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HISTORIA DE LA ENFERMERIA EN COLOMBIA

La enfermería como profesión en Colombia nació en 1903 con la escuela de enfermeras en Cartagena.

HISTORIA DE LA ENFERMERIA EN COLOMBIA.

CONTEXTOS EN COLOMBIA
RELIGIOSO
SOCIAL
POLITICO
ECONOMICO

La iglesia adquirió poder. Rafael Núñez firmo un concordato con la iglesia para mejorar las relaciones entre el estado y la
iglesia.los avances después de esto fueron la expedición de registro de nacimiento y matrimonio, se suprimió el divorcio,
etc. Se incremento la migración en la década de los 50s por conflictos entre liberales y conservadores. Los liberales
llegan al poder en los 30s, para modernizar criterios de desarrollo, introducen reformas al sistema laboral, y al régimen
de propiedad. Estaba concentrado en la caficultura, el tabaco, producción minera y exportación de banano, cacao, oro,
caucho y maderas, etc.

CONCEPCION SALUD- ENFERMEDAD.

“las enfermeras serán dedicadas única y exclusivamente al servicio directo de los enfermos, eximiéndolas en absoluto de
oficios como lavar pisos, aseo de las salas etc. Pueden ser causas de que ellas trasmitan infecciones y enfermedades a
los enfermos que deben cuidar.

 1931 escuela nacional de enfermeras visitadoras creada por el departamento nacional de higiene y asistencia
pública.
 1929 escuela nacional de enfermeros fundada por el gobierno nacional.
 1924 se estableció en la facultad de medicina de la U. nacional una escuela para la enseñanza de comadronas
y enfermeras.
 1915 se le confirió el diploma de idoneidad en medicina y enfermería a un grupo de señoritas y organizaron el
centro de enfermeras, en Bogotá.
 1903, escuela de enfermeras en Cartagena.

ORGANIZACIONES PARA PRESTAR EL CUIDADO Y FORMAR ENFERMEROS. Se apartaron del cuidado directo
confinándolas a la labor administrativa. HOSPITALARIAS Y SOCIALES: fruto del enfoque de las escuelas existentes. La
atención se ofrecía por los que hoy se denominan AYUDANTES DE ENFERMERIA. Empiezan cursos para AUXILIARES
DE ENFERMERÍA. Sistema educativo en Colombia siglo XX y XXI, la educación femenina, admisión de los hombres a la
profesión de enfermería, requisitos de admisión para la realización de los estudios enfermeros. Tendencias y
perspectivas.

SISTEMA EDUCATIVO SIGLO XX


1900-1934. Se fundó la primera escuela de enfermería del Hospital Santa Clara en 1924 en Cartagena. El primer grupo
de alumnas estuvo integrado por Manuela Abad, Carmen de Arco y Eugenia Lafout. Funcionaba como parte del Hospital,
se desarrollaban programas prácticos y teóricos, el plan de estudios comprendía 3 años, otorgando el titulo de
Enfermera. Los turnos eran de 6 de la mañana a 6 de la tarde, trabajaban todos los días, eran internas, no podían salir, y
cada 15 días el domingo podían salir. Pretendían asegurar aprendices a bajo precio para atender a los enfermos.

En cuanto a la admisión de las estudiantes, debían presentar:


 Examen de admisión (enseñanza primaria).
 Examen de salud.
 Periodo de prueba durante 2 meses.

Quienes resultaran aptas deberían suscribir un contrato con la directiva del hospital, mediante ciertas obligaciones,
además debían internarse. La escuela tuvo que pasar por grandes problemas monetarios que la llevo al cierre desde
1927 hasta mediados de 1929, por la muerte del doctor Teofrasto uno de sus directivos.

Después que pasaran varias personas asumiendo la sub. Dirección de la escuela, Adela Barranco, gradúo las primeras
alumnas en 1930. En 1930 sale un nuevo reglamento en el cual se agregan mas materias al pensum como bacteriología,
deontología.

