Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SEBASTIÁN BALBÍN
SOCIEDAD POR
ACCIONES
SIMPLIFICADA
Año: 2019
3
INDICE
Introducción
El nuevo tipo y la transformación del Derecho Societario
Antecedentes normativos
El régimen organicista en la S.A.S.
Normativa aplicable
Derechos de los socios
Limitación de responsabilidad
Constitución
Poderes electrónicos
Transformación en S.A.S.
Limitaciones para constituir y mantener el carácter de S.A.S.
Capital social
Clases de acciones
Contabilidad
Organización
Órgano de gobierno
Órganos de fiscalización
Disolución y liquidación
Resolución de conflictos. Arbitraje
La Ley de Contrato de Trabajo y la LACE
Bibliografía
4
Introducción
Sebastián Balbín
5
(3.547) eran grandes empresas ―más de doscientos empleados―,
proporcionando las primeras el 64% del empleo privado formal del
país[5].
Abreviaturas
Normas
8
CADH - Convención Americana de Derechos Humanos
Fueros
9
CCiv. y Com. - Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial
10
CSJN - Corte Suprema de Justicia de la Nación
11
Organizaciones
12
IVA - Impuesto al Valor Agregado
UB - Universidad de Belgrano
13
UE - Unión Europea
UP - Universidad de Palermo
Publicaciones
14
DSE - Doctrina Societaria Errepar
ED - Revista El Derecho
LL - Revista La Ley
15
LL Noroeste - La Ley Noroeste
16
SJPLL - Suplemento de Jurisprudencia Penal La Ley
Generales
cit. - citado
concs. - concordantes
conf. - conforme
ed. - edición
FJ - fundamento jurídico
impr. - impreso
17
inc. / incs. - inciso / incisos
reimpr. - reimpresión
sent. - sentencia
ss. - siguientes
sum. - sumario
18
t./ ts. - tomo / tomos
v. gr. - verbigracia
Medidas
g - gramo / gramos
kg - kilogramo / kilogramos
km - kilómetro / kilómetros
m - metro / metros
Notas -
19
jurídicas, fondos y fideicomisos argentinos, públicos o privados,
cuyo único objeto sea aportar recursos propios o de terceros a más de
un emprendimiento.
[3] Cfr. Ragazzi, G., “La Sociedad por Acciones Simplificada (breves
notas sobre sus antecedentes y régimen legal)”, RDCO 285-757;
Cony Etchart, R., “Sociedad anónima simplificada: ¿renovación o
destrucción tipológica?”, RSyC, FIDAS, Buenos Aires, 2018-1.
[4] El proyecto refiere a Entidades de Responsabilidad Limitada de
la CNUDMI (ERL-CNUDMI), o UNLLO por sus siglas en inglés
(United Nations Limited Liability Organization).
[5] Cfr. Ramírez, A., “La Entidad de Responsabilidad Limitada de
UNCITRAL y la Sociedad por Acciones Simplificada”, LL,
14/12/2017, con apoyo en GPFI, CFI, “Small and medium enterprise
finance: new findings, trends and G-20 global partnership for
financial inclusion progress”, 2013, p. 12, puede consultarse en:
http://www.ifc.or g/wps/wcm/conne ct/16bca60040fa51
61b6e3ff25d54dfab 3/SME+Fi nance+repo rt+8_29.pdf?
MOD=AJPERES; “Actividades seleccionadas de organizaciones
internacionales e intergubernamentales para promover las
microempresas y las pequeñas y medianas empresas”, Documento
preparado por Naciones Unidas, Uncitral, Grupo de Trabajo n° 1,
A/CN.9/WG.I/WP.81, 4 de diciembre de 2013; Ministerio de
Producción de la Nación Argentina, GPS de empresas.
http://gpsemp.produccion.gob.ar/, y OIT, Conferencia Internacional
del Trabajo, 104ª reunión, “Pequeñas y medianas empresas y
creación de empleo decente y productivo”, Ginebra, 2015,
ILC.104/IV.
[6] El índice Doing Business (Banco Mundial), que analiza y
compara las normas que regulan las actividades de las pequeñas y
medianas empresas locales en 190 países para obtener índices
globales que indican ―entre otros― la velocidad para obtener
habilitación del negocio, permisos de construcción, obtención de
conexión eléctrica, protección del accionista minoritario,
recuperación del crédito en caso de incumplimiento e insolvencia,
ubicaba a la Argentina en 2017 en el puesto 157. Cfr. Hers, L., “La
S.A.S., una futurista Societas Romana”, elDial.com - DC2323,
17/5/2017.
[7] En igual sentido, véanse los postulados de la ley 14/2013 del 27
de septiembre de apoyo a los emprendedores dictada por España: “el
20
cumplimiento del marco jurídico vigente exige frecuentemente, no
sólo la contratación de servicios de asesoramiento, sino también la
dedicación de recursos humanos a este fin, lo que resulta
especialmente gravoso para las empresas de menor dimensión.
Además, los regímenes de autorización y los requisitos de obligado
cumplimiento para los operadores suponen en muchas ocasiones
verdaderas barreras de entrada en determinados mercados (…) las
dificultades para acceder a financiación son uno de los mayores
problemas a los que se enfrentan estructuralmente las empresas, por
ello resulta esencial impulsar canales de financiación, tanto bancarios
como no bancarios, que contribuyan a suavizar los efectos sobre las
empresas de la restricción en el crédito (…) existe margen para
mejorar el entorno de la investigación, el desarrollo y la innovación,
así como en la utilización de las tecnologías de la información y
comunicaciones, esenciales para el crecimiento y la competitividad
de un país. El esfuerzo en investigación y desarrollo del sector
privado en España es inferior al de los países de nuestro entorno, y
en un contexto de restricción presupuestaria como el actual, resulta
esencial la creación de un marco adecuado que favorezca la inversión
privada en este ámbito (…) los mercados internacionales son una
fuente esencial de crecimiento en un contexto de globalización
caracterizado por una integración de los mercados cada vez mayor”.
https://www.boe.e s/diario_boe/ txt.php?id=BOE -A-2013-1 0074.
[8] El capital semilla o financiación semilla “es un tipo de oferta de
acciones en la cual un inversor adquiere una parte de un negocio o
empresa. El término ‘semilla’ sugiere que se trata de una inversión
temprana, lo que significa que el apoyo al negocio se realiza en su
fase de creación hasta que consigue generar su propio cash flow, o
hasta que está listo para una nueva inversión. El ‘capital semilla’
puede incluir opciones como la financiación familiar y por amigos,
la financiación de los denominados ‘angel investors’ y, más
recientemente, el crowdfunding [art. 63 de la nueva ley 27.349] (…)
el micromecenazgo, o financiación colectiva, más conocido por su
expresión en inglés como crowdfunding, es un fenómeno de
desintermediación financiera por la cual se ponen en contacto
promotores de proyectos que demandan fondos mediante la emisión
de valores y participaciones sociales o mediante la solicitud de
préstamos, con inversores u ofertantes de fondos que buscan en la
inversión un rendimiento. En dicha actividad sobresalen dos
21
características, como son: i) la unión masiva de inversores que
financian con cantidades reducidas pequeños proyectos de alto
potencial, y ii) el carácter riesgoso de dicha inversión. En términos
generales, el ‘crowdfunding’ consiste en la difusión pública, por parte
de la persona que busca financiación, de la causa o negocio por el que
simplemente simpatizan con el proyecto, o persiguen un crédito
ofrecido por el prestatario. Dado que gran parte del éxito de esta
forma de financiación descansa en la publicidad que se da al
proyecto, las plataformas de financiación colectiva más importantes
en la actualidad tienen soporte en Internet, puede ser usado para
muchos propósitos, desde artistas buscando apoyo de sus seguidores,
campañas políticas, financiación de deudas, vivienda, escuelas,
dispensarios y hasta el nacimiento de compañías o pequeños
negocios”. Vítolo, D., en el prólogo a Barreira Delfino, E. y
Camerini, M., Financiación para emprendedores y Sociedades por
Acciones Simplificadas (S.A.S.), Ad-Hoc, Buenos Aires, 2018, ps.
22/23, con apoyo en Paoloantonio, M., “Crowdfunding en la ley de
emprendedores”, LL, 19/4/2017; ídem, “Introducción a la
financiación colectiva (crowdfunding) en el mercado de capitales”,
DCCyE, abril de 2014; Lanús Ocampo, C., “Financiamiento
colectivo (crowdfunding) de la mano de las nuevas tecnologías”, LL,
19/4/2017.
[9] La aceleradora (de “semillas” o de “start-ups”) es un instituto
ideado para favorecer el desarrollo de nuevos negocios, a través de
convocatorias a financistas ―inversores― privados o públicos.
[10] Su patrimonio se constituye con i) recursos asignados por el
Estado en su presupuesto; ii) legados y donaciones; iii) fondos
provistos por organismos nacionales, internacionales u ONG; iv)
rentas y frutos de estos activos; v) fondos provenientes de la
colocación por oferta pública de valores negociables emitidos por el
FONDCE a través del mercado de capitales; vi) fondos provenientes
de empresas públicas o privadas, nacionales o extranjeras.
[11] “La crisis económica ha puesto de manifiesto el mejor
comportamiento de las empresas internacionalizadas y la importancia
de la internacionalización como factor de crecimiento y
diversificación del riesgo. Las empresas internacionalizadas
experimentan ganancias de productividad, mejoras en la gestión,
mejor capacidad de acceso a la financiación y son, en definitiva, las
que tienen mayor capacidad para crecer y crear empleo. La
22
internacionalización se revela más que nunca como un motor clave
del crecimiento económico a largo plazo de la economía argentina
por su relación con la competitividad y los incrementos de
productividad” ―del mensaje que acompañó al proyecto de ley, y
que a su vez repite el que acompañara a la ley española 14/2013 del
27 de septiembre de apoyo a los emprendedores―
(https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2013-10074).
[12] Cfr. Cony Etchart, R., “Sociedad anónima simplificada…”, cit.
