Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Música
La clave
La escritura de un pentagrama
La armadura de clave
La clave
Al inicio del pentagrama se coloca la clave, que es el símbolo que permite relacionar cada nota
musical con la ubicación o espacio que ocupa en el pentagrama. Dicha clave conecta una nota
con un lugar específico del pentagrama, lo que hace que a las demás notas les correspondan
ciertos lugares y líneas adyacentes.
La clave de sol es la más popular fuera del ámbito de la música, aunque es muy raro encontrar
una partitura que no incluya un pentagrama en clave de fa, a menos que se hable de una
«parte» de una pieza orquestada, o sea, la línea que debe ejecutar un instrumento en
particular. De todos modos, un músico experimentado lee con fluidez las distintas claves, en
sus posibles posiciones. Cabe mencionar que es posible alterar la clave inicial a lo largo de una
composición tantas veces como se desee, ya sea de forma accidental (temporal) o bien
definitiva (hasta el próximo cambio).
Básicamente, un pentagrama desnudo no sirve para nada, ya que es imposible asociar una
línea o un espacio con una nota. Luego de asignarle una clave, todo cambia. Sin embargo, esto
no es suficiente, dado que si no se realizan más aclaraciones, sólo será posible escribir
melodías en Do mayor o La menor (que son tonalidades relativas).
Para entenderlo de forma gráfica, es muy útil pensar en un piano; un pentagrama con clave de
Fa en la cuarta línea, nos da la posibilidad de utilizar las notas do, re, mi, fa, sol, la y si, a menos
que se indique algún accidente a lo largo de la pieza. Valga la redundancia, éstas son las notas
pertenecientes a Do mayor y su relativa menor, con lo cual quedan excluidas muchas otras
tonalidades.
Composición musical
La armadura de clave
Es ahí donde entra la armadura de clave, que cumple un rol fundamental a la hora de
componer una obra musical. Consta de uno o más bemoles o sostenidos (no pueden
mezclarse) que indican alteraciones permanentes a las siete notas enumeradas en el párrafo
anterior. Para construir una armadura, es obligatorio seguir un orden con los bemoles, y el
opuesto para los sostenidos. En el primer caso, la secuencia es si mi la re sol do fa, y para
entender su función, tomaremos como ejemplo la armadura más sencilla de este grupo, que
tiene tan sólo el si bemol: con esta configuración, las dos tonalidades que pueden ser
reproducidas son Fa mayor y su relativa menor, Re.
Tras la armadura de clave, aparecen las figuras que representan las notas musicales. Cada
figura indica la duración del sonido y, de acuerdo a su ubicación sobre una línea o un espacio,
el tono musical. En caso que se necesite un tono que no esté cubierto por el pentagrama (más
agudo que el correspondiente al espacio por encima de la quinta línea, o más grave que el del
espacio inferior a la primera línea), se pueden dibujar líneas y espacios adicionales.
Además, existen diversos signos que convierten la escritura musical en un sistema muy rico y
complejo; algunos de ellos permiten indicar intensidad, forma de atacar las notas (picada,
sostenida, ligada), dinámica (hacer que la intensidad crezca o decrezca en una porción
determinada de la melodía).