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Fascinación y tragedia: así fue la inolvidable

etapa de los autos de Grupo B


Llegaron y se fueron en apenas 4 años. Fueron los prototipos de rally más potentes de la
historia del campeonato mundial, capaces de levantar el piso acelerando y
desaparecer de la vista en un segundo. Pero fueron demasiado peligrosos: la
muerte de pilotos y espectadores decretó su repentino final
Escrito por : DIEGO ZORRERO

En 1985, los autos de Grupo B llegaron a la máxima performance, con motores de


600 caballos de potencia, turbo y tracción integral
Aunque las carreras de ruta que luego fueron parte del calendario, como el Rally
de Montecarlo, el Tour de Corse o incluso la clásica Targa Florio que ya no se
realiza, habían empezado a disputarse muchos años antes, el Campeonato
Mundial de Rally comenzó oficialmente recién en el año 1973. Por esa razón, a
mediados de 2022, el Rally de Portugal fue elegido para realizar los festejos de los
50 años del que hoy se conoce como el WRC (World Rally Championship), a los
que asistieron autos y pilotos de todas las épocas, invitados especiales para dar el
mejor marco al evento. Y así como ocurrió en la historia misma, en ese evento los
grandes protagonistas fueron los inolvidables autos de Grupo B.

En aquel comienzo del campeonato del mundo, el Rally tenía una división natural
de clases según la potencia de los autos que participaban. Sin embargo, la gran
distinción que dio inicio a la historia más inolvidable de esta especialidad del
automovilismo deportivo fue otra. La máxima categoría del Mundial se
llamaba Grupo 4, y para poder competir en ella, los fabricantes debían producir un
mínimo de 500 unidades en 12 meses consecutivos para recibir la homologación.
Hubo un fabricante que vio con claridad una oportunidad de hacer un auto
exclusivamente pensado para correr en rally: Lancia. La mente de Cesare Fiorio y
el ingenio de Marcelo Gandini, crearon el Lancia Stratos, el auto que dominó los
campeonatos de 1974 a 1976, y que se convirtió en un verdadero símbolo de este
tipo de carreras.
El Lancia Stratos nació como el primer auto concebido para el reglamento de Grupo 4 de
rally, en 1973. Fue el órigen del Grupo B, que se implementaría diez años después

Las reglas cambiaron levemente intentando que otros constructores se animaran a


desarrollar conceptos similares, pero el cambio de política de Fiat, que necesitaba
promocionar el modelo 131 Abarth, desterró al Stratos y los autos de Grupo 4
bajaron un escalón técnico, lo que permitió que se sumaran el Ford Escort RS, el
Opel Ascona o el Datsun 160J como grandes protagonistas.

Sin embargo, en 1980, apareció el Renault 5 Turbo, acaso el segundo auto


pensado para correr en rally de acuerdo a las reglas que habían inspirado al
Stratos. Era un derivado del pequeño y exitoso auto de calle, pero tenía su
poderoso motor colocado en posición trasera y la tracción también, lo que lo
convertía en un vehículo especial para carreras en los intrincados caminos de
asfalto de los rallies de Francia.
En esos años, la FIA (Federación Internacional del Automóvil), reemplazaba la
clasificación de los autos turismo de todos sus campeonatos, retirando los Grupo 1
a 6 y clasificándolos con letras en cuatro especificaciones: Grupo A y N eran autos
de más de 5.000 unidades, los primeros con libertades para prepararse para
competición y los segundos completamente estándar. De hecho, la letra elegida, la
N, tenía un sentido ya que representaba la palabra Normal, como modo de definir
a los autos tal cual se venden para circular por las calles.
Grupo B permitía crear libremente mientras hubiera dentro del habitáculo, que
debía tener techo obligatoriamente, al menos dos plazas. De estos autos se
debían fabricar al menos 200 unidades. Y el Grupo C, que eran prototipos para
pista, que podían producirse libremente, incluso sin un mínimo de autos, es decir,
un Sport Prototipo.
El Rally tomó las primeras tres categorías, y el Grupo B, inicialmente tomaba
autos de calle y los modificaba para rally con las especificaciones que cada
constructor creyera apropiadas para producir en pequeña escala y generar una
performance superior a los Grupo A. En ese reglamento entraba perfectamente el
Renault 5 Turbo, por ejemplo.
Desarrollar un auto de Grupo B era entonces una tarea de ingeniería estratégica.
Había que encontrar el equilibrio justo entre peso y potencia. El primer auto
concebido como un Grupo B auténtico fue el Lancia 037 Rally en 1983, que tenía
el motor 2 litros sobrealimentado colocado en posición trasera, al igual que la
tracción, únicamente posterior. Por la cilindrada, también quedaba en la misma
clase que Audi, naturalmente el auto a vencer del momento.