[13] Cfr. Reyes Villamizar, F., S.A.S. La sociedad por acciones
simplificada, Legis, Bogotá, 2018, p. 58, quien señala que “…el
origen de la tradición jurídica (Derecho romano-germánico o
anglosajón) no es necesariamente un obstáculo para el cambio y la
innovación en materia de derecho societario”.
[14] Cfr. Cony Etchart, R., “Sociedad anónima simplificada…”, cit.
[15] Cfr. Ramírez, A., Sociedad por Acciones Simplificada, BdeF,
Buenos Aires, 2019 (en imprenta), ap. 3 (con apoyo en Ripert, G.,
Aspectos jurídicos del capitalismo moderno, Buenos Aires, 1950, p.
109): “con la aparición del fenómeno de los emprendimientos y las
start-ups en una economía del conocimiento, donde empresas que
pueden carecer de bienes materiales alcanzan valuaciones superiores
a otras de industrias más clásicas ―el caso paradigmático en
Argentina se evidencia con Mercadolibre, que alcanzó una valuación
de prácticamente el doble que YPF―. Esta nueva realidad
económica, con un creciente número de negocios dinámicos, necesita
de un tipo societario que pueda receptar sus propias problemáticas, y
no necesariamente una readecuación de tipos societarios pensados
para otros tipos de negocios”.
[16] Cfr. Ragazzi, G., “La Sociedad por Acciones Simplificada…”,
cit.
Sebastián Balbín
23
Concebida como una estructura superadora de la Sociedad Anónima
Unipersonal (en adelante S.A.U.) incorporada a la L.G.S. por ley
26.994[1], la S.A.S. es un nuevo tipo que ha producido una suerte de
revolución[2]. La LACE ha creado una sociedad a medida[3], que se
presenta como un fenómeno disruptivo que impacta sobre la empresa
en particular[4], y del cual resulta un cambio de paradigma respecto
del derecho societario tradicional[5] (entendido este como el derecho
vigente antes de la sanción de la LACE)[6]. La S.A.S. es, además, el
resultado de diversos intentos normativos que plantean una profunda
revisión de ciertos conceptos y normas arraigadas, frente a una
realidad concreta diversa[7]. Esta no hubiera existido sin una
concurrente decisión política de alentar con ayuda estatal la iniciativa
privada y en particular las MiPyMEs[8], dotándolas de un marco
legal que les proporcione vehículos dúctiles y económicos[9], que
faciliten y simplifiquen su existencia, organización y
funcionamiento, habida cuenta de que “la velocidad creciente de los
negocios, la necesidad de reportar a dicha dinámica, la ampliación de
mercados y la globalización mediante, han dado curso a una
indubitable necesidad de obtener soluciones jurídicas más flexibles y
elásticas que se adapten a los negocios, y los permitan y
faciliten”[10]. El derecho mercantil en general y el societario en
particular resultan ser disciplinas que deben buscar la ordenación
jurídica de una realidad económica viva y en constante renovación,
por lo que el jurista no debe rechazar los intentos de reajuste
tipológico que acompañan la evolución de los negocios y sus formas,
ni vivir ello como un factor de desarmonía que impide la tarea
interpretativa respecto de los alcances de la sociedad de capital[11].
24
1. Características del tipo -
25
un derecho comparado volcado a la reducción de preceptos
ineludibles en materia societaria[25].
Notas -
[1] Cfr. Marzorati, O., “La renovación societaria en una ley para
emprendedores. La génesis de la S.A.S. (Sociedad por Acciones
Simplificada)”, ED, 12/5/2017.
26
[2] Cfr. Favier Dubois, E., “La sociedad por acciones simplificada y
el sistema societario, cuatro preguntas y el miedo a la libertad”, LL,
2017-D-1318, AR/DOC/1529/2017; Favier Dubois, E. y Spagnuolo,
L., “Nace una estrella. La ‘Sociedad por acciones simplificada’ con
libertad estatutaria”, DSyC Errepar (DSCE), XXX, mayo 2018,
EOLDC097791A.
[3] Barreiro, M., “El nuevo paradigma del derecho societario”, en
Crowdfunding y Sociedades por Acciones Simplificadas, IADC,
Ediciones Didot, Buenos Aires, 2018, p. 119.
[4] Ragazzi, G., “La Sociedad por Acciones Simplificada…”, cit.,
quien agrega que además impacta sobre la sociedad en general, a
partir de la “generación de empleo y el futuro, planteando nuevas
formas de concebir la creación de empresas, cómo ser competitivos
en el mundo y entender el mercado e incluso los principios que lo
rigen”.
[5] Cracogna, D., “Hacia un nuevo paradigma societario en el
derecho argentino”, su presentación en el Instituto de Derecho
Empresarial de la Academia de Derecho y Ciencias Sociales de
Buenos Aires, sesión ordinaria del 30/6/2017 ―en cita de Ragazzi,
G., “La Sociedad por Acciones Simplificada…”, cit.; Barreiro, M.,
“El nuevo paradigma del derecho societario”, cit., p. 116; Cultraro
G., “El régimen de contrato de trabajo y su relación con la S.A.S., en
la nueva Ley de Sociedades por Acciones Simplificada (S.A.S.).
Alcances”, en Crowdfunding y Sociedades por Acciones
Simplificadas, cit., p. 161; Villanueva, J., “La sociedad por acciones
simplificada y la autonomía de la voluntad versus la imperatividad en
el derecho societario”, LL, 2018-F.
[6] “…es dable advertir que con la sanción de la ley 27.349 se
consagra la existencia de un fenómeno jurídico a cual la doctrina
continental suele referir como un ‘derecho societario de dos
velocidades’. Dicha aceleración normativa determina, a su vez, la
existencia, de un lado, de un ‘derecho duro’ de sociedades, más rígido
y principista y, del otro, de un ‘derecho blando’ de sociedades
representado por la nueva solución legal simplificadora que busca
aumentar la autonomía de la voluntad y diluir la influencia de la
imperatividad normativa vigente”. Cony Etchart, R., “Sociedad
anónima simplificada…”, cit.
[7] Ragazzi, G., “La Sociedad por Acciones Simplificada…”, cit.,
quien refiere que a la sanción de la LACE cabe agregar la anterior
27
reforma por ley 26.994 a la L.G.S., y su impacto sobre las nociones
tradicionales de tipicidad, plurilateralidad, oponibilidad, control de
legalidad registral, entre otras.
[8] Dentro de las diversas iniciativas, Schneider, L. “El contexto
empresarial de la ley de Sociedades por Acciones simplificada. A un
año de su entrada en vigencia”, LL, 16/7/2018, cita online
AR/DOC/1366/2018, reseña, entre otras: 1. ley 24.467, de Pequeña y
Mediana Empresa (SGR); 2. res. 595/1997 de la Secretaría de
Industria, Comercio y Minería; 3. ley 24.467, “Régimen para
pequeñas y medianas empresas”; 4. ley 25.300 y resolución nacional
(SPyME) 24/2001; 5. decreto 145/2017, “Micro, Pequeña y Mediana
Empresa. Régimen de bonificación de tasas. Cupos de crédito”; 6. ley
27.264, Régimen de Fomento para la Micro, Pequeña y Mediana
Empresa, reglamentada mediante decreto 1101/2016; 7. res. gral.
AFIP 3946, “Ampliación sobre el régimen de impuestos sobre
créditos y débitos en las transacciones financieras como pago a
cuenta para el impuesto a las ganancias de micro, pequeña y mediana
empresa”; 8. res. nac. 1029 - E/2016, “Programa de recuperación
productiva. Trámite simplificado para las micro, pequeña y mediana
empresas”, emitida por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social”; 9. ley 27.349, de Apoyo al Capital Emprendedor; 10. res.
nac. 38 - E/2017, Secretaría de Emprendedores y PyME; 11. res. nac.
68 E/2017, Secretaría de Emprendedores y PyME; 12. res. gral. AFIP
4010 - E/2017, “Régimen de fomento para las Micro, Pequeña y
Mediana Empresas. Beneficios impositivos. Reglamentación”; 13.
res. nac. 88 - E/2017, “Régimen de fomento para las Micro, Pequeña
y Mediana Empresas. Beneficios impositivos. Bono de crédito fiscal
para el pago de tributos”, Ministerio de Producción; 14. ley 27.444
de “Desburocratización y simplificación”.
[9] Cfr. Marzorati, O., “La renovación societaria…”, cit.
[10] Barreiro, M., “El nuevo paradigma del derecho societario”, cit.,
p. 117.
[11] Cfr. Cony Etchart, R., “Sociedad anónima simplificada…”, cit.
[12] Cfr. Salvochea, R., “La S.A.S.: ahora un actor habilitado para
negociar sus acciones en el mercado de capitales”, LL, Sup. Esp.
28/2/2018, p. 229, AR/DOC/372/2018.
[13] Barreiro intenta definirla a partir de sus características como
“aquel tipo societario en el que los socios ―accionistas― limitan su
responsabilidad a la integración de las acciones, cuya circulación
28
puede prohibirse como máximo por diez años, que suscriban o
adquieran, aunque garantizan solidaria e ilimitadamente a los terceros
la adecuada integración de los aportes, con capital mínimo exigido
por la ley, que admite su constitución con sujeción a rápidos y
sencillos tramites de inscripción, presenta una flexible estructura
funcional inspirada en la libertad de determinación de los
constituyentes que pueden ser uno o más, con denominación social
propia y sobre el que inciden restricciones en relación a su objeto o
fundadas en relaciones de control”. Barreiro, R. F., “Un nuevo tipo
societario: la sociedad por acciones simplificada. apuntes acerca de
su naturaleza jurídica y las dificultades interpretativas que plantea”,
Revista Jurídica Electrónica de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Lomas de Zamora, año 1, n° 4.
[14] Reyes Villamizar, F., S.A.S. La sociedad por acciones
simplificada, cit., p. 382, datos para 2009-2016 de Confecámaras,
2017.
