que exista
unanimidad de los socios o accionistas, pues es muy breve el plazo con que
cuenta la sociedad entre la causal disolutoria y la inscripción de los liquidadores
en el registro mercantil, período durante el cual, como hemos visto, rigen las
mayorías previstas para la modificación del contrato social o estatuto, pero no la
unanimidad, lo cual constituye una exigencia que por lo general frustra la
adopción de cualquier acuerdo de reconducción.

58 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Huelga manifestar que la reconducción de la persona jurídica solo puede
llevarse a cabo cuando se trata de remover una causal de disolución que no haya
operado como una sanción contra la sociedad. Así lo dispone expresamente el
art. 166, último párrafo, del Cód. Civ. y Com. refiriéndose a la causal disolutoria
prevista en el art. 163, inc. f), en cuanto dispone, entre las causales de disolución,
la denegatoria o revocación firme de la autorización estatal para funcionar,
conclusión que debe hacerse extensiva al supuesto en que judicialmente fuera
resuelta la disolución, liquidación o nulidad de la persona jurídica.

Debe también aclararse al respecto que la revocación de la autorización


estatal para el funcionamiento de la persona jurídica, cuando ella es requerida
(asociaciones civiles, cooperativas, mutuales o sociedades que la requieran
conforme a su objeto), debe fundarse en la comisión de actos graves que
importen la violación de la ley, el estatuto o reglamento. En tal caso, la revocación

OM
debe disponerse por resolución fundada y conforme a un procedimiento reglado
que garantice el derecho de defensa de la persona jurídica, siendo apelable la
correspondiente resolución, pudiendo el juez disponer la suspensión provisional
de sus efectos (art. 164, Cód. Civ. y Com.).

En lo que se refiere a la reducción a uno del número de miembros, cuando la


ley exige pluralidad, ello constituye expresa causal de disolución prevista por el
.C
art. 163, inc. g), del Código Civil y Comercial de la Nación, la cual podrá evitarse
cuando se reestablezca la pluralidad de miembros dentro de los tres meses de
haber ocurrido aquella circunstancia. Esta solución está inspirada en el art. 94,
inc. 8º, de la ley 19.550, que la ley 26.994 derogó por resultar incompatible con
DD

la posibilidad de constituir, dentro del nuevo régimen societario, sociedades de


un solo socio, bien que limitada esta posibilidad a las sociedades anónimas y
siempre que cumplan con los requisitos establecidos por los arts.
1º, 164, 186, 187 y 299 de la ley 19.550.
LA

Es de importancia destacar que si bien el inc. g) del art. 163 del Código
requiere, para evitar la liquidación, el restablecimiento de la pluralidad de
miembros dentro del plazo de tres meses de ocurrida la pérdida de esa
pluralidad, lo cierto es que a diferencia de lo dispuesto por el derogado art. 94,
inc. 8º, de la ley 19.550, no dispone la responsabilidad ilimitada y solidaria del
FI

miembro único —vigente durante ese plazo— por las obligaciones sociales
contraídas, pero de este silencio no se deriva que dicha solución no resulte
aplicable a las demás personas jurídicas, pues desaparecida la pluralidad de
miembros cuando ella es requerida como requisito indispensable para su
existencia, no puede hablarse entonces de persona jurídica, por lo que


corresponde aplicar al principio general de derecho previsto por el art. 743 del
Código Civil y Comercial que ratifica el principio de la universalidad del
patrimonio, cuando en su primer párrafo dispone que "Los bienes presentes y
futuros del deudor constituyen la garantía común de sus acreedores", de modo
tal que, perdida la pluralidad de integrantes y quedando reducida la persona
jurídica a un solo miembro, es obvio que este sujeto de derecho pierde la razón
de su existencia, convirtiéndose su único integrante en el único responsable
patrimonial de las obligaciones que fueron contraídas por la persona jurídica,
respondiendo respecto de los terceros solidariamente con la misma y en forma
ilimitada con su patrimonio personal.

59 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Curiosamente, si bien la ley 26.994 suprimió de la ley 19.550 la reducción a
uno del número de socios como causal disolutoria de las sociedades, el inc. g)
del art. 163 del Cód. Civ. y Com., que consagra idéntica solución tratándose de
las demás personas jurídicas privadas —con excepción de las fundaciones—,
constituye valiosa pauta interpretativa de la ley de sociedades, cuando ella pierda
la pluralidad de integrantes y no se trate de una sociedad anónima unipersonal.
De modo tal que, reducida a uno en el número de socios, cualquier sociedad no
constituida como unimembre deberá necesariamente disolverse y liquidarse, por
aplicación supletoria del art. 163, inc. g), del Cód. Civ. y Com., con excepción de
las sociedades en comandita o de capital e industria, para las cuales la ley
19.550 —y a pesar de la pésima redacción del art. 94 bis, versión ley 26.994—
prevé una solución específica: la transformación de pleno derecho en sociedad
anónima unipersonal.

OM
5.2. En lo referido a la liquidación de las personas jurídicas y a diferencia de
lo que acontece con la disolución, el Código Civil y Comercial de la Nación, en el
segundo párrafo de su art. 167, la define como el cumplimiento de las
obligaciones pendientes con los bienes del activo del patrimonio de la persona
jurídica o su producido en dinero, previo pago de los gastos de liquidación y de
las obligaciones fiscales, aclarando que el remanente, si lo hay, se entrega a sus
miembros o a terceros, conforme lo establece el estatuto o lo exige la ley.
.C
Sin perjuicio de la sobreabundante inclusión de las "obligaciones fiscales", en
tanto ello está comprendido dentro del cumplimiento de las obligaciones de la
entidad, la fórmula empleada por el legislador es correcta, difiriendo el destino
DD

del remanente a lo dispuesto por el estatuto o por las leyes especiales. Así, para
las sociedades, ese remanente debe ser distribuido entre los socios, mientras
que para las asociaciones civiles el patrimonio resultante no se distribuye entre
los asociados, debiendo dársele el destino previsto en el estatuto y, a falta de
previsión, el remanente debe destinarse a otra asociación civil domiciliada en la
LA

República de objeto igual o similar a la liquidada (art. 185, Cód. Civ. y Com.).
Esta es la solución dada también por el art. 217 del Cód. Civ. y Com. para las
fundaciones, para las cuales, en caso de disolución, el remanente de los bienes
debe destinarse a una entidad de carácter público o a una persona jurídica de
carácter privado, cuyo objeto sea de utilidad pública o bien común, que no tenga
FI

fin de lucro y que esté domiciliada en la República, lo cual no se aplica para las
fundaciones extranjeras. Por su parte, y tratándose de mutuales, el art. 36 de
la ley 20.321 dispone que su liquidación, tanto judicial como extrajudicial será
llevada a cabo por el Instituto Nacional de Acción Mutual en todo el territorio de
la República. Finalmente, y en materia de sociedades cooperativas, su disolución


y liquidación tiene un minucioso régimen en el capítulo 10 de la ley


20.337, disponiendo el art. 95 que el sobrante patrimonial que resultare de la
liquidación, previo reembolso del valor nominal de las cuotas sociales a los
asociados, se destinará al Instituto Nacional de Acción Cooperativa o del Fisco
provincial, según el domicilio de la cooperativa, con destino a la promoción del
cooperativismo.

En materia de personalidad jurídica de las personas jurídicas en liquidación y


las responsabilidades emergentes de dicha etapa, el art. 167 consagra las
siguientes soluciones: a) Acaecida o declarada por sus miembros una causal

60 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


disolutoria, la persona jurídica no puede realizar otras operaciones que no se
limiten a la conclusión de las operaciones pendientes, a la cancelación de su
pasivo y al destino del remanente; b) Cualquier operación ajena a esos fines
hace responsables en forma ilimitada y solidaria a los administradores y aquellos
miembros que, conociendo o debiendo conocer la situación y contando con el
poder de decisión necesario para ponerle fin, omiten adoptar las medidas
necesarias al efecto. Se consagra, de esta manera, pero de una manera más
clara y detallada, idéntica solución a la prevista por el art. 99 de la ley
19.550, restringiendo la personalidad jurídica de los entes en liquidación a los
actos necesarios para el cumplimiento de ese fin y sancionando con la
responsabilidad solidaria e ilimitada no solo a los administradores que ignoran el
trámite liquidatorio, sino también a los miembros de la persona jurídica que,
sabiendo que ella se encuentra en disolución y contando con los medios
necesarios para activar su liquidación, no hacen absolutamente nada al

OM
respecto, manteniendo vigente una persona de existencia ideal que solo deberá
subsistir a los fines de su liquidación.

CAPÍTULO I - HISTORIA DEL DERECHO SOCIETARIO. SUS ACTUALES TENDENCIAS


.C
DD

§ 1. GENERALIDADES. EL DERECHO DE LAS SOCIEDADES COMO PARTE INTEGRANTE


DEL DERECHO COMERCIAL

Como acertadamente lo ha destacado la doctrina, el derecho comercial no es


el resultado de una concepción dogmática del derecho privado, esto es, no se
LA

erige en rama de este derecho en razón de su propia naturaleza o método de


investigación, sino que es el fruto de determinadas circunstancias históricas que
producen su aparición como rama separada ante la insuficiencia del derecho
común, desbordado por las necesidades del comercio y por falta de instituciones
adecuadas para la regulación de su actividad. En otras palabras, el derecho
FI

comercial nace con un determinado contenido y la evolución de las


circunstancias económicas que le dieron origen produce sucesivos cambios
fundamentales en su materia. Por ello se dice que el derecho comercial
constituye una categoría histórica y no una categoría dogmática.


El derecho de las sociedades, cuyo contenido comprende el estudio del


funcionamiento, tanto interno como externo de este instrumento de
concentración de capitales y en tanto integrante del derecho comercial, ha
debido adaptarse fundamentalmente a las circunstancias y a las modalidades
del comercio, esto es, el ámbito donde se desempeñan las sociedades
comerciales, pues sin desconocer la existencia en nuestro ordenamiento común
de la regulación del contrato de sociedad civil (arts. 1648 y ss.), hoy derogado
como consecuencia de la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación (ley
26.994), no puede ignorarse el proceso de comercialización de la actividad

61 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


económica considerada tradicionalmente como civil y ajena al derecho mercantil
(actividad minera, agropecuaria, etcétera), lo cual ha llevado, en el año 2014, a
la unificación del derecho privado en nuestro país.

Puede sostenerse en consecuencia que, como derecho de categoría histórica,


el derecho comercial ha debido acompañar —y acotar reiteradamente— el
desarrollo y las prácticas del comerciante, pues es el comercio el que obliga al
jurista a legislar y no el legislador el que impone sus ideas al comerciante, porque
cuando esto ocurre, y los ejemplos sobran, las instituciones creadas por aquel
quedan sumidas en el más absoluto fracaso.

Dentro de las prácticas comerciales que el derecho mercantil ha debido


acompañar y acotar se encuentra fundamentalmente la utilización del negocio
societario, entendido este como el instrumento de concentración de capitales por

OM
excelencia para el desarrollo de actividades de envergadura, característica que
las sociedades conservan, a pesar de la inclusión de las sociedades
unipersonales en la ahora denominada Ley General de Sociedades, que no debe
entenderse como un cambio en la naturaleza jurídica de las sociedades, sino
como un reconocimiento de un fenómeno que ha sido admitido por la mayoría
de las legislaciones contemporáneas, pero que, de manera alguna ha hecho
perder a la sociedad su propia finalidad y naturaleza jurídica.
.C
DD

§ 2. BREVE HISTORIA DE LA LEGISLACIÓN SOBRE LAS SOCIEDADES, CON ESPECIAL


REFERENCIA A LAS SOCIEDADES COMERCIALES

Si la historia es una nota destacada del derecho mercantil, tal nota resulta
LA

evidente con relación al derecho de las sociedades mercantiles.

En primer lugar, no debe olvidarse que en la antigüedad las normas jurídicas


aplicables a ciertos negocios comerciales no constituyeron un sistema de
derecho especial. Ello no significa que las antiguas civilizaciones hayan
FI

desconocido las actividades mercantiles, sino que tales pueblos, entre los que
corresponde incluir a Grecia y a Roma, no sintieron la necesidad de sistematizar
el conjunto de normas específicamente aplicables al comercio.

Sin olvidar la influencia que han podido tener las comunidades hereditarias o


las comunidades en mano común de origen germánico, así como la institución


de las commenda en el nacimiento de las sociedades colectivas y en comandita,
cobra especial importancia, a los fines de ilustrar sobre la legislación de las
sociedades mercantiles y su tendencia, su regulación en la Ordenanza de
Comercio francés de 1673, de enorme influencia en la Ordenanza de Bilbao de
1737, fuente mediata de nuestro Código de Comercio, así como la codificación
napoleónica, que todavía mantiene su influencia en el régimen societario
contemporáneo vigente.

62 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La ordenanza francesa de 1673 se ocupó de dos formas de ejercer el comercio
en forma colectiva: a) la sociedad general, en la cual los socios, que eran
comerciantes, se obligaban solidariamente al pago de las deudas contraídas en
nombre de la sociedad, y b) la sociedad en comandita, en la cual, junto a los
socios que eran comerciantes, aparecen los socios "comanditarios", que solo se
obligan hasta el monto de su participación mediante una cláusula inserta en el
acto fundacional. Si bien a esta fecha existían otras clases de sociedades, el
legislador se ocupó de tipificarlas exclusivamente y obligarlas a inscribirse en un
registro mercantil a los efectos de hacer conocer la identidad de sus integrantes
y el régimen de representación. Junto con las sociedades en comandita
inscriptas, existían otras sociedades que no se registraban, en las cuales, si bien
participaban socios comanditarios, juzgaban ellos contrario a su dignidad ver
inscripto su nombre en los registros de comercio, prefiriendo permanecer
ocultos. Tal es el origen de lo que luego se conocerá como sociedades

OM
accidentales o en participación, en las que, frente a los terceros, solo aparece
el gestor como titular y responsable del negocio, como si fuera un comerciante
individual.

Las llamadas "compañías", que coexistían paralelamente con aquellas


sociedades tipificadas por la ordenanza francesa de 1673, tenían otro carácter,
pues se creaban por "carta real" y eran consideradas como instituciones de
.C
derecho público. Se requería un acto de la autoridad pública para crear una
persona moral que haga el comercio en su propio nombre y a alguna de ellas se
le conferían ciertas regalías como, por ejemplo, la de acuñar moneda. Pueden
citarse como ejemplo de las primeras compañías, antes del siglo XVII, los
DD

grandes bancos de Génova, Ámsterdam y Londres. En Francia, cuna de la


legislación de las sociedades, la navegación y la colonización fueron los objetivos
principales de dichas compañías (Compañía de las Indias Orientales, creada por
Colbert en 1664; la Compañía General de Seguros y Préstamos a la Gruesa, de
1686, etc.). Pero debe quedar en claro que los antiguos juristas no se ocuparon
LA

de estas compañías por estimar que eran cuerpos de derecho público y no


sociedades privadas.

La diferencia entre las sociedades reguladas en la ordenanza de 1673 y las


"compañías" debe ser destacada, pues mientras en las primeras varias personas
FI

ejercían el comercio "a nombre colectivo", en las segundas la actividad mercantil


se llevaba a cabo a nombre de una persona moral.

En España, el capítulo X de las ordenanzas de Bilbao de 1737, denominado


"Compañías de Comercio", no se preocupó de perfilar a las diversas clases de


sociedades que existían en ese entonces, sino que centró su atención en las
sociedades "generales" o "sociedades en nombre colectivo", por ser las más
frecuentes de utilización, prescribiendo "para la conservación de la buena fe y
seguridad pública del mismo comercio" la constitución de la primera de ellas
(sociedades generales) ante escribano, quien debía entregar un testimonio en el
archivo del Consulado "a fin de que conste por ese medio al público lo que sea
conveniente para su seguridad".

El Código de Comercio francés de 1807, de enorme influencia en los


posteriores ordenamientos legales de los países de Europa continental y

63 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


América del Sur, recogió a la sociedad colectiva (sociedad general), y en materia
de sociedades por acciones estableció una diferencia capital entre estas dos
clases de sociedades. Por una parte, acordó la libertad de constitución a las
sociedades en comandita por acciones en las que existía un comanditado
personalmente responsable. Pero negó esta libertad a la otra forma de sociedad
por acciones, en la cual no hay ningún socio colectivo y a la que, por esta razón,
denominó sociedad anónima. Se estableció que los accionistas son únicamente
responsables en razón de su aporte, sin que sea necesario limitar su
responsabilidad por una cláusula del estatuto. Como lo recuerda Georges Ripert,
la sociedad se denomina anónima, no porque no se sepa quiénes son sus socios
o titulares, sino porque es indiferente la responsabilidad de ellos.

Fueron características de las sociedades anónimas en el ordenamiento


napoleónico la carencia de razón social, precisamente por la ausencia de

OM
responsabilidad ilimitada de sus socios que tornaba irrelevante identificarlos en
la denominación de la entidad, siendo solo por el objeto u objetos para que se
hubiera formado. Por otra parte, el codificador de 1807 sometió estas sociedades
a la autorización gubernamental que se concedía por decreto del Consejo de
Estado, el cual había establecido estatutos tipo y la autorización no se concedía
fácilmente. En otras palabras, no parecía posible, en esa época, permitir la libre
creación de sociedades anónimas.
.C
Fue en el año 1867, es decir, sesenta años después de sancionado el Código
de Comercio francés, cuando se reforma este cuerpo legal, obteniéndose el
derecho de crear libremente a las sociedades anónimas, lo cual fue considerado
DD

por la doctrina francesa como un triunfo del capitalismo liberal; ella fue también
proclamada en otros países, como en España, en el año 1869; Alemania, en
1870; Bélgica, en 1873; Italia, en 1882, etc. Otra innovación de la ley francesa
de 1867 es que se abandona la distinción inglesa entre compañías públicas y
privadas, y por más pequeña que fuera la empresa y reducido su capital, podía
LA

adoptar la forma de sociedad anónima, por lo que se constituyeron a partir de


esa fecha miles de estas sociedades, triplicando, para el año 1936, al número de
sociedades en comandita por acciones. Sin embargo, la legislación de 1867
estableció la imposibilidad de las sociedades anónimas de tener menos de siete
accionistas, no pudiendo subsistir si se reducía ese número de socios por
FI

haberse concentrado el poder en unas pocas manos. Era pues evidente la


intención de dicha ley de que no podía ofrecerse a una sola persona o a un
número reducido de ellas el uso de un mecanismo jurídico de tal
importancia. Finalmente, esta normativa dispuso que los títulos representativos
de las acciones podían ser emitidos "bajo forma nominativa o bajo la forma al


portador", sin prohibirse expresamente la emisión de las acciones "a la orden",


así llamadas por entonces a las acciones nominativas endosables.

Esta referencia al derecho francés de las sociedades responde al hecho de


que, bajo su influencia, se dictaron la gran mayoría de los códigos de comercio
de Europa continental y de América del Sur. El Código de Comercio francés de
1807 tuvo enorme influencia en el Código español de 1829 y en el italiano de
1865, entre otros, en el argentino de 1862 y en el de la República Oriental del
Uruguay de 1866, los cuales exhibieron al igual que su modelo una legislación
incompleta e insuficiente en materia de sociedades comerciales en general y

64 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


anónimas en particular, por lo que la necesidad de su reforma fue evidente,
atento al considerable aumento del número de sociedades y la indisimulable
realidad de la realización de actividades mercantiles a través del negocio
societario.

Nuestro Código de Comercio de 1862, además del inc. 5º del art. 8º sobre
actos de comercio, dedicaba a las sociedades comerciales el título II, en los arts.
387 a 512, omitiendo legislar a las sociedades cooperativas, que empezaban a
hacerse conocer para esa fecha. Respecto de las sociedades anónimas, se
destaca del Código de 1862 una regulación imperfecta, con solo 21 artículos
(arts. 403 a 429), lo cual fue explicado por los codificadores en la ausencia de
precedentes legislativos.

Así como Francia y España habían reformado sus códigos de comercio de

OM
1807 y 1829, respectivamente, en los años 1867 y 1885, en la República
Argentina la primera y última gran reforma de nuestro original Código de
Comercio se produjo en el año 1889, en la cual se modificó sustancialmente el
régimen de las sociedades comerciales, incorporando normas sobre las
formalidades requeridas para el funcionamiento en la República de las
sociedades extranjeras, por sus agencias, sucursales y representantes,
aclarando y precisando la responsabilidad de los administradores en general. En
.C
materia de sociedades anónimas, atento a su notorio crecimiento, fenómeno que
se observó también en el resto de las naciones civilizadas, se hizo necesario, a
juicio de la Comisión Reformadora de 1889, remozar su ordenamiento, exigiendo
mayores formalidades para su constitución así como para la emisión de acciones
DD

y obligaciones, fortaleciendo los intereses de los accionistas, poco protegidos


hasta ese momento, y libradas completamente a su acción individual la defensa
y vigilancia de sus derechos.

Del mismo modo, informaba la referida Comisión que los directores se


LA

constituían y funcionaban con un carácter demasiado despótico y arbitrario,


libres de control eficaz, lo que estimulaba los frecuentes abusos, pues
manejaban los intereses de los socios como si fueran exclusivamente propios.
Tal estado de cosas determinó que en la reforma de 1889 se estableciera su
responsabilidad ilimitada y solidaria cuando no procedían de acuerdo con los
FI

estatutos, las leyes, los reglamentos y las decisiones de las asambleas


generales.

Por otra parte, la reforma incorporó la figura de los síndicos, destinados a


controlar las operaciones de los directores. Asimismo, y habiendo comprobado


la Comisión que uno de los mayores abusos se producía con la distribución


inconveniente y perjudicial de las utilidades "meramente calculadas sobre
evaluaciones más o menos discrecionales de cosas no enajenadas en la
realidad", se estableció expresa y terminantemente la prohibición de la
distribución de utilidades que no sean irrevocablemente adquiridas y
completamente líquidas y realizadas, para evitar que tan irregulares
distribuciones pudieran convertirse en verdaderas pérdidas, con perjuicio de la
conservación del capital social, que es la garantía del cumplimiento del objeto de
tales sociedades y, sobre todo, de sus obligaciones para con los terceros.

65 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La reforma de 1889 siguió en algunos aspectos la orientación de la legislación
francesa de 1867 en materia de sociedades anónimas, conteniendo una
legislación mucho más minuciosa que el Código de Comercio de 1862, pero
manteniendo, a diferencia de aquella, la autorización para funcionar por parte del
Poder Ejecutivo. En España, por su parte, los redactores del Código de Comercio
de 1885, a juicio del profesor español Garrigues, al interpretar a su manera el
principio liberal formulado en España en el decreto del 20 de septiembre de 1869
que aprobara las bases para la reforma del Código de Comercio, creyeron que
la mejor manera de respetar este principio constituía en abstenerse de una
regulación completa de las sociedades anónimas, previendo solo un puñado de
artículos (recogidos en su mayoría por el principio dispositivo que antepone la
voluntad de los interesados al mandato de la ley). Ello constituyó un grave error,
pues por tal razón, el ordenamiento societario de 1885 fue incapaz de ofrecer
respuesta adecuada a las nuevas y complicadas exigencias del mundo mercantil

OM
e industrial moderno.

Este brevísimo panorama comparado del derecho de las sociedades desde su


primer ordenamiento específico (la ordenanza francesa de 1673) hasta la
reforma de nuestro Código de Comercio de 1889 permite concluir que todas las
legislaciones del derecho de las sociedades comerciales estaban en general
inspiradas en los siguientes propósitos:
.C
1. Resultaba impensable la constitución de sociedades anónimas para
pequeños emprendimientos. La exigencia de un número mínimo de accionistas
y la necesidad de autorización estatal como punto de partida de su
DD

funcionamiento demostraban a las claras que este instrumento era reservado


exclusivamente para la concentración de capitales, y que el beneficio de la
responsabilidad era un privilegio excepcional que requería expresa autorización
del Estado.
LA

2. Por otro lado, fue preocupación de la legislación del siglo XIX evitar la
concentración del capital en pocas manos, como lo demostró la legislación
francesa de 1867, que requirió la existencia mínima de siete accionistas durante
toda la vida de la sociedad, así como lo dispuesto por el Código de Comercio
argentino de 1862 que consagraba un drástico remedio para evitar el uso de un
FI

mecanismo jurídico de la importancia de las sociedades anónimas en muy pocas


manos, al prescribir, inspirado en el Código portugués del año 1833, que ningún
accionista podía tener más de tres votos si la sociedad era de menos de cien
acciones y más de seis votos si excedía de ese número, aunque no expresaba
cómo aplicar esa restricción cuando las acciones eran al portador. Cabe señalar


que la reforma de 1889 derogó tal prescripción, aun cuando conservó el número
mínimo de diez accionistas como requisito de su existencia.

3. Asimismo, y a diferencia de las primeras regulaciones de las sociedades


anónimas, que datan de los primeros años del siglo XIX, fue preocupación de la
legislación societaria de finales del siglo pasado, con excepción del Código
español de 1885, la elaboración de cuerpos normativos con mayor
reglamentarismo y detalle, para evitar los abusos en la administración de las
compañías, donde los directores administraban a su antojo, sin controles
específicos y donde la distribución de ganancias podía ser efectuada aun en

66 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


desmedro del capital social. Concordantemente, fue tendencia de aquellas
épocas la de responsabilizar personalmente y en forma solidaria e ilimitada a los
administradores por actos cometidos en violación a la ley, estatuto, reglamento
y decisiones asamblearias.

4. Finalmente, y desde el Código de Comercio francés de 1807, la tendencia


durante el siglo pasado fue la codificación, en un solo cuerpo normativo, de todas
las leyes referidas al comercio o a la actividad mercantil, entre las cuales se
encuentran las sociedades comerciales en todos sus tipos, aun cuando tal
tendencia sufrió una importante excepción en Francia, en donde se reformó el
Código de Comercio en materia de sociedades por la ley del 24 de julio de 1867.

Ahora bien, si estas fueron las tendencias de las legislaciones de los países
de Europa continental y de América del Sur durante el siglo XIX, las prácticas

OM
mercantiles iban demostrando otra realidad desde los primeros años del siglo
XX, y es que el negocio societario, en lugar de ser un instrumento de
concentración de capitales, como parecía ser el anhelo de los legisladores de
aquellos cuerpos normativos, se convirtió en un eficaz instrumento para los
comerciantes a los fines de evitar la responsabilidad ilimitada que le era impuesta
por la ley por las consecuencias del ejercicio del comercio, consecuencia ello del
principio de la universalidad del patrimonio consagrada por el ordenamiento
.C
común, conforme al cual el patrimonio de la persona es la garantía común de
sus acreedores. En otras palabras, la técnica societaria fue buscada por los
operadores mercantiles más que para invertir capitales en forma conjunta en el
desarrollo de empresas que requerían cuantiosas inversiones y prometían
DD

también importantes ganancias, como una forma de eludir el aludido principio


general de la universalidad del patrimonio.

De manera tal que lo que verdaderamente interesaba en el mundo de los


negocios era la limitación de la responsabilidad o la minimización del riesgo
LA

empresario, y prueba de que tal fenómeno fue casi contemporáneo a la


legislación del derecho de las sociedades, lo constituyen las aludidas
estadísticas que nos brinda Ripert cuando nos cuenta que allá por los años 1826
a 1837 se habían constituido solo ciento cincuenta y siete sociedades anónimas,
debido a los requisitos a los que ellas estaban sometidas, en especial, la
FI

autorización del Consejo de Estado. Por el contrario, durante dicho período se


constituyeron mil treinta y nueve sociedades en comandita por acciones, que no
estaban sometidas a tal autorización, habiéndose observado la proliferación de
estas sociedades con socios comanditados insolventes que, en esa época y
según el autor mencionado, eran muy fáciles de encontrar. Dicha situación se


revirtió luego de la sanción de la ley del 24 de julio de 1867, multiplicándose el


número de sociedades anónimas y casi desapareciendo las sociedades en
comandita por acciones.

Un fenómeno parecido ocurrió en nuestro país, con la diferencia de que la


autorización estatal y el número mínimo de diez accionistas subsistió hasta el
año 1972 en que fue dictada la ley 19.550, habiéndose constituido entre 1960 y
1971 la cantidad de veintisiete mil novecientas noventa y cuatro sociedades en
comandita por acciones, y de allí hasta el año 1980 solo cuatrocientas cuarenta
y cinco, según estadísticas del por entonces Juzgado Nacional de Primera

67 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Instancia en lo Comercial de Registro, a cargo del Registro Público de Comercio.
Por su parte, de veintiséis mil trece sociedades anónimas constituidas desde
1960 a 1971, pasaron a constituirse veintiséis mil seiscientas treinta y una desde
los años 1972 a 1980.

Por otro lado, la no menos excepcional característica de la sociedad anónima,


cuyo capital se representaba en títulos valores negociables y al portador, la cual
fue considerada como uno de los mayores logros del régimen de las sociedades
anónimas, fue utilizada reiteradamente y desde casi la misma incorporación de
las sociedades anónimas a nuestro ordenamiento mercantil con fines
fraudulentos y extrasocietarios, a punto tal que en nuestro país las Memorias del
Cuerpo de Inspectores de Sociedades Anónimas (organismo que había sido
creado en 1893 para fiscalizar el funcionamiento de las sociedades anónimas
concesionarias de servicios públicos o beneficiarias de privilegios otorgados por

OM
el Estado) y el Mensaje de Elevación al Congreso de la Nación del 5 de
noviembre de 1894 que acompañaba al Proyecto de Ley de Creación de la
Inspección de Sociedades por Acciones, informaban que la finalidad de la
constitución de sociedades anónimas en nuestro país no era la realización de un
emprendimiento comercial con fuertes inversiones de capital, sino la posibilidad
de especulación con los títulos representativos de acciones, habiéndose
advertido que de las cuatrocientas sociedades anónimas que existían en nuestro
.C
medio, la gran parte de ellas funcionaba en forma irregular, constituidas para
lanzar un nuevo papel en la plaza. Se decía expresamente en dicho Mensaje: "...
La especulación era en general el único fin de la mayoría de estas sociedades
en el país".
DD

Finalmente, y sin pretender agotar la enumeración de los abusos a que se


prestaba la utilización de las sociedades, el no menos excepcional beneficio del
carácter de sujeto de derecho de ellas contribuyó a la proliferación de las
sociedades anónimas en particular, pues mediante el uso indebido e ilícito de la
LA

técnica societaria se lograba violar la ley y perjudicar los derechos de terceros.


Basta un simple repaso de la jurisprudencia de nuestros tribunales, cualquiera
que sea su competencia, para demostrar que ellos debieron reiteradamente
poner límites al remanido recurso de valerse de sociedades para ocultar otro tipo
de relaciones jurídicas, realizar actividades fraudulentas o para esconder a los
FI

verdaderos dueños del negocio.




§ 3. LAS TENDENCIAS DEL SIGLO XX Y LAS TENDENCIAS ACTUALES EN MATERIA DE


DERECHO DE LAS SOCIEDADES

La primera de las tendencias abandonada durante la primera mitad del siglo


XX fue la de reunir en un solo cuerpo normativo todas las leyes dedicadas al
comercio. Tal tendencia fue denominada por la doctrina como de "dispersión" o
de "descodificación", lo que significaba que las nuevas previsiones que
reclamaba el comercio no se incorporaban a la legislación mercantil a través de
la reforma del respectivo Código, sino a través de leyes complementarias

68 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


algunas veces o derogatorias otras, sin resultar posible acudir a una
actualización de los viejos artículos mediante su nueva redacción. De esa
manera se sancionaron en nuestro país las leyes 11.380 sobre sociedades
cooperativas agrícolas, 11.388 de sociedades cooperativas, ambas de 1926; la
ley 11.645 de sociedades de responsabilidad limitada, en 1932, el dec.-ley
15.349/1946 de reglamentación de las sociedades de economía mixta, etcétera,
la ley 17.318 que incorporó a las sociedades anónimas con participación estatal
mayoritaria, etc., hasta llegar en el año 1972 a la ley 19.550, que sustituyó
íntegramente toda la normativa que sobre sociedades comerciales preveía el
Código de Comercio y es la ley que, con importantes reformas parciales (leyes
22.903 y 26.994), nos rige actualmente.

De todas ellas, ocupa un lugar destacado la aparición de las sociedades de


responsabilidad limitada a fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX,

OM
pretendiendo responder el legislador a necesidades de la práctica no bien
atendidas por los tipos societarios existentes hasta ese momento, tratándose de
buscar la forma jurídica idónea para la regulación de actividades empresariales
llevadas a cabo por un número reducido de personas, generalmente vinculadas
por lazos familiares o de amistad, sin quedar por ello sometidas al severo
régimen de responsabilidad por las deudas sociales, típico de las sociedades
personalistas y tampoco a la rigidez propia de la normativa de las sociedades
.C
anónimas.

La ley 19.550 del año 1972 adaptó la legislación societaria argentina a las más
modernas, plasmando en aquel entonces las tendencias vigentes en el mundo
DD

en materia de derecho societario, intentando corregir los abusos a que había


llevado la mala utilización de la técnica societaria.

Las principales características de la ley 19.550 son las siguientes:


LA

1. Reafirmación del carácter contractual de las sociedades, incluidas dentro


de la categoría de contrato de organización a diferencia de los contratos de
cambio. Tal reafirmación se consideró necesaria para evitar la inclusión de la
sociedad en la teoría de la "institución", a la cual adhirió el Código Civil italiano
de 1942.
FI

2. Reconocimiento de la calidad de sujeto de derecho que la sociedad reviste,


adoptando la posición más evolucionada en punto a la personalidad jurídica, la
cual considera a la sociedad como una realidad jurídica que la ley reconoce como
medio técnico para que todo grupo de individuos pueda realizar el fin lícito que


se propone. Como contrapartida, y a efectos de evitar que ese recurso técnico


sea empleado para fines que excedan las razones de su regulación, como la
práctica había demostrado sobradamente, se incorporó a nuestra legislación la
doctrina de la desestimación de la personalidad jurídica o del disregard of legal
entity, magníficamente elaborada por la doctrina y jurisprudencia anglosajonas.
Cabe recordar que a esa fecha (1972), el ambiente jurídico se había
entusiasmado por la aplicación de la doctrina de la desestimación de la
personalidad jurídica en el célebre caso "Cía. Swift de La Plata SA s/quiebra",
que había dejado al desnudo las prácticas desleales de los grupos societarios
en perjuicio de los verdaderos acreedores de la sociedad.

69 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


3. Se incorporaron a la legislación societaria normas referidas a la
documentación y contabilidad, que tienden a complementar con carácter general
para todas las sociedades lo dispuesto para el comerciante general por el Código
de Comercio.

4. Se previeron expresas normas sobre la fusión y escisión de sociedades


como fenómenos contemporáneos de indudable trascendencia a los fines de la
reorganización de la empresa.

5. Se receptó la vasta experiencia judicial y los importantes antecedentes


doctrinarios sobre intervención judicial de las sociedades.

6. Se amplió el régimen de las sociedades de responsabilidad limitada para


cubrir precisamente el campo de actividades que resulta de inadecuada

OM
adaptación al esquema más complejo de la sociedad anónima, en forma
coherente con la intención del legislador de mantener dentro de la regulación de
los distintos tipos societarios una correlación y adecuación entre la estructura
técnica y la realidad económica.

Sin embargo, fue en materia de sociedades anónimas donde el legislador de


1972 caló más hondo en sus reformas, por la creciente trascendencia que esta
.C
clase de sociedades tiene para el desarrollo económico del país, aclarando
expresamente la posibilidad de una reforma en un futuro más o menos inmediato,
atento a la rápida evolución y adecuación a un estadio económico social más
evolucionado, como lo ha demostrado la experiencia francesa, cuya legislación
DD

societaria de 1867 fuera reemplazada por la ley de 1966; la ley inglesa de 1948,
parcialmente reformada en 1967; la ley alemana de 1937, presentada en su
tiempo como un modelo de organización legislativa, que debió ser reemplazada
en 1965, etcétera.
LA

Las ideas directrices seguidas por el legislador de 1972 para la reforma del
régimen de las sociedades anónimas fueron las siguientes:

a) Introducción del sistema normativo en la constitución, derogando el anterior


sistema de la autorización.
FI

b) Distinción de las sociedades en "cerradas" y "abiertas" para regular el


contralor de su funcionamiento según la sociedad recurra al ahorro público,
exceda de cierto capital o tenga un objeto determinado (bancos, seguros).


c) Protección del accionista en el ejercicio cabal de sus derechos,


sea individualmente o como integrante de una minoría. En tal sentido, se
incorporó a la legislación de las sociedades el derecho de preferencia y de
acreedor, así como el uso del voto acumulativo para elegir a los integrantes de
los órganos de administración y fiscalización, mejorándose sensiblemente la
reglamentación del derecho de receso y de impugnación de acuerdos sociales.

d) Organización y reglamentación del directorio para asegurar a la sociedad


permanencia en la administración y libertad para adecuarla a sus necesidades,

70 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


completado con un régimen de responsabilidad que busca ser incentivo eficaz
para una administración prudente.

e) Reestructuración de la sindicatura, atento a su inoperancia durante la


vigencia del Código de Comercio e incorporación a la legislación societaria del
consejo de vigilancia para el control de la gestión del directorio, con algunas
facultades de administración.

Por el contrario, y sobre la corriente en el derecho contemporáneo de


incorporar las acciones sin valor nominal en uso en los Estados Unidos, los
legisladores de 1972 se pronunciaron negativamente, así como también
adoptaron tal criterio ante la iniciativa de incorporar a la legislación societaria al
contrato de sindicación de acciones, para consagrar su legitimidad.

OM
Si se repara en el derecho comparado, puede observarse que las reformas a
la legislación societaria en la República Argentina fueron casi las mismas que
justificaron la modificación de las normas que sobre sociedades incorporaba el
Código de Comercio de España de 1885 por parte de la Ley de Sociedades
Anónimas de 1951, cuyos especiales logros, a juicio del profesor Rodrigo Uría
fueron la protección de la integridad y realidad del capital social, exigiendo al
momento de la fundación de la sociedad la suscripción total de las acciones y el
.C
desembolso del 25% de su valor, lo cual fue receptado por la ley argentina de
1972. Del mismo modo, la Ley de Sociedades Anónimas española de 1951
reconoció explícitamente el derecho de suscripción preferente para los socios e
inauguró un sistema legal de impugnación de acuerdos sociales, regulado
DD

cuidadosamente en su doble aspecto sustantivo y procesal. Finalmente, y sin


pretender agotar la enumeración de las ventajas de una ley que fue modelo de
su tiempo, ella incorporó la fusión de sociedades anónimas.

Pero como bien lo anticiparon los legisladores argentinos de 1972, los


LA

doctores Isaac Halperin, Horacio Fargosi, Gervasio Colombres, Enrique Zaldívar


y Carlos Odriozola, la ley 19.550 exigió importantes reformas a solo diez años
de su vigencia, sancionándose en el año 1982 la ley 22.903, que fue
consecuencia de importantísimos aportes jurisprudenciales y doctrinarios,
obtenidos estos últimos en trascendentes eventos científicos ("Primer Congreso
FI

Nacional de Derecho Societario", La Cumbre, Córdoba, 1977; "Segundo


Congreso Nacional de Derecho Societario", Mar del Plata, 1979; "Primeras
Jornadas Nacionales de Derecho Societario", Buenos Aires, 1978; "Segundas
Jornadas Nacionales de Derecho Societario", Buenos Aires, 1981), que
recogieron las más modernas tendencias en materia de derecho societario.


En tal sentido, las reformas más importantes efectuadas por la ley 22.903 a
la ley 19.550 fueron las siguientes:

a) Consagración de la doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica,


imputando a los socios y controlantes de la sociedad y responsabilizándolos en
forma solidaria e ilimitada por las consecuencias de toda actuación de la
sociedad que persiguiera la consecución de fines extrasocietarios o constituyera
un recurso para violar la ley, la buena fe, el orden público o los derechos de
terceros.

71 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


b) Admisión del instituto de la regularización de las sociedades no constituidas
legalmente, a los fines de rescatar una fuente de producción y trabajo y evitando
que su disolución y liquidación fuera su fin inexorable.

c) Incorporación de las sociedades en formación, que hasta esa fecha habían


sido asimiladas a las sociedades irregulares y, de hecho, por la sola
circunstancia de no estar definitivamente inscriptas en el Registro Público de
Comercio.

d) Flexibilización del régimen de las sociedades de responsabilidad limitada,


con originales métodos de adopción de acuerdos sociales, soluciones que no
encontraron eco entre nuestros comerciantes y empresarios. Sin embargo, la
rigidez adoptada por la ley 22.903 en la adopción de las mayorías para la reforma
del contrato social, cuando uno de los socios tuviera el voto mayoritario, así como

OM
las deficiencias en materia de derecho de receso y protección de las minorías
ante el aumento del capital social, deslucieron las modificaciones efectuadas a
este tipo societario, que no pudo convertirse en el modelo ideal para la
constitución de pequeñas o medianas empresas.

e) Incorporación legislativa de las acciones escriturales que no se representan


en títulos y de los certificados globales para las sociedades autorizadas a la
.C
oferta pública de sus acciones y para su inscripción en los regímenes de depósito
colectivo.

f) Incorporación de un capítulo sobre contratos de colaboración societaria,


DD

legislando expresamente sobre las agrupaciones de colaboración y uniones


transitorias de empresas. Este aspecto de la reforma al texto original de la ley
19.550 implicó una verdadera incongruencia, pues si el mismo texto legal
prescribía que no eran sociedades ni tenían personalidad jurídica, ¿qué sentido
tuvo incorporarlas a una ley especialmente dedicada a reglamentar la
LA

constitución y funcionamiento de sociedades? Acertadamente, el Código Civil y


Comercial de la Nación incorporó un capítulo específico para los contratos
asociativos (arts. 1442 a 1478), derogando consecuentemente la ley 26.994 el
capítulo III de la ley 19.550, que se refería a ellos.
FI

Puede afirmarse —más allá de alguna crítica puntual—, que las reformas
efectuadas por la ley 22.903 a la Ley de Sociedades Comerciales fueron
recibidas con beneplácito por la doctrina nacional, pues se limitaron a recoger la
experiencia de la ley 19.550 a diez años de su vigencia, corrigiendo aquellos
aspectos que en su aplicación habían demostrado insuficiencia, irrealidad o


demasiado conceptualismo por parte de los legisladores de 1972. Por otra parte,
los redactores de la ley 22.903 no se deslumbraron por soluciones extranjeras ni
pretendieron imponer aquello que la doctrina ha calificado como el mayor de los
pecados de los juristas, esto es, el exceso de abstracción que los aleja de las
realidades sociales, como aconteció con posteriores proyectos de reformas
legislativas al régimen societario, que afortunadamente nunca fueron convertidos
en ley.

En cuanto a las sociedades denominadas civiles, esto es, aquellas previstas


en los arts. 1648 a 1788 bis del derogado Cód. Civil, su amplio y detallado

72 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


régimen no fue casi modificado, y la cuestionable permisión de constituir
sociedades con objeto civil, bajo los moldes de la ley 19.550, con las
responsabilidades más acotadas para sus integrantes, hizo mermar
considerablemente el número de sociedades civiles constituidas en nuestro país,
a pesar de que la ley 17.711 —de reformas al Código Civil— aportó valiosas
soluciones para alentar su existencia (sobre nulidad de cláusulas leoninas, art.
1654; e inclusión del valor llave en el pago de las sumas que la sociedad adeuda
a sus socios o herederos en caso de resolución parcial del respectivo contrato,
art. 1788 bis), que no obstante fueron insuficientes para frenar la decadencia en
que había incurrido este tipo societario.

Finalmente, en el año 2014 se produjo un fenómeno jurídico en la República


Argentina, de enorme trascendencia y vastísimos alcances, como fue la sanción
de la ley 26.994, que sancionó el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación

OM
unificando en un solo cuerpo al derecho civil y comercial. Dicha regulación obligó
a modificar el régimen societario, pues como consecuencia de la unificación del
derecho privado, quedó derogado el extenso régimen de las sociedades civiles
previsto en los derogados arts. 1648 a 1788 bis del Cód. Civil, de modo que todo
el derecho de las sociedades quedó concentrado fundamentalmente en la ley
19.550, que pasó a denominarse "Ley General de Sociedades", con vigencia a
partir del 1 de agosto de 2015.
.C
Dicha reforma no se limitó a derogar el régimen de las sociedades civiles, sino
que además incorporó a nuestra legislación a las denominadas "sociedades
unipersonales", muy reclamadas por la comunidad empresaria, y se modificó
DD

sustancialmente el régimen de las sociedades irregulares y de hecho (sección IV


del capítulo I de la ley 19.550), que fue reemplazada por un régimen mucho
menos riguroso, acotándose la responsabilidad de sus integrantes y
permitiéndoseles invocar el contrato entre sí y frente a terceros, así como adquirir
bienes registrales a su nombre. También se eliminó de la legislación societaria a
LA

las sociedades accidentales y en participación, lo cual constituyó a nuestro juicio


un error, producto de identificar a las sociedades accidentales —que sí son
sociedades— del negocio en participación, que no reviste carácter corporativo.
FI

§ 4. LAS TENDENCIAS ACTUALES EN EL DERECHO SOCIETARIO




Efectuado un brevísimo panorama de nuestro ordenamiento legal societario,


corresponde destacar y analizar cuáles son las tendencias actuales en materia
de regulación del derecho de las sociedades en general y anónimas en particular.

4.1. La tendencia a la armonización de las legislaciones societarias

73 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Durante la última década del siglo XX y primera década del siglo que corre, se
advirtió en el derecho en general y en el derecho societario en particular un
proceso de globalización determinado por acuerdos internacionales y sucesivos
procesos de integración regional que se vienen produciendo en distintas partes
del planeta; puede afirmarse que esta tendencia se encuentra en franca
decadencia, pues nada bueno supuso para el derecho argentino y para sus
habitantes la importación de normativa proveniente de legislaciones extranjeras
que, en definitiva, importa un grave desmedro a la soberanía nacional. No
obstante, nos referiremos brevemente a ese fenómeno.

La tendencia a la internacionalización de la normativa societaria surgió como


consecuencia de la creación de mercados comunes, lo cual ha llevado, incluso
como una necesidad para el funcionamiento efectivo del sistema, a la
organización de entes ideales uniformes, como lo ilustra el esfuerzo europeo de

OM
hallar un adecuado estatuto tipo para la sociedad anónima, dictando directivas
además para la uniformidad del régimen de las sociedades comerciales en
general y de las anónimas en particular.

Este trascendental proceso que tuvo su origen en el Tratado de Roma de


1958, punto de partida de la Comunidad Económica Europea, se caracteriza,
entre muchos otros aspectos, por el dictado de directivas comunitarias para
.C
todos los países miembros y su adopción en las respectivas legislaciones
internas, a los efectos de armonizar las legislaciones y eliminar las asimetrías
que se presentan entre ellas.
DD

Precisamente, la armonización legislativa entre los firmantes del Tratado de


Asunción constituye uno de los objetivos más trascendentes del Mercosur, a
punto tal que el art. 1º de dicho instrumento dispone que el mercado común
implica el compromiso de los Estados parte de armonizar sus legislaciones en
las áreas pertinentes para fortalecer el proceso de integración.
LA

Pero debe quedar en claro que armonizar no es sinónimo de uniformar todas


las legislaciones de los Estados que forman parte del proceso de integración,
sino que, y específicamente en materia societaria, armonizar supone la
coordinación de las legislaciones para hacer equivalentes las garantías de los
FI

socios, acreedores y terceros. En tal sentido, revisten especial interés las


directivas de la Unión Europea en materia de sociedades, que han reparado
precisamente en aquellos aspectos de la legislación societaria que es preciso
uniformar como, por ejemplo, las normas referidas a la registración de actos
societarios y publicidad financiera de las sociedades (directiva 1ª); la protección


del capital social en las sociedades anónimas (directiva 2ª); los procedimientos
de fusión y escisión de sociedades (directivas 3ª y 6ª); la armonización en la
exposición de las cuentas anuales y de las cuentas consolidadas del grupo
(directivas 4ª y 7ª); la estructura de las sociedades anónimas y sus órganos
(directiva 8ª); de la publicidad de las sucursales (directiva 11); de las personas
encargadas del control contable (directiva 8ª), y de las transparencias de los
mercados de capitales (directiva 13).

Las directivas constituyen un método o mecanismo que tiene como finalidad


alcanzar una afinidad jurídica sustancial o una equivalencia de resultados

74 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


normativos que produjo como resultado más importante la sanción de la Ley de
Sociedades Anónimas de España del año 1989, y de Responsabilidad Limitada
del año 1995, que receptó la directiva 12 del 21 de diciembre de 1989 sobre
sociedades de responsabilidad limitada en un solo socio.

En cuanto a la legislación societaria entre los países del Mercosur, no existen


entre ellos diferencias significativas, y si bien son fácilmente comparables y
compatibles para lograr un derecho homogéneo, nada de ello ha ocurrido en la
realidad, y en el plano de las propuestas tendientes a armonizar o unificar las
legislaciones de los países integrantes del Mercosur se han señalado diversas
alternativas, sin desechar la posibilidad de que desde los propios órganos del
Mercosur se sugirieran pautas con objetivos destinados al logro de la armonía
en materia de sociedades comerciales, aun cuando el método de las directivas
resulta de difícil aplicación, por cuanto el Tratado de Asunción no ha considerado

OM
la supranacionalidad del Mercosur.

La primera alternativa es la concepción de un tratado internacional, análogo al


contenido en el Estatuto de Empresas Binacionales Argentino-Brasileñas y, en
tal contexto, introducir un estatuto modelo o estatuto tipo para las distintas formas
societarias aceptadas por las legislaciones. También se ha sugerido como
segunda alternativa, en el marco de una cooperación transnacional, la creación
.C
de una figura contractual amplia para unificar las formalidades de los contratos
de colaboración empresaria.

Hasta el presente, en cumplimiento del proceso de integración y armonización


DD

de las leyes, y en materia societaria, deben destacarse los Tratados de


Montevideo de 1889 y 1940 y, fundamentalmente, la Convención Interamericana
sobre Conflicto de Leyes en Materia de Sociedades Mercantiles (CIDIP-II) de
Montevideo de 1979, que también fue ratificada por Guatemala, México, Perú y
Venezuela, así como por los países signatarios del Mercosur, que reguló sobre
LA

la ley aplicable a la existencia, capacidad, funcionamiento y disolución de las


sociedades de los países signatarios y su actuación en estos.
FI

4.2. La unificación legislativa del derecho de las sociedades

Otra de las grandes tendencias actuales en materia de derecho societario es




su unificación legislativa para evitar la coexistencia de ordenamientos civiles y


comerciales sobre las mismas materias. Tal tendencia, que data de principios
del siglo XX, encontró recepción legislativa en el Código suizo de las
Obligaciones de 1933, el Código polaco de las Obligaciones de 1936, el Código
Civil italiano de 1942 y en nuestro continente en el Código Civil paraguayo de
1987.

Esta tendencia a la unificación legislativa proviene también del sistema


angloamericano, fundado en el Common Law y en diversas leyes especiales,
que no distinguen entre comerciantes y no comerciantes.

75 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En nuestro país, el "Primer Congreso Nacional de Derecho Comercial",
celebrado en Buenos Aires en el año 1940, se inclinó decisivamente por la
unificación legislativa, siendo incluso propuesta del jurista Mauricio Yadarola la
redacción de un Código único de las relaciones económicas.

Contribuyó a esas iniciativas el proceso de comercialización de la actividad


conocida tradicionalmente como civil, como la actividad agrícola, agropecuaria o
ganadera, que se estructura bajo la forma de sociedades comerciales, pudiendo
concluirse que el esquema de la sociedad civil había quedado reservado
exclusivamente para las profesiones liberales.

Es importante destacar que hasta la sanción del Código Civil y Comercial de


la Nación, mediante ley 26.994 del año 2014, el intento más serio producido en
nuestro país de unificar la legislación civil y comercial en general y societaria en

OM
particular fue el Proyecto de Unificación Civil y Comercial de 1987, que refundió
el Código de Comercio (que se derogaba) con el Código Civil en un solo cuerpo
normativo, iniciativa que fue sancionada por el Honorable Congreso de la Nación,
pero luego vetada por el Poder Ejecutivo nacional. Sus principales errores fueron
la poca adaptación de la legislación extranjera fundamentalmente consultada por
sus redactores (la legislación suiza) a nuestras costumbres mercantiles, lo cual
constituyó, al menos como técnica legislativa, un gravísimo error. Del mismo
.C
modo, las sustanciales modificaciones al concepto de personalidad jurídica,
totalmente ajenas a nuestra arraigada tradición legal, anejaba el riesgo de
desatar tempestades en aguas que gozaban de relativa calma. Por otra parte, la
laxitud con que fueron reguladas las "simples sociedades" en los nuevos arts.
DD

1652 a 1680 podía convertirse en una fuente inagotable de pleitos y conflictos


en un medio no acostumbrado a la excesiva libertad de formas, al menos en el
negocio societario.

Por fin, en el año 2011 se sancionó el decreto 191/2011 por medio del cual el
LA

Poder Ejecutivo nacional encomendó a una Comisión la redacción de un


Anteproyecto de Código Civil y Comercial que, en su origen, no incluía la Ley de
Sociedades Comerciales. No obstante, dicha Comisión, integrada por los
reconocidos juristas nacionales Aída Kemelmajer de Carlucci, Ricardo Lorenzetti
y Elena Highton de Nolasco y auxiliada por una de las tantas subcomisiones
FI

creadas para asesorar a los integrantes de dicha Comisión, designó una


Subcomisión para estudiar la incidencia de la unificación del derecho civil y
comercial al régimen societario argentino, designando a tres juristas —Rafael
Manóvil, Efraín Hugo Richard y Horacio Roitman— quienes incorporaron al
Anteproyecto una serie de propuestas de reforma que excedía con creces la


necesidad de receptar en la normativa societaria a la sociedad unipersonal, y


buscar una salida a las sociedades civiles existentes, dado que serían eliminadas
del régimen legal.

Remitido el Anteproyecto al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, se


procedió a corregir y modificar el texto de dicho instrumento legal, eliminándose,
con mucha razón, algunas modificaciones a la ley 19.550 que nada tenían que
ver con la unificación del régimen de las sociedades civiles y comerciales, como,
por ejemplo, un extravagante sistema de arbitraje para la resolución de conflictos
societarios —algunas veces obligatorio— totalmente ajeno a nuestra tradición

76 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


judicial. Del mismo modo, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos
aprovechó para acotar algunas soluciones incorporadas al Anteproyecto, como,
por ejemplo, las sociedades unipersonales, que habían sido admitidas por la
Comisión sin ningún límite ni contrapeso. Con esas modificaciones y algún otro
agregado, se conformó lo que fue el Proyecto de Reforma remitido al Congreso
Nacional por el Poder Ejecutivo nacional.

Ya en órbita del Poder Legislativo, una Comisión Bicameral procedió a


celebrar, durante un lapso de aproximadamente un año, una serie de audiencias
públicas en todo el país, a los fines de receptar las iniciativas o las críticas
efectuadas al Anteproyecto y, finalmente, tanto el Senado de la Nación como la
Cámara de Diputados, siguiendo las directivas del Poder Ejecutivo, se ciñeron al
texto remitido por este, sancionando el Código Civil y Comercial a través de la ley
26.994, con vigencia a partir del 1 de agosto de 2015.

OM
Entre las principales modificaciones introducidas por la ley 26.994 a la ahora
denominada "Ley General de Sociedades" y entre otras, de menor alcance,
pueden señalarse las siguientes:

a) La incorporación de las sociedades unipersonales, cuya constitución solo


se admite para las sociedades anónimas, con expresa prohibición de una
.C
sociedad anónima unipersonal —o SAU— de integrar otra sociedad de esa
misma naturaleza, agregándosela al listado de las sociedades anónimas
controladas en forma permanente por el Estado (art. 299, ley 19.550).
DD

b) Se modificó el sistema de nulidades societarias en lo que respecta a la


atipicidad o a la omisión de requisitos esenciales no tipificantes del contrato
social.

c) En atención a los cambios producidos en el régimen patrimonial del


LA

matrimonio, se admitió que los cónyuges puedan integrar entre sí sociedades de


cualquier tipo y hasta sociedades no regularmente constituidas. Asimismo, se
modificaron las normas referidas a las sociedades constituidas en las que
participaren menores de edad, incapaces o con capacidad restringida, en
atención a las modificaciones efectuadas por el Código Civil y Comercial en la
FI

materia.

d) Se derogó el régimen de las sociedades civiles, las cuales pasarán a


regularse por las normas de los arts. 21 a 26 de la ley 19.550.


e) Se modificó sustancialmente el régimen de la irregularidad societaria,


siendo reemplazado el régimen anterior, de neto corte sancionatorio, a un
régimen mucho más benigno en materia de capacidad, oponibilidad del contrato
social y de responsabilidad de sus socios.

f) Se eliminó, como consecuencia de la incorporación de las sociedades


unipersonales a la ley 19550, el inc. 8º del art. 94 de la ley 19.550, que prescribía
la disolución de la sociedad por la reducción a uno del número de socios, y se lo
reemplazó por el nuevo art. 94 bis, para tornarlo coherente con la incorporación
de las sociedades unipersonales al nuevo régimen societario.

77 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


g) Se contempló la posibilidad de remoción de las causales de disolución
societaria, dando una nueva redacción al art. 100 de la ley 19.550.

h) Finalmente, se derogaron las normas dedicadas por la ley 19.550 a las


sociedades accidentales o en participación (arts. 361 a 366) y a los contratos
asociativos, que pasaron a regularse como un contrato más dentro del Código
Civil y Comercial de la Nación.

Pero además de las reformas introducidas a la ley 19.550, el nuevo Código


Civil y Comercial de la Nación introdujo una serie de disposiciones legales
referidas a toda clase de personas jurídicas (arts. 141 a 167, Cód. Civ. y Com.),
de carácter imperativo, que resultan obligatorias para cualquier persona de
existencia ideal, salvo que las legislaciones específicas consagren una solución
diferente, a través de otra norma imperativa o de orden público. De tal manera y

OM
como consecuencia de ello, cualquier tipo de sociedad podrá recurrir al régimen
de autoconvocatoria de los órganos de gobierno y administración o al sistema de
celebración de reuniones de órganos colegiados por medios electrónicos, temas
que la ley 19.550 no trata específicamente, así como la posibilidad de recurrir a
determinados mecanismos a los fines de superar los obstáculos que impidan a
los referidos órganos, en especial al órgano de gobierno de la sociedad, adoptar
decisiones (arts. 158 y 161, Cód. Civ. y Com.).
.C
DD

4.3. La legislación de las sociedades de un solo socio

La necesidad de preservar el patrimonio del único titular de la empresa,


llámese comerciante o empresario, de los imprevisibles avatares de los negocios
LA

concertados en una economía de alto riesgo ha originado tendencia mundial de


reconocimiento legal de las empresas individuales de responsabilidad limitada o
de las sociedades unipersonales o de un solo socio. En forma simultánea, se
propone la admisión de entidades individuales de responsabilidad limitada
creadas por otras sociedades, ya no con la finalidad apuntada de tutelar al
FI

empresario individual, sino para constituir filiales "cautivas" totalmente


controladas, como el modelo brasileño de las subsidiarias integrales previstas
por los arts. 251 a 253 de la ley 6404 de 1976.

Esta tendencia parte de la observación de la realidad práctica mercantil, según




la cual la mayor parte de las sociedades anónimas son constituidas o integradas


por un número muy reducido de socios o por una sola persona, sea física o
jurídica, lo cual acontece en las filiales nacionales de sociedades extranjeras.

Esa realidad demostró, como ya ha sido expuesto, que el molde de las


sociedades anónimas no fue totalmente aceptado como instrumento de
concentración de capitales, según la intención de nuestros codificadores, sino
también como técnica o instrumento para limitar la responsabilidad del
comerciante o empresario. Y entonces, de requerir el ordenamiento legal la
existencia de diez accionistas como requisito indispensable para la constitución

78 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


y funcionamiento de las sociedades anónimas, como era previsión de nuestro
Código de Comercio, vigente hasta el año 1973, se pasó a solo dos accionistas,
a tenor de lo dispuesto por el art. 1º de la ley 19.550, para receptarse en el
derecho comparado y finalmente en el derecho argentino, como consecuencia
de la sanción del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, la posibilidad de
constituir una sociedad con un solo socio, lo cual y a mi juicio resulta incompatible
con el principio de la "pluralidad de personas" que es la base conceptual del
contrato de sociedad.

Dos han sido, en el derecho comparado, las corrientes que han receptado la
hipótesis de limitar el riesgo del empresario individual: a) aquellas que han
legislado la "empresa individual de responsabilidad limitada" (el "Anstalt" del
Principado de Liechtenstein; la ley 1034 de 1983 del Paraguay), y b) la inclusión
dentro de esta alternativa de una ley de sociedades, legislándose de tal manera

OM
la "sociedad de un solo socio". Esta ha sido la metodología más utilizada en el
derecho comparado, en especial luego de la directiva 12 del Consejo, del 21 de
diciembre de 1989, cuando se advierte el afianzamiento del instituto en la
Comunidad Europea, directiva que se refiere básicamente a la sociedad de
responsabilidad limitada en sus distintas versiones nacionales, pero sus
disposiciones pueden ser aplicadas cuando un Estado miembro admita también
para la sociedad anónima la forma unipersonal.
.C
Puede compartirse la afirmación de que la responsabilidad patrimonial de la
sociedad hacia terceros no se robustece con la pluralidad de socios, sino que
ello es función de su capital social, garantía de los acreedores y del mercado, y
DD

desde ese punto de vista, la admisión de la sociedad unipersonal no ofrece


mayores reparos. Pero la cuestión no es tan sencilla, pues el gran inconveniente
que ofrece legislar sobre la empresa individual de responsabilidad limitada como
forma societaria lo constituye el utilizar una técnica prevista para una pluralidad
de personas que no resulta adaptable al ejercicio individual del comercio, pues
LA

la unipersonalidad afectará el funcionamiento orgánico de la entidad, que es


característico del negocio societario, así como la adopción de los acuerdos
sociales, que se transformarán en una simple declaración de voluntad del único
socio, eliminándose también el concepto del affectio societatis y del interés
social. Por otra parte, de no preverse un sistema riguroso de controles internos
FI

y externos, acompañado de una reforma al Código Penal, se estaría poniendo


en manos de comerciantes y empresarios inescrupulosos, que lamentablemente
sobran, un instrumento de fraude que permitiría con facilidad trasladar la
propiedad de los bienes sociales de una sociedad a otra, por la simple voluntad
de su único socio.


En nuestro país, el Proyecto de Unificación de la Legislación Civil y Comercial


de 1987, el Anteproyecto de Modificación de la Ley de Sociedades Comerciales
de 1993 y el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (ley 26.994) adoptaron
esta última metodología, aceptando nuestro nuevo ordenamiento de derecho
privado la sociedad unipersonal, que debe estar constituida bajo el molde de una
sociedad anónima —bien que sometida a las características de las compañías
incluidas en el art. 299 de la ley 19.550—y siempre que el único socio sea una
persona física.

79 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


No creemos que esta solución aporte mayor seguridad al tráfico mercantil ni
mayor transparencia a la celebración de negocios en la República Argentina. La
experiencia demostró sobradamente que la existencia de sociedades en las
cuales un solo socio reunía la casi totalidad de las participaciones societarias no
alentó al desarrollo del comercio y de la industria, sino que constituyeron
subterfugios para ocultar bienes, evitar el pago de impuestos, eludir
responsabilidades y fundamentalmente frustrar los derechos de terceros. La
sociedad de un solo socio solo fue anhelo de cierta doctrina, muy proclive a
defender los intereses empresarios y corporativos, en desmedro de los terceros
en general, siempre víctimas de las instituciones que provienen del mundo
empresario. La proliferación de las sociedades off shore, provenientes de
paraísos fiscales ubicados en todo el planeta son, conceptual y prácticamente,
sociedades de un solo socio, y los devastadores efectos de su actuación están
a la vista. Afortunadamente, las reformas efectuadas a la ley 19.550 por la ley

OM
26.994, si bien aceptaron las "sociedades unimembres", como han sido
denominadas, las han sometido a estrictísimos controles, tanto estatales como
privados, incluyéndolas dentro de aquellas sociedades sometidas al control
estatal permanente por el art. 299 de la ley 19.550. De manera tal que, obligadas
dichas sociedades a contar con un directorio y sindicatura de tres miembros
como mínimo, las sociedades anónimas unipersonales solo podrán ser
constituidas por los grandes grupos empresarios nacionales como extranjeros,
.C
lo que disminuye notoriamente la posibilidad de fraude y las consumaciones de
todo tipo de perjuicios para aquellas personas vinculadas, directa o
indirectamente, con la referida sociedad.
DD

4.4. La concentración empresaria o los grupos de sociedades


LA

El fenómeno del agrupamiento empresario es una consecuencia de la


evolución del capitalismo moderno y obedece a la necesidad de unificar la
conducción y decisión para lograr un mejor aprovechamiento de los elementos
integrativos de las empresas agrupadas, en un marco de coordinación y
FI

colaboración que puede asumir formas de estructura societaria o contractual.

Pueden señalarse dos razones fundamentales para explicar los motivos de la


concentración empresaria:


a) Una finalidad de colaboración o cooperación en un ámbito donde las


sociedades agrupadas se encuentran en un plano de igualdad y no
subordinación.

b) Un motivo de control, dominación o subordinación en donde todas las


empresas agrupadas se someten a una dirección unificada, prevaleciendo el
dominio del más fuerte por el ejercicio de la desnivelación económica.

Es importante insistir en que la concentración responde a leyes objetivas de


comportamiento económico, por lo que la intervención en el proceso buscando

80 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la reglamentación legal ha sido el criterio predominante en las legislaciones
societarias, pues sin negar las distorsiones y los efectos negativos que de la
concentración puede inferirse, no puede negarse que mediante fórmulas legales,
adecuadas y justas, este fenómeno es capaz de brindar aportes positivos a una
sociedad determinada, porque la valoración axiológica no está dada en las cosas
o en los fenómenos por sí mismos, sino en cuanto los emplea o utiliza el hombre
según sus objetivos y finalidades.

4.5. La necesaria diferenciación entre sociedades anónimas cerradas y


abiertas

OM
La utilización del esquema de las sociedades anónimas para cualquier
emprendimiento constituye un fenómeno que no es propio ni característico de la
República Argentina. En España, por ejemplo, la doctrina distingue no solo entre
sociedades anónimas abiertas y cerradas, sino que también se hace presente la
sociedad anónima familiar, la cual, como ha sido advertido por autorizada
doctrina de ese país, modifica de manera notable el modelo legal regulado en la
.C
Ley de Sociedades Anónimas.

La ley 19.550 intentó diferenciar entre una y otra clase de sociedad anónima
estableciendo para las sociedades abiertas un control permanente en su
DD

funcionamiento y ciertas pautas especiales de funcionamiento interno, pero ello


resultó manifiestamente insuficiente. Por su parte, la ley 22.903 intentó evitar la
proliferación de sociedades anónimas cerradas, modificando y simplificando
sustancialmente el régimen de las sociedades de responsabilidad limitada, sin
tener éxito en su emprendimiento, pues por razones de variada gama, los
LA

comerciantes prefieren utilizar el molde de la sociedad anónima por más que su


organización y funcionamiento resulte más complejo y oneroso.

Sin perjuicio de señalar que la fijación de un significativo capital social mínimo


para las sociedades anónimas puede constituir un eficaz remedio para evitar la
FI

creación de sociedades anónimas para pequeños o medianos emprendimientos,


considero que carece de todo sentido ignorar este raro fenómeno, debiendo
profundizarse las diferencias entre una y otra clase de sociedades anónimas.

El Anteproyecto de Reformas de la Ley de Sociedades Comerciales, del año




1993, que no obtuvo tratamiento legislativo, si bien advirtió la necesidad de


legislar de esa manera, cometió el gravísimo error de intentar transpolar a la
República Argentina un proyecto de reformas de la Ley de Compañías de Nueva
Zelanda, elaborado en el año 1989, totalmente extraño a nuestras tradiciones
comerciales y jurídicas. Se trataba de lo que los redactores del Anteproyecto
denominaron como "sociedad anónima simplificada", que se destacaba
precisamente por permitir a estas sociedades emitir acciones sin valor nominal,
distribuir dividendos sin que ellos resulten de ganancias realizadas y líquidas,
pagaderos en forma mensual o semanal, permisión de compra de las propias
acciones por la sociedad, asistencia financiera por ella a terceros para la compra

81 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de acciones de la compañía, y otras no menos originales soluciones
incompatibles con normas legales vigentes y contrarias al actual orden público
societario.

Los redactores de la ley 19.550 no tuvieron el menor reparo, cuando


suscribieron la exposición de motivos y refiriéndose a las sociedades
accidentales o en participación, en reconocer que habían debido aceptar
concepciones netamente argentinas que juzgaron conveniente conservar. Tan
digna manera de pensar, lamentablemente no compartida por los proyectos de
reforma de 1987 y 1993, es la que debe tenerse en cuenta para distinguir entre
sociedades anónimas abiertas y cerradas en una próxima y necesaria reforma
de nuestro ordenamiento societario, admitiendo para las sociedades anónimas
cerradas la aplicación de las normas sobre resolución parcial y simplificando
considerablemente los requisitos de convocatoria y funcionamiento de los

OM
órganos colegiados.

4.6. El fortalecimiento del concepto del capital social


.C
A diferencia de las corrientes de opinión que han relativizado o menoscabado
la importancia del capital social en las sociedades, al cual han calificado como
"dato carente de realidad", la tendencia mayoritaria en la doctrina nacional y
DD

extranjera, así como en las modernas legislaciones contemporáneas, tiende a


fortalecer el concepto del capital social y la prueba de ello la constituye la
directiva 2ª del 13 de noviembre de 1976 emanada de la Comunidad Económica
Europea que entre otros temas reguló precisamente sobre la protección de este
dato de indispensable inclusión en el estatuto, requiriendo la existencia de un
LA

capital social mínimo, la garantía de efectividad en la constitución de la entidad


y la garantía de integridad del referido capital así como la expresa prohibición de
repartir dividendos ficticios, etcétera.

La tesis que, como hemos visto, tiende a relativizar el concepto del capital
FI

social, olvida que en las sociedades anónimas dicho capital es la contrapartida


de la limitación de la responsabilidad, pues los socios lo afectan a la garantía de
los compromisos que la sociedad contraerá respecto de terceros.

Nuestra ley 19.550 ha dispuesto, a los fines de asegurar la función de garantía




que cumple el capital social, una serie de normas que tienden a preservar su
intangibilidad (arts. 32, 53, 68, 71, 186, 202, 205 y 206), intangibilidad que
precisamente el legislador ha consagrado en resguardo y protección de los
terceros y de los propios accionistas a través de disposiciones de evidente orden
público.

Ahora bien, dichas normas han sido insuficientes para asegurar a los terceros
la función de garantía que debe necesariamente cumplir el capital social, pues
todas esas normas de protección pierden sentido cuando nuestra legislación ha
prescindido en absoluto de dictar disposiciones de carácter general por las

82 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


cuales se establezca la exigencia de que el valor del capital social sea el
adecuado a la naturaleza del objeto social, a pesar de que algunos fallos
judiciales consagraron pretoriamente esa exigencia y que se encuentra
normativamente prevista en otros cuerpos legales.

El art. 186 de la ley 19.550 adopta un criterio sumamente discutible en el


sentido de que requiere un capital social inicial para las sociedades anónimas de
$100.000, que se considera inadecuada si se repara en que el molde de las
sociedades anónimas no fue reservado para pequeños emprendimientos.

Las consecuencias de tal contradicción están a la vista: abarrotamiento de


quiebras de sociedades anónimas o de responsabilidad limitada con pasivos
millonarios que giraban alegremente con el capital social mínimo, lo cual influye
negativamente en el crédito, nervio y motor del comercio, en la medida en que

OM
los principales perjudicados por las falencias apuntadas son los acreedores
quirografarios del ente que no pueden exigir garantías complementarias ni
pueden perseguir a los socios de dichas sociedades, en virtud de la limitada
responsabilidad que han asumido.

Doctrinariamente se han ofrecido diversas soluciones para paliar tales


consecuencias, pudiendo citarse la del profesor Enrique Butty, para quien los
.C
socios son ilimitadamente responsables en el caso de que por las contingencias
de la vida social se comprobase que el contravalor de la cifra capital del pasivo
del balance haya caído por debajo del valor expresado por dicha cifra, lo cual, a
juicio del mencionado autor, encuentra respaldo normativo por la analogía
DD

marcadamente próxima con la falta de integración de los aportes al momento de


la constitución.

Si bien la solución del profesor Butty es justa y debe ser aceptada como
principio general, ella es insuficiente cuando la sociedad anónima cuenta con un
LA

capital social inadecuado a su objeto, por lo que la solución debe estar


encaminada a exigir la equivalencia entre el capital social y el objeto de la
sociedad o que aquel sea suficiente para asegurar, con vistas a previsiones
razonables, la explotación normal de la empresa, como lo ha hecho el proyecto
belga de la Ley de Sociedades del 26 de junio de 1967.
FI

La legislación española ha aportado una original solución a los efectos de


evitar los perniciosos efectos de la infracapitalización. Se trata del art. 3º del real
decreto 1084 del 5 de junio de 1991 sobre sociedades anónimas deportivas,
según el cual estas sociedades deben tener un capital social que represente al


menos la mitad de la media de los gastos realizados en los últimos tres ejercicios
más el pasivo existente al final de la temporada deportiva que, en el caso de la
sociedad anónima de objeto comercial, deberá ser considerado el de cierre del
ejercicio.

Si se parte de la idea de que el beneficio de la limitación de la responsabilidad


de que gozan los accionistas cobra sentido cuando el capital social es
proporcional al nivel de gastos o al pasivo de la sociedad, no puede sorprender
a nadie que legislativamente se imponga a las sociedades en las cuales sus
integrantes limitan su responsabilidad a las cuotas o acciones suscriptas, la

83 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


necesidad de contar con un capital adecuado a esos gastos, con la consiguiente
obligación de los socios o accionistas de efectuar los desembolsos necesarios
para alcanzar tales topes, respondiendo ellos en forma solidaria e ilimitada en
caso de infracapitalización.

La jurisprudencia de los tribunales comerciales ha receptado el fenómeno de


la infracapitalización societaria, y en un ejemplar fallo dictado por la sala F de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de fecha 14 de mayo de 2014
se declaró, en el marco de una quiebra, la procedencia de la aplicación de la
doctrina de la inoponibilidad jurídica para tornar solidaria e ilimitadamente
responsables a los socios y administradores de aquellas sociedades que
carecían de un capital social suficiente al efecto de su giro, frustrándose, de esa
manera, la función de garantía que cumple el capital social en toda sociedad, en
especial, en aquellas donde los socios limitan su responsabilidad al aporte

OM
efectuado y, en otro fallo que no se puede sino calificar como histórico, la sala C
de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil resolvió, en una sociedad
anónima in bonis, la responsabilidad de los accionistas de dicha sociedad por las
obligaciones contraídas por esta ante la notoria infracapitalización de dicha
persona jurídica.
.C
4.7. La nominatividad obligatoria de las acciones y la necesidad de
DD

conocer a sus titulares

La sanción en nuestro país de la ley 24.587 de nominatividad obligatoria de


las acciones despertó, al igual que sus antecesores (dec. 4073/1956 y ley
20.643), una feroz resistencia por parte de los cultores de las acciones al
LA

portador, con las cuales se celebraban diariamente negociaciones simuladas,


ilícitas o fraudulentas para frustrar derechos de terceros.

La resistencia que despertó la nominatividad obligatoria de las acciones hizo


recordar las significativas palabras de George Ripert referidas a la reforma de la
FI

legislación francesa de sociedades: "Toda postura de reforma de la ley de 1867


se acoge con vehementes protestas. Los capitalistas gritan para hacer ver que
resultan dañados, pero luego se acomodan rápidamente a las medidas que
habían declarado inaceptables, augurándose incluso que la nominatividad
obligatoria de las acciones y la consiguiente eliminación de las acciones al


portador implicaba lisa y llanamente la desnaturalización de la sociedad


anónima, con total olvido de que estas sociedades no se denominan anónimas
porque sus titulares deben permanecer en el anonimato o en la clandestinidad,
sino porque históricamente fueron así llamadas porque tales sociedades podían
ser constituidas sin socios comanditados con responsabilidad ilimitada por las
obligaciones sociales".

La experiencia ha demostrado que la aplicación efectiva de la Ley de


Nominatividad Obligatoria de las Acciones no produjo en el mercado bursátil los
supuestos efectos perniciosos que anejaba supuestamente la nominativización.

84 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Por el contrario, la ley 24.587, que por otra parte recepta una tendencia
generalizada de la legislación extranjera, impide o dificulta las transmisiones
clandestinas e informales de títulos accionarios para violar expresas normas
legales, como las que impiden a los accionistas o a los directores votar en las
asambleas generales las cuestiones en las que tuvieran interés personal
comprometido (arts. 241 y 248, ley 19.550). Y ni qué hablar de las ventajas que
los títulos nominativos ofrecen a los terceros, a quienes les resultaba en la
práctica sencillamente imposible embargar y ejecutar las acciones al portador,
por cuanto para ello era necesario la realización de un acto societario en donde
el accionista deudor debía exhibir sus títulos, lo cual se evitaba con el simple
recurso de transferir sus acciones a terceros a través de un acto (la tradición)
carente de toda formalidad.

OM
4.8. Otras tendencias en materia de derecho societario

Un análisis de los trabajos presentados en los congresos y jornadas dedicadas


al derecho de las sociedades hasta el presente nos ilustra sobre otras tendencias
.C
que deben ser tenidas en cuenta en futuras reformas legislativas. Basta citar, por
ejemplo, la simplificación de requisitos para la celebración de actos societarios,
la eliminación de requisitos para ejercer derechos sociales, que en nuestro
ordenamiento están sometidos muchos de ellos a la tendencia de determinados
DD

porcentajes accionarios, y la limitación del poder de los administradores y el


derecho de los accionistas y terceros de tener certeza sobre la veracidad de las
cuentas de la sociedad a través de la verificación de ellas por parte de auditores
independientes y honorables, como ha sido requerido por la directiva 8ª de la
Comunidad Económica (ahora Unión) Europea, de fecha 10 de abril de 1984 a
LA

sus países miembros.

Del mismo modo, tampoco puede desconocerse la cuestionable tendencia de


reducir al mínimo las nulidades societarias en aras de la estabilidad del sujeto de
derecho de segundo grado; la revisión de la tradicional prohibición de la sociedad
FI

de adquirir sus propias acciones, la cual resulta a mi juicio peligrosa, por afectar
la función de garantía que cumple el capital social; la exigencia de una mayor
intensidad en las registraciones de los actos societarios y de la documentación
contable de la entidad y, finalmente, de la regulación de sociedades anónimas
especiales, con un objeto determinado, como las sociedades de garantía


recíproca en nuestro país, o las sociedades anónimas deportivas, financieras, de


crédito hipotecario, editoriales y laborales legisladas en España.

Finalmente, no pueden ignorarse las iniciativas tendientes a la consagración


legislativa de las empresas familiares, que en nuestro medio tiene como principal
protagonista al profesor Eduardo M. Favier Dubois, quien viene sosteniendo la
necesidad de la recepción, en el derecho local, de un régimen legal que las
reconozca, las defina y las adapte a una realidad incontrastable que exhibe
nuestra realidad societaria, proponiendo, dentro de esa iniciativa, la
reglamentación de lo que se conoce como "protocolo de la empresa familiar".

85 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Bien es cierto que el Código Civil y Comercial de la Nación no las ha receptado,
pero algunas disposiciones de este ordenamiento pueden ser utilizadas para
facilitar su funcionamiento y dirimir los conflictos que en su seno se producen
como consecuencia no solo de conflictos de intereses comerciales o societarios,
sino de problemas familiares, que resultan ser de mucho mayor complejidad y
de más complicada solución que aquellas generadas en el marco de sociedades
constituidas por personas no vinculadas a un mismo grupo familiar. En tal
sentido, merecen ser destacados los arts. 1010 del Cód. Civ. y Com., en lo que
se refiere a las excepciones a la prohibición general sobre herencias futuras;
2445, que reduce la porción legítima de los herederos del causante; 1649 a 1665,
que reconocen al arbitraje para dirimir los conflictos en las cuestiones
patrimoniales de familia; 505 y ss., que permiten a los cónyuges optar por el
régimen patrimonial de separación de bienes, lo que evitaría la dispersión de las
acciones de la sociedad familiar en caso de divorcio o fallecimiento; 1358 y

OM
concordantes, que no reeditan las disposiciones que prohíben los contratos entre
cónyuges, lo que, a juicio de Favier Dubois, permitirá una mayor planificación
dentro de la familia empresaria, con positivas repercusiones en la programación
de la sucesión patrimonial sobre la empresa familiar.
.C
CAPÍTULO II - EL CONTRATO DE SOCIEDAD COMERCIAL. NATURALEZA DE SU ACTO
CONSTITUTIVO Y ELEMENTOS DEL CONTRATO DE SOCIEDAD
DD

§ 5. NATURALEZA JURÍDICA DEL ACTO CONSTITUTIVO DE LA SOCIEDAD


LA

Si bien los legisladores de 1973 fueron lo suficientemente claros en la


exposición de motivos de la ley 19.550 en cuanto a que esta ha asumido en su
art. 1º una definida postura en torno a la naturaleza jurídica del acto constitutivo
de la sociedad, enrolándose categóricamente en la teoría contractualista, no
puede dejar de señalarse que fue precisamente la naturaleza y características
FI

de las compañías mercantiles, y en especial las sociedades anónimas, las que


pusieron en tela de juicio el carácter contractual de su acto constitutivo, pues la
circunstancia de no existir prestaciones recíprocas o contrapuestas, sino
yuxtapuestas y orientadas hacia un fin común, y fundamentalmente el hecho de


que del mero acuerdo de voluntades o de la inscripción registral del acto


constitutivo pudiera surgir un nuevo sujeto de derecho con personalidad jurídica
independiente a la de sus fundadores y con vida propia en el mundo de los
negocios, fueron todos elementos que llevaron a muchos autores a considerar a
la sociedad como producto de un acto de naturaleza compleja que presentaba
notorias e irreconciliables diferencias con el tradicional concepto del contrato.

Precisamente, la observación de la realidad en materia societaria llevó a


muchos estudiosos a sostener la crisis de la doctrina contractual para explicar el
fenómeno del acto constitutivo de la sociedad desde otras perspectivas,

86 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


elaborándose de tal modo la doctrina del acto colectivo o del acto complejo,
cuyos desarrollos exceden el marco de la presente exposición. De entre todas
esas doctrinas, la que mayor predicamento obtuvo fue la teoría de la institución,
nacida dentro del derecho público, pero adaptada al negocio societario, y la cual,
a diferencia de la tesis contractualista que pone el énfasis en la soberanía de la
voluntad de los integrantes de la sociedad y en el principio mayoritario como
forma de adoptar resoluciones sociales, otorga preeminencia al interés "de la
empresa" por sobre el interés de los socios o accionistas, interés corporativo que
todos los integrantes de la sociedad deben respetar y al cual deben
subordinarse.

Nuestra legislación societaria, teniendo en cuenta fundamentalmente que la


adaptación de la teoría de la institución del negocio societario condujo en otras
legislaciones a la subordinación del empresario a las directivas de gobiernos

OM
totalitarios, se enroló sin reservas en la teoría contractualista para explicar el acto
constitutivo de la sociedad, entendiendo que las diferencias que pueden existir
entre la sociedad con los contratos de cambio, con prestaciones contrapuestas
de las partes, no justifican de manera alguna el abandono de las nociones
clásicas del contrato. Recordemos al respecto que, tratándose de sociedades
dedicadas a la actividad civil, ellas fueron tratadas por el hoy derogado Código
Civil como un contrato, y ninguna disposición de dicho ordenamiento incluía
.C
norma alguna que ponga en discusión esa naturaleza jurídica.

La sociedad se trata, y esto vale para cualquier ente societario, de un contrato


de organización creado por el legislador como medio de concentrar capitales
DD

para la realización de una actividad de carácter económico y a través del cual


sus otorgantes disponen de un complejo de normas estructurales y funcionales
destinadas a regular permanentemente las relaciones emergentes del negocio
jurídico constitutivo. Por ello, la opinión predominante dentro de la doctrina
nacional y extranjera es que el negocio jurídico por cuya virtud se crea una
LA

sociedad es un contrato plurilateral de organización.

Sin embargo, y no obstante las categóricas definiciones de los legisladores en


la exposición de motivos de la ley 19.550 en torno al carácter contractual del acto
constitutivo de la sociedad, dicho ordenamiento consagra, bien que
FI

aisladamente, algunas soluciones propias de una concepción institucionalista del


concepto de sociedad, como, por ejemplo, el carácter restrictivo de las medidas
cautelares sobre el funcionamiento del ente (art. 114), los brevísimos plazos para
la promoción de acciones judiciales de nulidad contra las decisiones del órgano
de gobierno de la entidad (art. 251), o aquella norma por medio de la cual se


dispone que, en determinadas sociedades (sociedades colectivas y en


comandita simple), los fundadores pueden prever en el contrato constitutivo que,
ante el fallecimiento de uno de los socios, la sociedad continúe con sus
herederos, pacto que obliga a estos sin necesidad de un nuevo contrato. Es
evidente que en este caso el legislador ha tendido a proteger a la empresa, en
desmedro de la clara norma del derogado art. 1195 del Cód. Civil —hoy ratificado
por el art. 1021 del Cód. Civ. y Com.— que prohíbe, como principio general,
extender a los terceros los efectos de un contrato, en tanto obliga a los herederos
del socio fallecido a incorporarse a una sociedad en cuya fundación no han
participado, cuando la congruencia a la tesis contractualista hubiera impuesto,

87 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


cuanto menos, la expresa conformidad de los herederos para ingresar a dicha
sociedad.

La reciente incorporación a la legislación societaria de las sociedades


unipersonales por parte de la ley 26.994 no ha hecho perder a la sociedad su
naturaleza de contrato plurilateral de organización, pues ella está vigente cuando
en la constitución de la sociedad participan dos o más personas.

La sociedad de un solo socio, que puede tener su origen en una declaración


unilateral de voluntad y hasta en el acaecimiento de un hecho en los casos de
unipersonalidad derivada (art. 94 bis,ley 19.550), constituye una excepción al
principio general que caracteriza, como contractual, la constitución de
sociedades, así como tampoco la existencia en la ley 19.550 de la fusión o la
escisión societaria o la existencia de sociedades del Estado constituyeron

OM
argumentos suficientes para alterar excepcionalmente la especial naturaleza
contractual del contrato de sociedad
.C
§ 6. CARACTERES DEL CONTRATO DE SOCIEDAD

Partiendo de la base de que, salvo el especial caso de la sociedad unipersonal,


la sociedad es un contrato, sus caracteres son:
DD

a) Es consensual, pues basta el consentimiento de los otorgantes para hacer


nacer los derechos y obligaciones que se derivan del carácter de socios, así
como para generar los efectos característicos del contrato. Basta reparar, para
ratificar lo expuesto, que el art. 1º de la ley 19.550 se refiere a la "obligación de
LA

realizar aportes", y que su incumplimiento puede generar acciones de


cumplimiento o de exclusión (arts. 37 y 92, ley 19.550), sin subordinar la
existencia de la sociedad a la efectiva entrega de los aportes.

b) Es conmutativo, pues al momento de constituir la sociedad las partes


FI

pueden conocer las ventajas y sacrificios que el negocio ofrece. El alea común,
que se traduce en la existencia de ganancias o pérdidas, es propio de cualquier
contrato y no exclusivamente del contrato de sociedad.

c) Es oneroso, porque no es concebible que una persona pueda adquirir los




derechos de socio si no cumple con la necesaria aportación al fondo común.

d) Es de ejecución continuada o duradera, pues el contrato de sociedad no se


celebra para una sola operación sino para realizar actividades y generar con ellas
ganancias a sus socios que, como principio general, se liquidarán anualmente
en la medida en que existan ganancias realizadas y líquidas que surjan de los
estados anuales de la compañía.

e) Es, en principio, plurilateral, porque el contrato de sociedad ha sido pensado


como instrumento de concentración de capitales y alberga a un número ilimitado

88 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de socios, debiendo contar siempre con no menos de dos de ellos, salvo el caso
de las sociedades anónimas unipersonales, en donde basta la declaración
unilateral de voluntad para crearla.

f) Es un contrato de organización, pues a diferencia del contrato de cambio,


que presupone un intercambio de prestaciones que se agotan con su realización,
en la sociedad cada parte constituye, a través de prestaciones coordinadas, el
patrimonio de un nuevo sujeto de derecho creado en virtud del contrato a través
del cual los socios obtendrán los beneficios esperados. Por otra parte, el carácter
organizacional del acto constitutivo de la sociedad surge de la necesidad de
reglamentar, en el contrato social o estatuto, las relaciones entre los socios y de
estos con la sociedad, así como el funcionamiento del ente, desde su punto de
vista interno como frente a los terceros.

OM
§ 7. DIFERENCIAS ENTRE LOS CONTRATOS DE ORGANIZACIÓN Y LOS CONTRATOS DE
CAMBIO
.C
Es importante destacar cuáles son las consecuencias derivadas de la
distinción entre contratos de cambio y contratos de organización:

a) En los contratos de cambio, la nulidad vincular determina la nulidad del


DD

contrato, mientras que, en el contrato de sociedad y como principio general, la


nulidad o anulación que afecte el vínculo de alguno de los socios no produce la
nulidad o anulación del contrato de sociedad (art. 16, ley 19.550).

b) El incumplimiento en que incurra alguna de las partes en los contratos de


LA

cambio podrá justificar su rescisión o resolución, en los términos de los arts. 1086
a 1088 del Cód. Civ. y Com. Por el contrario, en el contrato de sociedad, el
incumplimiento en que incurriera uno de los socios con respecto a las
obligaciones que le impone el estado de socio podrá determinar su exclusión del
ente, pero nunca la disolución y liquidación de la sociedad.
FI

c) En materia de nulidad del contrato de sociedad, los efectos de su


declaración carecen en el negocio societario del efecto retroactivo previsto por
el art. 390 del Cód. Civ. y Com. para los contratos bilaterales, pues tal posibilidad
es impensable para la sociedad, en la medida en que el nacimiento de un sujeto


de derecho distinto al de los socios otorgantes y la evidente presunción de


validez que debe gozar la actuación de quien contrata en nombre de la sociedad,
obliga a otorgar plena legitimidad frente a terceros a los actos celebrados por
aquella en cumplimiento de su objeto social.

d) Finalmente, tampoco es aplicable al contrato social la exceptio non adimpleti


contractus prevista por el art. 1031 del Cód. Civ. y Com., en la medida en que el
incumplimiento de uno de los socios no justifica ni autoriza el incumplimiento por
parte de los restantes, en tanto no existe interdependencia entre las prestaciones
de todos los integrantes de la sociedad.

89 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 8. ELEMENTOS DEL CONTRATO DE SOCIEDAD

Aclarada ya la adhesión por la ley 19.550 a la teoría contractualista del acto


constitutivo de la sociedad, bien que, dentro de la categoría de los contratos
plurilaterales de organización, no puede ser objeto de discusión la necesidad de
reunir en el contrato de sociedad los elementos comunes a todo contrato, esto
es, consentimiento, capacidad, objeto y causa, a los cuales les resultan
aplicables en términos generales las normas del ordenamiento común.

8.1. El consentimiento de los socios

OM
En primer lugar, rigen los principios generales que gobiernan el
.C
consentimiento en materia de actos jurídicos en general y contratos en particular.
Sin embargo, debe destacarse que nuestro ordenamiento mercantil prevé dos
supuestos de sociedad obligatoria:
DD

a) Para los herederos del socio fallecido, en las sociedades colectivas y en


comandita simple, cuando el ingreso de ellos se hubiera pactado en el contrato
social (art. 90, ley 19.550).

b) El caso de las sociedades constituidas por el concursado o fallido con sus


LA

acreedores, que obliga a incorporarse aun a quienes han votado en contra de tal
propuesta (art. 43, párr. 1º, ley 24.522), norma cuya inconstitucionalidad nos
resulta de toda evidencia, pues se trata de un supuesto de "socio a palos", que
el derecho no puede tolerar.
FI

8.2. Capacidad para constituir sociedades




La capacidad se rige también en principio por las normas del Código Civil y
Comercial de la Nación o por leyes especiales, debiendo detenernos en algunos
supuestos particulares, como lo son la capacidad de los menores para constituir
sociedad, los esposos, los corredores y martilleros, así como el problema de la
capacidad de las sociedades para participar en otras sociedades.

90 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


8.2.1. Capacidad de los menores para constituir sociedad

La profunda reforma al tema de la minoridad efectuada por el Código Civil y


Comercial de la Nación (arts. 25 a 30) tuvo una gran incidencia en la cuestión
referida a la capacidad de los menores para constituir o participar en sociedades
comerciales, máxime cuando, derogado en su totalidad el Código de Comercio,
desaparecieron algunas instituciones centenarias, como, por ejemplo, la
autorización de los menores para ejercer el comercio (art. 10 del derogado Cód.
Com.) o la especial situación que se presentaba cuando el padre asociaba a su
hijo menor en el ejercicio de su comercio (art. 12 del derogado Cód. Com.).

Asimismo, la derogación de la ley 14.394, a la cual hacía expresa referencia


el texto original del art. 28, cuando hablaba de los casos legislados por los arts.
51 a 53 de dicha ley, justificó la adecuación del nuevo art. 28 de la hoy

OM
denominada Ley General de Sociedades (LGS), el cual hace solo referencia a
los supuestos de indivisión forzosa de bienes de los menores, manteniendo igual
solución, pues los principios que gobiernan dicha problemática son idénticos.

De modo que el panorama en esta materia es mucho más simple, como


veremos a continuación al analizar los diversos supuestos que pueden
presentarse a tenor de las nuevas disposiciones legales.
.C
a) Cumplidos los dieciocho años, la persona humana adquiere plena
capacidad para ser titular de derechos y deberes jurídicos, y se encuentra
habilitada para la celebración de todos los actos jurídicos que pretenda realizar.
DD

b) Tratándose de menores emancipados por matrimonio —única


emancipación prevista por el Código Civil y Comercial de la Nación—, ellos
gozan de plena capacidad de ejercicio, con las limitaciones previstas en el art.
28 del mencionado cuerpo legal. Atento al texto actual de esta norma, ha
LA

quedado derogada toda diferencia entre el menor casado con o sin autorización,
de manera que su capacidad es siempre idéntica y la única restricción que
padece, referido al negocio societario, es la constitución o participación en
sociedades en las cuales el menor emancipado intervenga como socio con
responsabilidad ilimitada y solidaria (sociedades colectivas, de capital e industria
FI

o sociedades en comandita), habida cuenta de la prohibición de afianzar


obligaciones prevista por el art. 28, párr. 3º, del Cód. Civ. y Com.

c) En cuanto a los menores que hayan recibido por herencia un


establecimiento mercantil sujeto a indivisión, a la situación de ellos se refiere


el art. 28 de la ley 19.550 cuando apunta a la sociedad constituida con bienes


sometidos a indivisión forzosa hereditaria, los herederos menores de edad o con
capacidad restringida solo pueden ser socios con responsabilidad limitada,
debiendo el contrato constitutivo ser aprobado por el juez de la sucesión.
Asimismo, se prevé que la existencia de posibilidad de colisión de intereses entre
el representante legal, el curador o el apoyo y la persona menor de edad, incapaz
o con capacidad restringida, obligará al juez a designar un representante ad
hoc para la celebración del contrato y para el control de la administración si fuere
ejercida por aquel. En cuanto a la sanción por el incumplimiento de esta norma,
el art. 29 de la ley 19.550, reformado por la ley 26.994, prevé que, sin perjuicio

91 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de la transformación de la sociedad en una de tipo autorizado, la infracción al art.
28 hace solidaria e ilimitadamente responsables al representante, al curador o al
apoyo de la persona menor de edad, incapaz o con capacidad restringida y a los
consocios plenamente capaces, por los daños y perjuicios causados a la persona
menor de edad, incapaz o con capacidad restringida.

d) Oportuno es aclarar que, no obstante lo dispuesto por el art. 29 de la ley


19.550, la omisión del representante del menor en constituir una sociedad de los
tipos permitidos, operando la indivisión hereditaria en la explotación del
establecimiento industrial o comercial sometido a indivisión no provoca
automáticamente los daños y perjuicios en el patrimonio del menor a los que
alude el art. 29 de la ley 19.550 en su actual versión, pues esta sociedad pasa
directamente a gobernarse por las normas de la sección IV del capítulo I de la ley
19.550, que a diferencia de la anterior versión de los arts. 21 a 26 —que integran

OM
esa sección—, la responsabilidad de sus integrantes ya no es solidaria e ilimitada
por las obligaciones sociales, sino simplemente mancomunada, por partes
iguales y sin obligación, en ningún caso, de responder ante la insolvencia de otro
socio.

e) Finalmente, y en torno a la capacidad de los menores para intervenir en


sociedades, no puede dejar de citarse lo dispuesto por el art. 683 del Cód. Civ.
.C
y Com., conforme con el cual la ley presume que el hijo mayor de dieciséis años,
que ejerce algún empleo, profesión o industria, está autorizado por sus
progenitores para todos los actos y contratos concernientes al empleo, profesión
o industria, recayendo los derechos y obligaciones que resulten de su ejercicio,
DD

exclusivamente sobre los bienes cuya administración está a cargo de los hijos,
estén conviviendo o no con sus padres.
LA

8.2.2. Capacidad de los corredores para constituir o integrar sociedades

Si bien las prohibiciones establecidas por el art. 106 del derogado Cód. Com.
FI

para los corredores, a quienes se prohibía, lisa y llanamente, ejercer el corretaje


en sociedad con otros corredores o terceros, y que estuvieron vigentes hasta la
sanción de la ley 25.028 del año 1999, que permitió la asociación entre estos
auxiliares para el ejercicio exclusivo del corretaje, han quedado totalmente
superadas con la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación, el cual, en


su art. 1346 —incluido dentro de las normas referidas al corretaje— admite sin
cortapisas que podrán actuar como corredores, personas humanas o jurídicas.

Se trata de una disposición sumamente desafortunada, pues cuanto menos


debió aclararse a qué tipo de personas jurídicas se refiere, porque siendo el
corretaje una actividad lucrativa (art. 1350, Cód. Civ. y Com.), no se advierte
cómo puede una asociación civil o una fundación dedicarse a este objeto. Pero
además de ello, si recordamos que la ley 26.994, que sancionó el Código Civil y
Comercial de la Nación, no derogó totalmente el régimen legal que rige
actualmente a los corredores (la ley 20.266 reformada por la ley 25.028), sino

92 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


solo sus arts. 36 a 39, sobre cuyo contenido se refieren los arts. 1345 a 1355 del
Cód. Civ. y Com., quedando subsistentes los arts. 32 y 33 de la ley 20.266, que
requieren de los corredores contar con título universitario expedido o revalidado
en la República, no es tarea sencilla comprender cómo y de qué manera una
persona jurídica podrá celebrar actos de corretaje, habida cuenta de que los
títulos universitarios solo pueden expedirse a personas humanas.

Debe aclararse asimismo que la nueva regulación del "contrato de corretaje"


por los arts. 1345 a 1355 del Cód. Civ. y Com. no obsta a la vigencia de la ley
especial que rige tal actividad —ley 20.266— que le exige un título universitario,
su matriculación y determinados deberes, responsabilidades y sanciones,
estableciendo un verdadero poder de policía sobre la matrícula, que es de
carácter local. Ratifica lo expuesto lo dispuesto por el art. 1355 del Cód. Civ. y
Com. en cuanto dispone que las nuevas reglas del contrato de corretaje no

OM
obstan a la aplicación de las disposiciones de leyes y reglamentos especiales.

• Martilleros

La ley 20.266 del año 1973 reformó las disposiciones del Código de Comercio,
el cual en su art. 113 sometía a estos auxiliares del comercio a las mismas
prohibiciones que les imponía a los corredores. El nuevo estatuto legal de los
.C
martilleros consagró la posibilidad de la admisión de la constitución o integración
de sociedades entre estos, pero integradas exclusivamente por martilleros y para
la realización, también exclusiva, de actos de remate (art. 15, ley 20.266). Tal
régimen es el actualmente vigente.
DD
LA

8.2.3. Capacidad de los cónyuges para participar en sociedades


comerciales

La capacidad de los cónyuges para constituir o integrar sociedades


mercantiles está regida por el nuevo art. 27 de la ley 19.550, reformado su texto
FI

original por la ley 26.994, que expresamente dispone: "Sociedad entre cónyuges.
Los cónyuges pueden integrar entre sí sociedades de cualquier tipo y las
reguladas en la Sección IV". Se recuerda que el texto original de dicha norma,
que tuvo vigencia hasta el 31 de julio de 2015, disponía: "Los esposos sólo
pueden integrar entre sí sociedades por acciones y de responsabilidad


limitada". Dicha norma tenía como finalidad la necesidad de evitar la


superposición de dos regímenes distintos de responsabilidad, como lo eran el
societario y el patrimonial del matrimonio, en el cual el cónyuge no responde por
las obligaciones asumidas por el otro esposo (art. 5º, ley 11.357).

La doctrina había criticado la redacción del viejo texto del art. 27 de la ley
19.550 con el argumento de que su poco feliz redacción traicionaba la voluntad
del legislador, pues una interpretación exegética de dicha norma permitía la
integración por ambos cónyuges de sociedades en comandita por acciones, en

93 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


calidad de socios comanditados, la cual resultaba incompatible con la
interpretación finalista de la norma.

La modificación del art. 27 de la ley 19.550 por su actual redacción, que


permite a los cónyuges integrar cualquier tipo de sociedad, incluso las
sociedades no reguladas, informales o simples previstas en la sección IV del
capítulo I de la ley 19.550, respondió a los cambios producidos por el Código
Civil y Comercial de la Nación en el régimen patrimonial del matrimonio, en
donde se prevé un doble régimen, esto es, uno de comunidad de bienes y otro
de separación de bienes.

La redacción del nuevo texto del art. 27 de la ley 19.550, en tanto que podría
literalmente interpretarse que no existe hoy la menor limitación de los cónyuges
para formar sociedad de cualquier tipo, resulta sumamente desacertada, pues

OM
tal solución podrá ser entendida cuando el matrimonio está sometido al régimen
de separación de bienes, en donde los futuros cónyuges pueden establecer,
mediante prevenciones matrimoniales, las menciones previstas en el art. 446 del
Cód. Civ. y Com., previendo los aportes de determinados bienes a la sociedad
conyugal y regulando los aspectos taxativamente autorizados por la ley
vinculados a sus relaciones patrimoniales, pero lo cierto es que, tratándose del
régimen de comunidad, que es el que resulta aplicable cuando los cónyuges no
.C
han adherido al sistema de convenciones patrimoniales para determinar los
bienes que aportan al matrimonio, rige el art. 461 del mencionado régimen legal
que establece, bajo el título de "Responsabilidad solidaria", que los cónyuges
responden solidariamente por las obligaciones contraídas por uno de ellos para
DD

solventar las necesidades del hogar y la educación de los hijos, de conformidad


con lo dispuesto por el art. 455 del Cód. Civ. y Com. Bien es cierto que a
continuación, la misma norma establece que fuera de esos casos, y excepto
disposición en contrario del régimen matrimonial, ninguno de los cónyuges
responde por las obligaciones del otro, pero no lo es menos que la naturaleza y
LA

extensión de las excepciones previstas a esta irresponsabilidad constituyen


suficiente motivo para sostener vigente la prohibición de los cónyuges de
constituir o integrar sociedades por partes de interés, lo cual solo es aplicable
cuando se trata de un matrimonio constituido bajo el régimen de comunidad entre
sí, en el cual está expresamente prohibida toda contratación entre ambos
FI

esposos (art. 1002, inc. d], Cód. Civ. y Com.).

Fuera de ello y como consecuencia de la reforma efectuada por la ley 26.994


al art. 27 de la ley 19.550, se eliminó la sanción prevista por el derogado art. 29,
párr. 1º, que establecía la nulidad de cualquier sociedad entre marido y mujer no


permitida por el art. 27, solución que, aparentemente coherente con el principio
general consagrado, conducía a soluciones totalmente incompatibles con la
finalidad del legislador, pues la declaración de nulidad, a tenor de lo dispuesto
por el art. 18 de la ley 19.550, abre las puertas a la responsabilidad solidaria e
ilimitada de todos sus socios que, curiosamente, fue finalidad de aquella norma
evitar.

94 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


8.2.4. El problema de la capacidad de las sociedades para participar en
otras. Límites a las participaciones

La capacidad de las sociedades comerciales para integrar otras sociedades


mercantiles se encuentra gobernada por los arts. 30 a 32 de la ley 19.550 que
implementa el siguiente régimen:

1. En principio, las sociedades tienen capacidad para integrar otras


sociedades, con excepción de las sociedades anónima y en comandita por
acciones, que solo pueden integrar sociedades por acciones y de
responsabilidad limitada (texto actual del art. 30 de la ley 19.550, reformado por
la ley 26.994).

Esta limitación, ya consagrada por el texto original de la ley 19.550, preveía

OM
una incapacidad más amplia aún, pues solo permitía a las sociedades anónimas
y en comandita por acciones participar en sociedades por acciones, no
incluyendo, como ahora sucede, a las sociedades de responsabilidad limitada.
Esa prohibición tuvo su antecedente en un antiguo fallo de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación del 30 de julio de 1948, dictado en los autos "Gobierno
Nacional c. Cía. Ferrocarrilera de Petróleo", en el cual se resolvió que las
sociedades anónimas no pueden constituir sociedades colectivas, por el
.C
carácter intuitu personae de estas, consagrando un criterio que fue recogido
luego por la ley 19.550 y defendido por uno de sus coautores, el profesor Isaac
Halperin, como medio de impedir que por vía de una participación en una
sociedad no accionaria, la sociedad anónima escape al control estatal previsto
DD

por el art. 299, o los administradores expongan a la sociedad al riesgo de la


quiebra si integran una sociedad por interés.

Las razones expuestas para defender la limitación prevista por el art. 30 fueron
siempre muy cuestionadas por la doctrina nacional, existiendo amplio consenso
LA

en sostener su reforma o directamente su lisa y llana derogación. En primer


lugar, por cuanto la posibilidad de que los administradores de la sociedad
colectiva participada la pongan en peligro de quiebra y que esta pueda ser
extendida a sus socios, entre los que se encuentra la sociedad accionaria
participante, constituye un riesgo al que están sometidas todas las sociedades
FI

anónimas en el ejercicio de su actividad mercantil, sin olvidar que la quiebra de


la sociedad participada no implica la quiebra de los integrantes de la sociedad
participante, sino solo eventualmente de esta última. Por otra parte, la posibilidad
de escape al control estatal permanente previsto por el art. 299 de la ley
19.550 prácticamente no existe, atento a la irrelevancia de tal control y además


por cuanto tal evasión se puede evitar de una manera muy simple, con solo
prescribir que el control estatal se extiende a las sociedades integradas por
sociedades abiertas.

Por otro lado, y ello resulta fundamental, no se alcanza a comprender cuál es


el régimen de control que se viola con la infracción del art. 30 de la ley
19.550, pues el único control al que están sometidas las sociedades por
acciones, con excepción de aquellas que tienen una fiscalización específica en
razón del objeto que desarrollan, es el previsto por el art. 300 de la ley

95 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


19.550, que se limita al control de legalidad del acto constitutivo, sus reformas y
variaciones del capital.

Carece pues de rigor científico establecer en cabeza de una sociedad por


acciones una incapacidad tan grave como la de integrar sociedades de diferente
tipo, basándose en argumentos tan débiles. Algo más fundamentado podría
suponer el sostener que la infracción al régimen de control se refiere al previsto
por el art. 299, pero esa interpretación está condenada por el mismo texto legal,
pues el art. 30 no hace distinciones entre subtipos de sociedades por acciones.
Cabe recordar que la incapacidad prevista por el art. 30 de la ley 19.550 solo rige
para las sociedades por acciones, por lo que las sociedades de distinto tipo
pueden integrar cualquier tipo de sociedad comercial, y la sociedad de
responsabilidad limitada, de características similares a las sociedades anónimas,
puede participar en sociedades colectivas, sin obstáculo legal alguno.

OM
2. Sin perjuicio de mi punto de vista, la redacción del nuevo art. 30 de la ley
19.550 incurre en dos errores. En primer lugar, vuelve a autorizar la participación
de sociedades anónimas y en comandita por acciones en sociedades de este
último tipo sin formular las distinciones necesarias, pues una interpretación no
solo finalista sino lógica de dicha disposición legal impide a dichas compañías
participar como socias comanditadas en una sociedad en comandita por
.C
acciones. En segundo lugar, la referencia a la participación de las sociedades
anónimas y en comandita por acciones para formar parte de contratos
asociativos carece de todo sentido, pues de conformidad con lo dispuesto por el
art. 1442 del Cód. Civ. y Com., que regula específicamente a este tipo de
DD

contratos, "... no se les aplican las normas sobre la sociedad, no son, ni por
medio de ellos se constituyen, personas jurídicas, sociedades ni sujetos de
derecho".

3. La cuantía de la participación de una sociedad, cualquiera que fuere el tipo


LA

social adoptado por una u otra, se rige por el art. 31 de la ley 19.550, que, en
protección del objeto social de la sociedad participante y en defensa de los socios
de esta compañía, prohíbe tomar o mantener participación en otra u otras
sociedades por un monto superior a sus reservas libres y a la mitad de su capital
y de las reservas legales, salvo cuando el objeto de la participante fuera
FI

exclusivamente financiero o de inversión. Limitando precisamente la


participación en otras compañías, el legislador pretendió evitar que el objeto
social de la partícipe pueda cumplirse a través de la sociedad participada. Toda
participación que exceda de dichos límites deberá ser enajenada dentro de los
seis meses siguientes a la fecha de la aprobación del balance de la sociedad


participante del que resulte que el límite ha sido superado y comunicado dicho
exceso a la entidad participada dentro de los diez días de la aprobación del
referido balance. Dispone la ley que el incumplimiento en la enajenación del
excedente produce la pérdida de los derechos de voto y a las utilidades que
correspondan a esas participaciones en exceso hasta que se proceda a dicha
venta.

4. Finalmente, el art. 32 de la ley 19.550 prohíbe las participaciones recíprocas


entre sociedades, proscripción que tiende a proteger a los terceros, pues con ello
se evita el aguamiento del capital social de las sociedades participantes y

96 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


participadas, impidiéndose así la confusión de patrimonios y capitales. Por las
mismas razones, se prohíbe a la sociedad controlada participar en la controlante
y en sociedad controlada por esta por un monto superior, según balance, al de
sus reservas libres, excluida la legal. Al igual que en el caso del art. 31, las
participaciones en exceso de tales límites deben ser enajenadas dentro de los
seis meses siguientes a la fecha de aprobación del balance del que resulta la
infracción, como la pérdida temporal de los derechos de voto y de percepción de
las utilidades, hasta que cumpla con tal enajenación.

§ 9. OBJETO DEL CONTRATO DE SOCIEDAD

OM
El objeto del contrato de sociedad no debe ser confundido con el objeto social.
Aquel está constituido por las prestaciones de dar o de hacer que se
comprometieron a efectuar los socios y que constituyen a su vez el objeto de las
obligaciones originadas en el contrato de sociedad (arts. 1003 a 1011, Cód. Civ.
y Com.). El objeto social, que es requisito de inclusión esencial en todo contrato
de sociedad, por expresa directiva del art. 11, inc. 3º, de la ley 19.550, consiste
.C
en el ámbito de las actividades económicas delimitadas en el contrato o acto
constitutivo.
DD

§ 10. LA CAUSA DEL CONTRATO DE SOCIEDAD


LA

La causa del contrato de sociedad es la finalidad que han tenido los


fundadores para su constitución, y no es otra que la obtención de las ganancias
a través de la realización de las actividades previstas en el contrato social.
FI

§ 11. ELEMENTOS ESPECÍFICOS DEL CONTRATO DE SOCIEDAD




Los elementos específicos del contrato de sociedad comercial se encuentran


previstos en la definición que de él nos brinda el art. 1º de la ley 19.550, que
dispone textualmente: "Habrá sociedad comercial cuando una o más personas
en forma organizada, conforme a uno de los tipos previstos en esta ley, se
obliguen a realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de
bienes o servicios participando de los beneficios y soportando las pérdidas".

Los elementos específicos del contrato de sociedad comercial son, pues, los
siguientes: la organización, la tipicidad, los aportes, el fin societario y la
participación en los beneficios y soportación en las pérdidas, debiendo

97 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


recordarse que, con anterioridad a la sanción de la ley 26.994, era también un
elemento específico del contrato de sociedad la pluralidad de socios.
Analizaremos cada uno de ellos a continuación.

11.1. Pluralidad de socios. Las sociedades de un solo socio

Hasta la sanción de la ley 26.994, del 7 de octubre del 2014, la pluralidad de


socios ("dos o más") era una de las características más importantes del contrato
de sociedad, pero ello aconteció hasta la admisión de las sociedades
unipersonales por dicha ley, y si bien actualmente la ley 19.550 ha limitado la

OM
actuación y constitución de las sociedades de un solo socio a numerosas
restricciones, lo cierto es que mal podemos hoy afirmar que la pluralidad de
socios constituya un requisito esencial del contrato de sociedad.

La incorporación de las sociedades de un solo socio fue un anhelo de parte de


la doctrina nacional y de los sectores más corporativistas de nuestro
empresariado, y la Comisión de Reformas fue explícita sobre el particular cuando
.C
sus integrantes afirmaron que el propósito perseguido con la incorporación de
dichas sociedades a nuestro ordenamiento jurídico societario fue la de brindar a
los empresarios y comerciantes un instrumento ágil, sencillo y flexible para poder
limitar su responsabilidad en el tráfico y, a la vez, favorecer el desarrollo de las
DD

pequeñas y medianas empresas (PyMEs), alentando las inversiones.

Mi posición siempre fue contraria a la admisión legislativa de las sociedades


unipersonales, y no solo por cuestiones conceptuales, toda vez que hablar de
sociedades de un solo socio es como referirse al condominio de una sola
LA

persona sobre un mismo bien o a la sociedad conyugal integrada por una


persona soltera. Pero además de ello, no es cierto ni admisible jurídicamente
que las sociedades unipersonales constituyan una manera lícita de fraccionar el
patrimonio de una persona física o jurídica, porque nuestro Código Civil nunca lo
permitió ni lo hace tampoco el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (ley
FI

26.994), al ratificar su art. 743 en cuanto dispone que los bienes presentes y
futuros del deudor constituyen la garantía común de sus acreedores, lo cual
constituye la mejor definición de lo que se conoce como el principio de la
universalidad del patrimonio de una persona, que no permite fraccionamientos.
Al respecto, el art. 744 del Cód. Civ. y Com., que en sus ocho incisos menciona


a los bienes excluidos de la garantía común, en momento alguno hace referencia


a la constitución de sociedades unipersonales y es obvio que este principio
general de derecho, de indudable orden público y base fundamental de todas las
relaciones patrimoniales, no puede ser alterado mediante el subterfugio de
recurrir a la constitución de esta clase de sociedades que, como hemos visto, de
tales no tienen absolutamente nada.

Existe, en torno a las sociedades unipersonales, un elevado grado de


hipocresía en nuestra comunidad jurídica para justificar su existencia, basado en
la falsa premisa que al empresario debe permitírselo todo, y que este tiene

98 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


derecho a organizar su empresa del modo que le parezca, recurriendo al molde
societario, aunque sea el único propietario. Para lograr ese fin se recurre al
remanido y no menos falaz argumento de que, con la incorporación de las
entidades unipersonales a la legislación societaria, una misma persona podrá
tener tantos emprendimientos comerciales como quiera, sin afectar los bienes o
resultados de cada uno de ellos para el desarrollo o salvataje de los demás,
pudiendo entonces evitar que sus bienes y efectos personales sean afectados
por los resultados de tales emprendimientos. Ello es, sin embargo, un
razonamiento dogmático que no se ajusta a la realidad del mundo de los
negocios, pues nadie es titular al mismo tiempo de una juguetería, de una
zapatería, de una mercería o de un negocio de pompas fúnebres. Puede ser que
exista un emprendimiento comercial a nombre de una sola persona, pero si esta
tiene otro tipo de negocios, no lo hará en soledad, como titular unipersonal de
uno o varios fondos de comercio, sino como propietario de participaciones

OM
societarias, en compañía de otros socios, y el mejor ejemplo lo constituye en
nuestro medio el negocio gastronómico o el transporte automotor, en donde entre
varias personas se reparten las acciones o cuotas de varias compañías
dedicadas al mismo rubro.

Como era de esperar, pues la necesidad de la incorporación de las sociedades


de un solo socio a la ley societaria argentina fue sostenida en todos los proyectos
.C
de reforma y de unificación del derecho civil y comercial generados desde los
años 80 en adelante, la subcomisión dedicada a la adecuación de la ley 19.550 al
Proyecto del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación no dejó pasar la
oportunidad y admitió sin la menor limitación o contrapeso a la sociedad de un
DD

solo socio. Bueno es recordar que la Comisión de Reformas, integrada por los
doctores Ricardo Luis Lorenzetti, Aída Kemelmajer de Carlucci y Elena Highton
de Nolasco tomó a esta figura como una especie de paradigma del Proyecto de
Código Civil y Comercial, con el argumento de que la sociedad de un solo socio
ha sido receptada en casi todos los ordenamientos del mundo y que la República
LA

Argentina debía hacer algo en torno a su necesaria incorporación, de manera tal


que, producto de la concepción neoliberal que caracterizó luego el trabajo de los
integrantes de la subcomisión que redactaron el Anteproyecto a la Reforma de
la Ley de Sociedades —integrada por los doctores Rafael M. Manóvil, Hugo E,
Richard y Horacio Roitman—, y para quienes la admisión de las sociedades
FI

unipersonales fue casi una imposición, la admisión de estas en la ley de


sociedades no tuvo la menor limitación y por ello, el texto del referido
Anteproyecto elevado al Poder Ejecutivo prescribía en el párr. 1º del art. 1º de
la ley 19.550: "Habrá sociedad comercial cuando una o más personas...", y
absolutamente nada más.


Remitido el Anteproyecto al Poder Ejecutivo de la Nación para su posterior


elevación al Congreso Nacional, y receptadas las numerosas críticas recibidas,
se procedió, con todo acierto, a limitar la actuación de las sociedades de un solo
socio, estableciendo una serie de contrapesos que evitaron sin dudas la
utilización de esta nueva figura societaria por un determinado tiempo, hasta que
dichos contrapesos fueron derogados. Al respecto, y además de permitir la
utilización de sociedades de un solo socio bajo el exclusivo molde de la sociedad
anónima, el Poder Ejecutivo aportó nuevos criterios para la admisión de las
sociedades unipersonales, como, por ejemplo, la necesidad de que los aportes

99 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a dichas compañías deben ser efectuados en su totalidad en el acto constitutivo,
así como la prohibición de que una sociedad de un solo socio integre a su vez
otra entidad de las mismas características, todo lo cual se mantiene al día de
hoy. Pero, además de ello, y esto puede parecer exagerado para algunos aunque
no lo fue para mí, se incluyó a las sociedades unipersonales dentro de las
entidades sometidas al control estatal permanente previsto en el art. 299 de la ley
19.550, las cuales deberán contar entonces con un directorio y una sindicatura
plural, además de cumplir con las formalidades en torno a la convocatoria de
asambleas, así como todos los demás requisitos que implica ser considerada
como una sociedad anónima incluida en dicha norma.

Estas especiales notas que caracterizan a las sociedades unipersonales


impiden que "se conviertan en un instrumento para que el empresario pueda
limitar su responsabilidad y se promuevan las inversiones en nuestro país", que

OM
fueron las razones utilizadas por la Comisión de Reformas para incorporarlas a
la legislación positiva argentina, de manera tal que, en la práctica, los únicos
destinatarios de estos instrumentos, vigentes tales cortapisas, eran las grandes
corporaciones nacionales y las sociedades extranjeras, las cuales contarán con
una sociedad subsidiaria unipersonal totalmente controlada por ellas que, para
la contratación de un directorio y sindicatura plural, no ofrecerá mayores
inconvenientes. Ello no autoriza a sostener que la incorporación a nuestra
.C
legislación societaria de las sociedades unipersonales fue efectuada para dar
satisfacción a los grandes intereses corporativos nacionales e internacionales,
fue la mejor manera de enervar los efectos de una figura que nunca se
caracterizó por sus bondades, sino, por el contrario, para brindar al ciudadano y
DD

empresario inescrupuloso un escudo protector de la ilicitud, que la justicia,


cuando ello sucede, por lo general demora años en percibir y en derribar.

De esta manera y sin modificación alguna por la Comisión Bicameral del


Congreso de la Nación, fue dictada la ley 26.994 que sancionó el nuevo Código
LA

Civil y Comercial de la Nación, aunque posteriormente la ley 27.290, sancionada


el 17 de noviembre de 2016, modificó los arts. 255 y 284 de la ley
19.550, permitiendo que las sociedades anónimas unipersonales pudieran
contar con un directorio y sindicatura unipersonal, aunque dicha normativa no
eliminó a las sociedades anónimas unipersonales de la fiscalización estatal
FI

permanente prevista para las sociedades incluidas en el art. 299 de la LGS, lo


cual fue criterio sumamente acertado, pues ello, al otorgar a la Inspección
General de Justicia facultades de control más intensas, protege a los terceros y
al tráfico mercantil en general, ante una figura muy susceptible de convertirse en
un instrumento de fraude y de insolventación.


De modo tal que las sociedades unipersonales exhiben hoy las siguientes las
principales características:

a) Solo se permite que sean sociedades unipersonales las sociedades


anónimas (art. 1º).

b) La sociedad unipersonal solo puede ser constituida por instrumento público


y por acto único (art. 165).

100 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) No puede ser único socio otra sociedad unipersonal (art. 1º).

d) La denominación debe ser "sociedad anónima unipersonal", su abreviatura


o sigla "SAU" (art. 164). La integración del aporte debe efectuarse en su totalidad
al momento de su constitución (art. 187).

e) La reducción a uno del número de socios de las sociedades anónimas no


unipersonales no conforma una causal de disolución de dichas compañías (art.
94 bis), sino que deben adecuar la denominación social a la exigencia del art.
164 para las sociedades unipersonales y cumplir con el régimen dispuesto por el
art. 299, siempre de la ley 19.550.

f) Están sujetas a la fiscalización estatal permanente (art. 299).

OM
g) Deben publicar los edictos de convocatoria a las asambleas por cinco días
en el Boletín Oficial y en otro diario de amplia circulación en la República
Argentina (art. 237).
.C
11.2. La tipicidad

El art. 1º de la ley 19.550 ha insistido en el concepto de tipicidad, en virtud del


DD

cual los constituyentes de la sociedad no pueden apartarse de los tipos creados


por el legislador si pretenden tener una sociedad regularmente constituida. Se
ha entendido, en defensa de la tipicidad, y estoy de acuerdo con ello, que brinda
seguridad al tráfico mercantil, pues los terceros saben, cuando contratan con una
determinada sociedad comercial, cuál es el alcance de la responsabilidad de los
LA

socios, quién se encuentra facultado para representarla y cuáles son, en


definitiva, las pautas de su funcionamiento interno.

En congruencia con tal exigencia, en la que se encuentra comprometido el


orden público, el art. 17 de dicho cuerpo legal somete a las sociedades previstas
FI

en el capítulo II que no exhiban todos los requisitos esenciales tipificantes o que


comprendan elementos incompatibles con el tipo legal al régimen de las
sociedades de la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, esto es, a las nuevas
normas contenidas en los arts. 21 a 26 de la ley 19.550, impidiéndoles producir
los efectos del tipo elegido.


11.3. La organización

El concepto de "organización" al que refiere el art. 1º de la ley 19.550 carece


de toda claridad, y el legislador ha intentado justificarlo en la existencia de la idea
económica de empresa que subyace en el concepto de sociedad comercial. Soy

101 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de la opinión de que la mención de la organización de la definición del contrato
de sociedad nada agrega, pues parece muy difícil que se presente el supuesto
de inexistencia de empresa o hacienda mercantil cuando es elemento específico
del contrato de sociedad comercial, por expresa directiva del art. 1º de la ley
19.550, la realización por el ente de una actividad mercantil de producción o
intercambio de bienes o servicios. Ello es también aplicable, luego de la
unificación del régimen societario, a las sociedades constituidas a los fines de
ejercer una profesión liberal, cuya actividad encuadra dentro del concepto de
"producción e intercambio de bienes o servicios".

OM
11.4. Los aportes

La realización de los aportes constituye un requisito de la existencia misma


del contrato de sociedad, de modo tal que sin aportes no puede haber socios y,
por ende, tampoco sociedad, pues esta es onerosa por naturaleza. El aporte es
la contribución de cada socio al fondo común que debe constituirse para el
desarrollo del objeto social, y el conjunto de los aportes, en dinero o en especie,
.C
estimados en una cifra determinada, forman el capital social de la compañía.

Ya estudiaremos que los aportes pueden transferirse a la sociedad en


propiedad o en uso y goce, según se convenga. Asimismo, pueden consistir en
DD

dinero, créditos a cargo de terceros, cosas muebles e inmuebles, mercaderías,


patentes de invención, marcas de fábrica o de comercio, fondos de comercio,
trabajos personales e incluso bienes sometidos a gravámenes, pero no todas
esas prestaciones pueden ser aportadas a cualquier tipo social, pues tratándose
de sociedades en donde los socios limitan su responsabilidad al aporte efectuado
LA

y los terceros no cuentan con la posibilidad de agredir el patrimonio de los socios


por las obligaciones sociales, es lógico que la ley 19.550 imponga para estas
sociedades que los aportes solo pueden consistir en dinero o en prestaciones de
dar, susceptibles de ejecución forzada.
FI

11.5. La producción o intercambio de bienes o servicios. El fin societario




La definición que nos brinda el art. 1º de la ley 19.550 impone asimismo que
la sociedad comercial debe dedicarse a la producción o intercambio de bienes o
servicios, lo cual constituye su "fin societario". Ello impone concluir, como hemos
dicho al referirnos al concepto de "organización", y siguiendo la ajustada
terminología empleada por los arts. 2055 y 2082 del Cód. Civil italiano de 1942, la
sociedad debe tener vocación de ser titular de una hacienda empresaria
mercantil.

102 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La necesidad de que la sociedad tenga por finalidad dedicarse a la producción
e intercambio de bienes o servicios descarta de nuestro ordenamiento a las
sociedades constituidas para ser titulares exclusivamente de bienes inmuebles
o bienes registrables, sin administración o actividad comercial sobre ellos, así
como a las sociedades constituidas exclusivamente para ser "vendidas" o con
destino a un mercado de sociedades. Así lo ha resuelto la jurisprudencia de
nuestros tribunales comerciales.

11.6. La participación en los beneficios y soportación de las pérdidas

OM
Finalmente, la definición de sociedad comercial prevista en el art. 1º de la ley
19.550 incluye al fin común o a la causa del contrato de sociedad, que se traduce
en la obtención de beneficios económicos, denominados técnicamente
dividendos, debiendo los socios soportar las pérdidas sufridas por la sociedad.

Es necesario aclarar que la participación en los beneficios está sujeta a un


procedimiento especial previsto expresamente por la ley 19.550 en sus arts.
.C
68 y 224, pues los administradores no pueden repartir las ganancias en cualquier
momento o de cualquier manera, como es propio en las sociedades de
profesionales, sino que los dividendos solo pueden ser aprobados y distribuidos
a los socios si ellos surgen de ganancias realizadas y líquidas resultantes de un
DD

balance confeccionado de acuerdo con la ley y el estatuto y aprobado por el


órgano social competente, salvo en las sociedades anónimas incluidas en el art.
299 de la ley 19.550.

Los socios deben pactar en el contrato constitutivo o en el estatuto la forma


LA

cómo se distribuirán las ganancias obtenidas por la sociedad. Caso contrario, la


distribución se hará en proporción a los aportes (art. 11, inc. 7º, ley 19.550), pero
son nulas de nulidad absoluta las cláusulas del contrato social o estatuto por
medio de las cuales alguno o algunos de los socios reciban todos los beneficios
o se los excluya de ellos, o que sean liberados de contribuir a las pérdidas, que
FI

le aseguren al socio su capital o las ganancias eventuales o que la totalidad de


las ganancias pertenezcan al socio o socios sobrevivientes. Tales estipulaciones
han sido denominadas "cláusulas leoninas" y su invalidez está impuesta
expresamente en el art. 13 de la ley 19.550.


En cuanto a las pérdidas, ellas serán soportadas de acuerdo con el tipo social
adoptado. Si se trata de una sociedad de las incluidas en la categoría de
"sociedades de personas" o "sociedades por parte de interés", los socios
responden en forma solidaria e ilimitada por las obligaciones contraídas por la
sociedad, previa excusión de los bienes sociales. Es más, la quiebra de la
sociedad puede incluso serles extendida a los socios de estas sociedades,
atento a la extensión de su responsabilidad (art. 160, ley 24.522). Sin perjuicio
de ello, los socios pueden pactar en estas sociedades una forma determinada
de participar en las pérdidas, pero ello será inoponible a los terceros.

103 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Si se trata de una sociedad de capital, categoría dentro de la cual he incluido
a las sociedades de responsabilidad limitada y a las sociedades por acciones,
las únicas pérdidas que los socios o accionistas deben soportar se limitan a los
fondos oportunamente aportados a la sociedad, salvo infracapitalización
societaria, que torna procedente la aplicación del art. 54, párr. 3º, de la ley
19.550, como lo tiene resuelto nuestra jurisprudencia.

En todos los casos, el contrato social o estatuto debe establecer las reglas
para la soportación de las pérdidas por parte de los socios, y en caso de silencio
y al igual que las ganancias, serán soportadas en proporción a los aportes
efectuados. Pero si el contrato social o estatuto previeron la forma de distribuir
las ganancias y no las pérdidas, estas deberán soportarse en la misma
proporción (art. 11, inc. 7º, ley 19.550).

11.7. La affectio societatis

OM
Varias son las definiciones que se han dado de la conocida affectio
.C
societatis que constituye un elemento especifico del contrato de sociedad:
voluntad de cada socio de adecuar su conducta y sus intereses personales,
egoístas y no coincidentes a las necesidades de la sociedad; disposición anímica
de colaboración en todo lo que haga al objeto de la sociedad; relación vinculada
DD

a la existencia de una voluntad común de los socios para la consecución del fin
social y constituida más bien por una disposición anímica activa de colaboración
en todo lo que haga al objeto de la sociedad, etcétera.

En definitiva, la affectio societatis es la predisposición de los integrantes de la


LA

sociedad de actuar en forma coordinada para obtener el fin perseguido con su


constitución, postergando los intereses personales en aras del beneficio común.

Sin embargo, debe cuidarse muy bien de identificar a la affectio societatis con
un estado permanente de concordia entre los socios, pues se ha esgrimido
FI

reiteradamente que el estado de conflicto entre ellos configura una causal de


disolución de la sociedad. Descarto, por mi parte, toda identificación entre el
referido elemento y la amistad o cordialidad, pues en la medida en que la affectio
societatis impone al socio una serie de conductas, como el ánimo de
colaboración y su lealtad hacia los fines societarios, ello supone frecuentes y


necesarios cambios de opiniones y discrepancias, como es lógico en toda


comunidad de intereses, que no puede conducir fatalmente a la disolución de la
sociedad.

En otras palabras: si bien la affectio societatis es un elemento característico


del contrato de sociedad, su inexistencia no puede ser, en principio, causal de
resolución parcial del referido contrato ni esgrimido por ninguno de los socios
para negarse a cumplir con sus obligaciones sociales. Pero si la falta
de affectio es el móvil de determinadas conductas del socio que resultan
perjudiciales para la compañía, como, por ejemplo, su permanente inasistencia

104 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a las reuniones de socios, impidiendo adoptar decisiones fundamentales para la
marcha de la sociedad, la exclusión de quien incurra en tales inconductas debe
ser admitida, pero no fundada en la inexistencia de la affectio, sino en las
conductas que son su consecuencia (art. 92, ley 19.550).

Algo parecido sucede cuando existe un estado permanente de conflictos en la


sociedad entre todos sus integrantes. Si bien es lógico concluir que la sociedad
no podrá cumplir su finalidad ante ese panorama, su disolución y liquidación no
viene impuesta por la pérdida de la affectio entre los socios, pues tal estado de
conflicto puede estar originado en diferentes interpretaciones sobre la marcha de
los negocios sociales, sin quedar desplazado el interés social. Esa situación
de permanente conflicto puede, sin embargo, originar la disolución de la sociedad
cuando ella impida el funcionamiento de los órganos sociales (como sucede
habitualmente en las sociedades en donde cada grupo de socios reúne la mitad

OM
del capital social), pero en tal caso, la liquidación de la sociedad se impone en
virtud de lo dispuesto por el art. 94, inc. 4º, de la ley 19.550, esto es, imposibilidad
sobreviniente de desarrollar el objeto de la sociedad.
.C
CAPÍTULO III - LA UNIFICACIÓN DEL DERECHO PRIVADO Y SU INFLUENCIA EN LA LGS.
DIFERENCIA DE LA SOCIEDAD CON OTROS CONTRATOS ASOCIATIVOS.
CLASIFICACIÓN DE LAS SOCIEDADES
DD

§ 12. EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN. LAS MODIFICACIONES


EFECTUADAS POR LA LEY 26.994
LA

Como consecuencia de la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación


por la ley 26.994 y la derogación de las normas del Código Civil y del Código de
Comercio, se unificó nuestro derecho privado, cumpliéndose de esa manera con
un viejo anhelo de cierta parte de la doctrina nacional, influida por el Código Civil
FI

italiano de 1942, el Código suizo de las Obligaciones del año 1933 y en nuestro
continente, el Código Civil de la República del Paraguay, cuya vigencia data del
año 1987.


Si bien el tema de la unificación del derecho privado originó una larguísima


polémica en nuestra doctrina, a la que la ley 26.994 —que sancionó el Código
Civil y Comercial de la Nación— ha puesto fin, solo el tiempo dirá si el cambio ha
sido favorable o no para los intereses de los habitantes de nuestro país. Por mi
parte, entiendo que era sumamente necesario actualizar nuestra legislación civil
y comercial, cuyas normas, en algunos casos, proponían soluciones que databan
de hace más de 150 años, cuando la Argentina era otra y la manera de vivir,
diferente, aunque mantengo serias dudas sobre la necesidad de la unificación
del derecho privado, dudas que, a más de tres años de la vigencia de la ley
26.994, no han sido disipadas.

105 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La preocupación que genera toda unificación del derecho privado se traduce
en saber si tal manera de proceder implica una "comercialización" del derecho
civil o una "civilización" del derecho comercial, y a mi juicio, este debería ser
siempre el camino elegido, pues nunca ha dado buenos resultados para los
intereses de la Nación y sus habitantes el dictado de leyes promovidas por la
clase empresaria, que beneficia, por lo general, solo a quienes pertenecen a esa
categoría. En materia societaria, que es el tema que nos ocupa, no advierto en
las modificaciones efectuadas por la ley 26.994 una misma filosofía, y la mejor
prueba de ello es la inexistencia de toda coherencia entre los arts. 141 a 192 del
Cód. Civ. y Com., referidos a las personas jurídicas y a las asociaciones civiles,
con las disposiciones reformadas de la ahora denominada LGS. En el primer
caso, si bien aquellas normas del nuevo ordenamiento civil y comercial definen,
clasifican y reglamentan el funcionamiento de dichas entidades, no carecen de
disposiciones que tienden a proteger a los terceros o a los derechos de los

OM
integrantes de las corporaciones. En cambio, y a diferencia de ello, las reformas
a la ley 19.550 efectuada por la ley 26.994 están inspiradas en una defensa de
los intereses corporativos que prima sobre los intereses de los terceros y de los
socios o accionistas, y al respecto, la consagración legislativa de las sociedades
de un solo socio, la eliminación de la responsabilidad solidaria e ilimitada de los
integrantes de las sociedades no constituidas regularmente y la ratificación y
consolidación del principio de conservación de la empresa, a través de un
.C
mecanismo que permite remover cualquier causal de disolución, son los mejores
ejemplos que se priorizó el funcionamiento de la sociedad por sobre otros
aspectos de la ley 19.550 que merecían mayor atención, como la
infracapitalización societaria, el aggiornamiento de la legislación sobre
DD

sociedades constituidas en el extranjero, las sociedades de profesionales y la


nunca realizada división entre sociedades anónimas abiertas y cerradas,
modificaciones estas mucho más urgentes y necesarias que, por ejemplo, la
completa modificación del régimen de las sociedades irregulares o, de hecho
llevada a cabo por la ley 26.994, efectuada a los fines de dar cabida a las
LA

"sociedades civiles", reforma que nadie en la doctrina requería salvo alguna que
otra cuestión puntual.

Lo cierto es que hoy la República Argentina puede exhibir un derecho privado


unificado y un régimen societario casi único, plasmado en la ahora denominada
FI

Ley General de Sociedades, que comprende tanto a las sociedades comerciales


como civiles, que se rigen en forma absolutamente insuficiente por las normas
de la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, tema sobre el cual nos
ocuparemos oportunamente, y si bien no existe hoy, en dicha ley, diferencia
alguna respecto a la naturaleza civil o comercial de las sociedades, sino una


misma y única regulación, estimamos de utilidad efectuar algunas reflexiones


sobre el particular.

§ 13. LA REGULACIÓN DE LAS SOCIEDADES DEDICADAS A ACTIVIDADES


TRADICIONALMENTE CONOCIDAS COMO "CIVILES"

106 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las sociedades civiles, regidas hasta la vigencia de la ley 26.994 por los
derogados arts. 1648 a 1781 del Cód. Civil, fue por casi ciento cincuenta años el
molde societario para la realización de determinas actividades excluidas del
Código de Comercio, como las actividades inmobiliarias, agropecuarias,
mineras, forestales, ganaderas, educacionales y fundamentalmente el ejercicio
de profesiones liberales, aunque una mala interpretación del art. 1º de la ley
19.550 permitió la realización de estas actividades mediante la adopción de
cualquiera de los tipos previstos en el capítulo II de la ley 19.550, basada en el
equivocado argumento de que la sociedad con objeto civil quedaba sometida al
régimen de las sociedades comerciales por el mero hecho de haber sido
constituidas bajo un tipo societario regido por la ley 19.550, lo cual constituyó en
grave error.

La única actividad que, en términos generales, pudo resistir a este fenómeno

OM
de "comercialización" fue la prestación de servicios profesionales, esto es,
aquellas actividades para cuyo ejercicio se requiere la obtención de un título
expedido por una universidad reconocida legalmente, entidades estas conocidas
como "sociedades de profesionales", que por lo general se gobernaban por las
normas que, en materia del "contrato de sociedad", regulaba el por entonces
vigente Código Civil, y si bien es cierto que algunos "estudios", en especial
dedicados al ejercicio de la abogacía o de las ciencias económicas, pudieron
.C
inscribirse como sociedades de responsabilidad limitada o sociedades
anónimas, lo cierto es que existen miles de estos emprendimientos societarios
que funcionan regular o irregularmente en lo que se refiere a su instrumentación
y organización interna, pero cuya existencia no podía ser ignorada.
DD

Estas sociedades, al quedar derogado el Código Civil, y con ello el régimen


legal de las "sociedades civiles", han quedado a la deriva en nuestro régimen
legal, pues la reforma efectuada a la ley 19.550 no se ha ocupado
suficientemente de ellas, quedando estas ahora regidas por las normas de la
LA

sección IV del capítulo I de dicha ley, en los arts. 21 a 26 que antes


reglamentaban a las sociedades irregulares y de hecho, pero que ahora
comprenden, en su seno, a las sociedades que no se constituyeron con sujeción
a los tipos previstos en el capítulo II de la referida ley y a aquellas que omitan
requisitos esenciales o que incumplan con las formalidades exigidas por dicha
FI

normativa, de manera tal que dicho régimen legal se aplicará a todas aquellas
sociedades cuyo objeto constituya la prestación de servicios profesionales y que
no se han constituido de conformidad con los tipos previstos en la ley 19.550.

De este modo, y para clarificar el estatus legal de las "sociedades civiles" a la




fecha de entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación,


considero oportuno formular las siguientes conclusiones:

a) No podrán conformarse ni constituirse nuevas sociedades civiles a partir de


la entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.

b) Ellas desaparecerán como tales, para quedar incluidas en el régimen


previsto por la sección IV del capítulo I de la LGS 19.550.

107 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) Las sociedades civiles que, a esta fecha, hubieran sido constituidas por
escritura pública, continuarán gobernadas por las cláusulas de su estatuto, en la
medida en que resulten compatibles con el nuevo régimen legal previsto por los
arts. 21 a 26 de la referida ley (art. 5º, Cód. Civ. y Com.) y no violen normas de
orden público previstas en la ley 19.550.

d) Las mencionadas entidades, que no se hubieran constituido regularmente


durante la vigencia del Código Civil —sociedades "civiles" irregulares o de
hecho— pasarán a gobernarse por los referidos arts. 21 a 26 de la ley 19.550.

OM
§ 14. CLASIFICACIÓN DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES

Una primera clasificación de las sociedades comerciales nos obliga a distinguir


entre las sociedades constituidas regularmente de aquellas que no han cumplido
los requisitos de forma y publicidad exigidas por la ley 19.550. Las primeras son
conocidas como sociedades regulares por haber adoptado uno de los tipos
previstos por la mencionada ley, cumplido con las formas y con la publicidad
.C
requerida por el ordenamiento societario e inscriptas en el Registro Público. Las
segundas, conocidas como sociedades irregulares y/o sociedades de
hecho fueron legisladas por la ley 19.550 en su versión original en una sección
denominada "De la sociedad no constituida regularmente" (sección IV del
DD

capítulo I, arts. 21 a 26), aunque actualmente, y como consecuencia de las


reformas efectuadas por la ley 26.994, que modificó sustancialmente el régimen
de estas sociedades, ellas pasaron a integrar el listado de las sociedades
mencionadas en el reformado art. 21 que se someterán a las disposiciones de
esta sección, esto es, las sociedades que no se constituyeron con sujeción a los
LA

tipos previstos en el capítulo II de la ley 19.550, que omitan requisitos esenciales


o que incumplan con las formalidades exigidas por la ley. Se trata de sociedades
que han sido reguladas como integrando una categoría o clase de sociedades
por lo general viciadas en su forma y sometidas a un régimen único, cualquiera
que haya sido el tipo que los constituyentes hayan querido adoptar.
FI

La reforma efectuada por la ley 26.994 a la Ley de Sociedades ha hecho


perder parte de la importancia que tenía la distinción efectuada entre las
sociedades "regulares" y las "sociedades no regularmente constituidas", pues
conforme al texto original de los arts. 21 a 26 de la ley 19.550, la sociedad y los


socios no podían invocar entre sí, ni a la sociedad, y mucho menos a los terceros,
los derechos y defensas nacidos del contrato social, asumiendo los socios una
responsabilidad solidaria, ilimitada y no subsidiaria en el cumplimiento de las
obligaciones sociales, entre otras disposiciones legales que se caracterizaban
por su rigidez y su evidente tinte sancionatorio. Pero efectuada la aludida
reforma, ese disfavor del legislador de 1972 fue reemplazado por una nueva
legislación mucho más benigna, que casi convierte a las sociedades incluidas en
esta sección en una especie de tipo social, en el cual sus integrantes responden
ante terceros en forma mancomunada y por partes iguales, pudiendo oponerse
entre sí, ante la sociedad y frente a terceros, las cláusulas del contrato social.

108 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Podemos pues afirmar que las drásticas diferencias existentes entre las
sociedades regulares e irregulares hasta la sanción de la ley 26.994 perdió gran
parte de su trascendencia, sin olvidar que las hoy denominadas "Sociedades de
la sección IV" no son un tipo social sino una clase de sociedades, que no pueden
acceder a ninguno de los procedimientos para los cuales la ley 19.550 prevé la
existencia de tipicidad para sus integrantes (arts. 74, 82, 88 y 90, LGS).

Realizada esa primera clasificación, deben efectuarse las siguientes


distinciones entre las sociedades regulares, esto es, entre aquellas que se han
adaptado a uno de los tipos previstos en el capítulo II de la ley 19.550 o en otros
cuerpos normativos.

El legislador de la ley 19.550 ha intentado, aunque con muy poco éxito,


mantener dentro de la regulación de los distintos tipos societarios una correlación

OM
y adecuación entre la estructura técnica de cada sociedad y la realidad
económica en que ella se desenvuelve, y en tal sentido ha distinguido entre las
denominadas sociedades de interés, las sociedades por cuotas y las sociedades
por acciones.

1. Entre las sociedades de interés se cuentan las sociedades colectivas, de


capital e industria y en comandita simple. Son sociedades que cuentan por lo
.C
general con muy pocos socios y se caracterizan fundamentalmente dejando de
lado por ahora las particularidades de cada una de ellas, por la responsabilidad
solidaria e ilimitada, aunque subsidiaria de sus integrantes, así como por un
esquema sencillo de funcionamiento. Es también característica de estas
DD

sociedades la enorme relevancia de la personalidad de los socios, y de ello se


deriva la necesidad de obtener la conformidad de los restantes socios para la
cesión de la parte de interés por uno de ellos, así como también el riguroso
sistema de mayorías previsto a los fines de modificar el contrato social. Por ello,
este tipo de sociedades es también conocido como sociedades de personas.
LA

Dentro de las sociedades por parte de interés o sociedades de personas, se


encuentran las siguientes:

a) Las sociedades colectivas: Son el paradigma de las sociedades por parte


FI

de interés. Todos sus socios responden en forma solidaria e ilimitada por las
obligaciones sociales, aun cuando ellos cuentan con el derecho de exigir a los
acreedores la agresión prioritaria del patrimonio societario (beneficio de
excusión). Su normativa (arts. 125 a 133) es aplicable a las demás sociedades
incluidas en esta clasificación, en lo que le resultaran compatibles.


b) Las sociedades en comandita simples: Se caracterizan por la existencia de


dos categorías de socios; los socios comanditados o solidarios, que responden
como los socios de las sociedades colectivas, y los socios comanditarios, que
responden solamente por los aportes efectuados a la sociedad, que deben
necesariamente consistir en obligaciones de dar. Precisamente por los límites de
la responsabilidad asumida, les está prohibido a estos socios ejercer la
administración de la sociedad, la cual deberá estar a cargo de los socios
comanditados o terceros (arts. 134 a 140, ley 19.550).

109 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) Las sociedades de capital e industria: También se caracterizan por la
existencia de dos categorías de socios: los socios capitalistas, que responden
de los resultados de las obligaciones sociales como los socios de la sociedad
colectiva, y los socios industriales, que responden hasta la concurrencia de las
ganancias no percibidas. A diferencia de las sociedades en comandita simple, la
administración de las sociedades de capital e industria puede ser desempeñada
por cualquiera de los socios, no estando vedada a los socios industriales (arts.
141 a 145, ley 19.550).

Huelga manifestar que estos tipos de sociedades no tienen hoy, por diversos
motivos, la menor aceptación, pues la imposibilidad de limitar la responsabilidad
por los riesgos empresarios y la posibilidad de que los acreedores sociales
puedan agredir el patrimonio particular de los integrantes de dichas personas
jurídicas torna su constitución absolutamente desalentadora.

OM
2. Las sociedades por "cuotas" son exclusivamente las sociedades de
responsabilidad limitada, caracterizadas por la división de su capital social en
cuotas de igual valor y la responsabilidad de todos sus socios por las cuotas que
hubieran suscripto e integrado.

Las sociedades de responsabilidad limitada, incorporadas a nuestra


.C
legislación societaria en el año 1932 (ley 11.645), fueron objeto de
modificaciones por la ley 19.550 para intentar cubrir el campo de actividades
económicas que considere inadecuado adaptarse al esquema más complejo de
la sociedad anónima. Si bien originalmente pudieron incluirse a estas sociedades
DD

dentro de una categoría mixta, intermedia entre las sociedades de personas y


las sociedades de capital, la actual regulación de las sociedades de
responsabilidad limitada efectuada por la ley 22.903 del año 1982 las acerca
mucho más a las sociedades de capital, resultando cada vez más indiferente la
personalidad de sus integrantes (arts. 146 a 162).
LA

3. Finalmente, las sociedades por acciones son aquellas sociedades en las


cuales su capital social se divide en acciones que se incorporan a títulos
representativos, y así circulan. Sus socios, denominados accionistas, limitan su
responsabilidad a la integración de las acciones suscriptas. Se incluyen dentro
FI

de las sociedades por acciones a los siguientes tipos y subtipos:

a) La sociedad anónima: Es la sociedad por acciones por naturaleza y de


enorme trascendencia para el desarrollo de la economía. Sus características son
la división total de su capital en acciones, así como la limitación de la


responsabilidad de los socios a la integración de las acciones suscriptas por


estos (arts. 163 a 314).

b) Las sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria: Legisladas


en los arts. 308 a 314 de la ley 19.550. En puridad se trata de un subtipo de las
sociedades anónimas, pues su característica es la presencia del Estado
nacional, Estados provinciales, municipales u organismos estatales autorizados
al efecto como titulares en forma individual o conjunta de acciones que
representan el 51% del capital social y que sean suficientes para prevalecer en
las asambleas ordinarias y extraordinarias.

110 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) Sociedades en comandita por acciones: Tienen, al igual que las sociedades
en comandita simple, dos tipos de socios: a) los socios comanditarios que tienen
las mismas características que los accionistas de las sociedades anónimas, y b)
los socios solidarios o comanditados, que responden en forma solidaria. La
diferencia que existe entre ambas comanditas radica en la titularidad de los
socios comanditarios de títulos accionarios (arts. 315 a 324, ley 19.550).

d) Las sociedades de economía mixta: No se encuentran contempladas por


la ley 19.550, sino por la ley 12.962, ratificatoria del dec. 15.349/1946. Al igual
que las sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria, constituyen
otra manifestación de la intervención del Estado en las actividades económicas.
Sus características son la asociación entre el Estado nacional, Estados
provinciales, municipalidades, entidades administrativas autárquicas, etc., y los
capitales privados para la explotación de empresas que tengan por finalidad la

OM
satisfacción de necesidades de orden colectivo o la implantación, fomento o
desarrollo de actividades económicas. Se distinguen de las sociedades
anónimas con participación estatal mayoritaria en el sentido de que en estas el
interés del Estado no necesariamente debe ser superior al capital privado.

e) Las sociedades por acciones simplificadas (SAS): Estas sociedades se


encuentran insólitamente legisladas en la ley 27.349 de apoyo al capital
.C
emprendedor, sancionada en el año 2017. Si bien su denominación obliga a
incluirla como un subtipo de las sociedades por acciones, su legislación las
acerca más a las sociedades de responsabilidad limitada. Constituye no solo un
tipo social híbrido, sino contradictorio con numerosas disposiciones de la ley
DD

19.550, que es donde tenían que estar legisladas, como un modelo simplificado
de las sociedades anónimas. Su inclusión en una ley dedicada al capital
emprendedor constituye un verdadero acertijo, al cual nos dedicaremos
oportunamente, pues pueden acceder al carácter de integrantes de las
sociedades por acciones simplificadas cualquier persona, aun cuando no revista
LA

el carácter de emprendedor, lo que le quita al régimen societario argentino la


necesaria coherencia que todo sistema jurídico debe guardar.

f) Las sociedades cooperativas: Se encuentran reguladas por la ley 20.337 y


son sociedades de capital variable, con acciones nominativas, cuyo fin principal
FI

consiste en crear ventajas económicas a sus asociados y no utilidades


apreciables en dinero. Son sociedades comerciales y se les aplican
supletoriamente las normas de la ley 19.550.

g) Las sociedades de garantía recíproca: Incorporadas a nuestra legislación




mercantil por la ley 24.467 y cuyo único y exclusivo objeto consiste en prestar
garantías en favor de sus socios partícipes para las operaciones que estos
realicen dentro del giro ordinario de sus empresas. Tienen dos categorías de
socios: 1) los socios partícipes, que deben ser titulares de haciendas
empresarias y únicos que pueden ser beneficiados con los contratos de garantía
recíproca, y 2) los socios protectores, que pueden ser personas físicas y jurídicas
y que no pueden exceder el 49% del capital social. Estos socios no carecen del
derecho de celebrar contratos de garantía recíproca con la sociedad y pueden
percibir la totalidad de los beneficios obtenidos por la sociedad, a diferencia de

111 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


los socios partícipes que deben resignar el 50% de los dividendos que les
corresponden en beneficios del fondo de riesgo de la sociedad.

§ 15. EL TIPO SOCIETARIO Y LA MAGNITUD DE LA EMPRESA

Como hemos expuesto, el legislador societario de 1972 procuró proporcionar


formas técnicas adecuadas para actividades económicas de diferente
importancia y características, y es por ello que intentó reservar el molde de las
sociedades de personas a las pequeñas empresas, dejando a las sociedades de
responsabilidad limitada para cubrir un campo de actividades que consideró

OM
inadecuado para adaptarse al esquema más complejo de la sociedad anónima,
que destinó para los grandes emprendimientos.

La legislación reservada a cada uno de los tipos sociales fue coherente con
esa intención del legislador, pues en las sociedades de interés o de personas el
esquema de funcionamiento es sumamente sencillo, así como promiscuo el
régimen de administración toda vez que la constitución de estas sociedades
.C
reposa en la confianza que debe existir entre sus integrantes. En las sociedades
anónimas sucede todo lo contrario, pues su legislación es muy extensa y
minuciosa, reglamentando detalladamente la ley 19.550 el funcionamiento de
sus órganos de administración, gobierno y fiscalización, y asegurando el
DD

legislador, a cada uno de los accionistas, a través de normas inderogables, el


ejercicio de sus derechos esenciales.

La realidad de los negocios traicionó el fin docente del legislador, pues los
comerciantes o empresarios no reparan en otra cosa, al momento de iniciar sus
LA

actividades mercantiles en sociedad, que la posibilidad de limitar su


responsabilidad patrimonial en la menor forma posible y tal elemental realidad
convirtió a las sociedades por parte de interés casi en una curiosidad legislativa,
siendo solo utilizadas cuando alguna normativa legal imponga a determinado
emprendimiento comercial la utilización de estos tipos societarios, como ocurrió
FI

en nuestro país con la actividad farmacéutica, que debió desarrollarse durante


muchísimos años a través de las sociedades en comandita simple, sistema que
sigue parcialmente vigente en la provincia de Buenos Aires para la referida
actividad.


Al igual que sucede en otros países, como, por ejemplo, en España, la


sociedad anónima es el molde o tipo societario bajo el cual se constituyen todos
o casi todos los emprendimientos empresarios, y lo que debió estar reservado a
los grandes negocios, como lo es el minucioso y detallista régimen legal de las
sociedades anónimas, es utilizado hasta por el comerciante minorista, a quien
poco le interesa la complejidad del funcionamiento de estas sociedades, que por
lo general no es respetado. Puede sostenerse que este previsible fenómeno no
fue ignorado por la ley 19.550 que dividió a las sociedades anónimas en
"abiertas" y "cerradas", simplificando de alguna manera el funcionamiento de
estas últimas, pero ello no fue suficiente, pues la realidad ha demostrado que en

112 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


puridad, la gran mayoría de las sociedades anónimas que funcionan en nuestro
medio son sociedades colectivas disfrazadas de sociedades anónimas, lo que
constituye una fuente inagotable de conflictos.

Las sociedades de responsabilidad limitada constituyen un verdadero enigma


que todavía no ha podido ser descifrado. Nacieron en nuestro país en el año
1932, cubriendo un importante vacío legal, en épocas en que regía el Código de
Comercio que imponía para constituir una sociedad anónima la necesidad de
contar con diez accionistas como mínimo y obtener autorización del Poder
Ejecutivo, que era el punto de partida de su reconocimiento como sujeto de
derecho. La sociedad de responsabilidad limitada brindó la posibilidad para todos
los socios de limitar su responsabilidad por los riesgos empresarios, sin
menoscabo del elemento personal propio de las sociedades de personas. Por
ello, no sorprendió que hasta la vigencia de la ley 19.550 en el año 1972, el molde

OM
de las sociedades de responsabilidad limitada tuviera gran aceptación.

Sin embargo, sancionada la ley 19.550 y eliminados los requisitos de la


autorización del Poder Ejecutivo, así como el número mínimo de diez accionistas
para la constitución de una sociedad anónima, las sociedades de
responsabilidad limitada perdieron parte de su atractivo, pues si de
responsabilidad de los socios se trataba, el régimen de la sociedad anónima era
.C
más benigno, porque no existía para estas la responsabilidad solidaria e ilimitada
de todos los socios por la falta de integración de los aportes dinerarios o por la
sobrevaluación de los bienes en especie que el legislador (art. 150, ley 19.550)
había impuesto para todos los integrantes de las sociedades de responsabilidad
DD

limitada.

La ley 22.903 de 1982, que reformó la ley 19.550, con el propósito de alentar
la constitución de las sociedades de responsabilidad limitada y hacerla más
flexible e interesante, eliminó la triple división establecida por el texto original de
LA

dicha normativa, sometiéndolas a un régimen legal único, suavizando el régimen


de mayorías y previendo para estas sociedades nuevas formas de adoptar
acuerdos sociales sin necesidad de reunión por parte de los socios. Sin embargo,
y más allá de los gravísimos errores en que incurrió la ley 22.903, como, por
ejemplo, la necesidad de contar con el voto unánime para la reforma del contrato
FI

social cuando uno de los socios representare el voto mayoritario (art. 160, párr.
2º, ley 19.550) o la deficiente regulación del derecho de receso, lo cierto es que
tales modificaciones no tuvieron el éxito esperado y las sociedades de
responsabilidad limitada no pudieron abarcar el campo de actividades propias de
las pequeñas o medianas empresas, a cargo de las sociedades anónimas. En la


actualidad, se advierte un mayor interés en la constitución de sociedades de


responsabilidad limitada por el hecho de que la autoridad de control ha
establecido un régimen de constitución en el plazo de 24 horas, plazo en el cual
dicha sociedad debe estar registrada. Si el plazo de duración del trámite de una
persona jurídica constituye el elemento dirimente para la elección del tipo
societario adecuado para un emprendimiento empresario, lo cierto es que la
seguridad jurídica está en graves problemas, pues se sacrifica el necesario
control de legalidad de la nueva persona jurídica a cargo de la autoridad de
control en el altar de la celeridad, que nada bueno presagia fundamentalmente
para los terceros que se habrán de vincular con la sociedad.

113 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La única manera de poner fin a este estado de cosas es imponer un importante
capital mínimo a las sociedades anónimas como requisito de constitución y de
funcionamiento. Bien es cierto que el actual art. 186 de la ley 19.550 ha fijado un
capital social mínimo para las sociedades anónimas de $100.000, pero este es
manifiestamente insuficiente, como lo es, sin lugar a dudas, el capital social
mínimo de una sociedad por acciones simplificada que comprende el valor de
dos veces el salario mínimo vital y móvil (art. 40 de la ley 27.349), que al mes de
enero de 2019 asciende a la suma de $22.600, lo cual es un verdadero desatino,
pues si el capital social suficiente es la contrapartida necesaria de la limitación
de la responsabilidad de los socios, la suma de $22.600 es una burla a la
seguridad jurídica.

Con otras palabras: si el objetivo de las sociedades anónimas lo constituye la


concentración de capitales para la realización de emprendimientos empresarios

OM
de envergadura, su capital social debe ser importante, lo cual además redundará
en beneficio de los terceros, atento a la función de garantía que el capital social
de las sociedades anónimas desempeña. Por el contrario, si se insiste en sumas
que son accesibles para cualquier comerciante, no debe extrañar a nadie que se
recurra a las sociedades anónimas para cualquier cosa.
.C
§ 16. DIFERENCIAS DEL CONTRATO DE SOCIEDAD CON OTROS ACTOS O CONTRATOS
DD

ASOCIATIVOS
LA

16.1. Sociedades y asociaciones civiles

La diferencia surge de la mera compulsa de la ley 19.550 que rige a las


sociedades con los arts. 168 a 192 del Cód. Civ. y Com. y que gobierna a las
FI

asociaciones civiles.

Las diferencias son las siguientes:

a) En lo que concierne al fin de bien común o el interés general que inspira a




las asociaciones civiles, las sociedades tienen por el contrario un fin lucrativo
que resulta incompatible con el objetivo de las asociaciones.

b) En cuanto al capital, pues mientras en las sociedades este se constituye


con el aporte de los socios, en las asociaciones civiles no existe capital aportado
por los asociados, quienes se limitan al pago de una cuota social fijada por el
estatuto o la asamblea y que les da derecho a utilizar los servicios que brinda la
asociación. Como bien lo explica Cracogna, en las asociaciones civiles el capital
no se halla individualizado en su composición, sino que es el resultado de la
diferencia entre el activo y el pasivo y por lo tanto es eminentemente variable.

114 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) Una tercera diferencia la constituye el destino del patrimonio en caso de
disolución, pues en las sociedades, una vez realizado el activo, cancelado el
pasivo y reintegrado el capital aportado por los socios, el remanente se les
entrega, según como fuera convenido en el contrato social. En las asociaciones
civiles, el destino del remanente se orienta necesariamente hacia un fin de bien
común o al Estado.

d) Asimismo, en la sociedad la formación de la voluntad social se realiza en


función del capital y por ello los socios participan con una cantidad de votos
proporcional al capital aportado. Ello no sucede de la misma manera en las
asociaciones civiles, donde todos los asociados tienen igual derecho de voto.

e) En las asociaciones civiles, la calidad de asociado es intransferible,


mientras que para las sociedades comerciales rige el principio exactamente

OM
contrario.

f) Salvo las sociedades enumeradas en el art. 299 de la ley 19.550, ellas no


están sometidas al control estatal permanente. Las asociaciones civiles, por el
contrario, requieren autorización para funcionar y se encuentran sujetas al
control permanente de la autoridad competente, nacional o local, según
corresponda.
.C
DD

16.2. Sociedad y fundación

La fundación es un patrimonio afectado a un objetivo de bien común o a una


determinada finalidad altruista. En la fundación no hay asociados, sino un
LA

conjunto de bienes aportados por el o los fundadores y puestos al servicio de


aquellos objetivos.
FI

16.3. Sociedad y condominio

Teniendo en cuenta la definición que de condominio hace el art. 1983 del Cód.


Civ. y Com., no puede haber margen alguno para confundir sociedad y


condominio, pues las diferencias son sustanciales:

a) La sociedad solo puede ser constituida mediante acuerdo de voluntades,


mientras que el condominio puede crearse por acuerdo de voluntades,
testamento o por imperio de la ley.

b) El condominio no constituye un sujeto de derechos, la sociedad sí, por


expresa directiva legal (arts. 148, inc. a], Cód. Civ. y Com., y art. 2º, ley 19.550).

115 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) Finalmente, el condominio no es susceptible de disolución, como las
sociedades, sino de división, a pedido de cualquiera de los condóminos.

CAPÍTULO IV - REQUISITOS ESPECÍFICOS DEL CONTRATO DE SOCIEDAD COMERCIAL

§ 17. EL NOMBRE SOCIETARIO

El nombre de la sociedad es el atributo de su personalidad que la individualiza

OM
y la distingue del conjunto de los socios, quedando obligada cuando quien la
representa lo hace bajo la designación de su nombre societario. Su inclusión en
el contrato constitutivo de cualquier tipo social es dato exigido por el art. 11, inc.
2º, de la ley 19.950 y su omisión somete a la sociedad a las normas de la sección
IV del capítulo I de la ley 19.550 (arts. 21 a 26).
.C
DD

§ 18. NOMBRE SOCIETARIO Y NOMBRE COMERCIAL

El nombre de la sociedad no puede ser confundido con el nombre comercial.


Este es un elemento del fondo de comercio que identifica el establecimiento
industrial o comercial en el ámbito del tráfico mercantil y como tal constituye un
derecho patrimonial del comerciante. El nombre social es un atributo de la
LA

personalidad jurídica del que la sociedad goza, por expresa directiva legal, y por
ello su régimen jurídico es sustancialmente diferente. Valgan para ilustrar lo
expuesto las siguientes diferencias:

a) La propiedad del nombre comercial se adquiere por el uso y solo con


FI

relación al ramo en el que se utiliza, uso que debe ser público y ostensible para
que llegue al público en general. Por el contrario, el nombre societario es
inherente a la sociedad y constituye una estipulación necesaria del contrato
constitutivo a los efectos de la identificación de la persona jurídica.


b) El nombre comercial es transmisible con el fondo de comercio, mientras que


el nombre societario es intransmisible por su propia naturaleza.

c) El nombre comercial puede modificarse libremente por su titular mientras


que deben mediar razones de excepción que justifiquen el cambio del nombre
societario.

116 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 19. RAZÓN SOCIAL Y DENOMINACIÓN SOCIAL

Las sociedades por parte de interés (colectivas, en comandita simple y de


capital e industria) y las sociedades en comandita por acciones tienen opción
para elegir entre dos variantes de nombre societario: la razón social o la
denominación social.

La razón social se encuentra incluida en la categoría del sistema subjetivo de


identificación de la persona, pues es el nombre societario que incorpora el
nombre de uno o más socios, publicitando de tal forma a los terceros su

OM
responsabilidad solidaria e ilimitada (aunque subsidiaria). Por ello, la inclusión
en el nombre de una sociedad de interés de la identificación de una persona que
no reviste el carácter de socio lo convierte automáticamente en socio aparente,
lo cual se encuentra prohibido por el art. 34 de la ley 19.550, y cuya actuación
hará al mismo responsable en forma subsidiaria, solidaria e ilimitada de
conformidad con lo establecido por el art. 125 de dicha ley para los integrantes
de la sociedad colectiva (art. 35 de la ley 19.550, en la versión de la ley 27.444).
.C
Es importante insistir que la utilización de la razón social es optativa para las
sociedades por parte de interés, pero de elegir una denominación social, debe
emplear necesariamente un nombre de fantasía. No sucede lo mismo con las
DD

sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades anónimas, las cuales


tienen que utilizar exclusivamente el sistema de la denominación social, atento
a la inexistencia de socios que respondan en forma solidaria e ilimitada por las
obligaciones sociales. Por esta razón, en este tipo de sociedades puede incluirse
en su identificación el nombre de una persona física, socio o no, pues ello es
LA

indiferente a los terceros.


FI

§ 20. CONFLICTOS DE HOMONIMIA

Una de las características básicas que debe reunir el nombre societario es su


novedad o inconfundibilidad, y si bien ello no surge explícitamente del


ordenamiento societario, como antiguamente lo prescribía el art. 300 del Cód.


Com., esa característica debe considerarse implícita, atento a la función que el
nombre societario desempeña y la evidente necesidad de proteger el interés de
los terceros y del comercio en general que puede verse perjudicado con la
actuación de dos sociedades de nombre idéntico o análogo.

El control de la inconfundibilidad del nombre societario comenzó a operarse


en el ámbito registral para impedir las denominaciones sociales cuando se daba
una situación de homonimia o paronimia, y es nutrida la jurisprudencia elaborada
por la autoridad de control o su tribunal de alzada capitalino (Cámara Nacional

117 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de Apelaciones en lo Comercial) que ha establecido ciertos parámetros para
resolver los conflictos de esa naturaleza. Sin embargo, como ninguna norma
legal autoriza a sostener la inexistencia de observaciones u oposiciones durante
el trámite inscriptorio, nada impedía que se replanteara la cuestión aun ya
inscripta la nueva sociedad, por lo que el control de homonimia terminó
funcionando dentro de la órbita jurisdiccional como acción judicial autónoma e
independiente de que hayan existido cuestionamientos del ente homónimo
durante el trámite registral.

De acuerdo, pues, con la abundante jurisprudencia judicial y administrativa,


pueden sentarse los siguientes criterios para resolver los conflictos de
homonimia:

a) Se debe reparar más en el interés del tráfico y de los terceros en general

OM
que en los intereses del opositor.

b) No debe limitarse la oposición a la identidad gráfica o fonética de los


nombres de ambas sociedades, sino que basta la existencia de un vocablo
dominante susceptible de originar confusión a los terceros.

c) No es suficiente para evitar el conflicto de homonimia la diferencia de objeto


.C
o tipo social entre las sociedades homónimas. Lo primero, porque el objeto no
tiene exteriorización pública y, además, porque no sería admisible limitar la
posibilidad de las sociedades de modificar su objeto con posterioridad. Lo
segundo, porque tampoco puede restringirse la capacidad de las sociedades
DD

para transformar su tipo en forma ulterior.

d) La acción es imprescriptible atento a que la denominación societaria ha sido


considerada un instituto de policía civil destinado a proteger el interés general.
LA

e) La sentencia que haga lugar a la respectiva demanda deberá contener el


apercibimiento a la sociedad demandada de que, en caso de no proceder a su
modificación en el tiempo otorgado en la sentencia definitiva, quedará sujeta a la
normativa prevista en los arts. 21 a 26 de la ley 19.550.
FI

§ 21. EL DOMICILIO SOCIAL. DOMICILIO Y SEDE SOCIAL




Constituye otro de los requisitos específicos del contrato de sociedad exigido


por el art. 11, inc. 2º, de la ley 19.550, y cuya omisión determina la inclusión de
la sociedad en la sección IV del capítulo I de dicha ley.

El domicilio que integra los requisitos exigidos por el art. 11 de la ley 19.550 no
es la dirección precisa (calle y número) de una determinada ciudad o población.
Este es el concepto de "sede social", ajeno a la legislación civil y al cual ha
aludido el fallo plenario de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial,
en el caso "Quilpe SA", del 31 de marzo de 1977, cuya doctrina fuera incorporada

118 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


legislativamente por la ley 22.903 y conforme al cual: "El contrato social o
estatuto puede limitarse a expresar la ciudad o población en que la sociedad
tiene su domicilio, si los socios no quieren que la dirección constituya una
cláusula contractual. Pero el juez sólo ordenará la inscripción en el Registro si la
dirección precisa (calle y número) del domicilio social figura en el contrato o
estatuto o instrumento separado que se presenta al tiempo de inscribir la
sociedad".

De manera tal que, si la dirección precisa constituye cláusula del contrato


social o estatuto, su modificación implicará necesariamente reforma de tales
instrumentos. Pero como tal dato no es necesario, por expresa directiva del
plenario "Quilpe SA" y lo dispuesto por el art. 11, inc. 2º, de la ley 19.550, el
contrato social o estatuto puede limitarse a expresar la jurisdicción (ciudad o
población) donde la sociedad tiene su domicilio, y en caso de mudanza dentro

OM
de la misma jurisdicción, no será necesario reformar aquellos instrumentos.

Sin embargo, es importante destacar que, en uno u otro caso, el registrador


no procederá a inscribir la sociedad si no se hace saber la dirección precisa de
ella, pues este es dato cuyo conocimiento es de fundamental importancia para
los terceros, porque es allí donde deberán efectuarse las diligencias o
intimaciones judiciales o extrajudiciales a la sociedad. Por ello es que el art. 11,
.C
inc. 2º, de la ley 19.550 ha dispuesto que "se tendrán por válidas y vinculantes
para la sociedad todas las notificaciones efectuadas en la sede inscripta". En
otras palabras, la ley ha creado una presunción iuris et de iure consistente en
que en dicho lugar la sociedad tiene su domicilio, el cual subsiste hasta tanto se
DD

modifique y se proceda a la correspondiente inscripción registral.

Ello significa que, ante una notificación efectuada al domicilio social inscripto,
no puede la sociedad argumentar que su domicilio se hallaba en otro lugar para
discutir la validez de las notificaciones efectuadas en aquel. El problema se
LA

presenta cuando el tercero no es de buena fe, entendiéndose por tal, en este


caso, a quien tenía indudable conocimiento de que la sociedad tenía su sede
social en otro lugar por haber contratado con ella en su nueva dirección. La
cuestión es controvertida en doctrina y jurisprudencia y, por mi parte, adhiero a
la tesis que exceptúa al tercero de mala fe de los efectos de la presunción
FI

prevista por el art. 11, inc. 2º, de la ley 19.550, pues resulta lesiva de la buena fe
y contraría la doctrina de los propios actos, la actuación de aquel que remite las
mercaderías o las facturas a la nueva sede social no inscripta, para luego, al
momento de promoverle demanda, remite la respectiva notificación a la sede
social original.


§ 22. DOMICILIO SOCIAL INSCRIPTO Y DOMICILIO CONSTITUIDO

Desde el punto de vista académico no hay asimilación posible entre el


domicilio legal de las sociedades y el domicilio procesal previsto por los
ordenamientos de forma. Sin embargo, coincido con la corriente jurisprudencial

119 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


que confiere al domicilio legal el carácter de constituido procesal para facilitar o
viabilizar sin futuros inconvenientes toda notificación a dicha sociedad y darle
sentido a la presunción establecida por el último párrafo del art. 11, inc. 2º, de
la ley 19.550.

§ 23. EL CAPITAL SOCIAL

El capital social se forma inicialmente con los aportes de los socios y debe ser
adecuado al objeto que la sociedad pretenda desarrollar. La importancia del
capital social está fuera de toda discusión, pues además de servir como fondo

OM
patrimonial para la obtención de beneficios a través del ejercicio por la sociedad
de una determinada actividad empresarial (función de productividad) o como
parámetro para medir matemáticamente la participación del socio en la sociedad,
cumple una trascendentalísima función de garantía frente a los terceros, en
especial en las sociedades de responsabilidad limitada y en la sociedad
anónima, donde los accionistas limitan su responsabilidad a las cuotas o
acciones suscriptas, porque la cifra capital brinda a los terceros un dato de
.C
fundamental importancia al permitirles conocer los bienes con que cuenta la
sociedad para afrontar con sus obligaciones. De allí que prácticamente todas las
legislaciones exigen a las sociedades anónimas un capital social mínimo, que
debería ser adecuado al giro empresario.
DD

Precisamente, por la función de garantía que el capital social cumple frente a


terceros, es que el legislador ha establecido una serie de normas para asegurar
su intangibilidad, imponiendo la necesaria intervención de la autoridad de control
en la valuación de los bienes en especie aportados a sociedades por acciones,
LA

prohibiendo la emisión de acciones por debajo de su valor nominal, impidiendo


la distribución de ganancias sin un balance que compruebe su existencia o
efectuando similar prohibición cuando han existido pérdidas en los anteriores
ejercicios, que deben ser cubiertas con las ganancias obtenidas con
posterioridad, con carácter prioritario a su distribución (arts. 53, 68, 71, 202, 224,
FI

etc.). Repare el lector que ese control es tanto más intenso en materia de
sociedades anónimas unipersonales, en las cuales el capital social deberá
integrarse en su totalidad en el acto constitutivo, no existiendo plazo adicional
para la integración de las acciones emitidas a favor del socio único (arts. 11, inc.
4º, y 186, ley 19.550).


Si bien el capital social reviste mucho más importancia en las sociedades de


responsabilidad limitada y en las sociedades por acciones, atento a la ausencia
de responsabilidad subsidiaria de los socios por las obligaciones sociales, ello
no significa que en las sociedades por parte de interés el capital social carezca
de trascendencia, no solo por las demás funciones que cumple dicho capital
(función de productividad y de medición de la participación del socio), sino
porque la función de garantía tampoco está ausente en los otros tipos sociales.
En otras palabras, puede afirmarse que el principio de la intangibilidad o de
integridad del capital se aplica a toda clase de sociedades, y no solo a aquellas

120 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


en las que las participaciones sociales fijan el límite de la responsabilidad frente
a los acreedores, y ello porque la responsabilidad subsidiaria de los integrantes
de la sociedad colectiva no afecta la recíproca independencia que debe existir
entre los patrimonios de los socios y de la sociedad.

§ 24. CAPITAL SOCIAL Y PATRIMONIO

Ambos son conceptos que, en el derecho de las sociedades, no pueden ser


materia de confusión.

