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Un poco después tome los datos que este director me había enviado y lo capturé en la
base de datos de proyectos y en mi revisión semanal con el gerente de desarrollo le
mencioné que habíamos recibido una nueva requisición y que necesitábamos priorizarla.
Después de algunos comentarios al respecto mi jefe dijo que se comunicaría con el
director para discutir prioridades y que después me comentaría como procederíamos con
ese requerimiento.
Las especificaciones
El director había sido muy específico en sus requerimientos, mismos que definió a través
de su gerente de ventas de la zona norte, así que el documento (por email) tenía
especificados muchos detalles hasta con dibujos de pantalla (mock-ups o screen-shots). Al
final del correo tenía una estimación de lo que ellos pensaban que debería tomar el
desarrollo de ese proyecto. La estimación tenía mucho sentido, dado que el trasfondo de
aquellos individuos, el director y el gerente, era de gente de Tecnología de Información.
El pre-análisis
Cuando los miembros del equipo se liberaron por completo, entonces nos dedicamos un
poco más a juntarnos con los gerentes y supervisores para entender y levantar
formalmente los requerimientos y después de una semana de hacer esto, el director
Preguntó si ya íbamos a acabar. El esperaba ver más de la mitad de los entregables
implementados a esas alturas.
Un director ha llegado hasta allí por saber tomar decisiones con poca información o por
haber desarrollado esa capacidad, el problema es que ellos esperan lo mismo de los que
interactúan con ellos. Cuando un director da una orden, normalmente espera que se
ejecute de inmediato y espera revisar métricas del desempeño de inmediato.
Hay directores expertos en Project Management, pero no estoy hablando de ellos ahora,
ellos seguramente entenderán lo que se requiere para iniciar, planear, ejecutar, controlar
y cerrar un proyecto. Yo hablo de aquellos que no tienen dicha preparación, para ellos es
necesario un “trato especial”.
Comunicación
El PMI® menciona en el PMBOK® que el inicio del proyecto nunca se tiene puntualmente
definido en una sola fecha. Esto se refiere a que un proyecto puede nacer en un elevador
mientras dos personas platican, por ejemplo, que “sería bueno que implementáramos un
control de ventas más eficiente”. Más adelante, tomando este mismo ejemplo, estas dos
personas podrían reunirse para comentar un poco más sobre ese asunto. Posteriormente
podrían existir algunos correos yendo y viniendo acerca del mismo tema. Y de esta forma
podría haber muchas otras comunicaciones que dieran lugar, por ejemplo, a un sistema de
Información que derivara de aquella iniciativa y que ese sistema de información fuera
administrado como un proyecto. De tal forma que tiene sentido lo que el PMI® menciona
cuando dice que un proyecto en ocasiones no tiene muy clara su fecha de inicio.
Para el equipo del proyecto, este debería “nacer” en el momento en el que se los
involucra en el mismo. Cuando hay una estructura o cadena de mando aquella persona
que es contactada para hacerse cargo del proyecto es la responsable de comunicar su
progreso o delegar esta función a quien se hará cargo del mismo. Si bien el proceso de
aprobación del proyecto o de revisión del portafolio y priorización de proyectos pudiera
tomar algo de tiempo, es responsabilidad de la oficina de proyectos o del Líder del
Proyecto el comunicar el estatus actual.
El problema
Un buen amigo mío y mi jefe en aquel entonces solía decirme “necesitas sacar la cabeza
del lodo y respirar”. Efectivamente, para vivir necesitamos respirar. La respiración, que
traducido a nuestra profesión representa los tiempos de evaluación, introspección,
descanso, planeación y liderazgo, proporciona a la vida de un líder de proyecto la
perspectiva necesaria para resolver los problemas creativamente y también proporciona
el tiempo necesario para comunicar los avances de los proyectos, aún cuando éstos no
hayan iniciado todavía.
El fin de la historia
Ese fue el inicio real del proyecto desde nuestra perspectiva. Aun cuando el director de
ventas pensaba que ya íbamos tarde, nosotros nos esmeramos en comunicar los
progresos del proyecto y al final y después de algunas actualizaciones naturales del
cronograma el proyecto terminó dando a luz un producto utilizable para ese
departamento.
Conclusión
El inicio del proyecto muchas veces es impreciso, pero consideraremos que el proyecto
inicia desde el momento en que somos asignados a él.
Hay que reservar tiempo a la semana para actividades de liderazgo. Este tipo de
actividades ocasionalmente son momentos de preparación, reflexión, convivencia con el
equipo, comunicación y replanteamiento de lo que se está viviendo en el proyecto.
¿Qué vamos a hacer y por qué es importante? *
Publicado el Agosto 16th, 2007 en General por admin
Bueno, manos a las teclas, para entender qué hacía el cliente comencé por hacer la
agenda de reuniones con todos los involucrados y enviarles la convocatoria para las
reuniones, una semana interrogándolos y otra digiriendo toda la información de las 40
hojas de minutas.
Planear las reuniones nos dio una mejor respuesta de los gerentes y mandos medios, que
por cierto contestaron con diferentes enfoques cuando les pregunte qué necesitaban. Los
gerentes tienen una muy buena idea de cómo debe funcionar todo, pero los mandos
medios saben que la realidad es otra, si me hubiera quedado con la perspectiva de los
gerentes seguro que una vez terminado el proyecto los mandos medios y usuarios finales
nunca hubieran usado el sistema porque no contemplaba esos pequeños grandes cambios
que la práctica optimiza a partir de la teoría. Lo bueno es que eso lo aprendí de la forma
ruda hace dos proyectos.
Hay que entender qué es lo que vamos a hacer y aún más importante, por qué lo estamos
haciendo. Si no sabemos el valor real que genera el proyecto para el negocio corremos el
riesgo de hacer un sistema que termine sin ser usado. Entender el “Qué” nos da una vista
detallada del árbol, pero saber el “Por qué” nos da la perspectiva del bosque.
Por Mentat
En su s marcas, listos… Reunión de arranque! *
Publicado el Julio 13th, 2007 en General por admin
Por fin nos conocimos todos los stakeholders del proyecto, todos firmaron el acta
constitutiva y formalmente, nació el proyecto. La astrologa oficial del equipo, una de las
clientas principales, lo designó bajo el signo de cáncer y si no la detiene el patrocinador,
capaz que le hace su carta astral.
El único detalle fuera de lo planeado fue la insistencia del cliente del área de operaciones,
en aparecer como responsable de todas y cada una de las revisiones, fue un momento
tenso, cuando no quería ceder y pensaba que todas las revisiones las debería aprobar él,
hasta que le comenté que si estaba dispuesto a revisar todas y cada una de las hojas del
documento de especificación de requerimientos, que por lo menos sería de 200 hojas, no
habría problema por mi parte, siempre y cuando el patrocinador del proyecto no lo
objetara. Bajo esa hábil persuasión, el síndrome del gallo del corral lo abandonó y aceptó
sólo supervisar los requerimientos correspondientes a su área.
Moraleja…
En todo equipo de trabajo, puedes encontrarte a una o varias personas que sufren el
síndrome del gallo del corral, esto es, quieren que todos los reconozcan como los líderes
natos y los que tienen la última palabra y saben todo, contadísimas son las ocasiones
donde esto último es cierto, pero en la mayoría de los casos son personas con complejo
de inferioridad, o temor a perder su puesto, o simplemente unos patanes dictatoriales, así
que si tienes más de un gallo en el corral, prepara un plan de contención.
Por Mentat