[15] Se ha sostenido que la LACE, a través de la S.A.S., “privatiza el
derecho de las sociedades cerradas, al anteponer la voluntad de los
socios” sobre las normas de la L.G.S. “y sacarlas del área de la
autoridad de contralor”; Carlino, B., “Las fronteras de la Sociedad
por Acciones Simplificada”, SJA 4/7/2018, p. 1; AP/DOC/403/2018.
En contra, véase Messina G. y Sánchez Herrero P., “Autonomía y
eficiencia de la Sociedad por Acciones Simplificada”, LL, 2018-C-
938.
[16] Así, Guyón, Y., para la sociedad por acciones simplificada
francesa creada por ley del 3 de enero de 1994: “La ventaja esencial
de esta nueva forma consiste en escapar casi por completo a las reglas
de orden público que gobiernan las asambleas de accionistas y los
órganos de administración y dirección de las sociedades anónimas.
La sociedad presenta, en consecuencia, una gran flexibilidad para su
organización y funcionamiento, en beneficio de la eficacia
relacionada con la concesión de la personalidad jurídica y la
consecuente restricción en la responsabilidad de los asociados hasta
el monto de sus aportes”. La cita pertenece ―íntegra― a Reyes
Villamizar, F., S.A.S. La sociedad por acciones simplificada, cit., p.
70.
[17] Cfr. Villanueva, J., “La sociedad por acciones simplificada y la
autonomía de la voluntad…”, cit., si bien esta autora circunscribe su
juicio a normas referidas al funcionamiento del ente.
29
[18] Reyes Villamizar, F., S.A.S. La sociedad por acciones
simplificada, cit., p. 92.
[19] Mientras estos cambios se suceden, algunos ordenamientos
“siguen entretenidos en los debates jurídicos tradicionales sobre la
teoría de la especialidad, la defensa enérgica de la tesis del ultra vires,
la imposibilidad de sociedades unipersonales, la existencia de
revisores fiscales, síndicos y supervisores, y sobre otras
circunstancias de menor calado en el panorama contemporáneo del
Derecho mercantil. Estas discusiones desvían la atención que debería
dárseles a asuntos cruciales, que podrían promover la creación de
nuevas empresas, contribuir al crecimiento económico e incrementar
el bienestar general”. Reyes Villamizar, F., S.A.S. La sociedad por
acciones simplificada, cit., p. 30.
[20] Cfr. Cony Etchart, R., “Sociedad anónima simplificada…”, cit.
[21] Principio rector del proyecto de Guía Legislativa de la Entidad
de Responsabilidad Limitada de la CNUDMI (ERL-CNUDMI), o
UNLLO por sus siglas en inglés (United Nations Limited Liability
Organization), seguido por la S.A.S. argentina. Cfr. Ramírez, A., “La
Entidad de Responsabilidad Limitada de UNCITRAL…”, cit.
[22] Barreiro, M., “El nuevo paradigma del derecho societario”, cit.,
p. 116.
[23] Ídem, p. 119.
[24] Cfr. Cony Etchart, R., “Sociedad anónima simplificada…”, cit.
[25] Así, el derecho societario francés, a partir del exceso de normas
imperativas de la ley de 1966, justificado en un momento histórico
en que predominaban el centralismo, el dirigismo y el
asistencialismo. “Ya para el año 1996, el primer ministro francés
entendía que la tendencia cultural había sido modificada por la
voluntad de acrecentar la libertad de los agentes del derecho para
obtener la mejor organización de sus negocios. El concepto fue
otorgar mayor libertad contractual a fin de permitir la adaptación de
las empresas a los cambios económicos y sociales de la actualidad, y
es desde dicha perspectiva que se buscó actualizar o brindar nuevas
estructuras societarias como las sociedades por acciones
simplificadas”. Hadad, L., “La Sociedad por Acciones Simplificada
y la llegada de la modernidad”, LL, 2017-D-971, cita online:
AR/DOC/1387/2017.
[26] Duprat, D., “Sociedades por acciones simplificadas”, cit.
[27] Cfr. Ramírez, A., “La Entidad de Responsabilidad Limitada de
30
UNCITRAL…”; Duprat, D., “Sociedades por acciones
simplificadas”, cit.; Pérez Hualde, Fernando, “La autonomía de la
voluntad como nota tipificante de la Sociedad por Acciones
Simplificadas”, LL, 3/11/2017, AR/DOC/2334/2017; Ragazzi, “La
Sociedad por Acciones Simplificada…”, cit.; Prono, P., “Capital,
aportes y acciones en la sociedad por acciones simplificada”, LL,
AP/DOC/573/2017; Hadad, L., “La Sociedad por Acciones
Simplificada y la llegada…”, cit.; Filippi, L., “La incorporación de la
figura del ‘administrador de hecho’ en la nueva Ley de Sociedades
por Acciones Simplificada (S.A.S.). Alcances”, en Crowdfunding y
Sociedades por Acciones Simplificadas, cit., p. 139; Arecha, T.,
“Remuneración del administrador de las Sociedades por Acciones
Simplificadas”, en Crowdfunding y Sociedades por Acciones
Simplificadas, cit., p. 147; Miguel, L., “Las S.A.S.: una oportunidad
para reglamentar la renuncia del socio”,
www.ladefensa.com.ar/La%20Defensa%2010/las-sas--una-
oportunidad-para-reglamentar-la-renuncia-del-socio-por-luis-
alberto-miguel..html; Van Thienen, P. y Di Chiazza, I., “Sociedad por
acciones simplificada y supletoriedad de la ley general de
sociedades”, LL, 2017-D-125; Suárez, S., “La sociedad por acciones
simplificada frente al universo societario”, AP/DOC/604/2017.
[28] La LACE recepta para la S.A.S. los postulados de la guía
legislativa que prepara UNCITRAL para remover obstáculos
jurídicos en la vida de las MiPyMEs, examinando formas
empresariales simplificadas previstas en la legislación de países
como Alemania, Colombia, Emiratos Árabes Unidos, Estados
Unidos de América, Francia, India, Japón, Nueva Zelandia, Reino
Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Singapur y Sudáfrica.
UNCITRAL encontró que en estos, la mayoría de sus MiPyMEs
valora la importancia de tener libertad, autonomía y flexibilidad para
desarrollar y dirigir sus emprendimientos, sin tener que recurrir a
normas ni procedimientos rígidos y formalistas. Cfr. Ramírez, A.,
“La Entidad de Responsabilidad Limitada de UNCITRAL…”, cit.
[29] En igual sentido, el art. 424 del Código de Comercio de Chile
establece que la “sociedad [por acciones] tendrá un estatuto social en
el cual se establecerán los derechos y obligaciones de los accionistas,
el régimen de su administración y los demás pactos que, salvo por lo
dispuesto en este párrafo, podrá ser establecidos libremente”.
31
[30] Cfr. Schneider, L., “El coAnclantexto empresarial de la ley de
Sociedades por Acciones Simplificada”, cit.
Antecedentes normativos
Sebastián Balbín
1. En América -
1.1. Brasil
1.2. Chile
33
y flexibilidad ―“frente al silencio de las partes, rige supletoriamente
la ley”― han hecho de la SpA el tipo societario más utilizado[8].
1.3. Colombia
34
1.4. México
2. En Europa continental -
2.1. Alemania
2.2. España
2.3. Francia
3.1. EE.UU.
3.2. Inglaterra
Notas -
Sebastián Balbín
Notas -
Normativa aplicable
Sebastián Balbín
55
flexibilidad y el tinte personalista de su organización[5], alejado de
la más compleja estructura de la S.A. y sus rígidas normas de
funcionamiento[6]. Y si bien la referida supletoriedad de la L.G.S. en
materias tales como la configuración y articulación de los órganos
sociales es en apariencia [también] directa (art. 49 LACE), lo que no
sucede con las demás cuestiones, “no deja de ser supletoria, de lo que
deriva que, aun cuando las normas de la L.G.S. que se estimen
aplicables sean allí imperativas, aquí no lo son: son supletorias, lo
cual exhibe con notoriedad su carácter dispositivo. Esto deriva en una
consecuencia casi axiomática: el acto constitutivo no sólo puede
expresamente descartar su aplicación, sino regular las cuestiones
implícitas de manera distinta”[7]. Asimismo, cabe recordar que el
empleo supletorio de la L.G.S. a la S.A.S., además, viene impuesto
únicamente para supuestos en que sus normas concuerden con los
postulados y finalidad de la LACE. Esto “genera una limitación en la
aplicación del ordenamiento societario general, sin perjuicio de que
el art. 150 del Cód. Civil y Comercial dispone un orden de prelación
en la aplicación de las normas y en el cual la prevalencia de las
normas imperativas se impone por sobre las del contrato o el
reglamento”[8]. Por tanto, dentro de las escasas normas de la L.G.S.
aplicables a la S.A.S. pueden enumerarse aquellas referidas a los
efectos de la inscripción registral y su regularidad, los regímenes de
nulidad e inoponibilidad, la Sección IV[9], las reglas sobre la
diligencia del administrador (art. 52 LACE), las previsiones sobre
reorganización societaria, intervención judicial, sociedades
extranjeras y reglas para la disolución y liquidación (arts. 55 y 56
LACE)[10]; y
iv) por las normas del Código Civil y Comercial previstas para
personas jurídicas privadas, en cuanto fueran de aplicación (su art.
150)[11].
56
Por sobre lo dicho en cuanto a las competencias orgánicas, en razón
de la autonomía de la voluntad que incardina el sistema normativo de
la S.A.S., los socios tienen amplia libertad para disponer aquello que
atienda mejor los intereses del negocio que emprenden. Según se
refiriera, mediando previsión en el instrumento constitutivo, aquellos
pueden apartarse de las disposiciones de la L.G.S.[12], en particular
las enumeradas en su art. 13 ―cláusulas leoninas―[13], por resultar
contrarias a la finalidad de la LACE e injustificadamente tuitivas y
consagratorias de una capitis diminutio reputada irrenunciable,
propia de ordenamientos decimonónicos en materia mercantil. De
modo que el instrumento constitutivo podrá disponer libremente que
algunos de los socios reciban todos los beneficios, o que se los
excluya de ellos, o que ninguno lo haga, o que a los socios inversores
se les restituyan los aportes con un premio designado, o con sus
frutos, o con una cantidad adicional, haya o no ganancias, o que se
permita la determinación de un precio para la adquisición de la parte
de un socio por otro que se aleje notablemente de su valor real al
tiempo de hacerla efectiva. Puede incluso disponerse la renuncia a
impugnar estados contables, o prohibirse cualquier forma de receso,
o preverse la exclusión del socio, y toda otra cuestión que mejor
atienda los intereses de los contratantes. ¿Es que acaso corresponde
al legislador evaluar las razones que llevan a sujetos libres y capaces
a contratar en búsqueda de algo que estos ―y no el legislador― han
estimado ventajoso? Máxime cuando el ejercicio de su libertad no
acarrea perjuicio a terceros, desde que estos no han dispuesto de sus
derechos como sí lo han hecho los socios[14].