En 1911 el doctor José Ignacio Barberi creó el Taller Municipal de Artes y Labores Manuales, el cual incluía un curso de
enfermería práctica en el Hospital de La Misericordia, quien después de 4 años de estudio gradúo a las primeras
señoritas con el título de “Idoneidad en Medicina y Enfermería”.

Tomado de la pagina : http://www.buenastareas.com/ensayos/Historia-De-La-Enfermeria-En-Colombia/367958.html

ORÍGENES DE LA ENFERMERÍA COLOMBIANA

Ana Luisa Velandia Mora, ha escrito numerosos artículos y varios libros sobre la Historia de la Enfermería en Colombia;
es egresada de la Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja y luego se tituló como Licenciada en Enfermería en la
Facultad de Enfermería de la Universidad nacional de Colombia. Posteriormente recibió de esta misma facultad su
Diploma de Magíster en Administración de Servicios de Enfermería y más adelante obtuvo un Ph. D. en Ciencias
Médicas, con énfasis en Salud Pública, en el Instituto de Medicina Sanitaria de San Petersburgo en Rusia.

Ingresó a la Facultad de Enfermería como Instructora Asociada, pasando por todas las categorías hasta jubilarse siendo
Profesora Titular. Recibió la distinción de Profesor Emérito y ya jubilada el Diploma de Profesor Honorario. La
enfermería, como ocupación, tiene una presencia muy antigua en el territorio nacional. En los primeros tiempos las
labores de enfermería eran realizadas por gente de buena voluntad, sin ninguna preparación; solamente en algunos
asilos se contaba con la presencia de religiosas que, sin ser enfermeras, al menos conocían más el oficio y demostraban
constancia y disciplina.
En 1867 se establece “un curso especial teórico – práctico para comadronas y Parteras” en el Hospital San Juan
de Dios de Bogotá, dictado por un profesor de la Universidad Nacional de Colombia y el Jefe de la Clínica del Servicio.
El código civil de 1887 consagra como trabajos específicamente femeninos los de Directora de Colegio, Maestra de
Escuela, Obstetriz, Posadera y Nodriza. En 1905 cuando se reglamenta la profesión de medicina, se establece que:
“Podrán ejercer como comadronas las enfermeras que presenten certificados de dos o más doctores en medicina y
cirugía”.

Según Nancy San Juan y Elba Romero, en su Trabajo Historia de la Escuela de Enfermería de la Universidad de
Cartagena, desde 1903 el doctor Rafael Calvo venía preparando en Cartagena personal de enfermería en forma
empírica; dicho doctor seleccionó a la señorita Carmen de Arco, le dio enseñanza y la entrenó con el fin de hacer de ella
su mejor colaboradora. Al mismo tiempo otros médicos realizaron idéntica labor de enseñanza a otras jóvenes con el fin
de cubrir una necesidad que existía en la ciudad. Más tarde, por iniciativa del doctor Teofrasto Tatis, como miembro de
la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena y por medio de la misma, se les reconoció este entrenamiento y
se les otorgó el “diploma de enfermeras”. La Escuela de Enfermeras de la Universidad de Cartagena fue fundada
oficialmente en 1924.

HERMANA MAGDALENA
En Bogotá, en 1911, el doctor José Ignacio Barberi, “quien presentó un informe a la Municipalidad de Bogotá sobre
Escuelas Profesionales, que aun cuando despertó críticas y oposición, pues las jóvenes, al igual que en la época de la
Colonia, no tenían otra perspectiva que no fuera el matrimonio”, propuso la creación del Taller Municipal de Artes y
Labores Manuales (para señoritas), el cual incluía un curso de enfermería práctica en el recién instalado Hospital de La
Misericordia. Comenzó a funcionar en 1912 y en noviembre de 1915 el mismo doctor Barberi graduó a un grupo de seis
jóvenes a quienes el municipio concedió el diploma, por demás curioso, de “Idoneidad en Medicina y Enfermería”. En
esta misma ciudad en 1917, la Escuela de Comercio y Profesorado para mujeres otorgó el “Título de Enfermera” a
nueve señoritas en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá. “No es entonces de extrañar que a estas primeras
enfermeras las miraran con desconfianza pues “eran consideradas como mujeres libres, algunas de ellas hasta
fumaban”.