OM
El capital social está constituido por el conjunto de los aportes de los socios
integrados en el acto constitutivo o en oportunidad de su ampliación o
incremento, acto que está sometido a estrictas formalidades legales. Es decir,
que el capital de la sociedad es en principio fijo e invariable, salvo las
modificaciones dispuestas por los socios en virtud de resoluciones societarias de
aumento o reducción. Por el contrario, el patrimonio de la sociedad, cuyo monto
solo puede coincidir con el del capital social en el momento de la constitución de
.C
la sociedad, es esencialmente variable, pues el patrimonio social va cambiando
y modificándose permanente y automáticamente por el giro ordinario de los
negocios.
DD

El patrimonio puede ser concebido entonces como un activo social efectivo


con el cual la sociedad responde por las obligaciones contraídas. El capital social
es, a diferencia de ello, una cifra que siempre debe estar en la sociedad, pues
sirve de instrumento de garantía para los acreedores por la exoneración de la
responsabilidad de que gozan los patrimonios personales de cada uno de los
LA

socios, en especial en aquellas sociedades donde la responsabilidad de los


socios se limita a la integración de sus correspondientes participaciones. Ello
explica convincentemente los derechos que el legislador ha otorgado a los
terceros en el caso de que la sociedad resuelva reducir voluntariamente su
capital social (arts. 203 y 204, ley 19.550).
FI


§ 25. LOS APORTES. IMPORTANCIA. BIENES APORTABLES

La mención de los aportes constituye no solo un requisito específico del


contrato de sociedad comercial, según exigencia del art. 11, inc. 4º, de la ley
19.550, sino que es, como hemos visto, el objeto de dicho contrato, sin los cuales
no puede haber socios, ni por ende sociedad. Debe recordarse que el capital
social se forma inicialmente con los aportes de los socios y que sin aquel no
existe la más mínima posibilidad de desarrollar el objeto de la sociedad.

121 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En principio, salvo el crédito o influencia, todas las cosas o derechos pueden
ser materia de aportes a una sociedad, pero ellos difieren según el tipo social de
que se trata. Ello se explica fácilmente si se parte de la idea de que el capital con
el cual la sociedad comenzará su actividad está constituido por el aporte de los
socios, y con el cual responderá por las obligaciones sociales. Por ello, en
aquellas sociedades en las que la responsabilidad de los socios se limita
exclusivamente al aporte efectuado, es lógico que estos necesariamente deban
consistir en obligaciones de dar, susceptibles de ejecución forzada por los
acreedores sociales. En cambio, en aquellas sociedades en que los socios tienen
responsabilidad solidaria e ilimitada, aunque subsidiaria por las obligaciones
contraídas por la sociedad, la ley ha sido mucho más flexible, admitiendo que los
aportes puedan consistir en obligaciones de dar o de hacer, ya que los terceros
se hallan debidamente cubiertos con la amplia responsabilidad personal asumida
por cada uno de los socios (arts. 38 y 40, ley 19.550).

OM
Los aportes pueden hacerse en propiedad o en uso y goce (usufructo,
locación, habitación), pero por los mismos fundamentos señalados en el párrafo
anterior, el aporte de uso y goce solo está autorizado en las sociedades de
interés. En las sociedades de responsabilidad limitada y por acciones, el
legislador acepta la entrega de bienes a la sociedad en uso y goce, pero como
prestaciones accesorias y no como aporte (véase infra, § 33). Se presume que
.C
los bienes se aportaron en propiedad a la sociedad si no consta expresamente
su aporte en uso y goce (art. 45, ley 19.550).

Si el aporte fuera de uso y goce, el socio soportará su pérdida total o parcial,


DD

no imputable a la sociedad o a alguno de los otros socios, salvo pacto en


contrario. Disuelta la sociedad, puede exigir su restitución en el estado en que
se hallare (art. 49, ley 19.550).
LA

§ 26. FORMALIDADES EXIGIDAS EN MATERIA DE APORTES. LA INSCRIPCIÓN


PREVENTIVA DE BIENES REGISTRABLES
FI

En cuanto a las formalidades exigidas para la entrega de los aportes de la


sociedad, el legislador remite a los requisitos previstos por los respectivos
ordenamientos legales que los rigen (art. 38, párr. 2º, ley 19.550), esto es,
escritura pública, tradición y registración si se trata de inmuebles, formularios y


registro en caso de automotores, etc. Si se tratara el aporte de bienes


registrables, o sea, aquellos para cuya transferencia se requiere la inscripción en
un registro (inmuebles, automotores, buques, etc.), el art. 38, in fine, de la ley
19.550 admite expresamente que la inscripción del aporte podrá efectuarse
preventivamente a nombre de la sociedad en formación, durante el trámite
constitutivo.

Esta inscripción preventiva, que constituyó una novedad en la ley 19.550, que
ahora recoge el art. 154 del Cód. Civ. y Com. para todas las personas jurídicas,
tuvo una doble finalidad que la práctica justificó plenamente: 1) por una parte,

122 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


evitar la sustracción del bien registrable aportado a la sociedad por un acreedor
del socio aportante, que podría frustrar la constitución de la sociedad, y 2) por
otro lado, la preservación de los derechos de los terceros con la sociedad en
formación de la tan común circunstancia de encontrarse, al momento de ejecutar
el cumplimiento de las obligaciones de esa sociedad, que tales aportes no se
habían concretado o efectivizado.

§ 27. CUMPLIMIENTO, EXIGIBILIDAD Y EJECUCIÓN DEL APORTE

El aporte debe ser cumplido en el término fijado en el contrato o, en su defecto,

OM
desde la inscripción del contrato social en el Registro Público (art. 37, ley
19.550). Ello es aplicable para todas las sociedades, con excepción de las
sociedades anónimas unipersonales, en las cuales el aporte debe ser cumplido
totalmente en el acto constitutivo (art. 11, inc. 4º, y 186, LGS).

Ello es aplicación concreta del principio general previsto por el art. 36 de la ley
19.550 que dispone, para todos los derechos y obligaciones de los socios, que
.C
ellos comienzan desde la fecha fijada en el contrato social.

La mora en la ejecución del aporte se produce de pleno derecho y autoriza a


la sociedad a adoptar las siguientes medidas:
DD

a) Disponer la exclusión del socio. La decisión la adopta el órgano de gobierno


de la sociedad y se hace efectiva sin necesidad de acción judicial. El socio
afectado puede reclamar en sede judicial la legalidad de aquella decisión
societaria. Esta sanción es exclusivamente aplicable en todas aquellas
LA

sociedades en donde es procedente la exclusión de socio (art. 92, ley 19.550),


esto es, las sociedades de interés y de responsabilidad limitada, así como para
los socios comanditados de las sociedades por acciones. En las sociedades de
la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, la exclusión de socios por
incumplimiento del aporte resulta inaplicable, pues el art. 91 de la ley 19.550 no
FI

menciona a esta clase de sociedades entre aquellas que rige la figura de la


exclusión de socios.

b) Exigir el cumplimiento con la indemnización de los daños y perjuicios


correspondientes. Esta sanción es aplicable a todos los tipos societarios.


c) Si se trata de una sociedad anónima, los efectos de la mora del aportante


son diversos: 1) Queda suspendido automáticamente el ejercicio de los derechos
inherentes a las acciones en mora (art. 192, ley 19.550). 2) Debe exigirse el
cumplimiento del aporte, con más los daños y perjuicios, de haberse producido.
3) Puede preverse estatutariamente que los derechos de suscripción
correspondientes a las acciones en mora puedan ser vendidos en remate público
o por medio de agente de bolsa, si se tratare de acciones cotizables, corriendo
por cuenta del suscriptor moroso los gastos de remate y los intereses moratorios,
sin perjuicio, además, de su responsabilidad por daños. 4) También podrá

123 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


preverse por vía estatutaria la caducidad de los derechos del accionista moroso,
pero en este caso la sanción producirá sus efectos previa intimación a integrar
en un plazo no mayor a treinta días, con pérdida de las sumas abonadas (art.
193, ley 19.550). Se aclara que todas estas soluciones no son aplicables a las
sociedades anónimas unipersonales, para las cuales no puede existir mora en la
integración del aporte efectuado por el socio único, habida cuenta de que la
integración del aporte debe efectuarse totalmente en el acto constitutivo (arts.
11, inc. 3º, y 186, ley 19.550).

En materia de sociedades, el incumplimiento del aporte está gobernado por


las normas específicas mencionadas en los párrafos precedentes, no resultando
por ende aplicables las disposiciones que, sobre resolución de los contratos,
contienen los arts. 1087 y 1088 del Cód. Civ. y Com.

OM
§ 28. PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES PARA LA INTEGRACIÓN DE LOS APORTES

Tratándose de una obligación derivada del incumplimiento del aporte, el plazo


.C
de prescripción de la acción correspondiente es de cinco años previsto por el art.
2560 del Cód. Civ. y Com., que reemplazó al art. 848, inc. 1º, del Cód. Com. que
establecía en tres años el plazo de prescripción para todas las acciones
derivadas del contrato de sociedad, el cual corre, para la sociedad, desde que la
DD

obligación fue exigible. En caso de quiebra de la sociedad, el plazo de


prescripción comienza a computarse desde la declaración de falencia, sin
perjuicio de señalarse que la quiebra de la sociedad hace caer los plazos
pendientes para la integración de los aportes, de conformidad con lo prescripto
por el art. 150 de la ley 24.522.
LA
FI

§ 29. ANÁLISIS DE LOS DIVERSOS TIPOS DE APORTES EN LA LEY 19.550




29.1. Aporte de derechos

Su régimen está previsto por el art. 40 de la ley 19.550 e incluye a los derechos
intelectuales, bienes inmateriales, patentes de invención, marcas de fábrica,
diseños industriales, concesiones administrativas, etc. La ley exige que tales
derechos deben estar debidamente instrumentados, se refieran a bienes
susceptibles de ser aportados y no sean litigiosos. Para el cumplimiento de la
instrumentación del aporte de derechos debe observarse lo previsto por las leyes

124 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


que los gobiernan, resultando plenamente aplicable a ellos las disposiciones del
art. 38, párrs. 2º y 3º, de la ley 19.550.

29.2. Aporte de créditos

Como excepción al principio general previsto por el art. 38, párr. 2º, de la ley
19.550, el aporte de créditos a sociedades no se rige enteramente por las normas
del Código Civil y Comercial de la Nación, sino por el art. 41 de aquel
ordenamiento, conforme al cual, en los aportes de créditos, la sociedad es
cesionaria por la sola constancia en el contrato social. El aportante responde por

OM
la existencia y legitimidad del crédito, el cual, si no puede ser cobrado a su
vencimiento, convierte a la obligación del socio en la de aportar la suma de dinero
equivalente, que deberá hacer efectiva en el plazo de 30 días.

Sin embargo, y ante el silencio del art. 41 de la ley 19.550, no corresponde


prescindir de la notificación al deudor cedido exigida por el art. 1620 del Cód.
Civ. y Com., pues este debe tener expresa certeza de la persona del acreedor,
.C
que no puede ser suplida por la inscripción del contrato social en el Registro
Público.
DD

29.3. Aporte de títulos valores


LA

El art. 42 de la ley 19.550 distingue entre el aporte de los títulos valores


cotizables en bolsa de los aportes que no fueren cotizables. En el primer caso,
ellos podrán ser aportados hasta por su valor de cotización. En el segundo caso,
es decir, cuando no fueren cotizables o siéndolo no se hubiesen cotizado
habitualmente en un período de tres meses anterior al aporte, ellos se valorarán
FI

según el procedimiento de valuación de bienes no dinerarios, previsto por el art.


51 de la ley 19.550.


29.4. Aporte de fondos de comercio

A tal fin dispone el art. 44 de la ley 19.550 que el socio aportante debe practicar
un inventario y valuación de los bienes que lo integran y cumplir con las normas
de publicidad y oposición previstas por la ley 11.867.

125 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


29.5. Aporte de bienes gravados

Los bienes gravados solo pueden ser aportados por su valor con deducción
del gravamen, el cual debe ser especificado por el aportante. En ambos casos
—hipoteca o prenda—, la sociedad se hace cargo del gravamen.

OM
§ 30. GARANTÍA POR EVICCIÓN Y VICIOS REDHIBITORIOS DEL BIEN APORTADO

Como es sabido, el vendedor a título oneroso de un bien determinado está


obligado a garantizar a su adquirente el uso y goce pacífico de él, libre de toda
reclamación legítima que terceros pudieran efectuar. Tal garantía es conocida
con el nombre de evicción.
.C
La ley 19.550 ha contemplado la garantía de evicción por los bienes aportados
en los arts. 46 a 48, que consagran el siguiente régimen:

a) La sanción específica contra el socio que ha aportado un bien reclamado


DD

legítimamente por terceros consiste en la exclusión de la sociedad, sin perjuicio


de las acciones resarcitorias que esta pueda promover en su contra (art. 46, ley
19.550).

b) La sociedad podrá a su elección optar por no excluir al socio, reclamándole


LA

el valor del bien y la indemnización por los daños ocasionados (art. 46, ley
19.550). Tal posibilidad es inadmisible en caso de mala fe del aportante.

c) El socio responsable de la evicción solo podrá evitar la exclusión si


reemplaza el bien por otro de igual especie y calidad, sin perjuicio de su
FI

obligación de indemnizar a la sociedad por los daños ocasionados (art. 47, ley
19.550).

d) Si el aporte del socio fuera el usufructo del bien, el socio aportante carecerá
de la posibilidad de reemplazarlo (art. 48, ley 19.550).


En materia de vicios redhibitorios, la ley 19.550 no contiene solución especial,


coincidiendo la doctrina en la aplicación al caso de los mismos principios que
gobiernan la garantía de evicción.

§ 31. VALUACIÓN DE LOS APORTES EN ESPECIE

126 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Cuando los aportes no son dinerarios, ellos deben ser objeto de valuación
atento a la importancia que reviste el capital social en las sociedades, tanto para
los socios, como pauta de medida de su participación societaria, como para los
terceros, atento a la función de garantía que dicho capital desempeña.

El sistema de valuación de los aportes no dinerarios previsto por la ley


19.550 es diferente según el tipo societario de que se trate y la responsabilidad
asumida por cada socio:

a) Si se trata de una sociedad de persona o de interés, la ley delega en los


socios la explicitación en el contrato social de los métodos de valuación
empleados. En su defecto, los aportes no dinerarios se valuarán por los precios
de plaza o por uno o más peritos designados por el juez de la inscripción (hoy la
Inspección General de Justicia en la Capital Federal) para el caso de que por la

OM
naturaleza de los bienes no existiere un precio "de plaza".

b) En las sociedades de responsabilidad limitada y en comandita simple para


el aporte de los socios comanditarios, se indicarán en el contrato constitutivo los
antecedentes justificativos de la valuación. Dicha actuación puede ser
impugnada por los acreedores de la sociedad, en el plazo de cinco años de
realizado el aporte, solo en caso de insolvencia o quiebra del ente, pero la
.C
impugnación no procederá si la referida valuación se realizó judicialmente.
Tratándose específicamente de sociedades de responsabilidad limitada, el art.
150 de la ley 19.550 refuerza la necesidad de que el capital social se
corresponda con el justo valor de los bienes que lo integran, imponiendo la
DD

responsabilidad solidaria e ilimitada de todos los socios por la sobrevaluación de


los bienes en especie.

Si existiere discrepancia con la valuación asignada al bien aportado por uno


de los socios, lo cual puede ocurrir cuando el monto resultante de ese aporte
LA

otorga la voluntad mayoritaria, los socios pueden solicitar a la autoridad de


control la designación de uno o más peritos, cuya especialización variará de
acuerdo con la naturaleza del bien aportado. Su dictamen podrá ser impugnado
por el o los socios afectados dentro del plazo de cinco días de notificado,
debiéndose fundamentar la discrepancia con los valores asignados, en cuyo
FI

caso la autoridad de control deberá resolver, con audiencia de los peritos


interesados (art. 52, ley 19.550).

c) En las sociedades por acciones, el legislador ha sido mucho más minucioso


en atención a la relevancia que en estas sociedades reviste el capital social, que


impone una adecuada protección a los terceros en atención de la ausencia de


toda responsabilidad de los socios por las obligaciones sociales. Por tales
razones, el art. 53 de la ley 19.550 no acepta delegar en los fundadores la
valuación de los aportes en especie, labor que está a cargo exclusivamente de
la autoridad de control y que deberá efectuarse siguiendo las siguientes pautas:
1) Por el valor de plaza, cuando se tratare de bienes con valor corriente. 2) Por
valuación pericial cuando a juicio de la autoridad de control no pueda ser
reemplazada por informes de reparticiones estatales o bancos oficiales (art.
53, ley 19.550).

127 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 32. INFRAVALUACIÓN DE LOS APORTES

El último párrafo del art. 53 de la ley 19.550 admite la procedencia del aporte
no dinerario por un valor inferior a la valuación, pues ello no afecta el principio
de la intangibilidad del capital social. No sucede lo mismo con la sobrevaluación
de tales bienes, en cuyo caso la ley exige expresamente la integración de la
diferencia. El aportante, afectado por la valuación efectuada en sede registral,
tiene derecho a solicitar la reducción del aporte al valor resultante de aquella,
siempre que los socios que representen el 75% del capital, sin computar el voto
del interesado, acepten tal reducción. De lo contrario, no obtenida esa

OM
conformidad, el aportante deberá integrar la diferencia hasta alcanzar el valor
asignado a su aporte en el instrumento constitutivo.
.C
§ 33. CRÍTICAS AL SISTEMA LEGAL

Existe consenso en la doctrina sobre la necesidad de reformular el


procedimiento de valuación de bienes no dinerarios previsto por la ley 19.550, en
DD

especial el previsto por el art. 53 para las sociedades por acciones, pues los
complejos, dilatados y onerosos trámites que aquel implica, pueden ser
fácilmente reemplazados con otros mecanismos, como, por ejemplo, la
designación por los socios fundadores de un experto cuando los socios
consideren necesario que la valuación de los bienes en especie deba ser
LA

realizada por un especialista. Al respecto, el Proyecto de Reformas a la ley


19.550 elevado al Congreso de la Nación el día 26 de noviembre de 1991 por el
Poder Ejecutivo de la Nación, que no tuvo tratamiento legislativo, es elocuente
al respecto.
FI

Considero suficiente, y cualquiera que sea el tipo social elegido, la sola


mención en el acto constitutivo de los antecedentes justificativos de la valuación
asignada a los bienes en especie, pero incorporando para las sociedades por
acciones —con excepción de las sociedades anónimas unipersonales— el
régimen de responsabilidad previsto actualmente por el art. 150 de la ley


19.550 para los integrantes de las sociedades de responsabilidad limitada, en


las cuales la sobrevaluación de los bienes en especie, al tiempo de la
constitución de la sociedad o del aumento del capital social, hace solidaria e
ilimitadamente responsables a todos los socios por el plazo previsto por el art.
51, in fine, de la ley 19.550.

128 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 34. LAS PRESTACIONES ACCESORIAS

El art. 50 de la ley 19.550 contempla el caso de prestaciones efectuadas por


los socios que no integran el capital social ni implican acrecentamiento por parte
del aportante de sus derechos sociales. Se trata necesariamente de obligaciones
de dar bienes no dinerarios, prestaciones de industria u obligaciones de hacer,
que deben estar individualizadas en el contrato social en orden a su naturaleza,
así como la retribución, duración y sanciones en caso de incumplimiento. No
pueden consistir en dinero, pues de lo contrario se desnaturaliza el fin para el
cual están destinadas.

Las prestaciones accesorias adquieren especial relevancia en materia de


sociedades de responsabilidad limitada y anónimas, en las cuales los únicos
aportes admisibles consisten en prestaciones dinerarias u obligaciones de dar

OM
susceptibles de ejecución forzada entregada en propiedad a la sociedad. Por
ello, el art. 45, in fine, de la ley 19.550 acepta que el aporte de bienes en uso y
goce a la sociedad pueda efectuarse en carácter de prestación accesoria.

Si las prestaciones accesorias han sido pactadas en el contrato constitutivo,


su reforma requiere la conformidad de los obligados y de la mayoría requerida
para la reforma de aquel instrumento. Si tales prestaciones no están contenidas
.C
en el acto constitutivo, ellas serán consideradas como prestaciones de terceros
(art. 50, inc. 1º, ley 19.550) y su modificación solo dependerá de la voluntad de
los interesados, esto es, la sociedad y el dador de la prestación accesoria.
DD

Finalmente, el art. 50, in fine, de la ley 19.550 trata el caso de que exista
vinculación entre la titularidad de cuotas o acciones con la realización de
determinadas prestaciones accesorias a cargo del cuotista o accionista,
generalmente consistentes en prestaciones de hacer. Dispone aquella norma
que cuando estas prestaciones son conexas a cuotas de sociedades de
LA

responsabilidad limitada, su transmisión requiere la conformidad de la mayoría


necesaria para la modificación del contrato, salvo pacto en contrario y, si fueran
conexas a acciones, se requerirá la conformidad del directorio.
FI

§ 35. EL OBJETO SOCIAL




El objeto social está constituido por los actos o categorías de actos que por el
contrato constitutivo podrá realizar la sociedad para lograr su fin mediante su
ejercicio o actividad.

Dichos actos o categoría de actos deben encuadrar en la definición que hace


el art. 1º de la ley 19.550 de sociedad comercial, cuando se refiere a
la "producción o intercambio de bienes o servicios" y que comprende todas las
gamas de la actividad patrimonial.

El objeto social debe reunir los siguientes requisitos:

129 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) Debe ser lícito, así como también deben ser lícitas las actividades
tendientes a realizarlo. La sociedad de objeto ilícito se encuentra fulminada de
nulidad a tenor de lo dispuesto por el art. 18 de la ley 19.550, y la ilicitud de las
actividades tendientes al cumplimiento del objeto pueden conducir a la sociedad
a la nulidad por expresa directiva del art. 19 de la ley 19.550.

b) Debe ser fácticamente posible. Si la imposibilidad es preexistente y


absoluta, la sociedad es nula (art. 279, Cód. Civ. y Com.); si la imposibilidad es
sobreviniente, ella provocará la disolución del ente (art. 94, inc. 4º, ley 19.550).
La imposibilidad de cumplir el objeto puede presentarse cuando el capital social
determinado en el contrato resulta desproporcionadamente reducido con
relación a la magnitud de su objeto.

c) Debe ser preciso y determinado. Con ello se pretende que el objeto sea

OM
enunciado con claridad y exactitud, evitándose toda enumeración genérica de
actividades, siendo jurisprudencia judicial o administrativa reiterada el rechazo
de la inscripción de contratos sociales que hacen referencia a objetos principales,
por hacer ello suponer la existencia de objetos accesorios, en pugna con la
expresa directiva del art. 11, inc. 3º, de la ley 19.550.

Es cuestión controvertida si el objeto social debe ser único o si la sociedad


.C
puede realizar cualquier actividad, en la medida en que ellas se encuentren
mencionadas en el acto constitutivo. La Inspección General de Justicia, en sus
normas, ha tenido diferentes posiciones sobre este tema, y en la actualidad ha
sido admitida la posibilidad de toda sociedad de incluir en su estatuto una
DD

multiplicidad de actividades, sin conexión entre sí, lo cual constituye un evidente


error, pues para toda sociedad, como especie del género persona jurídica, rige
el principio de la especialidad previsto en el art. 141 del Código Civil y Comercial
de la Nación, que resultaría de imposible aplicación para el caso de existencia
de objeto múltiple. Pero además de ello, los arts. 18, 19 y 20, 58, 94, inc. 4º, 244
LA

y 245 de la ley 19.550, entre otros, ratifican la necesidad, en protección de los


terceros y de los propios integrantes del ente, que cuente con un objeto
exclusivo, dentro del cual deben incluirse las actividades accesorias y
complementarias (apertura de cuentas bancarias; compra de inmuebles,
inversión de fondos, etc.). Así lo entendió la jurisprudencia de la Inspección
FI

General de Justicia entre los años 2004 y 2018 y así debe interpretarse el art.
11, inc. 3º, de la ley 19.550, pues es imposible jurídicamente combatir la
infracapitalización societaria si se adopta una solución contraria.

El conjunto de las actividades descriptas en el objeto social debe también




guardar razonable relación con el capital social (art. 66, último párrafo de la
aludida resolución general de la IGJ), atento a que la mención del objeto en el
contrato social constituye un elemento de garantía para los socios y para los
terceros, pues delimita la legitimación de los administradores de la sociedad, la
cual solo responderá por los actos celebrados por sus representantes, siempre
y cuando estos no fueran notoriamente extraños al objeto de la sociedad (art.
58, ley 19.550). Tal limitación impone a los terceros la carga de informarse sobre
el objeto de la sociedad a efectos de que esta no invoque la inoponibilidad de un
acto celebrado por su representante, total o notoriamente ajeno a su objeto.

130 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Además de esta trascendente función, el objeto social tiene también
relevancia a los siguientes fines: a) Constituye instrumento de protección del
derecho de los socios al dividendo, evitando que los fondos sociales sean
afectados a otras actividades no incluidas en el objeto de la sociedad. b)
Determina cuáles son las actividades en competencia que no pueden realizar los
socios y los administradores en las sociedades de interés (art. 133, ley 19.550)
y los administradores de todos los tipos sociales. Del mismo modo, delimita el
interés contrario de unos y otros (arts. 248 y 272, ley 19.550) o los contratos que
los administradores pueden celebrar con la sociedad que administran (art.
271, ley 19.550).

OM
§ 36. OBJETO SOCIAL Y ACTIVIDAD

Si bien el objeto social solo puede cumplirse a través del desarrollo de una
actividad permanente, no deben confundirse los conceptos de "objeto social" y
"actividad de la sociedad" que han sido cuidadosamente distinguidos por la ley
19.550 en sus arts. 18 y 19. El objeto social delimita en el contrato constitutivo la
.C
categoría de actos que la sociedad se propone realizar para la consecución de
su fin societario, mientras que la actividad es el ejercicio efectivo de los actos
realizados por la sociedad en funcionamiento.
DD

Basado en la diferencia entre uno y otro concepto, el art. 19 de la ley


19.550 distingue entre sociedad de objeto lícito con actividad ilícita cuál sería el
caso de la sociedad que cuenta con un objeto social que comprenda la
importación y exportación, pero que ha realizado actos susceptibles de
encuadrar en el delito de contrabando. Del mismo modo, una actividad de los
LA

administradores que implique infracción a las leyes tributarias, impositivas o


previsionales y que revistan cierto grado de permanencia, hacen incurrir a la
sociedad en la causal nulificante prevista por el art. 19 de la ley 19.550.
FI

§ 37. EL PLAZO DE DURACIÓN DE LA SOCIEDAD




Entre los requisitos que la ley impone a la voluntad de las partes que celebran
un contrato de sociedad (art. 11, inc. 5º, ley 19.550) se encuentra el plazo de
duración que debe ser necesariamente determinado, por las siguientes razones:

a) Brinda seguridad a los socios, que así conocen la existencia de sus


derechos y obligaciones.

b) Otorga seguridad a los acreedores particulares de los socios, en tanto la


sociedad no puede ser prorrogada si no media conformidad de estos (art. 57, ley
19.550).

131 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) Permite la consecución del objeto social, atento a la permanencia que
implica la determinación de los socios de mantenerse unidos durante un
determinado lapso.

La ley 19.550 no fija plazos máximos ni mínimos de tiempo, solo exige


determinación al plazo de duración de la sociedad. Los usos y costumbres han
consolidado en nuestro medio la práctica de establecer un plazo máximo de 99
años, de muy dudosa validez, pues ese plazo supera con creces la vida útil de
sus partícipes, salvo tratándose de personas jurídicas.

El vencimiento del plazo de duración provoca la disolución de la sociedad,


pero ella puede ser evitada si los socios, de conformidad con las mayorías
requeridas legalmente de acuerdo con el tipo social de que se trata, resuelven la
prórroga de la sociedad, siempre y cuando tal acuerdo sea adoptado antes del

OM
vencimiento del plazo de duración y su trámite registral iniciado también antes
de este acontecimiento. Del mismo modo, disuelta la sociedad, los socios
pueden evitar su liquidación, volviendo a poner en funcionamiento su objeto
social mediante la reconducción del contrato social, instituto que fue admitido por
la jurisprudencia durante la vigencia del texto originario de la ley 19.550 en el
caso "La Distribuidora Musical SRL" del año 1980, mediante doctrina que fuera
luego receptada por la ley 22.903 para superar la causal de disolución de la
.C
sociedad por vencimiento de su plazo de duración y actualmente, como
consecuencia de la ley 26.994 que sancionó el Código Civil y Comercial de la
Nación, el nuevo texto del art. 100, párr. 1º, de la ley 19.550 prevé expresamente
que las causales de disolución podrán ser removidas mediante la decisión del
DD

órgano de gobierno y eliminación de las causas que le dieron origen, si existe


viabilidad económica y social de la subsistencia de la actividad de la sociedad.
La decisión deberá adoptarse antes de cancelarse la inscripción, sin perjuicio de
terceros y de las responsabilidades asumidas.
LA

CAPÍTULO V - LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES


FI

§ 38. CONCEPTO. IMPORTANCIA




Por expresa disposición del art. 2º de la ley 19.550,la sociedad es un sujeto


de derecho, con el alcance fijado en esa ley.

Mediante esta categórica definición, en concordancia con lo dispuesto por el


art. 143 del Cód. Civ. y Com., el legislador ha otorgado a las sociedades el
carácter de sujeto de derecho, como lo ha hecho con todas las personas
jurídicas, las cuales tienen una personalidad distinta de la de sus miembros.

132 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


De tal modo, los miembros de la persona jurídica no responden por las
obligaciones contraídas por ella, excepto en los casos previstos por el art. 54,
párr. 3º, de la ley 19.550 y 144 del Cód. Civ. y Com.

La atribución del carácter de "personas" a las sociedades comerciales (arts.


141 y 143, Cód. Civ. y Com., y 2º, ley 19.550) constituye el efecto más
característico del contrato de sociedad, pues al reconocerles la ley el carácter de
sujeto de derecho, ha considerado a la sociedad como una persona diferente a
la de sus integrantes, de manera tal que los derechos y obligaciones que aquella
adquiera son imputados a la propia sociedad y no a cada uno de sus integrantes
ni a todos ellos.

Del mismo modo, el reconocimiento de la personalidad jurídica, o lo que es lo


mismo, el carácter de sujeto de derecho que tienen las sociedades, como sucede

OM
con todas las personas jurídicas, implica atribuirles ciertas cualidades o
propiedades de que gozan todas las personas, tanto físicas como jurídicas, que
se denominan los atributos de la personalidad y que son los siguientes:

a) El nombre de la sociedad, que es la designación exclusiva que la


individualiza y que permite que los efectos de los actos celebrados por
determinados sujetos que lo emplean se imputen directamente al patrimonio de
.C
la sociedad (art. 151, Cód. Civ. y Com.).

b) El patrimonio, que es el conjunto de bienes de la sociedad (art. 154, Cód.


Civ. y Com.).
DD

c) La capacidad, esto es, su aptitud para adquirir derechos y obligaciones (art.


22, Cód. Civ. y Com.).

Los atributos de la personalidad de las sociedades presentan iguales


LA

caracteres a los de las personas físicas, esto es, son únicos, necesarios e
indisponibles, de manera tal que la sociedad no puede modificar su nombre,
salvo razones fundadas, ni tampoco enajenarlo, como si se tratara de un nombre
comercial.
FI

§ 39. FUNDAMENTOS Y ALCANCE DEL RECONOCIMIENTO DE LA PERSONALIDAD




JURÍDICA A LAS SOCIEDADES

El reconocimiento que la ley 19.550 ha efectuado del carácter de sujeto de


derecho de las sociedades no tiene el mismo fundamento del que disfrutan las
personas de existencia física, pues la personalidad jurídica de estas proviene de
la naturaleza misma del ser humano, o transcribiendo palabras de Ascarelli, por
ser "criaturas nacidas del vientre de mujer", resultando impensable concebir al
ser humano sin los atributos inherentes a esa personalidad.

133 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Por el contrario, la reconocida personalidad jurídica de los entes ideales en
general tiene otro fundamento. En el caso de las sociedades, el reconocimiento
de su personalidad jurídica se funda en fines eminentemente prácticos, pues
satisface múltiples necesidades del mundo de los negocios porque: a) por una
parte y fundamentalmente, satisface los intereses de los terceros vinculados de
una manera u otra con la sociedad, a quienes se les ofrece un patrimonio
especial (el de la compañía) destinado a satisfacer las deudas contraídas por los
representantes de la entidad, y b) por el otro, permite a los socios obtener en
mejores condiciones las ventajas de los capitales aportados y de los esfuerzos
asociados, independizándose el patrimonio formado para el desarrollo de la
actividad social del patrimonio de sus integrantes, que en principio permanece
indiferente al riesgo empresario.

En definitiva, el carácter de la personalidad jurídica de las sociedades es

OM
meramente instrumental y por ello, otorgado por el legislador cuando de tal
reconocimiento se derivan beneficios para el interés general. Esto ha sido
explicado por los autores de la ley 19.550 en su exposición de motivos, aclarando
que la Comisión adoptó, en la fórmula utilizada por el art. 2º de dicha normativa,
la posición más evolucionada en punto a la personalidad jurídica. Han dicho los
legisladores de la ley 19.550 textualmente que "... la sociedad resulta así no sólo
una regulación del derecho constitucional de asociarse con fines útiles y una
.C
forma de ejercer libremente una actividad económica, sino que constituye una
realidad jurídica, esto es, ni una ficción de la ley, reñida con la titularidad de un
patrimonio y demás atributos de la personalidad, como el domicilio, el nombre y
la capacidad, ni una realidad física, en pugna con una ciencia de valores.
DD

Realidad jurídica que la ley reconoce como medio técnico para que todo grupo
de individuos pueda realizar el fin lícito que se propone. Con esta norma, la ley
posibilita, en fin, una amplia elaboración de las consecuencias de la personalidad
jurídica, y también de soluciones para aquellos casos en que este recurso técnico
sea empleado para fines que excedan las razones de su regulación".
LA

Las contundentes aclaraciones del legislador de 1972 justifican entonces que


la personalidad de las sociedades pueda ser ignorada en determinados casos
(arts. 2º, in fine, y 54, in fine, ley 19.550) o simplemente no otorgada, como
sucedía, hasta la sanción de la ley 26.994, en el caso de las sociedades
FI

accidentales o en participación, reguladas en los arts. 361 a 366 que fueron


expresamente derogados por dicha ley, pues ello hubiera implicado
sencillamente ir en contradicción con las especiales características de dicha
sociedad.


§ 40. NACIMIENTO Y EXTINCIÓN DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LAS SOCIEDADES

Ratificando lo expuesto en el sentido de que la personalidad jurídica es el


efecto característico del acuerdo de voluntades destinado a la constitución de
una sociedad, su carácter de sujeto de derecho es contemporáneo con el
nacimiento del ente, sin que ninguna relación tenga con ello la inscripción de la

134 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sociedad en el Registro Público, que solo otorga oponibilidad al acto registrado.
Así lo dispone expresamente el art. 142 del Cód. Civ. y Com., cuando prescribe
que la existencia de la persona jurídica privada comienza desde su constitución
y no necesita autorización legal para funcionar, excepto disposición legal en
contrario. Ello explica suficientemente el carácter de sujeto de derecho de las
sociedades reguladas en los arts. 21 a 26 de la ley 19.550, que adolecen de
requisitos de forma, al no adaptarse a uno de los tipos sociales previstos en el
capítulo II de dicha ley.

Congruentemente con ello, la cancelación de la inscripción de la sociedad en


el registro mercantil, prevista por el art. 112 de la ley 19.550, tampoco pone fin a
la personalidad jurídica del ente, y si con posterioridad a ello aparecen nuevos
acreedores, la sociedad deberá satisfacerlos, pues la existencia de deudas
implica la subsistencia de un patrimonio autónomo, que es, como ha sido dicho,

OM
uno de los atributos de la personalidad de un sujeto de derecho, que no puede
considerarse extinguido en tanto subsista una manifestación de su personalidad.
.C
§ 41. LÍMITES AL RECONOCIMIENTO DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA. EL CONOCIDO
FENÓMENO DEL ABUSO DE LA PERSONALIDAD DE LAS SOCIEDADES

Es importante detenerse en la etimología de la palabra "persona" utilizada por


DD

los griegos clásicos para identificar a la máscara que usaban los actores de
teatro y que aludía al papel que estos desempeñaban ("personajes"). Como bien
lo ilustra Arauz Castex, esta explicación es ilustrativa porque aclara el manejo de
la técnica jurídica en el sentido de que hay casos en que los derechos no son
directamente adjudicados a un hombre concreto y particular, sino a una
LA

colectividad, pero en uno y otro caso, el derecho es imputado teóricamente a la


máscara, que obviamente, no puede ser sino utilizada por seres humanos.

Ello explica un fenómeno que se presenta diariamente en el mundo de los


negocios y que se traduce en el "enmascaramiento" de una persona física detrás
FI

de una sociedad, haciendo uso desviado del reconocimiento del carácter de


sujeto de derecho otorgado por el legislador a dichas entidades. La
comprobación de esta realidad hizo que el legislador de 1972, al redactar la
fórmula utilizada por el art. 2º de la ley 19.550, reconociera el carácter de sujeto
de derecho de las sociedades comerciales, pero restringiera de seguido sus


alcances para el caso de que la técnica societaria no fuera utilizada para los
"fines reconocidos por la ley".

La imposición de tales restricciones es congruente con las especiales


características del sujeto de derecho denominado sociedad, pues si la
personalidad jurídica de las sociedades constituye un fenómeno nacido de las
necesidades prácticas y los fines que lo fundamentan comparten también ese
origen, ello justifica sobradamente los límites en que dicha personalidad pueda
hacerse valer legítimamente. En otras palabras, toda vez que la personalidad
jurídica se reconoce para facilitar el cumplimiento de ciertos fines de naturaleza

135 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


práctica, resulta de toda lógica sostener que, cuando la utilización de ella se
desvía de tales fines o cuando se abusa de esa personalidad para fines no
queridos al otorgarla, es lícito atravesar o levantar el "velo" para aprehender la
realidad que se oculta tras ella y aplicar la normativa correspondiente a quienes
pretendieron eludirla mediante tan ilegítima manera de proceder.

Tales maniobras son concretadas generalmente a través de sociedades


anónimas, pues en estas los socios asumen una responsabilidad estrictamente
limitada a las acciones suscriptas, manteniendo indemne su propio patrimonio
de los resultados de la actividad de la sociedad. No puede sorprender a nadie
pues, que a los efectos de superar el principio de la unidad del patrimonio
consagrado por nuestro ordenamiento civil, y según el cual el patrimonio de una
persona es la garantía (prenda) común de sus acreedores (arts. 242 y 743, Cód.
Civ. y Com.), proliferen las sociedades anónimas detrás de las cuales se

OM
esconden o "enmascaran" los verdaderos "dueños" del negocio, con el único fin
de evitar responder con su patrimonio personal por las obligaciones sociales.

Se concretan de esa manera, abusando del excepcional recurso de la


personalidad jurídica, infinidad de maniobras que luego de la sanción de la ley
22.903 han encontrado justo correctivo en la norma del art. 54, in fine, de la ley
19.550 y que con anterioridad a ello pudieron ser superadas a través de la
.C
aplicación de la doctrina de la desestimación de la personalidad jurídica o
del disregard of legal entity, proveniente del derecho anglosajón y que constituye
aplicación específica de la normativa general del ordenamiento civil relacionada
con la simulación de los actos jurídicos y del abuso de derecho.
DD

De tal manera, y por aplicación de los referidos principios, no puede tener


jamás acogida la defensa efectuada por un deudor recalcitrante que, cuando es
embargado el inmueble donde reside, argumenta que este fue transferido a una
sociedad de la cual es titular de las acciones que le otorgan su control, en los
LA

términos del art. 33 de la ley 19.550, ocupándolo, a partir de tal transferencia, en


calidad de inquilino. Del mismo modo, tampoco podría tener éxito la maniobra
del transmitente de un fondo de comercio que intenta violar la implícita
prohibición de instalarse en un radio cercano al negocio transferido,
argumentando que el nuevo local pertenece a una sociedad comercial en la cual
FI

el vendedor del fondo es titular y controlante de la voluntad social. Ante tales


casos, es lícito ignorar el carácter de sujeto de derecho de la nueva sociedad,
imputando la actuación de la sociedad al socio o controlante que la hicieron
posible (art. 54, in fine,ley 19.550).


§ 42. EL ART. 54, IN FINE, DE LA LEY 19.550. CONTENIDO Y ALCANCE

La ley 22.903 del año 1983 vino a reglamentar la amplia fórmula prevista por
el art. 2º de la ley 19.550, la cual, si bien reconocía el carácter de sujeto de
derecho de las sociedades comerciales, tal separación patrimonial resultaba
vigente en tanto y en cuanto se respetaran "los alcances fijados por la ley".

136 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El nuevo art. 54, in fine, de la ley 19.550, bajo el título de "Inoponibilidad de la
persona jurídica", complementó aquel principio general describiendo los
presupuestos de aplicación de la doctrina de la inoponibilidad y reglamentando
sus efectos. Prescribe textualmente esta disposición legal: "La actuación de una
sociedad que encubra la consecución de fines extrasocietarios o constituya un
mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe, o para frustrar
derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los controlantes
que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los
perjuicios causados".

El primer acierto del art. 54, último párrafo, de la ley 19.550 lo constituye la
descripción del fenómeno que origina las sanciones allí establecidas, pues el
legislador no se ha limitado al acto de constitución de la sociedad ni se remonta
al origen del ente para tornarla aplicable. La expresión "actuación" utilizada por

OM
la norma debe entenderse también como comprensiva de cualquier acto
emanado de los órganos de la sociedad, en los cuales se exprese la voluntad de
esta (sea asamblea o directorio), con lo que la norma comprende no solo a
aquellas maniobras que tengan como víctimas a los terceros ajenos a la
sociedad, sino a alguno de sus integrantes, cuyos derechos pueden ser violados
a través de conductas consumadas por el ilegítimo empleo de las formas
societarias.
.C
Pero el aporte más importante efectuado al ordenamiento societario por el
nuevo art. 54, in fine, de la ley 19.550 es que no limita la operatividad de la norma
a los actos ejecutados por la sociedad en violación de la ley, el orden público, la
DD

buena fe o los derechos de terceros, que son supuestos más corrientes cuando
se abusa de la personalidad jurídica, sino que, con gran acierto, ha extendido
sus alcances a la actuación de quienes se han valido de la estructura societaria
para lograr con ello "fines extrasocietarios", es decir, cuando no hay ilegitimidad
ni dolosa frustración de los derechos de terceros, sino simplemente provecho de
LA

los beneficios que la ley otorga a las sociedades mercantiles o a sus integrantes
cuando aquella no cumple ninguna actividad productiva o intermediaria de
bienes o servicios ni es titular de una hacienda empresaria, lo cual constituye "el
fin societario", cuyo desarrollo determina el mantenimiento y el alcance de la
personalidad jurídica a que hace referencia el art. 2º de la ley 19.550.
FI

En cuanto a los efectos de la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad de


la persona jurídica, el art. 54, in fine, de la ley 19.550 prescribe los siguientes:

a) Imputación a los socios o controlantes de la actuación ilegítima o




extrasocietaria del ente, esto es, la aplicación concreta para ellos de las normas
que quisieron ser evitadas tras la máscara de la sociedad. Por ejemplo, cuando
se trata de esconder un condominio bajo la forma de sociedad, el condómino
disfrazado de socio podrá exigir la división del condominio, invocando lo
dispuesto por el art. 1997 del Cód. Civ. y Com., sin que a ello pueda serle opuesto
el plazo de duración de la sociedad o la doctrina de los propios actos, toda vez
que a la ley 19.550 no le interesa alentar la constitución o actuación de
sociedades meramente ficticias, a las que no reserva los excepcionales
beneficios que consagra a las entidades lícitamente constituidas y que
desarrollan un fin societario. De esta manera, quedan sometidas a la sanción de

137 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


inoponibilidad las sociedades que se limitan exclusivamente a ser titulares de
dominio de bienes registrables, aun cuando de ello no se derive perjuicio para
terceros ni suponga maniobras de insolventación de ninguno de sus integrantes.

b) Satisfacción, por los socios o controlantes que hubieran hecho posible tal
actuación, de los daños y perjuicios correspondientes que resulten consecuencia
de esa manera de actuar.

Ahora bien, puede ocurrir que la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad


pueda perjudicar definitivamente a la existencia del ente, como sería el caso de
la sociedad constituida al solo efecto de defraudar a terceros. En tales casos, la
declaración de inoponibilidad de la sociedad provocará la disolución del ente,
que deberá ser liquidado. Otras veces, el resultado de la acción intentada es la
inoponibilidad de la actuación de la sociedad frente a un acto o actos

OM
determinados. En estos casos, la calidad de sujeto de derecho se mantiene
vigente en todos sus otros aspectos, pero esa calidad no ampara los actos
realizados en contra o abuso de la ley.
.C
§ 43. APLICACIÓN CONCRETA DE LA DOCTRINA DE LA DESESTIMACIÓN E
INOPONIBILIDAD DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LAS SOCIEDADES
DD

La doctrina de la inoponibilidad o desestimación de la personalidad jurídica o


del disregard of legal entity fue utilizada permanentemente y no solo por los
tribunales en lo comercial, cuando, a través de la constitución o actuación de
sociedades ficticias, se atentó abusivamente contra los intereses tutelados por
el derecho.
LA

43.1. En materia de derecho laboral, merece recordarse el caso "Aybar c.


Pizzería Viturro SRL", en donde la sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones
del Trabajo, por sentencia del 9 de mayo de 1973 aceptó prescindir de la
personalidad de la sociedad, en un supuesto en donde una sociedad comercial,
FI

que había sido constituida con fines lícitos, como lo es explotar un negocio
gastronómico, funcionó irregularmente al no hacer los aportes jubilatorios a sus
dependientes, a los que burló mediante el sencillo recurso de desaparecer
imprevistamente, dejando a aquellos sin trabajo y sin pagarles sus salarios ni
indemnizaciones. En tal oportunidad, consideró el tribunal responsable a los


socios de la referida compañía haciendo uso de la "doctrina de la penetración o


desestimación de la personalidad jurídica" por entender que, detrás de la
"persona" aparente de un empleador, se trató de evitar la respuesta patrimonial
del verdadero responsable a través de la insolvencia de la sociedad interpuesta.

La justicia laboral de todo el país asimismo aplica en forma diaria la doctrina


de la inoponibilidad de la personalidad jurídica, extendiéndole a los socios la
condena dictada contra la entidad empleadora, cuando se ha comprobado la
existencia de contratación en negro, en forma total o parcial, o ante comprobados
casos de infracapitalización. Se trata de una solución de toda justicia, pues

138 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


mediante el "pago en negro" se viola la ley, el orden público y la buena fe, así
como se afectan los derechos de terceros (en especial de quienes se dedican al
mismo rubro que el empresario infractor) y del mismo modo, la infracapitalización
societaria implica una actuación de las mismas características, pues traslada a
los trabajadores los riesgos empresarios, al privar a la sociedad de la necesaria
garantía —el capital social— con que cuentan los terceros para ver satisfechos
sus créditos.

43.2. En materia de derecho administrativo, no puede dejar de citarse el caso


"Marcos Pechernik SA" de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires,
del 25 de abril de 1967, que denegó la inscripción en el Registro de Proveedores
del Estado a la referida sociedad que había sido constituida después de haber
sido eliminado de tal registro a su presidente y controlante, Marcos Pechernik.

OM
43.3. En materia de derecho fiscal, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
pronunció un ejemplar fallo en el sonado caso "Parke Davis", sociedad que había
pretendido deducir de su balance impositivo las acreditaciones por concepto de
regalías efectuadas en favor de Parke Davis Company of Detroit, titular del
99,95% de su capital accionario, pretensión que fue rechazada por el Tribunal
Fiscal de la Nación con fundamentos que fueron compartidos por la Cámara de
Apelaciones en lo Federal, y finalmente por la Corte Suprema de Justicia de la
.C
Nación, tribunal que, por sentencia del 31 de julio de 1973 y haciendo uso de la
teoría de la penetración, sostuvo que si bien la total relación de subordinación
existente entre varias empresas no suprime la personalidad jurídica de la
sociedad dependiente, tampoco anula su propia capacidad tributaria.
DD

43.4. En el derecho sucesorio y de familia obtuvieron amplia repercusión los


casos "Astesiano" y "Morrogh Bernard" de la sala A de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial de la Capital Federal, en fallo del 27 de febrero de
1978 y de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Concepción del
LA

Uruguay, del 9 de febrero de 1979 respectivamente.

En el caso "Astesiano, Mónica I. c. Gianina SCA y otros", dictado el 27 de


febrero de 1978, el tribunal hizo lugar al reclamo de los herederos del causante
que habían solicitado la reducción del aporte efectuado por este a una sociedad
FI

accionaria, constituida con su esposa y tres de sus hijos con una duración de 99
años y a la cual incorporó todo su patrimonio, sin hacer participar a los herederos
de un hijo premuerto (los actores), de quien se había distanciado desde hacía
muchísimos años. La sala A de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial, al tener por probada la clara voluntad del causante de excluir a los


actores del manejo y del disfrute de la mayoría de sus bienes, hizo cumplir total
e irrestrictamente con el régimen hereditario y, en consecuencia, admitió el
pedido de entrega material de bienes que correspondían de acuerdo con el
régimen de la legítima, debiendo reducirse el capital de la sociedad, si los socios
no optaban por disolverla.

Lo verdaderamente importante de este fallo no solo radica en la correcta


aplicación de la doctrina de la inoponibilidad de la persona jurídica, sino también
en los efectos que a la sociedad le provoca la utilización de dicha teoría,

139 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


resolviéndose expresamente que la declaración de inoponibilidad del ente
societario no implica fulminar de nulidad a la sociedad.

El caso "Morrogh Bernard, Juan c. Grave de Peralta de Morrogh Bernard y


otro", dictado por Cámara Civil y Comercial de Concepción del Uruguay, tuvo
similares características con el fallo anterior, pero a diferencia del caso
"Astesiano", no había existido intención de perjudicar a nadie por parte del
causante al constituir la sociedad, que había sido fundada por este juntamente
con sus herederos forzosos menos uno. Sin embargo, advirtió el tribunal que en
tanto se trataba de una sociedad anónima constituida por el fallecido y los
miembros de su familia, en la que aquel aportó el 95% del capital accionario
mediante un inmueble rural de valor muy superior al valor nominal de las
acciones suscriptas, dicha sociedad no respondió propiamente a la estructura de
una verdadera empresa impersonal y de capital, sino que de hecho agrupó al

OM
núcleo familiar alrededor del cuantioso patrimonio del causante, quien en vida lo
administraba en virtud de su absoluto y casi total predominio accionario. Por ello,
aunque formal y legalmente se trataba de una sociedad de capital, la realidad
interna de ese patrimonio de origen unipersonal adquirió visos de la
administración de un condominio indiviso, implicando una total e innegable
desvirtuación de la forma societaria. Mediante tan sencillos y contundentes
argumentos, el tribunal hizo lugar a la acción de inoponibilidad del acto de
.C
constitución de la sociedad anónima promovido por el heredero que no había
participado de la construcción de la sociedad, en el entendimiento de que el
patrimonio transmisible mortis causa que determina la legítima del heredero que
no participó en la sociedad no puede estar representado por acciones del
DD

causante, ya que ello implicaría una evidente desigualdad entre los sucesores.

Es importante destacar también que, al igual que en el caso "Astesiano", el


tribunal no fulminó la nulidad al contrato constitutivo de la sociedad por falsa
causa o simulación, ni tampoco declaró su inexistencia, sino que solo ordenó,
LA

como efecto característico de la declaración de inoponibilidad a las especiales


circunstancias del caso, la inclusión en el inventario del sucesorio de los bienes
aportados por el causante a la sociedad, la que debería reducir su capital si los
socios no optan por su disolución.
FI

43.5. En materia de derecho concursal y de grupo de sociedades, no puede


dejar de ser mencionado, por la riqueza de matices y por la enorme repercusión
pública que tuvo, el caso "Cía. Swift de la Plata SA s/quiebra", en el cual el
magistrado interviniente, el doctor Salvador María Lozada, en fallo del 8 de
noviembre de 1971, rechazó el concordato preventivo presentado por la


concursada, Cía. Swift de La Plata, a la que declaró en quiebra, extendiéndole


la falencia a otras sociedades del mismo grupo económico a la que aquella
pertenecía (el grupo "Deltec", cuya sociedad holding era Deltec International, con
actividades en todo el mundo, no solo en el ramo frigorífico, sino también
agropecuario y financiero). Entendió el juez Lozada que el hecho de que los
órganos de Swift estaban subordinados a la voluntad del holding internacional, y
que la propuesta de concordato preventivo había sido votada por otras empresas
del grupo, que habían contratado con la sociedad en condiciones muy ventajosas
para aquellas, afectaba el orden público y el legítimo derecho que sobre el
patrimonio de la concursada tenían los verdaderos acreedores, por lo que

140 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


concluyó que no existía personalidad jurídica diferenciada entre todas las
empresas del grupo, que respondían a una voluntad común. La Cámara de
Apelaciones en lo Comercial, a través de su sala C, confirmó la no homologación
del concordato, pero declaró nula la extensión de la quiebra a las demás
sociedades del grupo "Deltec", por no haber sido citadas. Finalmente, la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, en ese entonces integrada por los Dres.
Miguel Ángel Bercaitz, Agustín Díaz Bialet, Manuel Arauz Castex y Ernesto
Corvalán Nanclares, por sentencia del 4 de septiembre de 1973 declaró
extensible a la sociedad controlante la quiebra dispuesta para la sociedad
controlada, también extendida a todas las demás subsidiarias de la controlante,
sin previa excusión de los bienes de la sociedad controlada.

Estimo de importancia transcribir la fundamentación de nuestro más Alto


Tribunal, que sostuvo textualmente en tal oportunidad: "... la consideración

OM
esencial para decidir el punto radica en destacar que el régimen de la
personalidad jurídica no puede utilizarse en contra de los intereses superiores
de la sociedad ni de los derechos de terceros. Las técnicas manipuladas para
cohibir el uso meramente instrumental de las formas societarias varían y adoptan
diferentes nombres, pero todas postulan en sustancia la consideración de la
realidad económica y social y la supremacía del derecho objetivo. Es obvio que
esto adquiere particular relevancia cuando los jueces deben enfrentarse con los
.C
complejos problemas jurídicos que suscita la fenomenología moderna de los
grupos societarios, particularmente en sus interferencias y conexiones y con
relación al carácter supranacional que es su nota característica en la vida
contemporánea, todo lo cual consolida los poderes de concentración por las
DD

dificultades que presenta su control, la difusión de su influencia y el


entrecruzamiento de sus redes de administración con sociedades filiales reales
o aparentes".

43.6. Es importante destacar que todos esos fallos fueron dictados con
LA

anterioridad a la vigencia del art. 54, tercer párrafo, de la ley 19.550, incorporado
a dicha ley por la reforma efectuada por la ley 22.903, en el año 1982. Es más,
algunos de esos precedentes fueron dictados antes de la sanción de la ley
19.550, cuando el régimen societario por entonces vigente, contenido en el
Código de Comercio, no contenía previsión alguna en materia de personalidad
FI

jurídica de las sociedades comerciales ni de su inoponibilidad (casos "Marcos


Pechersky SA" y "Aybar c. Pizzería Viturro SRL").

Vigente en el año 1983 el referido art. 54, in fine, de la ley 19.550, esta norma
fue largamente utilizada, no solo por el fuero comercial, que nunca hizo una


interpretación correcta de la filosofía de los redactores de dicha ley y de los


alcances de la referida norma, sino y fundamentalmente por los tribunales de
civiles y del trabajo, a través de magníficos pronunciamientos que no pueden
sino compartirse.

43.7. Al respecto, toda esta problemática de los grupos societarios se presentó


nuevamente en el caso "Macri, Francisco y otros sobre infracción a la ley
23.771", dictado por la Cámara Federal de San Martín el día 28 de abril de 1994.
En dicha oportunidad se tuvo por comprobado que una sociedad extranjera no
fue más que un instrumento del que se valió la sociedad controlante para la venta

141 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de vehículos importados al margen del régimen legal de la industria automotriz,
cuando: a) el presidente de la sociedad controlante era titular del 85% del
paquete accionario de la sociedad extranjera; b) la sociedad extranjera se
constituyó con un capital irrisorio, tanto por su monto como con relación con las
utilidades obtenidas: c) los representantes en las asambleas de la sociedad
extranjera eran funcionarios jerárquicos de la terminal automotriz; d) la única
actividad de la sociedad extranjera consistía en importar a la zona franca
uruguaya, para su posterior comercialización, los automotores de la misma
marca que la controlante producía, y e) la sociedad controlante cancelaba las
cartas de crédito abiertas por las compras efectuadas en el exterior, a la vez que
autorizaba los pagos de los servicios de la extranjera, etcétera.

43.8. En materia de operatoria bancaria y financiera, la aplicación de la


doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica no estuvo tampoco

OM
ausente, mereciendo destacarse el voto del magistrado Edgardo Marcelo Alberti,
como integrante de la sala D de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial en los autos "Peckar, Jaime y otros c. Peña, Jaime Joaquín y otros"
del 18 de marzo de 1997, en donde se resolvió que la actuación de una mesa de
dinero dentro de una institución bancaria, conocida y tolerada por los accionistas
y directores de dicha sociedad, constituyó un "recurso para violar la ley del
banquero" que habilitó la acción prevista por el art. 54, in fine, de la ley
.C
19.550 contra los directores del banco, para recompensar a los ahorristas
actores los perjuicios causados.

Ahora bien, en todos los precedentes analizados existió una clara intención de
DD

perjudicar, mediante la utilización indebida de la técnica societaria, los derechos


o intereses de los terceros, así como violar la ley o el orden público. En tales
casos, la sociedad fue el instrumento del fraude para la consecución de
maniobras ilegítimas.
LA

43.9. Pero no es necesario que ello siempre ocurra de tal manera, pues hay
supuestos en donde la aplicación de la doctrina de la desestimación o
inoponibilidad de la personalidad jurídica se debe efectuar aun cuando no ha
mediado burla a la ley o fraude a los terceros, o más aún, hay supuestos en
donde es necesario allanar la personalidad en favor del ente o de sus
FI

integrantes, cuando el mantenimiento de la distinción podría llevar a consagrar


soluciones injustas y repugnantes a la buena fe.

La primera situación se presentó en el caso "Macoa SA y otras", cuyo fallo fue


dictado por la sala C de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, de


fecha 21 de mayo de 1979. Se trataba de un caso en el que, ante el pedido de


explicaciones requeridas por la Inspección General de Personas Jurídicas, los
fundadores de varias sociedades anónimas adujeron haber actuado para
determinado cliente, o, sencillamente para "tener en cartera" sociedades
constituidas a fin de ponerlas a disposición de determinada clientela. El tribunal
de alzada, confirmando la resolución de la autoridad de control, resolvió, con
aplicación entre otras normas de la expresa previsión del art. 2º de la ley
19.550, que el Estado solo debe otorgar la conformidad administrativa a la
registración de las sociedades si advierte, luego de efectuado el control de
legalidad del contrato social que se le presenta, que este reúne los requisitos

142 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


legales y que no se ha abusado del recurso técnico instrumental para fines no
queridos por la ley. Por su parte, con su correspondiente dictamen, el señor fiscal
de Cámara sostuvo que "(...) el ordenamiento jurídico no puede considerar
constituida legalmente a una sociedad que lo es con el solo fin de crear un
instrumento técnico totalmente vacío de contenido y para una finalidad no
confesada en el acto constitutivo, pues ello se opone a los principios que
condicionan la configuración de la personalidad jurídica en determinados entes,
con evidente abuso de lo dispuesto por el art. 2º de la ley 19.550...".

En el mismo sentido, aunque ya en vigencia la norma del art. 54, in fine, de


la ley 19.550, el mismo tribunal en el caso "Ferrari Vasco c. Arlington SA y otra",
del 10 de mayo de 1995, confirmó la sentencia del juez de primera instancia,
doctor Eduardo M. Favier Dubois (h), que había declarado la inoponibilidad de la
personalidad jurídica de una sociedad que, sin causa ilícita ni fraude, exhibía un

OM
fin extrasocietario, careciendo de toda actividad destinada a la producción o
intercambio de bienes o servicios, ya que sus dos únicos bienes (inmueble y
rodado) no se destinaban a una explotación mercantil sino al disfrute personal
de quien es la única y exclusiva controlante de la voluntad social a pesar de no
figurar como accionista.

43.10. Como antes se anticipara, existen también casos en que el


.C
allanamiento de la personalidad puede producirse a favor del ente o de sus
integrantes para evitar situaciones de notoria injusticia, y el mejor ejemplo de ello
lo constituye el antiguo fallo plenario de la Cámara Nacional de Paz de fecha 29
de noviembre de 1968, en los autos "Fernández Anchorena, Juan y otros c.
DD

Semaldani, Lorenzo y otros", en donde se resolvió que "la sola circunstancia de


constituir los inquilinos una sociedad de responsabilidad limitada no configura
causal de desalojo, por transferencia prohibida de la locación".

En una misma orientación no puede dejar de destacarse la solución a la que


LA

arribó la sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, en los


autos "Marlowe Randall Jackson c. Banco del Buen Ayre SA", del 29 de
noviembre de 1994. Se trataba de un caso donde el actor y su cónyuge habían
demandado al Banco del Buen Ayre SA solicitando la determinación
del quantum de la indemnización que les correspondía en virtud de una sentencia
FI

recaída en un pleito anterior entre las mismas partes, y que había condenado a
la aludida institución bancaria a satisfacer al matrimonio Marlowe los daños
ocasionados por la traba indebida de un embargo sobre una suma de dinero,
que le había impedido cancelar una hipoteca que gravaba el inmueble en el cual
residía el matrimonio y que era propiedad de una sociedad comercial que


integraban exclusivamente los actores, y cuya subasta no pudieron evitar. Ante


tal pretensión resarcitoria, el banco contestó que el matrimonio Marlowe carecía
de legitimación para reclamar una indemnización por la pérdida del inmueble
subastado que era propiedad de una sociedad comercial. En la sentencia
definitiva, el magistrado Enrique Manuel Butty, si bien reconoció que, de acuerdo
con lo dispuesto por los arts. 39 del Cód. Civily 2º de la ley 19.550, no resultaba
posible atribuir a los demandantes (el matrimonio Marlowe) las consecuencias
patrimoniales de la actuación de la sociedad titular del referido inmueble, sostuvo
textualmente, para reconocer el derecho de los actores para obtener tal
indemnización, que "... la circunstancia de que aquéllos fueran cuanto menos los

143 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


controlantes del aludido ente, en los términos del art. 33 de la ley 19.550, esto
es, los titulares de participaciones sociales cualitativas, ello produce un
debilitamiento de la interposición de la persona jurídica en relación a la hacienda
y patrimonio de la sociedad, de modo que, en la realidad técnico-económica
subyacente, el socio controlante deviene en cierto modo titular cuasi inmediato
de tales atributos...".

43.11. En forma paralela con todo ello, la Cámara Nacional de Apelaciones


del Trabajo, en forma ininterrumpida desde el caso "Duquelsy, Silvia c. Fuar SA
y otro", dictado por la sala III de dicho tribunal, en fecha 19 de febrero de 1998,
resolvió la extensión de la condena dictada contra la sociedad a los accionistas
de la sociedad demandada, sobre la base de lo dispuesto por el art. 54, tercer
párrafo, de la ley 19.550, habida cuenta de que la compañía demandada había
incurrido en una continuada práctica de contratación clandestina de sus

OM
dependientes entre quienes se encontraba la actora. Si bien el fallo fue
cuestionado desde los sectores empresarios, argumentando, entre otros, la
improcedencia de la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad de la
personalidad jurídica de una sociedad cuando esta había sido constituida con
fines lícitos, lo cierto es que los fundamentos expuestos por el referido tribunal
laboral fueron irreprochables, sosteniendo que el pago en negro perjudica al
trabajador, que se ve privado de las prestaciones complementarias,
.C
indemnizatorias y cargas sociales; al sector pasivo, que es víctima de la evasión
y a la comunidad comercial, en cuanto al disminuir los costos laborales pone al
autor de la maniobra en mejores condiciones para competir en el mercado que
la reservada a otros empleadores respetuosos de la ley. Dicho fallo, al igual que
DD

muchísimos otros precedentes posteriores al caso "Duquelsy" dictados por ese


tribunal de alzada y otros similares del interior del país, también responsabilizó
a los administradores de la sociedad demandada y en algún caso a
seudorrepresentantes de sociedades extranjeras empleadoras, pero no por
aplicación del art. 54, tercer párrafo, de la ley 19.550, sino recurriendo a los arts.
LA

59, 121, 157 y 274 de la hoy denominada Ley General de Sociedades, que
legislan sobre la responsabilidad de los administradores societarios.

Dicha doctrina, que hoy se impuso totalmente a pesar de la existencia de un


pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del 3 de abril de
FI

2003, en los autos "Palomeque, Aldo c. Benemeth SA y otro", fue extendido a


otras situaciones de fraude laboral que la simple observación de la realidad
acredita su recurrencia, como, por ejemplo, la desaparición de sociedades, el
trasvasamiento de sus activos otras personas jurídicas del mismo grupo o en
caso de infracapitalización societaria, recogiendo el mismo fuero, treinta años


después, la doctrina del caso "Aybar c. Pizzería Viturro SRL", al cual ya hemos
hecho concreta referencia.

43.12. Finalmente, y sin pretender hacer un análisis taxativo de la doctrina de


la inoponibilidad de la personalidad jurídica, no puede dejar de mencionarse la
doctrina de la sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, en
el caso "Víctor Carballude SRL sobre quiebra", del 13 de mayo de 2014, en
donde se resolvió la aplicación del art. 54, párr. 3º, de la ley 19.550 para hacer
responsables en forma solidaria e ilimitada a los socios y administradores de una
sociedad en quiebra, ante la infracapitalización material, a la cual definió como

144 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


el supuesto en que una sociedad carezca totalmente de medios adecuados para
cumplir el objeto social. Dicha doctrina, pero ya fuera del ámbito concursal, fue
reiterada por la sala C de la Cámara Nacional de lo Civil, en fallo del 3 de agosto
de 2017, en los autos "Von Sanden de Klein, Rosa Cristina c. Angelino, Miguel
Ángel y otros sobre daños y perjuicios", en el cual se hizo realidad un criterio que
venía abriéndose camino en la doctrina y en la jurisprudencia y que exhibía una
saludable reacción contra la aplicación indiscriminada del principio de la
irresponsabilidad de los socios y accionistas en las sociedades de
responsabilidad y por acciones, considerada por la antigua doctrina comercialista
como un principio absoluto, que solo es aplicable cuando la sociedad funciona
dentro de los parámetros legales, en todos los aspectos de su actuación.

OM
§ 44. ¿ES APLICABLE LA DOCTRINA DE LA INOPONIBILIDAD DE LA PERSONA JURÍDICA
A OTRAS PERSONAS DE EXISTENCIA IDEAL?

El derogado Código Civil no incluía solución similar a la prevista por los arts.
2º y 54, in fine, de la ley 19.550, aunque resultaba evidente la aplicación de la
.C
doctrina de la inoponibilidad de la persona jurídica a todo supuesto en que una
persona de existencia ideal reconocida como sujeto de derecho ha abusado de
tal prerrogativa. Así lo interpretó la sala D de la Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Civil, en fallo del 16 de marzo de 1971, en el caso "Sindicato Único
DD

Portuarios Argentinos", en el cual el tribunal allanó la personalidad de un nuevo


sindicato creado por todos los afiliados de uno anterior de la misma
denominación y dirigido por el mismo secretario general, que había sido
declarado en concurso civil.
LA

Bien es cierto que la figura de la sociedad se presta mucho más a todo tipo de
maniobras de simulación que otras personas jurídicas sometidas en razón de su
objeto al control permanente del Estado, pero también lo es que se han
presentado casos de abuso de la personalidad jurídica en asociaciones civiles
de consumidores, constituida por abogados con fines exclusivamente
FI

personales, lucrando sus asociados con los honorarios regulados en cada acción
colectiva intentada en supuesto beneficio de determinados consumidores, cuyos
intereses nunca fueron tenidos en cuenta. Del mismo modo, la Inspección
General de Justicia ordenó la promoción de una acción judicial tendiente a la
desestimación de la personalidad jurídica de una fundación, propietaria de un


inmueble, donde el fundador ejercía la medicina sin realizar en él ninguna


actividad de interés general o tendiente al bien común y, finalmente, no es fácil
de olvidar la actuación reciente de un ministro de trabajo que inscribió a su
empleada doméstica en un sindicato intervenido por dicho ministerio, para que
se hiciera cargo de la remuneración de aquella, sin obligación de comparecer a
sus dependencias.

Como era de esperar, el Código Civil y Comercial de la Nación, sancionado


por la ley 26.994, incorporó en su art. 144 y para todas las personas jurídicas,

145 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


una solución casi idéntica a la prevista por el art. 54, último párrafo, de la ley
19.550 para las sociedades.

Dispone dicha norma, bajo el título de "Inoponibilidad de la personalidad


jurídica": "La actuación que esté destinada a la consecución de fines ajenos a la
persona jurídica, constituya un recurso para violar la ley, el orden público o la
buena fe o para frustrar derechos de cualquier persona, se imputa a quienes a
título de socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos, la
hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los
perjuicios causados.

"Lo dispuesto se aplica sin afectar los derechos de los terceros de buena fe y
sin perjuicio de las responsabilidades personales de que puedan ser pasibles los
participantes en los hechos por los perjuicios causados".

OM
La redacción del art. 144 del Cód. Civ. y Com. ha mejorado notablemente el
texto del art. 54, in fine, de la ley 19.550, pues evita la referencia a los "fines
extrasocietarios", que no fueron definidos por ninguna norma de la Ley General
de Sociedades, para reemplazarlo por "fines ajenos a la persona jurídica",
fórmula íntimamente relacionada con su objeto. Del mismo modo, suprimió el
adjetivo "mero", para calificar al recurso utilizado para violar la ley, el orden
.C
público o la buena fe o para frustrar los derechos de cualquier persona, que nada
aportaba para la interpretación del texto del art. 54, salvo para confundir al
intérprete y beneficiar al autor de la maniobra. Por otro lado, la norma del art.
144 del Cód. Civ. y Com. clarifica con mayor exactitud a los responsables de la
DD

maniobra (socios, asociados, miembros o controlantes, directos o indirectos) y,


finalmente, deja a salvo los derechos de los terceros de buena fe, los cuales no
pueden ser perjudicados como consecuencia de la declaración de inoponibilidad.
LA

§ 45. CUESTIONES PROCESALES EN EL PROCEDIMIENTO DE INOPONIBILIDAD DE LA


PERSONALIDAD JURÍDICA
FI

Es jurisprudencia pacífica, sin distinción de fueros, la aplicación de los


siguientes principios, de naturaleza procesal, en los casos en donde la
personalidad jurídica de una sociedad se encuentra en entredicho.


a) Toda acción que pretende el allanamiento de la personalidad de una


sociedad constituida exige que el ente sea constitucionalmente oído en juicio.

b) Son de competencia exclusiva y excluyente de la justicia comercial todas


las pretensiones cuyos elementos objetivos comprendan los actos que pueden
afectar el funcionamiento de una sociedad, sin que obste a dicha conclusión el
título que esgrimen los pretendientes. Ello no importa sostener que cualquier
demanda en donde la personalidad jurídica de una persona ideal se encuentre
en discusión deba tramitar por ante el fuero mercantil, sino solo aquellas en
donde quien asume la legitimación activa es un integrante de la entidad. Por el

146 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


contrario, cuando se trata de una demanda promovida por terceros, y en la cual
se pretende hacer uso del remedio previsto en el art. 54, in fine, de la ley 19.550,
será juez competente el que corresponda según la índole de la pretensión del
accionante.

c) La acción tendiente a desestimar la personalidad jurídica societaria, con los


efectos previstos por el art. 54 de la ley 19.550, debe ser instaurada por juicio de
pleno conocimiento, tal como lo prevé el art. 15 de la ley 19.550, pues se trata
de una acción autorizada por el ordenamiento societario. Como excepción a ello,
se ha admitido, en los casos en que los tribunales del trabajo han aplicado la
doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica para sancionar a los
integrantes de las sociedades empleadoras, en caso de contratación
clandestina, infracapitalización societaria o desaparición de la sociedad, la
procedencia de promover un incidente de responsabilidad a los fines de

OM
responsabilizar a sus integrantes, con posterioridad al dictado de la sentencia
definitiva, cuando, durante la tramitación del pleito, la sociedad ha desaparecido
o ha caído en insolvencia.
.C
CAPÍTULO VI - FORMAS DE CONSTITUCIÓN. PUBLICIDAD Y REGISTRACIÓN DE
SOCIEDADES COMERCIALES
DD

§ 46. FORMA DEL CONTRATO DE SOCIEDAD


LA

La ley 19.550 ha creado un sistema específico con relación a la forma del


contrato de sociedad, cuyo principio general se encuentra previsto en su art. 4º,
según el cual el contrato por el que se constituye o modifica una sociedad debe
otorgarse por instrumento público o privado, en cuyo caso las firmas de los
FI

otorgantes deberán ser autenticadas por escribano público u otro funcionario


competente o ratificadas ante la autoridad de control (art. 5º, ley 19.550).

La excepción a dicha regla, respecto de las sociedades previstas en la ley


19.550, se encuentra prevista para la constitución de sociedades por acciones


en el art. 165 de la citada ley, que prescribe que dichas sociedades se


constituyen por instrumento público y por acto único o por suscripción pública.

Surge pues de dichas normas que, para constituir una sociedad regular, el
contrato constitutivo debe formularse por escrito, en instrumento público o
privado, salvo para las sociedades por acciones, las cuales, cuando se trata de
constitución por acto único, requieren el instrumento público, que será común,
aunque no necesariamente la escritura pública, pues es posible constituirlas por
cualquiera de los actos previstos por el art. 289 del Cód. Civ. y Com.

147 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Cabe recordar que el acto constitutivo de la sociedad anónima es el que debe
otorgarse por instrumento público, pues así lo impone el art. 165 de la ley
19.550, y los trámites administrativos que requiere su inscripción no le dan ese
carácter, porque si así fuera, la solución prevista por dicho artículo sería
redundante.

Por el contrario, la modificación del acto constitutivo de las sociedades por


acciones no requiere escritura pública, resultando inaplicable a las sociedades
comerciales la norma del art. 1016 del Cód. Civ. y Com., pues la especialidad de
la materia societaria, expresamente prevista en el art. 4º de la ley 19.550, impide
la aplicación sin más del ordenamiento referido, el cual, se recuerda, prescribe
que la formalidad exigida para la celebración del contrato rige también para las
modificaciones ulteriores que le sean introducidas, excepto que ellas versen
solamente sobre estipulaciones accesorias o secundarias o que exista

OM
disposición legal en contrario, el cual es, precisamente, el caso que nos ocupa,
en donde la propia Ley General de Sociedades prevé, como principio general, la
posibilidad de redactar la modificación del contrato social por instrumento público
o privado, que en la práctica se concreta mediante la redacción del acta de la
asamblea correspondiente (arts. 73 y 249, LGS).
.C
§ 47. INSCRIPCIÓN DE LA SOCIEDAD EN EL REGISTRO PÚBLICO
DD

Además de la forma escrita, la ley 19.550 requiere para calificar como regular
a una sociedad mercantil su inscripción en el Registro Público de Comercio —
hoy denominado "Registro Público" por el Código Civil y Comercial de la Nación,
reiterando la vieja y derogada directiva del art. 36 del Cód. Com.—.
LA

Dicha inscripción es requerida a los efectos de dar publicidad a los actos o


documentos que se inscriben en el Registro Público y tornarlos oponibles a los
terceros, de manera que estos no puedan alegar, a partir de tal registración,
desconocimiento del contenido de tales actos o documentos.
FI

La inscripción obligatoria de documentos comerciales tiene como fundamento


el bienestar del comercio y la transparencia de las relaciones mercantiles.
Concretamente, y en materia de sociedades, al tercero no solo le interesa
conocer el contrato constitutivo de la sociedad y sus posteriores modificaciones,


sino también otros actos cuya registración expresamente requiere la ley 19.550
a los fines de brindar certeza y seguridad jurídica a los terceros, como, por
ejemplo, toda designación y cesación de los administradores o liquidadores, la
disolución de la sociedad, la cancelación de su inscripción original, etcétera.

La inscripción de las sociedades en el Registro Público se encuentra prevista


en el art. 5º de la ley 19.550, cuyo texto fue reformulado por la ley 26.994,
prescribiendo: "El acto constitutivo, su modificación y reglamento, si lo hubiese,
se inscribirán en el Registro Público del domicilio social y en el Registro que
corresponda al asiento de cada sucursal, incluyendo la dirección donde se

148 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


instalan a los fines del art. 11, inc. 2º. La inscripción se dispondrá previa
ratificación de los otorgantes, excepto cuando se extienda por instrumento
público o las firmas sean autenticadas por escribano público u otro funcionario
competente". Concluye el artículo mencionado disponiendo: "Las sociedades
harán constar en la documentación que de ellas emane, la dirección de su sede
y los datos que identifiquen su inscripción en el Registro".

§ 48. EL REGISTRO PÚBLICO. EFECTOS DE SUS INSCRIPCIONES

Uno de los cambios más profundos efectuados por el Código Civil y Comercial

OM
de la Nación ha sido la derogación del estatuto del comerciante, resultando
cuanto menos curioso que este nuevo ordenamiento, dedicado al derecho civil y
comercial vigente, no contiene ningún capítulo específico destinado a
reglamentar la materia comercial, las obligaciones de los comerciantes, los
agentes auxiliares ni la jurisdicción mercantil. Del mismo modo, no ha sido feliz
el Código Civil y Comercial de la Nación con la supresión del Registro Público de
Comercio, al cual denomina "Registro Público", sin regular absolutamente nada
.C
sobre los actos cuya inscripción la ley requiere, ni sobre los procedimientos
inscriptorios y efectos de las registraciones, y si bien es cierto que la ahora
denominada Ley General de Sociedades conserva y mantiene las inscripciones
societarias en el aludido Registro Público, con algunas modificaciones
DD

desafortunadas, como veremos luego, no debe olvidarse que en ese Registro no


solo se toma razón de determinados y concretos actos societarios, sino otros
actos, como las transferencias de fondos de comercio y la inscripción de los
corredores y martilleros, temas estos regidos por las leyes 11.867, 20.266 y
25.028, que no han sido derogadas por la ley 26.994, sino que mantienen
LA

totalmente su vigencia.

De modo entonces que, como consecuencia de la derogación del Código de


Comercio, las inscripciones societarias pasan a estar legisladas exclusivamente
por la ley 19.550, así como las leyes 22.315, reglamentaria de la actuación de la
FI

Inspección General de Justicia y 22.316 de Registro Público de Comercio,


tampoco derogadas por la ley 26.994 que sancionó el Código Civil y Comercial
de la Nación, todo lo cual revela una cuestionable técnica legislativa, máxime
cuando varias disposiciones de la ley 19.550, que se refieren al "Registro Público
de Comercio", no han sido adaptadas al lenguaje del referido Código unificado


(arts. 61, 78, 82, 83, 84, 88, 92, 102, 111, 112, 123, 149, 152, 168, 336, 339 y
340, entre otros).

En materia de efectos de las inscripciones en el ahora denominado Registro


Público, la doctrina distingue entre la publicidad formal y la publicidad material.
La primera implica solo la simple notificación a los terceros de la existencia de
un acto, y de esa manera poder oponerles a ellos el contenido del documento.
La publicidad material, además de esos efectos, cumple otro de no menor
importancia, consistente en fijar el momento a partir del cual el acto tiene eficacia
plena. En consecuencia, esta publicidad puede otorgar al acto o documento

149 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sujeto a registración efectos declarativos, constitutivos o saneatorios, según se
explicará a continuación.

La ley 19.550 otorga a la inscripción del acto constitutivo de la sociedad en el


Registro Público un efecto constitutivo, pues solo a partir de tal acto las cláusulas
del contrato social o estatuto pueden ser opuestas a terceros, considerándose
regularmente constituida a la sociedad solo desde ese momento (art. 7º, ley
19.550). Por su parte, la inscripción de los administradores, prevista por el art.
60 de la ley 19.550, cumple efectos declarativos, pues los administradores de
sociedades son tales desde que ellos son designados por los socios, en reunión
o asamblea de accionistas, independientemente de toda inscripción, no obstante
lo cual la sociedad no podrá repeler el cumplimiento de las obligaciones
asumidas por un administrador o representante si la cesación de estos o su
reemplazo no estuviera inscripto en el Registro Público.

OM
Nuestra normativa, a diferencia de otras legislaciones, no prevé efectos
saneatorios a la inscripción de actos o documentos mercantiles en el referido
registro, de manera que tal registración no purga los vicios o irregularidades que
pudieran afectarlos, aun cuando otorga una presunción iuris tantum de validez.
.C
§ 49. EL CONTROL DE LEGALIDAD A CARGO DEL REGISTRADOR MERCANTIL
DD

El derogado art. 6º de la ley 19.550, en concordancia con el art. 34 del Cód.


Com., ponía en cabeza del registrador mercantil el control de los requisitos
legales y fiscales respecto de cada acto societario sujeto a inscripción. Ello
coincide con lo dispuesto por el art. 167 de dicha ley, no derogado por la ley
LA

26.994, conforme al cual el contrato constitutivo de las sociedades anónimas


será presentado a la autoridad de control, "para verificar el cumplimiento de los
requisitos legales y fiscales".

Este control de legalidad a cargo del funcionario que se encuentre a cargo del
FI

Registro Público (la Inspección General de Justicia en la Ciudad Autónoma de


Buenos Aires y el Poder Judicial, en algunas provincias), no obstante su enorme
importancia, ha sido dejado sin efecto por la ley 26.994, que ha modificado el art.
6º de la Ley de Sociedades, cuyo texto actual no contiene tal referencia, y solo
se dedica a efectuar algunas precisiones en materia de los plazos para llevar a


cabo dichas registraciones. Se aclara que dicha supresión es solo aplicable a las
sociedades que no se incluyen dentro de la categoría de sociedades por
acciones, pues para ellas rige el mencionado art. 167 de la ley 19.550, que no
ha derogado el control de legalidad del registro mercantil.

La reforma efectuada al art. 6º de la ley 19.550 ha sido totalmente


desafortunada si se tiene en cuenta que las inscripciones que la ley dispone
efectuar en el Registro Público no constituyen meros archivos de expedientes,
sino que corresponden a documentos que, por su importancia, requieren un

150 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


exhaustivo control por parte de un organismo público especialmente creado al
efecto.

El alcance de esta carga que le ha sido impuesta al registrador mercantil, y


que se conoce como "control de legalidad", ha sido objeto de discrepancias por
parte de la doctrina y jurisprudencia, habiéndose sostenido dos criterios:

1. El primero, adoptado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo


Comercial de la Capital Federal en el caso "Jablonsky SRL" del 20 de mayo de
1950, en el cual se sostuvo que si bien la inscripción de documentos en el
Registro Público otorga publicidad material al acto inscripto, a fin de regular sus
consecuencias ante terceros, ella no importa una valoración jurídica sobre su
validez o legitimidad, materia sobre la que corresponde pronunciarse en la
oportunidad en que se suscite una contienda al respecto.

OM
2. Un segundo criterio, expuesto por Halperin y seguido mayoritariamente por
nuestra doctrina, sostiene que el funcionario encargado del Registro debe
oponerse a la inscripción cuando el acto o documento presenten vicios de
nulidad. En consecuencia, y para esta doctrina, que comparto plenamente, la
inscripción de un documento en el Registro Público, amén de la publicidad que
dicha registración otorga, importa también una presunción iuris tantum de validez
.C
del documento.

El control de legalidad a cargo del funcionario encargado del Registro Público


ha sido también duramente cuestionado por las demoras que ocasiona para el
DD

sujeto de derecho sometido a los trámites inscriptorios, intentándose enervar su


eficacia a través de la aprobación por la misma autoridad de control de "estatutos
modelos" o "formularios uniformes", como si el texto del contrato constitutivo
pudiera ser igual para cualquier emprendimiento colectivo. El fracaso de tales
técnicas llevaron luego a poner el control de legalidad en manos de los
LA

profesionales redactores del acto sujeto a inscripción ("dictamen de


precalificación"), con total olvido de que dicho control, para poder cumplir la
trascendente función de otorgar a los actos inscriptos en el registro mercantil la
aludida presunción iuris tantum de validez, debe ser efectuado por funcionarios
altamente especializados y obviamente independientes de quien ha sido el
FI

profesional que ha redactado el estatuto o el acto societario sujeto a registración.

En definitiva, poner en manos del profesional actuante el control de legalidad


del documento es perder de vista el concepto mismo del "control", que tanta
importancia le asignaron los legisladores de 1972, a punto tal de ponerlo en


manos de un magistrado judicial, y lo mismo puede afirmarse de las


"inscripciones en 24 horas" que la Inspección General de Justicia hoy
promociona como un logro excepcional, pues ello solo se puede lograr cuando
el contrato de sociedad de responsabilidad o sociedad por acciones simplificadas
—para los cuales se reserva ese beneficio— se redacta en un formulario tipo, en
donde no existe el menor resquicio para el ejercicio de la autonomía de la
voluntad.

Debe recordarse, en apoyo de lo expuesto, las palabras del profesor y


magistrado Isaac Halperin, escritas hace más de sesenta años, pero que no han

151 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


perdido vigencia. Sostenía al respecto que el control de legalidad constituía un
medio eficaz para llenar las necesidades del comercio, que no puede dedicar su
tiempo y esfuerzos en el contralor de la legalidad cada vez que se deba contratar
con sociedades: "Tal control debe estar en manos de un Registro, pues dejarlo
librado a lo que se decida en los litigios que pudieran suscitarse es perder de
vista la esencia misma de la institución del Registro Público de Comercio".

Con otras palabras, el control de legalidad tiende a evitar futuros litigios en la


interpretación de cláusulas estatutarias que no se ajustan a la ley vigente y ello
adquiere suma importancia por la evidente necesidad de dar seguridad al
comercio en general, contribuyendo a dar seguridad y estabilidad al sujeto de
derecho. Ante tales objetivos, no es argumento serio cuestionar el control de
legalidad fundado en el tiempo que este insume o en las tan generalizadas y
vagas invocaciones a la celeridad y simplificación de los negocios mercantiles.

OM
La eliminación por la ley 26.994 del control del cumplimiento de los requisitos
legales y fiscales del documento que se presenta a inscribir en el Registro
Público una sociedad no accionaria nos lleva a preguntarnos si el encargado del
referido registro debe ordenar inmediatamente la inscripción del referido
documento, sin examinar su legalidad, convirtiendo al ahora denominado
"Registro Público" en un "registro buzón" o si, a pesar del nuevo texto del art.
.C
6º de la ley 19.550, dichos controles se mantienen inalterables, y al respecto, la
respuesta debe ser esta última, por los siguientes motivos:

1. No se ha derogado el art. 167 de la misma ley, que ordena a la autoridad


DD

administrativa de control de las sociedades anónimas efectuar el control de los


requisitos legales y fiscales del acto sujeto a inscripción, resultando impensable
que el control de legalidad deba ejercerse tratándose solo de una sociedad
anónima y no llevarse a cabo cuando se trata de los otros tipos sociales.
LA

2. La ley 22.315, denominada Ley Orgánica de la Inspección General de


Justicia, confiere a dicho organismo especiales atribuciones en materia de
conformación del contrato constitutivo y sus actos modificatorios respecto de las
sociedades sometidas a su control. Los arts. 2º, 4º, inc. c), 6º, inc. a), 7º y 8º,
ratifican que las inscripciones que deben efectuarse en el aludido Registro no
FI

son automáticas —salvo aquellas reservadas a la fiscalización de la Comisión


Nacional de Valores— y que el encargado del Registro —en el caso, la
Inspección General de Justicia— tiene la facultad, tratándose de sociedades por
acciones, de conformar el contrato constitutivo y sus variaciones, las
modificaciones de su capital social, su disolución y liquidación, la emisión de


debentures, etc., y todo ello sin perjuicio de la fiscalización permanente del


funcionamiento, disolución y liquidación de las sociedades comprendidas en
el art. 299 de la ley 19.550. Con la misma extensión, el art. 8º de la ley
22.315 prescribe expresamente que la Inspección General de Justicia, respecto
de las sociedades constituidas en el extranjero, debe controlar y conformar el
cumplimiento de los requisitos establecidos por el art. 118 de la ley 19.550 y
determinar las formalidades a cumplir en el caso del art. 119 de la misma ley.

3. Carecería de todo sentido sostener la derogación del control de legalidad


cuando el art. 51 de la ley 19.550, que no ha sido derogado ni modificado por

152 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la ley 26.994 y que rige para todos los tipos societarios, impone a la autoridad
registral el control de la valuación de los aportes en especie y la facultad de
dirimir los conflictos que se derivan de esa valuación (art. 52, ley 19.550).

El control de legalidad, que estimamos vigente a pesar de la actual redacción


del art. 6º de la ley 19.550 y que le permite al registrador mercantil exigir a los
interesados en la inscripción de los documentos cuya toma de razón la ley
impone en forma obligatoria, que los adecuen a la legislación vigente, con el fin
de evitar los litigios que, con toda seguridad, un contrato de sociedad no
adaptado a la ley puede ocasionar en el futuro, en especial ante la posibilidad de
que dicho contrato trascienda la vida de los fundadores y sus cláusulas se
apliquen a sus herederos, que no ha sido parte en la redacción y firma del acto
constitutivo. No debe olvidarse que fue mediante el control de legalidad que la
autoridad de control ha permitido rechazar la inscripción de sociedades

OM
constituidas al solo efecto de vender su estructura, así como impedir la toma de
razón de sociedades en las cuales la pluralidad de socios exigido por el art. 1º de
la ley 19.550 era meramente formal y no sustancial; cuando no existía la menor
relación entre el capital social y el objeto, desalentando la constitución de
sociedades infracapitalizadas, o permitiendo una adecuada ubicación de la
sociedad constituida en el extranjero dentro de los parámetros de los arts.
118, 123 y 124 de la ley 19.550. Precisamente, el arsenal de resoluciones
.C
dictadas por la Inspección General de Justicia para evitar la intromisión de las
sociedades off shore en el tráfico mercantil de la República Argentina solo
pudieron ser dictadas merced a la existencia del referido control de legalidad.
DD

§ 50. INSCRIPCIÓN DE LAS MODIFICACIONES DEL CONTRATO CONSTITUTIVO


LA

Inscripto el contrato constitutivo de la sociedad en el Registro Público, la


existencia de una modificación no registrada de dicho instrumento no torna
irregular a la sociedad, sino que hace aplicable lo dispuesto por el art. 12 de la ley
19.550, norma cuya deficiente redacción ha dado margen para todo tipo de
FI

interpretaciones.

El primer párrafo de dicho artículo sienta un principio general al establecer


que las modificaciones no inscriptas obligan a los socios otorgantes. Ello es lisa
y llana aplicación del principio general del derecho registral según el cual la


omisión de inscripción no es invocable por quien participó o conoció el negocio


sujeto a registración (doctrina del art. 1893 del Cód. Civ. y Com.).

Repárese que la ley se refiere a los "otorgantes", debiendo entenderse por


tales a los socios que participaron en el acto donde se resolvió tal modificación,
así como a sus sucesores a título singular, pues no es admisible que quien
ingresa posteriormente a la sociedad por vía de la adquisición de participaciones
sociales o por la suscripción de acciones emitidas como resultado de un aumento
del capital social, permanezca ajeno a las reformas no inscriptas del contrato
constitutivo o estatuto.

153 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En definitiva, las decisiones que implican modificación al contrato social son
perfectamente oponibles entre los socios y la misma sociedad, aun cuando ellas
no se hayan todavía inscripto regularmente, cualquiera que fuere el tipo de
sociedad de que se trate, salvo en las accidentales. Una interpretación coherente
del art. 12 de la ley 19.550 no puede llevar a la conclusión de que los socios no
pueden invocar frente a la sociedad decisiones no exteriorizadas registralmente,
pues ello no está dicho en la ley, cuya terminología, por el contrario, induce a la
solución opuesta.

Sin embargo, y continuando con lo dispuesto por el art. 12 de la ley 19.550, las
modificaciones no inscriptas son inoponibles a los terceros, quienes no obstante
pueden alegarlas contra la sociedad o los socios.

¿Quiénes deben entenderse por terceros según el art. 12 de la ley 19.550?

OM
Parece evidente concluir que los terceros son los "interesados" que han
adquirido o pretenden adquirir un derecho subjetivo con base en la
exteriorización registral.

La solución prevista por el art. 12 de la ley 19.550 resulta sumamente


objetable, pues no coincide con elementales principios de derecho registral
sostener que las modificaciones no inscriptas no pueden ser oponibles a
.C
terceros, cuando quien las alega prueba que estos han tomado conocimiento de
ellos, por aplicación del referido principio de que las carencias registrales no son
invocables por quienes han tomado conocimiento del acto sujeto a inscripción.
DD

Nada justifica, por otra parte, que el tercero interesado que ha conocido las
modificaciones no inscriptas pueda alegarlas contra la sociedad, pero a su vez
pueda repeler su invocación, salvo que ello se entienda como una sanción para
la sociedad infractora de cargas registrales, lo cual resultaría solución
incongruente con la finalidad que la ley 19.550 ha tenido en cuenta al ordenar la
LA

inscripción de actos registrales, que consiste solo en la ininvocabilidad o


inoponibilidad de estos frente a terceros.

Y mucho menos se explican las razones por las cuales se exceptúa del
principio de la invocabilidad de las reformas no inscriptas por parte de terceros,
FI

cuando la sociedad infractora es una sociedad por acciones o de responsabilidad


limitada, como lo prevé expresamente el art. 12, in fine, de la ley 19.550.

La reformulación del art. 12 de la ley 19.550 es urgente e imprescindible. Las


consecuencias por la no inscripción de las modificaciones del contrato


constitutivo de una sociedad no pueden ser otras, frente a terceros, que su


inoponibilidad, pero conocidas estas, pueden ser invocadas por los terceros y
contra estos, sin que corresponda distinguir al respecto entre los diversos tipos
sociales.

El Código Civil y Comercial de la Nación ha incorporado para las personas


jurídicas en general una norma —la del art. 157— que llega a las mismas
conclusiones que las expuestas en el párrafo precedente, al prescribir que "La
modificación del estatuto produce efectos desde su otorgamiento. Si requiere
inscripción es oponible a terceros a partir de ésta, salvo que el tercero la

154 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


conozca". Dicha solución no es aplicable a la ley 19.550 (art. 150), pero
constituye una magnífica interpretación del art. 12 de la ley 19.550.

§ 51. PLAZO PARA LLEVAR A CABO LA REGISTRACIÓN DE LOS ACTOS SOCIETARIOS

El art. 6º de la ley 19.550, en su nueva versión (ley 26.994), se refiere


exclusivamente a los plazos para la inscripción de los actos societarios cuya
toma de razón impone dicho ordenamiento legal. Se recuerda al lector que dicha
norma se refería exclusivamente, en su versión anterior, a las facultades del
registrador mercantil (en el texto original de la ley 19.550 hablaba del juez de

OM
Registro), al cual otorgaba el control de los requisitos legales y fiscales del
documento cuya registración era pretendida.

La actual versión del art. 6º de la ley 19.550 se refiere exclusivamente a los


plazos para proceder a las referidas registraciones, motivado seguramente por
las conocidas demoras de los organismos de control de todo el país.
.C
En primer lugar, dicha norma prescribe, en su primer párrafo, que dentro del
plazo de los veinte días del acto constitutivo, este debe presentarse al Registro
Público para su inscripción o en su caso, a la autoridad de contralor. Aclara la
norma que el plazo para completar el trámite será de 30 días adicionales,
DD

quedando prorrogado cuando resulte excedido por el normal cumplimiento de los


procedimientos.

Seguidamente dispone el art. 6º de la ley 19.550, que la inscripción solicitada


tardíamente o vencido el plazo complementario, solo se dispone si no media
LA

oposición de parte interesada. Finalmente, dicha norma se refiere a los


autorizados para llevar a cabo la inscripción o toma de razón de los actos sujetos
a inscripción, prescribiendo al respecto que, si no hubiera mandatarios
especiales para realizar los trámites de constitución, se entiende que los
representantes de la sociedad designados en el acto constitutivo se encuentran
FI

autorizados para realizarlos y, en su defecto, cualquier socio puede instarla a


expensas de la sociedad.

La reforma no ha sido acertada, pues el sistema de oposición por parte de uno


de los fundadores, ya prevista en el derogado art. 39 del Cód. Com. para el caso


de inscripción tardía, había caído casi en desuetudo, máxime cuando dicha


oposición debía ser formulada ante los tribunales con competencia en lo
mercantil, por resultar cuestión ajena a la competencia del encargado del registro
(art. 5º, ley 22.315, reglamentaria de la Inspección General de Justicia), todo lo
cual no hacía otra cosa que demorar el trámite de registración. Por otro lado,
tampoco parece acertado establecer plazos concretos y puntuales para llevar a
cabo el procedimiento inscriptorio cuando la demora es, por lo general, del
organismo, y es obvio que, por la naturaleza especial de las inscripciones
societarias, no puede ordenarse la inscripción automática del acto societario en

155 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


trámite, vencido el plazo otorgado por la ley, pues está en juego el interés de los
terceros y del tráfico mercantil.

Por otro lado, y en lo que respecta a la propia sociedad, la demora en la


finalización del trámite de la toma de razón de su acto constitutivo está regida
por un sistema de responsabilidades especiales previsto por los arts.
183 y 184 de la ley 19.550, a cuya lectura corresponde remitir, que es mucho
más severo, luego de la modificación de los arts. 21 a 26 por la ley 26.994, que
rigen a las sociedades que no hayan cumplido con las formalidades previstas en
la ley 19.550, lo cual constituye una grave incongruencia, pues mientras el
trámite se encuentra en etapa de realización, y tratándose de actos propios
del objeto social, los fundadores y la sociedad en formación responderán en
forma solidaria e ilimitada mientras la compañía no esté inscripta, mientras que,
para las sociedades en donde sus fundadores ni siquiera iniciaron el

OM
procedimiento de inscripción, su responsabilidad será solo mancomunada, por
partes iguales y sin solidaridad en caso de insolvencia de uno de sus integrantes
(art. 24, ley 19.550 en su nueva versión).
.C
§ 52. LA PUBLICIDAD EDICTAL

Esta publicidad, reservada a las sociedades de responsabilidad limitada y


DD

sociedades por acciones, tiende a completar el régimen societario registral


previsto por la ley 19.550 (arts. 10 a 14), como medio de notificación general
tendiente a lograr el conocimiento de terceros de la celebración u otorgamiento
de ciertos actos societarios. Esta forma de notificación, que debe efectuarse con
carácter previo a la inscripción del acto, se cumple mediante la publicación de su
LA

contenido por un solo día, en el Boletín Oficial, con carácter previo a la


inscripción.
FI

§ 53. ¿PUEDE SER REEMPLAZADA LA PUBLICIDAD REGISTRAL Y EDICTAL POR LA


NOTIFICACIÓN PERSONAL?


Como regla general, la publicidad de los actos societarios previstos por la ley
19.550 no puede ser sustituida por otros medios, pues la finalidad de esta es la
puesta en conocimiento de terceros indeterminados del contenido de un
determinado acto, para hacerlo oponible erga omnes. Repárese, como nos
recuerda Halperin, que el cumplimiento de todos aquellos recaudos de publicidad
crea una presunción absoluta de conocimiento, que de ninguna manera podría
lograrse a través de notificaciones personales a cada una de las personas con
quien contrata la sociedad, evitando además las dificultades que implica la
prueba de tal conocimiento, cuando la sociedad invoca que el tercero ha tomado
conocimiento tácito del acto que aquella opone.

156 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 54. INSCRIPCIÓN DEL REGLAMENTO

El reglamento es un documento complementario del contrato social o estatuto,


destinado a regir el funcionamiento de los órganos sociales o los derechos de
los socios en aquellos aspectos no previstos por la ley ni en el acto constitutivo.
Su utilización es frecuente en caso de sociedades dedicadas a la explotación de
transporte automotor urbano o en clubes de campo.

Los efectos de la ausencia de registración del reglamento dependen de la

OM
oportunidad en que dicho documento es presentado a su toma de razón. Si no
se acompaña con el contrato constitutivo o estatuto, las cláusulas del reglamento
no serán oponibles ni siquiera entre los socios (art. 7º, ley 19.550). Si, por el
contrario, la inscripción es posterior, los efectos de la registración del reglamento
son similares a las de las inscripciones meramente declarativas, resultando
inaplicable al caso la norma del art. 12 de la ley 19.550, pues el reglamento no
implica una modificación del contrato, sino la regulación de ciertos aspectos del
.C
funcionamiento del ente.
DD

§ 55. INSCRIPCIÓN DE SUCURSALES

También impone el art. 5º de la ley 19.550 la inscripción de la sucursal en el


LA

Registro Público donde esta sea instalada.

Este artículo se refiere a la instalación de sucursales por parte de sociedades


constituidas en el país, pero al haber sido derogados los arts. 133 y 135, párr.
2º, del Cód. Com., la omisión de esa inscripción carece hoy de sanción.
FI

Recuérdese al respecto que, en el régimen anterior a la ley 26.994, la ausencia


de la registración de las sucursales solo producía la inoponibilidad a los terceros
de las limitaciones de los poderes no inscriptos del factor, puesto al frente de
ella, pero la inexistencia, en el Código Civil y Comercial de la Nación sobre
factores y dependientes, priva actualmente de vigencia a esa sanción. En cuanto


a las sucursales de sociedades extranjeras, su instalación se encuentra prevista


por el art. 118 de la ley 19.550, que también impone su inscripción en el Registro
Público, pero los efectos de su falta de inscripción son diferentes desde todo
punto de vista, pues tal carencia registral torna inoponible la actuación de la
sociedad extranjera en la República hasta tanto se cumpla con dicha carga. Los
intereses en juego y el interés de la República en conocer a las personas que
desarrollan actividades en nuestro país justifican sobradamente tal diferencia.

157 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 56. EL REGISTRO NACIONAL DE SOCIEDADES POR ACCIONES Y EL LEGAJO DE CADA
SOCIEDAD

56.1. El art. 8º de la ley 19.550 contempla la actuación de un Registro Nacional


de Sociedades por Acciones al cual los registros mercantiles locales deberán
remitirle testimonio de los documentos inscriptos en ellos.

El objetivo del Registro Nacional de Sociedades por Acciones consiste en


integrar a nivel nacional la publicidad dispersa en un gran número de registros
locales, que hoy no existe, por cuanto hasta la fecha no ha sido dictada la

OM
reglamentación a la cual el art. 388 de la ley 19.550 subordinó su funcionamiento.

La importancia de un registro mercantil centralizado es fundamental y no debe


limitarse a las sociedades por acciones, sino a la de todo comerciante, individual
o colectivo.

La redacción original del art. 8º de la ley 19.550, que data de la sanción de la


.C
Ley General de Sociedades, en su original redacción del año 1972, fue objeto de
reglamentación por la ley 26.047 del 2 de agosto de 2005 que puso dicho
registro, en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, así como el Registro
Nacional de Sociedades Extranjeras, de Asociaciones Civiles y Fundaciones y el
DD

Registro Nacional de Sociedades no Accionarias, en manos de la Inspección


General de Justicia. Once años después, la ley 26.047 fue reformada por la ley
ómnibus 27.444 del 16 de junio de 2018, encontrándose el art. 8º de la ley
19.550 redactado actualmente de la siguiente manera: "Registro Nacional de
Sociedades por Acciones. La organización y funcionamiento del Registro
LA

Nacional de Sociedades por Acciones estará a cargo del Ministerio de Justicia y


Derechos Humanos o del organismo que éste indique al efecto, para lo cual se
utilizarán los sistemas informáticos desarrollados y provistos por el Ministerio de
Modernización o, en su caso, por quien el Poder Ejecutivo Nacional determine".
FI

Dicha norma forma parte de la filosofía del gobierno nacional electo el 15 de


diciembre de 2015, tendiente a restringir al máximo las facultades de la
Inspección General de Justicia, al cual se pretende convertir en una especie de
receptorio donde todo pueda ser inscripto en el menor plazo posible y sin el
menor control, concretándose el viejo anhelo de cierta doctrina, no caracterizada


precisamente por la transparencia de actuación de las sociedades ni por la


protección de los terceros, que pretende convertir a los registros mercantiles en
un mero buzón, tesis que fuera desechada en el año 1950 mediante el fallo
"Jablonsky", de autoría intelectual del profesor Isaac Halperin. No obstante, a la
fecha en que estas líneas son escritas, el Poder Ejecutivo nacional no ha
determinado cuál es el organismo dependiente del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos que se va a hacer cargo del Registro Nacional de
Sociedades por Acciones, aunque resulta muy difícil y asistemático ubicarlo
fuera de la órbita de la Inspección General de Justicia.

158 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


56.2. En cuanto al legajo previsto por el art. 9º de la ley 19.550, se trata del
conjunto ordenado de las copias o duplicados de las diversas inscripciones y
demás documentos emanados de cada sociedad, cuya consulta es pública.

CAPÍTULO VII - EL PROCEDIMIENTO SOCIETARIO

OM
§ 57. PRINCIPIO GENERAL

Según lo dispone el art. 15 de la ley 19.550, cuando en la ley se dispone o


autoriza la promoción de acción judicial, esta se sustanciará por procedimiento
sumario, salvo que se indique otro.

Esta disposición, que rige para todas aquellas jurisdicciones en donde se


.C
conserva el juicio sumario, no rige para los lugares donde rige el Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, que eliminó al juicio sumario como proceso de
conocimiento, como sucede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los cuales
DD

quedaron limitados a los juicios ordinarios y juicios sumarísimos, debiendo


entenderse entonces que la referencia al "juicio sumario" de que habla el art.
15 de la ley 19.550 se circunscribe al juicio ordinario, pues la amplitud de prueba
que por lo general implica la dilucidación de los pleitos en los que se traduce un
conflicto societario torna incompatible el procedimiento sumarísimo, solo
utilizable para ciertos y determinados supuestos.
LA

No obstante ello, debe tenerse presente que la referencia a "juicio sumario"


efectuada por el art. 15 de la ley 19.550 constituye cuestión que ha sido
controvertida en doctrina y jurisprudencia, pues con fundados argumentos ha
sido expuesto que la referencia efectuada por dicha norma al "procedimiento
FI

sumario" no implica que resulten aplicables las disposiciones del Código


Procesal que reglan los juicios sumarios verdaderamente tales, sino que la ley
impone seguir alguno de los trámites previstos para los procesos de
conocimiento pleno que supongan algún grado de abreviación, opino que la
redacción del art. 15 autoriza a concluir en sentido contrario, esto es, que el


legislador ha querido referirse al procedimiento sumario antes legislado por los


arts. 486 y siguientes del Cód. Proc. Civ. y Com., pues: a) la sanción de la ley
19.550 es posterior a dicho Código de forma, que introdujo en nuestra legislación
el juicio sumario; b) el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación utiliza
indistintamente los términos "juicio", "procedimiento" y "proceso", sin distinción
entre uno y otro; c) la referencia efectuada en el último párrafo del art. 15 de
la ley 19.550: "(...) salvo que se indique otro", ratifica que el legislador societario
quiso referirse específicamente a un tipo de juicio y no a cualquier proceso de
conocimiento pleno que suponga algún grado de abreviación. Ahora bien, el
beneficio del juicio sumario se encuentra otorgado solo a los casos en que la ley

159 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


19.550 dispone o autoriza la promoción de una acción judicial determinada (arts.
19, 54, 91, 114, 195, 251, 276, 279, entre muchos otros), pero no para todo
proceso en que participe una sociedad comercial o se trate de una compraventa
de participaciones sociales.

El procedimiento sumario, en las jurisdicciones donde este exista, no es


renunciable por las partes, pues como ha sido destacado por la jurisprudencia
en reiteradas oportunidades, las formas procesales están impuestas, antes que
en el beneficio individual de las partes, para la efectividad de la actividad
jurisdiccional. Por ello, el tipo de trámite no constituye un derecho subjetivo
renunciable ni es disponible por el juez.

OM
§ 58. CUESTIONES DE COMPETENCIA

La competencia para entender en todos los conflictos que se derivan del


contrato de sociedad corresponde a la justicia en lo comercial (art. 43 bis, dec.-
ley 1285/1958) y, territorialmente hablando, al juez del domicilio de la sociedad
.C
inscripta, salvo el caso de las sociedades no regularmente constituidas, en cuyos
litigios deberá entender el juez correspondiente al lugar donde se encuentra la
dirección principal de los negocios o donde se lleve a cabo la principal actividad
de la sociedad, cualquiera que fuera su tipo o clase, incluso las sociedades
DD

legisladas por la sección IV del capítulo I de la ley 19.550 (arts. 21 a 26) en su


actual redacción, en las cuales, luego de la ley 26.994, el contrato social es
oponible por los socios y frente a terceros (art. 22, ley 19.550).

Acontece con frecuencia que en juicios de divorcio o en procesos sucesorios


LA

se discute la inoponibilidad o la desestimación de la personalidad jurídica de


sociedades constituidas o integradas por el causante o cualquiera de los
cónyuges, planteándose la cuestión de la competencia de los jueces que deben
entender en el correspondiente litigio, tema que debe resolverse a favor del juez
en cuyo tribunal se dirime el tema principal, como sucede igualmente en los
FI

casos en los cuales se debate ante el tribunal del trabajo la responsabilidad de


los socios o administradores de la sociedad empleadora en caso de contratación
clandestina del trabajador, desaparición de la sociedad o infracapitalización de
la referida entidad.


Por el contrario, si lo que se pretende es la declaración de nulidad o disolución


de una sociedad, la solución debe ser otra, y en atención a la necesaria
especialidad que debe requerirse para la resolución de los conflictos en los
cuales se debata la existencia misma de la sociedad, ha sido resuelto
reiteradamente que las pretensiones cuyos elementos objetivos comprendan
actos que puedan afectar el funcionamiento de una sociedad comercial son de
competencia exclusiva y excluyente de la justicia en lo comercial, a lo que no
obsta el título de cónyuge que esgrime el pretendiente. Dicha conclusión no
queda enervada por la atracción que pudiera ejercer el juicio sucesorio de la
persona a la cual le es atribuida la constitución fraudulenta o simulada de la

160 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sociedad comercial cuya personalidad pretende ser limitada o ignorada, pues
aun reconociendo el carácter de orden público del fuero de atracción, las
cuestiones que se suscitan con motivos de índole societaria deben debatirse
ante la justicia comercial, ya que con relación a ellas no funciona el beneficio
previsto por los arts. 2336 y 2643 del Cód. Civ. y Com.

§ 59. LAS SOCIEDADES Y EL BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS

La inclusión de las sociedades entre quienes pueden invocar el beneficio de


litigar sin gastos previsto por el art. 78 y siguientes del Código

OM
Procesal, constituye una cuestión no exenta de controversias.

Por una parte, ha sido sostenido por la jurisprudencia que la pretensión de una
sociedad mercantil de acogerse a los beneficios de litigar sin gastos excede el
marco de las normas procesales que lo otorgan y resulta contrario a la ratio
legis que inspira el instituto, pues la sociedad mercantil debe contar con una
infraestructura orgánica y funcional, siquiera básica y elemental para la
.C
obtención de beneficios lucrativos. Por ello, la imposibilidad de obtener recursos
para afrontar demandas vinculadas con sus relaciones comerciales puede
constituir, en su caso, imposibilidad de consecución del objeto para el cual se
constituyó, pero nunca verdadera carencia de medios o imposibilidad de
DD

obtenerlos en el sentido utilizado por el legislador procesal.

Por el contrario, considero que no existe ningún impedimento para conceder


el beneficio de litigar sin gastos a las personas jurídicas en general y a las
sociedades en particular, toda vez que
LA

1. El otorgamiento del beneficio del carácter de sujeto de derecho a las


personas de existencia ideal, entre las cuales se encuentran las sociedades
comerciales (arts. 143, Cód. Civ. y Com., y 2º de la ley 19.550), despeja todo tipo
de dudas al respecto, sin que obste a lo expuesto la limitación que surge de esta
FI

última disposición legal, pues las restricciones impuestas por el legislador


mercantil al expreso reconocimiento de la personalidad jurídica de las
sociedades comerciales se circunscriben exclusivamente al mal uso o utilización
desviada o indebida de dicho recurso técnico, porque aceptado que la compañía
mercantil tiene un patrimonio propio e independiente del patrimonio de sus


integrantes, mal puede negárseles la posibilidad de recurrir judicialmente en


defensa de la integridad de ese atributo de la personalidad.

2. La circunstancia de que la sociedad comercial se trate de una organización


dirigida a obtener beneficios lucrativos, no impide que pueda carecer de bienes
suficientes para costear los gastos relativos a la defensa en juicio de sus
intereses o caer en la más absoluta insolvencia patrimonial. Bien es cierto que
cuando la sociedad mercantil se encuentra en tal estado de situación patrimonial
puede incurrir en la causal disolutoria prevista por el art. 94, inc. 4º, de la ley
19.550 (disolución por imposibilidad de cumplir su objeto), pero ello en nada

161 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


cambia las cosas, pues aun en estado liquidatorio la sociedad conserva su
personalidad jurídica con plenitud (art. 101, ley 19.550) y no encuentro
fundamento convincente que me persuada de que la sociedad en liquidación no
pueda recurrir al beneficio de litigar sin gastos para intentar en justicia la defensa
de sus intereses y de su patrimonio. Sostener lo contrario importa entrar en
pugna con la garantía constitucional de la defensa en juicio y del principio de la
igualdad ante la ley.

§ 60. TRIBUNAL ARBITRAL Y CLÁUSULAS COMPROMISORIAS

OM
No existe ningún obstáculo en que los socios pacten en el contrato constitutivo
la jurisdicción arbitral respecto de todos los casos litigiosos que se planteen como
consecuencia de la relación sustancial que los vincula, o limitándolos a los que
se refieran a aspectos particulares de la relación societaria, salvo para aquellas
cuestiones que no pueden ser objeto de transacción (art. 737, Cód. Proc. Civ. y
Com.), como, por ejemplo, si se pretendiera de alguna manera, por vía de juicio
de árbitros, condicionar o reglamentar los derechos inderogables de los
.C
accionistas, dificultándose de esa manera su ejercicio.

Es más, y desde antiguo, la ley ha considerado al arbitraje como la solución


más idónea para resolver los problemas del comercio y las divergencias entre
DD

los socios. En tal sentido, cabe recordar que el art. 448 del Cód. Com., derogado
por la ley 19.550, prescribía expresamente: "Todas las cuestiones sociales
suscitadas entre los socios durante la existencia de la sociedad, su liquidación o
participación, serán decididas por jueces arbitradores, a no ser que se haya
estipulado lo contrario en el contrato de sociedad".
LA

Sin embargo, el procedimiento arbitral, como todos los medios alternativos de


solución de conflictos, nunca mereció gran adhesión por parte de los
empresarios y comerciantes, pudiendo encontrarse varias razones para explicar
esa reticencia:
FI

a) Los árbitros, salvo los que denominaremos institucionales, nunca supieron


adoptar el papel de jueces, sino que se identificaron y defendieron hasta
caprichosamente la posición de la parte que lo había designado.


b) El procedimiento arbitral es muy oneroso y la constitución definitiva del


tribunal, lenta y engorrosa, por culpa de una legislación procesal sumamente
minuciosa y detallista.

c) Los jueces arbitrales carecen de imperium para dictar medidas cautelares y


para compeler la ejecución del laudo.

Ello ha hecho fracasar al procedimiento arbitral, salvo en lo que se refiere a


cuestiones que se arbitran en bolsas, mercados o instituciones similares.

162 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Por otra parte, y al menos hasta hace algunos años, nuestros tribunales
siempre miraron con disfavor la intervención de tribunales privados para la
solución de conflictos, y basados en la regla de que la redacción de las cláusulas
compromisorias implica una renuncia al principio general de sometimiento a la
jurisdicción judicial, la jurisprudencia ha interpretado a dichas cláusulas con
carácter restrictivo.

Con esta orientación y ante cláusulas compromisorias del contrato constitutivo


de la sociedad en las cuales las partes derivaban a la competencia arbitral los
conflictos surgidos de la disolución y liquidación de sociedades, fue casi
unánimemente interpretado por la jurisprudencia que ella era obligatoria para los
socios, salvo que el objeto de la discusión no fuera precisamente la procedencia
o no de dicha disolución o liquidación, pues para la resolución de tales cuestiones
no caben otras normas que aplicar que las que establecen las leyes, ni otra

OM
facultad jurisdiccional que la de los jueces integrantes del Poder Judicial de la
Nación.

Con la misma filosofía restrictiva fue resuelto por nuestros tribunales


mercantiles en el caso "Loiácono, Rubén c. Szernikowsky, Samuel", dictado por
la sala B de la Cámara Comercial el 27 de octubre de 1978, que la acción de
rendición de cuentas no queda comprendida dentro de la cláusula del contrato
.C
social conforme a la cual "en caso de duda o divergencia sobre la interpretación
o ejecución del contrato será sometida o amigables componedores" por tratarse
de cuestiones que suscitan diferencias extrañas a las hipótesis previstas en la
referida cláusula, decisión que, aunque reiterada, resultaba contradictoria con
DD

otros precedentes del mismo tribunal, que autorizaba de oficio la designación de


peritos arbitradores en pleitos en los cuales uno de los socios había demandado
la disolución y liquidación de una sociedad irregular y la rendición de cuentas por
parte de sus consocios, ante hipótesis en las cuales el juzgador advertía la
complejidad de las cuentas a rendirse.
LA

No obstante ello, en los últimos años se ha advertido una tendencia muy


favorable a la resolución de los conflictos mediante el procedimiento de arbitraje,
y el Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación, redactado por la
subcomisión dedicada al derecho societario, procedió a modificar el art. 15 de
FI

la ley 19.550, admitiendo su aplicación obligatoria para ciertos casos, e


imponiendo a los interesados un determinado ámbito para dirimir arbitralmente
ese tipo de conflictos (la Bolsa de Comercio). Dicha reforma no fue finalmente
incluida en el Proyecto remitido al Poder Legislativo y, si bien el Código Civil y
Comercial de la Nación ha dedicado un capítulo al arbitraje, ninguna disposición


ha sido dictada en lo que respecta al conflicto societario (arts. 1649 a 1665, Cód.
Civ. y Com.).

§ 61. LA MEDIACIÓN OBLIGATORIA. LA LEY 24.573

163 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La mediación constituye otra forma alternativa de resolución de los conflictos
y ha sido impuesta en nuestro país por la ley 24.573 de 1996, que la ha hecho
obligatoria por un período de cinco años, con la finalidad de evitar su desuetudo,
como ocurrió en otras épocas con otros procedimientos de conciliación, previstos
obligatoriamente antes de tramitar un expediente laboral en sede judicial.

La mediación ha sido definida como un procedimiento voluntario mediante el


cual los participantes, con la asistencia de una o más personas neutrales, aíslan
sistemáticamente los problemas en disputa con el objeto de encontrar opciones,
considerar alternativas y llegar a un acuerdo mutuo que se ajuste a sus
necesidades.

Las expectativas que despertó la implementación de este sistema, producto


de una desmesurada publicidad implementada desde ámbitos privados y

OM
oficiales, no fueron enteramente satisfactorias, al menos en lo que se respecta a
los conflictos producidos en el seno de las sociedades, entre los socios,
administradores y la propia sociedad, no solo por las graves deficiencias que
ofrece la ley 24.573 y que la doctrina se ha encargado de destacar, sino por el
hecho comprobado de que la mayor parte de los conflictos que encontraron
solución con el procedimiento de mediación fueron litigios de escasa
significación económica, cuestiones que no hubieran trascendido de los litigantes
.C
de no existir este nuevo sistema de solución de conflictos o en ocasiones en que
una de las partes se encontraba representada por un representante legal,
porque, al menos en el ámbito que nos ocupa, el encuentro personal entre las
partes, en especial en los conflictos suscitados en las sociedades de familia, no
DD

contribuía para la solución del conflicto, sino exactamente todo lo contrario.

Pero aun prescindiendo de tales consideraciones, el procedimiento de


mediación instituido por la ley 24.573 no resulta aplicable para la solución de
conflictos societarios, pues en la casi generalidad de los casos y salvo supuestos
LA

de excepción (arts. 195 y 279, ley 19.550), la mayoría de las acciones judiciales
que la ley 19.550 otorga a los socios o accionistas son de naturaleza social y no
individual (arts. 91 a 93, 251, 276 a 278, ley 19.550) en el sentido de que aquellos
la promueven, no en procura de la satisfacción de un interés meramente personal
o particular, sino en beneficio de la sociedad que integra, a los fines de adecuar
FI

su funcionamiento a las normas legales o estatutarias.

El accionista que promueve una acción judicial de impugnación de una


decisión asamblearia no puede pretender, a través de un procedimiento de
mediación, que aquella surta efectos diferentes entre quienes la votaron


favorablemente y entre quienes impugnaron de validez dicho acuerdo, pues es


norma imperativa del ordenamiento societario que las decisiones asamblearias
adoptadas conforme con la ley y el estatuto son obligatorias para todos los
accionistas y deben ser cumplidas por el directorio. Del mismo modo, las
acciones sociales de responsabilidad promovidas uti singuli por uno o varios
accionistas contra los directores o síndicos de la sociedad tampoco parece que
puedan encontrar ámbito adecuado de solución a través del procedimiento de
mediación, atento precisamente a la naturaleza de dicha acción.

164 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


CAPÍTULO VIII - RÉGIMEN DE NULIDAD DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES

§ 62. PRINCIPIOS GENERALES

Las particularidades que presenta el contrato de sociedad, en comparación


con las tradicionales figuras contractuales y su inclusión en la categoría de
contratos plurilaterales de organización, traen como consecuencia la escasa
adaptación a él de las normas que el Código Civil y Comercial ha previsto en

OM
materia de nulidad de actos jurídicos en sus arts. 382 y siguientes.

Ello es fácilmente comprensible ni bien se recuerde que, a diferencia de los


contratos de cambio, que se caracterizan por la existencia de prestaciones
recíprocas y contrapuestas entre las partes, en el contrato de sociedad las
prestaciones de los socios no son antagónicas y son debidas a un nuevo sujeto
de derecho que, al igual que cualquier persona física, se convierte en el titular
.C
de las relaciones jurídicas habidas con los terceros.

De manera pues, que el vicio que pudiere agraviar la voluntad de uno de los
socios no puede afectar, al menos como principio general, la existencia misma
DD

de la sociedad. Del mismo modo, la retroactividad de la sanción de nulidad al


momento de la celebración del acto viciado es sencillamente impensable al
contrato de sociedad, pues el nacimiento de un sujeto de derecho distinto a los
socios otorgantes, con propia e independiente personalidad jurídica, y la
evidente presunción de validez que debe gozar la actuación de quien contrata a
LA

nombre de la sociedad, impone otorgar plena legitimidad, frente a terceros, a los


actos celebrados por aquella en cumplimiento de su objeto social. Por ello, mal
podría retrotraerse la nulidad del contrato social al momento de la constitución
de la sociedad, pues de aplicarse la normativa del ordenamiento común se
afectarán los derechos de los terceros de buena fe y se atentaría contra la
FI

seguridad jurídica y la estabilidad de las operaciones sociales.

Por otra parte, la retroactividad que consagraban los arts. 1050 y 1052 del
Cód. Civil, y ahora lo hace el art. 390 del Cód. Civ. y Com., como efecto
característico de la declaración de nulidad de los actos jurídicos, no se


compadece con la estructura y funcionamiento de las sociedades, pues tal


declaración no puede suponer, como sucede con los contratos bilaterales
tradicionales, tener por no celebrado al contrato de sociedad, pues en tanto esta
es titular de un patrimonio, resulta necesario liquidar sus relaciones jurídicas,
realizando su activo y cancelando el pasivo.

De modo tal, y aunque nuestro ordenamiento mercantil carece de principios


generales en torno a la invalidez de actos u operaciones comerciales, es factible
destacar los efectos que supone la declaración de nulidad de una sociedad
mercantil:

165 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) No tiene efecto retroactivo al momento de la constitución del ente,
resultando inaplicable el art. 390 del Cód. Civ. y Com. En otras palabras, la
nulidad declarada no importa la retroacción de los efectos cumplidos, sino que
rige ex nunc. Esta ausencia de efecto retroactivo vale para las relaciones internas
como externas de la sociedad.

b) Opera como una causal de disolución de la sociedad, dando paso, en forma


automática, al proceso liquidatorio, que será el previsto por los arts. 101 a 112 de
la ley 19.550, salvo los casos en que la nulidad sea decretada como
consecuencia de incurrir la sociedad en las conductas previstas en los arts.
18 a 20 de la ley 19.550, en cuyo caso el procedimiento liquidatorio es especial
y sumamente riguroso.

c) La declaración de nulidad no puede afectar los contratos celebrados por la

OM
sociedad frente a terceros, salvo el caso de sociedades de objeto ilícito, en las
cuales los terceros de mala fe pueden alegar la existencia de la sociedad.

d) Finalmente, y en lo que se refiere a los efectos que la declaración de nulidad


de la sociedad provoca en el funcionamiento interno del ente y a los derechos y
obligaciones de los socios, en tanto tal declaración importa la invalidez del
contrato social suscripto entre ellos, pero no borra la actuación asociativa interna
.C
desarrollada en la sociedad, que ha de juzgarse por las mismas reglas que las
previstas para las sociedades incluidas en los arts. 21 a 26 de la ley 19.550, pues
es de toda evidencia que la nulidad del contrato traerá aparejado un supuesto de
actuación asociativa no regular. Tal conclusión vale para las relaciones futuras
DD

de los socios, pues tratándose de los actos colegiados, las relaciones societarias
y los derechos y obligaciones de los socios cumplidos hasta la declaración de
nulidad, no puede afectarlos, precisamente por resultar desde todo punto de vista
incompatible con la naturaleza y funcionamiento de la sociedad, el efecto
retroactivo o ex nunc consagrado por el ordenamiento civil.
LA
FI

§ 63. LA NULIDAD VINCULAR DEL CONTRATO DE SOCIEDAD

El primer párrafo del art. 16 de la ley 19.550, según texto de la ley


26.994, consagra el principio general en materia de nulidad vincular,
estableciendo expresamente: "La nulidad o anulación que afecte el vínculo de


alguno de los socios no producirá la nulidad, anulación o resolución del contrato,


excepto que la participación o la prestación de ese socio deba considerarse
esencial, habida cuenta de las circunstancias o que se trate de socio único".

La solución consagrada por la ley 19.550 en materia de nulidad vincular es de


toda razonabilidad, pues salvo supuestos verdaderamente excepcionales, los
vicios que afecten el vínculo entre uno de los socios y la sociedad no deben
trascender a la existencia y funcionamiento de ella, en tanto que, como titular de
una empresa, su conservación es siempre preferible a su liquidación. El art.
100 de la ley 19.550 no deja margen de dudas sobre lo expuesto, en la medida,

166 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


como lo dispone dicha norma, en que exista viabilidad económica y social de la
subsistencia de dicha sociedad.

De manera tal que, en materia de nulidad vincular, la nulidad del vínculo que
une al socio con la sociedad no produce la nulidad del contrato constitutivo del
ente, lo cual implica que dicha invalidez debe ser encausada a través de las
soluciones previstas para la resolución parcial del contrato social (art. 92, ley
19.550) a los fines de materializar la exclusión del incapaz y abonarle el valor de
su participación, sin que esa circunstancia trascienda a la sociedad.

Sin embargo, el legislador ha previsto algunos casos en que la nulidad del


vínculo que une a uno de los socios con la sociedad puede provocar la nulidad
del contrato social. Tales casos se encuentran previstos en el art. 16 de la ley
19.550, norma que efectúa las siguientes distinciones:

OM
a) Tratándose de cualquier supuesto de nulidad vincular (incapacidad de
hecho o de derecho, vicios de la voluntad, etc.), cuando la participación o la
prestación del socio afectado deba ser considerada esencial, habida cuenta de
las circunstancias del caso (art. 16, párr. 1º, in fine, ley 19.550). El legislador se
ha referido con esta excepción de que la participación del socio, por su
personalidad o características de los aportes comprometidos, resulte esencial
.C
para el funcionamiento de la compañía. En tal caso, la declaración de la nulidad
del contrato social deberá ser determinada por el juez, quien tendrá en cuenta
esas especiales circunstancias.
DD

b) Si se tratare la nulidad vincular de un vicio de la voluntad y la sociedad


anónima unipersonal contare solo con un solo socio, lo cual es una excepción de
toda obviedad que exime de todo comentario.

La ley 26.996 dejó sin efecto las otras excepciones al principio general previsto
LA

por el art. 16 de la ley 19.550 en su versión original, conforme al cual, si se tratare


de una sociedad de dos socios, el vicio de la voluntad hará anulable el contrato,
y si la compañía tuviere más de dos socios, el contrato constitutivo será anulable
cuando los vicios afecten la voluntad de los socios a los que pertenezca la
mayoría del capital, lo cual constituye un error, pues la primera de esas
FI

salvedades, referidas a las sociedades de dos socios, ella solo podría funcionar
si se tratare de una sociedad anónima, único tipo social que admite la
unipersonalidad y en el caso, de superarse el número de dos integrantes, la
excepción prevista por el art. 16 en su versión original resulta irreprochable,
porque es de toda obviedad que si el vicio de la voluntad afecta a los socios a


los que pertenezca la mayoría del capital, dicha nulidad se proyectará a toda la
sociedad.

Finalmente, la ley 26.994 incorporó un último párrafo al art. 16 de la ley


19.550, conforme al cual, si se trata de una sociedad en comandita simple o por
acciones o de una sociedad de capital e industria, el vicio de la voluntad del único
socio de una de las categorías de socios hace anulable el contrato, pues si ello
aconteciera, se afecta el principio de la tipicidad, y sabido es que la
unipersonalidad solo es admitida para las sociedades anónimas y no para ningún
otro tipo o clase de sociedad.

167 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 64. NULIDAD DEL CONTRATO SOCIAL POR OMISIÓN DE REQUISITOS ESENCIALES

A tal situación se refiere el art. 17 de la ley 19.550, que también ha sido


modificado por la ley 26.994. Recordemos que dicha norma, en su texto original,
diferenciaba entre la ausencia de requisitos esenciales tipificantes y no
tipificantes. En el primer caso, esa circunstancia provocaba la declaración de
nulidad del contrato social por tratarse la tipicidad de una cuestión de evidente
orden público, mientras que la omisión de cualquier requisito esencial no
tipificante hacía anulable el contrato, pero esa situación podía subsanarse hasta

OM
su impugnación judicial.

La experiencia de más de cuarenta años de vigencia del texto legal del art. 17
demostró que no se registró jamás un caso de sociedades atípicas en la
jurisprudencia nacional, pues era realmente difícil advertir en la práctica un caso
de nulidad de la constitución de una sociedad de los tipos no autorizados por la
ley, habida cuenta de la existencia de un exhaustivo control de legalidad por
.C
parte de la autoridad de control al momento de constituirse regularmente la
sociedad, lo que hacía prácticamente imposible que pudiere configurarse en la
práctica una situación semejante. Y en cuanto a la omisión de la existencia de
requisitos no tipificantes (carencia de los requisitos del art. 11, LGS), el art. 17,
DD

párr. 2º, en su versión original, solo se aplicó en caso de homonimias, cuando


una sociedad regularmente constituida tenía un nombre societario que coincidía
con la denominación de otra compañía y que podía llevar a terceros a confusión.

La ley 26.994, y a los fines de compatibilizarla con el especial régimen previsto


LA

por la sección IV del capítulo II de la ley 19.550 en su actual versión, suprimió


esa clasificación, disponiendo, bajo el título "Atipicidad. Omisión de requisitos
esenciales", que "Las sociedades previstas en el Capítulo II de esta ley no
pueden omitir requisitos esenciales tipificantes ni comprender elementos
incompatibles con el tipo legal. En caso de infracción a estas reglas, la sociedad
FI

constituida no produce los efectos propios de su tipo y queda regida por lo


dispuesto en la Sección IV de este Capítulo".

Resulta de toda claridad que han quedado derogadas las soluciones previstas
por el art. 17, párr. 2º, del texto original de la ley 19.550, para la omisión de


requisitos esenciales no tipificantes del contrato social, de manera tal que la


nulidad de la sociedad no podrá ser declarada.

Corresponde preguntarse: ¿Cuál es entonces la sanción prevista por el


ordenamiento societario cuando se presenta este caso?, y la respuesta es
simple: la inclusión de la sociedad infractora en las normas de los arts. 21 a 26 de
la ley 19.550, toda vez que el art. 21, cuando se refiere a las sociedades incluidas
en dicha norma, se refiere a las sociedades "que omita requisitos esenciales",
sin hacer la menor diferencia entre requisitos esenciales tipificantes o no
tipificantes.

168 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El art. 25, siempre de la ley 19.550 en su actual versión, dispone que la
subsanación es solución que puede ser adoptada por las sociedades incluidas
en esta sección cuando ellas omitan requisitos esenciales y no esenciales, lo
cual despeja toda duda al respecto en cuanto a la improcedencia de la
declaración de nulidad de las sociedades que adolezcan de requisitos, esto es,
aquellas que carezcan de nombre societario legalmente adoptado, del domicilio
social, de la designación precisa y determinada de su objeto, la fijación del capital
social, la mención del aporte de cada socio y la determinación del plazo de
duración.

La reforma de 2015 no ha sido afortunada, pues las normas de la sección IV


del capítulo I de la ley 19.550 no solucionan en forma definitiva los casos en que
la sociedad carece de un domicilio, sede, objeto, capital o plazo de duración,
situación en que los terceros carecerán de toda acción para obligar a la sociedad

OM
a su subsanación, toda vez que dicha actuación solo es reservada a la sociedad
o de sus socios, pero no de los terceros que, de un modo u otro se han vinculado
con la sociedad, cuando esta ha desaparecido o se encuentre totalmente
infracapitalizada, en cuyo caso la acción de nulidad de dicha compañía es
camino obligado. Del mismo modo, la acción de cambio de nombre promovida
por una sociedad contra otra compañía homónima carecerá de sanción
adecuada para el caso de que la demandada no cumpla con la sentencia judicial
.C
que la obliga a cambiar de denominación social, sanción que múltiple
jurisprudencia de nuestros tribunales la ubicaba dentro de la nulidad por omisión
de requisitos esenciales no tipificantes.
DD

§ 65. SOCIEDADES DE OBJETO ILÍCITO


LA

Los arts. 18 a 20 de la ley 19.550 ratifican la necesidad de que el objeto de la


sociedad debe ser lícito, por aplicación específica de los principios generales del
acto jurídico (art. 279, Cód. Civ. y Com.). Por ello, el objeto social es materia de
tres reglas fundamentales en la ley 19.550:
FI

a) El art. 18 que legisla sobre el objeto ilícito.

b) El art. 19, que hace lo propio con la sociedad de objeto lícito, pero que
desarrolla actividades ilícitas.


c) Finalmente, el art. 20, que impropiamente se refiere al "objeto prohibido",


cuando debió hacer referencia al "objeto prohibido en razón del tipo".

La norma del art. 18 de la ley 19.550 que se refiere a las sociedades de objeto
ilícito reviste suma importancia, pues suministra el procedimiento y aclara los
efectos que provoca la ilicitud del objeto social para la sociedad infractora del
principio general consagrado por el art. 279 del Código Civil y Comercial de la
Nación, procedimiento y efectos que serán aplicables en términos generales

169 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


para las sociedades de actividad ilícita y objeto prohibido previstas por los arts.
19 y 20 de la ley 19.550.

En primer lugar, y como no podía ser de otra manera, el art. 18 de la ley


19.550 establece que las sociedades de objeto ilícito son nulas de nulidad
absoluta, principio que vale también para las hipótesis previstas por los arts. 19
y 20 del mismo ordenamiento. Tal afirmación implica la facultad judicial de
declarar la invalidez de la sociedad de oficio, así como la imprescriptibilidad de
las acciones de nulidad y la inconfirmabilidad del contrato constitutivo del ente
(art. 387, Cód. Civ. y Com.).

Decretada la nulidad de las sociedades de objeto ilícito, de oficio, a petición


de parte o del Ministerio Público, deberá procederse a su liquidación, tarea que
estará a cargo de un liquidador judicial designado por el juez de la causa, quien

OM
deberá realizar el activo y cancelar el pasivo social, así como los perjuicios
causados. Los integrantes de la sociedad carecen de todo derecho al reembolso
del capital aportado, así como al remanente de la liquidación, en caso de existir,
el cual deberá ser ingresado por el liquidador judicial al patrimonio estatal para
el fomento de la educación común de la jurisdicción respectiva.

Ello es aplicación concreta de otra de las consecuencias de la nulidad de las


.C
sociedades de objeto ilícito y que el párr. 1º del art. 18 de la ley 19.550 se encarga
de ratificar expresamente, en tanto prohíbe a los socios alegar la existencia de
la sociedad erga omnes, ni aun para demandar a terceros, reclamar la restitución
de los aportes, la división de ganancias o la contribución a las pérdidas, etc. La
DD

privación de reembolso del capital social y del remanente liquidatorio a los


integrantes de las sociedades de objeto ilícito es consecuencia del principio de
que nadie puede sacar provecho de la realización de actos reprobados por las
leyes, y la sanción prevista por el art. 18 de la ley 19.550 no puede ser calificada
como confiscatoria, pues no se trata de un desapoderamiento de bienes sin
LA

sentencia fundada en ley o por requisiciones militares, como ha sido dicho por la
Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso "Dubrnic, Estanislao c.
Herederos de Salomón Bunader", de fecha 28 de septiembre de 1982.

En cuanto a los terceros que han contratado con la sociedad de objeto ilícito,
FI

el art. 18 de la ley 19.550 diferencia entre aquellos que pueden ser calificados
como "de buena fe" y aquellos que no han podido ignorar la ilicitud del objeto del
ente con quienes se han vinculado. En el primer caso, y por expresa directiva de
dicha norma, los terceros podrán alegar contra los socios la existencia de la
sociedad, sin que estos puedan oponerle la nulidad.


Finalmente cabe señalar que el art. 18 de la ley 19.550 ha sido muy rigurosa
en cuanto a las responsabilidades patrimoniales de quienes han integrado, como
socios o administradores, y aun temporalmente, una sociedad de objeto ilícito,
disponiendo textualmente: "... Los socios, los administradores y quienes actúen
como tales en la gestión social responderán ilimitada y solidariamente por el
pasivo social y los perjuicios causados...". Debe sin embargo tenerse en cuenta,
a los fines de la aplicación de la norma, que tal solidaridad está supeditada a dos
requisitos fundamentales: a) que se trate de actos practicados en común, y b)
que hayan sido celebrados para el fin de la sociedad.

170 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las rigurosas previsiones del art. 18 de la ley 19.550 no están reservadas a
las sociedades regulares, sino a cualquier clase de sociedad, incluidas a las
sociedades previstas en la sección IV del capítulo I de la ley 19.550.
Precisamente, tales previsiones fueron aplicadas especialmente a una sociedad
de hecho, celebrada con el deliberado propósito de transgredir el reglamento
para la explotación del juego de quinielas.

La jurisprudencia de nuestros tribunales recurrió a las previsiones del art.


18 de la ley 19.550 para sancionar la infracción a la prohibición que pesa sobre
los corredores de constituir sociedad de cualquier tipo o denominación (art. 105,
Cód. Com.), declarándose la nulidad absoluta de las sociedades de corredores,
solución que es hoy inaplicable ante el hecho de que el corretaje es una actividad
que puede ser celebrada por cualquier persona jurídica (art. 1346, Cód. Civ. y
Com.), disposición sumamente cuestionable, como hemos ya examinado, pues

OM
no es imaginable la existencia de una asociación civil o fundación que se dedique
al corretaje que es una actividad onerosa por excelencia.

Del mismo modo, nuestros tribunales han aplicado analógicamente las


previsiones del art. 18 de la ley 19.550 para sancionar a una sociedad que había
sido constituida con el aporte de fondos obtenidos por los socios como
consecuencia de la realización, por estos, de un acto delictivo cometido en
.C
perjuicio de un importante banco de nuestro medio, tal como aconteció en el caso
"Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires c. Citanova SA" dictado por la
sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, en
pronunciamiento del 16 de febrero de 1982. Se dijo en tal oportunidad que "la
DD

sanción que corresponde es la nulidad absoluta de la sociedad por objeto ilícito,


atento las consecuencias reflejas que produce la ilicitud del aporte respecto del
objeto social", en cuanto prevé, además, que la nulidad se decreta "habida
cuenta de las circunstancias".
LA

§ 66. SOCIEDADES DE ACTIVIDAD ILÍCITA


FI

Al igual que en materia de sociedades de objeto ilícito, el régimen de nulidad


de las sociedades de objeto lícito y actividad ilícita ofrece las particularidades de
su liquidación a cargo de un funcionario judicial, la inoponibilidad erga omnes de
la existencia de la sociedad por sus integrantes y la responsabilidad solidaria e


ilimitada de los socios, administradores y quienes actúen como tales en la


gestión social por el pasivo social y por los perjuicios ocasionados, etc. La única
diferencia entre el régimen previsto por el art. 18 con la situación descripta por
el art. 19 de la ley 19.550, es que en este último caso (sociedades de objeto lícito
pero con actividad ilícita), los socios que acreditan su buena fe quedan excluidos
de la responsabilidad solidaria e ilimitada por el pasivo social y por los perjuicios
causados y gozan del derecho a obtener su cuota liquidatoria, una vez realizado
el activo y cancelado el pasivo social por parte del liquidador judicial.

171 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Cabe señalar que no es necesario que la actividad ilícita haya sido
contemplada como móvil del acto constitutivo, pues en tal caso estaremos en
presencia de una sociedad de objeto ilícito, como sucedió en un caso en donde
la sociedad había sido constituida exclusivamente para defraudar a los
organismos impositivos mediante el recurso de la doble facturación a los efectos
de disimular las ganancias de la sociedad. Por el contrario, en la hipótesis
prevista por el art. 19 de la ley 19.550, la ilegitimidad de la actividad puede haber
sido sobreviniente al acto constitutivo y referirse a un conjunto de actos o
negocios dolosamente realizados por los socios, administradores o quienes
actúen como tales, que por su importancia o reiteración entrañen una verdadero
actividad, pues el acto ilícito aislado solo podrá generar responsabilidad de quien
lo ha cometido o consentido, pero no puede, al menos como principio general,
afectar la existencia del ente. En tal sentido queda incluida en la norma del art.
19 de la ley 19.550 la sociedad que desarrolla una actividad

OM
comúnmente denominada "en negro", esto es, sin constancias en los registros
contables o sociales para evadir obligaciones impositivas o previsionales.
.C
§ 67. LAS SOCIEDADES DE OBJETO PROHIBIDO

Se trata estrictamente, y más allá de la incorrecta denominación utilizada por


el art. 20 de la ley 19.550, de sociedades que tuvieren un objeto prohibido en
DD

razón del tipo, en tanto nuestra legislación reserva ciertas actividades a


compañías mercantiles que han adoptado una determinada tipología
(actividades bancarias, financieras, aseguradores, administradores de fondos
comunes de inversión, etc.), a las cuales somete a estrictos controles de
constitución y funcionamiento por organismos especializados.
LA

La intermediación en el mercado financiero por una sociedad de hecho, sin


sujeción a la autoridad de control, a través de la tristemente operatoria de las
"mesas de dinero", importa un supuesto de actividad prohibida en los términos
del art. 20 de la ley 19.550, siempre que medie habitualidad en la operatoria,
FI

como fuera decidido en el caso "Bunge Sociedad de Hecho y otro sobre quiebra",
dictado por la sala E de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial del
15 de mayo de 1987.

Para las sociedades de objeto prohibido en razón del tipo se les aplican las


previsiones del art. 18 de la ley 19.550, excepto en cuanto a la distribución del


remanente de la liquidación, a la cual todos sus integrantes tendrán derecho, sin
tener estos que acreditar su buena fe, como sucede en las sociedades de objeto
lícito con actividad ilícita, diferencia que a nuestro juicio carece de toda
justificación. En cuanto a la responsabilidad por el pasivo social y los perjuicios
sociales, la regla del art. 18 resulta plenamente aplicable a todos los integrantes
de las sociedades de objeto prohibido, sin excepción de ninguna índole.

172 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 68. SOCIEDADES SIMULADAS

La ley 19.550 ha previsto algunos supuestos de simulación subjetiva en el art.


34, que contempla la situación de los socios aparentes, ocultos, ficticios o
prestanombres, pero no a la simulación del contrato de sociedad, situación que
se presenta en la práctica con suma frecuencia, ante la existencia de sociedades
constituidas exclusivamente por testaferros, que disfrazan la actuación de un
controlante exclusivo a los fines, por lo general, de eludir prohibiciones,
incapacidades o inhabilitaciones previstas por el ordenamiento positivo y cuya
nulidad viene impuesta por los arts. 334 y 336 del Cód. Civ. y Com.

OM
§ 69. LA ACCIÓN JUDICIAL DE NULIDAD
.C
Como hemos visto, y tratándose de sociedades comprendidas en las hipótesis
previstas por los arts. 18 a 20 de la ley 19.550 (sociedades de objeto ilícito,
actividad ilícita y objeto prohibido), la nulidad podrá ser pedida por interesado o
declarada de oficio por el juez, atento a su carácter absoluto. En otros casos de
DD

nulidad, por simulación del acto constitutivo o por nulidad vincular, la invalidez
puede ser requerida por los sujetos afectados por el vicio. También pueden
demandar la nulidad de la sociedad los terceros a los cuales la constitución de
la sociedad intentó perjudicar y así lo dispone el art. 336 del Cód. Civ. y Com.,
en cuanto dispone que los terceros cuyos derechos o intereses legítimos sean
LA

afectados por el acto simulado pueden demandar su nulidad, pudiendo acreditar


la simulación invocada por cualquier medio de prueba.

En cuanto a los sujetos pasivos de la acción de nulidad de la sociedad, no


resulta posible establecer un único criterio, pues una cosa es la demanda por
FI

nulidad del acto constitutivo de la sociedad, en la cual resulta imprescindible


demandar a todos sus integrantes en forma individual y no al ente, y otra muy
distinta es la demanda por nulidad de la sociedad en los términos de los arts.
18 a 20 de la ley 19.550, donde es la propia sociedad y no sus integrantes la que
está legitimada pasivamente para intervenir en el proceso.


La demanda deberá tramitar por el procedimiento previsto por el art. 15 de


la ley 19.550, y en jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el
procedimiento ordinario, atento a la inexistencia de proceso sumario en el Código
Civil y Comercial de la Nación. Rige el plazo de prescripción previsto por el art.
2560 del Cód. Civ. y Com., de cinco años, salvo que se trate de una sociedad en
cuya nulidad está interesado el orden público, en cuyo caso la acción judicial
será imprescriptible y el acto jurídico nulo será inconfirmable.

173 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 70. NULIDAD DE CLÁUSULAS DEL CONTRATO SOCIAL

El art. 13 de la ley 19.550 enumera con carácter ejemplificativo, y no taxativo,


algunos supuestos de nulidad parcial del contrato de sociedad, refiriéndose a
algunas cláusulas denominadas "leoninas". Tales cláusulas son las siguientes:

1. Que alguno o algunos de los socios reciban todos los beneficios o se los
excluya de ellos, o que sean liberados de contribuir a las pérdidas.

2. Que al socio o socios capitalistas se les restituyan los aportes con un premio

OM
designado o con sus frutos, o con una cantidad adicional, haya o no ganancias.

3. Que aseguren al socio capital o las ganancias eventuales.

4. Que la totalidad de las ganancias y aun de las prestaciones a la sociedad


pertenezcan al socio o socios sobrevivientes.
.C
5. Que permitan la determinación de un precio para la adquisición de la parte
de un socio por otro, que se aparte notablemente de su valor real al tiempo de
hacerla efectiva.
DD

Se trata, en todos los casos, de cláusulas que eliminan el riesgo que supone
toda sociedad y destruye la igualdad jurídica de los socios, por lo que ha sido
sostenido, con toda razón, que dichas cláusulas son nulas de nulidad absoluta
y, por lo tanto, imprescriptibles, ya que trascienden el mero interés particular de
los socios fundadores.
LA

Con base en la finalidad de la norma, nuestros tribunales han hecho uso de la


cláusula 13 de la ley 19.550 para fulminar de nulidad cláusulas del contrato de
sociedad que aseguraban una retribución en moneda constante al socio
capitalista, sin atender a la existencia o no de utilidades. Del mismo modo,
FI

también fue declarada la invalidez de estipulaciones que permitían la percepción


de una suma fija mensual por parte de los socios, por entender el tribunal que
ello implicaba la exención de las pérdidas, lo que puede ser limitado en las
relaciones internas, pero nunca excluido.


Se ratifica que la nulidad de este tipo de cláusulas no puede, al menos como


principio general, provocar la nulidad del contrato constitutivo de la sociedad. Sin
embargo, los pactos leoninos pueden conducir a su anulación si la prestación o
la participación del socio beneficiado es esencial, a tenor de la situación descripta
en el último párrafo del inc. 1º del art. 16 de la ley 19.550.

174 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 71. LAS TONTINAS

Las "tontinas" han sido definidas como una operación de lucro que consiste
en poner un fondo común entre varias personas, para repartirlo en una época
dada, con sus intereses, solamente entre los asociados que han sobrevivido y
que siguen perteneciendo a la agrupación.

Dicha operatoria fue invención de un banquero italiano del siglo XVII, L. Tonti,
cuya nulidad surge evidente a la luz de lo dispuesto en el art. 13, incs. 1º y 5º,
de la ley 19.550, al cual nos hemos ya referido, pues si dichas disposiciones
legales consideran la invalidez de la cláusula que excluya a los socios de las
ganancias de la sociedad o que permitan la determinación de un precio para la
adquisición de la parte de un socio por otro, que se aparte notablemente de su
valor real al tiempo de hacerla efectiva, es de toda obviedad que igual suerte

OM
debe correr una sociedad cuando su objeto y actuación radica precisamente en
la violación del derecho de los herederos de los socios fallecidos y la persona
jurídica funciona sobre la base de esa filosofía.
.C
CAPÍTULO IX - IRREGULARIDAD SOCIETARIA Y OTROS FENÓMENOS ANÓMALOS
DD

§ 72. RÉGIMEN LEGAL DE LAS SOCIEDADES NO CONSTITUIDAS REGULARMENTE.


BREVE RESEÑA DEL DEROGADO RÉGIMEN DE LAS SOCIEDADES IRREGULARES O DE
LA

HECHO

Los arts. 21 a 26 de la ley 19.550, en su actual redacción por la ley


26.994, integrantes todos ellos de la sección IV del capítulo I de dicho
ordenamiento, y tomando distancia de la sección III, referida al régimen de
FI

nulidad de las sociedades comerciales, legislan sobre las sociedades no


constituidas regularmente, a las cuales, por su cotidianeidad, no han podido
ignorar, habida cuenta de la tupida red de negocios que cotidianamente se
desenvuelven en su torno. También se prevé en dicha normativa la situación de
las sociedades atípicas o carentes de requisitos esenciales no tipificantes,


unificando soluciones que no siempre son acertadas.

La nueva sección IV del capítulo I de la ley 19.550 se titulaba, hasta la sanción


de la ley 26.994 del año 2015, "De la sociedad no constituida regularmente", y
este régimen comprendía a las sociedades irregulares y de hecho, consagrando
un régimen sumamente riguroso en torno a responsabilidades emergentes y en
cuanto a las limitaciones para invocar el contrato entre sus integrantes.

Este severo régimen impuesto por el legislador a quienes no habían cumplido


la carga inscriptoria prevista en el art. 7º de la ley 19.550 era incluso más riguroso

175 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


en la versión original del ordenamiento societario, pues hasta la sanción de la ley
22.903 de reformas a la ley de sociedades, con vigencia a partir del año 1983, ni
siquiera existía un procedimiento de regularización para sanear los vicios
incurridos por dichos entes que, vale la pena reiterarlo, eran miles y por lo
general, aunque no exclusivamente, dedicados a pequeños emprendimientos.

El régimen derogado por la ley 26.994 en materia de irregularidad societaria


se caracterizaba por los siguientes aspectos:

a) Las sociedades irregulares o de hecho gozaban de personalidad jurídica,


aunque una parte de la doctrina, avalada por abundante jurisprudencia,
consideraba que esa personalidad jurídica no era plena, sino precaria y
restringida.

OM
b) En cuanto a sus relaciones con terceros, los socios y quienes contrataron
en nombre de la sociedad quedan solidariamente obligados por las operaciones
sociales, sin poder invocar el beneficio de excusión ni las limitaciones que se
funden en el contrato social (art. 23, párr. 1º, ley 19.550 en su versión original).

c) Las sociedades no constituidas regularmente no podían invocar respecto


de cualquier tercero los derechos o defensas nacidas del contrato social, aunque
.C
podían ejercer los derechos emergentes de los contratos celebrados (art. 23,
párr. 2º, ley 19.550 en su versión original).

d) En las relaciones con terceros, cualquiera de los socios representaba a la


DD

sociedad (art. 24, ley 19.550, en su versión original) sin necesidad de poder o
autorización expresa.

e) Las relaciones entre los acreedores sociales y los acreedores particulares


de los socios, inclusive en caso de quiebra, se juzgaban como si se tratara de
LA

una sociedad regular, excepto respecto de los bienes cuyo dominio requiriera
registración (art. 26, ley 19.550, en su versión original).

f) En cuanto a sus relaciones internas, los socios no podían invocar entre sí


los derechos o defensas nacidas del contrato social (art. 23, párr. 2º, ley
FI

19.550, en su versión original).

g) Cualquiera de los socios podía exigir la disolución de la sociedad, la cual se


producía en la fecha en que el socio notificara fehacientemente tal decisión a
todos los consocios (art. 22, párr. 3º, ley 19.550, en su versión original).


h) Dichas sociedades carecían de capacidad para adquirir bienes registrales


(art. 26, ley 19.550, en su versión original).

i) Las sociedades irregulares y de hecho podían acceder al procedimiento de


regularización previsto en el art. 22 de la ley 19.550, en la versión de la ley
22.903, adaptándose a un tipo social previsto en el capítulo II de dicha ley, con
derecho de receso para los socios que se hubieran opuesto.

176 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


j) La sociedad podía probarse por cualquier medio de prueba (art. 25, ley
19.550, en su versión original), aunque la referencia efectuada en la exposición
de motivos de dicha ley, a la "sujeción a los principios de derecho común", puso
límites a la acreditación de las sociedades no constituidas regularmente
mediante la prueba testimonial.

Este régimen estuvo vigente hasta el día 31 de julio de 2015, y dentro de las
modificaciones más sustanciales efectuadas por la ley 26.994 a la ley de
sociedades comerciales —hoy Ley General de Sociedades— como
consecuencia de la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación, se
encuentra la derogación total del régimen de las sociedades irregulares o de
hecho, que se encontraban reguladas en la sección IV del capítulo I de la ley
19.550, y la inclusión, dentro de los nuevos arts. 21 a 26, de un nuevo régimen
legal que comprende en su regulación a todas aquellas sociedades que no se

OM
han constituido en forma regular, así como a las sociedades que carezcan de
requisitos esenciales —tipificantes y no tipificantes— y, finalmente, a las hoy
denominadas sociedades civiles, cuyo generoso régimen legal previsto en el
anterior Código Civil ha quedado totalmente derogado.

No resultará sencillo acostumbrarse al nuevo régimen legal previsto por la ley


26.994, que nada tiene que ver con el derogado régimen de las sociedades no
.C
constituidas regularmente, teñida de un fuerte acento sancionatorio, el cual, con
la promulgación de la ley 26.994 ha sido definitivamente abandonado. No menos
esfuerzo intelectual costará asimismo incorporar a nuestro criterio jurídico el
hecho de que existe una sección en el régimen legal argentino, dedicado a
DD

sociedades que no cumplieron un claro mandato legal, esto es, la inscripción


regular en un Registro Público, en las cuales sus integrantes gozan de un
régimen de responsabilidad más benigno que algunas sociedades regularmente
constituidas, que sí han cumplido la carga inscriptoria prevista por el art. 7º de
la ley 19.550, como acontece con las sociedades incluidas en las secciones I, II
LA

y III del capítulo II del referido ordenamiento legal (sociedades colectivas, en


comandita simple y de capital e industria).

El nuevo régimen legal de aquellos entes incluidos dentro de la "sección IV del


capítulo I de la ley 19.550" es realmente desolador, premia al incumplidor de
FI

normas de evidente orden público, como lo es la obligación de matricularse en


un registro público; nada aporta a la seguridad jurídica y finalmente contiene
algunas normas de imposible o muy difícil cumplimiento, como el régimen de
subsanación, en donde la ley otorga al juez la facultad de imponer a los socios
la adopción de un tipo social determinado. Pero además de ello, incluye en su


seno a las conocidas como "sociedades civiles", cuya derogación por la ley
26.994 no hace olvidar al abogado medio de su importancia en determinados
ámbitos, como el del desarrollo de las actividades profesionales. En resumen,
nada bueno aportó al derecho nacional la incorporación de las "sociedades de la
sección IV del capítulo I de la ley 19.550", sin omitir, entre las críticas que dicho
régimen merece, el hecho de que resulta muy difícil imaginar cómo puede
sobrevivir una sociedad que carece de domicilio, sede, objeto o capital social,
que tanto daño puede ocasionar a los terceros que se han vinculado con ella.

177 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Específicamente, la primera crítica que puede formularse a la actual
regulación de las "sociedades de la sección IV del capítulo I de la ley 19.550", es
que el antiguo régimen de las sociedades irregulares o de hecho previsto en
los arts. 21 a 26 de la ley 19.550 no necesitaba ser derogado sino solo retocado
y reformulado en ciertos y determinados aspectos. Era un régimen basado en
largos años de jurisprudencia y elaboración doctrinaria, y cuyos principios
generales —responsabilidad amplia de sus integrantes, representación
promiscua de la entidad, régimen amplio de prueba y posibilidad de los socios
de dar por finalizado el ente— no eran discutidos por nadie y estaban plenamente
incorporados a nuestra formación jurídica. Solo bastaba modificar el régimen de
oponibilidad interna entre los integrantes de la sociedad y permitir a estas la
adquisición de bienes registrables mediante un procedimiento que otorgare
suficiente protección a los terceros, como venía siendo predicado en la mayor
parte de los innumerables eventos académicos celebrados en la República

OM
Argentina desde casi la sanción misma de la ley 19.550.

Otra crítica razonable al nuevo régimen legal previsto en los arts. 21 a 26 se


centra en el hecho de que la modificación al régimen legal de las sociedades
atípicas previstas en el art. 17 de la ley 19.550 y de las sociedades cuyo contrato
constitutivo carece de requisitos esenciales no tipificantes, antes condenadas a
la nulidad o anulabilidad y hoy, con la sanción del Código Civil y Comercial de la
.C
Nación, a su inclusión en el nuevo régimen legal de la sección IV del capítulo I
de dicha normativa, no justificaba semejante reforma, toda vez que, en más de
cuarenta años de vigencia de la ley 19.550, jamás se registró, en la
jurisprudencia nacional un caso de nulidad por atipicidad o por omisión de
DD

requisitos esenciales tipificantes o no tipificantes. No debe olvidarse que, si bien


la doctrina criticó la severidad del antiguo art. 17, lo cierto es que se trató de un
disenso que no sobrepasó los medios académicos ni trascendió al mundo real y
que, en definitiva, con asegurarles a las sociedades atípicas una suerte de
regularización, desaparecían los riesgos que implicaba su declaración de
LA

nulidad, como preveía el régimen anterior.

Por otra parte, y eliminadas las sociedades civiles como consecuencia de la


derogación de los arts. 1648 a 1788 bis del Cód. Civil, ellas pasan también a
gobernarse —cuando aquellas, en vigencia del hoy derogado Código Civil, no se
FI

hubieran instrumentado mediante escritura pública— por las normas de la


sección IV de la ley 19.550, pues a tenor de la terminología empleada por la ley
26.994, se trata de sociedades "no constituidas con sujeción a los tipos previstos
en el capítulo II", ello es solución que no resulta satisfactoria, pues la propia
naturaleza de esta clase de sociedades, con modalidades especiales que las


caracterizan —en especial las sociedades de profesionales, que son cientos y


cientos y de ellas, la gran mayoría no constituidas en forma regular— requería
una normativa mucho más detallada y minuciosa en lo que respecta a su
funcionamiento y al ejercicio de sus derechos por los integrantes, en especial
teniendo en cuenta la diversidad de aportes de sus socios y el no siempre
uniforme régimen de distribución de ganancias y pérdidas entre ellos, que en la
práctica se caracteriza por su inmediatez.

Y finalmente —sin perjuicio de algunas otras críticas parciales y puntuales que


ofrece la redacción de los nuevos arts. 21 a 26 de la ley 19.550—, resulta fuera

178 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de toda discusión que dentro de su seno quedan comprendidas tanto las
sociedades irregulares y las sociedades de hecho, por ser ambas sociedades
que "han incumplido con las formalidades exigidas por esta ley... ", conforme a
la actual redacción del art. 21 de la ley 19.550, aunque bueno es aclararlo, ello
constituye un tema sobre el cual hay importantes disquisiciones entre nuestra
calificada doctrina societaria, a punto tal de sostenerse, por autores de la talla de
Daniel Vítolo, que la sociedad de hecho no está incluida en este novedoso
articulado, razonamiento que se basa en el hecho de que la ley 26.994 ha
decidido ignorarlas, manteniendo el requisito del contrato escrito como requisito
de existencia de las "sociedades de la sección IV del capítulo I de la ley 19.550",
concluyendo que la situación respecto de las sociedades de hecho es confusa,
porque —por otra parte—, algunas señales parecen indicar que la intención del
legislador ha sido la posibilidad de incluir a estas sociedades en la sección IV,
por carecer de la "formalidad" del contrato escrito.

OM
Por mi parte, adelanto que considero incluidas a las sociedades de hecho
dentro de las normas de la sección IV de la ley 19.550, aunque con la aclaración
de que no todas las normas allí previstas son aplicables a las sociedades de
hecho, pues no rigen para ellas todas las disposiciones que requieren la
existencia de contrato o documento escrito para oponer entre los socios, la
sociedad y los terceros (art. 23, ley 19.550), o para comenzar el proceso de
.C
subsanación (art. 25), figura que parece reservada a las sociedades irregulares,
cuando dicha norma establece que la referida subsanación puede llevarse a
cabo "en cualquier tiempo durante el plazo de duración previsto en el contrato",
siendo casi innecesario recordar que las sociedades de hecho, a diferencia de
DD

las sociedades irregulares, carecen de instrumento escrito.


LA

§ 73. EL NUEVO RÉGIMEN LEGAL. CARACTERÍSTICAS GENERALES

Las características del nuevo régimen legal consagrado en los arts. 21 a 26 de


la ley 19.550 son las siguientes:
FI

a) En primer lugar, y a diferencia del régimen legal previsto en el derogado art.


23 en materia de inoponibilidad interna del contrato social, el actual art. 22 prevé
que el contrato social puede ser invocado entre los socios, siendo oponible a los
terceros solo si se prueba que lo conocieron efectivamente al tiempo de la


contratación o del nacimiento de la relación obligatoria. Por su parte, dicha norma


dispone, asimismo, que el contrato social puede ser también invocado por los
terceros contra la sociedad, los socios y los administradores.

b) Con respecto al régimen de administración, representación y gobierno de


estas sociedades, el nuevo art. 23 prescribe que las cláusulas relativas a la
representación, a la administración y las demás que disponen sobre la
organización y gobierno de la sociedad, pueden ser invocadas entre los socios y
en lo que respecta a las relaciones con los terceros, cualquiera de los socios
representa a la sociedad exhibiendo el contrato, pero la disposición del contrato

179 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


social le puede ser opuesta si se prueba que los terceros la conocieron
efectivamente al tiempo de nacimiento de la relación jurídica.

c) Tratándose de bienes registrables, y a diferencia de lo dispuesto por el


controvertido art. 26 del derogado régimen legal, cuya redacción dio lugar a todo
tipo de interpretaciones, el párr. 2º del nuevo art. 23 de la Ley General de
Sociedades dispone que la sociedad podrá adquirir bienes registrables, para lo
cual debe acreditar ante el registro correspondiente su existencia y las facultades
de su representante por un acto de reconocimiento de todos quienes afirman ser
sus socios. Este acto debe ser instrumentado en escritura pública o instrumento
privado con firma autenticada por escribano, aclarando la nueva disposición legal
que el bien se inscribirá a nombre de la sociedad, con precisa indicación de la
proporción en que participan los socios en tal sociedad.

OM
d) En materia de prueba, y al igual que el derogado art. 25 de la ley 19.550, el
último párrafo del art. 23 es terminante sobre el particular: la existencia de la
sociedad puede acreditarse por cualquier medio de prueba.

e) La modificación más trascendente en materia de estas novedosas


sociedades lo aporta el art. 24 de la actual Ley General de Sociedades
(LGS), cuando, referido a la responsabilidad de los socios, prescribe que estos
.C
responden frente a terceros como obligados simplemente mancomunados y por
partes iguales, salvo que la solidaridad con la sociedad o entre ellos a una
distinta proporción resulten: 1) de una estipulación expresa respecto de una
relación o un conjunto de relaciones; 2) de una estipulación del contrato social,
DD

en los términos del art. 22, y 3) de las reglas comunes del tipo que manifestaron
adoptar y respecto del cual se dejaron de cumplir requisitos sustanciales
o formales.

f) En lo que respecta a su adecuación de las sociedades incluidas en la


LA

sección IV de la Ley General de Sociedades a los tipos sociales previstos por el


capítulo II de dicha ley, el novedoso art. 25 dispone que estas sociedades
pueden ser subsanadas a iniciativa del mismo ente o de los socios en cualquier
tiempo, aclarando la referida norma que "... A falta de acuerdo unánime de los
socios, la subsanación puede ser ordenada judicialmente en procedimiento
FI

sumarísimo. En caso necesario, el juez puede suplir la falta de acuerdo, sin


imponer mayor responsabilidad a los socios que no lo consientan... ", agregando
finalmente que "El socio disconforme podrá ejercer el derecho de receso dentro
de los diez días de quedar firme la decisión judicial, en los términos del art. 92...".


g) En materia de disolución y liquidación de estas sociedades, el párr. 2º del


nuevo art. 25 de la ley 19.550 dispone que cualquiera de los socios puede
provocar la disolución de la sociedad cuando no media estipulación escrita del
pacto de duración, notificando fehacientemente tal decisión a todos los socios.
Sus efectos se producirán, de pleno derecho entre los socios, a los 90 días de la
última notificación y los socios que deseen permanecer en la sociedad deben
pagar a los salientes su parte social, disponiendo finalmente dicha norma que "...
La liquidación se rige por las normas del contrato y de esta ley".

180 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


h) Finalmente, y en lo que respecta a las relaciones entre los acreedores
sociales y particulares de los socios, el flamante art. 26 de la Ley General de
Sociedades dispone que las relaciones entre los acreedores sociales y los
acreedores particulares de los socios, aun en caso de quiebra, se juzgarán como
si se tratara de una sociedad de los tipos previstos en el capítulo II, incluso con
respecto a los bienes registrables.

Nos abocaremos a cada uno de estos tópicos en los parágrafos que siguen.

§ 74. NATURALEZA DE LAS SOCIEDADES PREVISTAS EN LA SECCIÓN IV DEL CAPÍTULO I

OM
DE LA LEY 19.550

La denominadas "sociedades de la sección IV del capítulo I de la ley 19.550"


no son un tipo social, pues el legislador societario reservó dichas características
a la adopción, por sus integrantes, de cualquiera de los moldes previstos en su
capítulo II. Son, por el contrario, una clase de sociedades que padecen ciertos
vicios de distinta naturaleza, como la omisión de su inscripción en el registro
.C
público (sociedades irregulares y de hecho), o de ciertos datos en su acto
constitutivo (como la adopción de un tipo legal o cualquiera de los requisitos
esenciales previstos en el art. 11 de la ley 19.550).
DD

Esta conclusión surge evidente toda vez que si hubiera sido propósito del
legislador darles carácter típico a dichas personas jurídicas, bastaba con
incluirlas en el capítulo II de la ley 19.550, y ello no ocurrió, a punto tal que, para
incorporarlas dentro del referido capítulo de este ordenamiento legal, en el cual
se legislan puntualmente casi todos los tipos sociales previstos en nuestro
LA

universo societario, resulta necesario que cualquiera de las "sociedades de la


sección IV del capítulo I de la ley 19.550" culminen el procedimiento de
subsanación previsto en el art. 25 de este ordenamiento.

Es de suma importancia recordar esta diferencia, pues por no tratarse de un


FI

tipo social, estas sociedades no pueden acceder a determinados procedimientos


reservados exclusivamente por la ley 19.550 a las sociedades típicas, como la
transformación, fusión y escisión o a las soluciones previstas por los arts. 90 y
91 de la ley 19.550, en materia de resolución parcial del contrato social o
exclusión de socios, figuras previstas por el legislador para determinadas


sociedades, entre las cuales no se incluyen a las sociedades de la sección IV del


capítulo I de la ley 19.550.

§ 75. DENOMINACIÓN DE ESTA CLASE DE SOCIEDADES

181 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Si bien —como ha sido expresado— la sección IV del capítulo I de la ley
19.550 se denomina ahora "De las sociedades no constituidas según los tipos
del capítulo II y otros supuestos", lo cierto es que toda esta clase de sociedades
incluidas en él, no gozan de una denominación concreta y específica, lo cual
constituye un error.

Ello no es cuestión carente de importancia, pues solo una clara identificación


de ellas permitirá conocer a los terceros con quién contratan al momento de
vincularse con estas sociedades y saber cuál es el régimen legal que les es
aplicable.

La doctrina nacional ha intentado varias definiciones de estas sociedades:


Vítolo, por ejemplo, las llama "sociedades simples o libres", mientras que
Roitman prefiere denominarlas "residuales" y Eduardo Favier Dubois —padre e

OM
hijo— las identifican como "sociedades informales". Por mi parte, y en compañía
de la profesora Pilar Rodríguez Acquarone, en un trabajo presentado en el año
2012, esto es, antes de la sanción de la ley 26.994, en el "Primer Congreso
Nacional de Análisis y Debate sobre el Proyecto del Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación", las identificamos como "sociedades simples",
entendiendo que el término "residual" no define con la necesaria exactitud la
naturaleza de estas entidades, que no son residuo de otras sociedades
.C
regularmente constituidas sino entidades que nacen con el consentimiento de
todos sus integrantes sin vinculación con otra persona jurídica. No obstante ello,
y sancionada ya la ley 26.994, prefiero identificarlas como sociedades no
regulares, porque cualquiera que sea el motivo que llevó al legislador a incluirlas
DD

en la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, lo cierto es que padecen de un


vicio que las permite identificar de tal manera.

De todos modos, la gente común sigue llamándolas "sociedades irregulares o


de hecho", pues así fueron incorporadas al lenguaje cotidiano desde hace más
LA

de ciento cincuenta años. Ello, por otro lado, no merece crítica alguna, pues
como hemos visto, dentro del universo de las "sociedades de la sección IV del
capítulo I de la ley 19.550", estas están casi exclusivamente integradas por las
sociedades de hecho, pues valga la pena reiterarlo, ni las sociedades atípicas ni
las carentes de requisitos esenciales no tipificantes ocuparon lugar alguno en los
FI

anales de nuestra jurisprudencia.




§ 76. PERSONALIDAD JURÍDICA

Las sociedades no regulares enumeradas en la sección IV del capítulo I de


la ley 19.550 gozan de plena personalidad jurídica y son sujetos de derecho, en
los términos y con los alcances previstos por dicha ley. Así lo dispone el art.
26 de la ley 19.550 y además lo ratifica el art. 142 del Cód. Civ. y Com.,
plenamente aplicable a estas sociedades, a tenor del carácter imperativo que
revisten todas las normas dedicadas por dicho cuerpo legal a las personas
jurídicas privadas (capítulo I, sección I del título II), no existiendo en la ley

182 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


19.550 normas de la misma naturaleza que se opongan a las soluciones
previstas en dicho capítulo. No debe olvidarse, sobre el particular, que las
normas imperativas previstas por el Código Civil y Comercial de la Nación en
materia de personas jurídicas predominan sobre las normas del acto constitutivo
y sobre las normas supletorias de la ley especial y del mismo Código, y solo
ceden ante las normas imperativas de la ley especial (art. 150, Cód. Civ. y Com.).

En consecuencia, y ratificando lo dispuesto por el art. 2º de la ley 19.550, el


art. 142 del Cód. Civ. y Com. dispone expresamente que la existencia de la
persona jurídica privada comienza desde su constitución sin necesidad alguna
de autorización para funcionar, salvo disposición legal en contrario, de modo que
la separación patrimonial entre la entidad y sus miembros, con todos sus efectos,
entre ellos y fundamentalmente la inexistencia de responsabilidad de los
miembros por las obligaciones de la persona jurídica, rige desde el mismo día de

OM
la fundación de ellas (art. 143, Cód. Civ. y Com.). Ello sin perjuicio de las
excepciones expresamente previstas en la ley especial y en el Código (arts. 143,
párr. 2º y 144, Cód. Civ. y Com.), entre las cuales las hipótesis y sanciones
previstas en el párr. 3º del art. 54 de la ley 19.550 constituyen su ejemplo más
destacado.

Obviamente, el reconocimiento de la personalidad jurídica a estas entidades


.C
depende de su existencia como sociedad, que deben exhibir un patrimonio
independiente y una concreta actividad societaria, tanto desde su faz interna
como externa. Recordemos al respecto que uno de los supuestos más habituales
en torno a la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad de la personalidad
DD

jurídica lo constituyen, precisamente, las sociedades sin actividad, solo titulares


de bienes registrables o aquellos entes que no han tenido actuación orgánica
interna. En este sentido no debe olvidarse que, por tratarse de la constitución de
personas jurídicas no inscriptas, debemos encontrar en ellas elementos que nos
permitan identificarlas como sociedad, tales como la actuación en común
LA

exteriorizada a nombre colectivo, la existencia de una organización, aunque sea


mínima, que conforme a su estructura le permita adquirir derechos y contraer
obligaciones que van a ser imputables a ese nuevo centro de imputación
diferenciado que se ha generado, con participación en beneficios y pérdidas, y
que permitirá a sus socios participar en las deliberaciones sociales a través de
FI

los órganos previstos para su funcionamiento, con durabilidad de esa


manifestación y obviamente con reconocimiento de la personalidad jurídica.


§ 77. LAS SOCIEDADES CIVILES. LAS SOCIEDADES DE PROFESIONALES

77.1. A pesar de la opinión en contrario de cierta doctrina, no me caben dudas


de que las hoy derogadas "sociedades civiles" entran en la categoría prevista en
la nueva sección IV del capítulo I de la ley 19.550, y que este nuevo régimen
legal se aplicará a todas aquellas sociedades cuyo objeto lo constituya la
prestación de servicios profesionales y que no se han constituido de conformidad
con los tipos previstos en dicho ordenamiento legal.

183 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Fue sostenido, para fundar la tesis contraria a la aplicación de las nuevas
normas de los arts. 21 a 26 de la ley 19.550 a las sociedades dedicadas a
actividades consideradas tradicionalmente como "civiles", que, atento el
concepto que el derogado art. 1648 del Código Civil brindaba respecto de la
sociedad civil, ella no encuadra en el propio concepto de sociedad que el Código
Civil y Comercial de la Nación ha delineado en su art. 1º para la nueva Ley
General de Sociedades. Se sostiene al respecto que mientras el art. 1º de la ley
19.550 requiere, como requisitos de existencia de la propia sociedad, que esta
se dedique a la producción de bienes o servicios, tal exigencia no existe para la
sociedad civil, la cual, a tenor de aquella antigua definición, se limitaba a disponer
la prosecución, por sus integrantes, "de una utilidad en dinero que dividirán entre
sí".

En el mismo sentido, existe doctrina, expuesta fundamentalmente por Favier

OM
Dubois, que predica que toda asociación de dos o más personas, con fines de
lucro, donde haya aportes para obtener utilidades en su aplicación, pero sin
explotar una empresa, no constituye sociedad y queda subsumida en algunas
figuras de los contratos asociativos, que en el Código son contratos sin
personalidad jurídica (arts. 1442 a 1478, Cód. Civ. y Com.), para concluir este
autor que, "en definitiva, a partir de la ley 26.994, las sociedades no se
denominan más comerciales, pero deben ser todas empresarias", carácter que,
.C
a juicio de quienes no adhieren a la aplicación de las nuevas normas de la
sección IV del capítulo I de la ley 19.550 a las sociedades civiles, estas carecen.