57
Notas -
60
Sebastián Balbín
1. Información -
61
El derecho a la información permite al socio tener noticia del
desenvolvimiento del ente, ya sea mediante la solicitud ocasional de
datos, la inspección de libros y documentos sociales o del
requerimiento de aclaraciones a los administradores[10]. Es un
derecho instrumental, en tanto permite a sus titulares conocer el
devenir societario para evaluar la conducta de socios,
administradores y fiscalizadores y para ejercer otros derechos tales
como los de voto, suscripción preferente, impugnación de los
acuerdos sociales, razonabilidad del dividendo y extensión de la
cuota de liquidación, etc.[11]. Su ejercicio, además, tutela el interés
de la sociedad en salvaguardia de su recto funcionamiento (opera
como medio a través del cual el socio participa en los órganos
sociales)[12].
2. Voto -
64
3. Participación en las utilidades -
65
Comúnmente se entiende que corresponde a los titulares de acciones
el derecho de suscribir con carácter preferente los nuevos títulos que
de su misma clase se emitan, y en proporción a sus tenencias. Con
este mecanismo se procura que las participaciones accionarias
permanezcan inalteradas[39], conservándose la equidad entre socios
y satisfaciendo la justicia en las proporciones, sin modificar los
derechos patrimoniales y políticos originarios del socio[40]. Empero,
este principio no resulta de aplicación obligatoria en la S.A.S. y puede
ser dejado de lado por previsión en contrario incorporada en el
instrumento constitutivo. Como contracara ―o complemento― del
derecho de suscripción preferente, el derecho de acrecer permite al
accionista que ha ejercido aquel suscribir las acciones que hubieran
correspondido a otro socio que, en condiciones de suscribir
preferentemente, no lo hubiera hecho o aun queriendo no pudiera. El
ejercicio del derecho de acrecer también puede ser reglamentado, o
incluso renunciado anticipadamente o suprimido por una estipulación
en el instrumento constitutivo.
5. Receso -
67
Notas -
Limitación de responsabilidad
Sebastián Balbín
Notas
Constitución
Sebastián Balbín
1.2. Denominación
76
La sociedad cuenta con una denominación social, especie
correspondiente al género del nombre social y que identifica a los
entes en los que la responsabilidad de los socios es limitada. La
LACE nada dice respecto de la utilización en esta de los nombres de
los socios, de terceros o de nombres de fantasía, lo cual permite un
empleo amplio de los mismos[11].
1.4. Objeto
81
computa desde la fecha de creación del ente prevista en el
instrumento constitutivo[38], no desde su registración.
1.7. Organización
El art. 36, inc. 8º, LACE, a diferencia del art. art. 11, inc. 7º, L.G.S.,
omite la disposición en punto a que en caso de silencio en cuanto a la
soportación de las pérdidas, esta se hará en proporción de los aportes.
La supresión en la LACE no es casual, sino que el legislador buscó
83
dejar establecido que no necesariamente las reglas de distribución de
las utilidades deben ser en proporción a los aportes, primando lo
pactado por los socios, al estilo de lo que sucede en la sociedad de
capital e industria[46].
Aun cuando el art. 36, inc. 10, LACE dispone que el instrumento
constitutivo debe contener las cláusulas atinentes al funcionamiento,
disolución y liquidación de la sociedad, sus arts. 55 y 56 prevén que,
en caso de silencio, se aplican las normas de la L.G.S., de lo que se
colige que salvo estipulación en contrario la liquidación está a cargo
del órgano de administración (arts. 102 L.G.S. y 56 LACE)[49].
Sobre el particular, véase lo dicho en el Cap. XVIII.
84
1.11. Fecha de cierre del ejercicio
2. Simplificación de trámites -
86
La inscripción del instrumento constitutivo por ante el Registro es, en
sí, un mecanismo de publicidad que comparte su naturaleza con su
par edictal. La relevancia de los asientos ―en general― que ante
aquel se vuelcan está vinculada con la eficacia de la publicidad que
prestan a los actos principales de la actividad que desarrolla el sujeto,
y fija los límites que en protección del tráfico y del propio ente deben
observarse. El Registro es, entonces, una institución esencialmente
dirigida a terceros[56]. Como la dinámica de la economía hace
necesaria una presunción legal de conocimiento, resultaría inviable
un sistema en el que los sujetos inscriptos tuvieran que acreditar el de
sus asientos registrales por terceros, “ese conocimiento se objetiva de
tal modo que la oponibilidad del contenido del Registro no está en
función del conocimiento real y efectivo de los asientos, sino en
función de una presunción legal”[57]. La registración, en razón de
sus efectos, llena así funciones insustituibles en la vida jurídica:
“respecto de los terceros, por la apariencia creada por esa
registración; respecto de los accionistas para la decisión de conflictos
internos y para el propio Estado”. De allí que el cumplimiento de los
recaudos crea una presunción absoluta del conocimiento del acto,
para el cual es indiferente la buena fe del tercero o el dolo del socio,
por lo que si por error o mala fe el contrato se inscribe con diferencias,
estas “tendrán que juzgarse como omitidas”[58], en razón de la
prevalencia de la apariencia.
87
Como nota saliente, el art. 36 LACE elimina el control de legalidad
del Registro Público respecto de las S.A.S., limitando sus funciones
a la verificación previa del cumplimiento de requisitos formales y de
normas reglamentarias de aplicación (art. 35, ley 27.444)[60]. El
mantenimiento de tal control de legalidad en cabeza de los registros
ya había sido puesto en duda a partir de la sanción de la ley 26.994 y
para todos los tipos sociales, al suprimirse del art. 6º L.G.S. el control
del cumplimiento de los requisitos legales y fiscales del instrumento
constitutivo previo a su registración, reduciendo así el contenido de
la obligación a la sola presentación del acto constitutivo para su
inscripción (art. 5º L.G.S.). Esto ha llevado a sostener la eliminación
de todo control de legalidad por parte del registrador y la imposición
de un nuevo sistema de registración automática que convierte al
Registro Público en un mero receptor de documentos, donde los
efectos de la toma de razón quedan limitados sólo a la publicidad[61].
Empero, tal control por parte del Registro ―sin efectos saneatorios―
se mantiene, sólo que exclusivamente para el caso de las sociedades
del Capítulo II de la L.G.S., correspondiéndole a la IGJ en el ámbito
nacional fijar los requisitos a los que deben sujetarse las
presentaciones y las facultades de control que incumben a dicho
organismo (leyes 22.315 y 22.316 y res. 7/2015). Tal control de
legalidad no aplica en el caso de la S.A.S., para la cual la IGJ ―o sus
pares― debe ceñirse estrictamente a las funciones registrales
formales que le correspondan, estándole vedado formular
observaciones en cuanto a la legalidad, mérito, conveniencia o
suficiencia del instrumento constitutivo, sus ampliaciones o
modificaciones.
Notas -
90
[1] La posibilidad de que de la declaración unilateral de voluntad se
engendre una sociedad (la promesa unilateral como causa-fuente de
relaciones obligacionales) es una cuestión admitida en el Derecho
comparado. Cfr. Moro, E., La Sociedad de Capital Unipersonal, Ad-
Hoc, Buenos Aires, 2006, p. 137.
[2] Sobre la sociedad unipersonal como sistema y no como contrato,
véase Botteri, J. y Coste, D., “Las sociedades de un solo socio (S.A.U.
y S.A.S. unipersonal). Mecanismos y principios de gobierno”,
inédito, 2019. Los autores, partiendo de un enfoque cientificista
sistémico, estudian las sociedades como objetos complejos que se
relacionan con la teoría de conjuntos: no se trata de la integración de
dos o más elementos aislados que forman un conjunto (el contrato de
dos o más personas que dan vida a una sociedad), sino de un conjunto
unitario ―integrado por un elemento aislado que no se identifica con
un conjunto que pertenece a otra jerarquía― y que permite el ingreso
de otros siempre que cumplan los requisitos del conjunto. Desde tal
perspectiva, tratándose de objetos complejos, las S.A.S.
unipersonales debieran analizarse en función de su composición,
estructura, mecanismos de funcionamiento y propiedades
emergentes, todo ello vinculado a un entorno dado.
[3] Dada la escasa utilización de la sociedad anónima unipersonal
(S.A.U.; art. 1º L.G.S.), la S.A.S. se presenta como la única variante
de ente unipersonal operativo en la República. La SAU no resultó ser,
en contra de sus postulados, la consagración legislativa de la sociedad
unipersonal en beneficio del empresario individual. Complicaciones
resultantes de la integración y funcionamiento de sus órganos, más la
rigidez del tipo y la impuesta fiscalización estatal permanente, la
tornaron mayormente en vehículos de la gran empresa o capitales
extranjeros que buscaban invertir en la República sin asociarse de
cómodo a un socio local.
[4] Cfr. Moro, E., La Sociedad de..., cit., ps. 137/140 y “Breves
reflexiones sobre la sociedad unipersonal”, Revista Argentina de
Derecho Empresario, n° 1, Universidad Austral, Ad-Hoc, Buenos
Aires, 2005, ps. 382/385.
[5] En este sentido, el art. 957 del Cód. Civil y Comercial establece
que el contrato “es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes
manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar,
transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales”.