En 1919 la Cruz Roja Colombiana invitó a la enfermera belga Madame Ledoux a Colombia, enviada por la Liga de
Sociedades de la Cruz Roja para fundar una Escuela de Enfermeras con todos los requisitos de la técnica; fue seguida
poco después por la señorita Genoveva Gateau, cuyo nombre, según Inés Durana y citando a Laurentino Muñoz,
aparece por última vez en el primer mosaico de las enfermeras hospitalarias en 1937. “Esta creación fue la iniciación de
muchas señoritas de la alta sociedad bogotana de hacer estudios de enfermería. Todas ellas fueron enfermeras en
servicio y su ejemplo ha servido para dar mayor rango a tan noble profesión”.

Si bien es cierto que estas primeras enfermeras desempeñaron en su momento un papel profesional y social muy
importante, es indiscutible que hasta 1920 no existió en Colombia una Escuela de Enfermería como tal, sino cursos
esporádicos organizados por médicos en los mismos hospitales o cursos en otras instituciones que formaron algunas
enfermeras, a la par que formaban mujeres en otros oficios considerados como femeninos por esa época.

La Escuela del doctor Ignacio Barberi, en el Hospital Pediátrico de La Misericordia en Santafé de Bogotá, había
funcionado entre 1911 y 1914; la Escuela de Enfermeras de la Universidad de Cartagena, al parecer sólo había expedido
diplomas a un grupo de enfermeras en 1906, porque no se han encontrado evidencias de cursos posteriores en las
primeras décadas del Siglo XX y los dos cursos de enfermería de un año de duración que el doctor Miguel María Calle
abrió en Medellín hacia 1917, parece que no graduaron sino dos grupos de enfermeras, todas ellas religiosas.

El doctor Barberi escribía lo que él cree que debía ser una enfermera y la función para la cual era formada: “La
necesidad sentida por todos, de que exista alguien, siquiera medianamente ilustrado, que pueda acompañar a un
enfermo y que ayude a la familia a prodigar las atenciones que necesita el ser querido que sufre en nuestro hogar, ha
preocupado desde hace tiempo mis horas tranquilas de reflexión, y he decidido establecer una cátedra en donde las
señoritas que deseen puedan instruirse en las nociones que son indispensables para hacer su cooperación inteligente y
cariñosa en este asunto (…..). A nadie se ocultan los inconvenientes que trae consigo el hecho de que sea un joven
quien vaya a ayudar al cuidado del enfermo, y si se comprenden todas las ventajas que traerá para una familia el que
sea una señorita la que le llene este cometido (….). Toda nación civilizada tiene casas establecidas con este objeto
como Nurses Home en Inglaterra, o École Professionnelle des Infirmiéres en Francia, y el médico o los interesados piden
colaboración de una de ellas”.
Con este escrito podemos sacar varias conclusiones, una, que la atención de la salud, sobre todo a las personas
acomodadas se daba en su propia casa, por el médico de familia; otra que los estudiantes de medicina iban a las casas
a ayudar a cuidar a los pacientes y, además, que la enfermería se consideraba una profesión absolutamente femenina.