Si bien coincido con el criterio de que toda sociedad, como requisito de


DD

existencia y como condición esencial para gozar de personalidad jurídica, debe


desarrollar una actividad, enmarcada dentro de la fórmula "producción o
intercambio de bienes o servicios" a que alude el art. 1º de la ley 19.550, y de
cuyo resultado sus integrantes pretendan obtener ganancias, no concuerdo con
la conclusión de que esa actividad deba ser de tal magnitud que implique incluirla
LA

dentro del concepto de "empresa", más allá de la ambigüedad que para el


derecho argentino supone este concepto.

77.2. Nada obsta, pues, a la inclusión dentro del nuevo régimen previsto por
los nuevos arts. 21 a 26 de la ley 19.550 de las pequeñas sociedades informales
FI

constituidas por dos o más personas, dedicadas al ejercicio de una profesión


liberal, y que, luego de un trabajo realizado en común, proceden a distribuir de
inmediato las ganancias obtenidas de tal manera, y si bien puede coincidirse en
la dificultad de encuadrar esta actuación colectiva en el concepto de empresa —
a pesar de la existencia de miles de estos emprendimientos en nuestro medio—


, lo cierto es que el art. 1º de nuestra ahora denominada Ley General de


Sociedades no hace la menor referencia al concepto de empresa, sino solo a la
necesidad de que la sociedad se dedique a la producción de bienes y servicios,
y ninguna duda cabe al respecto, que el ejercicio de una profesión liberal
encuadra dentro de esta amplia y generosa fórmula.

Es que, una vez sancionada la ley 26.994 y a los fines de la constitución de


una sociedad, ya no importa la naturaleza civil o comercial de las actividades
realizadas por esta y cualquier esquema societario previsto por los socios estará
comprendido en la Ley General de Sociedades, de modo que no cabe sino

184 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


concluir que quienes desean constituir una sociedad, tradicionalmente
comprendida dentro del ámbito de la sociedad civil, pueden recurrir, en principio,
a cualquiera de los moldes previstos en dicha normativa, esto es, una compañía
de los tipos previstos en el capítulo II o una sociedad de aquellas previstas en la
sección IV del capítulo I, de las cuales nos estamos ocupando. No obstante ello,
hubiera sido ideal que la ley 26.994 hubiera incluido alguna norma que se
ocupara de las sociedades civiles existentes a la fecha de la entrada en vigencia
de la referida ley, así como del impacto que pudiera ocasionar la eventual
reforma en ellas, pues se trata —en la casi generalidad de los casos— de
sociedades constituidas por profesionales, la mayor parte sin cumplir con la
formalidad —escritura pública— prevista por el hoy derogado art. 1184, inc. 3º,
del Cód. Civil, cuyos aportes se caracterizan por su diversidad y cuyo régimen
de distribución de ganancias y pérdidas no respeta los cánones de las
sociedades regularmente constituidas a las que se refiere la ley 19.550.

OM
La única referencia, bien que implícita, a las viejas y hoy derogadas
legislativamente "sociedades civiles" que prevé la ley 26.994, es la modificación
efectuada al art. 285 de la ley 19.550, el cual disponía, en su versión original,
que a los fines de ejercer la sindicatura societaria era necesario reunir la calidad
de abogado o contador, con título habilitante, o "sociedad civil" con
responsabilidad solidaria constituida exclusivamente por estos profesionales.
.C
Actualmente, y como consecuencia de la supresión de nuestro ordenamiento
legal de las sociedades civiles, el mismo artículo quedó redactado de la siguiente
manera: "Para ser síndico se requiere: 1) Ser abogado o contador, con título
habilitante, o sociedad con responsabilidad solidaria constituida exclusivamente
DD

por estos profesionales...", por lo cual, en el régimen de la nueva ley, tal sociedad
debe ser una sociedad colectiva (arts. 125 a 133, ley 19.550), ya que, como bien
lo señala Favier Dubois, los otros tipos previstos en el capítulo II de dicha ley que
admiten la responsabilidad ilimitada lo hacen solo respecto a una categoría de
socios, lo que contradice la exigencia de "exclusividad" de profesionales con
LA

responsabilidad solidaria que impone el art. 285 de la hoy denominada Ley


General de Sociedades.

77.3. En definitiva, y para clarificar el estatus legal de las "sociedades civiles"


a la fecha de entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial de la
FI

Nación, considero oportuno formular las siguientes conclusiones:

a) No podrán conformarse ni constituirse nuevas sociedades civiles a partir de


la entrada en vigencia del nuevo Código, con base en lo dispuesto por los arts.
1648 y siguientes del derogado Código Civil.


b) Ellas desaparecerán como tales, para quedar incluidas en el régimen


previsto por la sección IV del capítulo I de la Ley General de Sociedades 19.550
(arts. 21 a 26).

c) Las sociedades civiles que, a esta fecha, hubieran sido constituidas por
escritura pública, continuarán gobernadas por las cláusulas de su estatuto, en la
medida en que resulten compatibles con el nuevo régimen legal previsto por los
arts. 21 a 26 de la referida ley (art. 5º, Cód. Civ. y Com.).

185 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


d) Las referidas entidades que no se hubieran constituido regularmente
durante la vigencia del Código Civil —sociedades irregulares o de hecho—
pasarán a gobernarse por los arts. 21 a 26 de la ley 19.550.

§ 78. LAS SOCIEDADES IRREGULARES Y DE HECHO

Ninguna duda cabe respecto de la inclusión de las sociedades irregulares en


la nueva sección IV de la ley 19.550, aunque ello carece de importancia, pues
son muy pocas las sociedades irregulares que funcionan en este país,
entendidas como aquellas que han cumplido con todas las formalidades legales,

OM
pero solo han omitido su inscripción registral en los términos del art. 7º de la
referida ley. Es consecuencia natural del devenir habitual de las cosas que
quienes han formalizado por instrumento público o privado el contrato social,
tiendan, tarde o temprano, a terminar con ese trámite, obteniendo su regularidad
societaria y es por ello que la jurisprudencia no ha registrado demasiados casos
de conflictos suscitados en el seno de esta clase de sociedades. Por el contrario,
y dentro del mundo de la informalidad, las sociedades de hecho han sido las que
.C
han tenido mucho mayor protagonismo en el tráfico mercantil, esto es, aquellas
sociedades que directamente carecen de todo instrumento escrito de
constitución o que —aunque ello es sumamente infrecuente— solo han firmado
un contrato de sociedad con unas pocas cláusulas que, por lo general se refieren
DD

a la identificación de los socios, a su participación en la entidad y al régimen de


distribución de ganancias.

Sin embargo y curiosamente, interpretados literalmente los arts. 21 a 26 de


la ley 19.550, en su nueva versión, podría sostenerse que las sociedades de
LA

hecho no están incluidas en dicha sección y que, remitiéndonos una vez más a
las fundadas conclusiones de Daniel Roque Vítolo, ellas han sido ignoradas por
el legislador, aunque dicho autor reconoce —no obstante— que la situación que
las mismas ofrecen es realmente confusa, porque algunas señales parecen
indicar que la intención del legislador ha sido la posibilidad de incluir a las
FI

sociedades de hecho en la sección IV, por carecer de la "formalidad" del contrato


escrito.

En efecto: de la simple lectura de los nuevos arts. 21 a 26 de la ley


19.550, surgen algunas contradicciones que conspiran contra la aludida


intención del legislador, en el sentido de incluir a las sociedades de hecho en su


seno, lo cual podrá generar todo tipo de inconvenientes a la hora de interpretar
aquellas normas. Repárese al respecto que todas las normas de los nuevos arts.
21 a 26 parecen destinarse a las sociedades que han sido instrumentadas
mediante un contrato constitutivo y así lo menciona el art. 22 cuando se refiere
a que "El contrato social puede ser invocado entre los socios", y que este "Es
oponible a los terceros solo si prueba que lo conocieron efectivamente". Del
mismo modo, el art. 23 predica que "Las cláusulas relativas a la representación,
la administración, y las demás que disponen sobre la organización y gobierno de
la sociedad pueden ser invocadas entre los socios", disponiendo en su párr. 2º

186 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


que "En las relaciones con los terceros cualquiera de los socios representa a la
sociedad exhibiendo el contrato, pero la disposición del contrato social le puede
ser opuesta si se prueba que los terceros la conocieron efectivamente al tiempo
del nacimiento de la relación jurídica". Por su parte, el art. 24 sostiene que, si
bien la responsabilidad de los integrantes de ambas sociedades es simplemente
mancomunada y por partes iguales, puede establecerse "en el contrato social"
una responsabilidad solidaria con la sociedad o entre ellos o en una distinta
proporción. Parece obvio concluir, en consecuencia, que cuando las normas de
la sección IV del capítulo I de la ley 19.550 se refieren a la invocación del contrato
social, hacen referencia al instrumento escrito y no al mero acuerdo de
voluntades, y al respecto, la redacción de dichas normas no deja lugar a
dudas. Es importante destacar finalmente que tampoco parecen destinadas a las
sociedades de hecho las normas del beneficio de la subsanación del art. 25 de
la ley 19.550 en su actual redacción, figura que, conforme a los términos de dicha

OM
norma, solo admisible cuando existiese expresamente previsto un plazo de
duración en el contrato constitutivo y este estuviere vigente.

Si así interpretamos la referida sección de la ley 19.550, dichas soluciones


resultarán aplicables a las sociedades que cuenten con un instrumento escrito,
aunque en él se omita incluir requisitos esenciales, tipificantes o no tipificantes y
a las hoy conocidas como "sociedades civiles" constituidas a la fecha de vigencia
.C
del Código Civil y Comercial de la Nación que cuenten con un contrato escrito,
pero queda la duda si las normas de los arts. 21 a 26 de la ley 19.550, en su
actual versión, podrán ser aplicadas a las sociedades de hecho, esto es, a
aquellas que no tienen contrato constitutivo formulado por escrito, sociedades
DD

que, se reitera, representan más del 99% de los entes no constituidos


regularmente que funcionan en nuestro medio.

Cabe entonces detenerse a analizar si las normas de la sección IV del capítulo


I de la ley 19.550 resultan aplicables a las sociedades de hecho, o si, por el
LA

contrario, las nuevas disposiciones de los arts. 21 a 26 de la ley 19.550 solo


resultan aplicables a aquellas entidades previstas en el párr. 1º del art. 21, pero
que cuenten con un instrumento escrito de constitución (sociedades irregulares,
atípicas y sociedades civiles existentes al momento de entrar en vigencia las
normas del Código Civil y Comercial de la Nación). Personalmente y
FI

exclusivamente basado en una interpretación finalista de la ley, me inclino por la


primera hipótesis, con la única limitación de que en ellas los socios no podrán
invocar, entre sí, ante la sociedad y frente a terceros, las cláusulas del contrato
social ni recurrir al instituto de la subsanación para poner fin al estado de
irregularidad en que se encuentran, para lo cual se requiere, indefectiblemente,


la existencia del contrato social.

Con otras palabras, a las sociedades de hecho les serán aplicables las normas
del art. 23, tercero y cuarto párrafo, referidas a la inscripción de bienes
registrables y a la prueba de la existencia de la sociedad, así como la disposición
del art. 24, en materia de responsabilidad de los socios (con excepción de su inc.
2º, que también requiere la existencia de un contrato social); las previsiones del
párr. 3º del art. 25, en materia de disolución y liquidación de la sociedad y,
finalmente, la prescripción del art. 26, que se refiere a las relaciones entre los
acreedores sociales y particulares de los socios, pero todas las disposiciones

187 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


que refieren a la invocación por los socios de las cláusulas del contrato social
(arts. 22 y 23, párr. 1º) no les resultan aplicables.

Esta es, a pesar de sus escasos alcances, la solución que, a mi juicio, mejor
se adapta no solo a los términos de la ley, sino también a las intenciones del
legislador (art. 2º, Cód. Civ. y Com.), pues no parece razonable concluir que la
imposibilidad de invocar el contrato social entre los socios en una sociedad de
hecho es solo producto de un defecto de redacción de las normas de la sección
IV del art. 1º de la ley 19.550, o un olvido involuntario del legislador, porque se
trata de un tema que siempre ha merecido la preocupación de la doctrina
nacional, expresado en decenas de congresos y jornadas dedicadas al tema,
que este no podía nunca desconocer. Pero además de ello, mal podemos
descartar que la nueva normativa dedicada a las sociedades no constituidas
regularmente haya ignorado a las sociedades de hecho, pues el art. 23, párr. 3º,

OM
en materia de adquisición de bienes registrables parece tener a estas como
principales protagonistas y, del mismo modo, el art. 25, párr. 3º, parece también
redactado para las sociedades de hecho, en cuanto dispone que "... Cualquiera
de los socios puede provocar la disolución de la sociedad cuando no media
estipulación escrita del pacto de duración...".

Ello no implica —ni muchísimo menos— coincidir con la solución legal, que no
.C
satisface en absoluto, pues tratándose de sociedades de hecho la inexistencia
de contrato escrito jamás debería obstar a la invocación de los derechos que
permite la ley 19.550, tanto en sede extrajudicial como judicial. Considero que el
incumplimiento de las normas de inscripción previstas por los arts. 5º a 7º de
DD

dicha ley jamás debería permitir la violación de las expresas normas de


funcionamiento que son características de todo el ordenamiento societario, y en
el cual la defensa de los derechos de todos sus integrantes cumple una
importancia especialísima, pero —no obstante mi posición particular sobre la
cuestión— lo cierto es que el art. 23 de la ley 19.550, en su actual redacción,
LA

deja nulo margen para interpretar que dicha disposición es aplicable en las
sociedades que no cuentan con un instrumento escrito.
FI

§ 79. EFECTOS DE LA INCLUSIÓN EN LA SECCIÓN IV DEL CAPÍTULO I DE LA LEY


19.550. LA OPONIBILIDAD DEL CONTRATO ENTRE LOS SOCIOS Y FRENTE A
TERCEROS. REPRESENTACIÓN Y GOBIERNO DE LA SOCIEDAD


A esta situación se refieren los nuevos arts. 22, 23, párr. 1º, de la ley 19.550.
Dispone expresamente el art. 22: "Régimen aplicable. El contrato social puede
ser invocado entre los socios. Es oponible a los terceros sólo si se prueba que lo
conocieron efectivamente al tiempo de la contratación o del nacimiento de la
relación obligatoria y también puede ser invocado por los terceros contra la
sociedad, los socios y los administradores". Por su parte, el art. 23, párr. 1º,
prescribe: "Representación: Administración y gobierno. Las cláusulas relativas a
la representación, la administración y las demás que disponen sobre la
organización y gobierno de la sociedad pueden ser invocadas entre los socios.

188 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En las relaciones con terceros cualquiera de los socios representa a la sociedad
exhibiendo el contrato, pero la disposición del contrato social le puede ser
opuesta si se prueba que los terceros la conocieron efectivamente al tiempo del
nacimiento de la relación jurídica".

Hemos ya expresado que todo este régimen solo es aplicable a las sociedades
que omitan sus requisitos esenciales, así como aquellas que incumplan con las
formalidades previstas en la ley 19.550, siempre y cuando estas últimas cuenten
con un contrato social escrito. En virtud de ello, sus socios podrán reclamar a la
sociedad el respeto y cumplimiento de sus derechos y exigirse, entre sí y a sus
administradores, el cumplimiento de las obligaciones que impone toda relación
asociativa. Concretamente y a título de ejemplo, podrá la sociedad reclamar de
sus integrantes el cumplimiento de sus aportes, la adecuación de su conducta al
interés social y, en el mismo sentido, el socio podrá recurrir judicialmente en

OM
defensa de sus derechos, exigiendo su responsabilidad por daños sufridos por
la sociedad o en su propio patrimonio y demandar a sus administradores la
rendición de las cuentas, por uno o más negocios sociales, su remoción y su
responsabilidad, con plenas facultades para solicitar la intervención judicial, en
cualquiera de sus grados.

En mi opinión, el legislador se quedó muy corto cuando, al redactar los arts.


.C
22 y 23 dispuso que el contrato social y sus cláusulas puede ser invocado entre
los socios, toda vez que lo ideal hubiera sido que igual facultad les asiste cuando
se trata de la defensa de los derechos y defensas que surgen de la ley
19.550, pues los derechos, obligaciones y responsabilidades que surgen de
DD

la ley 19.550 existen y pueden ser invocados por todos quienes integran una
sociedad, independientemente de lo que expresa el acto constitutivo, en caso de
existir. No obstante, la intención de los autores de la ley 26.994 parece clara en
subordinar la oponibilidad del contrato social a la existencia de un instrumento
escrito, y de este modo, la exclusión de las sociedades de hecho que carecen
LA

de estos instrumentos de las previsiones de aquellas normas resulta inadmisible,


lo cual deberá ser revisado en una urgente reforma judicial.

De igual modo, esta misma interpretación del primer párrafo del art. 22 —"el
contrato social puede ser invocado por los socios"— se predica en torno a la
FI

oponibilidad de los derechos y defensas que surgen del contrato y de la ley por
parte de la propia sociedad y de quienes integran los órganos sociales, respecto
de sus relaciones con la sociedad y sus socios, que parecen descartados por el
legislador cuando no existiese contrato social o cláusula contractual alguna. Si
la intención del legislador de 2015 hubiese sido la de extender el ejercicio de


todos los derechos emergentes de una relación societaria, cualquiera que fuere
la clase de sociedad que se trata, es obvio que el texto de los arts. 22 y 23 de
la ley 19.550 traicionó la voluntad de dicho legislador, toda vez que la extensión
de estos derechos a los integrantes de las sociedades sin contrato escrito no
resulta admisible, por más buena voluntad que el intérprete ponga en el empeño
de darle a dichas normas una extensión amplia y abarcativa de las sociedades
de hecho. Al respecto, hubiera bastado que el redactor del nuevo art. 22 hubiera
reemplazado la frase "El contrato social puede ser invocado entre los socios" por
"Los derechos y obligaciones emergentes de la relación societaria pueden ser

189 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


invocados entre los socios" y con ello la referida norma hubiere tenido un alcance
mucho más extenso comprensivo de las sociedades de hecho.

Así interpretadas las cosas, y existiendo contrato escrito, no existe obstáculo


alguno para negar la viabilidad de toda demanda entre los socios y de estos
contra la sociedad y viceversa, como si se tratara de una sociedad regular y
típica, y entre ellas la promoción de acciones de nulidad de actos colegiados por
parte de los integrantes de las sociedades de la sección IV o cualquier otra
acción social prevista por la ley 19.550, con excepción de las que acciones que
se fundan en lo dispuesto por los arts. 90 y 91 de dicho ordenamiento legal, que
están reservadas exclusivamente a las sociedades típicas allí previstas, entre las
cuales no están comprendidas las personas jurídicas en estudio.

Sin embargo, no extendemos este régimen de oponibilidad a los herederos del

OM
socio fallecido, pues por más que los fundadores de esta clase de sociedades
hayan insertado una cláusula especial en el acto constitutivo, respecto de la
incorporación forzosa de dichos herederos ante la muerte de uno de los socios,
opino que, ante tal eventualidad, se produce necesariamente la resolución del
respectivo contrato, salvo expreso consentimiento de todos los socios
supérstites y de los herederos del causante. No olvidemos, al respecto, que la
fórmula legal empleada por el art. 22, en cuanto dispone que "el contrato social
.C
puede ser invocado entre los socios", descarta a los herederos del socio
fallecido, que no son socios al momento de la muerte del causante, a lo cual
debemos sumar el principio general previsto en el art. 90, el que, tratando la
figura de la resolución parcial, dispone, en materia de muerte de un socio, que
DD

"En las sociedades colectivas, en comandita simple, de capital e industria y en


participación, la muerte de un socio resuelve parcialmente el contrato".

El principio general de la oponibilidad del contrato social entre los socios, que
hoy gobierna el régimen de las relaciones internas en esta clase de sociedades
LA

con las graves limitaciones antes señaladas —existencia de un contrato


escrito—, supone asimismo respetar las decisiones de la sociedad, adoptadas
orgánicamente, cuya obligatoriedad es consecuencia de esa regla. De tal
manera que nadie podría discutir, con la actual redacción de los arts. 22 y 23,
párr. 1º, de la ley 19.550, que los acuerdos adoptados por sus órganos de
FI

administración y gobierno puedan gozar de los efectos previstos por el art. 233
de dicha normativa, esto es, de invocar la obligatoriedad para todos quienes
integren la entidad, las cuales deben ser cumplidas por quienes ejerzan su
administración.


En lo que respecta a la oponibilidad del contrato social frente a terceros, ello


está subordinado al hecho de que se encuentre probado que estos lo conocieron
efectivamente al tiempo de la contratación o del nacimiento de la relación
obligatoria, siendo la prueba de esta circunstancia a cargo de los socios o de la
sociedad. De modo tal que, si los socios o la sociedad invocan un cierto régimen
de administración para cuestionar frente a terceros una determinada actuación
que se dice contraída por quien no tenía la representación del ente, deberá existir
una prueba fehaciente que acredite la exhibición del contrato social antes o al
momento previsto por el art. 22 de la ley 19.550. La propia Ley General de
Sociedades, en su art. 24, prevé un claro ejemplo del principio general de

190 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


oponibilidad del contrato social a los terceros que se han vinculado con la
sociedad, cuando dispone la posibilidad de establecer, en sus relaciones con los
terceros, un régimen de responsabilidad de los integrantes de la sociedad más
amplio que el establecido por dicha norma —responsabilidad simplemente
mancomunada y por partes iguales—, pero ello debe surgir—entre otras
alternativas— de una estipulación del contrato social en los términos del nuevo
art. 22, obviamente conocido por los referidos terceros al momento de la
contratación.

Finalmente, y en lo que respecta a la oponibilidad del contrato social por parte


de los terceros, el último párrafo del art. 22 establece que dicho instrumento
puede ser invocado por estos frente a la sociedad, los socios y los
administradores, lo cual constituye la lógica y justa contrapartida de la solución
expresada en el párrafo anterior.

OM
§ 80. ADQUISICIÓN DE BIENES REGISTRABLES. EL DENOMINADO "ACTO DE
RECONOCIMIENTO" DE LA SOCIEDAD Y DE LA TITULARIDAD SOCIETARIA DE CADA
.C
INTEGRANTE

La capacidad de las sociedades previstas en la sección IV del capítulo I de


la ley 19.550, para adquirir bienes registrables, viene impuesta por el art.
DD

23, tercer párrafo, de la Ley General de Sociedades, al disponer expresamente:


"Bienes registrables. Para adquirir bienes registrables la sociedad debe acreditar
ante el Registro su existencia y las facultades de su representante por un acto
de reconocimiento de todos quienes afirman ser sus socios. Este acto debe ser
instrumentado en escritura pública o instrumento privado con firma autenticada
LA

por escribano. El bien se inscribirá a nombre de la sociedad, debiéndose indicar


la proporción en que participan los socios de tal entidad...".

Se trata de una cuestión que fue muy polémica hasta la sanción de la ley
26.994 y sostenida fundamentalmente por la doctrina notarial, a pesar de que la
FI

jurisprudencia de nuestros tribunales, respaldando un centenario fallo plenario


de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de la Capital Federal del año
1921, dictado en el caso "Pascual Hermanos" confirmando una resolución del
Registro de la Propiedad Inmueble, convalidó dicha incapacidad fundado ello en
razones de identificación y protección de los terceros de los acreedores de los


socios. Por su parte, el nunca sancionado Anteproyecto de Reformas a la ley


19.550, del año 2004, admitió la solución hoy prevista en el art. 23, párr. 2º, de
la ley 19.550 en su actual redacción, el cual prevé los mecanismos para evitar
fraudes y maniobras simuladas, pues es de toda justicia que, frente a los
acreedores sociales, la sociedad integrada por quienes son a su vez los
condóminos de un bien que ha sido enteramente afectado al desarrollo de los
negocios sociales, no pueda invocar la ajenidad de este bien respecto del
patrimonio social, al momento de la ejecución individual o colectiva de los bienes
de la entidad, y así lo ha resuelto la jurisprudencia de nuestros tribunales
mercantiles en reiteradas oportunidades.

191 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El "acto de reconocimiento" a que se refiere el nuevo art. 23, párr. 2º, de la ley
19.550, que debe ser presentado ante el Registro correspondiente al bien
registral adquirido por la sociedad, es exigible para todos los entes mencionados
en el art. 21, con excepción de aquella sociedad "irregular", cuyo contrato
constitutivo fue pasado en escritura pública o en instrumento privado con firma
certificada por notario público, para lo cual la realización del referido acto de
reconocimiento carece de sentido, salvo que quien se presente en
representación de la sociedad a los fines de requerir la registración de esa
transferencia, no coincidiera con aquellas personas designadas como
administradores o representantes legales en el acto constitutivo. Para todas las
demás sociedades incluidas en dicha norma, esto es, aquellas que carecen de
instrumento escrito o que cuenten con algún tipo de contrato social, la
celebración del "acto de reconocimiento", con el contenido y las formalidades
previstas en el art. 23, párr. 2º, es requisito insoslayable. quedando en claro que

OM
esta actuación no implica sostener, al menos como principio general y atento a
su limitado contenido, la celebración de un contrato social que implique la
posibilidad de los socios de invocar el contrato social entre ellos, salvo, claro
está, que ese acto de reconocimiento sea suplantado por la celebración del
contrato social instrumentado mediante escritura pública o instrumento privado
con firma autenticada por escribano público.
.C
DD

§ 81. PRUEBA DE LA EXISTENCIA DE LA SOCIEDAD INCLUIDA EN LA SECCIÓN IV DEL


CAPÍTULO I DE LA LEY 19.550

El art. 23, último párrafo, de la ley 19.550, en su redacción según ley


26.994, adopta idéntica solución a aquella prevista por el derogado art. 25 de
LA

dicha normativa, aceptando que la prueba de las sociedades incluidas en la


sección IV del capítulo I pueden ser acreditadas por cualquier medio de prueba.

Bien es cierto que al quedar derogado el art. 25 de la ley 19.550, y con ello las
explicaciones del legislador societario de 1972 contenidas en la exposición de
FI

motivos, en cuanto sujetaba dicha prueba a los principios generales del derecho
común, haciendo referencia concreta a lo dispuesto por los derogados arts. 209
del Cód. Com. y 1193 del Cód. Civil, todo parecería indicar, atento a la actual
redacción del último párrafo del art. 23 de la ley 19.550, que no existiría
restricción respecto de los medios de prueba necesarios para acreditar la


existencia de las sociedades no constituidas regularmente y aquellas incluidas


en el art. 21, lo cual reviste especial importancia ante la divergencia que sobre el
particular ha planteado la doctrina y jurisprudencia en torno a la suficiencia de la
prueba testimonial a los fines mencionados.

Sin embargo, estimo que aquellos fundamentos que dieron origen a las
normas de los hoy derogados arts. 209 del Cód. Com. y 1193 del Cód. Civil,
basadas en la necesidad de evitar la proliferación de conflictos y que en forma
concordante solo admitían la prueba testimonial para los contratos que no
excedieran determinada suma de dinero, salvo que existiese lo que en doctrina

192 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


se conoce como "principio de prueba por escrito", permanecen hoy inalterables
en el texto del Código Civil y Comercial de la Nación, cuyo art. 1019, último
párrafo, establece expresamente: "... Los contratos que sea de uso instrumentar
no pueden ser probados exclusivamente por testigos", aclarando el art. 1020 de
dicho cuerpo legal, bajo el título "Prueba de los contratos formales" que "Los
contratos en los cuales la formalidad es requerida a los fines probatorios pueden
ser probados por otros medios, inclusive por testigos, si hay imposibilidad de
obtener la prueba de haber sido cumplida la formalidad o si existe principio de
prueba instrumental, o comienzo de ejecución. Se considera principio de prueba
instrumental cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su causante
o parte interesada en el asunto, que haga verosímil la existencia del contrato".

OM
§ 82. SOBRE LA RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS. ALCANCE DE LA
RESPONSABILIDAD MANCOMUNADA

Este es un tema medular de la cuestión en análisis, pues la tradicional


responsabilidad ilimitada, solidaria y no subsidiaria de los integrantes de las
.C
sociedades no constituidas regularmente —tanto civiles como comerciales— ha
quedado reemplazada por una responsabilidad simplemente mancomunada y
por partes iguales, que sin dudas conduce a resultados incoherentes e injustos.
DD

Recordemos al respecto que, tratándose de las obligaciones de responder por


las deudas sociales que pesan sobre los integrantes de la sociedad —según el
tipo y clase de sociedad de que se trata— ellas revisten el carácter de
obligaciones conjuntas, esto es, cuando hay concurrencia de acreedores sobre
una misma obligación y pueden ser simplemente mancomunadas o solidarias.
LA

En las primeras, que caracterizan, luego de la sanción de la ley 26.994, a la


responsabilidad de los socios de las sociedades incluidas en los arts. 21 a 26 de
la ley 19.550, se produce un fraccionamiento de la deuda entre los varios
obligados, y cada sujeto tiene la obligación de responder por una parte de la
deuda, que en el caso que nos ocupa, será por partes iguales. Por el contrario,
FI

en las obligaciones solidarias —que en nuestro ordenamiento societario


caracteriza a la responsabilidad de los integrantes de las sociedades colectivas,
a los socios capitalistas en las de capital e industria y a los socios comanditados
de toda sociedad comandita—, no hay fraccionamiento de la prestación debida,
pues la naturaleza del título de la obligación supone su pago completo y, en


consecuencia, la totalidad del objeto de ella puede, en virtud del título constitutivo
o por disposición de la ley, ser demandada por cualquiera de los acreedores a
cualquiera de los deudores.

La idea del legislador, al cambiar una solución —la responsabilidad solidaria


de los integrantes de las sociedades irregulares o de hecho, que no era discutida
por nadie y que además era coherente con los principios formales que gobiernan
a las sociedades en general— partió, de las propias manifestaciones de los
redactores de la ley 26.994, de dos razonamientos:

193 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) El primero, en la excepcionalidad de la solidaridad en materia civil y
comercial, en donde la regla, tratándose de responsabilidad, es la simple
mancomunidad y por partes iguales entre la pluralidad de deudores respecto de
una misma obligación.

b) El segundo, basado en la incorporación de las "sociedades civiles" al


régimen de la irregularidad previsto en los nuevos arts. 21 a 26 de la Ley General
de Sociedades, sociedades cuya responsabilidad, a tenor de las disposiciones
del derogado Código Civil, fue en principio mancomunada. Dicho razonamiento
olvida, sin embargo, que el régimen de la mancomunidad podía quedar
desdibujado ante lo dispuesto por el derogado art. 1751 del derogado Código
Civil conforme al cual los socios de las sociedades civiles respondían por las
partes de los socios insolventes.

OM
Actualmente y merced al régimen de la mancomunidad previsto, como
principio general, en el art. 24 de la Ley General de Sociedades, se traslada la
asunción del riesgo de la falta de pago de las obligaciones sociales a los
acreedores de la sociedad para el caso de que los integrantes de estas
sociedades no tengan medios para afrontar el pago de la parte que les
corresponde abonar, respecto de las obligaciones contraídas por el ente, lo cual
constituye una gravísima incongruencia de nuestro nuevo régimen societario.
.C
Repárese al respecto que los integrantes de las sociedades incluidas en la
nueva sección IV del capítulo I de la ley 19.550 se encuentran en mejor posición
que los integrantes de la sociedad colectiva, que es una sociedad tipificada y en
DD

la cual se han cumplido todos los requisitos formales previstos en dicho


ordenamiento. Pero ello no es todo, pues la ley 26.994 se olvidó de reformar
el art. 183 de la ley 19.550, el cual dispone la responsabilidad solidaria e ilimitada
de los socios y administradores por los actos realizados durante el período
fundacional de la sociedad, insólito panorama que ofrece la siguiente paradoja:
LA

mientras que los socios que han cumplido con todas las obligaciones formales
previstas por la ley 19.550, presentando el contrato social a su registración,
responden en forma solidaria e ilimitada por las obligaciones sociales contraídas
hasta que la sociedad se encuentre inscripta, inclusive por los actos necesarios
para su constitución, comprometiendo de esa manera la totalidad de su
FI

patrimonio para la satisfacción de las obligaciones sociales, durante ese incierto


período, cuya finalización no depende de ellos, aquellos socios de las
sociedades no regulares que jamás quisieron cumplir con esa carga inscriptoria y
que están mencionados en el art. 21 del nuevo texto legal, gozan del beneficio
de una mancomunidad absoluta, sin responsabilidad solidaria adicional, toda vez


que el art. 808, párr. 2º, del Cód. Civ. y Com. dispone expresamente que, en esta
clase de obligaciones —mancomunadas y divisibles—: "... Los acreedores tienen
derecho a su cuota y los deudores no responden por la insolvencia de los
demás...".

Sin embargo y a tenor de lo dispuesto por el nuevo art. 24 de la Ley General


de Sociedades, este principio de simple mancomunidad puede ceder en tres
supuestos específicos:

194 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


1. Ante la estipulación expresa respecto de una relación o un conjunto de
relaciones.

2. Respecto de una estipulación del contrato social, en los términos del art. 22.

3. Ante las reglas comunes del tipo que manifestaron adoptar y respecto del
cual se dejaron de cumplir requisitos sustanciales o formales.

La primera es una hipótesis muy emparentada con la fianza, pero ofrece el


inconveniente de que carece de aplicabilidad frente a determinados acreedores,
como los involuntarios y los laborales, y difícilmente pueda ser imaginada para
garantizar las obligaciones contraídas por la sociedad ante acreedores
quirografarios. En cuanto a la segunda de ellas, esto es, la inserción de una
estipulación del contrato social, ofreciendo la solidaridad de los integrantes de la

OM
sociedad por el pago de las deudas sociales, ello tampoco se presenta como una
hipótesis imaginable, pues teniendo la posibilidad de afectar su responsabilidad
sobre la base de la mancomunidad por partes iguales, no es concebible que los
integrantes del ente asuman expresamente y en forma indeterminada a los
terceros una responsabilidad más amplia, salvo que se trate de una sociedad
constituida a los fines de operar con uno o varios contratantes determinados que
se encuentren en una posición dominante. Finalmente y en cuanto a la tercera
.C
hipótesis, esto es, la responsabilidad solidaria e ilimitada de los socios frente a
terceros, cuando se trata de una responsabilidad propia y característica del tipo
social elegido y la sociedad perdió sus requisitos esenciales o no cumplió con
los requisitos formales previstos legalmente, si bien ello se presenta como una
DD

solución impecable, académicamente hablando, ella es casi impresentable en la


realidad de los negocios, pues nadie constituye en los tiempos que corren una
sociedad colectiva, de capital e industria o en comandita, que se han convertido
en una curiosidad legislativa, de interés solo para los estudiosos de la historia
del derecho societario.
LA

Nada obsta tampoco a que los socios ofrezcan en el contrato social o en el


documento independiente previsto en el art. 24, inc. 1º, una mancomunación
diferente a la prevista en la ley, pues la igualdad entre ellos a los fines de
responder por las deudas sociales frente a terceros no parece una disposición
FI

legal que no pueda ser modificada en beneficio de estos, toda vez que si la
solidaridad puede ser asumida, con mucho mayor razón el grado de participación
de los integrantes de la sociedad en el cumplimiento de las obligaciones sociales
puede ser alterado, a iniciativa de estos o a expreso pedido de un acreedor, pero
cualquier modificación al régimen de responsabilidad prevista en el referido art.


24 debe ser expresamente documentada.

El profesor Hugo Efraín Richard, uno de los integrantes de la subcomisión de


reformas a la ley 19.550 por la ley 26.994, comentando este novedoso régimen
legal, destaca que la responsabilidad mancomunada establecida en el art. 24 de
la ley 19.550 es también subsidiaria, aunque haciendo la siguiente distinción: si
los socios establecen una forma solidaria con la sociedad en el pago de las
obligaciones sociales, apuntando a la posibilidad de una responsabilidad directa
del socio, donde se produciría una postergación de los acreedores individuales
del socio frente a los acreedores sociales, la obligación sería directa y no existiría

195 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


el beneficio de excusión, mientras que si se plantea la responsabilidad "entre los
socios", la responsabilidad no será directa, como en el caso anterior, sino
subsidiaria, previa excusión del patrimonio social. La distinción y por tanto la
conclusión no se comparte en absoluto, pues la excusión de los bienes sociales
solo la admite el art. 56 de la ley 19.550 para las sociedades regularmente
constituidas y escapa a todo sentido de coherencia legal, lo cual no es
presumible en el legislador, predicar que el acreedor de la sociedad, respecto de
los integrantes de una persona jurídica no regular, deba no solo fraccionar sus
derechos creditorios al momento de ejecutar una deuda social, con las
dificultades y costos que ello supone, sino que además deba ejecutar
previamente los bienes sociales como requisito indispensable para tener abierta
la vía judicial contra los integrantes de dicho ente, con lo cual se coloca a los
integrantes de estas particulares sociedades en una especie de paraíso jurídico
que me resulta sencillamente intolerable.

OM
§ 83. SUBSANACIÓN DE LA SOCIEDAD NO REGULAR
.C
Esta es otro tema, de enorme importancia para las sociedades no regulares,
que sin embargo peca por incurrir en graves omisiones en torno a su regulación,
que —con toda seguridad— dará lugar a todo tipo de interpretaciones.
DD

Lo primero que llama la atención es que el legislador ha reemplazado el


procedimiento de "regularización" previsto en el derogado art. 22 de la ley
19.550, que no había ofrecido mayores dificultades en la práctica y que contaba
con el consenso de la doctrina nacional, por un mecanismo que denomina
"subsanación", que, como se verá, no se caracteriza por su claridad.
LA

Se ha intentado explicar esta modificación con el argumento de que, en tanto


la Ley General de Sociedades carece de normas en materia de irregularidad,
luego de la reforma a los arts. 21 a 26 del texto original de la ley 19.550 no habrá
entonces sociedades que deban ser regularizadas, por lo que se elimina del texto
FI

legal a la figura de la regularización, el cual ha sido reemplazado, a juicio del


profesor Vítolo, por el régimen de la subsanación. Por mi parte, entiendo que el
fenómeno de la irregularidad no ha sido eliminado de la Ley General de
Sociedades, pues las sociedades irregulares o de hecho continuarán formando
parte de aquellas que han omitido el cumplimiento de los requisitos formales a


que alude el art. 25, párr. 1º, de la ley 19.550, aunque resulta desde todo punto
preferible el derogado instituto de la regularización al actual régimen de
subsanación que exhibe deficiencias y omisiones legales muy difíciles de
interpretar.

De modo tal que, entonces, y por distintos motivos, hubiera sido preferible
conservar el viejo sistema de regularización y no el actual régimen de
subsanación, mucho más incompleto e incongruente que el mecanismo
incorporado por la ley 22.903 al ordenamiento societario argentino.

196 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Ahora bien, la norma del art. 25 de la ley 19.550 en su primer párrafo identifica
a las sociedades que pueden recurrir al procedimiento de subsanación allí
regulado, que sin perjuicio de su diferente redacción, no son otras que las
contempladas expresamente por el art. 21 y más allá de la conveniencia o no de
esa reiteración —cuya utilidad no se explica ni justifica—, lo cierto es que no
resulta claro que las sociedades de hecho sean pasibles del procedimiento de
"subsanación" al que se refiere el artículo en análisis, pues cuando prescribe que
todas estas sociedades pueden subsanarse a iniciativa de la sociedad o de los
socios en cualquier tiempo durante el plazo de duración previsto en el contrato,
está claramente excluyendo de dicho beneficio a aquellos entes que no pudieren
exhibir un contrato social con un plazo de duración determinado, tal como
acontece en las sociedades de hecho, que, se reitera una vez más, carecen por
lo general de instrumento de constitución, siendo evidente que las inscripciones
impositivas efectuadas por esta clase de sociedades no pueden ser nunca

OM
equiparadas a la existencia de un contrato social, que pudiera ser invocado entre
los socios y frente a terceros, en los términos de los arts. 22 y 23 de la ley
19.550 en su actual redacción.

Ello sí resulta un verdadero contrasentido, pues quedan fuera del régimen


del art. 25 de la ley 19.550 la mayoría de las sociedades no regulares, con lo
cual la loable intención del legislador, de darles a estas entidades una salida de
.C
la irregularidad, queda a mucho menos que la mitad del camino, condenando a
las sociedades de hecho a una liquidación no querida, tal como acontecía hasta
el año 1983, cuando, a través de la ley 22.903 se consagró el régimen de la
regularización de las sociedades no constituidas regularmente (art. 22 del texto
DD

derogado de la ley 19.550).

Pero además de ello, el procedimiento de subsanación del actual art. 25 de la


LGS es confuso e incompleto, ofreciendo graves lagunas que debieron ser
necesariamente cubiertas por el legislador y que con toda seguridad provocarán
LA

todo tipo de litigios, reiterándose que el derogado régimen de regularización era


muy superior al hoy previsto en la Ley General de Sociedades.

Dispone el actual art. 25 de la ley 19.550: "... A falta de acuerdo unánime de


los socios, la subsanación puede ser ordenada judicialmente en procedimiento
FI

sumarísimo. En caso necesario, el juez puede suplir la falta de acuerdo, sin


imponer mayor responsabilidad a los socios que no lo consientan. El socio
disconforme podrá ejercer el derecho de receso dentro de los diez días de
quedar firme la decisión judicial, en los términos del art. 92".


No se entienden, en primer lugar, las razones por las cuales el legislador se


apartó del régimen de mayorías de socios previsto en el derogado art. 22 y optó
por la unanimidad, que es exactamente lo contrario al régimen de mayorías que
rige para la adopción de acuerdos sociales en todos los entes societarios. Esta
incomprensible opción del legislador de la ley 26.994 coloca la suerte de la
subsanación, que es un régimen legal tendiente a la conservación de la empresa,
en manos de cualquier minoría insignificante, que al oponerse a la continuación
de las actividades sociales, con razón o sin ella, obliga a la sociedad o a
cualquiera de los socios proclives a la subsanación a recurrir judicialmente e
iniciar un procedimiento sumarísimo, para que el juez, en la sentencia a dictar,

197 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


supla "... la falta de acuerdo, sin imponer mayor responsabilidad a los socios que
no lo consientan".

Todo ello pudo obtenerse, en forma mucho más rápida y eficaz, mediante la
adopción por mayoría de la subsanación, otorgando a los socios disconformes
el derecho de separación, con reembolso del valor de su parte, como lo
prescribía el derogado art. 22 de la ley 19.550, pues, en definitiva, el actual
procedimiento de "subsanación" llega a la misma conclusión, solo que queda
subordinado a la finalización de un procedimiento judicial, que por más
"sumarísimo" que fuera, va a insumir unos cuantos años de tramitación, porque
durante su transcurso, el juez interviniente deberá oír a todos los interesados en
la cuestión, esto es, la propia sociedad y todos sus integrantes.

Tampoco es claro qué es lo que precisamente significa la frase utilizada por el

OM
legislador de 2014 cuando prescribe que "en caso necesario, el juez puede suplir
la falta de acuerdo", pero lo que sí puede deducirse de ello es que el magistrado
interviniente podrá imponer a los socios, en aras de lograr la subsanación, la
adopción de cualquier tipo social, salvo que se trate de una sociedad colectiva o
de aquellas contempladas en las secciones II, III y VII del capítulo II de la ley
19.550 (sociedades de capital e industria o en comandita simple y por acciones),
pues no podrá el juez obligar a los socios disconformes a revestir el carácter de
.C
socios colectivos, capitalistas o comanditados, respectivamente, por cuanto la
responsabilidad asumida por estos socios es mayor a la responsabilidad
mancomunada prevista en el art. 24 de la actual redacción de la Ley General de
Sociedades, lo cual se encuentra expresamente prohibido por el párr. 1º del art.
DD

25 bajo análisis. Ello constituye una prueba más de que a pesar de que los socios
de las sociedades previstas en el art. 21 de la ley 19.550 no cumplieron con la
carga inscriptoria que convierte a toda sociedad en regular, ni quisieron hacerlo
nunca, ellos gozan de un régimen de responsabilidad mucho más benigno que
aquellas personas que fueron respetuosas de la ley, cumpliendo con una
LA

obligación en la que está comprometido el interés de los terceros y la seguridad


jurídica de todos los que se vinculan con la sociedad.

Finalizado el procedimiento de subsanación, cuando la continuidad de la


sociedad hubiere quedado en entredicho entre sus integrantes y la cuestión
FI

hubiese sido finalmente dirimida por el juez, recién entonces el socio disconforme
podrá ejercer el derecho de receso, dentro de los diez días de quedar firme la
decisión judicial, en los términos del art. 92, sistema de reembolso mucho más
justo, pero que —curiosamente— no se trata de un derecho de receso, como lo
denomina el art. 25 en su párr. 2º, sino de una especial manera de calcular el


valor de la participación del socio desvinculado, que no se aparta de la sociedad


como consecuencia de su disconformidad con ciertas resoluciones del órgano
de gobierno del ente, sino a raíz de las situaciones previstas en el art. 91 de la ley
19.550.

Por último, el art. 25 incurre en una grave omisión cuando se trata de


sociedades que carecen de requisitos esenciales tipificantes o no tipificantes,
pues en tal caso, la subsanación debería ser requerida por terceros y no
exclusivamente reservada a la exclusiva iniciativa de la sociedad y de sus
integrantes, como surge de dicha norma. Basta reparar en la incertidumbre que

198 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


puede afectar a quienes se vincularon con una sociedad de estas características,
cuando las mismas carecen de capital social, de objeto preciso o determinado,
de domicilio o sede y de plazo de duración. Resulta evidente que la promoción
de una acción de disolución por parte de dichos terceros es contraria a la
finalidad del art. 25 de la ley 19.550, que tiende precisamente a evitar la extinción
de la sociedad.

§ 84. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LA SOCIEDAD

Teniendo en cuenta que, en las sociedades no regulares, esto es, en las

OM
previstas en el art. 21 de la Ley General de Sociedades, los socios pueden
invocar entre sí el contrato social, dichas sociedades podrán entrar en disolución
cuando incurran en las causales previstas en el art. 94, con excepción de sus
incs. 10 y 11.

No obstante, es necesario formular las siguientes aclaraciones:


.C
a) En cuanto a la reducción a uno del número de socios, si bien el nuevo art.
94 bis de la ley 19.550 dispone, al menos como principio general, que este
episodio no es causal de disolución, ello no es aplicable a las sociedades
previstas en la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, pues la transformación
DD

de pleno derecho impuesta por dicha norma no es solución que pueda ser
aplicada a las sociedades disueltas no incluidas en uno de los tipos previstos en
la ley 19.550. El art. 74 de dicha ley es categórico al respecto en cuanto requiere,
como requisito de toda transformación societaria, que el sujeto interviniente sea
una sociedad regularmente constituida, adaptada a uno de los tipos previstos en
LA

la ley.

b) Si bien la redacción del párr. 3º del art. 25 no es lo feliz que debería ser, el
legislador ha mantenido la facultad de cualquier socio de provocar la disolución
de la sociedad en cualquier momento, siempre y cuando no exista un plazo de
FI

duración inserto en el contrato social, que le pudiera ser opuesto. Esta es una
solución pensada para las sociedades de hecho, pues la posibilidad de invocar
el contrato entre los socios prevista en el primer párrafo del art. 22 torna
inaplicable tal solución para las denominadas sociedades irregulares o
cualquiera de las otras sociedades previstas en el art. 21 de la ley 19.550, en su


actual versión.

c) A diferencia del derogado texto del art. 22, que declaraba la operatividad de
la disolución de la sociedad a pedido de un socio, en la fecha en que esa voluntad
era notificada fehacientemente a todos sus consocios, la actual redacción del art.
25, párr. 3º, dispone que los efectos de la referida disolución se producirán, de
pleno derecho, pero solo entre los socios, a los 90 días de la última notificación,
con lo cual se permitirá transitar el camino de la subsanación, sin que la sociedad
pueda considerarse disuelta, al menos frente a terceros.

199 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


d) Tampoco la nueva ley transmite claridad en lo que respecta al
procedimiento que debe adoptar la sociedad frente al pedido de disolución de
cualquiera de sus integrantes, pues lo único que dispone el art. 25 se relaciona
con la postergación por 90 días de los efectos de la operatividad de la disolución
y que los socios que deseen permanecer en la sociedad deben pagar a los
salientes su parte social. Ello constituye no solo un enorme vacío legal, pues si
bien parece claro que el plazo de 90 días ha sido otorgado para que los socios
adopten alguna solución al respecto, no parece encontrar ninguna lógica que a
esa solución solo pueda arribarse a través de la compra por los socios que
desean permanecer en la sociedad de las participaciones sociales de los socios
disolventes, porque si se trata de desinteresar a quienes no tengan el menor
deseo de seguir unidos en sociedad, quien debería reembolsar a estos su parte
en la compañía no es otra que la misma sociedad, pero nunca puede la ley
19.550 obligar a los socios no disolventes a adquirir las participaciones sociales

OM
de quienes pretenden desvincularse de la compañía, ya que se trata de un acto
jurídico voluntario que no puede asimilarse a una expropiación privada.
.C
§ 85. SOBRE LAS RELACIONES ENTRE LOS ACREEDORES SOCIALES Y PARTICULARES
DE LOS SOCIOS

Finalmente, el art. 26 de la ley 19.550, en su actual redacción, ratifica la


DD

personalidad jurídica diferenciada de las sociedades no regulares con respecto


a sus integrantes, al prescribir que "Las relaciones entre los acreedores sociales
y los acreedores particulares de los socios, aun en caso de quiebra, se, juzgarán
como si se tratara de una sociedad de los tipos previstos en el Capítulo II, incluso
con respecto a los bienes registrables", redacción que permite superar la
LA

polémica desatada en torno al original texto de dicha norma que, contrariamente


a su nueva redacción, exceptuaba de aquel principio a los bienes para cuyo
dominio se requería registración. Se recuerda al lector que basadas en esta
excepción, la doctrina y jurisprudencia habían ratificado la incapacidad de las
sociedades irregulares y de hecho para ser titulares de bienes registrables, lo
FI

que hoy ha sido superado, como hemos visto, a través de la expresa solución
del art. 23, párr. 3º, de la actual Ley General de Sociedades.

El principio general consagrado en el art. 26 de la ley 19.550, en torno a las


relaciones entre los acreedores sociales y los acreedores particulares de los


socios, rige incluso en caso de quiebra, aunque, bueno es aclarar que al


modificarse el régimen de responsabilidad de los integrantes de esta especial
clase de sociedades ya no es aplicable a los mismos el instituto de la extensión
de quiebra previsto en el art. 160 de la ley 24.522, solo previsto para el caso de
solidaridad y no de simple mancomunidad.

200 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 86. LAS SOCIEDADES NO REGULARES Y LA CONTABILIDAD

De conformidad con el nuevo régimen de contabilidad previsto en los arts. 320


a 331 del Cód. Civ. y Com., todas las personas jurídicas de carácter privado,
entre las cuales se encuentran las sociedades comerciales, se encuentran
obligadas a llevar contabilidad.

Revistiendo entonces el carácter de personas jurídicas de carácter privado


(art. 148, Cód. Civ. y Com.) y no obstante su informalidad, las sociedades no
regulares, esto es, las incluidas en el art. 21 de la ley 19.550, están obligadas a
llevar libros, y al respecto la norma del art. 320, párr. 1º del Cód. Civ. y Com. no
deja margen de dudas.

Sin embargo, y como la legislación en materia de contabilidad no se agota en

OM
las disposiciones del Código Civil y Comercial, sino que ella debe
complementarse en primer lugar con otras disposiciones contables del mismo
Código unificado y, en segundo término, de lo que surge de las leyes especiales
no derogadas por la nueva legislación, surge de toda evidencia que la
inexistencia de inscripción registral por parte de estas en los términos del art.
7º de la ley 19.550 impedirá la rubricación de sus libros, que es el punto de
partida para llevar una contabilidad regular, con todos los efectos legales.
.C
Alguna doctrina, encabezada por el profesor Eduardo M. Favier Dubois (h),
sostiene que, habida cuenta de que el art. 320 del Cód. Civ. y Com., autorizando
lo que ha denominado como "contabilidad voluntaria" habilita a "... Cualquier (...)
DD

persona... [a] llevar contabilidad si solicita su inscripción y la habilitación de sus


registros o la rubricación de los libros, como se establece en esta misma
sección", las sociedades incluidas en la sección IV del capítulo I de la ley
19.550 podrán subsanar la imposibilidad de rubricar los libros societarios y de
comercio acudiendo por extensión a la regla de la "rubricación voluntaria" a que
LA

alude aquella norma, pensada para los sujetos no obligados a llevar la


contabilidad prevista en el primer párrafo, segunda parte, del art. 320 del Código
Civil y Comercial de la Nación.

Si bien la tesis es original, ella no se comparte, pues esta contabilidad


FI

voluntaria, prevista por la nueva legislación civil y comercial, está subordinada a


la previa solicitud de inscripción y la habilitación de sus registros o la rubricación
de sus libros, como textualmente se establece en la sección VII del capítulo V
del Código Civil y Comercial de la Nación, y si bien es cierto que tal inscripción
no implica matriculación para las personas que optan por esta contabilidad


voluntaria, pues el referido ordenamiento legal ha derogado la obligación de los


sujetos mercantiles de matricularse en el Registro Público, lo cierto es que, al
referirse expresamente el art. 320 al cumplimiento de la previa rubricación de sus
libros, es de toda obviedad concluir que todas aquellas personas que carecen de
la posibilidad de hacerlo, como las sociedades que no se han inscripto
regularmente, tienen cerradas las puertas a esta "contabilidad voluntaria", que si
bien se permite a aquellos que no están obligados a llevar una contabilidad legal,
no resulta admisible para quienes no han cumplido los requisitos necesarios para
acceder a ella. Arribar a una conclusión contraria significaría sostener que la
inscripción de la sociedad en el registro mercantil se ha convertido en una mera

201 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


formalidad carente de todo tipo de efectos, y que la tipicidad societaria no sirve
absolutamente para nada, toda vez que si la sociedad no regular omite
voluntariamente su carga inscriptoria, no obstante lo cual, recurre al subterfugio
de la contabilidad voluntaria, a los fines de gozar de la eficacia probatoria de sus
libros sociales y contables, como lo garantiza el art. 330 del Cód. Civ. y Com., el
respeto de la carga prevista en los arts. 5º y 6º de la ley 19.550 y el cumplimiento
de los requisitos previstos por el art. 11 de dicha ley se convierte en una
verdadera insensatez, esto es, carente de toda finalidad útil para quien se ha
preocupado en cumplir con todos los mandatos legales.

OM
CAPÍTULO X - DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS SOCIOS

§ 87. EL ESTADO DE SOCIO


.C
El estado de socio implica para este la asunción de una determinada actuación
ante la sociedad que integra, sus órganos y frente a sus consocios, pues una
DD

vez que ha accedido a este carácter, por su intervención en el acto constitutivo


de la entidad o por su incorporación voluntaria posterior, el socio se convierte en
titular de una serie de derechos y obligaciones que han sido expresamente
previstos por la ley 19.550 para poder lograr el desarrollo y cumplimiento del fin
societario.
LA

Sin embargo, el estado de socio no es uniforme en todos los tipos sociales,


pues en las denominadas sociedades de interés o de personas (sociedades
colectivas, de capital e industria y en comandita simple) e incluso en las
sociedades de responsabilidad limitada en algunos casos, la relación personal
entre el socio y la sociedad es mucho más intensa y directa que en otros tipos
FI

societarios, a punto tal que el grave incumplimiento de sus obligaciones puede


acarrearle al socio la exclusión de la entidad (art. 91, ley 19.550), lo que no
sucede en las sociedades anónimas, en las cuales, al haberse privilegiado el
capital aportado por sobre la persona de su aportante, los derechos de sus
integrantes no siempre se ejercen en forma directa (derecho de denuncia, de


información y de convocación a asamblea) y se encuentran además mucho más


reglamentados, atento a la complejidad de funcionamiento que es de esperar en
estos tipos societarios. Por otra parte, y también a diferencia de las sociedades
de personas, el grave incumplimiento de las obligaciones que pesan sobre el
accionista no le provoca la exclusión del ente, lo cual constituye un grave error
del legislador, al menos en las sociedades anónimas cerradas, que, en su
conformación y funcionamiento, son casi idénticas a las sociedades de personas.

202 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 88. LAS OBLIGACIONES DEL SOCIO

Las obligaciones que integran en estado de socio son las siguientes.

88.1. Realizar los aportes comprometidos

OM
La importancia del cumplimiento de esta obligación es fundamental, pues sin
aporte la sociedad carecerá de capital para el desarrollo de su objeto social, a
punto tal que ha sido sostenido que sin aporte no puede haber socios y, por
ende, tampoco sociedad.

La ley 19.550 ha previsto las más graves sanciones para el caso de


incumplimiento de la obligación de aportar, a punto tal que el art. 37 establece
.C
expresamente que el socio que no cumpla con el aporte en las condiciones
convenidas incurre en mora por el mero vencimiento del plazo y debe resarcir
los daños e intereses, sin perjuicio, en las sociedades de personas y de
responsabilidad limitada, de la exclusión del socio moroso, que en este único y
DD

excepcional caso se produce sin necesidad de la promoción, por la sociedad, de


acción judicial alguna. Si se trata de una sociedad por acciones, el art. 37 remite
al art. 193, según el cual la mora en la integración del aporte suspende
automáticamente el ejercicio de los derechos inherentes a las acciones en mora,
pudiéndose disponer en el estatuto las siguientes sanciones: a) que los derechos
LA

de suscripción correspondientes a ellas sean vendidos en remate público o por


medio de un agente de bolsa si se trata de acciones cotizables, y b) la caducidad
de los derechos que otorgan las acciones en mora. Si estatutariamente nada se
ha previsto, solo queda a la sociedad optar por el cumplimiento del contrato de
suscripción.
FI


88.2. Adecuar su conducta y sus intereses personales al interés social o


colectivo y a las necesidades de la sociedad

Tal manera de actuar y desempeñarse dentro del contexto societario ha sido


denominada comúnmente como la affectio societatis, concepto que se relaciona
con la conducta que deben mantener los socios para lograr la finalidad tenida en
cuenta al momento de asociarse. Conviene recordar sobre el particular que la
causa final del contrato de sociedad la constituye el propósito de lucro de sus
integrantes, quienes oportunamente resolvieron la constitución de una persona
jurídica diferente como instrumento adecuado para la concentración de sus

203 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


capitales, tendiente al desarrollo de las actividades empresarias. Teniendo pues
en cuenta que el móvil de los socios ha sido la distribución de las ganancias que
pueda obtener la sociedad, no existe dificultad alguna para concluir que cada
socio debe poner de sí todos los esfuerzos necesarios para que tal finalidad
pueda ser lograda.

La obligación de adecuar la conducta personal del socio a los intereses de la


entidad se concreta, en las sociedades de interés o de personas, con la
prohibición que pesa sobre aquel de realizar actividades en competencia con la
sociedad (art. 133, ley 19.550), así como colaborar en el gobierno y
administración de ella, las cuales constituyen obligaciones que el socio no puede
ignorar, pues de lo contrario la actividad de la sociedad podría resultar paralizada
(arts. 129 a 132, ley 19.550).

OM
Sin embargo, no puede caerse en el error de sostener, como fue dicho
tradicionalmente, que en las sociedades de responsabilidad limitada y
fundamentalmente en las sociedades anónimas, sus integrantes carecen
de affectio societatis, pues la realidad societaria argentina, como ya hemos
destacado, se caracteriza por la enorme existencia de sociedades que,
constituidas con el molde de las sociedades anónimas, son en realidad
sociedades de personas, gobernadas y controladas por personas físicas en torno
.C
a las cuales, y no a su capital, se constituyó la entidad. Este raro fenómeno se
ha denominado como "sociedades cerradas o de familia", de las cuales jamás se
puede afirmar que la affectio societatis es elemento inexistente.
DD

Por ello, solo es correcto sostener la inexistencia de tal elemento en las


sociedades que cotizan en la Bolsa, donde sus ocasionales integrantes son más
bien inversores que accionistas, y su propósito fundamental, al vincularse con la
sociedad, no ha sido el participar en los actos societarios de la compañía, sino
lucrar con las ganancias de la empresa o con la diferencia entre el precio de
LA

compra y venta de tales participaciones.

Más allá de tales disquisiciones, fundadas en la observación del tráfico


comercial en nuestro medio, lo cierto y destacable es que el legislador ha
adaptado la intensidad de la obligación de los socios de adecuar sus intereses a
FI

las necesidades de la sociedad, al tipo social elegido por ellas al constituir la


compañía, y por ello corresponde hacer las siguientes distinciones:

a) En las sociedades de personas, todos los socios están obligados a


administrar la sociedad cuando el contrato social no ha regulado el régimen de


la administración (art. 127, ley 19.550). Ello no sucede en las sociedades de


responsabilidad limitada y en las sociedades anónimas, donde la ley requiere
expresamente la organización del órgano de administración (gerencia o
directorio) en el contrato social o estatuto (arts. 157 y 166, inc. 3º, ley 19.550).
En el caso de las sociedades de personas, la negativa del socio a administrar la
sociedad debe ser considerada como grave incumplimiento de sus obligaciones,
según la terminología empleada por el art. 91, párr. 2º, de la ley 19.550, que
autoriza la exclusión del socio infractor.

204 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


b) En las sociedades de personas el deber de lealtad que tiene cada uno de
los socios con la sociedad es diferente al mismo deber que es impuesto a los
socios de las sociedades de responsabilidad limitada y a los accionistas de las
sociedades por acciones, pues mientras el legislador exige lealtad a los socios
de aquellas sociedades a través de la prohibición absoluta de competencia
directa o indirecta con la sociedad que integra (art. 133, ley 19.550), pudiendo
ser incluso excluidos del ente en caso de violación a dicha norma, en las
sociedades de responsabilidad limitada y anónimas tal prohibición solo es
impuesta a sus administradores (arts. 157, párr. 3º, y 271, ley 19.550), lo cual no
quiere decir que los socios o accionistas de esas entidades pueden competir
libremente con la sociedad que integran, en la medida en que siempre serán
responsables patrimonialmente cuando a través de los actos en competencia
han producido un daño a la sociedad.

OM
El deber de lealtad también es impuesto a los socios cuando, al participar en
un determinado acto societario (asamblea o reunión de socios), los intereses
personales de este pueden entrar en colisión con los intereses de la sociedad.
En tal caso, el art. 248 de la ley 19.550 obliga al accionista o a su representante
a abstenerse de votar en los acuerdos relativos a aquella, y si bien esta
disposición está incluida dentro de la normativa propia de las sociedades
anónimas, ello no significa que el socio de los restantes tipos societarios pueda
.C
emitir libremente su voto cuando tuviera interés contrario con el de la entidad,
pues de hacerlo, el socio incurrirá flagrantemente en una conducta antisocial,
contraria por obviedad al deber de lealtad que caracteriza su permanencia en la
sociedad.
DD

Finalmente, el deber de lealtad se concreta también a través de la obligación


del socio de abstenerse de utilizar la estructura societaria con fines
extrasocietarios, en su propio provecho o para defraudar a terceros, así como
abstenerse también de aplicar los fondos o efectos de la sociedad a uso o
LA

negocio de cuenta propia o de tercero; caso contrario, está obligado a traer a la


sociedad las ganancias resultantes, siendo las pérdidas de su exclusiva cuenta
(art. 54, ley 19.550).
FI

88.3. La contribución en las pérdidas




Soportar las pérdidas es una obligación que pesa en cabeza de todos y cada
uno de los socios y rige para cualquier tipo de sociedad, aunque con diferente
intensidad, en la medida en que los acreedores sociales pueden agredir el
patrimonio personal de los socios en las sociedades personales o de interés,
quienes responderán en forma solidaria, subsidiaria e ilimitada por las
obligaciones sociales (art. 56, ley 19.550). Por el contrario, en las sociedades de
responsabilidad limitada y en las sociedades anónimas, los acreedores de la
sociedad no pueden enderezar sus pretensiones contra los integrantes de estos
tipos societarios, atento a su responsabilidad restringida, lo cual no significa que

205 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


estos no deban contribuir con las pérdidas del ente, en la medida en que la
pérdida de los aportes implica también la asunción del riesgo empresario.

Esta obligación está íntimamente vinculada con las contribuciones debidas


que impone el art. 106 a los socios durante el período liquidatorio, cuando los
fondos sociales fueran insuficientes para satisfacer las deudas. Si bien dicha
norma parece circunscribir esa obligación de los socios a las sociedades en las
cuales estos responden en forma solidaria e ilimitada por las obligaciones
sociales, soy de la opinión de que dicha obligación debe ser exigida a todos los
socios sin distinción de tipos, pues resulta a mi juicio intolerable que las pérdidas
de la sociedad deban ser soportadas por los terceros ajenos a ella cuando la
sociedad se encontraba infracapitalizada.

Puede entenderse que la limitación de la responsabilidad a la participación

OM
societaria suscripta por los socios de estos tipos societarios (sociedades de
responsabilidad limitada y sociedades anónimas) constituya un enorme aliciente
para la constitución de sociedades, alentando el fenómeno de concentración de
capitales para la realización de negocios o emprendimientos de envergadura,
pero de allí a sostener que los terceros deban quedarse con los brazos cruzados
cuando la sociedad anónima o de responsabilidad limitada se queda sin fondos
para cumplir sus obligaciones existe una enorme diferencia que me resisto a
.C
ignorar, pues son los socios, cualquiera que fuere el tipo societario, los que
deben procurar que la entidad cuente permanentemente con fondos para
satisfacer a quienes se han vinculado con aquella (art. 1710, Cód. Civ. y Com.).
Si los socios no cumplen con tal elemental obligación, repugna a fundamentales
DD

principios de justicia que cuando sobreviene la insolvencia de la sociedad,


aquellos, por más limitación de responsabilidad que invoquen, puedan
permanecer ajenos a las reclamaciones de los terceros.

Me parece justo que, declarada la quiebra de una sociedad comercial, lo cual


LA

importa causal disolutoria (art. 94, inc. 6º, ley 19.550) e ingreso en el período
liquidatorio, rija sin cortapisas ni excepciones el principio general previsto por el
art. 106 de la ley 19.550 que, como hemos visto, autoriza al liquidador a exigir
las contribuciones necesarias a los socios en caso de insuficiencia de los bienes
sociales para satisfacer las deudas de la compañía.
FI


§ 89. DERECHOS DE LOS SOCIOS

Los derechos de los socios pueden ser clasificados como de naturaleza


política o patrimonial. Los de naturaleza política están relacionados con la
actuación del socio dentro de la sociedad, mientras que los de índole económica
se relacionan con el propósito de lucro que ha inspirado a cada uno de los socios
al momento de constituir el ente.

Los derechos que la ley 19.550 ha otorgado en favor de los socios o


accionistas tienen carácter esencial e inderogable, lo que significa que el contrato

206 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


o estatuto solo puede reglamentar su ejercicio, pero nunca derogarlos ni
disminuir su eficacia. Tan clara ha sido la voluntad del legislador en tal sentido
que así lo ha dejado expresamente aclarado en cada caso que se refirió a esos
derechos (arts. 68, 194, 245, 263) y ello es congruente y ponderable desde todo
punto de vista, pues si se parte de la idea de que el socio ha invertido fondos o
efectos personales para el desarrollo de una actividad colectiva, nadie puede
discutir sus legítimos derechos de controlar su inversión, participar en el destino
de ellos y disfrutar de sus resultados.

89.1. Derechos de naturaleza política

OM
1. El derecho de información, que, por una parte, es un derecho autónomo, al
cual el socio puede recurrir para conocer la marcha de la administración de la
sociedad, y por la otra, es un derecho que se encuentra vinculado con otro de no
menor importancia, como es el derecho de voto, el cual el socio o accionista solo
puede ejercer con idoneidad cuando goza de completo conocimiento del tema
objeto de la votación.
.C
El derecho de información de los socios o accionistas ha sido asegurado por
el legislador a través de diversas normas:
DD

a) Mediante la facultad de los socios de examinar los libros y papeles sociales


y recabar del administrador los informes que estimen pertinentes. Este control
individual previsto por el art. 55 de la ley 19.550 rige para todos los tipos sociales,
con excepción de las sociedades anónimas incluidas en el art. 299 de la ley
19.550 o en aquellas sociedades por acciones en las cuales el estatuto haya
LA

previsto la actuación de un órgano específico de control (sindicatura o consejo


de vigilancia), en las cuales el derecho de información debe ser canalizado a
través de dicho órgano.

b) A través de la presentación de los estados contables (art. 234, inc. 1º, ley
FI

19.550), que es obligación que pesa sobre todos los administradores sociales,
cualquiera que fuere el tipo social adoptado. Se trata de una rendición de cuentas
adaptada al negocio societario y elaborada a través de fórmulas uniformes, por
medio de la cual el socio o accionista, una vez al año cuanto menos, toma
conocimiento no solo de la marcha de los negocios sociales y sus resultados,


sino también de la situación económica y financiera de la sociedad (arts.


61 a 67, ley 19.550).

c) Mediante el derecho de voz en las reuniones de socios o asambleas de


accionistas, oportunidad en la cual los integrantes de la sociedad pueden recabar
de los administradores todas las informaciones que estimen necesarias para
poder emitir su voto en la decisión de que se trata.

d) A través de la exhibición u obtención de las actas de los órganos colegiados,


que nunca pueden ser secretas para los socios o accionistas, atento a su

207 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


carácter de aportantes de los fondos sociales. Mediante el ejercicio de este
derecho, consagrado en los arts. 73 y 249 de la ley 19.550, los integrantes de la
sociedad podrán cuestionar judicialmente las decisiones de los órganos de ella,
dentro del plazo y mediante el procedimiento previsto legalmente (art. 251, ley
19.550).

El derecho de información ha sido muy deficientemente legislado por la ley


19.550, no solo por encontrarse diseminado su ejercicio a través de todo el
articulado de la referida ley, sino que, tratándose de sociedades por acciones y
existiendo un órgano de fiscalización interno (sindicatura o consejo de vigilancia),
el accionista puede obtener información sobre la administración de la sociedad
o sobre cualquier aspecto de ella que le interese, solo si reviste el carácter de
titular, como mínimo, del 2% del capital social del ente.

OM
Tan absurda exigencia, que solo podría entenderse —aunque jamás
compartirse— en las sociedades anónimas que cotizan en la Bolsa, atento a la
atomización de su capital social, carece de todo sentido en las sociedades
anónimas cerradas o de familia, que constituyen más del 99% de las sociedades
de plaza y en las cuales, y aun cuando el 1% de su capital social represente un
significativo valor, su titular deberá resignarse a conocer la marcha de los
negocios sociales y el estado financiero y económico de la sociedad solo en
.C
oportunidad de poner a su consideración los estados contables de la empresa,
lo cual es, desde todo punto de vista, absurdo, y requiere una inmediata reforma
legislativa.
DD

2. El derecho de receso (arts. 78, 85, 88, 129 y 245, ley 19.550) es el derecho
que le asiste a todo socio o accionista de retirarse de la sociedad cuando por
decisión del órgano de gobierno (reunión de socios o asamblea de accionistas)
se resuelve modificar de manera sustancial el contrato social o estatuto,
encontrándose aquel, luego de ese acontecimiento, con una sociedad diferente
LA

a aquella en la cual resolvió oportunamente integrarse.

Pero no cualquier modificación del contrato social o estatuto es susceptible de


generar el derecho de receso, sino solo aquella que implique una modificación
sustancial de la sociedad o suponga un cambio fundamental en la posición que
FI

el socio tenía en ella. El art. 245 de la ley 19.550 contiene un listado de los
supuestos que autorizan el derecho de receso, incluyendo a la transformación,
fusión y escisión de la sociedad, aumentos del capital con efectiva integración
por los socios o accionistas, y siempre que su monto supere el quíntuplo previsto
por el estatuto, prórroga o reconducción del estatuto o contrato social, excepto


en las sociedades que hacen oferta pública o cotización de sus acciones, cambio
fundamental del objeto, reintegración total o parcial del capital social y la
transferencia del domicilio legal al extranjero. Dicha numeración no debe
considerarse taxativa, no solo por contemplar la ley otros supuestos del derecho
de receso (art. 129), sino además por no agotar aquellas hipótesis todas las
situaciones por las cuales, a través de una decisión del órgano de gobierno de
la sociedad puede afectarse la posición del socio dentro de la compañía, como
sucedería, a mero título ejemplificativo, en el caso en que se resolviera por
mayoría la limitación al derecho de preferencia o la supresión de determinadas
clases de acciones.

208 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Resulta de lamentar también las deficiencias que presenta la ley 19.550 en lo
que se refiere a la reglamentación de este derecho, pues al intentar equilibrar el
legislador el derecho de los socios de retirarse de la sociedad ante las
situaciones que pueden originar su receso con la necesidad de no descapitalizar
la sociedad ante tales circunstancias, optó por una fórmula de reembolso del
valor de las acciones en favor de los accionistas o socios recedentes que deja
muchísimo que desear, pues al hacer la ley 19.550 referencia al valor resultante
del último balance realizado o que deba realizarse en cumplimiento de normas
legales o reglamentarias, está dejando de lado sin reembolsar el valor llave de
la empresa sobre el cual los socios aportantes tienen legítimo derecho, pues
contribuyeron con su esfuerzo a constituirlo.

3. El derecho de voto es otro derecho inderogable de los socios, pues


mediante su ejercicio el socio participa activamente en el gobierno de la

OM
sociedad. Este derecho está vinculado al derecho de información y debe ser
ejercido en forma leal, debiendo el socio priorizar los intereses sociales a los
particulares, absteniéndose de votar en los casos en que tuviese precisamente
interés contrario con los de la sociedad que integra (art. 248, ley 19.550).

4. El derecho de mantener intangible su participación societaria es otro de los


derechos que la ley 19.550 otorga a los integrantes de toda sociedad comercial,
.C
aunque con mayor énfasis a los integrantes de sociedades por acciones, en las
cuales el ejercicio de ciertos derechos fundamentales (información, denuncia,
convocación del órgano de gobierno) está subordinado a la tenencia de un
determinado porcentaje accionario (arts. 236 y 294, incs. 6º y 9º, ley 19.550),
DD

que, de perderlo, imposibilitaría el ejercicio de aquellos.

El derecho a la intangibilidad de la participación societaria está garantizado de


la siguiente forma:
LA

a) Mediante el ejercicio del derecho de preferencia en los casos de aumentos


de capital con efectivos desembolsos de los socios (art. 194, ley 19.550).

b) Mediante el derecho de recibir el mismo porcentaje de acciones del que era


titular, en caso de aumentos de capital por capitalización de cuentas del balance
FI

(art. 189, ley 19.550).

c) A través del derecho de receso (art. 245, ley 19.550) cuando se resuelve
por decisión asamblearia un aumento del capital con efectivo desembolso de los
socios y estos no contaran con los fondos necesarios para efectuarlo o


simplemente no quisieran hacerlo. Se recuerda que, si el estatuto previó la


posibilidad de llevar a cabo un aumento del capital dentro del quíntuplo de su
valor, el socio o accionista carecerá del ejercicio de tal derecho hasta tanto dicho
quíntuplo no fuera agotado.

5. El derecho de acrecer, previsto por el art. 194 de la ley 19.550, es otro


derecho que consiste en suscribir e integrar las acciones de otro u otros socios,
en caso de aumento del capital, cuando estos no hubieran suscripto tales
participaciones. Este derecho fue otorgado para preservar el elenco original de
los socios y evitar el ingreso de terceros a la sociedad.

209 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


6. El derecho a obtener la convocatoria de asambleas de accionistas o
reuniones de socios ha sido contemplado por el legislador en el art. 236 de la ley
19.550, requiriendo para ello contar con el 5% del capital social, lo cual carece
de todo sentido. Basta reparar que, en las sociedades de capital, el socio que se
encuentra alejado de la administración cuenta, una sola vez por año, con la
posibilidad de conocer el estado económico y financiero de la sociedad, así como
sus resultados anuales, mediante la consideración del balance de ejercicio.
Privarlo de este derecho, así como el de analizar y evaluar la gestión de quienes
administran sus fondos, por el solo hecho de no contar con una participación
societaria cualitativa, implica tolerar la grave injusticia que supone la reticencia
de los directores en exhibir su gestión a través de la formulación de los estados
contables a cuya confección la ley 19.550 los obliga (art. 234, inc. 1º, ley 19.550).

OM
89.2. Derechos económicos

1. En cuanto al derecho al dividendo, este constituye la causa final del contrato


de sociedad, pues el ánimo de lucro en las sociedades comerciales se obtiene
.C
con su percepción.

Sin embargo, de la existencia de ganancias por parte de la sociedad no se


deriva necesaria y automáticamente el derecho al dividendo de sus socios, pues
DD

una política de sana y prudente administración no aconseja la distribución de las


utilidades obtenidas inmediatamente de finalizada cada operación. Por ello es
que el legislador ha impuesto una serie de requisitos para la percepción del
dividendo que se encuentran mencionados en los arts. 68 y 224 de la ley 19.550 y
que son los siguientes:
LA

a) Que las ganancias surjan de un balance confeccionado de acuerdo con la


ley y el estatuto y aprobado por el órgano de gobierno de la sociedad (asamblea
de accionistas o reunión de socios).
FI

b) Que dichas ganancias sean realizadas y líquidas.

c) Que el órgano de gobierno de la sociedad resuelva distribuirlas entre los


socios o accionistas.


Atento a constituir la percepción del dividendo un derecho inalienable e


inderogable de todos los socios, la ley 19.550 ha debido garantizarlo a través de
una serie de normas protectoras (arts. 66, 70, 244, 261, etc.), pues la realidad
enseñó a los legisladores que, por lo general, los dividendos son retaceados a
los socios o accionistas que no integran el grupo de control, a los fines de forzar
su alejamiento de la sociedad mediante enajenaciones poco convenientes para
estos. Por ello la ley ha impuesto una serie de requisitos a la constitución de
reservas libres o facultativas (arts. 66 y 70, ley 19.550) y ha limitado en la
ejemplar disposición del art. 261 del mismo cuerpo legal las remuneraciones a
los administradores, para evitar que ellos se queden con todas las ganancias de

210 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la sociedad y ofrezcan el lamentable espectáculo de administradores ricos y
accionistas pobres que caracterizó el negocio societario en la Argentina durante
muchas décadas.

La jurisprudencia de nuestros tribunales comerciales no acompañó tan loable


intención del legislador, convalidando muchas veces abusos que desalentaron
la inversión en compañías mercantiles, pues quien es sometido al más duro
cesarismo por parte de los controlantes de sociedades seguramente evitará
invertir sus fondos en participaciones societarias.

2. El derecho a la cuota de liquidación, que consiste en el derecho del socio al


reembolso de una suma de dinero proporcional a la participación societaria, en
caso de existir un remanente luego de la realización del activo y la cancelación
del pasivo durante la etapa liquidatoria (art. 109, ley 19.550).

OM
El pago de la cuota liquidatoria se concreta a través del reembolso del capital
a sus socios, así como del excedente, en caso de existir, siempre en proporción
a las tenencias societarias de cada uno de ellos. Pero en protección de los
terceros y atento al carácter de utilidad que reviste cuanto menos el mencionado
excedente, la ley 19.550 requiere como requisito previo al pago de dicha cuota
la confección de un balance final.
.C
DD

§ 90. TRANSMISIBILIDAD DEL CARÁCTER DE SOCIO

La transmisibilidad del carácter de socio por actos entre vivos depende del tipo
social, pues mientras en las sociedades de personas o de interés, al haber sido
LA

constituidas sobre la base de la personalidad de sus fundadores, la transferencia


de la participación societaria requiere el consentimiento de todos los socios,
salvo pacto en contrario (art. 131, ley 19.550), por tratarse de una modificación
sustancial del contrato social, en las sociedades por acciones (anónimas y en
comandita por acciones), la transferencia de las acciones en que se divide el
FI

capital social no requiere el consentimiento de los restantes socios ni de órgano


social alguno, salvo que estatutariamente se hayan incluido cláusulas limitativas
de tal transmisibilidad, las cuales no pueden importar la prohibición de su
transferencia (art. 214, ley 19.550).


En las sociedades de responsabilidad limitada, la cesión de las cuotas sociales


ha merecido por parte del legislador una tan minuciosa y alambicada
reglamentación (arts. 152 y 153, ley 19.550) que ha conspirado contra la
aceptación masiva de este tipo social. En resumidas cuentas, las cuotas sociales
son libremente transmisibles, pero el contrato de sociedad puede limitar tal
transferencia a terceros, a través del otorgamiento a la sociedad o a los restantes
socios de un derecho de veto hacia la persona del adquirente o un derecho de
preferencia para la adquisición de tales participaciones.

211 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Pero mientras en las sociedades de responsabilidad limitada y en las
sociedades por acciones el socio o accionista perjudicado puede recurrir
judicialmente al veto que le ha impedido transferir sus participaciones
societarias, ello no es posible tratándose de una sociedad de interés, pues como
bien sostiene Halperin, la negativa a aceptar al adquirente no abre recurso
judicial alguno, porque los consocios, atento a la naturaleza de la sociedad, no
pueden ser compelidos a aceptar la sustitución del socio.

Tratándose de transferencias mortis causa, ellas dependen también del tipo


de sociedad de que se trata y, en materia de sociedades de personas o de
interés, así como de sociedades de responsabilidad limitada, el principio general,
como es de toda lógica, consiste en que la muerte del socio resuelve
parcialmente el contrato, sin derecho de los herederos de pretender su ingreso
a la sociedad, quienes solo obtendrán el reembolso del valor de la participación

OM
del causante (art. 90, ley 19.550).

Sin perjuicio de ello, la ley 19.550 acepta, en las sociedades colectivas, en


comandita simple y de responsabilidad limitada, que el contrato social pueda
prever la incorporación de los herederos del socio, el cual será obligatorio para
estos, para los socios y para la sociedad. Se trata quizás de una de las
disposiciones más cuestionables de la ley 19.550, de neto carácter
.C
institucionalista, en la medida en que repugna al principio general previsto por el
art. 1021 del Cód. Civ. y Com. la mera posibilidad de oponer las cláusulas del
contrato de sociedad a los herederos del socio fallecido que no participaron en
el acto constitutivo del ente y que, con respecto a la sociedad, han sido terceros
DD

en todo momento. El heredero se convierte así en un "socio a palos" que en lugar


de recibir su herencia deberá ingresar a una agrupación de la que jamás ha
querido formar parte.

En materia de sociedades por acciones, y atento a su naturaleza impersonal,


LA

la muerte del accionista no resuelve parcialmente el contrato de sociedad, y la


transmisibilidad de las acciones a los herederos está sujeta a las mismas reglas
de la transmisión de los demás bienes del causante. No obstante, y a los efectos
de preservar el elenco original de los socios, lo cual puede revestir importancia
en las sociedades de profesionales, la jurisprudencia ha aceptado la posibilidad
FI

de la limitación de la transferencia de acciones mortis causa, rigiendo al respecto


el régimen previsto por el art. 214 de la ley 19.550.


§ 91. EL SOCIO APARENTE Y EL SOCIO OCULTO

El art. 34 de la ley 19.550 contempla la situación y responsabilidad del socio


aparente y del socio oculto, habida cuenta de la existencia de enorme cantidad
de sociedades en donde el verdadero socio o controlante prefiere esconderse
detrás de un "prestanombres" y de tal manera dividir su patrimonio en diversas
sociedades en las cuales aquel ni siquiera integra.

212 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Esta modificación, incorporada por el inconstitucional decreto de necesidad y
urgencia del Poder Ejecutivo nacional 27/2018, luego ratificado por la ley 27.444,
fue justificada en la necesidad de seguir las recomendaciones del GAFI —Grupo
de Acción Financiera Internacional— en torno a las medidas a adoptar para
implementar el combate contra el lavado de activos y el financiamiento del
terrorismo, disponiendo al respecto el nuevo art. 34 de la ley 19.550, en la
reciente versión de la ley 27.444, que "Queda prohibida la actuación societaria
del socio aparente o presta nombre y la del socio oculto". Dicha norma debe
completarse con el art. 35, también modificada por la ley ómnibus 27.444, bajo
el título de "Responsabilidades" que "La infracción a lo establecido en el artículo
anterior, hará al socio aparente o prestanombre y al socio oculto, responsables
en forma subsidiaria, solidaria e ilimitada, de conformidad con lo establecido por
el artículo 125 de esta ley".

OM
La nueva versión de los arts. 34 y 35 de la ley 19.550, tal como está redactada,
merece nuestra adhesión, ya que, a partir de la vigencia de la ley 27.444, la
actuación como socio oculto y como socio aparente, prestanombre o testaferro,
en una sociedad, sea por persona humana o persona jurídica, al estar prohibida
por la ley constituye un acto ilegítimo, lo que determina la ilicitud de las
adquisiciones o transferencias y de los mandatos respectivos, y como bien
advierte Favier Dubois, en virtud de dicha prohibición, la sociedad, los restantes
.C
socios y los terceros podrán desconocer el acto e impedir la actuación del
testaferro en los actos sociales, imputando la actuación al principal o socio
oculto.
DD

Sin embargo, cuando el art. 35 de la ley 19.550 establece la responsabilidad


de la actuación del socio aparente, prestanombre o socio oculto, se incurre en el
grave error de establecer la responsabilidad subsidiaria de estos personajes, que
son por lo general quienes desvirtúan el negocio societario en beneficio del
verdadero controlante de la sociedad, como lo demuestra la actividad de las
LA

sociedades off shore, verdadero "testaferro de papel", que, por fundamentos que
no se han suministrado, identifican a los socios aparentes, testaferros y socios
ocultos con los socios de una sociedad colectiva, regularmente constituida. Un
verdadero despropósito que solo puede entenderse dentro del clima de
tolerancia que la clase dirigente exhibe respecto de este tipo de actuaciones,
FI

pues mal puede una determinada actuación societaria ser considerada ilícita
cuando, por el otro, para hacer efectiva la responsabilidad del responsable, exige
excutir los bienes de la sociedad con carácter previo a ejecutar los bienes del
testaferro o socio oculto.


§ 92. EL SOCIO DEL SOCIO

El art. 35 de la ley 19.550, en su versión original, contemplaba otra situación


que se presentaba frecuentemente en el mundo de los negocios referida al caso
en que un socio daba participación a terceros en lo que le corresponda en ese
carácter, constituyéndose entre ellos una verdadera sociedad gobernada por las

213 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


reglas sobre sociedades accidentales o en participación (arts. 361 a 366, ley
19.550).

La eliminación por la ley 26.994 de la figura de las sociedades accidentales o


en participación justifica la derogación de la figura del "socio del socio", que se
rige actualmente por las normas de los negocios en participación del Código Civil
y Comercial de la Nación.

CAPÍTULO XI - ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTACIÓN DE LAS SOCIEDADES


COMERCIALES

OM
§ 93. CONCEPTOS GENERALES
.C
En principio, debe distinguirse entre administración y representación de la
sociedad. La primera importa la deliberación de la decisión de su órgano y
pertenece a la esfera interna del ente, mientras que la representación se refiere
DD

a la esfera externa, es decir, a la vinculación de la sociedad con los terceros,


pues quien tiene a su cargo la representación o el uso de la firma social obliga a
la sociedad por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto
social.

Las diferencias entre administración y representación se advierten con mayor


LA

nitidez en las sociedades anónimas, donde el órgano de administración es


necesariamente colegiado, salvo cuando el directorio se haya organizado en
forma unipersonal. En tal caso, la adopción de la política de administración en
todos sus ámbitos está en manos del directorio, pero la ejecución de las
decisiones adoptadas por este órgano, cuando se trata de la celebración de
FI

actos frente a terceros, está a cargo del presidente de la sociedad y no en manos


de cualquiera de los integrantes del directorio.

En los restantes tipos sociales, en los cuales no es para nada habitual la


organización del órgano de administración en forma colegiada, los


administradores revisten por lo general el carácter de representantes de la


sociedad, confundiéndose en la misma o mismas personas físicas ambas
calidades.

Puede entonces afirmarse que la representación es el medio en cuya virtud la


sociedad se manifiesta frente a terceros, mientras que la administración es un
concepto que abarca las relaciones internas de organización societaria.

214 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 94. LA DOCTRINA DEL ÓRGANO

La ley 19.550 ha adherido a la moderna teoría que predica la inexistencia de


la relación de mandato entre los administradores y la sociedad, que era aplicable
a las sociedades civiles, durante su vigencia. La doctrina del órgano o doctrina
orgánica lleva como ínsito presupuesto la negativa de todo tipo de diferenciación
de sujetos jurídicos en la relación entre el órgano de administración y la sociedad.
Es decir, que los administradores no son mandatarios de la sociedad, sino sus
funcionarios, por lo que es la sociedad misma la que actúa frente a terceros,
mediante la actuación de una persona física.

OM
La jurisprudencia ha adherido sin reservas a la doctrina orgánica que proviene
del derecho extranjero y que monta una ficción —la de considerar que una
persona jurídica puede tener órganos, como los seres humanos— sobre otra
ficción, de mayor alcance —el carácter de sujeto de derecho de la persona
jurídica—, llegando a sostener que quien contrata a nombre de la misma
sociedad no es una persona física, con una voluntad diferente, sino la misma
.C
sociedad.

No es difícil advertir en consecuencia que la teoría del órgano supone una


abstracción, a los fines de tornar compatible el régimen de administración y
DD

representación de la sociedad con el carácter de sujeto de derecho autónomo de


esta, y en tal sentido, la doctrina y la jurisprudencia han echado mano a esta
dogmática manera de pensar para explicar los fundamentos por los cuales los
administradores de sociedades comerciales no rinden cuentas a través del
procedimiento previsto por los arts. 858 a 864 del Cód. Civ. y Com. Sin embargo,
LA

la doctrina orgánica ha sido insuficiente para explicar otras cuestiones


relacionadas con la gestión de la sociedad, y por ello no debe extrañar que, en
definitiva, se recurra en subsidio a las normas del mandato para interpretar la
relación que existe entre el o los administradores con la sociedad, y así lo
dispone el art. 68 de la ley 20.337 de Sociedades Cooperativas.
FI


§ 95. ORGANIZACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTACIÓN DE LAS


SOCIEDADES

La organización de la administración y representación de las sociedades es


diferente para cada tipo de sociedad. En las sociedades por parte de interés y
en las sociedades en comandita por acciones, la administración está
funcionalmente ligada con la representación, y a falta de regulación en el contrato
constitutivo, cualquier socio (solo los comanditados en las sociedades en
comandita) se encuentra facultado para administrar y representar a la sociedad
en forma indistinta. Si se encarga la administración a varios socios sin determinar

215 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sus funciones ni expresar que el uno no podrá obrar sin el otro, se entiende que
pueden realizar indistintamente cualquier acto de la administración. En caso
contrario, ningún administrador puede obrar individualmente, aun en el caso de
que el coadministrador se hallare en la imposibilidad de actuar (arts. 128, 136 y
143, ley 19.550).

En las sociedades de responsabilidad limitada, la administración y


representación está a cargo de uno o más gerentes, socios o no, designados por
tiempo determinado o indeterminado en el contrato constitutivo o posteriormente.
Los socios pueden organizar una gerencia plural, que podrá funcionar en forma
indistinta, conjunta o también colegiada, esto es, mediante la toma de decisiones
por mayoría y ejercicio de la representación por parte del presidente de ese
órgano (art. 157, ley 19.550).

OM
En las sociedades anónimas, como se ha explicado, la administración está a
cargo del directorio, órgano de carácter necesariamente colegiado cuando es
plural, cuyos integrantes deben adoptar por mayoría las decisiones
correspondientes a la dirección de la sociedad, pero que carecen per ser de
facultades de representación, que pertenece solo al presidente del directorio,
salvo autorización expresa del estatuto a uno o más directores para desempeñar
tal función, aunque la actuación de estos jamás desplaza al presidente, que por
.C
propia definición tiene el uso de la firma social (art. 268, ley 19.550).

En otras palabras, la administración y representación de la sociedad puede


ser organizada de la siguiente manera:
DD

a) En forma singular, en cuyo caso, la administración y representación se


confunden en una sola persona. Esta conclusión vale también para las
sociedades anónimas, pues a pesar de autorizada doctrina que sostiene lo
contrario, el directorio unipersonal, por propia definición, no puede ser nunca
LA

colegiado, que es organización propia de los órganos plurales.

b) En forma plural, y en este caso, la organización de la administración y


representación puede estar a cargo e indistintamente en manos de todos los
administradores (administración plural indistinta) o requerirse, por medio de
FI

expresa disposición del acto constitutivo, la actuación conjunta de dos o más


administradores, en cuyo caso nada podrá hacer un administrador sin el
concurso del otro (administración plural conjunta). Finalmente, la administración
plural puede organizarse en forma colegiada, como hemos explicado ya cuando
nos referimos al directorio plural de las sociedades anónimas.


§ 96. DESIGNACIÓN Y REGISTRACIÓN DE LOS ADMINISTRADORES

El nombramiento de los administradores está a cargo en principio del órgano


de gobierno de la sociedad (reunión o asambleas de socios) con las mayorías
simples previstas en los arts. 131, 160 y 255 de la ley 19.550. En materia de

216 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sociedades anónimas, y sin perjuicio de esa forma de designación, que debe
considerarse como principio general, la ley 19.550 ha establecido otros
procedimientos, como, por ejemplo, la designación de los directores por el
consejo de vigilancia o a través del mecanismo de elección por clase de
acciones, procedimientos que se explican por la especial naturaleza de las
sociedades anónimas y por la necesidad de dar participación a las minorías en
el directorio. Del mismo modo, el art. 263 de la ley 19.550 ha admitido la
utilización del sistema anglosajón del voto acumulativo, que permite a las
minorías competir por el tercio de las vacantes a llenar, disposición que no debe
considerarse exclusivamente reservada a las sociedades anónimas, sino a la
integración de todo órgano colegiado de administración, cualquiera que fuere el
tipo social adoptado, aun cuando la experiencia ha demostrado que salvo el
directorio, jamás se han organizado órganos colegiados de administración en los
restantes tipos previstos en el capítulo II de la ley 19.550.

OM
Los administradores de las sociedades mercantiles deben inscribirse en el
Registro Público, por expresa imperativa del art. 60 de la ley 19.550, que también
impone la carga de registrar la desvinculación de ellos.

A pesar de la deficiente redacción del art. 60 de la ley 19.550, que remite al


art. 12 del mismo ordenamiento, cuya escasa factura técnica ya hemos
.C
analizado, ha sido debidamente interpretado por la jurisprudencia de nuestros
tribunales en lo que se refiere a los efectos que cumple dicha toma de razón, que
ella solo cumple efectos declarativos, en el sentido de que el administrador
reviste el carácter de tal desde su designación y no a partir de su registración, y
DD

desde aquel momento puede asumir la representación de la sociedad y obligar


a la sociedad por todos los actos celebrados en nombre de ella.

Pero el administrador cuya desvinculación no ha sido inscripta en el registro


mercantil puede continuar obligando a la sociedad, pues la ausencia de tal
LA

registración torna inoponible a los terceros el cese de sus funciones. Es por ello
que lo más trascendente de la registración exigida por el art. 60 de la ley
19.550 para la designación de los administradores lo constituye el hecho de que
la designación de un nuevo directorio implica la cesación del anterior. En
definitiva, la finalidad del legislador al redactar el art. 60 de la ley 19.550 ha sido
FI

la protección de los derechos de los terceros que han contratado con la sociedad,
cuya registración genera una apariencia jurídica de legalidad en la que puede
ampararse el acreedor de la sociedad, siempre que sea de buena fe.

Echando mano, pues, al efecto declarativo que caracteriza la inscripción de la




designación y desvinculación de los administradores societarios, nuestra


jurisprudencia ha desestimado excepciones opuestas por deudores sociales
recalcitrantes, que han pretendido desconocer la existencia de contratos
celebrados por la sociedad, con el simple argumento de que el representante de
ella no había sido inscripto en el registro mercantil.

La carga prescripta por el art. 60 de la ley 19.550 no está exclusivamente a


cargo de la sociedad, sino que puede ser llevada a cabo por quienes revistieron
el carácter de administradores y pretenden con ello hacer pública su
desvinculación del ente y evitar de esa manera su responsabilidad por las

217 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


actuaciones de sus reemplazantes. Pero en tal caso, quien pretende actuar de
tal manera debe acompañar la documentación societaria que acredite
fehacientemente tal desvinculación.

En puridad, la registración prevista por dicha disposición debiera referirse


exclusivamente a los representantes y no a los administradores de la sociedad,
pero como es principio general, salvo para las sociedades anónimas, la
acumulación de ambos cargos en los restantes tipos sociales, la ley
19.950 generalizó tal inscripción, que nunca es requerible para los integrantes
del órgano de fiscalización de la sociedad.

OM
§ 97. RÉGIMEN DE RENUNCIA Y REMOCIÓN DE LOS ADMINISTRADORES DE SOCIEDADES

El régimen de renuncia y responsabilidad de los administradores varía según


el tipo de sociedad de que se trata, pues en el caso de las sociedades de
personas, si bien el administrador puede renunciar en cualquier momento, salvo
pacto en contrario inserto en el acto constitutivo, responde de los perjuicios que
.C
ocasiona si la renuncia fuera dolosa o intempestiva (art. 130, ley 19.550). Por el
contrario, en las sociedades de responsabilidad limitada y en las sociedades
anónimas, el director o gerente renunciante no se desvincula automáticamente
de la administración de la sociedad por el solo hecho de presentar su renuncia,
DD

pues ella solo es operativa si es aceptada por el directorio, no afectare el


funcionamiento regular de dicho órgano y no fuera dolosa e intempestiva,
debiendo en estos casos continuar en funciones hasta tanto la asamblea se
pronuncie (arts. 157 y 259, ley 19.550).
LA

En cuanto al régimen de remoción de los administradores, el principio general,


fundado en la libertad de los socios de elegir al administrador del patrimonio
social que consideren más idóneo, lo constituye la facultad de estos de remover
a aquellos, sin invocación de causa (remoción ad nutum), mediante decisión que
por mayoría simple debe adoptarse en reunión de socios o asamblea de
FI

accionistas (arts. 129, párr. 1º, 157, in fine, y 256, ley 19.550).

No obstante, en las sociedades por parte de interés, el contrato constitutivo


puede prever la necesidad de justa causa para la remoción del o los
administradores, en cuyo caso estos conservarán su cargo hasta la sentencia


judicial si negaran la existencia de aquella. En estas sociedades puede suceder


que la designación de un determinado administrador haya sido condición
expresa para la constitución de la sociedad, supuesto en el cual, de removerlo
con justa causa, los socios disconformes con tal decisión tienen derecho a
retirarse de la sociedad, ejerciendo el derecho de receso (art. 129, in fine, ley
19.550).

En las sociedades de responsabilidad limitada, solo puede limitarse la libre


revocabilidad de los administradores cuando su designación ha sido condición
expresa de la constitución de la sociedad, en cuyo caso se aplica la solución

218 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


prevista por el art. 129, in fine, de la ley 19.550, referenciada en el párrafo anterior
(art. 157, último párrafo).

Finalmente, en las sociedades anónimas, el art. 256 establece que el estatuto


no puede suprimir ni restringir la revocabilidad de los directores. Su designación
es revocable exclusivamente por la asamblea, sin perjuicio de que cualquiera de
los accionistas pueda solicitar la remoción con causa de ellos, a través de juicio
ordinario que deberá tramitar contra la sociedad y los directores cuya remoción
se persigue. Esta facultad de los socios es común a todos los tipos sociales (art.
114, ley 19.550).

OM
§ 98. EL RÉGIMEN LEGAL DE REPRESENTACIÓN DE LAS SOCIEDADES

a) Dispone el art. 58 de la ley 19.550 que el administrador o el representante


que de acuerdo con el contrato o por disposición de la ley tenga la representación
de la sociedad, obliga a esta por todos los actos que no sean notoriamente
extraños al objeto social.
.C
Es decir, que el objeto social limita la capacidad de la sociedad y marca en
principio el límite de la actuación de su representante, debiendo los actos
celebrados por este no ser notoriamente extraños a él.
DD

Se trata de la aplicación del "principio de la especialidad", propia de las


personas jurídicas, conforme al cual el objeto de la entidad limita la capacidad
de esta, la cual no puede hacer cualquier cosa si el acto no está encaminado,
directa o indirectamente, a la consecución del fin de la sociedad. El art. 141 del
LA

Código Civil y Comercial de la Nación ratifica este principio general aplicable a


todas las personas jurídicas, cuando dispone que "Son personas jurídicas todos
los entres a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir
derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines
de su creación".
FI

La determinación de cuándo la obligación es notoriamente extraña es una


cuestión de hecho, y la duda al respecto impone considerar que el acto obliga a
la sociedad, sin perjuicio de la responsabilidad de quienes han contraído tal acto,
incursos en abuso de facultades.


Ahora bien, debe repararse que el acto que es inoponible a la sociedad es el


"notoriamente extraño", por lo que la ajenidad de la operación con el objeto social
no debe dejar margen de dudas. Sin embargo, tal exorbitancia no está ligada a
la naturaleza de las actividades de la sociedad, sino que deben considerarse
incluidos en esa categoría a aquellos actos que de manera alguna tienden a
beneficiar a la sociedad, como, por ejemplo, el otorgamiento de garantías en
favor de terceros, sin contraprestación para la sociedad, el pago de deudas de
terceros o la realización de donaciones que no supongan beneficio directo o
indirecto para el ente.

219 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


De manera tal que los administradores de sociedades comerciales no obligan
a esta por los actos notoriamente extraños al objeto social, los cuales serán
inoponibles al ente, que podrá repeler las acciones judiciales tendientes a exigir
su cumplimiento. De allí la importancia de la inclusión y precisión del objeto social
en el acto constitutivo, que, inscripto en el Registro Público, no puede ser
ignorado por quienes contratan con la sociedad (art. 7º, ley 19.550) y de allí
nuestra posición totalmente negativa a la doctrina que predica la procedencia de
insertar en el acto constitutivo de la sociedad un objeto múltiple, comprensiva de
varias actividades lucrativas absolutamente desconectadas entre sí.

b) Si el régimen de representación ha sido organizado en forma plural y la


sociedad se encuentra regularmente constituida, la infracción a dicho régimen
hace inoponibles también a la sociedad los contratos u operaciones celebrados
en tales condiciones, con excepción de las obligaciones contraídas mediante

OM
títulos valores, por contratos entre ausentes, de adhesión o concluidos mediante
formularios, salvo cuando el tercero tuviere efectivo conocimiento de que el acto
se celebra en infracción de la representación plural (art. 58, ley 19.550).

Este régimen se justifica plenamente atento al carácter circulatorio de los


títulos valores, en los cuales no es dable exigir de los terceros una investigación
profunda de todos los obligados cambiarios; de la misma manera tampoco puede
.C
exigirse a los terceros las consultas a registros públicos lejanos a la jurisdicción
donde residen y mucho más repugna a la buena fe en materia de contratos de
adhesión o concluidos mediante formularios, que la sociedad predisponente
invoque defectos de un contrato celebrado exclusiva y excluyentemente por ella.
DD

Además de las limitaciones del objeto, el contrato constitutivo puede contener


limitaciones internas a las facultades representativas del administrador, pero
como estas limitaciones afectan la seguridad de los negocios, el art. 58, in fine,
de la ley 19.550 las declara inoponibles a los terceros. De manera tal que, si el
LA

estatuto o acto constitutivo prevé la ratificación de determinados actos por el


órgano de gobierno de la sociedad, la ausencia de tal formalidad no afecta la
validez de tales operaciones o la responsabilidad del ente por sus consecuencias
patrimoniales, sin perjuicio de la responsabilidad personal de quienes las han
contraído.
FI

La ley 19.550 no prevé fórmulas expresas para obrar en nombre de la


sociedad, que no exige fórmulas sacramentales, pero debe resultar indudable
que el representante de la sociedad ha querido obligar a ella. En tal sentido, ha
sido interpretado por nuestra jurisprudencia en forma por demás reiterada que la


firma o nombre social mediante la cual se establece la asunción de una


obligación por la sociedad debe presentarse con tal claridad que indique la
actuación de un ente colectivo y no el de una o varias personas visibles,
descartando la responsabilidad de la sociedad en casos en que los documentos
imputados a ella lleven firmas sin indicación alguna de su misma representación
("la antefirma").

220 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 99. LA REPRESENTACIÓN DE LA SOCIEDAD Y LA DOCTRINA DE LA APARIENCIA

Sucede con frecuencia en el mundo de los negocios que, aun en infracción a


la organización del régimen de representación, la sociedad ha generado la
apariencia de su propia intervención a través del actuar de determinadas
personas que, sin tener las facultades de obligar a la sociedad, han contratado
en nombre de ellas, sin ningún reparo por parte del ente, que ha tolerado dicha
manera de proceder, para luego invocar el desconocimiento de tal actuación,
cuando es demandada para el cumplimiento de las obligaciones asumidas por el
representante de hecho. Este fenómeno se presenta con suma frecuencia en
materia de emisión de títulos valores.

En este caso, la jurisprudencia, a través de numerosos precedentes ha


priorizado la seguridad de los terceros ajenos al ente societario sobre los

OM
intereses de los socios o sobre las limitaciones internas que ellos han establecido
en el contrato constitutivo. En tal sentido ha sido sostenido en varios precedentes
que "corresponde excluir la oponibilidad a terceros de las reglas estatutarias de
representación cuando la conducta del mandante ha sido idónea para crear una
apariencia en la atribución de las facultades que invocan los suscriptores de los
títulos, aun infringiendo lo dispuesto en los estatutos. Ha de computarse a tal
efecto el silencio guardado por el mandante que no impidió, como lógicamente
.C
hubiera podido y debido que el firmante del documento cumpliera una actuación
idónea para crear una apariencia de la que los terceros pudieran prevalerse, al
generarse la certidumbre de que la sociedad quedaba obligada. Y esta confusión
no puede recaer sobre los terceros de buena fe sino sobre la sociedad misma
DD

que diera lugar a ella".


LA

§ 100. OBLIGACIONES DE LOS ADMINISTRADORES

Dispone el art. 59 de la ley 19.550 que los administradores de la sociedad


deben actuar con la lealtad y diligencia de un buen hombre de negocios, y los
FI

que faltaren a sus obligaciones son ilimitada y solidariamente responsables por


los daños y perjuicios que resultaren de su acción u omisión.

Dicha norma es la única que, en materia de responsabilidad de los


administradores de sociedades mercantiles, contiene la parte general de la ley


19.550, pues el legislador, con muy discutible técnica legislativa, solo ha


reglamentado minuciosamente el funcionamiento del órgano de administración
de las sociedades anónimas (el directorio), lo que conduce al problema de
extender las normas de los arts. 255 a 279 de la ley 19.550 a los restantes tipos
sociales, fundamentalmente en lo que se refiere a la aplicación de las normas
sobre voto acumulativo, delegación de funciones, prohibiciones e
incompatibilidades de los directores, remuneración y régimen de
responsabilidad.

221 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Consideramos por nuestra parte aplicables a todos los administradores de
sociedades comerciales las normas que sobre responsabilidad prevén los arts.
274 a 279, con excepción de aquellas que se refieren exclusivamente al
funcionamiento colegiado del órgano de administración (art. 274, párrs. 2º y
3º, ley 19.550), por tratarse de principios de derecho común, plenamente
aplicables a la administración societaria.

En consecuencia, los administradores de sociedades comerciales responden


ilimitada y solidariamente hacia la sociedad, los socios y los terceros por el mal
desempeño de su cargo, según el criterio del art. 59, así como por la violación
de la ley, el estatuto o el reglamento o por cualquier otro daño producido por
dolo, abuso de facultades o culpa grave (art. 274, párr. 1º, ley 19.550),
responsabilidad que podrá hacerse efectiva a través de las acciones sociales e
individuales previstas en los arts. 276 a 279 del mencionado ordenamiento legal.

OM
El Código Civil y Comercial de la Nación ha consagrado idéntico principio para
todas las personas jurídicas, y lo ha hecho en el art. 160, conforme al cual los
administradores responden en forma ilimitada y solidaria frente a la persona
jurídica, sus miembros y terceros por los daños causados por su culpa en el
ejercicio o con ocasión de sus funciones, por acción u omisión.
.C
DD

§ 101. REMUNERACIÓN DE LOS ADMINISTRADORES DE LAS SOCIEDADES

La actividad de los administradores de sociedades es remunerada por la


naturaleza de sus funciones y por así disponerlo el art. 261 de la ley 19.550 que,
si bien se refiere al directorio, nada autoriza a establecer diferencias con respecto
LA

a los demás tipos sociales, pues las funciones de administración de un


patrimonio ajeno, independientemente de la complejidad que supone el
funcionamiento de una sociedad anónima, son exactamente las mismas.

La cuestión puede suscitarse con respecto a los límites y porcentajes


FI

establecidos por aquella norma, pero entendemos que en tanto la filosofía del
legislador ha sido la de vincular las ganancias del ejercicio con la remuneración
de los administradores, así como incentivar la distribución de utilidades y evitar
la existencia de directores ricos y accionistas pobres, no hay obstáculo para
extender la ética solución prevista por el art. 261 de la ley 19.550 a los


administradores de todas las sociedades mercantiles.

§ 102. LA RENDICIÓN DE CUENTAS Y LA FORMULACIÓN DE LOS ESTADOS CONTABLES

La jurisprudencia de nuestros tribunales comerciales ha pronunciado en forma


reiterada que las sociedades regulares no rinden cuentas a sus socios, sino que

222 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


someten a estos los estados contables confeccionados por el órgano de
administración por medio de los cuales se ponen de manifiesto los resultados
arrojados por la gestión empresaria. Esa manera de razonar se basa
fundamentalmente en la doctrina orgánica que no admite la existencia de sujetos
distintos dentro de una sociedad, resultando por ello inadmisible el procedimiento
de rendición de cuentas que prevén los arts. 859 a 864 del Cód. Civ. y Com., que
contempla la existencia de dos personas, esto es, el obligado a formularlas y el
dueño del negocio a quien se someten las cuentas de una o varias operaciones
de carácter mercantil.

Tal afirmación, que se ha convertido en un verdadero dogma sobre el cual la


jurisprudencia, salvo casos aislados, no admite excepciones, solo es
parcialmente cierta.

OM
En primer lugar, no debe descartarse toda asimilación entre la rendición de
cuentas y la formulación de los estados contables por los administradores de las
sociedades comerciales, pues en puridad, la presentación de los balances
constituye una forma de rendición de cuentas, adaptado al negocio societario,
en donde no es aplicable, en aras de la seguridad de las operaciones sociales,
el procedimiento de aprobación tácita de ellas previsto por el Código Civil y
Comercial de la Nación en el art. 862.
.C
Por otro lado, y sin perjuicio de reiterar las dificultades que ofrece la doctrina
orgánica, producto de meras abstracciones del legislador para compatibilizar el
funcionamiento del órgano de administración de la sociedad al carácter de sujeto
DD

de derecho de los entes societarios —pues en definitiva los estados contables


son confeccionados por personas físicas (los administradores) para su
aprobación por otras personas físicas (las asambleas o reuniones de socios)—,
resulta acertado desde todo punto de vista que las cuentas sean formuladas en
forma uniforme, como lo prescriben los arts. 62 a 66 en materia de preparación
LA

de los estados contables y que estos sean presentados solo en forma anual y
aprobados expresamente a través de una decisión del órgano de gobierno de la
sociedad. Ello apunta a la seguridad del tráfico mercantil, y en este aspecto el
procedimiento previsto por el legislador resulta ponderable.
FI

Pero de ello no puede derivarse mecánicamente que los administradores no


deben rendir cuentas en determinadas circunstancias, como, por ejemplo,
cuando estos no llevan contabilidad en legal forma; en supuestos en donde uno
de los administradores ha sido desplazado de la gestión ordinaria de los
negocios sociales y exige rendición de cuentas al restante o, sin intentar hacer


una descripción taxativa de estos casos, cuando, en general, los mecanismos


societarios de registro, información y control de la gestión de los administradores
no ha podido funcionar, situación en donde debe entenderse que los principios
generales establecidos por los arts. 858 a 864 del Código Procesal recobran su
plenitud.

Del mismo modo, también se ha admitido la procedencia del pedido de


rendición de cuentas a los administradores de sociedades mercantiles ante el
pedido de los herederos del socio premuerto que tuvieron vedado su acceso a la

223 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sociedad sin posibilidad de toda información sobre el curso de la administración
y de toda participación en la aprobación de los estados contables.

Finalmente, la rendición de cuentas constituye el único medio de información


para los socios en las sociedades irregulares y de hecho, y demás entes
contemplados en la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, atento a la
imposibilidad de los administradores de llevar una contabilidad regular, base y
fundamento de la confección de los estados contables.

CAPÍTULO XII - DE LA DOCUMENTACIÓN Y DE LA CONTABILIDAD

OM
§ 103. FUNDAMENTO DE LA NECESIDAD DEL COMERCIANTE DE LLEVAR REGISTROS
CONTABLES
.C
La obligación de los comerciantes, individuales o colectivos de llevar registros
contables surge imperativamente del art. 320 del Cód. Civ. y Com., en cuanto
dispone que están obligados a llevar contabilidad todas las personas jurídicas
privadas y quienes realizan una actividad económica organizada o son titulares
DD

de una empresa o establecimiento comercial, industrial, agropecuario o de


servicios, disponiendo asimismo —y ello constituye una novedad fundamental
que la diferencia de las viejas prescripciones del Código de Comercio en materia
de contabilidad— que cualquier otra persona puede llevar contabilidad si solicita
su inscripción y la habilitación de sus registros o la rubricación de sus libros.
LA

La importancia de la contabilidad puede ser advertida desde numerosos


puntos de vista:

a) En beneficio de la comunidad y del tráfico mercantil, por dos razones


fundamentales: 1) interesa a los terceros que contratan con el comerciante,
FI

porque les permite conocer la evolución de sus negocios, así como su estado
patrimonial y financiero en un momento determinado, y 2) permite la
reconstrucción del patrimonio del comerciante, lo que cobra especial importancia
en caso de concursos o quiebras.


b) En interés del comerciante mismo, pues además de permitirle el


conocimiento del estado y evolución de sus negocios, la ley le permite valerse
de ellos, cuando la contabilidad es llevada en legal forma, para probar de manera
rápida y eficaz sus operaciones en caso de conflicto (art. 330, Cód. Civ. y Com.).

c) Finalmente, y tratándose de sociedades, solo una regular contabilidad


permitirá a los socios ejercer con plenitud su inderogable derecho de información
sobre la marcha de los negocios sociales y sobre la gestión de los
administradores (art. 55, ley 19.550).

224 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En materia de sociedades, la legal teneduría de libros es obligación exclusiva
de los administradores, cuya inexistencia o irregularidad es suficiente causal de
remoción. Del mismo modo, es obligación de la sindicatura verificar la legalidad
de tal carga, cuya omisión puede acarrearle idénticas consecuencias.

Los registros contables que obligatoriamente deben llevar los comerciantes


están descriptos por el art. 322 del Cód. Civ. y Com. y ellos son:

a) El libro Diario, en donde el art. 327 del Cód. Civ. y Com. dispone que se
deben registrar todas las operaciones relativas a la actividad de la persona que
tienen efecto sobre el patrimonio, individualmente o en registros resumidos que
cubran períodos de duración no superiores a un mes. Estos resúmenes deben
surgir de anotaciones detalladas practicadas en subdiarios, los que deben ser
llevados en las formas y condiciones establecidas en los arts. 323, 324 y 325 del

OM
referido ordenamiento legal.

b) El libro de Inventario y Balances, que es también un registro cronológico en


el cual se debe anotar el conjunto de bienes y derechos de propiedad de la
sociedad, así como las obligaciones de las que esta fuere responsable de
cumplimiento. Dicha información debe ser asentada al momento de la
constitución de la sociedad y a partir de allí al cierre de cada ejercicio económico,
.C
debidamente valuada a esa fecha.

c) Aquellos que corresponden a una adecuada integración de un sistema de


DD

contabilidad y que exige la importancia y la naturaleza de las actividades a


desarrollar. El Código Civil y Comercial de la Nación se refiere a libros
complementarios de los libros indispensables, a los que denomina "auxiliares",
también sujetos a las mismas formalidades que los libros Diario e Inventario y
Balances. Entre estos libros auxiliares, los más comunes son el Mayor o de
Cuentas Corrientes, en el cual se trasladan las anotaciones del libro Diario,
LA

abriendo las cuentas deudoras y acreedoras del comerciante: el libro de Caja,


que es considerado parte integrante del libro Diario, cuando en aquel se
asentaren los pagos en efectivo recibidos o efectuados por el comerciante: el
libro Bancos, Compras y Ventas, de Ganancias y Pérdidas, etcétera.
FI

d) Los que en forma esencial impone este Código u otras leyes. Dentro de
esta fórmula deben incluirse los libros societarios (de actas de directorio y
asambleas, de registro de acciones, de asistencia a asambleas, de asociados de
las sociedades cooperativas, etc.).


Los libros de comercio están sometidos a determinadas formalidades y


requisitos, cuyo cabal cumplimiento asegura la eficacia que el legislador les
otorga (art. 330, Cód. Civ. y Com.). De tal forma, dispone el art. 325 del Cód. Civ.
y Com. que los libros y registros contables deben ser llevados en forma
cronológica, actualizada, sin alteración alguna que no haya sido debidamente
salvada, debiendo llevarse en idioma y moneda nacional. Deben permitir
determinar al cierre de cada ejercicio económico anual la situación patrimonial,
su evolución y sus resultados, disponiendo finalmente dicha norma que los libros
y los registros previstos en el art. 322, a los cuales hemos hecho referencia,
deben permanecer en el domicilio de su titular.

225 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Los requisitos formales de teneduría de libros de comercio que fueron
previstos en el derogado Código de Comercio habían sido, de alguna manera,
modificados por la ley 19.550 para las sociedades comerciales, adaptando las
disposiciones de aquella normativa a los adelantos de la tecnología. Tales
modificaciones, contenidas en el art. 61 de la ley 19.550, se limitaron, hasta el
año 2018, a permitir los medios digitales para el libro Diario y los libros auxiliares,
dejando intactas las directivas previstas para el libro Inventario y Balances,
reservándose exclusivamente el sistema informático para los libros contables y
no sociales.

La ley ómnibus 27.444 del 18 de junio de 2018, pomposamente denominada


"Simplificación y Desburocratización para el Desarrollo Productivo de la Nación",
introdujo una importante reforma al art. 61 de la ley 19.550 en esta materia,
consagrando las siguientes soluciones:

OM
a) Facultad de prescindir del cumplimiento de las formalidades impuestas por
la ley 19.550 en materia de libros societarios, cuya existencia y funcionamiento
prevén los arts. 73, 162, 213, 238 y 290 de la ley 19.550, como así también de
las formalidades impuestas por los arts. 320 y subsiguientes del Código Civil y
Comercial de la Nación, para llevar los libros societarios y contables por
Registros Digitales mediante medios digitales de igual manera y forma que los
.C
registros digitales de las sociedades por acciones simplificadas instituidos por
la ley 27.349.

b) El libro Diario podrá ser llevado con asientos globales que no comprendan
DD

períodos mayores de un mes.

c) El sistema de contabilización debe permitir la individualización de las


operaciones, las correspondientes cuentas deudoras y acreedoras y su posterior
verificación, con arreglo al art. 321 del Código Civil y Comercial de la Nación.
LA

d) Para el caso de que se disponga la individualización a través de los medios


digitales, de la contabilidad y de los actos societarios correspondientes, los
registros públicos deberán implementar un sistema al solo efecto de comprobar
el cumplimiento del tracto registral, en las condiciones que se establezca
FI

reglamentariamente.

Es importante hacer referencia al sistema de registros digitales previsto por


la ley 27.349, conocida como "Ley de Apoyo al Capital Emprendedor", que
comprende en su seno la legislación de las sociedades por acciones


simplificadas, incorporadas a la normativa societaria nacional en el año 2017,


pues el nuevo art. 61 de la ley 19.550 remite a todas las sociedades comerciales
la aplicación de las disposiciones sobre registros digitales previstas por aquella
normativa, la cual prevé en el art. 58 que todos esos registros deberán
individualizarse por medios electrónicos ante el Registro Público, el cual podrá
reglamentar e implementar mecanismos a los efectos de permitir a las SAS suplir
la utilización de los libros societarios mediante medios digitales o mediante la
creación de una página web en donde se encuentren volcados la totalidad de los
datos de dichos registros y, del mismo modo, dispone el art. 58 que dichos
registros públicos implementarán un sistema de contralor para verificar dichos

226 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


datos al solo efecto de comprobar el cumplimiento del tracto registral, en las
condiciones que se establezcan reglamentariamente.

Todas estas disposiciones son aplicables a las sociedades legisladas por la ley
19.550 en la medida en que opten por llevar su contabilidad por medios digitales,
que no es obligatoria para ellas, aunque sí es obligatoria para las sociedades por
acciones simplificadas (SAS). Nos ocuparemos de estas sociedades en el
capítulo correspondiente de este libro.

§ 104. LOS LIBROS SOCIETARIOS

OM
A diferencia del comerciante individual, las sociedades deben llevar otros
libros obligatorios y con las mismas formalidades exigidas para los libros de
comercio, cuya importancia trasciende notoriamente el ámbito privado de ellas y
en los cuales deben reflejarse actuaciones internas de la sociedad. Ellos son los
libros de Actas de los Órganos Colegiados (asambleas y directorio), el libro de
Registro de Asistencia a las Asambleas y el libro de Registro de Acciones.
.C
1. Los libros de Actas de Órganos Colegiados requeridos genéricamente por
el art. 73 de la ley 19.550 revisten fundamental trascendencia para la sociedad,
los socios y los terceros, pues permiten reconstruir el giro de los negocios desde
DD

la misma constitución de la sociedad. Dichos libros son los siguientes:

a) Libro de Actas de Asambleas, en el cual deberán volcarse el resumen de


las manifestaciones hechas por los socios o accionistas en el seno de ellas, las
formas de las votaciones y sus resultados, con expresión completa de las
LA

decisiones (art. 249, párr. 1º, ley 19.550). La ley no requiere que las actas de
asambleas sean redactadas a medida que el acto transcurre, sino que, para
agilizar su trámite, prevé la necesaria inclusión en el orden del día de la elección
de los encargados de suscribir el acta (art. 246, ley 19.550), a los cuales se les
asigna el rol de custodiar la veracidad de lo acontecido en el seno del acto
FI

asambleario, y cuya acta deberá ser firmada por estos y por el presidente del
directorio o por el representante legal, según el caso (art. 73, in fine, ley 19.550).

b) El libro de Actas de Directorio, donde deben transcribirse resumidamente


las manifestaciones y votaciones de los directores presentes, así como las


decisiones adoptadas en el seno del órgano de administración. A diferencia de


lo que acontece con las actas de asambleas, las actas de directorio deben ser
redactadas a medida que transcurre el acto, debiendo ser firmadas por todos los
directores presentes al concluir la reunión.

Si bien la ley 19.550 se refiere a las actas de directorio, sus normas son
aplicables también para el caso de que, tratándose de otro tipo societario, se
haya organizado la administración en forma colegiada, pues el art. 73, párr. 1º,
de la ley 19.550 impone la obligación de labrar acta a las deliberaciones de
cualquier órgano colegiado sin distinción. Tal obligación es asimismo exigible al

227 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


consejo de vigilancia y a la sindicatura plural o comisión fiscalizadora (arts.
280 y 284, ley 19.550), que revisten también el carácter de órganos colegiados.

El art. 249 de la ley 19.550 solo autoriza a los socios a solicitar, a su costa,
copia firmada del acta de asamblea, lo cual no implica de manera alguna que los
accionistas o socios no puedan recabar copia de los libros de los restantes
órganos colegiados en la sociedad que integran, pues la necesaria transparencia
de los negocios sociales autoriza sobradamente a aquellos a requerir tal
información, no solo para tener conocimiento de lo acontecido en el seno de los
órganos de administración y fiscalización de la sociedad, sino también para
impugnar sus resoluciones en caso de ilegitimidad o para considerar con
conocimiento de causa la gestión de los administradores y síndicos, al momento
de ser evaluada.

OM
2. El libro de Registro de Asistencia a Asambleas de Accionistas, que también
debe ser llevado con las formalidades previstas por el Código Civil y Comercial
de la Nación y cuya existencia está prevista por el art. 238 de la ley 19.550. En
dicho libro se deben registrar los accionistas que hubiesen manifestado su
voluntad de concurrir al acto asambleario mediante comunicación dirigida a la
sociedad con tres días hábiles de anticipación al de la fecha fijada. Este libro
debe ser completado por el directorio y suscripto por los accionistas que
.C
concurran a la asamblea, dejando constancia de sus domicilios, documento de
identidad, número de votos que corresponda e identificación de su representante
asambleario, en su caso (art. 239, ley 19.550).
DD

El libro de Registro de Asistencia a Asambleas es complementario del libro de


Actas de Asambleas, cuyas copias cada accionista tiene derecho a exigir (art.
249, ley 19.550), pues su finalidad es acreditar el quorum requerido por la ley
como requisito indispensable para la validez del acto asambleario.
LA

3. El libro de Registro de Acciones es otro libro societario cuya existencia está


prevista por el art. 213 de la ley 19.550. Debe llevarse también con las
formalidades de los libros de comercio y es de libre consulta por los accionistas.

Dicho libro reviste especial importancia desde la sanción de la ley 24.587, que
FI

consagró, a partir del año 1996, la nominatividad obligatoria de los títulos


accionarios, por lo que el carácter de accionista se adquiere, para todos los
efectos, desde la inscripción de la transferencia en el libro de Registro de
Acciones de la Sociedad (art. 215, ley 19.550). Además de la transferencia de
acciones, deben inscribirse en el libro de Registro de Acciones las clases de


acciones en que se divide el capital, los derechos y obligaciones que ellas


comportan: el estado de integración con indicación del nombre del suscriptor y
cualquier otra mención que derive de la situación jurídica de las acciones y sus
modificaciones (medidas cautelares).

Tratándose de sociedades de responsabilidad limitada, el art. 162 de la ley


19.550 prevé un libro especial de actas de asambleas, coherente con el
mecanismo incorporado por la ley 22.903 que autoriza la adopción de acuerdos
sociales mediante la comunicación del voto de los socios a los gerentes por
cualquier medio que garantice su autenticidad, respondiendo a una consulta

228 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


efectuada por este, o bien mediante una declaración escrita de todos los socios,
en la cual estos expresan a la gerencia el sentido de su voto. En tales casos, el
acta deberá ser transcripta en un libro de actas especial, en el cual los gerentes
deben transcribir las respuestas dadas por los socios y su sentido, a los efectos
del cómputo de los votos, debiendo conservarse por tres años los documentos
donde constan las respuestas.

La pérdida o sustracción de los libros societarios no impide la celebración de


los órganos colegiados. En tales casos, bastará transcribir lo acontecido en
instrumentos privados o públicos y luego, rubricados los nuevos libros, reproducir
su texto en estos últimos, aunque la Inspección General de Justicia tiene
actualmente un criterio restrictivo sobre esta conclusión admitiendo solo la
transcripción por escritura pública de las actas de designación de directorio, lo
cual constituye un gravísimo error, pues la experiencia diaria demuestra que la

OM
desaparición de los libros contables y sociales a través del robo o hurto se ha
convertido en un verdadero clásico en nuestro tráfico mercantil, que afecta la
operatividad de la sociedad e impide reconstruir su movimiento comercial, lo cual
tiene enorme importancia cuando la sociedad debe transitar su procedimiento
concursal.
.C
§ 105. LOS BALANCES Y ESTADOS CONTABLES DE LA SOCIEDAD
DD

Hemos ya explicado (capítulo XI) que los administradores de las sociedades


regularmente constituidas no rinden cuentas de su gestión a través del
procedimiento previsto por los arts. 858 a 864 del Cód. Civ. y Com., sino
mediante la formulación de los estados contables, cuyo contenido ha sido
LA

minuciosamente reglamentado por la ley 19.550, y que se integran con los


balances (art. 63), los estados de resultados (art. 64), los cuadros e información
complementaria (art. 65), la memoria del ejercicio (art. 66) y el informe de la
sindicatura (art. 294, inc. 5º). Asimismo, normas técnicas de carácter contable
han impuesto la obligatoriedad de completar los estados contables con un
FI

dictamen o informe escrito, suscripto por contador público independiente, que


debe estar fundado en el examen de los estados contables a partir de un trabajo
de auditoría elaborado de acuerdo con las normas generalmente aceptadas para
ello, en donde dicho profesional opina sobre los estados contables efectuados
por los administradores de la sociedad, o se abstiene de opinar sobre dichos


instrumentos.

Hemos también señalado que, con fundadas razones, la ley 19.550 ha


reglamentado con sumo detalle el contenido de los estados contables, siguiendo
en tal sentido la tendencia universal de reglamentar y uniformar la confección de
dichos instrumentos. Tal manera de legislar se justifica sobradamente, en
especial en las sociedades anónimas, que buscan en la información uno de los
pilares fundamentales de su regulación, atento al múltiple interés que despierta
la transparencia de las operaciones sociales.

229 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las previsiones de los arts. 62 a 66 de la ley 19.550 son aplicables en su
totalidad a las sociedades por acciones y a las sociedades de responsabilidad
limitada cuyo capital alcance la suma prevista en el inc. 2º del art. 299 de la ley
19.550. Las restantes sociedades deben confeccionar sus estados contables de
acuerdo con las previsiones del art. 326 del Cód. Civ. y Com., conforme al cual,
al cierre del ejercicio, quien lleva contabilidad, obligada o voluntaria, debe
confeccionar sus estados contables, que comprenden como mínimo un estado
de situación patrimonial y un estado de resultados que deben asentarse en el
registro de inventario y balances.

OM
105.1. Preparación y aprobación de los estados contables

Si bien es obligación de los administradores o directores de la sociedad hacer


llevar la contabilidad y la confección de los estados contables, tal carga es
generalmente delegada en profesionales del área contable de la empresa, lo cual
de manera alguna implica eximir la responsabilidad de aquellos por las
irregularidades que tales instrumentos puedan presentar.
.C
Los estados contables requieren la aprobación por parte del órgano de
administración o directorio, mediante decisión expresa del órgano colegiado, en
reunión donde debe aprobarse además la confección de la memoria y la
DD

convocatoria a asamblea general de socios o accionistas en la cual dichos


documentos, así como el informe de la sindicatura, serán considerados y,
eventualmente, aprobados por los integrantes de la sociedad. Solo a partir de
esta decisión, los balances y estados contables adquieren los efectos jurídicos
que la ley les asigna, pues hasta tanto son meros proyectos que carecen de toda
LA

virtualidad.

La trascendencia que tienen los estados contables para el tráfico mercantil ha


sido destacada incluso por la ley 19.550, que impone a los administradores de
las sociedades de responsabilidad limitada, cuyo capital alcance el importe fijado
FI

por el art. 299, inc. 2º, y de las sociedades por acciones, la obligación de remitir
a la autoridad de control una copia de esos documentos (art. 67, párr. 2º, ley
19.550). Dicha norma es, sin embargo, insuficiente, pues no se advierte, atento
al interés general que supone el conocimiento de los estados contables por los
terceros, las razones por las cuales no se impuso idéntica carga a los restantes


tipos sociales, en especial para las sociedades de responsabilidad limitada,


donde los terceros tienen sumo interés en conocer sus estados contables, atento
a la limitada responsabilidad de sus socios.

105.2. El balance

230 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El balance es una descripción gráfica de carácter estático de la situación
económica, financiera y patrimonial de la sociedad en un momento dado, que
permite conocer la composición de su patrimonio y la solvencia con que cuenta
para el cumplimiento de sus obligaciones.

Los balances pueden ser clasificados de la siguiente manera:

a) Los balances del ejercicio o "balances generales", cuya confección y


aprobación por los accionistas está prevista por el art. 234, inc. 1º, de la ley
19.550.

b) Los balances especiales, que deben ser elaborados en determinadas


oportunidades, fundamentalmente en caso de reorganización estructural de la
sociedad (transformación, fusión y escisión).

OM
c) Los balances de liquidación, cuya confección está autorizada por los arts.
104 y 109 de la ley 19.550.

d) Los balances de comprobación que el art. 294, inc. 2º, de la ley


19.550 autoriza a requerir a la sindicatura para comprobar la legalidad de los
actos de la sociedad.
.C
e) Los balances consolidados, que permiten agrupar la información
correspondiente a grupos de sociedades, y que es requerido por el art. 62 a toda
sociedad que revista el carácter de controlante en los términos del art. 33, inc.
DD

1º, de la ley 19.550.

El art. 63 de la ley 19.550 establece el contenido del balance general,


disponiendo la inclusión en el activo de la siguiente información:
LA

a) El dinero en efectivo en caja y bancos y los valores caracterizados por


similares principios de liquidez, certeza y efectividad, así como la moneda
extranjera.

b) Los créditos provenientes de las actividades sociales. Por separado se


FI

indicarán los créditos con sociedades controladas, controlantes o vinculadas


(cuya definición suministra el art. 33 de la ley 19.550), los créditos litigiosos y
cualquier otro crédito.

c) Los bienes de cambio, agrupados de acuerdo con las actividades de la




sociedad, indicándose separadamente las existencias en materias primas,


productos en proceso de elaboración y terminados, mercaderías de reventa o los
rubros requeridos por la naturaleza de la actividad.

d) Las inversiones en títulos de deuda pública, en acciones y en debentures,


con distinción de las que sean cotizadas en Bolsa, las efectuadas en sociedades
controlantes, controladas o vinculadas y otras participaciones y cualquier otra
inversión ajena a la explotación de la sociedad, descontándose la previsión para
quebrantos o desvalorizaciones, cuando correspondiere.

231 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


e) Los bienes de uso, con indicación de sus amortizaciones acumuladas.

f) Los bienes inmateriales, por su costo, con indicación de sus amortizaciones


acumuladas.

g) Los gastos y cargas que se devenguen en futuros ejercicios o se afecten a


estos, deduciendo, en este último caso, las amortizaciones acumuladas que
correspondan.

h) Todo otro rubro que por su naturaleza corresponda ser incluido en el activo.

En cuanto al pasivo incluido en el balance, la información que debe ser


suministrada es la siguiente:

OM
a) Las deudas, indicándose separadamente las comerciales, las bancarias, las
financieras, las existentes con sociedades controlantes, controladas o
vinculadas, los debentures emitidos por la sociedad, los dividendos a pagar y las
deudas a organismos de previsión social y de recaudación fiscal. Asimismo, se
mostrarán otros pasivos devengados que corresponde calcular.

b) Las previsiones por eventualidades que se consideren susceptibles de


.C
concretarse en obligaciones de la sociedad.

c) Todo otro rubro que por su naturaleza represente un pasivo hacia terceros.
DD

d) Las rentas percibidas por adelantado y los ingresos cuya realización


corresponda a futuros ejercicios.

Separadamente de esos rubros, el art. 63, inc. 2º, II, exige la inclusión en el
pasivo de las siguientes cuentas:
LA

a) El capital social, con distinción, en su caso, de las acciones ordinarias y


otras clases, y los supuestos del art. 220, esto es, las acciones de la propia
sociedad.
FI

b) Las reservas legales, contractuales o estatutarias, voluntarias y las


provenientes de revaluaciones y de primas de emisión.

c) Las utilidades de los ejercicios anteriores y en su caso, para deducir, las


pérdidas.


d) Todo otro rubro que por su naturaleza corresponda ser incluido en las
cuentas de capital, reservas y resultados.

El criterio del legislador de incluir estas cuentas dentro del pasivo ha sido
duramente cuestionado por la doctrina contable, cuyos expositores predican la
necesidad de agruparlas dentro del concepto del "patrimonio neto" por entender
falsa la afirmación de que la sociedad "adeuda" a los socios o accionistas el
monto del aporte. En tal sentido, el modelo tipo de balances aprobado por la
resolución 1/1973 de la Inspección General de Personas Jurídicas (hoy

232 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Inspección General de Justicia), modificando la ley 19.550, ubicó al patrimonio
neto dentro de un esquema independiente al activo y pasivo, entendiendo por tal
el exceso del activo sobre el pasivo que representa la participación de los socios
en el total del activo de la sociedad.

Tales críticas son parcialmente ciertas, y encuentran respaldo legal en lo


dispuesto por el art. 109 de la ley 19.550 que ratifica la diferencia que existe entre
el pasivo social y el derecho de los socios a obtener el reembolso de su
participación societaria, al cual solo tendrán derecho en la medida de existir un
remanente obtenido de la realización del activo y la cancelación del pasivo. Sin
embargo, entiendo acertado incluir en el pasivo y no en el patrimonio neto a las
utilidades de ejercicios anteriores, que sí constituyen una deuda de la sociedad
hacia sus socios o accionistas.

OM
Finalmente, deben ser expuestos en el pasivo social los bienes en depósito,
los avales y las garantías otorgadas por la sociedad, documentos descontados
y toda otra cuenta de orden, que corresponden a aquellas operaciones sociales
que, si bien generan relaciones jurídicas, no aumentan ni disminuyen el
patrimonio de la empresa ni repercuten en sus resultados.

La presentación de los balances está sometida a las siguientes pautas:


.C
a) La información debe agruparse de modo que sea posible distinguir y
totalizar el activo corriente del activo no corriente, y el pasivo corriente y no
corriente. Se entiende por corriente todo activo o pasivo cuyo vencimiento o
DD

realización se producirá dentro de los doce meses a partir de la fecha del balance
general, salvo que las circunstancias aconsejen otra base para tal distinción.

b) Los derechos y obligaciones deberán mostrarse indicándose si son


documentados, con garantía real u otras.
LA

c) El activo y pasivo en moneda extranjera deberá mostrarse por separado en


los rubros que correspondan.

d) No podrán compensarse las distintas partidas entre sí.


FI


105.3. El estado de resultados

El balance se complementa con el estado de resultados o cuenta de ganancias


y pérdidas del ejercicio, cuya importancia fundamental radica en informar sobre
los resultados, positivos o negativos, del ejercicio, de los cuales depende la
posibilidad de distribución de dividendos entre los socios o accionistas y el monto
de las remuneraciones de los administradores (arts. 68, 224 y 261, ley 19.550).
Las partidas del estado de resultados han sido divididas por el legislador de la
siguiente manera (art. 64, ley 19.550):

233 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) El producido de las ventas o servicios, agrupados por tipo de actividad. De
cada total se deducirá el costo de las mercaderías o productos vendidos o
servicios prestados, con el fin de determinar el resultado.

b) Los gastos ordinarios de administración, comercialización, financiación y


otros que corresponda cargar al ejercicio, debiendo hacerse constar
especialmente los montos de las retribuciones de administradores, directores y
síndicos; otros honorarios y retribuciones por servicios; los sueldos y jornales y
las contribuciones sociales respectivas; los gastos de estudios e investigaciones;
las regalías y honorarios por servicios técnicos y otros conceptos similares; los
gastos por publicidad y propaganda; los impuestos, tasas y contribuciones,
mostrándose por separado los intereses, multas y recargos; los intereses
pagados o devengados, indicándose por separado los provenientes por deudas
con proveedores, banco o instituciones financieras, sociedades controladas o

OM
vinculadas y otros; las amortizaciones y previsiones, aclarando la ley que cuando
no se haga constar alguno de estos rubros, parcial o totalmente, por formar parte
de los costos de los bienes de cambio, bienes de uso u otros rubros del activo,
deberá exponerse como información del directorio o de los administradores en
la memoria.

c) Las ganancias y gastos extraordinarios del ejercicio.


.C
d) Los ajustes por ganancias y gastos de ejercicios anteriores.

El estado de resultados debe presentarse de modo que muestre por separado


DD

la ganancia o pérdida proveniente de las operaciones ordinarias y extraordinarias


de la sociedad, determinándose la ganancia o pérdida neta del ejercicio, a la que
se adicionará o deducirá las derivadas de ejercicios anteriores.

Al igual que lo que sucede con las otras cuentas del balance, el legislador ha
LA

sido terminante en la inadmisibilidad de compensar las partidas entre sí.


FI

105.4. El estado de evolución del patrimonio neto

Por otra parte, el estado de resultados se complementa con el estado de


evolución del patrimonio neto, en donde deben incluirse las causas de los


cambios producidos durante el ejercicio en cada uno de los rubros integrantes


del patrimonio neto.

El estado de evolución del patrimonio neto de la sociedad, requerido por el art.


64, inc. II, de la ley 19.550, reviste importancia fundamental para la comprensión
del verdadero estado patrimonial de la sociedad, pues permite medir la evolución
de dicho patrimonio durante el ejercicio de que se trate, en comparación con el
patrimonio neto de la sociedad al cierre del ejercicio anterior.

234 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El patrimonio neto de la sociedad está integrado por el capital social o capital
suscripto, que es exactamente lo mismo, los ajustes de la cuenta capital
obtenidos a través de revalúos y las reservas legales, estatutarias o libres
constituidas de conformidad con los requisitos previstos por los arts. 66, inc. 3º,
y 70 de la ley 19.550. La sumatoria de todas estas cuentas, más otras sobre las
cuales nos explayaremos a continuación, constituye el patrimonio neto de la
sociedad.

Otras dos cuentas son incluidas en el estado de evolución del patrimonio neto:
los aportes irrevocables a cuenta de futuras emisiones de capital y los resultados
no asignados.

Los primeros —los aportes irrevocables— constituyen una alternativa para


dotar de fondos a la sociedad, cuando esta los requiere de inmediato y no se

OM
puede esperar la celebración de una asamblea convocada a los fines de
aumentar el capital social con efectivo suministro de fondos por los socios o
accionistas. Ante ello, se recurre por lo general a quienes integran el grupo de
control, que son los que realizan los desembolsos necesarios para satisfacer las
necesidades de la sociedad, pero no en calidad de mutuo o préstamo dinerario,
sino como "aportes", a pesar de que no son técnicamente tales, pues para la
emisión, suscripción e integración de las nuevas acciones se requiere una
.C
decisión asamblearia que resuelva aumentar el capital social, lo cual puede
demorar varias semanas. Esta figura, que nació de concretas necesidades
prácticas, para lo cual el mutuo no era la solución adecuada en tanto implicaba
agravar el pasivo y castigar los estados contables, adolecía de regulación
DD

sustancial, lo cual llevó a que tales aportes —que no eran técnicamente tales—
figuraran en el estado de evolución del patrimonio neto por tiempo
indeterminado, lo que por supuesto desnaturalizaba la figura legal y conspiraba
contra la seriedad de los balances, toda vez que si hablamos de aportes
irrevocables para "futuras emisiones de acciones", es requisito esencial para su
LA

configuración la necesidad de una inmediata capitalización.

Precisamente, para evitar tales abusos, la Inspección General de Justicia,


primero mediante la resolución general 28/2004 y luego mediante las
resoluciones generales 7/2005 y 7/2015, denominada "Nuevas normas de la
FI

Inspección General de Justicia", se establecieron los requisitos en torno a su


capitalización, previendo el art. 271 de esta normativa que los aportes
irrevocables a cuenta de futura suscripción de acciones o de cuotas recibidos
por las sociedades por acciones y de responsabilidad limitada integrarán el
patrimonio neto de la sociedad desde la fecha de su aceptación por el directorio


o la gerencia. Pero su capitalización por parte de una asamblea o reunión de


socios no puede demorar más de ciento ochenta días desde dicha aceptación.
Si ello no aconteciera, el monto del pasivo será contabilizado como pasivo social.
Mediante dicha solución se evita que la sociedad exhiba frente a terceros, en
especial ante entidades crediticias, un estado patrimonial que no se compadece
con su verdadera situación económica y financiera.

En cuanto a los "resultados no asignados", esta cuenta solo resulta admisible


para asentar las ganancias del ejercicio, hasta tanto la asamblea ordinaria
prevista por el art. 234, inc. 1º, de la ley 19.550 se pronuncie sobre su destino:

235 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


distribución de dividendos en forma total o parcial o constitución de reservas
facultativas o libres. Una vez decidido ese destino por el órgano de gobierno de
la sociedad, esas sumas pasarán a la cuenta reservas o se dejará constancia
del pago de dividendos, pero carece de todo sentido mantenerlas en la cuenta
de "resultados no asignados", toda vez que su destino final, de una manera u
otra, ya fue "asignado". Pero la "creatividad contable", como manifestación de la
picardía criolla, llevó a engrosar, ejercicio tras ejercicio, la cuenta de resultados
no asignados del patrimonio neto, recurriéndose al sencillo expediente de retener
las ganancias del ejercicio, pero no para constituir reservas libres o facultativas,
como lo permiten los arts. 66, inc. 3º, y 70 de la ley 19.550, previo cumplimiento
de todos los requisitos formales y sustanciales que ello supone, sino para evitar
el pago de dividendos, sin brindar la menor explicación sobre la necesidad de
llevar a cabo esa retención. A esta ilegítima manera de proceder, que fue
consolidada durante años por la doctrina contable y la tolerancia judicial, se puso

OM
fin mediante el art. 272 de la resolución general 7/2005 de la Inspección General
de Justicia — solución hoy mantenida por la resolución general 7/2015, dictada
por la Inspección General de Justicia para adecuar los términos de aquella
resolución al nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, que, si bien admitió
el traslado de las ganancias en forma parcial o total a la cuenta de resultados no
asignados, requirió como requisito inexcusable de validez el cumplimiento de los
procedimientos necesarios para la constitución de las reservas libres o
.C
facultativas, con lo cual esa ilegítima, frustratoria del derecho al dividendo de
quienes no integraban por lo general el grupo de control, quedó totalmente
desarticulada.
DD

La evolución de patrimonio neto de la sociedad, según su estado, que forma


parte inescindible de los balances, permite conocer la solvencia de la sociedad
y, en su caso, la inclusión del ente en los supuestos de reducción obligatoria del
capital (art. 206, ley 19.550) y de disolución por pérdida del capital social (art. 94,
inc. 5º, ley 19.550).
LA
FI

105.5. Las notas complementarias y los cuadros anexos

Su preparación es indispensable cuando la información no estuviera contenida


en los balances, estado de resultados o en sus notas correspondientes. En tal
caso, el art. 65 de la ley 19.550 prescribe la necesidad de acompañar notas y


cuadros, que se considerarán parte de aquellos, disponiendo enunciativamente


el legislador la siguiente información:

a) Los bienes de disponibilidad restringida, explicándose brevemente la


restricción existente.

b) Los activos gravados con hipoteca, prenda u otro derecho real, con
referencia a las obligaciones que garantizan.

236 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) El criterio utilizado en la valuación de los bienes de cambio, con indicación
del método de determinación del costo u otro valor aplicado.

d) Los procedimientos adoptados en el caso de revaluación o devaluación de


activos, debiéndose indicar, además, en caso de existir, el efecto consiguiente
sobre los resultados del ejercicio.

e) Los cambios en los procedimientos contables o de confección de los


estados contables aplicados con respecto al ejercicio anterior, explicándose la
modificación y su efecto sobre los resultados del ejercicio.

f) Los acontecimientos u operaciones ocurridos entre la fecha de cierre de


ejercicio y de la memoria de los administradores que pudieran modificar
significativamente la situación financiera de la sociedad a la fecha del balance

OM
general y los resultados del ejercicio cerrado en esa fecha, con indicación del
efecto que han tenido sobre la situación y los resultados mencionados.

g) El resultado de operaciones con sociedades controlantes, controladas o


vinculadas, separadamente por sociedad.

h) Las restricciones contractuales para la distribución de las ganancias.


.C
i) El monto de los avales y garantías otorgadas en favor de terceros,
documentos descontados y otras contingencias, acompañadas de una breve
explicación, cuando ello sea necesario.
DD

j) Los contratos celebrados con los directores que requieran aprobación,


conforme el art. 271 de la ley 19.550, con sus montos.

k) El monto no integrado del capital social, distinguiendo, en su caso, los


LA

correspondientes a las acciones ordinarias y de otras clases, y los supuestos del


art. 220 (acciones propias en cartera).

Del mismo modo, deben graficarse a través de cuadros anexos:


FI

a) Los bienes de uso, detallando para cada cuenta principal los saldos al
comienzo, los aumentos y los saldos al cierre del ejercicio. Igual tratamiento
corresponderá a las amortizaciones y depreciaciones, indicándose las diversas
alícuotas utilizados para cada clase de bienes. Se informará por nota al pie del
anexo el destino contable de los aumentos y disminuciones de las


amortizaciones y depreciaciones registradas.

b) Los bienes inmateriales y sus correspondientes amortizaciones, con similar


contenido al requerido en el inciso anterior.

c) Las inversiones en títulos valores y participación en otras sociedades,


detallando la denominación de la sociedad emisora o en la que se participa y
características del título valor o participación, sus valores nominales, de costo,
de libros y de cotización, actividad principal y capital de la sociedad emisora o en
la que se participa. Cuando el aporte o participación fuera del 50% o más del

237 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


capital de la sociedad o de la que se participa, se deberán acompañar los
estados contables de esta que se exigen en este título. Si el aporte o
participación fuere mayor del 5% y menor del 50% citado, se informará sobre el
resultado del ejercicio y el patrimonio neto según el último balance general de la
sociedad en que se invierte o participa. Si se tratara de otras inversiones, se
detallará su contenido y características, indicándose, según corresponda,
valores nominales, de costo, de libros, de cotización y de la valuación fiscal.

d) De previsiones y reservas, detallándose para cada una de ellas, saldo al


comienzo, sus aumentos y disminuciones y el saldo al cierre del ejercicio. Se
informará por nota al pie el destino contable de los aumentos y las disminuciones,
y la razón de estas últimas.

e) El costo de las mercaderías o productos vendidos, detallando las

OM
existencias de bienes de cambio al comienzo del ejercicio, las compras o el costo
de producción del ejercicio, analizado por grandes rubros y la existencia de
bienes de cambio al cierre. Si se tratara de servicios vendidos, se aportarán los
datos similares a los requeridos para la alternativa anterior que permitan informar
sobre el costo de prestación de dichos servicios.

f) El activo y pasivo en moneda extranjera, detallando las cuentas del balance,


.C
el monto y la clase de moneda extranjera, el cambio vigente o el contratado a la
fecha del cierre, el monto resultante en moneda argentina, el importe
contabilizado y la diferencia si existiera, con indicación del respectivo tratamiento
contable.
DD
LA

105.6. La memoria del ejercicio

La memoria es un documento que forma parte de los estados contables, en el


cual los administradores deben informar a los socios o accionistas sobre la
marcha y situación de la sociedad, dando el detalle de las operaciones realizadas
FI

o en vías de realización. Su importancia radica en la necesaria inclusión de los


aspectos que se considere necesario informar sobre la situación presente y
futura de la sociedad, y la explicación de los administradores sobre las
variaciones de los estados contables con relación a los anteriores.


La ley 19.550 ha querido evitar las memorias sintéticas que durante la vigencia
de la normativa societaria anterior (Código de Comercio) no eran otra cosa que
un saludo a los accionistas y un deseo, en el mejor de los casos, de un futuro
mejor. Para ello ha dado pautas para su confección, apuntando, como lo ha
hecho en toda la sección 9ª, a una veraz, sincera y completa información a los
socios o accionistas sobre todos los aspectos de la empresa, incluso en materia
de política de dividendos y sobre las perspectivas futuras de la empresa.

En tal sentido, el art. 66 dispone como de necesaria inclusión:

238 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) Las razones de las variaciones significativas operadas en las partidas del
activo y pasivo.

b) Una adecuada explicación sobre los gastos y ganancias extraordinarias y


su origen y de los ajustes por ganancias y gastos de ejercicios anteriores, cuando
fueren significativos.

c) Las razones por las cuales se propone la constitución de reservas,


explicadas clara y circunstanciadamente.

d) Las causas, detalladamente expuestas, por las que se propone el pago de


dividendos o la distribución de ganancias en otra forma que en efectivo.

e) La estimación u orientación sobre perspectivas de las futuras operaciones.

OM
f) Las relaciones con las sociedades controlantes, controladas o vinculadas y
las variaciones operadas en las respectivas participaciones y en los créditos y
deudas.

g) Los rubros y montos no mostrados en el estado de resultados —art. 64, 1,


b)— por formar parte parcial o totalmente, de los costos de bienes del activo.
.C
La importancia de la memoria es fundamental para la lectura, comprensión e
interpretación de los estados contables, a punto tal que se ha resuelto que su
insuficiencia o inexistencia provoca la nulidad de la decisión asamblearia que
DD

aprueba los referidos instrumentos.


LA

105.7. El informe de la sindicatura y el dictamen de auditoría

En las sociedades por acciones y en toda otra sociedad en donde los socios
hubieran previsto la actuación de un órgano de control, la sindicatura debe
FI

presentar a la misma asamblea donde se consideran los estados contables un


informe escrito y fundado sobre la actuación económica y financiera de la
sociedad, dictaminando sobre la memoria, inventario, balance y estado de
resultados (art. 294, inc. 5º, ley 19.550).


Dicho informe no debe ser confundido con el dictamen de auditoría, que la ley
19.550 no requiere, pero que ha sido exigido por informes y resoluciones de los
Consejos Profesionales de Ciencias Económicas, y que consiste en un informe
sobre los estados contables, elaborado y suscripto por un contador público
independiente, fundado en el examen de tales instrumentos y practicado de
acuerdo con las normas de auditoría generalmente aceptadas, en el cual dicho
profesional debe emitir su opinión técnica o abstenerse de opinar sobre ellos.

La presentación del informe de la sindicatura, requerido por el art. 294, inc. 5º,
de la ley 19.550, se justifica plenamente, en la medida en que, basado en la

239 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


independencia de actuación que debe caracterizar la labor de dicho funcionario,
para cuyo ejercicio la ley 19.550 exige profesionalidad en materia jurídica o
contable (art. 285), ilustrará a los socios y accionistas, mediante un informe
técnico, idóneo e imparcial sobre la regularidad de los estados contables
confeccionados por los directores.

Si bien es cierto que el dictamen de auditoría puede superponerse en su


finalidad y contenido con el informe de la sindicatura, resultando aquel
prescindible, al menos cuando el funcionario sindical reviste el carácter de
contador público, lo cierto es que ambos instrumentos no pueden ser suscriptos
por el mismo profesional. Así ha sido sostenido un trascendente fallo de nuestros
tribunales comerciales, con el argumento de que "mantener la función sindical y
asignar tal calidad al mismo contador certificante de los estados contables,
provoca una opinable situación, en la cual la misma persona individual que ha

OM
producido los estados contables o los ha 'auditado' o 'certificado', luego revisa su
propia labor para dictaminar sobre ella como síndico. Tal situación origina un
formulismo que, además de tal, es 'insensato' en el sentido de carente de sentido
final útil". Así lo ha dispuesto, para las asociaciones civiles, el art. 173 del Cód.
Civ. y Com., cuando dispone que los integrantes del órgano de fiscalización no
pueden ser al mismo tiempo integrantes de la comisión directiva ni certificantes
de los estados contables de la asociación, solución que bien puede trasladarse
.C
a todas las personas jurídicas, pues la filosofía de dicha solución es idéntica en
todos los casos.
DD

105.8. Los estados contables consolidados


LA

A ellos se refiere el art. 62 de la ley 19.550 y su confección se impone a las


sociedades controlantes previstas en el art. 33, inc. 1º, de la mencionada ley,
esto es, a aquellas sociedades que posean participación por cualquier título en
otra sociedad, en forma directa o por intermedio de otra sociedad, a su vez
controlada, que otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social en
FI

las reuniones sociales o asambleas ordinarias.

A estas sociedades controladas se les impone, como información


complementaria, la presentación de estados contables consolidados, con arreglo
a los principios de contabilidad generalmente aceptados y a las normas que


establezca la autoridad de contralor.

Esta directiva tiende a brindar una más completa información sobre el estado
financiero y económico de la sociedad controlante, pues los estados contables
consolidados permitirán conocer a los interesados la totalidad de su patrimonio.

240 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 106. DERECHOS DE LOS SOCIOS O ACCIONISTAS A LA APROBACIÓN E IMPUGNACIÓN
DE LOS ESTADOS CONTABLES

Atento a que la presentación de los estados contables del órgano de gobierno


de la sociedad implica una rendición de cuentas de los administradores sobre su
gestión en un determinado ejercicio, bien que, adaptado a las características del
negocio societario, los arts. 67 y 69 de la ley 19.550 incorporan normas de
evidente protección a los socios o accionistas de la sociedad a los efectos de
contar con todos los elementos de juicio para analizar la información
suministrada.

En primer lugar, y como norma de evidente orden público, el art. 69 de la ley


19.550 prescribe que el derecho a la aprobación e impugnación de los estados
contables y a la adopción de resoluciones de cualquier orden a su respecto, es

OM
irrenunciable y cualquier convención en contrario es nula. Como consecuencia
de ello, todos los integrantes de la sociedad tienen derecho a impugnar
judicialmente de nulidad la resolución asamblearia que aprueba los estados
contables, cuando ellos fueren falsos o irregulares (art. 251, ley 19.550),
pudiendo incluso solicitar la suspensión de la ejecución de dicho acuerdo, para
evitar la distribución ficticia de dividendos, la remuneración de los
administradores o la exhibición de los balances a terceros (art. 252, ley 19.550).
.C
Pero con ello no se agotan los derechos de los socios con relación a los
estados contables, pues el art. 67 de la ley 19.550 prevé que, a los fines de su
consideración, los administradores deben poner a disposición de los accionistas
DD

copias del balance, del estado de resultados del ejercicio y del estado de
evolución del patrimonio neto, así como de las notas, informaciones
complementarias y cuadros anexos, con no menos de quince días de
anticipación a su consideración por ellos. Cuando corresponda, esto es,
tratándose de sociedades por acciones y sociedades de responsabilidad limitada
LA

cuyo capital alcance el importe fijado por el art. 299, inc. 2º, de la ley
19.550, también se mantendrán a su disposición copias de la memoria del
directorio o de los administradores y del informe de los síndicos.

Los socios o accionistas pueden exigir al directorio o a los administradores


FI

todas las explicaciones e informes complementarios o la rendición de cuentas


referidas a operaciones o bienes determinados y específicos, así como con
respecto a aspectos concretos de los estados contables, a los fines de que
puedan emitir su voto en la aprobación de ellos con total conocimiento del estado
patrimonial de la sociedad. Tratándose de sociedades por acciones, dicha


información debe serle solicitada al directorio por ser el órgano responsable de


ella y, a su respecto, no rige el límite previsto por el art. 294, inc. 6º, de la ley
19.550.

La falta de cumplimiento de la obligación impuesta a la sociedad por el art.


67 de la ley 19.550 y la reticencia a suministrar la información que sobre los
estados contables les soliciten a los administradores los socios o accionistas
constituye justa causa de impugnación de la decisión que los aprobare. Del
mismo modo, la violación de la veracidad y de la completitividad importa balance
falso (art. 300, inc. 2º, Cód. Penal) que autoriza la remoción de los

241 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


administradores y compromete su responsabilidad, así como la del síndico y la
de los accionistas que lo han aprobado, con conocimiento de tales
irregularidades.

La decisión asamblearia que aprueba los estados contables es indivisible,


pues los distintos instrumentos que los conforman constituyen un todo
inescindible, que se complementan y relacionan entre sí. Por ello, la insuficiencia
o inexistencia de la memoria o del informe de la sindicatura o las irregularidades
de las cuentas del balance, estado de resultados, cuadros anexos o información
complementaria, constituyen suficiente causal de invalidez de los estados
contables y del acuerdo asambleario que los aprueba.

OM
§ 107. FACULTADES DE LA AUTORIDAD DE CONTROL EN MATERIA DE ESTADOS
CONTABLES

Además de la obligación de las sociedades por acciones de acompañar copia


de los estados contables a la autoridad de control (art. 67, párr. 2º, ley 19.550),
.C
el art. 62 autoriza a la Comisión Nacional de Valores, la Bolsa de Comercio o
autoridad de control que corresponda, a exigir a las sociedades incluidas en el
art. 299, y a los efectos de analizar la liquidez de la empresa, la presentación de
un estado de origen y aplicación de fondos por el ejercicio terminado, así como
DD

cualquier otro documento de análisis de los estados contables, entendiéndose


por "fondos", de acuerdo con el art. 62 de la ley 19.550, al "capital de trabajo",
esto es, la cifra resultante de restar el pasivo corriente al activo corriente.

Tales requerimientos, producto de la intervención estatal de las sociedades


LA

que cotizan sus títulos, se orientan fundamentalmente a la protección del público


inversor, especialmente a los que forman el medio común de los habitantes, y
que, por carecer de la información necesaria, pueden padecer en mayor grado
la actividad de empresas improvisadas o carentes de la solidez exigida para un
seguro o productivo destino del ahorro público.
FI


CAPÍTULO XIII - REORGANIZACIÓN DE SOCIEDADES. TRANSFORMACIÓN, FUSIÓN Y


ESCISIÓN

§ 108. TRANSFORMACIÓN DE SOCIEDADES

242 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


De acuerdo con lo dispuesto por el art. 74 de la ley 19.550, hay transformación
cuando una sociedad adopta otro de los tipos previstos. No se disuelve la
sociedad ni se alteran sus derechos y obligaciones.

La transformación no es procedimiento admisible para las sociedades no


constituidas regularmente ni para aquellas regidas por la sección IV del capítulo
I de la ley 19.550, pues esta clase de sociedades no constituyen un tipo de
sociedad y la transformación supone una sociedad regularmente constituida
según un tipo determinado, que adopta otro tipo también determinado para su
reestructuración.

La transformación no implica la disolución de la sociedad transformada, sino


una modificación de su contrato social o estatuto, continuando el mismo
organismo social modificado en su forma, aunque con el mismo sustrato personal

OM
y patrimonial. Atento a su trascendencia, la decisión social que aprueba la
transformación de la sociedad requiere las mayorías más rigurosas, cualquiera
que fuere el tipo societario adoptado, gozando los socios disconformes con el
derecho de receso, pues no es admisible obligarlos a continuar en una sociedad
de un tipo diferente al que oportunamente habían elegido.

La transformación puede ser voluntaria, o forzosa u obligatoria. La primera se


.C
produce cuando los socios resuelven tal acto sin circunstancias que los obliguen
a ella, por considerar al nuevo tipo social adoptado más conveniente a la
envergadura de la empresa. Por el contrario, la transformación es forzosa u
obligatoria, cuando la ley obliga a los socios a llevar a cabo tal procedimiento
DD

para evitar la nulidad de la sociedad (arts. 140, 145 y 324, ley 19.550) o para
proteger los derechos de quienes se deben incorporar a la sociedad, como
consecuencia del fallecimiento de un socio, cuando así se hubiere estipulado en
el contrato constitutivo.
LA

Existe, asimismo, luego de la sanción de la ley 26.994, la "transformación de


pleno derecho", que el art. 94 bis de la ley 19.550 impone a las sociedades en
comandita y de capital e industria, cuando queda reducida a uno en el número
de socios. Dicha norma dispone textualmente: "La reducción a uno del número
de socios no es causal de disolución, imponiendo la transformación de pleno
FI

derecho de las sociedades en comandita, simple o por acciones y de capital e


industria, en sociedad anónima unipersonal, si no se decidiera otra solución, en
el término de tres meses".

Lamentablemente la norma no ha definido ni ha precisado las características




y los efectos de la "transformación de pleno derecho" de una sociedad, pues si


se parte de la idea de que la transformación es un procedimiento complejo que
requiere la celebración de trámites internos y externos, no se entiende cómo ni
de qué manera se le pueden imponer "sin más" a una sociedad los requisitos
propios de otro tipo social.

La derogación del régimen de las sociedades civiles por la ley 26.994 ha


tornado abstracto el debate sobre la posibilidad de que una sociedad comercial
pueda transformarse en una sociedad civil o viceversa, pues ha quedado

243 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


eliminada toda diferencia en materia de sociedades basada en la actividad que
esta desarrolla.

Es importante destacar que una sociedad de aquellas previstas en la sección


IV del capítulo I de la ley 19.550 no puede transformarse en una sociedad típica,
pues el art. 74 de la ley 19.550 requiere que todos los entes que participan en
este procedimiento se hayan constituido regularmente, adoptando uno de los
tipos previstos en la norma.

Finalmente, las sociedades típicas previstas en la ley 19.550 pueden


transformarse en sociedades por acciones simplificadas (SAS), atento a lo
dispuesto por el art. 61 de la ley 27.349.

¿Es posible la transformación de una sociedad en una persona jurídica

OM
diferente?

En primer lugar, es inadmisible, por expresa directiva legal (art. 6º, ley 20.337),
la transformación de sociedades en entidades cooperativas y viceversa.

En cuanto a las asociaciones civiles, estas no pueden transformarse en


sociedades ni es admisible el supuesto contrario, atento a que no puede
.C
concebirse que a través de tal procedimiento puedan alterarse los requisitos que
caracterizan a toda sociedad. No debe olvidarse que estas persiguen siempre un
fin de lucro y que deben contar necesariamente con una estructura empresaria
(art. 1º, LGS) lo que no sucede con las personas jurídicas legisladas por los incs.
DD

b), c) y d) del art. 148 del Cód. Civ. y Com., las cuales persiguen fines de bien
común, totalmente ajenos al fin societario que caracteriza a los entes previstos
en la ahora denominada Ley General de Sociedades.

Finalmente, las sociedades en liquidación tampoco pueden transformarse en


LA

sociedades de otro tipo, salvo que previa o contemporáneamente se resuelva la


reconducción de su contrato social o estatuto o la remoción de su causal
disolutoria (arts. 95 y 100, ley 19.550). De lo contrario, la transformación aparece
como un acto que exorbita el período liquidatorio, lo que descarta la admisibilidad
del procedimiento previsto por los arts. 74 a 82 de la ley 19.550.
FI


§ 109. LA TRANSFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD Y LA RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS

Como la transformación es un acto en el cual participan exclusivamente los


socios de la sociedad, los terceros ajenos a ella jamás pueden quedar afectados
por la reorganización del ente, salvo expreso consentimiento. Ello explica que
el art. 75 de la ley 19.550 haya dispuesto que "La transformación no modifica la
responsabilidad solidaria e ilimitada de los socios, aun cuando se trate de
obligaciones que deben cumplirse con posterioridad a la adopción del nuevo tipo,
salvo que los acreedores lo consientan expresamente. Si en razón de la
transformación existen socios que asumen responsabilidad ilimitada, ésta no se

244 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


extiende a las obligaciones sociales anteriores a la transformación salvo que lo
acepten expresamente".

§ 110. REQUISITOS DE LA TRANSFORMACIÓN

El procedimiento de transformación exige el cumplimiento de los siguientes


requisitos (art. 77, ley 19.550):

1. Acuerdo unánime de los socios, salvo pacto en contrario, o lo dispuesto


para algunos tipos societarios, esto es, tres cuartas partes del capital social en

OM
las sociedades de responsabilidad limitada (art. 160, ley 19.550) y mayoría de
acciones con derecho a voto en las sociedades por acciones (art. 244, in fine, ley
19.550).

2. Confección de un balance especial, cerrado a una fecha que no exceda de


un mes del acuerdo de transformación y puesto a disposición de los socios en la
sede social con no menos de quince días de anticipación a dicho acuerdo. Este
.C
balance debe ser aprobado con las mismas mayorías que los balances de
ejercicio, esto es, con el voto favorable de las mayorías calificadas (arts. 132,
160, in fine, y 243, in fine, ley 19.550).
DD

3. Otorgamiento del acto que instrumente la transformación por los órganos


competentes de la sociedad, con constancia de los socios que se retiren, capital
que representen y cumplimiento de las formalidades del nuevo tipo societario
adoptado.
LA

4. Publicación por un día en el diario de publicaciones legales que corresponda


a la sede social y sus sucursales, aviso que deberá contener la fecha de la
resolución social que aprobó la transformación, la fecha del instrumento de
transformación, la razón social o denominación social anterior y la adoptada,
debiendo de esta resultar indubitable su identidad con la sociedad que se
FI

transforma, los socios que se retiran o incorporan y el capital que representan y


cualquier otra cláusula del contrato social que haya sido modificada como
consecuencia de la transformación.

5. Finalmente, la inscripción del instrumento prevista en el párr. 3º, con copia




del balance firmado en el Registro Público y demás registros que correspondan


por el tipo de sociedad, por la naturaleza de los bienes que integran el patrimonio
y sus gravámenes. Estas inscripciones deben ser ordenadas y ejecutadas por el
juez o autoridad a cargo del Registro Público, una vez cumplida la publicidad a
que se refiere el párr. 4º del art. 77 de la ley 19.550.

245 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 111. LA TRANSFORMACIÓN Y EL DERECHO DE RECESO

Es evidente la procedencia del derecho de receso cuando los socios o


accionistas resuelven la transformación de la sociedad, pues el cambio de tipo
implica modificación sustancial del contrato de sociedad que oportunamente
suscribieron, ya sea por el cambio de responsabilidad que la transformación
supone, como por el diferente régimen de organización interna que caracteriza
cada uno de los tipos societarios previstos en la ley 19.550.

El derecho de receso en caso de transformación se rige por el art. 78 de la ley


19.550 que no deroga las normas previstas por el art. 245, sino que lo reglamenta
específicamente para el caso que se considera. Pero ello no significa que las
lagunas que presenta el art. 78 no deban ser suplidas por las normas generales
establecidas por el art. 245, en especial, en materia de plazo de pago y

OM
actualización de la deuda.

Las normas que gobiernan el derecho de receso en caso de transformación


son las siguientes:

a) El derecho de receso es otorgado a los socios que han votado en contra y


los ausentes. No obstante su retiro de la sociedad, estos socios continúan
.C
respondiendo frente a los terceros por las obligaciones contraídas por la
sociedad hasta la inscripción de la transformación en el Registro Público, pero
como contrapartida y para evitar abusos, la sociedad, los socios con
responsabilidad ilimitada y los administradores garantizan solidaria e
DD

ilimitadamente a los socios recedentes por las obligaciones sociales contraídas


desde el ejercicio del derecho de receso hasta su inscripción.

b) Debe ejercerse dentro de los quince días de adoptado el acuerdo social de


transformación, salvo que el contrato fije uno distinto y lo dispuesto para algunos
LA

tipos societarios. Repárese que la ley, apartándose de los plazos previstos por
el art. 245, ha unificado en quince días el término para ejercer el derecho de
receso, sin distinguir entre presentes y ausentes en el acuerdo de
transformación. La remisión a lo dispuesto para algunos tipos societarios se
refiere a las sociedades de responsabilidad limitada, cuya reglamentación peca
FI

de gravísimas incongruencias, privando a los socios ausentes del acuerdo de


transformación del derecho de receso, sin motivo alguno que justifique tan
disvaliosa solución.

c) El reembolso de las partes de los socios recedentes se hará sobre la base




del balance de transformación, el cual obviamente permite medir con mayor


certeza y actualidad el patrimonio de la sociedad transformada.

d) Los socios que permanecen mantienen las preferencias sobre las partes de
los recedentes, salvo pacto en contrario (art. 79, ley 19.550).

246 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 112. RESCISIÓN DEL ACUERDO DE TRANSFORMACIÓN

La transformación puede ser dejada sin efecto por acuerdo de los socios,
adoptado con las mismas mayorías que el acuerdo de transformación, siempre
y cuando no haya sido inscripta en el Registro Público. Si medió publicidad
edictal, debe efectuarse una nueva publicación al solo efecto de anunciar la
rescisión de la transformación.

§ 113. CADUCIDAD DEL PROCEDIMIENTO DE TRANSFORMACIÓN

OM
El art. 81 de la ley 19.550 dispone que el acuerdo social de transformación
caduca si a los tres meses de haberse celebrado no se inscribió el respectivo
instrumento en el Registro Público, salvo que el plazo resultare excedido por el
normal cumplimiento de los trámites ante la autoridad que debe intervenir o
disponer la inscripción.

La solución encuentra fundamento en la necesidad de que los procedimientos


.C
de reorganización se concluyan y surtan efectos para todos, pues no es
recomendable que la sociedad haya aprobado una transformación que quede
pendiente de ejecución en forma permanente. Sin embargo, la solución legal es
equivocada, pues debió computarse el plazo de tres meses hasta el pedido de
DD

inscripción del instrumento de transformación


LA

§ 114. LA FUSIÓN DE SOCIEDADES. CONCEPTO Y CLASES

La fusión de sociedades constituye el instrumento jurídico más idóneo para la


concentración empresaria y tiene lugar cuando dos o más sociedades se
FI

disuelven sin liquidarse para constituir una nueva sociedad (fusión propiamente
dicha), o cuando una sociedad ya existente incorpora a otra y otras que, sin
liquidarse, son disueltas (fusión por absorción o incorporación).

En cuanto a su naturaleza jurídica, la fusión es un contrato celebrado entre




sociedades que tiene por objeto la transferencia universal del patrimonio de las
sociedades fusionadas a la nueva sociedad o del patrimonio de la sociedad
absorbida a la sociedad absorbente.

Los efectos fundamentales de la fusión son los siguientes:

La nueva sociedad o la incorporante adquiere la titularidad de los derechos y


las obligaciones de las sociedades disueltas, produciéndose la transferencia total
de sus respectivos patrimonios al inscribirse en el Registro Público el acuerdo
definitivo de fusión y el contrato o estatuto de la nueva sociedad o el aumento

247 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


del capital social que hubiera tenido que efectuar la incorporante (art. 82, ley
19.550).

2. La fusión produce asimismo la atribución de la calidad de socios en la nueva


sociedad o en la sociedad incorporante a quienes eran socios en las sociedades
disueltas.

La fusión implica en consecuencia una sucesión a título universal, con iguales


efectos que la sucesión por causa de muerte, pues la propiedad o posesión de
los bienes que antes integraban el patrimonio de la o las sociedades disueltas
pasan a la nueva sociedad sin necesidad de que los administradores de la que
se crea o que se incorpora contraten la cesión de cada uno de los créditos de los
que eran titulares las sociedades fusionadas ni deben notificar la cesión a los
deudores cedidos. Los créditos y deudas de esta pasan a la nueva sociedad o a

OM
la sociedad absorbente con las mismas condiciones que tenían antes de la
fusión, quien toma idéntica posición procesal en los juicios pendientes y a la cual
le serán oponibles las sentencias dictadas en el pleito donde las sociedades
disueltas eran parte.

La fusión no es procedimiento admisible en las sociedades en liquidación,


pues constituye un acto que exorbita el trámite liquidatorio (art. 101, ley 19.550)
.C
amén de que la misma redacción del art. 82 descartaría tal posibilidad. Asimismo,
la fusión supone regularidad en los sujetos intervinientes, habiendo la
jurisprudencia descartado, con convincentes argumentos, la intervención de
sociedades incluidas en la sección IV del capítulo I de la ley 19.550.
DD
LA

§ 115. REQUISITOS Y PROCEDIMIENTO

La concreción de la fusión entre varias compañías, en cualquiera de sus


modalidades, requiere generalmente una larga preparación por las dificultades
técnicas de su concreción definitiva, sin contar las negociaciones previas para
FI

armonizar los intereses de los socios o grupos dominantes de una u otra


sociedad.

1. El primer paso para llevar a cabo la fusión consiste en el compromiso previo


de fusión otorgado por los representantes de ambas sociedades, el cual debe


contener (art. 83, ley 19.550):

a) La exposición de los motivos y finalidades de la fusión.

b) Los balances especiales de fusión de cada sociedad, preparados por sus


administradores, con informes de los síndicos en su caso, cerrados en una
misma fecha que no será anterior a tres meses a la firma del compromiso y
confeccionado sobre bases homogéneas e idénticos criterios de valuación.

248 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) La relación de cambio de las participaciones sociales, cuotas o acciones.
Mediante tal relación, los socios de la o las sociedades fusionadas pueden
conocer cuál será su futura participación en la nueva sociedad o en la sociedad
incorporante.

d) El proyecto de contrato o estatuto de la nueva sociedad o de modificaciones


del contrato o estatuto de la sociedad absorbente, según el caso.

e) Las limitaciones que las sociedades convengan en la respectiva


administración de sus negocios y las garantías que establezcan para el
cumplimiento de una actividad normal de gestión, durante el lapso que transcurra
hasta la efectiva inscripción del acto de fusión en el Registro Público.

2. El compromiso previo de fusión y los balances especiales deben ser

OM
aprobados por el órgano de gobierno de todas las sociedades partícipes del
procedimiento, con los requisitos necesarios para la modificación del contrato
social o estatuto. A tal efecto, los administradores deben poner a disposición de
los socios o accionistas en la sede social copia del compromiso previo de fusión,
del balance y del informe del síndico en su caso, con no menos de quince días
de anticipación a su consideración por la reunión de socios o asamblea
extraordinaria.
.C
3. Aprobado por el órgano de gobierno de todas las sociedades intervinientes
el compromiso previo de fusión y los balances especiales, debe publicarse por
tres días un aviso en el diario de publicaciones legales de la jurisdicción de cada
DD

sociedad y en uno de los diarios de mayor circulación general en la República,


el cual deberá contener:

a) La razón social o denominación, la sede social o los datos de la inscripción


en el Registro Público de cada una de las sociedades.
LA

b) El capital de la nueva sociedad o el importe del aumento del capital social


de la sociedad incorporante.

c) La valuación del activo y del pasivo de las sociedades fusionantes, con


FI

indicación de la fecha a que se refiere.

d) La razón social o denominación, el tipo y el domicilio acordado por la


sociedad a constituirse.


e) Las fechas del compromiso previo de fusión y de las resoluciones sociales


que lo aprobaron.

