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EL BAUTISMO Y LA SANGRE DE JESÚS

I. INTRODUCCIÓN
I. Una de las cosas que suelen decir los proponentes de la doctrina de la salvación por
la fe sola, es que el agua del bautismo no quita los pecados, que la Biblia no dice por
ninguna parte que el agua sea el elemento que quita los pecados. Dicen que es la
sangre de Jesucristo que Él derramó hace dos mil años lo que hizo posible el perdón y
que para alcanzarlo basta con tan solamente creer en Él, en tener fe.
II. Hoy vamos a ver que, aunque es cierto que el agua del bautismo no es la que limpia
los pecados sino la sangre que el Señor derramó, el bautismo en agua es el acto o rito
que establece la Escritura por medio del cual nosotros obtenemos el perdón de los
pecados en la sangre de Jesucristo.
III. El tema de hoy será una refutación a la falsa doctrina de la fe sola, a la creencia que
dice que basta con tan solamente ejercer fe y nada más, al dogma que rechaza el
bautismo impidiendo la posibilidad de recibir el perdón.

II. LA SANGRE COMO ÚNICO ELEMENTO DE EXPIACIÓN


I. En el AT vemos que el único elemento que se usó para la expiación o purificación del
pecado era la Sangre; la carta a los Hebreos recuerda a los cristianos judíos que la
sangre derramada de los animales sacrificados era el único elemento que servía para
hacer expiación por el pecado: "…Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y
sin derramamiento de sangre no se hace remisión" (Heb. 9.22).
II. ¿Por qué tenía que ser sangre?; según las Escrituras, en la sangre está el alma de las
personas; la RVR 1960 dice "…la vida de la carne en la sangre está" (Lev. 17.11); La
palabra "vida" en este pasaje en hebreo es "ruach"; palabra que generalmente se usa
para significar "alma". Otras versiones vierten el pasaje así: "Porque el alma de todo
ser viviente está en su sangre"1.
1. A partir de aquí se desprende la idea de que la sangre no se puede comer, dado
que en ella se encuentra el alma de todo ser vivo, sea hombre o animal; el alma
es la parte que se asemeja a Dios, y Dios la separó sólo para uso sagrado, para
la expiación del pecado, por eso, consumir la sangre de un animal es una
profanación de algo que contiene la semejanza de Dios.
2. Cf. Lev. 17.11-14; Gén. 9.3-62; Hch. 15.19-20; 21.25 (RVR-1960).
III. Considerando todo esto, pasaremos a observar el significado de la palabra
"expiación":
"Incluye la idea de reparación, de lograr una reconciliación que produce armonía entre
los que han estado separados, enemistados. En el AT, expiación se expresa mayormente
por el verbo kaphar, cuya raíz significa cubrir. El sustantivo relacionado con este verbo,
kopher, se usa principalmente en casos de rescate que cubre la ofensa, no de barrerlo
fuera de la vista sino hacer un pago equivalente para que la ofensa sea realmente y
exactamente pagada"3
IV. Teniendo en cuenta todos estos puntos, que la sangre es el único elemento con el
cual se puede hacer expiación debido a que en ella está el alma de la persona; y
sabiendo además que la palabra "expiación" significa "hacer una reparación o un pago
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equivalente al daño"; podemos concluir que nosotros cuando pecamos, manchamos


nuestra alma, y más que manchar, en realidad estamos matando nuestra alma delante
de Dios (Rom. 6.23); por ende, la única forma de hacer "expiación" o de reparar el daño
que hicimos es por medio de un derramamiento de sangre.
V. Nuestro Señor Jesucristo fue quien hizo ese derramamiento en la cruz; por lo tanto,
la conclusión a la que llegamos es que ningún otro elemento puede hacer que Dios
perdone nuestros pecados sino "la sangre".
VI. Por ende se concluye también que el agua del bautismo no es lo que nos perdona
nuestros pecados, el agua no ejerce poder alguno sobre nosotros, ¡es la sangre de
Cristo!. En esto se debe conceder la razón al que señala que "el agua del bautismo no
es lo que nos quita los pecados".

