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Colegio Franciscano San Luis Beltrán

Ensayo sobre una problemática del mundo

Jerónimo Avendaño Correa

Materia: Religión

Docente: Álvaro Leiva

Santa Marta D.T.C.H

Miércoles, 06/03/2024
La democracia participativa:
Un medio para llegar al bien común

Antes de explicar como se logra hacer uso de la democracia participativa para lograr el bien
común de una sociedad, hay que entender el concepto de ambas con el fin de saber como
una nos lleva a la otra. Primeramente, definimos la democracia participativa es una forma
de la democracia en la que se les da a los ciudadanos la posibilidad de tener presencia en la
toma de decisiones políticas. Por ejemplo, la capacidad de elegir a los representantes del
país, ser consultados sobre la creación de nuevos proyectos o políticas mediante la consulta
popular, la posibilidad de participar en la elaboración de políticas públicas, entre otras.

Por otro lado, definimos el bien común como el conjunto de ciertas condiciones de la vida
social que permiten a todos los miembros de una comunidad alcanzar su pleno desarrollo
personal y social. El bien común debe ser accesible para todas las personas sin importar su
posición económica o social, debe abarcar todos los aspectos de la vida humana (materiales
y espirituales), debe ser el fin último de la sociedad y la política, entre otras características.

Al saber el concepto de ambos, podemos hacernos una idea de cómo la democracia


participativa nos permite conseguir el bien común para una sociedad. Algunas formas en la
que la democracia participativa nos ayuda a conseguirlo son las siguientes:

 Un camino hacia la justicia social: La participación ciudadana en la toma de


decisiones políticas permite que las voces de todos los sectores sean escuchadas,
especialmente las de aquellos grupos tradicionalmente marginados o excluidos de
los procesos decisionales. De esta manera, se fomenta la equidad y se construyen
políticas públicas que responden a las necesidades reales de la población.

 Legitimidad y confianza: Cuando las personas se sienten partícipes de las


decisiones que les afectan, la legitimidad de las instituciones se fortalece. La
confianza en el gobierno aumenta, creando un clima de corresponsabilidad y
compromiso entre la ciudadanía y sus representantes.
 Empoderamiento y desarrollo social: La democracia participativa no solo busca la
inclusión, sino también el empoderamiento de la ciudadanía. Al participar en la
toma de decisiones, las personas desarrollan sus capacidades, habilidades y sentido
crítico, fortaleciendo el tejido social y la cohesión comunitaria.

 Eficacia y eficiencia: La participación ciudadana puede contribuir a la mejora de la


gestión pública. Al aportar diferentes perspectivas y experiencias, se pueden
identificar problemas de forma más precisa y proponer soluciones más eficaces y
eficientes.

Algunos ejemplos de como la democracia participativa ha ayudado a llegar al bien común


en ciertos países son:

 Presupuesto participativo en Porto Alegre, Brasil:

Implementado en 1989, este proceso permite a los ciudadanos decidir cómo se invierte una
parte del presupuesto público. Ha contribuido a mejorar la calidad de vida en la ciudad, con
inversiones en educación, salud, infraestructura y servicios sociales. Se ha destacado por su
transparencia, equidad y eficiencia, siendo un modelo replicado en otras ciudades del
mundo.

 Leyes de transparencia y acceso a la información en India:

Promulgadas en 2005, estas leyes han empoderado a la ciudadanía para luchar contra la
corrupción. Permiten a las personas acceder a información pública sobre las actividades del
gobierno y las empresas. Han contribuido a mejorar la rendición de cuentas y la
transparencia en la gestión pública.

 Participación ciudadana en la sostenibilidad ambiental en España:

La participación ciudadana ha sido clave en el desarrollo de políticas públicas para la


sostenibilidad ambiental. Se han creado espacios de diálogo y deliberación para discutir
temas como el cambio climático, la energía renovable y la gestión de residuos. La
participación ciudadana ha contribuido a la toma de decisiones más informadas y
responsables.

A pesar de parecer algo totalmente útil y beneficioso, la democracia participativa no está


exenta de ciertos desafíos y retos. La apatía política, la falta de información y la
desigualdad en el acceso a la participación son algunos de los obstáculos que hay que
superar. Es fundamental promover una cultura participativa desde la infancia, fortalecer la
educación ciudadana y garantizar la accesibilidad a los mecanismos de participación para
todos los sectores de la sociedad.
Como conclusión, me gustaría remarcar que la democracia participativa es una herramienta
indispensable para alcanzar un bien común más justo, equitativo y sostenible. Involucrar a
la ciudadanía en la toma de decisiones no solo fortalece la legitimidad de las instituciones,
sino que también empodera a las personas, enriquece el debate público y conduce a
soluciones más eficaces y duraderas.

Construir una democracia participativa fuerte es una tarea colectiva que requiere
compromiso, esfuerzo y colaboración de todas las personas que hacen parte de la sociedad.
Solo así podremos construir un futuro mejor para todos los miembros de la misma.

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