En 1925 se establece la enseñanza de comadronas y enfermeras en la Facultad Nacional de Medicina; esta escuela
debía preparar al personal laico que pudiera prestar satisfactoriamente el servicio de enfermería en la capital del país,
especialmente en el Hospital San Juan de Dios y “pudiera servir de núcleo a instituciones semejantes en las demás
ciudades del país”. La atención de enfermería venía siendo dispensada por comunidades religiosas, inicialmente hacia
1768 por los Hermanos de San Juan de Dios, y a partir de 1873 por las Hermanas de la Presentación solicitadas por
el Síndico del Hospital San Juan de Dios de Bogotá.

Los requisitos de admisión establecidos incluían la aprobación de un examen de admisión el cual consistía en dos
pruebas: una oral y otra escrita. Para estos exámenes se constituyó un grupo de examinadores entre los mismos
profesores. El plan de Estudios era de dos años y las asignaturas eran cinco: anatomía y fisiología, medicina, cirugía,
partos, pediatría y puericultura. Como es evidente, la educación de enfermería en esta época estaba orientada a las
especialidades médicas, además, los profesores eran médicos.
La Escuela quedó sometida al Reglamento del Hospital de San Juan de Dios. Según el Decreto Reglamentario, dos
Hermanas de la Caridad enfermeras, pedidas a Europa, fueron designadas como Superioras Jerárquicas del Cuerpo de
Enfermeras, y encargadas de “secundar por cuantas medidas sea posible la tarea de instrucción práctica que desarrollen
los profesores, y supervigilar la conducta de las enfermeras”.

Según Héctor Pedraza, “de aquella escuela salieron numerosas enfermeras parteras, quienes comenzaron a ayudar
eficazmente a los médicos obstetras en la atención de partos a domicilio, porque las clínicas particulares no prestaban
ese servicio”.

Una de las actividades de mayor trayectoria dentro de la enfermería de comienzos de siglo fue la ejercida por parteras y
comadronas. En Popayán, eran bien conocidos los nombres de dos parteras: Gertrudis Albán y Lucía Peña. La
organización y los títulos que expedían corrían a cargo de las dos Escuelas, la Universidad de Cartagena y la
Universidad Nacional.

La Ley 35 de 1929, reglamenta el ejercicio de la profesión de medicina en Colombia y en su artículo 11 comprende la


profesión de odontólogo al lado de la de veterinarios, homeópatas, farmacéuticos, comadronas y enfermeras, En 1930
tenemos como pionera de la enfermería y representante de La Cruz Roja Nacional a Beatriz Restrepo. Con el tiempo,
las féminas prefirieron estudiar enfermería y odontología, luego sociología y psicología; antropología a partir de 1962, y
luego posteriormente todas las carreras.

Con la ayuda de la Fundación Rockefeller, se crea la Escuela de Enfermeras Visitadoras, en la recién creada
Dirección Nacional de Higiene; posteriormente, las hermanas Isabel y Ana Sáenz Londoño crean la Escuela del Centro
de Acción Social Infantil de Bogotá, que era privada y otorgaba el título de “Enfermera Social”; y al final de la década, la
Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja. Aquí vemos la gran influencia que tuvo la Fundación Rockefeller en el desarrollo
de la Enfermería en América Latina y, además, el nacimiento de la profesión de trabajo social dentro del seno de la
enfermería.
El 25 de enero de 1937 el Consejo Académico de la Universidad Nacional de Colombia dictó el Acuerdo 5, por el cual se
reorganizó la Escuela de Comadronas y Enfermeras que venía funcionando en el Hospital de San Juan de Dios. Su
nombre se cambió por el de Escuela Nacional de Enfermeras. El nuevo sitio de prácticas fue el Hospital San José,
inaugurado en 1925, y era uno de los más modernos de la capital. Se tuvieron en cuenta sus condiciones de
organización y la ausencia de alumnos de la Facultad de Medicina. El convenio incluía el “internado en el hospital” para
las estudiantes y las Instructoras, aun cuando quienes supervisaban las prácticas eran las religiosas del hospital, que no
siempre eran enfermeras.