La referida publicidad, además de la lógica intención de hacer conocer al


mercado la proyectada fusión de empresas, tiene por efecto fundamental el
anoticiamiento de dicho acto a los acreedores de todas las sociedades
intervinientes para que puedan ejercer el derecho de oposición a la ejecución de
la fusión. Debe recordarse al respecto que los acreedores de las sociedades
intervinientes en el procedimiento de fusión son terceros ajenos a él, a los que,

249 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


salvo su expreso o tácito consentimiento, no pueden serle opuestos un cambio
de deudor.

4. Los acreedores cuentan pues con un plazo de quince días, contados desde
la última publicación del aviso, para ejercer su derecho de oposición, pero queda
en claro que dicha oposición no frustra el procedimiento ni impide la prosecución
de las operaciones de fusión, sino que solo demora el otorgamiento del acuerdo
definitivo de fusión, el que no podrá ser llevado a cabo hasta veinte días después
del vencimiento del plazo antes indicado, a fin de que los acreedores oponentes
que no fueron desinteresados o debidamente garantizados durante el plazo de
veinte días por las fusionantes, puedan obtener el embargo judicial.

5. No existiendo acreedores oponentes, o transcurrido el plazo de veinte días


a que se hizo referencia en el párrafo anterior, los representantes de todas las

OM
sociedades intervinientes en el procedimiento de fusión se encuentran en
condiciones de otorgar el acuerdo definitivo de fusión, el cual contendrá:

a) Las resoluciones sociales aprobatorias de la fusión.

b) La nómina de los socios que hayan ejercido el derecho de receso y capital


que representen en cada sociedad.
.C
c) La nómina de los acreedores que habiéndose opuesto hubieren sido
garantizados y de los que hubieran obtenido embargo judicial; en ambos casos,
deberá constar la causa o título, el monto del crédito y las medidas cautelares
DD

dispuestas, así como una lista de los acreedores desinteresados con un breve
informe sobre su incidencia en los balances especiales.

d) La agregación de los balances especiales y de un balance consolidado de


las sociedades que se fusionan.
LA

El art. 84, in fine, de la ley 19.550 soluciona el problema de la administración


de las sociedades intervinientes luego de la firma del acuerdo definitivo de fusión,
disponiendo que a menos que en el compromiso previo se haya pactado lo
contrario, desde el acuerdo definitivo de fusión, la administración y
FI

representación de las sociedades fusionantes disueltas está a cargo de los


administradores de la sociedad fusionaria o de la incorporante, con suspensión
de quienes hasta entonces la ejecutaban, sin perjuicio de la facultad de los
administradores suspendidos de demandar la rescisión del procedimiento de
fusión, conforme lo establece el art. 87 de la ley 19.550.


6. Finalmente y suscripto el acuerdo definitivo de fusión, este debe inscribirse


en el Registro Público, momento a partir del cual la fusión resulta oponible para
la sociedad, sus integrantes y frente a terceros.

250 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 116. REQUISITOS ESPECÍFICOS EN CASO DE FUSIÓN PROPIAMENTE DICHA Y EN CASO
DE FUSIÓN POR ABSORCIÓN

En el caso de fusión propiamente dicha, al constituirse la sociedad fusionaria,


el acuerdo definitivo de fusión debe ser otorgado por los órganos competentes
de las fusionantes, con cumplimiento de las formalidades propias del nuevo tipo
adoptado, correspondiendo al órgano de administración de la sociedad así
creada, la ejecución de los actos tendientes a cancelar la inscripción registral de
las sociedades disueltas, sin que se requiera publicación en ningún caso (art.
84, ley 19.550).

En cambio, en el supuesto de fusión por incorporación es suficiente el


cumplimiento de las normas atinentes a la reforma del contrato o estatuto de la
sociedad absorbente, y la ejecución de los actos necesarios para cancelar la

OM
inscripción registral de las sociedades absorbidas o disueltas, que en ningún
caso requieren publicación, competen al órgano de administración de la
sociedad absorbente.
.C
§ 117. INSCRIPCIONES REGISTRALES

Tanto en la constitución de la nueva sociedad como en la incorporación, las


DD

inscripciones registrales que correspondan por la naturaleza de los bienes que


integran el patrimonio transferido y sus gravámenes deben ser ordenados por el
juez o autoridad a cargo del Registro Público. A tal efecto, la resolución de la
autoridad que ordena la inscripción, que deberá contener las referencias,
constancias del dominio y de las anotaciones registrales, es instrumento
LA

suficiente para la toma de razón de la transmisión de la propiedad, sin que se


requiera otro documento o instrumento.
FI

§ 118. DERECHO DE RECESO Y PREFERENCIAS DE LOS SOCIOS

El art. 85 de la ley 19.550 se remite a lo dispuesto sobre el particular por los




arts. 78 y 79 de dicha ley, cuando trató el ejercicio de tales derechos en materia


de transformación, por lo que corresponde la remisión respectiva.

No obstante, debe tenerse en cuenta:

a) El derecho de receso debe ser ejercitado por los socios que votaron en
contra de la aprobación del compromiso de fusión dentro de los quince días de
la respectiva asamblea o reunión de socios que haya aprobado dicho
instrumento.

251 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


b) No corresponde el derecho de receso para los accionistas de la sociedad
incorporante (art. 245, párr. 1º, ley 19.550) ni es admisible tal derecho en las
sociedades que hacen oferta pública de sus acciones o se hallan autorizadas
para su cotización, si las acciones que los accionistas deben recibir en su
consecuencia estuviesen admitidas a la oferta pública o para la cotización.
Podrán sí ejercer el derecho de receso si la inscripción bajo dichos regímenes
fuera desistida o denegada (art. 245, párr. 2º, ley 19.550).

§ 119. REVOCACIÓN DEL COMPROMISO PREVIO DE FUSIÓN

OM
El compromiso previo de fusión puede ser dejado sin efecto por cualquiera de
las partes, si no se han obtenido todas las resoluciones sociales aprobatorias en
el término de tres meses contados desde su suscripción.

Del mismo modo, las resoluciones sociales aprobatorias de tal compromiso


pueden ser revocadas por el mismo órgano de gobierno de las sociedades
intervinientes, mientras no se haya otorgado el acuerdo definitivo, con recaudos
.C
iguales a los establecidos para su celebración y siempre que no causen
perjuicios a las sociedades, los socios y los terceros (art. 86, ley 19.550).
DD

§ 120. RESCISIÓN DE LA FUSIÓN. REQUISITOS


LA

La rescisión del acuerdo definitivo de fusión puede ser demandada por


cualquiera de las sociedades interesadas siempre y cuando sean invocados
justos motivos para ello. Tal derecho solo puede ser ejercido hasta el momento
de la inscripción registral del aludido acuerdo.
FI

La demanda de rescisión deberá interponerse en la jurisdicción que


corresponda al lugar en que se celebró el acuerdo (art. 87, ley 19.550), y a los
efectos de la promoción de dicho juicio, las autoridades de las sociedades
disueltas recuperan la administración de ellas, quedando sin efecto la
suspensión prevista por el art. 84, in fine, de la ley 19.550.


Dicha acción judicial es solo admitida para dejar sin efecto el acuerdo definitivo
de fusión y no el compromiso de fusión, pues mediando justos motivos para dejar
a este acuerdo sin efecto, basta la revocación de la decisión asamblearia que lo
ha aprobado, según lo dispone el art. 86 de la ley 19.550.

252 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 121. ESCISIÓN DE SOCIEDADES

Constituye otro supuesto de agrupación empresaria, que se encuentra


legislada por el art. 88 de la ley 19.550, que al respecto diferencia entre distintos
supuestos de escisión:

a) La escisión incorporación o escisión con absorción, que tiene lugar cuando


una sociedad sin disolverse, a la cual la ley denomina sociedad escindente,
destina parte de su patrimonio a otra sociedad ya existente (art. 88, inc. 1º, 1ª
parte, ley 19.550), que recibe el nombre de sociedad escisionaria. Ello implica
para la sociedad que escinde parte de su patrimonio una reducción de su capital
social proporcional al patrimonio afectado o fusionado con la sociedad
absorbente, mientras que esta última deberá incrementar su capital para dar
entrada a ese bien y poder distribuir la correspondiente participación social a los

OM
integrantes de la sociedad que ha escindido parte de su patrimonio.

b) La fusión escisión, que tiene lugar cuando una sociedad participa con otra
u otras (sociedades escindentes) en la creación de una nueva sociedad
(sociedad escisionaria) con parte de sus respectivos patrimonios. Implica para
las sociedades que se escinden una reducción de su capital proporcional al
patrimonio destinado a la creación de una nueva compañía. Los socios de ambas
.C
sociedades adquieren la calidad de socios de la nueva sociedad.

c) La escisión propiamente dicha, que es aquella en la cual una sociedad (o


sociedad escindente) destina parte de su patrimonio para la creación de una
DD

nueva sociedad o varias de ellas (art. 88, inc. II, ley 19.550). Dicho acto se
resuelve en forma unilateral por el órgano de gobierno de la sociedad escindida,
otorgándose el instrumento de constitución del nuevo ente en la asamblea o
reunión de socios que apruebe la escisión.
LA

d) La escisión división. Este supuesto fue incorporado por la ley 22.903 al art.
88, inc. III, y existe cuando una sociedad se disuelve sin liquidarse (sociedad
escindente) para constituir nuevas sociedades (sociedades escisionarias) con la
totalidad de su patrimonio.
FI

Salvo el supuesto de escisión división, en que la sociedad se disuelve, como


consecuencia de destinar la totalidad de su patrimonio a las entidades que se
constituirán con el patrimonio de la sociedad escindida o escindente, en las
restantes hipótesis de escisión previstas por el art. 88 de la ley 19.550, las
sociedades escindentes no se disuelven ni las escisionarias asumen el activo y


pasivo de aquellas, manteniendo cada una de ellas su personalidad jurídica sin


restricciones de ninguna especie. En otras palabras, y a diferencia de la fusión,
en el procedimiento de escisión no se produce una transmisión de bienes a título
universal en favor de las sociedades escisionarias.

Es característica también del procedimiento de la escisión que las partes


sociales y acciones correspondientes a la participación en la sociedad que se
crea o que recibe parte del patrimonio del ente dividido no se adjudican a esta,
sino que se atribuyen directamente a los socios o accionistas de la sociedad
escindente. El art. 88, inc. 3º, es terminante sobre el tema y con ello se ha querido

253 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


evitar la incidencia que pudieran tener en el procedimiento de escisión las
normas de los arts. 30 a 33 de la ley 19.550, que podrían frustrar el acto
reorganizatorio.

§ 122. REQUISITOS DE LA ESCISIÓN

La escisión exige el cumplimiento de los siguientes requisitos:

1. Resolución aprobatoria de la escisión, del contrato social o estatuto de la


sociedad escisionaria, de la reforma del contrato o estatuto de la escindente en

OM
su caso y del balance especial que debe confeccionarse al efecto, con los
requisitos necesarios para la modificación del contrato social o del estatuto en
caso de fusión (art. 83, inc. 2º, ley 19.550). El balance especial de escisión no
será anterior a tres meses de la resolución social respectiva y será
confeccionado como un estado de situación patrimonial. La ley remite, para el
ejercicio del derecho de receso y para las preferencias, al régimen establecido
por los arts. 78 y 79 que, se recuerda, legislan sobre la transformación de
.C
sociedades.

2. La resolución aprobatoria de la escisión debe incluir la atribución de las


partes sociales o acciones de la sociedad escisionaria a los socios o accionistas
DD

de la escindente, en proporción a sus participaciones en aquella, las que se


cancelarán en caso de reducción del capital.

3. La publicación de un aviso por tres días en el diario de publicaciones legales


que corresponda a la sede social de la sociedad escindente y en uno de los
LA

diarios de mayor circulación general en la República que deberá contener los


siguientes datos:

a) La razón social o denominación, sede social y los datos de inscripción en el


Registro Público de la sociedad escindente.
FI

b) La valuación del activo y pasivo de la referida sociedad, con indicación de


la fecha a que se refiere.

c) La valuación del activo y pasivo que componen el patrimonio destinado a la




nueva sociedad o sociedad escisionaria y la razón social o denominación, tipo y


domicilio que tendrá esta última sociedad.

Los acreedores tendrán derecho de oposición de acuerdo con el régimen de


fusión. Vencidos los plazos correspondientes al derecho de receso, de oposición
y embargo que asiste a los acreedores de la sociedad escindente, se otorgarán
los instrumentos de constitución de la sociedad escisionaria y de modificación de
la sociedad escindente, practicándose las inscripciones registrales previstas por
el art. 84 de la ley 19.550.

254 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


CAPÍTULO XIV - RESOLUCIÓN PARCIAL DEL CONTRATO DE SOCIEDAD. DISOLUCIÓN Y
LIQUIDACIÓN DE SOCIEDADES

§ 123. RESOLUCIÓN PARCIAL DEL CONTRATO DE SOCIEDAD

Hay determinados momentos en la vida de una sociedad, en especial en las


denominadas sociedades de personas o de interés, que, por vía natural,
convencional o incluso como remedio para preservar el funcionamiento del ente,

OM
se produce la desvinculación de uno o más de sus socios, subsistiendo la
sociedad con el resto de sus integrantes.

Tales supuestos son de naturaleza diferente, pero generan los mismos efectos
para la sociedad, esto es, la obligación de la entidad de restituir el valor de la
parte del socio desvinculado y la continuación de la sociedad con el resto de los
socios.
.C
Los casos de resolución parcial del contrato de sociedad son básicamente
tres: la muerte, la exclusión del socio y el retiro voluntario de este. Dentro de este
último caso puede incluirse al derecho de receso, esto es, al derecho que asiste
DD

a cada socio de retirarse de la sociedad con reembolso del valor de su


participación, cuando el órgano de gobierno de la sociedad resuelve modificar
sustancialmente su contrato constitutivo o estatuto, alterando profundamente la
situación del socio en la entidad.
LA

La resolución parcial del contrato de sociedad, que pone fin al vínculo de uno
de los socios con el ente, pero no afecta su normal funcionamiento, constituye
vicisitud propia de las sociedades donde la personalidad de los socios reviste
importancia. Por ello, para la ley 19.550, las normas previstas por el
ordenamiento societario para la resolución parcial (arts. 89 a 93) resultan
FI

aplicables a las sociedades colectivas, en comandita simple y de capital e


industria, pero no son aplicables a las sociedades anónimas, en las cuales y
como principio general, interesa la inversión hecha y no las características
personales de sus integrantes. No obstante esa orientación, considero
equivocada la inaplicabilidad de los supuestos de resolución parcial a las


sociedades anónimas, pues la experiencia ha demostrado —y lo ha hecho


sobradamente— que una abrumadora mayoría de sociedades anónimas exhiben
las mismas características personalistas que las sociedades de responsabilidad
limitada, al estar integradas por personas vinculadas por sólidos lazos de
amistad o parentesco. Por ello es que la doctrina nacional hoy coincide sobre la
necesidad de una reforma legislativa que incluya a las sociedades anónimas
dentro de los arts. 90 y 91 de la ley 19.550.

Bien es cierto que el fundamento de la exclusión de los supuestos de


resolución parcial para las sociedades anónimas se basa, fundamentalmente, en

255 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la indiferencia de las características personales del accionista y en la
transmisibilidad de la acción, estimándose que el accionista disconforme con su
inversión mobiliaria cuenta con un mercado para la venta de sus participaciones
accionarias. Ello constituye un gravísimo error del legislador, pues tales razones
solo tienen peso tratándose de sociedades que cotizan sus acciones en la Bolsa,
pero no en las sociedades anónimas "cerradas" o "de familia", que son en
puridad sociedades de personas disfrazadas de sociedades por acciones, a las
cuales las normas sobre resolución parcial del contrato de sociedad se ajustan
a la perfección.

Finalmente, las normas previstas por la ley 19.550 en materia de resolución


parcial del contrato de sociedad no son aplicables a las sociedades de la sección
IV del capítulo I de la ley 19.550, pues las soluciones previstas para la muerte
del socio en el art. 90 de dicha ley y 91 para la exclusión de socios, solo son

OM
aplicables a las sociedades colectivas, en comandita simple, de capital e
industria, de responsabilidad limitada y para los socios comanditados de las
sociedades en comandita por acciones y no para aquella clase de sociedades
que no están mencionadas en las aludidas normas. Rigen, respecto de estas,
los mismos argumentos expuestos para descartar la aplicación de la figura de la
resolución parcial para las sociedades anónimas.
.C
DD

§ 124. ESTIPULACIÓN CONVENCIONAL DE CAUSALES DE RESOLUCIÓN PARCIAL EN EL


CONTRATO CONSTITUTIVO DE LA SOCIEDAD. EL RETIRO VOLUNTARIO DEL SOCIO

Ellas se encuentran autorizadas expresamente por el art. 89 de la ley 19.550,


cuando establece que los socios pueden prever en el contrato constitutivo
LA

causales de resolución parcial y de disolución no previstas en la ley.

La norma se refiere fundamentalmente al caso en donde se estipula el retiro


voluntario del socio, supuesto no reglamentado en la sección 12 de la ley 19.550
(en la cual se trata la resolución parcial y la disolución), pero admitido
FI

implícitamente por el art. 13, inc. 5º, de la referida ley, resultando en


consecuencia admisible la inserción de una cláusula en el contrato constitutivo
que prevea la posibilidad de que, transcurrido cierto tiempo, los socios pudieran
optar por retirarse de la sociedad, sin explicar los motivos que lo llevan a esa
determinación con derecho al reembolso por la sociedad del valor real de su


participación, en bienes o en dinero efectivo.

El retiro voluntario del socio no debe confundirse con el derecho de receso,


aun cuando media entre ellos una relación de género a especie, pues el derecho
de receso es el derecho que asiste a cualquiera de los socios —cualquiera que
fuere el tipo social adoptado, incluso tratándose de sociedades anónimas—
frente a la decisión de los demás socios de modificar sustancialmente el contrato
de sociedad. El ejercicio de este derecho, que no necesita cláusula convencional
que lo autorice, determina la obligación de la sociedad de reembolsar el valor de
la parte del socio recedido, mensurada al valor resultante del último balance (art.

256 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


245, ley 19.550). El retiro voluntario del socio, a diferencia del receso, no es
admisible para las sociedades anónimas, necesita estar autorizado por cláusula
específica del acto constitutivo y el valor de la participación del socio retirado
puede mensurarse a través de balances especiales de retiro, con inclusión del
valor llave, solución no admitida expresamente en materia del derecho de
receso.

§ 125. LA MUERTE DEL SOCIO

Puede afirmarse, como principio general, que la muerte del socio resuelve el

OM
contrato de sociedad en las sociedades de personas y de responsabilidad
limitada, originando la obligación de la sociedad de reembolsar a los herederos
del socio fallecido el valor de su participación.

Dentro de las sociedades en donde el fallecimiento del socio provoca la


resolución parcial del contrato de sociedad y que se encuentran enumeradas en
el art. 90 de la ley 19.550 —sociedades colectivas, en comandita simple, de
.C
capital e industria— se ha incluido a la sociedad accidental o en participación.
Sin embargo, este tipo social, previsto en el texto original de la ley 19.550 (arts.
361 a 366), fue derogado expresamente por la ley 26.994, la cual, sin embargo,
omitió derogar todas las referencias que la ley de sociedades hace con respecto
DD

a las sociedades accidentales o en participación, como correspondió hacerlo.

El principio general de que la muerte de un socio resuelve parcialmente el


contrato de sociedad se encuentra consagrado expresamente por el párr. 1º
del art. 90 de la ley 19.550 para las sociedades de personas (colectivas, en
LA

comandita simple, y de capital e industria) e implícitamente por el art. 155 para


las sociedades de responsabilidad limitada, encuentra categórico fundamento en
el carácter de terceros que tienen los herederos del socio fallecido con respecto
al contrato de sociedad, a quienes nadie, por aplicación del principio general
previsto por el art. 1021 del Cód. Civ. y Com., puede obligarlos a ingresar al ente.
FI

Sin embargo, y traicionando el carácter contractual del contrato de sociedad


que los legisladores de 1972 se preocuparon en destacar, el párr. 2º del art. 90 de
la ley 19.550 admite la licitud de las cláusulas del contrato constitutivo mediante
las cuales se pacte, en las sociedades colectivas y en comandita simple, que la


sociedad continúa con los herederos del socio fallecido, cláusula que, de acuerdo
con el texto legal mencionado, obliga a los herederos a incorporarse a la
sociedad sin necesidad de un nuevo contrato, aun cuando pueden condicionar
su incorporación a la transformación de su parte en comanditaria.

La solución legal es groseramente inconstitucional, pues no se trata de mejorar


la situación de los herederos del socio fallecido en orden a restringir la extensión
de la responsabilidad que asumen al ingresar forzadamente a la sociedad, sino
de hacerlos participar de un contrato del cual no formaron parte y, en lugar de
recibir en dinero en efectivo el valor de la participación del causante, deberán

257 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


ingresar a una sociedad, por mero imperio de una cláusula contractual en cuya
redacción no participaron, en la cual con toda seguridad carecerán de todo ánimo
de colaboración y cuyos frutos están a merced de una mayoría de la cual no
forman parte.

En las sociedades de responsabilidad limitada, la solución es exactamente la


misma que con respecto a las sociedades colectivas y en comandita simple, pues
en ausencia de cláusula contractual expresa, la muerte del socio resuelve
parcialmente el contrato de sociedad. Por el contrario, si este instrumento
previera la incorporación de los herederos del socio, el pacto será obligatorio
para estos y para los socios, y su incorporación se hará efectiva cuando
acrediten su calidad de tales, actuando en el ínterin y en representación de los
herederos, el administrador de la sucesión. Las limitaciones a la transmisibilidad
de las cuotas serán, en estos casos, inoponibles a las cesiones que los

OM
herederos realicen dentro de los tres meses de su incorporación, pero la
sociedad o los restantes socios podrán ejercer el derecho de opción de compra
por el mismo precio, dentro de los quince días de haberse comunicado a la
gerencia el propósito de ceder, la que deberá ponerlo en conocimiento de los
socios en forma inmediata y por medio fehaciente (art. 155, ley 19.550).

Tratándose de sociedades anónimas, la muerte de un accionista es indiferente


.C
para la sociedad y no resuelve parcialmente el contrato social de modo que,
muerto un accionista, sus herederos deben ingresar a la sociedad. Sin perjuicio
de reiterar las reservas que nos merece tal solución para las sociedades
anónimas cerradas o de familia, el hecho de haberse derogado las acciones al
DD

portador, y la obligatoriedad de emitir acciones nominativas no endosables (ley


24.587), obligan a los herederos del accionista fallecido a promover su sucesión,
ingresando a la sociedad una vez acreditado su carácter de tales, inscribiendo la
correspondiente declaratoria de herederos en el libro de Registro de Acciones
(art. 213, ley 19.550) como requisito indispensable para el ejercicio de los
LA

derechos políticos y patrimoniales que los títulos heredados otorgan.


FI

§ 126. LA EXCLUSIÓN DEL SOCIO

La exclusión de socios es otro supuesto de resolución parcial del contrato de


sociedades que rige en las sociedades colectivas, en comandita simple, de


capital e industria, así como para los socios comanditados en las sociedades en
comandita por acciones y para los socios de las sociedades de responsabilidad
limitada, aunque con ciertas diferencias basadas en su forma de ingreso a la
sociedad.

Por medio de esta solución, que se encuentra prevista en los arts. 91 y 92 de


la ley 19.550, la sociedad puede excluir a cualquiera de los socios existiendo
justa causa para ello, entendiéndose por tal: 1) cuando el socio hubiera incurrido
en grave incumplimiento de sus obligaciones, y 2) en los supuestos de
incapacidad, inhabilitación, declaración en quiebra o concurso civil de cualquiera

258 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de sus integrantes, pues tales acontecimientos provocan el desplazamiento del
socio afectado por su curador o síndico, lesionando el carácter personal que
caracteriza a las sociedades en las cuales es procedente este supuesto de
resolución parcial.

En materia de sociedades de responsabilidad limitada, y como excepción a lo


que sucede en las demás sociedades para las cuales se admite la exclusión, la
incapacidad, inhabilitación, declaración en quiebra o concurso civil no constituye
justa causa de exclusión del socio afectado, salvo que este se hubiera
incorporado a la sociedad por vía de adquisición de cuotas sociales, en cuyo
caso tales supuestos de exclusión resultan procedentes, de acuerdo con lo
dispuesto por el art. 152, párr. 3º, de la ley 19.550. Semejante distinción carece
de toda explicación y congruencia, pues no se entienden las razones por las
cuales un socio de una sociedad de responsabilidad limitada puede ser excluido

OM
por incapacidad, inhabilitación, quiebra o concurso civil cuando se ha
incorporado por vía de adquisición ulterior de cuotas y no cuando la adquisición
de su carácter de socio ha sido contemporánea con la fundación de la sociedad.

La jurisprudencia recaída sobre exclusión de socios ha sido muy abundante y


variada, describiendo en los hechos las conductas de los socios que deben estar
comprendidas dentro del concepto de "grave incumplimiento de sus
.C
obligaciones" referida por el art. 91 de la ley 19.550, habiendo sido admitidas
como conductas susceptibles de provocar la exclusión de la sociedad la
distracción del patrimonio social en beneficio de uno de los socios, el
incumplimiento de los aportes prometidos, la oposición infundada a un aumento
DD

del capital social que impide su resolución favorable, cuando la necesidad de ese
incremento se encontraba acreditada, la oposición sistemática a todas las
iniciativas de los restantes socios, la falta de concurrencia permanente del socio
gerente a la sede social, sin justificación de ninguna especie, la actividad en
competencia y, en definitiva, toda conducta que importe falta de colaboración a
LA

la sociedad, influyendo esa actividad en el normal funcionamiento de la empresa.

Cuando la causa invocada por la exclusión la constituye el grave


incumplimiento de cualquiera de las obligaciones del socio, la existencia de una
sentencia judicial que disponga la desvinculación del socio infractor constituye
FI

requisito imprescindible, toda vez que, con excepción del caso de mora en la
aportación prometida (art. 37, ley 19.550) en donde la exclusión la decide
directamente el órgano de gobierno de la sociedad, la exclusión no es decisión
que pueda ser sometida al principio mayoritario de los socios, pues ello se
prestaría al mayor de los abusos. En otras palabras, la inconducta del socio —y


salvo la excepción vista— puede determinar la resolución social de excluirlo a


través de una acción judicial que, decidida por el órgano de gobierno de la
sociedad, debe ser promovida dentro de los noventa días a contar de la fecha en
que se conoció el hecho justificativo de la separación, plazo que ha sido
unánimemente considerado como de caducidad, calificación que asume
relevancia por las consecuencias que se derivan del funcionamiento de ese
instituto, cuyo transcurso, en principio, no admite suspensiones ni interrupciones
(art. 2568, Cód. Civ. y Com.).

259 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La acción de exclusión de socio, que siempre reviste el carácter de "social",
pues beneficia exclusivamente a la sociedad, debe ser iniciada por el
representante de la sociedad, cuando la promoción de tal demanda ha sido
decidida por ella a través de su órgano de gobierno. Si la exclusión se refiere a
su representante, la acción deberá ser promovida por quien los restantes socios
designen. Asimismo, la acción de exclusión puede ser ejercida por cualquiera de
los socios, en cuyo caso la demanda deberá sustanciarse con citación de todos
los integrantes de la sociedad.

En todos los casos puede disponerse judicialmente la suspensión provisoria


de los derechos del socio cuya exclusión se persigue. Ello constituye una medida
cautelar específica con la naturaleza y contenido de la referida acción y a
diferencia del criterio jurisprudencial mayoritario de nuestros tribunales
mercantiles, entiendo procedente la cautelar aun cuando la acción de exclusión

OM
haya sido promovida por uno de los socios, pues en todos los casos la
mencionada acción reviste el carácter social, en la medida en que sus efectos
se proyectan a la sociedad y no exclusivamente al socio demandante. Si el
fundamento de la acción de exclusión es el grave incumplimiento de las
obligaciones por parte de un socio que con su conducta ha perjudicado a la
sociedad, poco importa si el sujeto activo de la acción es la sociedad o uno de
sus socios, pues de lo que se trata con la medida cautelar específica prevista en
.C
el art. 91 de la ley 19.550 es hacer cesar las consecuencias de una conducta
disvaliosa en beneficio del funcionamiento o patrimonio de la sociedad.
DD

§ 127. EFECTOS DE LA EXCLUSIÓN DEL SOCIO


LA

El art. 92 de la ley 19.550 establece los efectos que produce la exclusión del
socio:

1. El socio excluido tiene derecho a una suma de dinero que represente el


valor de su parte a la fecha de la invocación de la causal de exclusión.
FI

2. Si existen operaciones pendientes, el socio participa en los beneficios o


soporta las pérdidas.

3. La sociedad puede retener la parte del socio excluido hasta concluir las


operaciones en curso al tiempo de la separación.

4. Cuando el socio hubiera aportado un bien en uso y goce, el socio excluido


no podrá exigir su restitución, si este es indispensable para el funcionamiento de
la sociedad y se le pagará su parte en dinero.

5. El socio excluido responde hacia los terceros por las obligaciones sociales
hasta la inscripción de la exclusión en el Registro Público.

260 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 128. LA EXCLUSIÓN EN LAS SOCIEDADES DE DOS SOCIOS

Nada obsta a la procedencia de la exclusión de un socio en las sociedades de


dos socios. Al respecto, y con gran coherencia, el art. 93 en su versión original
prescribía que, en las sociedades de dos socios, procede la exclusión de uno de
ellos cuando hubiere justa causa, con los efectos del art. 92; el socio inocente
asume el activo y pasivo sociales, sin perjuicio de la aplicación del art. 94, inc.
8º.

Sin embargo, como la ley 26.994 de unificación del derecho civil y comercial

OM
ha incorporado al ordenamiento societario argentino la sociedad de un solo
socio, ello obligó a modificar el referido art. 93, el cual, conforme a su versión
actual, dispone que, en las sociedades de dos socios, procede la exclusión de
uno de ellos cuando hubiere justa causa, con los efectos del art. 92 y el socio
inocente asume el activo y pasivo sociales, "sin perjuicio de la aplicación del
artículo 94 bis".
.C
La remisión al art. 94 bis no es clara, pues no son claros los efectos de dicha
norma —en cuanto dispone que la reducción a uno del número de socios no es
causal de disolución—, esto es, si se aplica solo a las sociedades en comandita
simple y por acciones y de capital e industria, como parece surgir de la letra de
DD

la ley, o a cualquier sociedad, interpretación, esta última que aparece como


totalmente contradictoria con lo dispuesto por el art. 1º de la ley 19.550, cuando
solo autoriza la constitución de sociedades de un solo socio bajo el formato de
la sociedad anónima.
LA

De manera tal que, conforme a la actual redacción del art. 93 por la ley
26.994, ante la exclusión de un socio, en una sociedad de dos, las soluciones
son las siguientes:

a) Declarada la exclusión por sentencia definitiva, el único socio debe


FI

recomponer la pluralidad de integrantes del ente.

b) Puede el socio iniciar el procedimiento liquidatorio, pues soy de la opinión


que la solución del art. 94 bis solo se aplica exclusivamente a las sociedades allí
mencionadas.


c) Optar por la aplicación del art. 94 bis, referencia que, como hemos visto, es
solo aplicable a las sociedades en comandita y de capital e industria.

§ 129. LA DISOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD. CONCEPTO Y CAUSALES

261 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


A diferencia de la resolución parcial del contrato de sociedad, que afecta el
vínculo de uno o varios socios con ella, la disolución implica el punto final de su
vida activa y una profunda mutación del fin societario, pues como consecuencia
del acaecimiento de una causal disolutoria, la sociedad deberá dejar de realizar,
como actividad específica, la operatoria descripta en el objeto social para
reemplazarla por una actuación encaminada a la venta de los bienes sociales, la
cancelación del pasivo y la eventual distribución del remanente entre los socios.

La disolución abre, pues, el camino a la liquidación de la sociedad, pero no


importa de suyo el cese abrupto de sus actividades ni la extinción de su
personalidad jurídica, que debe mantenerse precisamente a los fines
liquidatorios (art. 101, ley 19.550).

Son causales de disolución de la sociedad (art. 94, ley 19.550):

OM
1. La decisión de los socios, expuesta en forma expresa por medio del órgano
de gobierno de la sociedad o a través de conductas de los socios que revelen,
sin lugar a duda, la falta de toda intención para mantener vigente el contrato
social.

2. La expiración del término por el cual se constituyó.


.C
3. Por cumplimiento de la condición a la que se subordinó su existencia.

4. Por consecución del objeto por el cual se formó o por la imposibilidad


DD

sobreviniente de lograrlo.

5. Por pérdida del capital social.

6. Por declaración en quiebra, pero la disolución puede quedar sin efecto si se


LA

celebrare avenimiento o se dispone la conversión.

7. Por su fusión en los términos del art. 82.

8. Por sanción firme de cancelación de oferta pública o de la cotización de sus


FI

acciones, pero la disolución podrá quedar sin efecto por resolución de la


asamblea extraordinaria reunida dentro de los sesenta días de acuerdo con el
art. 244, párr. 4º.

9. Por resolución firme de retiro de la autorización para funcionar cuando leyes




especiales la impusieran en razón de su objeto.

La enumeración prevista por el art. 94 de la ley 19.550 no es de manera alguna


taxativa, y prueba de ello es que el art. 89 ha tenido en cuenta la posibilidad de
los socios de prever causales de disolución no contempladas en la ley. En tal
entendimiento, la jurisprudencia de nuestros tribunales ha declarado procedente
la disolución de la sociedad en caso de pérdida por parte de los integrantes del
ente de la affectio societatis: la existencia de graves desarmonías entre los
socios, la venta del único bien de la sociedad o la imposibilidad de
funcionamiento de los órganos sociales, hipótesis que se presenta cuando la

262 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sociedad cuenta con el capital social dividido entre dos grupos o integrantes, que
revisten la titularidad del 50% de las participaciones societarias cada uno de
ellos, y no se coincide en la adopción de las decisiones sociales necesarias para
permitir el normal funcionamiento del ente.

En el mismo sentido, la jurisprudencia ha extendido las causales previstas en


el art. 94 de la ley 19.550 a supuestos que no se ajustan estrictamente a la letra
de sus nueve incisos; en tal orden de ideas, si bien el inc. 1º de la citada norma
prevé como causal disolutoria la decisión de los socios, lo que podría
interpretarse en el sentido de requerirse una decisión del órgano de gobierno de
la sociedad, nuestros jueces han incluido dentro de tal inciso al supuesto en que
durante el curso del proceso de exclusión se exhibió consenso por parte de todos
los integrantes de la sociedad de no querer continuar asociados.

OM
Asimismo, dentro del concepto de "imposibilidad sobreviniente de lograr el
objeto social" se ha incluido a la inactividad total de la sociedad, tema sobre el
cual existe infinita jurisprudencia.

La pérdida del capital social como causal disolutoria se justifica plenamente a


poco que se repare en la trascendental función que cumple tal capital, no solo
como medio para cumplir con el objeto mercantil al cual la sociedad se encuentra
.C
dedicada, sino también y fundamentalmente como mecanismo de defensa de los
acreedores sociales, al desaparecer la cifra de garantía con que contaban para
la satisfacción de sus créditos. Dicha causal disolutoria debe ser declarada por
los socios en asamblea o reunión de socios cuando se constate, por instrumento
DD

fehaciente (estados contables), que se ha perdido el capital social, pues es


evidente que la ley 19.550 impone la inmediata liquidación de un ente que carece
de capital social y no ofrezca garantías a los terceros del pago de sus créditos.

La disolución por pérdida del capital social puede sin embargo ser evitada por
LA

los socios si acuerdan su reintegro total o parcial o su aumento (art. 96, ley
19.550).

La disolución de la sociedad por quiebra tiene, por su parte, características


especiales, pues ella no depende de la voluntad de los socios, sino que es
FI

provocada por una resolución judicial, atento al estado de impotencia patrimonial


del ente. Por consiguiente, la liquidación no se lleva a cabo a través del
procedimiento previsto por la ley 19.550, sino por la ley 24.522 de Concursos y
Quiebras y está a cargo de un funcionario judicial designado por el juez de la
quiebra, denominado síndico.


La disolución queda sin efecto cuando se celebrare avenimiento con sus


acreedores o se convierta la quiebra en concurso preventivo.

Finalmente, y dentro de las causales de disolución, debe incluirse a la


sentencia judicial de nulidad del estatuto o contrato social (arts. 18 a 20 y 32, ley
19.550), pues tal declaración no puede nunca tener efectos retroactivos, atento
a la pública actuación que ha tenido la sociedad en el mundo de los negocios.
La sentencia de nulidad del acto constitutivo surte efecto de disolución y obliga

263 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a la sociedad a liquidarse, la cual podrá estar a cargo de sus órganos naturales
o llevada a cabo por un funcionario judicial, según el caso.

§ 130. REVOCACIÓN DE LAS CAUSAS DE DISOLUCIÓN

Si bien y como principio general, la disolución pone fin a la actividad dinámica


de la sociedad, subsistiendo su personalidad jurídica a los efectos de la
liquidación, nada impide la revocación de la causal disolutoria en que hubiera
incurrido la sociedad, en beneficio de la conservación de la empresa y del interés
general que supone para la comunidad la existencia de entidades productivas de

OM
bienes y servicios.

La ley 19.550 en su versión original preveía expresamente tales hipótesis en


las siguientes disposiciones:

a) En caso de quiebra de la sociedad, la disolución queda sin efecto si se


celebra avenimiento o conversión (art. 94, inc. 6º).
.C
b) En el supuesto de pérdida del capital social, que quedaba sin efecto cuando
los socios aprobaban su reintegro o aumento (art. 96).
DD

c) En el supuesto de reducción a uno del número de socios, con la


incorporación de un nuevo integrante dentro del término de tres meses (art. 94,
inc. 8º). Se recuerda que esta causal disolutoria fue derogada por la ley 26.994.

d) En el supuesto de disolución por sanción firme de la cancelación de oferta


LA

pública o de la cotización de sus acciones, cuando los socios resuelvan continuar


sus actividades fuera de la órbita bursátil, decisión que deberá ser adoptada por
asamblea general extraordinaria dentro de los sesenta días de tal acontecimiento
(art. 94, inc. 9º).
FI

A diferencia de ello, la ley 26.994 ha modificado el art. 100 de la ley 19.550, y


posibilita actualmente la remoción de cualquier causal de disolución, mediando
la decisión del órgano de gobierno y eliminación de la causa que le dio origen,
pero supeditando esta posibilidad a la existencia de viabilidad económica y social
de la subsistencia de la actividad de la sociedad. Dispone al respecto el nuevo


art. 100 que la resolución que remueve la causal de disolución debe adoptarse
antes de cancelarse la inscripción, sin perjuicio de terceros y de las
responsabilidades asumidas.

Dicha norma es acertada, pues con toda lógica permite la remoción de las
causales de disolución hasta la cancelación de la inscripción de la sociedad, que
es la última etapa en la vida de la sociedad, pero deja intacto el art. 95, párr. 2º
—siempre de la ley 19.550—, conforme al cual la reconducción de la sociedad,
disuelta por vencimiento del plazo de duración, solo puede resolverse por
mayoría hasta que se haya inscripto el nombramiento del liquidador, esto es, en

264 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


los primeros pasos del procedimiento liquidatorio y de allí en adelante por
unanimidad de todos los socios. Ello constituye una grave incongruencia, pues
la reconducción constituye un supuesto encuadrable en el concepto de
"remoción de las causas de disolución", conforme a la terminología del nuevo art.
100 de la ley 19.550 y no exhibe coherencia alguna el hecho de que la causal de
disolución por vencimiento del plazo de duración pueda ser "removida" hasta la
inscripción del primer liquidador (art. 96), salvo unanimidad de los socios o
accionistas, y cualquier otra causal disolutoria puede ser removida hasta el último
momento de la existencia de la sociedad, por mayoría de los socios o accionistas
adoptada en el seno del órgano de gobierno del ente (art. 100). Esta
incongruencia es tanto más grave si se tiene en cuenta que el vencimiento del
plazo de duración y la consiguiente reconducción de la sociedad son supuestos
que se presentan con mucha mayor habitualidad que cualquier otra causal de
disolución prevista en el art. 94 de la ley 19.550.

OM
Por obviedad, solo pueden ser removidas las causales de disolución cuando
ellas no han ocurrido por sanción impuesta a la sociedad por su órgano de control
o por decisión judicial, de modo que los incs. 9º y 10 del art. 94 son incompatibles
con lo dispuesto por el art. 100 de la ley 19.550 en su nueva redacción.

Finalmente, el art. 100 de la ley 19.550 reitera, en su último párrafo, aquella


.C
prevista en su redacción original, conforme a la cual, en caso de duda sobre la
existencia de una causal de disolución, se estará a favor de la subsistencia de la
sociedad.
DD

§ 131. PRÓRROGA Y RECONDUCCIÓN DEL CONTRATO SOCIAL


LA

La disolución por vencimiento del plazo de duración merece especial atención,


pues el legislador otorga a los socios la posibilidad de evitarla mediante la
prórroga de la sociedad, decisión que, adoptada por el órgano de gobierno del
ente, con las mayorías más rigurosas, debe ser resuelta y solicitada su
FI

inscripción registral antes del vencimiento del plazo de duración de la sociedad.

La gravedad extrema de tal sanción, prevista expresamente por la redacción


original de la ley 19.550, que obligaba a la liquidación de la sociedad sin
posibilidad alguna de volver a la actividad, fue atenuada por la ley 22.903 del año


1983 merced a la reclamación general de la doctrina y la existencia de algunos


fallos ejemplares que —quizás en contra de la letra de lo dispuesto por el art. 95
de dicha ley— se resistieron a condenar a la empresa a cerrar sus puertas. Se
consagró de tal manera el instituto de la "reconducción" o "reactivación" del
contrato social, que es, en puridad, otro supuesto de revocación de la disolución
por el vencimiento del plazo.

Mediante la reconducción o reactivación del contrato de sociedad, los socios


o accionistas pueden resolver, con posterioridad al vencimiento del plazo de
duración y mediante una decisión del órgano de gobierno, adoptada por acuerdo

265 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


unánime de los socios, salvo pacto en contrario y lo dispuesto por las sociedades
por acciones y de responsabilidad limitada, la vuelta a la actividad dinámica del
ente, evitando de tal manera su liquidación.

Sin embargo, la reconducción del contrato social no ha merecido un


tratamiento legislativo feliz, pues carecen de toda explicación las razones que
impulsaron al legislador a sostener la procedencia de tal instituto hasta la
inscripción registral del liquidador con aquellas mayorías y por unanimidad
cualquiera que fuere el tipo, si tal acto es resuelto con posterioridad a ese trámite,
pues admitida la revocación de la causal disolutoria, con las beneficiosas
consecuencias que ello provoca para la comunidad, no se entiende el porqué de
establecer un requisito que en muchas sociedades es de imposible
cumplimiento. Ello asume mayor gravedad en los casos en que el contrato social
o estatuto ha previsto la posibilidad de que la liquidación de la sociedad pueda

OM
ser llevada a cabo por los administradores que estaban en funciones al momento
de la disolución, supuesto que no requiere nueva registración y cuya
reconducción exige, en todos los casos, unanimidad del capital social.

La circunstancia de que el instituto de la reconducción permita la vuelta a la


actividad dinámica de la sociedad con posterioridad a la disolución no implica
concederle efecto retroactivo a tal resolución ni exime a los liquidadores del
.C
cumplimiento de las obligaciones que le impone tal carácter, así como tampoco
los exime de las responsabilidades correspondientes (art. 99, ley 19.550).
DD

§ 132. LA DEMANDA JUDICIAL DE DISOLUCIÓN


LA

La disolución de la sociedad puede también ser declarada judicialmente y la


sentencia tendrá efecto retroactivo el día en que tuvo lugar su causa generadora
(art. 97, ley 19.550). Con ello se prevé la tan frecuente hipótesis que se presenta
cuando, incurrida la sociedad en causal disolutoria, los socios continúan
desarrollando la actividad habitual a pesar de la oposición de uno o varios socios,
FI

que han promovido acción judicial tendiente a obtener una declaración en tal
sentido. Se explica entonces el efecto retroactivo previsto por el legislador, pues
en tal caso, los administradores resultan responsables ilimitada y solidariamente
frente a los terceros y los socios por los actos que son ajenos al estricto trámite
liquidatorio, sin perjuicio de la responsabilidad de estos (art. 99, LGS).


La acción judicial de disolución debe ser tramitada por juicio de pleno


conocimiento (art. 15, ley 19.550) y deben ser citados todos los socios además
de la sociedad, quienes deben actuar formando un litisconsorcio necesario; tal
acción resulta sin embargo innecesaria cuando la causal disolutoria ha quedado
suficientemente configurada (vencimiento del plazo de duración, resolución de la
autoridad de control, etc.), en cuyo caso el socio o accionista perjudicado por la
continuidad operativa de la sociedad debe requerir directamente el cumplimiento
del trámite liquidatorio.

266 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 133. EFECTOS DE LA DISOLUCIÓN

La disolución de la sociedad implica el paso automático al procedimiento


liquidatorio, esto es, a la realización del activo y la cancelación del pasivo social
como paso previo para la distribución del remanente entre los socios.

La disolución surte efectos frente a la sociedad y sus socios desde que tuvo
lugar su causa generadora, por lo que los administradores responden desde ese
momento por los actos exorbitantes al trámite liquidatorio. Por el contrario, y
frente a terceros, se encuentre o no constituida regularmente la sociedad, la

OM
disolución solo surte efectos desde su inscripción registral, salvo que estos
conocieran el acaecimiento de las causales que la provocaron. Del mismo modo,
el principio conforme al cual la disolución es oponible frente a los terceros con
su inscripción en el Registro Público cede en el caso de producirse la disolución
por vencimiento del plazo de duración en las sociedades regularmente
constituidas, quedando el ente obligado por cualquier tipo de actos celebrados
en su nombre hasta tanto se cumpla con dicho trámite (art. 98, ley 19.550).
.C
DD

§ 134. LIQUIDACIÓN DE LA SOCIEDAD

El trámite liquidatorio constituye un procedimiento de imprescindible tránsito


por la sociedad, mediante el cual los liquidadores deberán vender los bienes que
LA

componen el activo social, pagar las deudas, así como los gastos de liquidación,
para posteriormente, y en caso de resultar saldo favorable, reembolsar el capital
oportunamente aportado por los socios y distribuir entre ellos su remanente.

La ley describe con minuciosidad el procedimiento liquidatorio, que no ha sido


FI

instituido en favor de los socios, sino de los terceros acreedores de la sociedad,


por lo que los socios carecen de derecho de disponer de los bienes sociales o
distribuirlos a su conveniencia, hasta tanto sea totalmente satisfecho el pasivo
social.


Sin embargo, los usos y prácticas del comercio nos demuestran que no son
aislados los casos en que las sociedades prefieren "desaparecer" de la faz de la
tierra, dejando totalmente insatisfecho el pasivo social. Tal manera de actuar
hace responsables solidaria e ilimitadamente a los administradores de la
sociedad, pues estos son los encargados de conservar el activo de la sociedad
y sobre el destino dado a los bienes de ella, responsabilidad que debe ser
extendida a los síndicos, por haber permitido tan ilegítima forma de proceder
(arts. 59, 274, 296 y 297, ley 19.550).

267 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 135. LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LAS SOCIEDADES EN LIQUIDACIÓN

Constituye este uno de los temas más controvertidos de la materia, a pesar de


la claridad del texto del art. 101 de la ley 19.550, el cual dispone que la sociedad
en liquidación conserva su personalidad "a ese efecto" y se rige por las normas
correspondientes a su tipo, en cuanto sean compatibles.

Una primera interpretación, basada en el carácter rígido del concepto de


personalidad jurídica y en la no susceptibilidad de grados que merece tal atributo,
predica la subsistencia total del carácter de sujeto de derecho de la sociedad en

OM
liquidación, sin que el tránsito a la liquidación afecte la plenitud de la personalidad
que gozaba.

Por el contrario, la jurisprudencia mayoritaria, basada en la redacción de la


norma del art. 101 de la ley 19.550, sostiene que la sociedad conserva su
personalidad para ciertos efectos, limitada a la conclusión de las relaciones
jurídicas pendientes.
.C
La diferencia es fecunda en consecuencias prácticas, pues de alinearse en la
primera teoría, la sociedad siempre debe responder por todas las obligaciones
contraídas por los liquidadores, aun por aquellas que no se limiten a los actos
DD

liquidatorios. Por el contrario, de adherirse a la segunda tesis, la sociedad podría


invocar a terceros la disolución inscripta para repeler el cumplimiento de las
obligaciones exorbitantes del procedimiento de liquidación, pues no es "sujeto
de derecho" para incorporar esa deuda a su patrimonio y mucho menos para
satisfacerla.
LA

Esta tesis es la adecuada, por las siguientes razones:

a) El texto literal del art. 101, en cuanto dispone que la sociedad conserva su
personalidad "a ese efecto".
FI

b) La responsabilidad ilimitada y solidaria de los administradores y socios


frente a terceros por las operaciones ajenas a los fines liquidatorios, prevista por
el art. 99 de la ley 19.550, ratifica lo expuesto en la medida en que dicha norma
excluye a la sociedad en liquidación por los actos exorbitantes al trámite


liquidatorio, haciendo exclusivamente responsables frente a terceros a los


administradores y socios por tales actos.

c) Asimismo, la no responsabilidad de las sociedades por las obligaciones


contraídas a su nombre no es cuestión ajena a la ley 19.550, que expresamente
la prevé para casos análogos, concretamente para las sociedades en formación,
cuando la realización de actos propios del giro no haya sido expresamente
autorizada en el acto constitutivo, por cuyas consecuencias responden también
los administradores y socios que las hayan consentido (art. 183, in fine, ley
19.550).

268 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


d) La clara disposición del art. 105 de la ley 19.550, que si bien otorga a los
liquidadores la facultad de ejercer la representación de la sociedad, solo los
faculta para celebrar todos los actos necesarios para la realización del activo y
cancelación del pasivo.

e) Finalmente, la responsabilidad ilimitada y solidaria que les cabe a los


administradores por no informar, a través del aditamento "en liquidación" que
debe agregarse al nombre de la sociedad, en beneficio de los terceros
contratantes (art. 105, in fine, ley 19.550).

OM
§ 136. LOS LIQUIDADORES. DESIGNACIÓN. DERECHOS Y OBLIGACIONES

La administración de la sociedad en liquidación está a cargo del órgano de


administración vigente al acaecimiento de la causal disolutoria, salvo las
siguientes excepciones:

1. Que el contrato social o estatuto hayan previsto la actuación de un órgano


.C
de liquidación diferente a los administradores en vigencia al momento de la
disolución. En tal caso, el liquidador o liquidadores serán nombrados por mayoría
de votos dentro de los treinta días de haber entrado la sociedad en estado de
liquidación. No designados los liquidadores o si estos no desempeñasen el
DD

cargo, cualquier socio puede solicitar al juez el nombramiento omitido o nueva


elección (art. 102, ley 19.550).

2. En caso de quiebra de la sociedad, en cuyo supuesto la función de


liquidador es asumida por el síndico concursal.
LA

3. En caso de declaración judicial de nulidad del contrato social por objeto


ilícito, actividad ilícita u objeto prohibido (arts. 18 a 20, ley 19.550), en cuyo caso
la liquidación de la sociedad la llevará a cabo el funcionario designado por el juez
interviniente.
FI

4. En caso de conflicto entre los socios, la designación del liquidador, según


las circunstancias del caso, puede recaer también en un funcionario judicial (arts.
113 a 117, ley 19.550).


El nombramiento del liquidador debe inscribirse en el Registro Público para


ser oponible su actuación frente a terceros, a menos que la liquidación de la
sociedad fuere llevada a cabo por los administradores intervinientes al momento
de entrar la sociedad en liquidación, en cuyo caso tal registración es innecesaria,
a menos que la sociedad no hubiera cumplido con la carga impuesta por el art.
60 de la ley 19.550 con respecto a tales administradores.

Las obligaciones de los liquidadores son las siguientes:

269 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


1. Confeccionar un inventario y balance del patrimonio social dentro de los
treinta días de asumido el cargo, los cuales deberán poner a disposición de los
socios, quienes podrán extender dicho plazo hasta ciento veinte días (art. 103,
ley 19.550).

2. Informar a los socios, por lo menos trimestralmente, sobre el estado de la


liquidación. Tratándose de sociedades de responsabilidad limitada cuyo capital
social alcance el importe fijado por el art. 299, inc. 2º; y en las sociedades por
acciones, el informe debe ser suministrado a la sindicatura (art. 104, ley 19.550).

3. Confeccionar balances anuales cuando la liquidación se extendiere más allá


del ejercicio en que la disolución se hubiere producido (art. 104, in fine, ley
19.550).

OM
4. Actuar empleando la razón social o denominación de la sociedad con el
aditamento "en liquidación", so pena de responder en forma ilimitada y solidaria
por los daños y perjuicios (art. 105, in fine, ley 19.550).

5. Seguir las instrucciones de los socios en lo que se refiere a los trámites


liquidatorios, bajo sanción de incurrir en responsabilidad por los daños y
perjuicios causados por el incumplimiento (art. 105, párr. 2º, ley 19.550).
.C
6. Exigir a los socios las contribuciones debidas a los socios en caso de que
los fondos sociales fueran insuficientes para satisfacer el pasivo social. Tal
obligación es, en principio y salvo manifiesta infracapitalización, solo exigible en
DD

las sociedades en las cuales los socios responden en forma solidaria e ilimitada
por las deudas sociales o cuando aquella ha sido impuesta en el contrato
constitutivo (art. 106, ley 19.550), aun cuando, como hemos expresado, tal
obligación debió haber sido impuesta para todos los tipos sociales, con
excepción de las sociedades que hacen oferta pública o cotización de sus
LA

acciones.

7. Efectuar partición parcial entre los socios del producido de la venta de los
bienes cuando el cumplimiento de las obligaciones sociales estuviere
suficientemente garantizado. Tal obligación puede ser exigida por los accionistas
FI

que representen el 10% del capital social en las sociedades por acciones y
cualquier socio en los demás tipos (art. 107, ley 19.550), resolviéndose
judicialmente la controversia, en caso contrario.

8. Publicar el acuerdo parcial de distribución con los mismos efectos que el




acuerdo de reducción voluntaria del capital social, esto es, con derecho de los
acreedores sociales de oponerse a tal distribución (arts. 107, in fine, y 204, ley
19.550).

9. Ajustar su conducta al estándar de conducta previsto por el art. 59 para los


administradores de sociedades, esto es, desempeñar sus funciones con lealtad
y diligencia (art. 108, ley 19.550).

10. Una vez extinguido el pasivo social, confeccionar el balance final y


proyecto de distribución (art. 109, párr. 1º, ley 19.550).

270 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


11. Suscribir el balance final y proyecto de distribución y ponerlos a disposición
de los socios, quienes podrán impugnarlos en el término de quince días desde
su puesta a disposición. Si la impugnación no fuera admitida, los socios deberán
promover la acción judicial correspondiente dentro de los sesenta días siguientes
a la resolución de los liquidadores, desestimatoria de los cuestionamientos
efectuados, acumulándose todas las impugnaciones en una causa única (art.
110, párr. 1º, ley 19.550). En las sociedades de responsabilidad limitada, cuyo
capital alcance el importe fijado por el art. 299, inc. 2º, y en las sociedades por
acciones, el balance final y el proyecto de distribución, suscriptos también por la
sindicatura, deberán ser sometidos a la aprobación de la asamblea general de
accionistas y no a cada socio en particular. Los socios o accionistas disidentes
o ausentes podrán impugnar judicialmente dichos instrumentos dentro de los
sesenta días contados desde la aprobación por la asamblea (art. 110, párr. 2º,
ley 19.550).

OM
12. Agregar al legajo de la sociedad obrante en el Registro Público el balance
final y proyecto de distribución (art. 111, ley 19.550).

13. Reembolsar las partes de capital a los socios, y salvo disposición en


contrario del contrato constitutivo, distribuir el excedente en proporción a la
participación de cada socio en las ganancias (arts. 109, párr. 2º, ley 19.550). Los
.C
importes no reclamados dentro de los noventa días de la presentación de tales
documentos en el Registro Público deberán ser depositados por los liquidadores
en un banco oficial a disposición de sus titulares. Transcurridos tres años sin ser
reclamados, se atribuirán a la autoridad escolar de la jurisdicción respectiva (art.
DD

111, in fine, ley 19.550).

14. Cancelar la inscripción del contrato social en el Registro Público (art. 112,
ley 19.550).
LA

15. Conservar los libros sociales y demás documentos sociales por el término
de diez años, conforme lo dispone el art. 328 del Cód. Civ. y Com. La
conservación de tal documentación puede ser otorgada a cualquier liquidador,
pero en caso de discrepancia, esta será resuelta judicialmente por el juez de
Registro, en las jurisdicciones en que esta autoridad registral se conserva, o por
FI

el juez con competencia en la materia comercial en caso contrario (art. 112, in


fine, ley 19.550).

En cuanto a las facultades y derechos de los liquidadores, ellos son los


siguientes:


1. Ejercer la representación de la sociedad, estando facultados para celebrar


los actos necesarios para la realización del activo y cancelación del pasivo (art.
105, párr. 1º, ley 19.550).

2. Percibir una remuneración por su función, por desempeñar una función que
por naturaleza es onerosa.

271 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 137. RESPONSABILIDAD DE LOS LIQUIDADORES

Al estar sometidos los liquidadores de sociedades a las obligaciones y


responsabilidades de los administradores societarios, a tenor de lo dispuesto por
los arts. 59 y 274 de la ley 19.550, la propia sociedad y los socios, a través de
las acciones sociales de responsabilidad, tienen legitimación suficiente para
requerir, a través de dichas acciones, la recomposición del patrimonio social,
disminuido por la mala actuación de los liquidadores. Por su parte, los terceros
siempre conservan la posibilidad de demandar a los liquidadores por los daños
y perjuicios, directa o indirectamente padecidos por ellos, en los términos del art.

OM
279 de la referida ley. El art. 108 de la Ley General de Sociedades prescribe
expresamente que las obligaciones y la responsabilidad de los liquidadores se
rigen por las disposiciones establecidas por los administradores, en todo cuanto
no esté dispuesto en la sección 13.

Corresponde a los socios promover contra los liquidadores las acciones


sociales de responsabilidad por los daños causados al patrimonio social. Del
.C
mismo modo, los socios y los terceros conservan las acciones individuales de
responsabilidad contra ellas, por daños directos e indirectos sufridos por aquellos
en su patrimonio (arts. 108, 274 y 279, LGS).
DD

§ 138. REEMBOLSO DEL CAPITAL Y DISTRIBUCIÓN DEL REMANENTE ENTRE LOS SOCIOS
LA

La ley 19.550 guarda silencio sobre la forma en que debe ser reembolsado el
capital social y la distribución del remanente entre los socios.

Lo natural y habitual es que como tales operaciones son consecuencia de la


FI

venta de los bienes sociales, ellas sean efectuadas en dinero efectivo, pero no
necesariamente debe ser así, pues habiéndose cancelado totalmente el pasivo,
y quedando bienes sin realizar, ningún sentido tendría prohibir su distribución en
especie entre los socios, mediando acuerdo entre ellos.


En este orden de ideas, la jurisprudencia ha declarado aplicable al caso lo


anteriormente dispuesto por el art. 3462 del Cód. Civil —hoy art. 2369 del Cód.
Civ. y Com.— para las particiones de herencia, en cuanto dispone que, si todos
los herederos están presentes y son capaces, la partición puede hacerse en la
forma y por el acto que por unanimidad juzguen más conveniente. Tal manera
de proceder será la habitual cuando se trata de una sociedad unipersonal, en
donde, para el caso de haberse cancelado el pasivo con fondos sociales, los
bienes serán adjudicados al socio único.

272 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Sin embargo, el derecho de los socios de efectuar la distribución del
remanente de la manera como ellos prefieran no implica su facultad de exigir la
restitución del aporte, salvo que este hubiera sido incorporado a la sociedad en
carácter de uso y goce, supuesto en que el socio aportante tiene derecho a
exigirlo desde la disolución de la sociedad.

Con otras palabras, la restitución del aporte efectuado en propiedad es


inadmisible, pues este forma el patrimonio de la sociedad y ha salido
definitivamente del patrimonio del aportante, quien ha perdido todo derecho
sobre él.

OM
§ 139. CANCELACIÓN DE LA INSCRIPCIÓN DE LA SOCIEDAD EN EL REGISTRO PÚBLICO

Este trámite constituye el punto final de la vida de la sociedad y con su


cumplimiento se extingue la personalidad jurídica del ente.

Sin embargo, puede acontecer que, con posterioridad a la cancelación de la


.C
matrícula, aparezcan acreedores sociales que no fueron incluidos en la
liquidación, a los cuales, por obviedad, no les es oponible la extinción de la
persona jurídica, pues ante tales contingencias (deudas), en tanto constituyen
una manifestación del patrimonio de la persona jurídica, ella nunca puede
DD

considerarse extinguida.

Ante tal supuesto nacen para los terceros las acciones correspondientes
contra la sociedad (aunque más no sea para pedir la quiebra del ente) y de
responsabilidad contra los liquidadores, sin perjuicio de las acciones contra los
LA

socios por restitución de las sumas obtenidas en concepto de pago del


remanente de la distribución, salvo buena fe de ellos, sobre los que pesa la carga
de probar su total desconocimiento de la existencia de tales créditos.
FI

§ 140. LAS SOCIEDADES DE PLAZO VENCIDO QUE IGNORAN EL TRÁMITE LIQUIDATORIO




Constituye un supuesto muy frecuente el caso de que una sociedad, que se


encuentra disuelta por vencimiento del plazo de duración, continúa con su
actividad normal, ignorando el trámite liquidatorio.

Para definir la situación legal en que ellas se encuentran han sido elaboradas
dos teorías:

1. La primera, que las considera como sociedades irregulares.

273 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


2. La segunda tesis, basada en lo dispuesto por el párr. 2º del art. 99 de la ley
19.550, conforme a la cual la sociedad no quedaría afectada por tal actividad,
aunque genera la responsabilidad solidaria e ilimitada de los administradores y
los socios frente a terceros, sin perjuicio de la responsabilidad de estos.

No parece razonable, a nuestro juicio, sostener que el acaecimiento del


vencimiento del plazo de duración sin ingresar jamás la sociedad en el período
liquidatorio pueda mantener inalterable su contrato social que, como
consecuencia de la causal disolutoria del art. 94, inc. 2º, ha perdido vigencia.
Tampoco resulta convincente que los socios puedan continuar alegando o
invocando las defensas o derechos nacidos de un contrato social que ya no rige,
pues la subsistencia de la sociedad, incurrida en una causal disolutoria, solo es
admitida para los efectos de la liquidación. Finalmente, la doctrina de incluir a la
sociedad que ignora el trámite liquidatorio en las normas previstas en la sección

OM
IV del capítulo I de la ley 19.550 —sociedades no regularmente constituidas—,
y a la cual siempre he adherido, ha perdido vigencia con motivo del cambio de
responsabilidad previsto por la ley 26.994, para los integrantes de esta clase de
sociedades, que pasó de ser solidaria e ilimitada, a simplemente mancomunada
y por partes iguales.

De modo tal que si el tránsito a la liquidación no se ha producido, continuando


.C
los socios unidos sin solución de continuidad en la realización de su actividad
dinámica y sin realizar el menor trámite liquidatorio, nos hallamos ante un
supuesto en donde la única solución es la estricta aplicación del art. 99, en la
cual los administradores y socios son responsables, en forma ilimitada y solidaria
DD

por los actos ajenos a la liquidación, más allá del derecho de cualquier socio de
activar la liquidación del ente.
LA

CAPÍTULO XV - INTERVENCIÓN JUDICIAL DE SOCIEDADES COMERCIALES


FI

§ 141. DEFINICIÓN, CARACTERÍSTICAS Y REQUISITOS DE LA INTERVENCIÓN JUDICIAL


DE SOCIEDADES COMERCIALES


La intervención judicial de sociedades es una típica medida cautelar societaria,


prevista por los arts. 113 a 117 de la ley 19.550 a los efectos de evitar que
mientras se sustancia la acción de remoción de los administradores, a quienes
se les ha imputado la comisión u omisión de actos perjudiciales al interés de la
sociedad, puedan aquellos continuar ejerciendo libremente su administración.

Constituye la intervención judicial un remedio que el legislador brinda a los


socios en defensa del patrimonio societario administrado, cuando ha sido
suficientemente acreditado que el o los administradores realizan actos o incurren
en omisiones que ponen a la entidad en peligro grave (art. 113, ley 19.550).

274 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Si bien la intervención judicial está prevista a los fines de poner límites a una
administración ilegítima, mediante la remoción judicial de los administradores
responsables, tal remedio ha sido aceptado como medida autosatisfactiva en
supuestos diversos al previsto en la norma del art. 113 de la ley 19.550, ante
supuestos de total acefalía en la administración del ente.

El dictado de la resolución que decreta la intervención judicial como medida


cautelar se dispone sin oír a la contraparte, y requiere para su procedencia los
siguientes requisitos:

1. Acreditar la condición de socio por parte del peticionante. Tal requisito está
expresamente previsto por el art. 114, primera parte, de la ley 19.550, y resulta
a nuestro juicio insuficiente, pues debió conferirse igual legitimación a la
sindicatura, al tener esta el control de legalidad del funcionamiento de la

OM
sociedad a tenor de lo dispuesto por el art. 294, inc. 9º, de la ley 19.550. Del
mismo modo, la incorporación a nuestra legislación societaria de las sociedades
unipersonales debería autorizar la obligación del síndico y director no accionista
de requerir la intervención judicial, cuando la administración del ente por su único
socio sea llevada en forma fraudulenta o cause perjuicios al patrimonio social.

2. Demostrar la existencia del peligro grave que corre la sociedad ante los
.C
supuestos descriptos por el art. 113, párr. 1º. El peligro grave no debe limitarse
al patrimonio social sino al mismo funcionamiento de la sociedad y a la violación
de los derechos fundamentales del socio o accionista.
DD

3. Acreditar el peticionante que agotó los recursos acordados por la ley o el


contrato social, esto es, que intentó poner fin al conflicto a través de los
mecanismos internos de la compañía, haciendo las denuncias a la sindicatura
(art. 294, inc. 11, ley 19.550) o pidiendo la convocatoria judicial a asamblea de
accionistas (art. 236, ley 19.550).
LA

4. Finalmente, debe promoverse la acción de remoción de los administradores,


pues como hemos afirmado y salvo casos excepcionales, la intervención judicial
es medida cautelar de aquella acción y no constituye acción autónoma. En otras
palabras, la demanda de remoción de los administradores es trámite esencial
FI

para la solicitud de intervención de sociedades, habida cuenta de que tal


pretensión apunta al reemplazo temporario de todo el órgano de administración
de las sociedades accionadas.

Nuestra jurisprudencia es muy rica en casuística, lo cual se debe a la enorme




cantidad de conflictos societarios que se plantean ante nuestros tribunales de


comercio, fenómeno al cual no es ajena la deficiente regulación societaria que
no clasifica adecuadamente a las sociedades anónimas "cerradas" de las
"abiertas" y la obligatoriedad de los herederos del socio fallecido de ingresar a
las primeras, donde se convierten en prisioneros de la voluntad omnímoda de
los socios y administradores, sin posibilidad, en las sociedades cerradas o de
familia, de enajenar sus acciones por carecer de mercado.

De tal modo, nuestros tribunales han admitido la procedencia de la


intervención judicial ante la existencia de querellas entre los socios: la condena

275 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


dictada en sede penal contra los administradores; la discrepancia entre los
socios titulares de cada grupo del 50% del capital social sobre la forma de
administrar la empresa; la ausencia o desinterés de los administradores en la
administración del ente; la práctica de subfacturación por parte de quienes tienen
a su cargo la gestión de los negocios sociales; la confección de estados
contables falsos; la retención por el grupo de control de las acciones de
determinados accionistas, a los fines de frustrar sus derechos; la asunción de
hecho de la administración por parte de un director, desplazando a los restantes;
la realización por parte del directorio de operaciones a precio vil; el no
acatamiento por los directores de decisiones asamblearias, la irregular
desaparición de los libros y el atraso consecuente de la contabilidad; el
funcionamiento paralelo de dos directores integrados por grupos enfrentados
entre ellos, etcétera.

OM
La intervención judicial no supone necesariamente el desplazamiento de los
administradores naturales de la sociedad y la automática asunción del cargo por
un funcionario judicial denominado "administrador judicial". Ello solo acontece
cuando la extrema gravedad de los hechos denunciados y acreditados justifica
el apartamiento inmediato de aquellos en defensa del normal funcionamiento de
la sociedad. Por ello es que el art. 115 de la ley 19.550 establece que la
intervención puede consistir en la designación de un veedor, de uno o varios
.C
coadministradores —denominados técnicamente como
"interventores judiciales"— o de uno o varios administradores, según la índole y
gravedad de los hechos invocados en procura de tal medida.
DD

La designación de un veedor judicial generalmente se reserva para los casos


en que los órganos de administración o fiscalización de la sociedad no
suministren información a los socios, para los casos en que la contabilidad de la
empresa fuera llevada en forma irregular o con significativo atraso, o cuando el
juez interviniente considera conveniente obtener información sobre la marcha de
LA

la sociedad o sobre determinadas operaciones sociales, a través de un


funcionario judicial, a quien facultará expresamente para realizar las
investigaciones necesarias.

La designación de un veedor es, por propia definición, una medida cautelar


FI

provisoria, pues la función de aquel consiste exclusivamente en informar sobre


las materias encomendadas por el juez. Por ello, si de los informes producidos
se constatan las irregularidades denunciadas por el peticionante de la medida,
resulta procedente disponer una cautela más extensa, designando un
coadministrador o desplazando a través de un administrador judicial a las


autoridades de la empresa.

El agotamiento de los recursos previstos por el contrato social o estatuto, como


requisito previo e indispensable a la designación de un administrador judicial, si
bien exigido por el art. 114 de la ley 19.550, ha sido morigerado por la
jurisprudencia, pues no es admisible exigirlos cuando el accionista no cuenta con
el porcentaje accionario suficiente para poner en funcionamiento a la asamblea
de accionistas o cuando no reúna el dos por ciento (2%) del capital social
necesario para pedir informaciones a la sindicatura o realizar denuncias a dicho
órgano (arts. 236 y 294, incs. 6º y 11, ley 19.550).

276 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Del mismo modo, tampoco es admisible, según se ha resuelto
jurisprudencialmente, que el órgano de administración, a quien se le exigió la
convocatoria a asamblea largamente demorada, pretenda repeler la intervención
judicial designada alegando que el accionista no había solicitado la convocación
judicial a dicho acto asambleario.

§ 142. LA APRECIACIÓN JUDICIAL DE LA INTERVENCIÓN JUDICIAL. EL CRITERIO


RESTRICTIVO

Es expresa directiva del art. 114, in fine, de la ley 19.550 que la intervención

OM
judicial debe ser apreciada con criterio restrictivo, lo cual constituye a nuestro
juicio un gravísimo error, toda vez que

1. No constituye técnica legislativa adecuada imponer al magistrado criterios


rígidos de juzgamiento, pues es inherente a las funciones de aquel actuar de
acuerdo con las circunstancias de cada caso. Tal criterio no ha servido para otra
cosa que para alentar en nuestros jueces una inexplicable reticencia en intervenir
.C
judicialmente una sociedad, ante comprobados hechos de gravedad, apelándose
exclusivamente al tan mentado criterio de restricción.

2. Si bien la intervención judicial importa una intromisión o control del órgano


DD

jurisdiccional dentro de la administración de la sociedad, ello de por sí solo no es


argumento suficiente para justificar el restringido criterio con que debe apreciarse
tal medida cautelar, pues el socio afectado por una mala o dolosa administración
no tiene facultades per se para revocar la actuación de tan infieles
administradores del patrimonio ajeno. En otras palabras, la intervención judicial
LA

es el único remedio con que cuentan los integrantes de una sociedad,


aisladamente considerados, para poner fin a la actuación de los administradores
sociales, y tal medida no perpetúa a los administradores judiciales en tal cargo,
sino solo hasta la finalización del plazo de su actuación, que debe ser fijado por
el juez en el auto de su designación (art. 115, in fine, ley 19.550), o la sentencia
FI

de remoción sea dictada, o hasta que una nueva asamblea designe nuevas
autoridades, diferentes a los integrantes del órgano de administración
desplazados por la medida cautelar.

De todos modos, el criterio restrictivo no es admisible, a mi juicio, para la




designación de un veedor judicial, atento a la inexistencia de perjuicios que


puede causar a la sociedad la actuación de un funcionario que solo tiene como
función la investigación de ciertos hechos o documentos e informar al juez sobre
su contenido.

§ 143. LA CONTRACAUTELA

277 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Dispone el art. 116 de la ley 19.550, que completa los requisitos de
procedencia de la intervención judicial en la administración de las sociedades,
que el peticionante debe prestar la contracautela que fije el juez, de acuerdo con
las circunstancias del caso, los perjuicios que la medida pueda causar a la
sociedad y las costas causídicas.

La prestación de contracautela, que es requisito genérico de toda medida


cautelar, tiende a asegurar la eventual responsabilidad de la parte que obtuvo
una medida de esa naturaleza, cuyo monto depende de la mayor o menor
verosimilitud del derecho invocado, de las circunstancias del caso y de la
amplitud de la medida; en tal sentido, la designación de un veedor judicial es
actuación que, salvo hipótesis extremas, no origina perjuicios para la sociedad
intervenida, por lo que la garantía prevista por el art. 116 de la ley 19.550 debe
ser mensurada sobre la base de las posibles costas que la designación de tal

OM
funcionario pueda originar.

La jurisprudencia ha aceptado, sin reservas, la prestación de la contracautela


con el embargo de las acciones o participaciones sociales que el peticionante de
la medida es titular en la sociedad, acompañando los últimos estados contables
del cual surge el valor de dichas participaciones, calculado sobre la base del
patrimonio neto de la sociedad.
.C
DD

§ 144. DESIGNACIÓN Y ACTUACIÓN DEL ADMINISTRADOR JUDICIAL

Al igual que acontece con otros auxiliares de la justicia, como los peritos, existe
un registro de profesionales a los fines de cumplir las funciones de administrador
LA

judicial, interventor, veedor o interventor informante, así como otros auxiliares de


la justicia, registro cuya confección, si bien no está prevista por el Código Civil y
Comercial de la Nación para quienes aspiran a desempeñarse como tales,
registro que se encuentra expresamente prevista por la resolución 528/2005 del
Consejo de la Magistratura, dictada el día 10 de noviembre de 2005. Dicha
FI

resolución fue dictada atendiendo a un proyecto del Colegio Público de


Abogados de la Capital Federal, donde se pueden inscribir los abogados que
pretendan ser designados para el ejercicio de ese y otros cargos, pero la realidad
es que, en la práctica, las designaciones de los interventores judiciales, en los
términos de la ley 19.550, son efectuados por los jueces intervinientes entre la


gente de su confianza, sin el menor sorteo ni transparencia, lo que impide el


acceso igualitario a dichos cargos y pone un manto de protección sobre la
actuación de dichos auxiliares, que por lo general provoca todo tipo de abusos.

Las funciones que debe cumplir el administrador judicial, cualquiera que fuere
el carácter que él revista, deben ser fijadas por el juez de la causa, pero no
pueden nunca ser mayores que las otorgadas a los administradores por la ley
19.550 o por el contrato social. Debe el juez precisar el término de su actuación,
el que solo puede ser prorrogado mediante información sumaria de su necesidad
(art. 115, in fine, ley 19.550).

278 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las atribuciones, obligaciones, derechos y responsabilidades de los
administradores e interventores judiciales se rigen por las normas
correspondientes de la ley 19.550 (arts. 58, 59 y 274), obligando a la sociedad
por los actos celebrados a nombre de esta, debiendo desempeñar su cargo
personalmente y con la lealtad y diligencia prevista por el art. 59 de dicha norma.

Su remuneración no la fija la asamblea de accionistas, sino que la determina


el juez de la causa, de acuerdo con lo prescripto por las leyes procesales locales.
La ley 27.423 de Aranceles y Honorarios de Abogados, Procuradores y Auxiliares
de la Justicia Nacional y Federal, del año 2017, de aplicación en la Capital
Federal, dispone las siguientes pautas: "a) Cuando los profesionales sean
designados en juicios para actuar como administradores judiciales, interventores
o veedores de personas físicas o jurídicas, de sucesiones, entres u organismos
de cualquier objeto o naturaleza jurídica, se les regularán honorarios en una

OM
escala del diez por ciento (10%) al veinte por ciento (20 %) sobre el monto de las
utilidades realizadas durante su desempeño;... c) Las funciones de liquidadores
judiciales para los mismos casos que los previstos para los liquidadores, serán
remuneradas hasta un máximo del diez por ciento (10 %) sobre el monto de los
bienes liquidados".

El interventor judicial tiene derecho a pedir el pago de anticipos de honorarios


.C
cuando su actuación se prolongare en el tiempo, sin esperar el dictado de la
sentencia definitiva, que es el momento procesal oportuno para regular los
honorarios de los abogados de las partes y de los peritos intervinientes. Ello ha
provocado una interesante discusión en la jurisprudencia sobre la parte que debe
DD

soportar dichos honorarios, cuando no hay condenación definitiva en costas, y


los tribunales se orientaron tradicionalmente por la tesis de imponer su pago al
peticionante de la medida, criterio que se estima inadmisible y que se encuentra
en revisión por reciente jurisprudencia que considera que es la sociedad
intervenida, merecedora de la designación de un interventor judicial —cualquiera
LA

que fuere su clase—, la que debe soportar la regulación efectuada al interventor


judicial.

Si bien las funciones del interventor son indelegables, este puede contratar a
los colaboradores que estime necesario cuando la magnitud de la empresa o la
FI

naturaleza de las funciones así lo aconsejen.

La remoción de los interventores la resuelve el juez de la causa, así como su


responsabilidad por los perjuicios causados. Dicha remoción puede ser
declarada de oficio o a pedido de parte, en cuyo caso el magistrado deberá


conferir traslado a la contraparte y al funcionario judicial, previo a adoptar la


resolución que corresponda. El interventor judicial removido del cargo por
ejercicio abusivo de este pierde derecho a percibir honorarios, pero si la
remoción fuere dispuesta por negligencia, el juez deberá disminuir
proporcionalmente los estipendios del auxiliar (art. 227, in fine, del Código
Procesal).

279 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 145. LEGITIMACIÓN DE LOS ADMINISTRADORES DESPLAZADOS

La designación de un administrador judicial con desplazamiento de las


autoridades naturales de la sociedad priva a estos de toda legitimación para
obligar a la sociedad, aun cuando jurisprudencialmente se les ha reconocido una
legitimación residual para representarla en el pleito de remoción, criterio que es,
a mi entender, equivocado, en la medida de que ellos, como parte que deben ser
en los juicios de tal naturaleza, serán necesariamente citados y oídos en él. No
se advierten razones que justifiquen el desplazamiento del administrador judicial
en la defensa de los intereses de la sociedad en la tramitación de ese proceso,
pues nada justifica que los administradores naturales removidos provisoriamente
por la comisión de actos que pusieron en peligro a la sociedad puedan seguir
perjudicándola a través de la generación de las correspondientes costas. Es
preferible, pues, y desde todo punto de vista, una defensa objetiva de la sociedad

OM
y la posibilidad de que el administrador judicial se allane a la demanda, cuando
este comprueba fehacientemente el derecho de los peticionantes de la medida y
promotores de la acción de remoción.
.C
§ 146. RECURSOS CONTRA LA DESIGNACIÓN DE UN INTERVENTOR JUDICIAL

Dispone el art. 117 de la ley 19.550 que la resolución que dispone la


DD

intervención es apelable al solo efecto devolutivo, lo cual implica el cumplimiento


efectivo de la medida hasta tanto el tribunal de alzada resuelva el recurso.

La sociedad y los administradores desplazados pueden apelar la medida aun


cuando ella ha sido proveída favorablemente por el tribunal de apelación, ante
LA

recurso planteado por el peticionante frente al rechazo en primera instancia.


FI

§ 147. INTERVENCIÓN JUDICIAL A PEDIDO DE TERCEROS

La ley 19.550 no contempla tal hipótesis, aunque sí lo hace el art. 224 del Cód.
Proc. Civ. y Com., que admite la designación de interventores informantes para


que suministren noticia o información sobre operaciones o actividades con la


periodicidad que se establezca en la providencia que lo designe. Esta norma
encuentra enorme utilidad dentro del negocio societario cuando se requiere por
terceros la declaración de inoponibilidad de la actuación de una persona jurídica
en los términos del art. 54, in fine, de la ley 19.550, habiéndose utilizado la
máscara de la personalidad para la consecución de fines extrasocietarios, violar
la ley o los derechos de terceros.

Solo excepcionalmente se ha admitido la procedencia de una


coadministración judicial pedida por terceros ajenos a la sociedad, lo cual fue

280 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


resuelto en el caso "Taboada Alberto c. Metal Muebles SA sobre sumario",
resuelto por la sala A de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial.
Se trataba de una sociedad anónima a la cual le habían sido "trasvasados" todos
los activos de otra compañía, integrada aquella por todos los socios de esta, con
excepción de uno de ellos, quien luego de obtener ratificación de tal maniobra
por parte del veedor judicial designado en la antigua sociedad, carente de todo
patrimonio positivo, logró la designación de un interventor judicial en la nueva
sociedad, echando mano al recurso previsto por el art. 54, in fine, de la ley
19.550.

Del mismo modo y también en forma excepcional se han adoptado medidas


cautelares, como la designación de administradores judiciales sobre entes
societarios integrados por uno de los cónyuges con terceros, en los términos del
derogado art. 1295 del Cód. Civil, y ante la existencia de fundadas sospechas de

OM
connivencia del marido con sus socios, subordinando la procedencia de tales
medidas a la indispensable custodia de los derechos de la cónyuge defraudada
y sin que ellas puedan importar una traba al normal desenvolvimiento de las
actividades de la compañía.
.C
CAPÍTULO XVI - SOCIEDADES CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO
DD

§ 148. GENERALIDADES. EL PROBLEMA DE LA NACIONALIDAD DE LAS SOCIEDADES


LA

La cuestión referida a la nacionalidad de las sociedades ha dado lugar a una


de las más apasionantes polémicas en el derecho societario.

La doctrina argentina, basada en la conocida doctrina del canciller Bernardo


FI

de Irigoyen, expuesta en el año 1875 y formulada al desestimar una protesta del


gobierno inglés referida al cierre de la sucursal del Banco de Londres de la
ciudad de Rosario y procesamiento de su gerente, dispuesta por el gobierno de
la provincia de Santa Fe, es coincidente en sostener que las sociedades no
tienen nacionalidad, pues la actuación de ellas no presupone vinculación política


alguna entre un ciudadano y el Estado, habida cuenta de que el contrato de


sociedad solo crea entre sus integrantes un vínculo jurídico de base económica.

Sin embargo, el criterio no es uniforme, y en otros países, fundamentalmente


de la Europa continental, se entiende que si la sociedad es una persona jurídica,
no hay razón para negar toda relación entre esta y el Estado, criterio que, a
nuestro juicio, es equivocado, pues ello implicaría dar al concepto de
personalidad jurídica un matiz que excede largamente el fin práctico tenido en
cuenta por el legislador al otorgarle a las sociedades el carácter de sujeto de
derecho.

281 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Sin embargo, y a pesar del carácter negatorio de la nacionalidad de las
sociedades sostenido pacíficamente por la doctrina argentina, existe consenso
sobre la necesidad, para proteger la industria nacional o por razones de interés
público, de conocer el origen de los capitales de una sociedad constituida en el
extranjero que tiene actuación en nuestro país.

Esta doctrina, llamada del "control económico", tuvo su origen e irrefutable


formulación durante la Segunda Guerra Mundial, ante la necesidad de adoptar
medidas que evitaran infiltraciones patrimoniales o personales de otros Estados
con los cuales se mantenía beligerancia y se proyectó luego, en tiempos de paz,
ante la necesidad de custodiar estrechamente intereses políticos o económicos,
así como la seguridad del Estado, sancionándose en nuestro país las leyes
18.061, 18.875 de Preferencia para la Producción Local, 21.342 de Inversiones
Extranjeras, etc., la cual adopta como criterio de determinación sobre el origen

OM
de la sociedad la participación societaria, considerando como sociedad local de
capital extranjero a aquella domiciliada en el territorio de la República, en la cual,
personas físicas o jurídicas domiciliadas fuera de ella, sean propietarias, en
forma directa o indirecta, de más del 49% del capital social o cuenten también,
directa e indirectamente, con la cantidad de votos necesarios para prevalecer en
las asambleas de accionistas o reuniones de socios.
.C
La doctrina de control económico no significa otorgar nacionalidad a las
sociedades, sino conocer el origen de sus integrantes o sus capitales para ciertos
y determinados fines, con evidente interés público, coincidiendo con Halperin,
que procede emplearla cuando se trata de limitar los beneficiarios de ciertas
DD

ventajas o para impedir la elusión de determinadas sanciones para hacer efectiva


la responsabilidad civil o en supuestos análogos.
LA

§ 149. LA LEGISLACIÓN APLICABLE A LAS SOCIEDADES EXTRANJERAS CON


ACTUACIÓN EN LA REPÚBLICA
FI

La primera parte del art. 118 de la ley 19.550 establece que la sociedad
constituida en el extranjero se rige en cuanto a su existencia y forma por las leyes
del lugar de constitución. Ello significa que toda la problemática en materia de
personalidad jurídica, capacidad, formalidades de constitución, tipicidad y
órganos se rige por la ley del país de origen, pero no así en cuanto se refiere a


la actuación del ente foráneo en nuestro país, que está sometido a las siguientes
reglas:

a) Si se trata de un acto aislado, la sociedad extranjera se halla habilitada para


realizarlos y estar en los juicios derivados de esa limitada relación (art. 118, párr.
1º, ley 19.550).

b) Si pretende la sociedad foránea ejercer habitualmente actos comprendidos


en su objeto social, establecer sucursal, asiento o cualquier otra especie de
representación permanente en el país, debe cumplir con lo dispuesto por el art.

282 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


118 de la ley 19.550, que le impone, entre otros requisitos, inscribirse en el
Registro Público correspondiente al domicilio donde pretenden cumplir su
actividad (art. 118 ter, ley 19.550).

c) Finalmente, la sociedad extranjera puede constituir o participar en


sociedades argentinas, requiriéndoseles para ello la correspondiente inscripción
registral en la jurisdicción donde la sociedad participada se encuentre inscripta
(art. 123, ley 19.550).

§ 150. EL CONCEPTO DEL ACTO AISLADO

OM
Hemos señalado que, conforme lo dispone el art. 118, párr. 2º, de la ley
19.550, las sociedades extranjeras se encuentran habilitadas para realizar en el
país actos aislados y estar en juicio.

El problema radica en el silencio de la ley sobre qué es lo que debe entenderse


por acto aislado, pues muchas veces un acto de tal naturaleza puede generar
.C
una actividad permanente y continuada, predicando la doctrina nacional
mayoritaria que tal concepto debe ser interpretado en sentido restringido,
reservándose para aquellos actos desprovistos de permanencia y que se
caracterizan por lo esporádico y accidental. En tal sentido, la jurisprudencia
DD

plenaria de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de la Capital Federal,


en un antiguo fallo que data del año 1920, sostuvo la improcedencia de inscribir
una hipoteca de una propiedad ubicada en la Capital Federal, otorgada por una
sociedad extranjera no inscripta, argumentándose para ello que la naturaleza del
acto le imponía la realización de una serie de actos conservatorios o ejecutorios
LA

de su crédito, que la colocaban fuera del concepto del "acto aislado".

Entiendo que la dilucidación de la cuestión requiere analizar la importancia


que tiene para el Estado el conocer los sujetos que desarrollan actividades en la
República, lo cual solo se puede lograr exigiendo la registración de la entidad
FI

extranjera. En tal orden de ideas, parece acertado restringir el concepto del acto
aislado y exigir el cumplimiento de la inscripción de ellas en el Registro Público
cuando la naturaleza del acto excede la accidentalidad.

La jurisprudencia de nuestros tribunales mercantiles ha ratificado




expresamente a partir del caso "Inspección General de Justicia contra Frinet SA",
dictado por la sala B de la Cámara Comercial en fecha 4 de mayo de 2007, que
la adquisición de inmuebles por parte de una sociedad extranjera no implica la
celebración de un acto aislado y, por lo tanto, dicha compañía deberá inscribirse
en el Registro Público, en los términos del art. 118 de la ley 19.550.

283 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 151. EL DESARROLLO DE SU ACTIVIDAD HABITUAL POR LA SOCIEDAD EXTRANJERA

El art. 118 de la ley 19.550 dispone que, para el ejercicio habitual de actos
comprendidos en su objeto social, establecer sucursal, asiento o cualquier otra
especie de representación permanente, la sociedad extranjera debe:

1. Acreditar la existencia de la sociedad con arreglo a las leyes de su país.

2. Fijar un domicilio en la República, cumpliendo con la publicación e


inscripción exigidas por esta ley para las sociedades que se constituyan en la
República.

3. Justificar la decisión de crear dicha representación y designar a la persona


a cuyo cargo ella estará.

OM
Asimismo, completa el art. 118 de la ley 19.550 que, si se tratare de una
sucursal, se determinará además el capital que se le asigne, cuando
corresponda por las leyes especiales.

Los fundamentos que sustentan la inscripción de las sociedades extranjeras


en los registros mercantiles locales han sido expuestos por los legisladores de
.C
la ley 19.550, y han sido compartidos por la doctrina y jurisprudencia nacional.

Ellos son los siguientes:


DD

a) Principios de soberanía y control de entidades mercantiles que, constituidas


con arreglo a las leyes de sus respectivos países, pretenden incorporarse a la
vida económica de la Nación.

b) El régimen de publicidad que inspira toda registración mercantil, y que


LA

constituye un sistema instituido en beneficio de todos los terceros, dando


además certidumbre a las relaciones comerciales y de responsabilidad, concepto
este íntimamente vinculado a la moralidad comercial.

La falta de inscripción de la sociedad extranjera, ante las hipótesis previstas


FI

por el art. 118, párr. 3º, de la ley 19.550, no implica considerarla como sociedad
irregular, pues su regularidad se gobierna por las leyes de su país de origen (art.
118, párr. 1º). La sanción correspondiente no puede ser otra, congruentemente
con otros casos análogos (arts. 89 y 113 del derogado Cód. Com.; 2º y 7º de
la ley 11.867; 4º, ley 12.962, etc.), que la inoponibilidad o ininvocabilidad de la


actuación de la sociedad extranjera no inscripta en la República hasta tanto


cumpla con tal trámite registral.

De conformidad con lo dispuesto por el art. 118 de la ley 19.550, la sociedad


extranjera que pretenda actuar con permanencia en el país debe, pues, al
solicitar su matriculación en los registros mercantiles locales, acreditar su
existencia y su constitución regular en su país de origen, cumplir con las normas
de publicidad previstas por la ley 19.550 para las sociedades constituidas en la
República, acreditar la decisión del órgano correspondiente de constituir sucursal
o representación en el país y designar la persona a cuyo cargo ellas estarán, a

284 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


quien deberá hacerse el emplazamiento en caso de acción judicial contra la
sociedad extranjera.

Cuando corresponda por leyes especiales (bancos o entidades financieras,


seguros), la sociedad extranjera debe asignarle a la sucursal el capital exigido
por las disposiciones locales.

§ 152. SOCIEDADES EXTRANJERAS DE TIPO DESCONOCIDO

Dispone el art. 119 de la ley 19.550 que los requisitos previstos por el art. 118

OM
se aplicarán a las sociedades constituidas en otro Estado bajo un tipo
desconocido por las leyes de la República. En tal caso, corresponde al juez de
la inscripción o a la autoridad de control determinar las formalidades a cumplir
en cada caso, con sujeción al criterio de máximo rigor previsto en la ley
19.550, esto es, a las disposiciones previstas para las sociedades anónimas.
.C
§ 153. CONTABILIDAD SEPARADA
DD

Dispone el art. 120 de la ley 19.550 que resulta obligatorio para las sociedades
extranjeras incluidas en las hipótesis previstas en el párr. 3º del art. 118, llevar
en la República contabilidad separada y someterse al control que corresponda
al tipo de sociedad.
LA

La ley impone una solución análoga a la prevista por el derogado art. 145 del
Cód. Com. para la instalación de sucursales por comerciantes locales y se
justifica tal requerimiento para el caso de resultar necesario reconstruir la
actuación del comerciante en beneficio del tráfico mercantil, en ejercicio, por el
FI

Estado, de su poder de policía, finalidad que se advierte con toda nitidez en el


caso de quiebra o para conocer el resultado de la actividad de la sociedad
extranjera en el país, por razones de índole tributaria.


§ 154. ACTUACIÓN Y RESPONSABILIDAD DE LOS REPRESENTANTES DE SOCIEDADES


EXTRANJERAS

Con una deficiente redacción, el art. 121 de la ley 19.550 dispone que el
representante de la sociedad extranjera contrae las mismas responsabilidades
fijadas para los administradores que prevé la ley, y en los supuestos de las

285 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sociedades de tipos no reglamentados, las de los directores de la sociedad
anónima.

Dicha norma es insuficiente, pues debió referirse además a las atribuciones


del representante, en el sentido de obligar a la sociedad extranjera por los actos
celebrados por aquel; sin embargo, tal interpretación no ofrece dificultades a
través del principio general consagrado por la primera parte del art. 58 de la ley
19.550 que se refiere a toda clase de sociedad. Debe aclararse, por otra parte,
que la responsabilidad a que dicha norma se refiere queda limitada a las
acciones individuales de responsabilidad previstas por el art. 279 de la ley
19.550 promovidas por terceros y a las sociedades extranjeras constituidas en
los términos del art. 124 (sociedades con domicilio o principal objeto a
desarrollarse en la República), en la medida en que la actuación de los órganos
representativos del ente foráneo, en orden a las acciones sociales de

OM
responsabilidad, se rigen por las normas de su país de origen.

¿Puede ser una persona jurídica la representante en la Argentina de una


sociedad constituida en el extranjero? La Inspección General de Justicia se
pronunció en forma negativa en la resolución dictada en el expediente
"Crosstowm SA" del 9 de marzo de 2004, sosteniendo el carácter personal del
cargo, que conforme a las normas de la ley 19.550 está reservado a las personas
.C
humanas.
DD

§ 155. EMPLAZAMIENTO EN JUICIO

Según lo dispone el art. 122 de la ley 19.550, el emplazamiento a una sociedad


LA

constituida en el extranjero puede cumplirse en la República:

a) Originándose en un acto aislado, en la persona del apoderado que intervino


en el acto o contrato que motive el litigio.
FI

b) Si existiere sucursal, asiento o cualquier otra especie de representación, en


la persona del representante.

Lo dispuesto en dicha norma no supone necesariamente el sometimiento de


los litigios originados por la actuación de la sociedad extranjera a los tribunales


argentinos, pues se requiere para ello que exista jurisdicción internacional


argentina para entender en la causa.

El problema se presenta cuando la sociedad extranjera no se ha inscripto en


el registro mercantil, pues la inexistencia registral de los datos del representante
impide la aplicación de la norma prevista por el art. 122 de la ley
19.550, problema que reviste decisiva importancia, pues está en juego el
principio de la defensa enjuicio, de carácter constitucional.

286 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Por una parte, ha sido sostenido, ante tal hipótesis, que corresponde notificar
la demanda en su país de origen, por las razones constitucionales invocadas.
Por otra parte, y con justa razón, ha sido sostenida la necesidad de mentar la
conducta del supuesto representante de la sociedad extranjera, y si este ha
creado la apariencia de actuar en tal carácter, así como surge inequívoca la
existencia de una representación en el país, la notificación debe serle dirigida a
su persona, pues no resulta admisible otorgar diferente trato, en perjuicio de los
acreedores nacionales, a quienes han incumplido el trámite inscriptorio previsto
imperativamente por la ley 19.550.

OM
§ 156. PARTICIPACIÓN DE SOCIEDADES LOCALES EN SOCIEDADES NACIONALES

La constitución por la sociedad extranjera de sociedades nacionales o su


participación en ellas constituye otro supuesto de actividad permanente por
aquellas en el territorio de la República.

Dispone el art. 123 de la ley 19.550 que para constituir sociedad en la


.C
República deberán previamente acreditar ante el juez de Registro que se han
constituido de acuerdo con las leyes de sus países respectivos e inscribir su
contrato social, reformas y demás documentación habilitante, así como la relativa
a sus representantes legales, en el Registro Público y en el Registro Nacional de
DD

Sociedades por Acciones, en su caso.

Se advierte también un grave error en la redacción de la aludida norma, pues


ella se refiere a la constitución por la sociedad extranjera de una sociedad
nacional y no a su participación, por lo que una interpretación literal de ella podría
LA

llevar a la conclusión de que los requisitos exigidos por el art. 123 de la ley
19.550 solo son requeribles cuando la sociedad extranjera participa como
fundadora de un ente mercantil nacional.

Sin embargo, la doctrina nacional y la jurisprudencia unánime de nuestros


FI

tribunales han coincidido en la comprensión, dentro del concepto de


"constitución", de toda adquisición posterior de acciones o cuotas de una
sociedad argentina, pues de lo contrario se despojaría a la norma de todo sentido
y efecto práctico, tornándola ilusoria y frustrando los fundamentos que la
inspiraron.


La participación de una sociedad extranjera en una sociedad local, cualquiera


que sea la magnitud de ella, no importa acto aislado, pues el ejercicio de los
derechos de socio implica una actividad permanente y continua, por lo que la
inscripción de la entidad foránea participante es cuestión que no ofrece ningún
tipo de discusión.

Del mismo modo, la inscripción de la sociedad extranjera en los registros


mercantiles locales no depende del grado de participación societaria de la que
aquella sea titular en la sociedad local participada; el fundamento que inspira su

287 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


necesaria registración, basada en el interés general y razones de soberanía,
torna inconducente cualquier discusión o diferencia al respecto, distinción que,
por otra parte, el art. 123 de la ley 19.550 no formula.

Las sociedades extranjeras que participan en sociedades nacionales no están


sometidas a los límites de participación previstos por los arts. 30 y 31 de la ley
19.550, que han sido pensados para la protección de los socios o accionistas
integrantes de la sociedad participante, custodia que no corresponde efectuar
con respecto a las sociedades extranjeras, cuya capacidad se rige también por
la ley del país de origen (art. 118, párr. 1º, ley 19.550).

El representante legal de la sociedad extranjera participante es el único sujeto


legitimado para ejercer los derechos y cumplir con las obligaciones inherentes al
carácter de socia de la entidad nacional, quien asume las responsabilidades

OM
correspondientes por su actuación (arts. 121 y 254, ley 19.550).

La inscripción de la sociedad extranjera para el ejercicio habitual de actos


comprendidos en el objeto social a través de la sucursal, asiento o cualquier otra
representación permanente en la República Argentina comprende la constitución
o participación en sociedad constituida en el país, resultando innecesario que la
entidad extranjera ya inscripta en el Registro Público conforme lo dispone el art.
.C
118 de la ley 19.550, deba efectuar nueva inscripción en los términos del art. 123
del referido ordenamiento legal. En tal sentido, la Inspección General de Justicia
tiene resuelto desde el caso "Sofora Telecomunicaciones SA", del 9 de febrero
de 2004, que la afirmación de que el único legitimado a los fines de representar
DD

a la sociedad extranjera en la filial es el representante de aquella, inscripto en el


Registro Público, queda reforzada con la solución prevista por el art. 121 de la ley
19.550, el cual prescribe que el representante de la sociedad constituida en el
extranjero contrae las mismas responsabilidades que los administradores que
prevé la ley, por lo que mal puede prescindirse de la actuación del representante
LA

inscripto en el Registro Público en todas las operaciones celebradas por la


sociedad extranjera en la República Argentina, pues, se reitera, tal inscripción no
puede tener otra finalidad que aquella que inspira a todos aquellos actos cuya
registración es impuesta por el legislador en forma obligatoria, esto es, dar
publicidad a esos actos.
FI

La omisión de inscribir a la sociedad extranjera que ha participado en la


constitución o que integra el capital social de una sociedad argentina obliga a la
aplicación de las mismas soluciones previstas para el caso de infracción a lo
dispuesto por el art. 118 de la ley 19.550, esto es, la inoponibilidad o


ininvocabilidad de su carácter de socia hasta tanto cumpla con el trámite


registral.

Finalmente, nada obsta a que una sociedad extranjera pueda participar como
socia única en la constitución de una sociedad argentina, siempre que esta última
se constituya bajo el molde de una sociedad anónima unipersonal. Con
anterioridad a ello, esto es, a la sanción de la ley 26.994 del año 2014, de
unificación del derecho civil y comercial, que incorporó a nuestra legislación las
sociedades unipersonales, no era posible que una sociedad constituida en el
extranjero pudiera constituir una filial argentina unipersonal, y la Inspección

288 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


General de Justicia había resistido, en el caso "Coca Cola Femsa de Buenos
Aires SA" —resolución 1632/2003 del 15 de diciembre de 2003— al pedido de
inscripción de una sociedad constituida en el extranjero, que tenía el 99,99999%
del capital social de una sociedad local, con el argumento de que se trataba de
una sucursal disfrazada de filial, violándose de esa manera la responsabilidad
ilimitada que asume la casa matriz por las deudas de sus sucursales.

§ 157. SOCIEDADES EXTRANJERAS CON DOMICILIO EN LA REPÚBLICA O CUYO


PRINCIPAL OBJETO SE CUMPLE EN ELLA

OM
El caso, de suma habitualidad en la práctica, está previsto en el art. 124 de
la ley 19.550 y tiene enorme virtualidad, atento a la enorme cantidad de
sociedades off shore que actúan en la República y que provienen por lo general
de países considerados como "paraísos o guaridas fiscales", tema sobre el cual
nos ocuparemos en los capítulos siguientes.

Dispone la norma en análisis que, ante tales supuestos, esto es, que la
.C
supuesta sociedad extranjera tenga su domicilio en la República Argentina o su
principal objeto se cumpla en ella, dicha entidad deberá ser considerada como
sociedad local a los efectos del cumplimiento de las formalidades de constitución
o de su reforma y control de funcionamiento.
DD

Interpretando armónicamente las disposiciones de la sección 15 de la ley


19.550 referida a las sociedades constituidas en el extranjero, el ámbito de
aplicación del art. 124 se limita a la sociedad cuyo principal objeto está destinado
a cumplirse en la República con exclusividad, pues cuando el objeto social se
LA

cumpla concurrentemente en otros lugares, la situación queda regida por el art.


118, párr. 3º, del citado ordenamiento.

El supuesto en análisis ha sido considerado por la doctrina como "sociedades


constituidas en fraude a la ley", y ha sido inspirado en la clandestinidad que tales
FI

sociedades pretenden, que por lo general ocultan comerciantes o ciudadanos


argentinos que, para superar incapacidades de derecho o permanecer ocultos a
la hora de responder patrimonialmente por actuaciones por lo general ilegítimas,
prefieren constituir sociedades extranjeras ficticias o simuladas con actuación
exclusiva en la República, pretendiendo con ello defraudar a terceros y dificultar


cualquier acción judicial que se intente contra ellas o contra sus integrantes.

Nuestra ley no ha sido feliz en su tratamiento, pues no parece razonable


considerarlas como sociedades locales solo a los fines del cumplimiento de las
formalidades de constitución y reforma. Las sociedades extranjeras descriptas
en el art. 124 de la ley 19.550 deben ser consideradas como sociedades locales
para todos los efectos, a los fines de evitar que invoquen el derecho de su país
de origen cuando les resulte conveniente. Tal solución es la que prevén
expresamente los arts. 2598 y 2652, párr. 1º, del Cód. Civ. y Com. en cuanto a

289 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


los efectos de los contratos celebrados en el extranjero para ser cumplidos en la
República Argentina o cuando ellos se celebren en fraude a nuestra ley.

La inspección General de Justicia, en la resolución general 7/2015 ha previsto


un régimen especial de adecuación o nacionalización de las sociedades
encuadradas en lo dispuesto por el art. 124 de la ley 19.550. Si ese
procedimiento no se cumple, estas sociedades, que debieron ser argentinas,
pero que no lo fueron, por expresa e ilegítima voluntad de sus integrantes,
determina su nulidad, en los términos del art. 19 de la LGS, pues se trata, a juicio
del profesor de la Universidad de Córdoba, Efraín Hugo Richard, de un claro
ejemplo de sociedades de objeto lícito y actividad ilícita, por desarrollar en
nuestro país una actividad ilegítima, pues ellas comparten conductas que
importan la desnaturalización funcional que ha tenido la virtualidad del completo
desbaratamiento del régimen de publicidad comercial requerido por la ley

OM
19.550, lo cual importa una actuación que, por su coherencia en la constante
inobservancia de ese régimen de orden público, corresponde sean asimiladas a
una actividad ilícita con el alcance del art. 19 de la ley 19.550, tanto más por
haberse tratado de la permanente infracción del régimen de orden público, lo que
autoriza la disolución y liquidación de dichas entidades, de oficio o a instancias
de parte. Este criterio obtuvo un importante respaldo jurisprudencial en el caso
"Inspección General de Justicia c. Biasider SA y otros sobre ordinario", mediante
.C
sentencia dictada por la sala C de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial del 21 de noviembre de 2006.
DD

§ 158. LA PROBLEMÁTICA DE LAS SOCIEDADES OFF SHORE. LAS RESOLUCIONES DE


LA INSPECCIÓN GENERAL DE JUSTICIA Y EL AVAL JUDICIAL RESPECTO DE LA
LA

NECESIDAD DE DESALENTAR SU ACTUACIÓN EN LA REPÚBLICA ARGENTINA

1. Si bien la denominada "operatoria off shore" en la República Argentina


registró antecedentes jurisprudenciales concretos en los primeros años de la
década del 70, cuando se presentó en convocatoria de acreedores ante la
FI

Justicia en lo Comercial de la Ciudad de Buenos Aires la ya centenaria sociedad


"Cía. Swift de la Plata Sociedad Anónima", pretendiendo la homologación de su
concordato preventivo, obtenido dolosamente con el voto favorable de una serie
de sociedades panameñas (otro país exportador de estos engendros
societarios), integrantes todas ellas de un grupo económico internacional


denominado "Deltec Internacional" al cual pertenecía la concursada, puede


afirmarse que el auge de la circulación de las compañías fantasmas provenientes
de paraísos fiscales y de otros países exportadores de sociedades off
shore encontró su máxima exposición a partir de la década del 90, como una de
las tantas manifestaciones de la corriente neoliberal que caracterizó el gobierno
elegido en el año 1989.

Durante el período que corrió entre el año 1989 hasta el año 2003, la
proliferación de las sociedades off shore en la República Argentina respondió a
innumerables causas, ya como un mecanismo apto para realizar oscuros

290 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


negocios, ya como un instrumento de defraudación a terceros —cónyuge,
herederos, trabajadores, acreedores quirografarios, etc.— ya como un
mecanismo para evadir impuestos, sirviéndose de estas compañías ficticias para
traer dinero del exterior o comprar campos o propiedades inmuebles de gran
valor, escondiéndose detrás de dichos entes a los verdaderos dueños de esos
bienes, que en un casi cien por ciento eran ciudadanos argentinos.

La elección de esos fraudulentos instrumentos ofrece los siguientes


beneficios:

a) Reemplaza al antiguo testaferro, de carne y hueso, susceptible de


quebrarse ante los estrados judiciales cuando era llamado a dar explicaciones,
sobre su conducta o sobre su patrimonio.

OM
b) Permite elegir un "tipo" societario del exterior, cuyo estatuto garantiza el
anonimato más absoluto, así como desarrollar todo tipo de actividades civiles y
comerciales y cuyos órganos pueden funcionar en cualquier parte del mundo.

c) Dificulta, en grado extremo, cualquier notificación judicial que se le pretenda


realizar a su país de origen.
.C
Los ejemplos de la utilización de sociedades off shore en la República
Argentina sobran y la aparición de los célebres "Panamá Papers SA" en el mes
de abril de 2016 y los "Paradise Papers", en el mes de noviembre de 2017,
provocaron en el mundo entero un escándalo de proporciones, que obligaron a
DD

muchísimos funcionarios de primer nivel, de países desarrollados y de los otros,


a presentar su inmediata renuncia, ante la repulsa general que en dichos países
provocó en su ciudadanía el conocimiento de que determinados integrantes de
su gobierno habían amasado su fortuna y realizado sus negocios utilizando
sociedades fraudulentas constituidas en guaridas fiscales.
LA

Resulta muy difícil advertir, en cualquier investigación que se lleva a cabo ante
sonados casos de corrupción, que el protagonista de la maniobra, sus allegados
o familiares, no resulten propietarios de autos, embarcaciones, casas, campos o
participaciones accionarias de control en sociedades locales, que se encuentren
FI

inscriptos en los registros correspondientes, a nombre de compañías off shore.

En nuestro país y hasta el año 2003, en que comenzó una intensa campaña
de la Inspección General de Justicia para terminar con este flagelo, la justicia se
mostró absolutamente incapaz de distinguir a las sociedades legítimamente


constituidas en el extranjero de las sociedades off shore, que, como hemos


expresado, son sociedades argentinas constituidas en lugares que se
caracterizan por inscribir estos anómalos entes a cambio de un excepcional
régimen impositivo y que, curiosamente, prohíbe a los habitantes de esos países
utilizar internamente dichos instrumentos.

2. Como toda situación anormal y contraria a la naturaleza de las cosas, esa


o la de entusiasmo por las sociedades off shore —que fue patrimonio, por lo
general, de la gente con recursos o de las clases dirigentes—, entró en una etapa
de declinación, como consecuencia de las resoluciones generales y particulares

291 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


dictadas por la Inspección General de Justicia durante los años 2003 a 2006,
cuya vigencia ha sido preservada por las posteriores autoridades de ese
organismo de control y sobre las cuales es importante recordar las siguientes:

158.1. Las resoluciones de la Inspección General de Justicia

OM
158.1.1. La resolución general IGJ 7/2003

Mediante la resolución general 7/2003, del 19 de septiembre de 2003, que fue


la columna vertebral de los mecanismos de protección creados por la Inspección
General de Justicia en la lucha contra las sociedades off shore, se adoptaron
efectivas medidas para evitar la proliferación y circulación de las sociedades
constituidas en paraísos fiscales, exigiendo a dichas sociedades que acrediten
.C
la existencia de activos o actividades en su país de origen o en otros lugares del
exterior. De lo contrario, debían proceder a nacionalizarse, esto es, a adaptar
sus estatutos a la ley argentina, lo que implica el sometimiento a las restricciones
DD

e incapacidades previstas por los arts. 30 a 32, la identificación de sus titulares


y el sometimiento al régimen de nominatividad que actualmente rige en materia
de acciones de sociedades anónimas, habida cuenta de que nuestra actual
legislación societaria no admite las acciones al portador y la necesidad de que
los gerentes de sociedades de responsabilidad limitada o directores de
sociedades anónimas presten efectiva garantía por el mal desempeño de su
LA

cargo.

En definitiva, la medida adoptada por la Inspección General de Justicia, a


través de la resolución general 7/2003, fue de fuerte impacto legal e impositivo
para transparentar la situación de los inversores extranjeros en el marco de una
FI

regulación propia de un país serio y orientado a la recepción de inversiones


productivas, previniendo el fraude al Fisco y a numerosas normas de orden
público del derecho argentino (regímenes de derecho de familia, sucesorio,
concursal, etc.) como así también la legitimación de activos de origen ilícito
("lavado de dinero"). Dicha normativa ha producido efectos sobre la anterior


actuación de sociedades provenientes de países de baja o nula tributación


("paraísos fiscales"), que son generalmente "los vehículos" —salvo casos de
efectiva integración en grupos económicos internacionales con comprobada
posesión de activos y realización de actividades multinacionales— de
defraudación, lavado de dinero y evasión fiscal más utilizados.

Como supuesto de excepción a las exigencias prescriptas por la


resolución general IGJ 7/2003 y a los fines de no ahuyentar las inversiones de
las grandes firmas multinacionales que se negaban a participar del tráfico
mercantil de un determinado país mediante la participación en filiales locales, ya

292 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


que solo lo hacían a través de una sociedad off shore, totalmente controlada por
aquellas, en fecha 21 de septiembre de 2004, se dictó la resolución general
22/2004, que trató el tema de las denominadas "sociedades vehículo" que, como
se ha dicho, son sociedades off shore, de las que se valen las grandes
corporaciones extranjeras para invertir en otro país, lo cual es una práctica
comercial internacionalmente expandida hace varios años. Precisamente, la
resolución general 22/2004 fue dictada con el objetivo de atraer capitales,
aunque se previó en dicha resolución que en el caso de "sociedades vehículo"
extranjeras, quien debía cumplir con las cargas probatorias impuestas por la
resolución general IGJ 7/2003 era la sociedad controlante de ella, pero siempre
que la controlante (o "sociedad madre", como se las llama dentro del ambiente
de los grandes estudios de profesionales) reconociera expresamente, a través
de propias actas de directorio y asambleas, que aquel vehículo era el
procedimiento con el cual la verdadera sociedad extranjera iba a intervenir en el

OM
tráfico mercantil nacional, con lo cual, a juicio de la Inspección General de
Justicia, se protegió adecuadamente al tercero argentino ante la posibilidad —
más que frecuente— de que, abandonada la sociedad vehículo a su propia
suerte por su entidad controlante, aquella cayera en cesación de pagos y nadie
pudiera cobrar sus acreencias.
.C
158.1.2. La resolución general IGJ 8/2003
DD

Otro extraño fenómeno que se presentó con suma frecuencia en la República


Argentina en los años 90, e íntimamente vinculado con el tema que hemos
descripto en el capítulo anterior, consistió en la enorme cantidad de inmuebles
urbanos, establecimientos rurales y rodados que se encuentran inscriptos en los
LA

registros correspondientes a nombre de sociedades extranjeras —en su casi


generalidad "sociedades off shore"— que ni siquiera se inscribieron en los
registros mercantiles locales, argumentando que se trataba —la compra de esos
bienes— de actos aislados efectuados en la República Argentina. Pues bien,
teniendo en consideración que detrás de esas extrañas sociedades —sin
FI

actividad empresaria en la República— titulares del inmueble o rodado, que se


amparaban detrás del anonimato que estas compañías ofrecen, la Inspección
General de Justicia dictó la resolución general 8/2003, de fecha 21 de octubre
de 2003, creando en su ámbito el "Registro de Actos Aislados de Sociedades
Constituidas en el Extranjero" a los fines de evitar la consumación de tan


frecuentes maniobras de insolventación u ocultamiento, de manera tal que


cuando las autoridades de los registros automotores o inmobiliarios advierten
como sospechosa la adquisición por parte de una sociedad extranjera de este
tipo de bienes, así como la constitución de derechos reales de garantía sobre
ellos, deberán hacerlo saber a la Inspección General de Justicia a los efectos de
adoptar las medidas del caso, la cual, en caso de confirmar que se trata aquella
sociedad de una mera pantalla o disfraz que oculta a su verdadero titular, la
obligará a inscribirse como sociedad argentina e identificar a sus verdaderos
titulares y administradores.

293 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En cumplimiento de esa resolución, la Inspección General de Justicia se abocó
a una extensa y profunda tarea de investigación con respecto a la titularidad de
inmuebles inscriptos en el Registro de la Propiedad Inmueble de la Ciudad de
Buenos Aires a nombre de sociedades extranjeras ficticias, que se estimaron en
un número no inferior a 15.000. En cumplimiento de ese objetivo y ante la
recepción de información enviada por aquel registro inmobiliario, determinados
inspectores del Departamento de Sociedades y Regímenes de Integración
General de Justicia realizaron constataciones en el referido inmueble e
investigaciones a los fines de determinar la verdadera identidad de los titulares
de esas propiedades y en tal sentido fueron dictadas las resoluciones
particulares en los casos "Manol Inmobiliaria SL" (resolución 921/2004); "The
Pacific Group SA" (resolución 922/2004); "La Miraguaya SA" (resolución
946/2004); "Bryce Services SA" (resolución 945/2004), "Nanbil SA" (resolución
1063/2004); "Brasil Buses SA" (resolución 1313/2004); "Lenther Investment SA"

OM
(resolución 946/2004); "Frinet SA" (resolución 1405/2004); "Soluziona SA"
(resolución 1443/2004), etc., por medio de las cuales se obligó a dichas
sociedades extranjeras, solo "formalmente" titulares de importantes inmuebles
en esta ciudad, a inscribirse en el Registro Público de Comercio, en los términos
del art. 118 de la ley 19.550, para que los terceros y la comunidad puedan tomar
conocimiento de las cláusulas de su contrato, en orden a la responsabilidad de
sus representantes y a la transparencia de su actuación en la República
.C
Argentina.

Es importante destacar que en uno de los casos —"Nanbil SA" (resolución


1063/2004)— se llegó a la conclusión, luego de una profunda investigación de
DD

las actividades de dicha sociedad extranjera, de que ella era el instrumento que
utilizó un activo abogado —hoy radicado en el exterior— con el único objeto de
despatrimonializarse fraudulentamente en perjuicio de sus acreedores. Por ello
y de inmediato se hizo conocer esa maniobra en los múltiples juzgados, tanto
penales como comerciales, donde ese escurridizo letrado era juzgado, a los fines
LA

de adoptar las medidas correspondientes en defensa de los intereses de sus


acreedores, resolviéndose asimismo la promoción de acciones judiciales por
parte de la Inspección General de Justicia, tendientes a obtener la declaración
de nulidad por simulación de dichas sociedades, pues habida cuenta del
propósito fraudulento de su constitución, ningún sentido tenía exigir la
FI

adecuación de dicha sociedad a la legislación nacional.

Finalmente, no puede soslayarse lo acontecido en la lamentable tragedia


ocurrida en el establecimiento bailable denominada "República de Cromagnon",
en fecha 30 de diciembre de 2004, donde perdieron la vida más de 190 personas.


Precisamente, ante la constatación de que el lugar donde funcionaba ese


establecimiento estaba a nombre de una sociedad off shore proveniente de la
República Oriental del Uruguay, denominada "Nueva Zarelux Sociedad
Anónima", la cual lo había adquirido a otra sociedad originaria de las Islas
Vírgenes Británicas denominada "National Uranums Corporation SA", nunca
inscripta en el Registro Público de Comercio, atento a haber sido invocado a
realizar esa compra en carácter de "acto aislado", la Inspección General de
Justicia efectuó una minuciosa investigación llegando a la conclusión de que
detrás de todo ese entramado societario se encontraban dos empresarios
argentinos, por lo que se resolvió, mediante una extensa resolución particular,

294 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


que lleva el número 431/2005, dictada el 13 de abril de 2005, iniciarle a dichas
sociedades acciones judiciales de nulidad por simulación, a los fines de imputar
la actuación de ellas y su patrimonio, a las referidas personas jurídicas, en los
términos del art. 54, in fine, de la ley 19.550.

158.1.3. La resolución general IGJ 12/2003

El fuerte impacto que produjo en el mundo de los negocios y en determinados


sectores profesionales el dictado de las resoluciones generales 7 y 8 del año
2003, obligó a la Inspección General de Justicia a regular sobre el procedimiento

OM
que debían llevar a cabo las sociedades constituidas en el extranjero,
encuadradas en los términos del art. 124 de la ley 19.550, para adecuarse a la
legislación nacional, esto es, "... a los fines de cumplir con las formalidades de
constitución o de su reforma", como prescribe la parte final de dicha norma.

Si bien el propósito que inspiró la resolución general IGJ 12/2003 fue el de


facilitar el procedimiento de adecuación o nacionalización de una sociedad que
.C
debió ser argentina, pero que fue constituida en el extranjero para aprovechar
las ventajas de la clandestinidad y la flexibilidad que ofrecen ciertos tipos
societarios provenientes de determinados países, en su mayoría guaridas o
paraísos fiscales, según el lado por el que se mire dicho fenómeno, lo que
DD

verdaderamente interesaba a la autoridad de control era la regularización de esa


entidad, con todo lo que ello implicaba (identificación de sus socios o accionistas,
sometimiento a las incapacidades previstas por los arts. 30 a 32 de la ley 19.550,
prestación de garantías por los administradores, etc.), estableciendo por medio
de aquella resolución la necesidad de recurrir al procedimiento de la
LA

regularización de sociedades no constituidas regularmente, previsto por el art.


22 de la ley 19.550, el cual se estimó el más adecuado, pues esta figura resultaba
más ajustada a la realidad fáctica de las sociedades extranjeras encuadradas en
lo dispuesto por el art. 124 de la ley 19.550, sea porque desarrollaron su
actuación en la República sin publicidad registral alguna o lo hicieron bajo la
FI

apariencia de una publicidad que el legislador previó para otros fines, como la
impuesta por los arts. 11, párr. 3º, y 123 del mencionado ordenamiento legal.

Ello se encuentra explicado suficientemente en los considerados de la


resolución general IGJ 12/2003, entre los cuales se puede leer lo siguiente: "Que


en presencia de los extremos que habilitan a considerar como local a la sociedad


constituida en el extranjero, la inscripción obtenida por ésta en otro registro
deviene inoponible al ordenamiento jurídico argentino a los efectos de la
actuación cumplida en la República. Consiguientemente y desplazada la
aplicación del derecho del lugar de constitución de la sociedad, elegido en fraude
a la ley argentina, la eventual calificación como regular o irregular de dicha
sociedad queda sustraída de aquel derecho y deferida al argentino, por lo que la
inoponibilidad e ineficacia de aquella registración de frente a los principios de
soberanía que inspiran el ordenamiento jurídico nacional, no comporta atribuir
una irregularidad sobreviniente post inscriptoria, sino sólo calificar el status de la

295 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sociedad como habría debido hacérselo conforme al derecho argentino cuya
aplicación ab initio se pretendió eludir, lo que sólo puede hacerse con
posterioridad a causa, precisamente, del accionar elusivo desplegado".

Pese a los pronósticos negativos que por entonces se escuchaban en torno al


efectivo cumplimiento de la resolución general IGJ 12/2003, las estadísticas del
Departamento de Sistemas de la Inspección General de Justicia demostraron
exactamente lo contrario, revelando que durante el año 2004 se adecuaron a la
ley argentina dieciséis sociedades extranjeras que se encontraban inscriptas en
los términos de los arts. 118 y 123 de la ley 19.550 y una sola sociedad foránea
que no se había matriculado en el Registro Público de Comercio, y en cuanto a
los datos relativos al año 2005, ingresaron al organismo el respectivo trámite de
adecuación la cantidad de ciento setenta y ocho sociedades extranjeras ya
registradas en los términos de los arts. 118 y 123 de la ley 19.550, inscribiéndose

OM
ciento tres de ellas y se presentaron para su regularización la cantidad de
veintidós compañías externas no inscriptas, de las cuales se adecuaron
diecisiete de ellas, lo cual revela una creciente intención de los dueños de estas
compañías de alejarse de la clandestinidad y de adaptarse al régimen legal
vigente.
.C
158.1.4. La resolución general IGJ 2/2005
DD

Como consecuencia, precisamente, de la tragedia de "República de


Cromagnon" surge la resolución general 2/2005, dictada el día 16 de febrero de
2005 y publicada en el Boletín Oficial al día siguiente, conforme a la cual la
Inspección General de Justicia, a cargo del Registro Público de Comercio, no
LA

inscribirá más en dicho registro, en los términos de los arts. 118, párr. 3º, y 123
de la ley 19.550, a las sociedades constituidas en el extranjero que carezcan de
capacidad y legitimación para actuar en el territorio del lugar de creación.

La resolución general IGJ 2/2005 constituyó una nueva vuelta de tuerca en


FI

materia de control de la actuación de las sociedades constituidas en el extranjero


por parte de la Inspección General de Justicia, agravando los términos de la
anterior resolución general 7/2003, pues mientras esta normativa aceptó que las
sociedades off shore pudieran acreditar la realización de actividades en otra
parte del mundo para evitar su encuadramiento en la hipótesis prevista por el art.


124 de la ley 19.550, la nueva resolución general de la autoridad de control


desestimó directamente la registración de estas sociedades, aun cuando estas
tuvieran una actividad empresarial o contaran con activos fijos de importancia en
otro punto del planeta.

La resolución general IGJ 2/2005 excluyó de su ámbito de aplicación a las


denominadas sociedades "vehículo" ya inscriptas o que se inscriban en el
Registro Público de Comercio, en los términos de la resolución general IGJ
22/2004, sin que ello inhabilite el análisis por la autoridad de control tributario de
la licitud de su interposición desde el punto de vista de las eventuales finalidades

296 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de orden fiscal que con ellas se persigan y a salvo la responsabilidad del
controlante o de los controlantes —directos o indirectos— de dichas sociedades
por los fundamentos expresados en la mencionada resolución general.

158.1.5. La resolución general IGJ 3/2005

Finalmente, mediante la resolución general IGJ 3/2005, dictada el 9 de marzo


de 2005, la Inspección General de Justicia cerró las últimas puertas al ingreso
de las sociedades off shore al tráfico mercantil argentino, al exigir a las
sociedades por acciones constituidas en el extranjero que soliciten su inscripción

OM
conforme a los arts. 118, párr. 3º, y 123 de la ley 19.550, que deberán presentar
la documentación que contenga la individualización de quienes fueren sus
accionistas, que deberá corresponder a una fecha no más de treinta días anterior
a la solicitud de inscripción correspondiente.

La resolución general IGJ 3/2005 tuvo varios objetivos, que han sido
expresamente mencionados en sus considerandos. En primer lugar, desalentar
.C
definitivamente a los cultores de las sociedades off shore, las cuales, como
hemos señalado, se caracterizan por haber emitido sus títulos al portador, en
tanto ello favorece la clandestinidad con que gozan sus verdaderos dueños. En
segundo lugar, igualar a los accionistas nacionales y extranjeros ante la ley
DD

argentina, en tanto la ley 19.550 no permite el ocultamiento de los socios en el


acto fundacional de la sociedad anónima y que, con respecto a su
funcionamiento posterior, dicho ordenamiento legal contiene previsiones
adecuadas para su identificación. En tercer lugar, se entendió que el régimen
extranjero del anonimato accionario afecta el orden público interno y no puede
LA

ser aplicado en territorio argentino, sin perjuicio de su vigencia en el lugar de


constitución, registro o incorporación de las sociedades extranjeras. Finalmente,
la individualización de los accionistas de las personas jurídicas viene también
alineada en recomendaciones internacionales sobre medidas tendientes a
impedir su uso ilícito, tales como las cursadas por el Grupo de Acción Financiera
FI

(GAFI), que la República Argentina integra como miembro pleno. Como bien lo
ha explicado el profesor Daniel Vítolo, en el mundo entero el cerco sobre el
anonimato en la actuación mercantil y en el tráfico económico se está cerrando,
en la medida en que la actuación oculta y secreta de los operadores importa un
riesgo grave que puede constituir una crisis sistémica de todo el régimen de


inversiones y además, el encubrimiento de la actuación de delincuentes,


narcotraficantes, terroristas y del crimen trasnacional.

158.1.6. Recepción de la doctrina emanada de las resoluciones generales


IGJ 7/2003, 22/2004, 2/2005 y 3/2005 en las Nuevas Normas de la
Inspección General de Justicia (resolución general IGJ 7/2005)

297 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las Nuevas Normas de la Inspección General de Justicia, recopiladas en la
resolución general IGJ 7/2005, receptó toda la normativa administrativa que, en
materia de sociedades extranjeras, fue dictada por la Inspección General de
Justicia entre los meses de septiembre de 2003 a agosto de 2005, fecha de la
sanción de la referida resolución general. Posteriormente, y como consecuencia
de la unificación del derecho privado argentino por la ley 26.994, en el año 2014,
la Inspección General de Justicia debió adecuar las denominadas "Nuevas
Normas de la Inspección General de Justicia", dentro de las cuales el tratamiento
de las sociedades constituidas en el extranjero y las sociedades off
shore constituyó un capítulo importante de dicha resolución general de la
autoridad de control, que, por tratarse de una reglamentación de la Ley General
de Sociedades, constituye un cuerpo legal muy extenso y en el que, además de
las soluciones ya previstas en materia de sociedades off shore, se adoptaron
concretas soluciones a otros fraudes societarios, como las sociedades de

OM
cómodo, la reglamentación de los aportes irrevocables a cuenta de futura
emisión de acciones, los denominados resultados no asignados, la ilegítima
maniobra de la "operación acordeón" o la permisiva actitud que la Inspección
General de Justicia había tenido, con anterioridad al año 2005, permitiendo que
las asociaciones civiles y fundaciones se convirtieran en controlantes de
importantes sociedades comerciales, con fines de obtener opacidad en la
integración real de estas personas jurídicas, y de paso, aprovechar las ventajas
.C
impositivas que nuestro ordenamiento legal otorga a las entidades de bien
público.
DD

158.2. La aparición de los "Panamá Papers" y los "Paradise Papers"


durante los años 2016 y 2017. Las medidas adoptadas por el gobierno
LA

nacional electo el 15 de noviembre de 2015

Como no podía esperarse de otra manera, el actual gobierno, atento a la


filosofía neoliberal que inspira su actuación, apuntó sus cañones contra las
referidas resoluciones de la Inspección General de Justicia, aunque los
FI

escándalos de los Panamá y Paradise Papers demoraron la adopción de una


política de desarticulación de todo ese sistema, creado por la autoridad de control
societario para brindar transparencia al tráfico mercantil en la República
Argentina y desarticular un mecanismo de corrupción y de fraude, que no es
propio de nuestro país sino del mundo entero.


Enterados los argentinos de que muchos de los integrantes del Poder


Ejecutivo nacional habían consolidado su fortuna personal a través de los
resultados de la operatoria off shore y que, en demasiados casos,
desempeñaban su función oficial con evidente interés contrario al nacional y en
defensa de sus intereses personales, se desató, allá por el mes de abril de 2016
—como consecuencia de la aparición de los "Panamá Papers"— un verdadero
escándalo que obligó a muchos funcionarios a dar concretas explicaciones sobre
el particular, explicaciones que pasaron por negar su participación en sociedades
constituidas en guaridas fiscales, hasta que ese argumento se hizo de imposible

298 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


invocación, habida cuenta del cúmulo de prueba acumulada en contra de esa
falsa afirmación. Fracasado ello, algunos de estos funcionarios pasaron a
invocar una supuesta inclusión "forzada" en sociedades off shore, la mayoría
provenientes de islas del Caribe, a las cuales habían pasado a integrar —en
calidad de socios o directores— sin prestar su consentimiento, argumento
realmente inconcebible para gente mayor de edad. Finalmente, el argumento
que encontró mayores adhesiones para justificar lo injustificable fue negar a las
sociedades off shore toda ilegitimidad, la cual solo quedaría configurada cuando
dichas compañías o sus cuentas bancarias del exterior no hubiesen sido
denunciadas por sus "dueños" a los organismos de recaudación de la República
Argentina. Este argumento resulta no solo inadmisible, por ser incompatible con
la naturaleza de las cosas, sino también contradictorio, pues un delito no absorbe
otro, sino que lo acumula y lo ratifica.

OM
§ 159. LA ILEGITIMIDAD DE LAS SOCIEDADES OFF SHORE EN LA REPÚBLICA
ARGENTINA
.C
1. El complaciente silencio de esta cuestión en los medios periodísticos,
radiales o televisivos de mayor difusión entre la clase dirigente argentina, o la
opinión de los propios interesados en la problemática, no pueden disimular que
se trata, la operatoria off shore, de una actividad ilícita para nuestro derecho,
DD

pues así lo ratifican los arts. 19 y 124 de la ley 19.550, así como los arts. 333 a
337 de nuestro unificado Código Civil y Comercial, que tratan sobre la simulación
y la numerosa jurisprudencia de nuestros tribunales.

Los emprendimientos comerciales a través de sociedades off shore, en todas


LA

sus formas, que se volatilizan en cualquier momento, cobrándose un tendal de


víctimas sin dejar responsables conocidos ni patrimonio con el cual esas víctimas
pudieren resarcirse, como aconteció en el caso Cromagnon en el año 2004,
constituye una actuación ilegítima para nuestro derecho y que, a pesar de las
opiniones complacientes en torno a ellas efectuadas desde el año 2016 en
FI

adelante por quienes pretenden defender a sus cultores, ha merecido y merece


en nuestro medio una doctrina judicial totalmente desfavorable.

En primer lugar, resulta contrario al giro ordinario de las cosas, que quien
pretenda intervenir en el tráfico mercantil de un determinado país omita


inscribirse en sus registros de comercio, cuya existencia obedece a la necesidad


de que los terceros conozcan la actuación documental de esa sociedad, así
como los datos relativos a sus fundadores, accionistas, composición y suficiencia
de su capital social, objeto social, la integración de sus órganos sociales,
efectivización de las garantías impuestas a los directores o administradores, etc.,
optando por registrarla en un paraíso fiscal, que asegura total opacidad e
impunidad. En nuestro país, toda sociedad constituida en el extranjero, salvo
para la realización de actos aislados, debe cumplir con esa carga registral, cuyo
incumplimiento afecta el orden público, y cuando toda la actividad de esa
sociedad foránea se desarrolla o se ha desarrollado en la República Argentina,

299 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


ella ha sido considerada como sociedad constituida en fraude a la ley y reprimida
por el art. 124 de la ley 19.550.

Ratificamos que no es argumento atendible para defender la legalidad de la


actuación de las sociedades off shore aquel que sostiene que para la validez de
la participación en sociedades que se constituyen en "paraísos" fiscales es
suficiente el hecho de que haya sido declarada por sus integrantes al Fisco
nacional, pues tal afirmación resulta totalmente incompatible con el fundamento
mismo de su existencia, en tanto las sociedades off shore se crean y funcionan
precisamente para ocultar la verdadera titularidad de sus acciones, sus
dividendos o remuneraciones percibidas en carácter de director o autoridad de
ellas. Sostener lo contrario —esto es, la supuesta declaración impositiva de una
tenencia accionaria en una sociedad off shore, como argumento justificante de
esa participación— implica incurrir en un oxímoron, esto es, una contradicción

OM
en sus propios términos y, lo que es peor, ofender la inteligencia de los
ciudadanos argentinos, a quienes no puede mentirse con razonamientos tan
burdos y primarios. Es más, la mera aparición en las declaraciones juradas de
bienes personales de participaciones en sociedades provenientes de guaridas o
paraísos fiscales debería provocar, de inmediato, una exhaustiva investigación
por la AFIP, con plena intervención de la Inspección General de Justicia, a los
fines de adoptar las medidas del caso, tendientes a la desestimación de la
.C
personalidad de esa sociedad, supuestamente extranjera, e imputar todos los
efectos de su actuación a las personas que estuvieran escondidas tras esas
máscara societaria. Tal es la solución prevista por el art. 54, párr. 3º, de la Ley
General de Sociedades (ley 19.550) y actualmente aplicable a las personas
DD

jurídicas no societarias, por el art. 144 del Código Civil y Comercial de la Nación.

2. No menos admisible en derecho es el argumento de legitimar la creación y


funcionamiento de estas sociedades invocando no haber participado en su acto
constitutivo o carecer de acciones, pues en estas compañías lo que menos
LA

importa son los personajes que figuran en sus papeles como titulares de su
capital social, toda vez que es conocido por todos que las sociedades off
shore emiten sus acciones al portador, y que ellas son transferidas por sus socios
fundadores —vinculados laboralmente con los estudios que se dedican a estos
menesteres— en forma casi inmediata y por supuesto sin papeles —a sus
FI

verdaderos controlantes y dueños—. Por el contrario, participar en el directorio


o ser apoderado es un importante hilo conductor que nos puede llevar —entre
otros indicios— a descubrir la identidad de los verdaderos dueños de dicha
sociedad, pues a diferencia de sus accionistas, los directores o sus apoderados
—que cuentan por lo general con infinitas facultades de administrar y disponer


del patrimonio de estas compañías— son quienes manejan efectivamente el


patrimonio de ellas, y que, por lo general, no se pone en manos de desconocidos
testaferros.

Con contundentes argumentos, sostuvo el profesor de la Universidad de


Córdoba, Efraín Hugo Richard, la aplicación del art. 19 de la ley 19.550, que
legisla sobre las sociedades nulas, por desarrollar en el país una actividad ilícita,
afirmando que ellas comparten conductas que importan la desnaturalización
funcional que ha tenido la virtualidad del completo desbaratamiento del régimen
de publicidad comercial requerido por la ley 19.550, lo cual a juicio de dicho

300 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


académico, importa una actuación que, por su coherencia en la constante
inobservancia de ese régimen de orden público, cabe sean asimiladas a una
actividad ilícita con los alcances del art. 19 de la ley 19.550, tanto más por
haberse tratado de la permanente infracción del régimen de orden público, lo que
autoriza la disolución y liquidación de las entidades de oficio o a instancias de
parte.

En el mismo sentido se orienta el profesor Daniel Roque Vítolo, autor del


primer estudio serio en la materia, para quien la mayoría de las sociedades y
organizaciones off shore están constituidas y operan en paraísos fiscales bajo
sistemas de anonimato accionario, sin que se conozcan —salvo para los propios
constituyentes o sus asesores— los verdaderos propietarios del capital
accionario o de las organizaciones ni los últimos beneficiarios, y se han erigido
en vías a través de las cuales se pretende eludir el control fiscal, cuando no

OM
constituyen instrumentos de fraude o de encubrimiento de actividades delictivas.
Concluye este autor sosteniendo, en un reciente trabajo, y cuando ya se había
conocido el escándalo de los "Panamá Papers", que lo cierto es que hoy parece
un tanto insostenible que se admitan sistemas jurídicos originados en
jurisdicciones en las cuales las sociedades constituidas en ellas no puedan
operar en su lugar de origen y solo sirvan como instrumento para desarrollar su
actividad por fuera de sus fronteras, es decir, en una mera operatoria off shore y
.C
las restricciones a esta operatoria están apareciendo cada vez más en el mundo.

Por su parte, la jurisprudencia de nuestros tribunales ha ratificado


ampliamente este criterio, siendo de suma utilidad transcribir los fundamentos
DD

expuestos por la sala E de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial,


que hizo propios los fundamentos expuestos por la Fiscalía de Cámara en los
autos "Petreoex Uruguay SA, le pide la quiebra Banco General de Negocios SA
y otro", del 25 de octubre de 2016, en la cual, además de encuadrar la actuación
de las sociedades off shore dentro de la norma del art. 124 de la ley 19.550, se
LA

sostuvo respecto de la ilicitud de la actuación de estas sociedades, que estas


constituyen verdaderas herramientas para el ilícito, para cuya conformación sus
motivaciones conllevan casi siempre algún grado de ilicitud, lo que conduce a la
formación de entes encubridores de personas físicas o jurídicas que se ocultan,
detrás de ellos, y que por el beneficio fiscal o nulo control, su relevante sentido
FI

no es otro que eludir responsabilidades legalmente exigibles. Así se defrauda a


la sociedad toda a través de la evasión tributaria, a terceros acreedores o se
utilizan para blanquear dinero cuyo origen es desconocido o imposible de
declarar por su ilegalidad, ya sea porque no fue denunciado fiscalmente o por
provenir de la corrupción, del narcotráfico del tráfico de armas o del terrorismo.


Luego de ello, en fecha 2 de junio de 2017, en el caso "Banco General de


Negocios SA sobre quiebra, Incidente de revisión de crédito por Beade de
Bargalló Cirio María Matilde", el mismo tribunal de comercio ratificó sus
conclusiones en esta materia. Se trataba de un caso —cuya tramitación se
prolongó por más de diez años— en donde la accionante pretendió la verificación
dentro del pasivo falencial del Banco General de Negocios SA, de cierto crédito
consistente en la devolución del dinero depositado a plazo fijo en una entidad
financiera de origen uruguaya, denominada "Compañía General de Negocios
SAIFE", y en otra sociedad, constituida en las Islas Vírgenes Británicas,

301 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


denominada "Compañía General de Negocios SA" —una importante guarida
fiscal—, responsabilizando al Banco General de Negocios SA, por el
incumplimiento contractual incurrido por estas últimas compañías, de origen
formal en el extranjero. Como bien se explica en dicha sentencia, el juez de
primera instancia tuvo por configurada esa responsabilidad, en razón —
fundamentalmente— de haber tenido por demostrado que existían estrechos
vínculos entre el banco argentino y las off shore antes mencionadas, pues había
entre ellos una inescindible conducción.

Finalmente, y sin pretender con ello agotar las sentencias o resoluciones


judiciales que abordaron la problemática de las sociedades off shore y su
ilegitimidad, no podemos omitir referirnos a lo acontecido en los casos "Torrillate,
Daniel Alfredo sobre quiebra, c. Sheppell Group SA y otros sobre ordinario", de
la sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, de fecha 31 de

OM
agosto de 2016, y "Talleres Reunidos Ítalo Argentino SA sobre quiebra c. Thrace
Group SA sobre ordinario", dictada por la sala F del mismo tribunal, en fecha
junio 13 de 2017, que presentaron similares características: a) Tenían como
protagonistas a sociedades off shore, constituidas en la República Oriental del
Uruguay, bajo el régimen de la ley 11.073 de dicho país, conocidas como
"Sociedades Anónimas Financiera y de Inversión" o más comúnmente como
"SAFIS"; b) Ambas compañías habían sido constituidas para celebrar
.C
operaciones en la República Argentina; c) Tanto Sheppell Group SA (en el caso
"Torrillate"), como Thrace Group SA (en el caso "Talleres Reunidos"), habían
adquirido bienes inmuebles de la fallida en fechas muy cercanas a la posterior
declaración de quiebra de los vendedores.
DD

En ambos casos la actuación de la sociedad "supuestamente" extranjera fue


descalificada en cuanto a su validez, por tratarse de actos simulados, efectuados
a favor de quienes (el posterior quebrado o los integrantes de la sociedad fallida)
se escondían detrás de la fachada de sociedades cuya estructura se adquiría
LA

por poca plata en la city porteña, con el único propósito de despojar o vaciar el
patrimonio de las empresas fallidas antes de su declaración en quiebra. En el
primer caso "Torrillate, Daniel Alfredo", los indicios de la simulación estuvieron
presentes y fueron tenidos en cuenta para resolver en torno a la ilegitimidad de
esa venta inmobiliaria, pues tanto el tribunal interviniente como la fiscal de
FI

Cámara, en su dictamen, pusieron el énfasis en que el vendedor continuó


habitando esa propiedad por más de diez años a la celebración de la operación
de compraventa, así como las deficiencias en la instrumentación del pago del
precio, pero fundamentalmente, que se trataba, la compradora, de una
sociedad off shore, a la cual, según los términos del dictamen de la representante


del Ministerio Público, la Dra. Gabriela Boquín, caracterizó como un importante


indicio a ponderar sobre la insinceridad del acto cuestionado, máxime cuando
ella se inscribió en el Registro Público en los términos del art. 118 de la ley
19.550 —esto es, como sucursal de una casa matriz inexistente en su lugar de
origen— con posterioridad a la declaración de falencia del vendedor.

Por su parte, en el caso "Talleres Reunidos Ítalo Argentino SA sobre quiebra


c. Thrace Group SA sobre ordinario", se trataba de la venta de un inmueble de
la sociedad actora, realizada con anterioridad a su declaración de quiebra, que
originó —ya tramitada la quiebra de la vendedora— la promoción de una acción

302 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


revocatoria concursal, promovida por la sindicatura, acción que fuera objeto de
transacción, efectuada entre la sindicatura y la sociedad adquirente, sin
autorización judicial. En la respectiva sentencia, y siguiendo también los términos
del dictamen de la Fiscalía de Cámara, la sala F de la Cámara Comercial
desestimó homologar el referido acuerdo de transacción, en tanto ello "podría
soslayar la ponderación de la actuación de la sociedad extranjera partícipe del
mismo, en el ámbito de nuestro país, en consonancia con las disposiciones del
artículo 118 y siguientes de la ley 19.550, que exige, cuanto menos, un análisis
pormenorizado de los elementos fácticos que rodearon la operación que se
pretende homologar y la actuación de los sujetos involucrados", haciéndose
explícita referencia a la intervención de la sociedad "Thrace Group SA" en la
emergencia.

OM
§ 160. LAS MEDIDAS ADOPTADAS POR EL GOBIERNO NACIONAL PARA ALENTAR LA
CONSTITUCIÓN Y ACTUACIÓN DE LAS SOCIEDADES OFF SHORE EN LA REPÚBLICA
ARGENTINA
.C
Fue absolutamente previsible, atento a la ideología neoliberal del actual
gobierno de Cambiemos, apoyado por los grandes medios de comunicación, que
toda esa política adversa a las sociedades off shore, implementada en los años
anteriores, debía llegar a su fin y ello se llevó a cabo mediante las siguientes
DD

medidas: a) Sanción de la ley 27.349 de "Apoyo al Capital Emprendedor", en el


año 2017, que en su capítulo II prevé un nuevo tipo de sociedad, supuestamente
dedicada a los emprendedores, pero que puede ser utilizada por cualquiera, sin
revestir ese carácter, y que presenta las mismas características de opacidad de
las sociedades off shore; b) Sanción de la ley ómnibus 27.444 del año 2018,
LA

denominada "Ley de Simplificación y Desburocratización para el Desarrollo


Productivo de la Nación", que por una parte, modificando los arts. 34 y 35 de
la ley 19.550, prohíbe la actuación societaria del socio aparente o presta nombre
y la del socio oculto, pero al momento de imponer las correspondientes
sanciones, lo hace mediante una responsabilidad subsidiaria, solidaria e
FI

ilimitada, identificándolos con los integrantes de las sociedades colectivas, con


lo cual tiende a proteger, con una responsabilidad atenuada, a quienes operan
en la clandestinidad o colaboran para el ocultamiento de los verdaderos
integrantes del ente societario; c) Esa misma ley, en su art. 23, saca del ámbito
de la Inspección General de Justicia al Registro Nacional de Sociedades por


Acciones y al Registro Nacional de Sociedades Extranjeras, que se pusieron a


cargo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos o del organismo que este
indique, solución absolutamente inverosímil si se parte de que es la Inspección
General de Justicia el organismo del Estado que tiene por función exclusiva el
control de la actuación de las personas jurídicas en el ámbito de la Ciudad de
Buenos Aires; d) La Inspección General de Justicia, por resolución general
6/2018 modificó sustancialmente el capítulo de las Nuevas Normas de la
Inspección General de Justicia referida a la actuación de las sociedades
constituidas en el extranjero, y siempre con el objeto de "simplificar, facilitar y
agilizar" los procedimiento que deben realizar las empresas, que es el mismo

303 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


fundamento de la existencia de la mega ley 27.444 a la cual nos hemos referido
antes, eliminó los requisitos para que las sociedades constituidas en el extranjero
acrediten sus actividades fuera del país, que constituyó la base de la resolución
general IGJ 7/2003 para eliminar la actuación de las sociedades off shore en la
República Argentina y borró también la exigencia de la autoridad de control para
que la sociedad foránea identifique a todos sus integrantes cuando estos fueren
titulares de acciones al portador, que con tanto acierto había incorporado la
resolución general 3/2005, para asimilar la situación de los accionistas
extranjeros con los accionistas argentinos y permitir a los terceros conocer los
verdaderos dueños o controlantes de dichas sociedades. Es importante ilustrar
que —curiosamente— la nueva resolución general IGJ 6/2018 eliminó de las
normas de la Inspección General de Justicia toda referencia a las sociedades off
shore. Un verdadero retroceso en materia de seguridad jurídica y un escarnio a
los principios de soberanía que inspiraron a la cruzada contra la operatoria off

OM
shore llevada a cabo por la Inspección General de Justicia a partir del año 2003.

CAPÍTULO XVII - LAS SOCIEDADES PERSONALISTAS O POR PARTE DE INTERÉS


.C
DD

§ 161. LAS SOCIEDADES DE PERSONAS


LA

161.1. Características

Las sociedades de personas o de interés son aquellas en las cuales


FI

predominan las características personales de los socios por sobre el capital que
aportan. Son históricamente las más antiguas y su utilización en el tráfico
mercantil es cada vez más escasa, pues a pesar de la flexibilidad y simplicidad
de su funcionamiento, los comerciantes no recurren a ellas por la sencilla razón


de que no ofrecen a sus socios el beneficio de la limitación de la responsabilidad.

Las sociedades de personas son las sociedades colectivas (arts.


123 a 133, ley 19.550), las sociedades en comandita simple (arts. 134 a 140, ley
19.550) y las sociedades de capital e industria (arts. 141 a 145, ley 19.550).
Antes también integraban esta categoría las sociedades accidentales o en
participación, pero ellas fueron eliminadas de la Ley General de Sociedades por
la ley 26.994, por entender que no se trataban de sociedades sino de contratos
asociativos.

304 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las sociedades personalistas, que se rigen fundamentalmente por las normas
de las sociedades colectivas, salvo en lo que no resulta compatible con las
especiales características de las demás sociedades de esta naturaleza, han sido
reservadas por el legislador para la pequeña empresa, pero la amplia
responsabilidad de sus socios por las deudas de la sociedad desalienta su
constitución y presenta en nuestro medio un extraño panorama en donde hasta
los negocios minoristas están en manos de sociedades anónimas, cuya
estructura y funcionamiento les resulta, desde todo punto de vista, inadecuado.

Las sociedades en comandita simple tuvieron su relativo auge hasta las


primeras décadas de siglo XX, pues ofrecían la posibilidad de limitar la
responsabilidad de los socios comanditarios sin recurrir al molde de la sociedad
anónima, sujeta al cumplimiento de estrictos requisitos y de autorización estatal,
pero la aparición de las sociedades de responsabilidad limitada en el año 1932

OM
(ley 11.645) puso prácticamente fin a su existencia, que quedó reservada casi
exclusivamente y hasta hace muy pocos años para la actividad farmacéutica, por
expresa directiva de la ley 17.565, que hoy se encuentra derogada. Por su parte,
las sociedades de capital e industria solo sirvieron para consumar el fraude
laboral, disfrazando al trabajador dependiente de socio industrial y al patrón de
socio capitalista.
.C
DD

§ 162. LAS SOCIEDADES COLECTIVAS


LA

162.1. Requisitos tipificantes. Responsabilidad de los socios

El requisito tipificante de estas sociedades lo constituye la responsabilidad


solidaria e ilimitada, aunque subsidiaria de sus socios por las obligaciones
FI

sociales, siendo inoponible a terceros el pacto en contrario.

Ello implica que los acreedores de la sociedad pueden dirigir sus acciones
contra ella y sus socios, los cuales no obstante pueden oponerle a aquellos el
beneficio de excusión de los bienes sociales (art. 56, ley 19.550) una vez dictada


sentencia de condena contra todos ellos. Satisfecha la deuda social por


cualquiera de los integrantes de la sociedad, este goza de las acciones de
reintegro contra sus consocios en proporción a lo que se hubiese estipulado en
el contrato de sociedad.

La oposición a terceros del beneficio de excusión previsto por el art. 56 de


la ley 19.550 no opera automáticamente, sino que debe ser opuesto
expresamente por el socio a terceros. Tal beneficio no impone al tercero una
intensa actividad tendiente a ejecutar los bienes sociales con resultado negativo,
pues basta la demostración de la insuficiencia del patrimonio social para que el

305 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


beneficio caiga, resultando suficiente, como ha sido expuesto por la
jurisprudencia, la propia confesión del socio colectivo de que la sociedad carecía
de bienes.

162.2. Constitución y funcionamiento

Las sociedades colectivas se constituyen y modifican por instrumento público


o privado (art. 4º, ley 19.550).

La denominación social se integra con las palabras "sociedad colectiva" o su

OM
abreviatura. Si actúa bajo una razón social, esta se formará con el nombre de
alguno, algunos o todos los socios, y deberá contener la palabra "y compañía" o
su abreviatura, si en ella no figuraren los nombres de todos los socios.

Cuando se modifique la razón social, se aclarará esta circunstancia en su


empleo, de tal manera que resulte indubitable la identidad de la sociedad. La
violación a tales reglas hará al firmante responsable solidariamente con la
.C
sociedad por las obligaciones así contraídas (art. 126, ley 19.550).

La ley admite la aportación de cualquier tipo de bienes a los fines de formar


su capital social. La amplia responsabilidad de los socios por las obligaciones
DD

sociales justifica el amplio criterio del legislador (art. 38, ley 19.550).

La suscripción e integración por los socios del capital social los hace titulares
de participaciones societarias que se denominan técnicamente "partes de
interés", que pueden ser embargadas por sus acreedores sociales, pero no
LA

ejecutadas. El art. 57 de la ley 19.550 impone expresamente esta solución para


evitar que a través de la ejecución forzada de tales participaciones pueda
desnaturalizarse la composición personalista de la sociedad, pero ello constituye
un grave error, pues permite la formación de estas sociedades para sustraer del
patrimonio personal del aportante determinados bienes personales y frustrar de
FI

tal manera los derechos de sus acreedores, que nunca podrán ejecutar tal
participación, a pesar de su evidente contenido económico, situación que podrá
prolongar indefinidamente, con el solo recurso de mantener inactiva a la
sociedad. Debió el legislador establecer un mecanismo de preferencia para los
socios en caso de ejecución forzada de las partes de interés, similar al previsto


por el art. 153 de la ley 19.550.

El acreedor del socio, si bien no puede ejecutar las participaciones sociales de


este, puede oponerse a la prórroga de la sociedad hasta tanto sea desinteresado
(art. 57, ley 19.550), solución también opinable, pues hace depender la
continuidad de la sociedad a las aventuras comerciales de cualquiera de sus
integrantes.

La transferencia por cualquier causa de las partes de interés de las sociedades


colectivas implica, en todos los casos, reforma del contrato social y necesita la

306 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


conformidad de los restantes socios, salvo pacto en contrario, aun cuando dicha
transferencia sea efectuada a cualquiera de los restantes integrantes del ente
(art. 131, ley 19.550).

El cambio de elenco de socios impone la modificación de la razón social, a fin


de respetar el principio de sinceridad y con el objeto de que la integración de la
sociedad sea indudable para los terceros. La permanencia en la razón social del
nombre de quien ha dejado de ser socio de una sociedad colectiva lo convierte
en socio aparente, con las obligaciones y responsabilidades previstas por el art.
34 de la ley 19.550, esto es, respondiendo frente a los acreedores sociales en
forma solidaria e ilimitada, con derecho a oponer el beneficio de excusión.

OM
162.3. Administración y representación

La administración y representación de las sociedades colectivas están


sometidas a las siguientes reglas:
.C
1. Todos los administradores son, a su vez, representantes de la sociedad,
obligándola por las obligaciones contraídas a su nombre.

2. Pueden revestir el cargo de administradores los socios o terceros (art.


DD

129, ley 19.550).

3. Si el contrato social no regula un concreto régimen de administración, todos


los socios y en forma indistinta tienen derecho a administrarla y representarla
(art. 127, ley 19.550).
LA

4. Si se encarga la administración a varios socios sin determinar sus funciones,


ni expresar que uno no podrá obrar sin el otro, se entiende que pueden realizar
indistintamente cualquier acto de administración y representación (art. 128, ley
19.550).
FI

5. Si se ha estipulado que nada puede hacer un administrador sin el otro,


ninguno de ellos puede obrar individualmente. En tal supuesto, la sociedad no
es responsable por las obligaciones contraídas por uno solo de los
administradores, con excepción de las obligaciones contraídas mediante títulos


valores, contratos entre ausentes, de adhesión o concluidos mediante formulario,


pues en protección de los terceros, el art. 58 de la ley 19.550 establece la
responsabilidad del ente por las deudas contraídas de tal manera, aun cuando
estas hayan sido celebradas en infracción al régimen de organización plural de
la administración de la sociedad, salvo mala fe del tercero.

En este aspecto, la ley 19.550 prohíbe la actuación del administrador de la


sociedad colectiva, aun en el supuesto de que su coadministrador se encontrare
en imposibilidad de actuar, con riesgo de daño grave e irreparable para el ente.
La jurisprudencia, sin embargo, en el caso "Bernhardt, María c. Weinstein de

307 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Horischnil, L.", dictado por la sala C de la Cámara Comercial, dictado en fecha 4
de noviembre de 1977, ha mitigado el rigor de la norma, y a los fines de evitar la
paralización del ente, en un supuesto donde uno de los administradores se había
alejado intempestiva pero permanentemente de la sociedad, se declaró la
procedencia de un coadministrador judicial mientras se sustanciaba el pleito de
exclusión del socio infractor.

La remoción del administrador, socio o no, aun designado en el contrato social,


puede ser resuelta por decisión de la mayoría de los socios, en cualquier tiempo
y sin necesidad de invocar justa causa, salvo pacto en contrario. Por el contrario,
cuando el contrato social requiera justa causa, el administrador conservará su
cargo hasta la sentencia judicial de remoción si negare la existencia de aquella,
salvo su separación provisional del cargo, por aplicación de las normas sobre
intervención judicial (arts. 113 a 117, ley 19.550).

OM
El art. 129, párr. 2º, de la ley 19.550 autoriza a cualquiera de los socios a
reclamar la remoción del administrador, con invocación de justa causa, pero los
socios disconformes con la remoción del administrador tienen derecho de
receso, solo en el caso de que la designación de aquel fue condición expresa de
la constitución de la sociedad.
.C
La acción que la ley confiere al socio para requerir la remoción del
administrador con justa causa es de naturaleza social y debe dirigirse contra la
sociedad y el administrador cuya remoción se solicita. Tramita por juicio de pleno
conocimiento, a tenor de lo dispuesto por el art. 15 de la ley 19.550.
DD

El administrador, aunque revista también el carácter de socio, puede renunciar


en cualquier momento, salvo pacto en contrario, pero responde de los perjuicios
que ocasione si la renuncia fuere dolosa o intempestiva (art. 130, ley 19.550).
LA

162.4. Resoluciones sociales


FI

A los efectos de adoptar acuerdos sociales, los socios deben reunirse en


asamblea o reunión de socios y labrar acta de lo allí acontecido (art. 73, ley
19.550).


Toda modificación del contrato, incluso la transferencia de la parte a otro socio,


requiere el consentimiento de los restantes, salvo pacto en contrario, debiendo
entenderse por tal la cláusula contractual que altere el régimen general que
impone la ley. En tal sentido, la jurisprudencia ha admitido, dentro del concepto
del "pacto en contrario" a que se refiere el art. 131 de la ley 19.550, la previsión
en el acto constitutivo de un único régimen de mayorías diferente a la
unanimidad.

Las resoluciones sociales que no implican modificación del contrato social


deben adoptarse por mayoría absoluta del capital presente, excepto que los

308 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


socios hayan establecido en dicho instrumento un régimen diferente (art. 132, ley
19.550). Dentro de tales acuerdos se encuentran la aprobación de los balances
y estados contables, así como la designación y remoción de los administradores
(art. 129, ley 19.550), salvo que el nombramiento del administrador que se
pretenda remover haya sido condición expresa de la constitución de la sociedad,
decisión que implica reforma del contrato constitutivo, sometido a las rigurosas
mayorías establecidas por el art. 131 de la ley 19.550.

162.5. Resolución parcial del contrato de sociedad

OM
En las sociedades colectivas, en comandita simple, de capital e industria, la
muerte de un socio resuelve parcialmente el contrato social (art. 90). Ello significa
que, fallecido un socio, los herederos no deben ingresar a la sociedad, sitio que
son acreedores de esta, por el valor real de la participación del causante.

Sin embargo, en las sociedades colectivas y en comandita simple, el art. 90 de


la ley 19.550 admite la licitud de las cláusulas contractuales por medio de la cual
.C
los fundadores pacten el ingreso obligatorio de los herederos del socio fallecido,
a quienes solo asiste el derecho de solicitar la transformación de su parte en
comanditaria.
DD

Dicha norma es inconstitucional y afecta el derecho de propiedad de los


herederos, obligando a estos a participar forzadamente de un contrato que no
han suscripto, olvidando el legislador la clara directiva del art. 1021 del Cód. Civ.
y Com., que declara inoponible a los terceros las cláusulas de contratos de los
que no han sido parte.
LA

Del mismo modo, en las sociedades colectivas, en comandita simple, de


capital e industria, en participación, de responsabilidad limitada y para los
comanditados en las sociedades por acciones, cualquier socio puede ser
excluido si mediare justa causa (art. 91, ley 19.550). Ello ya ha sido estudiado en
FI

el capítulo XIV, pero corresponde agregar a lo dicho que, en materia de


sociedades colectivas, la realización por un socio, por cuenta propia o ajena, de
actos que impliquen competir con la sociedad que integra, cuando ello no
estuviere expresa y unánimemente admitido por los consocios, configura justa
causa de exclusión, debiendo incorporar a ella los beneficios obtenidos y resarcir


los perjuicios causados (art. 133, ley 19.550).

§ 163. SOCIEDADES EN COMANDITA SIMPLE

309 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


163.1. Requisitos tipificantes

Las características especiales de las sociedades en comandita simple son las


siguientes:

a) Existencia de dos categorías de socios: los socios comanditados y


comanditarios, cuya diferencia radica en el régimen de responsabilidad de cada
uno de ellos por las deudas de la sociedad.

b) El o los socios comanditados responden por las obligaciones sociales como

OM
los socios de la sociedad colectiva, esto es, en forma solidaria, ilimitada, aunque
subsidiaria por las obligaciones sociales.

c) Los socios comanditarios, por el contrario, solo responden con el capital que
se obliguen a aportar.

d) El capital social en que participen los socios comanditarios no se divide en


.C
acciones ni se representa en títulos circulatorios, a diferencia de las sociedades
en comandita por acciones.

e) La administración y representación solo puede ser ejercida por los socios


DD

comanditados o terceros que se designen, quedando vedado a los socios


comanditarios inmiscuirse en la administración.
LA

163.2. Constitución

Rigen para la constitución de las sociedades en comandita simple los mismos


FI

requisitos formales que para las sociedades colectivas.

Su denominación social debe integrarse con las palabras "sociedad en


comandita simple" o su abreviatura. Si actúa bajo una razón social, esta se
formará exclusivamente con el nombre o nombres de los comanditados,


debiendo contener las palabras "y compañía" o su abreviatura si en ella no


figurasen el nombre de todos los socios comanditados (art. 134, ley 19.550). La
infracción a lo dispuesto por dicha norma hace responsable solidariamente al
firmante con la sociedad por las obligaciones así contraídas.

En cuanto a los aportes, la distinta extensión de la responsabilidad de los


socios impone criterios diferentes en cuanto a la clase de aportes que pueden
ser efectuados: para los socios comanditados es lícito cualquier tipo de aporte,
incluso obligaciones de hacer o de industria, mientras que para los socios
comanditarios solo son admisibles aportes de obligaciones de dar, aun cuando

310 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


los bienes aportados no sean susceptibles de ejecución forzada (art. 135, ley
19.550).

163.3. Administración y representación

Como principio general, el art. 136 de la ley 19.550 establece que la


administración y representación de la sociedad es ejercida por los socios
comanditados o terceros que se designen, y se les aplicará, en caso de
administración plural, las normas sobre administración de las sociedades
colectivas (arts. 127 a 130, ley 19.550), a las que corresponde remitir.

OM
El legislador ha prohibido al socio comanditario intervenir en la administración
y representación de la sociedad bajo pena de ser responsable ilimitada y
solidariamente por las obligaciones sociales, incluso por aquellas operaciones
en que no hubiese intervenido cuando su actuación administrativa ha sido
habitual (art. 137, ley 19.550). Tampoco puede el socio comanditario ser
mandatario de la sociedad, bajo pena de incurrir en las mismas
.C
responsabilidades, aun cuando la ley aclara que la sociedad queda obligada por
los actos celebrados mediante tal mandato.

La prohibición que pesa sobre el comanditario de ejercer o realizar cualquier


DD

acto de administración, si bien parece congruente con el diferenciado régimen


de responsabilidad que caracteriza a ambos integrantes de la sociedad, resulta
contradictorio con otras normas del ordenamiento societario, pues carecen de
toda explicación las razones por las cuales se admite la actuación en la dirección
de la sociedad por parte de terceros y se excluye la de los comanditarios, cuando
LA

su responsabilidad es prácticamente idéntica. Pero aun compartiendo el criterio


del legislador, hubiera sido mucho más simple declarar inoponibles a terceros
las actuaciones del socio comanditario, pues carece de toda lógica prohibirles a
estos la realización de cualquier acto de administración o representación para
luego aceptar la responsabilidad del ente por tales obligaciones.
FI

La terminante prohibición que pesa sobre los socios comanditarios para


administrar la sociedad no se extiende al examen, inspección, vigilancia,
verificación, opinión o consejo, los cuales están expresamente autorizados por
el art. 138 de la ley 19.550.


En caso de quiebra, muerte, incapacidad o inhabilitación de todos los socios


comanditados, el socio comanditario puede realizar los actos urgentes que
requiera la gestión de los negocios sociales mientras se regulariza la situación
creada, sin incurrir en responsabilidad ilimitada y solidaria. La sociedad se
disuelve si no se regulariza o transforma en el término de tres meses; caso
contrario, los socios comanditarios responderán de tal manera por las
obligaciones contraídas (art. 140, ley 19.550).

311 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


163.4. Régimen de adopción de las resoluciones sociales

Rigen al respecto las normas de los arts. 131 y 132 de la ley 19.550 que se
refieren al régimen de mayorías en las sociedades colectivas, pero a los fines de
adecuar dichas disposiciones a las sociedades en comandita simple, el art. 139
dispone que los socios comanditarios tienen voto en la consideración de los
estados contables y en la designación del administrador.

OM
163.5. Disolución y liquidación

La disolución y liquidación se gobiernan por las normas de los arts. 94 a 112 de


la ley 19.550, pero debe tenerse en cuenta que la reducción a uno del número
de socios no provoca la disolución de la sociedad, sino que, conforme lo dispone
.C
el art. 94 bis, de ocurrir tal circunstancia, se produce la transformación de pleno
derecho en una sociedad anónima unipersonal si no se decidiera otra solución
en el término de tres meses.
DD

Esta solución ha sido incorporada por la ley 26.994, que introdujo en nuestro
régimen societario la sociedad unipersonal, pero la solución prevista por el art.
94 bis carecerá de toda operatividad, pues es desde todo punto de vista
imposible que la figura de la transformación societaria pueda imponerse "de
pleno derecho", toda vez que su concreción requiere de numerosos trámites
LA

internos e inscripciones concretas en el Registro Público, según lo dispuesto por


los arts. 74 y siguientes de la ley 19.550. Con otras palabras, no se alcanza a
entender cómo, de un día para el otro, y sin la realización de esos
procedimientos, pueden los terceros invocar contra la sociedad en comandita
simple o contra sus socios las normas previstas para la sociedad anónima
FI

unipersonal, que como se ha expresado, requiere integración inmediata de


aportes, una denominación social concreta y el cumplimiento de los requisitos
que el art. 299 prevé para las sociedades anónimas comprendidas en dicha
norma.


§ 164. SOCIEDADES DE CAPITAL E INDUSTRIA

312 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


164.1. Requisitos tipificantes

Los requisitos tipificantes de las sociedades de capital e industria son los


siguientes:

a) Existencia de dos categorías de socios, diferenciados no solo por la


responsabilidad que les cabe por las obligaciones sociales, sino
fundamentalmente por la naturaleza de las aportaciones efectuadas por ellos.
Así, a los socios capitalistas les está permitido solo efectuar prestaciones de dar
mientras que los socios industriales solo aportan su "industria" u obligaciones de
hacer.

b) Los socios capitalistas responden por los resultados de las obligaciones


sociales como los socios de la sociedad colectiva, mientras que los socios

OM
industriales responden hasta la concurrencia de las ganancias no percibidas (art.
141, ley 19.550).

El régimen de la responsabilidad de los socios industriales es harto discutible,


pues los derechos de los terceros dependen de la mera voluntad del socio
industrial, en la medida en que una vez retiradas sus ganancias, cesa totalmente
su responsabilidad por las obligaciones sociales.
.C
Es conveniente recordar que al socio industrial le está expresamente prohibido
percibir sueldos o retribuciones periódicas por su trabajo. Es aplicable al respecto
lo dispuesto por el art. 68 de la ley 19.550, que solo autoriza el pago de ganancias
DD

si ellas resultan de ganancias realizadas y líquidas, provenientes de un balance


confeccionado de acuerdo con la ley y aprobado por el órgano social
competente.
LA

164.2. Constitución
FI

Rigen las mismas formalidades de constitución que para las sociedades


colectivas.

La denominación social se integra con las palabras "sociedad de capital e


industria", o su abreviatura. Si actúa bajo una razón social, no podrá figurar en


ella el nombre del socio industrial (art. 142, ley 19.550). La violación a tales
prescripciones hace responsable solidariamente al firmante con la sociedad por
las obligaciones así contraídas.

Constituye cláusula necesaria del contrato constitutivo la determinación de la


parte del socio industrial en los beneficios, no solo en protección de los derechos
de este, sino fundamentalmente de los terceros acreedores de la sociedad en
atención al límite de la responsabilidad que para estos socios establece el art.
141 de la ley 19.550. La omisión de esa cláusula no invalida al contrato
constitutivo, pues asiste el derecho del socio de solicitar judicialmente su

313 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


determinación (art. 144, ley 19.550), lo cual constituye excepción al principio
general contenido en el art. 11, inc. 7º, de la ley 19.550.

164.3. Administración y representación

La administración y representación de la sociedad colectiva podrá ser ejercida


por cualquiera de los socios, resultando aplicables las disposiciones previstas
por la ley 19.550 para las sociedades colectivas (arts. 127 a 130, ley 19.550).

Si el socio industrial no ejerciere la administración, la quiebra, concurso,

OM
muerte, incapacidad o inhabilitación de todos los administradores, habilita a
aquel a realizar los actos urgentes que requiera la gestión de los negocios
sociales mientras se regulariza la situación, sin incurrir en responsabilidad
ilimitada y solidaria. No obstante, la sociedad se disuelve si no se regulariza o
transforma en el término de tres meses, respondiendo el socio industrial en forma
ilimitada y solidaria por las obligaciones contraídas (art. 145, in fine, ley 19.550).
.C
DD

164.4. Resoluciones sociales

Para la adopción de las resoluciones sociales se aplicará el régimen de


mayorías previsto por los arts. 131 y 132 para las sociedades colectivas.
LA

El socio industrial tiene pleno derecho de voto en todas las decisiones


sociales, debiendo computarse su voto como el del socio capitalista en caso de
tratarse de una sociedad de dos socios, o el del capitalista de menor aporte, en
caso de existir varios socios de esta categoría.
FI

164.5. Disolución y liquidación




Corresponde remitirse a lo expuesto al tratar idéntico tema respecto de las


sociedades en comandita simple.

CAPÍTULO XVIII - SOCIEDADES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA

314 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 165. NATURALEZA Y CARACTERÍSTICAS

La doctrina ha calificado a las sociedades de responsabilidad limitada como


sociedades de carácter mixto, en el sentido de que, si bien la personalidad del
socio no es esencial para su constitución, como en la colectiva, tampoco es
indiferente como sucede en las sociedades anónimas.

Sus requisitos tipificantes son los siguientes:

1. Su capital se divide en cuotas y los socios o "cuotistas" limitan su

OM
responsabilidad a la integración de las que suscriben e integran. No obstante,
los socios garantizan solidaria e ilimitadamente a los terceros la integración de
los aportes en efectivo y son responsables de la misma manera por la
sobrevaluación de los aportes en especie (arts. 146 y 150, ley 19.550).

2. La administración y representación está a cargo de una gerencia, que puede


ser unipersonal o plural, integrada por socios o terceros.
.C
3. El número de socios de las sociedades de responsabilidad limitada no podrá
exceder de los cincuenta.
DD

Las sociedades de responsabilidad limitada no fueron legisladas por el Código


de Comercio de 1857/1862 sino que, incorporadas a principio del siglo XX por la
legislación germánica, fueron receptadas en nuestro país por la ley 11.645 del
año 1932. Su aparición encontró inmediato auge entre las pequeñas y medianas
industrias, pues ofreció un esquema simple de funcionamiento, pero con el
LA

beneficio de la limitación de la responsabilidad de sus integrantes, evitando las


dificultades que hasta ese momento ofrecían las sociedades que otorgaban tal
privilegio, pues las sociedades en comandita simple presentaban el obstáculo de
encontrar un socio colectivo o solidario, y las sociedades anónimas estaban
sometidas a rigurosos requisitos de constitución (diez socios como mínimo) y
FI

sujetas a autorización estatal, de no fácil obtención.

De manera tal que las sociedades de responsabilidad limitada se convirtieron,


desde la fecha de la sanción de la ley 11.645, en un molde muy recurrido por los
comerciantes y fue especial preocupación de los legisladores de 1972 mejorar


su normativa, conscientes de que este tipo social cubría el campo de actividades


que se consideraba inadecuado al esquema más complejo de la sociedad
anónima. En tal sentido, la ley 19.550 introdujo una regulación más detallada
para la cesión de cuotas, se incorporó la posibilidad de realizar ciertos negocios
sobre las cuotas sociales (prenda, usufructo) y se subdividió a las sociedades de
responsabilidad limitada en tres subtipos, de acuerdo con el número de cuotistas
que la sociedad tuviera, dedicándoles una normativa diferente, más parecida a
las sociedades colectivas cuando la sociedad tuviera menos de cinco socios y
más semejante a la anónima cuanto tuviera más de veinte integrantes.

315 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La ley 22.903 de 1983 volvió a retocar a las sociedades de responsabilidad
limitada, y como tales reformas no eran necesarias ni exigidas por los
interesados, la nueva estructura brindada por aquella normativa no tuvo los
benéficos efectos que se esperaban. Justo es, sin embargo, reconocer que la
reglamentación del derecho de preferencia, ante la cesión o ejecución forzada
de cuotas constituyeron aciertos de la ley 22.903, pero ellos quedaron opacados
por la deficiente regulación en materia de mayorías y del derecho de receso,
amén del fracaso que en la práctica implicó la nueva forma de adoptar decisiones
sociales incorporada por la ley de 1983.

OM
§ 166. REQUISITOS DE CONSTITUCIÓN

Las sociedades de responsabilidad limitada se constituyen y modifican por


instrumento público o privado (art. 4º, ley 19.550), pero la modificación del elenco
de los socios no constituye reforma del contrato social, a diferencia de lo que
sucede con las sociedades de personas.
.C
El capital social debe ser suscripto íntegramente en el acto de constitución de
la sociedad. Los aportes dinerarios deben integrarse en un veinticinco por ciento
como mínimo y completarse en un plazo de dos años. Su cumplimiento se
acreditará al tiempo de ordenarse la inscripción en el Registro Público con el
DD

comprobante de su depósito en un banco oficial. En cuanto a los aportes en


especie, ellos deben integrarse totalmente, y su valor se justificará indicándose
en el contrato social los antecedentes justificativos de la valuación (art. 51, ley
19.550). Si los socios optan por realizar valuación por pericia judicial, cesa la
responsabilidad que les impone el art. 150 (responsabilidad solidaria e ilimitada
LA

por la integración de los aportes en dinero y por la sobrevaluación de los aportes


en especie).

La denominación social puede incluir el nombre de uno o más socios y debe


contener la indicación "sociedad de responsabilidad limitada", su abreviatura o
FI

la sigla SRL. Su omisión hará responsable ilimitada y solidariamente al gerente


por los actos que celebrare en esas condiciones.

Ha sido un tema muy controvertido en la jurisprudencia la posibilidad de la


inclusión de un tercero en la denominación social de las sociedades de


responsabilidad limitada, supuesto muy frecuente cuando uno de los socios cuyo
nombre integra la sociedad se ha desvinculado de ella. Nuestros tribunales se
han pronunciado en forma muy dispar, haciendo predominar en algunos casos
el fuerte acento personalista que caracteriza a este tipo societario, requiriendo el
cambio de la denominación social ante tal eventualidad o resaltando, en un
sentido diametralmente opuesto, su mayor proximidad a las sociedades por
acciones, de neto corte capitalista, y la indiferencia del elenco de los socios para
los terceros, lo que tornaría innecesaria la modificación del nombre societario de
las sociedades de responsabilidad limitada, ante la desvinculación contractual o

316 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


natural de uno de sus socios. Esta es la tendencia mayoritaria de nuestra
doctrina y jurisprudencia.