[6] El instrumento electrónico debe ser remitido para su inscripción
91
al Registro Público correspondiente en el formato de archivo digital
que oportunamente se establezca (art. 35 LACE).
[7] Cfr. Ragazzi, “La sociedad por acciones simplificada…”, cit.
[8] Cfr. Moro, E., Tratado de las sociedades de responsabilidad
limitada, t. I, La Ley, Buenos Aires, 2016, p. 106.
[9] La LACE, a diferencia de la L.G.S., utiliza el término
“instrumento constitutivo” en lugar de contrato y estatuto, con
excepción de su art. 59, que se refiere a estatuto ―lo que debe ser
considerado un error material―.
[10] Ragazzi, “La Sociedad por Acciones Simplificada…”, cit.
[11] Ibídem.
[12] Cfr. Cornejo Costas, E., Tratado del nombre social, Ábaco,
Buenos Aires, 1989, n° 53, ps. 197, 201 y 202.
[13] IGJ, 19/10/2004, “Legalitas S.A.”, res. 1296/2004, expte.
607180; IGJ, 15/7/2004, “Tenaris S.A.”, res. 854, expte. 603780. Cfr.
Halperín, I. y Butty, E., Curso de Derecho…, cit., p. 48 y p. 323, n°
68; Cabanellas de las Cuevas, G., Derecho Societario…, cit., t. II, p.
545; Roitman, H., Ley de Sociedades…, cit., t. I, p. 193.
[14] No así la serie de designaciones genéricas que atañen a la clase
de actividad, al objeto comercial o al tipo de sociedad. Cfr. Rivera,
J., El nombre en los derechos civil y comercial, Astrea, Buenos Aires,
1977, ps. 133 y 134.
[15] Cfr. Cornejo Costas, E., Tratado del Nombre Social…, cit., n°
53, p. 199.
[16] Ídem, n° 53, p. 197; JA, 1962-V-338; Cám.C.C., I, Rosario, JA,
1998-III-526.
[17] CNCom., Sala E, “Petrocor S.R.L. c/Petrocor S.A. s/sumario”,
RSyC n° 5, p. 240.
[18] Dicho esto con exclusividad para aquellas jurisdicciones en que
el Registro está a cargo de la autoridad administrativa.
[19] “Legalitas S.A.”, cit.; CNCom., Sala D, 30/6/1986, “Kimsa
S.R.L.”; resol. IGJ, 1003/2000, “Intelligent Systems S.A.”, en RSyC,
n. 6, p. 245.
[20] Cfr. Cash, G., “Registración societaria y registros nacionales”,
en Vítolo - Pardini, Problemas y cuestiones sobre las Sociedades, Ad-
Hoc, Buenos Aires, 2006, p. 22.
[21] Cfr. Cornejo Costas, E., Tratado del Nombre Social…, cit., n°
53, p. 278.
[22] Borda, G. A., Tratado de Derecho Civil ⎯parte general⎯, 12ª ed.,
92
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999, t. I, n° 350, p. 344; “es una
exigencia ineludible del buen orden social que las personas puedan
ser ubicadas en el territorio. Es necesario que exista un lugar
determinado [en] donde puedan reclamar la protección de las leyes”.
Es de carácter legal, necesario, debe ser real ―no simulado⎯, a fin de
no inducir a terceros de buena fe a engaños, y único, sin perjuicio de
la existencia de sucursales y su localización. Cfr. Zaldívar, E. et al.,
Cuadernos… cit., t. I, p. 228, n° 15; Verón, A., Sociedades
Comerciales… cit., t. I, p. 8; Roitman, H., Ley de Sociedades…, cit.,
t. I, ps. 204/207.
[23] Las apuntadas diferencias se corresponden con la modificación
del art. 11, inc. 2°, L.G.S. efectuada por ley 22.903 de 1983.
Previamente la distinción resultaba de construcciones doctrinarias y
jurisprudenciales, apoyadas en las reglas generales del Código Civil,
y cuyos criterios fueron uniformados a partir de fallo plenario
comercial “Quilpe I.L.P. S.A.” (LL, 1977-B-248; JA, 1977-II-431).
[24] Cfr. Romano, A. A., en Código de Comercio ⎯anotado y
comentado⎯, de Rouillón Adolfo, La Ley, Buenos Aires, 2006, t. III,
p. 23 y jurisprudencia de la CSJN por este citada, v.gr. LL, 2003-D-
199; DJ, 2003-2-365.
[25] Cfr. Colombres, G., Curso de Derecho..., cit., ps. 104 y 105, sin
perjuicio de que el autor define al objeto como la actividad peculiar
a partir de la cual se determina una imputación específica.
[26] Halperín, I. y Butty, E., Curso de Derecho…, cit., t. I, n° 6, p.
280; Cabanellas de las Cuevas, G., Derecho Societario…, cit., t. II, p.
250; Colombres, G., Curso de Derecho..., cit., p. 104. Con
diferencias, Zaldívar, E., Cuadernos…, t. I, ps. 257 y 266, para quien
el objeto es la actividad económica en vista de la cual se estipula el
contrato de sociedad, lo que limita las facultades de que goza la
sociedad y los poderes de que pueden hacer uso sus representantes y
administradores. A través de este el organismo societario se
manifiesta y desenvuelve ―Colombres, G., Curso de Derecho..., cit.,
p. 391―.
[27] La LACE “quita relevancia al elemento objeto social y, por ende,
también a sus implicancias, dando una gran autonomía de la voluntad
para que se establezca el objeto dentro del instrumento constitutivo
de forma libre, amplia y plural”. Ramírez, A., “El objeto social en la
Sociedad por Acciones Simplificada”, LL, 2018-B, 18/4/2018.
[28] De este modo la LACE otorga a las S.A.S. un amplio margen de
93
maniobra durante la etapa inicial del startup para encarar y probar
negocios del modo más eficiente hasta escoger el perfil definitivo del
emprendimiento. Cfr. Perciavalle, M., S.A.S. Ley Comentada de
las…, cit., p. 37; Marzorati, O., “La renovación societaria…”, cit.;
Ramírez, A., “El objeto social en la Sociedad por Acciones
Simplificada”, cit. En este sentido, Hers, L., “La S.A.S., una futurista
Societas Romana”, cit., quien se pregunta por qué el legislador fijó
un capital mínimo exiguo y un objeto plural, absolutamente abierto,
en lugar de simplemente abolir ambos.
[29] El objeto debe ser lícito, o esta resultará de nulidad absoluta (art.
10003 Cód. Civil y Comercial). La ilicitud originaria del objeto
resulta, empero, un supuesto de improbable verificación.
[30] La LACE no deja dudas en cuanto a que el objeto no sólo puede
ser plural, sino que las distintas actividades en él contenidas no tienen
por qué estar relacionadas. Cfr. Sánchez Herrero, P., “Sociedad por
acciones simplificada”, cit., t. IX, p. 1021.
[31] http://www.oas.org/es/ sla/cji/docs/ CJI- RES_188_LXXX-O-
12.pdf.
[32] Cfr. Ramírez, A., “La Entidad de Responsabilidad Limitada de
UNCITRAL…”, cit., y “El objeto social en la Sociedad por Acciones
Simplificada”, cit.
[33] Ramírez, A., “El objeto social en la Sociedad por Acciones
Simplificada”, cit.
[34] Verón, A., Sociedades Comerciales…, cit., t. I, p. 101, n° 7.
[35] Cfr. Villegas, C., Derecho de las Sociedades…, cit. En contra,
Halperín, I. y Butty, E., Curso de Derecho…, cit., n° 72, p. 324, para
quienes si bien el plazo puede ser cierto en razón del objeto, como en
el caso de la explotación de una concesión que surge de manera
indirecta (art. 1765 Código Civil), esta variante no resulta aplicable
en la L.S., que exige precisión en la duración; Roitman, H., Ley de
Sociedades…, cit., t. I, ps. 244 y 245.
[36] Así, Halperín, para quien ―contra la práctica usualmente
aceptada⎯ un plazo de 99 años, por excesivo, importa sociedad sin
término (Sociedades Anónimas… cit., p. 104, n° 21). La costumbre
de consignar tal plazo (99 años) derivaría de la aplicación analógica
del art. 2º de la ley francesa.
[37] Cfr. Verón, A., Sociedades Comerciales…, cit., t. I, p. 101, n° 7;
Zaldívar, E. et al., Cuadernos… cit., t. II, p. 82.
[38] Revemos así nuestra anterior posición sostenida en Tratado de
94
Derecho Comercial y Empresario, t. I, Abeledo-Perrot, Buenos Aires,
2013, ap. 7, p. 209.
[39] La actuación pluripersonal de tales agentes presupone la
necesidad de una organización jurídica que estructure cuanto menos
su participación, y la forma de establecer y manifestar una voluntad
común. Cfr. Villegas, C., Derecho de las Sociedades…, cit., n° 27, p.
63.
[40] Cfr. Cabanellas de las Cuevas, G., Introducción al Derecho
Societario parte general, cit., t. I, p. 401.
[41] Cfr. Halperín, I. y Butty, E., Curso de Derecho…, cit., t. I, p.
256.
[42] El concepto de beneficio ―art. 1º L.S.― no se resume
únicamente en utilidades líquidas y cuantificables, susceptibles de
división aritmética entre los socios, sino también en cualquier otra
ventaja económica que incida directa o indirectamente sobre los
socios. Cfr. Cabanellas de las Cuevas, G., Derecho Societario… Los
Socios…, cit., t. V, p. 88.
[43] Cfr. Zaldívar, E. et al., Cuadernos… cit., t. I, p. 78.
[44] Cabe distinguir el derecho a la utilidad ―genérico de todo
socio― del derecho al dividendo, que nace con la decisión societaria
que lo aprueba. Cfr. CNCom., Sala A, ED disco láser registro nº
143872.
[45] En contra, véase Villanueva, J., “La sociedad por acciones
simplificada y la autonomía de la voluntad…”, cit., y Perciavalle, M.,
S.A.S. Ley Comentada de las…, cit., p. 41.