El objetivo principal que la Universidad se propuso con esta nueva organización de la Escuela de Enfermeras, era que
dependiera directamente del organismo universitario y preparara un número suficiente de enfermeras que poseyeran los
conocimientos teóricos y prácticos indispensables para la correcta atención de los enfermos.

“Para lograr ese objeto no era posible continuar como anteriormente se había hecho (….) permitiendo que las
enfermeras de la escuela fueran simultáneamente estudiantes y enfermeras de los diferentes servicios hospitalarios,
encargadas desde el primer momento del cuidado de las salas, porque en tales condiciones, los estudios teóricos que
debían constituir la base de su preparación quedaban necesariamente relegados a un segundo plano”.

Uno de los aspectos más importantes fue la reorganización de la Dirección de la Escuela. “La Escuela Nacional de
Enfermeras tendrá una Directora que será enfermera graduada, provista de méritos y títulos suficientes para
esta función. Podrá ser colombiana o extranjera”. Este nombramiento recayó en la señorita Helena Samper Gómez,
quien había obtenido su grado de Enfermera en la Escuela de Enfermeras del Medical Center Hospital de Nueva York y
una especialización en la Escuela del John Hopkins Hospital de Baltimore, en Estados Unidos.

El nombramiento de una enfermera en la dirección de la escuela logró un cambio sustancial dentro de la carrera y un
reconocimiento de las enfermeras como profesionales. La Universidad se preocupó más por la escuela; aceptó y aprobó
los cambios introducidos, comprendió la necesidad de hacer conocer más la carrera dentro de la sociedad y de la misma
universidad. “Cabe exaltar que Helena Samper fue la primera mujer que desempeñó un cargo directivo dentro de la
Universidad Nacional de Colombia”.
Se estableció un Consejo integrado por la Directora de la Escuela, un representante de la Universidad, un representante
de la Sociedad de Cirugía, un profesor de la Escuela elegido por el personal docente, y una alumna de la escuela elegida
por sus condiscípulas. La Madre Superiora del Hospital San José tendrá voz pero no voto en las deliberaciones. El
personal científico estaba integrado por los profesores y el personal administrativo por una monitora instructora y una
monitora vigilante. Es evidente que las instructoras de las enfermeras ya no eran religiosas.

Helena Samper le dio a la Escuela una excelente organización, similar al de las buenas escuelas norteamericanas.
Puede decirse que esta era la Escuela con la organización más seria de cuantas habían existido hasta entonces en el
país. De ella salieron enfermeras con una magnífica preparación. Se expidieron 67 diplomas de enfermeras.

El Consejo fijó un moderno plan de estudios, con una duración de tres años, con tesis y examen de grado; exigía a las
estudiantes preparación en enseñanza secundaria y exámenes de admisión. El pensum estaba subdividido en seis
periodos o semestres. En el tercer año se incluían asignaturas completamente novedosas para los planes de estudios de
la época, como administración hospitalaria, estadística, elementos de ciencias sanitarias sociales, en las cuales era claro
el enfoque higienista de la época.
El título conferido era el de “Enfermeras Generales” o “Enfermera Hospitalaria” o “Enfermera Visitadora Social”. El
acuerdo mencionado establecía que “para obtener el Diploma de Visitadora o Enfermera Social, se deberá haber
cursado y aprobado un año más de estudios, las materias que determine posteriormente el Consejo Directivo”.

A la muerte de la directora Helena Samper se nombra al médico Manuel Antonio Rueda Vargas, y como Instructora Jefe
a Rosa Sáenz, enfermera colombiana graduada en la Escuela de Enfermeras del Hospital Santo Tomás de la zona del
canal en Panamá.

En estas dos primeras etapas de la escuela estuvo organizada bajo el esquema de Escuela – Hospital; en la primera
etapa en el Hospital de San Juan de Dios y en la segunda, en el Hospital de San José. En la Escuela de Enfermeras de
Cartagena adscrita al Hospital Santa Clara, que propiciaba un horario de trabajo prácticamente sin límite semanal y que
incluía turnos nocturnos.

