Construir herramientas pedagógicas duraderas que intervengan en el territorio, fortalezcan
los lazos sociales para generar una ecología de bienestar entre actores vulnerables y la resignificación de su cotidianidad, es en esencia una de las formas que utilizo para inclinarme por el trabajo en comunidad. En mi formación he optado por ser parte de aquellos procesos o iniciativas con bases comunitarias, que buscan restaurar y reconfigurar la salud mental -en cualquier nivel- partiendo de procesos participativos, donde la convivencia es clave para establecer saberes locales como constructores de identidad. Así, en Dialekta durante seis meses aprendí a construir mapas que identificaran tales saberes urbanos, donde población en discapacidad no era reconocida ni lograba participar de las escuelas culturales, cosa que eventualmente se tradujo en un modelo pedagógico del que si eran parte y del que eventualmente serian ellos mismos mediadores. Esta experiencia fue reconocida por la ONG Acción Técnico Social, particularmente en el proyecto Échele Cabeza, donde fueron construidos mapas de consumidores a nivel urbano para poder dar data de la cantidad de sustancias que eran consumidas en la capital, esta evidencia de un consumo a gran escala en Bogotá me abriría la puerta para realizar talleres de R.R.D. en colegios distritales. Experiencia que fue útil al momento de ser profesor, algo significativo pues ahí fue donde cree proyectos con estudiantes basándonos en tecnologías, comunicación e incluso el teatro, buscando evidenciar problemáticas sociales -gentrificación, monocultivos, revoluciones sociales, etc.-, y usando aprendizajes con la cámara, enseñando qué es investigar o desglosando qué es un problema de investigación. Estas experiencias y logros, hacen que me incline a trabajar con Acción Contra el Hambre, porque lo que aprendí de los espacios antes nombrados, me enseñó que los procesos comunitarios necesitan de estudios contextuales con objetivos en salud mental y educación para al fin establecer una memoria y cambio generacional. En mi hoja de vida destacan las experiencias educativas, pero inspirado en proyectos como Pasolini en Medellin sé que puedo ofrecerles a ustedes -como lo hice en la corporación Kairós- la creación de un proyecto que integre el territorio como un ente vivo para contar historias a partir de la subjetividad esto entrega herramientas narrativas a quienes las cuenten desarrollando su capacidad de “aprender a partir de lo simbólico”, es decir desarrollar usando su proximidad. Considero que los resultados de mis trabajos anteriores serán un aporte para Acción Contra el Hambre dado que la investigación en salud mental con equipos multidisciplinares me permitirá entregarles herramientas -cartografías, evaluación en salud mental, historias de vida…- para entender dinámicas sociales y prácticas en torno a las configuraciones sociales que inciden en lo educativo Nikolás Rojas Psicólogo Universidad Externado de Colombia
Aportes Significativos Del Proceso de Intervención Comunitaria Con La Escuela Popular de Comunicación Alternativa Jaime Garzón de La Ciudad de Cúcuta-Colombia