§ 167. LOS SOCIOS DE LAS SOCIEDADES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA.


RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS

Hemos ya afirmado que, como uno de los requisitos tipificantes de las


sociedades de responsabilidad limitada, se encuentra la responsabilidad
especial de los socios, que se limita a la integración de las cuotas que suscriban
o adquieran, sin perjuicio de la garantía a que se refiere el art. 150 de la ley

OM
19.550.

Ello significa que el socio de una sociedad de responsabilidad no puede


intervenir ni ser demandado en una acción promovida por un acreedor de la
sociedad. Del mismo modo, la quiebra de la sociedad de responsabilidad limitada
no importa la quiebra de sus integrantes.
.C
Sin embargo, la limitación de la responsabilidad de los socios a las cuotas
integradas impone un capital social adecuado al real movimiento de la empresa,
pues, como hemos sostenido reiteradamente, en todas las sociedades donde se
ha impuesto un régimen de responsabilidad restringido de los socios, la
DD

suficiencia del capital social es su necesaria contrapartida. De lo contrario, la


sociedad se convierte automáticamente en un instrumento de fraude y de
perjuicios para los terceros a quienes no es dable requerirles el estudio del
contrato social o balances de la sociedad de responsabilidad limitada al momento
de contratar. La suficiencia del capital social para responder por las obligaciones
LA

contraídas por la entidad debe considerarse implícita en todo ente cuyo tipo
imponga tan restringida responsabilidad y su infracapitalización abre las puertas
para exigir a los integrantes de la sociedad su responsabilidad personal por las
obligaciones sociales.
FI

Finalmente, no debe olvidarse que, como requisito esencial, aunque no


tipificante de este tipo de sociedades, la ley ha impuesto un número máximo de
cincuenta socios. Si bien discrepamos con tal exigencia, el exceso de tal límite
no conduce a la declaración de nulidad del ente, sino que obliga a someterse a
dicha sociedad a la normativa de la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, que


comprende en su seno a las sociedades que carecen de requisitos esenciales


tipificantes y no tipificantes.

§ 168. LAS CUOTAS SOCIALES. NATURALEZA JURÍDICA

317 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La división del capital social de las sociedades de responsabilidad limitada en
cuotas de igual valor, de diez pesos o sus múltiplos (arts. 148, ley 19.550) es otro
requisito tipificante de este tipo social.

Las cuotas, a diferencia de las acciones de las sociedades anónimas, no se


representan en títulos, sino que su titularidad se acredita con las constancias del
contrato constitutivo o convenios posteriores de cesión, debidamente inscriptos
en el Registro Público.

La titularidad sobre las cuotas de sociedades de responsabilidad limitada


confiere al socio los derechos y las obligaciones de índole societaria que de ellas
emanan, por lo que su acreditación es requisito esencial para su ejercicio.

Los acreedores de los socios de las sociedades de responsabilidad limitada

OM
pueden ejecutar las cuotas cuyo deudor es titular en ellas, con sujeción a un
régimen especial previsto por el art. 154 de la ley 19.550.

Aunque de casi nula aplicación en la práctica, el art. 151 de la ley


19.550 autoriza la emisión por la sociedad de responsabilidad limitada de cuotas
suplementarias, siempre y cuando tal emisión estuviere autorizada en el contrato
social.
.C
Se diferencian de las cuotas ordinarias por el hecho de que las suplementarias
no forman parte del capital social, aun cuando su integración implica un ingreso
de fondos a la sociedad, que deberá asentarse en el balance. Precisamente, por
DD

no constituir capital, su emisión no está sujeta a las mayorías requeridas por el


contrato social para la modificación del acto constitutivo. Al respecto, el art.
151 de la ley 19.550 requiere el acuerdo de los socios que representen más de
la mitad del capital social.
LA

Por otra parte, la integración de las cuotas suplementarias debe ser


proporcional al número de cuotas de las que cada socio sea titular al momento
que se acuerde hacerlas efectivas, y su integración solo será exigible por la
sociedad, una vez que la decisión social de emisión haya sido publicada e
inscripta. Tal exigibilidad, que carece de todo fundamento, en tanto no se
FI

advierte la importancia de la previa registración de su emisión, ratifica una vez


más la diferencia que existe entre las cuotas suplementarias y las cuotas
ordinarias, pues si la emisión de las primeras implicara una reforma del acto
constitutivo, ellas deberían ser suscriptas e integradas con posterioridad a la
decisión social que hubiera resuelto tal emisión (art. 12, ley 19.550), con


independencia de toda registración.

§ 169. EL RÉGIMEN DE TRANSFERENCIA DE LAS CUOTAS SOCIALES

El art. 153 de la ley 19.550 establece como principio general que las cuotas
son libremente transmisibles, salvo disposición contractual en contrario. Sin

318 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


embargo, la cláusula restrictiva solo puede limitar la transferencia, pero nunca
prohibirla, por ser la transmisibilidad un rasgo tipificante de las sociedades de
responsabilidad limitada (art. 146, ley 19.550).

La forma de la cesión de cuotas sociales requiere instrumento escrito, pues


constituye un acto formal, a tenor de lo dispuesto por el art. 1618 del Cód. Civ. y
Com., pues la transferencia de cuotas sociales no constituye un contrato de
compraventa sino una cesión de los derechos que ellas confieren. Ello se
encuentra ratificado por lo dispuesto por el art. 152, párr. 2º, de la ley
19.550, cuando establece que la transmisión de la cuota tiene efecto frente a la
sociedad desde que el cedente o adquirente entregue a la gerencia "un ejemplar
o copia del título de la cesión o transferencia, con autenticación de las firmas si
obra en instrumento privado".

OM
Bien es cierto que la norma del art. 1618 del Código Civil y Comercial de la
Nación impone para toda cesión de derechos la exigencia de contrato escrito ad
probationem, pero de ello no puede derivarse la posibilidad de transferir las
cuotas sociales en forma verbal. A lo sumo, acreditada por cualquier medio de
prueba la cesión de las cuotas, el cedente podrá ser obligado a otorgar el
instrumento respectivo, y así lo dispone el art. 1018 del referido ordenamiento
unificado, en cuanto dispone que el otorgamiento pendiente de un instrumento
.C
privado constituye una obligación de hacer si el futuro contrato no requiere una
forma bajo sanción de nulidad. Si la parte condenada a otorgarlo es remisa, el
juez lo hace en su representación, siempre que las contraprestaciones estén
cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.
DD

La transferencia de cuotas no implica reforma del contrato social, atento a que


ellas son en principio libremente transmisibles, por expresa directiva legal. En
consecuencia, no suponiendo la modificación del elenco de los socios la
necesaria reforma del acto constitutivo, resulta inaplicable a ese acto lo dispuesto
LA

por el art. 4º de la ley 19.550.

La transferencia de cuotas tiene efecto frente a la sociedad desde que el


cedente o el adquirente entreguen a la gerencia un ejemplar o copia del título de
la cesión o transferencia, con autenticación de las firmas si obra en instrumento
FI

privado. A partir de allí, el adquirente puede ejercer con plenitud sus derechos
de socio. Sin embargo, frente a terceros, la transmisión de las cuotas solo es
oponible desde su inscripción en el Registro Público, la que puede ser requerida
por la sociedad, pudiendo peticionarla también el cedente o adquirente
exhibiendo el título de la transferencia y constancia fehaciente de su


comunicación a la gerencia.

La cesión de cuotas sociales, si bien importa la transferencia de todos los


derechos sociales, no comprende la transmisión de la condición de gerente, aun
cuando el contrato constitutivo ha dispuesto que todos los socios revisten el
carácter de tales, pues esta no es una calidad inherente a la participación social
adquirida, debiendo entenderse que tal previsión se ha referido exclusivamente
a los socios fundadores.

319 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las cláusulas limitativas de la transferencia de las cuotas sociales pueden
consistir en un derecho de tanteo por parte de los restantes socios o la misma
sociedad, o un derecho de preferencia para los mismos sujetos.

En tal sentido, el art. 153 de la ley 19.550 establece la licitud de las cláusulas
contractuales que requieran la conformidad mayoritaria o unánime de los socios
o que confieran un derecho de preferencia a los socios o la misma sociedad, si
esta adquiere las cuotas con utilidades no distribuidas o reservas disponibles o
reduce su capital.

Sin embargo, y para evitar que a través de dichas limitaciones se prohíba en


la práctica la cesión de las cuotas sociales desvirtuándose el tipo social, el mismo
art. 153 dispone que, como requisito de validez de tales cláusulas, el contrato
social debe establecer los procedimientos a que se sujetará el otorgamiento de

OM
la conformidad o el ejercicio de la opción de compra, estableciendo el legislador
ciertas pautas para asegurar la licitud de tales procedimientos:

a) El plazo para notificar la decisión al socio que se propone ceder no podrá


exceder de treinta días desde que este comunicó a la gerencia el nombre del
interesado y el precio. A su vencimiento, se tendrá por acordada la conformidad
y por no ejercitada la preferencia.
.C
b) Si al tiempo de ejercitar el derecho de preferencia, los socios o la sociedad
impugnan el precio de las cuotas, estos deberán expresar el que consideran
ajustado a la realidad. En este caso, y salvo que el contrato prevea otras reglas
DD

para la solución del diferendo, la determinación del precio resultará de una


pericia judicial, pero los impugnantes no estarán obligados a pagar uno mayor
que el de la cesión propuesta, ni el cedente a cobrar uno menor que el ofrecido
por los que ejercitaron la opción. Las costas del procedimiento estarán a cargo
de la parte que pretendió el precio más distante del fijado por la tasación judicial
LA

(art. 154, párr. 1º, ley 19.550).

c) La oposición a la personalidad del cesionario deberá ser fundada en


razones de interés social. Denegada la conformidad para la cesión de cuotas, el
que se propone ceder podrá ocurrir ante el juez quien, con audiencia de la
FI

sociedad, autorizará la cesión si no existe justa causa de oposición. Esa


declaración judicial importará también la caducidad del derecho de preferencia
para la sociedad y de los socios que se opusieron respecto de la cuota de este
cedente.


§ 170. EJECUCIÓN FORZADA DE CUOTAS SOCIALES

Hemos ya explicado que de conformidad con lo dispuesto por el art. 57 de


la ley 19.550, los acreedores del socio de las sociedades de responsabilidad
limitada tienen derecho a ejecutar las cuotas sociales de que este es titular.

320 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La ley 19.550 prevé, en el art. 153, último párrafo, una norma que reglamenta
la ejecución judicial de cuotas sociales, a los efectos de evitar el ingreso de
terceros y mantener el elenco de los socios. Dispone dicha norma que, en la
ejecución forzada de cuotas, cuya transmisibilidad se haya limitada en el contrato
constitutivo, la resolución judicial que disponga la subasta será notificada a la
sociedad con no menos de quince días de anticipación a la fecha del remate. Si
en dicho lapso el acreedor, deudor y la sociedad no llegan a un acuerdo sobre
la venta de la cuota, se realizará la subasta, pero el juez no las adjudicará si
dentro de los diez días la sociedad presenta un adquirente o ella o los socios
ejercitan la opción de compra por el mismo precio, depositando su importe.

OM
§ 171. COPROPIEDAD DE CUOTAS. DERECHOS REALES Y MEDIDAS PRECAUTORIAS
SOBRE ELLAS

La copropiedad de una cuota social se encuentra prevista por el art. 156 de la


ley 19.550, el cual dispone la aplicación de las reglas del condominio. Sin
embargo, la sociedad podrá exigir la unificación de la representación para ejercer
.C
los derechos y cumplir con las obligaciones sociales que se derivan de tal cuota.

Por otra parte, la cuota social puede ser objeto de otros negocios jurídicos,
además de la cesión. La ley 19.550 admite el usufructo de cuotas sociales, que
DD

se rige en lo compatible por el art. 218, así como la prenda de cuotas sociales
(art. 219), todos los cuales deben inscribirse en el Registro Público, para ser
oponibles a terceros, al igual que cualquier embargo o medida cautelar que se
trabe sobre ellas (art. 156, ley 19.550).
LA

§ 172. ADMINISTRACIÓN DE LAS SOCIEDADES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA. LA


FI

GERENCIA

En las sociedades de responsabilidad limitada el órgano de administración y


representación es el gerente. Constituye un régimen propio de este tipo de
sociedad cuya ausencia hace incurrir a la sociedad en la aplicación de las


normas de la sección I del capítulo I de la ley 19.550.

Los gerentes pueden ser socios o terceros, designados por tiempo


determinado o indeterminado. Su nombramiento puede provenir del acto
constitutivo o por reunión de socios posterior, pudiendo elegirse suplentes para
casos de vacancia (art. 157, ley 19.550). Del mismo modo, el contrato social
puede establecer la designación de gerentes como condición expresa de la
existencia de la sociedad, cuya remoción otorga a los socios disconformes con
tal decisión el derecho de receso.

321 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La designación y cesación de los gerentes debe inscribirse en el Registro
Público (art. 60, ley 19.550).

La gerencia puede ser individual o plural, y en este último caso, indistinta,


conjunta o colegiada. En el primer caso de gerencia plural, el contrato constitutivo
puede establecer las funciones que a cada gerente le compete en la
administración de la sociedad. En caso de silencio sobre la organización plural
de la gerencia, se entiende que pueden realizar indistintamente cualquier acto
de administración y representación.

Los gerentes tienen los mismos derechos, obligaciones, prohibiciones e


incompatibilidades que los directores de la sociedad anónima, a cuyo régimen
corresponde remitir. No pueden participar por cuenta propia o ajena en actos que
importen competir con la sociedad, salvo autorización expresa y unánime de los

OM
socios (art. 157, párr. 3º, ley 19.550).

El régimen de responsabilidad de los gerentes, en caso de administración


plural, difiere en algunos aspectos del sistema previsto por la ley 19.550 para los
directores de sociedades anónimas, en donde todos ellos son en principio
solidaria e ilimitadamente responsables por los daños y perjuicios sufridos por la
sociedad, lo cual se explica porque no resulta admisible en este tipo social una
.C
administración plural que no fuera colegiada. En las sociedades de
responsabilidad limitada, el régimen de responsabilidad debe necesariamente
ser diferente, atento a que la gerencia plural puede no ser colegiada, sino
indistinta o conjunta. En el caso de gerencia colegiada resultan de aplicación a
DD

los gerentes las disposiciones relativas a la responsabilidad de los directores,


pero si la gerencia plural fuera organizada en forma indistinta o conjunta, y varios
de los gerentes participaron en los mismos hechos generadores de
responsabilidad, el juez puede fijar la parte que a cada uno corresponde en la
reparación de los perjuicios causados a la sociedad, atendiendo a su actuación
LA

personal (art. 157, párr. 4º, ley 19.550).

Finalmente, y en cuanto a la remoción de los gerentes, rige el principio de su


libre revocabilidad, salvo, como se ha dicho, cuando la designación del gerente
ha sido condición de la constitución de la sociedad, según expresa constancia
FI

del contrato constitutivo. En tal caso, el gerente conservará su cargo hasta la


sentencia judicial que lo remueva, salvo intervención judicial fundada en graves
incumplimientos del gerente.

El o los gerentes pueden ser también removidos con causa por cualquiera de


los socios, intentando la acción judicial correspondiente. La jurisprudencia ha


admitido como justas causas de remoción la no distribución de las utilidades
correspondientes a varios ejercicios o la falta de convocatoria a los socios para
considerar los balances anuales y la aprobación de la propia gestión; la conducta
desleal del gerente, actuando en competencia con la sociedad que administra;
la acumulación de faltas leves o menores; obtención de beneficios indebidos,
etcétera.

322 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 173. FISCALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA

En principio, y salvo estipulación en contrario en el contrato constitutivo, la


fiscalización interna en las sociedades de responsabilidad limitada se encuentra
a cargo de cualquiera de los socios, quienes pueden examinar los libros y
papeles sociales y recabar de los administradores los informes que estimen
pertinentes (art. 55, ley 19.550).

De acuerdo con lo dispuesto por el art. 158 de la ley 19.550, los socios pueden,
sin embargo, establecer un órgano de fiscalización, sindicatura o consejo de

OM
vigilancia, el cual se regirá por las disposiciones del contrato social, pero tal
régimen de control interno será obligatorio cuando el capital social de la sociedad
de responsabilidad limitada alcance el importe fijado por el art. 299, inc. 2º, de
la ley 19.550.

Parecería que, de acuerdo con lo dispuesto por el art. 158 de la ley 19.550, en
las sociedades de responsabilidad limitada donde la organización de una
.C
sindicatura o consejo de vigilancia es obligatoria, los socios pierden el derecho
de control individual: sin embargo, el párr. 2º del art. 55 de la misma ley permite
el pacto en contrario, con lo cual, resultaría admisible la coexistencia en la misma
sociedad de dos regímenes diferentes de fiscalización, esto es, a cargo de cada
DD

uno de los integrantes y a cargo de un órgano permanente de fiscalización.

Más allá de lo insostenible de la solución legal, pues tan riguroso sistema de


control no está previsto ni siquiera para las sociedades anónimas incluidas en
el art. 299 de la ley 19.550, lo cierto es que la experiencia de todos los días ha
LA

demostrado la inutilidad de dichas disposiciones, porque nada más alejado del


tipo y de las características de las sociedades de responsabilidad limitada que la
organización de un órgano de control interno permanente, que agrava
innecesariamente los costos y no se adapta al molde de las empresas que optan
por este esquema, generalmente comercios y pequeñas o medianas empresas
FI

con muy reducido elenco de socios.

Si bien es expresa directiva legal (art. 158, in fine, ley 19.550) la aplicación
supletoria para el órgano de fiscalización de las sociedades de responsabilidad
limitada de las reglas previstas para las sociedades anónimas, así como también


que las atribuciones y deberes de los síndicos o consejeros de vigilancia no


podrán ser menores que los establecidos para tal sociedad, cuando es
obligatoria, ello no resulta una disposición exenta de críticas, pues no parece
razonable que los socios pacten a su antojo las atribuciones y obligaciones del
órgano interno de control, cuando este fuere optativo, pues las normas que
reglamentan tales cuestiones son de orden público, en la medida en que tienden
a adecuar el funcionamiento de la sociedad a la ley y al estatuto y garantizan,
por otro lado, el ejercicio de inderogables derechos de los socios.

323 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La reglamentación de la fiscalización interna de las sociedades de
responsabilidad limitada responde más a criterios abstractos del legislador que
a comprobadas necesidades prácticas del tipo de la sociedad que nos ocupa.
Ello volverá a manifestarse en materia de adopción de acuerdos sociales y el
resultado ha sido exactamente el mismo: la ignorancia por parte de los
interesados de disposiciones legales que son ajenas a las costumbres
mercantiles.

§ 174. EL ÓRGANO DE GOBIERNO DE LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA.


RESOLUCIONES SOCIALES

OM
Las sociedades de responsabilidad limitada constituyen el único tipo social en
el cual se permite que las decisiones sociales no provengan exclusivamente de
reuniones o asambleas de socios.

Dispone el art. 159 de la ley 19.550 que, como principio general, el contrato
social dispondrá sobre las formas de deliberar y tomar acuerdos sociales, pero
.C
en caso de silencio, son válidas las resoluciones que se adopten por el voto de
los socios, comunicando a la gerencia a través de cualquier procedimiento que
garantice su autenticidad, dentro de los diez días de habérseles cursado consulta
simultánea a través de un medio fehaciente; o las que resultan de una
DD

declaración escrita en la que todos los socios expresan el sentido de su voto.

De manera tal que las formas de adoptar acuerdos sociales en las sociedades
de responsabilidad limitada son las siguientes:
LA

a) A través del sistema de consulta o voto por correspondencia, por medio del
cual y mediante el procedimiento previsto por el art. 159 de la ley 19.550, el
gerente debe requerir a los socios el sentido de su voto en las cuestiones que
puedan resolverse de tal manera. En este caso, la decisión social será válida
siempre y cuando reúna las mayorías previstas por el art. 160.
FI

b) A través de una declaración escrita en la que todos los socios expresan el


sentido de su voto. En este caso no es necesario consulta previa ni actuación
del gerente, que solo debe limitarse a ejecutar la decisión social adoptada por
unanimidad. Estas dos maneras de resolver rigen en ausencia de toda


reglamentación del órgano de gobierno en el acto constitutivo.

c) Por medio de reunión efectiva de socios o asambleas, que serán


obligatorias en el caso de que la sociedad de responsabilidad limitada alcance el
capital social fijado por el art. 299, inc. 2º, exclusivamente para el caso de
resolverse sobre los estados contables de ejercicio, para cuya consideración
serán convocados dentro de los cuatro meses del cierre. Esta asamblea se
sujetará a las normas previstas para la sociedad anónima, reemplazándose el
medio de convocarlas por la citación notificada personalmente o por otro medio
(art. 159, párr. 2º, ley 19.550).

324 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El criterio amplio del legislador de la ley 22.903 (que reformara el texto original
de la ley 19.550) en esta materia, fundado quizás en el análisis del acontecer
habitual de este tipo de sociedades, en las cuales la celebración de asambleas
no pasaba de ser un acto meramente formal, tampoco tuvo feliz acogida por los
interesados, quienes prefirieron continuar con el tradicional régimen de reunión
de socios.

Muy pocas veces la jurisprudencia se ha pronunciado sobre aspectos


vinculados al sistema de consulta, y cuando lo ha hecho, ha sostenido la
incompatibilidad de tal procedimiento con el sistema tradicional de deliberación.
En tal sentido, ha sido dicho que cuando el contrato constitutivo ha previsto el
sistema de reunión de socios, este no puede ser soslayado mediante las
notificaciones de consulta, las que no pueden funcionar como un régimen de
deliberación sustitutivo del expresamente reconocido en el acto fundacional. Del

OM
mismo modo ha sido también resuelto sobre la improcedencia de adoptar un
procedimiento que combina los supuestos previstos por el art. 159 de la ley
19.550 para formar la voluntad social en las sociedades de responsabilidad
limitada, pues no cabe admitir la validez de procedimientos mixtos. Se trataba de
un caso donde dos socios ausentes en la respectiva reunión emitieron su voto
por correspondencia, pretendiendo con ello enervar la decisión social adoptada
en el seno de la asamblea.
.C
Sin perjuicio de lo expuesto, en el sentido de la ajenidad del procedimiento de
consulta incorporado a la ley 19.550 por la ley 22.903 a nuestras prácticas
societarias, entendemos que tal sistema debió merecer una mayor
DD

reglamentación, pues los vacíos que ofrece el art. 159 son difíciles de superar.
Por otra parte, debe advertirse que no todos los acuerdos sociales son
susceptibles de ser adoptados a través del sistema de consulta, pues hay casos
(remoción de gerentes o exclusión de socios) en donde es necesaria la
deliberación o exhibición de documentación imprescindible para poder adoptar
LA

una resolución con total conocimiento de causa, o escuchar al presunto afectado


por tales deliberaciones. Por ello no es de extrañar el poco feliz éxito de las
innovaciones incorporadas por la ley 22.903.
FI

§ 175. DOMICILIO DE LOS SOCIOS




Dispone el art. 159, in fine, de la ley 19.550 que toda comunicación o citación
a los socios debe dirigirse al domicilio expresado en el instrumento de
constitución, salvo que se haya comunicado su cambio a la gerencia. Tal
prescripción, si bien incluida dentro del régimen de la adopción de los acuerdos
sociales, es aplicable para cualquier notificación que se pretenda efectuar a los
socios, asumiendo el domicilio denunciado en el contrato social el carácter de
vinculante para la sociedad que integra.

325 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 176. RÉGIMEN DE MAYORÍAS EN LA ADOPCIÓN DE LOS ACUERDOS SOCIALES

Como en toda la normativa prevista en los arts. 146 a 162 de la ley 19.550, que
se caracteriza por la plena libertad de los socios de reglamentar el
funcionamiento de los órganos de las sociedades de responsabilidad limitada en
el acto constitutivo, el art. 160 dispone que el contrato social deberá establecer
las reglas aplicables a las resoluciones que tengan por objeto su modificación,
pero la mayoría debe representar como mínimo más de la mitad del capital
social. En defecto de regulación contractual, se requiere el voto de las tres
cuartas partes del capital social.

OM
Sin embargo, el párr. 3º del art. 160 de la ley 19.550 incorpora una solución
que desnaturaliza totalmente el régimen de mayorías antes señalado, al
prescribir que, si un solo socio representare el voto mayoritario, se necesitará
además el voto de otro.

Esta previsión es desde todo punto de vista incongruente y priva al socio


.C
aportante de la mayor parte del capital social de la compañía de la posibilidad de
predominar con su voto en las decisiones sociales que resuelvan la modificación
del contrato social. Por otra parte, la escasa factura técnica de la norma es
alarmante, porque no aclara el sentido del voto del otro socio, pues parecería,
DD

luego de una interpretación literal de la norma, que solo basta para la validez del
acuerdo la emisión del voto de un socio minoritario, sin importar que este
coincida con el del socio aportante de la mayoría del capital. Si esta fuere la
interpretación correcta, la norma pecaría de una formalidad inadmisible, y si la
interpretación fuera la contraria, esto es, que el voto en disidencia del socio
LA

minoritario pudiera frustrar la decisión del mayoritario, ello implicaría una


subversión de valores incompatible con el régimen de mayorías que caracteriza
al funcionamiento de todo órgano colegiado.

Si las resoluciones sociales no conciernen a la modificación del contrato social,


FI

como, por ejemplo, la aprobación del balance y estados contables, la


designación y revocación de gerentes o síndicos, ellas se adoptarán por mayoría
del capital presente en la asamblea o partícipe en el acuerdo, salvo que el
contrato exija una mayoría superior.


En estos casos, el régimen de mayorías es distinto, pues a diferencia de las


decisiones sociales que pretendan reformar el acto constitutivo, no se requiere
mayoría absoluta sino simplemente del capital presente, con lo que se facilita la
adopción de acuerdos sociales fundamentales para la continuidad operativa de
la sociedad.

En todos los casos, cada cuota solo da derecho a un voto y rigen las
limitaciones de orden personal previstas para los accionistas de la sociedad
anónima en el art. 248 de la ley 19.550, conforme al cual estos deben abstenerse

326 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de votar en todas las operaciones sociales que por cuenta propia o ajena tuviera
un interés contrario al de la sociedad (art. 161, ley 19.550).

§ 177. EL DERECHO DE RECESO

El art. 160 de la ley 19.550 también prevé el derecho de receso que se otorga
a los socios disconformes con la respectiva decisión cuando se hubiera resuelto
la transformación, fusión, escisión, prórroga, reconducción, transferencia del
domicilio al extranjero, cambio fundamental del objeto y todo acuerdo que
incremente las obligaciones sociales o la responsabilidad de los socios, derecho

OM
que se rige conforme a lo dispuesto por el art. 245.

Sin perjuicio de la poca claridad de la norma, pues no se entiende el sentido


de la referencia "a todo acuerdo que incremente las obligaciones sociales o la
responsabilidad de los socios", ya que parecería que la asunción de obligaciones
por la gerencia autorizaría el ejercicio de un derecho tan excepcional, resulta
injustificable desde todo punto la poca claridad del legislador en materia de
.C
derecho de receso y aumento del capital social, que ha sido otorgado
expresamente por la misma ley 22.903 a los accionistas de las sociedades
anónimas.
DD

Si se parte de la base de que el aumento del capital social no ha sido previsto


entre los supuestos autorizados para ejercer el derecho de receso en las
sociedades de responsabilidad limitada, y que dicho aumento del capital social
solo otorga a los socios ausentes, o que votaron en contra, el derecho de
preferencia o de acrecer, según expresa directiva legal (art. 160, párr. 5º, ley
LA

19.550), parecería que el derecho de receso no ha sido conferido para esta


importante y trascendente reforma contractual.

Sin embargo, ¿qué otra cosa puede implicar la referencia a "todo acuerdo que
incremente las responsabilidades de los socios que votaron en contra" que los
FI

mayores desembolsos que implica un aumento del capital social? La


ambigüedad de la ley 19.550 en esta materia es alarmante.

Pero aun coincidiendo con este último criterio, adviértase que la norma solo
se refiere a los socios que votaron en contra y no a los ausentes, a quienes se


les niega el ejercicio del derecho de receso, a pesar de que el art. 245 de la ley
19.550, norma a la cual remite el art. 160, los incluye expresamente.

Pocas son las normas de la ley 19.550 que requieren una modificación tan
urgente. Esperemos que una futura pero inmediata reforma legislativa aclare la
cuestión de una vez por todas, superando todos los inconvenientes que ofrecen
los arts. 159 y 160 de la ley en análisis.

327 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 178. LAS ACTAS DE LAS ASAMBLEAS O REUNIONES DE SOCIOS

Si las resoluciones sociales se adoptan en reuniones de socios o asambleas,


debe labrarse acta de lo acontecido en ellas por expresa previsión del art. 73 de
la ley 19.550, por tratarse de acuerdos adoptados en órganos colegiados. Si por
el contrario las resoluciones sociales se adoptan por el sistema de consultas o
por la declaración escrita y unánime de todos los socios, ellas deberán constar
en un libro de Actas que serán confeccionadas y firmadas por los gerentes dentro
del quinto día de concluido el acuerdo.

OM
Si se trata de adopción de acuerdos mediante el sistema de consultas, en el
acta deberán constar las respuestas dadas por los socios y su sentido, a los
efectos del cómputo de los votos. Los documentos en que consten las
respuestas deberán conservarse por tres años.

La ley 27.444 del año 2018, denominada "Ley de Simplificación y


Desburocratización para el Desarrollo Productivo de la Nación", con el objetivo
.C
de promover los registros digitales respecto de las registraciones contables y
societarias, prevé expresamente, en materia de sociedades de responsabilidad
limitada, que los libros previstos por el art. 73 (libro de Actas de los Órganos
Colegiados) y el libro previsto por el art. 162, referidos a las reuniones de socios
DD

no presenciales a las que se refiere el art. 159, pueden llevarse por registros
digitales mediante medios de esa naturaleza de igual manera y forma que los
registros digitales de las sociedades por acciones simplificadas (SAS), instituidas
por la ley 27.349.
LA

CAPÍTULO XIX - SOCIEDADES ANÓNIMAS. CONSTITUCIÓN


FI

§ 179. LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS. CARACTERÍSTICAS




Hemos explicado el origen de las sociedades anónimas en el capítulo I y


destacado la enorme importancia que ellas tienen como instrumento de
concentración de capitales para la realización de empresas de gran
envergadura, a punto tal que han sido calificadas como pilares fundamentales
del capitalismo moderno.

Sus rasgos tipificantes son los siguientes:

1. Se admite su constitución por una sola persona.

328 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


2. Su capital social se representa por acciones y los socios limitan su
responsabilidad a la integración de las acciones suscriptas.

3. Las acciones se representan en títulos libremente negociables.

4. Sus órganos se encuentran totalmente diferenciados y reglamentados


específicamente por la ley 19.550. Su gobierno corresponde a la asamblea de
accionistas, su administración al directorio y su representación al presidente del
directorio y, finalmente, la fiscalización es en principio otorgada a un órgano
permanente y específico denominado sindicatura o consejo de vigilancia.

La ley 19.550, consciente de la enorme importancia que revisten las


sociedades anónimas para el desarrollo de la economía capitalista, ha sido muy
minuciosa en la reglamentación de su constitución y funcionamiento, dedicando

OM
a ellas casi ciento cincuenta artículos (163 a 312), en el convencimiento de que
albergan a un gran número de inversores y que resultaba necesario reglamentar
minuciosamente el funcionamiento de estas compañías y el ejercicio de los
derechos de quienes la integran, así como su necesario control externo por un
organismo especializado.

Nuevamente la realidad traicionó las intenciones del legislador, pues la


.C
irrestricta limitación de la responsabilidad de los accionistas determinó que
cualquier emprendimiento mercantil, por pequeño que sea, se realice a través de
este tipo de sociedades, pensadas y legisladas para la gran empresa. Tal
fenómeno, que no es propio de la Argentina, no puede sorprender a nadie, pues
DD

los atractivos que ofrecen otros tipos de sociedades, en cuanto a la flexibilidad,


economía y sencillez de su funcionamiento, en nada pueden compararse a la
posibilidad de apartarse del régimen amplio de responsabilidad que prevé
nuestro ordenamiento común, que responde al criterio de la universalidad del
patrimonio del deudor, como prenda común de sus acreedores (art. 242, Cód.
LA

Civ. y Com.).

Lo verdaderamente lamentable no lo constituye la desvirtuación del tipo, pues


ello es una opción de quienes pretenden asociarse, sino en la falta de
comprensión, incluso del legislador, de la autoridad de control y de los tribunales
FI

de comercio, en el sentido de que, mal utilizada, la sociedad anónima puede


constituir un formidable instrumento de fraude y de perjuicios para terceros, como
la realidad lo demuestra todos los días.

Es de toda evidencia que el principio de la responsabilidad limitada que




caracteriza a una sociedad anónima presupone que esta debe contar con un
capital adecuado para cumplir su objeto, pues de lo contrario, el beneficio que la
integración de una sociedad anónima implica para los socios se convierte en una
trampa para terceros. Sin embargo, el art. 186 de la ley 19.550, al fijar un capital
social mínimo de solo cien mil pesos para las sociedades anónimas contribuye
a la proliferación de sociedades infracapitalizadas y a su natural y trágica
consecuencia, esto es, el abarrotamiento de compañías en bancarrota y de
pasivos insatisfechos.

329 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Del mismo modo, la autoridad de control contribuyó, por mucho tiempo, al
debilitamiento de la credibilidad de este tipo societario, al imponer en sus
estatutos modelos una irrisoria garantía por parte de los miembros del directorio
al asumir sus funciones, lo cual permitía que los administradores de las
sociedades anónimas actúen con total desparpajo y desapego a la lealtad y
diligencia que deben observar como administradores de patrimonios ajenos,
impunidad que se vio fortalecida con la sanción de la ley 24.522 de Concursos y
Quiebras, cuya lenidad en la materia no ha contribuido a la moralidad de las
operaciones mercantiles. Todos esos excesos llevaron a que la Inspección
General de Justicia, a partir del año 2004, determinara un límite mínimo
razonable a la referida garantía, la cual se encuentra expresamente prevista en
el art. 76 de la resolución general IGJ 7/2015 denominada "Nuevas Normas de
la Inspección General de Justicia".

OM
Finalmente, nuestros tribunales de comercio, que por razones de diferente
naturaleza han convalidado excesos en la actuación de las sociedades
anónimas, dejando, a través de discutibles precedentes, desamparados a los
accionistas o inversores ante claras actuaciones de abuso por parte del grupo
de control, tolerando la inconcebible existencia de directores ricos y accionistas
pobres, que la ley 19.550 se preocupó muy bien de evitar (art. 261).
.C
Todo ello no implica una crítica a las sociedades anónimas, cuya enorme
importancia hemos ya destacado, sino a sus abusos, para lo cual es necesario
poner fin a través de disposiciones ejemplificadoras que lamentablemente
nuestra ley carece. Del mismo modo, es fundamental fortalecer el ejercicio de
DD

los derechos inderogables de los socios y tomar conciencia, de una vez por
todas, de que la adopción de medidas contra las sociedades anónimas no tiene
gravedad institucional. Muy por el contrario, el fortalecimiento de los derechos de
los accionistas y las correspondientes sanciones que deben adoptarse contra
quienes desvirtúan y abusan del tipo contribuirán a una mayor credibilidad en las
LA

sociedades anónimas y con ello al desarrollo de nuestra economía.


FI

§ 180. CONSTITUCIÓN DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS. LA CONSTITUCIÓN POR ACTO


ÚNICO

Si bien la ley autoriza la constitución de las sociedades anónimas por




instrumento público y por acto único o por suscripción pública (art. 165, ley
19.550), la experiencia recogida desde el año 1972 demuestra que solo se
fundan sociedades de este tipo mediante el procedimiento del acto único.

A diferencia de los restantes tipos societarios, y por razones de seguridad


jurídica, las sociedades por acciones deben ser constituidas necesariamente por
instrumento público, que es comúnmente la escritura pública, aunque la reforma
de sus estatutos no requiere idéntica formalidad, porque es diversa la naturaleza
jurídica de la asamblea de accionistas, único órgano social autorizado para llevar

330 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a cabo tales modificaciones, del acuerdo de voluntades vertido por los socios en
el acto constitutivo de la sociedad.

De manera tal que, si bien el acto constitutivo y el estatuto de la sociedad


anónima debe ser constituido por instrumento público, la reforma de aquellos
actos solo puede llevarse a cabo a través del acta de la asamblea extraordinaria,
que es un instrumento privado, lo que constituye una importante excepción al
principio consagrado por el entonces vigente —a la fecha de la sanción de la ley
19.550— art. 1184, inc. 10, Cód. Civil —hoy art. 1016, Cód. Civ. y Com.—
, explicable por las especiales características del negocio societario.

Si la sociedad anónima se constituye por acto único, el instrumento de


constitución debe contener los requisitos exigidos por el art. 11 de la ley 19.550 y,
además:

OM
1. Respecto del capital social, la naturaleza, clases, modalidades de emisión
y características de las acciones, y en su caso, régimen de aumento.

2. La suscripción del capital, el monto y la forma de integración y, si


correspondiese, el plazo para el pago del saldo adeudado, que no podrá exceder
de dos años.
.C
3. La elección de los integrantes de los órganos de administración y de
fiscalización, fijándose el término de duración en los cargos.
DD

El contrato constitutivo de las sociedades anónimas deberá ser inscripto en el


Registro Público, previa verificación de los requisitos legales y fiscales, e idéntico
trámite debe cumplir el reglamento, para ser oponible a terceros.
LA

§ 181. LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS UNIPERSONALES


FI

Como hemos ya explicado, la ley 26.994, que sancionó el Código Civil y


Comercial de la Nación, con vigencia desde el día 1 de agosto de 2015, así como
las reformas a la ley 19.550 tendientes a compatibilizar el ordenamiento
societario con el referido Código, incorporó a nuestra legislación las sociedades
de un solo socio, que la ley 19.550 solo consagraba como una alternativa posible


ante la reducción a uno del número de integrantes de la entidad, que provocaba


su disolución (art. 94, inc. 8º, que fue derogado). Esta modificación legislativa,
muy anhelada por cierta doctrina, pero que contradice el concepto mismo de
sociedad, nada aportará a la transparencia de los negocios sociales, y si bien la
constitución de sociedades de un solo socio está sujeta al cumplimiento de
severos requisitos, ella no debió ser objeto de incorporación a una ley destinada
a regir las relaciones en un contrato plurilateral de organización, pues si el
fundamento que inspiró la ley 26.994 ha sido la de permitir al empresario limitar
su responsabilidad en cada emprendimiento que realice, ello bien pudo lograrse

331 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a través de la figura de la empresa individual de responsabilidad limitada, que
rige en muchos países.

Los requisitos de esta nueva figura legal son los siguientes:

a) Solo se permite que sean sociedades unipersonales las sociedades


anónimas (art. 1º, ley 19.550).

b) La sociedad unipersonal solo puede ser constituida por instrumento público


y por acto único (art. 165, ley 19.550).

c) No puede ser único socio otra sociedad unipersonal (art. 1º, ley 19.550).

d) La denominación debe ser "sociedad anónima unipersonal", su abreviatura

OM
o sigla "SAU" (art. 164, ley 19.550). Sin embargo, y como bien lo advierte Vítolo,
ha sido suprimida la sanción prevista por el segundo párrafo del art. 164,
conforme al cual, si se omitiere colocar esa mención, ello hará responsable
ilimitada y solidariamente a los representantes de la sociedad juntamente con
esta por los actos que celebren en esas condiciones, y si bien el referido autor
reconoce desconocer las razones de esa supresión, no es aventurado sostener
que ello responde a la reticencia del nuevo legislador societario de imponer
.C
responsabilidades ilimitadas y solidarias entre sus integrantes, como puede
deducirse de la modificación del régimen de las sociedades no regulares, en las
cuales la responsabilidad de sus integrantes pasó a ser simplemente
mancomunada por partes iguales (art. 24 de la ley 19.550, en su nuevo texto).
DD

e) La integración del aporte debe ser en su totalidad al momento de su


constitución (art. 187, ley 19.550).

f) La reducción a uno del número de socios de las sociedades anónimas no


LA

unipersonales no conforma una causal de disolución de dichas compañías (art.


94 bis), sino que deben adecuar la denominación social a la exigencia del art.
164 para las sociedades unipersonales y cumplir con el régimen dispuesto por
el art. 299, de la ley 19.550.
FI

i) Están sujetas a la fiscalización estatal permanente (art. 299), de manera tal


que, entre otras consecuencias, deben publicar los edictos de convocatoria a
asambleas en el Boletín Oficial y en un diario de gran circulación (art. 237, ley
19.550), y deben contar con un directorio y sindicatura en forma obligatoria, que
puede ser unipersonal (arts. 255 y 284, versión ley 27.290).


§ 182. EL RÉGIMEN LEGAL DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS EN PROCESO DE


FORMACIÓN

Los arts. 183 y 184 de la ley 19.550, reformados por la ley 22.903, contemplan
la situación legal en que se encuentran las sociedades anónimas constituidas

332 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


por acto único mientras duran los trámites necesarios para obtener su inscripción
registral.

Dichas normas, si bien legisladas para las sociedades anónimas en formación,


son aplicables a todas las sociedades comerciales, atento a la falta de otra
normativa de la ley 19.550.

En primer lugar, es necesario clarificar el concepto de sociedad en formación,


y para ser así considerada es imprescindible ingresar en el período fundacional
mediante el otorgamiento del acto constitutivo y que no se interrumpa
voluntariamente el iter constitutivo. De lo contrario, estaremos en presencia de
una sociedad regulada por la sección IV del capítulo I de la ley 19.550, cuya
aplicación es inadmisible para las sociedades en efectivo trámite de constitución.

OM
Las sociedades en formación tienen personalidad jurídica y el contrato social
es plenamente oponible entre los socios, por lo que nada obsta al funcionamiento
de sus órganos durante el trámite o iter constitutivo ni al uso de la firma social
por sus representantes estatutarios.

Si bien debe tenerse siempre presente que la sociedad en formación no es


equiparable ni asimilable a las sociedades no regularmente constituidas, toda
.C
vez que la etapa formativa constituye el espacio temporal necesario para obtener
el tipo regular de la sociedad seleccionada en el instrumento constitutivo, lo cierto
es que hoy la responsabilidad que asumen los socios y administradores durante
la etapa de formación de la sociedad, a tenor de lo dispuesto por los arts.
DD

183 y 184 de la ley 19.550, es mucho mayor que la de los integrantes de las
sociedades que han omitido, por propia voluntad, los trámites de constitución
regular previsto por los arts. 4º, 5º y 7º de dicha ley, en las cuales su
responsabilidad es simplemente mancomunada y por partes iguales (art. 24, ley
19.550).
LA

En las sociedades en formación, los directores solo tienen facultades para


obligar a la sociedad respecto de los actos necesarios para su constitución y los
relativos al objeto social cuya ejecución durante el período fundacional haya sido
expresamente autorizado en el acto constitutivo. Los directores, fundadores y la
FI

sociedad en formación son solidaria e ilimitadamente responsables por estos


actos mientras la sociedad no está inscripta.

Por los demás actos cumplidos antes de la inscripción, es decir, los actos
propios del objeto social no autorizados expresamente en el acto constitutivo,


responderán ilimitada y solidariamente las personas que los hubieren realizado


y los directores y fundadores que los hubiesen consentido (art. 183, ley 19.550).
Se advierte pues que, de acuerdo con esta norma, las sociedades en formación
no son responsables por tales actos, lo cual constituye un grave error, en la
medida en que los terceros pueden contratar con la sociedad seducidos por la
aparente solvencia del ente en formación.

Inscripto el contrato constitutivo, los actos necesarios para la constitución de


la sociedad y los realizados en virtud de expresa facultad conferida en el acto
constitutivo se tendrán por originariamente cumplidos por la sociedad, y los

333 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


promotores, fundadores y directores quedarán liberados frente a terceros de las
obligaciones emergentes de esos actos (art. 184, párr. 1º, ley 19.550).

Si se tratara de actos propios del giro que no fueron autorizados en el acto


constitutivo, el directorio podrá resolver, dentro de los tres meses de realizada la
inscripción, la asunción por la sociedad de las obligaciones resultantes de
aquellos actos exorbitantes al iter constitutivo, dando cuenta a la asamblea
ordinaria, pero si esta desaprobase lo actuado, los directores serán responsables
de los daños y perjuicios, los que se harán efectivos mediante la acción de
responsabilidad prevista por el art. 274 de la ley 19.550. La asunción de estas
obligaciones por la sociedad no libera de responsabilidad a quienes la
contrajeron ni a los directores y fundadores que la consintieron (art. 184, párr.
2º, ley 19.550).

OM
§ 183. CONSTITUCIÓN DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA POR SUSCRIPCIÓN PÚBLICA

La ley 19.550 prevé en sus arts. 168 a 183 una serie de normas que
.C
reglamentan la constitución de sociedades anónimas por el procedimiento de
suscripción pública, que jamás ha sido utilizado, aunque constituye un medio
idóneo para la concentración de capitales privados para el desarrollo de
empresas de gran envergadura.
DD

El procedimiento previsto por el legislador para la constitución de sociedades


anónimas a través de la suscripción pública es el siguiente:

a) Redacción por los promotores de un programa de fundación, que puede ser


LA

efectuado por instrumento público o privado, que se someterá a la autoridad de


control, a quien se le imponen breves plazos para su aprobación.

b) El programa de fundación debe contener los datos de todos sus firmantes,


a quienes se denominan promotores, las bases del estatuto, la naturaleza de las
FI

acciones, la determinación de un banco que, previo contrato con los promotores,


tendrá a su cargo la recepción de las suscripciones y los anticipos de integración
en efectivo, y finalmente, las ventajas o beneficios que los promotores proyecten
reservarse. Las firmas de los otorgantes deben ser autenticadas por escribano
público u otro funcionario competente.


c) El plazo de suscripción no podrá exceder de tres meses computados desde


la inscripción del programa en el Registro Público.

d) Los inversores deberán suscribir con el banco un contrato de suscripción,


preparado en doble ejemplar, el cual debe contener el programa fundacional, así
como expresos detalles sobre la cantidad de acciones que suscribe cada
inversor y el monto de la integración, que no podrá ser inferior al 25% del valor
nominal de las acciones suscriptas. Asimismo, el contrato de suscripción deberá
contener la fecha de la convocatoria a la asamblea constitutiva, la que deberá

334 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


celebrarse en un plazo no mayor de dos meses a la fecha del vencimiento del
período de suscripción. Si la suscripción total del capital social de la nueva
sociedad no fuere cubierta, los contratos se resolverán de pleno derecho y el
banco restituirá de inmediato a cada interesado el total entregado, sin ningún
descuento.

e) La asamblea constitutiva debe celebrarse con la presencia del banco


inversor y debe ser presidida por un funcionario de la autoridad de control,
quedando constituida con la presencia de la mitad más una de las acciones
suscriptas. Su fracaso dará lugar a la conclusión de la promoción de la sociedad
y a la restitución de las integraciones efectuadas por los inversores. Cada
suscriptor tiene derecho a tantos votos como acciones haya suscripto e
integrado, y las decisiones se adoptarán por la mayoría de los suscriptores
presentes que representen no menos de la tercera parte del capital suscripto con

OM
derecho a voto.

f) La asamblea deberá resolver si se constituye la sociedad, redactar su


estatuto, la valuación provisional de los aportes no dinerarios, la designación de
los directores y síndicos y el plazo de integración de los saldos de los aportes en
dinero. Labrada el acta y firmada por los suscriptores designados al efecto,
juntamente con el presidente de la sociedad y los delegados del banco, se
.C
procederá a inscribirla en el Registro Público, previa publicación.

Los promotores tienen la obligación de cumplir con las gestiones y trámites


necesarios para la constitución de la sociedad hasta la celebración de la
DD

asamblea constitutiva, y las acciones para el cumplimiento de esas obligaciones


solo pueden ser ejercidas por el banco en representación del conjunto de los
suscriptores.

Los promotores responden ilimitada y solidariamente por las obligaciones


LA

contraídas para la constitución de la sociedad, inclusive por los gastos y


comisiones del banco interviniente, pero una vez inscripta la sociedad, esta
asumirá las obligaciones contraídas legítimamente por los promotores y les
reembolsará los gastos realizados, si su gestión ha sido aprobada por la
asamblea constitutiva o si los gastos han sido necesarios para su constitución.
FI

En ningún caso los suscriptores serán responsables por las obligaciones


mencionadas.


§ 184. BENEFICIO DE LOS PROMOTORES Y FUNDADORES DE LAS SOCIEDADES


ANÓNIMAS EN FORMACIÓN

Dispone el art. 185 de la ley 19.550 que los promotores, en el procedimiento


de constitución sucesiva, y los fundadores, en la formación de la sociedad por
acto único, no pueden recibir ningún beneficio que menoscabe el capital social y
todo pacto en contrario es nulo. Su retribución solo puede consistir en la

335 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


participación de hasta el 10% de las ganancias, por el término máximo de diez
ejercicios en los que se distribuyan.

CAPÍTULO XX - SOCIEDADES ANÓNIMAS. EL CAPITAL SOCIAL

§ 185. IMPORTANCIA DEL CAPITAL SOCIAL. LA FUNCIÓN DE GARANTÍA QUE CUMPLE EL


CAPITAL SOCIAL FRENTE A TERCEROS

OM
La ley 19.550, advirtiendo la importancia fundamental del capital social en las
sociedades anónimas, impone su imprescindible mención en el contrato
constitutivo elevándolo a la categoría de "requisito esencial" en los términos del
art. 17, inc. 2º, de dicho cuerpo normativo, de manera que su inexistencia, formal
o sustancial, provocará el sometimiento de dicha sociedad al régimen previsto
por la sección IV del capítulo I de la ley 19.550 (arts. 21 a 26), solución
.C
incorporada por la ley 26.994 que es un verdadero dislate, pues una sociedad
sin capital social, donde sus integrantes responden en forma limitada por las
obligaciones sociales, no puede ser pasible sino de la sanción de nulidad de la
sociedad.
DD

El capital social cumple tres funciones de importancia:

a) De productividad, función de contenido típicamente económico en virtud del


cual el capital sirve como fondo patrimonial empleado para la obtención de un
beneficio, a través del ejercicio de una determinada actividad empresarial.
LA

b) De determinación de la posición del socio en la entidad, pues mediante el


capital social se mide matemáticamente la participación y eventualmente la
responsabilidad de los socios en las sociedades anónimas y de responsabilidad
limitada.
FI

c) De garantía frente a los acreedores sociales.

De todas estas funciones, la de garantía frente a los acreedores es la que




asume el papel más destacado, pudiendo sostenerse que el capital sirve de


instrumento de garantía que compensa a los acreedores de la exoneración de
responsabilidad de que gozan los patrimonios personales de cada uno de los
socios, en especial en las sociedades anónimas y de responsabilidad limitada.
En otras palabras, la cifra capital brinda a estos un dato de fundamental
importancia, pues les permite conocer los bienes, dinerarios o no, con que cuenta
la sociedad para responder frente a terceros por las obligaciones sociales.

Es precisamente en cumplimiento de tal función, que la ley 19.550 ha


dispuesto una serie de normas que tienden a preservar la intangibilidad del

336 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


capital social, en resguardo y protección no solo de quienes la integran, sino
fundamentalmente en defensa de los acreedores sociales. Basta reparar, a título
de ejemplo, en lo dispuesto por el art. 39, que prescribe que los aportes sociales
solo pueden consistir en bienes determinados, susceptibles de ejecución
forzada; por el art. 53, que requiere la necesaria aprobación por la autoridad de
contralor en la valuación de los bienes no dinerarios aportados a una sociedad
por acciones; en el art. 68, que prohíbe la distribución de dividendos a los
accionistas cuando estos no provienen de ganancias realizadas y líquidas
resultantes de un balance aprobado por aquellos; en el art. 71, que prohíbe la
distribución de ganancias hasta tanto no se cubran las pérdidas de los ejercicios
anteriores; en el art. 202, que consagra la nulidad de la emisión de acciones bajo
la par; el art. 205 en cuanto prevé la posibilidad de reducir el capital social por
pérdidas sufridas por la sociedad a los efectos de restablecer el equilibrio entre
el capital y el patrimonio social, y el art. 206, siempre de la ley 19.550, que obliga

OM
a la sociedad a reducir el capital social cuando las pérdidas insuman las reservas
y el 50% del capital social. Del mismo modo, las previsiones incorporadas a la ley
19.550 por la ley 26.994 en materia de sociedades anónimas unipersonales,
respecto de la integración de su capital social (arts. 11, inc. 4º, y 187, LGS),
ratifican la preocupación del legislador en materia de protección de los derechos
creditorios de los terceros a través de la figura del capital social.
.C
Teniendo en cuenta la función de garantía que frente a terceros cumple el
capital social, es evidente sostener que la cifra capital no es variable ni se
modifica automáticamente por la suerte de los negocios sociales. Ello marca la
diferencia entre capital social y patrimonio, que es el conjunto efectivo de bienes
DD

de la sociedad en un momento determinado y cuyo conocimiento solo podrá ser


advertido de la confección y lectura del balance. El capital social, por el contrario,
es una cifra permanente en la contabilidad que indica a los terceros con qué cifra
responderá la sociedad frente a terceros por las deudas de la sociedad. Con todo
acierto ha sido expuesto en un precedente judicial que el principio de la
LA

responsabilidad limitada de una sociedad anónima presupone que ella debe


contar con un capital adecuado para cumplir con su objeto.

Se explica, por todo lo expuesto, que el capital social esté sujeto a los
principios de determinación y de invariabilidad, conforme a los cuales la cifra
FI

capital es de obligatoria mención en el contrato constitutivo, adquiriendo el rango


de cláusula obligatoria y cuyo aumento o reducción no opera automáticamente,
sino que para que el monto del capital social pueda ser modificado, se hace
necesaria la reforma de la correspondiente cláusula del estatuto a través de un
procedimiento que se caracteriza por su formalidad y por la inclusión de normas


de protección para los socios, en caso de aumento, y para los terceros, en caso
de reducción.

Todo lo expuesto, que revela las sanas intenciones del legislador para evitar
que la sociedad anónima se constituya en un instrumento de fraude o abuso en
perjuicio de terceros, han sido recaudos que se han mostrado insuficientes para
asegurar a los terceros la función de garantía que cumple el capital social, en la
medida en que nuestra legislación carece de una norma de carácter general que
imponga la exigencia de adecuar el valor del capital social a la naturaleza del
objeto social, así como tampoco existe una disposición que obligue a los socios

337 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a la realización de nuevos aportes para adecuar el capital social al pasivo y al
nivel de gastos de la sociedad. Del mismo modo, nuestra legislación societaria
carece de norma alguna que responsabilice a los socios o accionistas cuando, y
siguiendo las enseñanzas del profesor Enrique Butty, por contingencias de la
vida social, ocurriera que el contravalor patrimonial de la cifra capital, contenida
en el pasivo del balance, cayese por debajo del valor expresado por dicha cifra,
aun cuando tal responsabilidad puede ser extraída sin dificultad de lo dispuesto
por los arts. 146, 150 y 163 de la ley 19.550.

Y mucho menos contribuye a fortalecer la función de garantía del capital social


el hecho de que el legislador haya incluido en el art. 186 de la ley 19.550 una
norma que requiere un capital mínimo para las sociedades anónimas,
estableciendo su monto en la suma de $100.000, cifra que debe considerarse
irrisoria, en la medida en que el molde de la sociedad anónima no ha sido previsto

OM
para pequeños emprendimientos, como tal cifra parece sostener, sino muy por
el contrario, para las grandes empresas, como fue sostenido oportunamente por
la exposición de motivos de la ley 19.550.
.C
§ 186. CLARIFICACIÓN DEL CONCEPTO DEL CAPITAL SOCIAL

Atento a que el aumento del capital social implica una serie de actos que
DD

culminan con su inscripción en el Registro Público, se hace necesario clarificar


el momento a partir del cual la nueva cifra del capital puede ser incluida en los
balances y la sociedad se encuentre habilitada para emitir los correspondientes
títulos accionarios.
LA

En primer lugar, la mera decisión de los accionistas adoptada en la asamblea


correspondiente no autoriza a sostener que la sociedad cuenta, desde ese
momento, con un nuevo capital social, salvo que se trate de capitalización de
cuentas del balance (art. 189, ley 19.550), en cuyo caso solo es necesario emitir
los correspondientes títulos en proporción a las tenencias de cada uno de los
FI

accionistas. La resolución social que aumenta el capital social mediante efectivos


desembolsos de los socios solo habilita a sus directores para poner en
funcionamiento el procedimiento de ejecución, que comienza cuando el órgano
de administración invita a sus integrantes a ejercer los derechos de preferencia
y de acrecer, suscribiendo las nuevas acciones (art. 194, ley 19.550).


Cumplida precisamente la suscripción del nuevo aumento del capital social,


cuya instrumentación debe efectuarse a través del contrato de suscripción
reglamentado por el art. 186, párr. 3º, de la ley 19.550, la sociedad puede exhibir
en sus estados contables la nueva cifra de su capital social y emitir sus nuevos
títulos accionarios, sin que ello quede afectado por la falta de integración de las
acciones por los accionistas suscriptores, pues tal contingencia solo habilita a la
sociedad a exigir el cumplimiento del contrato de suscripción o resolverlo (art.
193, ley 19.550).

338 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Ello explica el fundamento por el cual el legislador, en el art. 186, párr. 2º,
establece que los conceptos de "capital social" y "capital suscripto" se emplean
indistintamente en la sección de la ley 19.550 dedicada al capital social.

La inscripción en el Registro Público de la reforma estatutaria que aumenta el


capital social en nada incide sobre lo expuesto. Tal registración solo otorga
publicidad al acto, pero los efectos internos del aumento del capital social se
producen desde la suscripción de sus acciones.

§ 187. INTEGRACIÓN DEL CAPITAL SOCIAL

OM
En las sociedades anónimas, los aportes de los socios solo pueden consistir
en bienes determinados, susceptibles de ejecución forzada (art. 39, ley 19.550),
y si bien se aceptan los aportes de uso y goce, ellos solo pueden ser efectuados
en este tipo de sociedades mediante las prestaciones accesorias contempladas
en el art. 50 de la ley 19.550 (art. 45, in fine).
.C
La suscripción del capital social en el acto constitutivo debe ser total y, en
principio, la integración en dinero en efectivo no puede ser menor al 25% de la
suscripción; su cumplimiento se justificará al tiempo de ordenarse la inscripción
con el comprobante de su depósito en un banco oficial, cumplida la cual queda
DD

liberado (art. 187, ley 19.550). Los aportes no dinerarios, por el contrario, deben
ser integrados totalmente y solo pueden consistir en obligaciones de dar,
justificándose su cumplimiento al tiempo de solicitar la conformidad del art. 167.
Su valuación deberá ser aprobada por la autoridad de control, mediante el
procedimiento previsto en el art. 53 de la Ley de Sociedades.
LA

Como excepción a lo expuesto precedentemente, en las sociedades anónimas


unipersonales (SAU), y a los fines de evitar fraudes, los arts. 11, inc. 4º, y 187
de la ley 19.550, en su nueva versión (ley 26.994), determinan que el capital
social deberá ser integrado totalmente en el acto constitutivo, ya sea el aporte
FI

dinerario o no dinerario.

En caso de aumento del capital social, no rige la norma del art. 187 de la ley
19.550 que autoriza la integración en dinero efectivo del 25% de la suscripción.
En tales supuestos, es admisible que la asamblea delegue en el directorio la


época de emisión de los correspondientes títulos (arts. 188 y 235, inc. 1º, ley
19.550), pudiendo establecerse en cada caso las condiciones de pago de las
acciones suscriptas (art. 186, inc. 3º, ley 19.550).

La mora en la integración de las acciones se produce de pleno derecho, sin


necesidad de interpelación judicial y suspende automáticamente el ejercicio de
los derechos inherentes a las acciones de mora. Ante tal situación, el art. 193 de
la ley 19.550 adopta las siguientes soluciones:

339 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) El estatuto puede disponer que los derechos de suscripción preferente
correspondiente a las acciones en mora sean vendidos en remate público o por
medio de un agente de bolsa, si bien se tratara de acciones cotizables.

Son de cuenta del suscriptor moroso los gastos de remate y los intereses
moratorios, sin perjuicio de su responsabilidad por los daños.

b) También puede el estatuto establecer que se producirá la caducidad de los


derechos societarios del accionista moroso, pero en este caso la sanción
producirá sus efectos previa intimación a integrar en un plazo no mayor de treinta
días con pérdida de las sumas abonadas.

c) Sin perjuicio de ambas posibilidades, la sociedad puede optar por el


cumplimiento del contrato de suscripción.

OM
§ 188. AUMENTO DEL CAPITAL SOCIAL
.C
La modificación del capital, según la legislación argentina y salvo para las
sociedades que cotizan en Bolsa, importa siempre reforma de estatutos, aun
cuando su aumento se realice dentro del quíntuplo previsto por el art. 188 de la
ley 19.550, pues la posibilidad de que llevar a cabo esa eventual reforma haya
DD

sido prevista contractualmente para evitar el cumplimiento de ciertas


formalidades, no enerva, cuando ella es concretada, su carácter de reforma
estatutaria.

El estatuto puede prever el aumento del capital social hasta su quíntuplo, en


LA

tal caso, la decisión social correspondiente puede ser adoptada por asamblea
ordinaria (art. 234, ley 19.550), y aun cuando para tal incremento fueran
necesarios nuevos aportes, los accionistas disconformes con el acuerdo carecen
del derecho de receso (art. 245, ley 19.550). Sin embargo, y como excepción al
régimen común del capital, justificado por las especiales características de la
FI

operatoria bursátil, en las sociedades anónimas autorizadas a hacer oferta


pública de sus acciones, la asamblea puede aumentar el capital social sin límite
alguno ni necesidad de modificar el estatuto. El directorio podrá efectuar la
emisión por delegación de la asamblea, en una o más veces, dentro de los dos
años a contar desde la fecha de la celebración.


Todo aumento del capital social requiere un procedimiento complejo, en donde


intervienen todos los órganos de la sociedad. Es el directorio en las sociedades
anónimas el que debe justificar la necesidad de incrementar el capital social,
invocando las razones que imponen recurrir a nuevos desembolsos por parte de
accionistas. Ello debe ser decidido por el órgano de administración de la
sociedad en reunión de directorio, la cual debe celebrarse cumpliendo las
formalidades previstas en los art. 260 y 267 de la ley 19.550 y dejarse constancia
en actas sobre los motivos que impulsan a la sociedad a recurrir a esta fuente
de financiación interna (art. 73, ley 19.550). Pero debe quedar en claro que no

340 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


es el directorio el que resuelve aumentar el capital social, sino que este órgano
solo convoca a asamblea de accionistas para llevar a cabo tal reforma
estatutaria, pues toda variación de la cifra capital es resorte y competencia
exclusiva del órgano de gobierno de la sociedad (arts. 234 y 235, ley 19.550). En
otras palabras, el directorio solo resuelve sobre la necesidad de aumentar el
capital social, sugiriendo a los accionistas el monto y justificando su necesidad.

Convocada la asamblea de accionistas por el directorio, respetando la


publicidad prevista por el art. 237 de la ley 19.550, son los accionistas quienes
deben resolver sobre el aumento del capital social propuesto, variando la clase
de asamblea según el monto sugerido por el órgano de administración: será pues
una asamblea ordinaria la que resolverá el aumento del capital social si este no
supera el quíntuplo de su valor (art. 188) y extraordinaria en caso contrario (art.
235, inc. 1º).

OM
Ahora bien, no necesariamente el aumento del capital social requiere nuevos
aportes o desembolsos dinerarios por parte de los socios o accionistas, pues el
incremento del capital puede producirse por capitalización de cuentas del
balance (art. 189, ley 19.550), como, por ejemplo, por revalúo de los bienes del
activo, por ajuste del capital o por capitalización de reservas, que son
detracciones que la asamblea de accionistas resuelve efectuar de las utilidades
.C
del ejercicio, a los efectos de destinarlas a un fin determinado y específico, en
beneficio de la misma sociedad. La capitalización de cuentas del balance para
aumentar el capital social está expresamente prevista por el art. 189 de la ley
19.550, que erróneamente incluye dentro de las hipótesis allí previstas al pago
DD

de dividendo con acciones, el cual no constituye técnicamente una forma de


pagar los dividendos, sino la ejecución del procedimiento de capitalización de
utilidades que el ordenamiento societario recepta expresamente (arts. 66, 189 y
218, ley 19.550), a pesar de que el pago de dividendos con acciones ya
integradas y la entrega de estas a todos los accionistas supone aceptar que una
LA

asamblea de accionistas pueda resolver sobre el destino que cada socio o


accionista quiera dar a sus dividendos, lo que a mi juicio resulta inaceptable e
inconstitucional, por afectar el derecho de propiedad.

Decidido por la asamblea de accionistas el aumento del capital social, viene


FI

luego la etapa de ejecución, la cual resulta diferente según la forma como dicho
aumento haya sido efectuado:

a) Si el aumento de capital fue efectuado mediante la capitalización de fondos


especiales inscriptos en el balance, según terminología empleada por el art. 189


de la ley 19.550, los accionistas recibirán directamente las nuevas acciones sin
desembolsar un solo peso, en la medida en que tales acciones ya se
encontraban totalmente integradas.

b) Si el aumento del capital social se llevara a cabo mediante nuevos


desembolsos de los socios, la asamblea puede delegar en el directorio la época
de la emisión de las nuevas acciones, así como la forma y condiciones de pago
de ellas por parte de los accionistas (arts. 188 y 235, inc. 1º, ley 19.550), con lo
cual el directorio podrá elegir el momento de requerir el aporte de nuevos fondos
a los accionistas o podrá fraccionar incluso tal requerimiento, según las

341 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


necesidades financieras de la sociedad, pero siempre dentro del plazo de los dos
años siguientes a contar desde la fecha de la celebración de la asamblea que ha
aumentado el capital social (art. 188, in fine, ley 19.550).

Ahora bien, la procedencia de todo aumento del capital social está


subordinada a que las anteriores acciones se encuentren totalmente suscriptas
(art. 190, ley 19.550); dicha norma, de evidente orden público, tiende a
resguardar el principio de la intangibilidad del capital social y la trascendente
función de garantía que este cumple frente a terceros.

En tanto el incremento del capital social no afecta los derechos de terceros,


sino exactamente lo contrario, la ley 19.550 solo incluye normas de protección a
los accionistas en el procedimiento de aumento del capital social, debiendo
nuevamente distinguirse según la forma en que se lleva a cabo tal reforma

OM
estatutaria:

a) Si se capitalizan cuentas del balance, el art. 189 de la ley 19.550 obliga al


directorio a respetar la proporción accionaria de cada accionista.

b) Si se trata de aumento del capital con efectivo desembolso por parte de los
accionistas, estos cuentan con el derecho de preferencia para conservar su
.C
proporción en el capital social, e incluso con el derecho de acrecer su
participación, para el caso de que alguno de los accionistas no suscriba la nueva
emisión de las acciones (art. 194, ley 19.550). Por el contrario, si el accionista no
cuenta con fondos para hacer frente a la integración de las nuevas acciones o
DD

no tenga intención de realizar nuevos desembolsos dinerarios a la sociedad,


aquel podrá ejercer el derecho de receso (art. 245, ley 19.550), siempre y cuando
el aumento del capital social supere el quíntuplo, si tal facultad está prevista por
el estatuto (art. 188, ley 19.550).
LA

Finalmente, la decisión asamblearia que aumenta el capital social debe ser


inscripta en el Registro Público para su oponibilidad a terceros. En las relaciones
intersocietarias, la decisión asamblearia que aumentó el capital social es
plenamente oponible desde la clausura de la asamblea (art. 12, ley 19.550) y
ejecutable desde ese momento por el órgano de administración.
FI


§ 189. EL DERECHO DE PREFERENCIA Y EL DERECHO DE ACRECER

El fundamento del derecho de suscripción preferente radica en la necesidad


de conceder al accionista la posibilidad de conservar en la sociedad la misma
proporción entre el importe nominal de sus acciones y el capital social, lo cual
reviste esencial importancia en una ley que subordina el ejercicio de derechos
elementales a la titularidad de una determinada tenencia accionaria (arts.
236 y 294, ley 19.550). Ello explica que las normas que legislan al derecho de
preferencia revistan carácter de orden público, y el art. 194, in fine, de la ley

342 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


19.550 ratifica tal conclusión cuando dispone que todos los derechos que dicha
norma reconoce no pueden ser suprimidos o condicionados.

El derecho de acrecer, también legislado por el art. 194 de la ley 19.550 y


merecedor de la misma protección, tiene un fundamento diferente, que consiste
en la preservación del elenco original de los socios. Consiste el derecho de
acrecer en la posibilidad que tienen todos aquellos accionistas que han ejercido
el derecho de preferencia de suscribir a prorrata las acciones no suscriptas por
otros accionistas, incrementando de esa manera su participación accionaria.

En principio, el derecho de preferencia es un derecho otorgado a los titulares


de acciones ordinarias, de voto simple o plural, pero no existen inconvenientes
de que sea extendido a los titulares de acciones preferidas, aunque para ello se
requiere una expresa decisión de la asamblea extraordinaria que dispuso la

OM
emisión de esa particular clase de acciones (art. 194, ley 19.550).

Para garantizar el ejercicio de esos derechos, el art. 194 de la ley 19.550 ha


dispuesto el siguiente procedimiento:

a) La sociedad hará el ofrecimiento a los accionistas mediante avisos por tres


días en el diario de publicaciones legales y además en uno de los diarios de
.C
mayor circulación general en toda la República, cuando se tratare de sociedades
comprendidas en el art. 299.

b) Los accionistas pueden ejercer su derecho de opción dentro de los treinta


DD

días siguientes al de la última publicación, si los estatutos no establecieran un


plazo mayor. Tratándose de sociedades que hagan oferta pública, la asamblea
extraordinaria puede reducir este plazo hasta un mínimo de diez días, tanto para
sus acciones como para debentures convertibles en acciones.
LA

c) Los suscriptores deben celebrar con la sociedad emisora un contrato de


suscripción, en doble ejemplar, que deberá contener los datos de identificación
de aquellos, la cantidad, valor nominal, clase y características de las acciones
suscriptas, el precio de cada acción y del total suscripto, así como la forma y
condiciones de pago y la individualización precisa de los aportes en especie (art.
FI

186, párr. 3º, ley 19.550).

Ahora bien, el interés del accionista protegido por el derecho de preferencia


debe ceder ante el interés social, en supuestos particulares y excepcionales.
Ante ello, la asamblea extraordinaria, con las mayorías del último párrafo del art.


244, puede resolver la limitación o suspensión del derecho de análisis, bajo las
condiciones siguientes:

1. Que su consideración se incluya en el orden del día.

2. Que se trate de acciones a integrarse con aportes en especie o que se den


en pago de obligaciones preexistentes (art. 197, ley 19.550).

La limitación o suspensión del derecho de preferencia debe ser excepcional e


interpretada con criterio restrictivo, válido solo ante comprobadas necesidades

343 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


financieras de la sociedad. La existencia de aportes irrevocables no autoriza la
aplicación del art. 197, pues el concepto de "obligaciones preexistentes" se
refiere a terceros ajenos a la sociedad. La suspensión o limitación del derecho
de preferencia autoriza el ejercicio del derecho de receso, atento a que con ello
el accionista puede perder derechos esenciales.

La sociedad no puede privar al accionista del derecho de preferencia, salvo


los casos previstos por el art. 197. Su violación autoriza al accionista a optar por
los siguientes caminos:

a) La acción de nulidad del acuerdo asambleario que dispuso el aumento del


capital social, si la violación del derecho de preferencia surge en ese acto (art.
251, ley 19.550).

OM
b) Exigir judicialmente la cancelación de las suscripciones que le hubiesen
correspondido, pero, si por tratarse de acciones entregadas a terceros de buena
fe no puede procederse a la cancelación prevista, el accionista perjudicado
tendrá derecho a que la sociedad y los directores solidariamente le indemnicen
los daños causados. La indemnización en ningún caso será inferior al triple del
valor nominal de las acciones que hubiera podido suscribir conforme al art. 194,
computándose su monto en moneda constante desde la emisión (art. 195, ley
.C
19.550).

Las acciones previstas en los apartados b) y c) deberán ser promovidas en el


término de seis meses a partir del vencimiento del plazo de suscripción y solo
DD

pueden ser intentadas por el accionista perjudicado o cualquiera de los directores


o síndicos (art. 196, ley 19.550).
LA

§ 190. EMISIÓN DE ACCIONES CON PRIMA

La emisión con prima o sobreprecio, autorizada por el art. 202 de la ley


FI

19.550, tiene como finalidad equiparar la situación de los nuevos socios con la
posición de los antiguos accionistas en relación con el patrimonio de la sociedad
antes del aumento del capital social. Su función es la de conservar los
accionistas existentes el mayor valor real de la acción, que, si se emitiera sin
prima, esto es, el valor nominal, traería un enriquecimiento gratuito a los nuevos


accionistas, quienes participarían en igualdad de condiciones con los antiguos


de la situación económica ventajosa que representa una empresa en marcha.

El art. 202 de la ley 19.550 no prevé la obligatoriedad de emitir con prima de


emisión, sino que es facultativo hacerlo, mediando decisión de la asamblea
extraordinaria que deberá fijar el valor del sobreprecio, lo cual ha sido objeto de
críticas por parte de la doctrina, registrándose incluso un importante precedente
jurisprudencial que ha resuelto la obligatoriedad de la emisión de las acciones
con prima. Por mi parte, adhiero a este último criterio, pues cuanto menos, la
emisión de nuevas acciones debe respetar el valor de ellas según el patrimonio

344 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


neto de la sociedad; de lo contrario, los accionistas preexistentes o extraños que
suscriban las nuevas acciones a su valor nominal se enriquecerán
indebidamente con las reservas acumuladas o resultados no asignados que
pertenecen a todos los integrantes de la sociedad.

El saldo que arroje el importe de la prima de emisión, descontados los gastos


de emisión, integra una reserva especial que es distribuible entre los accionistas
con los requisitos de publicidad y oposición previstos por los arts. 203 y 204 para
los supuestos de reducción voluntaria del capital social (art. 202, in fine, ley
19.550).

OM
§ 191. EMISIÓN DE ACCIONES BAJO LA PAR

La emisión de acciones bajo la par, es decir, por debajo de su valor nominal,


se encuentra prohibida por el art. 202, párr. 1º, de la ley 19.550, salvo los
supuestos excepcionales previstos por la ley 19.060. El fundamento de la norma
radica en la protección de los terceros y la afectación del principio de la
.C
intangibilidad del capital social, de evidente orden público, por lo que la violación
a esta prohibición determina la nulidad absoluta de la emisión.
DD

§ 192. AUMENTO DEL CAPITAL SOCIAL EN LAS SOCIEDADES QUE HACEN OFERTA
PÚBLICA DE SUS ACCIONES
LA

Disponen los arts. 198 a 201 de la ley 19.550 que el aumento del capital social
podrá realizarse por oferta pública de acciones, cumpliendo los procedimientos
establecidos por las leyes respectivas, bajo pena de nulidad. Los títulos o
certificados emitidos como consecuencia de la emisión de acciones en violación
FI

al régimen de oferta pública, así como los derechos emergentes de ellos,


además de su total invalidez, son inoponibles a la sociedad, socios y terceros.

Los directores, miembros del consejo de vigilancia y síndicos son solidaria e


ilimitadamente responsables por los daños que se originan a la sociedad y a los


accionistas por las emisiones hechas en violación del régimen de la oferta


pública. El suscriptor podrá incluso demandar la nulidad de la suscripción y exigir
solidariamente a la sociedad, los directores, miembros del consejo de vigilancia
y síndicos el resarcimiento de los daños.

Efectuado el aumento del capital social por oferta pública de acciones, la


sociedad deberá comunicar a la autoridad de control y Registro Público la
suscripción del aumento del capital a efectos de su registro.

345 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 193. LOS APORTES IRREVOCABLES A CUENTA DE FUTURAS EMISIONES DE ACCIONES

1. Este curioso instituto, de reciente aparición en el negocio societario, y que


no ha sido previsto por la ley 19.550, surge de la necesidad de dotar fondos de
refresco a la sociedad, que se imputan como "aportes" para ser capitalizados en
una futura asamblea a celebrarse, asumiendo también el carácter de
"irrevocables" a efectos de que el suministrante o dador de tales fondos evite
reclamarlos antes de producirse el aumento del capital.

Si bien este instituto ha recibido adhesión de la doctrina y jurisprudencia

OM
mayoritaria de nuestro medio, e incluso ha merecido su tratamiento legislativo
para las sociedades por acciones simplificadas (SAS) en la ley 27.349, no es
difícil advertir que bajo tan pomposo nombre se disfraza un préstamo mercantil
de carácter gratuito, al cual se le ha cambiado de denominación para evitar que
dicho mutuo engrose el largo pasivo de la sociedad y con ello se castiguen a los
estados contables.
.C
Los "aportes irrevocables a cuenta de futuras suscripciones", o simplemente
"aportes irrevocables", constituyen otro claro ejemplo de que, a través del tan
remanido recurso de cambiar el nombre a las cosas, o el "trastrueque de
terminología legal", según la feliz expresión de los profesores Fassi y Bossert,
DD

se pretende eludir las consecuencias que la verdadera figura que se oculta tras
esta novedosa denominación ocasiona a la sociedad, pues si en lugar de
préstamo se lo califica como aporte, deberá ser sumado a las cuentas del
patrimonio neto del balance, y en lugar de perjudicarse a los estados contables,
se los mejora convenientemente.
LA

Sostenemos que la entrega de fondos a la sociedad jamás puede ser calificada


como aporte cuando todavía no se celebró su acto antecedente y necesario, esto
es, la asamblea general de accionistas que resolvió el aumento del capital social
y la correspondiente emisión de acciones. Parece de toda evidencia, a tenor de
FI

las expresas disposiciones de la ley 19.550, sostener que jamás puede hablarse
de aporte sin emisión de acciones y tampoco de emisión de acciones sin un
acuerdo asambleario que incrementó dicho capital.

El art. 186, párr. 3º, de la ley 19.550 ratifica lo expuesto cuando establece los


requisitos imprescindibles que debe contener todo contrato de suscripción de


acciones, que solo puede ser otorgado una vez aumentado el capital social por
suscripción. Mencionando entre ellos la cantidad, clase y características de las
acciones suscriptas, lo cual es de imposible cumplimiento en el caso de los
"aportes irrevocables".

Si se advierte esa expresa directiva legal, carece de toda validez el contrato


de suscripción de acciones celebrado por el supuesto aportante con la sociedad,
cuando todavía esta no solo no las ha emitido, sino que tampoco sabe qué es lo
que emitirá, por no haberse resuelto aún el aumento del capital social.

346 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Y si ello es así desde el punto de vista del derecho societario, su validez no
soporta tampoco el menor análisis desde el punto de vista del derecho
patrimonial común, pues la oferta en el contrato de suscripción de acciones se
formula cuando la sociedad invita a sus accionistas a ejercer el derecho de
preferencia para suscribir las acciones que se emitirán como consecuencia del
aumento del capital social, aceptándose ella en el momento en que los
suscriptores ejercen el derecho de preferencia. Mal puede hablarse de
aceptación (el supuesto "aporte"), cuando nunca hubo oferta para efectuarlo, por
la sencilla razón de que la sociedad no está en condiciones de hacerlo.

Debe insistirse que el denominado "aporte irrevocable" no es otra cosa que un


préstamo, sin plazo, previsto por el derogado art. 559 del Cód. Com. y hoy por el
art. 1528 del Cód. Civ. y Com., que confiere al prestamista un crédito contra la
sociedad, pudiendo, con ese crédito, compensar su ulterior deuda por

OM
suscripción de acciones según la forma habitual y usual del contrato de
suscripción de acciones y sin que ello afecte el ejercicio del derecho de
preferencia por parte de los demás accionistas.

La eventual intención del suministrador de fondos de participar en el riesgo


empresario o su expectativa de obtener ganancias con el giro de la sociedad no
puede cambiar al préstamo su carácter de tal y aquel solo logrará su objetivo una
.C
vez capitalizada la deuda, previa decisión de la sociedad de aumentar su capital
social.

2. No obstante lo expuesto, y habiendo tomado los aportes irrevocables a


DD

cuenta de futura emisión de acciones carta de ciudadanía, pues a dicha figura


recurren todas las sociedades —anónimas o no— cuando tienen impostergable
necesidad de fondos y prefieren evitar el devengamiento de los intereses que
supone cualquier dación de dinero por parte de un socio o un tercero, la
Inspección General de Justicia, a los fines de evitar todo tipo de abusos,
LA

reglamentó esta figura, que está prevista en el art. 103 de la resolución general
IGJ 7/2015 ("Nuevas Normas de la Inspección General de Justicia"), conforme a
la cual la sociedad receptora del aporte irrevocable debe aceptarlo, mediante
instrumento fehaciente —acta de directorio en las SA— y registrar
contablemente los fondos recibidos en el patrimonio neto de la sociedad. Dichos
FI

aportes deben ser objeto de capitalización dentro de los ciento ochenta días de
recibidos, a los fines de evitar su perpetuación en los estados contables, pues la
misma denominación de "aportes irrevocables a cuenta de futura emisión de
acciones" refiere a las claras la necesidad de su capitalización como requisito
mismo de existencia. Transcurrido ese plazo sin capitalizar los aportes


irrevocables, cualquiera de los aportantes podrá exigir a la sociedad su reintegro


y serán contabilizados en el pasivo social.

§ 194. REDUCCIÓN DEL CAPITAL SOCIAL

347 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


A diferencia de lo que acontece con el aumento del capital social, en su
reducción se encuentra fundamentalmente comprometido el interés de los
terceros, pues se les reduce la garantía que la cifra capital les ofrece. Ello justifica
sobradamente que cuando la sociedad resuelve reducir voluntariamente el
capital social, a los efectos de adaptarlo a su patrimonio, los acreedores sociales
cuentan con el derecho de oponerse a la reducción, la cual solo podrá llevarse a
cabo si tales acreedores son desinteresados o suficientemente garantizados
(arts. 83, inc. 2º, y 204, ley 19.550). Este derecho de los acreedores no se podrá
ejercer cuando la reducción voluntaria del capital se opere por amortización de
acciones integradas y se realice con ganancias o reservas libres, pues en tal
caso no se afecta el capital.

La reducción del capital social debe ser siempre resuelta por la asamblea
extraordinaria de accionistas, y si es voluntaria, debe mediar informe fundado del

OM
síndico sobre su procedencia.

La reducción del capital social puede ser efectuada por incurrir la sociedad en
pérdidas, a los fines de restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio
social (art. 205, ley 19.550), siendo obligatoria tal disminución cuando las
pérdidas insumen las reservas y el 50% del capital social (art. 206, ley 19.550).
.C
Si las pérdidas han afectado la totalidad del capital social o cuando ellas fueren
de tal magnitud que resultare insuficiente el capital social remanente para cumplir
con el objeto de la sociedad, la ley 19.550, en su art. 94, inc. 5º, prevé al supuesto
como causal de disolución de la sociedad, la cual no operará si los socios
DD

acuerdan el reintegro total o parcial del capital perdido o su aumento (art. 96, ley
19.550).
LA

CAPÍTULO XXI - SOCIEDAD ANÓNIMA. ACCIONES, BONOS, DEBENTURES Y


OBLIGACIONES NEGOCIABLES
FI

§ 195. CARACTERÍSTICAS DE LAS ACCIONES. DERECHOS QUE CONFIEREN




El art. 163 de la ley 19.550 ha erigido a la división del capital en acciones como
requisito esencial tipificante de las sociedades anónimas, según la terminología
utilizada por el art. 17 de la ley 19.550.

La acción acredita la posición de su titular en relación con la sociedad emisora,


fijando su participación en ella y estableciendo a partir de su suscripción una
situación que presupone una compleja trama de facultades, derechos, cargas y
obligaciones del socio respecto de la sociedad y viceversa. En otras palabras, la
acción incorpora en sí la condición de socio.

348 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Ahora bien, para tener tal virtualidad no es necesario que la acción deba estar
representada en títulos circulatorios y que su titular deba exhibirlos al momento
del ejercicio de sus derechos societarios, pues el estado de socio se adquiere
desde el momento en que ellas se suscriben, independientemente de la entrega
de los títulos al accionista.

Si bien las acciones deben tener siempre el mismo valor, expresado en


moneda argentina, no admitiendo nuestra legislación la emisión de acciones sin
valor nominal, nada obsta a que aquellas confieran diferentes derechos. Surge
de tal manera la posibilidad de creación, por parte de los fundadores o
accionistas, de diversas clases o categorías de acciones, pero dentro de cada
una de estas clases o categorías los derechos deben ser siempre idénticos (art.
207, ley 19.550).

OM
La ley 19.550 no impone la necesidad de emitir títulos accionarios, a punto tal
que el estatuto puede autorizar que todas las acciones o alguna de sus clases
no se representen en títulos (art. 208, párr. 5º). Esta particular clase de acciones
ha sido receptada por la ley 22.903, que la ha incorporado a nuestra legislación
con el nombre de "acciones escriturales", cuya emisión, transferencia,
gravámenes y constitución de derechos reales sobre ellas debe ser inscripta en
cuentas llevadas a nombre de sus titulares por la sociedad emisora, por bancos
.C
comerciales o de inversión o caja de valores autorizados.

La calidad de accionista del titular de las acciones escriturales se presume por


las constancias de las cuentas abiertas en el registro de acciones escriturales y
DD

la sociedad es siempre responsable ante los accionistas por los errores e


irregularidades de las cuentas, sin perjuicio de la responsabilidad del banco o
caja de valores ante la sociedad, en su caso.

Para acreditar el carácter de titular de acciones escriturales, el art. 208, in fine,


LA

de la ley 19.550 prevé que la sociedad, entidad bancaria o la caja de valores


deben entregar al accionista el comprobante de la apertura de su cuenta y de
todo movimiento que se inscriba en ella. Todo accionista tiene además derecho
a que se le entregue, en todo tiempo, constancia del saldo de su cuenta, a su
costa.
FI


§ 196. CLASIFICACIÓN DE LAS ACCIONES

Las acciones pueden ser divididas desde numerosos puntos de vista:

1. Desde el punto de vista de su circulación, las acciones se dividen en


acciones al portador, nominativas endosables y nominativas no endosables. En
el primer caso, las acciones al portador podrían transmitirse por la mera tradición,
aunque ello es supuesto impensable en el mundo de los negocios, salvo
transferencia de un pequeño paquete accionario y con pago de precio al contado.
El titular de las acciones emitidas al portador puede ejercer sus derechos de

349 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


socio con la mera exhibición de los títulos, sin necesidad de inscripción en ningún
registro.

Las acciones nominativas endosables, denominadas también acciones "a la


orden", de muy infrecuente utilización en nuestro medio, son transmisibles por
endoso y pueden circular libremente, incluso con endoso en blanco, aunque su
titular deberá realizar la pertinente inscripción en el libro de Registro de Acciones
de la sociedad (art. 215, ley 19.550) a efectos de hacer valer los derechos
derivados de su propiedad.

Las acciones nominativas no endosables son transmisibles solo por vía de


cesión y requieren para el ejercicio de sus derechos la inscripción en el libro de
Registro de Acciones de la sociedad (arts. 213 y 215, ley 19.550).

OM
Los abusos cometidos a través de las acciones al portador han llevado a que
actualmente todas las acciones de las sociedades anónimas y demás
sociedades por acciones deban ser nominativas no endosables, por expresa
prescripción de la ley 24.587, vigente a partir del día 22 de mayo de 1996, que
impuso la nominatividad obligatoria de pleno derecho, estableciendo un sencillo
procedimiento de conversión, pero dejando expresamente previsto que los
accionistas titulares de acciones que no fueron emitidas como nominativas no
.C
endosables y que a partir de esa fecha no hayan cumplido con tal procedimiento
de conversión, carecen de legitimación para el ejercicio de todos sus derechos
societarios, amén de la imposición de determinadas sanciones de tipo tributario
impuestas en dicho ordenamiento.
DD

2. Desde el punto de vista de los derechos que confieren, las acciones pueden
clasificarse en acciones privilegiadas, preferidas u ordinarias.

a) Son acciones privilegiadas o de voto plural, aquellas que confieren más de


LA

un voto por acción. Si bien nuestra legislación admite esta categoría de acciones
(art. 216, ley 19.550), las somete a una serie de restricciones y, en tal sentido,
ellas no pueden ser emitidas una vez que la sociedad emisora haya sido
autorizada a hacer oferta pública de sus acciones. Del mismo modo, cuando se
trata de la adopción de ciertos acuerdos asamblearios que implican la reforma
FI

sustancial del estatuto de la sociedad emisora, ellas pierden el voto múltiple,


confiriendo un solo voto por acción (art. 244, in fine, ley 19.550).

b) Son acciones preferidas aquellas que confieren a sus titulares determinados


derechos patrimoniales que pueden asumir las siguientes modalidades:


1. El derecho al cobro preferente de las utilidades hasta determinado


porcentaje.

2. El pago de un dividendo fijo, si existen utilidades.

3. El pago de dividendos fijos, siempre si existen utilidades, pero acumulables.

4. Acciones con el privilegio de percibir como dividendo un interés fijo,


quedando para las acciones ordinarias como dividendo lo que reste después de

350 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


satisfechas aquellas privilegiadas o acciones en las que se estipulan el pago de
dividendos juntamente con las ordinarias, pero en mayor proporción.

Sin embargo, como contrapartida del privilegio patrimonial del que gozan las
acciones preferidas, estas tienen limitaciones en cuanto al derecho de participar
en la administración y gestión de la sociedad, pues al resolverse su emisión, ya
sea en el estatuto o en fecha posterior, puede pactarse que ellas carezcan de
derecho de voto, el cual, sin embargo, recuperan en determinadas
circunstancias, como, por ejemplo, cuando la sociedad se encuentra en mora en
el pago de las preferencias, cuando se trata de resolver, en asamblea
extraordinaria, las decisiones previstas por el último párrafo del art. 244 de la ley
19.550 (oportunidad en la cual, se recuerda, los titulares de acciones
privilegiadas perdían su privilegio en el voto), o cuando se trata de la designación
o la remoción de los síndicos (art. 284, ley 19.550), sin perjuicio del derecho de

OM
asistir a las asambleas en las cuales carecen del derecho de voto, pudiendo
ejercer su derecho de voz, esto es, de emitir su opinión en oportunidad de
producirse la deliberación de cada uno de los puntos del orden del día.

La pérdida del derecho de voto de los titulares de acciones preferidas, que no


es automática, pues debe estar prevista en las condiciones de emisión, es
consecuencia de que sus titulares son por lo general meros inversores que
.C
únicamente persiguen el fin de colocar su dinero disponible en títulos de los que
esperan obtener una renta lo más elevada posible y fija. Por tales razones es
que las condiciones de emisión de estas acciones contienen por lo general una
cláusula de amortización o rescate, autorizadas por el art. 235, inc. 3º, de la ley
DD

19.550, por medio de la cual la sociedad emisora recupera estas acciones al


cabo de un determinado tiempo.

Las acciones preferidas están sujetas a la ley de dividendos o, lo que es lo


mismo, al riesgo empresario, lo cual significa que sus titulares solo percibirán sus
LA

preferencias en la medida en que se presenten las circunstancias previstas por


los arts. 68 y 224 de la ley 19.550 para la distribución de dividendos entre los
accionistas. Resulta incompatible el privilegio en el voto con las preferencias
patrimoniales, de modo que una acción no puede conferir a la vez derechos
patrimoniales excepcionales y más de un voto.
FI

c) Las acciones ordinarias, por definición a contrario, son aquellas que


confieren un voto por acción y que carecen de preferencias patrimoniales.


§ 197. TRANSMISIBILIDAD DE LAS ACCIONES

En principio, y como rasgo característico de las acciones, estas son libremente


transmisibles y el estatuto solo puede limitar la transferencia de las acciones
nominativas o escriturales, sin que ello importe la prohibición de su transferencia.
La limitación debe constar en el título o en las inscripciones en cuenta, sus
comprobantes y estado respectivo (art. 214, ley 19.550).

351 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las cláusulas de limitación a la transferencia de acciones pueden referirse a
actos entre vivos o transferencia mortis causa y la jurisprudencia ha aceptado la
posibilidad de que la sociedad o los restantes accionistas puedan oponerse a la
personalidad del cesionario (cláusulas de "agrado") o establecer un derecho de
preferencia para la adquisición de las acciones por parte de los mismos sujetos
(cláusulas de preferencia en la adquisición). Del mismo modo, la limitación puede
consistir en exigir determinada profesión o calidad para ingresar a la sociedad o
establecer un límite a las acciones transferidas.

En materia de sociedades anónimas, y a diferencia de lo que sucede con las


sociedades de responsabilidad limitada, la ley 19.550 no ha establecido un
régimen específico para reglamentar el ejercicio del derecho de agrado o de
preferencia. Ello no autoriza a concluir que, en el primero de los casos, la
sociedad o los accionistas puedan actuar con la mayor arbitrariedad para

OM
oponerse al ingreso del cesionario, habiéndose aceptado jurisprudencialmente
el derecho del socio afectado por la denegatoria de la cesión a recurrir
judicialmente a los fines de obtener la desestimación de la oposición.

La transferencia de las acciones nominativas se perfecciona con la entrega


material del título, su anotación en el Registro de Acciones de la sociedad
emisora y la inscripción en el respectivo título. Se trata de requisitos formales de
.C
carácter integrativo de la transmisión y no de meras exigencias formales que, de
no cumplirse, no se considera perfeccionada la cesión ni oponible a la sociedad
y a los terceros.
DD

En el caso de acciones escriturales, la sociedad emisora o entidad que lleve


el registro cursará aviso al titular de la cuenta en que se efectúe un débito por
transmisión de acciones, dentro de los diez días de haberse inscripto, en el
domicilio que se haya constituido.
LA

La transferencia de acciones nominativas, con excepción de las acciones de


sociedades cotizantes, requiere el consentimiento del cónyuge del cedente en
los términos del art. 470, inc. b), del Cód. Civ. y Com., conforme al cual revisten
el carácter de bienes gananciales las acciones nominativas no endosables y las
no cartulares, con excepción de las autorizadas para la oferta pública. Dicha
FI

norma debe complementarse con lo dispuesto por el art. 1824 del Cód. Civ. y
Com., al cual remite el aludido art. 470, cuando dispone, tratándose del
incumplimiento del asentimiento conyugal, que "El incumplimiento del requisito
previsto en el art. 470, inc. b) en los títulos nominativos no endosables o no
cartulares, no es oponible a terceros portadores de buena fe. Al efecto previsto


por este artículo, se considera de buena fe al adquirente de un título valor


incorporado al régimen de oferta pública".

El cedente que no completó la integración de las acciones responde ilimitada


y solidariamente por los pagos debidos por los cesionarios. El cedente que
realice algún pago será copropietario de las acciones cedidas en proporción de
lo pagado (art. 210, ley 19.550).

352 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 198. EL LIBRO DE REGISTRO DE ACCIONES

El libro de Registro de Acciones previsto por el art. 213 de la ley 19.550, que
debe llevarse con todas las formalidades propias de los libros de comercio,
cumple un trascendente rol en materia de publicidad, tanto para los integrantes
de la sociedad, quienes tienen libre consulta de él, como de los terceros.

En dicho libro deben asentarse las clases de acciones en que se divide el


capital de la sociedad, así como los derechos y obligaciones que comportan; el
estado de su integración, con indicación del nombre del suscriptor; las sucesivas

OM
transferencias de las acciones, con detalle de fechas e individualización de los
adquirentes; los derechos reales que graven las acciones nominativas; la
conversión de los títulos y cualquier otra mención que derive de la situación
jurídica de las acciones y de sus modificaciones.

Solo cumplida la inscripción de esos actos en el mencionado libro, ellos serán


oponibles a la sociedad y a terceros.
.C
Se aclara que, por aplicación de lo dispuesto por el art. 21 de la ley 27.444 del
año 2018, el libro de Registro de Acciones, como todos los demás libros
societarios y contables de la sociedad anónima, pueden ser llevados en forma
DD

digital, sometidos en cuanto a su implementación a las normas que, sobre el


particular, incluye la ley 27.349 para las sociedades por acciones simplificadas
(SAS).
LA

§ 199. INDIVISIBILIDAD DE LAS ACCIONES


FI

Las acciones son indivisibles, y si existe copropiedad sobre ellas se aplican


las reglas del condominio. La sociedad puede exigir la unificación de la
representación de los condominios para ejercer los derechos y cumplir con las
obligaciones sociales.


§ 200. REQUISITOS DE LAS ACCIONES Y DE LOS TÍTULOS

Si bien el art. 211 de la ley 19.550 establece que el estatuto deberá determinar
las formalidades de las acciones y de los certificados provisionales, resultan
esenciales la mención de los datos de la sociedad emisora, el capital social, el
número, valor nominal y clase de acciones que representa el título, así como los

353 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


derechos que comporta, y si se tratara de certificados provisorios, la anotación
de las integraciones dinerarias efectuadas.

Los títulos y certificados provisorios deben ser suscriptos con la firma


autógrafa por no menos de un director y un síndico, aunque la autoridad de
control puede autorizar, en cada caso, su reemplazo por impresión que garantice
la autenticidad de los títulos.

§ 201. CERTIFICADOS PROVISORIOS, CERTIFICADOS GLOBALES Y CUPONES

OM
La ley 19.550 prevé la emisión de certificados provisorios, certificados globales
y cupones.

a) Son certificados provisorios aquellos títulos que son emitidos por la


sociedad cuando las acciones no han sido integradas totalmente por sus
suscriptores. Son títulos valores necesariamente nominativos que deben cumplir
con las formalidades previstas por el art. 211 de la ley 19.550. Cumplida la
.C
integración, los interesados pueden exigir la inscripción en las cuentas de las
acciones escriturales o la entrega de los títulos definitivos, pero hasta tanto se
cumpla con esa entrega, el certificado será considerado definitivo, negociable y
divisible (art. 208, ley 19.550).
DD

b) Los certificados globales son títulos que solo pueden ser emitidos por las
sociedades autorizadas a la oferta pública cuando las acciones estuvieren
totalmente integradas. Solo se autoriza su emisión para su inscripción en
regímenes de depósito colectivo (caja de valores). Son definitivos y negociables
LA

y pueden ser divisibles a los efectos de su transferencia.

c) Los cupones son anexos que generalmente se adhieren a los títulos


representativos de las acciones y constituyen los documentos legitimantes para
el cobro de los dividendos. Son títulos de crédito siempre y cuando contengan la
FI

identificación de la sociedad emisora, las características de las acciones a las


cuales adhieren, número de acciones que integran la lámina de la cual fueron
separados, etcétera.

El art. 212, in fine, de la ley 19.550 establecía que los cupones podían ser al


portador, aun cuando ellos adherían a acciones nominativas, pero la ley


24.587 que consagró la nominatividad obligatoria de las acciones ha previsto un
régimen diferente, pues si bien y en apariencia coincide con el texto original
del art. 212 de la ley 19.550, la ley 24.587 establece una presunción iuris et de
iure que los cupones pertenecen a la persona a cuyo nombre está inscripto el
título valor respectivo, rigiendo tal presunción a todos los efectos.

354 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 202. NEGOCIACIONES SOBRE ACCIONES

En tanto las acciones de una sociedad anónima son "cosas" valiosas, ellas
pueden ser objeto de diferentes negocios jurídicos:

202.1. Compraventa de acciones

Este contrato no está previsto por la ley 19.550, salvo para limitar la posibilidad
de la sociedad de adquirir sus propias acciones a los supuestos taxativamente
enumerados en el art. 220. La compraventa de acciones se rige, pues, por las

OM
disposiciones de los arts. 1123 a 1169 del Cód. Civ. y Com., en lo que resulta
compatible, siendo siempre requerible el consentimiento conyugal previsto por el
art. 470, inc. b), del referido Código, atento a lo dispuesto por la ley 24.587 que
impuso la nominatividad obligatoria de todos los títulos accionarios. Se exceptúa
de esta conformidad a la transferencia de las acciones de las sociedades
cotizantes.
.C
Resulta cuestión controvertida la responsabilidad del cedente de las acciones
por los pasivos ocultos de la sociedad, habiéndose resuelto por nuestra
jurisprudencia, en forma por demás equivocada, que la obligación del
transmitente de las acciones se agota con la regular transmisión de las tenencias
DD

accionarias y su responsabilidad queda circunscripta a la legitimidad de los


títulos enajenados, pero no se extiende a la consistencia o al valor de los bienes
de la sociedad. No coincidimos con esta doctrina, pues tratándose de la venta
de paquetes accionarios de control, esto es, aquellos que confieren la posibilidad
de la formación de la voluntad social, la responsabilidad del cedente por los
LA

pasivos ocultos debe considerarse como una cláusula implícita de todo contrato
de compraventa de acciones, conclusión que se funda no solo en las especiales
características del negocio societario, sino en la natural responsabilidad de todo
vendedor por vicios redhibitorios de la cosa.
FI

Como principio general, la sociedad no puede adquirir sus propias acciones,


pues ello estaría en pugna con la naturaleza contractual del contrato de
sociedad, además de alterar el principio de la intangibilidad del capital social en
forma absoluta. Sin perjuicio de ello, el art. 220 de la ley 19.550, que reglamenta
la cuestión, admite tal operación en supuestos particulares que se encarga de


detallar:

a) Para cancelarlas y previo acuerdo de reducción del capital.

b) Excepcionalmente, con ganancias líquidas y realizadas o reservas libres,


cuando estuvieran completamente integradas y para evitar un daño grave, el cual
deberá ser justificado en la próxima asamblea ordinaria.

c) Por integrar el haber de un establecimiento que adquiere o de una sociedad


que se incorpore.

355 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El art. 221 de la ley 19.550 se ha preocupado en evitar que las acciones
adquiridas por la propia sociedad emisora queden en cartera cuando se trata de
los supuestos previstos en los incs. 2º y 3º antes descriptos; prescribe al respecto
que el directorio deberá enajenarlas dentro del término de un año de adquiridas,
salvo prórroga por la asamblea, con otorgamiento del derecho de preferencia.
En el mismo sentido, ha sido resuelto que no se encuentra obstáculo para que
la sociedad adquirente de sus propias acciones en los términos del inc. 2º del art.
220 de la ley 19.550 haya elegido el camino más simple y distribuirlas en
proporción a sus respectivas tenencias.

Los derechos correspondientes a las acciones adquiridas por la sociedad


quedan suspendidos hasta su enajenación o distribución y no se computarán
para la determinación del quorum ni de las mayorías (art. 221, in fine, ley 19.550),
solución lógica desde todo punto de vista, pues de lo contrario pasarían a integrar

OM
en forma indirecta el paquete accionario del grupo de control.

La adquisición de las propias acciones por la sociedad fuera de los casos


previstos por el art. 220 de la ley 19.550 constituye un acto nulo de nulidad
absoluta, por afectar la intangibilidad del capital social que se ha previsto en
protección de los terceros.
.C
DD

202.2. Usufructo de acciones

El usufructo de acciones está regido por el art. 218 de la ley 19.550, que admite
la posibilidad de dividir el ejercicio de los derechos que confieren las acciones
objeto de este derecho real, otorgando al usufructuario el cobro de los dividendos
LA

y al nudo propietario la titularidad de las acciones, el cobro de la cuota liquidatoria


(salvo pacto en contrario) y el ejercicio de los derechos políticos.

El usufructo de acciones es un derecho real que se constituye por lo general


en favor de quien ha donado sus acciones a terceros, reservándose por vida o
FI

por un determinado tiempo los beneficios económicos derivados de tales


participaciones.

La deficiente redacción del art. 218, párr. 3º, de la ley 19.550 ha dado margen
para sostener la posibilidad de que el usufructuario pueda también ejercer los


derechos políticos, lo cual resulta inadmisible, pues el nudo propietario carecería


de toda injerencia en la vida de la sociedad, encubriéndose tras la figura del
usufructo una verdadera venta, con la posibilidad de perjudicar a los terceros
acreedores del usufructuario. Parece pues evidente sostener que cuando dicha
norma admite el pacto en contrario, solo se refiere a la posibilidad de que el
usufructuario tenga el derecho a la cuota de liquidación, que en principio está
reservada al nudo propietario, pero nunca los derechos políticos. Coincide con
mi manera de ver las cosas lo dispuesto por el art. 2129 del Código Civil y
Comercial de la Nación, en cuanto dispone que el contrato de usufructo no puede
alterar la sustancia de la cosa en usufructo, y es de toda evidencia que ello

356 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


acontece cuando todos los derechos emergentes de las acciones, esto es, los
derechos políticos y patrimoniales pasan a manos del usufructuario, y los
derechos del nudo propietario quedan reducidos a cero.

El derecho del usufructuario de percibir las ganancias distribuibles del ejercicio


no incluye las ganancias pasadas a reserva o capitalizadas, pero comprende a
las acciones entregadas por capitalización. Dicho dividendo se percibirá por el
tenedor del título en el momento del pago, y si hubiera distintos usufructuarios,
se distribuirá a prorrata de la duración de sus derechos. Si las acciones no
estuvieran totalmente integradas, el usufructuario, para conservar sus derechos,
debe efectuar los pagos que correspondan, sin perjuicio de repetirlas del nudo
propietario (art. 218, ley 19.550).

OM
202.3. Prenda de acciones

Este derecho real está contemplado por el art. 219 de la ley 19.550, el cual
prevé que el ejercicio de todos los derechos que confiere la titularidad de
.C
acciones corresponde al deudor prendario. El acreedor prendario no debe
obstaculizar el ejercicio de tales derechos. Se trata de un contrato de prenda
comercial o con desplazamiento, previsto por los arts. 2224 a 2231 del Cód. Civ.
y Com., pues los títulos accionarios son entregados al acreedor o a un tercero
DD

en depósito, previa inscripción en el libro de Registro de Acciones, hasta el


cumplimiento de la obligación que la prenda garantiza.

A los fines de custodiar al acreedor prendario, que se encuentra a merced de


su deudor, quien al ejercer el derecho de voto puede ocasionar al sujeto activo
LA

de la relación prendaria un daño difícilmente enmendable, la jurisprudencia ha


aceptado la procedencia de medidas cautelares, como la suspensión de la
emisión accionaria resuelta por una asamblea en la cual se aprobó el aumento
del capital social con el voto mayoritario del deudor prendario, con lo cual se
licuaba la participación de este y con ello, la garantía del acreedor.
FI


202.4. Sindicación de acciones

Se trata de un contrato de naturaleza "parasocietaria" mediante el cual


determinados socios convienen votar en las asambleas de accionistas en un
mismo e idéntico sentido, inhibiéndose de disponer sus títulos por un
determinado período, a los fines de dar una mayor coherencia a la política de
gestión o de oposición que pretenden llevar a cabo en la sociedad. Nuestra
legislación societaria no lo ha previsto, aunque su legitimidad ha sido aceptada
por nuestros tribunales comerciales con muchas reservas, pues atenta contra el
principio deliberativo que es esencial en el órgano de gobierno de la sociedad.

357 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El contrato de sindicación de acciones presenta graves problemas de muy
difícil resolución, en especial en lo que se refiere a su duración, su relación con
la sociedad y en cuanto a la situación de los herederos del accionista sindicado
fallecido.

En primer lugar, si bien no parece acertado limitar el pacto a una sola


asamblea, como ha sido resuelto jurisprudencialmente, tampoco es razonable
que su plazo de duración se extienda indefinidamente, en la medida en que
implica una limitación a la transferencia de acciones y al ejercicio de los derechos
políticos que no puede prolongarse a perpetuidad. Por ello resulta admisible
acotarlo a un plazo determinado de vigencia, que por lo general se estima en un
plazo de cinco años.

En cuanto a la relación de los sindicados con la sociedad, la jurisprudencia se

OM
ha pronunciado en forma reiterada sobre su inoponibilidad absoluta, de manera
que jamás podría invocarse lo acordado en un pacto de sindicación para
pretender nulificar una actuación de cualquier órgano societario, afectar el
funcionamiento de los órganos societarios o imponer a la sociedad un
menoscabo de los derechos esenciales de los socios que no han participado en
él.
.C
Finalmente, y en cuanto a la situación de los herederos del accionista
sindicado, soy de opinión que dicho contrato debe resolverse parcialmente con
su fallecimiento, salvo expreso consentimiento de aquellos de incorporarse al
pacto, pues no resulta procedente extender a los sucesores las enormes
DD

limitaciones que el contrato de sindicación de acciones implica para el ejercicio


de los derechos societarios.
LA

§ 203. EMBARGO Y EJECUCIÓN DE ACCIONES

La ley 19.550 en sus arts. 56 y 219 acepta la posibilidad de que los acreedores
FI

particulares del accionista embarguen las acciones de que es titular su deudor,


para su posterior ejecución forzada. En el ínterin en que se lleva a cabo la
subasta, el propietario de las acciones es el único legitimado a ejercer todos los
derechos societarios, debiendo el acreedor embargante facilitar el ejercicio de
ellos. La ejecución forzada de las acciones se rige por lo dispuesto por el art.


562 del Cód. Civ. y Com.

§ 204. LA AMORTIZACIÓN DE ACCIONES

La amortización de acciones es un procedimiento de muy escasa utilización


en la práctica, que en cierta manera puede ser asimilado al supuesto previsto

358 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


por el art. 220 de la ley 19.550 (compra de acciones por la propia sociedad), que
se lleva a cabo cuando la sociedad emisora cancela total o parcialmente las
acciones en las que se divide su capital social, para adecuarlo al patrimonio de
la empresa. La amortización no supone una reducción del capital social, pues,
como veremos, solo puede llevarse a cabo mediante ganancias líquidas y
realizadas para cancelar las acciones y no para volver a ponerlas en circulación.
Con este procedimiento se evita el reembolso total del capital en la etapa
liquidatoria, permitiendo su devolución a los accionistas durante la vida de la
sociedad.

El estatuto puede autorizar la amortización total o parcial de las acciones


integradas, con ganancias realizadas y líquidas, siempre y cuando se cumplan
los siguientes recaudos:

OM
a) Resolución previa de la asamblea que fije un justo precio y asegure la
igualdad de los accionistas.

b) Si se practica un sorteo, este se llevará a cabo ante la autoridad de contralor


o escribano de registro, publicándose sus resultados e inscribiéndose en el libro
de Registro de Acciones.
.C
c) Si la amortización fuere parcial, se asentará en los títulos o en las cuentas
de las acciones escriturales. Si la amortización es total, se anularán los títulos,
reemplazándolos por bonos de goce o inscripciones en cuenta con el mismo
efecto.
DD
LA

§ 205. PÉRDIDA, ROBO E INUTILIZACIÓN DE LAS ACCIONES

Vigente el régimen societario que permitía la emisión de las acciones al


portador, en caso de inutilización, robo o pérdida, su titular debía recurrir a un
procedimiento sumamente largo, complejo y costoso a los efectos de obtener su
FI

anulación, que se encontraba regido por los hoy derogados arts. 746 a 765 del
Código de Comercio.

La sanción de la ley 24.587, vigente desde el 22 de mayo de 1996 que permite


solo la emisión de acciones nominativas no endosables, derogó implícitamente


ese procedimiento, debiendo aplicarse para la cancelación de las acciones de


esta naturaleza. Actualmente, ante la pérdida o destrucción de las acciones
nominativas no endosables, por tratarse de títulos valores individuales, el
procedimiento de cancelación de estos está previsto por los arts. 1871 a 1875
del Cód. Civ. y Com.

359 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 206. LOS BONOS. BONOS DE GOCE Y BONOS DE PARTICIPACIÓN

Los bonos son títulos que puede emitir la sociedad, de naturaleza diferente a
las acciones, y que otorgan a sus titulares el derecho de participar
exclusivamente en las utilidades sociales, que se autorizan a emitir en
determinados supuestos.

Los bonos se clasifican de la siguiente manera:

a) Bonos de goce, que se otorgan a los titulares de acciones totalmente


amortizadas y dan derecho a la participación en las ganancias y en el producido
de la liquidación, después de reembolsado el valor nominal de las acciones no
amortizadas (art. 228, ley 19.550).

OM
El estatuto puede otorgarle otros derechos además de la participación en las
ganancias y en la cuota liquidatoria.

b) Los bonos de participación, que se emiten en favor de los accionistas por


prestaciones que no consistan en aportes de capital. A diferencia de los bonos
de goce, solo dan derecho a participar en las ganancias del ejercicio (art. 229,
ley 19.550). Dentro de esta categoría se incluyen los bonos de participación para
.C
el personal de la sociedad, que están sometidos a un régimen muy particular, a
punto tal que las ganancias que les corresponden se computan en el balance
como gastos y no como dividendos, revistiendo además el carácter de
intransferibles y caducan con la extinción de la relación laboral, cualquiera que
DD

fuere la causa.

Pero debe tenerse en cuenta que los beneficios de los titulares de bonos de
participación del personal se reducen a una mera habilitación en las ganancias,
sin que ello implique otorgar a los beneficiarios ninguna incumbencia de la
LA

gestión empresaria.

Los bonos de participación se abonan contemporáneamente con el dividendo.

La modificación de las condiciones de los bonos requiere la conformidad de


FI

titulares de la mayoría absoluta de los bonos de la clase respectiva, expresada


en asamblea convocada por la sociedad al efecto, realizándose la convocatoria
por el procedimiento establecido por el art. 237 de la ley 19.550, pero no se
requiere esa conformidad cuando la modificación se refiera al número de bonos
y se trate de bonos de goce y bonos de participación al personal.


§ 207. LOS DEBENTURES

Los debentures constituyen títulos de deuda que pueden emitir


exclusivamente las sociedades por acciones, siempre y cuando tal emisión
estuviere expresamente prevista en los estatutos.

360 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


De casi nula utilización en la práctica, ellos fueron previstos por el Código de
Comercio para receptar una costumbre que durante el siglo XIX realizaban
algunas sociedades extranjeras que operaban en el país (compañías inglesas a
cargo de empresas ferroviarias), y de allí que aquel cuerpo normativo receptara
su nombre tradicional.

A pesar de que la ley 8875 modificó algunas de las disposiciones que sobre
esos títulos incorporó el Código de Comercio, ellos nunca llegaron a cotizarse,
motivo por el cual la ley 19.550 intentó incentivar su utilización a través de una
legislación más flexible, iniciativa que no fue coronada por el éxito. Su partida de
defunción definitiva se produjo en 1988, con la sanción de la ley 23.962 de
Obligaciones Negociables, que, si bien reconoce su origen en la legislación de
los debentures, ha adoptado soluciones diversas para alentar su emisión, que
contrariamente a lo acontecido con los debentures, han merecido gran

OM
aceptación en los mercados bursátiles, convirtiéndose en un título de deuda apto
para lograr el ingreso de fondos a la sociedad.

Sin perjuicio de no agotar el análisis de las normativas que la ley 19.550 les
dedica a los debentures, resulta conveniente hacer una descripción, aunque
somera, de las principales características de estos títulos de deuda.
.C
Los debentures se pueden clasificar por la garantía que otorgan a sus
acreedores o por las alternativas que brindan a sus titulares al vencimiento del
empréstito.
DD

Por la garantía que otorgan, pueden ser clasificados en debentures con


garantía flotante, con garantía especial y con garantía común.

1. Son debentures con garantía flotante aquellos que afectan a su pago todos
los derechos, bienes muebles o inmuebles, presentes y futuros o una parte de
LA

ellos, de la sociedad emisora, y otorga el privilegio que corresponden a la prenda,


hipoteca o anticresis, según el caso. No están sometidos a las disposiciones de
forma que rigen esos derechos y se perfecciona la garantía por la manifestación
que se inserta en el contrato de emisión.
FI

La garantía flotante es exigible cuando la sociedad no paga los intereses o


amortizaciones de préstamos en los plazos convenidos; pierde la cuarta parte o
más del activo existente al día del contrato de emisión; incurre en disolución
voluntaria, forzosa o quiebra, o cesa en el giro de sus negocios. Vigente el
empréstito con tal garantía, la sociedad no puede vender o ceder la totalidad o


parte de su activo, aun cuando fuere imposible la continuidad de su actividad, ni


fusionarse o escindirse sin autorización de la asamblea de debenturistas.

2. Los debentures con garantía especial afectan a su pago bienes


determinados de la sociedad susceptibles de hipoteca y se deben cumplir todos
los requisitos previstos para la constitución de este derecho real.

3. Los debentures con garantía común son aquellos cuyos titulares cobrarán
sus créditos en igualdad de condiciones con los acreedores quirografarios.

361 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Por otro lado, los debentures pueden clasificarse en debentures simples, que
otorgan solo el derecho a la devolución del préstamo con sus intereses y los
debentures convertibles en acciones que otorgan la posibilidad a su beneficiario
de percibir su crédito o convertirse en accionista de la sociedad emisora. Para
su suscripción los accionistas tienen derecho preferente en su adquisición y
pendiente la conversión la sociedad no puede amortizar o reducir su capital, ni
aumentarlo por incorporación de reservas o ganancias, ni tampoco distribuir las
reservas o modificar el estatuto en cuanto a la distribución de las ganancias (art.
334, ley 19.550).

La sociedad que decide emitir debentures debe celebrar con un banco un


contrato de fideicomiso para que tome a su cargo la gestión de las suscripciones,
el control de las integraciones, la representación necesaria de los futuros
debenturistas, la defensa conjunta de sus derechos e intereses durante la

OM
vigencia del empréstito hasta su cancelación total.

La exigencia de que el fiduciario sea una institución bancaria rige


obligatoriamente solo para el período de emisión y suscripción. Posteriormente,
la asamblea de debenturistas puede designar a cualquier persona, siempre y
cuando no sean los directores, integrantes del consejo de vigilancia, síndicos o
empleados de la sociedad emisora ni quienes no puedan ser directores,
.C
integrantes del consejo de vigilancia o síndicos de sociedades anónimas.
Tampoco pueden ser fiduciarios los accionistas que posean el 5% o más del
capital social.
DD

Sin perjuicio de que el art. 344 de la ley 19.550 le otorga al fiduciario, como
representante legal de los debenturistas, todas las facultades y deberes de los
mandatarios generales y de los especiales de los incs. 1º y 3º del derogado art.
1884 del Cód. Civil, el legislador le ha otorgado excepcionales funciones de
fiscalización y control sobre la administración de la sociedad, cuando se trata de
LA

debentures con garantía común o flotante, atribuciones que lo facultan incluso


para pedir la suspensión del directorio de la sociedad emisora en los siguientes
casos: a) cuando no hayan sido pagados los intereses o amortizaciones del
préstamo después de treinta días de vencidos los plazos convenidos; b) cuando
la sociedad ha perdido la cuarta parte del activo existente al día del contrato de
FI

emisión, y c) cuando se produzca la disolución forzosa o la quiebra de la


sociedad. En todos estos casos el juez, a pedido del fiduciario y sin más trámite,
dispondrá la suspensión del directorio y nombrará en su reemplazo al o a los
fiduciarios, quienes recibirán la administración y los bienes sociales bajo
inventario (arts. 345 y 346, ley 19.550). El fiduciario puede continuar con el giro


de los negocios sin intervención judicial y con las más amplias facultades de
administración, incluso la de enajenar los bienes muebles o inmuebles o realizar
la liquidación de la sociedad, de acuerdo con lo que resuelva la asamblea de
debenturistas que se convocará al efecto (art. 347, ley 19.550).

Si el fiduciario resolviera continuar con los negocios sociales, los fondos


disponibles se destinarán al pago de los créditos pendientes y de los intereses y
amortizaciones de los debentures. Regularizados los servicios de los
debentures, la administración se restituirá a quien corresponda.

362 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El directorio suspendido puede promover juicio en el término de diez días de
notificado para probar la inexactitud de los fundamentos alegados por el
fiduciario. Promovida la acción, no podrá resolverse la liquidación hasta que no
exista sentencia firme y, entre tanto, el fiduciario debe limitarse a los actos de
conservación y administración ordinaria de los bienes de la sociedad deudora
(art. 350, ley 19.550).

Si la sociedad que hubiere emitido debentures con garantía común o flotante


fuera declarada en quiebra, el fiduciario será liquidador coadyuvante necesario
de ella (art. 351, ley 19.550).

El fiduciario puede ser removido sin causa por resolución de la asamblea de


debenturistas y también puede serlo judicialmente, por justa causa, a pedido de
un debenturista (art. 353, ley 19.550).

OM
§ 208. LAS OBLIGACIONES NEGOCIABLES
.C
La ley 23.962 de Obligaciones Negociables, si bien ha tomado como fuente,
entre otros antecedentes legislativos, las normas que los arts. 325 a 360 de la ley
19.550 dedican a los debentures, ha incorporado también una serie de
disposiciones que alientan la emisión de este tipo de títulos de deuda y que
DD

ofrecen innumerables ventajas sobre los debentures:

a) En primer lugar, las obligaciones negociables pueden ser emitidas por


sociedades por acciones, cooperativas, asociaciones civiles constituidas en el
país y sucursales de sociedades por acciones extranjeras constituidas en los
LA

términos del art. 118 de la ley 19.550, con lo cual se ha ampliado acertadamente
el mercado de los títulos de deuda privada, reservado históricamente para las
sociedades por acciones.

b) Las obligaciones negociables pueden ser emitidas con cláusula de reajuste


FI

de capital, conforme a pautas objetivas de estabilización y pueden otorgar un


interés fijo o variable.

c) Se establece para las obligaciones negociables un régimen de libertad de


salida y regreso del país.


d) Se reglamenta en forma más minuciosa y detallada el régimen de


obligaciones convertibles en acciones, cuya opción es otorgada exclusivamente
al obligacionista para convertirse en titular de acciones de la sociedad emisora.

e) Se flexibiliza el régimen de emisión de las obligaciones negociables, cuando


estas son emitidas por sociedades por acciones o cooperativas, en las cuales, y
a diferencia de los debentures, no se requiere la autorización de los estatutos o
su modificación en caso contrario. En tales entidades, la emisión de obligaciones
negociables puede ser resuelta por una asamblea general ordinaria, salvo las

363 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


obligaciones convertibles en acciones, cuya emisión es competencia de las
asambleas extraordinarias, con excepción de las sociedades autorizadas a hacer
oferta pública de sus acciones.

f) No es obligatorio para la sociedad emisora recurrir a una institución bancaria


o financiera, mediante la celebración de un contrato de fideicomiso, para la
defensa de los derechos o intereses que colectivamente correspondan a los
obligacionistas, y aun recurriéndose a dichas instituciones, estas no tienen las
exorbitantes facultades que la ley 19.550, en materia de debentures, pone en
manos del fiduciario, que llegan incluso, como se ha visto, a pedir la suspensión
del órgano de administración de la emisora en supuestos excepcionales o a pedir
incluso su liquidación. Por el contrario, la ley 23.962 no da facultad alguna al
fiduciario en tal sentido, prefiriendo otorgar a los obligacionistas la vía ejecutiva
contra la sociedad emisora para reclamar el capital, actualizaciones o intereses

OM
y para ejecutar las garantías otorgadas, sin agregar más privilegios que los
estrictamente reservados por nuestro ordenamiento positivo a cualquier
acreedor, tendientes a asegurar la integridad del patrimonio del deudor, que
constituye la garantía común de aquellos.

g) Es también ponderable, en la ley 23.962, el equilibrio logrado para no


restringir ni afectar las facultades de reorganización de la sociedad emisora, sin
.C
lesionar los intereses de los obligacionistas, a quienes se les otorga, frente a
determinados supuestos, el ejercicio de ciertos derechos. De tal manera, se
requiere el consentimiento de los obligacionistas en caso de retiro de oferta
pública o cotización de las obligaciones o de las acciones, cuando aquellas
DD

fueren convertibles, con derecho al reembolso para los obligacionistas


disconformes o ausentes, que deberán ejercerse en la forma y los plazos
previstos para el derecho de receso por los accionistas. En el mismo sentido, se
contempla el caso de retiro de la oferta pública o cotización, a raíz de la sanción
aplicada a la sociedad emisora, como supuesto legítimo para que los
LA

obligacionistas poseedores de títulos convertibles exijan el reembolso


anticipado. Y con la misma filosofía, en los casos de fusión y escisión de la
emisora, se declara que el titular de las obligaciones no convertibles tiene el
derecho de ser reembolsado o suficientemente garantizado.
FI

h) Se prevé la emisión de obligaciones negociables no incorporadas a títulos,


adaptando para estas el régimen de las acciones escriturales previstas por el art.
208 de la ley 19.550.

i) Finalmente, y sin detenernos en otros aciertos de la ley 23.962, se




incorporan importantísimos beneficios fiscales, lo cual constituye un ingrediente


fundamental de seducción para la emisión de obligaciones negociables, del cual
carecía la regulación prevista por la ley 19.550 en materia de debentures.

CAPÍTULO XXII - LAS ASAMBLEAS DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS

364 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 209. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS

Puede definirse a la asamblea como la reunión de los accionistas convocada


y celebrada de acuerdo con la ley y los estatutos, para considerar y resolver
sobre los asuntos indicados en la convocatoria.

Son características de las asambleas de accionistas:

a) Es el órgano de gobierno de la sociedad, lo cual implica que no es asamblea


cualquier reunión de accionistas, sino aquella que es convocada y celebrada

OM
conforme a la ley y los estatutos con todas las formalidades legales, y cuyas
decisiones, obtenidas a través del régimen de mayorías, son obligatorias para
todos los integrantes de la sociedad, atribuyéndose a esta las consecuencias y
efectos que se deriven de tales acuerdos.

b) Es un órgano no permanente de la sociedad, en el sentido de que no


funciona ininterrumpidamente durante toda la existencia de la sociedad, sino
.C
cuando es convocada por el órgano de administración de la compañía, quien
deberá hacerlo una vez por año, dentro de los cuatro meses del cierre del
ejercicio, para considerar los balances y estados contables, la política de
ganancias, la gestión de los directores y síndicos y su remuneración. El
DD

incumplimiento de esta expresa directiva es suficiente causal de remoción de los


integrantes de los órganos de administración y fiscalización de la sociedad.

c) Sus facultades son indelegables, por cuanto su competencia es exclusiva y


no puede ser suplida por decisiones de otros órganos de la sociedad. Por las
LA

mismas razones, no puede la asamblea de accionistas invadir esferas


reservadas a otros órganos sociales, habiéndose sostenido que los vicios de
competencia generan nulidades absolutas, inconfirmables e imprescriptibles.

d) La validez de sus decisiones implica el respeto de la legalidad en todas y


FI

cada una de las etapas formativas de la voluntad social. La asamblea de


accionistas es un acto formal ad solemnitatem, regulado por el legislador en
forma muy minuciosa, para permitir la participación de todos los accionistas y
evitar el abuso por parte del grupo de control.


e) Sus decisiones, en tanto respeten el estatuto y el ordenamiento legal, son


obligatorias para todos los accionistas, que deben acatar la decisión de la
mayoría, y deben ser cumplidas por el directorio.

§ 210. CLASES DE ASAMBLEAS

365 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las asambleas se clasifican de la siguiente manera:

a) Por los accionistas que participan.

1. Asambleas generales o universales, a las cuales deben asistir, deliberar y


votar todos los accionistas de la sociedad.

2. Asambleas especiales, en las cuales solo participan los integrantes de


determinada clase de accionistas, cuando tales "clases" o "categorías" fueron
creadas en el estatuto.

b) Por los temas que se consideran, los actos asamblearios se dividen en:

1. Asambleas ordinarias, cuya competencia está determinada por el art.

OM
234 de la ley 19.550, a saber: consideración de los balances y estados contables
del ejercicio, así como sus resultados, designación, remoción, remuneración y
gestión de los administradores y síndico. Asimismo, la asamblea ordinaria puede
resolver sobre el aumento del capital dentro del quíntuplo de su valor, si así
estuviere autorizado en el estatuto, y cualquier otra medida relativa a la gestión
de la sociedad que le competa resolver conforme a la ley y al estatuto o que
sometan a su decisión el directorio u órgano de control.
.C
2. Asambleas extraordinarias, cuya competencia está prevista por el art.
235 de la ley 19.550, y que en términos generales se convoca a los efectos de
modificar el estatuto o reglamento de la sociedad o decidir ciertos actos de
DD

trascendencia económica o financiera para la sociedad (emisión de debentures


y su conversión en acciones, emisión de bonos, rescate, reembolso y
amortización de acciones, etc.), o que implican la reorganización empresaria de
la compañía (fusión, transformación, escisión) o finalmente decidir sobre los
actos encaminados a su extinción (disolución, nombramiento, remoción y
LA

retribución de los liquidadores, etc.).

Existen también las asambleas denominadas "unánimes", que son aquellas


no convocadas por medio de edictos y a las cuales deben comparecer todos los
accionistas, resolviendo por unanimidad cada uno de los puntos del orden del
FI

día. Ellas están previstas en el último párrafo del art. 237 de la ley 19.550 y son
de muy frecuente celebración en las sociedades anónimas cerradas o de familia,
aunque la exigencia de la unanimidad en la adopción de la correspondiente
decisión asamblearia parece requisito innecesario; basta a nuestro juicio la
presencia de todos los accionistas para evitar la publicidad legal prevista por


el art. 237 de la ley 19.550 y a partir de allí nada justifica apartarse del régimen
ordinario de mayorías previsto por los arts. 243 y 244 del citado ordenamiento
legal.

§ 211. ETAPAS PARA LA ADOPCIÓN DE DECISIONES ASAMBLEARIAS

366 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La doctrina nacional las resume en tres: a) requisitos de convocatoria; b)
requisitos de reunión, y c) requisitos de deliberación y de voto.

211.1. Requisitos de convocatoria

1. La convocatoria debe ser efectuada por parte del órgano competente de la


sociedad que, por regla general, es el directorio. También se encuentra
legitimado para proceder a la convocatoria el órgano de fiscalización —
sindicatura o consejo de vigilancia, autorizando el art. 294, inc. 7º, de la ley
19.550 para hacerlo, tratándose de asambleas extraordinarias cuando lo juzgue

OM
conveniente, y en omisión del directorio, tratándose de asambleas ordinarias y
especiales—. Del mismo modo, cualquier accionista está habilitado para requerir
al directorio la convocatoria a asamblea de accionistas, siempre y cuando el
peticionante tuviera una participación accionaria de cuanto menos el 5% del
capital social, si los estatutos no fijaran una representación menor.

En este caso, el accionista que solicita la convocatoria a asamblea debe


.C
indicar al directorio o sindicatura los temas que considera necesario tratar y este
o el síndico deberán proceder a la convocatoria, debiendo celebrarse el acto
asambleario dentro de los cuarenta días de recibida la solicitud.
DD

La omisión por parte del directorio o la sindicatura para proceder a la


convocatoria solicitada por el accionista da derecho para que este la solicite
judicial o administrativamente, a través de la autoridad de control (art. 236, in
fine, ley 19.550), sin perjuicio de configurar tal actuación suficiente causal de
remoción de los integrantes de aquellos órganos.
LA

Nutrida jurisprudencia se ha pronunciado sobre el derecho del accionista a


solicitar la convocatoria judicial a asamblea, siendo jurisprudencia pacífica que,
ante el cumplimiento de los recaudos sustanciales y formales establecidos por la
ley, el juez en lo comercial interviniente en el asunto deberá proceder a convocar
FI

directamente, sin dar traslado de la pretensión a la sociedad, haciendo solo


conocer al directorio la fecha de la asamblea, así como la designación del
funcionario que presidirá el acto.

¿Puede la asamblea de accionistas autoconvocarse? La ley 19.550 no




contempla esta posibilidad y, salvo algunas opiniones doctrinarias en contrario,


la jurisprudencia cerró las puertas a la autoconvocatoria, basada en los términos
del art. 236 de la ley 19.550, que no la admite. Ello provocó situaciones de
conflicto que afectan gravemente el funcionamiento de la sociedad, como sucede
cuando se vende el paquete accionario y los directores, ajenos al grupo de
control, se resisten a abandonar sus cargos en el órgano de administración de la
sociedad y rehúsan efectuar la convocatoria a asamblea para tratar su
desvinculación y reemplazo. La ley 19.550 no trata el supuesto, pero sí lo hace
el art. 158 del Cód. Civ. y Com. para todas las personas jurídicas, al disponer
que "Los miembros que deban participar en una asamblea, o los integrantes del

367 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


consejo, pueden autoconvocarse para deliberar, sin necesidad de citación
previa. Las decisiones que se tomen son válidas, si concurren todos y el temario
a tratar es aprobado por unanimidad", siendo esta norma aplicable a las
sociedades comerciales, por simple aplicación de lo dispuesto por el art. 150,
inc. a), del Cód. Civ. y Com., en cuanto, ante el carácter imperativo de dicha
norma, esta predomina sobre el silencio de la ley 19.550, que no establece
solución contraria.

2. Efectuada la convocatoria por el directorio, requisito del cual no están


exentas las asambleas unánimes, el directorio u órgano convocante debe
proceder a publicar edictos en el Boletín Oficial y en un diario de amplia
circulación en la República, cuando se trate de sociedad anónima incluida en el
art. 299. La publicación del orden del día debe efectuarse por cinco días, con
diez de anticipación a la celebración de la asamblea y no más de treinta, cuando

OM
se tratare de asamblea en primera convocatoria, y por tres días, con ocho de
anticipación como mínimo, cuando se tratare de asamblea en segunda
convocatoria, la cual deberá celebrarse dentro de los treinta días de fracasado
el acto asambleario en primera convocatoria, debiendo tenerse presente que,
siempre con el ánimo de facilitar la celebración de las asambleas, el legislador
autoriza la convocatoria simultánea de asambleas en primera y segunda
convocatoria, siempre y cuando el estatuto lo autorice expresamente, y si la
.C
asamblea fuere citada para el mismo día, la celebración del acto en segunda
convocatoria deberá hacerse con un intervalo no inferior a una hora de la fijada
para la primera (art. 237, in fine, ley 19.550). Tal posibilidad se encuentra limitada
para las sociedades que hacen oferta pública de sus acciones, en las que la
DD

convocatoria simultánea queda reservada para las asambleas ordinarias.

La necesidad de publicación de edictos de convocatoria ha sido objeto de


justas críticas por parte de la doctrina, pues tal requisito solo se justifica en las
sociedades que cotizan en bolsa, pues nada autoriza semejante dispendio
LA

cuando se trata de sociedades anónimas cerradas o de familia, que constituyen


la gran mayoría de las sociedades de este tipo que funcionan en nuestro medio,
y en las cuales resulta suficiente la comunicación personal fehaciente al domicilio
constituido por los accionistas en la sociedad. La sanción de la ley 24.587 de
nominatividad obligatoria de las acciones ha facilitado el camino para una
FI

reforma legislativa en tal sentido.




211.2. Requisitos de reunión

En cuanto a los requisitos de reunión, el art. 238 de la ley 19.550 establece


que los accionistas que pretenden participar en asamblea de accionistas deben
comunicar su voluntad de asistencia con no menos de tres días de anticipación
a la fecha de la celebración de la asamblea, por modo fehaciente, para su
inscripción en el libro de Registro de Accionistas y Asistencia a Asambleas.
Como consecuencia de la sanción de la ley 24.587, que convirtió de pleno
derecho a todas las acciones en títulos nominativos no endosables, no rige más

368 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la obligación que tenían los propietarios de acciones al portador de presentar y
depositar sus títulos a la sociedad, con tres días de anticipación. Basta hoy la
comunicación fehaciente a la compañía dando noticia de la voluntad de cada
accionista de participar en la asamblea.

Antes de comenzar el acto asambleario, los accionistas o sus representantes


que concurran a ella deben firmar el libro de asistencia en el que se dejará
constancia de sus domicilios, documentos de identidad y número de votos que
corresponda. Dicho registro es de libre consulta por todos los accionistas,
quienes tienen derecho a solicitar copia.

La asamblea solo puede válidamente sesionar si se reúne el quorum previsto


por la ley 19.550 y los estatutos sociales. El quorum es el número mínimo de
accionistas requerido para sesionar, el cual varía de acuerdo con la clase de

OM
asamblea o naturaleza del asunto a considerar.

El legislador ha intentado favorecer la celebración de las asambleas de


accionistas y ha previsto la posibilidad de que el quorum pueda ser reducido en
una segunda convocatoria. De tal manera, las asambleas ordinarias que
requieren la presencia de accionistas que representen la mayoría de las acciones
con derecho a voto en primera convocatoria, pueden celebrarse en segunda
.C
convocatoria cualquiera que sea el número de acciones presentes. En materia
de asambleas extraordinarias, el quorum es más riguroso: en primera
convocatoria se exige la presencia de accionistas que representen el 60% de las
acciones con derecho a voto, si el estatuto no exige quorum mayor, y en segunda
DD

convocatoria se requiere la concurrencia de accionistas que representen el 30%


de las acciones con derecho a voto, salvo que el estatuto fije quorum mayor o
menor.

Las asambleas deben realizarse en la sede social o en cualquier lugar que


LA

corresponda a la jurisdicción del domicilio social.


FI

211.3. Requisitos de deliberación y voto

En primer lugar, corresponde manifestar que los accionistas pueden hacerse


representar en las asambleas, siendo suficiente el otorgamiento de mandato en


instrumento privado con la firma certificada en forma judicial, notarial o bancaria,


salvo disposición en contrario del estatuto. Asimismo, resulta válido el poder
otorgado por el accionista en presencia del síndico o del directorio de la
sociedad, aun cuando la firma de este no contuviere ninguna certificación o
cuando existiere certeza absoluta de que la firma inserta en el poder pertenece
de puño y letra al accionista otorgante. No pueden ser mandatarios los
directores, síndicos, integrantes del consejo de vigilancia, los gerentes y demás
empleados de la sociedad (art. 239, ley 19.550).

369 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las deliberaciones deben estar dirigidas por el presidente de la asamblea,
cargo que en principio y salvo disposición contraria del estatuto, está a cargo del
presidente de la sociedad. Si se tratara de una asamblea convocada
judicialmente o por la autoridad de control, ella será presidida por el funcionario
que estos designen —art. 242, ley 19.550—.

La asamblea puede pasar a cuarto intermedio por una sola vez, salvo acuerdo
unánime de todos los accionistas, y debe continuar necesariamente dentro de
los treinta días siguientes. Solo pueden participar en la segunda reunión los
accionistas que habían asistido a la primera parte del acto asambleario. Las
decisiones adoptadas antes de pasar a cuarto intermedio son obligatorias y
ejecutables por el directorio incluso antes de su reanudación. Lo dispuesto por
el art. 233, in fine, y la necesidad de confeccionar actas de cada reunión,
expresamente prevista por el art. 247 de la ley 19.550, refuerzan tal conclusión.

OM
Durante la celebración del acto asambleario, todos los accionistas gozan del
derecho de voz, incluso los titulares de acciones preferidas sin derecho a voto.
Asimismo, gozan del derecho de voz los directores no accionistas, los síndicos
o miembros del consejo de vigilancia y los gerentes generales, quienes, no
obstante, no pueden emitir su voto en todas las decisiones vinculadas con la
aprobación de los actos de su gestión o en las resoluciones atinentes a su
.C
responsabilidad o remoción con causa (art. 241, ley 19.550). Los accionistas o
sus representantes, que en una operación determinada tengan por cuenta propia
o ajena un interés contrario al de la sociedad, si bien pueden participar en la
deliberación del tema, deben la obligación de abstenerse de votar en los
DD

acuerdos relativos a aquella (art. 248, ley 19.550), supuesto que se presenta
ante la aprobación de la gestión de los directores y la determinación de su
remuneración.

La asamblea de accionistas no puede decidir sobre materias no incluidas en


LA

el orden del día, salvo los siguientes supuestos: a) si estuviere presente la


totalidad del capital y la decisión se adopte por unanimidad de las acciones con
derecho a voto; b) la promoción de acciones de responsabilidad contra los
directores o síndicos, cuando ella es consecuencia directa de una resolución
incluida en el orden del día; c) la elección de los encargados de firmar el acta
FI

(art. 246, ley 19.550).

Las decisiones o acuerdos asamblearios, para ser válidos, deben reunir las
mayorías previstas legalmente:


a) Si se trata de asambleas ordinarias, ellos podrán ser tomados por mayoría


absoluta de votos presentes que pueden emitirse en la respectiva decisión, salvo
exigencia mayor del estatuto.

b) Si se trata de asambleas extraordinarias, las resoluciones deben ser


adoptadas por mayoría absoluta de los votos presentes que puedan emitirse en
la respectiva decisión, salvo cuando el estatuto exija mayor número. En otras
palabras, el régimen de mayorías es idéntico para la celebración de asambleas,
tanto ordinarias como extraordinarias, en primera y en segunda convocatoria.

370 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Debe destacarse que hay determinados casos, a los cuales la ley 19.550 en
el art. 244, in fine, los llama "supuestos especiales", en donde la mayoría se
adopta de una manera diferente, requiriéndose el voto favorable de la mayoría
de acciones con derecho a voto, sin aplicarse la pluralidad de votos,
computándose asimismo el de los titulares de acciones preferidas sin derecho a
él. Son los casos en que deba resolverse la transformación, prórroga,
reconducción, disolución anticipada de la sociedad, transferencia del domicilio al
extranjero, cambio fundamental del objeto, reintegración total o parcial del capital
social, fusión y escisión, salvo para la sociedad incorporante, elección y remoción
de los síndicos y formación de cualquier reserva que supere el monto del capital
social y de la reserva legal (art. 244, ley 19.550).

En principio, la ley excluye la unanimidad para la adopción de acuerdos


asamblearios. Esta solo se requiere para el caso de reconducción de la sociedad

OM
si es decidida luego de inscripta la designación del liquidador en el Registro
Público (art. 95, ley 19.550), exigencia que puede calificarse de asistemática en
nuestro ordenamiento societario y se contrapone con lo dispuesto por el art. 100,
en su actual redacción por la ley 26.994, que no se aparta del régimen ordinario
de mayorías para la remoción de las causales de disolución.

Clausurado el acto asambleario, el directorio debe labrar acta de lo allí


.C
acontecido, la cual debe resumir las manifestaciones hechas en la deliberación,
las formas de las votaciones y sus resultados con expresión completa de las
decisiones. Dicha acta debe estar confeccionada y firmada dentro de los cinco
días por el presidente y los socios designados al efecto. Cualquier accionista
DD

puede solicitar a su costa copia firmada del acta, que incluye las constancias
respectivas del libro de Asistencia a Asambleas, que la integra (arts. 73 y 249, ley
19.550).
LA

§ 212. EFECTOS DE LAS DECISIONES ASAMBLEARIAS. IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE


ASAMBLEAS Y DECISIONES ASAMBLEARIAS
FI

Como principio general, las decisiones asamblearias adoptadas conforme a la


ley y al estatuto son obligatorias para todos los accionistas y deben ser cumplidas
por el directorio (art. 233, ley 19.550).


Este principio sufre, sin embargo, las siguientes excepciones:

a) Si un accionista ejerciera el derecho de receso previsto por el art. 245 de


la ley 19.550, que es un derecho de carácter excepcional que otorga nuestra
legislación a todo accionista que votó en contra o estuvo ausente del acto
asambleario que modificó sustancialmente las bases del contrato de sociedad.

b) Cuando las decisiones asamblearias fueran contrarias a la ley, estatuto,


reglamento o cuando fueron adoptadas para perjudicar a un grupo de
accionistas, en clara manifestación de abuso de mayorías.

371 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En tal caso, la ley ha otorgado a los accionistas que no contribuyeron a formar
la voluntad social la acción de impugnación de acuerdos sociales (art. 251, ley
19.550), la cual debe ser promovida dentro de los tres meses de clausurada la
asamblea. Se trata de un derecho inderogable de que gozan todos los
accionistas, tendientes a controlar el funcionamiento legal de la sociedad que
integran y cuyo ejercicio no está subordinado a la tenencia de determinados
porcentajes accionarios. Sin embargo, para preservar la estabilidad de las
relaciones societarias, la ley ha otorgado un brevísimo plazo de prescripción para
promover dicha acción que es de tres meses de clausurada la asamblea, salvo
falsa causa en la decisión asamblearia adoptada, en cuyo caso el plazo de
prescripción de la acción correspondiente se somete al derecho común, que es
de dos años, previsto para todo pedido de declaración de nulidad relativa (art.
2562, Cód. Civ. y Com.) o nulidad absoluta del referido acuerdo, lo cual llevaría
a la imprescriptibilidad de la acción impugnatoria y a la inconfirmabilidad del acto

OM
atacado de nulidad (art. 387, Cód. Civ. y Com.).

La nulidad de los acuerdos asamblearios puede ser consecuencia de


irregularidades en la convocación, formación o celebración de la asamblea, así
como por ilegitimidad de la decisión adoptada por los accionistas, pues como ha
sido sostenido por la jurisprudencia en forma reiterada, todas las etapas que
confluyen a la regularidad del acto asambleario deben ser cumplidas
.C
estrictamente, porque todas ellas son formativas y conducen a la resolución final
y a su ejecución por el directorio.

Son sujetos legitimados para interponer la acción de nulidad de la asamblea o


DD

de ciertas decisiones asamblearias, no solo los accionistas que no han


contribuido para adoptar dicho acuerdo (accionistas que votaron en contra,
abstenidos o ausentes que acrediten haber sido accionistas a la fecha de la
asamblea), sino también los directores, los integrantes del consejo de vigilancia
o sindicatura y la autoridad de control. La promoción de dicha acción, que
LA

siempre reviste el carácter de social, pues es iniciada en beneficio de la sociedad


y no del impugnante, constituye una obligación para los directores y miembros
del órgano de fiscalización y no el ejercicio de un mero derecho, como parecería
desprenderse del texto literal del art. 251 de la ley 19.550.
FI

Los accionistas que votaron favorablemente una decisión asamblearia no


pueden luego atacarla de nulidad, salvo vicio de la voluntad, supuesto que se
plantea cuando los directores presentan a la asamblea balances falsos cuyas
irregularidades solo pudieron ser advertidas con posterioridad a la aprobación
asamblearia de tales instrumentos.


La acción de nulidad de asambleas o decisiones asamblearias debe


promoverse contra la sociedad por ante el juez de su domicilio social.

La ley 19.550 se ha preocupado muy bien en reglamentar esta acción,


estableciendo normas de carácter procesal y medidas precautorias compatibles
con el contenido de la demanda que se analiza.

En tal sentido, y salvo el dictado de la medida cautelar sobre la cual luego nos
explayaremos, promovida la demanda solo se proseguirá el juicio una vez

372 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


vencido el término de tres meses con que cuentan los interesados para
promoverla. Tal solución cobra sentido para facilitar la acumulación en caso de
pluralidad de acciones del mismo contenido, a cuyo efecto el directorio tiene la
obligación de denunciar en cada expediente la existencia de todas las demandas
de nulidad promovidas contra el mismo acto asambleario.

Asimismo, cuando la acción es intentada por la mayoría de los directores o


miembros del consejo de vigilancia, los accionistas que votaron favorablemente
deben designar por mayoría un representante ad hoc en asamblea especial
convocada al efecto, según el procedimiento previsto por el art. 250 de la ley
19.550. Si no se alcanzare esa mayoría, el representante será designado de
entre ellos por el juez (art. 253, ley 19.550).

OM
§ 213. LA SUSPENSIÓN PROVISORIA DE LA EJECUCIÓN DE LA DECISIÓN ASAMBLEARIA
ATACADA DE NULIDAD

El art. 252 de la ley 19.550 prevé expresamente una medida cautelar que es
.C
compatible con la acción de fondo, consistente en la suspensión de la ejecución
de la resolución impugnada, exigiendo para ello los siguientes requisitos:

a) Que sea pedida por la parte impugnante.


DD

b) Que no medie perjuicio para los terceros, concepto dentro del cual no
pueden ser considerados ninguno de los integrantes de la sociedad.

c) Otorgamiento por el actor de garantía suficiente para responder por los


LA

daños que dicha medida pudiere causar a la sociedad.

Asimismo, y por tratarse de una medida precautoria, son exigibles los


requisitos de verosimilitud del derecho y peligro en la demora, propia de todas
las medidas de esta naturaleza.
FI

A pesar de que el legislador no ha previsto, como lo ha hecho al legislar sobre


la intervención judicial, un criterio "restrictivo" por parte de los jueces en el
otorgamiento de la precautoria prevista por el art. 252 de la ley 19.550, nuestros
tribunales mercantiles han exhibido una incomprensible restrictez en su


otorgamiento que de manera alguna se compadece con el espíritu del legislador.

En tal sentido, reiterados precedentes jurisprudenciales han exigido que el


peticionante debe acreditar que el perjuicio alegado por este es apreciablemente
mayor al que se seguiría para la sociedad y los socios no impugnantes con la
paralización de la resolución de la asamblea, con lo cual ponen en cabeza del
actor una prueba diabólica, que jamás puede ser satisfecha.

Del mismo modo, ha sido exigido reiteradamente, para el progreso de la


medida cautelar prevista por el art. 252 de la ley 19.550, que la violación a los

373 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


derechos inderogables de un accionista, ocasionados durante el desarrollo de
una asamblea (omisión de toda información sobre el tema considerado o
cuestionamiento de la política de dividendos, atento a la reiterada costumbre del
grupo de control de "reservar" las ganancias del ejercicio, luego de percibir
suculentas remuneraciones como administradores) no habilitan al dictado de esa
precautoria, por constituir hechos que no afectan el interés social, identificando
de tal manera a dicho interés con el interés de la mayoría y restringiendo
indebidamente el concepto de interés social, que obviamente comprende el
normal funcionamiento de la sociedad en todos sus aspectos.

Y como si ello fuera poco, ha sido lamentablemente sostenido, a pesar de que


la ley 19.550 no ha formulado excepciones a la cautelar prevista en su art. 252,
que hay decisiones asamblearias que no son susceptibles de ser suspendidas,
como la aprobación de los balances y estados contables, con el argumento de

OM
que tal acuerdo se agota en sí mismo y que de él no se derivan actos
susceptibles de ejecución, con total olvido de que solo de los estados contables
aprobados por la asamblea de accionistas, la sociedad se encuentra habilitada
para distribuir dividendos y pagar las remuneraciones a los directores (arts.
68, 224 y 261, ley 19.550). Este criterio, que primó durante los años 90 y
principios de este siglo, está en manifiesto retroceso en la jurisprudencia.
.C
El grave daño que tal manera de resolver causa al tráfico mercantil es enorme,
pues lejos de alentar la constitución de sociedades, desanima a cualquiera que
pretende invertir sus fondos en emprendimientos societarios y cuyos derechos
esenciales no serán objeto de protección judicial por aquellos precedentes que
DD

equivocadamente consideran que la intromisión judicial en sociedades


mercantiles constituye cuestión de gravedad institucional, que debe ser admitida
con excesiva prudencia.
LA

§ 214. LA NULIDAD DE LAS ASAMBLEAS Y EL ORDEN PÚBLICO SOCIETARIO


FI

Uno de los temas más controvertidos en nuestro derecho societario lo


constituye la inclusión, o no, dentro del plazo de tres meses previsto por el art.
251 de la ley 19.550, de toda causa de nulidad que pudiera afectar la respectiva
asamblea o decisión asamblearia.


Para quienes se enrolan en la teoría de la institución para definir la naturaleza


del contrato de sociedad, esto es, quienes colocan el funcionamiento del sujeto
de derecho de segundo grado por encima de las personas que lo integran, el art.
251 es comprensivo de toda causal de invalidez que pudiera afectar el acto
asambleario, negando la posibilidad de que, en materia societaria, puedan existir
nulidades absolutas. En este orden de ideas, se sostiene que cuando la ley
19.550 ha prohibido afectar los derechos inderogables de los accionistas (arts.
68, 69, 194, 245, 261, etc.) no lo ha hecho por cuestiones de orden público,
revistiendo tales normas el carácter de imperativas, como categoría diferente del
mencionado concepto.

374 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Muy por el contrario, quienes sostienen el carácter contractual de la sociedad,
previsto por el ordenamiento legal como un mero instrumento de concentración
de capitales, la norma del art. 251 de la ley 19.550 solo comprende las nulidades
relativas y no las nulidades absolutas, criterio este que ha merecido adhesión
casi unánime de nuestra jurisprudencia, aun cuando esta línea jurisprudencial ha
predicado la necesidad de limitar al extremo los casos de nulidad absoluta.

El problema radica en determinar si existe orden público en la protección de


los derechos inderogables de los accionistas o si las normas que custodian tales
derechos son meramente imperativas, en el sentido de que si bien ellas prohíben
limitar o condicionar esos derechos, estas han sido previstas en el interés
particular de los afectados y no de la comunidad en general.

Nuevamente, y como hemos comentado al analizar los aportes irrevocables a

OM
cuenta de futuras suscripciones, se ha recurrido al argumento de cambiar de
nombre las cosas para pretender con ello obtener efectos diferentes a los que
son propios e inherentes del instituto que se pretende disfrazar con otra
denominación.

El concepto de "normas imperativas" constituye una creación doctrinaria


carente de todo respaldo normativo, pues en puridad semántica, el concepto de
.C
norma imperativa carece de todo significado, ya que, de acuerdo con
el Diccionario de la lengua española de la Real Academia, "imperativo" es un
adjetivo que califica a todo lo que impera o manda y ello no es extraño sino
característico de toda norma jurídica.
DD

Comparto la tesis de que la materia patrimonial no es ajena al orden público,


pues consideradas las sociedades anónimas como de trascendental importancia
en la economía capitalista, nada obsta a que el legislador, para alentar
precisamente la constitución de sociedades y la circulación de los títulos
LA

accionarios, haya protegido a través de normas de tal naturaleza a los derechos


esenciales del accionista para permitirle el control de su inversión y participar en
la vida de ella.

Por ello, cuando el legislador, al referirse al derecho de aprobación e


FI

impugnación de los estados contables (art. 69), al derecho de preferencia (art.


194), al derecho de receso (art. 245) y al voto acumulativo (art. 263), prohíbe su
supresión o condicionamiento, por vía estatutaria o por imperio de una decisión
asamblearia, resguardos que deben extenderse al derecho al dividendo y al
derecho de exigir la adecuación del funcionamiento de la sociedad a la ley y los


estatutos, ha querido evitar de un modo categórico que a través de un acuerdo


asambleario adoptado por las mayorías que el accionista disconforme no integra,
queden vulnerados de una manera definitiva el ejercicio de sus derechos más
elementales.

Ello no autoriza a sostener que la adopción de cualquier decisión asamblearia,


en la cual se han afectado los derechos esenciales de los socios, deba ser
inmediatamente catalogada como nula de nulidad absoluta. La ley solo pretende
evitar, a través de aquellas normas, de evidente orden público, que mediante un
acuerdo de los accionistas, adoptado en el seno de una asamblea, se alteren

375 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


definitivamente tales prerrogativas, como ha ocurrido, por ejemplo, cuando a
través de un acuerdo asambleario se reduce el número de directores para
frustrar el derecho de ingresar al directorio a través del voto acumulativo o
cuando se intenta licuar la participación accionaria de un accionista a través de
un falso aumento del capital social, privándoselo, a través de tal maniobra, del
ejercicio de aquellos derechos societarios que la ley subordina a la tenencia de
tan determinado porcentaje de acciones (arts. 236 y 294, ley 19.550),

De todos modos, y fuera de los derechos de los accionistas, la doctrina que


pretende incluir dentro del art. 251 de la ley 19.550 a toda causal de invalidez de
los actos societarios resulta inadmisible, pues mal podría quedar firme por el
transcurso del tiempo una decisión asamblearia que fue adoptada sin cumplir los
requisitos formales previstos por la ley 19.550 para la formación de la voluntad
social. Las normas que establecen las formalidades para la celebración de las

OM
asambleas de accionistas son también de evidente orden público, porque la
adopción de acuerdos sociales a través del mencionado órgano constituye
cuestión incluida dentro de la tipicidad de las sociedades anónimas, en donde
está comprometida la seguridad jurídica, como bien lo advirtieron los autores de
la ley 19.550 en la exposición de motivos, capítulo I, del citado ordenamiento.
.C
§ 215. JUSTICIABILIDAD DE LA DECISIÓN ASAMBLEARIA QUE APRUEBA UN AUMENTO
DD

DEL CAPITAL SOCIAL

No es materia de este libro analizar la problemática que se presenta ante cada


caso de nulidad de una determinada decisión asamblearia, pero debe hacerse
una excepción con respecto al supuesto del aumento del capital social, habida
LA

cuenta de la existencia de un trascendente y muy comentado fallo de la Cámara


de Apelaciones en lo Comercial, que resolviera que la decisión sobre la
necesidad, conveniencia y oportunidad del aumento del capital social constituye
una cuestión no justiciable, reservada a la esfera de la política empresaria, que
como principio, y a salvo el caso de arbitrariedad extrema o de irracionalidad
FI

dañosa del cual resulten perjuicios para terceros, debe quedar exclusivamente
reservado a los órganos societarios naturales que tienen competencia leal sobre
tal materia.

La gravedad de ese precedente resulta sencillamente alarmante, pues




convierte al accionista en prisionero de la voluntad mayoritaria, cuyo grupo de


control puede, con el solo recurso de aumentar el capital mediante desembolsos
inaccesibles para los accionistas, licuar la participación accionaria de estos, sin
posibilidad alguna de revisar ese acto en sede jurisdiccional.

Tal fallo ignora que la licuación de capitales minoritarios es moneda corriente


en nuestra práctica societaria y que el aumento de capital social, cuando se
inspira en intereses ajenos al social y propios de los sujetos controlantes,
constituye la herramienta más adecuada para lograr esos propósitos.

376 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El art. 251 de la ley 19.550 no consagra semejante arbitrariedad y ninguna
salvedad efectúa con respecto a los actos asamblearios susceptibles de ser
atacados de nulidad. La doctrina que emerge del aludido precedente, en cuanto
asimila a la administración de una sociedad mercantil con los actos de gobierno
o de administración de los poderes estatales, donde existe una esfera reservada
a la Administración Pública, es lisa y llanamente insostenible, pues son ámbitos
e intereses totalmente diferentes que no tienen el menor punto en común.

La sociedad, cualquiera que fuere el tipo adoptado, constituye una


herramienta para el desarrollo de actividades económicas de carácter privado, y
no resulta acertado sostener que quienes administran patrimonios ajenos se
encuentran librados de explicar y justificar los motivos por los cuales exigen
nuevos desembolsos a los socios, sometiendo la cuestión a la órbita del Poder
Judicial en caso de controversias.

OM
Y mucho más desacertado es abrir las puertas del Poder Judicial, como
predica el caso "Pereda", solo en hipótesis de "arbitrariedad extrema" o
"irrazonabilidad dañosa", pues ni la arbitrariedad ni la irrazonabilidad pueden ser
susceptibles de grados para convertir en cuestión justiciable el acto que padece
de semejantes vicios.
.C
DD

§ 216. REVOCACIÓN DEL ACUERDO IMPUGNADO DE NULIDAD

El art. 254, párr. 1º, de la ley 19.550 establece: "Los accionistas que votaron
favorablemente las resoluciones que se declaren nulas, responden ilimitada y
solidariamente de las consecuencias de las mismas, sin perjuicio de la
LA

responsabilidad que corresponda a los directores, síndicos e integrantes del


consejo de vigilancia...".
FI

§ 217. REVOCACIÓN DEL ACUERDO IMPUGNADO. LAS ASAMBLEAS


"CONFIRMATORIAS"


La ley admite la posibilidad de que una asamblea posterior puede revocar el


acuerdo impugnado de nulidad. "Esta resolución surtirá efecto desde entonces y
no procederá la iniciación o la continuación del proceso de impugnación.
Subsistirá la responsabilidad por los efectos producidos o que sean su
consecuencia directa" (art. 254, in fine, ley 19.550).

Sin embargo, la ley 19.550 no prevé el supuesto contrario, esto es, cuando
una asamblea vuelve a tratar y aprobar determinadas cuestiones que ya habían
sido aprobadas con anterioridad, pero que se encontraban cuestionadas, en
sede judicial o extrajudicial. Esta manera de proceder fue denominada en la

377 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


práctica como "ratificación" de asambleas o decisiones asamblearias,
denominación totalmente impropia, pues la ratificación es una figura legal
prevista para contratos bilaterales, donde una parte "ratifica" lo actuado por otro
a su nombre (mandato, comisión o consignación, gestión de negocios, etc.), lo
cual es impensable en el esquema societario, donde una misma persona jurídica
no puede "ratificar" lo hecho o actuado por ella con anterioridad. Se trata, por el
contrario, de un supuesto de confirmación de actos nulos, que supone un
reconocimiento de la invalidez del acto precedente y así lo ha considerado la
Inspección General de Justicia en el art. 48 de las "Nuevas Normas de la
Inspección General de Justicia" (resolución general 7/2015), el cual dispone que
si los errores u omisiones afectan en su totalidad o en determinadas resoluciones
a una asamblea, reunión de socios u otra forma de acuerdo habilitada por la ley
de fondo, la subsanación o saneamiento del acto afectado, se halle o no
inscripto, cuando resulte posible por la naturaleza del vicio, debe ajustarse a lo

OM
dispuesto en materia de confirmación de actos jurídicos por los arts.
1061 y 1062 del Cód. Civil —hoy arts. 393 a 395 del Cód. Civ. y Com.—,
debiendo efectuarse en cada resolución o acuerdo confirmatorio referencia
específica al anterior que se dispone a confirmar. Si el acto que se confirma no
está inscripto, su inscripción debe practicarse juntamente con la del
confirmatorio, sin perjuicio de los efectos retroactivos de este último,
establecidos por la ley sustancial.
.C
DD

§ 218. EL DERECHO DE RECESO

El derecho de receso, cuyo contenido hemos ya analizado, tiene por objetivo


compatibilizar dos intereses igualmente legítimos: el de la sociedad para
LA

modificar sus estatutos y el derecho individual del accionista de no aceptar tales


modificaciones cuando con estas se altera sustancialmente la sociedad de la
cual forma parte, desvinculándose de ella, con reembolso del valor de su
participación.
FI

No cualquier modificación estatutaria otorga a los socios disconformes el


derecho de receso. El art. 245 de la ley 19.550 menciona a la transformación,
prórroga, reconducción, excepto de las sociedades que hacen oferta pública o
cotización de sus acciones, la transferencia del domicilio al extranjero, el cambio
fundamental del objeto, la fusión por incorporación para los accionistas de la


sociedad fusionada, la escisión, el aumento del capital social siempre y cuando


su decisión competa a la asamblea extraordinaria e implique efectivos
desembolsos para los socios, el retiro voluntario de la oferta pública o de
cotización de las acciones y la continuidad de la actividad de la sociedad
anónima sancionada con la cancelación firme de la oferta pública o cotización.

Todos esos supuestos justifican sobradamente el ejercicio del derecho de


receso, pues con la transformación se modifica el régimen de responsabilidad
del socio: la prórroga o reconducción le obliga a permanecer en una sociedad,
perdiendo la expectativa del reembolso del capital y la percepción de la cuota

378 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


liquidatoria; el cambio fundamental del objeto evita al accionista volcar sus
conocimientos sobre una determinada actividad de la sociedad, a la cual había
integrado precisamente por tener experiencia en el desarrollo de su objeto
original; la transferencia del domicilio social al exterior modifica la legislación
aplicable y el aumento del capital social, cuando no puede suscribirlo, puede
hacerle perder el ejercicio de derechos inderogables, como el de denuncia e
información, etc. Finalmente, el retiro de la sociedad del régimen de la oferta
pública impide al inversor liquidar fácilmente sus participaciones a través del
mercado bursátil.

Los supuestos descriptos por el art. 245 de la ley 19.550 no deben


considerarse taxativos, pues el estatuto puede prever otros supuestos no
contemplados en la ley (art. 89, ley 19.550), resultando admisible otorgarlo en
todos los casos donde una decisión asamblearia afecta sustancialmente la

OM
posición que el socio tenía en la sociedad, como, por ejemplo, la suspensión o
limitación del derecho de preferencia previsto por el art. 197 de la ley 19.550.

En las sociedades que hacen oferta pública de seis acciones o se hallan


autorizadas para la cotización de ellas, los accionistas no pueden ejercer el
derecho de receso en los casos de fusión o de escisión si las acciones que deben
recibir estuviesen admitidas a la oferta pública o para la cotización, según el
.C
caso. Podrán ejercerlo si la inscripción bajo dichos regímenes fuera desistida o
denegada (art. 245, párrafo 2º, ley 19.550).

El derecho de receso solo puede ser ejercido por los accionistas presentes
DD

que votaron en contra de la decisión, dentro del quinto día de clausurada la


asamblea y por los ausentes que acrediten la calidad de accionistas al tiempo de
la celebración del acto asambleario, dentro de los quince días de su clausura. La
voluntad de receder puede notificarse de cualquier forma fehaciente, y se
perfecciona mediante el conocimiento que la sociedad tenga de su declaración,
LA

independientemente de la inscripción registral de la reforma estatutaria.

Como el ejercicio del derecho de receso implica para la sociedad fuertes


desembolsos dinerarios, la ley permite que una nueva asamblea de accionistas
pueda revocar la decisión asamblearia que originó el derecho de receso. En tal
FI

sentido, el art. 245, párr. 3º, de la ley 19.550 establece que el derecho de receso
y las acciones emergentes caducan si la resolución que los origina es revocada
por asamblea celebrada dentro de los sesenta días de expirado el plazo para su
ejercicio por los ausentes. Los recedentes readquieren sin más el ejercicio de
sus derechos, retrotrayéndose los de naturaleza patrimonial al momento en que


notificaron el receso.

La cuestión más controvertida que plantea el ejercicio de este derecho reside


en la determinación del valor de las acciones del accionista recedente, que la ley
lo fija ateniéndose al valor resultante del último balance realizado o que deba
realizarse en cumplimiento de normas legales o reglamentarias. Su importe
deberá ser pagado dentro del año de la clausura de la asamblea que originó el
receso, salvo los casos de retiro voluntario, desistimiento o denegatoria de la
oferta pública, o cotización, o de continuación de la sociedad en el supuesto
del art. 94, inc. 9º, de la ley 19.550, en los que deberá pagarse dentro de los

379 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sesenta días de la clausura de la asamblea o desde que se publique el
desistimiento, la denegatoria o la aprobación del retiro voluntario. El valor de la
deuda se ajustará a la fecha del efectivo pago (art. 245, in fine, ley 19.550).

Debe reconocerse que la fórmula utilizada por el legislador para establecer la


cuota de receso no ha sido feliz, pues da margen para las más variadas
interpretaciones. Sin embargo, jurisprudencialmente ha predominado la tesis de
que el balance a que se refiere el art. 245 de la ley 19.550 corresponde al balance
del ejercicio en que se produjo el receso y, en consecuencia, deben valuarse las
tenencias accionarias según el valor que surja del ejercicio en que se recedió,
aun cuando el derecho de separación se haya ejercido o notificado el último día
de aquel. La Suprema Corte de Justicia de Mendoza, en fallo de fecha 21 de
diciembre de 2010, ha admitido expresamente la procedencia de la inclusión del
valor llave en el cálculo del valor de las participaciones del socio recedente.

OM
Así interpretado, es de toda evidencia que el recedente tiene amplias
facultades para impugnar el balance con base en el cual se determinará el valor
de reembolso, pero dicha acción no podrá ser intentada dentro de los cauces
del art. 251 de la ley 19.550, pues aquel ha dejado de revestir el carácter de
accionista, con la consiguiente pérdida de sus derechos societarios. Se trata, en
definitiva, de una demanda de nulidad de acto jurídico mercantil promovida en
.C
exclusivo interés particular del recedente y sometida a las normas del
ordenamiento común.
DD

CAPÍTULO XXIII - EL DIRECTORIO


LA

§ 219. ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTACIÓN DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA

La administración de la sociedad anónima está a cargo de un directorio


FI

compuesto por uno o más directores designados, por regla general, a través de
la decisión de la asamblea de accionistas (art. 255, ley 19.550). También pueden
ser designados por el consejo de vigilancia, según lo autoriza el art. 280 de la ley
19.550.


A diferencia de lo que acontece con los restantes tipos societarios, en las


sociedades anónimas, la administración está escindida de la representación, la
cual corresponde al presidente del directorio o al vicepresidente, en caso de
ausencia o impedimento —art. 268 de la ley 19.550—, sin perjuicio de que, por
vía estatutaria se autorice que la representación de la sociedad se encuentre a
cargo de uno o más directores, pero ello de manera alguna implica el
desplazamiento del presidente del directorio en el uso de la firma social, que
siempre es, por expresa directiva del art. 268 de la ley 19.550, el representante

380 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


legal de la sociedad y cuya actuación priva sobre otros representantes
estatutarios o convencionales.

Debe recordarse que a partir de la sanción de la ley 19.550, nuestro


ordenamiento societario ha adoptado la teoría organicista, conforme a la cual los
directores no son mandatarios de la sociedad, sino sus funcionarios; ergo, no
son terceros los que actúan en nombre de la compañía, sino la sociedad misma,
quienes lo hacen con arreglo a las atribuciones conferidas en el acto constitutivo,
tesis basada en el mero conceptualismo y por ello sumamente cuestionable,
sobre la cual nos hemos referido en el capítulo XI de este libro.

No es necesario ser accionista para ocupar un cargo en el directorio.

El directorio puede ser unipersonal o pluripersonal, según lo prescriba el

OM
estatuto o en cada asamblea ordinaria prevista por el art. 234, inc. 2º, de la ley
19.550, en este último caso, dentro del número de integrantes previsto en el acto
constitutivo. Las sociedades anónimas unipersonales, para las cuales la ley
26.994 previó un directorio de tres integrantes, fue modificada por la ley 27.290
del 17 de noviembre de 2016, permitiéndoseles contar con un solo director, sin
existir inconveniente legal para que el cargo de único director pueda recaer en
manos del accionista único, lo cual con toda seguridad provocará no solo un
.C
permanente conflicto de interés, de muy difícil resolución, sino la intervención de
la Inspección General de Justicia, atento a que las sociedades anónimas
unipersonales están incluidas dentro de aquellas compañías sometidas a la
fiscalización permanente del Estado (art. 299, ley 19.550).
DD

Si el directorio es plural, sus integrantes deben actuar colegiadamente, esto


es, sesionar y decidir por mayoría cada uno de los aspectos de la gestión social.
Por ello, el art. 274 de la ley 19.550 establece como principio general la
responsabilidad solidaria e ilimitada de todos ellos por los daños y perjuicios
LA

sufridos por la sociedad, los accionistas y los terceros como consecuencia de su


actuación.

El estatuto puede establecer el número de directores que integrarán el


directorio o facultar a la asamblea de accionistas para determinar el número de
FI

directores en cada oportunidad en que debe ser renovada su integración, pero


para ello la ley dispone la necesidad de que en el acto constitutivo de la sociedad
se establezca el número máximo y mínimo de directores (art. 255, in fine). Los
directores son reelegibles indefinidamente.


El estatuto debe precisar el término por el cual los directores son elegidos, el
que no puede exceder los tres ejercicios. Ello no significa que los directores
deben dejar el cargo el último día del ejercicio por el cual fueron designados, sino
que deben permanecer en él hasta su efectivo reemplazo, que por lo general se
produce en la asamblea ordinaria que considera los balances y estados
contables correspondientes al período en el cual se desempeñaron, para cuya
convocatoria el directorio cuenta con cuatro meses luego de cerrado el ejercicio
(art. 234, in fine, ley 19.550).

381 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En caso de silencio del estatuto sobre la duración en el cargo de los directores,
se entiende entonces que el término previsto es el máximo autorizado.

El estatuto puede establecer la elección de directores suplentes para subsanar


la falta de directores por cualquier causa. Esta previsión es obligatoria en las
sociedades que prescinden de la sindicatura, pues de existir órgano de control,
será este quien deba designar a los reemplazantes en caso de vacancia, los
cuales deben ejercer sus funciones hasta la próxima asamblea (art. 258, in
fine, ley 19.550), en la cual se decidirá sobre la nueva composición del directorio.

La mayoría absoluta de los directores debe tener domicilio real en la República


Argentina; sin perjuicio de ello, todos los directores deberán constituir un
domicilio especial en la República, donde serán válidas las notificaciones que se
les efectúen con motivo del ejercicio de sus funciones, incluyéndose las relativas

OM
a las acciones de responsabilidad previstas por los arts. 274 a 279 de la ley
19.550.

Al asumir el cargo, los directores deben prestar una garantía para responder
por los eventuales daños y perjuicios ocasionados como consecuencia de su
mala gestión. Al respecto, el art. 256, párr. 2º, dispone que el estatuto debe
establecer la naturaleza y clase de dicha garantía, pero que nunca puede
.C
consistir en las acciones de la compañía que administran (art. 222, ley 19.550).
Sin embargo, esta disposición que encuentra razonable fundamento a los fines
de no tornar ilusorio el resultado de futuras acciones de responsabilidad contra
ellos ha sido desvirtuada en la práctica, otorgándose garantías irrisorias que
DD

enervan las loables intenciones del legislador. Es más, los estatutos modelo
elaborados por la autoridad de contralor han contribuido a fomentar esa mala
costumbre al establecer garantías meramente simbólicas y que no guardan la
menor relación con el giro social. Precisamente, y para evitar garantías absurdas,
cuyo monto jamás pueden depender de los órganos sociales, la Inspección
LA

General de Justicia ha previsto en los arts. 75 a 77, resolución general 7/2015,


determinadas previsiones, tendientes a evitar que la finalidad que desempeña la
garantía que deben prestar los directores sea totalmente desvirtuada mediante
la fijación estatutaria o asamblearia de cifras ridículas, como venía sucediendo.
FI

En tal sentido, el art. 76 de las Nuevas Normas de la Inspección General de


Justicia (resolución general 7/2015) prevén lo siguiente en materia de garantías
a prestar por los directores de las sociedades anónimas o por los gerentes de
las sociedades de responsabilidad limitada.


a) Los obligados a constituir la garantía son los directores o gerentes. Los


suplentes solo estarán obligados a partir del momento en que asuman el cargo
en reemplazo de titulares cesantes.

b) La garantía deberá constituir en bonos, títulos públicos o sumas de moneda


nacional o extranjera depositados en entidades financieras o caja de valores a la
orden de la sociedad; o en fianzas, avales bancarios, seguros de caución o de
responsabilidad a favor de ella, cuyo costo deberá ser soportado por cada
director o gerente; en ningún caso procederá constituir la garantía mediante el
ingreso directo de fondos a la caja social.

382 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) Cuando la garantía consista en depósito de bonos, títulos públicos o sumas
de moneda nacional o extranjera, las condiciones de constitución deberán
asegurar su indisponibilidad mientras esté pendiente el plazo de prescripción de
eventuales acciones de responsabilidad. Dicho plazo se tendrá por observado si
las previsiones sobre tal indisponibilidad contemplan un término de no menos de
tres años contados desde el cese del director o gerente en el desempeño de sus
funciones.

d) El monto de la garantía será igual para todos los directores o gerentes, no


pudiendo ser inferior al 60% del monto del capital social en forma conjunta entre
todos los titulares designados. Sin perjuicio de lo expuesto precedentemente, en
ningún caso el monto de la garantía podrá ser inferior, en forma individual a
$10.000 ni superior a $50.000, por cada director o gerente.

OM
§ 220. DESIGNACIÓN DE LOS DIRECTORES. ELECCIÓN POR CLASE DE ACCIONES. EL
VOTO ACUMULATIVO
.C
El principio general establecido por la ley 19.550 para la elección de los
directores consiste en su designación por la mayoría absoluta en el seno de la
asamblea ordinaria (art. 234, inc. 2º, ley 19.550), con la complementación de la
posibilidad abierta al voto acumulativo por el art. 263.
DD

Sin embargo, la ley establece otros procedimientos para la designación de


directores:

a) A través de la elección por categoría o clase de acciones. El art. 262 de


LA

la ley 19.550 prescribe: "Cuando existen diversas clases de acciones el estatuto


puede prever que cada una de ellas elija uno o más directores, a cuyo efecto
reglamentará la elección". La remoción de los directores elegidos por categoría
de acciones se hará por la asamblea de accionistas de la clase, salvo que incurra
en alguna de las prohibiciones o incompatibilidades previstas por el art. 264 o
FI

haya sido dispuesta por asamblea general la promoción de acciones de


responsabilidad contra ellos (art. 276, ley 19.550).

b) Por medio del consejo de vigilancia, siempre y cuando el estatuto confiera


expresamente a este órgano tal función. La revocabilidad de los directores así


designados debe ser efectuada por la asamblea de accionistas si el estatuto


previera tal atribución en favor del consejo de vigilancia, la remuneración de los
directores será fija y la duración en sus funciones podrá extenderse a cinco años
(art. 281, inc. d).