III. LAS CONDICIONES PARA ALCANZAR EL PERDÓN POR


MEDIO DE LA SANGRE DE JESUCRISTO
I. En este punto es donde los defensores de la doctrina de la salvación por la fe sola se
equivocan; ellos no entienden que esa expiación que hizo Cristo por los pecados del
mundo tiene condiciones que los hombres deben cumplir para ser beneficiados por
ella.
II. Los defensores de la salvación por fe sola exigen solamente un requisito: "creer"; en
embargo, en la Biblia encontramos que no es el único requisito.
1. El arrepentimiento es otro requisito para que Dios perdone nuestros pecados
(Hch. 5.30-31)
2. Y el bautismo es igualmente otro requisito para lograr el perdón de Dios (Col.
2.12-13).
III. Son tres requisitos sencillos: Creer, arrepentirse, y bautizarse. Cuando estos tres
requisitos se cumplen, entonces ahí es donde la sangre de Cristo ejerce su poder
redentor sobre nosotros, de manera que es ahí el momento en que la expiación hecha
por el viene a beneficiarnos.

IV. LA SANGRE DEBE SER APLICADA EN EL CREYENTE


I. En el antiguo testamento encontramos siempre la enseñanza de que la sangre debía
ser aplicada sobre la persona o el objeto a purificar; era necesario que se rociara sobre
la persona que suplicaba la redención:
1. Israel tuvo que aplicar la sangre en sus casas y en los objetos dentro de sus
casas (Éxo. 12.13, 22).
2. Cuando se elegían los sacerdotes, estos debían ser primero purificados por
medio de rociarles sangre (Éxo. 29.20-21).
3. El día de la expiación, al pueblo entero se le debía rociar la sangre del cordero
que se sacrificaba (Heb. 9.19).
II. Así pues, encontramos un principio importante que no debe ser ignorado; el
derramar la sangre simplemente, no era suficiente para hacer expiación, se necesitaba
que esa sangre fuera aplicada sobre la persona para que se entendiera que la expiación
se hacía sobre ese individuo. ¡El que no se aplicaba la sangre, sencillamente no era
beneficiado con la expiación!.
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V. LA SANGRE DE CRISTO ES APLICADA EN EL CREYENTE POR MEDIO


DEL BAUTISMO
I. Una cosa que dice el NT claramente es que todo el que ha sido salvo "ha sido rociado
con la sangre de Jesucristo"; "…nos amó, y nos lavó…" (1 Ped. 1.2; Ap. 1.5).
II. Ahora bien, la pregunta es, ¿cuándo somos rociados con la sangre de Cristo?. La
respuesta es obvia, ¡cuando nos bautizamos para el perdón de los pecados!. Nosotros
debemos reconocer perfectamente que cuando descendimos a las aguas del bautismo,
no fue el agua lo que nos limpió, sino la sangre de Cristo; el agua del bautismo es, por
decirlo de cierta forma, un vínculo que nos conecta con la sangre de Cristo; 1 Jn. 5.8
dice que "… el agua y la sangre concuerdan".
III. Recuerdan que les dije que eran tres los pasos para recibir el perdón de Dios:
1. Creer
2. Arrepentirse
3. Bautizarse
IV. Cuando estos tres actos se llevan a cabo, la sangre de Cristo obra en el creyente, y
la expiación realizada hace 2000 años por Él en la cruz viene a tener efecto sobre
nosotros. De manera que podemos decir que el bautismo es esencial para ser salvos,
como dijo el Señor: "el que creyere y fuere bautizado será salvo" (Mar. 16.16).
V. Con estos tres pasos o actos, el hombre puede acceder nuevamente a la comunión
con Dios.
Heb. 10.19-22: "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo
por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del
velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe (creyendo), purificados
los corazones de mala conciencia (arrepintiéndonos), y lavados los cuerpos con agua
pura (bautizándonos)"

CONCLUSIÓN:
Hoy día muchos dicen “la sangre de Cristo tiene poder”, muchos al predicárseles el
bautismo, lo evaden diciendo “lo que perdona no es el bautismo, sino la sangre de
Cristo”; tales personas ignoran que en el bautismo, la Sangre del Señor actúa en la
persona para expiación de sus pecados.

1
La Biblia Latinoamericana
2
Ibíd.
3
J. D. Douglas, Merrill; Diccionario Bíblico.

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