[46] Cfr. Pérez Hualde, F., “Sociedad por Acciones Simplificada. La
autonomía de la voluntad como nota tipificante”, La Ley, 3/11/2017,
p. 1, quien considera que la S.A.S. es una sociedad con rasgos de una
sociedad de capital e industria; Ramírez, A., Sociedad por Acciones
Simplificada, inédito, cit., ap. 6.3.11.2.
[47] Cfr. Ramírez, A., Sociedad por Acciones Simplificada, inédito,
cit., ap. 6.3.11.3.
[48] Cfr. Ciapero, M. y Giovachini, J., “Los convenios de accionistas
y sus efectos sobre el funcionamiento del directorio”, LL, 2006-C-
956, con apoyo en Serra Mallol.
[49] Cfr. Ramírez, A., Sociedad por Acciones Simplificada, inédito,
cit., ap. 6.3.11.4.
[50] A diferencia de lo que dispone la L.G.S. en su art. 11.
[51] Exposición de Motivos ley 27.349.
95
[52] Cfr. Vítolo, D., Ley 27.349 comentada, La Ley, Buenos Aires,
2017, p. 114.
[53] Para ello cuenta con un plazo de doce meses, computables desde
la constitución de la S.A.S.
[54] En cambio, no están obligadas a otorgar crédito a la S.A.S. titular
de la cuenta.
[55] Sobre todos ellos, véase lo dicho en el capítulo anterior.
[56] Cfr. Fontanarrosa, R., “El Registro Público de Comercio”, LL,
51-1141 y Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 310.
[57] Rojo, Á., “El registro mercantil...”, cit., p. 166.
[58] Cfr. Halperín, I. y Butty, E., Curso de Derecho…, cit., t. I, ps.
82 y 349 respectivamente.
[59] El plazo de 24 horas impuesto al Registro Público para que se
acredite la inscripción del instrumento constitutivo sólo es de
aplicación en casos en que los socios utilicen el modelo tipo aprobado
por aquel (res. gral. 6/2017). La norma, que procura dotar de
celeridad al sistema registral obligando a los registros públicos de
aprobar modelos tipo de instrumentos constitutivos para facilitar la
inscripción, ha sido señalada por alguna doctrina ―por imponer tales
modelos― como contraria al pregonado principio de autonomía de
la voluntad que inspira la ley. Cfr. Pérez Hualde, F., “La autonomía
de la voluntad como nota tipificante…”, cit.
[60] Para ratificar este extremo, el DNU 27/2018 y luego el art. 35 de
la ley 27.444 impusieron una modificación sustancial al art. 38
LACE, sustituyendo el control “de los requisitos legales” por el “de
los requisitos formales”.
[61] Cfr. Vítolo, D. En este sentido agrega el autor que “también [se]
sustituye [en la L.G.S.] la expresión ‘toma de razón’ por la de
‘inscripción’ ratificando ―de ese modo― la nueva dimensión que
[se] otorga al trámite inscriptorio en materia de efectos”. El Proyecto
de Reforma y Unificación ya había recibido severas críticas en este
sentido. Cfr. Nissen, R., “Sobre la evidente necesidad de restituir el
control de legalidad al Registro Mercantil”; Vítolo, D., “Debe dejarse
sin efecto ―en el Proyecto de Código Civil y Comercial de la
Nación― la eliminación del Registro Público de Comercio ―que no
es sustituido por Registro alguno―, y debe mantenerse el control de
legalidad inscriptorio por parte de la autoridad que esté a cargo del
mismo”; Perciavalle, M., “La necesaria existencia del ejercicio del
control de legalidad por el registrador mercantil”; Martínez, S.,
96
“Acerca de la eliminación del control de legalidad del Registro
Público de Comercio”; De León, D., “Necesidad de incorporar la
regulación del Registro Público de Comercio en el Proyecto de
Código Civil y Comercial”; todos estos en La Reforma al Derecho
Comercial en el Proyecto del Código Civil y Comercial de la Nación
―1er. Congreso Nacional de análisis y debate sobre el Proyecto del
nuevo Código Civil y Comercial de la Nación―, Legis, Buenos
Aires, 2012, ps. 361, 365, 379, 382 y 387.
[62] Ramírez, A., Sociedad por Acciones Simplificada, inédito, ap.
6.3.12.1.
[63] Cfr. García Villalonga, J., “¿Son la Sociedad Anónima
Unipersonal y la Sociedad por Acciones Simplificada recursos
técnicos idóneos para la constitución de sociedades profesionales?”,
Iustitia n° 3, dic. 2018, IJ-DXLIV-130; Sirena, J. L., Sociedades por
Acciones Simplificadas (S.A.S.) y Simples, Errepar, 2018, p. 5.
[64] Perciavalle, M., S.A.S. Ley Comentada de las…, cit., p. 43.
[65] Carlino, B., “Las fronteras de la Sociedad por Acciones
Simplificada”, cit., SJA 4/7/2018. En cambio, para este autor, si le
faltara algún requisito al instrumento constitutivo, podría
considerársela incluida en la Sección IV L.G.S.
[66] Cfr. Marzorati, O., “La renovación societaria…”, cit.
Poderes electrónicos
Sebastián Balbín
97
En concordancia, la ley 25.506 de Firma Digital ―dec. reg.
2628/2002― y el Código Civil y Comercial (arts. 286 y ss.), ambos
anteriores a la LACE, regularon i) el documento digital, que es la
representación digital de actos o hechos, con independencia del
soporte utilizado para su fijación, almacenamiento o archivo, siempre
que su contenido sea representado con texto inteligible, aunque su
lectura exija medios técnicos; y ii) la firma digital, que es el resultado
de aplicar a un documento digital un procedimiento matemático que
requiere información de conocimiento exclusivo del firmante. La ley
25.506 y el Código Civil y Comercial (art. 288) equiparan la firma
digital con la firma ológrafa. Para ello se utiliza un procedimiento de
criptografía de clave pública asimétrica, en el que no se firma el
documento electrónico, sino “que lo que se ‘firma’ (encripta con la
clave privada) es un hash del documento[1], lo cual es equivalente a
firmar el documento, justamente porque ese hash representa
inequívocamente al documento …[es que]… el valor entregado por
el hash es único para determinado conjunto de datos [documento,
acta, etc.]. Cualquier cambio en estos datos, así sea en uno de sus
caracteres, entrega un hash diferente. Esto es justamente lo que
permite asegurar la integridad de los datos cuando se utiliza la
función hash, de la misma forma en que se utiliza en el procedimiento
de firma digital”[2]. La firma digital, que debe ser susceptible de
verificación por terceras partes y permitir a estas la identificación del
firmante, posibilita entonces la detección de cualquier alteración del
documento digital posterior a su firma (sistema criptográfico, cuya
seguridad depende del medio que se emplee para comunicar la clave
y su cálculo[3]).
Notas
98
[1] En el ámbito nacional, “la resolución PGN 756/2016 de fecha
31/3/2016 establece que ‘El hash se define como la conversión de
determinados datos en un número de longitud fijo no reversible,
mediante la aplicación de una función matemática ―algoritmo―
unidireccional. Tiene como funciones primordiales la autenticación
(permite corroborar la identidad de un archivo) y preservación de
integridad de los datos (asegura que la información no haya sido
alterada por personas no autorizadas u otro medio desconocido),
resultando entonces de vital importancia a los fines de controlar la
preservación de la cadena de custodia y evitar planteos de nulidad.
Calcular el hash de la copia forense permitirá verificar si la misma
fue alterada con posterioridad a su obtención. Si pasado un tiempo de
realizada la misma alguien plantea que fue alterada, bastará calcular
el hash para ver si es el contenido es el mismo del originalmente
obtenido (en este caso, se demuestra que la copia no fue
manipulada)’”. Bender, A., “Contabilidad y registros societarios
digitales a partir de la res. IGJ 6/2017 y decreto 27/2018”, ADLA,
2018-3, p. 59, Online: AR/DOC/191/2018.
[2] Cfr. Bender, A., “Contabilidad y registros societarios digitales a
partir de…”, cit.
[3] Cfr. Falbo, S., “Protocolo digital. Nuevas tecnologías y función
notarial. Otorgamiento del documento notarial digital, y circulación
electrónica del documento notarial”, Revista Notarial Colegio de
Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, 979-2015.
Transformación en S.A.S.
Sebastián Balbín
Notas
100
[4] Hadad, L., “La Sociedad por Acciones Simplificada y la
llegada…”, cit.
Sebastián Balbín
101
En caso de resultar la S.A.S. encuadrada en cualquiera de los
supuestos antes referidos, deberá transformarse en alguno de los tipos
regulares previstos en la L.G.S. e inscribir su cambio en el Registro
en un plazo no mayor a seis meses de configurado el supuesto,
computables a partir de la fecha del acto societario del que surja la
adquisición del control o el exceso en el porcentaje de vinculación
establecido en la ley (art. 49 res. gral. IGJ 6/2017). En caso de que la
configuración del supuesto no resulte de un hecho o acto propio de la
S.A.S., el plazo se computará desde que se tomó conocimiento del
mismo, y la transformación no será obligatoria si antes de vencido la
S.A.S. deja de estar encuadrada en aquel. La transformación debe
llevarse a cabo conforme a las disposiciones de la Sección X del
Capítulo I de la L.G.S.[5].
Notas
[1] Salvochea, R., “La S.A.S.: ahora un actor habilitado para negociar
sus acciones en el mercado de capitales”, Suplemento especial:
102
“Decreto de desburocratización y simplificación 27/2018”, LL,
28/2/2018, p. 229.
[2] Art. 299 L.G.S., inc. 3º: “sean de economía mixta o se encuentren
comprendidas en la Sección VI”; inc. 4º: “realicen operaciones de
capitalización, ahorro o en cualquier forma requieran dinero o valores
al público con promesas de prestaciones o beneficios futuros”; inc.
5º: “exploten concesiones o servicios públicos”.
[3] Cfr. Ragazzi, G., “La Sociedad por Acciones Simplificada…”, cit.
