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PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL PERÚ

Concepto de participación ciudadana.

La democracia se fortalece con los mecanismos de participación


ciudadana porque permite la gestión compartida del desarrollo sostenible
y de la calidad de vida de la población. Esta participación ciudadana
requiere de mecanismos de autocontrol para que la misma no genere el
abuso y el caos. En ese sentido, este módulo aporta valiosa información y
orientación, a fin de que no se desnaturalice un mecanismo de desarrollo
social y político tan importante.

La participación ciudadana es definida como un conjunto de sistemas o


mecanismos por medio de los cuales los ciudadanos, es decir, la sociedad civil en su conjunto, pueden
tomar parte de las decisiones públicas, o incidir en las mismas, buscando que dichas decisiones
representen sus intereses, ya sea de ellos como particulares o como un grupo social.

También es “formar parte y tomar parte” de un grupo, de una comunidad o de un país de manera activa y
responsable. Participación ciudadana significa también: ejercer en la práctica los deberes y derechos

políticos, intervenir en los asuntos públicos y tomar

decisiones.

Se entiende la participación ciudadana como el derecho y


la oportunidad, individual o colectiva, que tienen los ciudadanos de manifestar sus intereses y demandas
a través de actos, con la finalidad de influir en la formulación y toma de decisiones gubernamentales en
los diferentes niveles: nacional, regional o local; contribuyendo de esa manera a mejorarla gestión

pública y la calidad de vida de los ciudadanos.


Texto 3: El ejercicio de la ciudadanía desde la niñez y la adolescencia

En una sociedad libre y democrática, toda persona, desde el nacimiento mismo es un


ciudadano, es un sujeto de derechos. El ejercicio de la ciudadanía es conocer y hacer
aplicar esos derechos. No se trata de un don natural sino de una virtud que la especie
humana ha logrado conquistar a través de la historia, pasando de la barbarie a la
civilización. Pero más importante aún, el ejercicio de la ciudadanía es también un derecho
civil básico de la mayor importancia ya que su cumplimiento ayuda indudablemente al
cumplimiento de todos los demás derechos. Y para lograr lo anterior es necesaria la
participación ciudadana, es decir, intervenir en lo público, en las decisiones y actividades que buscan satisfacer las necesidades de la
sociedad, es decir, participar en la política.

Pero el ejercicio de la ciudadanía, la participación ciudadana, la política y lo público,


son términos íntimamente entrelazados y que van más allá de simplemente votar en
unas elecciones o pertenecer a un partido. Tienen que ver también y mucho con lo
cotidiano, con lo local, con todas las actividades de una comunidad. Su efecto es
directo en todos los ámbitos públicos como los servicios de salud, los jardines
infantiles, los colegios y escuelas, los parques, museos, bibliotecas, casa de la
cultura, teatros, ludotecas, los medios de comunicación, el transporte, el medio
ambiente, etc

Vistas la participación ciudadana y la política desde esta perspectiva, es claro que estos elementos tienen que hacer parte esencial de un
proyecto de crianza y de educación en la que padres y maestros tienen una enorme responsabilidad. Cuando los niños se crían en un
ambiente en el que se les tiene en cuenta, en el que se les valoran sus capacidades y estimulan sus potencialidades, en el que se les permite
la participación como un derecho, ellos se forman, desde sus primeros años, como ciudadanos que opinan, que deliberan, que argumentan,
que ejercen la crítica constructiva y eligen libremente en pro del bien común. Serán adultos preparados para el sano ejercicio de la ciudadanía.

No se puede seguir creyendo entonces que la ciudadanía es solo asunto de adultos, que
su ejercicio solamente se da a partir de los 18 años y que el mismo solamente se limita a
votar. Se trata de una concepción adulto-centrista (el mundo centrado en el adulto), que
sigue mirando a los niños, niñas y adolescentes como seres incompletos por quienes hay
que decidir siempre. Cuando se empleen procesos y medios que aborden desde el
nacimiento mismo el derecho de los niños y niñas a la participación y al ejercicio de su ciudadanía, se les permitirá ser personas que crecerán
con la capacidad de ver el mundo desde la perspectiva de los demás, de aceptar y disfrutar las diferencias, de sentir un real interés por el otro,
de asumir la responsabilidad de sus acciones.

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