El Presidente de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina el académico Efraín Otero Ruiz, nos hablaba de una
enfermera Inés Durana Samper en estos términos: “Basta con que tú te presentes, sin necesidad de trabajo escrito,
porque tú misma representas toda la historia de la enfermería en Colombia”. Quería recordar y ensalzar sus
contribuciones a la historia de la medicina y la enfermería en Colombia. Porque a quienes llegábamos hace una década
al edificio principal y después de concluido, al nuevo edificio de la Biblioteca, nos era familiar la figura de Inés trabajando
en su escritorio o en una de las mesas de lectura, siempre con el comentario afable o la salida oportuna que hacía honor
a su ancestro bogotano. Y esto era tan constante, aún en épocas en que se hallaba ya muy enferma, que parecía que
ella hiciera parte esencial de una de estas casonas patricias que, en los últimos lustros, han albergado decorosamente
nuestra Academia Nacional de Medicina. Efectivamente, no había nada más grato que hablar con Inés de la historia de
la salud y la medicina preventiva en Colombia y en el mundo. Se conocía en detalle todas las anécdotas y personajes,
desde la época de su graduación como Enfermera de la Escuela Nacional, 50 años atrás, hasta las épocas más
recientes. Y hervía de indignación cuando tuvo que contemplar hechos como, en 1998, la demolición del antiguo edificio
de la Dirección Nacional de Higiene, en la calle 6ª, vecino al Frenocomio de Mujeres, tan inolvidable para quienes fuimos
allí alumnos de Edmundo Rico y de Luis Jaime Sánchez. Cuando se ofreció, ya al final de su meritoria existencia, a
presentarnos en la Sociedad un trabajo sobre la historia de la enfermería profesional. Inés estuvo muy influenciada por la
Directora, doña Lucía Lozano y Lozano, enfermera graduada en los Estados Unidos- quien, decía Inés, “nos dejó a
muchas una huella que marcó posteriores ideales profesionales”. Desde entonces supo que sería enfermera y se dedicó
de corazón a perseguir su perfeccionamiento en este campo. Y una de las maneras era la de mirar hacia atrás y darse
cuenta de quiénes habían sido los pioneros y pioneras de esa abnegada profesión en el país. En todo momento ella tuvo
veneración por la persona y la obra del Académico Pablo García Medina (1858-1935) a quien reconocía como el
verdadero fundador de la salud pública y la enseñanza de la enfermería en Colombia.

Y para terminar me gustaría citar a la primera enfermera uniformada de Cabinas, se llamaba Josefina Poggioli de
Cáceres, nació en la Vela de Coro el 19 de marzo de 1903. Tuvo 6 hijos, Eugenio José, Zoila Gala, Lourdes de Jesús,
Ligia María, Víctor Manuel y Carlos Benito. Migró a Cabimas más o menos en 1928 donde vivió hasta su muerte el 27 de
abril de 1955.

Queremos felicitar desde aquí a Ana Luisa Velandia Mora, “enfermera”, ya que gracias a ella, a sus estudios,
investigaciones y publicaciones logra que la enfermería sea cada día más grande y nos ayude a entender más nuestra
magnífica profesión. Desde Colombia a todo el mundo.
Fotos: Las fotos están escaneadas del mismo libro y de Internet. Varias de ellas son fotografías de la autora del libro y la
donación de Nelly Álvarez de Espitia. *Manuel Solórzano Sánchez; **Jesús Rubio Pilarte y ***Raúl Expósito
González

* Enfermero Hospital Donostia. Osakidetza /SVS


** Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
*** Enfermero Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Ciudad Real
masolorzano@telefonica.net
jrubiop20@enfermundi.com
raexgon@hotmail.com

Publicado por Eva en 12:19

Etiquetas: Historia de la Enfermería

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