[4] Cfr. Ramírez, A., Sociedad por Acciones Simplificada, en
imprenta, 6.4.1.1.
[5] Cfr. Rovira, A., “Necesaria reforma integral…”, cit.
[6] Cfr. Ragazzi, G., “La Sociedad por Acciones Simplificada…”, cit.
[7] Cfr. Molina Sandoval, C., “Sociedad por acciones simplificada”,
LL, 2017-B-991; Ramírez, A., Sociedad por Acciones Simplificada,
en imprenta, 1.1.1.1, para quien “una interpretación sistémica de la
sanción, es que solamente responderán por los perjuicios que se
produzcan a raíz de la falta de transformación, lo que no implica que
deban responder solidariamente por el resto de las obligaciones de la
sociedad. Esto se infiere del texto original de la norma, que
diferenciaba las responsabilidades, al sostener en la última frase ‘sin
perjuicio de cualquier otra responsabilidad en que hubAnclaieren
incurrido’”.
Capital social
Sebastián Balbín
107
En definitiva, todos los derechos, facultades y poderes del socio
emanan de su cualidad de tal, por lo que si resultara privado de la
misma se rompería el vínculo con el ente, convirtiendo al sujeto en
un tercero. La doctrina ha agrupado los derechos que la calidad de
socio confiere en dos categorías: patrimoniales y políticos. Mientras
que los patrimoniales se vinculan directa o indirectamente con el
ánimo de lucro que dimana de toda sociedad comercial ―excepción
hecha de las del art. 3º L.G.S.― y que persiguen suscriptores, los
políticos en su faz activa pertenecen exclusivamente al socio en
cuanto tal, y lo habilitan a participar en las decisiones que definen la
voluntad social en cualquiera de sus niveles (gobierno,
administración, fiscalización o cualquier otro que el instrumento
constitutivo previera)[21].
4. Aportes irrevocables -
5. Aumento de capital -
112
Notas -
Clases de acciones
Sebastián Balbín
118
―láminas―. En tal caso, estas deben inscribirse en cuentas llevadas
a nombre de sus titulares por la sociedad emisora en un registro de
acciones escriturales, sujeto en lo pertinente a idénticos recaudos que
los de un libro de registro de acciones. Aun cuando la LACE no lo
prevea ―como sí lo hacen los arts. 208 y 213 L.G.S.―, también
puede confiarse el llevado de cuentas a bancos comerciales o de
inversión, o cajas de valores autorizados. En tal caso, la calidad de
accionista de la S.A.S. se presume por las constancias de las cuentas
abiertas en tales registros, y la sociedad es responsable ante los
accionistas por los errores o irregularidades de las inscripciones, sin
perjuicio de la responsabilidad del banco o caja de valores ante la
sociedad, en su caso.
1. Transferencia -
119
La LACE también prevé la posibilidad de que el instrumento
constitutivo prohíba la transferencia de acciones ―aun las no
emitidas―, o de alguna de sus clases, por un plazo que no exceda de
diez años contados desde la emisión, si bien este término es renovable
con el voto favorable de la totalidad del capital social[5]. Para fijar la
extensión del plazo el legislador parece haber tenido en cuenta otros
similares dispuestos en el Código Civil y Comercial para casos de
restricciones a los derechos de ciertas relaciones jurídicas
(condiciones resolutorias impuestas al dominio, inenajenabilidad,
suspensión de la partición del condominio, indivisión impuesta por
testador, indivisión acordada por los herederos, reducción por
donación inoficiosa; arts. 1965, 1972, 2000, 2189, 2330, 2331 y
2459)[6]. Empero, alguna doctrina ha señalado que la aparente
contradicción entre esta limitación de transferencia y la predicada
finalidad de la LACE ―generar un régimen de inversiones mediante
crowdfunding y otros instrumentos―, contra la que la previsión
conspiraría, tiene en realidad como objetivo evitar la transferencia de
las acciones de titularidad del socio emprendedor, cuya participación
suele ser tanto fundamental como personalísima[7]. Las restricciones
o prohibiciones a las que estén sujetas las acciones deben registrarse
en el Libro de Registro de Acciones, y transcribirse en los
correspondientes títulos accionarios (si se tratara de acciones
escriturales, las restricciones deberán constar en los comprobantes
que se emitan).
Notas -
Contabilidad
Sebastián Balbín
Las S.A.S. están obligadas a llevar contabilidad (art. 320, Cód. Civil
y Comercial), lo que permite conocer la situación de sus negocios[1],
estableciendo una triple tutela de[2]: i) los intereses de la persona,
quien a partir de aquella puede i.a) conocer inmediatamente el estado
de sus negocios y apreciar si progresan o decaen, y i.b) acreditar sus
derechos, toda vez que los asientos de sus libros, debidamente
llevados, constituyen un medio de prueba (art. 330, Cód. Civil y
Comercial); ii) las relaciones de las personas en general y el provecho
social, a través de la protección: ii.a) del interés de los terceros que
contratan con la persona jurídica, cuyas operaciones deben reflejarse
en su contabilidad, espejo de su vida económica y marcha de los
negocios; ii.b) del interés general a través de la actuación del Estado,
para el caso de que mediante el ejercicio de su poder de policía sea
necesario reconstruir la contabilidad de determinada persona. Puede
asimismo el Estado ―como en ocasiones los terceros― apreciar
mediante la contabilidad la corrección con que fueron llevadas las
operaciones, las causas de las situaciones de crisis del sujeto, etc.;
ii.c) del bien común, por cuanto facilita al erario las tareas de
evaluación de la solvencia de los sujetos y la consiguiente
recaudación impositiva; ii.d) del interés de los trabajadores, por
cuanto cada vez más se considera aquel a efectos de discutir
convenios colectivos; ii.e) de diversos aspectos de incidencia
colectiva, tal el caso de la ley 2594 de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, que impone a determinadas empresas la presentación del
“Balance de Responsabilidad Social y Ambiental[3]; iii) en el caso
122
de las sociedades, la contabilidad es de especial interés para el
ejercicio de los derechos de los socios y la eventual atribución de
responsabilidades de administradores y fiscalizadores ―e incluso, en
oportunidades, de los mismos socios―.
3. Estados contables -
Al igual que sucede con las S.R.L., la S.A.S. no debe realizar sus
estados contables de acuerdo a las previsiones de los arts. 63 a 65
L.G.S., debiendo cumplir con un estado de situación patrimonial y un
estado de resultados, sin que sean obligatorios los cuadros anexos ni
la información complementaria (art. 326, Cód. Civil y
Comercial)[13].
4. Registros digitales -
124
La S.A.S. debe llevar libro de actas, libro de registro de acciones,
libro diario y libro de inventario y balances, todos ellos
individualizados por medios electrónicos ante el Registro Público
(art. 58 LACE). Los Registros deben reglamentar e implementar
mecanismos a los efectos de permitir a la S.A.S. suplir la utilización
de todos ellos[14], a través de:
La res. gral. IGJ 6/2017 establece que cada registro digital debe
componerse de archivos digitales guardados en formatos inalterables
e individualizables mediante un criptograma registrable vía web[18],
a través de la aplicación del Ministerio de Modernización en su
página, la que otorga un comprobante digital (otro archivo) firmado
digitalmente por dicho ministerio y que sirve como prueba de la
registración. “El requisito de correlatividad de los asientos en soporte
papel queda satisfecho en el soporte digital mediante el
encadenamiento de los archivos, formando una cadena de bloques
(similar a la tecnología blockchain detrás de las criptomonedas, pero
en este caso sin una plataforma distribuida, sino avalada por el
Estado[19]). Para ello se exige que cada archivo vaya encabezado con
el hash (criptograma) del archivo anterior”[20].
5. Libros digitales -
127
Toda acta que refleje la deliberación de un órgano se vuelca en un
libro de actas digital, y que abarca el contenido que en la L.G.S.
corresponde a los libros de actas de asamblea y de directorio. Para el
caso de que la sociedad resolviera confeccionarlas en formato papel
para luego digitalizarlas, atento al silencio de la LACE y salvo
previsión en el instrumento constitutivo, las de reunión de socios
deben confeccionarse y firmarse por el representante y los socios
designados al efecto, como corresponde para las sociedades de
responsabilidad limitada (arts. 49 LACE y 162 L.G.S.). Siendo que
la firma del acta puede efectuarse dentro de los diez días de celebrada
la asamblea (res. IGJ 6/2017), se colige que no se requiere inmediatez
entre el acto y su transcripción a libros, consignando por tanto aquella
sólo un resumen de lo sustancialmente resuelto. Para el caso de que
se tratara de un acta de administración ológrafa, los administradores
transcribirán de manera resumida[22] las consideraciones y
resultados de sus reuniones. De esta forma se procura tanto asegurar
la validez de la decisión adoptada como justificar frente a los socios
la gestión que se dice hecha por los administradores[23].
128
En el libro diario se registran todas las operaciones relativas a la
actividad de la persona que tienen efecto sobre su patrimonio,
individualmente o en registros resumidos que cubran períodos de
duración no superiores al mes (arts. 327, Cód. Civil y Comercial y 61
L.G.S.)[24], ello también como mecanismo para agilizar la
obligatoriedad impuesta para la registración de las actividades. En
todos los casos, el sistema de contabilización que se adopte debe
permitir la individualización de las operaciones, las correspondientes
cuentas deudoras y acreedoras y su posterior verificación, de acuerdo
a criterios de uniformidad, veracidad, claridad y exactitud a los que
antes aludimos.
129
negocios jurídicos: el comerciante no registra en sus libros los actos
de celebración de contratos, sino los actos de ejecución de estos”[26].