El voto acumulativo constituye un derecho inderogable que el art. 263 de la ley


19.550 confiere a todo accionista para participar en el directorio de la sociedad.
Su esencia radica en dar a la minoría una representación en el órgano de
administración, pero para ello debe ser titular de la cantidad suficiente de
acciones que, multiplicadas por el número de vacantes a llenar, le permita

383 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


superar el número de votos emitidos por la mayoría, para cubrir el tercio de las
vacantes del órgano de administración.

Con otras palabras, la limitación del tercio a que hace referencia el art. 263 de
la ley 19.550 significa que dos tercios de los directores se eligen por el sistema
de la simple pluralidad de sufragios o sistema ordinario o plural, de acuerdo con
la terminología de la ley, y los restantes, pero nunca más de un tercio, se eligen
por el sistema del voto acumulativo. Esto implica que la simple mayoría elige por
lo menos dos tercios de las vacantes y el tercio restante podrá ser cubierto por
los distintos grupos que integran la sociedad a través del voto acumulativo, en
votación en la cual también participa el grupo mayoritario, pero mediante el
sistema ordinario o plural.

El sistema de voto acumulativo rige también para la elección de directores

OM
suplentes y puede ser aplicado para la designación de los integrantes del consejo
de vigilancia, pero cuando el estatuto prevea la existencia de este órgano de
fiscalización, ni el mecanismo previsto por el art. 263, ni el sistema de elección
por clase, se aplicarán en la elección de directores si estos deben ser elegidos
por aquel (art. 280, ley 19.550).

Para el ejercicio del voto acumulativo es necesario seguir el siguiente


.C
procedimiento:

1. El o los accionistas que deseen votar acumulativamente deberán notificarlo


a la sociedad, con anticipación no menor de tres días hábiles a la celebración de
DD

la asamblea, en forma fehaciente. Dispone al respecto el inc. 1º del art. 263 que
el accionista debe individualizar las acciones con que se ejercerá ese derecho y
si fuesen al portador, depositando los títulos o el certificado o constancia del
banco o institución autorizada. Cumplidos tales requisitos, aunque sea por un
solo accionista, todos quedan habilitados para votar por este sistema.
LA

La individualización de las acciones por parte del accionista que ejerce este
derecho, según expresa directiva legal, constituye un requisito carente de todo
sentido, pues al haber sido derogadas las acciones al portador, la sociedad
emisora conoce cuáles son las acciones nominativas no endosables de
FI

titularidad de cada uno de los accionistas por la mera constancia del libro de
Registro de Acciones. Por otra parte, debe tenerse presente que el inc. 6º del
art. 263 establece: "... Ningún accionista podrá votar —dividiendo al efecto sus
acciones— en parte acumulativamente y en parte en forma ordinaria o plural...",
lo cual torna más superflua la exigencia legal.


2. La sociedad deberá informar a los accionistas que lo soliciten acerca de las


notificaciones recibidas en tal sentido. Sin perjuicio de ello, y en el seno de la
asamblea, el presidente de esta debe informar a los accionistas presentes que
todos se encuentran facultados para votar acumulativamente, hayan o no
formulado la votación.

3. Antes de la votación, se informará pública y circunstanciadamente el


número de votos que corresponde a cada accionista presente.

384 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


4. Cada accionista que vote acumulativamente tendrá un número de votos
igual al que resulte de multiplicar los que normalmente le hubieren correspondido
por el número de vacantes a elegir. Podrá distribuirlos o acumularlos en un
número de candidatos que no exceda del tercio de las vacantes a llenar.

5. Los accionistas que voten por el sistema ordinario o plural, y los que voten
acumulativamente, competirán en la elección del tercio de las vacantes a llenar,
aplicándose a los dos tercios restantes el sistema ordinario o plural de votación.
Los accionistas que no voten acumulativamente lo harán por la totalidad de las
vacantes a cubrir, otorgando a cada uno de los candidatos la totalidad de los
votos que les corresponde conforme a sus acciones con derecho a voto.

6. Ningún accionista podrá votar, dividiendo al efecto sus acciones, en parte


acumulativamente y en parte en forma ordinaria o plural.

OM
7. Todos los accionistas pueden variar el procedimiento o sistema de votación,
antes de la emisión del voto, inclusive los que notificaron su voluntad de votar
acumulativamente y cumplieron los recaudos al efecto.

8. El resultado de la votación será computado por persona. Solo se


considerarán electos los candidatos votados por el sistema ordinario o
.C
plural si reúnen la mayoría absoluta de los votos presentes, y los candidatos
votados acumulativamente que obtengan mayor número de votos, superando a
los obtenidos por el sistema ordinario, hasta completar la tercera parte de las
vacantes.
DD

Esta disposición, incorporada por la ley 22.903, tiende a evitar las maniobras
que se consumaban ordinariamente para frustrar el sistema, pues la experiencia
había demostrado que, para evitar el ingreso de minorías al directorio, la mayoría
se desdoblaba en varias minorías ficticias, las cuales procedían a elegir al mismo
LA

candidato, superando por obviedad a los votos del accionista minoritario. Ello ya
no es posible con la actual redacción de la norma, pues como requisito de validez
de la elección de los candidatos votados por el sistema ordinario o plural debe
reunirse la mayoría absoluta de los votos presentes sufragados por este sistema.
FI

9. En caso de empate entre dos o más candidatos votados por el mismo


sistema, se procederá a una nueva votación en la que participarán solamente los
accionistas que optaron por dicho sistema. En caso de empate entre candidatos
votados acumulativamente, en la nueva elección no votarán los accionistas que,
dentro del sistema, ya obtuvieron la elección de sus postulados.


Para evitar la frustración de este derecho, tanto la ley 19.550 como la


jurisprudencia de nuestros tribunales han adoptado soluciones dignas de toda
ponderación, compatibles con el orden público comprometido en el art. 263 de
dicho ordenamiento,

Dispone en primer lugar el párr. 2º del art. 263: "El estatuto no puede derogar
este derecho, ni reglamentarlo de manera que dificulte su ejercicio...", salvo
cuando en el acto constitutivo se haya previsto expresamente el sistema de
elección por clases.

385 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Con la misma filosofía, el legislador ha prohibido la renovación parcial o
escalonada del directorio si de tal manera se impide el ejercicio de este derecho.

Por su parte, es jurisprudencia pacífica de nuestros tribunales que anoticiada


la sociedad del sistema del voto acumulativo por un accionista o un grupo de
ellos, toda reducción o aumento del número de integrantes del directorio que
perjudique la expectativa normal de representación numérica de la o las
minorías, debe considerarse contraria a la letra y el espíritu de la institución, lo
cual se explica con facilidad si se advierte que la base del sistema radica en la
proporción entre la participación accionaria del accionista y el número de
vacantes a llenar, de manera tal que cuanto mayor es el número de integrantes
del directorio, menos acciones y votos se requieren para acceder al órgano de
administración.

OM
Ello no significa de manera alguna que la ley impida la existencia de directorios
compuestos por uno o dos integrantes, donde el ejercicio del voto acumulativo
en la elección de ellos es imposible pues no hay tercio de vacantes a llenar. Pero
si durante el transcurso de la asamblea, el grupo mayoritario resolvió reducir el
número de integrantes del directorio, ante la voluntad de uno de los accionistas
de ejercer el derecho previsto por el art. 263, disminuyendo el número de
directores a uno o dos, tal decisión es nula de nulidad absoluta, por frustrar de
.C
manera definitiva el ejercicio de este derecho inderogable.

Es también nula la sumatoria de los votos emitidos por el sistema ordinario o


plural y por el sistema del voto acumulativo, cuando ellos recaen sobre el mismo
DD

candidato, pues tal manera de proceder implica una maniobra dolosa en perjuicio
de la verdadera minoría: repárese al respecto que por definición del Diccionario
de la lengua española de la Real Academia, debe entenderse por minoría, "En
las juntas o asambleas, etcétera, al conjunto de votos contrarios a la opinión del
mayor número de votantes"; de tal manera, quien votó en el mismo sentido que
LA

la mayoría, carece del derecho de multiplicar sus votos, que es prerrogativa


exclusiva de la verdadera minoría.
FI

§ 221. REMUNERACIÓN DE LOS DIRECTORES

La función de director es remunerada, y si los estatutos nada dicen sobre ello,




es la asamblea general ordinaria de accionistas quien debe fijar la retribución


(art. 234, inc. 2º, ley 19.550).

El art. 261 de la ley 19.550, que legisla sobre el tema, ha pretendido balancear
la importante función que cumple el director y su correspondiente derecho a la
retribución, con el derecho de los accionistas a la percepción del dividendo,
estableciendo un sistema que evita la existencia de administradores ricos y
accionistas pobres. En tal sentido, dispone el art. 261, párr. 2º, que el monto
máximo que por todo concepto pueden percibir los miembros del directorio y del
consejo de vigilancia, en su caso, incluidos sueldos y otras remuneraciones por

386 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


el desempeño de funciones técnico-administrativas de carácter permanente, no
podrá exceder del 25% de las ganancias.

Repárese que la ley se refiere a las remuneraciones que "por todo concepto"
reciban los directores, lo cual incluye las retribuciones percibidas por estos por
el desempeño de funciones gerenciales, en relación de dependencia.

Pero el monto del 25% de las ganancias se limitará al 5% cuando no se


distribuyan dividendos a los accionistas, y se incrementará proporcionalmente a
la distribución, hasta alcanzar aquel límite cuando se reparta el total de las
ganancias. A los fines de la aplicación de esta disposición, no se debe tener en
cuenta la reducción en la distribución de dividendos, resultante de deducir las
retribuciones del directorio y del consejo de vigilancia.

OM
Con otras palabras:

a) Si se distribuyen todas las ganancias, previa deducción de la reserva legal


(art. 70, ley 19.550), la asamblea puede destinar el 25% de ellos para remunerar
a los directores.

b) Si existen ganancias, pero no se distribuyen, por la necesidad fundada de


.C
constituir reservas facultativas, la remuneración del directorio se limita al 5% de
las utilidades, aumentándose proporcionalmente según el porcentaje de
ganancias que se repartan.
DD

c) Si hay pérdidas, el directorio nada percibe.

Esto vale como principio general, pero a renglón seguido, el último párrafo del
art. 261 establece una importante excepción a la norma, disponiendo que cuando
el ejercicio de comisiones especiales o de funciones técnico-administrativas por
LA

parte de uno o más directores, frente a lo reducido o inexistencia de las


ganancias, imponga la necesidad de exceder los límites prefijados, solo podrán
hacerse efectivas tales remuneraciones en exceso si fuesen expresamente
acordadas por la asamblea de accionistas, a cuyo efecto deberá incluirse el
asunto como uno de los puntos del orden del día.
FI

A pesar de que, por tratarse de una excepción al principio general, la hipótesis


prevista por el último párrafo del art. 261 de la ley 19.550 debe interpretarse de
manera restringida, nuestra jurisprudencia no entendió la filosofía del legislador
y amparada en una interpretación sumamente amplia, convalidó todo tipo de


excesos por parte del grupo controlante que, por lo general, está a cargo de la
administración de la sociedad, pues con el solo recurso de asignar gerencias a
los directores y cumplir con los requisitos formales previstos en el último párrafo
del artículo en análisis basta para convertir en letra muerta el claro precepto ético
previsto por la ley.

Claros ejemplos de desinterpretación de la norma lo constituyen fallos que


exigieron al accionista frustrado en el cobro de utilidades por las suculentas
remuneraciones aprobadas en asamblea a los directores, la prueba de la
inexistencia de la integración por estos de comisiones especiales o la

387 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


acreditación que con el 25% de las utilidades del ejercicio durante el cual
cumplieron sus tareas, se hubiera podido retribuir en forma adecuada, prueba
que, como es fácil imaginar, se torna de imposible producción.

Dentro de esta incongruente línea de pensamiento, no dejaron de existir


precedentes jurisprudenciales que sostuvieron, en pugna con la clara letra de la
ley, que, si la remuneración comprendió tareas desarrolladas por el director en
relación de dependencia, la superación de los límites previstos por el art. 261 no
tornaba procedente la devolución de los importes percibidos de más, por tratarse
de tareas amparadas por el derecho laboral, que prohíbe la reducción de las
remuneraciones.

Afortunadamente para el desarrollo de los negocios societarios, recientes


fallos han puesto las cosas en su lugar y, compartiendo la filosofía del legislador,

OM
han recordado que la inclusión en la norma del art. 261 de la ley 19.550 de los
sueldos y otras remuneraciones dentro de las remuneraciones de los directores
hicieron prevalecer las normas especiales del derecho societario sobre la
legislación general laboral. Del mismo modo, cabe ponderar también la línea
jurisprudencial que exigió la obligación por la asamblea de fundar debidamente
la necesidad de exceder los topes remuneratorios previstos por el art. 261;
aquella que puso la carga de la prueba del desempeño de funciones técnico-
.C
administrativas o integración de comisiones por los directores a cargo de la
sociedad; los fallos que predicaron que la decisión del directorio que atribuye a
los directores para cumplir funciones técnico-administrativas o integrar
comisiones especiales, por su importancia deben indefectiblemente tener origen
DD

en un pronunciamiento concreto y preciso del órgano que establezca su


necesidad y, finalmente, la jurisprudencia que estableció la necesidad de que las
funciones técnico-administrativas desempeñadas por los directores o la
integración de comisiones especiales deben revestir el carácter de temporarias
o "no permanentes" para que juegue la excepción prevista por el último párrafo
LA

del art. 261 de la ley 19.550 y evitar la frustración de la norma.

Y con la misma orientación, se decidió acertadamente que, a pesar de haberse


cumplido con todos los requisitos previstos por el art. 261, in fine, de la ley
19.550, ello no autoriza que las remuneraciones de los directores hayan
FI

duplicado las ganancias del ejercicio.

Si el estatuto no previó normas respecto de la distribución de las sumas


destinadas a las remuneraciones de los directores y la asamblea votó una
cantidad global a ese efecto, ella debe ser repartida por partes iguales, salvo que


existan tareas realizadas que justifiquen remuneraciones diferentes. En todo


caso, la distribución de aquella suma entre los directores puede ser efectuada
en forma desigual mediando decisión del directorio, siempre y cuando ella se
encuentre fundada.

388 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 222. PROHIBICIONES E INHABILIDADES PARA DESEMPEÑAR EL CARGO DE
DIRECTORES

El art. 264 de la ley 19.550 prohíbe ser directores y gerentes a las siguientes
personas:

"1. Quienes no pueden ejercer el comercio.

"2. [...]

"3. Los condenados con accesoria de inhabilitación de ejercer cargos públicos;


los condenados por hurto, robo, defraudación, cohecho, emisión de cheques sin
fondos y delitos contra la fe pública; los condenados por delitos cometidos en la
constitución, funcionamiento y liquidación de sociedades. En todos los casos,

OM
hasta después de diez años de cumplida la condena.

"4. Los funcionarios de la administración pública cuyo desempeño se relacione


con el objeto de la sociedad, hasta dos años del cese de sus funciones".

Esta última prohibición no se justifica, pues legisla para la patología. Si el


funcionario público ha tenido un correcto desempeño, no se explican los motivos
.C
por los cuales debe esperar dos años para volver a la actividad privada. Esta
norma solo fomenta la actuación de testaferros en la dirección de la sociedad.

El inc. 2º del art. 264 de la ley 19.550, que prohibía integrar el órgano de
DD

administración a los fallidos por quiebra culpable o fraudulenta, ha sido derogado


tácitamente por la ley 24.522 de Concursos y Quiebras, que ha dejado sin efecto
la calificación de conducta de los fallidos o sus administradores, por lo que dicho
inciso deberá ser interpretado en el sentido de que tal prohibición solo rige para
los quebrados hasta su rehabilitación definitiva.
LA

El directorio, o en su defecto el síndico, por propia iniciativa o a pedido fundado


de cualquier accionista, debe convocar a asamblea ordinaria para la remoción
del director o gerente incluido en las prohibiciones establecidas por el art. 264,
la cual deberá celebrarse dentro de los cuarenta días de solicitada. Si la
FI

remoción fuera denegada, cualquier accionista, director o síndico puede


requerirla judicialmente.


§ 223. DELEGACIÓN DE FUNCIONES. LA GERENCIA

Como principio general, el art. 266 de la ley 19.550 establece: "El cargo de
director es personal e indelegable". Ello se funda en la necesidad de que el
director, que ha sido elegido por su idoneidad, pueda delegar su cargo en
terceros, desnaturalizando todo el régimen de responsabilidad previsto por los
arts. 59 y 274 de la ley 19.550.

389 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Tanto ha sido el celo del legislador en esta materia, que le prohíbe al director
votar por correspondencia las decisiones del directorio, pero en caso de ausencia
podrán autorizar a otro director a hacerlo en su nombre, siempre que
existiera quorum, y su responsabilidad será la de los directores presentes.

Sin embargo, la clara directiva del art. 266, párr. 1º, de la ley 19.550 no puede
ser interpretada en el sentido de que el directorio esté imposibilitado de otorgar
mandatos para el ejercicio de determinadas funciones o representar al ente en
la celebración de determinados actos, como, por ejemplo desempeñarse ante
determinadas oficinas públicas, actuar en juicio o cumplir las formalidades
legales para la adquisición o transmisión de bienes, etc., pero carece de toda
validez el otorgamiento de poderes generales de administración y de disposición
de los bienes sociales en favor de terceros, por implicar ello una flagrante
violación a la clara exigencia de indelegabilidad de funciones previstas por el

OM
legislador.

Del mismo modo, y también con el propósito de agilizar y profesionalizar la


administración de la sociedad anónima en todas sus áreas o en sectores, el art.
270 de la ley 19.550 autoriza al directorio a designar gerentes generales o
especiales, sean directores o no, revocables libremente por decisión del
directorio, en quienes solo pueden delegarse las funciones ejecutivas de la
.C
administración. Los gerentes responden ante la sociedad y los terceros por el
desempeño de su cargo en la misma extensión y forma que los directores, y su
designación no excluye la responsabilidad de los directores.
DD

Pero debe quedar claro que las facultades del gerente de la sociedad anónima
son de administración ordinaria, pero nunca de administración extraordinaria y
menos de disposición, careciendo de toda atribución para contratar en nombre
de la sociedad, salvo que hubiese sido otorgado un poder especial en su favor.
LA

La designación de gerentes, que por lo general se encuentran vinculados con


la sociedad por medio de un contrato de trabajo, encuentra fundamento en las
grandes empresas, en las cuales no es razonable exigir a los directores
cualidades específicas para el idóneo desempeño en todas sus áreas. El
gerenciamiento de la empresa o de ciertas actividades de ella se presenta de tal
FI

manera como una medida de sana y prudente administración.




§ 224. EL COMITÉ EJECUTIVO

Aun cuando su constitución no importa delegación de funciones por parte del


directorio, en la medida en que este cuerpo está exclusivamente integrado por
directores, el art. 269 de la ley 19.550 permite organizar un comité ejecutivo que
tenga a su cargo únicamente la gestión de los negocios ordinarios de la
sociedad. Su constitución requiere cláusula estatutaria permisiva y su
fundamento lo constituye la necesidad de agilizar la toma de decisiones, no solo
en las operaciones cotidianas con terceros, sino en las relaciones internas, ya

390 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sea el gobierno del personal, contabilidad de la empresa, situación impositiva,
relaciones con las entidades bancarias o crediticias o autoridades
administrativas, etcétera.

El directorio de la sociedad, que es el órgano que designa de entre ellos a los


integrantes del comité ejecutivo, debe vigilar y controlar su actuación, sin
perjuicio de ejercer las demás atribuciones legales y estatutarias que le
correspondan. La organización del comité ejecutivo no modifica las obligaciones
y responsabilidades de los directores.

OM
§ 225. FUNCIONAMIENTO DEL DIRECTORIO

Hemos dicho que hace a la esencia del directorio su carácter colegiado —


salvo el directorio unipersonal—, por lo que no es de extrañar que el art. 267 de
la ley 19.550 exija su reunión por lo menos cada tres meses, salvo que el estatuto
obligase a un mayor número de reuniones y sin perjuicio de las que se pudieran
celebrar a pedido de cualquier director, en cuyo caso la convocatoria será hecha
.C
por el presidente del directorio para unirse dentro del quinto día de recibido el
pedido. En su defecto, podrá convocarla cualquiera de los directores y la
convocatoria deberá indicar los temas a tratar.
DD

El directorio es quien debe determinar el contenido de la voluntad de la


sociedad. El presidente solo tiene facultades para declarar y ejecutar las
decisiones de ese órgano, y si bien frente a terceros la deliberación del directorio
y la aprobación de determinada operación es cuestión intrascendente (art. 58, ley
19.550), quedando obligada la sociedad por la actuación de su representante
LA

legal, la falta de decisión del directorio sobre tal operación es suficiente


argumento para apartarlo de tal cargo y proceder a su remoción del órgano de
administración.

La ley 19.550 no define cuáles son las cuestiones que deben necesariamente
FI

ser objeto de resolución por parte del directorio, aunque parece de toda evidencia
excluir a las operaciones cotidianas de naturaleza mercantil o de organización
interna de la sociedad. Por el contrario, deben ser objeto de consideración por
parte del directorio la delegación de funciones (otorgamiento de poderes), venta
de bienes registrables, operaciones que exceden el giro habitual de los negocios,


convocatoria a asambleas de accionistas, designación de gerentes e integrantes


del comité ejecutivo, otorgamiento de licencias a los directores, contrataciones
de profesionales, etcétera.

El estatuto debe reglamentar la constitución y funcionamiento del directorio.


El quorum no podrá ser inferior a la mayoría absoluta de sus integrantes (art.
260, ley 19.550).

Los directores deben actuar con la lealtad exigida por el art. 59 de la ley
19.550, y por ello, cuando tuviere interés contrario al de la sociedad, deberá

391 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


hacerlo saber al directorio y a los síndicos, y abstenerse de intervenir en la
respectiva deliberación, so pena de incurrir en la responsabilidad prevista por
aquella norma (art. 272, ley 19.550).

Las decisiones del directorio son impugnables de nulidad cuando violen la ley,
el estatuto o reglamento, afecten el interés social o aprueben un acuerdo que
beneficia exclusivamente a los integrantes del grupo de control. Si bien la ley
19.550 no ha previsto la acción de impugnación de decisiones del directorio, la
doctrina y jurisprudencia han admitido tal posibilidad en forma uniforme.

La falta de regulación legal de esta acción ha dado margen para diversas


interpretaciones, pero entendemos aplicable el art. 251 de la ley 19.550 en lo
que fuera compatible. De tal manera, son sujetos legitimados para demandar la
nulidad de decisiones del directorio los accionistas, directores que no

OM
contribuyeron a formar tal acuerdo y los integrantes del órgano de fiscalización.
El plazo de prescripción de la acción no puede ser mayor al previsto para atacar
de nulidad una decisión asamblearia (tres meses) y debe computarse para los
directores o síndicos que hubiesen sido notificados de la celebración de la
reunión desde el día de su clausura y para los accionistas desde que tomaron
conocimiento de la decisión viciada de nulidad.
.C
DD

§ 226. PROHIBICIÓN DE CONTRATAR CON LA SOCIEDAD

Como principio general, no hay obstáculo legal para que el director pueda
celebrar los contratos que sean de la actividad en que esta opere, siempre que
se celebren en las condiciones de mercado. El art. 271 de la ley 19.550, que
LA

contempla la cuestión, ha cambiado el criterio que imperaba durante la vigencia


del Código de Comercio que, para evitar el empleo abusivo del cargo de director
y la consumación de perjuicios para la sociedad, prohibía la celebración de
contratos entre ellos.
FI

La ley permite hoy dicha contratación, pero sometiéndola a dos requisitos


fundamentales de validez: a) que el objeto de dicho contrato se limite a la
actividad normal del ente, y b) que la operación se celebre en las condiciones de
mercado. Adviértase que la fórmula del legislador se adapta a las prácticas
habituales del tráfico mercantil, pues no limita esos contratos al "objeto" del ente


sino a su "actividad normal", con lo que se evita la nulidad de determinados


contratos que son conexos y necesarios para el giro empresario, como, por
ejemplo, los préstamos dinerarios efectuados por un director; del mismo modo,
la referencia a las condiciones de mercado permite brindar determinados
beneficios que por lo general se otorgan a clientes o terceros, siempre y cuando
tales bonificaciones sean habituales y no medie con ello un aprovechamiento por
parte del director.

Los contratos que no reúnan los requisitos del párrafo anterior solo pueden
celebrarse previa aprobación del directorio o conformidad de la sindicatura si no

392 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


existiese quorum. De estas operaciones deberá darse cuenta a la asamblea de
accionistas, la cual puede desaprobar los contratos celebrados, lo que
determinará su nulidad y la responsabilidad solidaria de los directores y síndicos
por los daños y perjuicios irrogados a la sociedad (art. 271, ley 19.550).

Aplicando tales principios, la jurisprudencia de nuestros tribunales comerciales


ha declarado la nulidad de la transferencia de un fondo de comercio efectuada
por la sociedad en favor de uno de sus directores, por tratarse de un acto
extraordinario de administración que no encuadra dentro de la actividad normal
o corriente del ente. Del mismo modo, si bien se ha aceptado en términos
generales la validez del contrato de mutuo efectuado por un director con la
sociedad cuando los fondos fueron afectados al giro social, tal operación resulta
nula tratándose de un préstamo dinerario efectuado por una compañía
aseguradora en favor de sus directores, por ser actuación ajena al objeto social

OM
limitado de las sociedades con esa actividad.

§ 227. ACTOS EN COMPETENCIA


.C
Dispone el art. 273 de la ley 19.550 que "El director no puede participar por
cuenta propia o de terceros, en actividades en competencia con la sociedad,
salvo autorización expresa de la asamblea, so pena de incurrir en la
DD

responsabilidad del art. 59".

La ley no circunscribe la prohibición de competir que pesa sobre los directores


de sociedades anónimas o actuaciones habituales efectuadas en competencia,
sino también las esporádicas, pues la lealtad que les exige el art. 59 de la ley
LA

19.550 debe mantenerse durante todo el desempeño del cargo. Del mismo
modo, tal prohibición no se limita a la intervención del director que actúa en
nombre y por cuenta propia, sino también de terceros, ya sea como directores,
administradores o controlantes de otra sociedad que desarrolla idéntica
actividad, o como mandatarios, comisionistas, gestores de negocios, etcétera.
FI

La violación a la prohibición de competir no solo genera responsabilidad al


director que ha infringido el art. 273 de la ley 19.550, sino que también constituye
justa causa para la remoción del cargo que desempeña.


§ 228. RENUNCIA Y REMOCIÓN DE LOS DIRECTORES

La renuncia de los directores está prevista por el art. 259 de la ley 19.550, el
cual establece: "El directorio deberá aceptar la renuncia del director, en la
primera reunión que celebre después de presentada, siempre que no afectare
su funcionamiento regular y no fuere dolosa o intempestiva, lo que deberá

393 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


constaren el acta pertinente. De lo contrario, el renunciante debe continuar en
funciones hasta tanto la próxima asamblea se pronuncie".

Ello significa que la renuncia del director no surte efectos en tanto no haya
sido aceptada y el renunciante debe permanecer en funciones hasta el
pronunciamiento de la próxima asamblea.

Aun cuando el art. 259 no establece sanción expresa al incumplimiento del


directorio de expedirse sobre la renuncia presentada, debe necesariamente
interpretarse que la omisión del órgano de administración de reunirse dentro del
plazo previsto por el art. 267 constituye una concreta manifestación de voluntad
en el sentido de la aceptación de la renuncia, pues frente a la dimisión, el
directorio tiene obligación de expedirse, conforme a lo dispuesto por el art. 263
del Cód. Civ. y Com. Con todo acierto ha sido sostenido que el art. 259 de la ley

OM
19.550 consagra un incuestionable derecho al director renunciante a que se
considere de inmediato su renuncia y, correlativamente, obtenga un
pronunciamiento al respecto: rechazo o aceptación, explícita o implícita. Por ello
parece inaceptable convalidar el silencio, la morosidad, a la postre perjudicial
para la sociedad, además del grave cargo para el órgano receptor por admitir la
indefinida permanencia de un director renunciado.
.C
Si bien la sociedad es la única legitimada para la inscripción de la renuncia de
los directores en el Registro Público, cumpliendo la carga prevista por el art.
60 de la ley 19.550, y a los efectos de no perjudicar a los directores renunciantes
cuando la asamblea no se pronuncia sobre el particular, la Inspección General
DD

de Justicia tiene previsto, en los arts. 124 a 126 de la resolución general 7/2015
un procedimiento para facilitar esa desvinculación y no agravar la
responsabilidad del director dimitente.

La designación de los directores es revocable exclusivamente por la asamblea


LA

de accionistas (art. 234, inc. 2º, ley 19.550), sin necesidad de justificar la causa.
El estatuto no puede restringir ni suprimir la revocabilidad del cargo, lo cual
encuentra explicación a los fines de dejar en libertad de acción a los accionistas
para elegir a los administradores que consideren más idóneos.
FI

Cualquier accionista puede demandar la remoción por vía judicial de uno,


varios o todos los directores, pero para ello es necesario que previamente lleven
la cuestión al ámbito interno de la sociedad, denunciando la presunta mala
administración de los directores e invocando las causas, imputadas
personalmente. Sin embargo, la necesidad de agotar el debate dentro del cauce


de los estatutos no debe llevar a sostener la necesidad del accionista de solicitar


judicialmente la convocatoria a asamblea, pues exigida esta, a los directores o
síndico, con resultado infructuoso, debe considerarse concluida la vía
extrajudicial.

La promoción de la acción de remoción contra los directores y contra los


síndicos o miembros del consejo de vigilancia no exige la acreditación de los
daños y perjuicios sufridos por la sociedad como consecuencia de su mala
gestión, salvo que se acumule a aquella la acción de responsabilidad. Debe
quedar en claro que la acción de remoción se justifica por la sola existencia de

394 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


actuaciones prohibidas a los directores, que impliquen violación a los deberes de
lealtad y diligencia exigidos por el art. 59 de la ley 19.550 a todo administrador
de sociedad comercial, no resultando requisito indispensable la existencia de
perjuicios.

La promoción de la acción de remoción contra directores de la sociedad


anónima requiere, además de la presencia de la sociedad como sujeto pasivo
legitimado, la citación personal de ellos al proceso y oírsele sobre el atribuido
mal desempeño, pues jamás podría removerse de su cargo a tal persona sin
reconocérsele antes la posibilidad de ejercer su derecho de defensa.

La decisión asamblearia o judicial que remueve por justa causa a un director


implica automáticamente el cese de sus funciones como gerente de la misma
sociedad, atento a que la lealtad y diligencia exigida por el legislador es requisito

OM
indispensable para el cumplimiento de tales funciones. Principios elementales de
congruencia interpretativa autorizan a sostener la inadmisibilidad de mantener
como gerente a la misma persona física que fue desplazada del directorio por
conductas incompatibles con la administración de una sociedad. Del mismo
modo, la remoción con causa de los directores impide su reelección.

Las cuestiones relativas a la remoción de los directores y síndicos no pierden


.C
virtualidad con la quiebra de la sociedad administrada, atento a las facultades
residuales que le competen al órgano natural de administración durante ese
procedimiento.
DD

Jurisprudencialmente han sido admitidas como justas causas de remoción de


los directores el abandono de la actividad comercial y societaria del ente, así
como la falta de confección de balances y el incumplimiento de la carga de llevar
contabilidad en legal forma; la antedatación de actas de los órganos colegiados;
la falta de convocatoria a asamblea de accionistas; la violación del derecho de
LA

información de los accionistas, así como el deber de impugnar las asambleas


contrarias a la ley, estatuto y reglamento, y haber permitido el retiro de utilidades
anticipadas por parte de los socios, a cuenta de dividendos futuros; la votación
de su propia gestión administradora; la retención por las acciones por parte de
alguno de los directores, impidiendo a algunos accionistas el ejercicio de sus
FI

derechos, etcétera.


§ 229. RESPONSABILIDAD DE LOS DIRECTORES

Los directores de las sociedades anónimas responden ilimitada y


solidariamente hacia la sociedad, los accionistas y los terceros por el mal
desempeño de su cargo, según el criterio de lealtad y diligencia previsto por
el art. 59 de la ley 19.550, así como por la violación de la ley, estatuto o el
reglamento, y por cualquier otro daño producido por dolo, abuso de facultades o
culpa grave (art. 274, párr. 1º, ley 19.550).

395 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Si bien por aplicación de la teoría del órgano, los actos reprochables de los
directores se imputan a la sociedad en cuanto a sus consecuencias
patrimoniales, ello de manera alguna descarta la responsabilidad de aquellos
frente a la sociedad, sus accionistas o terceros, pues el elemento psicológico
que la persona física aporta al órgano del ente colectivo que integra constituye
el fundamento de la responsabilidad personal de los directores por las
consecuencias dañosas que, en definitiva, produce el comportamiento social. La
responsabilidad de los integrantes del directorio surge, así, como una
responsabilidad coexistente o complementaria al de la sociedad.

Al ser el directorio un órgano colegiado, la responsabilidad de sus integrantes


nace con su mera integración, de manera que cualesquiera que fueren las
funciones que efectivamente cumpla, su responsabilidad surge de la actividad
desarrollada por el órgano, aun cuando el director no haya participado

OM
directamente en los hechos que motivan la responsabilidad, sin perjuicio de lo
dispuesto por el párr. 2º del art. 274 de la ley 19.550. En otras palabras, la
responsabilidad solidaria e ilimitada de los directores es consecuencia del
carácter colegiado del órgano, que impone a cada uno de sus integrantes un
deber de vigilancia o control de la totalidad de la gestión empresaria y la
invocación de no haber tenido injerencia en la administración de los negocios
sociales no entraña causal exculpatoria alguna.
.C
La ley 19.550, al describir los hechos generadores de responsabilidad de los
directores de las sociedades anónimas, ha incluido a la culpa grave, en el
entendimiento de que el riesgo empresario que caracteriza al tráfico mercantil
DD

impone adoptar con celeridad determinados criterios que pueden resultar


posteriormente desafortunados. De ello se deriva la necesaria "gravedad" de la
culpa como fuente de responsabilidad de los directores, aunque tal estándar de
actuación debe ser interpretado restrictivamente, habida cuenta de la precisa
aplicación a dichos funcionarios del principio establecido por el art. 1275 del Cód.
LA

Civ. y Com., conforme al cual cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia
y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la obligación que resulte de las
consecuencias posibles de los hechos.

La responsabilidad solidaria e ilimitada de los directores impuestas por


FI

expresa directiva del art. 274 de la ley 19.550 solo se encuentra limitada cuando
se hubieran asignado funciones en forma personal de acuerdo con lo establecido
en el estatuto, reglamento o decisión asamblearia, y se haya inscripto tal
asignación en el Registro Público. Ello no implica necesariamente la
desvinculación del director por las consecuencias de actuaciones sociales


dañosas acaecidas en áreas de la empresa donde aquel no desempeñara


funciones, sino simplemente que la imputación de la responsabilidad la hará el
juez atendiendo a la actuación individual, siempre y cuando, se reitera, la
asignación particular de funciones se hubiera inscripto en los registros
mercantiles.

La jurisprudencia de nuestros tribunales comerciales se ha expedido


reiteradamente sobre las causales generadoras de responsabilidad,
incluyéndose entre ellas la insuficiencia patrimonial de la sociedad, como
consecuencia de conductas de los administradores que configuran mal

396 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


desempeño de su cargo; la venta a precio vil de bienes sociales, la realización
del total del activo sin transitar la etapa liquidatoria, la percepción de honorarios
en exceso a los límites previstos por el art. 261 de la ley 19.550; la concertación
de préstamos en favor de la sociedad con intereses excesivos; el incumplimiento
de su obligación de conservar el activo social; el abandono de sus funciones,
etcétera.

§ 230. LAS ACCIONES DE RESPONSABILIDAD

Las acciones de responsabilidad contra los directores de las sociedades

OM
anónimas se clasifican en sociales e individuales. La acción social de
responsabilidad corresponde en principio a la sociedad, previa resolución de la
asamblea de accionistas, que puede ser adoptada, aunque no conste en el orden
del día si es consecuencia directa de la resolución del asunto incluido en este.
Tal resolución producirá la remoción del director o directores afectados y obligará
a su reemplazo.
.C
La acción social de responsabilidad puede ser también iniciada por cualquier
accionista que se hubiera opuesto a la aprobación de la gestión de los directores
imputados de mal desempeño de su cargo.
DD

La acción de responsabilidad individual ha sido otorgada a los accionistas o


terceros por el art. 279 de la ley 19.550, los cuales conservan siempre el ejercicio
de ellas. Se trata de acciones encaminadas a defender el patrimonio personal de
aquellos por las inconductas de los directores. En forma por demás equivocada,
la doctrina y la jurisprudencia mayoritarias han restringido la procedencia de esta
LA

acción al resarcimiento de los daños "directos" sufridos por el accionista y no a


los "indirectos", definidos como el ocasionado al valor de las acciones de las que
aquel es titular, aunque esta conclusión es de difícil aplicación ante lo dispuesto
por el art. 1739 del Cód. Civ. y Com., que incluye al "daño indirecto" dentro del
concepto de indemnización. Tal conclusión implica una grave confusión de
FI

conceptos, pues las acciones constituyen un bien con valor patrimonial


autónomo incorporado al patrimonio personal del accionista, careciendo de todo
fundamento pretender, como sostiene esa equivocada línea de pensamiento,
que al accionista solo le cabe promover la acción social de responsabilidad para
recomponer el patrimonio dé la sociedad y de esa manera beneficiarse


"indirectamente", pues ello no solo no se encuentra previsto por el art. 279, que
define a la acción individual de responsabilidad, sino que tampoco surge del
ordenamiento común la necesidad de promover prioritariamente acciones
subrogatorias cuando se cuenta con acciones directas expresamente
reconocidas por la ley.

Si bien la promoción de ambas acciones de responsabilidad requieren la


configuración de todos los presupuestos exigidos por la teoría general de la
responsabilidad civil (demostración del incumplimiento o infracción, existencia de
un perjuicio patrimonial real y efectivo, y adecuada relación de causalidad entre

397 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


tal inconducta y el daño causado), existen grandes diferencias entre ellas, pues
tratándose de la acción social, los resultados obtenidos beneficiarán
exclusivamente a la compañía, mientras que en las acciones individuales de
responsabilidad, el sujeto legitimado activamente (accionistas o terceros) no
actúa en representación de la sociedad perjudicada, sino en su interés particular.
Tales diferencias justifican que, en materia de tasa de justicia y regulación de
honorarios, cuando se trata de acciones sociales de responsabilidad, el juicio
debe considerarse como de monto indeterminado, como lo ha resuelto
reiteradamente la jurisprudencia.

Si la promoción de la acción social resuelta por la asamblea no fuera iniciada


por la sociedad dentro del plazo de tres meses contados desde la fecha del
acuerdo, cualquier accionista puede promoverla, sin perjuicio de la
responsabilidad que resulte del incumplimiento de la medida ordenada (art.

OM
277, ley 19.550).

La promoción de la acción social uti singuli, esto es, por los accionistas
disconformes con la decisión asamblearia aprobatoria de la gestión, no requiere
que aquellos deduzcan contemporáneamente la acción de nulidad de tal
acuerdo, pues basta la simple oposición, en el mismo acto asambleario, a la
liberación de la responsabilidad de los directores imputados, para encontrarse
.C
suficientemente legitimados para iniciar las acciones de responsabilidad contra
ellos, siempre y cuando los accionistas que la promuevan reúnan por lo menos
el cinco por ciento del capital social, porque para ellos la decisión asamblearia
aprobatoria de la gestión de los directores imputados no es vinculante por
DD

expresa directiva del art. 275 de la ley 19.550. Por el contrario, si el accionista
promotor de la acción de responsabilidad no reúne tal porcentaje accionario, está
obligado a acumular esa demanda a la nulidad de la decisión asamblearia que
hubiera aprobado la gestión de los directores demandados.
LA

En caso de quiebra de la sociedad, la acción social puede ser ejercida o


continuada por el representante del concurso, y en su defecto, se ejercerá por
los acreedores individualmente, siendo inoponible al concurso cualquiera de las
formas de extinción de la responsabilidad prevista en el art. 275 de la ley 19.550.
FI

Si bien el art. 278 se refiere a la acción social de responsabilidad prevista en


el art. 276 de la ley 19.550, adaptada a la situación falencial de la sociedad,
existe entre ellas algunas diferencias que sin embargo no la hacen perder el
carácter de "social" en el sentido de que su producido ingresará a la masa. Tales
diferencias se centran en los sujetos legitimados para deducirlas, pues sin


perjuicio de la innegable obligación del síndico para promoverla, se encuentran


también autorizados para hacerlo los acreedores individualmente, en caso de
inacción de aquel. Pero debe quedar suficientemente en claro que, en este último
caso, no se trata de las acciones individuales otorgadas a los terceros por el art.
279 de la ley 19.550, pues estos conservan siempre las acciones tendientes a la
recomposición de su patrimonio personal.

Las acciones sociales de responsabilidad contra los directores prescriben a


los tres años, de conformidad con lo establecido por el art. 2561, párr. 2º, del
Cód. Civ. y Com., por tratarse de acciones originadas en daños derivados de la

398 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


responsabilidad civil. El punto de partida para el curso del plazo prescriptivo de
la acción de responsabilidad contra los directores debe computarse desde que
la acción respectiva se encuentra en condiciones de ser ejercida, esto es, desde
que el director o administrador imputado haya sido declarado responsable por
decisión asamblearia o dentro de los tres meses de la fecha de la asamblea si la
acción social es ejercida uti singuli por cualquier accionista.

Las acciones individuales de responsabilidad previstas por el art. 279 de la ley


19.550 prescriben también a los tres años de acaecido el hecho generador de
responsabilidad, por aplicación del art. 2561, párr. 2º, del Cód. Civ. y
Com., siendo desde todo punto de vista indiferente la adopción de acuerdos
asamblearios que hubiesen declarado tal responsabilidad.

En el caso previsto por el art. 278 de la ley 19.550 (acción social de

OM
responsabilidad en caso de quiebra), el plazo de prescripción de tal acción es
exactamente el mismo —tres años—, pero computados desde la fecha de la
declaración de quiebra, pues quien debe promover la misma es un tercero —el
síndico— que ha sido ajeno al funcionamiento de la sociedad, al menos hasta la
declaración judicial de falencia.
.C
§ 231. EXIMICIÓN Y EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DE LOS DIRECTORES
DD

Dispone el art. 274, in fine, de la ley 19.550: "Queda exento de responsabilidad


el director que participó en la deliberación o resolución o que la conoció, si deja
constancia escrita de su protesta y diere noticia al síndico antes de que su
responsabilidad se denuncie al directorio, al síndico, a la asamblea, a la
LA

autoridad competente, o se ejerza la acción judicial".

La redacción de la norma parece circunscribir el supuesto de exención de


responsabilidad a la existencia de causas generadoras de tal efecto derivadas
de una decisión del directorio, pero entendemos que una interpretación finalista
FI

lleva a concluir que la actuación que se exige del director para liberarse de la
responsabilidad vale también cuando el hecho generador proviene de una
actuación de cualquier director o del representante legal de la sociedad, sin
mediar acuerdo del órgano de administración.


Por otra parte, la responsabilidad de los directores y gerentes respecto de la


sociedad se extingue por aprobación de su gestión o por renuncia expresa o
transacción resuelta por la asamblea, si esa responsabilidad no es por violación
de la ley, estatuto o reglamento y si no media oposición del 5% del capital social,
por lo menos. La extinción es ineficaz en el caso de liquidación coactiva o
concursal (art. 275, ley 19.550).

399 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


CAPÍTULO XXIV - EL ÓRGANO DE FISCALIZACIÓN DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS. EL
CONSEJO DE VIGILANCIA Y LA SINDICATURA. LA FISCALIZACIÓN EXTERNA

§ 232. EL ÓRGANO DE FISCALIZACIÓN DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS

La ley 22.903, que reformó en el año 1983 el texto original de la ley


19.550, modificó sustancialmente el régimen de control interno de las sociedades
por acciones.

Hasta ese momento, toda sociedad anónima debía organizar obligatoriamente

OM
un órgano de control, existiendo para los fundadores dos posibilidades:

a) La creación de un consejo de vigilancia, integrado por tres a quince


accionistas, designados por la asamblea y libremente revocables.

b) La constitución de una sindicatura, que es un órgano profesional, integrado


por abogados, contadores o sociedades civiles integradas por ellos, que pueden
.C
ser de composición unipersonal o plural (en este caso designado "comisión
fiscalizadora"), cuya existencia es obligatoria cuando la sociedad anónima
estuviera comprendida en el art. 299 de la ley 19.550, con excepción del
supuesto previsto en el inc. 2º.
DD

Es importante recordar que la ley 19.550 en su versión original no contemplaba


el control individual y personal de los accionistas sobre gestión y dirección de la
sociedad.
LA

El sistema debió ser reformado, aun cuando la ley 22.903 no aclaró el régimen
legal del consejo de vigilancia, de muy limitada recepción en nuestro medio y
que tantas lagunas presenta. Las modificaciones efectuadas al texto original de
la ley 19.550 consistieron en eliminar la obligatoriedad de la sindicatura para las
sociedades no comprendidas en el art. 299, la cual pasó a ser un órgano optativo,
FI

de modo tal que, si el estatuto no preveía su funcionamiento, rige para todos los
accionistas el control individual previsto por el art. 55 del ordenamiento
societario.

Es muy difícil advertir en nuestro medio una sindicatura que respete las


obligaciones impuestas por la ley 19.550, pues el origen de su designación, esto


es, por mayoría absoluta de sus miembros en la asamblea ordinaria, la cual
también fija su remuneración, conspira contra la independencia de actuación del
funcionario sindical, a punto tal que la práctica habitual societaria nos demuestra
que el síndico casi nunca cumple con las obligaciones que imperativamente le
manda el art. 294 de la ley 19.550 y se limita a desempeñar, muchas veces,
funciones incompatibles con la naturaleza de su función, como la de actuar como
contador auditor o certificante de los balances, consintiendo por otro lado
actuaciones de los restantes órganos societarios que muchas veces se
encuentran reñidas con expresas normas de la ley 19.550.

400 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Por ello debemos aplaudir las reformas efectuadas por la ley 22.903, pues
nadie mejor para controlar la administración de la sociedad y la marcha de los
negocios sociales que los propios accionistas, quienes pueden examinar los
libros y papeles sociales en cualquier momento y recabar del administrador los
informes que estimen pertinentes (art. 55, ley 19.550). Es de lamentar, sin
embargo, que la filosofía de esa modificación no fuera comprendida por los
tribunales mercantiles, los cuales, en la mayoría de los casos, se han mostrado
sumamente restrictivos en lo que se refiere al ejercicio del derecho de
información por parte de todos los integrantes de la sociedad y con muy escasa
predisposición para adoptar medidas contra la sociedad, cuando dicho derecho
ha sido violado o menoscabado.

OM
§ 233. EL CONSEJO DE VIGILANCIA

Se trata de un órgano de fiscalización colegiado, no profesional, integrado por


tres a quince accionistas, cuya existencia deberá estar expresamente prevista
por el estatuto, el cual deberá reglamentar su organización y funcionamiento
.C
(arts. 280 y 281, ley 19.550).

La regulación del consejo de vigilancia es deficiente, pues cuando se refiere


al nombramiento de sus miembros, el art. 280 establece que serán designados
DD

por la asamblea de accionistas, conforme a los arts. 262 y 263, lo cual peca de
escasa factura técnica, pues se trata de sistemas de elección que no siempre
son compatibles, en especial si se advierte que el art. 234, inc. 2º, de la ley
19.550 establece la competencia de la asamblea ordinaria para la designación
de los miembros de la sindicatura.
LA

Intentando una interpretación coherente, la ley parece prescribir que, si


existiesen diversas clases de acciones, la designación de los consejeros de
vigilancia deberá hacerse por asambleas especiales integradas por los titulares
de cada clase y que, fuera de este supuesto, el nombramiento de ellos deberá
FI

hacerse por asamblea general ordinaria, en donde el voto acumulativo resulta


obligatorio.

La designación de los integrantes del consejo de vigilancia es libremente


revocable y tanto su nombramiento como desvinculación deben inscribirse en el


Registro Público.

El funcionamiento del consejo de vigilancia, sin perjuicio de su necesaria


reglamentación por el estatuto, se rige en subsidio por las normas de
funcionamiento del directorio, siendo también aplicables para sus integrantes lo
dispuesto en materia de renuncia de los directores, su régimen de remuneración,
las incompatibilidades y prohibiciones, su actuación personal e indelegable, la
prohibición de tener interés contrario al de la sociedad y actuar en competencia,
así como el régimen de responsabilidad de los directores.

401 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Son atribuciones y deberes del consejo de vigilancia:

1. Fiscalizar la gestión del directorio. A tal efecto puede examinar la


contabilidad social, los bienes sociales, realizar arqueos de caja, sea
directamente o por peritos que designe, recabar informes sobre contratos
celebrados o en trámite de celebración, aun cuando no excedan de las
atribuciones del directorio. Por lo menos trimestralmente, el directorio presentará
al consejo informe escrito acerca de la gestión social.

2. Convocar a asamblea cuando lo estime conveniente o lo requieran


accionistas que representen más del 5% del capital social.

3. Aprobar determinada clase de actos o contratos celebrados por los


directores, siempre y cuando el estatuto les otorgue especialmente esta función.

OM
La falta de aprobación por parte del consejo de vigilancia autoriza al directorio a
recurrir a la asamblea de accionistas, pero jamás puede ser invocada esa falta
de autorización por la sociedad para desconocer el cumplimiento de los contratos
celebrados por su representante legal.

4. Elegir a los miembros del directorio, cuando lo establezca el estatuto, sin


perjuicio de su revocabilidad por la asamblea. En este caso, la remuneración de
.C
los directores será fija y la duración en el cargo puede extenderse a cinco años.

5. Presentar a la asamblea sus observaciones sobre la memoria del directorio


y los estados contables sometidos a consideración.
DD

6. Designar una o más comisiones para investigar o examinar cuestiones o


denuncias de accionistas o para vigilar la ejecución de sus decisiones.

7. Las demás funciones y facultades atribuidas por el art. 294 a los síndicos
LA

societarios.

Ahora bien, y para garantizar el cumplimiento de sus funciones, así como para
evitar el abuso de mayorías, el art. 282 dispone que los consejeros disidentes en
número no menor del tercio podrán convocar a asamblea de accionistas para
FI

que esta tome conocimiento y decida acerca de la cuestión que motiva su


disidencia.

La existencia del consejo de vigilancia no supone necesariamente la


eliminación de la sindicatura, la cual puede coexistir. Dispone al respecto el art.


283 de la ley 19.550 que cuando el estatuto organice el consejo de vigilancia,


podrá prescindirse de la sindicatura prevista en del art. 284 y siguientes. En tal
caso, la sindicatura será reemplazada por una auditoría anual contratada por el
consejo de vigilancia, y su informe sobre los estados contables se someterá a
consideración de la asamblea, sin perjuicio de las medidas que pueda adoptar el
consejo. Con ello, la ley ratifica la necesidad de que los accionistas gocen de un
informe técnico, profesional e independiente sobre los estados contables
elaborados por los directores y tomar así conocimiento serio de su gestión y de
la situación económica y financiera de la sociedad.

402 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 234. LA SINDICATURA

La fiscalización privada de la sociedad anónima está a cargo de uno o más


síndicos designados por la asamblea de accionistas, la cual elegirá igual número
de síndicos suplentes (art. 284, ley 19.550).

Las sociedades anónimas no comprendidas en el art. 299 pueden prescindir


de este órgano, siendo optativa su constitución, pero el estatuto debe prever
especialmente esta prescindencia. En tal caso, los socios poseen el derecho de
control previsto por el art. 55 de la ley 19.550, pero cuando por aumento del

OM
capital social se exceda el monto previsto por el inc. 2º del art. 299, para las
cuales la sindicatura es obligatoria, la asamblea que así lo resuelva debe
designar síndico, sin que sea necesaria la reforma del estatuto.

Las sociedades anónimas unipersonales deben necesariamente contar con


una sindicatura que puede ser singular, pues si bien esta clase de sociedades
anónimas están incluidas dentro del art. 299 de la ley 19.550, esto es,
.C
sociedades sometidas a la fiscalización estatal permanente, no existe para ellas
la obligación de contar con una sindicatura plural, pues la ley 27.290 del 17 de
noviembre de 2016 derogó la necesidad de que las sociedades anónimas
unipersonales debieran contar con una sindicatura con un número mínimo de
DD

tres integrantes, como había sido dispuesto por la ley 26.994.

La elección y remoción de los síndicos, si bien deben ser objeto de decisión


de la asamblea ordinaria (art. 234, inc. 2º), conforme a las mayorías previstas
por el art. 243 de la ley 19.550 (mayoría absoluta de los votos presentes),
LA

presenta algunas particularidades para facilitar la participación de los accionistas


minoritarios en dicho órgano y evitar abusos por parte del grupo de control.
Dispone al respecto el art. 284, párr. 3º, que en tal oportunidad cada acción
otorga un solo voto, careciendo los titulares de acciones con derecho a más de
un voto del privilegio del voto múltiple, siendo nula cualquier cláusula en
FI

contrario. Del mismo modo y pese al silencio de la ley, debe concluirse que los
titulares de acciones preferidas sin derecho a voto lo recuperan a los efectos
previstos por el art. 284, pues mantener una posición contraria llevaría al absurdo
de aceptar que determinados socios carezcan del derecho a la inspección y
control de quienes administran la sociedad, negándoles la posibilidad de hacerlo


en forma indirecta, mediante la elección de los miembros del órgano de


fiscalización.

Con la misma e idéntica finalidad, el legislador ha otorgado a los accionistas


el derecho de integrar el órgano de fiscalización, cuando fuere plural en número
no inferior a tres, a través del ejercicio del voto acumulativo, en las condiciones
previstas por el art. 263 (art. 289, ley 19.550).

Si existieran diversas clases de acciones, el estatuto puede autorizar que a


cada una de ellas corresponda la elección de uno o más síndicos titulares e igual

403 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


número de suplentes, debiendo el acto constitutivo reglamentar la elección (art.
288, ley 19.550).

El estatuto debe precisar el término por el cual son elegidos los síndicos para
el cargo, que no puede exceder de tres ejercicios, aunque pueden ser reelegidos.
Ellos deben permanecer en el cargo hasta ser reemplazados (art. 287, ley
19.550).

En caso de vacancia, temporal o definitiva, o de sobrevenir una causa de


inhabilitación para el cargo, el síndico será reemplazado por el suplente que
corresponda, atento a la obligatoriedad de la designación de estos conforme lo
manda el art. 284, párr. 1º, de la ley 19.550.

De no ser posible la actuación del síndico suplente, el directorio convocará de

OM
inmediato a una asamblea general o de la clase, en su caso, a fin de hacer las
designaciones hasta completar el período (art. 291, ley 19.550).
.C
§ 235. REQUISITOS PARA DESEMPEÑARSE COMO SÍNDICO

Hemos ya explicado la intención de la ley 19.550 de jerarquizar el ejercicio de


la sindicatura, requiriendo título profesional para integrar este órgano interno de
DD

fiscalización. En tal sentido el art. 285 de la ley 19.550 requiere:

"1. Ser abogado o contador público, con título habilitante, o sociedad con
responsabilidad solidaria constituida exclusivamente por estos profesionales.
LA

"2. Tener domicilio real en el país".

No pueden ser síndicos quienes se hallan inhabilitados para ser directores,


conforme al art. 264, los directores, gerentes y empleados de la misma sociedad
o de otra controlada o controlante y los cónyuges, los parientes por
FI

consanguinidad en línea recta, los colaterales hasta el cuarto grado inclusive y


los afines dentro del segundo de los directores y gerentes generales.

La derogación del Código Civil por la ley 26.994 y, por ende, del régimen de
las sociedades civiles, obligó a modificar el art. 285 de la ley 19.550 que en su


versión original solo permitía el ejercicio en sociedad de la sindicatura tratándose


de "sociedad civil" con responsabilidad solidaria constituida exclusivamente por
abogados o contadores. Precisamente, el texto del nuevo art. 285, inc. 1º, solo
requiere integrar sociedad con responsabilidad ilimitada de sus integrantes, y lo
cierto es que solo podría ejercerse la sindicatura a través de una sociedad
colectiva.

Bien es cierto que el art. 24 de la ley 19.550 en su actual versión prevé que en
las sociedades no regulares, informales, simples o como quiera denominarse a
los entes comprendidos en la sección IV del capítulo II de la ley 19.550, en su

404 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


versión actual, los socios responden frente a los terceros como obligados
simplemente mancomunados y por partes iguales, salvo que la solidaridad con
la sociedad surja de una expresa estipulación del contrato social, de modo que
la pregunta que debe ser objeto de respuesta concreta es si estas sociedades,
con semejante pacto de responsabilidad, pueden estar incluidas o no dentro de
aquellas previstas por el art. 285, inc. 1º, de la ley 19.550, y al respecto la
respuesta es negativa, pues ubicadas las mismas dentro de la sección dedicada
a las sociedades no constituidas regularmente, esto es, como una anomalía al
régimen de las sociedades regulares previstas en el capítulo II, a continuación
del régimen de las sociedades nulas, se estima inadmisible sostener que el
legislador societario permita a las mismas desempeñar un cargo de tanta
trascendencia como la sindicatura concursal, a una sociedad que no ha sometido
su constitución a la ley que puede ser disuelta en cualquier momento (art. 25,
última parte, ley 19.550). De lo contrario, deberíamos concluir que las sociedades

OM
previstas en la sección IV del capítulo I de la ley 19.550 es un tipo social, siendo
evidente que no lo son ni existe el menor indicio en la ley 19.550 que permita
llegar a semejante conclusión.

De modo tal que las sociedades a las que se refiere el art. 285 de la ley
19.550 solo pueden ser sociedades colectivas, pero no sociedades de ninguna
otra clase o tipo de los previstos en la ley. No ignoro al respecto que ha sido
.C
sostenido que resulta posible que las sociedades anónimas o de responsabilidad
limitada puedan integrar el listado de las compañías referidas en aquella
disposición legal, pero agregando a su contrato constitutivo una cláusula expresa
de no limitación de responsabilidad y solidaridad de los socios respecto del
DD

ejercicio profesional, o sea de la relación con sus clientes, con los terceros
afectados por la práctica profesional y con las autoridades regulatorias
respectivas, pero no consideramos a ello posible jurídicamente, pues se trataría
de una responsabilidad diferenciada en determinados tipos sociales en donde la
limitación de la responsabilidad es requisito esencial tipificante (arts.
LA

146 y 163, ley 19.550), y ya llegamos a la conclusión de que, a pesar de que las
sociedades atípicas no están ahora condenadas a la nulidad sino al
sometimiento a las normas de los arts. 21 a 26, no pueden estas sociedades
estar comprendidas en aquellos entes a los cuales la ley 19.550 les permite el
ejercicio de la sindicatura societaria, a las cuales un mínimo de seguridad jurídica
FI

impone una trasparencia que las sociedades de la sección IV del capítulo I de


la ley 19.550 carecen.

Las inhabilidades e incompatibilidades previstas alcanzan a todos los


integrantes de la sociedad civil, síndico, y el solo hecho de que alguno de ellos


estuviera incurso en ella impide que dicha entidad profesional pudiera ejercer tal
cargo. En consecuencia, de producirse alguna de las causales previstas en el
art. 286 en relación con uno de sus integrantes, debe cesar la sociedad civil en
el cargo y ser reemplazada por el síndico suplente.

Producida una causal de impedimento durante el desempeño del cargo, el


síndico debe cesar de inmediato en sus funciones e informar al directorio dentro
del término de diez días a los efectos de convocar al síndico suplente o llamar a
asamblea general ordinaria o de clase, para la nueva elección.

405 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Uno de los temas más controvertidos en la materia, y vinculado a las
prohibiciones e incompatibilidades que pesan sobre los síndicos, se presenta
cuando estos desempeñan contemporáneamente como contadores de la
empresa o como auditores o contadores certificantes de los estados contables
elaborados por el directorio.

La doctrina contable ha admitido esta acumulación de funciones, con


fundamento en la economía de costos que ello supone para la empresa y por la
jerarquía que supone la certificación de los estados contables por parte de un
auditor especializado. Esta tesis es insostenible, pues no solo está en pugna con
lo dispuesto por el art. 286 de la ley 19.550, que prohíbe a los síndicos ser
"empleados" de la misma sociedad, concepto que debe ser interpretado en
sentido amplio, atento a la finalidad del legislador de dotar a los integrantes del
órgano de contralor de la mayor independencia posible con los restantes órganos

OM
de la sociedad, sino que además constituye un verdadero contrasentido
mantener la función sindical y a la vez asignar tal calidad al mismo contador
certificante de los estados contables, pues ello provoca una opinable situación,
en la cual la misma persona individual que ha producido los estados contables,
a los que ha "auditado" o "certificado", de seguido revisa su propia labor para
dictaminar sobre ellas como síndico.
.C
Bien es cierto que no existe disposición legal en la ley 19.550 que recepte esta
incompatibilidad, pero sí lo hace el art. 173 del Cód. Civ. y Com. para las
asociaciones civiles, el cual dispone: "Los integrantes del órgano de fiscalización
no pueden ser al mismo tiempo integrantes de la comisión, ni certificantes de los
DD

estados contables de la asociación. Estas incompatibilidades se extienden a los


cónyuges, convivientes, parientes, aun por afinidad, en línea recta en todos los
grados y colaterales dentro del cuarto grado...".

Los síndicos tampoco pueden realizar actos en competencia con la sociedad


LA

que fiscalizan, ni tener intereses contrarios a ella, debiendo contratar con la


sociedad mediando los requisitos previstos por el art. 271 (art. 298, ley 19.550).
FI

§ 236. ATRIBUCIONES Y DEBERES DE LA SINDICATURA

El síndico debe ejercer sus funciones en forma personal, siendo su cargo




indelegable (art. 293, ley 19.550). En el caso de sociedades integradas por


abogados o contadores rigen las normas que para las sociedades colectivas
disponen los arts. 127 a 130 de la ley 19.550.

La ley 19.550 se preocupó muy bien de evitar que la sindicatura se convierta


en un órgano pasivo de control, pues le ha otorgado a este órgano determinados
derechos y obligaciones que lo obligan a tomar participación activa en diversos
casos, como lo prevén expresamente los arts. 294, incs. 1º, 4º y 9º, 296 y 297.

El art. 294 enumera los derechos y deberes de la sindicatura. Ellos son:

406 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


1. Fiscalizar la administración de la sociedad, a cuyo efecto examinará los
libros y documentación, siempre que lo juzgue conveniente y por lo menos una
vez cada tres meses.

2. Verificar en igual forma y periodicidad las disponibilidades y títulos valores,


así como las obligaciones y su cumplimiento; igualmente puede solicitar al
directorio la confección de balances de comprobación.

3. Asistir con voz, pero sin voto, a las reuniones del directorio, del comité
ejecutivo y de la asamblea, a todas las cuales debe ser especialmente citado.
Esta obligación tiene su correlato en el art. 297 de la ley 19.550, que tiende a
que el síndico conozca las resoluciones administrativas y los negocios sociales,
de manera que pueda asumir su responsabilidad solidaria con los directores por
los hechos u omisiones de estos.

OM
4. Controlar la constitución y subsistencia de la garantía de los directores y
recabar las medidas necesarias para corregir cualquier irregularidad.

5. Presentar a la asamblea ordinaria un informe escrito y fundado sobre la


situación económica y financiera de la sociedad, dictaminando sobre la memoria,
inventario, balance y estado de resultados. Esta es quizás la función más
.C
importante de la sindicatura y en la cual su independencia de criterio debe
manifestarse con mayor nitidez, pues constituye un instrumento fundamental
para que los accionistas, sin cargo en el órgano de administración, puedan
confiar en los estados contables que le son presentados para su consideración
DD

y aprobación en la asamblea ordinaria.

6. Suministrar a accionistas que representen no menos del 2% del capital


social, en cualquier momento que estos lo requieran, informaciones sobre las
materias que son de su competencia.
LA

En esta materia, la sindicatura reemplaza a los accionistas en su derecho de


información sobre la marcha de los negocios sociales, por lo que el puntual
cumplimiento de esta obligación reviste especial trascendencia en la medida en
que la sindicatura ejerce la representación de los accionistas en el ejercicio de
FI

este inderogable derecho.

Resulta no solo incongruente sino hasta inconcebible que el derecho de


información en las sociedades anónimas no incluidas en el art. 299 de la ley
19.550 pueda ser solo otorgado a quienes son titulares de participaciones


accionarias superiores al 2% del capital social, dejando a los restantes socios sin
la posibilidad de tomar conocimiento sobre la dirección de la sociedad y sobre la
administración del patrimonio social. De todos modos, el límite previsto por el art.
294, inc. 6º, no es exigible cuando el accionista necesita información para ejercer
el derecho de voto, lo que ocurre en las asambleas ordinarias que consideran
los balances y estados contables. En esa oportunidad, todos y cada uno de los
integrantes de la sociedad, cualquiera que sea el número de acciones de que
sean titulares, pueden recabar directamente del directorio las aclaraciones
necesarias para emitir su voto en la aprobación o no de tales instrumentos.

407 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El art. 294, inc. 6º, de la ley 19.550 prescribe que las informaciones que le son
solicitadas deben recaer sobre las materias que son de competencia de la
sindicatura y entre ellas queda comprendida toda la gestión del directorio, pues
es su obligación fiscalizarla, por expresa directiva del inc. 1º del art. 294.

El incumplimiento por la sindicatura del deber de informar, además de


constituir causal suficiente de remoción, autoriza al accionista requirente a
solicitar judicialmente tales informes, resultando incluso procedente la
designación de un veedor ante la actitud omisiva del funcionario concursal.

7. Convocar a asamblea extraordinaria cuando lo juzgue necesario y a


asamblea ordinaria o asambleas especiales cuando omitiere hacerlo el
directorio.

OM
8. Hacer incluir en el orden del día de la asamblea los puntos que considere
procedentes.

9. Vigilar que los órganos sociales den debido cumplimiento a la ley, estatuto,
reglamento y decisiones asamblearias. Esta es, en términos generales, la
función que caracteriza y justifica la existencia de la sindicatura en la sociedad,
pues a través de tal vigilancia puede ejercer el control de legalidad en el
.C
funcionamiento de la sociedad que le ha sido expresamente confiado.

10. Fiscalizar la liquidación de la sociedad.


DD

11. Investigar las denuncias que le formulen por escrito accionistas que
representen no menos del 2% del capital, mencionarlas en informe verbal a la
asamblea y expresar acerca de ellas las consideraciones y proposiciones que
correspondan. Debe convocar de inmediato a asamblea para que resuelva al
respecto, cuando la situación investigada no reciba del directorio el tratamiento
LA

que conceptúe adecuado y juzgue necesario actuar con urgencia.

Esta carga se relaciona con otro derecho inderogable del accionista,


consistente en exigir la adecuación de la actuación de los órganos sociales a la
ley y al estatuto, haciendo las denuncias correspondientes en caso de infracción.
FI

Por ello discrepo abiertamente con la limitación prevista por dicha norma, pues
el accionista titular de menos del 2% del capital social está privado del derecho
de obtener por parte de la sindicatura las investigaciones necesarias para dar
curso a sus denuncias, lo cual asume mayor gravedad ni bien se repare que
aquel se encuentra también privado de poner directamente en conocimiento de


la asamblea el contenido de su denuncia, pues para convocar al órgano de


gobierno necesita, cuanto menos, el 5% del capital social (art. 236, ley 19.550).

Esperemos que una futura reforma legislativa pueda poner fin a semejante
incongruencia.

El art. 294 de la ley 19.550 no agota las obligaciones de la sindicatura, pues


la misma ley, en otras disposiciones, se encarga de imponer al funcionario
sindical otras obligaciones. En tal sentido y entre otras, el síndico debe hacer un
informe fundado sobre la conveniencia de la reducción voluntaria del capital

408 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


social (art. 203); impugnar las decisiones de la asamblea cuando son contrarias
a la ley, estatuto o reglamento (art. 251), convocar a asamblea de accionistas en
forma urgente, cuando un director haya incurrido en las prohibiciones o
inhabilidades establecidas por el art. 264 o exigir la intervención de la autoridad
de control, cuando el estado de la sociedad lo requiera (art. 301, inc. 1º).

La ley 19.550 no contempla la posibilidad del síndico de solicitar la intervención


judicial de la sociedad, aun cuando la jurisprudencia lo ha admitido en casos
verdaderamente excepcionales, cuando se ha producido la vacancia total del
directorio. Considero que, a pesar del silencio de la ley, pues el art. 114 solo
hace referencia al socio como sujeto legitimado para pedir esa cautelar, el
síndico societario no puede estar excluido de requerirla, en la medida en que

a) Se encuentra facultado para exigir la remoción de los directores en

OM
determinados casos (art. 265, ley 19.550).

b) Ello hace a la ejecución de sus funciones de control, pues de manera alguna


puede aceptarse que el síndico carezca de la posibilidad de exigir judicialmente
el desplazamiento de las autoridades naturales de la sociedad cuando ha
advertido, como consecuencia del ejercicio de sus funciones, la existencia de
actos u omisiones por parte de los directores que hayan puesto en peligro a la
.C
sociedad, y tales irregularidades no hayan recibido por la asamblea el
tratamiento adecuado.

Esta conclusión queda reforzada cuando se trata de una sociedad anónima


DD

unipersonal, pues cualquier director o síndico deberían poder recurrir a la medida


cautelar prevista por los arts. 113 a 117 de la ley 19.550, ante la imposibilidad —
por la propia naturaleza de la sociedad de un solo socio— de impugnación de
los acuerdos adoptados por el único socio, que pueden afectar el patrimonio o el
funcionamiento del ente.
LA

Los derechos de información e investigación administrativa del síndico


incluyen los ejercicios económicos anteriores a su elección (art. 295, ley 19.550).
FI

§ 237. REMUNERACIÓN DE LOS SÍNDICOS




Establece el art. 292 de la ley 19.550 que la función del síndico es remunerada,
lo cual es competencia exclusiva de la asamblea ordinaria (art. 234, inc. 2º, ley
19.550), salvo que el estatuto hubiere fijado las pautas para ello.

A diferencia del consejo de vigilancia, la retribución de los integrantes de la


sindicatura no está relacionada con las ganancias de la empresa, pues al
funcionario sindical no le han sido atribuidas, directa ni indirectamente, funciones
de administración.

409 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La decisión asamblearia que aprobó la remuneración del síndico es
impugnable por este en los términos del art. 251 de la ley 19.550, siendo
inadmisible el argumento contrario, que sostiene la inexistencia de interés social
en la cuestión, pues nada más propio de tal interés que la razonabilidad de la
remuneración de quienes por expresa normativa legal le han sido impuestos
cargas y obligaciones de imperativo cumplimiento. Valga el ejemplo del síndico
societario que, contra la voluntad del grupo de control, ha cumplido celosamente
con todas sus obligaciones y a quien se le ha asignado por ese mismo grupo,
por decisión mayoritaria de la asamblea, una retribución irrisoria para
desalentarlo en la continuidad de sus funciones. Parece evidente concluir que el
síndico tiene derecho a cuestionar tal acuerdo, pues la decisión asamblearia que
retribuye inadecuadamente al síndico constituye un acuerdo susceptible de
impugnación judicial por violar la norma que prescribe la onerosidad de la
actuación de la sindicatura.

OM
La omisión por la asamblea de accionistas autoriza al síndico a reclamarla
judicialmente por tratarse del incumplimiento de una obligación de hacer,
impuesta al órgano de gobierno por el art. 234, inc. 2º, de la ley 19.550, en acción
que prescribe a los cinco años de la clausura que debió fijar su retribución (art.
256, Cód. Civ. y Com.).
.C
DD

§ 238. FUNCIONAMIENTO DE LA SINDICATURA

Cuando la sindicatura fuere plural, deberá actuar como órgano colegiado y se


denominará "comisión fiscalizadora". El estatuto deberá reglamentar su
constitución y funcionamiento, debiendo llevar libro de Actas cuya confección se
LA

someterá a las normas previstas por el art. 73 de la ley 19.550 y deberá ser
firmada por los asistentes al cierre de cada reunión.

No obstante su carácter colegiado, que en puridad obligaría a todos los


síndicos a respetar las decisiones de la mayoría, el art. 290 establece que tales
FI

acuerdos no son vinculantes para el síndico disidente, quien tendrá los derechos,
atribuciones y deberes del art. 294, norma de indudable acierto, pues evita que
una mayoría cómplice del grupo de control enerve la actuación que se espera
del órgano de fiscalización, imponiendo una conducta omisiva por la sola fuerza
de una resolución adoptada por mayoría.


§ 239. RENUNCIA Y REMOCIÓN DE LOS SÍNDICOS

La designación de los síndicos es revocable solamente por la asamblea de


accionistas que podrá disponerla siempre que no medie oposición del 5% del
capital social. Tal requisito, que se complementa con la pérdida del voto plural

410 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


en la elección y remoción de los síndicos, es impuesto como mecanismo de
defensa ante claras situaciones de abuso y justifica que, a renglón seguido, el
art. 287, in fine, de la ley 19.550 disponga la nulidad de cualquier cláusula en
contrario del estatuto.

Si la elección de los síndicos se ha hecho por clase o categoría de acciones,


su remoción se decidirá también por asamblea especial de la misma clase, salvo
que el síndico haya incurrido en las prohibiciones o incompatibilidades previstas
por el art. 286 o haya sido declarada su responsabilidad en asamblea general
ordinaria (art. 296, ley 19.550).

Cualquier accionista puede solicitar la remoción con causa del síndico, a


través de la promoción de la acción social correspondiente, que se rige por las
mismas pautas previstas para la acción de remoción de los directores.

OM
En caso de renuncia por parte del síndico, la cual debe ser presentada al
directorio, este será inmediatamente reemplazado por el suplente. De lo
contrario, el directorio debe convocar a asamblea ordinaria o de clase para la
nueva designación (art. 291, párr. 3º, ley 19.550) en el ínterin el síndico
renunciante debe continuar en sus funciones.
.C
DD

§ 240. RESPONSABILIDAD DE LOS SÍNDICOS

Los síndicos son ilimitada y solidariamente responsables por el incumplimiento


de las obligaciones que le imponen la ley, el estatuto y el reglamento, y su
responsabilidad se hará efectiva por decisión de la asamblea, la cual importará
LA

también la remoción de su cargo (art. 296, ley 19.550).

Son también responsables solidariamente con los directores por los hechos u
omisiones de estos, cuando el daño no se hubiera producido si hubiesen actuado
de conformidad con lo establecido en la ley, estatuto, reglamento o decisiones
FI

asamblearias (art. 297, ley 19.550).

El estricto régimen de responsabilidad que la ley 19.550 pone en cabeza de


los síndicos responde a la necesidad de obligarlos a cumplir adecuadamente con
sus funciones, en el entendimiento de que un eficaz control de la actuación del


directorio evitará la consumación de perjuicios para la sociedad. No debe


olvidarse, al respecto, que la ley los obliga a asistir a todas las reuniones de los
órganos colegiados (art. 294, inc. 3º, ley 19.550) con lo que su presencia en
dichos actos lo obligará a tomar las medidas de custodia del patrimonio social y
defensa del interés social que estimen corresponder.

Los síndicos disidentes de la voluntad mayoritaria del órgano de fiscalización


no quedan eximidos de responsabilidad por el solo hecho de haber votado en
contra de tal decisión, pues ante ello, aquellos deben actuar individualmente en
el ejercicio de sus atribuciones y obligaciones (art. 290, ley 19.550).

411 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Del mismo modo, la distinta incumbencia profesional no sirve como sustento
para diferenciar la responsabilidad de los abogados y contadores actuando como
síndicos societarios, toda vez que cuentan con los mismos deberes y
atribuciones que manda la ley y con la consecuente responsabilidad solidaria por
su incumplimiento.

Haciendo aplicación de lo dispuesto por los arts. 296 y 297 de la ley 19.550, la
jurisprudencia ha hecho responsable a los síndicos que cooperaron con su
permisividad a los excesos de poder de los directores, permitiendo la disposición
de bienes sociales en favor de otra sociedad, en las cuales aquellos eran
accionistas, afectando de esta manera el patrimonio de la sociedad. De la misma
manera, se aplicaron aquellas normas al síndico que no concurrió a las reuniones
de directorio en donde se resolvieron actos contrarios al interés de la sociedad.

OM
Las acciones de responsabilidad contra los síndicos se rigen por los arts. 274
y 279, por expresa remisión del art. 298 de la ley 19.550.
.C
§ 241. FISCALIZACIÓN ESTATAL O EXTERNA

Además de la fiscalización interna de las sociedades anónimas, la ley


19.550 ha impuesto un régimen de control externo, a cargo de la Inspección
DD

General de Justicia de la Capital Federal, cuyos alcances difieren según la clase


de sociedad de que se trata:

a) Si se trata de las sociedades comprendidas en el art. 299, esto es, aquellas


que hagan oferta pública de sus acciones (inc. 1º); tengan un capital social
LA

superior a la suma de 40.000.000 pesos (inc. 2º); sean de economía mixta o de


participación estatal mayoritaria (inc. 3º); realicen operaciones de capitalización,
ahorro o en cualquier forma requieran dinero o valores al público con promesa
de prestaciones o beneficios futuros (inc. 4º); exploten concesiones o servicios
públicos (inc. 5º); se trate de sociedad controlada o controlante por algunas de
FI

las sociedades referidas en los incisos anteriores (inc. 6º); o se trata de


sociedades anónima unipersonales (inc. 7º), estas se encuentran sometidas,
además del control de legalidad en el acto de su constitución, a la fiscalización
permanente por parte de la autoridad de control de su domicilio, durante su
funcionamiento, disolución y liquidación. Se aclara que salvo las sociedades


anónimas unipersonales, las demás sociedades comprendidas en el art. 299


deben contar con un directorio integrado de tres directores como mínimo, pues
por disposición expresa de la ley 27.290, que reformó el art. 255, las SAU pueden
contar con solo un integrante, y con la misma filosofía, dicha ley modificó el art.
284 de la ley 19.550, eximiendo de la sindicatura plural impar a las sociedades
incluidas en el art. 299 de la ley 19.550, a aquellas compañías mencionadas en
los incs. 2º y 7º del art. 284 —sociedades de un capital social superior a la suma
de pesos 40.000.000 y sociedades anónimas unipersonales—, las cuales
pueden integrar el órgano de control interno con solo un síndico.

412 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


b) Si la sociedad anónima no se encuentra incluida entre aquellas compañías
mencionadas por el art. 299, su fiscalización estatal se limitará al contrato
constitutivo, sus reformas y variaciones del capital y valuación de sus aportes en
especie (art. 300, ley 19.550), pero la autoridad de control podrá ejercer
funciones de vigilancia en cualquiera de los siguientes casos:

1. Cuando lo soliciten accionistas que representen el 10% del capital suscripto


o lo requiera cualquier síndico, pero en este caso se limitará a los hechos que
frenen la presentación.

2. Cuando lo considere necesario, según resolución fundada, en resguardo


del interés público.

En ejercicio de sus funciones, la autoridad de control está facultada para

OM
solicitar del juez del domicilio de la sociedad:

a) La suspensión de las resoluciones de sus órganos, si ellas fueren contrarias


a la ley, al estatuto o reglamento. Esta atribución complementa lo dispuesto por
el art. 251 de la ley 19.550, que legitima a la autoridad de control para promover
acciones de nulidad de asambleas.
.C
b) La intervención judicial de la administración de la sociedad, cuando las
autoridades naturales han violado la ley, el estatuto o reglamento, cuando la
sociedad haga oferta pública de sus acciones o debentures o realice operaciones
de capitalización, ahorro o en cualquier forma requiera dinero o valores al público
DD

con promesa de prestaciones o beneficios futuros, o cuando lo considere


necesario, según resolución fundada, en resguardo del interés público. En todos
los casos, la intervención tendrá por objeto remediar las causas que la motivaron,
y si no fuera ello posible, podrá pedir judicialmente la disolución y liquidación.
LA

c) La disolución y liquidación en los casos en que se hubiera cumplido la


condición a que se subordinó la existencia de la sociedad (art. 94, inc. 3º);
cuando hubiere conseguido el objeto para la cual se formó o por la imposibilidad
sobreviniente de lograrlo (art. 94, inc. 4º); cuando la sociedad fiscalizada hubiere
perdido el capital social (art. 94, inc. 5º); cuando hubiere quedado reducido a uno
FI

el número de los socios y no se hubiera regularizado (art. 94, inc. 8º) y cuando
existiese sentencia firme de cancelación de oferta pública o de la cotización de
sus acciones, cuando la sociedad emisora ignorase la causal disolutoria (art. 94,
inc. 9º). Del mismo modo, la autoridad de control está facultada para solicitar
judicialmente la liquidación de la sociedad en el caso de expiración del término


por el cual la sociedad fue constituida (art. 94, inc. 2º).

También podrá la autoridad de control, en caso de violación de la ley, estatuto


o reglamento, imponer apercibimientos, con o sin publicación o multas a la
sociedad, sus directores y síndicos en proporción del capital social y a la
gravedad de la falta, aclarando la ley, en este último caso, que la sociedad no
podrá hacerse cargo de las multas cuando ellas fueren impuestas a sus
funcionarios (art. 302, ley 19.550).

413 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La sociedad no puede eludir la fiscalización permanente por parte de la
autoridad de control, estableciendo la carga a los directores y síndicos de
comunicarle la inclusión del ente en cualquiera de los supuestos previstos por
el art. 299 de la ley 19.550. La omisión en el cumplimiento de esta carga hace
responsables en forma ilimitada y solidaria a los directores y síndicos por los
perjuicios que tal actuación hubiese ocasionado a la sociedad (art. 305, ley
19.550).

Las resoluciones de la autoridad de control en materia de sociedades son


apelables ante el tribunal de apelaciones competente en materia comercial, y
tratándose de asociaciones civiles o fundaciones, ante el tribunal de apelaciones
con competencia en lo civil.

Debe finalmente destacarse que la fiscalización prevista por la ley 19.550 no

OM
descarta el control externo impuesto por las leyes especiales a sociedades
anónimas que desarrollaran determinadas actividades. En tal sentido, las
sociedades que hacen oferta pública, cotización de sus acciones o títulos de
deuda están sometidas al contralor de la Comisión Nacional de Valores, las
entidades bancarias o financieras al control del Banco Central de la República
Argentina y las empresas de seguros a la Superintendencia de Seguros de la
Nación.
.C
DD

CAPÍTULO XXV - SOCIEDADES ANÓNIMAS CON PARTICIPACIÓN ESTATAL MAYORITARIA


Y SOCIEDADES DE ECONOMÍA MIXTA
LA

§ 242. LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS CON PARTICIPACIÓN ESTATAL MAYORITARIA

Las sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria son aquellas


en las cuales el Estado nacional, los Estados provinciales, los municipales, los
FI

organismos estatales autorizados al efecto o las sociedades anónimas sujetas a


este régimen sean propietarios en forma individual o conjunta de acciones que
representen por lo menos el 51% del capital social y sean suficientes para
prevalecer en las asambleas ordinarias y extraordinarias.


La ley 19.550 dedica a este subtipo de sociedades los arts. 308 a 312, dentro
de los cuales quedan también comprendidas las sociedades anónimas en las
que se reúnan con posterioridad al contrato de constitución los requisitos
mencionados en el párrafo anterior, siempre que una asamblea especialmente
convocada al efecto así lo determine y que no mediare en ella oposición expresa
de algún accionista (art. 309, ley 19.550).

La concurrencia de los dos requisitos exigidos por el art. 308 de la ley


19.550 (51% del capital social y los votos suficientes para prevalecer en las

414 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


asambleas ordinarias y extraordinarias) puede llevar a interpretaciones
equivocadas, pues aquel porcentaje resulta insuficiente para celebrar asambleas
extraordinarias en primera convocatoria. Por ello, coincidiendo con la
jurisprudencia, debe interpretarse que es requisito imprescindible, de
conformidad con las normas legales señaladas, que las acciones de propiedad
estatal deben ser suficientes para prevalecer en las asambleas ordinarias y
extraordinarias, lo cual significa que el Estado debe tener quorum propio y el
número suficiente de votos para decidir cualquier cuestión encuadrable en el
orden del día, de lo cual es conclusión necesaria que el Estado debe ser titular
de por lo menos el 60% del capital social.

Por ser un subtipo de las sociedades anónimas, estas sociedades se


gobiernan por las mismas normas que aquellas, con las siguientes excepciones:

OM
1. Se aplican las prohibiciones e incompatibilidades establecidas en el art.
264 de la ley 19.550, excepto su inc. 4º, permitiéndose el desempeño de cargos
directoriales a funcionarios de la Administración Pública cuya actuación se
relacione con el objeto de la sociedad.

2. El estatuto puede prever la designación por la minoría de uno o más


directores y de uno o más síndicos. Cuando las acciones del capital privado
.C
alcancen el 20% del capital social, tendrán representación proporcional en el
directorio y elegirán por lo menos a uno de los síndicos, sin necesidad de
aplicarse el mecanismo del voto acumulativo, pero en tal caso no podrán ser
directores, síndicos o integrantes del consejo de vigilancia por el capital privado
DD

los funcionarios de la Administración Pública.

3. No se aplica a los directores e integrantes del consejo de vigilancia los


límites a la remuneración de tales funciones previstos por el art. 261 de la ley
19.550, por estar desempeñando una función pública.
LA

Las normas sobre sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria


dejan de aplicarse cuando se alteren los requisitos de tipicidad previstos por
el art. 308 de la ley 19.550.
FI

La especial naturaleza de estas sociedades ha originado una polémica sobre


la competencia de los tribunales que deben entender en los conflictos en que
ellas sean parte, pues de entenderse que son personas jurídicas de derecho
público, la competencia del fuero federal resulta indiscutible. Sin embargo, la
jurisprudencia se ha pronunciado por la intervención del fuero comercial en


aquellos supuestos, con el lógico argumento de que las sociedades anónimas


con participación estatal mayoritaria son sociedades conformadas bajo una
regulación especial del derecho privado, pues más allá de la aplicación del
derecho público que corresponda en algunos y determinados aspectos, ellas se
rigen por las normas comunes del derecho mercantil.

415 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 243. LAS SOCIEDADES DE ECONOMÍA MIXTA

Ellas están reguladas por el dec.-ley 15.349/1946, ratificado por la ley 12.962,
y son aquellas formadas por el Estado nacional, los Estados provinciales, las
municipalidades o entidades administrativas autárquicas, dentro de sus
facultades legales por una parte y los capitales privados por la otra, para la
explotación de empresas que tengan por finalidad la satisfacción de necesidades
de orden colectivo o la implantación, el fomento o el desarrollo de actividades
económicas (art. 1º, dec.-ley 15.349/1946).

La sociedad de economía mixta puede ser persona de derecho público o de


derecho privado, según la finalidad que proponga su constitución. La inclusión
en una u otra categoría depende del predominio que la Administración Pública
ejerza en la constitución, administración y dirección de la empresa y el porcentaje

OM
de acciones u obligaciones con que contribuya a la formación del capital social,
pero su responsabilidad por las obligaciones sociales se limitará exclusivamente
a su aporte societario en todos los casos.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un importante precedente,


sentó las bases necesarias para la inclusión de las sociedades de economía
mixta dentro de la categoría de persona de derecho público y ello sucede
.C
cuando:

a) Tienen una obligación ante el Estado de cumplir sus fines propios, que han
de ser de interés general.
DD

b) Ejercen derechos de poder público, esto es, potestad de imperio.

c) El Estado ejerce sobre ellas un control constante.


LA

Si bien y a diferencia de las sociedades anónimas con participación estatal


mayoritaria, en las sociedades de economía mixta no es necesario el control de
la sociedad por parte del Estado ni el predominio en la formación de la voluntad
social, el dec.-ley 15.349/1946 dispone que el presidente, el síndico y por lo
menos un tercio del número de los directores que se fijen por el estatuto deben
FI

representar a la Administración Pública y serán nombrados por esta, debiendo


ser argentinos nativos. En caso de ausencia o impedimento del presidente, lo
reemplazará con todas sus atribuciones uno de los directores que represente a
la Administración Pública. Los demás directores serán designados por los
accionistas particulares.


Pero no debe entenderse que el Estado, por el solo hecho de no haber


aportado los bienes suficientes para formar la voluntad social, se convierte en un
simple accionista minoritario. El art. 8º otorga al presidente de la sociedad, o en
su ausencia, a cualquiera de los directores nombrados por la Administración
Pública la facultad de vetar las resoluciones del directorio o las de las asambleas
de accionistas, cuando ellas fueren contrarias al dec.-ley 15.349/1946 o a la ley
de creación, a los estatutos de la sociedad o puedan comprometer las
conveniencias del Estado vinculadas a la sociedad.

416 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Ejercido el derecho de veto, la sociedad elevará los antecedentes de la
resolución objetada a conocimiento de la autoridad administrativa superior de la
Administración Pública asociada, para que se pronuncie en definitiva sobre la
confirmación o revocación correspondiente del veto, quedando entretanto en
suspenso la resolución de que se trata. Si el veto no fuera conformado por dicha
autoridad dentro de los veinte días subsiguientes al recibo de la comunicación
que dispone la norma, se tendrá por firme la resolución adoptada por el directorio
o por la asamblea de la sociedad en su caso. Cuando el veto se fundase en la
violación de la ley o de los estatutos sociales, el capital privado podrá recurrir a
la justicia de la resolución definitiva dictada.

El Estado y los particulares deben contribuir a la formación del capital social


en las proporciones que convengan entre ellos, y el aporte de la Administración
Pública podrá consistir en cualquier clase de aportación, y en especial las

OM
siguientes:

a) Concesión de privilegios de exclusividad o monopolio, exención de


impuestos, protección fiscal, compensación de riesgos, garantías de interés al
capital invertido por los particulares, etcétera.

b) Primas y subvenciones, así como aporte tecnológico.


.C
c) Anticipos financieros.

d) Aportes de carácter patrimonial, en dinero, en títulos públicos o en especie


DD

o concesión de bienes en usufructo (art. 40, dec.-ley 15.349/1946).

Las sociedades de economía mixta se disuelven por cualquiera de las causas


previstas por la ley 19.550, inclusive por quiebra, pero tratándose de sociedades
que exploten servicios públicos, vencido el término de duración de la sociedad,
LA

la Administración Pública podrá tomar a su cargo las acciones en poder de los


particulares y transformar la sociedad de economía mixta en una sociedad
autárquica administrativa, continuando el objeto de utilidades públicas para el
cual la sociedad hubiese sido creada (art. 12, dec.-ley 15.349/1946).
FI

Una vez liquidada la sociedad de economía mixta, terminará su existencia en


ese carácter, pero el capital privado podrá rescatar las acciones de la entidad
oficial, continuando la empresa bajo el régimen adoptado por ellos (art. 10, dec.-
ley 15.349/1946).


Las sociedades de economía mixta se rigen por las normas del dec.-ley
15.349/1946 y en subsidio, por las normas que la ley 19.550 prevé para las
sociedades anónimas.

CAPÍTULO XXVI - SOCIEDADES EN COMANDITA POR ACCIONES

417 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 244. EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y REQUISITOS TIPIFICANTES

Las sociedades en comandita por acciones tuvieron su momento de esplendor


mientras estuvo vigente el Código de Comercio —antes de ser reformado por
la ley 19.550—, pues los requisitos de constitución de las sociedades anónimas
(número mínimo de diez accionistas y autorización del Poder Ejecutivo para su
constitución y otorgamiento de la personalidad jurídica) hicieron que el molde de
las sociedades en estudio fuera aceptado ante la posibilidad de los socios
comanditarios o accionistas de limitar su responsabilidad al monto de las
acciones suscriptas y la no exigencia de un número mínimo de socios. Ofrecía,

OM
sobre las sociedades en comandita simple y sobre las sociedades de
responsabilidad limitada, el atractivo de dividir el capital comanditario en
acciones al portador, sin perjuicio de recordar que, por una errónea interpretación
de la doctrina y jurisprudencia administrativa, fue aceptada en aquellos tiempos
la constitución de sociedades en comandita por acciones sin la identificación de
los socios comanditarios en el acto constitutivo.
.C
La ley 19.550 puso fin a ese estado de cosas, y la eliminación de los requisitos
de autorización para la constitución de las sociedades anónimas, así como la
derogación del número mínimo de diez accionistas para fundarlas, eliminaron en
el año 1972 las ventajas que ofrecían las sociedades en comandita por acciones,
DD

que desde ese año prácticamente no se constituyeron más.

Los requisitos tipificantes de las sociedades en comandita por acciones son


los siguientes:
LA

1. El o los socios comanditados responden por las obligaciones sociales como


los socios de las sociedades colectivas, y el o los socios comanditarios limitan
su responsabilidad al capital que suscriben.

2. Los aportes de los socios comanditarios se representan por acciones.


FI

3. La administración de las sociedades en comandita por acciones tiene un


régimen propio y no pueden integrarla los socios comanditarios.

La confusión en las mismas personas de la calidad de socios comanditados y




comanditarios violenta el principio de la tipicidad, pues la existencia de dos


categorías de socios es norma imperativa. Ello no significa que los socios
comanditados no puedan ser accionistas del capital comanditario, pero para la
configuración de las sociedades de este tipo debe existir por lo menos algún
accionista que sea comanditario puro.

418 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 245. NORMATIVA APLICABLE A LAS SOCIEDADES EN COMANDITA POR ACCIONES

La cuestión puede ofrecer dificultades ante los textos aparentemente


contradictorios de los arts. 316 y 324 de la ley 19.550, en tanto el primero somete
a las sociedades en comandita por acciones a las normas de las sociedades
anónimas, salvo disposición en contrario de los arts. 315 a 324 que regulan a las
sociedades en estudio. Por su parte, el art. 324 establece la aplicación supletoria
de las normas de las sociedades en comandita simple.

Una interpretación finalista de la norma, adecuada a las características de las


sociedades en comandita por acciones, permite establecer las siguientes reglas
de aplicación de la normativa legal aplicable: a) En primer lugar, por las
disposiciones que regulan el tipo y las correspondientes a la anónima, en la
medida en que estas sean compatibles, y b) supletoriamente, la normativa de las

OM
sociedades en comandita simple.

De tal manera, son de aplicación a las sociedades en comandita por acciones


los requisitos de constitución de las sociedades anónimas, en cuanto a sus
formalidades, así como al funcionamiento de las asambleas y órgano de control
del régimen del capital y de las acciones. Las normas de las sociedades en
comandita simple se aplican fundamentalmente para reglamentar las
.C
obligaciones de los socios comanditados y en cuanto a la administración de las
sociedades en comandita por acciones, esta ofrece un régimen específico, muy
parecido a la administración de las sociedades en comandita simple, que torna
incompatibles las normas de funcionamiento del directorio de las sociedades
DD

anónimas.
LA

§ 246. FORMALIDADES DE CONSTITUCIÓN. EL NOMBRE SOCIETARIO

Las sociedades en comandita por acciones están sometidas a las


formalidades de constitución de las sociedades anónimas en cuanto a la
FI

formalización de su acto constitutivo o estatuto por instrumento público (art. 165,


ley 19.550). Su contrato social debe cumplir con los requisitos previstos por el
art. 166 de la ley 19.550. Los aportes no dinerarios de los socios comanditados
están sometidos a lo dispuesto por el art. 51, mientras que los correspondientes
a los socios comanditarios deben ser aprobados por la autoridad de control,


según expresa directiva del art. 53 de la ley 19.550.

La denominación social se integra con las palabras "sociedad en comandita


por acciones", su abreviatura o la sigla SCA. La omisión de esta indicación hará
responsables ilimitada y solidariamente al administrador, juntamente con la
sociedad, por los actos que concertare en esas condiciones.

Si actúa bajo una razón social, deberá incluirse en ellas solamente el nombre
de los socios comanditados o, en su defecto, el aditamento "y compañía". Con
ello se satisface la finalidad de individualizar a los terceros la identificación de los

419 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


socios solidaria e ilimitadamente responsables por las obligaciones sociales,
tornando aplicable lo dispuesto por el art. 34, párr. 1º, a los socios comanditarios
cuya identificación figure en el nombre de las sociedades en comandita por
acciones, al crear frente a terceros la apariencia de revestir el carácter de socio
comanditado. Por ello, si la sociedad en comandita por acciones opta por
identificarse con una denominación social, ella solo podrá consistir en un nombre
de fantasía.

§ 247. ADMINISTRACIÓN DE LAS SOCIEDADES EN COMANDITA POR ACCIONES

OM
El art. 318 de la ley 19.550 establece un régimen particular de administración
de las sociedades en comandita por acciones muy similar al previsto para las
sociedades en comandita simple y que nada tiene que ver con el régimen del
directorio previsto para las sociedades anónimas.

La administración de la sociedad en comandita por acciones puede ser


unipersonal y será ejercida por el o los socios comanditados o terceros, quienes
.C
durarán en el cargo el tiempo que fije el estatuto sin la limitación de los tres
ejercicios previsto por el art. 257 de la ley 19.550 para los directores de la
sociedad anónima.
DD

La exclusión de los socios comanditarios de la administración de este tipo de


sociedades responde a la necesidad de preservar el patrimonio de los socios
comanditados de una gestión social imprudente o negligente por parte de los
socios comanditarios. Sin embargo, tales razones no convencen, pues:
LA

a) Los terceros tienen exactamente la misma responsabilidad que los socios


comanditarios, con la agravante de que a aquellos le son en principio indiferentes
los resultados obtenidos por la sociedad.

b) Las normas que sobre responsabilidad de los administradores prevén


FI

los arts. 59 y 274 de la ley 19.550 son suficientes para desanimar la realización
de negocios temerarios.

c) Se priva a la sociedad de sus administradores naturales, pues por lo general


son los socios comanditarios los controlantes de dichas entidades, quienes


deben recurrir a un tercero para administrarlas, el cual responderá a las


instrucciones de aquellos.

Los administradores son elegidos por mayoría adoptada en las asambleas


generales de socios y su remoción está sujeta a los principios previstos por el art.
129 de la ley 19.550, al cual remite el art. 319, esto es:

1. La revocación del administrador, socio o tercero, aun designado en el


contrato social, puede ser decidida por acuerdo de la mayoría en cualquier
tiempo, sin invocación de causa, salvo pacto en contrario.

420 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


2. Cuando el estatuto requiera justa causa, conservará su cargo hasta la
sentencia judicial, si negare la existencia de aquella, salvo su desplazamiento
provisorio a través de las normas que regulan la intervención judicial (arts.
113 a 117, ley 19.550). Cualquier socio comanditario puede pedir la remoción
del administrador con justos motivos, cuando represente no menos del 5% del
capital social.

3. El socio comanditado removido de la administración tendrá derecho a


retirarse de la sociedad o transformarse en comanditario.

4. Los socios disconformes con la remoción del administrador cuyo


nombramiento fue condición expresa de la constitución de la sociedad tienen
derecho de receso.

OM
5. El socio comanditado administrador no tiene derecho de voto en la decisión
asamblearia que considera su remoción con justa causa.

Los socios comanditarios no pueden inmiscuirse en la administración de la


sociedad, respondiendo en forma solidaria e ilimitada por las obligaciones
sociales en caso contrario, rigiendo al respecto las normas de las sociedades en
comandita simple a las cuales corresponde remitir. Los socios comanditarios
.C
tienen, sin embargo, derecho de examen, inspección, vigilancia, verificación,
opinión o consejo (art. 138, ley 19.550), pero su derecho de información y control
individual de la administración debe ser ejercido a través de la sindicatura (art.
294, inc. 6º, ley 19.550) cuya elección es competencia exclusiva de los socios
DD

comanditarios. Si la sociedad hubiera prescindido de la sindicatura (art. 284, ley


19.550), los socios comanditados tienen libre y personal acceso al control de la
administración de la entidad (art. 55, ley 19.550).

Cuando la administración no pueda funcionar, por producirse una acefalía


LA

total, consecuencia de la ausencia, impedimento o fallecimiento de los


administradores, la sociedad debe ser reorganizada en el término de tres meses,
período en el cual el síndico debe nombrar a un administrador provisorio para
que intervenga durante ese lapso en la dirección de la entidad, pero limitado a
los negocios ordinarios de administración. El administrador provisorio, cuya
FI

designación puede recaer en uno o varios socios comanditarios, debe actuar con
los terceros con aclaración de su calidad y en tales condiciones no asume la
responsabilidad del socio comanditado.

El administrador provisorio deberá, durante ese período, convocar a una




asamblea ordinaria de socios, a los efectos de designar los administradores


definitivos, pues de lo contrario la sociedad entrará en disolución.

Un tema que ha dividido a la jurisprudencia ha sido la posibilidad de que el


estatuto organice la administración de la sociedad en comandita por acciones a
través de un directorio. Sin embargo, tal opción es a nuestro juicio inadmisible,
en la medida de que las previsiones legales (arts. 318 a 320, ley 19.550) son
incompatibles con el funcionamiento de tal órgano, difiriendo sustancialmente
ambos regímenes en materia de designación y remoción de sus integrantes.

421 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 248. REUNIONES DE SOCIOS

Las asambleas de las sociedades en comandita por acciones se integran con


los socios de ambas categorías. Las partes de interés de los socios
comanditados se consideran divididas en fracciones del mismo valor de las
acciones a los efectos del quorum y del voto. Cualquier cantidad menor no se
computará a ninguno de esos efectos (art. 321, ley 19.550).

El socio administrador tiene voz, pero no voto, y es nula cualquier cláusula en


contrario en los siguientes asuntos:

OM
a) Elección y remoción del síndico.

b) Aprobación de la gestión de los administradores y síndicos o la deliberación


sobre su responsabilidad.

c) La remoción con causa del socio administrador.


.C
La cesión de la parte de interés del socio comanditado requiere la conformidad
de la asamblea extraordinaria (art. 323, ley 19.550).
DD

§ 249. DISOLUCIÓN DE LAS SOCIEDADES EN COMANDITA POR ACCIONES. PÉRDIDA DE


LA

SUS REQUISITOS TIPIFICANTES

La disolución y liquidación de las sociedades en comandita por acciones se


gobiernan por las normas de los arts. 94 a 112 de la ley 19.550, pero debe
tenerse en cuenta que la reducción a uno del número de socios no provoca la
FI

disolución de la sociedad, sino que, conforme lo dispone el art. 94 bis, de ocurrir


tal circunstancia, se produce la transformación de pleno derecho en una
sociedad anónima unipersonal, si no se decidiera otra solución en el término de
tres meses.


Esta solución ha sido incorporada por la ley 26.994, que introdujo en nuestro
régimen societario la sociedad unipersonal, pero la solución prevista por el art.
94 bis carecerá de toda operatividad, pues es desde todo punto de vista
imposible que la figura de la transformación societaria pueda imponerse "de
pleno derecho", toda vez que de la transformación concreción requiere de
numerosos trámites internos e inscripciones concretas en el Registro Público,
según lo dispuesto por los arts. 74 y siguientes de la ley 19.550. Con otras
palabras, no se alcanza a entender cómo, de un día para el otro, y sin la
realización de esos procedimientos, pueden los terceros invocar contra la
sociedad en comandita por acciones o contra sus socios las normas previstas

422 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


para la sociedad anónima unipersonal, que como se ha expresado, requiere
integración inmediata de aportes, una denominación social concreta y el
cumplimiento de los requisitos que el art. 299 prevé para las sociedades
anónimas comprendidas en dicha norma (directorio y sindicatura plural, régimen
de convocatoria a asambleas, etc.).

La inexistencia de las dos categorías de socios, por muerte o cualquier otra


circunstancia conforme a las cuales no existan socios de una determinada
categoría, le hace perder a la sociedad en comandita por acciones su requisito
tipificante por excelencia. Ante tal eventualidad, la sociedad queda sometida a
las normas de los arts. 21 a 26, que expresamente incluyen dentro de su seno a
las sociedades que carezcan de sus requisitos esenciales tipificantes o no
tipificantes.

OM
§ 250. CONFIRMACIÓN DE LAS SOCIEDADES EN COMANDITA POR ACCIONES

Hemos explicado que, durante la vigencia del Código de Comercio hasta su


.C
derogación por la ley 19.550 de 1972, existían numerosas sociedades en
comandita por acciones, debidamente inscriptas en el Registro Público, cuyos
estatutos carecían de la identificación de los socios comanditarios,
compareciendo en representación de ellos en el acto constitutivo un gestor de
DD

negocios.

Esa grave irregularidad fue solucionada por la ley 19.550 que en su art. 370
prescribió la necesidad de concurrencia de todos los socios comanditarios para
confirmar el acto constitutivo, estableciendo un régimen de regularización que se
LA

prolongó durante diez años.

Sin embargo, y a pesar de que se sometieron al régimen de confirmación miles


de sociedades de este tipo, quedaron muchas sin regularizar y su estado actual
ha provocado opiniones contradictorias en nuestra jurisprudencia, pues por una
FI

parte se ha asimilado a estas sociedades, que carecen de la identificación de


sus socios comanditarios, como sociedades irregulares, y por la otra se ha
calificado a estos entes como anulables, por carecer de requisitos esenciales no
tipificantes, pero esta discusión ha perdido hoy toda vigencia, pues la ley
26.994 somete a las sociedades atípicas, irregulares o carentes de requisitos


esenciales no tipificantes a una misma disciplina, que es la prevista en la sección


IV del capítulo II de la ley 19.550.

CAPÍTULO XXVII - LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS

§ 251. GENERALIDADES Y REQUISITOS TIPIFICANTES

423 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El sistema de la economía cooperativa tiene por fin la satisfacción de las
necesidades humanas que reclaman los consumidores organizados
voluntariamente sobre la base de la ayuda mutua y el esfuerzo propio. Lo que
hace, pues, a la esencia de las cooperativas es el servicio al costo desprovisto
del fin de lucro, en la relación que vincula al asociado con la entidad.

Las sociedades cooperativas, que son estrictamente organizaciones


básicamente populares según la gráfica afirmación de profesor Dante Cracogna,
se caracterizan de la siguiente manera:

1. Son entidades fundadas en el esfuerzo propio y la ayuda mutua para


organizar y prestar servicios (art. 2º, ley 20.337).

2. No ponen límites al número de asociados ni al capital, aunque deben contar

OM
con un número mínimo de diez asociados salvo lo dispuesto para las
cooperativas de grado superior (cooperativa de cooperativas que se puede
constituir con siete entidades de base).

3. El libre acceso de los interesados para integrarlas, a través de un acto de


adhesión voluntario.
.C
4. Limitación de la responsabilidad del asociado a las cuotas suscriptas.

5. La organización democrática en la adopción de las resoluciones sociales,


pues el asociado tiene siempre un voto, cualquiera que sea el número de cuotas
DD

sociales y no otorgan ventaja ni privilegio alguno a los iniciadores, fundadores o


consejeros, ni preferencia a parte alguna del capital.

6. La inexistencia de fin de lucro por parte de los asociados y la distribución de


los excedentes entre los asociados en proporción con el uso de los servicios
LA

sociales. El excedente es la utilidad que arroja el ejercicio y tal mecanismo es


denominado como el "principio de retorno", que es pilar del cooperativismo.

7. Reconocen un interés limitado a las cuotas sociales, siempre y cuando el


estatuto lo permita. El interés no puede exceder de un punto del que cobra el
FI

Banco de la Nación Argentina en sus operaciones de descuento (art. 42, inc.


4º, ley 20.337).

8. Fomentan la educación cooperativa, a punto tal que el art. 42 de la ley


20.337 dispone la asignación del 5% de los excedentes a ese fin y el sobrante


de la liquidación en caso de disolución.

9. Prestan servicios a los no asociados y promueve el principio de integración


cooperativa, esto es, la asociación entre ellas para el cumplimiento de la acción
cooperativa.

Dichas características se refuerzan con normas fundamentales de la ley


20.337, como aquellas que establecen la duración ilimitada de la entidad,
prohíben la transformación de la sociedad cooperativa en otros tipos jurídicos,

424 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


vedan la distribución de las reservas sociales y consagran el destino del sobrante
patrimonial en la liquidación en beneficio de la educación cooperativa.

Las sociedades cooperativas son sujetos de derecho con el alcance fijado en


la ley 20.337, lo que significa que cuenta con los atributos propios de todo sujeto
de derecho: nombre, patrimonio, capacidad de derecho y domicilio. La fórmula
aplicada por el legislador es idéntica a la prevista por el art. 2º de la ley 19.550, el
cual, sin perjuicio de reiterar la personalidad jurídica de ellas, supone su
utilización a los fines exclusivos del cumplimiento de su objeto social,
descartando el uso de su estructura para infringir la ley o frustrar los derechos
de los terceros, actuación ilegítima que, de producirse, tornará aplicable la
desestimación de su personalidad y la imputación de tal manera de proceder a
quienes la hicieron posible (art. 54, in fine, ley 19.550, aplicable a las sociedades
cooperativas por expresa remisión del art. 118, ley 20.337).

OM
La jurisprudencia ha echado mano reiteradamente a los fines de allanar la
personalidad de falsas cooperativas, que bajo la apariencia de estas escondían
otras relaciones jurídicas. En tal sentido, merecen destacarse los precedentes
que han declarado la inoponibilidad de sociedades cooperativas de trabajo que
encubrían relaciones de naturaleza laboral entre ellas y el asociado, maniobra
que exhibe cierta frecuencia a los fines de evitar el pago, por el falso empleador,
.C
de las obligaciones patronales y las cargas sociales.
DD

§ 252. RÉGIMEN LEGAL Y NATURALEZA JURÍDICA

El nacimiento de las sociedades cooperativas coincide en la realidad


LA

económica y social con los sindicados obreros, lo que hace que los comienzos
del cooperativismo estuvieran imbuidos por postulados políticos, sociales y
económicos. En nuestro país, el primer régimen legal estuvo previsto por el
Código de Comercio de 1889, que exhibió tales deficiencias que mereció una
reforma integral en el año 1926, año en que comenzó a regir la ley 11.388, cuya
FI

vigencia se extendió por casi cincuenta años, hasta 1973, en que se sancionó
la ley 20.337 que actualmente rige en la materia.

Un tema que mereció la atención de la doctrina y la jurisprudencia fue la


comercialidad —o no— de las sociedades cooperativas, pero actualmente esta


discusión ha perdido todo interés como consecuencia de la unificación del


derecho civil y comercial a partir de la sanción del Código Civil y Comercial de la
Nación, por la ley 26.994, cuyo art. 148, inc. g), les reconoce el carácter de
personas jurídicas privadas y las somete a los arts. 145 a 167, sin perjuicio de la
aplicación a ellas de las normas de los arts. 320 y siguientes del mismo
ordenamiento, que impone a la sociedad cooperativa, como a toda persona
jurídica privada, llevar contabilidad.

425 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 253. EL ACTO COOPERATIVO

El art. 4º de la ley 20.337 prescribe: "Son actos cooperativos los realizados


entre las cooperativas y sus asociados y por aquéllas entre sí en el cumplimiento
del objeto social y la consecución de los fines institucionales.

"También lo son, respecto de las cooperativas, los actos jurídicos que con
idéntica finalidad realicen con otras personas".

Siguiendo a la doctrina, puede definirse al acto cooperativo como la actividad

OM
que, partiendo de la solidaridad y del propósito de los integrantes de obrar
conjuntamente como asociados, y en un todo de acuerdo con los principios
cooperativos, se concreta en la prestación, por parte de la sociedad, de uno o
más servicios (objeto de la cooperativa) para satisfacer necesidades individuales
similares de los asociados con miras al bien particular de todos ellos (fin de la
cooperativa) y por extensión al bien de la comunidad.
.C
De ello se deriva que los actos cooperativos son actos de especial naturaleza,
no solo por las partes que intervienen, sino por la especificidad de su objeto y
finalidad, circunscriptos a la prestación de un servicio que la cooperativa brinda
a los asociados, caracterizado por bases solidarias y mutualísticas que excluyen
DD

el ánimo de lucro.

Los actos cooperativos responden en consecuencia a la idea de servicio que


la cooperativa brinda a sus socios para eliminar una intermediación onerosa y
procurarles un retorno.
LA

Si bien la ley 20.337 no define los efectos del acto cooperativo, la calificación
de un acto como tal determina la preeminencia de las reglas de la cooperativa
por sobre los estatutos legales particulares que pudieran aplicarse a una relación
determinada y, de esta manera, deberá prevalecer la relación cooperativa sobre
FI

lo establecido por la Ley de Contrato de Trabajo para juzgar la relación entre un


asociado a una cooperativa de trabajo y el propio ente y, del mismo modo, en
una cooperativa de vivienda, el acto cooperativo desplazará a las reglas de la
compraventa en la relación del socio con la sociedad.


§ 254. CLASIFICACIÓN DE LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS

Las sociedades cooperativas han sido clasificadas de acuerdo con varios


parámetros:

426 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) Por el nivel de organización, en cooperativas de primer grado o segundo
grado (cooperativa de cooperativas), denominadas también ligas, federaciones
o confederaciones.

b) Por los servicios que prestan, distinguiéndose entre:

1. Cooperativas de distribución, a su vez divididas en cooperativas de


consumo y provisión.

2. Cooperativas de colocación de la producción.

3. Cooperativas de trabajo.

En las cooperativas de distribución, el servicio a los asociados se concreta a

OM
través de la distribución de artículos o servicios que aquellos utilizan para su uso
personal o para el ejercicio de su actividad o profesión.

La organización del servicio la realizan produciendo o comprando al por mayor


los productos que más tarde distribuirán entre los asociados e implementando
los servicios que serán requeridos por ellos.
.C
Las cooperativas de consumo, que son un subtipo de las cooperativas de
distribución, distribuyen entre los asociados artículos de consumo o uso personal
o familiar. Las cooperativas de provisión, por su parte, brindan servicios a sus
miembros, agrupando a sus asociados de acuerdo con su profesión u oficio o se
DD

especializan en la prestación de un servicio relacionado con determinados


bienes o actividades. Dentro de este grupo se encuentran las cooperativas de
seguros, de crédito, de vivienda o de prestación de servicios públicos.

Las cooperativas de colocación de la producción se organizan para ubicar los


LA

productos de sus asociados en estado natural o elaborado, y su finalidad es la


obtención de mejores precios para sus productos, así como el logro y
mantenimiento de los mercados (cooperativas agrícolas).

Finalmente, las cooperativas de trabajo son organizaciones de trabajadores,


FI

de cualquier actividad, constituidas con el objeto de tener una fuente permanente


de trabajo y una mayor valorización de él.


§ 255. CONSTITUCIÓN DE LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS

Las sociedades se constituyen por acto único y por instrumento público o


privado, el cual debe transcribir lo acontecido en la asamblea constitutiva, cuya
acta debe ser suscripta por todos los fundadores y sus datos de identificación
deben constar en el acto constitutivo (art. 7º, ley 20.337).

La asamblea constitutiva debe pronunciarse sobre:

427 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


1. El informe de los iniciadores.

2. El proyecto de estatuto.

3. La suscripción e integración de las cuotas sociales por los fundadores.

4. La designación de los consejeros y síndico.

En cuanto al estatuto, este debe contener los siguientes requisitos:

a) La denominación y el domicilio. La denominación social debe incluir los


términos cooperativa y limitada o sus abreviaturas. No puede ser adoptada una
denominación que induzca a suponer una gama de operaciones distintas de las
previstas en el estatuto o a la existencia de un propósito contrario a la prohibición

OM
que pesa sobre las cooperativas de hacer propaganda de ideas políticas,
religiosas, de nacionalidad, región o raza (arts. 2º, incs. 7º y 3º, ley 20.337).

b) La designación precisa del objeto social.

c) El valor de las cuotas sociales y el derecho de ingreso, si lo hubiera,


expresado en moneda argentina.
.C
d) La organización de la administración, y la fiscalización y el régimen de las
asambleas.
DD

e) Las reglas para distribuir los excedentes y soportar las pérdidas.

f) Las condiciones de ingreso, retiro y exclusión de los asociados.

g) Las cláusulas necesarias para establecer los derechos y obligaciones de


LA

los asociados.

h) Las cláusulas atinentes a la disolución y liquidación.

El acta constitutiva, firmada por todos los consejeros y acompañadas de la


FI

constancia del depósito del veinte por ciento del capital suscripto por los
asociados en un banco oficial o cooperativo, debe ser presentada para su
inscripción en el Instituto Nacional de Acción Cooperativa y Mutual (INACYM),
que es la autoridad de aplicación y control de las sociedades cooperativas en el
ámbito nacional. Dentro de los sesenta días de recibida dicha documentación, si


no hubiera observaciones o de igual plazo una vez satisfechas estas, la autoridad


de aplicación autorizará a funcionar a la sociedad cooperativa, pues solo "se
considerarán regularmente constituidas con la autorización para funcionar y la
inscripción en el registro de la autoridad de aplicación...", sin requerirse
publicación de ningún tipo (art. 10, ley 20.337).

La naturaleza de la sociedad cooperativa torna incompatible la remuneración


de los iniciadores y fundadores.

428 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las modificaciones efectuadas al estatuto social solo son oponibles y cobran
vigencia con su aprobación por la autoridad de aplicación y su posterior registro
(art. 12, ley 20.337).

Los reglamentos que excedan la mera organización interna de las oficinas de


la cooperativa y sus modificaciones también deben ser aprobados e inscriptos.
Para el funcionamiento de sucursales en distinta jurisdicción, debe darse
conocimiento al órgano local competente, acreditando la constitución regular de
la cooperativa.

Para las sociedades cooperativas constituidas en el extranjero, rigen las


disposiciones de los arts. 118 a 123 de la ley 19.550, con las modificaciones
establecidas por la ley 20.337 en materia de autorización para funcionar y
registro (art. 15).

OM
§ 256. LOS ASOCIADOS
.C
Para ser asociado se requiere:

a) Ser persona física mayor de dieciocho años. Los menores de edad pueden
serlo a través de su representante legal.
DD

b) Los demás sujetos de derecho, inclusive las sociedades por acciones,


siempre que reúnan los requisitos previstos por el estatuto. Ello constituye una
importante excepción a la prohibición que para las sociedades por acciones
prevé el art. 30 de la ley 19.550.
LA

c) El Estado nacional, las provincias, los municipios, los entes


descentralizados y las empresas del Estado pueden asociarse a las cooperativas
conforme con lo establecido en la ley 20.337, salvo que ello estuviere
expresamente prohibido por las leyes respectivas. También pueden utilizar sus
FI

servicios, previo su consentimiento, aunque no estén asociadas a ellas. Dispone


el art. 19 de la ley 20.337 que cuando ellos se asocien, pueden convenir la
participación que les corresponde en la administración y fiscalización de sus
actividades, en cuanto fuere coadyuvante a los fines perseguidos y siempre que
tales convenios no restrinjan la autonomía de las cooperativas.


Como principio general, el ingreso a las sociedades cooperativas es libre, pero


el estatuto puede fijar condiciones derivadas del objeto social, lo cual es práctica
corriente en materia de cooperativas de trabajo, que puede excluir a los entes
jurídicos, exigir condiciones personales de idoneidad, etcétera.

El estatuto de la cooperativa puede establecer asimismo un derecho de


ingreso, pero de manera alguna puede ser fijado a título de compensación por
las reservas sociales. Su importe no puede exceder del valor de una cuota social
(art. 18, ley 20.337).

429 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Los asociados tienen libre acceso a las constancias del registro de asociados,
y cualquier información sobre tales datos debe ser requerida al síndico de la
cooperativa.

Los asociados pueden retirarse voluntariamente en la época establecida en el


estatuto, o en su defecto, al finalizar el ejercicio social, dando aviso con treinta
días de anticipación.

La sociedad cooperativa goza del natural derecho disciplinario para


salvaguardar el bien común, y en tal sentido, ante el grave incumplimiento de las
obligaciones por parte de un asociado, puede llegar a excluirlo, sanción que
deberá hacer efectiva el consejo de administración y que puede ser apelada ante
la asamblea en todos los casos (art. 23, ley 20.337), debiendo el estatuto
establecer los efectos del recurso ante el órgano de gobierno. Solo agotados los

OM
trámites estatutarios nace el derecho del asociado para recurrir a la justicia, a
través de la acción impugnatoria prevista por el art. 62 de la ley 20.337. La
exposición de motivos de dicho ordenamiento ha justificado el derecho de los
asociados de defender su posición, con el argumento de que "esta elemental
garantía del derecho de defensa es necesaria porque en la práctica estatutaria
la exclusión es siempre resuelta por el consejo de administración". De manera
tal que la intención del legislador ha sido claramente dirigida a tutelar los
.C
derechos del asociado frente a eventuales excesos del órgano de
administración.

Sin embargo, el consejo de administración puede adoptar otras medidas


DD

disciplinarias de menor gravedad a la exclusión, como la suspensión en el uso


de los servicios por un plazo determinado.

El asociado excluido solo tiene derecho al reembolso del valor nominal de los
aportes ingresados.
LA
FI

§ 257. EL CAPITAL Y LAS CUOTAS SOCIALES. RÉGIMEN DE APORTES

El capital social de las sociedades cooperativas se divide en cuotas sociales,


indivisibles y de igual valor. Las cuotas sociales deben constar en acciones
representativas de una o más cuotas, que revisten el carácter de nominativas


(art. 24, ley 20.337).

Las cuotas sociales deben integrarse al ser suscriptas, como mínimo en un


5% si es en dinero en efectivo, y completarse la integración dentro del plazo de
cinco años de la suscripción. Si se aportan bienes no dinerarios susceptibles de
ejecución forzada, las cuotas deben integrarse en su totalidad. De la valuación
de estos últimos son responsables en forma solidaria los fundadores y
consejeros hasta su aprobación por la asamblea constitutiva. Si los aportes de
bienes en especie son efectuados posteriormente al acto fundacional, su
valuación se efectuará por acuerdo entre el asociado aportante y el consejo de

430 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


administración, para su posterior consideración por la asamblea de asociados
(art. 28, ley 20.337).

Cuando para la transferencia del aporte se requiera la inscripción en un


registro, esta se hará preventivamente a nombre de la cooperativa en formación
(art. 28, in fine, ley 20.337).

El asociado que no integra las cuotas sociales suscriptas incurre en mora por
el mero vencimiento del plazo y debe resarcir los daños e intereses. La mora
comporta la suspensión de los derechos sociales. El estatuto puede establecer
también que se produzca la caducidad de los derechos societarios del asociado
moroso. En este caso, la sanción producirá sus efectos previa intimación a
integrar en un plazo no menor a quince días, bajo apercibimiento de la pérdida
de las sumas abonadas. Sin perjuicio de ello, la cooperativa puede optar por

OM
exigir el cumplimiento del contrato de suscripción.

Las cuotas sociales pueden ser suscriptas en copropiedad entre varios


asociados, en cuyo caso se aplican las normas que sobre condominio prevé
el Código Civil y Comercial de la Nación (arts. 2011 a 2036), pero la sociedad
puede exigir la unificación de la representación para el ejercicio de determinados
derechos y obligaciones sociales.
.C
En cuanto al régimen de transferencia, las cuotas sociales solo pueden ser
transferidas entre los asociados y con acuerdo del consejo de administración, en
las condiciones que determine el estatuto, pues como bien lo explica el profesor
DD

Eduardo Favier Dubois (h), la transferencia a terceros extraños a la sociedad


carece de sentido, en la medida en que, siendo libre el acceso a ella, no hay
obstáculos para hacerlo siempre y cuando reúna las condiciones previstas en el
estatuto.
LA

Siendo el capital social de la cooperativa por naturaleza variable, a los fines


de permitir las altas y bajas de los asociados, el procedimiento para la formación
o el aumento del capital puede ser previsto por el estatuto, en proporción con el
uso real o potencial de los servicios sociales.
FI

El consejo de administración, sin excluir asociados, puede ordenar en


cualquier momento la reducción del capital en proporción al número de sus
respectivas cuotas sociales. Si la reducción es consecuencia de la exclusión, se
requiere decisión de la asamblea.


También puede llevarse a cabo la reducción del capital ante el retiro de


asociados, en cuyo caso el estatuto puede limitar el reembolso anual de las
cuotas sociales a un monto no menor del 5% del capital integrado conforme al
último balance aprobado. Los supuestos que no puedan ser atendidos con dicho
porcentaje lo serán en los ejercicios siguientes por orden de antigüedad y las
cuotas sociales pendientes de reembolso devengarán un interés equivalente al
50% de la tasa fijada por el Banco Central de la República Argentina para los
depósitos en caja de ahorro (arts. 31 y 32). Finalmente, la reducción del capital
social puede producirse por el ejercicio del derecho de receso por parte de los
asociados, que solo puede ejercerse en caso de cambio sustancial del objeto

431 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


social (art. 60) o en caso de muerte de uno de los asociados, cuando el estatuto
prevea determinadas condiciones personales o profesionales para acceder al
carácter de asociado, lo cual ocurre por lo general en cooperativas de trabajo o
servicios profesionales.

Las pautas establecidas por los arts. 31 y 32 de la ley 20.337 para el reembolso
de las cuotas sociales están sujetas a una importante limitación que prevé el art.
33 del mismo ordenamiento legal, en cuanto dispone que ninguna liquidación
definitiva de cuentas en favor del asociado puede ser practicada sin haberse
descontado previamente todas las deudas que tuviera con la cooperativa. Sobre
el particular, debe también tenerse en cuenta que el reembolso del valor de las
cuotas sociales integradas a los asociados no comprende las reservas, que son
irrepartibles, pues el uso desinteresado de ellas constituye uno de los pilares
básicos del cooperativismo que tiende a asegurar la conservación, afianzamiento

OM
y desarrollo de la entidad.

En cuanto a las acciones que representan a las cuotas sociales, estas deben
ser nominativas y no pueden ser divididas en clases o categorías (arts. 2º, inc.
3º, y 42). El estatuto debe establecer las formalidades de las acciones, aunque
son esenciales las siguientes menciones:
.C
a) Denominación, domicilio, fecha y lugar de constitución de la cooperativa.

b) Mención de la autorización para funcionar y de las inscripciones previstas


por la ley.
DD

c) Número y valor nominal de las cuotas que representan.

d) Número correlativo de orden y fecha de emisión.


LA

e) Firma autógrafa del presidente, un consejero y síndico.

Las acciones pueden ser objeto de relaciones jurídicas, haciendo solo


referencia la ley 20.337 a la compraventa, condominio, prenda y embargo,
previendo expresamente para estos dos últimos supuestos que ellos no pueden
FI

afectar el ejercicio de los derechos del asociado (art. 34), lo que significa que
este sigue conservando todos los derechos inherentes a su calidad de tal. Sin
embargo, el silencio de la ley no impide la constitución de usufructo sobre
acciones de cooperativas, que se regirá por lo dispuesto por el art. 218 de la ley
19.550. Todos esos actos deben ser inscriptos en el libro de Registro de


Asociados para su oponibilidad a la sociedad y a terceros.

§ 258. CONTABILIDAD Y EJERCICIO SOCIAL

La contabilidad de la sociedad cooperativa debe ser llevada en idioma


nacional y con arreglo a lo dispuesto por el art. 325 del Cód. Civ. y Com. y,

432 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


además de los libros obligatorios prescriptos por el art. 322 del citado
ordenamiento legal (Diario y de Inventario o Balances), deberá llevar los
siguientes:

a) Libro de Registro de Asociados.

b) Libro de Actas de Asambleas.

c) Libro de Actas de Reuniones del Consejo de Administración.

d) Libro de Informes de Auditoría.

El Instituto Nacional de Acción Cooperativa y Mutual (INACYM) está a cargo


de la rubricación de aquellos libros y puede autorizar por resolución fundada, en

OM
cada caso, el empleo de medios mecánicos y libro de hojas movibles en
reemplazo o complemento de los indicados (art. 38, ley 20.337).

Anualmente, la sociedad deberá confeccionar inventario, balance general,


estado de resultados y demás cuadros anexos, cuya presentación deberá
ajustarse a la reglamentación establecida por la autoridad de control (res. 503 de
la INAC —hoy INACYM— del 19 de septiembre de 1977), sin perjuicio de los
.C
regímenes específicos establecidos para determinadas actividades. Los estados
contables de la cooperativa deben incluir una memoria anual del consejo de
administración, que debe contener una descripción del estado de la cooperativa
con mención de los diferentes sectores en que opera, actividad registrada y los
DD

proyectos en curso de ejecución, debiendo hacerse especial referencia a los


gastos e ingresos, cuando no estuvieran discriminados en el estado de
resultados o cuadros anexos, la relación económico-social con la cooperativa de
grado superior a que estuviera asociada, con mención del porcentaje de
operaciones que celebra con ella y las sumas invertidas en educación y
LA

capacitación cooperativas, con indicación de la labor desarrollada o mención de


la cooperativa de grado superior o institución especializada a la cual se
remitieron los fondos respectivos (arts. 39 y 40).

Toda esa documentación, junto con los informes del síndico y auditor deben
FI

ser puestos a disposición de los asociados en la sede, sucursales o cualquier


otra representación permanente de la cooperativa y remitidas a la autoridad de
control (INACYM), con no menos de quince días de anticipación a la realización
de la asamblea que los considerará. Si esos documentos fueran modificados por
la asamblea, se remitirán nuevas copias al organismo de aplicación dentro de


los treinta días de clausurada la asamblea.

Independientemente del derecho de los asociados al control de la


documentación contable de la cooperativa, estos tienen libre acceso a las
constancias del libro de asociados (art. 21) y la información sobre los demás
libros debe ser solicitada a la sindicatura.

433 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 259. LOS RESULTADOS DEL EJERCICIO. LOS EXCEDENTES REPARTIBLES. LOS
RETORNOS

La utilización de los servicios cooperativos genera para el asociado lo que en


cooperativismo se denomina la percepción del retorno, que es el derecho
inherente a los asociados que han operado con la entidad. Sin embargo, debe
diferenciarse entre el disfrute de los excedentes repartibles, que son aquellos
que provienen de la diferencia entre el costo y el precio del servicio, y que
alcanza a todos los asociados, hayan o no hecho uso de los servicios de la
cooperativa, a través de los fondos instituidos por la ley, de los retornos
repartibles solo entre quienes operaron con la cooperativa. En el caso de los
aludidos fondos, que serán detallados en el párrafo siguiente, si bien el beneficio
no se constituye en una ventaja en dinero que ingresa al patrimonio particular de
los asociados, configura un beneficio en la medida en que contribuyen a

OM
robustecer y a consolidar los principios del cooperativismo. Los retornos, por su
parte, son el remanente de los excedentes repartibles que benefician
exclusivamente a quienes han operado con la cooperativa y cuyo régimen se
adapta a la naturaleza de cada cooperativa (art. 42, ley 20.337).

Pero no deben confundirse los retornos de las utilidades previstas por la ley
19.550, pues el primero se realiza en tanto el asociado haya operado y solo en
.C
proporción con esta operatoria, mientras que en el régimen societario, la
distribución de utilidades se relaciona con la participación societaria de cada uno
de los socios, que determina su cuantía. Con otras palabras: mientras que en las
cooperativas se lo determina con base en el uso del servicio, en las sociedades
DD

se lo estima con base en el capital aportado. En otras palabras, el retorno


cooperativo es la consecuencia de la inferioridad del costo operativo en relación
con el precio del mercado, mientras que el dividendo es el rédito del capital.

El destino de los excedentes repartibles es, siguiendo las pautas del art. 42 de
LA

la ley 20.337, el siguiente:

a) El 5% a reserva legal.

b) El 5% al fondo de acción asistencial y laboral o para estímulo del personal.


FI

c) El 5% al fondo de educación y capacitación cooperativa.

d) Una suma indeterminada para pagar un interés a las cuotas sociales de los
asociados, en caso de expresa autorización estatutaria, que no puede exceder


en más de un punto al que cobra el Banco de la Nación Argentina en sus


operaciones de descuento, que solo se abonarán si hay excedentes.

El resto de los excedentes se distribuirá de la siguiente manera, en concepto


de retorno para los asociados:

1. En las cooperativas o secciones de consumo de bienes o servicios, en


proporción al consumo hecho por cada asociado.

434 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


2. En las cooperativas de producción o de trabajo, en proporción al trabajo
efectivamente prestado por cada uno.

3. En las cooperativas o secciones de adquisición de elementos de trabajo, de


transformación y de comercialización de productos en estado natural o
elaborados, en proporción al monto de las operaciones realizadas por cada
asociado.

4. En las cooperativas o secciones de crédito, en proporción al capital aportado


o a los servicios utilizados, según lo establezca el estatuto.

5. En las demás cooperativas o secciones, en proporción a las operaciones


realizadas o a los servicios utilizados por cada asociado.

OM
La asamblea puede resolver que el retorno y los intereses, en su caso, se
distribuyan total o parcialmente en cuotas sociales (art. 44, ley 20.337).

En caso de excedentes generados por prestación de servicios a no asociados,


ellos se destinan a una cuenta especial de reserva (art. 42, in fine, ley 20.337).

En todos los casos, los resultados de la cooperativa deben determinarse por


.C
secciones y no podrán distribuirse excedentes sin compensar previamente los
quebrantos de las secciones que hubieren arrojado pérdidas. Si se utilizaron
reservas para compensar quebrantos, no se podrán distribuir excedentes sin
haberlas reconstituido al nivel anterior a su utilización y tampoco podrán
DD

distribuirse excedentes sin haberse compensado las pérdidas de ejercicios


anteriores.
LA

§ 260. EL ÓRGANO DE GOBIERNO DE LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS. LAS


ASAMBLEAS
FI

Las asambleas de las sociedades cooperativas pueden ser ordinarias o


extraordinarias. El criterio para distinguirlas no depende de las materias de su
competencia, como sucede en las sociedades anónimas, sino de la fecha de su
celebración.


Las asambleas ordinarias son aquellas que deben celebrarse dentro de los
cuatro meses siguientes a la fecha del cierre del ejercicio para considerar los
estados contables y elegir consejeros y síndico, sin perjuicio de los demás
asuntos incluidos en el orden del día, que pueden ser de cualquier índole y
contenido. Son asambleas extraordinarias todas las restantes, y tendrán lugar
cada vez que lo disponga el consejo de administración, el síndico o cuando lo
soliciten asociados cuyo número equivalga al 10% del total, salvo que el estatuto
exigiere un porcentaje mayor, en cuyo caso dicha asamblea deberá realizarse
dentro del plazo previsto por el estatuto. Sin embargo, el consejo de
administración puede denegar el pedido incorporando los asuntos que lo motivan

435 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


al correspondiente orden del día de la asamblea ordinaria cuando esta se realice
dentro de los noventa días de la fecha de presentación de la solicitud (art. 47, in
fine, ley 20.337).

También pueden ser convocados por el órgano de control, de oficio, cuando


se comprobaran irregularidades graves y se estimara indispensable para
normalizar el funcionamiento de la cooperativa (art. 100, inc. 5º, ley 20.337). En
cuanto a la autoconvocatoria por la misma asamblea, tal posibilidad viene
impuesta por el art. 158 del Cód. Civ. y Com., así como la posibilidad de efectuar
reuniones a distancia por parte de los órganos colegiados, norma que resulta
aplicable a todas las personas jurídicas, salvo disposición en contrario de la ley
20.337, que nada dice sobre la autoconvocatoria o las reuniones a distancia (art.
150, inc. 1º, Cód. Civ. y Com.).

OM
Son de competencia exclusiva del órgano de gobierno de la sociedad
cooperativa, siempre que el asunto figure en el orden del día, la consideración
de los siguientes temas:

1. Aprobación de la memoria, balance general, estado de resultados, demás


cuadros anexos, informe del síndico y del auditor.
.C
2. Distribución de los excedentes.

3. Fusión o incorporación.
DD

4. Disolución de la sociedad cooperativa.

5. Cambio del objeto social.

6. Participación en la sociedad cooperativa de personas jurídicas de carácter


LA

público, entes descentralizados y empresas del Estado.

7. Asociación con otras personas de carácter jurídico.

Sin perjuicio de ello, el art. 58 de la ley 20.337 establece que el estatuto puede
FI

disponer que otras resoluciones, además de las indicadas, queden reservadas a


la competencia exclusiva de la asamblea, por lo que la competencia de las
asambleas queda establecida, salvo los temas antes descriptos que no pueden
ser delegados en otros órganos, a la exclusiva voluntad de los fundadores en el
acto constitutivo, con excepción de la dirección de las operaciones sociales, que


está exclusivamente en manos del consejo de administración.

La designación de los consejeros y síndicos es también tema de competencia


de las asambleas (ordinarias), así como su remoción con o sin causa, que puede
ser incluso resuelta, aunque el tema no figure en el orden del día, si es
consecuencia directa de asunto incluido en él.

Las asambleas deben ser convocadas con quince días de anticipación por lo
menos, en la forma prevista por el estatuto, debiendo la convocatoria incluir el

436 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


orden del día a considerar. Con la misma anticipación deben ser comunicadas a
la autoridad de aplicación y al órgano local competente.

La ley 20.337 no exige obligatoriamente la publicación de edictos para hacer


conocer la convocatoria a asambleas, que debe ser notificada por los medios
más idóneos que el consejo de administración estime corresponder en procura
de una mayor asistencia de los asociados al acto asambleario. La autoridad de
control ha dictado al respecto la res. 493 del 14 de julio de 1987, reglamentando
el procedimiento que deben seguir las cooperativas cuyos estatutos
establecieran que los asociados serán citados por escrito a las asambleas, sin
especificar el medio a través del cual se efectuará la convocatoria, autorizando
la publicación de avisos en un lugar bien visible de la sede social o sucursales,
publicando avisos en los diarios de mayor circulación o de publicaciones legales,
notificando telegráficamente a cada uno de los asociados o efectuando tal

OM
notificación en forma personal. Las cooperativas que cuenten con un número de
asociados superior a los cinco mil deberán publicar la convocatoria por dos días
en uno de los diarios de mayor circulación correspondiente al lugar de su
domicilio legal y en cada uno de sus distritos.

Las asambleas deben reunirse en la sede social o en el lugar que corresponda


a la jurisdicción del domicilio social y se realizan válidamente, sea cual fuere el
.C
número de asistentes, una hora después de la fijada en la convocatoria, si antes
no se hubiera reunido la mitad más uno de los asociados. Cuando el número de
asociados supere los cinco mil, la asamblea será constituida por delegados
elegidos en asambleas electorales del distrito, en las condiciones que determine
DD

el estatuto y el reglamento. El cargo de delegado se considerará vigente hasta


la siguiente asamblea ordinaria, esto es, subsisten para las asambleas
extraordinarias que hubiese en el ínterin.

La ley 20.337 autoriza el voto por poder, salvo expresa prohibición contenida
LA

en el estatuto. El mandato debe recaer en un asociado y este no puede


representar más de dos. Si bien la normativa legal no establece los requisitos
formales de los instrumentos de apoderamiento, parece evidente concluir que
debe ser otorgado por escrito, conclusión que viene impuesta por el art. 50 de
la ley 20.337 cuando se refiere al régimen de credenciales para los delegados
FI

electos en las asambleas electorales de distrito que deben participar de la


asamblea de delegados.

Las resoluciones se adoptarán por simple mayoría de los presentes en el


momento de la votación, salvo las previsiones de la ley o el estatuto para


decisiones que requieran mayor número, pero es necesaria la mayoría de los


dos tercios de los asociados presentes en el momento de la votación para
resolver el cambio del objeto social, la fusión o la incorporación y la disolución.

Los consejeros, síndicos, gerentes y auditores tienen voz en las asambleas,


pero no pueden votar sobre la memoria, el balance y los demás asuntos
relacionados con su gestión ni acerca de las resoluciones referentes a su
responsabilidad. Tampoco podrán representar a otros asociados.

437 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Una vez constituida la asamblea, los asociados deben considerar todos los
puntos del orden del día, sin perjuicio de pasar a cuarto intermedio una o más
veces dentro de un plazo total de treinta días, especificando, en cada caso, día,
hora y lugar de reanudación. Dicho plazo puede ser ampliado por la autoridad de
control, cuando las circunstancias lo aconsejen. Se confeccionará acta de cada
reunión.

El cambio sustancial del objeto social otorga el derecho de receso a los


asociados que no votaron favorablemente, el cual deberá ser ejercido dentro del
quinto día de clausurada la asamblea y por los ausentes dentro de los 30 días
de esa fecha. El reembolso de las cuotas sociales por esta causa se efectuará
dentro de los noventa días de notificada la voluntad de preceder y la sociedad
no podrá limitar su pago al porcentaje establecido por el art. 31 de la ley 20.337.

OM
§ 261. IMPUGNACIÓN DE LAS ASAMBLEAS Y DE LAS DECISIONES ASAMBLEARIAS

Las decisiones de la asamblea que se ajustan con la ley, el estatuto y el


.C
reglamento, son obligatorias para todos los asociados, salvo para aquellos que
hayan ejercido el derecho de receso (art. 61, ley 20.337).

Sin embargo, cuando la resolución de la asamblea es violatoria de la ley,


DD

estatuto o reglamento, puede ser impugnada de nulidad por consejeros,


síndicos, autoridad de aplicación, órgano social competente y asociados
ausentes o que no votaron favorablemente. También pueden impugnarla
quienes votaron favorablemente, si su voto es anulable por vicios de la voluntad
o la norma violada es de orden público (art. 62). La acción se promoverá contra
LA

la sociedad cooperativa por ante el juez competente dentro de los noventa días
de clausurada la asamblea.

Con una redacción muy similar a la prevista por el art. 251 de la ley 19.550, el
ordenamiento legal cooperativo prevé la facultad de los asociados que no
FI

contribuyeron a formar la voluntad social y la obligación de los consejeros y


síndicos, para impugnar judicialmente los actos asamblearios contrarios al
estatuto legal y societario, ejerciendo el derecho de adecuar el funcionamiento
de la sociedad a los parámetros sociales, a través de una acción social, esto es,
promovida en exclusivo interés de la cooperativa.


Los asociados que no votaron favorablemente la resolución o asamblea


atacada de nulidad no pierden legitimación cuando se trata de una sociedad
cooperativa en cuyo acto asambleario hayan intervenido delegados, por haber
excedido la cooperativa el número de asociados previsto por el art. 50 de la ley
20.337, pues el hecho de que por motivos de viabilidad operativa, las asambleas
de estas sociedades tengan lugar por medio de delegados no puede importar la
ausencia de legitimación que el art. 62 confiere a los asociados para impugnar
de nulidad las decisiones.

438 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La doctrina y la jurisprudencia han calificado al plazo para la promoción de
acciones impugnatorias de acuerdos asamblearios como de caducidad. Por
nuestra parte, entendemos que se trata de un típico caso de prescripción, atento
a la redacción del último párrafo del art. 62 de la ley 20.337, que no subordina la
promoción de la acción a ninguna actuación previa del impugnante, que es
precisamente lo que distingue a la prescripción de la caducidad.

El trámite de la acción de nulidad se rige, ante la ausencia de normas


específicas procesales, por la ley 20.337, por los arts. 15 y 251 a 253 de la ley
19.550 (art. 150, inc. c], Cód. Civ. y Com.), esto es, la procedencia de la vía
sumaria, las medidas cautelares específicas previstas para esta particular
demanda, la suspensión del procedimiento en caso de pluralidad de acciones y
la designación de un representante ad hoc de la cooperativa cuando la demanda
haya sido promovida por la totalidad de los consejeros. Del mismo modo, es

OM
plenamente aplicable al caso la responsabilidad de los consejeros, síndicos y
asociados que votaron favorablemente la decisión asamblearia nula por los
daños y perjuicios provocados a la sociedad, por tratarse de un claro ejemplo de
responsabilidad previsto por el ordenamiento común, así como la posibilidad de
que un acuerdo asambleario posterior pueda revocar la decisión atacada de
nulidad, a los efectos de evitar el agravamiento de los perjuicios ocasionados por
la resolución nula.
.C
La procedencia de la acción prevista por el art. 62 de la ley 20.337 ha sido
incluso admitida en casos en que el órgano de gobierno de la sociedad
cooperativa haya ratificado la exclusión de determinados consejeros del órgano
DD

de administración de la sociedad, descartando nuestros tribunales la


procedencia de la acción de amparo por ellos promovida, tendiente a obtener su
reposición en los respectivos cargos. Se argumentó al respecto, con todo acierto,
que la acción prevista por el art. 43 de la Constitución Nacional solo es admisible
en la medida en que no exista un medio judicial más idóneo y para lograr tal
LA

objetivo la vía prevista por el art. 62 de la ley 20.337 resulta suficiente, apta y
adecuada.
FI

§ 262. EL ÓRGANO DE ADMINISTRACIÓN DE LA SOCIEDAD COOPERATIVA. EL CONSEJO


DE ADMINISTRACIÓN


El órgano de administración de las sociedades cooperativas es el consejo de


administración, órgano de carácter colegiado y cuyos miembros son elegidos por
la asamblea con la periodicidad, forma y número previstos en el estatuto. Su
número no puede ser menor de tres. Los consejeros deben ser asociados (art.
63, ley 20.337).

La duración en el cargo de consejeros no puede exceder de tres ejercicios y


son reelegibles, salvo expresa prohibición del estatuto, el cual puede establecer
la elección de consejeros suplentes para subsanar la vacancia en el órgano de
administración, por cualquier causa. Salvo disposición en contrario, el cargo de

439 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


los suplentes que reemplazarán a los titulares durará hasta la primera asamblea
ordinaria. Si el estatuto nada dijera sobre el particular, y se produjeran vacantes
en el consejo, el síndico designará a los reemplazantes hasta la reunión de la
primera asamblea, cualquiera que fuese la naturaleza de esta (art. 65, ley
20.337).

Los consejeros pueden hacer uso de los servicios sociales en igualdad de


condiciones con los demás asociados (art. 5º, ley 20.337).

§ 263. PROHIBICIONES E INCOMPATIBILIDADES DE LOS CONSEJEROS

OM
En cuanto a las prohibiciones e incompatibilidades, ellas son análogas a las
que establece la ley 19.550 para los directores de las sociedades anónimas, ya
que no pueden ser consejeros los fallidos hasta después de transcurridos los
plazos previstos por el art. 64, inc. 1º, de la ley 20.337, computado desde su
rehabilitación, los condenados a ciertos delitos contra la propiedad y las
personas que perciben sueldo, honorarios o comisiones de la cooperativa, salvo
.C
en las de producción y trabajo.

La resolución del INAC (hoy INACYM) 94 del 13 de febrero de 1980 ha


considerado comprendidas dentro de las incompatibilidades previstas por el art.
DD

64, inc. 3º, de la ley 20.337 para integrar el consejo de administración de las
cooperativas de segundo grado a quienes dicha norma prohíbe ser consejero de
la cooperativa de primer grado, asociada a la primera, con la excepción de las
cooperativas de trabajo.
LA

Los consejeros que tuvieran un interés contrario al de la cooperativa en una


operación determinada, deberán hacerlo saber al consejo de administración y al
síndico y abstenerse de intervenir en la deliberación y votación.

Tampoco pueden efectuar operaciones por cuenta propia o de terceros en


FI

competencia con la cooperativa.




§ 264. REMUNERACIÓN DE LOS CONSEJEROS

En materia de remuneración de los integrantes del consejo de administración,


la norma del art. 261 de la ley 19.550 resulta inaplicable, atento a que ella vincula
a dicha retribución con las ganancias distribuibles del ejercicio, lo que no es
compatible con la naturaleza de las sociedades cooperativas. El régimen de
remuneración viene impuesto por el art. 67 de la ley 20.337 en cuanto dispone
que, mediando resolución de la asamblea, puede ser retribuida la labor personal
efectuada por los consejeros en cumplimiento de la actividad institucional,

440 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


siéndoles también reconocidos los gastos efectuados en el ejercicio del cargo
(art. 67, ley 20.337).

Ello no implica autorizar la fijación por una asamblea de una retribución


desproporcionada con los excedentes repartibles o con la efectiva labor
desarrollada por los consejeros. Tal actuación sería impugnable en los términos
del art. 62 de la ley en análisis.

§ 265. RÉGIMEN DE RENUNCIA Y REMOCIÓN. INTERVENCIÓN JUDICIAL

OM
En cuanto a la renuncia de los consejeros, esta debe ser presentada al órgano
de administración siempre que no afectara su regular funcionamiento. En caso
contrario, el renunciante deberá continuar en funciones hasta tanto la asamblea
se pronuncie.

Los consejeros pueden ser removidos en cualquier tiempo por resolución de


asamblea sin invocación de causa. También pueden ser removidos con justa
.C
causa incluso cuando tal decisión no figure en el orden del día, si es
consecuencia directa de asunto incluido en él. Del mismo modo, la remoción con
causa de uno o varios consejeros puede ser pedida por un asociado, en acción
judicial que también puede ser promovida por la autoridad de control. Rigen al
DD

respecto las normas previstas por los arts. 113 y siguientes de la ley 19.550 en
materia de suspensión provisoria o intervención judicial, y no existiendo
incompatibilidad con los principios propios del cooperativismo, nada impide la
aplicación en este punto de las pautas propias de la intervención societaria
común. Por otro lado, la intervención judicial de las sociedades cooperativas ha
LA

sido expresamente prevista por el art. 100, inc. b), de la ley 20.337, entre las
facultades de la autoridad de control, en caso de que los órganos de la
cooperativa realicen actos o incurran en omisiones que importen un riesgo grave
para su existencia.
FI

§ 266. FUNCIONAMIENTO DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN




Si bien el estatuto debe establecer las reglas de funcionamiento del consejo


de administración, este debe reunirse por lo menos una vez al mes y cuando lo
requiera cualquiera de sus miembros. La convocatoria se hará en este último
caso por el presidente para reunirse dentro del sexto día de recibido el pedido.
En su defecto, podrá convocarla cualquiera de los consejeros.

El quorum en las reuniones del consejo de administración será de más de la


mitad de los consejeros, como mínimo, y las decisiones se adoptarán por
mayoría. Las actas deben ser firmadas por el presidente y un consejero, y

441 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


deberán labrarse en el libro de actas de reuniones del consejo de administración,
cuya teneduría impone obligatoriamente el art. 38, inc. 2º, de la ley 20.337. La
solución prevista por el art. 69, in fine, de dicha ley, en cuanto no obliga a todos
los directores presentes a suscribir el acta, sino solo a uno de ellos juntamente
con el presidente, es sumamente cuestionable, pues impide probar con la sola
constancia del libro la existencia del quorum requerido como requisito de validez
de la reunión.

Las decisiones del consejo de administración pueden ser impugnadas de


nulidad por los asociados, síndicos y consejeros disidentes. La ley 20.337 nada
dice sobre tal cuestión, pero ella debe aceptarse por los mismos e idénticos
fundamentos que tornan admisible la acción de nulidad de las decisiones del
directorio de las sociedades anónimas.

OM
§ 267. FUNCIONES DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN

El consejo de administración tiene a su cargo la dirección de las operaciones


.C
sociales, dentro de los límites que fije el estatuto, con aplicación supletoria de las
normas del mandato. Ello no supone descartar la aplicación al consejo de los
principios que gobiernan la teoría organicista que caracteriza en la ley 19.550 a
la administración de toda sociedad comercial, y conforme a la cual no existe una
DD

relación de mandato entre la cooperativa y sus administradores, sino que es la


sociedad misma que actúa frente a terceros a través de ellos. En otras palabras,
la administración de las sociedades cooperativas está a cargo del consejo de
administración, que es un órgano necesario, pluripersonal, permanente y
colegiado, y las normas del mandato solo son aplicables en cuanto no
LA

contradigan la noción de órgano.

La delegación de funciones específicas por parte del consejo de


administración está prevista en los arts. 71 y 72 de la ley 20.337, los cuales
disponen que el estatuto o reglamento puede instituir un Comité Ejecutivo o
FI

"Mesa Directiva" integrado por consejeros, para asegurar la continuidad de la


gestión ordinaria. Esta institución no modifica las obligaciones y
responsabilidades de los consejeros.

Asimismo, y aun sin autorización del estatuto, el consejo de administración




puede designar gerentes, de quienes no se requiere el título de asociado y a


quienes pueden encomendarse las funciones ejecutivas de la administración.
Responden ante la cooperativa y los terceros por el desempeño de su cargo en
la misma extensión y forma que los consejeros, y su designación no excluye la
responsabilidad de aquellos.

442 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 268. REPRESENTACIÓN DE LA SOCIEDAD COOPERATIVA

La representación de la sociedad cooperativa corresponde al presidente del


consejo de administración, aunque el estatuto puede disponer la actuación de
uno o más consejeros (art. 73, ley 20.337), los cuales nunca pueden desplazar
la representación que, por expresa disposición legal, corresponde a aquel.

La actuación del representante legal de la sociedad o de los consejeros que


han sido elegidos para actuar en nombre de la sociedad obligan a la cooperativa
por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social y este
régimen se aplica aun en infracción de la representación plural, si se tratara de
obligaciones contraídas mediante títulos valores, por contratos entre ausentes,
de adhesión o concluidos mediante formularios, salvo cuando el tercero tuviera
conocimiento efectivo de que el acto se celebra en infracción de la

OM
representación plural. Esta consecuencia legal respecto de los terceros no afecta
la validez interna de las restricciones estatutarias y la responsabilidad por su
infracción (art. 73, ley 20.337).

Se trata de un régimen idéntico al previsto por el art. 58 de la ley


19.550, aplicable a todo representante de una sociedad comercial, por lo que
corresponde remitir a lo expuesto en el capítulo XI. Lo expuesto, sin embargo, y
.C
como acontece también en los entes societarios mercantiles, no impide
considerar obligada a la sociedad cuando la conducta de los órganos de la
cooperativa ha sido idónea para crear una apariencia en la atribución de las
facultades que invocan quienes contrajeran la obligación cambiaria en
DD

representación de ella, si la misma sociedad pudo haber impedido que estos


cumplieran una actuación idónea para crear una apariencia de la que los terceros
pudieran prevalerse y generar la certidumbre de que la cooperativa quedaba
convencionalmente obligada.
LA

La actuación del consejo de administración debe encuadrarse dentro del


objeto social, siendo inoponible a la sociedad cualquier acto que lo exorbite
notoriamente. Entre tales actos se encuentran el otorgamiento de garantías a
terceros o cualquier otro que implique una liberalidad y que no esté relacionada
directa o indirectamente con el objeto social.
FI


§ 269. RESPONSABILIDAD DE LOS CONSEJEROS

Es aplicable a los consejeros de administración el régimen de responsabilidad


previsto por los arts. 59, 274 a 279 de la ley 19.550 (art. 118, ley 20.337), salvo
en lo que se refiere al régimen de exención previsto por el último párrafo de la ley
19.550, el cual, como se sabe, exime de responsabilidad al director que participó
en la deliberación o resolución que la conoció, si deja constancia escrita de su
protesta y diere noticia al síndico antes de que su responsabilidad se denuncie
al directorio, al síndico, a la asamblea, a la autoridad competente o se ejerza la
acción judicial.

443 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En materia de sociedades cooperativas, el régimen de exención es menos
riguroso, pues ante tales circunstancias basta que los consejeros prueben no
haber participado en la reunión que adoptó la resolución impugnada o la
constancia en acta de su voto en contra (art. 74, ley 20.337), sin exigirse
denuncia alguna ni otra actividad.

§ 270. EL RÉGIMEN DE FISCALIZACIÓN PRIVADA DE LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS

La fiscalización privada de las sociedades cooperativas se encuentra a cargo


de uno o más síndicos, sujeto al siguiente régimen:

OM
a) Deben ser asociados.

b) Son elegidos y removidos por la asamblea de asociados, quien debe elegir


igual número de suplentes.

c) Su duración en el cargo no puede exceder de tres ejercicios.


.C
d) Son reelegibles si lo autoriza el estatuto.

e) Responden por el cumplimiento de las obligaciones que les impone la ley y


DD

el estatuto.

No se requiere título profesional habilitante para desempeñar tal cargo.

Cuando el estatuto prevea la actuación de más de un síndico, este debe fijar


LA

un número impar y en tal caso actuarán como cuerpo colegiado, bajo la


denominación de comisión fiscalizadora, debiendo el estatuto reglar su
constitución y funcionamiento y labrarse actas de cada reunión en un libro
especialmente llevado al efecto.
FI

No pueden ser síndicos quienes se hallen inhabilitados para ser consejeros,


así como tampoco los cónyuges y los parientes de los consejeros y gerentes por
consanguinidad o afinidad hasta el segundo grado inclusive.

Los síndicos pueden ser remunerados por decisión de la asamblea, por el




trabajo personal realizado en cumplimiento de sus funciones. Del mismo modo,


también puede hacer uso de los servicios sociales en igualdad de condiciones
con los demás asociados.

Son atribuciones del síndico, sin perjuicio de las que conforme a sus funciones
le confieren la ley y el estatuto, las enumeradas en el art. 79 de la ley 20.337, esto
es:

1. Fiscalizar la administración de la sociedad, a cuyo efecto podrá examinar


los libros y documentos sociales, siempre que lo juzgue conveniente.

444 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


2. Convocar, previo requerimiento al consejo de administración, a asamblea
extraordinaria cuando lo juzgue necesario y a asamblea ordinaria cuando omita
hacerlo el consejo una vez vencido el plazo de ley.

3. Verificar periódicamente el estado de caja y la existencia de títulos y valores


de toda especie.

4. Asistir con voz a las reuniones del consejo de administración.

5. Verificar y facilitar el ejercicio de los derechos de los asociados.

6. Informar por escrito sobre todos los documentos presentados por el consejo
de administración a la asamblea ordinaria.

OM
7. Hacer incluir en el orden del día de la asamblea los puntos que considere
procedentes.

8. Designar consejeros en caso de vacancia.

9. Vigilar las operaciones de liquidación.


.C
10. En general, velar para que el consejo de administración cumpla la ley, el
estatuto, el reglamento y las resoluciones asamblearias.

El síndico debe ejercer sus funciones de modo que no entorpezca la


DD

regularidad de la administración social. Si las decisiones del consejo de


administración fueran violatorias de la ley, estatuto o reglamento, el síndico tiene
el derecho de observarlas, debiendo especificar en todo caso y en forma
concreta las disposiciones que considere transgredidas (art. 79, in fine, ley
20.337).
LA

Ante tales irregularidades, el síndico debe documentar sus observaciones o


requerimientos y, agotadas las gestiones internas para adecuar la actuación del
consejo de administración a los parámetros legales y estatutarios, con resultado
infructuoso, debe informar sobre tales hechos a la autoridad de control y al
FI

órgano social competente. La constancia de su informe cubre su responsabilidad


(art. 80, in fine, ley 20.337).


§ 271. LA AUDITORÍA

La sociedad cooperativa debe contar, desde su constitución y hasta que


finalice su liquidación, con un servicio de auditoría externa a cargo de un
contador público nacional inscripto en la matrícula respectiva. Su obligatoria
existencia es la contrapartida de la no exigencia por la ley 20.337 de título
profesional de quienes integran el órgano de fiscalización. Por ello, el art. 81

445 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


dispone que la auditoría podrá ser desempeñada por el síndico cuando este
fuera contador público nacional.

El servicio de auditoría puede ser prestado por cooperativa de grado superior


o entidad especialmente constituida a ese fin, esto es, por una sociedad de
contadores públicos especializada en auditoría. También puede ser efectuada
por el órgano local competente, cuando la cooperativa lo solicite y su condición
económica lo justifique. En este caso, el servicio será gratuito y la cooperativa
estará exenta de responsabilidad si el servicio no fuera prestado.

Los informes de la auditoría deben ser, cuanto menos, efectuados en forma


trimestral de acuerdo con la reglamentación emanada de la autoridad de
aplicación y se asentarán en el libro de Informes de Auditoría, expresamente
requerido por el art. 38, inc. 4º, de la ley 20.337. Dichos informes deben ser

OM
aprobados por la asamblea (art. 58, inc. 2º, ley citada).

§ 272. INTEGRACIÓN COOPERATIVA


.C
Para el mejor cumplimiento de sus fines, la sociedad cooperativa puede
integrarse con otras, ya sean del mismo objeto o de objetos complementarios
entre sí, como las de producción con las de seguros, consumo, etc. La
DD

integración es un aspecto fundamental del cooperativismo y reconocido por


nuestra legislación como tal.

Las cooperativas pueden integrarse de la siguiente forma:


LA

a) Asociación de cooperativas.

b) Cooperativas de grado superior, que deben tener siete asociadas como


mínimo (cooperativas de segundo grado). En este caso, que el art. 85 de la ley
20.337 denomina como "integración federativa", las cooperativas asociadas
FI

deben establecer en el estatuto el régimen de representación y voto, que podrá


ser proporcional al número de asociados, al volumen de operaciones o a ambos,
siempre y cuando, atento a los principios cooperativos que rigen la materia, se
fije un número mínimo y máximo que aseguren la participación de todas las
asociadas e impidan el predominio excluyente de alguna de ellas.


c) Confederaciones cooperativas de tercer grado.

En todos los casos, la integración cooperativa puede ser resuelta por el


consejo de administración, pero en todos los casos ad referendum de la
asamblea de asociados.

Asimismo, las cooperativas pueden fusionarse a través del procedimiento de


fusión propiamente dicho o de fusión por incorporación o celebrar entre
sociedades de este tipo operaciones en común, en donde una de ellas será

446 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


representante de la gestión efectuada y asumirá la responsabilidad frente a
terceros. Este último caso presenta analogías con la figura de las sociedades
accidentales o en participación.

§ 273. RÉGIMEN DE DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN

Las causas de disolución de las sociedades cooperativas son las siguientes


(art. 86, ley 20.337):

1. Por decisión de la asamblea de asociados.

OM
2. Por reducción del número de asociados por debajo del mínimo legal o del
admitido por la autoridad de control, la cual se hará efectiva siempre que la
reducción se prolongue durante un lapso superior a seis meses.

3. Por declaración en quiebra, la cual quedará sin efecto cuando se celebrara


avenimiento con los acreedores, en los términos de la ley 24.522.
.C
4. Por fusión o incorporación, en el caso de la sociedad cooperativa absorbida.

5. Por retiro de la autoridad para funcionar (art. 101, inc. 4º, ley 20.337).
DD

6. Cuando corresponda en virtud de otras disposiciones legales como, por


ejemplo, cuando acontezca alguna de las causales disolutorias previstas en
el art. 94 de la ley 19.550 que no resulten incompatibles con la naturaleza de las
sociedades cooperativas como, por ejemplo, consecución del objeto o
LA

imposibilidad sobreviniente de lograrlo, pérdida del capital social, decisión


judicial o declaración de nulidad del acto constitutivo, etc. Del mismo modo, el
estatuto puede establecer otras causales de disolución, resultando aplicable lo
dispuesto por el art. 89 de la ley 19.550.
FI

Salvo los casos de fusión o incorporación, disuelta la cooperativa se procederá


a su liquidación, conservando su personalidad a ese efecto.

La liquidación está a cargo del consejo de administración, salvo en los


siguientes casos:


a) En supuestos de aplicación de regímenes especiales, como la liquidación


forzada y lo previsto por leyes especiales que rigen determinadas actividades.

b) Cuando el estatuto disponga lo contrario.

c) Cuando la asamblea designe un liquidador, atento a las circunstancias del


caso, el o los cuales deberán ser designados dentro de los treinta días de haber
entrado la sociedad en estado de liquidación.

447 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


d) Cuando no se haya designado al o a los funcionarios encargados de la
liquidación, o cuando estos no desempeñasen su cargo, en cuyo caso el
liquidador será designado por el juez competente a pedido de cualquier
asociado, quien podrá pedirle el nombramiento omitido o una nueva elección,
según corresponda (art. 88, ley 20.337).

La designación de los liquidadores debe ser comunicada a la autoridad


competente y de aplicación dentro de los quince días de haber sido designados.

Los liquidadores pueden ser removidos por la asamblea con la misma mayoría
requerida para su designación. Cualquier asociado o el síndico pueden
demandar la remoción judicial del liquidador con justa causa.

OM
§ 274. ATRIBUCIONES Y OBLIGACIONES DE LOS LIQUIDADORES

Los liquidadores ejercen la representación de la sociedad durante


el iter liquidatorio hasta la cancelación de la sociedad. En cumplimiento del cargo,
.C
están facultados para efectuar todos los actos necesarios para la realización del
activo y cancelación del pasivo, con arreglo a las instrucciones de la asamblea
de asociados, bajo pena de incurrir en responsabilidad por los daños y perjuicios
causados por su incumplimiento.
DD

La limitada personalidad jurídica que conserva la sociedad en liquidación,


conforme lo dispone el art. 87 de la ley 20.337 en su párrafo final, torna inoponible
a la sociedad los actos exorbitantes a la liquidación realizados por dichos
funcionarios, en la medida en que los terceros hayan tomado conocimiento del
LA

estado de disolución de la sociedad.

Los liquidadores están sometidos a las siguientes obligaciones:

a) Utilizar para obligar a la sociedad la denominación de la sociedad


FI

cooperativa con el aditamento en liquidación. Su omisión los hará responsables


en forma solidaria e ilimitada por los daños y perjuicios.

b) Deben confeccionar un inventario y balance del patrimonio social dentro de


los treinta días de asumido el cargo.


c) Someter dichos instrumentos a la asamblea dentro de los treinta días


siguientes. Dicho plazo puede ser ampliado por otros treinta días por la autoridad
de aplicación.

d) Informar al síndico, por lo menos trimestralmente, sobre el estado de la


liquidación.

e) Confeccionar balances anuales si la liquidación se prolongare.

448 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


f) Practicar el balance final una vez cancelado el activo y extinguido el pasivo
de la cooperativa.

Aprobado el balance final por la asamblea, así como los informes del síndico
y del auditor, los liquidadores deben reembolsar a los asociados el valor nominal
de las cuotas sociales, deducida la parte proporcional de los quebrantos, si los
hubiera. Los asociados disidentes o ausentes en la asamblea que aprobó el
balance final tienen derecho a impugnarlo judicialmente dentro de los sesenta
días de ser esta clausurada.

Reembolsadas las cuotas sociales, si existiese sobrante patrimonial, esto es,


el remanente total de los bienes sociales una vez pagadas las deudas y devuelto
el valor nominal de dichas cuotas, este tendrá como destino el fondo de la
autoridad de control en el orden nacional (el cual se encuentra detalladamente

OM
reglamentado por la ley 23.427) o del Fisco provincial, según el domicilio de la
cooperativa, pero en todos los casos para aplicarlo a la promoción del
cooperativismo. El mismo destino tendrán los importes no reclamados por los
asociados luego de transcurridos tres años de su depósito en un banco oficial o
cooperativo, depósito que deberá efectuarse dentro de los noventa días de
finalizada la liquidación (art. 96, ley 20.337).
.C
DD

§ 275. EL CONTROL ESTATAL DE LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS

La fiscalización de las sociedades cooperativas puede ser general o especial.

a. La fiscalización general, que comprende a todas las entidades de esta


LA

naturaleza, se encuentra a cargo de la autoridad de control o aplicación que en


el ámbito nacional es el Instituto Nacional de Acción Cooperativa y Mutual
(INACYM), organismo que ha reemplazado al antiguo Instituto Nacional de
Acción Cooperativa (INAC), creado y reglamentado por el dec. 420/1996 del 15
de abril. Dicho control general es ejercido por este organismo por sí o por medio
FI

de convenio con la autoridad local competente. Este es el órgano que cada


provincia establece para entender en materia cooperativa en su propia
jurisdicción.

b. La fiscalización especial es la que corresponde según la actividad




desarrollada por la sociedad cooperativa. Esto es, por el Banco Central si es


financiera, Superintendencia de Seguros si es aseguradora, etc., o la que
corresponde si tiene a su cargo concesiones de servicios públicos o permisos
que signifiquen autorización exclusiva o preferencial.

El Instituto Nacional de Acción Cooperativa y Mutual (INACYM) posee


facultades para requerir documentación, realizar investigaciones e inspecciones,
convocar a asambleas cuando sean pedidas por asociados que representen
como mínimo el 10% del total, asistir a actos asamblearios, impedir el uso
indebido de la palabra cooperativa, formular denuncias ante autoridades

449 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


policiales o judiciales, declarar irregulares o ineficaces, a los efectos
administrativos, los actos de la cooperativa sometidos a ella cuando sean
contrarios a la ley, el estatuto o reglamento, pedir intervenciones judiciales
cuando sus órganos realicen actos o incurran en omisiones que importen un
riesgo grave para su existencia, solicitar también judicialmente la suspensión de
las resoluciones de los órganos sociales cuando colisionaran con la ley, el
estatuto o reglamento y aplicar sanciones que van desde el apercibimiento, multa
o, en caso grave, el retiro de la autorización para funcionar otorgado
oportunamente a la cooperativa. En caso de imponer multas, su importe tiene el
mismo destino que los sobrantes de liquidación.

Las sanciones solo podrán ser impuestas previa instrucción de sumario, donde
se otorgará a los imputados el pleno respeto de su derecho de defensa. Las
sanciones se graduarán teniendo en cuenta la gravedad de la infracción, los

OM
antecedentes de la imputada, su importancia social y económica y, en su caso,
los perjuicios causados.

Todas las sanciones pueden ser recurridas administrativamente, y por vía


judicial las multas de mayor gravedad y el retiro de la autorización para funcionar.
Dichos recursos tendrán efecto suspensivo respecto de la ejecución de las
sanciones y será competente la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
.C
Contencioso Administrativo Federal, salvo cuando se trate de multas impuestas
por el órgano local, en las cuales entenderá el tribunal de la jurisdicción
competente. En caso de aplicarse la sanción del retiro de autorización para
funcionar, y hasta tanto haya sentencia firme, la autoridad de aplicación podrá
DD

requerir judicialmente la intervención de la cooperativa y la sustitución de los


órganos sociales, en sus facultades de administración.

El Instituto Nacional de Acción Cooperativa debe también, en ejercicio de sus


funciones de control, exigir el cumplimiento de sus decisiones, a cuyo efecto
LA

podrá requerir el auxilio de la fuerza pública, solicitar allanamientos y clausuras


y pedir el secuestro de libros y documentación social.
FI

CAPÍTULO XXVIII - LAS SOCIEDADES DE GARANTÍA RECÍPROCA




§ 276. NATURALEZA Y REQUISITOS TIPIFICANTES

Las sociedades de garantía recíproca se incorporaron a la legislación


societaria argentina como consecuencia de la sanción de la ley 24.467 que
receptó sin muchas modificaciones las disposiciones del real decreto 1885/1978
del 26 de julio de 1978 del Reino de España sobre el Régimen Jurídico, Fiscal y
Financiero de las Sociedades de Garantía Recíproca de España.

450 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Se trata de una sociedad constituida con el único y exclusivo objeto de prestar
garantías en favor de sus socios partícipes y terceros, para la celebración de
operaciones que estos realicen dentro del giro ordinario de sus empresas. El
texto original de la ley 24.467 no admitía la posibilidad de las SGR de otorgar
garantías a terceros, lo cual fue admitido expresamente por la ley 27.444 del año
2018.

Es importante destacar que las sociedades de garantía recíproca no se


incorporaron a nuestra legislación societaria como un tipo nuevo tipo social en
la ley 19.550, ni la ley 24.467 fue una ley especial dedicada a este nuevo tipo,
sino que, al igual que aconteció con la ley 27.349 de creación de las sociedades
por acciones simplificadas, la legislación de las SGR forma parte de un capítulo
específico de dicha ley, denominada "Ley de Pymes", la cual, junto con sus
modificatorias, tiene un contenido mucho más amplio, consistente en promover

OM
el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, impulsando para ello
políticas de alcance general a través de la creación de nuevos instrumentos de
apoyo. Dentro de esta normativa, en el art. 32, fue creada la figura de la Sociedad
de Garantía Recíproca, precisamente para facilitar a las MiPymes el acceso al
crédito.

Con otras palabras: el objetivo de sus legisladores ha sido permitir el acceso


.C
al crédito de las pequeñas y medianas empresas previendo la existencia de un
sujeto de derecho que garantice frente a bancos o entidades financieras las
obligaciones crediticias asumidas por aquellas.
DD

A pesar de los pocos años de la sanción de la ley 24.467, la experiencia


demostró que tan loable propósito no puede lograrse a través de la incorporación
al panorama societario de un novedoso tipo social, sino que el acceso al crédito
de las pequeñas o medianas empresas depende de una política económica que
tienda a beneficiar globalmente a este enorme sector del mercado productivo.
LA

Bien es cierto que la redacción original de la ley 24.467 dejaba mucho que desear
y fue modificada a los cinco años de su sanción, por la ley 25.300 del año 2000,
que incorporó soluciones y previsiones que llenaron importantes lagunas que el
texto original de dicha normativa exhibía, a la par que mejoraron el
funcionamiento de las sociedades de garantía recíproca, que hasta esa fecha
FI

solo se habían constituido regularmente cinco sociedades de esta nueva


tipología. Dicha evolución legislativa continuó con la ley 27.264 del año 2016 que
incorporó una importante norma sancionatoria para el caso de infracción a las
conductas y actuaciones previstas en el título II de la ley 24.467 (art. 32) y
culminó en el año 2018, con la sanción de la ley 27.444 y su decreto


reglamentario 699 del 25 de julio de 2018, que incorporó varias modificaciones


fundamentales a este nuevo régimen societario, al posibilitar que las sociedades
de garantía recíproca puedan otorgar garantías a terceros y no solo a sus socios
partícipes, explicitando además determinadas atribuciones de la autoridad de
aplicación de las sociedades de garantía recíproca, que es actualmente la
Secretaría de Emprendedores y Pymes del Ministerio de Producción y Trabajo.

Las características de las sociedades de garantía recíproca son las siguientes:

451 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


1. Tienen un fuerte acento personalista que las acerca a las sociedades
cooperativas como, por ejemplo, su capital social variable, la igualdad del valor
y votos de cada acción, la posibilidad de acceso permanente de nuevos socios
y su régimen de exclusión de sus socios partícipes, así como el procedimiento
establecido para que los socios de esta categoría puedan retirarse de la sociedad
mediante el reembolso del valor de sus participaciones sociales.

2. Congruentemente con ello, otra de sus características fundamentales es la


mutualidad, traducida en la gestión para el exclusivo servicio de sus miembros,
cuyo acceso y egreso son facilitados y alentados por la ley 24.467.

3. Su naturaleza es mercantil, pues su objeto social exclusivo, esto es, el


otorgamiento de garantías a los socios partícipes y percepción de comisiones
por tal servicio constituye una actividad de neto corte comercial, y el espíritu de

OM
lucro de sus socios, traducido en la distribución de los beneficios sociales
obtenidos, ratifica tal conclusión. Ratifica su comercialidad la competencia que
la ley 24.467 otorga a la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
cuando se trata de la revisión de las sanciones impuestas por la autoridad de
aplicación a la sociedad de garantía recíproca, sus socios, administradores o
síndicos.
.C
En cuanto a sus requisitos tipificantes, ellos son los siguientes:

1. Cuentan con dos categorías de socios: a) Los socios partícipes que deben
ser pequeñas y medianas empresas, sean estas personas físicas o jurídicas,
DD

quienes solo pueden ser beneficiados con los contratos de garantías otorgados
por la sociedad y a quienes asiste el derecho de retirarse del ente con reembolso
del valor de sus participaciones y b) Los socios protectores, que pueden ser tanto
personas físicas como jurídicas, tanto públicas o privadas, nacionales o
extranjeras, y cuya titularidad no puede exceder del 50% del capital social. Estos
LA

socios solo tienen el derecho a las utilidades obtenidas por la sociedad, pero no
pueden ser beneficiarios de garantías ni la ley les concede el derecho de retirarse
de la entidad (art. 38, ley 24.467).

2. Requiere, para su constitución, la existencia de un determinado número de


FI

socios partícipes, cuyo límite participativo para cada uno de ellos no puede
superar el cinco por ciento del capital social. Ello, sin perjuicio de las facultades
de la autoridad de aplicación para modificar estos mínimos en función de las
particularidades regionales (art. 37, párr. 3º, ley 24.467).


Los socios partícipes y los socios protectores gozan de los derechos que les
corresponden conforme a lo dispuesto por la ley 19.550, pero los primeros —
socios partícipes— son además titulares de dos derechos especiales, previstos
expresamente para ellos por el art. 38 de la ley 24.467: a) recibir los servicios
determinados en su objeto social cuando se cumplieren las condiciones exigidas
para ello y b) solicitar el reembolso de las acciones en las condiciones que se
establecen en el art. 47 de dicha ley, conforme con el cual "Todo socio partícipe
podrá exigir el reembolso de sus acciones ante el consejo de administración,
siempre y cuando haya cancelado totalmente los contratos de garantía recíproca
que hubiere celebrado y en tanto dicho reembolso no implique reducción del

452 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


capital social mínimo y respete lo establecido por el artículo 37. Tampoco
procederá cuando la Sociedad de Garantía Recíproca estuviera en trámite de
fusión, escisión o disolución". Estos derechos no son concedidos por la ley
24.467 a los socios protectores.