Sin embargo, en 1984 apareció el desarrollo de Peugeot con su modelo 205 Turbo
16, que fue por el camino del turbo de baja cilindrada, un motor 1.8 litros, lo que le
permitía ser pequeño y liviano como un Renault 5 Turbo, pero con una relación
peso-potencia que mejoraba las prestaciones de Audi y Lancia. Ese auto cambió
la ecuación. Los Grupo B hasta ese entonces tenían 1.100 Kg y 350 CV. A partir
del Peugeot 205 T16, la potencia pasó a ser la misma pero con 200 kg
menos. Empezaba la carrera hacia una fórmula sin camino de retroceso.

Los accidentes comenzaron en 1985. Bettega en Córcega y Vatanen en


Argentina fueron los que encendieron las alarmas

Pero todo se precipitó rápidamente en pocas semanas al año siguiente. En el


Rally de Portugal, el piloto local Joaquim Santos se despistó fuertemente con su
Ford RS 200 atropellando a la habitual multitud que se hacía presente al borde del
camino en cada tramo de esa carrera, hubo 30 heridos y tres muertos. El rally se
detuvo porque los pilotos se negaron a continuar. La FIA los amenazó con
sanciones pero aún no se subieron a los autos. Audi anunció su retiro del Grupo B
por cuestiones de seguridad.

Dos carreras después, nuevamente en Europa tras correr el Safari en Kenya, la


tragedia regresó también al campeonato del mundo de rally. En Córcega, el líder
del campeonato Henry Toinoven se salió del camino con su Lancia Delta S4 y
cayó al precipicio, explotando y matando a sus dos tripulantes. Rápidamente, la
FIA anunció la prohibición de todas las evoluciones para los autos de Grupo B y el
final de la categoría al terminar la temporada de 1986. El Grupo S, que era la
categoría que ya estaba programada como sucesora con determinadas
modificaciones pensadas en la seguridad, y que debía comenzar a regir en 1988,
también fue cancelada. Desde 1987, el Campeonato del Mundo de Rally correría
exclusivamente con los reglamentos de Grupo A y Grupo N.
La muerte de Henry Toivonen y su navegante, Sergio Cresto, determinaron la
abolición del Grupo B. Fue en mayo de 1986, nuevamente en el Rally de Córcega

Los autos de Grupo B habían llegado a un punto de performance tan alta que aun
para los pilotos más preparados, era difícil encontrar el equilibrio en tramos
veloces. Muchos empezaron a hablar de “Síndrome de visión de túnel”. Había que
anticipar tanto las maniobras, que en algunos casos un piloto cruzaba el auto en
plena recta para tratar de entrar a la curva que todavía estaba a 100 metros. “Si
ves árboles en el parabrisas y el camino en las ventanas laterales, es porque
estás yendo lo suficientemente rápido”, coincidían los pilotos de punta.

Una frase de Juha Kankkunen, campeón mundial de ese último año del Grupo B
con Peugeot 205 T16 Evo, describe a la perfección la dificultad de aquellos autos.
“WRC es para chicos, el Grupo B era para hombres”.

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