Notas -
Organización
Sebastián Balbín
1. Administración -
El art. 52 LACE establece que las personas humanas que sin ser
administradoras o representantes legales de una S.A.S. o las personas
jurídicas que intervengan en una actividad positiva de gestión,
140
administración o dirección de la sociedad, incurrirán en las mismas
responsabilidades que los administradores (art. 52 LACE). La norma
tiene como fuente directa el art. 27 de la ley colombiana 1258[14], a
la que reproduce textualmente, con el agregado final “y su
responsabilidad se extenderá a los actos en que no hubieren
intervenido cuando su actuación administrativa fuere habitual”. Al
igual que para su par colombiana, la norma argentina da por supuesto
que la sencillez del tipo hace innecesaria la regulación autónoma del
régimen de responsabilidad de administradores, bastando la remisión
al régimen general de la L.G.S. (art. 59), haciendo además extensivos
los deberes, responsabilidades y procedimientos a otros sujetos no
incluidos en el órgano de administración[15], que detenten o ejerzan
funciones de administración y cuyas facultades hubieran sido sido
identificadas en los estatutos sociales[16].
4. Remuneración -
143
5. Integración y funcionamiento -
147
Órgano de gobierno
Sebastián Balbín
1. Convocatoria -
148
día[4]. La ley y el instrumento constitutivo regulan y reglamentan la
forma de convocar, a través de normas de contenido obligatorio y
carácter mínimo.
2. Lugar de celebración -
149
Si el instrumento constitutivo estableciera que las reuniones de socios
habrán de celebrarse fuera de la sede social, estas deberán realizarse
además utilizando medios que les permitan a los socios y
participantes comunicarse simultáneamente entre ellos. El acta
deberá ser suscripta por el administrador o el representante legal,
debiéndose guardar las constancias de acuerdo al medio utilizado
para comunicarse.
150
En cuanto al quórum de constitución y de funcionamiento y el
régimen de mayorías para adoptar decisiones, no debe omitirse
establecerse las mismas en el instrumento constitutivo, ya que ello
podría ocasionar inconvenientes en la actividad del órgano toda vez
que aquellas dispuestas en la L.G.S. para la S.R.L. no resultan
adecuadas para la estructura de la S.A.S.
151
derechos emergentes de socios, directores y síndicos, por lo que
deben ser un fiel reflejo de lo actuado[19].
4. Socio único -
Notas -
Órganos de fiscalización
Sebastián Balbín
155
siguiendo la misma tesitura, ha dispuesto para la S.A.S. la existencia
de un órgano de fiscalización es optativo.
1. Sindicatura -
1.4. Responsabilidad
158
producto del accionar de aquellos, pudiera haberse impedido con una
correcta intervención de la sindicatura[10].
2. Consejo de vigilancia -
Notas -
Disolución y liquidación
Sebastián Balbín
1. Disolución -
161
La disolución no es propiamente una situación o estado jurídico, sino
un prius de relaciones ―jurídicas― que consiste en el “acaecer de
uno de los determinados supuestos que la ley o el contrato social
prevén”: se trata del presupuesto o condición para la apertura de un
procedimiento, ya sea este de reorganización o de liquidación[1]. La
LACE dispone que la S.A.S. se disuelve por voluntad de los socios
adoptada en reunión de socios ―en su caso, por decisión del socio
único―, o por las causales previstas en la L.G.S. (arts. 55 LACE y
94 L.G.S.).
162
Se trata de una causal de disolución de origen contractual[2], por
cuanto si bien es la ley la que impone la determinación de un plazo
de duración para la sociedad (art. 36, inc. 5°, LACE), es a los socios
a quienes corresponde estipular su extensión. Vencido ese término,
la sociedad se disuelve de pleno derecho[3], sin necesidad de
declaración de voluntad alguna del ente, los socios o la autoridad de
contralor[4], extremo del que algunos autores infieren la
innecesariedad de publicidad o inscripción alguna[5]. No obstante,
ambas previsiones son necesarias por aplicación del art. 98 L.G.S.,
en cuanto refiere a la eficacia de la disolución respecto de terceros,
dicho esto sin aditamentos que nos permitan suponer excluidos a
sujetos que, en razón del carácter público del Registro, estarían de
antemano en conocimiento de las fechas de expiración de los
términos de cada contrato.
Esta causal, que conoce su origen en el art. 422, inc. 3°, del derogado
Código de Comercio, parte del supuesto iure et de iure de que la
inexistencia de capital social priva al ente del fondo común necesario
para la consecución de sus fines, haciendo imposible su objeto. La
disolución no se produce si los socios acuerdan su reintegro total o
parcial, o su aumento (art. 96 L.G.S.). En razón de lo referido al tratar
en capital social y los postulados generales de la LACE (remisión,
164
Cap. XII, ap. 1), esta causal resulta tanto anacrónica como
antieconómica y no debiera considerarse.
165
antigua estructura jurídica, y transmisión del patrimonio societario
sin liquidación[13].
2. Liquidación -
2.2. Liquidador
2.2.1. Inscripción
172
Notas -
Resolución de conflictos
Arbitraje
Sebastián Balbín
1. Antecedentes -
2. La materia arbitrable -
179
Corresponde al arbitraje el carácter de un verdadero ejercicio de
jurisdicción acotada[21], toda vez que los árbitros ―no obstante su
falta de imperium― pueden decidir sobre cualquier cuestión
transable y siempre dentro de las cuestiones puestas en su
conocimiento para su resolución, a partir del poder que expresamente
la voluntad de las partes y la autorización estatal les concede y cuyas
decisiones se imponen a las partes no obstante la función
jurisdiccional limitada de que gozan en cuanto a sus poderes de
realización[22]. Lo cierto es que los árbitros, a diferencia de los
jueces, desempeñan una actividad mixta, jurisdiccional por su
naturaleza pero convencional por su origen en la mayoría de los
casos, ya que la estructura de la institución arbitral se explica sobre
la base de la voluntad de las partes, sin que su participación en la
administración de justicia tenga su fuente en una dependencia directa
del poder estatal[23].
Notas -
Sebastián Balbín
Notas
Bibliografía
Aguilar F., “¿Para qué sirve una ley nacional de arbitraje?”, LL,
19/1/2005.
191
Bakmas, I., “Sociedades anónimas y orden público. La normativa
constitucional. Las sociedades cerradas”, LL, 2001-F-1448.
192
Binder, A., “Contabilidad y registros societarios digitales a partir de
la res. IGJ 6/2017 y decreto 27/2018”, ADLA, 2018-3, 59, Online:
AR/DOC/191/2018.
193
Cabanellas de las Cuevas, G., Derecho Societario, parte general. Los
Socios. Derechos, Obligaciones y Responsabilidades, Heliasta,
Buenos Aires, 1996.
194
Ciapero, M. y Giovachini, J., “Los convenios de accionistas y sus
efectos sobre el funcionamiento del directorio”, LL, 2006-C-956.
Cornejo Costas, E., Tratado del nombre social, Ábaco, Buenos Aires,
1989.
195
(S.A.S.). Alcances”, en Crowdfunding y Sociedades por Acciones
Simplificadas, IADC, Ediciones Didot, Buenos Aires, 2018.
196
Iberoamericano de derecho Societario y de la Empresa, San Miguel
de Tucumán, 2004.
197
― “La sociedad por acciones simplificada y el sistema societario,
cuatro preguntas y el miedo a la libertad”, LL, 2017-D-1318,
AR/DOC/1529/2017.
199
la constitución de sociedades profesionales?”, Iustitia n° 3, dic. 2018,
IJ-DXLIV-130.
200
Hernández Martínez, W., “La sociedad por acciones simplificada en
Colombia: innovaciones sustantivas y reflexiones”, en La tipología
de las sociedades mercantiles. Entre la tradición y la reforma, Embid
Irujo, Navarro Matamoros y Oviedo Albán (dirs.), Grupo Editorial
Ibáñez, Bogotá, 2017.
201
Le Pera, S., “Sobre la futilidad de la noción de capital social”, LL,
1986-B-972.
Llambías, J., Tratado de derecho civil. Parte general, t. II, 15ª ed.,
Abeledo, Buenos Aires, 1993.
202
Malagarriga, C., Código de Comercio Comentado, t. II, Lajouane,
Buenos Aires, 1917.
203
― “La sociedad anónima simplificada. ¿Será una realidad?”, LL,
2016-F-990.
Matta y Trejo, G., “Apuntes para una revisión del régimen de prenda
de acciones de sociedades anónimas”, LL, 1983-A-719.
204
― “Sociedad por acciones simplificada”, LL, 2017-B-991.
205
― “Sobre la evidente necesidad de restituir el control de legalidad al
Registro Mercantil”, La Reforma al Derecho Comercial en el
Proyecto del Código Civil y Comercial de la Nación ―1er. Congreso
Nacional de análisis y debate sobre el Proyecto del nuevo Código
Civil y Comercial de la Nación―, Legis, Buenos Aires, 2012.
206
― “La necesaria existencia del ejercicio del control de legalidad por
el registrador mercantil”, La Reforma al Derecho Comercial en el
Proyecto del Código Civil y Comercial de la Nación ―1er. Congreso
Nacional de análisis y debate sobre el Proyecto del nuevo Código
Civil y Comercial de la Nación―, Legis, Buenos Aires, 2012.
207
Reyes Villamizar, F., S.A.S. La sociedad por acciones simplificada,
Legis, Bogotá, 2018.
208
― Código de comercio ―comentado y anotado―, La Ley, Buenos
Aires, 2006.
209
Schneider, L., “El contexto empresarial de la Ley de Sociedades por
Acciones simplificada. A un año de su entrada en vigencia”, LL,
16/7/2018, cita online AR/DOC/1366/2018.
210
Suárez, S., “La sociedad por acciones simplificada frente al universo
societario”, AP/DOC/604/2017.
Tonón, A., “Las acciones de los acreedores sociales contra los socios
después de liquidada y cancelada la sociedad”, ED, 102-980.
Uría, R., Derecho Mercantil, 27ª ed., Marcial Pons, Madrid, 2000.
Verly, H., “Apuntes para una revisión del concepto de capital social”,
LL, 1997-A-756.
211
― La Sindicatura en las Sociedades Anónimas, Ábaco, Buenos
Aires, 1977.
212
― “La sindicatura como órgano de control”, RDCO, año 13, 1980.
Zaldívar, E., Manóvil, R., Ragazzi, G., San Millán, C. y Rovira, A.,
Cuadernos de derecho societario, vol. I, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 1978.
213