La ley 24.467 prescribe la incompatibilidad de la condición de socio protector


con la del socio partícipe, con lo cual la existencia de dos categorías de socios
en estas personas jurídicas constituye un requisito especial tipificante de las
sociedades de garantía recíproca, con los efectos previstos en el art. 17 de la ley
19.550, en su actual redacción, que remite a las normas de la sección IV del
capítulo I de la ley 19.550.

3. El capital social de las SGR está integrado por los aportes de los socios y
representado por acciones ordinarias nominativas de igual valor y número de

OM
votos, pudiendo el estatuto prever que las acciones sean escriturales. Su capital
social mínimo será fijado por vía reglamentaria y este podrá variar, sin requerir
modificación de estatuto, entre dicha cifra y un máximo que represente el
quíntuplo. La variabilidad del capital social, con los límites antes establecidos,
responde al objetivo de permitir el ingreso permanente de nuevos socios y
facilitar su egreso.
.C
4. Su objeto social está limitado al otorgamiento de garantías a sus socios
partícipes mediante la celebración de contratos regulados en la ley, así como
prestar garantías a terceros, cuyos respectivos contratos se rigen por las mismas
normas. Como actividad accesoria, podrá brindar asesoramiento técnico,
DD

económico y financiero a sus socios en forma directa o a través de terceros


contratados a tal fin.

5. Deben contar con un fondo de riesgo que integra su patrimonio (art. 46, ley
24.467), con el cual la sociedad responderá solidariamente frente a los terceros
LA

por el monto de las garantías otorgadas al socio partícipe frente a los acreedores
bancarios o financieros de este.

Sin perjuicio de tales requisitos, que deben ser considerados como


"tipificantes" en los términos y efectos previstos por el art. 17 de la ley 19.550, las
FI

sociedades de garantía recíproca presentan otras características singulares:

a) Gozan de beneficios impositivos sustanciales (art. 79, ley 24.467) y un


régimen de preferencia destacable, para el caso de que el acreedor otorgante
del crédito al socio partícipe y garantizado por la sociedad de garantía recíproca


sea una entidad financiera que integra el sistema institucionalizado del Banco
Central (art. 80, ley 24.467).

b) Están sujetas al control estatal permanente y su autoridad de aplicación es


la Secretaría de Emprendedores y Pymes que depende del Ministerio de
Producción y Trabajo de la Nación, la cual cuenta con amplias facultades de
fiscalización sobre ellas.

453 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 277. NORMATIVA APLICABLE Y VALORACIÓN DE ESTE NUEVO TIPO SOCIAL

Sin perjuicio de algunos defectos que atentan contra su constitución y


aceptación en el mercado, la aplicación de la legislación subsidiaria aplicable a
las sociedades de garantía recíproca constituye un verdadero enigma no fácil de
descifrar, pues si bien por una parte el primer párrafo del art. 32 de la ley
24.467 declara aplicables, en subsidio de las normas específicas contenidas en
la citada ley, a las disposiciones de la ley 19.550 en general y de las sociedades
anónimas en particular, el art. 82, por la otra, declara que todas aquellas
cuestiones no consignadas específicamente en el título II de la presente ley se

OM
regirán por las normas de las sociedades comerciales y sus modificaciones, por
lo que no se comprende con claridad si, en caso de presentarse lagunas en la ley
24.467 (que no son pocas), debe el intérprete recurrir a las normas de la parte
general o especial del ordenamiento societario común, máxime si se advierte la
falta de toda similitud entre las sociedades de garantía recíproca (que prescribe
la necesidad de dos categorías de socios) con el especial y específico régimen
de las sociedades anónimas. Finalmente, la referencia del art. 82 de la ley
.C
24.467, que hace referencia a la aplicación de las normas de la Ley de
Sociedades Comerciales, peca cuanto menos por desactualizada, pues a la
fecha de la última gran reforma a la ley de sociedades de garantía recíproca, en
el año 2018, ya había sido dictada la ley 26.994, que había modificado la
DD

denominación de la ley 19.550, que ahora se denomina, como consecuencia de


la unificación de nuestro derecho privado, "Ley General de Sociedades" y no
"Ley de Sociedades Comerciales".

Sin perjuicio de ello, cabe reiterar que, en puridad, las sociedades de garantía
LA

recíproca tienen mayor similitud con las sociedades cooperativas que con
respecto a cualquier otro tipo societario, pero no hay ninguna referencia en la ley
24.467 a la ley 20.337 que legisla a este tipo societario particular.
FI

§ 278. REQUISITOS DE CONSTITUCIÓN




De acuerdo con lo dispuesto por el art. 41 de la ley 24.467, las sociedades de


garantía recíproca deben constituirse por acto único y mediante instrumento
público que deberá contener, además de los requisitos previstos por el art. 11 de
la ley 19.550, los siguientes requisitos:

a) Clave Única de Identificación Tributaria de los socios partícipes y


protectores fundadores.

454 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


b) Delimitación de la actividad o actividades económicas y ámbito geográfico
que sirva para la determinación de quiénes pueden ser socios partícipes de la
entidad.

c) Criterio a seguir para la admisión de nuevos miembros, partícipes y


protectores, y las condiciones a contemplar para la emisión de nuevas acciones.

d) Causas de exclusión de los socios y trámites para su procedencia.

e) Condiciones y procedimientos para ejercer el derecho de reembolso de las


acciones por parte de los socios partícipes.

El contrato constitutivo de las sociedades de garantía recíproca debe ser


inscripto en el Registro Público, quien tiene el control de legalidad del

OM
instrumento constitutivo, que es previo e independiente de la autorización para
funcionar y que debe ser otorgado por la autoridad de aplicación, esto es, por la
Secretaría de Emprendedores y Pymes del Ministerio de Producción y Trabajo.
Esta autorización para funcionar, que constituye una de las características más
destacadas de las sociedades de garantía recíproca, está regida por el art. 42 de
la ley 24.467, conforme al cual las autorizaciones para funcionar a nuevas
sociedades de este tipo, así como los aumentos en los montos de los fondos de
.C
riesgo de las sociedades ya autorizadas, deben ajustarse a los procedimientos
de aprobación que fije la autoridad de aplicación, la cual otorgará, a cada
sociedad de garantía recíproca en formación que lo solicite, una certificación
provisoria del cumplimiento de los requisitos que establezca para autorizar su
DD

funcionamiento, aclarando dicha norma que "Previo a la concesión de la


autorización efectiva, la sociedad de garantía recíproca deberá haber
completado el trámite de inscripción en la Inspección General de Justicia,
Registro Público de Comercio o autoridad local competente".
LA

Cumplidos esos trámites, la sociedad podrá celebrar los contratos de garantía


previstos por la ley 24.467. La omisión del cumplimiento de estos requisitos
formales torna aplicable la normativa prevista por los arts. 21 a 26 de la ley
19.550, incluidos en la sección IV del capítulo I de dicha ley.
FI

En lo que respecta a la denominación de la sociedad de garantía recíproca


debe contener la indicación "Sociedad de Garantía Recíproca", su abreviatura,
o la sigla SGR (art. 36, ley 24.467), y en cuanto a su objeto social, el art. 33 lo
circunscribe a dos actividades: la primera, que define como "objeto principal",
consiste en el otorgamiento de garantías a sus socios partícipes y a terceros


mediante la celebración de contratos regulados por la misma ley. La segunda


consiste en brindar asesoramiento técnico, económico y financiero a sus socios,
en forma directa o a través de terceros contratados a tal fin. Esta última actividad
no es independiente, sino complementaria de la anterior, de manera tal que las
sociedades de garantía recíproca no pueden ser constituidas sino para la
realización del objeto principal, pudiendo, además, brindar asesoramiento a sus
socios, pero solo como actividad complementaria pero no obligatoria.

En cuanto a la modificación de los estatutos, este tiene un régimen muy


particular, que lo diferencia del previsto por la ley 19.550. En primer lugar, y con

455 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


excepción del aumento del capital social dentro del quíntuplo, tales reformas son
siempre de competencia de la asamblea extraordinaria, pero la innovación más
trascendente que ofrece la ley 24.467 es que las propuestas de modificación del
estatuto no provienen exclusivamente del consejo de administración, sino que
pueden originarse directamente en propuestas concretas de los socios, que
requieren, en ambos casos, un informe escrito de los interesados, en el que se
debe justificar la necesidad de esa modificación.

Si la reforma parte de la iniciativa de cualquiera de los socios, la propuesta y


su informe debe ser remitido al consejo de administración de la sociedad, quien
debe convocar a la asamblea general extraordinaria, en la cual debe detallarse
la modificación que se propone. La convocatoria no se limitará a transcribir el
orden del día y la propuesta efectuada, sino que también debe hacerse constar
el derecho que corresponde a los socios de examinar, en el domicilio social, el

OM
texto íntegro de la reforma propuesta y su justificación, pudiendo suplirse por la
entrega o envío gratuito de dichos documentos, con acuse de recibo.

Del mismo modo, y con anterioridad a la aprobación asamblearia, debe


requerirse la aceptación de la propuesta por parte de la autoridad de aplicación.
La omisión en el cumplimiento de los requisitos expuestos determina la nulidad
de la modificación estatutaria (art. 44, ley 24.467).
.C
DD

§ 279. LOS SOCIOS. CATEGORÍA DE SOCIOS

Hemos explicado, al referirnos sobre los requisitos tipificantes de estas


sociedades, que ellas tienen dos categorías de socios:
LA

1. Los socios partícipes, que solo pueden ser tales las pequeñas y medianas
empresas, sean personas físicas o jurídicas, que reúnan las condiciones
generales que determine la autoridad de aplicación y suscriban acciones. La
participación de cada uno de los socios partícipes no puede superar el 5% del
FI

capital social (art. 45, ley 24.467).

Los socios partícipes —junto con los terceros, que reúnan sus mismas
características— son los beneficiarlos directos y exclusivos de la limitada
actividad mercantil de las sociedades de garantía recíproca, pues los socios


protectores carecen de la posibilidad de beneficiarse con la operatoria de la


sociedad. Del mismo modo, los socios partícipes, y no los protectores, son los
únicos socios privilegiados con el régimen de reembolso de sus acciones en caso
de receso. Dichos beneficios se balancean con el restrictivo régimen de
percepción de utilidades que para estos socios prevé el art. 53 de la ley
24.467, en la medida en que los socios partícipes deben contribuir con el 50%
de las utilidades que les correspondan a la formación del "fondo de riesgo",
pudiendo repartirse el saldo a prorrata de sus respectivas tenencias.

456 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El dec. 699/2018 del Poder Ejecutivo nacional, reglamentario de la ley
24.467, en su actual redacción —luego de su modificación por la ley 27.444—,
denomina como "sujetos garantizables" a los socios partícipes y a los terceros
que cumplan con las características necesarias para ser consideradas micro,
pequeñas y medianas empresas, conforme a los términos establecidos por el art.
2º de la ley 24.467 y sus modificatorias, estableciendo, con todo fundamento,
que dichos sujetos deben estar inscriptos en el Registro de Empresas MiPymes,
creado en virtud de lo dispuesto por el art. 27 de dicha ley, y cumplan con los
restantes requisitos que al efecto establezca la autoridad de aplicación. Dicha
norma marca una importante diferencia con la ley 27.349 de "Apoyo al Capital
Emprendedor", que incorpora en su seno a las sociedades por acciones
simplificadas (SAS), que no requiere inscripción alguna respecto de los
emprendedores que quieren participar en este nuevo tipo social creado
precisamente para dichos sujetos, con lo cual se da la siguiente paradoja: en la

OM
República Argentina, cualquier persona puede constituir, a su elección, una
sociedad de cualquiera de los tipos previstos en la ley 19.550 o una sociedad por
acciones simplificadas, caracterizadas estas por su escasa reglamentación, la
ausencia de normas protectoras de terceros y de minorías y la total falta de
seguridad jurídica que su funcionamiento provoca al tráfico comercial y
societario.
.C
2. Los socios protectores constituyen la otra categoría de integrantes que la ley
24.467 impone a las sociedades de garantía recíproca con carácter obligatorio.
Pueden revestir tal carácter todas aquellas personas físicas o jurídicas, públicas
o privadas, nacionales o extranjeras que realicen aportes al capital social y al
DD

fondo de riesgo, pudiendo ser tales los sindicatos, mutuales, organismos


estatales, bancos públicos o privados, asociaciones civiles, fundaciones o
cámaras empresariales.

La participación de los socios protectores no podrá exceder del 50% del capital
LA

social. En principio, no pueden ser beneficiados de los contratos de garantía


recíproca ni recibir ninguna clase de créditos de la sociedad, careciendo
asimismo de la posibilidad de receder. Sin embargo, el art. 3º del dec. 699/2018,
reglamentario de la ley 24.467 en su versión actual, prescribe que los contratos
de garantía están autorizados también cuando un socio protector sea el acreedor
FI

de la operación de crédito para la cual se emite la garantía, lo cual resulta


absolutamente contradictorio con lo dispuesto por el art. 37, párr. 4º, de dicha
ley, que prescribe expresamente que la sociedad no podrá celebrar contratos de
garantía recíproca con los socios protectores, norma que está inspirada en la
necesidad de evitar conflictos de intereses y afectación del interés social. El


referido art. 3º del aludido decreto es inconstitucional, pues consagra una


solución absolutamente contradictoria a una expresa previsión de la misma ley
que pretende reglamentar.

Los derechos de los socios protectores son aquellos que la ley 19.550 confiere
a todo socio de una sociedad comercial, sin limitaciones al derecho del dividendo
(arts. 30, 35 y 53, ley 24.467).

Resulta incompatible el carácter simultáneo de socio partícipe y socio


protector (art. 37, in fine, ley 24.467). Del mismo modo, existe incompatibilidad

457 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


por parte de las entidades financieras o bancarias, acreedoras de los préstamos
otorgados a los partícipes, para asumir el carácter de socios protectores (art. 37,
ley citada).

Finalmente, las personas jurídicas integrantes de las sociedades de garantía


recíproca, a los fines de su participación, no están sometidas a los límites
previstos por el art. 31 de la ley 19.550 (art. 33, dec. 699/2018), lo cual es de
toda lógica, para evitar que, por un exceso en dicha normativa, pueda la pequeña
o mediana empresa privarse de los beneficios de la ley 24.467.

OM
§ 280. RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS

Uno de los temas más confusos de la ley 24.467 lo constituye la extensión de


la responsabilidad de los socios, pues no hay norma específica que se refiera a
tan importante cuestión, con excepción de lo dispuesto por el art. 47, párr. 2º, en
cuanto dispone que los socios partícipes que han obtenido el reembolso de sus
acciones responderán con las sumas obtenidas en tal concepto por las deudas
.C
de la sociedad contraídas con anterioridad a su retiro, siempre y cuando el
patrimonio social sea insuficiente para afrontarlas.

Si bien es cierto que tal previsión puede llevar a conclusiones de diverso tipo,
DD

no lo es menos que la remisión a la normativa de las sociedades anónimas (art.


37), la división del capital social de las sociedades de garantía recíproca en
acciones y la existencia de un capital social mínimo, permite concluir que la
responsabilidad de los socios, cualquiera que fuere su categoría, se limita a las
acciones suscriptas por ellos. La norma del art. 47 antes analizada se justifica
LA

por las especiales características de este novedoso tipo social, donde el sistema
de altas y bajas de los socios partícipes constituye uno de sus requisitos
tipificantes, y desde tal punto de vista no resulta desacertado que quien se ha
desvinculado de la sociedad como consecuencia del especial derecho de
reembolso, se encuentre contrabalanceado con la obligación de responder por
FI

las deudas sociales, en subsidio de la sociedad, y en caso de insolvencia de


esta, con los fondos recibidos en concepto de reintegro. Se trata, como fácil es
advertirlo, de una norma que tiene por objetivo evitar los perniciosos efectos de
la infracapitalización societaria.


§ 281. EL CAPITAL SOCIAL, LAS ACCIONES Y EL FONDO DE RIESGO

1. Las características del capital social en las sociedades de garantía recíproca


están detallados en el art. 45 de la ley 24.467 y son las siguientes:

458 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) Se integra con los aportes de los socios, en dinero efectivo; como mínimo y
en efectivo, en un 50% al momento de la suscripción y el remanente debe ser
integrado, también en dinero efectivo, dentro del plazo máximo de un año, a
contar de esa fecha (art. 50).

b) Deben tener un capital mínimo de constitución de pesos $240.000 (art. 5º,


dec. 699/2018).

c) Está representado por acciones ordinarias nominativas de igual valor y


número de votos.

d) La participación de los socios protectores no podrá exceder del cincuenta


por ciento del capital social y la de cada socio partícipe no podrá superar el cinco
por ciento de este.

OM
El capital social de la sociedad de garantía recíproca se integra con los aportes
de los socios, en dinero efectivo; como mínimo y en efectivo, en un 50% al
momento de la suscripción y el remanente debe ser integrado, también en dinero
efectivo, dentro del plazo máximo de un año, a contar de esa fecha (art. 50),
dejando expresamente aclarado el último párrafo de dicho artículo que la
integración total será condición necesaria para que el socio partícipe pueda
.C
contratar garantías recíprocas.

La variabilidad de su capital es uno de los rasgos más peculiares de este tipo


de sociedad, pues dentro de los límites permitidos (el quíntuplo de su capital), el
DD

consejo de administración tiene la más amplia facultad para modificarlo


permanentemente, lo cual sucederá en caso de admisión de nuevos miembros,
con el reembolso de las acciones existentes y con la exclusión de cualquiera de
sus integrantes, según el caso, decisiones estas que se encuentran
exclusivamente a cargo del órgano de administración del ente.
LA

En lo que respecta al aumento del capital social, el capital fijado por los
estatutos podrá ser aumentado por decisión de la asamblea general ordinaria
hasta el quíntuplo de dicho monto. Cuando el incremento del capital social esté
originado por la capitalización de utilidades, las acciones generadas por dicho
FI

incremento se distribuirán entre los socios en proporción a sus respectivas


tenencias (art. 51, ley 24.467), reiterando dicha ley la misma e idéntica solución
que aquella prevista por el art. 189 de la ley 19.550.

A diferencia de las sociedades anónimas, los plazos de integración de las




acciones en las SGR rigen asimismo para la suscripción de las acciones


derivadas de ulteriores aumentos del capital social.

La facultad del consejo de administración de variar el capital social, dentro de


los límites permitidos, está limitado a las altas y bajas de la sociedad, esto es, a
la recepción del aporte de nuevos socios y al pago de reembolso de los socios
recedentes y excluidos, pero nada obsta a que la asamblea ordinaria pueda
elevar el capital social, dentro del quíntuplo, a través de los procedimientos
establecidos por los arts. 189 y 194 de la ley 19.550. La remisión que hace la ley
24.467 a las normas de la ley 19.550 permite concluir, a pesar del injustificado

459 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


silencio de aquella, sobre la procedencia de los derechos de preferencia y
acrecer por parte de los socios de la sociedad de garantía recíproca en caso de
aumentos del capital social.

Todo aumento del capital social que exceda el quíntuplo de su valor debe
contar con la aprobación de los dos tercios de los votos totales en la asamblea
general extraordinaria (art. 51, in fine, ley 24.467).

En materia de reducción del capital social y con el impropio nombre de


"Reducción del capital social por pérdidas", el art. 52 de la ley 24.467 prevé un
supuesto que en puridad es de reintegro del capital, disponiendo que los socios
deberán compensar con nuevos aportes cualquier pérdida que afecte el monto
del capital social fijado estatutariamente o que exceda el 35% de las
ampliaciones posteriores, quienes deben integrar el 50% de dichos aportes en

OM
efectivo al momento de la suscripción y el saldo en un plazo máximo de un año
a contar desde esa fecha.

2. Las acciones de las sociedades de garantía recíproca deben ser ordinarias


y nominativas, por expreso requerimiento del art. 45 de la ley 24.467, y no podrán
gozar de preferencias patrimoniales ni privilegios en el voto. Su transmisión a
terceros no es libre para los socios, pues requiere la autorización previa del
.C
consejo de administración, que la concederá cuando los cesionarios acrediten
reunir los requisitos previstos en los estatutos y asuman las obligaciones que el
cedente mantenga con la sociedad (arts. 49 y 62, inc. 10, ley 24.467). Dichas
limitaciones rigen para ambas categorías de socios.
DD

Los arts. 7º y 8º del dec. 699/2018, reglamentario de las disposiciones de la


ley 27.444 —modificatoria de la ley 24.467—, trata precisamente la cesión de
acciones a socios o a terceros no socios. En el primer caso, dicha transferencia
no procederá si se altera el porcentaje de participación establecido por el art. 45
LA

de la ley 24.467 ya analizado. La cesión se formalizará mediante instrumento


público o privado, firmado digitalmente o con certificación notarial de las firmas
de las partes. Por el contrario, si se trata de cesión de acciones a terceros no
socios, esta operación deberá cumplir con los requisitos establecidos por el art.
49 de la ley 24.467 (autorización del consejo de administración) y requerirá la
FI

previa autorización de las condiciones establecidas por la autoridad de control.


La cesión se formalizará mediante instrumento público o privado, firmado
digitalmente o con certificación notarial de las firmas de las partes, según
corresponda.


El estatuto puede asimismo prever la existencia de acciones escriturales (art.


45) y, a los fines de su emisión, la sociedad deberá presentar ante la autoridad
de aplicación una descripción del sistema de registro de los valores escriturales,
el que deberá asegurar la acreditación, ejercicio y transmisión de los derechos
correspondientes. Si se tratare de registros manuales, deberá rubricarse un libro
al efecto y cuando se tratare de sistemas computarizados, se deberá acreditar la
aprobación de la respectiva autoridad de control (art. 6º, dec. 699/2018).

Las acciones de los socios protectores y de los socios partícipes tendrán el


mismo número de votos y precios de emisión, dentro de sus respectivas

460 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


categorías, aunque pudiendo diferir entre ambas categorías de acciones sin que
con ello pueda afectarse el máximo de votos del 50% del capital social para los
socios protectores, ni del 5% para cada socio partícipe (art. 6º, párr. 2º, dec.
699/2018).

3. Finalmente, y en cuanto al fondo de riesgo que integra el patrimonio de


ellas, tiene como exclusivo objeto hacer frente a los pagos que haya de realizar
la sociedad en cumplimiento de las garantías otorgadas y para cuya formación
los socios partícipes deben sacrificar el 50% de sus ganancias (art. 53, ley
24.467).

El fondo de riesgo está constituido por:

a) Las asignaciones de los resultados de la sociedad aprobadas por la

OM
asamblea general, esto es, el 50% de los beneficios de los socios partícipes.

b) Las donaciones, subvenciones u otras aportaciones que hubiese.

c) Los recuperos de las sumas que hubiese pagado la sociedad en el


cumplimiento del contrato de garantía asumido en favor de los socios.
.C
d) El valor de las acciones no reembolsadas a los socios excluidos.

e) El rendimiento financiero que provenga de la inversión del propio fondo en


las colocaciones en que fuera constituido.
DD

f) Los aportes complementarios de los socios protectores, autorizados por el


art. 37, penúltimo párrafo, de la ley 24.467.

Dispone el último párrafo del art. 46 de la ley 24.467, que fuera incorporado
LA

por la ley 25.300 del 7 de septiembre de 2000, que el fondo de riesgo podrá
asumir la forma jurídica de un fondo fiduciario en los términos de la ley 2441,
independientemente del patrimonio societario de la sociedad de garantía
recíproca, la cual podrá recibir aportes por parte de los socios protectores que
no sean entidades financieras con afectación específica a las garantías que
FI

dichos socios determinen, para lo cual deberán celebrar contratos de fideicomiso


independientes del fondo de riesgo general. La reglamentación de la ley 25.300
determinará los requisitos que deberán reunir tales aportes y el coeficiente de
expansión que podrán tener en el otorgamiento de garantías. La deducción
impositiva en el impuesto a las ganancias correspondiente a esos aportes será


equivalente a dos tercios de la que correspondiere por aplicación del art. 79 de


la ley 24.467, con los mismos plazos, condiciones y requisitos establecidos en
dichos artículos.

Para conformar el fondo de riesgo mediante el aporte de los socios


protectores, solo quedan excluidas las entidades financieras regidas por la ley
21.526 y sus modificaciones (art. 9º, dec. 688/2018)

461 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 282. DERECHOS DE LOS SOCIOS. EL DERECHO AL REEMBOLSO DE LAS ACCIONES DE
LOS SOCIOS PARTÍCIPES

Como hemos señalado, el legislador otorga diferentes derechos según la clase


o categoría de socios de que se trata:

a) Los socios protectores gozan de todos los derechos que les corresponden
a los accionistas de las sociedades anónimas (art. 39), pero carecen de los
derechos que la ley 24.467 confiere exclusivamente a los socios partícipes y, en
consecuencia, no pueden ser beneficiarios de los contratos de garantía recíproca

OM
ni tienen derecho al reembolso de sus acciones.

b) Por el contrario, los socios partícipes gozan de todos esos derechos, con
las limitaciones ya vistas respecto del derecho del dividendo.

En cuanto al derecho al reembolso de sus acciones, el art. 47 de la ley


24.467 prevé su carácter facultativo y su procedencia la determina el consejo de
.C
administración de la sociedad, el cual será admisible en la medida en que no
afecte la solvencia del ente ni implique la reducción del capital social mínimo.
Además de ello, tal derecho está subordinado a no afectar el número de socios
partícipes que prevé la ley 24.467.
DD

No pueden receder los socios partícipes que no han cancelado totalmente los
contratos de garantía recíproca que hubiesen celebrado con la sociedad ni
cuando esta se encuentre en trámite de fusión, escisión o disolución.
LA

A los efectos de la determinación del valor de reembolso, la ley 24.467 prevé


un mecanismo muy diferente al previsto por las leyes 19.550 y 20.337 de
sociedades cooperativas, pues tal fijación está a cargo del consejo de
administración de la sociedad, dentro del cual no debe ser incluido el valor de las
reservas, cualquiera que fuese su naturaleza, sobre las cuales los socios
FI

carecen de todo derecho (art. 62, ley 24.467). Tan discutible solución, que solo
se justifica para las reservas legales o para el fondo de riesgo, cuya utilidad ya
hemos destacado, carece de toda explicación en caso de reservas libres o
facultativas, cuando ellas no han sido afectadas al destino para el cual han sido
formadas, pues en tal caso, por tener su origen en utilidades no distribuidas,


debieron ser incluidas necesariamente en el valor de rescate. Por otra parte, la


fijación de tal valor por el consejo de administración puede llevar a soluciones
arbitrarias, por lo que, a pesar del silencio de la ley en tal sentido, resultaría
admisible desde todo punto de vista el cuestionamiento judicial de tal valor por
el socio partícipe que se considera perjudicado por tal valuación.

El socio reembolsado responderá hasta dicho monto por las deudas


contraídas por la sociedad con anterioridad a la fecha en que se produjo el
reintegro por un plazo de cinco años, cuando el patrimonio de la sociedad sea
insuficiente para afrontarlas.

462 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En el caso de que, por reembolso del capital se alterara la participación relativa
de los socios partícipes y protectores, la sociedad de garantía recíproca les
reembolsará a los socios protectores la proporción del capital necesaria para que
no se exceda el límite establecido en el último párrafo del art. 45 de la ley
24.467 (el 50% del capital social).

La reducción del capital social como consecuencia de la exclusión o retiro de


un socio partícipe no requerirá el cumplimiento de lo previsto por el art. 204, párr.
1º, de la ley 19.550 y sus modificatorias (derecho de oposición de los acreedores)
y será resuelta por el Consejo de Administración (art. 47, in fine, ley 24.467).

Finalmente, y como excepción al principio de que los socios protectores


carecen de todo derecho al rescate de sus acciones, el art. 47 de la ley
24.467 prevé que en caso de que el reembolso del capital de los socios partícipes

OM
altere la relación de participación relativa de estos y los socios protectores, la
sociedad de garantía recíproca les reembolsará a estos últimos en la misma
proporción del retiro del capital efectuado a los socios partícipes, a efectos de
mantener inalterable la relación básica del 50% para los socios protectores en la
composición del capital social, norma que ha sido justamente criticada, por
cuanto ello podría perjudicar la credibilidad del sistema en caso de retiro masivo
de los socios partícipes y por la afectación que podría tener sobre el fondo de
.C
riesgo, en cuanto este integra el patrimonio, por expresa directiva legal (art.
46, ley 24.467).

2. Respecto del derecho de la distribución de los beneficios de la sociedad de


DD

garantía recíproca, el art. 53 de la ley 24.467 dispone que serán considerados


beneficios a distribuir a las utilidades líquidas y realizadas obtenidas por la
sociedad en el desarrollo de la actividad que hace a su objeto social, aclarando
dicha norma que los beneficios serán distribuidos de la siguiente forma:
LA

Reserva legal: el 5% anual hasta completar el 20% del capital social.

El resto tendrá el siguiente tratamiento: 1. La parte correspondiente a los


socios protectores podrá ser abonada en efectivo, como retribución al capital
aportado. 2. La parte correspondiente a los socios partícipes se destinará al
FI

fondo de riesgo en un cincuenta 50%, pudiendo repartirse el resto entre la


totalidad de dichos socios. En todos los casos en que proceda la distribución de
los beneficios en efectivo a que se refiere la norma del art. 53, tanto los socios
partícipes como los socios protectores deberán, para tener derecho a percibirlo,
haber integrado la totalidad del capital social suscripto y no encontrarse por


ningún motivo en mora con la sociedad.

§ 283. EL RÉGIMEN DE EXCLUSIÓN DE SOCIOS

En esta materia se advierte con mayor nitidez la escasa factura técnica de la


ley, pues la asimilación que la ley 24.467 hace con respecto al procedimiento de

463 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


exclusión de socios con el previsto para el reembolso del valor de las
participaciones de los socios partícipes carece de todo fundamento, ya que
ambas constituyen situaciones desde todo punto de vista diferentes.

Dispone el art. 41 de la ley 24.467 que las causales de exclusión de los socios
partícipes y trámites para su ejecución deben estar previstas por el estatuto. No
obstante, prevé dicho ordenamiento dos causales de exclusión, que, a mi
juicio, constituyen supuestos de exclusión inherentes a la especial naturaleza de
estas sociedades, sin que existan obstáculos para aplicar el art. 90 de la ley
19.550, en lo que respecta a la procedencia de dicha sanción, cuando el socio
partícipe hubiera incurrido en grave incumplimiento de sus obligaciones.

La exclusión de socios es solo remedio ante las inconductas de los socios


partícipes, pero no para los socios protectores, los cuales, a tenor del último

OM
párrafo del art. 40, no podrán ser excluidos, solución que estaba ausente en la
versión original de la ley 24.467, y que aparentemente se funda en el hecho de
que estos socios se limitan a suministrar fondos al capital social y al fondo de
riesgo, lo cual constituye un error, pues la mora en el incumplimiento del aporte
o la realización de actos prohibidos a los socios protectores, como, por ejemplo,
la celebración de contratos de garantía recíproca con la sociedad (art. 37), que,
además de la nulidad de dicho acto, debiera producir la exclusión del socio
.C
infractor, cualquiera que fuere su categoría, en tanto esa debe ser la sanción
para quienes, con sus actos u omisiones, perjudican al interés social.

Los supuestos de exclusión previstos por el art. 62, inc. 2º, de la ley
DD

24.467 para los socios partícipes son los siguientes:

a) La falta de reembolso a la sociedad de las sumas abonadas por esta al


acreedor financiero, por las garantías otorgadas en favor de aquel.
LA

b) La no realización de la integración del valor de las acciones suscriptas, de


acuerdo con lo establecido por la ley y los estatutos. En ambos casos, la
exclusión la resuelve directamente el consejo de administración, así como la
determinación del valor de las acciones del socio infractor (arts. 47 y 62, inc. 2º).
FI

Ante la ocurrencia de dichos supuestos, es competencia exclusiva del consejo


de administración de la sociedad disponer la exclusión del socio, sin intervención
de la asamblea, decisión que podrá ser controvertida por el socio afectado por
vía judicial.


Fuera de estos casos, la ley 24.467 nada aclara, aunque sí lo hace el dec.
699/2018, en su art. 15, el que prescribe que la exclusión del socio partícipe
incurso en los supuestos contemplados en el inc. 2º del art. 62 de aquella ley, al
cual ya nos hemos referido, se podrá disponer, una vez transcurridos treinta días
desde que la SGR hubiera efectuado el pago de la garantía o, en su caso, desde
que el socio estuviese en mora en la integración de su aporte del capital, sin que
en dicho plazo el socio afectado hubiera regularizado su situación.

464 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Las demás cuestiones no previstas por la ley 24.467, que en materia de
exclusión de socios es absolutamente parca, se rige por las normas de los arts.
91 a 93 de la ley 19.550 (art. 82, ley 24.467), en lo que resultare compatible.

En cuanto a los socios protectores, hemos ya señalado que el art. 40, último
párrafo, de la ley 24.467 prevé expresamente que ellos no podrán ser excluidos,
aunque en el art. 43, inc. e) de dicha ley, según versión de la ley 27.264, se prevé
entre las sanciones que puede aplicar la autoridad de control, a quienes infrinjan
las normas de este particular régimen legal, "la expulsión del socio protector o
partícipe incumplidor", lo cual constituye una incongruencia con el principio
general antes visto, pero configura, a nuestro juicio, una previsión razonable,
pues no resulta concebible que quien ha incurrido en una conducta reprochable
y violatoria de la normativa legal, que revista alguna gravedad, pueda pretender
continuar en dicha sociedad.

OM
§ 284. EL CONTRATO DE GARANTÍA RECÍPROCA
.C
De acuerdo con lo dispuesto por el art. 68 de la ley 24.467, "Habrá contrato de
garantía recíproca cuando una sociedad de garantía recíproca, constituida de
acuerdo con las disposiciones de la presente ley, se obligue accesoriamente por
el socio partícipe que integra la misma y el acreedor de éste acepte la obligación
DD

accesoria". Este aseguramiento puede serlo por el total de la obligación o por


menor importe (art. 69, in fine).

El contrato de garantía recíproca es consensual y debe celebrarse por escrito,


pudiendo serlo por instrumento público o privado, con firmas certificadas por
LA

escribano público (art. 72), y la obligación asumida por el socio partícipe frente a
terceros constituye una prestación dineraria o susceptible de apreciación
pecuniaria, asumidas para el desarrollo de su actividad económica u objeto
social.
FI

La garantía asumida por la sociedad de garantía recíproca frente a terceros


debe ser por una suma fija y determinada, aunque el crédito de la obligación a la
cual accede fuera incierto o indeterminado.

Las obligaciones que no se ajustan a estos requisitos deben ser consideradas




como actividades prohibidas (art. 35), sometidas a la sanción de nulidad, que


puede ser opuesta a terceros, atento a que los estrictos límites de actuación de
estas sociedades no permiten calificar nunca como terceros de buena fe a los
acreedores que no han respetado los requisitos de los contratos de garantía
recíproca.

El contrato de garantía recíproca no debe ser identificado con la fianza ni


limitado exclusivamente a esta figura, pues una interpretación finalista de la ley
24.467, y a pesar de la deficiente redacción del art. 73, permite comprender
dentro de la figura en análisis a cualquiera de los contratos de garantía previstos

465 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


por los ordenamientos civil o mercantil (fianzas, avales, hipotecas, "principal
pagador", etc.).

El art. 73 de la ley 24.467 prescribe expresamente la solidaridad de la sociedad


de garantía recíproca con el deudor principal o socio partícipe frente al acreedor
financiero, confiriéndole al contrato de garantía recíproca el carácter de título
ejecutivo por el monto de la obligación principal, sus intereses y gastos,
justificados estos últimos conforme al procedimiento establecido por el art. 1447
del Cód. Civ. y Com., que legisla sobre el certificado de saldo deudor de la cuenta
corriente bancaria, pudiendo demandar a la sociedad hasta el monto de la
garantía otorgada.

Sin embargo, el acreedor financiero no podrá ejecutar las acciones de las que
sus deudores (socios partícipes) son titulares en la sociedad de garantía

OM
recíproca, sobre las cuales dicho ente tiene privilegio sobre cualquier otro
acreedor (art. 48, ley 24.467).

El art. 34 de la ley 24.467 prevé ciertos y determinados límites operativos a las


sociedades de garantía recíproca, las cuales no podrán asignar a un mismo socio
partícipe o terceros, garantías superiores al 5% del valor total del fondo de riesgo
de cada SGR. Asimismo, tampoco podrán asignar a obligaciones con el mismo
.C
acreedor más del 25% del valor total del fondo del riesgo, y en esta limitación
deberán incluirse a las empresas controladas, vinculadas y a las personas
humanas o jurídicas que integren el mismo grupo económico. Quedan excluidas
del límite operativo las garantías correspondientes a créditos otorgados por
DD

entidades bancarias y a las garantías otorgadas a organismos públicos


centralizados o descentralizados correspondientes a los organismos nacionales,
provinciales o municipales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que no
desarrollen actividades comerciales, industriales o financieras. Asimismo, la
autoridad de control podrá autorizar mayores límites operativos con carácter
LA

general en virtud del desarrollo del sistema, pudiendo asimismo exceptuar de los
límites operativos a casos particulares, con carácter excepcional y por decisión
fundada, en determinados casos previstos por los párrafos finales de dicha
norma.
FI

Los límites previstos por el art. 34 de la ley 24.467 y sus modificaciones,


deberán ser considerados al momento de la emisión de la garantía (art. 2º, dec.
699/2018).


§ 285. EFECTOS DEL CONTRATO DE GARANTÍA RECÍPROCA ENTRE LA SOCIEDAD Y SUS


SOCIOS PARTÍCIPES

Definido ya el concepto y formalidades del contrato de garantía recíproca, así


como analizadas las relaciones entre la sociedad y el acreedor, resta detenernos
en las relaciones entre la sociedad y los socios partícipes beneficiarios de las
garantías otorgadas por el ente.

466 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El art. 68 de la ley 24.467 dispone que el socio partícipe queda obligado, frente
a la sociedad de garantía recíproca que integra, por los pagos que esta realice a
terceros en cumplimiento de la garantía otorgada, la cual podrá repetir de aquel
el total de lo que hubiera pagado, incluso intereses y gastos. Si la sociedad de
garantía recíproca hubiera asegurado una obligación solidaria contraída por
varios socios, podrá repetir de cada uno de ellos el total de lo abonado (art. 77).

Preventivamente a producirse tal subrogación legal, la sociedad de garantía


recíproca podrá trabar todo tipo de medidas cautelares contra bienes del socio
partícipe o deudor principal, en los siguientes casos:

a) Si la sociedad fuera intimada al pago de la garantía.

b) Si vencida la deuda, el deudor no la pagara.

OM
c) Si disminuye el patrimonio del deudor o utilizare sus bienes para afianzar
nuevas obligaciones sin consentimiento de la sociedad de garantía recíproca que
integra.

d) Si el deudor principal quisiera ausentarse del país y no dejara bienes


suficientes y libres de gravamen para cancelar sus obligaciones.
.C
e) Cuando el deudor principal incumpliere obligaciones societarias respecto
de la sociedad de garantía recíproca, cualquiera que fuera su naturaleza.
DD

f) Cuando el deudor principal fuera una persona de existencia ideal y no diera


cumplimiento a las obligaciones legales para su funcionamiento regular.

Abonada la deuda por la sociedad de garantía recíproca, los arts. 48 y 75 de


la ley 24.467 otorgan a esta dos derechos que pueden ser considerados
LA

excepcionales:

a) Privilegio ante todo otro acreedor sobre las acciones del socio partícipe
deudor, el cual no puede prendarlas en favor de otro acreedor.
FI

b) Derecho de la sociedad de garantía recíproca de ser


admitida previamente en el pasivo de la masa del socio partícipe deudor, cuando
este quebrase antes de pagar la deuda. Se presume que el legislador en este
caso intente otorgar a la sociedad de garantía recíproca un privilegio general
sobre todo otro acreedor del socio partícipe, pero tal cual como está redactado


el art. 75 de la ley 24.467, que se refiere solo a una preferencia temporal, este
último derecho o beneficio no supone absolutamente nada.

Sin perjuicio de ello, y a los efectos de evitar todo el procedimiento de


ejecución de la garantía otorgada, la sociedad puede exigir al socio partícipe, al
momento de celebrar el contrato con los acreedores financieros de este, el
aseguramiento de la prestación efectuado en favor de él, a través de la exigencia
de lo que el art. 71 de la ley 24.467 denomina contragarantías, que el socio
partícipe tomador del referido contrato debe ofrecer en respaldo de su operación.
Tal exigencia se explica desde el punto de vista de la sociedad, interesada en

467 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


mantener incólume su patrimonio, pero pone un margen de dudas sobre la
utilidad de este nuevo tipo societario, pues en la medida en que se repare que
uno de los objetivos de la ley 24.467 ha sido la de alentar el acceso al crédito de
las PyMEs, dificultado en la práctica habitual de las operaciones bancarias o
financieras por las fuertes garantías requeridas, difícilmente el legislador de
dicha normativa pueda tener éxito en sus aspiraciones, si tales garantías, en
lugar de ser exigidas por el acreedor financiero, son requeridas al deudor por la
sociedad de garantía recíproca que integra.

Finalmente, dispone la ley 24.467 que el contrato de garantía recíproca caduca


por la extinción de la obligación principal, esto es, por el pago total efectuado por
el socio partícipe al acreedor financiero, por modificación o novación de la
obligación principal, sin intervención o consentimiento de la sociedad de garantía
recíproca y por las causas de extinción de las obligaciones en general y de las

OM
obligaciones accesorias en particular (art. 78).

§ 286. LOS ÓRGANOS SOCIALES


.C
1. Los órganos sociales de las sociedades de garantía recíproca serán la
asamblea general, el consejo de administración y la sindicatura, las cuales
tendrán las atribuciones que establezca la ley 19.550 para los órganos
DD

equivalentes de las sociedades anónimas, salvo en lo que resulte modificada por


esta ley.

2. El gobierno de las sociedades de garantía recíproca está en manos de la


asamblea general de accionistas, las cuales han sido divididas por la ley
LA

24.467 en asambleas ordinarias y extraordinarias, aunque no cabe descartar las


asambleas especiales atento a la existencia de dos categorías de socios, que
torna aplicable lo dispuesto por los arts. 250 y 262 de la ley 19.550.

La sociedad debe celebrar una asamblea general ordinaria anual, que estará
FI

integrada por todos los socios, por lo menos una vez al año cuando dentro de
los términos en que lo disponga la ley, sea convocada por el consejo de
administración, para tratar los siguientes temas: 1) Fijar la política de inversión
de los fondos sociales y 2) Aprobar el costo de las garantías, el mínimo de
contragarantías que la sociedad habrá de requerir a los socios partícipes y fijar


el límite máximo de las eventuales bonificaciones que podrá conceder el consejo


de administración. Para considerar estos temas por la asamblea ordinaria, el
directorio debe hacer las propuestas que estime convenientes (art. 62, incs. 6º,
7º y 9º, ley citada).

Fuera de estos casos, el consejo de administración podrá convocar a


asamblea general ordinaria de accionistas cuando lo considere conveniente,
rigiendo al respecto, para las sociedades de garantía recíproca, lo dispuesto por
el art. 234 de la ley 19.550. Dicha asamblea general ordinaria deberá ser
convocada por el consejo de administración mediante anuncios publicados por

468 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


cinco días en el Boletín Oficial y en uno de los diarios de mayor circulación de la
zona o provincia en que tenga establecida su sede y domicilio la sociedad, con
quince días de anticipación como mínimo a la fecha fijada para su celebración.
En el anuncio deberá expresarse la fecha de la primera y segunda convocatoria,
hora y lugar, orden del día y recaudos especiales exigidos por el estatuto para la
concurrencia de los accionistas.

La competencia de la asamblea extraordinaria está reservada a todas aquellas


cuestiones previstas en la ley 19.550 y que no estuvieren reservadas a la
asamblea general ordinaria. Deberán ser estas convocadas por el consejo de
administración o cuando lo solicite un número de socios que represente como
mínimo el diez por ciento del capital social. En la convocatoria deberán
expresarse la fecha de la primera y segunda convocatoria, hora, lugar de reunión
y el orden del día en que deberán incluirse los asuntos solicitados por los socios

OM
convocantes y los recaudos especiales exigidos por el estatuto para la
concurrencia de los accionistas. La convocatoria será publicada, en el caso de
asambleas extraordinarias, durante cinco días en el Boletín Oficial y en uno de
los diarios de mayor circulación de la zona y provincia en la que tenga
establecida su sede y domicilio la sociedad, y con una anticipación no menor a
treinta días, lo que se aplica en la necesidad de que los socios conozcan el tenor
de las modificaciones estatutarias, como hemos ya señalado (art. 44, ley 24.467).
.C
El síndico puede también convocar a asambleas extraordinarias cuando lo
juzgue necesario y a asambleas ordinarias cuando omita hacerlo el consejo de
administración y la referencia efectuada por el art. 65, primer párrafo, de la ley
DD

24.467 no deja el menor margen de dudas, al remitir, en cuanto a las atribuciones


y deberes de la sindicatura a las normas de la ley 19.550.

Es interesante destacar que la ley 24.467 no contempla el derecho de los


socios de exigir al consejo de administración o la sindicatura la convocatoria a
LA

asamblea ordinaria, que sí —por el contrario— la admite para las asambleas


extraordinarias, realizando de esta manera una distinción incomprensible;
tampoco prevé en ningún caso la facultad de los socios de recurrir judicialmente
en procura de ella, pero es evidente que el legislador de la ley 24.467 ha querido
excluir a las asambleas ordinarias de la posibilidad de ser convocadas, privada
FI

o en forma judicial, sin que existan los menores fundamentos para justificar en
derecho esa exclusión, que priva a los accionistas de un resorte fundamental
para procurar el legal funcionamiento de la sociedad.

En cuanto al quorum, la ley 24.467 no distingue entre asambleas ordinarias y




extraordinarias, estableciendo un sistema único para ambas: se exige que en


primera convocatoria las asambleas generales quedarán constituidas con la
presencia de más del 51% de los votos de la sociedad, debiendo incluir, dentro
de ese porcentaje, como mínimo, un 20% de los votos de los partícipes. En
segunda convocatoria las asambleas serán válidas con la presencia de por lo
menos el 30% de la totalidad de los votos de la sociedad, debiendo incluir dentro
de ese porcentaje un 15% de los votos que los partícipes tienen en el ente.

Tratándose del régimen de mayorías, la ley 24.467 en su art. 58, segundo


párrafo, establece como principio general la mayoría simple de los votos

469 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


presentes, salvo que los estatutos requieran mayor número, pero que deben
incluir el 15% de los votos que los socios partícipes tienen en la sociedad. Como
excepción a este principio, la ley exige mayoría calificada del 60% de los votos
sobre la totalidad del capital social, con la inclusión, como mínimo, del 30% de
los votos de los socios partícipes, en todas las decisiones referidas a la elección
de los integrantes del consejo de administración, o en los casos de fusión,
escisión y disolución de la sociedad, así como en caso de aumentos del capital
fuera del quíntuplo, en donde se requiere el voto favorable de las dos terceras
partes de los votos totales, aunque se admite la existencia en tales casos de
pacto estatutario en contrario (art. 51, último párr., ley 24.467). Si el aumento del
capital social no excede su quíntuplo, este acuerdo podrá ser adoptado por
asamblea ordinaria.

La ley 24.467 admite la actuación en asambleas por representación,

OM
requiriendo solo autorización por escrito, sin requerir la certificación de firmas.
Sin embargo, un mismo representante asambleario no puede representar a más
de diez socios ni invocar un número superior al 10% del total del capital. El voto
emitido por un socio será considerado nulo cuando el asunto tratado involucre
una decisión que se refiera a la posibilidad de que la sociedad pueda hacer valer
un derecho en contra de él o existiera entre ambos un interés contrapuesto o en
competencia, aunque la presencia de tal socio será considerada para el cómputo
.C
del quorum y mayorías, lo cual constituye un evidente error, pues la
incompatibilidad legal para la emisión del voto obliga a eliminar al socio afectado
en el cómputo de quorum y mayorías.
DD

3. En cuanto al consejo de administración, este tiene a su cargo la


administración y representación de la sociedad y deberá estar integrado por tres
personas, de las cuales al menos una representa a los socios partícipes y al
menos una representará a los socios protectores. Esta norma adolece de toda
claridad y producirá todo tipo de conflictos, pues no permite a los socios
LA

protectores tener mayoría en el consejo de administración, habida cuenta de que


esta categoría de socios no puede representar más del 50% del capital social, y
en lo que respecta a los socios partícipes, ellos podrán lograr mayoría en dicho
órgano cuando superen el 50% del capital social.
FI

La elección de los consejeros está a cargo de la asamblea general ordinaria


de accionistas, requiriéndose una mayoría del 60% sobre los votos de la totalidad
del capital social, debiendo incluirse necesariamente el 30% de los votos
partícipes. A pesar de no existir la menor referencia en la ley 24.467, nada
descarta la validez de la elección de los administradores por el sistema de clase


o categoría de acciones previsto por el art. 262 de la ley 19.550 siempre y cuando
tal modo de designación haya sido previsto estatutariamente. Es más, podría
afirmarse que atento a la finalidad del legislador, el sistema previsto por el art.
262 de la ley 19.550 es el que debió consagrarse como procedimiento exclusivo,
pues de lo contrario, esto es, tal como está previsto por la ley 24.467, los socios
protectores participan en la elección del representante de los socios partícipes y
viceversa, lo que no resulta congruente desde ningún punto de vista.

Pero ese no es el único defecto que se advierte en la legislación dedicada a


las sociedades de garantía recíproca, pues la ley 24.467 no aclara la naturaleza

470 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


del consejo de administración (aunque se presume colegiada atento a la
necesidad de contar con un presidente) ni se prevén normas sobre su
remuneración, plazo de duración en sus funciones ni disposiciones concretas
sobre remoción, renuncia o responsabilidad de sus integrantes, supuestos en los
cuales la remisión a las normas que sobre sociedades anónimas prevé la ley
19.550 es ineludible. En cuanto al funcionamiento del consejo de administración,
la única norma que hace referencia a tan importante cuestión la encontramos en
el art. 62, inc. 5º, de la ley 24.467, cuando establece, entre las funciones del
consejo, la fijación por este órgano de las normas con que se regulará su
funcionamiento, lo que constituye solución no exenta de críticas, pues la facultad
del consejo de elaborar su propio reglamento de funcionamiento, sin pautas
legales mínimas, puede prestarse al mayor de los abusos, evitándose las
reuniones periódicas, que resultan fundamentales en este tipo de sociedad, así
como el derecho de los socios a conocer la gestión de los administradores.

OM
El art. 62 de la ley 24.467 define las funciones del consejo de administración
de las sociedades de garantía recíproca, que en términos generales están
previstas en su inc. 5º, cuando establece que compete a dicho órgano la
realización de todos los actos necesarios para el logro del objeto social.

Pero además de ello, en sus restantes incisos, dicha norma enumera las
.C
funciones específicas del consejo de administración, que son las siguientes:

1. El reembolso de las acciones existentes, manteniendo los requisitos


mínimos de solvencia.
DD

2. La exclusión de los socios en los casos en que la sociedad se haya visto


obligada a pagar a terceros en virtud de la garantía otorgada en favor de un socio
y cuando cualquiera de los socios no haya realizado la integración de las
acciones suscriptas, de acuerdo con la ley y los estatutos.
LA

3. Decidir sobre la admisión de nuevos socios, conforme a los estatutos y ad


referendum de la asamblea.

4. Designar a los gerentes.


FI

5. Fijar las normas con que se regulará el funcionamiento del consejo de


administración y realizar todos los actos necesarios para el logro del objeto
social.


6. Proponer a la asamblea general ordinaria la cuantía máxima de garantías a


otorgar durante el ejercicio.

7. Proponer a la asamblea general ordinaria el costo que los socios partícipes


deberán oblar para acceder al otorgamiento de las garantías.

8. Otorgar o denegar garantías o bonificaciones a los socios partícipes,


estableciendo en cada caso las condiciones especiales que tendrá que cumplir
el socio para obtener la garantía y fijar las normas y procedimientos para las
contragarantías a que se refiere el art. 71 de la ley en análisis.

471 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


9. Determinar las inversiones a realizar con el patrimonio de la sociedad en el
marco de las pautas fijadas por la asamblea.

10. Autorizar las transmisiones de acciones conforme a lo establecido por


la ley 24.467.

11. Someter a la aprobación de la asamblea general ordinaria el balance


general y el estado de resultados y proponer la aplicación de los resultados del
ejercicio.

12. Realizar cualesquiera otros actos y acuerdos que no estén expresamente


reservados a la asamblea por las disposiciones de la ley o los estatutos de la
sociedad.

OM
La sociedad de garantía recíproca puede designar gerentes, generales o
especiales, estableciendo el art. 16 del dec. 699/2018 que la designación del
gerente general y de los miembros del consejo de administración y de la
sindicatura deberá recaer en personas que reúnan los requisitos de idoneidad
que establezca la autoridad de aplicación. Del mismo modo, el art. 17 de dicho
decreto reglamentario establece que para el ejercicio de cargos en el consejo de
administración resultan aplicables las disposiciones del art. 264 de la ley 19.550.
.C
4. Finalmente, y en cuanto al órgano de fiscalización de las sociedades de
garantía recíproca, este está a cargo de una sindicatura obligatoria, integrada
por tres síndicos designados por la asamblea general ordinaria (art. 55, ley
DD

24.467). Se requiere para integrarla tener los títulos de abogado, licenciado en


economía, de administración de empresas o contador público con título
habilitante y tener domicilio especial en la misma jurisdicción del domicilio de la
sociedad. La ley 24.467 no admite, a diferencia de las sociedades por acciones,
la actuación de sociedades civiles constituidas por dichos profesionales.
LA

Ante el silencio de la ley 24.467, debe recurrirse a las normas de las


sociedades anónimas en materia de plazo de duración de la actuación de los
síndicos, su régimen de remuneración, remoción y responsabilidad. En cuanto a
sus atribuciones, el art. 65 de la ley 24.467 remite a las atribuciones y deberes
FI

establecidos para los síndicos en el art. 294 de la ley 19.550, agregando aquella
norma dos funciones que se compadecen con la naturaleza especial de las
sociedades de garantía recíproca:

a) La verificación en igual forma y periodicidad de las inversiones de la




sociedad, los contratos de garantías celebrados y estado del capital social,


reservas y fondo de riesgo.

b) Atender todos los requerimientos y aclaraciones que formule la autoridad


de aplicación y el Banco Central de la República Argentina.

La sindicatura de la sociedad de garantía recíproca deberá tener una


representación por clase de socios inversa a la que se haya dado al consejo de
administración, de acuerdo con lo establecido en el art. 61 de la ley 24.467 y sus
modificatorias (art. 24, dec. 699/2018).

472 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 287. REORGANIZACIÓN DE LAS SOCIEDADES DE GARANTÍA RECÍPROCA. FUSIÓN Y
ESCISIÓN

El art. 66 de la ley 24.467 descarta toda posibilidad de las sociedades de


garantía recíproca de fusionarse con sociedades de distinto tipo o de escindirse
en sociedades de distinta naturaleza. Solo pueden fusionarse entre sí o
escindirse en dos o más sociedades de la misma índole.

La ley 24.467 nada aclara sobre la transformación de la sociedad de garantía

OM
recíproca en otro tipo social, pero por tratarse de una sociedad con objeto
especial, regulado por normas específicas, todo parece descartar tal posibilidad.

Para la fusión y escisión de las sociedades de garantía recíproca, deberán


respetarse las siguientes pautas de procedimiento:

a) Contar con la aprobación de la asamblea general extraordinaria de los


.C
socios, con las mayorías agravadas previstas por el art. 58, párr. 2º, de la ley
24.467.

b) Obtener la autorización de la autoridad de aplicación, de conformidad con


DD

el procedimiento establecido por el art. 42.

c) En cuanto al canje de las acciones de la sociedad o sociedades originales


por las correspondientes a la o a las sociedades nuevas, se realizará por el valor
patrimonial neto, pero cuando de resultas de esta forma de cálculo quedaren
LA

pendientes fracciones de acciones no susceptibles de ser canjeadas, se abonará


en efectivo el valor correspondiente, salvo que existiesen contratos de garantía
recíproca vigentes, en cuyo caso el pago se realizará una vez extinguidos estos.
FI

§ 288. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS SOCIEDADES DE GARANTÍA RECÍPROCA




Además de las causales previstas por la ley 19.550, la ley 24.467 ha previsto
otras hipótesis de disolución, adaptadas al tipo social de que se trata, a saber:

1. Imposibilidad de absorber pérdidas que representen el total del fondo de


riesgo, el total de la reserva legal y el 40% del capital social. Sin embargo, esta
causal disolutoria, que no opera de pleno derecho, puede ser dejada sin efecto
a través del reintegro de tales sumas, por aplicación supletoria de lo dispuesto
por el art. 96 de la ley 19.550.

473 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


2. Por disminución del capital social a un monto inferior al mínimo determinado
por vía reglamentaria, durante un período mayor de tres meses. Tampoco
entendemos a esta causal disolutoria como operable de pleno derecho ni
creemos incompatible con ella la solución del reintegro, por ser mecanismo
regularizatorio para cualquier tipo de sociedad que haya perdido el capital social.

3. Por revocación de la autorización acordada por la autoridad de aplicación


(arts. 43 y 67, inc. 3º, ley 24.467).

Cuando se presenten las causales de disolución o liquidación previstas en


la ley 19.550 y en el art. 67 de la ley en análisis, la liquidación estará a cargo de
la o las personas que designe la Asamblea General por mayoría simple de votos
(art. 19, dec. 699/2018). Esta es la única norma que se refiere al trámite
liquidatorio, sobre el cual la ley 24.467 guarda también inexplicable silencio, por

OM
lo que corresponde aplicar, en lo compatible, el régimen previsto por los arts.
101 a 112 de la ley 19.550, debiendo distribuirse la cuota liquidatoria, una vez
realizado el activo y cancelado el pasivo, entre los socios partícipes y
protectores, en proporción a sus respectivas tenencias.
.C
§ 289. INCUMPLIMIENTO A LAS DISPOSICIONES DE LA LEY 24.467. RÉGIMEN
DD

SANCIONATORIO

El incumplimiento por parte de las personas humanas y jurídicas de cualquier


naturaleza de las disposiciones previstas por la ley 24.467 y su reglamentación,
dará lugar a la aplicación, en forma conjunta o individual, de las sanciones
previstas en el art. 43 de la referida ley, sin perjuicio de la aplicación de las demás
LA

sanciones previstas por la ley 19.550 y las que pudieran corresponder por
aplicación de la legislación penal:

a) Desestimación de garantías del cómputo de los grados de utilización que


se requiere para acceder a la desgravación impositiva prevista en el art. 79 de
FI

dicha ley.

b) Apercibimiento.

c) Apercibimiento, con obligación de publicar la parte dispositiva de la




resolución en el Boletín Oficial de la República Argentina y en los portales de la


autoridad de aplicación y hasta en dos diarios de circulación nacional a costa del
sujeto punido.

d) Multas aplicables a la sociedad de garantía recíproca (SGR) y, según si


fuera imputable un incumplimiento específico, a los integrantes de sus órganos
sociales. Las multas podrán establecerse entre un monto de $ 5.000 a $
20.000.000. El Poder Ejecutivo nacional podrá modificar dichos topes mínimos y
máximos cada dos años.

474 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


e) Expulsión del socio protector o partícipe incumplidor, así como la prohibición
de incorporarse, en forma permanente o transitoria, al sistema por otra sociedad
de garantía recíproca.

f) Inhabilitación, temporaria o permanente para desempeñarse como


directores, administradores, miembros del consejo de vigilancia, síndicos,
liquidadores, gerentes, auditores, socios o accionistas de las sociedades de
garantía recíproca.

g) Inhabilitación transitoria para operar como sociedad de garantía recíproca.

h) Revocación de la autorización para funcionar como tal.

Las consecuencias jurídicas contenidas en el art. 43 de la ley 24.467 podrán

OM
ser aplicadas de manera total o parcial. A los fines de la fijación de las sanciones
antes referidas, la autoridad de aplicación —la Secretaría de Emprendedores y
Pymes del Ministerio de Producción y Trabajo— deberá tener especialmente en
cuenta: la magnitud de la infracción, los beneficios generados o los perjuicios
ocasionados por el infractor; el volumen operativo y el fondo de riesgo del
infractor, y la actuación individual de los miembros de los órganos de
administración y fiscalización. En el caso de las personas jurídicas, responderán
.C
solidariamente los directores, administradores, síndicos y miembros del consejo
de vigilancia y en su caso, gerentes e integrantes del consejo de calificación,
respecto de quienes se haya determinado responsabilidad individual en la
comisión de las conductas sancionadas.
DD

La autoridad de aplicación determinará el procedimiento correspondiente a los


efectos de la aplicación de las sanciones previstas en el art. 43 de la ley
24.467, garantizando el ejercicio del derecho de defensa. Contra la resolución
que disponga la imposición de sanciones podrá interponerse recurso de
LA

revocatoria ante la autoridad de aplicación, con apelación en subsidio por ante


la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial. Ambos recursos tendrán
efecto suspensivo.
FI

CAPÍTULO XXIX - LAS SOCIEDADES POR ACCIONES SIMPLIFICADAS (SAS)




§ 290. ANTECEDENTES LEGISLATIVOS. CARACTERÍSTICAS DE LAS SOCIEDADES POR


ACCIONES SIMPLIFICADAS

Las sociedades por acciones simplificadas o "SAS", como se las conoce


habitualmente, fueron incorporadas a nuestra legislación societaria por la ley
27.349, que fue sancionada el día 7 de abril de 2017.

475 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


El método de inclusión de este nuevo tipo societario en nuestro país respondió
a los mismos parámetros que el legislador de 1995 previó para las sociedades
de garantía recíproca, cuya ley 24.467, conocida como "Ley Pyme", previó, en
su texto, una serie de medidas para alentar la constitución y desarrollo de la
pequeña y media empresa, dentro de la cual se reglamentó la existencia de un
nuevo tipo societario en la República Argentina, las sociedades de garantía
recíproca (SGR), cuyo antecedente fue un real decreto del Reino de España. La
experiencia demostró la equivocación del redactor de la ley 24.467 en lo que
respecta al método elegido para legislar un nuevo tipo societario, pues debió
incorporarse a la ley 19.550, habida cuenta de que con ello se soluciona la
infinidad de problemas que plantea la interpretación de sus normas, así como la
existencia de sus lagunas, que encontrarán respuesta en el texto de una ley
especial, como la hoy denominada "Ley General de Sociedades" que —
precisamente— se dedica a reglamentar la constitución y funcionamiento de las

OM
sociedades en nuestro país.

La desafortunada experiencia de las sociedades de garantía recíproca, que en


poco más de 20 años ya ha sido objeto de sustanciales modificaciones —pues
en realidad no se trata de un tipo societario sino de un negocio financiero— debió
haber recordado al legislador de la ley 27.349 del año 2017 sobre la
inconveniencia de legislar sobre las sociedades por acciones simplificadas fuera
.C
de la ley 19.550, máxime cuando, en el año 2014, la ley 26.994 unificó las
sociedades civiles y comerciales en una ley denominada "Ley General de
Sociedades", por lo que resultó sorprendente que, menos de tres años después
de la referida unificación, se haya regresado al viejo criterio de redactar tantas
DD

leyes como tipos societarios existen, con total olvido de la clara y ejemplar norma
del art. 150 del Código Civil y Comercial de la Nación, que establece un sistema
de prelación respecto de la legislación aplicable a las personas jurídicas que se
constituyen en la República y que constituye una disposición legal de evidente
utilidad a la hora de interpretar cualquiera de las normativas que prevén la
LA

existencia de diferentes tipos societarios.

Sin embargo, y si bien no puede discutirse la influencia de la ley 24.456 de


sociedades de garantía recíproca en la metodología utilizada para incorporar las
sociedades por acciones unificadas a nuestra legislación, lo cierto es que existen
FI

algunas diferencias entre ambas leyes: la ley 24.467 intentó promover la


pequeña y mediana empresa en nuestro país (Pymes), brindando alicientes y
privilegios de naturaleza impositiva para alentar su constitución, pero no sucedió
lo mismo con la ley 27.349 de SAS en las cuales el método legislativo ideal
hubiera sido promover el desarrollo de la actividad de los emprendedores


mediante una ley de apoyo al capital emprendedor, como ventajas impositivas y


de acceso al crédito, en lugar de introducir, además, un nuevo tipo societario
ajeno a la ley 19.550, cuando la configuración de la figura del emprendedor no
es tarea sencilla y cuando el número de ellos no merece la consagración de un
tipo legal, teniendo en cuenta que la experiencia acumulada desde el año 2017
demuestra que estas nuevas sociedades no constituyen otra cosa que la
concreción del viejo anhelo del comerciante individual de limitar su
responsabilidad, recurriendo a la figura de las sociedades de un solo socio, sin
tener que someterse a las limitaciones que en tal aspecto contiene la ley 19.550.

476 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Una sencilla lectura del título III de la ley 27.349, dentro del cual se encuentra
reglamentada la constitución y funcionamiento de las sociedades por acciones
simplificadas, conduce a la conclusión de que la promoción de la actividades de
los emprendedores —que es un ícono del actuar gobierno, de neto corte
conservador y liberal— no constituye sino una burda excusa para dotar a
determinados ciudadanos —no solo nacionales sino también extranjeros— de
un molde societario que pretende alejarse de las normas de protección que
nuestra Ley General de Sociedades Comerciales contiene en materia de
protección de terceros y de los socios o accionistas minoritarios, ejemplares
disposiciones, cimentadas en una importante jurisprudencia judicial y
administrativa elaborada durante más de 150 años, que inspiraron a los
legisladores de la ley 19.550 y sus modificatorias.

Es pues inadmisible predicar la existencia de un determinado tipo social

OM
legislado fuera del ordenamiento común societario y destinado para ciertas
personas que la ley llama "emprendedores", cuando no es necesario —a
diferencia de lo que acontece con las sociedades de garantía recíproca, en las
cuales sus exclusivos beneficiarios, esto es, los denominados "sujetos
garantizables", se deben necesariamente inscribir en un registro especial (el
Registro de Empresas MiPymes), como requisito mismo de constitución— que
los supuestos beneficiarios de la ley 27.349 de apoyo al capital emprendedor,
.C
esto es, los emprendedores, no estén sometidos a ninguna carga inscriptoria,
pudiendo recurrir al modelo de las sociedades por acciones simplificadas (SAS)
cualquier persona humana o jurídica, sin acreditar más que sus datos
personales, pero ninguna condición especial que los haga merecedores de un
DD

régimen societario especial que se caracteriza por su excesiva liviandad. Con


otras palabras, es inconcebible que una misma persona pueda recurrir, para
desarrollar sus actividades empresarias en sociedad, tanto a la ley 19.550,
caracterizada por su excesivo, aunque justificado reglamentarismo, en
protección de los terceros y los propios consocios, como a la ley 27.349, que no
LA

incluye norma alguna protectora de quienes son, por lo general, las víctimas del
mal uso de las sociedades.

No es la primera vez —y seguramente no será la última— que el actual


gobierno nacional elegido en el año 2015 intenta disfrazar sus propósitos
FI

mediante la recurrencia a un fin que —por lo general— encontrará el beneplácito


de los ciudadanos, que no coincide con las reales intenciones del legislador. Lo
hizo el Poder Ejecutivo con el original blanqueo de capitales instrumentado en el
año 2016, cuyos beneficiarios iban a ser los integrantes de la clase pasiva de
nuestra población, mediante un pomposamente denominado "fondo de


reparación histórica", traducido en la realidad en el pago de una suma irrisoria,


que en nada cambió la precaria situación económica de nuestros jubilados,
cuando a nadie escapa que el principal objetivo de esa ley de sinceramiento
fiscal no fue otra cosa que la repatriación de capitales radicados en el exterior
por parte de los familiares de la actual clase gobernante, merced a un decreto
presidencial posterior que se contradecía abiertamente con los términos de la ley
27.260, que precisamente prohibía la aplicación de esta normativa para los
parientes cercanos de los funcionarios gubernamentales. Pero como los
supuestos beneficiarios de este blanqueo eran los jubilados, la discusión quedó

477 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


acotada, merced a aquella falsa premisa, pues ¿quién podía discutir el derecho
de nuestra clase pasiva a obtener una mejora en sus decaídos ingresos?

Algo muy similar pasó con la ley de "apoyo al capital emprendedor", pues
¿quién no apoya los emprendimientos empresarios y la creación de empleo en
la República Argentina? Pero ello fue solo una burda e infantil excusa, porque —
se reitera— la inclusión de un nuevo tipo social en la ley 27.349 era
completamente innecesaria, aunque sí fundamental para los intereses de la
clase empresaria, pues —entre otros motivos— el desprestigio de las
sociedades off shore en el mundo, la desconfianza que suscita el contrato de
fideicomiso entre la población y la enorme jurisprudencia emanada de los fueros
laboral, civil y en mucha menor medida de la justicia comercial, elaborada desde
hace aproximadamente 30 años, apoyada por un sector importante de la doctrina
nacional, hartos de los abusos corporativos, fueron estableciendo ciertas pautas

OM
para la actuación en el mercado de las personas jurídicas, fundado en un
especializado control de la constitución y funcionamiento de toda sociedad,
requiriendo una necesaria y suficiente capitalización para poder cumplir con su
objeto social, una activa intervención de los organismos de control y una
destacable relativización del principio general de la irresponsabilidad de los
socios y accionistas en las sociedades de responsabilidad limitada y sociedades
anónimas por el cumplimiento de las obligaciones sociales, entre otros logros
.C
que no fue sencillo conseguir, todo lo cual "justificó" la creación de este nuevo
tipo social —las sociedades por acciones simplificadas (SAS)— que se da de
bruces con toda esta importantísima evolución del derecho societario,
regresando a épocas prehistóricas de nuestra legislación corporativa, pues con
DD

solo adoptar este molde, se puede hacer lo que se quiera, sin exponer al
verdadero responsable y a su patrimonio, y sin temor a la aplicación de
incómodas aunque justas pautas jurisprudenciales o normas administrativas que
tuvieron en mira a la protección de la parte más débil de nuestra población y no
en beneficio del bolsillo de quienes pueden recurrir a estos subterfugios para
LA

frustrar la ley, el orden público, la buena fe o los derechos de terceros o de


"cualquier persona", parafraseando los claros objetivos que el art. 54, párr. 3º,
de la ley 19.550 y el art. 144 del Código Civil y Comercial de la Nación establecen
para el legal funcionamiento de las personas jurídicas y la imputación de un acto
corporativo al patrimonio de dichas entidades.
FI

Tenemos, a partir de la sanción de la ley 27.349, una sociedad de


emprendedores, para cuya integración no es necesario acreditar el carácter de
tal, y un molde societario legislado fuera de la Ley General de Sociedades, con
el único fundamento de evitar a las sociedades por acciones simplificadas la


aplicación supletoria de las normas de la ley 19.550, en especial las normas de


orden público contenidas en ella, como lo dispone el art. 150, inc. 1º, del Código
Civil y Comercial de la Nación, conforme al cual las personas jurídicas privadas
que se constituyan en la República Argentina se rigen por las normas imperativas
de la ley especial o, en su defecto, las previstas en dicho Código unificado.

478 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


§ 291. FUNDAMENTOS APARENTES Y REALES DE LA EXISTENCIA DE LAS SOCIEDADES
POR ACCIONES SIMPLIFICADAS

Si bien creadas para favorecer y promocionar la actividad de los


emprendedores, las sociedades por acciones simplificadas constituyen un tipo
social falso, dedicado supuestamente a una categoría de personas de dificultosa
configuración en la práctica, que van desde un émulo de Steve Jobs o Bill Gates
nativo hasta quien se dedica a poner un puestito callejero y cortar el pelo por una
cifra irrisoria o al alquiler, durante la época de vacaciones, del jardín, de la
parrilla, el quincho o el sillón de su propia casa. Todos estos son ejemplos que
en nuestro país o en el extranjero han sido puestos de manifiesto para identificar
a los emprendedores, que no merecían un tipo social determinado para hacer
sus negocios en sociedad y que contaban, en la ley 19.550, con los moldes
suficientes para así proceder. Con otras palabras, las sociedades por acciones

OM
simplificadas constituyen un tipo societario que tiene una finalidad totalmente
diferente a la explicitadas por los legisladores del año 2017, esto es, contar con
un instrumento societario unipersonal, absolutamente infracapitalizado, con la
posibilidad de desarrollar cualquier actividad económica y susceptible de
provocar daños a los terceros que con ella contratan y a los socios minoritarios
del supuesto "emprendedor", quienes no cuentan, en la ley 27.349, con ningún
mecanismo de defensa.
.C
Pero además de ello, y como el articulado de la ley 27.349 es tan libérrima en
torno a los requisitos de constitución y funcionamiento de las SAS que permite
su actuación por argentinos en el exterior y por extranjeros en nuestro país, su
DD

asimilación a las sociedades constituidas en paraísos fiscales es indisimulable,


y aunque restringir su utilización a la operatoria off shore es una conclusión por
ahora prematura, no es difícil predecir que en muy poco tiempo las tropelías que
se cometían en la República Argentina a través de las sociedades off shore, en
especial en materia de fraude laboral, familiar, concursal, societario o sucesorio,
LA

puedan llevarse a cabo a través de este nuevo tipo social, y ello surge con toda
nitidez de una simple comparación de las sociedades por acciones simplificadas
con los modelos tradicionales de las sociedades constituidas en las guaridas
fiscales más conocidas del mundo.
FI

a) Las sociedades por acciones simplificadas pueden ser constituidas por un


solo socio (art. 34, ley 27.349). Por su parte, no existe legislación en el mundo off
shore que no admita la unipersonalidad societaria. Bien es cierto que la
unipersonalidad no implica automáticamente ilegitimidad, pero el hecho de que
el único socio no deba, en la práctica, consultar a nadie sobre su operatoria, no


contribuye a la deseada transparencia que se requiere para la actuación de toda


persona jurídica.

b) Las SAS pueden tener un objeto amplio (art. 34, inc. 4º, ley 27.439) y, de
hecho, el 97 % de las sociedades por acciones simplificadas constituidas en la
Ciudad de Buenos Aires —según estadísticas efectuadas por el suscripto, sobre
la base de la lectura del Boletín Oficial— adoptan el estatuto modelo aprobado
por la Inspección General de Justicia que, salvo la actividad profesional, permiten
la realización de cualquier tipo de actividad. Lo mismo acontece con los estatutos
de las sociedades off shore, que carecen por lo general de una cláusula referida

479 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


al objeto y solo incorporan las limitadas actividades que le están prohibidas
desarrollar y que por lo general se refieren a las actividades bancarias o de
seguros.

c) El capital social de las SAS es absolutamente irrisorio, siendo el equivalente


a dos veces y media el salario mínimo, vital y móvil (art. 40, ley 27.349), que a la
fecha de redacción de este libro asciende a la suma de $22.500. Por su parte,
los instrumentos constitutivos de las sociedades off shore solo exhiben un
supuesto "capital autorizado", pero nunca explicitan en su estatuto el capital
social suscripto e integrado.

d) La responsabilidad de los integrantes de las SAS es siempre limitada a las


acciones que suscriban e integran (art. 34, ley 27.349). En el mismo sentido, las
sociedades off shore siempre se adaptan a un tipo social donde la

OM
responsabilidad es de la misma extensión, con el agravante de resultar muy
dificultoso, por no decir imposible, identificar a los verdaderos propietarios del
capital accionario de tales sociedades, por cuanto no existe obligación, para
ellas, de mantener o conservar sus libros sociales en la sede social.

e) Las sociedades por acciones simplificadas no están sometidas a la


fiscalización de la autoridad de control durante su funcionamiento, disolución y
.C
liquidación, ni aun en los casos en que su capital supere el monto previsto por
el art. 299 de la ley 19.550, y con respecto al control de legalidad del acto
constitutivo y sus modificaciones, las funciones de la Inspección General de
Justicia son exclusivamente registrales (art. 7.2, resolución general IGJ 2/2017),
DD

esto es, ordenar su toma de razón en la medida en que estos estén adecuados
al estatuto modelo previsto por el anexo A-2 de la aludida resolución
administrativa. Idéntica es la inexistencia de control externo alguno en las
sociedades provenientes de guaridas fiscales, que se constituyen a vuelta de
correo electrónico.
LA

f) Las sociedades por acciones simplificadas pueden ser constituidas desde el


exterior mediante el sistema TAD —trámites a distancia— implementado por el
dec. 1063/2016 y por la resolución general 12 de la Secretaría de Modernización
Administrativa del Ministerio de Modernización, desde donde, junto con el
FI

Ministerio de Producción, se dictaron todas las normativas que rigen a las SAS,
inclusive las resoluciones que llevan la firma del inspector general de Justicia.
Por el contrario, no existe reglamentación administrativa alguna que permita, a
un ciudadano extranjero, desde su país de origen, constituir ninguna sociedad
de los tipos previstos en la ley 19.550 para actuar en él.


g) Los órganos de administración y gobierno de las sociedades por acciones


simplificadas pueden sesionar en el exterior (arts. 49 y 53, ley 27.349), lo cual es
impensable para las sociedades previstas en la Ley General de Sociedades
19.550 (art. 260) y en las demás personas jurídicas no societarias (art. 158, Cód.
Civ. y Com.).

h) No existe obligación de publicar en el edicto previsto por el art. 37 de la ley


27.349 el cambio de integrantes de las sociedades por acciones simplificadas
(SAS), a pesar de la similitud que para el legislador emprendedor existen entre

480 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


estas sociedades y las de responsabilidad limitada, para las cuales el art. 153 de
la ley 19.550 exige publicidad expresa para conocimiento y oponibilidad a
terceros. Esa inexplicable ausencia de transparencia en la cesión de las
participaciones sociales de las SAS afecta los derechos de terceros, en especial,
los derechos de los acreedores de los socios. Por supuesto, en las
sociedades off shore nadie conoce quiénes componen el elenco de socios e
integrantes de sus órganos sociales.

i) La sociedad por acciones simplificada no está obligada a publicar ni a


inscribir los aumentos del capital social que resulten inferiores al 50% de su
monto (art. 44, párrs. 3º y 4º, ley 27.349), con lo cual se ratifica la imposibilidad
de los terceros de conocer la identidad de los integrantes de dicha sociedad y se
disminuye la eficacia de las soluciones ya consagradas por la jurisprudencia en
materia de infracapitalización societaria, con la consecuente responsabilidad

OM
solidaria e ilimitada de sus socios, quienes, por esta solución de la ley
27.349, quedarán liberados de las consecuencias patrimoniales que puede
aparejar cualquier acción judicial en su contra. De más está decir que el monto
del capital social de las compañías constituidas en las guardas fiscales es dato
absolutamente desconocido hasta en los registros mercantiles o societarios
públicos del lugar en el cual operan.
.C
j) La transferencia de las acciones en que se divide el capital social de las SAS
solo deberá ser inscripta en el libro de Registro de Acciones, "a los fines de su
oponibilidad a terceros" y siempre y cuando en el contrato social no se establezca
lo contrario (art. 48, ley 27.349), con lo cual, si el estatuto o acto constitutivo
DD

prevé la prescindencia de inscribir las transferencia de las acciones en dicho


libro, se está permitiendo la existencia de socios ocultos, lo que es también
característica totalmente distintiva de las sociedades off shore y torna
absolutamente inútil el rol que cumplen las acciones nominativas no endosables.
LA

k) En caso de administración plural de las sociedades por acciones


simplificadas, solo uno de sus integrantes deberá tener domicilio en la República
Argentina, con lo cual se alienta que cualquier extranjero o grupo de extranjeros,
seducidos por las "ventajas" que ofrecen las SAS, en especial en torno a su
manifiesta opacidad, puedan gozar, para celebrar operaciones en cualquier parte
FI

del mundo, de los beneficios que ofrecen las normas de la ley 27.349, lo que,
como hemos visto, constituye una manifestación del "efecto Delaware", que es
el paraíso societario de las Estados Unidos, donde lo que no se puede hacer,
por fundadas y sólidas razones en ningún estado de ese país, puede ser logrado
sin dificultades en el Estado de Delaware, donde, en materia de organización


societaria, todo se puede, todo se tolera y todo se exporta.

l) La obligación que impone el art. 51, párr. 2º, de la ley 27.349 a los
administradores no residentes en la República Argentina, de otorgar un poder a
un tercero para actuar en la República Argentina, el que ni siquiera debe
inscribirse en el Registro Público (art. 38, resolución general IGJ 38/2017),
ratifica lo expuesto en el parágrafo anterior. Este tercero puede ser identificado
con los "representantes" en la Argentina de las sociedades constituidas en
guaridas fiscales, que por lo general son los verdaderos sujetos controlantes de
la sociedad o —cuanto menos— personas allegadas a ellos.

481 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


m) La redacción de la ley 27.349, en varias de sus disposiciones (arts. 35, inc.
7º, 51, párr. 3º, 52, 53 y 56), brinda también motivos suficientes para interpretar
—más allá de mi opinión personal y de los términos de la resolución general IGJ
6/2017 que impone una solución contraria— que el representante legal de las
SAS no integra su órgano de administración, lo cual trae reminiscencias, una vez
más, de los "viejos y conocidos" apoderados de las sociedades off shore, que
tienen capacidad para administrar y disponer de todos los bienes sociales, a su
exclusivo antojo, toda vez que, en la realidad sustancial, es parte de su
patrimonio personal.

n) La lenidad del régimen de responsabilidad de los administradores de las


SAS es también rasgo característico de las sociedades constituidas en paraísos
fiscales, que se suma a la inexistencia de todo control interno y externo respecto
de su funcionamiento. Basta reparar al respecto en la eximición prevista por la

OM
resolución general IGJ 6/2017 (art. 31) en materia de prestación de garantías por
sus administradores sociales para responder por las consecuencias de su mala
gestión, así como la eliminación de la responsabilidad adicional prevista para los
administradores de las SAS por la redacción del nuevo art. 39, último párrafo, de
la ley 27.349, en la versión del decreto de necesidad y urgencia 27/2018 del 10
de enero de 2018, para tener un absoluto convencimiento de que la intención del
legislador de 2017 fue la de evitar o agravar cualquier responsabilidad de
.C
quienes integran el órgano de administración de las sociedades por acciones
simplificadas.

ñ) Las sociedades por acciones simplificadas no están obligadas a


DD

confeccionar estados contables con información complementaria de sus


balances (art. 58, ley 27.349), limitándose a contar solo con un balance y un
estado de resultados, sin memoria, dictamen de auditoría ni las demás
informaciones previstas en los arts. 64, 65 y 66 de la ley 19.550. Ello constituye
una absoluta incongruencia, habida cuenta de que se tratan, las SAS, de
LA

sociedades por acciones, a las cuales la Ley General de Sociedades las somete
a la mayor rigurosidad en materia de información.

o) Las sociedades por acciones simplificadas ni siquiera están obligadas a


acompañar copia de sus estados contables a la autoridad de control (art. 46,
FI

resolución general IGJ 6/2017), con lo cual es imposible conocer con exactitud
el estado financiero y económico de una SAS.

En definitiva: la opacidad y la notoria disminución de las responsabilidades


emergentes de la actuación de las SAS, no solo internas sino fundamentalmente


externas, son los rasgos que las identifican con las sociedades off shore, y si
bien es cierto que puede sostenerse que existen diferencias entre ambas clases
de sociedades, en tanto en las sociedades off shore adquiere relevancia a los
fines de su caracterización, el hecho de que son entidades constituidas en el
extranjero para actuar en otro país, las SAS son creadas en la República
Argentina con plena capacidad para actuar en el país, aunque también con
idéntica capacidad para operar en el exterior, como expresamente surge de la
resolución general IGJ 6/2017. Así, el hecho de que estas sociedades estén
registradas en la República Argentina no contribuyen precisamente a darle una
mayor trasparencia a su actuación, pues como también hemos señalado, las

482 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


normas de la ley 27.349 se han preocupado muy bien de dificultar a los terceros
la identidad de quienes son los integrantes de las sociedades por acciones
simplificadas y poner todo tipo de trabas a la promoción, por dichos terceros, de
las consiguientes acciones de responsabilidad contra socios y terceros, lo cual
adquiere enorme importancia en la medida en que son sociedades que nacen
absolutamente infracapitalizadas, esto es, sin la menor capacidad para poder
afrontar, con su capital social, las obligaciones contraídas, supuesto en el cual la
limitación de responsabilidad de los socios pierde todo sentido y configura un
claro ejemplo de abuso del derecho (art. 10, Cód. Civ. y Com.).

Aclarado ello, la realidad del mundo de los negocios fue la que, una vez más,
puso las cosas en su lugar, y el propósito de la nueva legislación societaria
contenida en la ley 27.349 no ha exhibido por ahora los "brotes verdes" que los
propulsores de esta ley tuvieron en cuenta, como tampoco lograron que los

OM
verdaderos emprendedores hubiesen encontrado, en el modelo de las
sociedades por acciones simplificadas, el esquema empresario más útil para
lograr sus propósitos. Para acreditar lo expuesto vengo haciendo, desde la
misma vigencia de la ley 27.349, un ejercicio que resulta a mi juicio muy
revelador, pues he tomado en cuenta un muestreo de las sociedades de este
tipo que se constituyen en la Ciudad de Buenos Aires, durante un determinado
período, para ver cuál es su verdadero mercado, y pude arribar a una conclusión
.C
absolutamente definitiva: las sociedades por acciones simplificadas, al menos
por ahora, no son otra cosa que el antiguo comerciante individual disfrazado de
sociedad que cuenta hoy con un instrumento societario de rápida constitución
para evitar poner en juego su responsabilidad personal por los riesgos que son
DD

consecuencia de la explotación de ese pequeño emprendimiento.

Para demostrar lo expuesto, exhibo al lector las características de las


sociedades por acciones simplificadas constituidas en el mes de agosto de 2018,
luego de confrontar los edictos de trescientas ochenta y nueve sociedades de
LA

este tipo, constituidas en el referido período, de cuyo análisis surge:

i) El 43,18% son sociedades unipersonales y en el 95,88% de ellas el único


socio es el administrador exclusivo de dicha sociedad, quien en el 100% de los
casos se ha designado como tal por el término de 99 años.
FI

ii) El 42,67% de las SAS cuentan con solo dos integrantes, pero solo en muy
contadas ocasiones, esto es, en el 14,14% alcanzan o superan el número de tres
integrantes. Tratándose de sociedades que solo cuentan con dos socios, en un
100% ambos integrantes son designados como únicos administradores, uno


titular y el otro suplente, por el mismo plazo de actuación de 99 años.

iii) En el 98% de los casos, los socios adoptaron el amplísimo objeto elaborado
por la Inspección General de Justicia, que imposibilita saber, con exactitud, a
qué actividad se dedica fundamentalmente la sociedad, con lo cual se priva de
toda operatividad a la norma del art. 58 de la ley 19.550, que consagra un
principio general de derecho societario, válido para todas las sociedades, y se
dificultan las acciones de nulidad previstas por los arts. 18 a 20 de la misma ley.
Solo en dos casos, esto es, el 2%, la SAS circunscribió su actividad a un objeto
único y se apartó del modelo elaborado por la autoridad de control.

483 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


iv) El plazo de duración de la sociedad, de 99 años, fue adoptado en un 100%
por todos quienes constituyeron dicha sociedad, así como para determinar el
plazo de duración de los integrantes del órgano de administración que, como
hemos visto, en un 100% de los casos está integrado por los mismos socios.

v) El 92,28% de las SAS adhirió al capital mínimo, que representa el importe


equivalente a dos veces el salario mínimo, vital y móvil, y solo el 6,7% de ellas
dotó a la sociedad con un capital superior. Solo en el 1,02% de los casos, el o
los socios fundadores optaron por un capital social superior.

vi) La administración individual de las sociedades por acciones simplificadas


es una característica muy destacable, pues se optó por ella en un 95,88%, siendo
muy pocos los casos en que los fundadores de la compañía no establecieron
una administración plural —el 4,11%—.

OM
vii) Por supuesto, en el 100% de los casos, la sociedad prescindió de su
órgano de control interno.

En definitiva, se concretó, más allá de las intenciones del legislador de la ley


27.349, que fueron otros y no precisamente proteger al emprendedor, el viejo
sueño de quienes siempre han bregado por evitar asumir los riesgos empresarios
.C
en cada emprendimiento lucrativo: tener una o varias sociedades con que
disfrazar cualquier actividad que realicen y exhibir insolvencia frente a cualquier
reclamación de terceros, anhelo que se concreta mediante la posibilidad de ser
convertirse en el administrador de la sociedad durante la vigencia de todo el
DD

contrato social, que se prevé en todos los casos en un plazo de 99 años; no


contar con otros socios, hacer solo un aporte simbólico a la sociedad al momento
de constituirla, y contar con un nuevo sujeto de derecho a su plena disposición
en el plazo de 24 horas. Y, además, como si todo ello fuera poco, no tener que
contratar a auditores, contadores certificantes ni síndicos que pudieran poner al
LA

dueño del negocio en alguna posición incómoda.


FI

§ 292. CARACTERIZACIÓN Y CONSTITUCIÓN DE LAS SOCIEDADES POR ACCIONES


SIMPLIFICADAS

Sin perjuicio de lo expuesto en los capítulos anteriores, y en cuanto a algunos




de los aspectos a destacar de este nuevo tipo societario, deben mencionarse, de


conformidad con el referido "mensaje de elevación" de la ley 27.349, que hace
las veces de una suerte de exposición de motivos, que las sociedades por
acciones simplificadas implican una desburocratización y simplificación de
procedimientos, reducción de costos y posibilidad de que su constitución esté al
alcance de un emprendedor. Tales características son las siguientes:

a. Constitución por una o varias personas humanas o jurídicas, utilizando para


ellos los medios digitales que a esos efectos establezca la reglamentación.

484 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


b. Publicación de la constitución por un día en el diario de publicaciones.

c. Posibilidad de establecer un objeto plural, pero que enuncie en forma clara


y precisa las actividades principales que lo constituyen, guarden o no conexidad
o relación entre ellas. Ello implica, lisa y llanamente, el abandono del principio de
especialidad que caracteriza a todas las personas jurídicas, que se encuentra
previsto en el art. 141 del Código Civil y Comercial de la Nación, conforme al cual
el objeto de la entidad limita la capacidad de esta.

d. Obligación de los Registros Públicos de dictar modelos de estatutos tipo


para facilitar la rápida inscripción, que podrá concretarse en el plazo de 24 horas.

e. El uso de medios con firma digital y notificaciones electrónicas.

OM
f. Contar con un capital social cuyo mínimo es equivalente a dos veces el
salario mínimo vital y móvil, esto es, la suma de $22.600 al 30 de noviembre de
2018.

g. Posibilidad de realizar aportes en bienes dinerarios o bienes no dinerarios,


pudiéndose pactar prestaciones accesorias.
.C
h. El instrumento constitutivo puede establecer que las reuniones de socios se
celebren en la sede social o fuera de ella, utilizando medios que les permitan a
los socios y participantes comunicarse simultáneamente.
DD

i. Todos los registros que obligatoriamente deben llevar las sociedades por
acciones simplificadas, con excepción del libro de Inventario y Balances, se
individualizarán por medios electrónicos ante el Registro Público.

j. El estatuto y los poderes y sus revocatorias que suscriban las sociedades


LA

por acciones simplificadas podrán ser otorgados en protocolo notarial


electrónico.

k. Posibilidad de apertura de cuenta bancaria y la obtención de la Clave Única


de Identificación Tributaria (CUIT) en forma simultánea con la inscripción de la
FI

sociedad, oportunidad en que se hará entrega a esta de los libros rubricados.

l. Para mantener su carácter de sociedades por acciones simplificadas, no


deberán estar comprendidas en ninguno de los supuestos previstos en los incs.
3º, 4º y 5º del art. 299 de la ley 19.550 ni ser controladas por una sociedad de


las comprendidas en el mencionado artículo, ni estar vinculada, en más de un


30% de su capital a una sociedad incluida en la referida norma de la ley 19.550.

La primera reflexión que corresponde efectuar respecto de estos requisitos es


la incongruencia de la denominación de este nuevo tipo social, pues si se parte
de la idea de que, como lo han manifestado los redactores de la ley 27.349, se
estructura sobre la base de la sociedad de responsabilidad limitada, el hecho de
que su capital social se divida en "partes denominadas acciones" no justifica
incluirlas dentro de las "sociedades por acciones", dentro de las cuales, como es
sabido, se encuentran las sociedades en comandita por acciones, que nada

485 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


tienen que ver con el modelo creado por la ley 27.349. Por el contrario, y dado
que, como se reconoce en el mensaje de elevación, si las fuentes de dicha
regulación han sido las leyes francesa, colombiana, mexicana y de la República
Dominicana, de "sociedades anónimas simplificadas", y así son conocidas en el
mundo, no se entiende la voluntad del legislador de denominarlas de una manera
diferente.

Que se trata de un nuevo tipo social no puede caber la menor duda para nadie,
constituyendo las SAS una mezcla híbrida de sociedades anónimas con algunas
notas distintivas de las sociedades de responsabilidad limitada, que —como
veremos— no siempre son compatibles con las disposiciones de la ley 19.550, a
punto tal que la ley 27.349 contiene soluciones totalmente contradictorias con
algunas disposiciones de orden público previstas por la Ley General de
Sociedades, que las acercan a las sociedades colectivas, como, por ejemplo, la

OM
posibilidad de estipular, en el contrato constitutivo, la prohibición de la
transferencia de las acciones o de alguna de sus clases por un plazo que no
exceda de diez años, contados a partir de la emisión de los respectivos títulos,
plazo que, de acuerdo con lo dispuesto por el art. 48, párr. 2º, de la ley
27.349, podrá ser prorrogado por períodos adicionales no mayores de dicho
plazo, siempre que la respectiva decisión se adopte por el voto favorable de la
totalidad del capital social. Ello debe interpretarse en el sentido de que,
.C
cumplidos tales requisitos, se podrá prohibir la transferencia de las acciones por
todo el plazo de vigencia de la sociedad, lo cual resulta absolutamente
contradictorio con la propia naturaleza de las sociedades de responsabilidad
limitada y las sociedades por acciones, las cuales, a tenor de lo dispuesto por
DD

los arts. 153 y 214 de la ley 19.550, tienen absolutamente prohibida dicha
posibilidad.

Resultará, en consecuencia, una misión casi imposible la de aplicar


supletoriamente las disposiciones de la ley 19.550, ya sean las normas de las
LA

SRL o de la parte general de dicha ley, en caso de no existir previsiones


concretas en la ley de apoyo al capital emprendedor sobre alguna determinada
situación que se derive de la respectiva relación societaria, pues una cosa es
recurrir supletoriamente a un ordenamiento análogo o compatible como lo
mandan los arts. 33 y 49 de la ley 27.349, y otra muy diferente es sostener que
FI

la única opción para llenar las lagunas que presenta dicha ley deba ser mediante
un sistema legal, como es la ley 19.550, que no guarda la menor coherencia y
hasta resulta contradictoria, en muchas de sus disposiciones, con las previsiones
de la referida norma.


§ 293. REQUISITOS DE CONSTITUCIÓN. LAS SOCIEDADES POR ACCIONES


SIMPLIFICADAS UNIPERSONALES

En lo que respecta a su constitución, el art. 34 de la ley 27.349, en sus partes


pertinentes, dispone que las sociedades por acciones simplificadas podrán ser
constituidas por una o varias personas humanas o jurídicas, aclarando que

486 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


aquellas, cuando fueran unipersonales, no pueden constituir ni participar en otra
sociedad unipersonal.

Por su parte, el art. 35 del mismo ordenamiento legal dispone que la sociedad
anónima simplificada podrá ser constituida por instrumento público o privado, y
en este último caso, la firma de los socios deberá ser certificada en forma judicial,
notarial, bancaria o por autoridad competente del Registro Público respectivo,
aclarando, en lo que respecta a los requisitos formales de constitución, que las
SAS podrán constituirse por medios digitales, con firma digital y de acuerdo con
la reglamentación que a tal efecto se dicte. En tales supuestos, el instrumento
deberá ser remitido a los fines de su inscripción al Registro Público
correspondiente en el formato de archivo digital que oportunamente se
establezca.

OM
El ordenamiento societario nacional autoriza, luego de la sanción de la ley
27.349, el funcionamiento de sociedades unipersonales superando la evolución
que en tal sentido implicó la ley 26.994 cuando incorporó a nuestra legislación
societaria las sociedades anónimas unipersonales, bien que subordinadas en su
existencia al cumplimiento de determinados requisitos para evitar los abusos del
socio único, como, por ejemplo, el sometimiento de la sociedad unipersonal a la
fiscalización estatal permanente y la necesidad de contar con sindicatura
.C
obligatoria. En este caso, y fiel a los objetivos de su creación, la ley de apoyo al
capital emprendedor, la ley 27.349 va más allá y autoriza la creación de este
nuevo tipo social en un plazo de 24 horas, sin control de legalidad alguno por
parte del registrador ni control de funcionamiento de cualquier clase, sin las
DD

previsiones expuestas en la ley 19.550 en su actual versión, en torno a la


necesidad del socio único de integrar totalmente el capital social y sin necesidad
de contar con órgano de fiscalización interno, salvo que así lo hubiera dispuesto
el socio único en su acto constitutivo. Tampoco estará obligada a exhibir y
acompañar sus estados contables a la Inspección General de Justicia, como lo
LA

exige el art. 67 de la ley 19.550 a toda sociedad comercial (res. IGJ 6/2017).

Esto es, un régimen de absoluta libertad para el socio único, quien podrá hacer
lo que le venga en ganas con el patrimonio social, cuando quiera y como quiera,
como si se trataran, las sociedades por acciones simplificadas, de un mero
FI

patrimonio de afectación que, salvo contadas excepciones, nuestro derecho


positivo no permite (arts. 242 y 743, Cód. Civ. y Com., que mantienen
plenamente vigente el tradicional principio de la universalidad del patrimonio).

La pésima factura técnica de la ley 27.349 plantea la duda respecto de si las




sociedades por acciones simplificadas unipersonales pueden estar integradas


por personas jurídicas, y la respuesta debe considerarse afirmativa en la medida
en que sean pluripersonales, esto es, contar con más de un socio o accionista.
Por el contrario, las sociedades por acciones simplificadas unipersonales no
pueden constituir ni participar en otras SAS unipersonales, lo cual me parece
decisión acertada, para evitar las nunca bien ponderadas "mamushkas"
societarias, verdaderos instrumentos de fraude que ofrece el mundo capitalista,
en las cuales nunca se llega al verdadero dueño de la voluntad de la sociedad
operativa.

487 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


No es secreto para nadie —al menos en este pequeño mundo del derecho
corporativo — mi total discrepancia con las sociedades unipersonales,
discrepancia que no solo pasa por cuestiones terminológicas, sino de sentido
común, jurídicas (¿qué otra cosa es el derecho sino una manifestación concreta
del sentido común?) y hasta morales, pues casi nunca las he visto funcionar a
favor de la comunidad, sino de su verdadero dueño, casi siempre con fines
inconfesables. Pero admitidas estas y resignado a su existencia, luego de la
sanción de la ley 26.994 no puedo dejar de coincidir con el legislador de la ley
27.349 en cuanto veda a las SAS unipersonales de "constituir" o "participar" en
sociedades de la misma naturaleza, pues con ello cerró el camino a la
interpretación pergeñada por cierta doctrina, muy proclive a la defensa de los
intereses corporativos, que intentó restringir el alcance del último párrafo del
nuevo art. 1º de la ley 19.550, luego de la modificación que rige a partir del año
2015 —en cuanto dispone que "La sociedad unipersonal no puede constituirse

OM
por una sociedad unipersonal"— argumentando que esta prohibición solo
comprende la participación de la sociedad anónima unipersonal en el acto
fundacional de la nueva SAU, pero no la adquisición de sus acciones, con
posterioridad a su creación y para sostener tal cosa debieron "resucitar" un viejo
argumento utilizado por ese mismo sector de la doctrina, obviamente con otros
expositores, hace ya más de cuarenta años, en torno a la interpretación del art.
123 de la ley 19.550, a los fines de permitir a las sociedades constituidas en el
.C
extranjero que pretendían participar en una sociedad local, omitiendo toda
inscripción de esa participación en el registro mercantil cuando la sociedad local
ya estaba inscripta, argumento artificial e interesado que la jurisprudencia del
fuero comercial demolió sin contemplaciones allá por el año 1975, por no
DD

comparecerse con los fines del legislador de 1972.

Resta, en materia de sociedades por acciones simplificadas unipersonales,


responder un interesante planteo que se formula el profesor Daniel Roque Vítolo,
cuando se pregunta sobre la capacidad de una sociedad anónima unipersonal,
LA

regida por la ley 19.550, para constituir o participar en una sociedad por acciones
simplificada unipersonal regida por la ley 27.349 y viceversa, esto es, si puede
una SAS unipersonal regida por la ley 27.349 constituir o participar en una
sociedad anónima unipersonal, concluyendo dicho autor en sentido positivo, por
cuanto las restricciones o impedimentos de cada tipo legal funcionan dentro de
FI

cada ley específica y en relación con cada tipo en particular, esto es, la sociedad
anónima unipersonal en el ámbito de la ley 19.550 y la sociedad por acciones
simplificada en el ámbito de la ley 27.349. De allí que, de conformidad con esta
doctrina, "parecería que no es un tema de conciliación de normas —leyes
27.349 y 19.550—, sino de regulación particular de tipos societarios particulares


que difieren entre sí —de hecho, las S.A.S. no es una sociedad anónima sino un
tipo híbrido— que permitiría —en principio—, la constitución o participación de
las sociedades unipersonales en sociedades por acciones simplificadas y de
éstas en sociedades anónimas unipersonales...".

No coincido con esta manera de ver las cosas, pues si bien se trata —las leyes
19.550 y 27.349— de cuerpos legales diferentes, la remisión que los arts. 36 y
49 de esta última ley, en cuanto dispone la aplicación supletoria de la Ley
General de Sociedades, permite concluir que dicha remisión conduce
directamente a la aplicación general de los principios generales que contiene

488 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


nuestra Ley General de Sociedades, entre los cuales se encuentra aquel,
previsto en el mismísimo art. 1º de la ley 19.550, que solo autoriza la existencia
de sociedades de un solo socio mediante la creación de sociedades anónimas
unipersonales, descalificando cualquier otra posibilidad. Si así se entienden las
cosas, no parece razonable que, por el hecho de estar legislada en un cuerpo
legal independiente, aquel principio pueda quedar soslayado, máxime cuando el
legislador emprendedor no ha ocultado —como hemos visto— su asimilación a
las sociedades de responsabilidad limitada, reguladas por la ley 19.550. Por otro
lado, ¿qué características tan excepcionales tienen los emprendedores que
pueda autorizar una excepción a la regla general prevista por el mismo art. 1º de
la ley 19.550? No parece lógico, en conclusión, predicar por un lado la
incapacidad de una sociedad anónima unipersonal para constituir otra sociedad
de esta misma naturaleza, para infringir dicha prohibición mediante el simple
recurso de constituir una sociedad por acciones simplificada, en las cuales, como

OM
regla general, las responsabilidades son exactamente las mismas.

§ 294. LA SIMPLIFICACIÓN DE TRÁMITES Y COSTOS COMO UNO DE LOS FUNDAMENTOS


.C
DE LA CREACIÓN DE LAS SAS. SU CONSTITUCIÓN POR MEDIOS DIGITALES

Una de las más importantes novedades que exhibe la legislación de apoyo a


la ley del capital emprendedor, y que constituye una de sus más importantes
DD

características, conforme lo fuera informado por los redactores de la ley 27.349


en el mensaje de elevación del respectivo proyecto al Congreso de la Nación, es
la simplificación y abaratamiento de costos de constitución, pues como ya hemos
dicho, y con la excusa de beneficiar al emprendedor, el gobierno ha buscado
mejorar posiciones en un ranking de negocios que prepara el Banco Mundial
LA

todos los años, institución que ha expuesto en todos los ámbitos posibles su
preferencia por el modelo de las sociedades de responsabilidad limitada, que es
el tipo de sociedad que toma el ranking del "Doing Business" ("haciendo
negocios") confeccionado por la aludida institución bancaria internacional y por
el cual, precisamente, ha optado la ley 27.349, aunque la denominación que esta
FI

ha reservado a las sociedades por acciones simplificadas parece desmentirlo.

Estas sociedades podrán ser constituidas por instrumento público o privado,


siguiendo el principio general previsto en el art. 4º de la ley 19.550 y, en este
último caso, la firma de los socios deberá ser certificada en forma judicial,


notarial, bancaria o por autoridad competente del Registro Público respectivo. La


claridad del texto del art. 35 de la ley 27.349, que así lo dispone, no disimula una
contradicción en que ha incurrido el legislador de apoyo al capital emprendedor,
pues de acuerdo con los arts. 165 y 316 de la Ley General de Sociedades, las
sociedades por acciones —anónimas y en comandita por acciones— se
constituyen por instrumento público, con lo cual este nuevo ordenamiento legal
es el primero de ellos que prescribe la posibilidad de constituir una sociedad por
acciones a través del instrumento privado.

489 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Ello puede explicarse por la similitud que —supuestamente y a juicio de los
redactores de la ley 27.349— existe entre las SAS y las sociedades de
responsabilidad limitada, lo cual ha sido expresamente confesado por el
legislador, pero deja al desnudo un gravísimo error en la denominación de este
nuevo tipo societario. Cabe entonces preguntarse: ¿Por qué no se las ha
denominado "sociedades de responsabilidad limitada simplificadas"? Ello
hubiera simplificado considerablemente la interpretación de la ley 27.349 a los
fines de cubrir las enormes lagunas que exhibe este nuevo cuerpo legal, porque
tal cual como están legisladas las sociedades por acciones simplificadas ante tal
posibilidad, el intérprete deberá hacer maravillas para encontrar las soluciones
aplicables a un tipo social que —curiosamente—, a pesar de sus similitudes con
las SRL, divide su capital social en acciones.

A diferencia de la ley 19.550, y en lo que se refiere a la constitución de las

OM
sociedades por acciones simplificadas por instrumento privado, el legislador de
la ley 27.349 ha otorgado a las entidades bancarias y judiciales la facultad de
certificar las firmas de los otorgantes del contrato constitutivo, los cuales se
suman a los notarios, al registrador y a cualquier "otro funcionario competente",
como lo dispone el art. 5º de la Ley General de Sociedades. No parece una
solución adecuada, pues las certificaciones bancarias son, a mi juicio,
incompatibles con la seguridad que el registrador debe contar al momento de
.C
inscribir la sociedad, y en cuanto a las autoridades judiciales, no se me ocurre,
salvo el supuesto del art. 28 de la ley 19.550 —que se refiere a los herederos
menores del socio fallecido—, otro ejemplo en que las firmas de un contrato de
sociedad por acciones simplificada puedan ser certificadas por un magistrado,
DD

salvo, claro está, en aquellas jurisdicciones en las cuales la toma de razón de


estas sociedades pudiera estar a cargo de un tribunal judicial, como sucedió en
jurisdicción nacional con el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo
Comercial de Registro, que estuvo vigente hasta el año 1980, pero aun en este
caso existiría, en el texto de la ley 27.349, una reiteración injustificable, pues el
LA

art. 35 también confiere facultad de certificar las firmas de los otorgantes a "la
autoridad competente del Registro Público respectivo".

Del mismo modo, admite, la ley 27.349, la constitución de las SAS por medios
digitales con firma digital, pero a diferencia de lo prescripto por la resolución
FI

general IGJ 6/2017, reglamentaria de aquella ley, lo hace acertadamente como


una opción de sus otorgantes y no como única manera de constituir estas nuevas
sociedades, como en forma equivocada lo ha interpretado la autoridad de control
en la aludida resolución general IGJ 6/2017, reglamentaria de aquella legislación,
que en esta materia ha sido, como dice el dicho popular, "más papista que el


papa", y cuya constitucionalidad puede ser puesta en tela de juicio con sólidos
argumentos.

Esta característica de la ley de creación de las sociedades por acciones


simplificadas que alguna doctrina, con un alto grado de exageración la ha
celebrado como una de las más importantes innovaciones en la materia
societaria de los últimos años, a punto tal de referirse, a partir de la sanción de
la ley 27.349, a la existencia de un "derecho corporativo digital" como un desafío
que nos presenta la modernidad, presenta el problema de que no todos los
registros provinciales están preparados para trabajar a velocidad de Internet.

490 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Pero además de ello, no se entienden las razones por las cuales la Inspección
General de Justicia ha erigido al procedimiento digital como el único mecanismo
idóneo para la constitución de una SAS, descartando la posibilidad de acceder
al régimen común, esto es, el expediente administrativo escrito, como surge de
lo dispuesto por los arts. 3º y 4º del anexo A de la resolución general IGJ 6/2017,
en cuanto dispone que las inscripciones en el Registro Público de la constitución,
cambio de sede, prórroga, reconducción, reformas, reglamentos, variaciones de
capital, transformación, fusión, escisión, designación y cese de administradores
y de miembros del consejo de vigilancia, en su caso; disolución, liquidación,
cancelación registral y demás actos concernientes a la operatoria de las SAS
que requieran inscripción, deberán ser tramitados a través del Sistema de
Gestión Documental Electrónica (GDE), aprobado por el dec. 561/2016 y sus
normas modificatorias, siendo la única excepción a este régimen la inscripción
de medidas ordenadas por un tribunal judicial, las que tramitarían por vía de

OM
oficio (art. 8º del anexo A de la resolución general 6/2017).

§ 295. CONTENIDO DEL INSTRUMENTO CONSTITUTIVO DE LAS SOCIEDADES POR


.C
ACCIONES SIMPLIFICADAS

1. En lo que se refiere al contenido del instrumento constitutivo de las


sociedades por acciones simplificadas, el art. 36 de la ley 27.349 dispone: "sin
DD

perjuicio de las cláusulas que los socios resuelvan incluir", deben contener los
siguientes datos:

a) El nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio, número de


documento de identidad, Clave Única de Identificación Tributaria (CUIT), Clave
LA

Única de Identificación Laboral (CUIL) o Clave de Identificación (CDI) de los


socios, en su caso. Si se tratare de una o más personas jurídicas, deberá constar
su denominación o razón social, domicilio y sede, datos de los integrantes del
órgano de administración y Clave Única de Identificación Tributaria (CUIT), Clave
de Identificación (CDI) o dar cumplimiento con la registración que a tal efecto
FI

disponga la autoridad fiscal, en su caso, así como los datos de inscripción en el


registro que corresponda.

b) La denominación social que deberá contener la expresión "Sociedad por


Acciones Simplificada", su abreviatura o la sigla SAS. La omisión a esta mención


hará responsables ilimitada y solidariamente a los administradores o


representantes de la sociedad por los actos que celebren en esas condiciones.

c) El domicilio de la sociedad y su sede. Si en el instrumento constitutivo


constare solamente el domicilio, la dirección de su sede podrá constar en el acta
de constitución o podrá inscribirse simultáneamente mediante petición por
separado suscripta por el órgano de administración. Se tendrán por válidas y
vinculantes para la sociedad todas las notificaciones efectuadas en la sede
inscripta, hasta tanto ella haya sido válidamente cancelada por el Registro
Público donde la sede haya sido registrada por la sociedad.

491 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


d) La designación de su objeto, el que podrá ser amplio o plural. Las
actividades que lo constituyen podrán guardar o no conexidad o relación entre
ellas.

e) El plazo de duración, que deberá ser determinado.

f) El capital social y el aporte de cada socio, que deberán ser expresados en


moneda nacional haciéndose constar las clases, modalidades de emisión y
demás características de las acciones y, en su caso, su régimen de aumento. El
instrumento constitutivo, además, contemplará la suscripción del capital, el
monto y la forma de integración y si correspondiere, el plazo para el pago del
saldo adeudado, que no podrá exceder de dos años desde la firma de dicho
instrumento.

OM
g) La organización de la administración, de las reuniones de socios y, en su
caso, de la fiscalización. El instrumento constitutivo deberá contener la
individualización de los integrantes de los órganos de administración y, en su
caso, del órgano de fiscalización, fijándose el término de duración en los cargos
e individualizándose el domicilio en donde serán válidas todas las notificaciones
que se les efectúen en tal carácter. En todos los casos deberá designarse un
representante legal.
.C
h) Las reglas para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas.

i) Las cláusulas para establecer los derechos y obligaciones de los socios


DD

entre sí y respecto de terceros.

j) Las cláusulas atinentes a su funcionamiento, disolución y liquidación.

k) La fecha del cierre de ejercicio.


LA

Si bien la precedente enumeración de los requisitos de las sociedades por


acciones simplificadas efectuada por el art. 36 de la ley 27.349 es más completa
que aquella prevista por el art. 11 de la ley 19.550, que rige todos los tipos
sociales allí previstos con los agregados que para las sociedades anónimas
FI

impone el art. 166 de dicho ordenamiento legal, pues incorpora, a diferencia del
art. 11, LGS, la necesidad de asentar en los estatutos la fecha del cierre de cada
ejercicio económico, lo cual constituye un dato de importancia para conocimiento
de socios y terceros, lo cierto es que el art. 36 de la ley 27.349 incurre en una
gravísima omisión, que pone al descubierto el verdadero objetivo de la


incorporación de las SAS al derecho argentino, pues no exige la acreditación por


sus fundadores del carácter de emprendedor, que es el requisito imprescindible
para recurrir a este tipo de sociedades, resultando inverosímil que un tipo social
incorporado a una ley de apoyo al emprendedor pueda ser utilizado por personas
ajenas a quienes son beneficiarios de este nuevo ordenamiento legal.
Recordemos al respecto que el art. 1º del dec. 699/2018, reglamentario de la ley
24.467 en su actual redacción, obliga a las Pymes que participan en las
sociedades de garantía recíproca a inscribirse en un registro especial para
acceder al carácter de integrantes.

492 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


2. Ahora bien, y en lo que respecta a la identificación de los socios de las
sociedades por acciones simplificadas, surge del inc. 1º del art. 36 de la ley
27.349, cuando detalla los datos que deben suministrar los integrantes de las
SAS en el acto constitutivo que, tratándose de personas jurídicas, la inscripción
previa de estas en el Registro Público es requisito expresamente requerido por
el legislador, de modo que no existe entonces la menor posibilidad de que una
sociedad por acciones simplificada esté integrada por una sociedad de las
incluidas en la sección IV de la ley 19.550.

La doctrina sin embargo no es unánime sobre el tema, y el profesor Carlos


Molina Sandoval expresa, en sentido contrario: "El artículo 30 de la LGS permite
a la sociedad anónima y a la sociedad en comandita por acciones formar parte
solo de sociedades por acciones y de sociedades de responsabilidad limitada.
La sociedad de responsabilidad limitada puede participar en cualquier tipo

OM
societario. Obviamente no podría prever la situación de las SAS —ya que la ley
es posterior a la última reforma de la ley 26.994—. El artículo 34 de la ley
27.349 dice que las SAS puede ser constituida por personas humanas o jurídicas
(no existiría prima facie inconveniente en que la SAS estuviese constituida por
una sociedad simple, art. 21 LGS). No prohíbe expresamente la constitución por
sociedad anónima. Pero las SAS, como su denominación lo dice, es
estrictamente una sociedad por acciones por la sencilla razón de tener acciones".
.C
Más allá de la contradicción que implica desentrañar la naturaleza de una
sociedad cuya denominación la encasilla en la categoría de sociedades por
acciones, pero la voluntad del legislador la encuadra dentro de la sociedades de
DD

responsabilidad limitada, lo cierto es que "las sociedades simples", como las


llama el referido profesor de la Universidad de Córdoba, no son un tipo social, y
su ubicación en la Ley General de Sociedades las ubica a continuación de las
sociedades nulas, esto es, como una anomalía de la constitución de sociedades
regularmente constituidas, de modo que su falta de inscripción registral (en el
LA

caso de las sociedades irregulares o de hecho, que constituyen el 99,99% de las


entidades previstas en la sección IV del capítulo I de la ley 19.550) no les permite
integrar sociedades por acciones simplificadas, por carecer de capacidad para
ello. Y en cuanto a las sociedades atípicas o carentes de requisitos esenciales
no tipificantes —también incluidas en la misma sección de la Ley General de
FI

Sociedades—, ellas deberán también subsanarse en los términos del art. 25 de


dicha ley, como requisito previo para integrar una SAS.

Lo que sucede es que alguna doctrina nacional, que hace la apología de las
sociedades por acciones simplificadas, piensa que la ley 26.994 hizo una


verdadera revolución en el sistema societario al modificar la sección IV del


capítulo I de la ley 19.550, cuando dicha reforma implicó fundamentalmente la
oponibilidad del contrato entre los socios y frente a terceros y un régimen de
responsabilidad de sus integrantes más acotado al previsto desde siempre para
las sociedades irregulares o de hecho, esto es, una responsabilidad ilimitada,
solidaria y no subsidiaria por las obligaciones sociales. Pero esta tesis olvida,
como hemos expresado en el párrafo anterior, que la ley no las identifica como
un nuevo tipo social ni las incluye como un tipo independiente, pues si ello fuera
así, las hubiera eliminado de la sección IV del capítulo I de la ley 19.550 y las
hubiera incluido dentro del capítulo II, dedicado a reglamentar cada uno de los

493 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


tipos sociales previstos por el ordenamiento societario. Este razonamiento es, a
mi juicio, definitivo, a los fines de analizar la capacidad de las sociedades de la
sección IV, pero si además de ello se repara que el propio art. 36, inc. 1º, de
la ley 27.349 requiere que toda persona jurídica, para integrar una SAS, debe
agregar en el instrumento constitutivo o estatuto "los datos de inscripción en el
registro que corresponda", debe llegarse a la conclusión de que la posibilidad
que una sociedad de aquellas previstas por los arts. 21 a 26 de la ley
19.550 pueda integrar una sociedad por acciones simplificada constituye una
mera expresión de deseos, carente de todo fundamento jurídico.

3. Tratándose la sociedad por acciones simplificada de un tipo social que


combina rasgos tipificantes de las sociedades de responsabilidad limitada y las
sociedades anónimas, las SAS carecen de razón social y pueden emplear
nombres de fantasía. Por otro lado, es de ponderar la incorporación de la

OM
disposición que antes de la sanción de la ley 26.994 se encontraba incluida en
el art. 164 de la ley 19.550, en materia de responsabilidad por omisión de la
identificación del tipo en la denominación social y que fuera omitida por la ley de
2015, sin razón alguna que lo justifique. En definitiva, y en lo que se refiere al
nombre social, rigen para las SAS los principios de veracidad, novedad y aptitud
distintiva que caracterizan al nombre societario en general, y que tiene por
fundamento proteger al tráfico mercantil y a los terceros que operan con dicha
.C
entidad.

4. Con respecto al domicilio y sede social, la ley 27.349 reproduce las


soluciones contenidas en la ley 19.550, luego de la reforma efectuada por la ley
DD

22.903 y por el art. 152 del Código Civil y Comercial de la Nación, aplicable a
todas las personas jurídicas no societarias, así como los efectos allí previstos. Si
bien puede estimarse sobreabundante el último párrafo del art. 36, inc. 3º, de
la ley 27.349, en cuanto agrega al principio general que se tendrán por válidas y
vinculantes para la sociedad todas las notificaciones efectuadas en la sede
LA

inscripta "... hasta tanto la misma haya sido efectivamente cancelada por el
registro donde la sede haya sido registrada por la sociedad", pues cuando la ley
habla de la validez y del carácter vinculante de las notificaciones efectuadas a la
sede social inscripta, da por supuesto que ello será así mientras no se haya
registrado una nueva sede social, toda vez que, en tal caso, aquella dirección
FI

habría dejado de ser la sede inscripta de la compañía.

Es por ello razonable que la sede social inscripta tenga vigencia hasta la
cancelación de la sociedad en el Registro Público por ser, esa registración, el
punto final de su personalidad jurídica y de su carácter de sujeto de derecho. Ello


no causará perjuicios a terceros, pues la existencia de una deuda no cancelada,


una vez cumplida la registración prevista por el art. 112 de la ley
19.550, plenamente aplicable a las SAS, torna responsable en forma solidaria e
ilimitada a todos los integrantes de la sociedad, no solo porque el contrato social
y todas sus cláusulas —inclusive el tipo elegido— han perdido vigencia con la
inscripción de la cancelación de la sociedad, sino que no debe ser merecedor de
un régimen privilegiado de responsabilidad quien ha omitido o consentido la
inclusión de una deuda en el balance final de liquidación, debiendo aclararse,
finalmente, que la inscripción prevista en el art. 112 de la ley 19.550 no configura
una causal extintiva de obligaciones (arts. 921 a 956, Cód. Civ. y Com.).

494 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


5. La cuestión referida al objeto social de las sociedades por acciones
simplificadas es un tema que ofrece interesantes matices, pues a pocos meses
de la sanción de la ley 27.349, el inc. 4º del art. 36, referido al tema, fue
modificado por el decreto de necesidad y urgencia 27/2018, del 10 de enero de
2018, publicado en el Boletín Oficial un día después, sin la menor razón que lo
justifique, porque dicho decreto —dictado sin necesidad y urgencia— suprimió
sin la menor explicación un párrafo del art. 36, inc. 4º, de la ley 27.349, en cuanto
exigía a los constituyentes de la sociedad enunciar en forma clara y precisa las
actividades principales que constituyen el objeto social.

La cuestión referida al objeto social y a su carácter único o plural ha sido objeto


de una importante controversia en nuestro derecho, a pesar de que de los arts.
11, inc. 4º, 19, 58, 94, inc. 4º, y 244 de la ley 19.550 y 156 del Código Civil y
Comercial de la Nación surge con toda claridad, fundamentalmente en

OM
protección de los propios integrantes de la sociedad, la necesidad de que el
objeto debía ser único, comprensivo de una actividad específica inserta dentro
de la fórmula empleada por el art. 1º de dicha ley, cuando se refiere a la
"producción o intercambio de bienes o servicios", así como la realización de
todos los actos necesarios para desarrollar la actividad principal. Así lo
dispusieron las resoluciones generales IGJ 9/2004, 7/2005 y 7/2015, hasta que
las actuales autoridades de la Inspección General de Justicia retornaron al objeto
.C
múltiple, fundados principalmente en razones de costos, pues cierta parte de la
doctrina —siempre la misma, esto es, la apologista de los empresarios y todas
sus actuaciones societarias, fraudulentas o no— había entendido innecesario
constituir por sus mismos integrantes una sociedad diferente, cuando habían
DD

iniciado alguna otra actividad, que ninguna relación tenía con la actividad
desarrollada. En definitiva, simples razones de bolsillo que, a mi criterio, no
pueden estar nunca por encima del principio de especialidad que caracteriza el
accionar de toda persona jurídica, cualquiera que fuere su clase o tipo, conforme
lo dispone el art. 58 de la ley 19.550, en cuanto reglamenta el régimen de
LA

representación de toda sociedad comercial.

No obstante y como uno de los aparentes objetivos de la sanción de la ley


27.349 fue precisamente la reducción de costos a los supuestos emprendedores,
el art. 36, inc. 4º, de dicha ley, en su versión original prescribió la necesidad de
FI

incluir en el contrato social "La designación de su objeto, que podrá ser plural y
enunciar en forma clara y precisa las actividades principales que constituyen el
mismo, que podrán guardar o no conexidad o relación entre ellas", permitiendo
de esa manera la adopción de un objeto múltiple.


Pero luego, y por razones que se desconocen, pues nada dicen al respecto
los considerandos del decreto de necesidad y urgencia del Poder Ejecutivo
nacional 27/2018, identificado como "Decreto de desburocratización y
simplificación", se suprimió la frase "... y enunciar en forma clara y precisa las
actividades principales que constituyen el mismo...", de manera tal que el
actual art. 36, inc. 4º, de la ley 27.349 dispone textualmente la necesidad de
incluir en el estatuto de la sociedad por acciones simplificada "La designación de
su objeto, el que podrá ser amplio o plural. Las actividades que lo constituyen
podrán guardar o no conexidad o relación entre ellos", eximiendo a los
integrantes de la sociedad de aclarar en el mismo instrumento constitutivo, en

495 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


forma clara y precisa, las actividades principales que constituyen el objeto social,
con lo cual las sociedades por acciones simplificadas podrán dedicarse a
cualquier cosa, sin conocimiento de los terceros, y como bien lo expresa el
profesor Ernesto Martorell, la sociedad podrá vender camiones pesados,
comercializar "cubanitos" o pañales geriátricos, o, en su caso, una agencia
de scorts para ejecutivos y hotentotes, sosteniendo este autor, en conclusión que
comparto, que ningún habitante de este país ignora cómo culminó en la
República Argentina una experiencia en tal sentido, haciendo clara alusión, a mi
juicio, de los efectos nocivos de la infracapitalización societaria, pues si se admite
un objeto plural e indiscriminado, es absolutamente imposible garantizar a los
terceros la función de garantía que el capital social ofrece, en especial tratándose
de sociedades, como las sociedades por acciones simplificadas, en donde sus
integrantes limitan su responsabilidad al aporte efectuado.

OM
En definitiva, la ley 27.349 volvió al objeto múltiple, pero no creo que ello se
deba a una razón de costos, sino de evitar la transparencia en el accionar de
este nuevo molde de sociedades, en las cuales ni siquiera se deberá aclarar el
objeto social con claridad y precisión, como lo manda el art. 156 del Código Civil
y Comercial para todas las personas jurídicas, y el art. 11, inc. 4º, de la ley
19.550 para las sociedades comerciales, con lo que se corre el riesgo de que
ello aleccione a los mal intencionados a caer en la ilicitud de su objeto disfrazado,
.C
como los reprobados por los arts. 18 a 20 de la ley 19.550. Una excepción que,
una vez más, acerca a las sociedades por acciones simplificadas a las
sociedades off shore, en tanto la multiplicidad e imprecisión del objeto social
constituye una de las tantas características de estas nefastas compañías.
DD

6. Si bien el requisito del contrato social de las sociedades por acciones


simplificadas, consistente en la determinación del régimen de distribución de
ganancias y pérdidas, se encuentra en el art. 11, inc. 7º, de la ley 19.550 para
todas las sociedades comerciales, en cuanto requiere la inclusión en el acto
LA

constitutivo de "Las reglas para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas",
la ley 27.349 no ha trascripto el segundo párrafo de dicha norma, que disponía:
"En caso de silencio, será en proporción de los aportes. Si se prevé solo la forma
de distribución de utilidades, se aplicará para soportar las pérdidas y viceversa",
por lo cual debe interpretarse que si nada se establece respecto de la forma de
FI

distribuir las utilidades y soportar las pérdidas, ello deberá quedar en manos del
grupo de control en cada asamblea en donde se debe resolver el destino de los
resultados de cada ejercicio, lo cual constituye un verdadero dislate y un
instrumento de opresión y abuso por las mayorías, en caso de conflicto interno,
que implica un retroceso a la época de las cavernas del derecho corporativo que


tornará aplicable con suma frecuencia la aplicación del art. 13 de la ley


19.550, de evidente orden público y plenamente aplicable a las sociedades por
acciones simplificadas que, se reitera, no son una isla dentro de nuestro derecho
societario.

Ello demuestra, una vez más, que la supuesta "modernidad" a que se refieren
los redactores de la ley 27.349, como una de las características de las SAS, no
es tal, sino solo una nueva manifestación retórica que, como se dice
vulgarmente, está destinada "a la tribuna", pues la vuelta al objeto múltiple nos
hace retroceder a épocas decimonónicas, en las cuales, y en lo que respecta a

496 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la constitución y funcionamiento de las sociedades, todo era permitido y todo era
válido, lo cual obligó a la creación de un cuerpo de inspectores, allá por el año
1893, antecedente de la actual Inspección General de Justicia, para controlar los
abusos de las pocas sociedades anónimas que funcionaban en la Capital
Federal.

§ 296. EFECTOS DE LA OMISIÓN DE LOS REQUISITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 36


DE LA LEY 27.349

Resulta de lamentar que la ley 27.349 no incluya una sección o capítulo

OM
referido a la omisión de los requisitos —tipificantes o no— previstos por los arts.
33 y 36 de dicha ley, salvo en lo referido a la omisión de la identificación del tipo
social (art. 36, inc. 2º), aunque existe consenso en la doctrina, que se comparte,
de que ella estará gobernada por la sección IV del capítulo I de la ley
19.550, atento a lo que disponen sus arts. 17 y 21 a 26, pues la ley de apoyo al
capital emprendedor no contempla régimen de nulidad o irregularidad alguno,
siendo además compatible tal solución con la naturaleza de las sociedades por
.C
acciones simplificada, requisito esencial este para la aplicación supletoria de la
Ley General de Sociedades (arts. 33 y 49, ley 27.349).
DD

§ 297. LOS MODELOS TIPO Y SU INSCRIPCIÓN EN EL REGISTRO PÚBLICO


LA

Muy lejos de la tan promocionada modernidad de este nuevo tipo social, el


último párrafo del art. 36 la ley 27.349 dispone que los Registros Públicos
aprobarán los modelos tipo de instrumentos constitutivos para facilitar la
inscripción registral.
FI

Los estatutos o modelos "tipo" tuvieron en la historia de nuestro derecho


societario una corta existencia y un no menos efímero apogeo, cuando la
resolución general IGJ 6/1980, denominada "Normas de la Inspección General
de Justicia", que fue la primera de las recopilaciones de las resoluciones
generales y particulares dictadas por este organismo desde su constitución, en


el año 1892, agregó un anexo que contenía un modelo de estatuto de sociedad


elaborado a la luz de la versión original de la ley 19.550, que perdió vigencia
cuando se sancionó la ley 22.903 de reformas al ordenamiento societario de
1972.

Cierto es que la mayor parte de las sociedades de esa época —estamos


hablando de las sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades
anónimas, porque los otros tipos societarios hacía tiempo que habían caído en
desuso— estaban constituidas sobre la base de ese estatuto tipo o modelo, pero
no lo es menos que la doctrina criticó duramente la generalización de esta

497 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


práctica, argumentando precisamente lo que hoy se destaca como una de las
características más importantes de las sociedades por acciones simplificadas,
esto es, la supremacía de la autonomía de la voluntad. Bien sostuvo la doctrina
que lo paradójico en el caso de la ley 27.349 es que, en beneficio de la rapidez
y simplificación de su trámite de inscripción registral, se establezca que los
Registros Públicos deben aprobar "modelos tipo" de instrumentos constitutivos
de SAS (art. 36), cuando no existe nada más limitante del ejercicio de la
autonomía de la voluntad de los socios que la existencia de estatutos tipo
elaborados por la práctica registral.

Una lectura del Boletín Oficial correspondiente a los años 2017 y 2018 revela
que todas las sociedades por acciones simplificadas fueron constituidas bajo el
estatuto modelo redactado en la resolución general IGJ 6/2017, de más que
dudosa constitucionalidad. Ello desmiente categóricamente la optimista

OM
afirmación de algunos cultores de este nuevo tipo social, sosteniéndose que la
SAS se presenta como un "traje a medida", o sea, como un tipo societario donde
la autonomía de la voluntad podrá desplegar sus alas inspirando modelos
asociativos ajustados a la necesidad de cada empresario y de cada proyecto,
literalmente, un modelo para armar donde las normas imperativas quedan
relegadas a su mínima expresión. Realmente, no se entiende cómo un estatuto
modelo, que es el procedimiento por el cual estas nuevas sociedades se
.C
presentan al mercado en la casi totalidad de los casos, puede ser calificado como
un traje a medida, sino más bien como de confección y de escasísima calidad.

La sola lectura del anexo A-2 de la referida resolución general IGJ 6/2017
DD

revela lo absurdo de la situación, pues el estatuto modelo allí previsto contempla


la descripción de objetos conteniendo actividades múltiples sobre la base de diez
actividades principales comunes a todas las SAS que se constituyan bajo este
modelo, y como bien lo destaca Vítolo, independientemente del deseo o del
propósito empresarial del o de los constituyente/s, si se sigue el estatuto o
LA

modelo, el objeto social será aquel por medio del cual y a tenor de los formularios
de la IGJ, "La sociedad tiene por objeto dedicarse, por cuenta propia o ajena, o
asociada a terceros, dentro o fuera del país de su creación a la creación,
producción, intercambio, fabricación, transformación, comercialización,
intermediación, representación, importación y exportación de bienes materiales,
FI

incluso recursos naturales, e inmateriales y la prestación de servicios,


relacionados directa o indirectamente con las siguientes actividades: (a)
Agropecuarias, avícolas, ganaderas, pesqueras, tamberas y vitivinícolas; (b)
comunicaciones, espectáculos, editoriales y gráficas en cualquier soporte; (c)
culturales y educativas; (d) desarrollo de tecnologías, investigación e innovación


y software; (e) gastronómicas, hoteleras y turísticas; (f) inmobiliarias y


constructoras; (g) inversoras, financieras y fideicomisos; (h) petroleras,
gasíferas, forestales, mineras y energéticas en todas sus formas; (i) salud y (j)
transporte. La sociedad tiene plena capacidad de derecho para realizar cualquier
acto jurídico en el país o en el extranjero, realizar toda actividad lícita, adquirir
derechos y contraer obligaciones. Para la ejecución de las actividades
enumeradas en su objeto, la sociedad puede realizar inversiones y aporte de
capitales a personas humanas y/o jurídicas, actuar como fiduciario y celebrar
contratos de colaboración, comprar y vender y/o permutar toda clase de títulos y
valores, tomar y otorgar créditos y realizar toda clase de operaciones financieras

498 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


excluidas las reguladas por la ley de entidades financieras, y toda otra que
requiere el concurso y/o el ahorro público".

Es importante destacar, de la lectura de este listado, que la Inspección General


de Justicia no ha incluido la producción de servicios profesionales, con lo cual
esta actividad podría considerarse fuera del alcance de las sociedades por
acciones simplificadas, cuyo objeto deberá ser siempre empresario o mercantil.

La lectura del referido anexo A-2 de la resolución general 6/2017 de la IGJ


revela que resulta casi imposible encontrar, salvo la actividad profesional, una
actividad mercantil que no se encuentre comprendida en ese absurdo listado,
incompatible, como ya se ha afirmado, con el principio de especialidad que
caracteriza el accionar de toda persona jurídica, según lo prescriben los arts. 141
y 156 del Código Civil y Comercial de la Nación, que consagra un principio

OM
general de derecho societario que la ley 27.349 que la Inspección General de
Justicia, con el dictado de la resolución general 6/2017, reglamentando dicha ley,
ha borrado de un plumazo.

Cualquier modificación que pretendiera realizarse en la redacción del objeto


social o cualquier reducción o incremento del número de las actividades previstas
por dicha resolución general, tiene por consecuencia dejar a las sociedades por
.C
acciones simplificadas fuera del instrumento constitutivo tipo y, como bien
destaca Vítolo, le vedarán el acceso al régimen simplificado y urgente de
inscripción privilegiada (art. 38, ley 27.349).
DD

§ 298. PUBLICIDAD DE LA SOCIEDAD POR ACCIONES SIMPLIFICADA


LA

A este tema se refiere el art. 37 de la ley 27.349, cuando prescribe que las
sociedades por acciones simplificadas deberán publicar por un día, en el diario
de publicaciones legales correspondiente a su lugar de constitución, un aviso
que deberá contener los siguientes datos:
FI

a) En oportunidad de su constitución, la información prevista por los incs. 1º a


7º y 11 del art. 36 de la presente ley y la fecha de su instrumento constitutivo.

b) En oportunidad de la modificación del instrumento constitutivo o de la




disolución de las SAS:

1. La fecha de la resolución de la reunión de socios que aprobó la modificación


del instrumento constitutivo o su disolución.

2. Cuando la modificación afecte alguno de los puntos enumerados en los incs.


2º a 7º y 11 del art. 36, la publicación deberá determinarlo en la forma
establecida.

499 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Alguna doctrina, muy comprometida con la filosofía liberal que impera en la ley
de apoyo al capital emprendedor, manifestó su disconformidad con este régimen
de publicidad alegando una vez más razones de costos, y en tal sentido se
sostuvo que resulta de lamentar que el legislador mantenga la antigua y vetusta
publicación edictal como medio de comunicación a terceros de la constitución y
modificación de los estatutos y, en análogo sentido, invocándose la contradicción
del propósito de simplificar y disminuir el costo del trámite, con la necesidad ficta
que implica la publicación por un día de un resumen del acto constitutivo en el
diario de publicaciones legales de la jurisdicción, agregando que la doctrina ya
ha resaltado la falta de aporte de este medio de publicidad como un modo de
contribuir a la seguridad del tráfico mercantil, además de ser un medio costoso y
poco ágil para las sociedades cerradas, como será el caso de las SAS.

No estoy de acuerdo. Bien es cierto que la conveniencia de la publicidad

OM
edictal de las convocatorias a asambleas anónimas cerradas, admitidas por
el art. 237 de la ley 19.550, es una cuestión muy controvertida que bien podría
ser suplida por una notificación fehaciente a cada socio, como lo admite el art.
159, párr. 3º, de dicha ley para las sociedades de responsabilidad limitada, pero
no sucede lo mismo con la publicidad requerida por los arts. 14 de la ley 19.550 y
37 de la ley 27.349, pues es de suma utilidad para los terceros y el público en
general conocer con exactitud la integración personal de las sociedades que
.C
pretenden incorporarse al tráfico mercantil. Resulta asimismo sumamente
importante conocer para la comunidad la denominación social de la nueva
entidad, a los fines de oponerse incluso al nombre societario por razones de
homonimia, el lugar donde funciona la sede social, la fecha de cierre de ejercicio,
DD

el régimen de representación, la cifra del capital social y su relación con el objeto,


aunque esta vinculación no es requerida actualmente por la Inspección General
de Justicia, la cual, en el art. 23 de la resolución general 6/2017, dispone que
"En ningún caso, cualquiera sea la naturaleza o diversidad del objeto social, se
exigirá la acreditación de un capital social que supere el capital social mínimo
LA

previsto por el artículo 40 de la ley 27.349", norma administrativa que, como


hemos ya manifestado, peca de absoluta inconstitucionalidad, pues supera en
sus alcances la previsión del art. 40 de la ley 27.349 que, como es sabido,
establece el capital social de las SAS que no puede ser inferior al importe
equivalente a dos veces el salario mínimo vital y móvil, de $22.600 al mes de
FI

enero de 2019, suma que no alcanza ni para los gastos de constitución y


publicidad del acto constitutivo.

El referido art. 40 de la ley 27.349, como habrá advertido el lector, se refiere


solo al capital mínimo de las SAS y no al máximo, como pretende hacernos creer


la autoridad de control en el art. 23 de la resolución general 6/2017,


reglamentaria de la ley 27.349. Es de toda evidencia concluir que jamás podría
el registrador oponerse a que los integrantes de una SAS pretendan dotarla de
un capital superior al absurdo monto previsto por el art. 40 de dicha ley, que no
cumple la función de garantía que los redactores de la ley 19.550 le asignaron al
capital social de una compañía mercantil, ni podría admitirse tampoco, pues
media en ello razones de evidente interés público, que una sociedad por
acciones simplificada pretenda dedicarse al tráfico aerocomercial, a título de
ejemplo, con solo $22.600. Sin embargo, la resolución general 6/2017 de la IGJ
es absolutamente coherente, pues la aludida norma del art. 40 se compatibiliza

500 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


con el anexo de la misma resolución que prevé el listado de actividades que una
SAS podrá realizar y que comprende todas las actividades incluidas dentro del
concepto de "producción o intercambio de bienes o servicios" previsto por el art.
1º de la ley 19.550, con lo cual queda absolutamente claro y fuera de toda
discusión que al legislador emprendedor y al encargado del Registro Público de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la función de garantía del capital social,
así como el fenómeno de la infracapitalización y la protección de los terceros, es
cuestión que le resulta totalmente indiferente.

Sin perjuicio de ello, el art. 37 de la ley 27.349, que impone la publicidad de la


SAS por medio de la publicación de edictos, incurre en una grave omisión, que
tampoco se estima casual. Dispone el inc. b) de dicha norma que en oportunidad
de la modificación del contrato constitutivo de las SAS, debe publicarse un aviso
en el Boletín Oficial por un día, solo "cuando la modificación afecte alguno de los

OM
puntos enumerados en los incisos 2 a 7 y 11 del artículo 36", esto es, la
denominación social, el domicilio y sede social, la designación del objeto, el plazo
de duración, la designación de los integrantes de sus órganos y la fecha de cierre
de ejercicio, olvidando consignar en el edicto el cambio de los integrantes de la
sociedad que la ley 27.349 impone en el inc. 1º del art. 36. Ahí precisamente está
la trampa, que ratifica la nula voluntad de transparencia del legislador de la ley
de apoyo al capital emprendedor, pues con ello se permite omitir toda publicidad
.C
respecto de la cesión de las acciones efectuada por cualquiera de los socios, a
punto tal que el tercero interesado no podrá —salvo en el momento de la
constitución de la sociedad— conocer a las personas que integran el elenco de
integrantes de las sociedades por acciones simplificada, lo cual constituye una
DD

coincidencia más de este nuevo tipo social con las sociedades off shore en
general y las hoy derogadas SAFI uruguayas en particular.
LA

§ 299. LA INSCRIPCIÓN REGISTRAL DE LAS SOCIEDADES POR ACCIONES


SIMPLIFICADAS. INCONSTITUCIONALIDAD DE LA RESOLUCIÓN GENERAL 6/2017 DE LA
INSPECCIÓN GENERAL DE JUSTICIA
FI

Prescribe textualmente el art. 38 de la ley 27.349 que "La documentación


correspondiente deberá presentarse ante el registro público, quien previo
cumplimiento de las normas legales y reglamentarias de aplicación, procederá a
su inscripción. La inscripción será realizada dentro del plazo de 24 horas,


contado desde el día hábil siguiente al de la presentación de la documentación


pertinente, siempre que el solicitante utilice el modelo tipo de instrumento
constitutivo aprobado por el registro público.

"Los registros públicos deberán dictar e implementar las normas


reglamentarias a tales efectos y previéndose el uso de los medios digitales con
firma digital y establecer un procedimiento de notificación electrónica y
resolución de las observaciones que se realicen a la documentación presentad.
Igual criterio se aplicará respecto a las reformas del instrumento constitutivo".

501 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Debe destacarse, y ello es digno de toda ponderación, que la ley 27.349 haya
consagrado el control de legalidad del acto constitutivo y demás documentos que
el legislador impone como de inscripción obligatoria, a cargo de un organismo
especializado, como lo es la Inspección General de Justicia y los organismos
similares con actuación provincial. Coincidimos totalmente con el profesor Daniel
Roque Vítolo cuando afirma que en esta materia, la ley 27.349 ha tomado
distancia de la absurda modificación que la ley 26.994 incorporó al texto del art.
6º de la ley 19.550, cuando eliminó la disposición contenida en dicha norma,
desde la vigencia de la ley 19.550 en su original versión, por la cual la autoridad
de control debía verificar, con carácter previo a ordenar la inscripción, el
cumplimiento por parte de la sociedad de los requisitos legales y fiscales
pertinentes, ejerciendo el control de legalidad del instrumento que pretendía ser
inscripto. Se recuerda que la eliminación del control de legalidad para las
sociedades no accionarias, efectuada por la ley 26.994, fue justamente resistida

OM
por las autoridades de control de varias jurisdicciones provinciales y de la propia
Inspección General de Justicia, quienes se opusieron, con variados y fundados
argumentos, a dicho cambio legislativo, como claramente surge de la resolución
general IGJ 7/2015.

El control de legalidad previsto por el art. 38 de la ley 27.349 está a cargo de


los funcionarios de la Inspección General de Justicia, siempre y cuando los
.C
otorgantes de la nueva sociedad por acciones simplificada (SAS) no hayan
recurrido al estatuto tipo o estatuto modelo para constituirla, lo cual no constituye
opción en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde la Inspección General
de Justicia, en el art. 8º de la resolución general 6/2017, solo autoriza —a
DD

contrapelo de la ley 27.349— la constitución de las SAS a través de la adhesión


al formulario A-2 que integra dicha normativa reglamentaria. En tal caso, el
control de legalidad, traducido por lo general en un estudio minucioso de las
cláusulas contractuales insertas en el contrato social o estatuto, queda
reemplazado por la simple adhesión a un formulario, continente de ciertas
LA

cláusulas usuales, al cual los socios fundadores deberán solo llenar algunos
datos concretos o personales. Ello explica que, en este caso, la inscripción del
acto constitutivo de las SAS debe llevarse a cabo dentro de las 24 horas de
presentados todos los documentos, con lo cual puede afirmarse, sin temor a
equivocarnos, que nuestro país ha hecho correctamente los deberes con el
FI

Banco Mundial para mejorar su ubicación en el ranking de negocios elaborado


por dicha institución crediticia, que tanto insistió para lograr ese objetivo.

Como hemos visto, la norma del art. 39 en análisis dispone también que los
Registros Públicos deberán dictar e implementar las normas reglamentarias,


previéndose el uso de medios electrónicos con firma digital y establecer un


procedimiento de notificación electrónica y de resolución de las observaciones
que se realicen a la documentación presentada, e igual criterio debe aplicarse
respecto de las reformas del instrumento constitutivo, lo cual resulta una
disposición muy acertada, pues permitirá a los interesados seguir la evolución
del trámite registral por vía digital y subsanar las vistas —o incluso interponer
recursos contra las resoluciones dictadas por el organismo de control— por la
misma vía, evitando la consulta personal del expediente en la sede del
organismo.

502 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Sin embargo, las claras normas del art. 38 de la ley 27.349 —que
lamentablemente confunden al Registro Público con la autoridad de control a
cargo de este, el cual es un error muy difundido en nuestra práctica societaria—
han sido desvirtuadas en su sentido final por la Inspección General de Justicia,
que en la resolución general 6/2017, de fecha 27 de julio de 2017, reglamentaria
de aquella normativa, incluyó algunas normas que contradicen el espíritu y la
letra de la ley de apoyo al capital emprendedor, cuando dispone que la
registración de las SAS será exclusivamente en forma electrónica (art. 8º) y que
la Inspección General de Justicia tendrá, en materia de sociedades por acciones
simplificada, una función exclusivamente registral (art. 2º), esto es, de ordenar
su inscripción a los fines de la exhibición a terceros del documento constitutivo y
actos societarios posteriores y tornarlos oponibles (art. 2º), prescribiendo
asimismo que "Las inscripciones en el Registro Público de la constitución,
cambio de sede, prórroga, reconducción, reformas, reglamentos, variaciones de

OM
capital, transformación, fusión, escisión, designación y cese de administradores
y de miembros del consejo de vigilancia, en su caso, disolución, liquidación,
cancelación registral y demás actos concernientes a la operatoria de las SAS
que requieran inscripción, serán tramitados a través del Sistema de Gestión
Documental Electrónica (GDE), aprobado por Decreto nº 561/2016 y sus
modificatorias".
.C
En definitiva, la Inspección General de Justicia consagró, en esta materia,
algunas soluciones que exceden notoriamente sus facultades reglamentarias
(art. 11, inc. c], ley 22.315), y que resultan contradictorias con el texto de la ley
27.349 a la cual la resolución general IGJ 6/2017 pretende reglamentar, siendo
DD

su inconstitucionalidad evidente toda vez que

a) En momento alguno la ley 27.349 ha disminuido, enervado o suprimido las


facultades de la Inspección General de Justicia en materia de control del acto de
constitución o de sus reformas posteriores de las sociedades por acciones
LA

simplificadas, como lo dispone el art. 2º de dicha reglamentación, pues el art. 38


de aquella ley prescribe exactamente lo contrario, al disponer: "La
documentación correspondiente deberá presentarse ante el registro público,
quien previo cumplimiento de las normas legales y reglamentarias de aplicación,
procederá a su inscripción...".
FI

b) Si tenemos en cuenta, en consecuencia, lo dispuesto por el art. 2º de la


resolución general IGJ 6/2017, en cuanto prescribe: "Con respecto a las SAS,
esta Inspección General tendrá a su cargo exclusivamente funciones registrales.
Las SAS no estará sujeta a la fiscalización de esta autoridad de contralor durante


su funcionamiento, disolución y liquidación, ni aún en los casos en que su capital


social supere el previsto por el artículo 299 inciso 2 de la Ley General de
Sociedades nº 19.550", la contradicción de esta norma reglamentaria con el art.
38 de la ley 27.349 no puede ser más evidente.

c) Tampoco prevé la ley 27.349, como lo dispone el art. 3º de la resolución


general IGJ 6/2017, que todas las inscripciones que las SAS deben hacer en el
Registro Público deban ser tramitadas en forma digital y mucho menos que su
registración será exclusivamente en forma electrónica en el "Registro Digital de
Sociedades por Acciones Simplificadas" como prescribe el art. 8º de la referida

503 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


resolución. Muy por el contrario, la ley 27.349 solo dispone, en su art. 35, que
"La SAS podrá ser constituida por instrumento público o privado", agregando que
"La SAS podrá ser constituidas por medios digitales con firma digital", de modo
que la constitución y registración de las SAS en forma digital es solo una opción
y no el único camino para obtener su inscripción regular. Al respecto, la
utilización del verbo "podrá" en el tercer párrafo del art. 35 de la ley
27.349 despeja todo tipo de dudas.

Es de toda obviedad concluir que la Inspección General de Justicia excedió su


cometido reglamentario previsto por el art. 11, inc. c), de la ley 22315, en cuanto
dispone que, entre las funciones administrativas que esta ley le otorga a dicho
organismo, está la de "Dictar los reglamentos que estime adecuados y proponer
al Poder Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio de Justicia de la Nación, la
sanción de las normas que, por su naturaleza, excedan sus facultades". Ello no

OM
constituye una cuestión menor, sino que con aquellas disposiciones de la
resolución general IGJ 6/2017 se tiende a evitar la exhibición a terceros del
expediente administrativo o legajo completo de la sociedad por acciones
simplificada, cuya lectura por terceros, como revela la experiencia, ha sido
incómoda para muchas personas que tienen por costumbre disfrazarse de
sociedad para evitar las consecuencias de una actuación o contratación
determinada.
.C
DD

§ 300. LIMITACIONES PARA CONSTITUIR Y MANTENER EL CARÁCTER DE SOCIEDADES


POR ACCIONES SIMPLIFICADAS (SAS)

Disponía el art. 39 de la ley 27.349, en su versión original y con evidente


LA

carácter imperativo, los siguientes requisitos para constituir y mantener el tipo


social en estudio:

a) No deberá estar comprendida en ninguno de los supuestos previstos en los


incs. 1º, 3º, 4º y 5º del art. 299 de la Ley General de Sociedades 19.550.
FI

b) No podrá ser controlada por una sociedad de las comprendidas en el art.


299 de la Ley General de Sociedades 19.550, ni estar vinculada, en más de un
30 % de su capital, a una sociedad incluida en el mencionado artículo.


Aclaraba el párrafo final del art. 39 —en su versión original— de la ley


27.349, que "En caso de que las SAS, por cualquier motivo deviniera
comprendida en alguno de los supuestos previstos en los incisos 1º y 2º
precedentes, deberá transformarse en alguno de los tipos previstos en la Ley
General de Sociedades nº 19.550, e inscribir tal transformación en el registro
público correspondiente en un plazo no mayor a los seis (6) meses de
configurado ese supuesto. Durante dicho plazo y hasta la inscripción registral,
los socios responderán frente a terceros en forma solidaria, ilimitada y
subsidiaria, sin perjuicio de cualquier otra responsabilidad en que hubieran
incurrido".

504 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


No habían transcurrido aún ocho meses desde la sanción de la ley
27.349 cuando fue sancionado el decreto de necesidad y urgencia 27/2018, el
día 10 de enero de 2018 (art. 20), momento en que el Poder Ejecutivo de la
Nación entendió necesario modificar el texto original del art. 39, antes trascripto,
que en adelante está redactado de la siguiente manera:

"Artículo 39. Limitaciones. Para constituir y mantener su carácter de SAS la


sociedad:

"1. No debe estar comprendida en ninguno de los supuestos previstos en los


incisos 3, 4 y 5 del artículo 299 de la Ley General de Sociedades nº 19.550 y sus
modificatorias.

"2. No podrá ser controlada por ni participar en más del 30 por ciento del capital

OM
de sociedades comprendidos en los supuestos mencionados en el inciso. 1º
precedente.

"En caso de que la SAS resultara encuadrada en alguno de los supuestos


previstos en los incisos 1º y 2º precedentes, deberá transformarse en alguno de
los tipos previstos en la Ley General de Sociedades nº 19.550 y sus
modificatorias, e inscribir tal transformación en el Registro Público
.C
Correspondiente en un plazo no mayor a los seis (6) meses de configurado ese
supuesto. En caso de que la configuración del supuesto no resulte de un hecho
o acto propio de las SAS, el plazo se computará desde que tomó conocimiento
del mismo. La transformación no será obligatoria si antes de ese plazo, las SAS
DD

deja de estar encuadrada en alguno de dichos supuestos. Vencido el plazo


indicado sin que se hubiera producido la inscripción de la transformación en el
Registro Público correspondiente, los socios responderán frente a terceros en
forma solidaria, ilimitada y subsidiaria".
LA

Las reformas efectuadas por el denominado "superdecretazo" de enero de


2018, para cuyo dictado no existía, como ya hemos señalado, la menor
necesidad ni urgencia, fueron ratificadas por la ley 27.444 de "Simplificación y
Desburocratización para el Desarrollo Productivo de la Nación", del 18 de junio
de 2018, que han borrado de un plumazo la convicción de que las sociedades
FI

por acciones simplificadas fueron constituidas para un uso temporal y transitorio,


para ser transformadas en uno de los tipos previstos en la ley 19.550 —
sociedades anónimas y de responsabilidad limitada— cuando la empresa tuviera
ya afianzada su actividad, así como un patrimonio más consolidado que la ínfima
suma prevista en el art. 40 de la ley 27.349 y, por ello, la doctrina criticó que el


proyecto de la ley 27.349 no haya previsto un capital social máximo para este
tipo de sociedades, pues tratándose de una herramienta que tiene como principal
destinatario al pequeño y mediano empresario, resulta erróneo omitir acotar el
capital máximo que ellas pueden tener, para evitar de esta manera que se utilice
este tipo societario para canalizar emprendimientos económicos de magnitud, lo
que parece no le están reservadas.

Pero resulta que ahora, luego de la ley 27.444, las sociedades por acciones
simplificadas pueden hacer oferta pública o cotización de sus acciones en la
Bolsa, de manera que la original redacción de la ley 27.349 respecto de la

505 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


creación y funcionamiento de las sociedades por acciones simplificadas —que
les impedía encuadrarse en la hipótesis prevista por el art. 299, inc. 1º, de la ley
19.550— no tenía otra finalidad que la de convencer a los legisladores de que
se trataba de un modelo pequeño de sociedad dedicado a los emprendedores
cuando, en la realidad sustancial, ya se tenía en mente, por los creadores de
estas sociedades, que ellas podrían, en un futuro inmediato, dedicarse a
cualquier tipo de emprendimiento, aun a aquellos que solo pueden ser llevados
a cabo por las grandes empresas, lo cual ha sido ratificado por el decreto de
necesidad y urgencia 26/2017 del 10 de enero de 2018, esto es, a los ocho
meses de sancionada la ley 27.349.

Una vez más la sospecha de que el verdadero fundamento de la creación de


las SAS no es otro que la gente que está en condiciones de hacerlo pueda
disfrazar sus actuaciones y su patrimonio detrás de una sociedad, que puede ser

OM
unipersonal, con responsabilidad limitada, constituida sin aportes dinerarios, sin
riesgos de incursionar en hipótesis de infracapitalización, con una absoluta
opacidad en su actuación y sin el menor control por el organismo estatal
encargado de fiscalizarla.

De modo que, eliminado de la lista del art. 39 de la ley 27.349 la prohibición


de cotizar en Bolsa, sus únicas limitaciones se circunscriben a lo dispuesto por
.C
los incs. 3º, 4º y 5º del art. 299 de la ley 19.550, e inc. 2º de aquella disposición
de la ley 27.349, esto es:

a) No podrá participar en sociedades de economía mixta ni de sociedades


DD

anónimas con participación estatal mayoritario (art. 299, inc. 3º, LGS).

b) No podrá realizar operaciones de capitalización, de ahorro o en cualquier


forma requieran dinero o valores al público con promesas de prestaciones o
beneficios futuros (art. 299, inc. 4º, LGS).
LA

c) No podrá explotar concesiones o servicios públicos (art. 299, inc. 5º, LGS).

d) No podrá estar controlada en más de un 30% por una sociedad que haga
oferta pública o cotización de sus acciones (art. 299, inc. 1º, ley 19.550).
FI

e) No podrá participar con más del 30% de su capital social en una sociedad
que haga oferta pública o cotización de sus acciones (art. 299, inc. 1º, ley
19.550).


De manera tal que, con la reforma efectuada por el decreto de necesidad y


urgencia 27/2018, la sociedad por acciones simplificada, supuestamente creada
para promocionar las pequeñas y medianas empresas —y que además puede
ser unipersonal—, puede no solo cotizar sus acciones en la Bolsa, sino también
controlar una sociedad que opera en el mercado bursátil, lo cual se exhibe como
solución contradictoria con los objetivos originales de la ley 27.349 y demuestra,
una vez más, bien que por vía indirecta, que la República Argentina se encuentra
dentro de aquellos países que, en materia de constitución de sociedades,
semejante al que se da en los Estados Unidos, se ha denominado el "efecto

506 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Delaware", lo cual equivale a sostener la existencia de sociedades donde todo
se permite y nada se controla.

Asimismo, y en lo que respecta al párrafo final del art. 39 de la ley 27.349, que
preveía expresamente en su versión original la necesidad de la SAS que
deviniera comprendida, por cualquier motivo, en alguno de los supuestos
previstos en los incs 1º y 2º de dicha norma, de transformarse en alguno de los
tipos previstos por la ley 19.550 e inscribir dicha transformación en el Registro
Público correspondiente, en un plazo no mayor a los seis meses de configurado
ese supuesto bajo sanción de imponerles a los socios, en sus relación con
terceros y hasta tanto se produzca dicha registración, una responsabilidad
solidaria, ilimitada, aunque subsidiaria por las operaciones sociales, sin perjuicio
de cualquier otra responsabilidad en que hubieren incurrido, el nuevo texto
del art. 39 de la ley 27.349 ha reformado esta previsión, dejando sin efecto la

OM
obligatoriedad de esa transformación, "si antes de ese plazo la SAS deja de estar
encuadrada en alguno de dichos supuestos", supuesto en el cual, como lógica
consecuencia, tampoco regirá la responsabilidad solidaria, ilimitada, aunque
subsidiaria de los integrantes de las SAS, prevista en dicha norma.

Independientemente de lo expuesto, y en cuanto a la nueva redacción del art.


39, in fine, de la ley 27.349 por la ley 27.444, no se explican ni justifican tampoco
.C
las razones por las cuales, de darse los supuestos de aplicación de las
consecuencias por la falta de inscripción de la transformación en el Registro
Público en el término de seis meses, que se traduce fundamentalmente en la
responsabilidad de los socios de las SAS frente a terceros, en forma solidaria,
DD

ilimitada y subsidiaria, el decreto 27/2018 ha eliminado la referencia a "cualquier


otra responsabilidad en que se hubiese incurrido", exclusión que no tiene la
menor explicación en los fundamentos de dicho decreto y que solo pueden
encontrar algún sentido —que obviamente no se comparte— en la clara y
reiterada predisposición del redactor de la ley 27.349 y su decreto modificatorio,
LA

de eximir o mitigar la responsabilidad a los integrantes de las SAS por la


actuación de estos entes, aun en situaciones no queridas por el legislador.
FI

§ 301. EL CAPITAL SOCIAL DE LAS SOCIEDADES POR ACCIONES SIMPLIFICADAS. LAS


PRESCRIPCIONES DE LA LEY 27.349


El régimen previsto por la ley 27.349 en materia de capital social constituye


uno de los temas más controvertidos que exhiben las sociedades por acciones
simplificadas (SAS).

Las principales características en esta materia son las siguientes:

a) El capital social de las SAS se divide en partes denominadas acciones (art.


40).

507 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


b) Al momento de la constitución de la sociedad, el capital social no puede ser
inferior al importe equivalente a dos veces el salario mínimo, vital y móvil (art.
40).

c) La suscripción e integración de las acciones deberá hacerse en las


condiciones, proporciones y plazos previstos en el instrumento constitutivo y los
aportes en dinero deben integrarse en un 25% como mínimo al momento de la
suscripción. La integración del saldo no podrá superar el plazo máximo de dos
años y los aportes en especie deben integrarse en un 100 % al momento de la
suscripción (art. 41).

d) Los aportes podrán realizarse en bienes dinerarios o bienes no dinerarios.


Los aportes en bienes no dinerarios podrán ser efectuados al valor que
unánimemente pacten los socios en cada caso, quienes deberán indicar en el

OM
instrumento constitutivo los antecedentes justificativos de la valuación o, en su
defecto, según los valores de plaza. En caso de insolvencia o quiebra de la
sociedad, los acreedores pueden impugnarla en el plazo de cinco años de
realizado el aporte y la impugnación no procederá si la valuación se realizó
judicialmente. Los estados contables deberán contener nota donde se exprese
el mecanismo de valuación de los aportes en especie que integran el capital
social (art. 42, párrs. 1º y 2º).
.C
e) Podrán pactarse prestaciones accesorias. En este caso, la prestación de
servicios, ya sea de socios, administradores o proveedores externos de las SAS,
podrán consistir en servicios ya prestados o a prestarse en el futuro y podrán ser
DD

aportados al valor que los socios determinen en el acto constitutivo o


posteriormente por resolución unánime de los socios, o el valor resultará del que
determinen uno o más peritos designados por los socios en forma unánime. El
instrumento constitutivo deberá indicar los antecedentes justificativos de la
valuación. Si la prestación del servicio se encontrara total o parcialmente
LA

pendiente de ejecución, la transmisión de las acciones de las que fuere titular el


socio que comprometió dicha prestación requerirá la conformidad unánime de
los socios, debiendo preverse, en su caso, un mecanismo alternativo de
integración (art. 42, párrs. 3º y 4º).
FI

f) Los socios garantizan solidaria e ilimitadamente a los terceros la integración


de los aportes (art. 43).

g) En oportunidad de aumentarse el capital social, la reunión de socios podrá


decidir las características de las acciones a emitir, indicándose clase y acciones


(art. 44, párr. 1º).

h) La emisión de acciones podrá efectuarse a valor nominal o con prima de


emisión, pudiendo fijarse primas distintas para las acciones que sean emitidas
en un mismo aumento del capital social. A tales fines, deberán emitirse acciones
de distinta clase que podrán reconocer idénticos derechos económicos y
políticos, con primas de emisión distintas (art. 44, párr. 2º).

i) El instrumento constitutivo puede, para los casos en que el aumento del


capital fuere menor al 50 % del capital social inscripto, prever el aumento del

508 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


capital social sin requerirse publicidad ni inscripción de la reunión de socios. En
cualquier caso, las resoluciones adoptadas deberán remitirse al Registro Público
por medios digitales a fin de comprobar el cumplimiento del tracto registral, en
las condiciones en que se establezcan reglamentariamente (art. 44, párrs. 3º y
4º).

j) En materia de aportes irrevocables a cuenta de futura emisión de acciones,


la ley 27.349 establece que podrán mantener tal carácter por el plazo de 24
meses contados desde la fecha de aceptación por el órgano de administración
de la SAS, el cual deberá resolver sobre su aceptación o rechazo, dentro de los
25 días del ingreso de parte o de la totalidad de las sumas correspondientes a
dicho aporte. La reglamentación que se dicte deberá establecer las condiciones
y requisitos para su instrumentación (art. 45).

OM
§ 302. LA INSUFICIENCIA DEL CAPITAL DE CONSTITUCIÓN DE LAS SOCIEDADES POR
ACCIONES SIMPLIFICADAS. EL FENÓMENO DE LA INFRACAPITALIZACIÓN
.C
El art. 40, párr. 1º, de la ley 27.349 nos brinda una de las características más
importantes de las sociedades por acciones simplificadas cuando establece que
su capital se dividirá en partes denominadas acciones.
DD

Técnicamente ello es incorrecto y encierra una verdadera contradicción, toda


vez que, en derecho societario, cuando hablamos de la "parte" en que se divide
el capital de una sociedad anónima, nos estamos refiriendo a la "acción", que es
el nombre técnico con que se divide el capital social de estas compañías. En
otras palabras, "parte" y "acción" son conceptos sinónimos cuando se trata de
LA

sociedades anónimas y por acciones.

La terminología empleada por el legislador de la ley de apoyo al capital


emprendedor no pudo ser peor, pues si nos estamos refiriendo a un subtipo de
las "sociedades por acciones" y la denominación de las sociedades previstas por
FI

la ley 27.349 no deja el menor margen de dudas al respecto, debió simplemente


reiterar el art. 163 de la ley 19.550, que encabeza la sección V del capítulo II,
dedicado a las sociedades anónimas, en cuando prescribe que "el capital se
representa por acciones", aclarando, como lo hace el art. 208 de la Ley General
de Sociedades, que "los títulos pueden representar una o más acciones", y con


ello nos hubiéramos evitado los graves problemas que supone confundir en lo
que se refiere a su capital, a las sociedades por acciones simplificadas con las
sociedades de responsabilidad limitada que, a pesar de su denominación,
parece ser el modelo en que más se inspiró el legislador del año 2017, como
surge de lo dispuesto por el art. 49 de la ley 27.349.

Pero ello no es lo único que prescribe el art. 40 de la ley 27.349, sino que esta
norma dispone que "al momento de la constitución de la sociedad, el capital no
podrá ser inferior al importe equivalente a dos (2) veces el salario mínimo vital y
móvil", con lo cual el capital social necesario para constituir una sociedad por

509 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


acciones simplificada es hoy de $22.600, monto que será elevado cada tres
meses.

Es de toda evidencia que la ridícula suma del capital social que se requieren
para las SAS, de dos sueldos del salario mínimo, vital y móvil (art. 40), que
equivale a la suma de $22.600, suma que incluso alguna doctrina proclive a la
creación de este tipo de sociedades ha calificado como "exigua y hasta
paupérrima", según palabras del jurista de Tucumán, Martín Abdala, no
constituye ninguna garantía de la sociedad para el cumplimiento de las
obligaciones sociales, máxime cuando en este nuevo tipo social no solo se
consagra la responsabilidad limitada de los socios a las acciones suscriptas y
adquiridas (art. 34) sino que se admite el objeto plural indiscriminado, lo cual
impide cualquier esfuerzo por combatir la infracapitalización. No parece
razonable, ni adecuado a la "modernidad", como equivocadamente se ha

OM
calificado a las supuestas bondades de este nuevo tipo societario, volver a las
épocas en que una persona, por el hecho de haber aportado una suma irrisoria
al momento de la constitución de la sociedad, resulte invulnerable a las acciones
judiciales promovidas por terceros en aras del cumplimiento de las obligaciones
contraídas por la sociedad.

Este panorama cobra mayor gravitación si se tiene en cuenta que, por tratarse
.C
de un claro ejemplo de infracapitalización societaria, se configura la hipótesis de
abuso del derecho, al cual se aplica la clara y contundente redacción del art. 10
del Código Civil y Comercial de la Nación que establece, referida precisamente
a esta figura —que se erige en uno de los pilares del nuevo Código unificado—,
DD

el cual dispone que "El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento


de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no
ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tales el contraríe los
fines del ordenamiento jurídico o que exceda los límites impuestos por la buena
fe, la moral y las buenas costumbres. El juez debe ordenar lo necesario para
LA

evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la situación jurídica abusiva y, si


correspondiere, a procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar su
indemnización".

Ante la redacción del art. 40 de la ley 27.349 y el absurdo monto del capital
FI

social de las SAS, cabe también preguntarse ¿Cómo compatibilizar el combate


contra el fraude societario cuando se autoriza la actuación en el mercado de
sociedades nacidas prácticamente sin capital social, pues el monto de $22.600
solo alcanza para la publicación de los edictos de convocatoria y alguno que otro
gasto de constitución?


Tampoco se alcanzan a comprender las razones por las cuales la ley


27.349 ha vinculado la suma del capital mínimo de una organización empresaria
a una cifra vinculada con los salarios. Por supuesto, consideramos aplicable a
las sociedades por acciones simplificadas la jurisprudencia dictada por nuestros
tribunales laborales, civiles y comerciales en los últimos años en materia de
infracapitalización societaria, pues no resulta tolerable, para ninguna persona
jurídica, el traslado del riesgo empresario a terceros, por más que los
beneficiados por la ley 27.349 se encuentran en la hoy ultra privilegiada, aunque
no menos difusa, categoría de emprendedores.

510 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Discrepo abiertamente con quienes predican que la función de garantía que
cumple el capital social pueda estar en crisis, como lo sostuvieron, en forma
aislada en nuestro derecho, autores como Lepera y en menor medida Araya,
entre algunos otros, quienes hicieron del tema, allá por las décadas del 80 y 90,
un verdadero caballito de batalla que afortunadamente la jurisprudencia de
ningún fuero adhirió, consagrándose, por el contrario, la responsabilidad ilimitada
y solidaria de los socios y accionistas en caso de infracapitalización societaria.
Es que, en definitiva, ninguno de los argumentos expuestos en torno a la
supuesta existencia de otros métodos indicativos —más precisos y
sofisticados— para saber si la sociedad puede hacer frente a sus compromisos,
como sostenía aquella doctrina que controvierte la función de garantía del capital
social, puede refutar, con la menor posibilidad de éxito, el hecho de que las
sociedades infracapitalizadas puedan ser compatibles con la acotada
responsabilidad limitada de los socios o accionistas que la ley le reserva a las

OM
sociedades de responsabilidad limitada, sociedades anónimas y actualmente las
sociedades por acciones simplificadas, pues si los integrantes de la sociedad
infracapitalizada, administradores incluidos, no adoptan las medidas necesarias
para capitalizar la sociedad cuando entra en situación de insolvencia y su capital
social no guarda la menor proporción con el nivel de gastos incurrido —tema que
le es de imposible desconocimiento, atento a que ello es dato que surge de los
estados contables de cada ejercicio—, no solo es lógico y coherente con todo el
.C
sistema jurídico que el principio de la limitación de la responsabilidad pierda toda
vigencia, sino que, como hemos ya expuesto, la situación queda encuadrada en
un claro supuesto de aplicación de la figura del abuso del derecho, reprimido
duramente por el art. 10 del Código Civil y Comercial de la Nación.
DD

La función de garantía del capital social no solo no está en crisis, como


predican los enemigos de la infracapitalización societaria y de sus
consecuencias respecto de la responsabilidad de quienes integran la compañía,
sino que actualmente funciona como una de las tantas manifestaciones del deber
LA

de prevención del daño, previsto expresamente por el Código Civil y Comercial


de la Nación, conforme al cual existe la obligación del socio o accionista de
controlar la suficiencia del capital social para el cumplimiento de las obligaciones
sociales y adoptar los mecanismos necesarios para su aumento, a través del
procedimiento previsto la ley 19.550 (arts. 194 a 197, 234, 235). Ello se enrola
FI

dentro del deber que pesa sobre toda persona de prevenir los daños que puedan
sufrir los terceros y que se encuentra consagrado en los arts. 1710 y 1711 del
Código unificado. Es conclusión evidente, según la lectura de dichas normas,
que el daño al cual se refieren consiste en el caso de sociedades, y entre otros
supuestos, en la traslación de los riesgos empresarios a terceros, pues cuando


las sociedades que exhiben, por su tipo, la responsabilidad limitada de los socios
por las obligaciones sociales, y estos dejan de cumplir sus compromisos, por
ausencia de suficiente capitalización, los que pagan las consecuencias de esos
incumplimientos son aquellos que se han vinculado con dicho ente y que, por su
situación en el mercado, carecen de toda posibilidad de requerir garantías
adicionales a sus administradores o controlantes.

A diferencia de las previsiones de la ley 27.349 en materia de capital social


que han consagrado, para las SAS, un capital inicial irrisorio, la suficiencia del
capital social para el cumplimiento de las obligaciones sociales es cuestión

511 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


fundamental que les compete a los socios o a los accionistas preservar, a los
fines de la adecuada y satisfactoria función de garantía que desempeña dicho
requisito del contrato social, de allí que el capital social inicial debe ser suficiente
para satisfacer los gastos de constitución y dotar a la sociedad de fondos para
poner en marcha la empresa, lo cual es absolutamente incompatible con el
mísero capital social previsto por el art. 40 de la referida ley. Es cierto que la
sociedad no se nutre solamente del capital social y que puede apelar a fondos
de terceros y puede serlo también, dentro de un contexto más teórico que real,
que las sociedades por acciones simplificadas, como entidades propicias para el
desarrollo de proyectos en el marco de una ley de apoyo a los emprendedores,
tienen un crecimiento gradual que reconoce varias fases en su evolución, pero
no lo es menos que el capital no es el patrimonio social, para cuya disminución
la ley 19.550 no requiere procedimientos específicos, más que la diligencia de
los administradores, y que los terceros (bancos, entidades financieras) no

OM
tendrán la menor responsabilidad por no haber otorgado créditos a la sociedad
infracapitalizada, pues, cuando la sociedad carece de fondos para satisfacer sus
obligaciones, son sus integrantes quienes no pueden hacerse los desentendidos
ante dicha circunstancia, sin existir justificativo alguno para evitar la puesta en
funcionamiento el mecanismo previsto por el art. 194 de la ley 19.550 para la
financiación interna del ente.
.C
Tampoco se entiende cómo pudo el legislador de la ley 27.349 disminuir el
capital social mínimo, que en materia de sociedades anónimas es de $100.000
(art. 186 de la ley 19.550), a la irrisoria suma de $22.600 para la constitución de
una sociedad por acciones simplificada, cuando el objeto de estas últimas es tan
DD

amplio que ni siquiera es necesario identificar al registrador las actividades que


la sociedad pretende realizar en su cumplimiento (ver reforma al art. 39 de la ley
27.349 por el dec. 27/2018 del 10 de enero de 2018). Ello no puede justificarse
tampoco en el hecho de que la ley 27.349 tiene como destinatarios a los
emprendedores y no a los empresarios o comerciantes, pues desde la vigencia
LA

del decreto 27/2018 y de su ley ratificatoria 27.444, que autoriza a las sociedades
por acciones simplificadas a hacer oferta pública o cotización de sus acciones,
cualquier diferencia entre una sociedad anónima y sociedad anónima
simplificada ha desaparecido, y revela, una vez más, que la supuesta
insuficiencia de fondos de los emprendedores para afrontar los gastos que
FI

implica poner en funcionamiento una sociedad ha sido solo una burda excusa
para poner en circulación en el tráfico mercantil una sociedad sin controles,
fondos ni responsabilidades de ningún tipo, y que toda la literatura sobre la
necesidad de reducción de costos o el resurgimiento de la autonomía de la
voluntad no era otra cosa que una de las tantas falsedades a que nos tiene ya


acostumbrado el gobierno electo en el año 2015 que, por supuesto, han


comprado aquellos que, no obstante predicar la necesidad de transparencia,
nunca han comprendido que detrás del control en la constitución y
funcionamiento de las sociedades está por lo general la gente de buena fe, que
no recurre a este tipo de artilugios para desempeñarse en la vida.

Como conclusión de todo lo expuesto, y por simple derivación de las reglas


que en materia de responsabilidad y prevención del daño consagra nuestro
ordenamiento común unificado, ni la existencia de un capital social mínimo de
constitución ni lo dispuesto por el art. 23 de la resolución general IGJ 6/2017,

512 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


reglamentaria de la ley 27.349, que dispone: "En ningún caso, cualquiera sea la
naturaleza o diversidad del objeto social, se exigirá la acreditación de un capital
que supere el capital mínimo previsto por el artículo 40 de la ley 27.349" —de
muy discutible fundamento legal— puede evitar que la infracapitalización
societaria, tanto original como posterior a la creación de las SAS, genere las
responsabilidades correspondientes cuando la sociedad carezca de fondos para
satisfacer sus obligaciones, siendo enteramente aplicable la moderna y reiterada
jurisprudencia antes citada, conforme a la cual, ante tal estado de situación,
impone a los socios la responsabilidad solidaria e ilimitada por el pasivo social.

OM
§ 303. RÉGIMEN DE SUSCRIPCIÓN E INTEGRACIÓN DE LAS ACCIONES DE LAS
SOCIEDADES POR ACCIONES SIMPLIFICADAS. APORTES. LAS PRESTACIONES
ACCESORIAS

1. A pesar de que el art. 41 de la ley 27.349 en su primer párrafo establece


que la suscripción e integración de las acciones deberá hacerse en las
condiciones, proporciones y plazos previstos en el instrumento constitutivo, ello
.C
se contradice con la norma, de naturaleza imperativa, que luce a continuación y
conforme a la cual el capital social de las SAS debe suscribirse íntegramente al
momento de constitución de la sociedad, y que lo único que puede delegarse en
los socios fundadores es el momento de la integración del saldo del 75% de los
DD

aportes dinerarios, que deberá ser efectivizado dentro de los dos años de la
fecha del acto constitutivo, pues los aportes en especie deben integrarse en un
100% al momento de la suscripción, así como el 25% de los aportes dinerarios.

En esta materia, se advierte también una diferencia con el régimen ordinario


LA

de las sociedades anónimas previsto por la ley 19.550, en lo que se refiere,


concretamente, a las sociedades unipersonales, pues a diferencia de las
sociedades por acciones simplificadas unipersonales, para las cuales el
legislador emprendedor no hace la menor diferencia con el resto de las SAS en
materia de integración de los aportes dinerarios y no dinerarios, en las
FI

sociedades anónimas unipersonales, el capital social deberá estar totalmente


integrado, tanto respecto de los aportes dinerarios como no dinerarios (arts. 11,
inc. 4º, y 187, ley 19.550). Por el contrario, si las sociedades anónimas son
pluripersonales, el régimen de integración de los aportes dinerarios coincide con
aquel previsto por el art. 41 de la ley 27.349. Ignoramos las razones de esta


diferencia, aunque nos imaginamos que deberá fundarse, a juicio de los cultores
de las SAS, en el hecho de la presumida y siempre invocada carencia de
recursos de los denominados emprendedores, pero ello no resulta esta vez
convincente, toda vez que la norma del art. 41 de la ley 27.349 no está pensada
en beneficio de los socios, sino que tiende a proteger a los terceros y facilitar la
trascendente función de garantía que cumple el capital social.

2. En lo que se refiere a los aportes y su valuación, debe repararse, en primer


lugar, en que el art. 42 dispone que ellos pueden realizarse en bienes dinerarios
o bienes no dinerarios, aunque la ley 27.349 no hace la menor referencia

513 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


respecto de la necesidad de que estos últimos deban ser susceptibles de
ejecución forzada, como lo prevé expresamente el art. 38 de la ley 19.550 para
los aportes no dinerarios en las sociedades de responsabilidad limitada y por
acciones.

Ello puede justificarse en la idea de que el aporte de los emprendedores puede


revestir características de muy variada especie y naturaleza, a punto tal que
alguna doctrina, bien que, en forma aislada, ha identificado a las sociedades por
acciones simplificadas como una moderna sociedad de capital e industria, a la
usanza del siglo XIX, o si se quiere, a una sociedad en comandita por acciones,
pero con responsabilidad limitada de todos los socios. Esta conclusión es muy
difícil de compartir, pues se trata —las sociedades por acciones simplificadas y
las sociedades de capital e industria— de dos tipos sociales que no guardan la
menor analogía: las primeras tienen una sola categoría de socios, una división

OM
del capital en acciones y una responsabilidad de los socios muy acotada,
características tipificantes que las históricas sociedades de capital e industria no
exhiben en la ley 19.550. De todos modos, ello carece de importancia, en tanto
el art. 43 de la ley 27.349 establece que todos los socios de las SAS garantizan
solidaria e ilimitadamente a los terceros la integración de los aportes, la
infravaluación de los aportes en especie o la imposibilidad de ejecutarlos en
razón de su propia naturaleza —trabajo personal o aporte intelectual por
.C
cualquiera de los socios—, con lo cual se protegen los derechos de los terceros
acreedores de la sociedad, que no pueden ser perjudicados en sus derechos
creditorios por la imposibilidad de ejecución de un bien o efecto no susceptible
de ejecución forzada.
DD

3. En materia de valuación de los aportes en las sociedades por acciones


simplificadas, el art. 42 de la ley 27.349 prescribe que dichos aportes podrán ser
valuados por los socios, en forma unánime, en cada caso en particular, quienes
deberán indicar en el instrumento constitutivo los antecedentes justificativos de
LA

la valuación o, en su defecto, según los valores de plaza.

Esta solución está tomada casi textualmente del art. 51 de la ley 19.550, que
también prevé que, en caso de insolvencia o quiebra de la sociedad, los
acreedores pueden impugnarla en el plazo de cinco años de realizado el aporte,
FI

salvo que la valuación se haya hecho judicialmente, criterio este que también
recepta el art. 42, párr. 2º, de la ley 27.349, el cual agrega, a diferencia del art.
51 de la ley 19.550, un párrafo que la Ley General de Sociedades no contiene,
conforme al cual "Los estados contables deberán contener nota donde se
exprese el mecanismo de valuación de los aportes en especie que integran el


capital social", disposición esta que no casa demasiado bien con la norma
prevista por el art. 58 de la ley 27.349, que acota los estados contables de las
SAS a un estado de situación patrimonial y a un estado de resultados, sin incluir
la inclusión de las notas complementarias previstas en el art. 65 de la ley 19.550.

Esta no es la única diferencia que existe entre el régimen de valuación de los


aportes en especie entre las sociedades por acciones simplificadas y el resto de
las sociedades previstas en la ley 19.550, pues como el lector seguramente
recordará, en este ordenamiento legal, que conserva su redacción general en
esta materia, prescribe en los arts. 51 y 52 un régimen especial para las

514 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


sociedades no accionarias —casi textualmente reproducida para las SAS por el
art. 42, párr. 2º, de la ley 27.349—, y otro régimen especial para las sociedades
por acciones, donde el art. 53 de la ley 19.550 requiere la necesaria aprobación
de la autoridad de control al monto de los aportes no dinerarios efectuado por los
accionistas, que conforme a dicha norma, pudieron ser determinados por su valor
de plaza cuando se tratara de bienes con valor corriente o por valuación pericial,
cuando a juicio de la autoridad de control no pudiera ser reemplazada por
informes de reparticiones estatales o bancos oficiales. Este régimen de valuación
previsto para las sociedades por acciones no ha sido tenido en cuenta por la ley
27.349, que ha optado por prescindir de la intervención de la autoridad de control
en todo lo que se refiera a la constitución de las SAS y ha diseñado un régimen
muy parecido, en la materia, a las sociedades de responsabilidad limitada, con
lo cual cabría preguntarse, una vez más, por qué ha llamado a estas nuevas
entidades "sociedades por acciones simplificadas" cuando su funcionamiento se

OM
asemeja más a una sociedad de responsabilidad limitada que a un subtipo de
sociedades por acciones.

Una última cuestión que reviste interés resolver, por la importancia que ello
supone, radica en la posibilidad de los socios integrantes de las sociedades
anónimas simplificadas de aportar un bien en uso y goce y no en propiedad.
.C
Al respecto, la ley 19.550 solo autoriza el aporte de uso y goce en las
sociedades por interés y así lo dispone el art. 45 cuando dispone, a continuación
de esa regla general, que en las sociedades de responsabilidad limitada y en las
sociedades por acciones los aportes de bienes en uso y goce solo son admisibles
DD

como prestaciones accesorias. Esta norma, a juicio de Vítolo, debe ser aplicable
estrictamente a las sociedades por acciones simplificadas, pues a pesar del
silencio que la ley 27.349 guarda al respecto, la naturaleza propia de este nuevo
tipo social y de su régimen de responsabilidad parecería derivarse tal exigencia.
No obstante, mi opinión es otra, por las siguientes razones: 1) Por cuanto el art.
LA

42 de la ley 27.349, que sienta el principio general en materia de aportes no


efectúa distinción ni limitación alguna en cuanto autoriza la dación de aportes no
dinerarios; 2) Por cuanto el particular régimen de responsabilidad previsto por el
art. 46 en materia de integración de los aportes, conforme al cual los socios
garantizan solidaria e ilimitadamente a los terceros por la integración de estos,
FI

permite superar cualquier inconveniente que pudieran tener dichos terceros a la


hora de intentar percibir su crédito ni perjudica tampoco a los socios que deben
responder por ese concepto, pues, como se trata de una responsabilidad
solidaria, siempre conservarán sus acciones contra el socio aportante que —
como aquel que ha aportado un bien en uso y goce— no ha sufrido


patrimonialmente por la ejecución de los bienes sociales y, finalmente, 3) El


régimen de prestaciones accesorias está previsto por la ley 27.349 en los últimos
párrafos del art. 42, que se refieren exclusivamente a la prestación de servicios
por parte de los socios y en ningún párrafo se refiere a los bienes no dinerarios.

4. Finalmente, y en lo que respecta a la posibilidad de efectuar prestaciones


accesorias por parte de los integrantes de las sociedades por acciones
simplificadas, el art. 42 de la ley 27.349 las autoriza expresamente, pero a
diferencia del régimen general previsto por la ley 19.550 (art. 50), que solo las
reserva a los socios, el art. 42, párr. 3º, las autoriza incluso para los

515 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


administradores o proveedores externos de las sociedades por acciones
simplificadas, lo cual constituye una verdadera novedad en nuestro
ordenamiento legal, que alguna doctrina ha calificado, en este último caso, como
un aspecto incomprensible de la ley 27.349.

Además de esa peculiaridad que ofrece hoy la ley 27.349, los requisitos
previstos por el art. 42 de la ley de apoyo al capital emprendedor para la validez
de las prestaciones accesorias allí previstos son los siguientes:

1. Deben consistir en prestaciones de servicios.

2. Podrán referirse a servicios ya prestados o a prestarse en el futuro.

3. Las prestaciones accesorias podrán ser "aportadas" al valor que los socios

OM
determinen en el instrumento constitutivo o posteriormente, por resolución
unánime de los socios o el valor resultará del que determinen uno o más peritos
designados por los socios en forma unánime. El instrumento constitutivo deberá
indicar los antecedentes justificativos de la valuación.

4. Las prestaciones accesorias deberán resultar del instrumento de


constitución o de los instrumentos de reformas posteriores, donde se precisará
.C
su contenido, duración, modalidad, retribuciones, sanciones en caso de
incumplimiento y mecanismo alternativo de integración para el supuesto de que
por cualquier causa se tornare imposible su cumplimiento.
DD

5. Solo podrán modificarse de acuerdo con lo convenido en el contrato social


o, en su defecto, con la conformidad de los obligadores y de la totalidad de los
socios. En este sentido, el último párrafo del art. 42 de la ley 27.349 sigue de
algún modo los fundamentos del último párrafo del art. 50 de la ley 19.550, que
si la prestación del servicio se encontrara total o parcialmente pendiente de
LA

ejecución, la transmisión de las acciones de las que fuera titular el socio que
comprometió dicha prestación requerirá la conformidad unánime de los socios,
debiendo preverse, en su caso, un mecanismo alternativo de integración.

Sin perjuicio de alguna desafortunada conceptualización de las prestaciones


FI

accesorias, que en el art. 42, párr. 3º, de la ley 27.349 el legislador las asimila al
concepto de aporte, lo cierto es que ellas no son aportes y por ello, no
contribuyen a la formación del capital social. Sus dadores no socios carecen de
derechos societarios, inclusive del derecho al dividendo, aun cuando su
remuneración por el servicio de la prestación accesoria pudiere estar vinculada


a los resultados del ejercicio, en tanto el objetivo de dichas prestaciones consiste


en constituirse en instrumentos para facilitar la incorporación al ente de
determinados bienes inmateriales, como los intangibles, servicios personales,
con contraprestaciones necesariamente establecidas en el contrato social.

La minuciosa preceptiva legal dedicada a las prestaciones accesorias por las


sociedades por acciones simplificadas no implica otorgarles absoluta autonomía
respecto de otras ramas del derecho, pues como bien lo prescribe el art. 62 de
la ley 27.349, que clausura la legislación de las sociedades por acciones
simplificadas, "serán de aplicación las disposiciones de la Ley de Contrato de

516 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Trabajo, 20.744 y en particular a las responsabilidades solidarias establecidas
en los artículos 29. 30 y 31 de la mencionada ley", con lo cual se evita, con toda
lógica, que las prestaciones accesorias prestadas por terceros, consistentes en
obligaciones de hacer a las SAS, con el propósito de resultar compatibles con la
protección al sujeto emprendedor, pueda constituirse como un instrumento para
disfrazar una relación de dependencia, tornando aplicable lo dispuesto por el art.
27 de la ley 20.744, el cual señala que las personas que, integrando una
sociedad, prestan a esta toda su actividad o parte principal de ella en forma
personal o habitual, con sujeción a las instrucciones o directivas que se le
impartan o pudiesen impartírseles para el cumplimiento de tal actividad, serán
consideradas como trabajadores dependientes de la sociedad a los fines de la
aplicación de esta ley y de los regímenes legales o convencionales que regulan
y protegen la prestación de trabajo en relación de dependencia.

OM
§ 304. EL RÉGIMEN DEL AUMENTO DEL CAPITAL SOCIAL EN LAS SOCIEDADES POR
ACCIONES SIMPLIFICADAS
.C
Dispone el art. 44 de la ley 27.349 que, en oportunidad de aumentarse el
capital social, la reunión de socios podrá decidir las características de las
acciones a emitir, indicando clase y derechos de estos, agregando a
continuación que el instrumento constitutivo puede, para los casos en que el
DD

aumento del capital fuera menor al 50% del capital social inscripto, prever el
aumento del capital social sin requerirse su inscripción de la resolución de la
reunión de socios. Culmina dicha norma sosteniendo que "En cualquier caso, las
resoluciones adoptadas deberán remitirse al Registro Público por medios
digitales a fin de comprobar el cumplimiento del tracto registral, en las
LA

condiciones que se establezcan reglamentariamente".

Mediante esta norma, el legislador emprendedor es absolutamente fiel a su


posición de que el capital social no cumple estrictamente, en las sociedades por
acciones simplificadas, la menor función de garantía respecto de los acreedores
FI

sociales, sino que es un simple numeral de importancia interna, a los fines de


dividir el capital en "partes" y como parámetro para computar el régimen de
mayorías en las denominadas "reuniones de socios", como la ley
27.349 denomina al órgano de gobierno de las sociedades por acciones
simplificada.


Esta norma, que carece de toda explicación y resulta violatoria del derecho
que le asiste a los terceros de percibir sus créditos sociales, reconoce sus
antecedentes en aquella de la ley 19.550 que prevé la posibilidad de aumentar
el capital social al quíntuplo, mediante asamblea ordinaria, norma prevista por el
art. 188 y cuyo sentido radicaba en evitar el doble control de legalidad a los fines
de inscribir dicho aumento en el por entonces Registro Público de Comercio
(1972), a cargo de un Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial de
Registro, cuya existencia cesó en el año 1980. Ello aconteció como
consecuencia de la sanción de la ley 22.315, denominada "Ley Orgánica de la

517 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Inspección de Justicia", que unificó el control societario en un organismo
administrativo (la Inspección General de Justicia), pues sabido era que la
autorización para funcionar otorgada por la entonces denominada Inspección
General de Personas Jurídicas no obligaba al registrador mercantil —por
entonces parte del sistema judicial— a actuar en el mismo sentido, quien podía
observar —en el ejercicio de su control de legalidad— cualquier cláusula del
estatuto, a pesar de que no hubiera sido cuestionada previamente por la
autoridad de control administrativo.

De conformidad con el régimen de la ley 19.550 —se recuerda al lector—, el


aumento del capital social, inclusive dentro del quíntuplo de su valor, configura
siempre una reforma de estatutos, que debe ser inscripto en el registro mercantil
local para su oponibilidad a terceros, y lo único que evitaba era la celebración de
una asamblea extraordinaria para resolverlo y la omisión de conformidad por

OM
parte de la Inspección General de Justicia.

No obstante que todo este régimen, incomprensiblemente, se conserva aún


en la ley 19.550, pues la norma del art. 188 de dicha ley perdió toda vigencia con
la unificación del control externo de las sociedades por acciones, y que la ley
26.994 del año 2015, más interesada en reformar temas totalmente
intrascendentes —como, por ejemplo, la modificación del régimen de nulidad de
.C
sociedades atípicas o la consagración de un régimen de responsabilidad
privilegiado para aquellos que se habían negado a cumplir con los requisitos de
inscripción del contrato constitutivo, de evidente orden público—, nada hizo para
derogar el art. 188 de la LGS, lo cierto es que el legislador emprendedor abrevó
DD

de esta norma para establecer que en las sociedades por acciones simplificadas
no es ya el aumento del quíntuplo del capital social el que podía ser objeto de
simplificación en su trámite de registración, sino —nada más ni nada menos—
cualquier aumento del capital social inscripto que no fuera menor al 50% de su
monto, el cual, a tenor del art. 43, párr. 3º, de la ley 27.349 no deberá ser objeto
LA

de registración alguna sino solo comunicada al Registro Público, sin requerirse


tampoco publicidad de ese trascendental acto societario, bastando su merca
comunicación por medios digitales y solo a los fines de controlar el tracto
registral, con total olvido del régimen de oponibilidad a terceros y conocimiento
ficto que importa toda inscripción en el Registro Público.
FI

En conclusión, y como si nada de ello le interesara a la comunidad ni al tráfico


mercantil, los aumentos del capital de las sociedades por acciones simplificadas
no se inscribirán cuando su monto no supere el 50% de su capital, y ni siquiera
se publicarán sus edictos. Todo ello, sumado a la incomprensible disposición del


art. 46 de la resolución general IGJ 6/2017, reglamentaria de la ley 27.349, que


dispone que las sociedades por acciones simplificadas no presentarán sus
estados contables ante la Inspección General de Justicia, ni aun en el supuesto
de quedar comprometidas en el art. 299, inc. 2º, de la ley 19.550, revela que se
ha exhibido un enorme retroceso en la lucha contra la infracapitalización
societaria, pues a los terceros que se han vinculado con la sociedad les será
absolutamente imposible saber si esta cuenta con suficiente capital para
responder por las obligaciones sociales y si podrá, su capital social, cumplir la
función de garantía que le es inherente, y todo ello —discúlpeseme la
acotación— por tratarse de emprendedores que en estas épocas tienen derecho

518 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a todo, entre otras cosas, a la mayor de la opacidad en lo que se refiere a su
constitución y funcionamiento. Con toda razón volvemos una vez más a la
acertadísima frase del profesor Ernesto Martorell, cuando sostiene entre signos
de exclamación que "la forma en que aparece regulada la S.A.S. espanta".

Por último, y en lo que respecta al procedimiento del aumento del capital, el


art. 44, párr. 2º, de la ley 27.349 dispone que, aprobado el aumento del capital
social, la emisión de acciones podrá efectuarse a valor nominal o con prima de
emisión, pudiendo fijarse primas distintas para las acciones que sean emitidas
en un mismo aumento del capital y, a tales fines, deberán emitirse acciones de
distinta clase que podrán reconocer idénticos derechos económicos y políticos,
con primas de emisión diferente.

La norma debió definir, antes que nada, si la prima de emisión era obligatoria

OM
o no, esto es, un mecanismo igualitario para emparejar la adquisición de
acciones por los nuevos socios que ingresan respecto de los antiguos dueños
del capital social de la compañía, en punto a la relación de precio que tienen las
nuevas acciones si se consideran las reservas acumuladas y los demás aspectos
patrimoniales previos de la sociedad que importan un mayor valor del capital
social. Pero lamentablemente, la ley 27.349 incurrió en el mismo error que la
norma del art. 202 de la ley 19.550, que solo prevé la emisión de acciones con
.C
prima de una manera opcional, pero no obligatoria, lo que conspira contra la
filosofía de la norma y alienta la proliferación de maniobras de licuación del
capital minoritario.
DD

Por otro lado, no se advierte cómo ni de qué manera pueden emitirse primas
distintas para las acciones que sean emitidas como consecuencia de un mismo
aumento del capital social, olvidando la ley 27.349 que la emisión de acciones
con prima exhibe en la Ley General de Sociedades, y como requisito de validez,
la igualdad de la prima en cada emisión (art. 202, párr. 2º), pues no se alcanza
LA

a entender cómo la correspondiente a las acciones emitidas como consecuencia


de un mismo aumento del capital puede ser con valores diferentes, cuando el
patrimonio neto de la sociedad —base para calcular dicha prima— es
exactamente el mismo. Creemos que con ello se trató de justificar la necesidad
de poder crear diversas clases de acciones, con idénticos derechos económicos
FI

y políticos, pero con diferente prima de emisión, olvidándose de reparar que la


emisión de acciones por clase no requiere distinción entre ellas que las justifique
(art. 262, ley 19.550).


§ 305. LOS APORTES IRREVOCABLES A CUENTA DE FUTURAS EMISIONES DE ACCIONES

A los célebres aportes irrevocables a cuenta de futuras emisiones se refiere


el art. 45 de la ley 27.349, cuando prescribe que dichos aportes podrán mantener
tal carácter por el plazo de 24 meses a contar desde la fecha de aceptación por
el órgano de administración de las sociedades por acciones simplificadas, el cual
deberá resolver sobre su aceptación o rechazo dentro de los 15 días del ingreso

519 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


de parte o de la totalidad de las sumas correspondientes a dicho aporte. Finaliza
dicha norma prescribiendo que la reglamentación que se dice deberá establecer
las condiciones y requisitos para su instrumentación.

Como ya lo hemos considerado cuando nos dedicamos al capital de las


sociedades anónimas, la figura de los aportes irrevocables a cuenta de futuras
emisiones de acciones no está prevista por la ley 19.550, pues su origen fue
absolutamente espurio, ideado en épocas de muy alta inflación —allá por los
principios de los 80— a los fines de no satisfacer el impuesto de sellos en
oportunidad del aumento del capital social, que muchas veces era requerido por
las autoridades bancarias, a fin de equipararlo con el patrimonio social. Pero
como dicho instituto permitió solucionar problemas financieros urgentes a la
sociedad, cuando esta no contaba con el tiempo suficiente para respetar
íntegramente todos los pasos que requiere un aumento del capital social con

OM
efectivas aportaciones (arts. 12, 234, 237, 194 y concordantes de la ley 19.550),
la jurisprudencia no tardó en receptar los aportes irrevocables, olvidando su
verdadera génesis y respetando aquellos aspectos que contribuían a mantener
una fuente de trabajo y evitar la quiebra de una empresa, que podía ser
conservada con una inyección inmediata de capital, que luego sería objeto de
capitalización.
.C
Sin embargo, la dación de aportes irrevocables a cuenta de futuras emisiones
del capital social se fue convirtiendo, en reiteradas ocasiones y merced a los
cultores de la creatividad contable, en un instrumento que conspiraba contra la
transparencia de la verdadera situación económica y financiera de la sociedad,
DD

puesto que los dadores de dichos aportes, que en puridad jurídica no eran tales,
sino entrega de fondos con el propósito de capitalizarlos en lo inmediato, se
dieron cuenta de que la situación ideal era mantener contablemente a los aportes
irrevocables en el limbo contable en una cuenta del patrimonio neto, que nunca
se procedía a capitalizar, cuando el mismo nombre de este particular instituto
LA

parecía subordinar su validez a la inmediata capitalización de los fondos


ingresados en caja bajo tal concepto y su más rápida capitalización. De esta
manera, entre los años 1990 y 2004 proliferaron las sociedades, de cualquier
tipo social, que exhibían en su estado de evolución del patrimonio neto
importantes sumas de dinero que aumentaban este patrimonio, pero no su
FI

capital, con lo cual no cumplían la función de garantía que este requisito del
contrato social o estatuto está destinado a desempeñar en las relaciones
externas del ente y, para peor, podían ser retiradas por su aportante en cualquier
momento, que por supuesto coincidía con algún integrante de su grupo de
control.


Este estado de cosas, que formó parte de la célebre aunque triste "fiesta"
societaria de la década del 90, junto con las sociedades off shore, la compra
apalancada de acciones, la operación acordeón, los resultados no asignados y
otras lindezas por el estilo, obligó a la Inspección General de Justicia a
reglamentar los aportes irrevocables en la resolución general 25/2004, que luego
fue incluida en las "Nuevas Normas de la Inspección General de Justicia" —
aprobadas por la resolución general 7/2005— conforme a la cual la sociedad
receptora del aporte irrevocable debía aceptarlo, mediante un
instrumento fehaciente —acta de directorio en las sociedades anónimas—, y

520 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


registrar contablemente los fondos recibidos en el patrimonio neto de la
sociedad. Dichos aportes debían ser objeto de capitalización dentro de los 180
días de recibidos a los fines de evitar su perpetuación en los estados contables.
Transcurrido ese plazo sin capitalizar los aportes irrevocables, cualquiera de los
aportantes podría exigir a la sociedad su reintegro y estos serían contabilizados
en el pasivo social. Diez años después, la resolución general IGJ 7/2015, que
debió adaptar las "Nuevas Normas de la Inspección General de Justicia" a los
términos de la ley 26.994, que reformó algunos aspectos de la ley
19.550, modificó el plazo de los 180 días previsto originalmente por la autoridad
de control, obligando a la sociedad a capitalizar dichos aportes, y salvo alguna
excepción aislada, durante el término del ejercicio económico en que fueron
aceptados, computando dicho plazo desde la aceptación del aporte por el órgano
de administración (arts. 103 y 315 de dicha resolución).

OM
Sin embargo, y a pesar de que la ley 26.994 no incorporó el instituto de los
aportes irrevocables a la ley 19.550, lo cierto es que la ley 27.349 no se ha
olvidado de ellos, ofreciendo como novedad la extensión del plazo de su
capitalización al plazo de 24 meses contados desde su aceptación por el órgano
de administración de las SAS, lo cual resulta un plazo sumamente excesivo, pues
conspira contra la propia naturaleza del instituto y permite todo tipo de
manipulación del patrimonio social por parte del grupo de control, según la
.C
apariencia de solvencia que quiera exhibir la sociedad en un momento
determinado.

Alguna doctrina ha cuestionado la excesiva parquedad de la norma,


DD

argumentando que la ley 27.349, en su art. 45, deja fuera muchas de las
cuestiones que plantean los aportes irrevocables a cuenta de futuras emisiones
del capital social, pero si bien es cierto que los aportes irrevocables merecen una
legislación mucho mayor, que los contemple en detalle, no parece método
legislativo adecuado tratar en un determinado y específico tipo social,
LA

reglamentado fuera de la Ley General de Sociedades, para —desde allí—


trasladar sus efectos a todo el universo societario, en especial tratándose la ley
de sociedades por acciones simplificadas —supuestamente— de una legislación
prevista para ciertos y exclusivos destinatarios, como lo son los emprendedores.
FI

El propio art. 45 de la ley 27.349 remite "a la reglamentación que se dicte a los
fines de establecer las condiciones y requisitos para su implementación", pero
tampoco la resolución general 6/2017, reglamentaria de las SAS, ha sido mucho
más explícita, pues sus arts. 43 y 44 solo disponen lo siguiente:


a) La aplicación, en lo pertinente, de lo dispuesto en la resolución general IGJ


7/2015, con excepción del plazo establecido en el art. 45 de la presente
resolución (art. 43).

b) Dichos aportes irrevocables integrarán el patrimonio neto de la sociedad


receptora desde la fecha de su aceptación por el órgano de administración y,
mientras permanezcan así contabilizados, serán computados a todos los efectos
de las normas que fijan límites o relaciones entre las participaciones y el capital
social y las relativas a la pérdida o reducción del capital social (art. 44, párr. 1º).

521 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


c) Para poder contabilizase en el patrimonio neto de las SAS, los aportes
irrevocables deben ser integrados en moneda nacional, extranjera u otras
disponibilidades de poder cancelatorio o liquidez análoga (cheques, giros,
transferencias, depósitos bancarios sin restricciones para su extracción,
excluidos los créditos, art. 44, párr. 2º).

d) El plazo máximo para mantener los aportes irrevocables dentro del


patrimonio neto de las SAS será de 24 meses contados a partir de la fecha de
su aceptación por el órgano de administración (art. 45).

Se aclara que la remisión por el art. 45 de la ley 27.349 a las reglamentaciones


que se dicten, entre las cuales se encuentra la resolución general IGJ 6/2017,
deja fuera de toda posibilidad de efectuar aportes irrevocables mediante la
dación de bienes no dinerarios, pues así lo dispone expresamente el art. 104 de

OM
la resolución general IGJ 7/2015, cuando prevé que "Los aportes de bienes en
especie y los demás contemplados en los artículos 72, 73 y 74 (títulos valores,
fondos de comercio y participaciones sociales) no podrán ser efectuados bajo el
régimen del artículo anterior (capitalización de aportes irrevocables), debiendo
sujetarse a las reglas comunes del aumento del capital social".
.C
§ 306. LAS ACCIONES DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS SIMPLIFICADAS Y SU RÉGIMEN
DD

DE TRANSMISIÓN

1. A las acciones de las sociedades por acciones simplificadas se refieren


los arts. 46 a 48 de la ley 27.349. El primero de ellos, el art. 46, dispone que "Se
podrán emitir acciones nominativas no endosables, ordinarias o preferidas,
LA

indicando su valor nominal y los derechos económicos y políticos reconocidos a


cada clase. También podrán emitirse acciones escriturales". El art. 47, por su
parte, se refiere a los derechos que las aludidas acciones pueden otorgar,
disponiendo al respecto que "Podrán reconocerse idénticos derechos políticos y
económicos a distintas clases de acciones, independientemente de que existan
FI

diferencias en el precio de adquisición o venta de las mismas. En el instrumento


constitutivo se expresarán los derechos de voto que le corresponda a cada clase
de acciones, con indicación expresa sobre la atribución de voto singular o plural,
si ello procediere". "En caso de que no se emitieran los títulos representativos de
las acciones, su titularidad se acreditará a través de las constancias de


registración que llevará las SAS en el libro de registro de acciones. Asimismo, la


sociedad deberá en estos casos expedir comprobantes de saldos de cuenta".

Finalmente, el art. 48 de la ley 27.349 se refiere a la transferencia de las


acciones, previendo lo siguiente:

"La forma de negociación o transferencia de las acciones será la prevista por


el instrumento constitutivo, en el cual se podrá requerir que toda transferencia de
acciones o de alguna clase de ellas, cuente con la previa autorización de la
reunión de socios. En caso de omisión de su tratamiento en el instrumento

522 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


constitutivo, toda transferencia de acciones deberá ser notificada a la sociedad
e inscripta en el respectivo Libro de Registro de Acciones a los fines de su
oponibilidad respecto de terceros.

"El instrumento constitutivo podrá estipular la prohibición de la transferencia


de las acciones o de alguna de sus clases, siempre que la vigencia de la
restricción no exceda del plazo máximo de diez (10) años, contados a partir de
la emisión. Este plazo podrá ser prorrogado por períodos adicionales no mayores
de diez (10) años, siempre que la respectiva decisión se adopte por el voto
favorable de la totalidad del capital social.

"Las restricciones o prohibiciones a las que están sujetas las acciones deberán
registrarse en el Libro de Registro de Acciones. En las acciones cartulares
deberán transcribirse, además, en los correspondientes títulos accionarios.

OM
Tratándose de acciones escriturales, dichas restricciones deberán constar en los
comprobantes que se emitan.

"Toda negociación o transferencia de acciones que no se ajuste a lo previsto


en el instrumento constitutivo, es de ningún valor".

Como se habrá advertido, el régimen de las participaciones societarias en las


.C
sociedades por acciones simplificadas contiene una serie de normas que
mezclan —en forma por demás incoherente— el sistema previsto por la ley
19.550 para las cuotas de las sociedades de responsabilidad limitada y las
acciones de las sociedades anónimas. Concretamente, y en lo que se refiere a
DD

las acciones, su régimen de emisión, clases y derechos, así como respecto del
régimen de inscripción de la transferencia de acciones, es común al previsto por
la Ley General de Sociedades para las sociedades anónimas. Por el contrario,
en lo que se refiere a las limitaciones a la transferencia acciones en las SAS,
el art. 48 de la ley 27.349 nos hace acordar al art. 153 de la ley 19.550, que
LA

prescribe, como sabemos, un régimen de limitación a la transferencia de cuotas


sociales, aunque existen grandes diferencias entre ambas normas, pues esta
última disposición no admite la prohibición de la transferencia de cuotas sociales,
lo que sí podría admitirse para las sociedades por acciones simplificadas, en
caso de que, por decisión unánime de sus socios, se decida prorrogar sucesiva
FI

e indefinidamente el término de 10 años previsto en el estatuto para prohibir la


transferencia de acciones o de alguna de sus clases.

La razón de esta confusión radica en que, básicamente, y a pesar de la


denominación de este nuevo tipo social "sociedades por acciones simplificada",


el legislador de la ley 27.349 las ha estructurado con base en las sociedades de


responsabilidad limitada, cuyas normas (arts. 146 a 162 de la ley 19.550) actúan,
en determinados aspectos, como normativa supletoria en caso de silencio de
la ley 27.349 o del instrumento constitutivo, incluso con prioridad a las normas
contenidas en la parte general (capítulo I) de la Ley General de Sociedades (art.
49 de dicha ley). Ello no hace otra cosa que dificultar la interpretación de esta
ley, pues no resulta un método legislativo adecuado que cada particularidad que
exhibe este nuevo tipo social deba ser interpretada según las soluciones
diferentes previstas por el legislador de 1972 para cada uno de los tipos sociales
previstos en la ley 19.550.

523 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En materia de capital social, el problema viene de la mano de la cuestionable
redacción del art. 40 de la ley 27.349, cuando prescribe que el capital social de
las SAS se dividirá en partes denominadas acciones, pues como hemos ya
afirmado, debió expresar sencillamente que el capital se representa por
acciones, como lo manifiesta el art. 163 de la ley 19.550 en oportunidad de
describir los requisitos tipificantes de las sociedades anónimas. Si así hubiese
sido legislado, sumado a la propia denominación de este nuevo tipo social,
cualquier reminiscencia al capital social de las sociedades de responsabilidad
resultaría innecesaria.

2. El art. 46 de la ley 27.349, en cuanto describe las características de las


acciones de las sociedades anónimas simplificadas, nada agrega al régimen de
acciones previstas por la ley 19.550. No se admiten —afortunadamente— las
acciones al portador —instrumento implacable de todo tipo de fraudes desde el

OM
año de sanción del original Código de Comercio (1857)— ni las acciones
nominativas endosables —verdadera curiosidad de nuestra ley 19.550, hoy
derogadas por la ley 24.587, pero que jamás fueron utilizadas en la práctica—,
sino que las acciones deben ser necesariamente acciones nominativas no
endosables, pudiendo ser ordinarias o preferidas. La ley 27.349, que ha
destacado como especial característica de las sociedades por acciones
simplificadas la emisión de diferentes clases de acciones, prescribe la necesidad
.C
de indicar en el contrato constitutivo el valor nominal y los derechos económicos
y políticos reconocidos a cada clase. Finalmente, prescribe la ley 27.349 la
posibilidad de las SAS de emitir acciones escriturales, pero estas no constituyen
una clase de acciones, sino una forma de desmaterialización de las acciones,
DD

que no estarán representadas en títulos —o "cartulares", como expresa el art.


48, párr. 3º, de la ley 27.349—, sino que su titularidad se acreditará mediante las
constancias de registración que llevarán las SAS en el libro de acciones
correspondiente o mediante la exhibición de comprobantes de saldos de dichas
cuentas (art. 47, párr. 2º).
LA

No creo necesario explayarme más sobre el particular. Basta al respecto la


remisión directa a las normas previstas en la ley 19.550, en sus arts. 207 a 226,
referidas a las acciones de las sociedades anónimas, con excepción de su
régimen de transferencia, previsto en el art. 48 de la ley 27.349, que aporta
FI

soluciones muy particulares y no menos discutibles.

3. Tampoco introduce el art. 47 de la ley 27.349 novedades importantes en


materia de emisión de acciones, pues en esta norma se ratifica que el estatuto
podrá reconocer idénticos derechos políticos y económicos a distintas clases de


acciones, aunque luego agrega, sin demasiado sentido, "independientemente de


que existan diferencias en el precio de adquisición o venta de las mismas", pues
no se entiende bien a qué alude el legislador en este punto, dado que no se trata
aquí de discutir y regular el precio de "venta" de las acciones, sino el valor de su
suscripción, conforme a las condiciones de emisión.

Debe reconocerse que la ley 19.550 no ha sido todo lo explícita que debió ser
cuando se refiere a la emisión de clase de acciones, pues dicha normativa solo
regula situaciones específicas que presenta esta figura, como, por ejemplo, la
necesidad de asambleas especiales integradas por los titulares de determinada

524 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


clase de acciones, para ciertos supuestos (art. 250), o la elección o remoción de
directores elegidos por clase de acciones (art. 262), pero lo cierto es que el hecho
de que las clases de acciones deben estar necesariamente justificadas en el
otorgamiento de diferentes derechos a los accionistas es una cuestión muy
discutible, en tanto en el derecho societario vigente pueden crearse diferentes
clases de acciones, sin diferencia de derechos políticos o económicos entre
ellas, con el solo argumento de otorgar, a los titulares de acciones de clase, el
derecho de elegir uno o más directores (art. 262).

La ley 27.349 ratifica lo expuesto en cuanto admite que en el instrumento


constitutivo de las SAS podrán reconocerse idénticos derechos políticos y
económicos a distintas clases de acciones, debiendo expresarse los derechos
de voto que le correspondan a cada clase de acciones, con indicación expresa
sobre las atribuciones de votos singular o plural, si ello procediere. Dichas

OM
constancias deberán ser expresadas en los títulos correspondientes, salvo que
no se emitieran, en cuyo caso, la respectiva titularidad se acreditará a través de
la registración que llevarán las SAS en el libro de Registro de Acciones.

La escasa factura técnica del primer párrafo del art. 47 de la ley 27.349 puede
llevar a graves confusiones toda vez que de su redacción parecería
desprenderse que la sociedad no podría emitir acciones preferidas sin derecho
.C
a voto, pues dicha norma hace expresa referencia a la necesaria indicación, en
el acto constitutivo, de la "atribución de voto singular o plural" a las acciones
emitidas por las SAS, y sabido es que la inexistencia del derecho de voto no
caracteriza a las acciones preferidas, sino la atribución de determinados
DD

derechos económicos, de los cuales las restantes acciones carecen, de modo


tal que si bien las acciones preferidas pueden carecer de derecho de voto, ello
solo será así si se ha establecido en las respectivas condiciones de emisión; de
lo contrario, cada una de ellas tendrá derecho a un voto, pero no más (art. 216 de
la ley 19.550).
LA

La pregunta es entonces la siguiente: ¿puede la sociedad por acciones


simplificada emitir acciones preferidas sin derecho a voto?

La emisión de acciones preferidas está expresamente prevista en el art. 46 de


FI

la ley 27.349, de modo que esta alternativa no puede ser puesta en duda. Sin
embargo, la prescripción legal del art. 47 de dicha ley, cuando hace referencia a
la atribución de voto singular o plural a cada una de las acciones emitidas,
plantea ciertas dudas sobre la posibilidad de la emisión de acciones preferidas
sin derecho a voto, aunque soy de opinión, basado en una interpretación finalista


de la ley de apoyo al capital emprendedor, de que esta facultad no puede ser


descartada por los beneficios financieros que por lo general reporta a la sociedad
la emisión de este tipo de acciones. Por otro lado, cuando el primer párrafo del
referido art. 47 establece que "Podrán reconocerse idénticos derechos políticos
y económicos a distintas clases de acciones", no descarta la inexistencia de
ciertos derechos políticos para una determinada clase, siempre y cuando se
respeten los supuestos fácticos que habilitan la emisión de voto por los titulares
de las acciones preferidas sin derecho a voto en el art. 217 de la ley 19.550. Y
además de ello, cuando el último párrafo del art. 47 de la ley 27.349 nos habla
de que "En el instrumento constitutivo se expresarán los derechos de voto que

525 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


le correspondan a cada clase de acciones, con indicación expresa sobre la
atribución de voto singular o plural, si ello procediere", nos permite arribar a la
misma conclusión.

Finalmente, resta ocuparnos de la emisión de acciones de voto plural que las


sociedades por acciones simplificadas pueden emitir, conforme lo autoriza —
como hemos visto— el art. 47 de la ley 27.349 que hemos trascripto en el párrafo
precedente. Sin embargo, el legislador de 2017 olvidó establecer el límite
máximo de votos que puede conferir la titularidad de cada acción, conforme a la
cláusula estatutaria que autorice la emisión de acciones privilegiadas, tema que
es de muy delicada interpretación, pues podría configurar una situación de abuso
del derecho la posibilidad de que un grupo minoritario en el capital pudiera
convertirse en sujeto controlante por el mero hecho de conservar en su poder un
número de acciones suficiente que le permita ejercer el control de derecho,

OM
merced a la cantidad de votos que le otorga la titularidad de sus acciones.

La ley 27.349 receptó la posibilidad para las sociedades por acciones


simplificadas de emitir acciones de voto plural, pero no estableció el límite
máximo de votos que pueden conferir las acciones privilegiadas ni estableció los
recaudos previstos por la Ley General de Sociedades en su art. 216 para evitar
abusos, lo cual provocará, con toda seguridad, una fuerte polémica en doctrina
.C
y podrá convertirse en una fuente inagotable de conflictos. Para evitar tales
situaciones y en tanto la ley 19.550 es de aplicación supletoria a las sociedades
por acciones simplificadas, considero aplicable a ellas el límite de cinco votos
por acción, como lo prevé el art. 216, párr. 1º, así como los demás resguardos
DD

previstos por dicha norma y por el art. 244, todos de la ley 19.550, conclusión
que se refuerza en la inexistencia de toda explicación convincente sobre la
inaplicabilidad del art. 216 de la ley 19.550 a los integrantes de una SAS, por el
mero hecho de tratarse de emprendedores.
LA

§ 307. EL RÉGIMEN DE TRANSFERENCIA DE ACCIONES


FI

El régimen de transferencia de acciones en las sociedades por acciones


simplificadas (SAS), previsto en el art. 48 de la ley 27.349, constituye uno de los
aspectos más cuestionables de esta nueva legislación.


Dispone expresamente el art. 48 de la ley 27.349 lo siguiente:

"Transferencia: La forma de negociación o transferencia de acciones será la


prevista por el instrumento constitutivo, en el cual se podrá requerir que toda
transferencia de acciones o de alguna de ellas cuente con la previa autorización
de la reunión de socios. En caso de omisión de su tratamiento en el instrumento
constitutivo, toda transferencia de acciones deberá ser notificada a la sociedad
e inscripta en el Libro de Registro de Acciones a los fines de su oponibilidad
frente a terceros.

526 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


"El instrumento constitutivo podrá estipular la prohibición de transferencia de
las acciones o de alguna de sus clases, siempre que la vigencia de la restricción
no exceda del plazo máximo de diez (10) años, contados a partir de la emisión.
Este plazo podrá ser prorrogado por períodos adicionales no mayores de diez
(10) años, siempre que la respectiva decisión se adopte por el voto favorable de
la totalidad del capital social.

"Las restricciones o prohibiciones a las que están sujetas las acciones deberán
registrarse en el Libro de Registro de Acciones. En las acciones cartulares
deberán transcribirse, además, en los correspondientes títulos accionarios.
Tratándose de acciones escriturales, dichas restricciones deberán constar en los
comprobantes que se emitan.

"Toda negociación o transferencia de acciones que no se ajuste a lo previsto

OM
en el instrumento constitutivo es de ningún valor".

Del texto de dicha norma se desprende que puede ser objeto de estipulación
en el estatuto la existencia de limitaciones o restricciones a la libre transferibilidad
de las acciones, como lo establecen los arts. 153 de la ley 19.550, referido al
régimen de limitación de transferencia de cuotas sociales, y el art. 214 de la
misma ley, que dispone, en el mismo sentido, que el estatuto puede limitar la
.C
transmisibilidad de las acciones nominativas o escriturales, sin que pueda
importar la prohibición de transferencia.

Sin embargo, no resulta ajustado a derecho que la transferencia de acciones


DD

de las sociedades por acciones simplificadas, o de una clase de ellas, pueda


requerir, cláusula estatutaria mediante, que cuente con la previa autorización de
la reunión de socios cualquiera que fuera la mayoría establecida para adoptar
decisiones sociales (art. 49, 27.349), pues se trata de una decisión personal y
particular de cualquier integrante de la sociedad que está decidiendo, en el caso,
LA

sobre un bien de su patrimonio y no de la sociedad. No se ignora que el art. 153,


párr. 2º, de la ley 19.550 admite cláusulas parecidas aunque no idénticas para
las sociedades de responsabilidad limitada, puesto que dicha norma requiere la
conformidad mayoritaria o unánime de los socios, a diferencia del art. 48, párr.
1º, de la ley 27.349, que exige previa autorización de la reunión del órgano de
FI

gobierno, pero cuanto menos debería haberse previsto que dicho acuerdo social
requiere la existencia de justa causa para denegar la transferencia de acciones,
la cual debe estar directamente relacionada con el interés de la sociedad y no
con el interés particular de los socios. Resultaría, a mi juicio, cuestionable
constitucionalmente la inserción de una cláusula que admita una cláusula en tal


sentido, y que la oposición a la transferencia de acciones por el órgano de


gobierno de la sociedad pueda ser adoptada sin una razón seria que la justifique.

Por otro lado, no se entiende qué es lo que ha querido decir el legislador de la


ley 27.349 cuando, cerrando el primer párrafo del art. 48, establece que "en caso
de omisión de su tratamiento en el instrumento constitutivo, toda transferencia
de acciones deberá ser notificada a la sociedad e inscripta en el respectivo Libro
de Registro de Acciones, a los fines de su oponibilidad respecto a terceros".

527 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


No se entienden las razones por las cuales la inscripción de la transferencia
de acciones en el libro de Registro de Acciones pueda quedar limitada a su
oponibilidad frente a terceros —los terceros acreedores del socio o de su
cesionario— y no frente a la propia sociedad y sus integrantes, pues es
inadmisible que una registración de esa transcendencia no pueda ser invocada
en lo que se refiere a las relaciones internas societarias. Por otro lado, y a la luz
de lo actualmente dispuesto por el primer párrafo del art. 48 de la ley
27.349, parecería que la transferencia de las acciones en que se divide el capital
social de las SAS debería ser inscripta en el Libro de Registro de Acciones solo
cuando exista omisión del tratamiento de esta cuestión en el instrumento
constitutivo, ante lo cual corresponde formularse la siguiente pregunta: ¿Implica
ello que el estatuto o acto constitutivo de las SAS podría eximir la notificación a
la sociedad y la inscripción de la transferencia de acciones en el libro de Registro
de Acciones Simplificada o, por el contrario, tal norma autorizaría a prever la

OM
inscripción de dicha operación en el Registro Público? Esta última hipótesis
parece impensable, porque la atribución de inscribir actuaciones en el Registro
Público es facultad de la ley, no disponible para las partes, de modo que, tal
como está redactado el art. 48 de la ley 27.349, todo parecería indicar que los
socios de una SAS podrían eximir, a través de una reglamentación privada, que
las transferencias de acciones no sean dadas a publicidad, lo cual afecta la
transparencia de la actuación de estas nuevas sociedades y, como obvia
.C
consecuencia, la seguridad de los terceros y del tráfico mercantil en general.

Por otra parte, tampoco el legislador aclara el hecho de que, por tratarse de
una ley dedicada a las sociedades de emprendedores, se puede llegar a prohibir
DD

la transferencia de las acciones, lo cual contradice el principio general de la ley


19.550, en cuanto prescribe que las si bien las cuotas sociales o las acciones
son libremente transferibles, ellas pueden ser limitadas en lo que respecta a su
transmisibilidad, en la medida en que ello no implique prohibir su transferencia,
pues dicha transmisibilidad hace a la esencia de las sociedades de
LA

responsabilidad limitada y las sociedades por acciones. Dicha prohibición, en el


caso de las sociedades por acciones simplificadas, podría darse en situación de
estipularse en el estatuto la prohibición de transferencia de las acciones o de
alguna de sus clases por el plazo máximo de 10 años, plazo que, como prescribe
el art. 48, párr. 2º, de la ley 27.349, podría ser prorrogado indefinidamente, "...
FI

siempre que la respectiva decisión se adopte por el voto favorable de la totalidad


del capital social". Si coincidimos en la aplicación del art. 248 de la ley 19.550 a
todos los tipos sociales, en cuanto prescribe que el accionista o su representante
que en una operación determinada tenga por cuenta propia o ajena un interés
contrario al de la sociedad, tiene la obligación de abstenerse de votar los


acuerdos relativos a aquella, y además, si partimos de la base de que el


accionista titular de las acciones cuya prohibición de transferencia se pretende
imponer en forma sucesiva, carecería de voto en dicha decisión, por tener
evidente interés contrario, debemos llegar entonces a la conclusión de que la
transferencia de las acciones de las SAS podrían ser prohibidas en forma
indefinida, lo cual es inadmisible y contradice la propia naturaleza de las
sociedades por acciones.

Es importante destacar, asimismo, que, por aplicación del último párrafo del
art. 48 de la ley 27.349, las restricciones o prohibiciones a las que están sujetas

528 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


las acciones deben registrarse en el libro de Registro de Acciones, y en las
acciones cartulares deberán transcribirse, además, en los correspondientes
títulos accionarios así como en los comprobantes de las cuentas de las acciones
escriturales, pero ello no impide los abusos a que puede prestarse la aplicación
de los dos primeros párrafos del art. 48 de la referida ley, que hubiesen requerido
una redacción diferente que contemple todos los intereses en juego.

Finamente, concluye el art. 48 de la ley 27.349 que toda negociación o


transferencia de acciones que no se ajuste a lo previsto en el instrumento
constitutivo es de ningún valor, disposición que resulta no solo sobreabundante
sino también cuestionable en algunos aspectos, en la medida en que comprende
también a las "negociaciones" tendientes a la ulterior transferencia de acciones,
cuando es de toda evidencia que la eventual nulidad solo se planteará una vez
concluida la operación y no antes, durante las tratativas negociales.

OM
§ 308. ORGANIZACIÓN DE LAS SOCIEDADES POR ACCIONES SIMPLIFICADAS (SAS)
.C
DD

308.1. Organización interna

Es en materia de organización interna de las SAS donde la doctrina nacional


coincide en destacar que se advierte con mayor nitidez la mayor flexibilidad de
este nuevo tipo social y el mayor poder otorgado a la autonomía de la voluntad
LA

de los contratantes, pues a juicio de muchos de los apologistas de las SAS, los
socios tienen la posibilidad de determinar la estructura de los órganos de la
sociedad y las normas que rijan su funcionamiento, esto es, cómo van a
funcionar y cómo se van a tomar las decisiones sociales.
FI

Recordemos, en primer lugar, que el art. 36 de la ley 27.349, en su inc. 7º,


exige, entre las cláusulas que integran el acto constitutivo de las SAS, "La
organización de la administración, de las reuniones de socios y, en su caso, de
la fiscalización. El instrumento constitutivo deberá contener la individualización
de los integrantes de los órganos de administración, y en su caso, del órgano de


fiscalización, fijándose el término de duración de sus cargos e individualizará el


domicilio donde serán válidas todas las notificaciones que se les efectúen en tal
carácter. En todos los casos, deberá designarse un representante legal".

Queda claro entonces que, más allá de la tan pregonada flexibilidad y agilidad
para armar y desarrollar una estructura interna acorde con las necesidades de la
sociedad, el acto constitutivo de las SAS tiene que contener obligatoriamente:

a) La organización de los órganos de gobierno, administración y fiscalización,


salvo que los integrantes de las SAS resuelvan prescindir de este último órgano.

529 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


b) La individualización de sus integrantes con expresa indicación de su
domicilio real o especial constituido al momento de aceptar el cargo.

c) El término de duración de sus cargos.

d) La designación del "representante legal".

Por su parte, el art. 49 de la ley 27.349, con el cual encabeza el capítulo IV del
título tercero de dicha ley, establece los principios generales en materia de
organización jurídica interna de las SAS, prescribiendo lo siguiente:

"Los socios determinarán la estructura orgánica de la sociedad y demás


normas que rijan el funcionamiento de los órganos sociales. Los órganos de
administración, de gobierno y de fiscalización, en su caso, funcionarán de

OM
conformidad con las normas previstas en esta ley, en el instrumento constitutivo
y supletoriamente por las de las sociedades de responsabilidad limitada y las
disposiciones generales de la Ley General de Sociedades 19.550, t.o. 1984.

"Durante el plazo en el cual la sociedad funcione con un solo socio, éste podrá
ejercer las atribuciones que la ley le confiere a los órganos sociales, en cuanto
sean compatibles, incluida la de representación legal.
.C
"Los administradores que deban participar en una reunión del órgano de
administración cuando éste fuere plural pueden autoconvocarse para deliberar,
sin necesidad de citación previa. Igual regla se aplicará para las reuniones de
DD

socios. Las resoluciones del órgano de administración que se tomen serán


válidas si asisten todos los integrantes y el temario es aprobado por la mayoría
prevista en el instrumento constitutivo. Las resoluciones del órgano de gobierno
que se tomen serán válidas si asisten los socios que representen el cien por
ciento (100 %) del capital social y el orden del día es aprobado por unanimidad".
LA

Dicha norma contiene tres partes bien definidas: a) La posibilidad de que los
socios establezcan las reglas para el funcionamiento de los órganos sociales; b)
El funcionamiento de la sociedad por acciones simplificada cuando ella está
integrada temporalmente por un solo socio y c) La previsión de un sistema de
FI

autoconvocatoria para los órganos de gobierno y administración y de adopción


de los acuerdos sociales, cuando estos fueren adoptados en una autoconvocada
reunión de socios o del órgano de administración.

Analizaremos a continuación estos tres aspectos del funcionamiento interno




de las SAS.

308.2. Normativa aplicable

530 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


En materia de organización interna de la sociedad por acciones simplificada,
esto es, en torno a los órganos de administración, de gobierno y de fiscalización,
el art. 49 de la ley 27.349 dispone la siguiente normativa aplicable:

a) Por las normas previstas en la ley 27.349 y por las cláusulas del contrato
constitutivo.

b) En forma supletoria, por las normas de las sociedades de responsabilidad


limitada y las disposiciones generales de la ley 19.550.

Este grado de prelación normativa difiere de aquel previsto en el art. 33 de


la ley 27.349, que encabeza el título III de dicha ley, dedicado a las sociedades
por acciones simplificadas (SAS), en donde se dispone que a estas se les
aplicará supletoriamente las disposiciones de la Ley General de Sociedades sin

OM
hacer la menor distinción respecto de los tipos sociales previstos en dicha
normativa. También difiere esa prelación con el nombre que el legislador
emprendedor otorgó a este nuevo tipo societario, cuando incluyó a las
sociedades por acciones simplificadas dentro de las sociedades por acciones.

Cabe en consecuencia concluir que, luego de una intensa lectura de la ley


27.349, a los fines de su aplicación, las normas de las sociedades de
.C
responsabilidad limitada solo tendrán preferencia, respecto de las demás normas
de la Ley General de Sociedades, en lo que respecta a la organización interna
de los órganos de la SAS, pues en los demás aspectos de su funcionamiento,
tanto internos como externos, podrá recurrirse a la aplicación supletoria de la ley
DD

19.550 en general y de las normas dedicadas a las sociedades anónimas en


particular, siempre y cuando las soluciones previstas en este ordenamiento
resulten compatibles con la ley de Apoyo al Capital Emprendedor.

Ello, sin perjuicio de recordar el principio general que, en materia de leyes


LA

aplicables a las personas jurídicas privadas, contiene el art. 150 del Código Civil
y Comercial de la Nación, conforme al cual, las personas jurídicas que se
constituyan se rigen: a) por las normas imperativas de la ley especial, o en su
defecto, de dicho Código; b) por las normas del acto constitutivo con sus
modificaciones y de los reglamentos, prevaleciendo las primeras, en caso de
FI

divergencia, y c) por las normas supletorias de las leyes especiales o en su


defecto, por las de este título.

La remisión expresa a las normas de las sociedades de responsabilidad


limitada, que es el primer ordenamiento legal al cual debe recurrirse


supletoriamente en caso de silencio o laguna de la ley 27.349, puede ser


compartida en lo que respecta a las formas de adoptar decisiones sociales, que
comprende la consulta a los socios y la presentación por escrito a la gerencia
por parte de la totalidad de los integrantes de la sociedad del sentido de su voto
(art. 159, ley 19.550), pero no lo es tanto en lo que respecta al régimen de
mayorías para la adopción de los acuerdos sociales, pues basta recordar la
existencia de la inexplicable norma del art. 160, párrafo 3º, de la Ley General de
Sociedades, en cuanto dispone que, tratándose de una modificación del contrato
social, si un solo socio representare el voto mayoritario, se necesitará además
del voto del otro, norma que ha tenido la originalidad de ser criticada, sin

531 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


excepciones, por toda la doctrina nacional, pues viola, sin explicación plausible,
el régimen mayoritario como forma de adoptar acuerdos en la sociedad, lo cual
constituye un principio general del derecho societario.

308.3. La organización interna en caso de sociedades por acciones


simplificadas unipersonales

Reviste curiosidad el segundo párrafo del art. 49 de la ley 27.349 cuando


dispone que, durante el plazo en el cual la sociedad funcione con un solo socio,
este podrá ejercer las atribuciones que la ley le confiere a los órganos sociales,

OM
en cuanto sean compatibles, incluida la del representante legal.

La norma no se refiere a sociedad por acciones simplificada constituida


originalmente por un solo integrante, pues en tal caso, este deberá cumplir, a los
fines de la redacción del acto constitutivo, con todos los requisitos previstos en
el art. 36 de la ley 27.349, en especial con el inc. 7º, cuando dispone la necesidad
de incluir en dicho instrumento la organización de la administración, de las
.C
reuniones de socios y en su caso, de la fiscalización. Repárese al respecto que
dicha norma no hace la menor diferencia entre sociedades unipersonales o
pluripersonales.
DD

Por el contrario, la norma del art. 49, párr. 2º, de la ley 27.349 prevé un
supuesto distinto, esto es, cuando la SAS, constituida por dos o más socios,
pudiera llegar, en un futuro, a quedar reducida a un solo integrante, en cuyo caso,
"... éste puede ejercer las atribuciones que la ley le confiere a los órganos
sociales, en cuanto sean compatibles, incluida la de representante legal". Ello
LA

significa que, durante ese período, el único socio temporal podrá asumir las
funciones que le corresponden a los órganos de administración y de gobierno,
con excepción del órgano de fiscalización, el cual, y utilizando la misma
terminología legal, resulta manifiestamente incompatible con la actuación del
único socio, que, por obviedad, no podría controlarse a sí mismo.
FI

La situación descripta en el segundo párrafo del art. 49 de la ley 27.349 plantea


sin embargo alguna duda, pues no queda claro qué es lo que quiso expresar el
legislador emprendedor cuando autoriza al socio único —en la situación
descripta por el segundo párrafo del art. 49— a asumir, entre otras, las funciones


que la ley le confiere a los órganos sociales, "incluida la de representante legal",


lo que daría apoyo a la crítica sostenida por parte de calificada doctrina que
entiende que, atento a la deficiente redacción de la ley 27.349, el representante
legal puede no integrar el órgano de administración, tesis que, como veremos
oportunamente, ha sido descartada de plano en la resolución general de la
Inspección General de Justicia 6/2017, del 26 de julio de 2017, en cuyo art. 29
fue dispuesto que el representante legal de la sociedad debe necesariamente
revestir el carácter de administrador, lo cual es conclusión evidente y que se
comparte totalmente, pues nuestra legislación no admite la representación a

532 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


cargo de un órgano independiente al de administración (art. 358, Cód. Civ. y
Com.), opinión sobre la cual coincidimos plenamente.

Asimismo, hubiera sido necesario que, no exclusivamente en la norma del art.


49, pero sí en alguna parte de la ley 27.349, el legislador hubiere dedicado
alguna norma específica para tratar el caso de las sociedades por acciones
simplificadas devenidas unipersonales, estableciendo un plazo de subsanación,
pues no resultaría coherente que una SAS de tales características pueda
funcionar indefinidamente con el único socio a cargo de los órganos de gobierno
y administración, lo cual podría autorizar la aplicación de la solución prevista por
el art. 54, último párrafo, de la ley 19.550.

Finalmente, cabe aclarar que, a nuestro juicio, el ejercicio por el único socio
—en la particular situación prevista por el art. 49, párr. 2º, de la ley 19.550—,

OM
respecto de las atribuciones de los órganos sociales, no implica que aquel no
deba necesariamente dejar constancia en las actas societarias lo decidido en el
ejercicio del gobierno y gestión societaria, pues la redacción de dichos
instrumentos es de fundamental importancia para conocer la vida de la sociedad.
La misma ley 27.349 impone a todas las SAS, sin distinción de clase o situación,
llevar el libro de actas de los órganos colegiados (art. 58), obligación que impone
también el art. 162 para las sociedades de responsabilidad limitada, en lo que se
.C
refiere a las decisiones del órgano de gobierno de la sociedad.
DD

308.4. El régimen de autoconvocatoria de los órganos colegiados

El último párrafo del art. 49 de la ley 27.349 se refiere al régimen de


LA

autoconvocatoria de los órganos colegiados, tema que omitió la ley 19.550 y que
originó una nutrida controversia doctrinaria en nuestra doctrina, así como una
cerrada negativa por parte de la jurisprudencia judicial y administrativa, que no
ha concebido la celebración de asambleas o reuniones de socios sin
convocatoria previa por parte del órgano de administración.
FI

El Código Civil y Comercial de la Nación, con vigencia desde el 1 de agosto


de 2015, había aceptado la conveniencia de legislar la autoconvocatoria del
órgano de gobierno, habida cuenta de que la práctica societaria había
demostrado, en numerosos casos, la reticencia de un directorio hostil en llevar a


cabo la convocatoria a una asamblea, ante el cambio de titularidad de la totalidad


del paquete accionario de la compañía y la falta de una respuesta concreta y ágil
en la ley 19.550 para solucionar ese entuerto (art. 158, inc. b]). Por su parte,
la ley 27.349 llegó más allá, pues extiende esta posibilidad al órgano de
administración, a diferencia del Código Civil y Comercial de la Nación, que no la
admitía, manteniendo una adecuada solución que diferencia a las asambleas
autoconvocados de las asambleas unánimes previstas por el art. 237 de la ley
19.550, esto es, que las resoluciones adoptadas por los integrantes de los
órganos de administración y gobierno de las SAS resultarán válidas cuando

533 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


hubiesen asistido a la reunión la totalidad, y todas las decisiones, el temario y
orden del día hubiesen sido aprobados por unanimidad.

308.5. El órgano de administración y representación de la sociedad


anónima simplificada

a. De conformidad con lo dispuesto por el art. 50 de la ley 27.349, "La


administración de la SAS estará a cargo de una o más personas humanas,
socios o no, designados por un plazo determinado o indeterminado en el acto
constitutivo o posteriormente. Deberá designarse por lo menos un suplente, en

OM
caso de que se prescinda del órgano de fiscalización. La designación y cesación
de los administradores deberán ser inscriptas en el Registro Público".

Esta norma debe complementarse con lo dispuesto por el art. 36, inc. 7º, de
la ley 27.349, en cuanto, enumerando los requisitos del acto constitutivo de las
sociedades por acciones simplificadas, prescribe la necesaria inclusión, en dicho
instrumento, de la individualización de los integrantes del órgano de
.C
administración, fijándose el término de duración en los cargos e
individualizándose el domicilio donde serán válidas todas las notificaciones que
se les efectúen en tal carácter, debiendo también designarse al representante
legal.
DD

De modo que, conjugando las normas de la ley 27.349 en materia de


sociedades por acciones simplificadas (arts. 50 y 51) y las normas que la ley
19.550 dedica a la gerencia de las sociedades de responsabilidad limitada,
pueden deducirse las características que debe revestir el órgano de
LA

administración de las sociedades por acciones simplificadas, cuya denominación


el legislador se cuidó mucho en evitar, criterio que no se comparte, pues origina
mucha confusión a la hora de interpretar las normas de la ley 27.349. Disentimos,
pues, con la doctrina que pone a la libertad contractual y a la autonomía de la
voluntad como paradigmas de un nuevo derecho societario representado por la
FI

legislación de las sociedades por acciones simplificadas, pues la falta de


definición del legislador sobre el nombre de los órganos sociales de estas
sociedades no parece un criterio acertado, porque no puede compartirse que esa
libertad y autonomía comprenda la facultad de los socios de identificar a cada
uno de los órganos sociales. Resulta a mi juicio inconcebible que una SAS pueda


identificar al órgano de administración como le parezca conveniente y otra


sociedad de las mismas características identificar a dichos órganos de manera
diferente, máxime cuando la propia ley 27.349 impone la aplicación supletoria
para los órganos de las SAS, las normas de las sociedades de responsabilidad
limitada, que adopta un nombre concreto —la gerencia— para su órgano de
administración.

Aclarado ello, las características del órgano de administración de las


sociedades por acciones simplificadas son las siguientes:

534 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) Debe estar organizado en el acto constitutivo, pudiendo ser unipersonal o
plural, colegiado o no.

b) Debe identificarse a sus miembros, que serán personas humanas, que


pueden ser o no integrantes de dicha persona jurídica.

c) Debe establecerse el plazo de actuación de ellos, que puede ser


determinado o indeterminado, como lo autoriza el art. 157, párr. 1º, de la ley
19.550 para la gerencia de las sociedades de responsabilidad limitada.

d) Los administradores pueden estar designados como condición expresa de


la constitución de la sociedad, en cuyo caso se aplicará el art. 129 de la ley
19.550, segunda parte, y los socios disconformes tendrán derecho de receso
(art. 157, último párr., ley 19.550).

OM
e) Debe individualizarse el domicilio de los integrantes del órgano de
administración de las SAS, que puede no coincidir con su domicilio real, pues lo
que persigue el legislador con este dato es la necesidad de ratificar la validez de
todas las notificaciones que se les formulen al referido domicilio, siempre y
cuando estas se vinculen con el ejercicio de su cargo.
.C
f) Debe designarse por lo menos un suplente, en caso de que se prescinda del
órgano de fiscalización.

Dispone además de todo ello el art. 51 de la ley 27.349, que al menos uno de
DD

los miembros del órgano de administración debe tener domicilio real en la


República Argentina, y los miembros extranjeros deberán contar con Clave de
Identificación (CDI) y designar un representante en la República Argentina, sin
perjuicio, además, de establecer un domicilio en el país, donde también serán
válidas todas las notificaciones que se le realicen en tal carácter.
LA

La ley 27.349 brinda, en consecuencia, una serie de pautas para el


funcionamiento del órgano de administración de la sociedad por acciones
simplificada y, a diferencia de lo que sostienen los propagandistas de este nuevo
tipo social, no es tanto lo que el legislador ha dejado a cargo de la autonomía de
FI

la voluntad de sus integrantes, pues si esa supuesta libertad se limita a permitir


a los socios adoptar la denominación del órgano de administración que más le
cuadre, no creo que se haya avanzado demasiado en una supuesta modernidad
que para algunos caracteriza a las SAS. Tampoco creemos que esa harto
promocionada libertad de autorregulación pueda concretarse mediante una


atribución de funciones al órgano de administración, que exceda la competencia


que caracteriza a quien tiene a su cargo la marcha de los negocios sociales o
mediante la creación de un órgano con facultades mixtas, como también ha sido
sostenido, y ello no solo porque la ley 27.349 ha establecido para las sociedades
por acciones simplificadas la necesidad de contar con los órganos clásicos de
toda persona jurídica societaria —administración, gobierno y fiscalización— sino
que la asignación de las competencias de cada uno de estos órganos es cuestión
en la cual se encuentra afectado el orden público, a punto tal que la doctrina y la
jurisprudencia han calificado a la actuación de un determinado órgano que
excede el límite de sus funciones, como nula de nulidad absoluta, inconfirmable

535 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


e imprescriptible, con el argumento de que los actos societarios internos
responden a una distribución de competencias de carácter inderogable y su
cumplimiento es requisito de regularidad y validez.

En consecuencia, si ante el silencio de la ley específica —como lo es la ley


27.349— deben aplicarse necesariamente las normas imperativas previstas para
las personas jurídicas (art. 150, inc. a], Cód. Civ. y Com.), mal puede sostenerse
que exista la más mínima posibilidad legal para que al órgano de administración
de las SAS le puedan ser asignadas convencionalmente funciones específicas
del órgano de gobierno y viceversa, como ocurre con las sociedades constituidas
en Delaware, que no se caracterizan precisamente por su transparencia. A ello
no obsta lo dispuesto por el art. 49, párr. 2º, de la ley 27.349, que permite al socio
único, durante el plazo en el cual la sociedad funcione con un solo socio, ejercer
las funciones que la ley le confiere a los órganos sociales, pues se trata de una

OM
norma que rige en supuestos excepcionales y que, además, es presumible y de
toda lógica que ante una situación temporaria de acefalía, el socio único asuma
el cargo de administrador único de la sociedad, cumpliendo los requisitos
formales al respecto.

Lo cierto es que, puestas las cosas en su lugar y luego de una desapasionada


lectura del texto de la ley 27.349, no es mucho el campo de acción con que
.C
cuentan los integrantes de las sociedades por acciones simplificadas para
autorregular la organización de los órganos sociales. Sí cuentan con la
posibilidad de establecer un régimen más flexible de notificación, aunque sin
quitarles su carácter de fehaciente; establecer un quorum menos exigente o
DD

prever un régimen de mayorías unificado, sin hacer distinción alguna respecto


del contenido de las decisiones a adoptarse, pero no mucho más que ello. No
debe olvidarse tampoco, como lo advierte la doctrina, que si se permite una
simplificación de la estructura societaria que conlleva una eliminación respecto
de cualquier tipo de trabas en el manejo de la sociedad por parte de las mayorías
LA

societarias, ello podría traer aparejado una vulneración en las garantías


patrimoniales y de igualdad ante la ley de los accionistas minoritarios, que no
podrían hacer valer sus derechos ante cualquier decisión de cierta
trascendencia, siendo oportuno asimismo recordar que muchas de las
formalidades y limitaciones impuestas por la ley 19.550, que tanto disgusto
FI

provocan a algunos, han sido impuestas por el legislador societario en beneficio


del interés social, dentro del cual está obviamente incluido el libre y amplio
ejercicio por todos los socios de sus derechos políticos y patrimoniales, y no del
grupo de control, cuya vocación de cesarismo ha debido ser necesariamente
limitada, no solo en el texto de la ley, sino también a través de ejemplares fallos


judiciales y resoluciones de la autoridad de control.

Aclarado ello, y respecto de la normativa prevista por la ley 27.349en materia


de administración de la sociedad, así como en lo que respecta a la resolución
general IGJ 6/2017, cabe formular las siguientes reflexiones:

a) No se entienden las razones por las cuales, y a diferencia de los demás


tipos sociales previstos en la ley 19.550, cuando la administración se hubiera
organizado en forma plural pero indistinta a cargo de dos o más gerentes, deba
necesariamente el instrumento constitutivo establecer las funciones de cada

536 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


administrador, cuando ello no resulta imprescindible para el mejor
funcionamiento de la marcha de la sociedad. El art. 51, párr. 1º, de la ley
27.349, inspirado en el art. 157 de la ley 19.550 —que legisla sobre la gerencia
de las SRL—, omitió agregar la última parte del segundo párrafo de esta norma
cuando el legislador de 1972 previó que, en caso de haberse organizado una
gerencia plural, "en caso de silencio, se entiende que (cada gerente) puede
realizar indistintamente cualquier acto de administración", solución preferible a
la adoptada por el legislador de la ley 27.349, que es la que nos tiene
acostumbrado, sin controversia, la práctica societaria argentina.

b) Repárese al respecto que cuando el art. 49 de la ley 27.349 declara


aplicables en forma supletoria, en materia de organización de los órganos de
administración y gobierno de las sociedades por acciones simplificadas, a las
normas de las sociedades de responsabilidad limitada previstas en la ley

OM
19.550, ello no puede significar otra cosa que cuando las normas de los arts. 49
a 51 de la ley de apoyo al capital emprendedor no aporten una solución diferente,
deberán ser aplicadas sin más las soluciones previstas por el art. 157 de la Ley
General de Sociedades, única norma de este ordenamiento legal que se refiere
específicamente a la gerencia de las SRL. Ello permite concluir que, dada la
eliminación de la última parte del segundo párrafo de dicha norma por el art.
51 de la ley 27.349, la organización de una gerencia plural indistinta solo será
.C
admisible si el contrato social define las funciones que cada gerente cumplirá en
la administración de la sociedad, lo cual no es una solución coherente ni práctica.

c) Afortunadamente para la seguridad del tráfico mercantil, de los intereses de


DD

los terceros en general y de la transparencia de las actuaciones sociales, la ley


27.349 no admite que la administración de las SAS pudiera estar en manos de
personas jurídicas, verdadero recurso no admitido en nuestra legislación
societaria, que solo sirve para ocultar actuaciones y evadir todo tipo de
responsabilidades.
LA

d) Resulta incomprensible, asimismo, que tratándose de una administración


plural, solo uno de sus integrantes deberá tener domicilio real en la República
Argentina, a diferencia de lo dispuesto por el art. 256 de la ley 19.550 —bien que
previsto para las sociedades anónimas y aplicables a las sociedades de
FI

responsabilidad limitada— que requiere que la mayoría absoluta de los


directores deben tener domicilio real en nuestro país, solución que nos resulta
mucho más comprensible si se entiende, por tratarse esto de un principio general
y elemental del derecho societario, que las sociedades constituidas y registradas
en la República Argentina deben realizar su principal actividad en el país (art.


124, ley 19.550) y mal pueden hacerlo si la mayoría de los directores reside en
el exterior.

e) Mucho más incomprensible aún resulta la novedad incluida en el art. 51,


párr. 2º, de la ley 27.349, cuando impone a los miembros del órgano de
administración de la sociedad por acciones simplificada que residan en el
extranjero, la designación de un representante en la República Argentina, cuyas
funciones no resultan claras, pues el art. 266 de la ley 19.550, plenamente
aplicable a los gerentes de las sociedades de responsabilidad limitada (art. 157,
párr. 3º, de dicha ley), establece, en forma imperativa, que el cargo de director

537 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


es personal e indelegable. Vítolo comenta al respecto, y yo coincido totalmente
con sus reflexiones, que esta exigencia no resulta congruente con el
ordenamiento societario, pues la ley 19.550 —arts. 118 a 124— exige la
designación de un representante legal para las sociedades constituidas en el
extranjero que deseen realizar un ejercicio habitual de su actividad en el territorio
de la República o establecer sucursal, asiento u otro tipo de representación
permanente, o participar en sociedades locales, pero no impone exigencia
alguna a las personas humanas en tal sentido. Solo cabe agregar a dichas
reflexiones que no es una casualidad toda similitud de las sociedades por
acciones simplificadas con las sociedades off shore, donde lo único real que
existe dentro de un instrumento que se caracteriza por su total falsedad,
ambigüedad y opacidad, es la persona del representante de dicha entidad que
se va a desempeñar como tal en la República Argentina y que en la realidad
sustancial, como todos sabemos, es el verdadero dueño o persona íntimamente

OM
allegada al sujeto controlante.

f) Lo expuesto en torno a este novedoso "representante" argentino de los


directores de las SAS residentes en el extranjero, que como hemos visto pueden
ser la mayoría absoluta, ocasiona mayor perplejidad ni bien se advierta que el
art. 38 de la resolución general 6/2017 de la Inspección General de Justicia,
refiriéndose al poder otorgado al representante del administrador domiciliado en
.C
el extranjero, dispone que dicho instrumento no deberá inscribirse en el Registro
Público y solo estará limitado a la recepción de las notificaciones por cuenta y
orden de su representado, y de considerarlo necesario el administrador, para la
realización de trámites en su nombre ante los organismos de control. Al respecto,
DD

los interrogantes que plantea esta norma son demasiados y una vez más las
sospechas sobre el objetivo de la ley 27.349 y obviamente de su resolución
reglamentaria deben ponerse sobre la mesa, pues con todas estas novedades,
uno se pregunta: ¿No ha sido la intención del legislador que dichas sociedades
funcionen desde el extranjero y con extranjeros para realizar su principal
LA

actividad en la República? ¿No es ello una manera sencilla de violar o dejar en


letra muerta la ejemplar norma del art. 124 de la ley 19.550?

g) Finalmente, la remisión que hace el art. 157, párr. 3º, de la ley 19.550, en
materia de gerencia de las sociedades de responsabilidad limitada, en cuando
FI

dispone que "Los gerentes tienen los mismos derechos, obligaciones,


prohibiciones e incompatibilidades que los directores de sociedades anónimas",
torna plenamente aplicable a los administradores de las sociedades por acciones
simplificadas la inhabilitación y abstención para votar en las reuniones de socios
prevista por los arts. 241 y 248 de la ley 19.550; el régimen de remuneración y


sus limitaciones previstas por el art. 261; la prestación de la garantía por los
daños y perjuicios que podría ocasionar en el desempeño de sus funciones (art.
256); las prohibiciones e inhabilitaciones contempladas por el art. 264; la
delegación del cargo en terceros (art. 266); la prohibición de contratar con la
sociedad del art. 271; la obligación de hacer saber la existencia de un interés
contrario con el de la propia sociedad (art. 272), etc., todos de la ley 19.550.

538 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


308.6. Funcionamiento del órgano de administración de las SAS

En cuanto al funcionamiento del órgano de administración de las SAS, la ley


prevé que la citación a las reuniones de los integrantes de dicho órgano y la
información sobre el temario que se considerará podrán realizarse por medios
electrónicos, debiendo asegurarse su recepción (art. 51, párr. 2º, ley 27.349). Del
mismo modo, dicha norma dispone también que las reuniones podrán realizarse
en la sede social o fuera de ella, utilizando medios que les permitan a los
participantes comunicarse simultáneamente, agregando dicha norma que, en
estos supuestos, el acta deberá ser suscripta por el administrador o el
representante legal, debiendo guardar las constancias de acuerdo con el medio
utilizado para comunicarse.

En materia de convocatoria a las reuniones del órgano de administración de

OM
las SAS, la ley 27.349 nada aporta, pues la citación por correo electrónico es
moneda corriente en nuestra práctica societaria, máxime cuando la
jurisprudencia ha aceptado dicho medio electrónico como forma de llevar a cabo
notificaciones fehacientes.

En cuanto a los temas que podrán ser considerados en las reuniones del
órgano de administración, el legislador se ha cuidado muy bien de hablar de
.C
"orden del día", para evitar las graves sanciones que impone el art. 246 de la ley
19.550, cuando se pretende tratar o resolver, en la asamblea de socios o
accionistas, cuestiones que son ajenas. Por ello ha reemplazado la
denominación de "orden del día" al detalle de las cuestiones que serán tratadas
DD

por el órgano de administración de las SAS y la ha reemplazado con el término


"temario", seguramente con el objeto de darle mayor flexibilidad a la adopción de
decisiones relativas con la marcha de los negocios sociales. Si bien coincido con
ese objetivo, el denominado "trastrueque de la terminología legal" —expresión
acuñada por los profesores Bossert y Zannoni— siempre me ha parecido un
LA

recurso legislativo y judicial inaceptable, y mucho más cuando lo utiliza un


legislador, pues la esencia de una determinada cosa no cambia su naturaleza
por el hecho de que se modifique su nombre. Bastaba a la ley dejar aclarado que
el órgano de administración puede tratar todos los temas que requiera el giro de
la sociedad, en cualquiera de sus aspectos, o tornar inaplicable el art. 246 de
FI

la ley 19.550 a las reuniones del órgano de administración de la sociedad,


ninguna de las cuales me parecen soluciones desacertadas, pero pretender que
con aquel recurso legal pueda omitirse, para este órgano, la aplicación de dicha
norma, me resulta una hipótesis muy improbable, máxime cuando la
jurisprudencia nunca ha sabido distinguir las diferencias que existen en torno al


"orden del día", cuando se trata de reuniones de los órganos de administración


y gobierno.

La posibilidad de celebrar reuniones del órgano de administración en la sede


social o fuera de ella —solución de la ley 27.349 para las reuniones del órgano
de gobierno de las SAS— me parece un verdadero dislate, pues ello permitiría
la celebración de reuniones de dicho órgano en el extranjero, con lo cual y una
vez más, la semejanza con las sociedades off shore se hace indisimulable. Es
de toda obviedad que la ley 19.550 acertó con la solución prevista por el art. 233,
aplicable asimismo a las reuniones de socios de las sociedades de

539 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


responsabilidad limitada, de que puedan celebrarse en la sede social "o en
cualquier otro lugar que corresponda a la jurisdicción del domicilio social", pues
con ello se preserva la confidencialidad de las discusiones que provoca la
adopción de todo acuerdo social cuando se resuelva en la misma sede social,
pero de allí a permitir que las reuniones de los órganos de administración y de
gobierno de estas supuestas sociedades de emprendedores se puedan llevar a
cabo fuera de la jurisdicción del domicilio social, como parece sugerirlo el tercer
párrafo del art. 51 de la ley 19.550, es interpretación que carece de todo sentido,
pues podría prestarse a abusos en perjuicio del director disidente, y mucho más
cuando este es el único administrador con residencia en la República Argentina,
a quien no podría obligarse a concurrir a una reunión presencial de
administradores o socios a su costo, cuando esta se llevará a cabo en el
extranjero. Se recuerda que la celebración de las reuniones de directorio en el
extranjero por parte de una sociedad argentina no es un tema novedoso en

OM
nuestro derecho, registrándose casos, durante otros gobiernos de ideología
liberal, que se pretendió celebrar una reunión de directorio de una sociedad
nacional en la ciudad de Nueva York, con resultados judiciales totalmente
negativos.

Finalmente, y siempre refiriéndonos a las reuniones del órgano de


administración de la sociedad, no se entiende qué quiso expresar el legislador
.C
de la ley de apoyo al capital emprendedor, cuando dispuso, en el art. 51, párr.
2º, apartado final, tratándose de las reuniones a distancia que "El acta puede ser
suscripta por el administrador o el representante legal", como si el administrador
no tuviera necesariamente la representación social de la firma. Cabe
DD

preguntarse: ¿se referirá el legislador al administrador que tiene su domicilio real


en la República Argentina o constituye ello una prueba más de la intención de
independizar al representante legal de la administración de la sociedad? Este es
otro misterio que nos tiene reservado la "tamaña liviandad y laxitud" —utilizando
palabras de Martorell, para caracterizar la redacción de la ley 27.349—.
LA
FI

308.7. Deberes y obligaciones de los administradores y representantes


legales. La prestación de garantías

Bajo el título de "Deberes y obligaciones de los administradores y


representantes legales", el art. 52 de la ley 27.349 dispone que "Le son


aplicables a los administradores y representantes legales los deberes,


obligaciones y responsabilidades que prevé el artículo 157 de la Ley General de
Sociedades 19.550", para continuar disponiendo que "En su caso, le son
aplicables al órgano de fiscalización las normas previstas en la mencionada ley,
en lo pertinente".

Una vez más, la ley 27.349 incurre en graves incoherencias, pues si la norma
se refiere a los administradores y representantes legales, no se entiende cómo
puede también referirse al órgano de fiscalización, que debería haber merecido
una normativa independiente.

540 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La norma del art. 52 de la ley 27.349 es casi una reproducción del art. 157 de
la ley 19.550, párr. 3º, cuando bajo el título de "Derechos y Obligaciones",
dispone que "Los gerentes tienen los mismos derechos, obligaciones,
prohibiciones que los directores de la sociedad anónima", pero el legislador
emprendedor incurrió en el art. 52 en una omisión dolosa respecto de su fuente,
pues omitió consignar toda referencia a los derechos de los administradores y
representantes legales, y no creo que ello se haya debido a una cuestión
involuntaria de los redactores de la ley ni en un mero problema de redacción de
la norma, pues con ello —y con toda seguridad— se ha pretendido excluir a las
SAS del régimen remuneratorio previsto para las sociedades anónimas —y
aplicables a las sociedades de responsabilidad limitada por aplicación del art.
157, párr. 3º, de la ley 19.550— que tantas críticas mereció siempre por gran
parte de los ahora apologistas de la ley de apoyo al capital emprendedor.

OM
Por mi parte, no tengo la menor duda de que la tan promocionada "libertad
contractual", que se supone caracteriza a las sociedades por acciones
simplificadas y con la cual se pretende incluso incorporar a nuestro derecho
societario principios generales ajenos, jamás puede implicar, como predica
Favier Dubois, que las normas pensadas por el legislador para proteger
exclusivamente al socio, pueden ser inmoladas en el altar de la libertad
contractual y dejar paso a lo que se convenga en contrario. Nada autoriza, según
.C
mi manera de ver las cosas, a sostener que los derechos inderogables de los
socios o accionistas, previstos expresamente por la ley 19.550 en los arts. 69,
189, 194, 245, 251, 261 y 263 —que por expresa previsión del legislador no
pueden ser restringidos ni suprimidos bajo sanción de nulidad—, carezcan de
DD

toda vigencia para quienes integran una sociedad por acciones simplificada
cuando sus socios han decidido dejarlos sin efecto en el acto constitutivo o
posteriormente, en ocasión de modificar ese instrumento, pues ello implicaría
tanto como olvidarnos de todos los antecedentes de abusos que llevaron al
legislador de 1972 a consagrarlos con carácter de orden público y ello se advierte
LA

con toda nitidez con la disposición del art. 261 de la ley 19.550, expresamente
prevista para limitar el derecho de las mayorías de quedarse con todas las
ganancias de la sociedad, percibidas en concepto de honorarios de directores,
en detrimento del derecho al dividendo, que no constituye otra cosa que, en
definitiva, la causa final de todo contrato de sociedad, SAS incluida.
FI

Así como sostenemos la aplicación de los derechos que la ley 19.550 otorga
a los administradores societarios, no obstante el incomprensible silencio que
respecto de estos hace la redacción del primer párrafo del art. 52 de la ley
27.349, pues no se concibe que ningún acto constitutivo pueda prever, en una


sociedad comercial, la gratuidad en el ejercicio de la gestión social, no dejo de


disentir con la interpretación que la Inspección General de Justicia, en la
resolución general 6/2017, reglamentaria de la ley 27.349 ha efectuado, en
cuanto prevé, en su art. 31, que no se requerirá a los administradores la
constitución de la garantía prevista en los arts. 76 y 119 de la resolución general
7/2015, norma administrativa aquella, cuya inconstitucionalidad salta a la vista,
pues excede con creces los límites a las facultades reglamentarias previstas por
el art. 11, inc. c), de la ley 22.315, con total olvido de dos circunstancias
fundamentales que le impiden adoptar esa tesitura: a) La garantía impuesta a los
directores no está impuesta por aquellas normas administrativas sino por el art.

541 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


256 de la ley 19.550, y tiende a proteger a la propia sociedad, los socios y
terceros por los daños y perjuicios provocados por los administradores en el
ejercicio de sus funciones, y b) La propia ley 27.349, en su art. 52, que remite
expresamente al art. 157 de la ley 19.550, prevé que las obligaciones de los
gerentes de las sociedades de responsabilidad limitada les son aplicables a los
administradores de las sociedades por acciones simplificadas, y ¿qué otra cosa
que una obligación del administrador lo constituye la prestación de la garantía
requerida por el art. 256 de la ley 19.550, plenamente aplicable a las SRL, por
expresa disposición del art. 157, párr. 3º, de la Ley General de
Sociedades? Basta al respecto, para sostener la inconstitucionalidad de la
resolución general IGJ 6/2017, citar las siguientes disposiciones de dicha
resolución administrativa que son absolutamente contradictorias, no solo con
expresas previsiones de la Ley General de Sociedades, sino de la misma ley
27.349:

OM
a) El art. 2º, en cuando prescribe que las SAS no estarán sujetas a la
fiscalización de la IGJ durante su funcionamiento, disolución y liquidación, ni aun
en los casos en que su capital social supere el previsto por el art. 299, inc. 2º, de
la ley 19.550;

b) La capacidad otorgada por el art. 15 a las sociedades previstas en el


.C
capítulo I, sección IV, de la ley 19.550 (sociedades irregulares o de hecho) para
integrar sociedades por acciones simplificadas, en contraposición a lo dispuesto
por el art. 36, inc. 1º, párr. final, de la ley 27.349, que no admite esta posibilidad.
DD

c) El art. 23, en cuanto dispone: "En ningún caso, cualquiera sea la naturaleza
o diversidad del objeto social, se exigirá la acreditación de un capital que supere
el capital mínimo previsto por el artículo 40 de la ley 2349":

d) El art. 30 en cuanto dispone: "En ningún caso, la SAS estará obligada a


LA

establecer un órgano de fiscalización, sea sindicatura o consejo de vigilancia", ni


aun para las sociedades que encuadren en alguno de los supuestos previstos
por el art. 299 de la ley 19.550, lo cual asume gravedad con la sanción del súper
decreto de necesidad y urgencia del PEN 27/2018, que permite a las SAS a
hacer oferta pública o cotización de sus acciones.
FI

e) La ya referida disposición del art. 31 que prohíbe exigir a los


administradores de las SAS la constitución de la garantía por la eventual mala
gestión en que incurra;


f) El art. 38, en cuanto prescribe que el poder otorgado al representante del


administrador domiciliado en el extranjero no deberá ser inscripto en el Registro
Público, estableciendo limitaciones a esa representación que la ley 27.349 no
contiene.

g) El art. 40, que dispone la no publicación e inscripción de cualquier aumento


del capital social cuando este fuera menor al 50% del capital social inscripto.

542 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


h) El art. 46, conforme al cual las SAS no presentarán sus estados contables
ante la Inspección General de Justicia, ni aun en el supuesto de quedar
comprendidas en el art. 299, inc. 21, de la ley 19.550.

No resulta creíble que el mismo organismo creado para fiscalizar la


constitución y funcionamiento de personas jurídicas, algunas de ellas con
carácter nacional y no local, y en protección fundamentalmente de los terceros y
del tráfico mercantil, pueda haber redactado una resolución en donde la mayor
parte de sus facultades quedan limitadas, cercenadas o sencillamente
derogadas, por el mero hecho de que las sociedades por acciones simplificadas
estén integradas por supuestos emprendedores, resultando además
absolutamente incongruente la existencia, en materia de control externo, de dos
regímenes societarios absolutamente incoherentes y contradictorios.

OM
308.8. La inscripción de la designación y cesación de los administradores
de las SAS en el Registro Público
.C
Esta carga surge de lo dispuesto por el art. 50, último párrafo, de la ley
27.349, y nada cabe agregar a lo ya expuesto por la doctrina y resuelto por la
jurisprudencia en materia de sociedades desde la década del 70 para todos los
tipos societarios previstos en la ley 19.550, esto es, el carácter declarativo de
DD

dicha inscripción y el efecto de oponibilidad a terceros de los actos realizados


por los administradores inscriptos en cumplimiento del objeto social.

Para las inscripciones posteriores al acto constitutivo de la sociedad, en


materia de inscripción de designación y cesación de los administradores y
LA

representantes legales, las SAS deberá optar y dar cumplimiento con alguno de
los procedimientos establecidos por el art. 7º, inc. b), de la resolución general
IGJ 6/2017, debiendo cumplirse con la publicación en el Boletín Oficial
establecida en el art. 37 de la ley 27.349 (art. 34, resolución general IGJ 6/2017).
FI

308.9. Régimen de responsabilidad de los administradores de las




sociedades por acciones simplificadas. La responsabilidad de los


administradores de hecho

La expresa aplicación a las SAS del art. 157 de la ley 19.550, que prevé un
régimen especial para los gerentes de las sociedades de responsabilidad
limitada (arts. 49 y 52, ley 27.349), impone remitir a aquella norma todo lo relativo
a su responsabilidad. En consecuencia, los administradores de las SAS serán
responsables individual o solidariamente, según la estructura del órgano de
administración y la reglamentación de su funcionamiento establecida por el
contrato, aclarando aquella norma que si una pluralidad de gerentes participaron

543 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


en los mismos hechos generadores de responsabilidad, el juez puede fijar la
parte que a cada uno corresponde en la reparación de los perjuicios, atendiendo
a su actuación personal, siendo de aplicación las disposiciones relativas a la
responsabilidad de los directores cuando la gerencia sea colegiada.

En definitiva, si la gerencia fuere plural, pero no colegiada, cada administrador


deberá responder por los perjuicios causados en la medida de su actuación
personal en los hechos generadores de responsabilidad, habida cuenta de las
circunstancias que deberán ser merituadas por el juez en cada caso. Por el
contrario, si la gerencia fuera colegiada, rigen las disposiciones de los arts.
274 a 278 de la ley 19.550 previstos para los directores de sociedades anónimas,
cuyo principio general está previsto por la primera de dichas normas, en tanto
dispone que "Los directores responden ilimitada y solidariamente hacia la
sociedad, los accionistas y los terceros por el mal desempeño de su cargo, según

OM
el criterio del artículo 59, así como por la violación de la ley, el estatuto o el
reglamento, y por cualquier otro daño producido por dolo, abuso de facultades o
culpa grave", aclarando a continuación que "Sin perjuicio de lo dispuesto en el
párrafo anterior, la imputación de responsabilidad se hará atendiendo a la
actuación individual cuando se hubieren asignado funciones en forma personal,
de acuerdo a lo establecido por el estatuto, el reglamento o decisión asamblearia.
La decisión de la asamblea y la designación de las personas que han de
.C
desempeñar las funciones deben ser inscriptas en el Registro Público, como
requisito para la aplicación de lo dispuesto en este párrafo".

La diferencia de la responsabilidad de los integrantes del órgano de


DD

administración de la sociedad, cuando esta se hubiere organizado en forma


plural, radica en el hecho de que, tratándose órganos colegiados y salvo el
supuesto previsto en el tercer párrafo del art. 274 de la ley 19.550 —asignación
de funciones en forma personal a uno o más directores—, la responsabilidad no
puede ser sino solidaria, pues esta solidaridad es necesaria consecuencia de la
LA

colegiación. Por el contrario, si el referido órgano está organizado en forma


plural, pero no colegiada, son razonables las facultades otorgadas al juez por
el art. 157 de la ley 19.550 a los gerentes de las sociedades de responsabilidad
limitada, aplicables directamente —como se ha visto— a los administradores de
las SAS.
FI

Resultando tan claro el régimen de responsabilidad de los administradores de


las SAS, y siendo sus beneficiarios la propia sociedad, los socios y los terceros,
no se entiende cómo pudo la tan mentada Inspección General de Justicia, en la
res. 6/2017, disponer en su art. 31 la improcedencia de exigir a los


administradores de las SAS respecto de la garantía requerida a ellos por la ley


19.550, precisamente para poder contar la sociedad con los fondos necesarios
para responder —aun en forma parcial— por los daños y perjuicios producidos
por los administradores societarios que no han cumplido con lealtad y diligencia
sus obligaciones, siendo indiscutible la conexidad existente entre la garantía
prevista por el art. 256 de la ley 19.550 y el régimen de responsabilidad
establecido por los arts. 59, 157, 274 a 278 del mismo ordenamiento legal,
aplicable sin cortapisas a los administradores de las sociedades por acciones
simplificadas.

544 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Sin perjuicio de ello, la ley 27.349 aporta en el art. 52, párr. 2º, de la ley
19.550 una disposición que debe ser celebrada, y se refiere a la responsabilidad
del administrador de hecho de las SAS, al disponer que "Las personas humanas
que sin ser administradoras y representantes legales de una S.A.S. o las
personas jurídicas que intervienen en una actividad positiva de gestión,
administración o dirección de la sociedad, incurrirán en las mismas
responsabilidades aplicables a los administradores y su responsabilidad se
extenderá a los actos en que no hubiesen intervenido cuando su actuación fuere
habitual".

Esta norma, que ha sido recogida de la legislación francesa y colombiana en


materia de sociedades anónimas simplificadas, es un verdadero acierto y se
basa en la frecuente comprobación de la actuación de personas ajenas a la
administración de la sociedad que, amparados en la indemnidad que les brinda

OM
el hecho de no integrar el órgano de administración de la sociedad, puedan
causarle daños a ella, a los socios y a los terceros.

La responsabilidad de los denominados "administradores de hecho", conforme


al texto del art. 52, párr. 2º, de la ley 19.550 incluye también a "las personas
jurídicas que intervienen en una actividad positiva de gestión", y se basa en la
experiencia del tráfico mercantil, que enseña que muchas veces la verdadera
.C
gestión de una sociedad controlada se lleva a cabo directamente desde la
administración de la controlante sin la menor injerencia, incluso, de los
administradores de aquella, que solo cumplen una función nominal. Recuerdo,
con base en mi experiencia profesional, un conflicto societario en donde el
DD

directorio de la sociedad demandada, que desarrollaba una importante


operatoria vinculada con la actividad editorial, estaba integrada exclusivamente
por los abogados de la sociedad controlante, desde la cual se llevaba, en la
realidad sustancial, la marcha de los negocios sociales, limitándose
exclusivamente sus directores a defender a dicha sociedad en los conflictos
LA

promovidos contra ella.

Alguna doctrina ha criticado la inclusión de la solución prevista por el art. 52 de


la ley 27.349 por considerarla innecesaria, pero no comparto esta objeción, por
diversas razones. En primer lugar, porque viene a cubrir una importante laguna
FI

de nuestro derecho corporativo, que debió haber sido contemplada por el título
II del Libro Primero del Código Civil y Comercial de la Nación, dedicada a las
personas jurídicas, cuando en el art. 160 se refiere a la responsabilidad de los
administradores, sin hacer mención a los administradores de hecho, tema que,
se reitera, por su habitualidad debió merecer una solución concreta. En segundo


lugar, por cuanto el recurso del art. 54, último párrafo, de la ley 19.550, referido
a la inoponibilidad de la persona jurídica, puede ser una solución muy drástica y
hasta inadecuada, en especial cuando la actuación del administrador de hecho
no fuere habitual y, por último, es importante tener en cuenta que el objeto de la
solución prevista por el segundo párrafo del art. 52 de la ley 27.349 es la
protección, no solamente de la sociedad, sino de sus socios o accionistas y
terceros que contrataron con esta.

545 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


308.10. La representación legal de la sociedad por acciones simplificada.
Sus facultades

Dispone el art. 51, último párrafo, de la ley 27.349, que la representación legal
de las SAS también podrá estar a cargo de una o más personas humanas, socios
o no, designados en la forma prevista en el instrumento constitutivo. A falta de
previsión en el instrumento constitutivo, su designación le corresponderá a la
reunión de socios o, en su caso, al socio único. El representante legal podrá
celebrar y ejecutar todos los actos y contratos comprendidos en el objeto social
o que se relacionen directa o indirectamente con el mismo.

OM
A nuestro juicio, dicha disposición es una superflua reiteración de lo dispuesto
por el art. 50 de la ley 27.349, aunque debe reconocerse que la interpretación
literal de dicha norma podría dar razón a quienes sostienen que el ahora
denominado "representante legal" no integra el órgano de administración de la
sociedad por acciones simplificada, pues ¿qué sentido tiene reiterar que la
representación de las SAS "podrá estar a cargo de una o más personas
.C
humanas, socios o no, designadas en la forma prevista en el contrato
constitutivo", cuando la misma fórmula es casi idéntica a la prevista por el art. 50
de la misma ley, referido a la composición e integración del órgano de
administración? Es de toda obviedad que, si el representante legal de las SAS
DD

debe ser necesariamente administrador o integrante del órgano de


administración, como lo ha expresamente admitido el art. 29 de la resolución
general de la Inspección General de Justicia 6/2017, la norma del último párrafo
del art. 51 carecería de todo sentido.
LA

No puede ignorarse que la pésima redacción de la ley 27.349, en especial de


sus arts. 35, inc. 7º; 51, párr. 3º, 52, 53 y, fundamentalmente, el art. 56 de dicho
ordenamiento legal, puede llevar a la conclusión de que el representante de la
sociedad no integra el órgano de administración, y la utilización de la expresión
"representación legal" en lugar de "representación social" puede conducir a tal
FI

equívoco, pero por mi lado me resulta imposible concebir a una representación


societaria integrada por quien no es a la vez administrador, y tanto es así que no
existe persona jurídica en nuestro derecho positivo patrio que admita semejante
situación, pues quien tiene el uso de la firma social necesariamente debe
pertenecer al mismo órgano que adoptó la decisión que pretende ser ejecutada


por el representante de la sociedad, salvo —claro está— que el legislador de la


ley 27.349 admita la validez del otorgamiento de un poder general de disposición
y disposición de los bienes sociales a un tercero, posibilidad esta, que nuestra
Inspección General de Justicia ha descartado de plano por medio de
resoluciones particulares y generales, pues ello implica una indebida delegación
de funciones que nuestra ley 19.550 no autoriza. Bien es cierto que la resolución
general IGJ 6/2017 ha corregido ese evidente error de la legislación de apoyo al
capital emprendedor, pero con toda seguridad ello deberá ser aclarado por la
jurisprudencia de nuestros tribunales, pues como ya hemos expresado, la

546 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


escasa factura técnica de la ley 27.349 puede, en este aspecto, dar motivo a
todo tipo de interpretación.

Sin perjuicio de ello, el art. 51 dispone que, al igual que los administradores de
las SAS, sus representantes legales deben ser designados en el acto
constitutivo, y a falta de previsión en dicho instrumento, su designación le
corresponderá a la reunión de socios o, en su caso, al socio único, lo cual
configurará una situación excepcional, pues lo natural y adecuado a
la naturaleza de estas sociedades es que el socio único sea al administrador y
representante legal.

Por último, y referido a las facultades del representante legal de las SAS,
dispone el último párrafo del art. 51 de la ley 27.349 que "El representante legal
podrá celebrar y ejecutar todos los actos y contratos comprometidos en el objeto

OM
social o que se relacionen directa o indirectamente con el mismo", lo cual
constituye una verdadera redundancia, pues no se explica qué otra cosa pueden
hacer los representantes legales de una persona jurídica más que ejercer la
representación de la sociedad. Esta solución nos lleva a la directa aplicación del
art. 58 de la ley 19.550, de aplicación supletoria a las SAS, siendo la referida
norma del art. 51 por demás innecesaria.
.C
DD

308.11. El órgano de gobierno de las sociedades por acciones


simplificadas

Al igual que acontece con el órgano de administración de las SAS, y


seguramente a los fines de destacar el sesgo antirreglamentarista de la ley
LA

27.349, sus redactores tampoco han utilizado nombre alguno para denominar a
este órgano, aunque nadie podría asombrarse que por la aplicación específica a
estas sociedades que impone el art. 49, respecto de las normas que la ley
19.550 dedica a los órganos de las sociedades de responsabilidad limitada, se
lo denomine reunión de socios o asambleas, como legalmente corresponde. Lo
FI

único que prescribe la ley 27.349 sobre el particular son las siguientes pautas de
funcionamiento:

a) "El instrumento constitutivo podrá establecer que las reuniones de los


socios se celebren en la sede social o fuera de ella, utilizando medios que


permitan a los socios y participantes comunicarse simultáneamente entre ellos.


El acta deberá ser suscripta por el administrador o el representante legal,
debiéndose guardar las constancias de acuerdo al medio utilizado para
comunicarse" (art. 53, párr. 1º).

Esta norma es idéntica a la prevista por el art. 51, párr. 3º, dedicada al órgano
de administración, de modo que me remito al respecto a lo expuesto sobre el
tema (ver parágrafo 2 del presente capítulo), y en especial a las críticas que he
efectuado en torno a la posibilidad de llevar a cabo reuniones el órgano de
gobierno fuera de la sede social, sin limitar el lugar de celebración a un lugar de

547 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la misma jurisdicción, como correctamente establece con toda lógica el segundo
párrafo del art. 233 de la ley 19.550.

Sin perjuicio de ello, dicha norma insiste, una vez más, en distinguir entre el
administrador y el representante legal, cuando requiere la firma de uno u otro en
el acta de dicha reunión de socios a distancia, la cual deberá ser transcripta en
el libro correspondiente (art. 58, ley 27.349). Nos cuesta mucho admitir que el
legislador haya incurrido en la originalidad jurídica de sostener que el
representante social no debe desempeñar el cargo de administrador, pero tanta
insistencia en el tema nos hace pensar que no es improbable que esa pudiera
haber sido la intención de los redactores de la ley 27.349, lo cual exhibe una
potencialidad lesiva que podría tener imprevisibles derivaciones.

b) "Sin perjuicio de lo expuesto, son válidas las resoluciones sociales que se

OM
adopten por el voto de los socios, comunicado al órgano de administración a
través de cualquier procedimiento que garantice su autenticidad, dentro de los
diez (10) días de habérseles cursado consulta simultánea a través de un medio
fehaciente, o la que resultan de declaración escrita en la que todos los socios
expresan el sentido de su voto" (art. 53, párr. 2º).

Esta disposición es trascripción casi exacta de la norma del art. 159, párr. 1º,
.C
de la ley 19.550, de modo que no se entiende su trascripción en la ley 27.349, en
especial cuando el art. 49 de dicha ley establece la aplicación supletoria de las
normas dedicadas por la ley 19.550 a las sociedades de responsabilidad
limitada, siendo estas formas de adoptar acuerdos sociales, precisamente, una
DD

de las originalidades más destacadas de las SRL, cuya aceptación por la doctrina
ha sido inversamente proporcional a su rechazo por la práctica societaria, que
en los contratos de este tipo de sociedades revela que los socios fundadores de
estas compañías continúan utilizando a las reuniones de socios como único
medio de su gobierno, siendo muy aislados los fallos jurisprudenciales que se
LA

han dedicado a la adopción de decisiones sociales por correspondencia o por


nota firmada por todos los integrantes de la sociedad.

c) "En las SAS con socio único las resoluciones del órgano de gobierno serán
adoptadas por éste. El socio dejará constancia de las resoluciones en actas
FI

asentadas en los libros de la sociedad".

Otra redundancia de la ley 27.349, pues ¿quién otro podría tomar decisiones
en el órgano de gobierno de la sociedad por acciones simplificada, si no es el
único socio que la integra? No obstante, y pese a su deficiente redacción, lo que


la norma requiere es que para la adopción de acuerdos sociales en una SAS


unipersonal, deberán cumplirse con los requisitos formales previstos para
cualquier reunión del órgano de gobierno, esto es, dejando constancia de las
resoluciones en el libro de actas de la sociedad, lo cual permitirá, cuando
corresponda, reconstruir su historia.

d) "Convocatoria: Toda comunicación o citación a los socios deberá dirigirse


al domicilio expresado en el instrumento constitutivo, salvo que se haya
notificado su cambio al órgano de administración".

548 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


La norma se refiere a las reuniones presenciales del órgano de gobierno y se
transcribe casi literalmente, una vez más y en forma innecesaria, lo dispuesto
por el art. 159, último párrafo, de la ley 19.550, disposición que podía haber sido
obviada, por la remisión contenida en el art. 49, párr. 1º, de la ley 27.349.

Recuérdese, respecto de la convocatoria a las reuniones del órgano de


gobierno de la sociedad, que a diferencia de la ley 19.550, pero en concordancia
con lo dispuesto por el art. 158 del Código Civil y Comercial de la Nación, el art.
49, párr. 3º, de la ley 27.349 admite la autoconvocatoria a la reunión de socios,
en cuyo caso, las resoluciones del órgano de gobierno serán válidas si asisten
los socios que representan la totalidad del capital social y si el orden del día es
aprobado por unanimidad. Estando presente todo el capital social y aprobándose
el orden del día por unanimidad, queda habilitado el tratamiento de los temas allí
incluidos, los que serán aprobados por las mayorías que dispusiera el

OM
instrumento constitutivo o el art. 160 de la ley 19.550, de aplicación supletoria.

Finalmente, y a falta de norma específica sobre el tema en la ley


27.349, resulta plenamente aplicable a las sociedades por acciones simplificadas
el régimen de impugnación de actos asamblearios previstos por los arts.
251 a 254 de la ley 19.550, que obviamente no puede ser objeto de
reglamentación alguna, por tratarse de normas que consagran, mediante normas
.C
sustanciales y formales, el inderogable derecho de los integrantes de cualquier
sociedad de impugnar de nulidad la celebración de asambleas o determinadas
decisiones del órgano de gobierno de la sociedad.
DD

308.12. La fiscalización de la sociedad por acciones simplificada


LA

En forma por demás desprolija, lo cual se corresponde con la nula importancia


que la ley 27.349 le otorga a la fiscalización de las SAS, tanto interna como
externa, el último párrafo del art. 53 de dicha ley —norma dedicada a legislar la
organización y funcionamiento del órgano de gobierno de estas compañías—
FI

prescribe que "En el instrumento constitutivo podrá establecerse un órgano de


fiscalización, sindicatura o consejo de vigilancia, que se regirá por sus
disposiciones y supletoriamente por las normas de la Ley General de
Sociedades".


Resulta abiertamente contradictorio que, por una parte, la ley 27.349 haya
dispuesto en el art. 49, donde sienta los principios generales en materia de
organización de las SAS, la aplicación supletoria de las normas que la ley
19.550 reserva a las sociedades de responsabilidad limitada en materia de
reglamentación en el acto constitutivo de los órganos de administración, de
gobierno y de fiscalización, con prioridad a las demás disposiciones de la ley
19.550, para luego, en el art. 53, último párrafo, de la misma ley, específicamente
dedicada al órgano de fiscalización, declarar aplicable supletoriamente, en caso
de silencio del acto constitutivo, las normas de la Ley General de Sociedades
19.550 y no las de las sociedades de responsabilidad limitada.

549 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


No obstante, parece claro que la intención del legislador emprendedor ha sido
que el régimen de la fiscalización interna de la sociedad quede a cargo de cada
uno de los integrantes de las sociedades por acciones simplificadas en forma
individual, como lo dispone el art. 55 de la ley 19.550 y acontece con las
sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades anónimas no incluidas
en el art. 299 de dicha ley. Sin embargo, y de conformidad con lo dispuesto por
el art. 36, inc. 7º, de la ley 27.349, los socios, en el acto constitutivo, podrán
organizar un órgano de fiscalización, fijándose el término de duración en los
cargos e individualizándose el domicilio donde serán válidas todas las
notificaciones que se les efectúen en tal carácter, requerimientos que dicha
norma también requiere respecto de los integrantes del órgano de
administración.

Varias reflexiones me merecen estas disposiciones legales:

OM
a) En primer lugar, estimo sumamente inconveniente, para la transparencia de
los negocios sociales y de los intereses del tráfico mercantil y de los terceros,
que las sociedades por acciones simplificadas unipersonales puedan carecer de
un órgano de fiscalización interna, pues resulta sumamente peligroso dejar al
socio único hacer lo que le venga en ganas con el patrimonio social, sin el control
de nadie, y máxime cuando dicha sociedad cuenta con un capital social irrisorio
.C
y puede realizar la actividad que le parezca, en la medida en que esté incluida
en el universo de actividades que menciona la resolución general IGJ 6/2017.

b) Si a ello se le suma que la sociedad por acciones simplificada no está


DD

sometida a la fiscalización de la autoridad de control externo durante su


funcionamiento, disolución y liquidación ni aun en los casos en que su capital
social supere el previsto por el art. 299, inc. 2º, de la ley 19.550, ni deberá
presentar sus estados contables en la Inspección General de Justicia, de
conformidad con lo dispuesto por los arts. 2º y 46 de la aludida resolución general
LA

de dicho organismo, resulta de toda evidencia que, en las sociedades por


acciones simplificadas unipersonal, la existencia de una sindicatura, aunque sea
unipersonal, reviste importancia fundamental, a pesar de que el art. 30 de la
resolución general 6/2017 disponga que "En ningún caso la SAS estará obligada
a establecer un órgano de fiscalización, sea sindicatura o consejo de vigilancia,
FI

sin perjuicio de los derechos que le confiere a los socios el artículo 55 de la Ley
General de Sociedades", disposición absolutamente ridícula cuando se trata de
una SAS unipersonal, salvo que alguien logre sostener, con sólidos
fundamentos, que el autocontrol que pueda hacer el socio único respecto de los
negocios de dicha sociedad resulte ser eficaz en algún caso.


c) Por otro lado, la aludida resolución general de la Inspección General de


Justicia, leída a la luz de la reforma que el decreto de necesidad y urgencia del
PEN del 10 de enero de 2018 ha efectuado respecto del texto original del artículo
39 de la ley 27.349, permite llegar a la interpretación de que ni siquiera será
necesaria la actuación de una sindicatura cuando estas sociedades coticen sus
acciones en la Bolsa, esto es, cuando la sociedad anónima simplificada incurra
en la actividad prevista por el art. 299 de la ley 19.550, hipótesis que se estima
inadmisible, pero que revela la intención del Poder Ejecutivo nacional de poner

550 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


en circulación y apta para realizar cualquier actividad un nuevo tipo social sin el
menor control interno ni externo.

d) Por otra parte, la referencia que el art. 53 de la ley 27.349 hace a la creación
y reglamentación de un consejo de vigilancia como órgano de control interno nos
parece totalmente prescindible e incompatible con la supuesta simplicidad del
funcionamiento y organización de las sociedades por acciones simplificadas,
pues no puedo imaginarme cómo una SAS, dadas sus características y
naturaleza, pueda estar integrada por un órgano integrado por tres a quince
socios, como lo requiere el art. 280 de la ley 19.550, máxime cuando la
incorporación de esa figura implicó un absoluto fracaso de la ley 19.550, y solo
tuvo sus quince minutos de gloria cuando, allá por finales de la década del 70,
algún "vivo", de los que nunca faltan en el mundillo del derecho societario,
encontró en la creación de un consejo de vigilancia un eficaz método de violar el

OM
voto acumulativo previsto por el art. 263 de la ley 19.550 para integrar el
directorio, lo que acaeció hasta que la jurisprudencia y la ley 22.903 de 1983,
que modificó el art. 280 de la ley 19.550 en su versión original, dijeron basta a
semejante maniobra.

Finalmente y como dato informativo que exhibe alguna curiosidad, el art. 57 de


la ley 27.349 aporta nuevas funciones al órgano de fiscalización interna de la
.C
sociedad que exorbitan su propia naturaleza, pues al prever en dicha norma la
solución de conflictos internos entre los socios, le otorga a los miembros del
órgano de fiscalización, así como a los mismos socios y administradores de las
SAS, la facultad de procurar la solución amigable del diferendo, controversia o
DD

reclamo que surja entre ellos con motivo del funcionamiento de la sociedad y el
desarrollo de sus actividades, función que resulta absolutamente incompatible
con el deber de control de funcionamiento interno de la sociedad, pues ello
implica inmiscuirse en los problemas internos existentes entre sus integrantes,
lo cual conspira con la imparcialidad que debe gobernar su específica actuación.
LA
FI

§ 309. REFORMAS DEL INSTRUMENTO CONSTITUTIVO. SIMPLIFICACIÓN DE TRÁMITES.


DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN. RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

1. El art. 54 de la ley 27.349 contempla una solución de muy discutible


ubicación legislativa, pues debió ser incluida en el capítulo II del título III de dicha


ley, que se refiere a los requisitos del acto constitutivo de las SAS y su publicidad,
y no en el capítulo V, que es un sumidero en donde se han agregado una serie
de disposiciones legales de nula relación entre ellas. Dicha norma se refiere a
las reformas del acto constitutivo de las SAS disponiendo que estas se adopten
conforme al procedimiento y requisitos previstos en él y se inscribirán en el
Registro Público.

Parece obvio que la referencia a las disposiciones del acto constitutivo en


materia de reformas al instrumento original de la sociedad debe estar limitado al
régimen de mayorías necesarias para ello en el seno del órgano de gobierno de

551 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


la sociedad, pues no parece admisible permitir que un tema tan trascendente
como las modificaciones al estatuto pueda ser resuelto por el órgano de
administración, por ser tema de competencia entre órganos, en los cuales, como
hemos ya señalado, está comprometido el orden público.

Por otro lado, es realmente curioso que el legislador emprendedor se refiere


en todo momento al "acto constitutivo" de las SAS, cuidándose muy bien de
utilizar en la expresión "estatuto", con la intención de evitar, en la medida de lo
posible, la aplicación a las sociedades por acciones simplificadas de las normas
de las sociedades anónimas, con tantas normas imperativas y procedimientos
de orden público establecidos por el legislador en interés de terceros y del interés
social. Pero esta intención ha quedado traicionada por la redacción del art. 59 de
la ley 27.349, cuando, refiriéndose a los poderes otorgados en forma electrónica
por las sociedades por acciones simplificadas, hace expresa referencia al

OM
"estatuto de las SAS y sus modificatorios", con lo cual toda esa ambigua y
confusa terminología termina aclarándose con una norma de importancia
secundaria. Con otras palabras, si el legislador ha identificado a esta nueva
persona jurídica como "sociedad por acciones simplificada" y la ha incluido
dentro de la categoría de sociedades por acciones, debe soportar las
consecuencias de esa elección.
.C
Pero además de ello, no es cierto, como expresa el art. 54 de la ley 27.349, que
todas las reformas a dicha ley deben ser inscriptas en el Registro Público, pues
no sucede así con el aumento del capital social cuando este incremento fuera
menor al 50% del capital social inscripto, porque dicha reforma estatutaria no
DD

requiere publicidad ni inscripción de la reunión de socios por expresa disposición


del art. 44, párr. 3º, de la ley 27.349, norma que en su momento hemos criticado,
pues atenta contra la transparencia de la actuación interna de la sociedad y
afecta la función de garantía que el capital social está destinado a cumplir.
LA

§ 310. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS SAS


FI

Dispone el art. 55 de la ley 27.349 que las sociedades por acciones


simplificadas se disolverán por voluntad de los socios adoptada en la reunión de
socios o, en su caso, por decisión del socio único o por las causales previstas en
la Ley General de Sociedades. Por su parte, el art. 56 dispone que la liquidación


se realice conforme a las normas de dicha ley, actuando como liquidador el


administrador, el representante legal o la persona que designe la reunión de
socios o el socio único.

Pocas reflexiones merecen estas normas que remiten, en definitiva, a las


disposiciones de los arts. 94 a 100 de la ley 19.550 en materia de disolución, y
arts. 101 a 112 en materia de liquidación. Solo llaman la atención los siguientes
aspectos:

552 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a) El legislador no ha delegado en el acto constitutivo o estatuto la fijación por
los socios de las causales de disolución que estimen convenientes a las
características de la sociedad que integran, lo cual desmiente una vez más la
tan proclamada libertad contractual que los defensores de las SAS predican en
todo momento como su principal característica.

b) Resulta sobreabundante disponer que la sociedad se disuelve por la


voluntad de los socios adoptada en la reunión de socios o por las causales
previstas por la ley 19.550, cuando la primera de las causales de disolución
previstas por su art. 94 es la decisión de los socios en tal sentido.

c) También es de una extrema obviedad sostener que la sociedad anónima


simplificada unipersonal se disuelve por la voluntad del socio único, pues si la
misma norma —el art. 55 de la ley 27.349— dispone que la decisión disolutoria

OM
debe ser resuelta en una reunión de socios, ninguna duda cabe de que el único
socio tiene capacidad legal suficiente para resolver esa alternativa, siempre y
cuando dicha decisión la adopte cumpliendo con los requisitos necesarios para
ello (declaración del socio único transcripta en acta del órgano de gobierno de la
sociedad e inscripción en el Registro Público).

d) Incurre nuevamente el art. 56 de la ley 27.349 en el error de diferenciar al


.C
administrador del representante legal como sujetos legitimados para llevar a
cabo la liquidación de la sociedad, cuando, como hemos ya señalado, es
imposible jurídicamente concebir al representante de la sociedad como persona
ajena al órgano de administración. En lo demás, y tratándose de la liquidación
DD

de la sociedad, rigen en su totalidad las normas de los arts. 101 a 112 de la ley
19.550, a los cuales cabe remitir en homenaje a la especialidad de la temática
abordada en esta obra.
LA

§ 311. RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS


FI

Prescribe el art. 57 de la ley 27.349 que "En caso de que se suscitaren


conflictos, los socios, los administradores y en su caso, los miembros del órgano
de fiscalización, procurarán solucionar amigablemente el diferendo, controversia
o reclamo que surja entre ellos con motivo del funcionamiento de la SAS y el
desarrollo de sus actividades, pudiendo preverse en el instrumento constitutivo


un sistema de resolución de conflictos mediante la intervención de árbitros".

Conociendo la filosofía del legislador de la ley 27.349, no podía la ley de apoyo


al capital emprendedor dejar de contener una norma que prevea la solución de
los conflictos intrasocietarios mediante el sistema de arbitraje, que es un
procedimiento que adoran los empresarios para evitar la intervención de la
justicia en la resolución de los conflictos, cuya resolución depende de terceros
ajenos a las partes.

553 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Afortunadamente, el mecanismo del arbitraje para la solución de los conflictos
societarios no ha sido impuesto en forma obligatoria, sino que dependerá de lo
acordado por los socios al respecto en el acto o instrumento constitutivo, y si
nada se ha estipulado al respecto, la actuación de la justicia comercial se volverá
insoslayable.

Sin embargo, la ley 27.349 ha incorporado una verdadera novedad en la


materia, pues la actuación del tribunal arbitral, si así se hubiese sido estipulado
en el estatuto, está subordinada al fracaso de un particular proceso de solución
amigable del diferendo, controversia o reclamo, que se encomienda a los socios,
los administradores y, "en su caso", a los miembros del órgano de fiscalización,
quienes procurarán solucionar amigablemente el diferendo, controversia o
reclamo que surja entre ellos —actuación que la ley 27.349 impone como
imperativa y no facultativa—, siempre y cuando ese conflicto sea consecuencia

OM
de discrepancias en torno al funcionamiento de la sociedad y al desarrollo de sus
actividades.

Si bien es habitual en la práctica societaria que, desatado un conflicto


intrasocietario, los mismos interesados intenten solucionar amigablemente el
entuerto, ya sea personalmente o recurriendo a sus abogados, no estimo
conveniente que estas gestiones, que se reitera, son propias de todo
.C
emprendimiento conjunto y se mantienen en la órbita privada, sean impuestas
en forma obligatoria —la utilización del término "procurarán" no parece dejar
dudas al respecto—, y menos que estuvieran también a cargo incluso del órgano
de fiscalización, "en su caso", cuando el legislador no ha explicado cuándo se
DD

produce esta actuación, que exorbita notablemente las funciones de control


interno sobre la administración y gobierno de la sociedad que a la sindicatura le
impone el art. 294, inc. 9º, de la ley 19.550.

Coincidimos con el profesor de Bahía Blanca, Diego Duprat, cuando sostiene


LA

que el art. 57 de la ley 27.349 nada aporta, pues no se necesitaba una norma
expresa para aplicar ambos modos de componer el conflicto, aclarando dicho
autor que el primero de los sistemas previstos por dicha norma es casi natural y
no necesita de "invitación" de la ley para hacerlo, y el segundo puede pactarse
sin ningún problema, aun cuando no hubiera previsión legal al respecto (arts.
FI

1649 y ss., Cód. Civ. y Com.). Sin embargo, disiento con el profesor bahiense,
quien considera al primero de los métodos previstos por dicha norma como "una
solución amigable", pues los términos, tal como está redactado el art. 57, no
parecen coincidir con el criterio antes expuesto, y así parece interpretarlo la
Inspección General de Justicia en el art. 28 de la resolución general 6/2017,


cuando dispone que "Para la resolución de conflictos, los socios podrán optar
por los procedimientos dispuestos por el artículo 57 de la ley 27.349".

§ 312. LA CONTABILIDAD Y ESTADOS CONTABLES DE LAS SOCIEDADES POR ACCIONES


SIMPLIFICADAS. PODERES ELECTRÓNICOS Y SIMPLIFICACIÓN DE TRÁMITES

554 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


312.1. La contabilidad y los libros obligatorios

De conformidad con lo dispuesto por el art. 58 de la ley 27.349, titulado


"Estados Contables", "Las sociedades por acciones simplificadas deberán llevar
contabilidad y confeccionar sus estados contables que comprenderán un estado
de situación patrimonial y un estado de resultados, que deberán asentarse en el
libro de inventario y balances.

"En su caso, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP),


determinará el contenido y la forma de presentación de los estados contables, a

OM
través de los aplicativos o sistemas informáticos o electrónicas de información
abreviada.

"Registros Digitales.

"1. Las SAS deberán llevar los siguientes registros:


.C
"a) Libro de actas.

"b) Libro de registro de acciones.


DD

"c) Libro diario.

"d) Libro de inventario y balances.

"2. Todos los registros que obligatoriamente deba llevar las SAS, se
LA

individualizarán por medios electrónicos ante el registro público.

"3. Los registros públicos podrán reglamentar e implementar mecanismos a


los efectos de permitir a las SAS suplir la utilización de los registros citados
precedentemente mediante medios digitales y/o mediante la creación de una
FI

página web en donde se encuentren volcados la totalidad de los datos de dichos


registros.

"4. Los registros públicos implementarán un sistema de contralor para verificar


dichos datos al solo efecto de comprobar el cumplimiento del tracto registral, en


las condiciones que se establezcan reglamentariamente".

Varias reflexiones surgen de lo dispuesto por el art. 58 de la ley 27.349:

a) El contenido de los estados contables de las SAS no se ajusta a la


contabilidad prevista por los arts. 61 a 66 de la ley 19.550, y si bien los estados
contables de las sociedades anónimas, a diferencia de los demás tipos sociales,
deben contener determinados capítulos no requeridos a las sociedades por parte
de interés o de responsabilidad limitada, como la memoria, cuadros anexos e
información complementaria (arts. 64 a 66 de la ley 19.550), en las sociedades

555 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


por acciones simplificadas dichos estados contables se simplifican al mínimo
posible, esto es, a la redacción de un estado de situación patrimonial y un estado
de resultados.

La redacción del primer párrafo del art. 58 de la ley 27.349 se ajusta al principio
general que prevé el art. 326 del Código Civil y Comercial de la Nación, cuando,
precisamente refiriéndose a los estados contables, dentro de la sección del
mismo ordenamiento referido a la contabilidad, dispone: "Al cierre del ejercicio,
quien lleva contabilidad obligada o voluntaria, debe confeccionar sus estados
contables, que comprenden, como mínimo, un estado de situación patrimonial y
un estado de resultados que deben asentarse en el registro de inventario y
balances". Como se advierte, el legislador de la ley 27.349 ha trascripto
textualmente el último párrafo del art. 326 del Código unificado.

OM
De acuerdo con ello, las sociedades por acciones simplificadas solo estarán
obligadas a confeccionar sus estados contables que constarán de solo dos
capítulos, esto es, el mínimo del contenido de todo estado contable: el estado de
situación patrimonial o balance y el estado de resultados, denominado también
cuadro de ganancias y pérdidas, que incluye el estado de evolución del
patrimonio neto, por expresa disposición del art. 64, último párrafo, de la ley
19.550 y nada más. No es necesario incluir memoria, cuadros anexos ni
.C
información complementaria, así como tampoco informe de la sindicatura, en
caso de haber sido contemplada su actuación, por cuanto la redacción del primer
párrafo del art. 58 de la ley 27.349 no deja margen a otra interpretación.
DD

Ello constituye un gravísimo error, pues tratándose de una sociedad que


puede ser constituida con un capital irrisorio y en la cual el capital social no debe
guardar ninguna relación con el objeto de la sociedad, sumado al hecho de la
limitación de la responsabilidad de sus integrantes al capital aportado, revela que
la insuficiencia del contenido de sus estados contables, donde no se incluirá la
LA

información fundamental que requiere el art. 66 de la ley 19.550 —memoria— ni


las cuentas del balance estarán explicadas en nota alguna, no permitirá a los
socios ni a los terceros ni a los interesados conocer con claridad la situación
económica y financiera de la sociedad, sus perspectivas futuras, ni las razones
de las variaciones significativas operadas en el activo o pasivo con respecto a
FI

ejercicios anteriores. Si a ello se le suma que, a tenor de lo dispuesto por el DNU


27/2018, las sociedades por acciones simplificadas podrán operar en la Bolsa y
que por aplicación del art. 46 de la resolución general IGJ 6/2017, reglamentaria
de la ley 27.349, dichas sociedades no presentarán sus estados contables ante
dicho organismo, no es muy difícil llegar a la conclusión de que lo que menos


buscó el legislador de la ley 27.349 es la transparencia en la actuación de estas


tan peculiares personas jurídicas.

b) Por otro lado, mediante las nuevas soluciones previstas por el art. 58 de la
ley 27.349, el legislador acentuó aún más la implementación de los sistemas
digitales para llevar los libros societarios, que, como bien señalan Grispo y
Perelli, ya habían sido regulados, aunque en forma optativa, en el art. 61 de la
ley 19.550, hace 46 años. El legislador de 2018, en materia de sociedades por
acciones simplificadas, parece haber vedado la opción de implementar métodos
manuales, y en virtud de ello prescribe que solamente pueden llevar su

556 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


administración por medio de procedimientos digitales, cuya implementación el
art. 58 de la ley 27.349 delegó en la AFIP como en los Registros Públicos.

En cuanto a los registros digitales, el art. 58 de la ley 27.349 establece que la


sociedad anónima simplificada puede llevar los siguientes registros: a) El libro
de Actas; b) El libro de Registro de Acciones; c) El libro Diario y d) El libro de
Inventario y Balances. Omitió dicha norma agregar al libro de asistencia a
asambleas que en el caso de las SAS resulta fundamental, pues es el único
medio probatorio con singular importancia a los fines de acreditar quiénes son
los verdaderos integrantes de una sociedad comercial en un momento
determinado, esto es, al momento de ejercer concretamente los derechos
inherentes a la calidad de socio, como, por ejemplo, el derecho a la asistencia al
órgano de gobierno de la sociedad —llámesela como los socios quieran—, así
como el ejercicio de los derechos de voz y voto para la adopción de las

OM
resoluciones que correspondan. Claro está que podría afirmarse, en contra de lo
expuesto, que la remisión directa que la ley 27.349 hace respecto de la aplicación
directa de las normas de las sociedades de responsabilidad limitada en materia
de la organización interna de las SAS, avalaría la exclusión del libro de asistencia
a asambleas del listado del art. 58, pero ello no es un argumento dirimente, pues
como ya hemos explicado y a tenor de lo dispuesto por el art. 48 de la ley 27.349,
la transferencia de acciones de las SAS —a diferencia de las SRL— no se
.C
inscribe en el Registro Público, sino en el libro de Registro de Acciones y solo a
los fines de su oponibilidad a terceros, de modo que, no siendo relevante para el
legislador la inscripción de la transferencia de acciones en sus relaciones
internas, mal puede sorprender la falta de inclusión, entre los registros
DD

obligatorios de las SAS, del libro de asistencia a asambleas, lo cual conspira,


otra vez, con la necesaria transparencia en el desenvolvimiento y funcionamiento
del ente.

c) Si bien rigen para las SAS las normas del Código Civil y Comercial de la
LA

Nación, en lo que se refiere a la contabilidad y los estados contables,


fundamentalmente en lo que respecta a la teneduría de libros, la forma de llevar
los registros, las prohibiciones previstas en el art. 324 del Código unificado, la
anotaciones en el libro Diario y sus libros auxiliares, así como la conservación y
eficacia probatoria de la contabilidad (arts. 321 a 331 de dicho cuerpo legal), el
FI

art. 58 de la ley 27.349 permite la utilización de ordenadores u otros medios


mecánicos, magnéticos o electrónicos que permitan la individualización de las
operaciones y de las correspondientes cuentas deudoras y acreedores, así como
su posterior verificación, incluso para el libro de Inventario y Balances, lo cual
constituye un avance sobre el Código Civil y Comercial de la Nación en su art.


329, inc. a), que, como es sabido, permite la utilización de la contabilidad digital
en todos los libros sociales y contables, con excepción del libro de Inventario y
Balances, de modo que las SAS serán en consecuencia las únicas personas que
podrán llevar dicho libro en forma digitalizada.

Todos los registros que obligatoriamente deberán llevar las SAS se


individualizarán por medios electrónicos ante el Registro Público, que podrán
reglamentar e implementar los mecanismos necesarios a los efectos de permitir
a las SAS suplir la utilización de los registros citados precedentemente mediante
medios digitales o mediante la creación de una página web en donde se

557 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


encuentren volcados la totalidad de los datos de dichos registros. Así lo dispone
el art. 58, incs. 3º y 4º, de la ley en análisis, cuando dispone que los Registros
Públicos implementarán un sistema de contralor para verificar dichos datos al
solo efecto de comprobar el cumplimiento del tracto registral, en las condiciones
que se establezcan reglamentariamente,

Tampoco resulta muy comprensible esta última disposición en materia de


control que la ley 27.349 pone en manos de la Inspección General de Justicia, la
cual, como es conocido por todos, es la autoridad que se encuentra a cargo del
Registro Público, en cuanto se expresa, en el último párrafo del art. 58 de la ley
27.349, que ese control —o "contralor" como equivocadamente lo denomina la
ley— se limita "al solo efecto de comprobar el cumplimiento del tracto registral",
como sucedería en el caso de requerirse la inscripción de un aumento del capital
social a una suma menor a su 50%, el cual, como hemos explicado y surge del

OM
art. 44, párr. 3º, de la ley 27.349, no debe ser inscripto en el Registro Público.
Uno se pregunta, al respecto, qué sucedería en caso de que ese "contralor"
revele una deficiente e irregular contabilidad societaria, pero sin reproches en
materia del respeto al trámite registral: ¿Debería la Inspección General de
Justicia, a cargo del Registro Público, mirar para el otro lado y hacer de cuenta
que todo está bien en un tema donde está interesado el tráfico mercantil en
general?
.C
d) Finalmente, debe recordarse otra característica de los estados contables de
las sociedades por acciones simplificadas, los cuales deberán contener una nota
donde se exprese el mecanismo de valuación de los aportes en especie que
DD

integran el capital social (art. 42, párrs. 1º y 2º), disposición que entra en conflicto
con el art. 58, que no admite la inclusión de notas complementarias a las cuentas
del balance al disponer que los estados contables de las SAS solo comprenderán
su estado de situación patrimonial y el estado de resultados.
LA

La resolución general IGJ 6/2017, en el anexo A-1 establece que dichos


registros digitales serán habilitados automáticamente por el organismo de control
al momento de inscribirse la SAS en el Registro Público a su cargo, y que, sin
perjuicio de ello, las SAS podrán solicitar la habilitación de otros registros
digitales (art. 51 de dicha resolución), respecto de los registros digitales
FI

mencionados en el art. 58 de la ley 27.349, su contenido está previsto en los arts.


55 a 58 de la resolución general IGJ 6/2017, disponiéndose al respecto lo
siguiente:

a) En cuanto al libro de Actas, que se trata de un libro único donde deberán




asentarse las decisiones de los órganos de administración y gobierno de la


sociedad, cuando este fuere colegiado, el art. 55 de dicha resolución prevé que
las actas deberán ser numeradas en función del órgano de que se trate. Estas
deberán individualizarse y asentarse dentro de los diez días de celebrado el acto
colegiado.

La ley modifica el plazo de la redacción de las actas de asambleas previstas


por la ley 19.550, para todos los tipos sociales, en el art. 72, que fuera establecido
en cinco días de clausurado el acto y además, llena —con todo acierto— una
laguna que presenta el ordenamiento societario común en lo que respecta al

558 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


plazo de trascripción de las actas de directorio, que alguna jurisprudencia de
nuestra Cámara Comercial, totalmente equivocada, había establecido que
dichos instrumentos solo debían ser transcriptos en el libro respectivo al
celebrarse la próxima reunión de directorio que, conforme al art. 267, debía
llevarse a cabo una vez cada tres meses. Por otro lado, el art. 55 de la aludida
resolución del órgano de control dispone la obligatoriedad de llevar un índice que
facilite la consulta del libro por parte de los socios, administradores y síndicos,
en su caso.

b) En cuanto al libro de Registro de Acciones, el art. 56 de la resolución general


6/2017 establece que dicho libro deberá incluir las menciones establecidas en el
art. 213 de la ley 19.550 y contener la anotación inicial de la distribución del
capital accionario, así como los archivos digitales con cada uno de los
posteriores complementos o modificaciones. Es de lamentar que la autoridad de

OM
control no haya previsto el plazo con que cuenta el órgano de administración de
la sociedad para asentar la transferencia, pues ello ha dado lugar a todo tipo de
abusos, en especial en situaciones de conflicto entre los integrantes del órgano
de gobierno y administración de la sociedad, actuación que muchas veces puede
demorar injustificada e indefinidamente el ejercicio de los derechos societarios
por parte del adquirente de las acciones.
.C
c) Con respecto al libro Diario, este deberá llevarse en formato digital y de
conformidad con las normas vigentes (arts. 320 al 331, Cód. Civ. y Com.).
Dispone al respecto el art. 57 de la resolución general IGJ 6/2017 que será
imprescindible que en dicho diario conste la fecha del asiento y deberá llevarse
DD

una numeración correlativa. Los archivos digitales deberán individualizarse y


registrarse en un plazo no mayor a tres meses de realizada la operación.

d) Finalmente, y en lo que respecta al art. 58 de la aludida normativa


reglamentaria de la Inspección General de Justicia, este dispone, con respecto
LA

al libro de Inventario y Balances, que se individualizará y registrará el balance,


su inventario y memoria, en un plazo no mayor a cuatro meses de finalizado el
ejercicio social de que se trate.

Cabe señalar que esta disposición administrativa merece las siguientes


FI

críticas: 1) Entra en contradicción con el art. 58 de la ley 27.349, en cuanto


dispone que deberá llevarse en formato digital, al igual que los restantes libros
previstos en dicha norma, por el contrario, el mismo artículo, pero de la
resolución general IGJ 6/2017, no reproduce la norma del art. 57 de la misma
resolución cuando prescribe que el libro Diario debe llevarse en forma digital, lo


cual produce todo tipo de confusiones, en la medida en que, como el lector


recordará, el Código Civil y Comercial de la Nación, con vigencia a partir del día
1 de agosto de 2015, había exceptuado del sistema digital, en su art. 329,
precisamente al referido libro de Inventario y Balances; 2) Incluye a la memoria
dentro del contenido del aludido registro, cuando el art. 58 de la ley 19.550
prescribe que las SAS solo deberán llevar contabilidad y confeccionar sus
estados contables que comprenderán su estado de situación patrimonial y un
estado de resultados que deberán asentarse en el libro de Inventario y Balances,
sin incluir a la memoria del ejercicio. Ello provocará todo tipo de interpretaciones,
a pesar, como se ha dicho, de que la simplificación que caracteriza —conforme

559 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


a sus apologistas— a la normativa de las SAS parecería haber adherido, en
materia de redacción de los estados contables de las personas jurídicas, a la
solución del art. 326 del Código Civil y Comercial de la Nación, que constituye la
fuente directa del aludido art. 58 de la ley 27.349.

§ 313. PODERES ELECTRÓNICOS

El estatuto de las sociedades por acciones simplificadas, sus modificatorios y


los poderes y revocaciones que otorguen sus representantes podrán ser
otorgados en protocolo notarial electrónico. Aun habiéndose otorgado en soporte

OM
papel, su primera copia deberá expedirse en forma digital con firma digital del
autorizante. En dichos casos, la inscripción en el Registro Público que
corresponda será exclusivamente efectuada en forma electrónica (art. 59, ley
27.349).
.C
§ 314. SIMPLIFICACIÓN DE TRÁMITES
DD

El art. 60 de la ley 27.349, en su primer párrafo, manda a las entidades


financieras a prever mecanismos para que las SAS abran una cuenta corriente
en un plazo máximo que se establecerá por reglamentación, requiriendo
únicamente que se presente el instrumento constitutivo y el CUIT.
LA

Luego, en su segundo párrafo, el art. 60 dispone que las SAS tienen el derecho
de obtener el CUIT en el plazo de 24 horas de presentado el trámite en la página
web de la AFIP, sin necesidad de presentar prueba de su domicilio, para lo cual
otorga 12 meses de plazo.
FI

Finalmente, y conforme a lo prescripto por el tercer párrafo de dicho artículo,


los socios de las SAS no residentes en la República Argentina podrán obtener
su clave de identificación (CDI) dentro de las 24 horas de presentado el trámite
en la página web de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), o en
cualquier agenda de dicho organismo.


Dichas normas promueven el establecimiento de ciertas ventajas para quienes


opten por recurrir a las SAS como mecanismo estructural de su organización
societaria, que no merecen comentario alguno. Solo agregaré que resulta
equivocada la tesitura del legislador de otorgar el CUIT en plazo récord, sin
necesidad de presentar prueba de su domicilio, lo cual se puede prestar a todo
tipo de maniobras, inventando sus integrantes un domicilio ficticio, como es
maniobra habitual en muchas sociedades que carecen en la práctica de un
verdadero domicilio social, en especial aquellas que se constituyen al solo fin de
realizar actividades extrasocietarias o directamente ilegítimas.

560 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Precisamente, para evitar ese tipo de maniobras, pues se constató, ante la
existencia de concretas denuncias efectuadas o en oportunidad de realizarse
alguna notificación por la Inspección General de Justicia, que la sede social
estaba ubicada en una plaza pública o le faltaba el piso o la identificación de la
unidad, fue que la resolución general 7/2005 (art. 65) y su modificatoria, la
resolución general 7/2015 (art. 66) de la Inspección General de Justicia,
prescribieron que "La sede social debe ser fijada e inscripta y, en su caso
publicada previamente según corresponda, de conformidad con el artículo
11decreto 1493/1982. En el acto constitutivo en que no se hubiese consagrado
precisamente el lugar en que ha de funcionar la sede, sino el domicilio social
como descripción jurisdiccional (por ejemplo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
o Capital Federal), los contratantes deberán optar inexcusablemente por: 1)
Conferir poder o autorización especial a quien intervendrá en el trámite de
inscripción, para que éste fije o denuncie la sede social con indicación de la calle

OM
y número, piso, oficina o departamento, en escrito separado, con la firma del
autorizado o apoderado certificada por escribano público; 2) Acompañar escrito
fijando la sede social, firmado por todos los socios; las firmas deberán hallarse
certificadas notarialmente o ratificarse personalmente ante funcionario previo a
la inscripción; 3) Petición por separado, suscripta por el órgano de
administración, cumpliéndose con los recaudos del inciso anterior. La indicación
de la sede social debe ser exacta, ajustándose el nombre de las calles al
.C
nomenclador postal vigente y sin ninguna abreviatura, salvo si ella figurare en el
mismo. Debe precisarse el piso y si se trata de 'oficina', 'departamento', 'unidad'
u otra, no siendo suficiente indicado los números de uno y otro (ej. 3º '11'). Con
iguales recaudos debe efectuarse su publicación".
DD

A la luz de la adecuada protección del tráfico mercantil y de los terceros, la


obtención del CUIT en el plazo de 24 horas, sin necesidad de presentar prueba
de su domicilio en el momento de inicio del trámite sino dentro de los 12 meses
de constituida la sociedad por acciones simplificada, constituye un gravísimo
LA

desacierto, que podrá prestarse a la consumación de ilícitos de todo tipo.


FI

§ 315. TRANSFORMACIÓN EN SOCIEDADES POR ACCIONES SIMPLIFICADAS

Las sociedades constituidas conforme a la Ley General de Sociedades 19.550


podrán transformarse en sociedades anónimas simplificadas, siendo aplicables


las disposiciones de este título, aunque los Registros Públicos deberán dictar las
normas reglamentarias aplicables al procedimiento de transformación (art.
61, ley 27.349).

A su vez, la resolución general IGJ 6/2017, en su art. 48, titulado


"Reorganizaciones societarias", prescribe la aplicación, "en lo pertinente", de las
disposiciones del Libro III, título I, capítulo V de la resolución general IGJ 7/2015,
dedicada precisamente a detallar los requisitos instrumentales que deben
llevarse a cabo a los fines de la transformación de sociedades.

561 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Se recuerda que el art. 162 del Código Civil y Comercial de la Nación, en su
art. 162, había cubierto un vacío legal en materia de personas jurídicas, pues
hasta la sanción de dicho ordenamiento, solo las sociedades comerciales y las
sociedades cooperativas —aunque solo parcialmente— se referían al tema de la
reorganización societaria. Dicha norma, en su primer párrafo, establece como
principio que las personas jurídicas pueden transformarse, fusionarse o
escindirse en los casos previstos por este Código o por ley especial.

No obstante, consideramos que la transformación de las sociedades


constituidas bajo la ley 19.550 en sociedades por acciones simplificadas resulta
inadmisible, habida cuenta de que la regulación de ambas es absolutamente
incompatible, pues mientras las primeras contienen normas imperativas —
utilizado este término como sinónimo de orden público—, con evidente sentido
protectorio de los derechos de los integrantes de la sociedad y de los terceros,

OM
las segundas se caracterizan por su total opacidad y por su nulo régimen de
control, tanto interno como externo. Permitir que una sociedad de
responsabilidad limitada o sociedad anónima, sujeta al control de legalidad de
su acto constitutivo y sus posteriores modificaciones, así como sometida en
determinados supuestos al control de funcionamiento permanente por la
autoridad de control, pueda adoptar, sin más, el tipo de una sociedad por
acciones simplificadas, que carecen de todos esos controles y resguardos,
.C
confirman una vez más que la intención del legislador emprendedor no ha sido
otra que la de ofrecer a los empresarios —y también a los que no lo son— un
esquema societario válido para hacer cualquier cosa, desde cualquier lugar y sin
la menor represalia, salvo —quizás— la de soportar algún juicio de simulación o
DD

fraude en los estrados judiciales, que por lo general insumen más de cinco años.
Al fin y al cabo, la cláusula arbitral prevista por el art. 57 de la ley 27.349 está
reservada solo a los integrantes de la sociedad y no a los terceros perjudicados
por ella.
LA

Sin perjuicio de ello, el art. 39 de la ley 27.349 establece un supuesto especial


obligatorio de transformación, pero a la inversa, cuando establece que las SAS,
que por cualquier motivo estuvieran comprendidas en alguno de los supuestos
previstos en los incs. 1º y 2º de dicha norma —inclusión en los incs. 3º, 4º, y 5º
del art. 299 de la ley 19.550; estar controlada por una sociedad de las
FI

comprendidas en el art. 299 de la ley 19.550, o estar vinculada en más del 20%
de su capital a una sociedad incluida en el mencionado artículo— deberán
transformarse en alguno de los tipos previstos en la ley 19.550 e inscribir tal
transformación en el Registro Público correspondiente, en un plazo no mayor a
los seis meses de configurado tal supuesto. Durante dicho plazo, y hasta la


inscripción registral, los socios responderán frente a terceros en forma solidaria,


ilimitada y subsidiaria (texto que incluye la modificación efectuada por el decreto
de necesidad y urgencia del PEN 27/2018 del 10 de enero de 2018).

§ 316. APLICACIÓN A LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS SIMPLIFICADAS DE LAS NORMAS


DEL CONTRATO DE TRABAJO 20.744

562 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


Dispone el art. 62 de la ley 27.349, con la que cierra el título referido a las
sociedades por acciones simplificadas, que "Serán de aplicación a las SAS las
disposiciones de la Ley de Contrato de Trabajo, t.o. 1976, y en particular a las
responsabilidades solidarias establecidas en los artículos 29, 30 y 31 de la
mencionada ley".

Si bien la norma del art. 62 de la ley 27.349 puede ser calificada de


innecesaria, pues se supone que, como empleadora, las sociedades por
acciones simplificadas no pueden incurrir en fraude laboral y provisional por más
que estén integradas por supuestos emprendedores, quienes gozan en el
régimen de apoyo al capital emprendedor de una enorme inmunidad en el
cumplimiento de sus obligaciones y de ciertos privilegios que el legislador no ha
reiterado para los integrantes de persona jurídica alguna en nuestro
ordenamiento corporativo, lo cierto es que la disposición del art. 62 no es

OM
sobreabundante, pues ratifica las disposiciones que la ley 20.744 prevé en
beneficio del trabajador en los supuestos previstos por los arts. 29 a 31 de dicho
ordenamiento legal que, como es sabido, responsabiliza en forma solidaria a
quienes fueran responsables de maniobras que pretendan disfrazar una relación
laboral o a quienes la oculten detrás de contratos de prestación de servicios
eventuales, subcontratación y delegación u organicen un entramado societario
para diluir el cumplimento cabal de las cargas laborales y provisionales a través
.C
de empresas relacionadas o subordinadas entre sí, lo que se conoce
habitualmente como "grupos empresarios".

La fórmula empleada por el art. 62 de la ley 27.349 es además acertada en su


DD

redacción cuando se refiere, "en particular", a las disposiciones relativas a las


responsabilidades solidarias establecidas en los arts. 29 a 31 de la ley
20.744, pues a pesar de que dicha norma hace expresa referencia a las
disposiciones de la Ley de Contrato de Trabajo, lo cierto es que, por idénticos
motivos, resulta aplicable aquella norma a las especiales circunstancias
LA

descriptas por la ley 24.013 de empresas de servicios eventuales y 22.250,


referida a las contrataciones o subcontrataciones de servicios de contratistas o
subcontratistas de la construcción.

Del mismo modo, tampoco corresponde hacer excepción a las SAS de la


FI

ejemplar solución prevista por el art. 54, párr. 3º, de la ley 19.550, que los jueces
del fuero laboral, con todo fundamento, aplicaron a quienes, como socios,
administradores o representantes de sociedades comerciales, cualquiera que
fuere su tipo o clase, utilizaron la estructura societaria para privar de derechos a
los trabajadores, otorgados por el legislador con evidente carácter de orden


público, responsabilizándolos, en forma solidaria e ilimitada con la sociedad


empleadora por la falta de registración en legal forma, por la infracapitalización
societaria, por el trasvasamiento empresario o por la simple desaparición de la
sociedad de la faz de la tierra, entre otros supuestos. Ello, que ocasionó un grave
disgusto para quienes se aferraron a ciertos dogmas impuestos por el derecho
mercantil, como la separación del patrimonio de la sociedad con el de los socios,
así como la responsabilidad limitada de estos por las obligaciones sociales en
aquellos tipos sociales, como las SAS, en donde el socio responde con su
patrimonio por las acciones o cuotas que hubieren suscripto, se ha visto
ratificado por la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación, el cual en el

563 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


año 2015 consagró en el art. 144 la figura de la inoponibilidad de la personalidad
jurídica con una solución casi idéntica a la prevista con la tan controvertida —
pero absolutamente justa— solución prevista por el art. 54, párr. 3º, de la ley
19.550 para las sociedades comerciales.

Hoy dispone el art. 144 del Código Civil y Comercial de la Nación, bajo el título
"Inoponibilidad de la personalidad jurídica", y aplicable a todas las personas
jurídicas no previstas en la ley 19.550, incluso aquellas contempladas por la ley
27.349, que "La actuación que esté destinada a la consecución de fines ajenos
a la persona jurídica, constituya un recurso para violar la ley, el orden público o
la buena fe o para frustrar derechos de cualquier personal, se imputa a quienes,
a título de socios, asociados, miembros o controlantes director o indirectos, la
hicieren posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los
perjuicios causados. Lo dispuesto se aplica sin afectar los derechos de los

OM
terceros de buena fe y sin perjuicio de las responsabilidades personales que
puedan ser pasibles los participantes en los hechos por los perjuicios causados".

La aplicación de esta norma a las sociedades por acciones simplificadas es


insoslayable, pues se trata de sociedades en donde quienes se vinculan con
ellas carecen de los beneficios de la función de garantía que caracteriza el capital
social de la entidad que, en el caso de las SAS, es absolutamente irrisorio. Del
.C
mismo modo, tampoco aquellos podrán invocar derechos sobre las garantías
que para las sociedades previstas en la ley 19.550 exigen los arts. 256 y 157 a
los administradores de sociedades anónimas y de responsabilidad limitada, a los
fines de satisfacer los perjuicios ocasionados por el mal desempeño de su cargo,
DD

dentro del cual el fraude laboral es moneda corriente en nuestro medio.

Así entendidas las cosas, no existe argumento alguno que, basado en la


presunción de insolvencia de los emprendedores, pueda omitir la aplicación de
la doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica a los socios e
LA

integrantes de las sociedades por acciones simplificadas ante los supuestos


previstos en el art. 144 del Código Civil y Comercial de la Nación.
FI

§ 317. CONCLUSIONES DE TODO LO EXPUESTO EN TORNO A LAS SOCIEDADES POR


ACCIONES SIMPLIFICADAS


Luego de analizar el régimen legal de las SAS, inserto en el título III de la ley
27.349 de Apoyo al Capital Emprendedor, resta formular mis conclusiones sobre
lo hasta aquí expuesto y al respecto corresponde enunciar una serie de
conclusiones.

En primer lugar, si realizamos un análisis de este nuevo tipo social como si se


tratara de un molde más que nos ofrece el ordenamiento legal societario
argentino y prescindimos de cualquier otra intención que hubiera tenido el
legislador del año 2017, como hemos sugerido al comienzo de este capítulo, las

564 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


conclusiones no pueden ser más desfavorables, y me fundo al respecto en las
siguientes razones:

a) Debió incluirse en nuevo tipo social en la Ley General de Sociedades, que


era el lugar que en derecho correspondía, creando una sociedad anónima
simplificada, pero con una orientación totalmente diferente a la exhibida por la ley
27.349, pues si esta nueva modalidad va a encontrar su principal fundamento en
la rapidez de su inscripción o en el abaratamiento de los costos, eliminando todo
control estatal sobre su acto constitutivo y funcionamiento, es conclusión
evidente que vamos por mal camino.

b) La inclusión de este tipo social en una ley dedicada al capital emprendedor,


verdadera novedad en el derecho societario argentino, en el cual ningún tipo
social está dedicado a la realización de una determinada actividad o a una

OM
determinada característica de las personas que la constituyen, conforma una
clara definición en el sentido de que solo los sujetos beneficiarios de esta ley
27.349, esto es, los emprendedores, deberían estar legitimados para integrar
dichas sociedades y, a la inversa, quienes no revistieran el carácter de
emprendedores carecen de posibilidad de acceder a la constitución o a la
integración posterior de una sociedad por acciones simplificada.
.C
c) Fuera de ello, y si prescindimos —se reitera— de cualquier otra intención
del legislador y analizamos las SAS en forma específica, aislándola del contexto
en que fueron incorporadas al derecho nacional, se trata de un modelo de
persona jurídica que se encuentra legislada de una manera harto deficiente. Su
DD

exiguo capital social, sus enormes silencios y lagunas, las inadmisibles


contradicciones incurridas por el legislador emprendedor, la inexistencia de todo
control, externo o interno, las desconcertantes remisiones a la Ley General de
Sociedades, como acontece con el régimen del capital y acciones, en donde se
pretende compatibilizar, sin el menor resultado positivo, las disposiciones que
LA

la ley 19.550 incluye en materia de cuotas sociales y acciones; la total opacidad


que caracteriza su funcionamiento y su integración y, finalmente, el
desconocimiento por el legislador emprendedor de la historia de nuestro derecho
societario, tan rico en antecedentes jurisprudenciales y tan nutrido de doctrina
valiosa a lo largo de más de ciento cincuenta años, que mejoraron
FI

considerablemente las originales disposiciones del Código de Comercio de 1857,


permiten llegar a la conclusión de que el régimen de las SAS no ha contribuido
positivamente al derecho nacional y que se convertirá en un semillero de pleitos,
en especial, ante las enormes diferencias entre la legislación societaria común,
prevista en la ley 19.550, y aquellas normas dedicadas a las sociedades por


acciones simplificadas, supuestamente reservadas al emprendedor por la ley


27.349, pero a las cuales cualquier persona puede acceder. Contradicciones
muchas veces de imposible conciliación, a pesar de que esta ley remite, en dos
oportunidades, a la aplicación supletoria de la Ley General de Sociedades (arts.
33 y 49, ley 27.349).

d) La deliberada intención de someter a los tribunales judiciales o arbitrales,


según el caso de quiénes fueran las víctimas de la utilización de este tipo social,
terceros o los mismos socios, no es solución adecuada ni resguarda los intereses
de la comunidad ni del tráfico mercantil, pues es siempre preferible un control de

565 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


legalidad y de funcionamiento de los sujetos de segundo grado desde la misma
constitución de la sociedad por parte de un organismo especializado, que
someter a las víctimas del mal uso de esta nueva persona jurídica a un
procedimiento que por lo general demora más de cinco años en su resolución
definitiva.

Bibliografía

ABDALA, Martín, "Análisis del proyecto de ley de sociedades por acciones


modificada", LL del 8/2/2017.

OM
ARAYA, Miguel, El capital social. Sociedades, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires,
2003.

ARAUZ CASTEX, Manuel, Derecho civil. Parte general, Empresa Técnico Jurídica
Argentina, Buenos Aires, 1968, t. I.

ASCARELLI, Tulio, "La funzione del diritto speciale e la transformazioni del diritto
.C
commerciale", Rivista de Diritto Commerciale, 1934, I.

BALONAS, Daniel, "La infracapitalización societaria y el nuevo Código Civil y


DD

Comercial de la Nación", ponencia presentada en el LX Encuentro de Institutos


de Derecho Comercial de Colegios de Abogados de la Provincia de Buenos
Aires.

BARREIRA DELFINO, Eduardo A. - CAMERINI, Marcelo A., "Reflexiones en torno a la


ley de SAS", ED del 24/10/2017.
LA

BORDA, Guillermo, Tratado de derecho civil. Parte general, 12ª ed., Abeledo-
Perrot, Buenos Aires, 2004, t. I, p. 511.

BOQUIN, Gabriela F., "Influencia de la reforma del Código Civil y Comercial en las
FI

relaciones de responsabilidad concursal", ponencia presentada en el LX


Encuentro de Institutos de Derecho Comercial de Colegios de Abogados de la
Provincia de Buenos Aires.

— "Un fallo histórico en materia de derecho concursal", ED del 28/8/2014.




BROSETA PONT, Manuel, Manual de derecho mercantil, Tecnos, Madrid, 1971.

BURGHINI, Leopoldo, "Sociedades por acciones simplificadas. Adiós al principio


del patrimonio del deudor como prenda común de los acreedores", Doctrina
Societaria y Concursal, julio de 2017, t. XXIX.

BUTTY, Enrique M., "Responsabilidad de los socios por la disminución del efectivo
contravalor de la cifra expresiva del capital", en Derecho societario argentino
e iberoamericano, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1995, t. II.

566 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


CABANELLAS, Guillermo (h) - PANIAGUA MOLINA, Luis, "El emplazamiento a una
sociedad constituida en el extranjero frente al artículo 122 de la Ley de
Sociedades Comerciales", ED 125-631.

CAHIÁN, Adolfo, Manual teórico práctico de asociaciones civiles y fundaciones,


La Rocca, Buenos Aires, 1990.

CALCATERRIA, Gabriela, "El nuevo régimen legal de las personas jurídicas a partir
de la puesta en vigencia de la ley 26.994", Doctrina Societaria y Concursal,
nro. 328, mayo de 2015, p. 230.

CARLINO, Bernardo P., "Efectos de la no inscripción registral de la sociedad por


acciones simplificada", Doctrina Societaria y Concursal, 2017.

OM
— "El emprendedor y la ley", LL del 20/4/2017, edición especial.

— "Sociedades por acciones simplificadas: particularidades contables", Doctrina


Societaria y Concursal, nro. 361, diciembre de 2017.

CHOLVIS, Francisco, Organización, costos y balances, Partenón, Buenos Aires,


1960, t. IV.
.C
COBAS, Manuel, en LORENZETTI, Ricardo L. (dir.), Código Civil y Comercial de la
Nación. Comentado, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014, t. I.
DD

CONIL PAZ, Alberto, "Calificación de conducta y renuncia del director", LL 1994-


C-337.

CRACOGNA, Dante, Comentarios a la ley de cooperativas, Intercoop, Buenos


Aires, 1985.
LA

— "Exclusión de asociados en las cooperativas", ED del 25/6/1998.

— "Las asociaciones bajo forma de sociedad. Polémica no resuelta", JA 1996-II-


61.
FI

CRESPO, Juan, "El no cumplimiento de la inscripción de la sede no es invocable


por la persona que conoció el acto sujeto a inscripción", Doctrina Societaria y
Concursal, 1997, t. IX.


CROVI, Daniel, "Comentario a los artículos 141 a 224", en LORENZETTI, Ricardo L.


(dir.), Código Civil y Comercial de la Nación. Comentado, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 2014, t. I, ps. 573 y ss.

CUESTA, Elsa, Derecho cooperativo, Ábaco, Buenos Aires, 1989, t. I.

DEPPELER, Néstor, "Las acciones sin derecho a voto y la elección de los


síndicos", ED 82-785.

DUPRAT, Diego, "Sociedades por acciones simplificadas", LL 2017-B-1.

567 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


DUPRAT, Diego - HADAD, Lisandro A., "Sociedades por acciones simplificadas.
Normas de la Inspección General de Justicia", LL del 27/8/2017.

FAVIER DUBOIS, Eduardo (h), "Competencia de los jueces argentinos en un


pedido de quiebra contra una sociedad off shore uruguaya. El criterio del
domicilio comercial 'efectivo' en un fallo de la Corte Suprema", elDial.com del
12/3/2009.

— Derecho societario registral, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1994.

— "El derecho corporativo digital", LL del 27/9/2017.

— "La derogación del derecho comercial por el nuevo Código Civil: Apariencia y
realidad", en www.favierduboisspagnolo.com, 6/12/2014.

OM
— "La resolución general nº 2/05 de la Inspección General de Justicia y el debate
sobre las sociedades off shore", LL del 2/3/2005.

— "La sociedad por acciones simplificada y el sistema societario. Cuatro


preguntas y el miedo a la libertad", LL del 28/6/2017.
.C
— Panorama del derecho comercial en el nuevo Código Civil y Comercial de la
Nación, Errepar, Buenos Aires, 2014.

— "Régimen de las cooperativas", Doctrina Societaria y Concursal, t. V.


DD

FAVIER DUBOIS, Eduardo (p) - FAVIER DUBOIS, Eduardo (h), "Los sujetos obligados
a llevar contabilidad en el texto del Código Civil y Comercial en
trámite", Doctrina Societaria y Concursal, nro. 302, enero de 2013.
LA

FAVIER DUBOIS, Eduardo (h) - NISSEN, Ricardo A., ponencia presentada en las "II
Jornadas Nacionales de Institutos de Derecho Comercial", Buenos Aires,
1994.

FERRARA, Francisco, Teoría general de la persona jurídica, Reus, Madrid, 1929.


FI

FOLBERG, Jay - TAYLOR, Alison, Mediación, resolución de conflictos sin litigio,


Limusa, México, 1996.

FONTANARROSA, Rodolfo, Derecho comercial argentino, 3ª y 4ª ed., Víctor P. de




Zavalía, Buenos Aires, 1969, 1973, t. I.

FRESCHI, Carlos, "Sociedad. Actividad y personalidad jurídica", LL 1986-A-Q,


sección doctrina.

GARCÍA, Oscar A. - FILIPPI, Laura, "Reuniones de directorio de sociedad


constituidas en la Argentina realizadas en el exterior", Revista de las
Sociedades y Concursos, nro. 11, julio/agosto de 2001.

568 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


GARRIGUES, Joaquín, Curso de derecho mercantil, Temis, Santa Fe de Bogotá,
1987.

GIRALT FONT, Jaime, "Administradores de sociedades comerciales. Alcance de


su inscripción y de su omisión", Revista del Notariado, nro. 752, abril de 1977.

GIRÓN TENA, José, Estudios de derecho mercantil, Revista de Derecho Privado,


Madrid, 1955.

GIUNTOLI, María C., Fundaciones, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1994.

GIUSTOZZI, Ricardo J., El acto cooperativo, ponencia presentada al "II


Congreso Continental de Derecho Cooperativo", San Juan de Puerto
Rico, 1976.

OM
GRISPO, Jorge D. - PERELLI, Facundo J., Sociedades anónimas simplificadas,
Ediciones D y D, Buenos Aires, 2017.

HADAD, Lisandro A., "La sociedad por acciones simplificada y la llegada de la


modernidad, LL del 27/7/2017.
.C
HAGGI, Graciela A. - NISSEN, Ricardo A., "Las garantías otorgadas por las
sociedades comerciales y la doctrina del ultra vires", ED del 8/10/1996.

HALPERIN, Isaac, Curso de derecho comercial, 6ª reimpr., Depalma, Buenos


DD

Aires, 1982, ts. I y II.

— "El Registro Público de Comercio y el control de legalidad", LL 59-713.

— Sociedades anónimas, Depalma, Buenos Aires, 1978.


LA

JUNYENT BAS, Francisco, "Apostillas sobre la personalidad jurídica en el Código


Civil y Comercial de la Nación", Doctrina Societaria y Concursal, nro. 327,
febrero de 2015, p. 105.
FI

JUNYENT BAS, Francisco - FERRERO, Luis F., "El régimen de emprendedores y la


nueva sociedad por acciones simplificada (SAS)", ED del 5/5/2017.

JUNYENT BAS, Francisco - MEZA, Mariana I., "El régimen de responsabilidad de


los administradores de las personas jurídicas a partir del Código Civil y


Comercial de la Nación", Doctrina Societaria y Concursal, julio de 2015.

LANGE, Emilio, Manual de derecho mercantil español, Bosch, Barcelona, 1950.

LAVALLE COBO, Jorge, "La teoría general de las personas jurídicas",


en RIVERA, Julio C. - MEDINA, Graciela, Comentarios al Proyecto de Código
Civil y Comercial de la Nación, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2012, p. 88.

LE PERA, Sergio, "Reflexiones sobre el agrupamiento de sociedades en el


derecho argentino y comparado", Derecho Empresario 1975-III-676.

569 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


— "Sobre la futilidad de la noción del capital social", LL 986-972.

MANÓVIL, Rafael, Las simples sociedades y otras materias críticas del Proyecto
de Unificación Civil y Comercial en materia societaria, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 1989.

MARSILI, María C., "Aspectos societarios de la ley 24.467. Régimen de la


pequeña y mediana empresa", LL 1995-C-1112.

MARTORELL, Ernesto, "La reforma laboral para las PyMEs. Lo malo, si tarde, dos
veces malo", La Información, t. LXXI, abril de 1995.

— "Ley de sociedades, orden público y defensa de valores comunitarios


fundamentales", LL del 12/9/2017.

OM
— "Las sociedades anónimas simplificadas (SAS); los riesgos de los que no se
habla", en www.abogados.com del 14/12/2017.

— "La inoponibilidad de la persona jurídica en el nuevo Código Civil y Comercial


de la Nación (Responsabilidad personal del director, socios y partícipes por el
uso disfuncional de la sociedad", ADLA, nro. 28, octubre de 2014, ps. 221 y
.C
ss.

MARZORATI, Osvaldo J., "La renovación societaria en una ley para


emprendedores. La génesis de las SAS (Sociedades por Acciones
DD

Simplificadas)", ED del 12/5/2017.

MOLINA SANDOVAL, Carlos A., "Sociedad por acciones simplificada (SAS)", LL del
21/4/2017.
LA

— "Sociedades extranjeras. Se acabó la fiesta", ED del 12/2/2004.

MONTOYA MANFREDI, Ulises, Derecho comercial, 9ª ed., Grijley, Lima, 1998, t. I.

NAVARRO FLORIA, Juan, "Las personas jurídicas en el nuevo Código Civil y


FI

Comercial", LL del 8 de junio de 2015.

NEIL PUIG, Luis, Personas jurídicas privadas, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014,
p. 50.


NISSEN, Ricardo A., Impugnación de actos y decisiones asamblearias, Depalma,


Buenos Aires, 1989; 2ª ed., Ad-Hoc, Buenos Aires, 2006.

— "La actividad del socio en competencia con la sociedad", LL del 28/6/1993.

— La capitalización de utilidades en las sociedades anónimas, Ad-Hoc, Buenos


Aires, 1990.

— "La infracapitalización societaria, la prevención de daños y las sociedades por


acciones simplificadas", LL del 10/10/2017.

570 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


— La sociedad por acciones simplificadas (SAS). El aporte societario del
neoliberalismo o las sociedades off shore argentinas, Fundación para la
Investigación y Desarrollo de las Ciencias Jurídicas, Buenos Aires, 2018.

— Ley de sociedades comerciales comentada, La Ley, Buenos Aires, 2017, t. III.

— Ley de Sociedades Comerciales, comentada, anotada y concordada, 2ª ed.,


Ábaco, Buenos Aires, 1995, t. I.

— "Sindicación de acciones", en Negocios societarios, Ad-Hoc, Buenos Aires,


1998.

— "Situación legal de las sociedades extranjeras no inscriptas en los registros


mercantiles de la República", ED del 22/4/1998.

OM
— "Un fallo histórico en materia de derecho societario", ED del 28/8/2014.

NISSEN, Ricardo A. - LLANTADA, Gastón F., "Claves para entender la reticencia de


algunos jueces para conceder medidas cautelares societarias", LL del
20/4/1998.
.C
NISSEN, Ricardo A. - RODRÍGUEZ ACQUARONE, Pilar, "Necesarias modificaciones
que deben hacerse al régimen de las sociedades incluidas en los artículos 21
a 26 de la ley 19.550, según el Proyecto de reforma al Código Civil y
Comercial, con especial referencia a las sociedades de hecho", en Las
DD

reformas al derecho comercial en el Proyecto de Código Civil y Comercial de


la Nación, Legis, Buenos Aires, 2012.

OTAEGUI, Julio, Administración societaria, Ábaco, Buenos Aires, 1979.


LA

— "Fusión de sociedades anónimas", JA 1990-I-70, sección doctrina.

— "Responsabilidad de los directores", RDCO 11-1287.

PALMERO, Juan C., "Unificación y armonización de la legislación latinoamericana


FI

en el campo de las empresas multinacionales", RDCO 1977-376.

PERCIAVALLE, Marcelo, Resolución general IGJ 7/2015. Comentada, Errepar,


Buenos Aires, 2015.


PÉREZ DE LA CRUZ BLANCO, Antonio, La reducción del capital en las sociedades


anónimas y de responsabilidad limitada, Publicaciones del Real Colegio de
España en Bolonia, Zaragoza, 1973.

PÉREZ HUALDE, Fernando, "La autonomía de la voluntad como nota tipificante de


la sociedad por acciones simplificada", LL del 3/11/2017.

PIAGGI, Ana I., Estudios sobre la sociedad unipersonal, Depalma, Buenos Aires,
1997.

571 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


PINZÓN, Gabino, La personificación jurídica de las sociedades, Tecnos, Madrid,
1980.

RASPALL, Miguel, "Un sistema para emprendedores", LL del 12/6/2017.

REHME, Paul, Historia universal del derecho mercantil, Revista de Derecho


Privado, Madrid, 1941.

— Revista Cooperativas, Asociaciones Civiles, Mutuales y Fundaciones,


Errepar, t. I, 140.000.1.

RICHARD, Efraín H., "La reforma al derecho societario argentino", Doctrina


Societaria y Concursal, octubre de 1993, t. V.

OM
RICHARD, Soledad, "El régimen de las sociedades no regulares en el Proyecto de
Reforma", Doctrina Societaria y Concursal, 2012, t. XXIV.

RIPERT, Georges, Tratado elemental de derecho comercial, Tea, Buenos Aires,


1955.

RIPPE, Siegbert y otros, Instituciones de derecho comercial uruguayo, Fundación


.C
Cultura Universitaria, Montevideo, 1996.

RIVERA, Julio C., Instituciones de derecho civil. Parte general, 5ª ed., Abeledo-
Perrot, Buenos Aires, 2010, t. II, p. 78.
DD

ROITMAN, Horacio, "Las sociedades", en RIVERA, Julio C.


- MEDINA, Graciela, Comentarios al Proyecto de Código Civil y Comercial de la
Nación, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2012.
LA

ROITMAN, Horacio - AGUIRRE, Hugo A. - CHIAVASSA, Eduardo N., "Las sociedades


en el Código Civil y Comercial de la Nación", LL, suplemento especial Código
Civil y Comercial de la Nación.

ROVIRA, Alfredo, "Necesaria reforma integral de la Ley General de Sociedades.


FI

Régimen de sociedad anónima simplificada", LL del 17/10/2016.

— Sociedades extranjeras, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1985.

SABSAY, Daniel, "Los DNU y el marco constitucional para su dictado", en Decreto




de desburocratización y simplificación. Impacto en el mundo empresarial y en


la gestión pública, La Ley, Buenos Aires, 2018.

SÁNCHEZ CALERO, Fernando, Instituciones de derecho mercantil, 7ª ed., Revista


de Derecho Privado, Madrid, 1994.

SATANOWSKY, Marcos, Estudios de derecho comercial, Tea, Buenos Aires, 1968,


t. I.

572 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


SEGOVIA, Lisandro, Explicación y crítica del nuevo Código de Comercio de la
República Argentina, Lajouane, Buenos Aires, 1892.

SOLARI COSTA, Osvaldo, Fusión y escisión nacional y transnacional de


sociedades, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1996.

SPIGEL, Zelman, "Temas sobre la sindicatura en las sociedades por


acciones", Boletín del Museo Social Argentino, nro. 380, enero - julio de 1981.

TRUFFAT, Daniel, Conjeturas sobre la sociedad por acciones simplificada

TRUFFAT, Edgardo D., "Cavilaciones, temores y conjeturas en derredor de la


resolución general IGJ nº 12/03", ED 207-967.

OM
URÍA, Rodrigo, "Algunas reflexiones sobre las dos reformas de la sociedad
anónima española", en Estudios jurídicos sobre la sociedad anónima, Civitas,
Madrid, 1995.

VAN THIENEN, Pablo A., "Sociedad anónima simplificada. Pacto comisorio o


nulidad societaria", LL del 21/6/2017.
.C
VAN THIENEN, Pablo A. - DI CHIAZZA, Iván G., "Sociedades por acciones
simplificada y supletoriedad de la Ley General de Sociedades", LL del
17/8/2017.
DD

VERGARA, Nicolás, "Las sociedades por acciones simplificadas en la Argentina",


LL del 12/01/2018.

VERÓN, Alberto V., Estados contables y libros de comercio, Ábaco, Buenos Aires,
1978.
LA

— Nueva empresa y derecho societario, Astrea, Buenos Aires, 1996.

— Sociedades comerciales, Astrea, Buenos Aires, 1993.


FI

— "Sociedades por acciones simplificada. Contenido del instrumento


constitutivo", Doctrina Societaria y Concursal, 2017.

VICENT CHULIÁ, Francisco, Compendio crítico de derecho mercantil, 2ª ed.,


Bosch, Barcelona, 1986.


VÍTOLO, Daniel R., "Avalan fallo del Máximo Tribunal que pone punto final a las
sociedades off shore", iProfesional.com del 12/3/2009.

— Comentarios a las modificaciones de la ley 26.994 a la Ley General de


Sociedades. Análisis comparativo con la ley 19.550, Ad-Hoc, Buenos Aires,
2015.

— "Alerta empresaria: La Corte Suprema asestó un golpe letal a las


sociedades off shore", iProfesional.com del 11/3/2009.

573 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com


— "Aspectos de la reglamentación de las SAS por las autoridades de contralor",
LL del 22/8/2017.

— "Emprendedores, Financiamiento y SAS. Un incipiente abordaje a las


primeras reglamentaciones", Doctrina Societaria y Concursal, 2017.

— "La sociedad anónima simplificada SAS ¿Un desafío a la imaginación o una


próxima realidad?", Doctrina Societaria y Concursal, nro. 347, octubre de
2016.

— "Por primera vez extienden la condena a directivos de una sociedad off


shore", iProfesional.com del 10/9/2009.

— "La identificación de los accionistas de sociedades por acciones y el orden

OM
público frente al fenómeno de la globalización", LL del 16/3/2005.

— "La Ley de Sociedades reformada por la que sancionó el Código Civil y


Comercial", LL del 27/10/2014.

— Ley 23.749 comentada, La Ley, Buenos Aires, 2017.


.C
— "Réquiem para la 'irregularidad' de las sociedades comerciales en el Proyecto
de Código Civil y Comercial de la Nación", Doctrina Societaria y Concursal,
2012, t. XXIV.
DD

— "Sociedad civil. ¿Quo vadis?", Doctrina Societaria y Concursal, nro. 303,


febrero de 2013.

WETZLER MALBRÁN, Ricardo, "Qué vi y qué pienso que hay que hacer en
mediación, tras una experiencia como mediador y como abogado", ED del
LA

1/10/1997.

ZALDÍVAR, Enrique, "Los reglamentos internos de las sociedades comerciales",


LL 1998-D-795.
FI

ZALDÍVAR, Enrique y otros, Cuadernos de derecho societario, Abeledo-Perrot,


Buenos Aires, 1982, t. III, vol. IV.

ZALDÍVAR, Enrique - ROVIRA, Alfredo, "El artículo 123 de la ley 19.550. Una
polémica concluida en torno a su alcance", RDCO 1979.


ZAVALA RODRÍGUEZ, Carlos, Código de Comercio y leyes


complementarias, Depalma, Buenos Aires, 1971, t. I.

574 
 

Este archivo fue descargado de https://filadd.com

También podría gustarte