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A. INTRODUCCIÓN.
1. Concepto y paralelo entre derechos personales y derechos
reales. Estructura del derecho personal u obligación.
1.1. Concepto.
Para VODANOVIC los derechos personales son los que nacen de una relación
inmediata entre dos o más personas, en virtud de la cual una (el deudor) es obligada
a una determinada prestación (dar, hacer o no hacer) en favor de otra (acreedor).
Por ejemplo, el derecho que tiene el acreedor a la devolución del dinero prestado
más los intereses pactados.
Por su parte, el art. 578, del Libro II (“De los bienes, y de su dominio
posesión uso y goce”) define a los derechos personales o créditos, como los que sólo
pueden reclamarse de ciertas personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición
de la ley, han contraído las obligaciones correlativas; como el que tiene el
prestamista contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo contra el padre por
alimentos. De estos derechos nacen las acciones personales.
1.2. Estructura.
Las cosas se clasifican en corporales e incorporales. Dentro de las cosas
incorporales se encuentran los derechos personales y los derechos reales. La
estructura del derecho real es distinta a la del derecho personal, ya que el derecho
personal supone un sujeto activo o acreedor, un sujeto pasivo o deudor y una
prestación que puede ser de dar, hacer o no hacer; y mirado desde la perspectiva del
acreedor, existe un derecho personal, y desde la perspectiva del deudor, existe una
obligación.
CORPORAL
TITULAR
Dº REAL COSA
COSA SUJETO PASIVO (UNIVERSAL,
INDETERMINADO)
INCORPORAL
SUJETO ACTIVO
(ACREEDOR)
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Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
PRESTACIÓN
DAR
HACER
NO HACER
a. Se m e j a n z a s .
i. Ambos son derechos patrimoniales.
ii. A través de ellos se logra el aprovechamiento de una cosa.
iii. Ambos derechos se encuentran amparados por el ordenamiento jurídico a
través de acciones que se le conceden a sus titulares.
b. Di f e r e n c i a s .
i. La primera distinción corresponde a una d i f e r e n c i a e s t r u c t u r a l , ya que
los derechos reales constan de un titular y una cosa (corporal, incorporal,
bienes inmateriales), en cambio, los derechos personales constan de un
sujeto activo o acreedor, que es quien tiene el poder de exigir el
cumplimiento de la obligación por parte del deudor; también existe un sujeto
pasivo o deudor, que está en la necesidad jurídica de satisfacer la prestación o
soportar una ejecución forzada sobre su patrimonio; y por último, hay una
prestación que puede ser de dar, hacer o no hacer.
ii. En cuanto a la r e l a c i ó n que se da en cada caso, el derecho real impone una
relación persona – cosa, se trata de un derecho erga omnes o absoluto, porque
siendo una relación de esta especie, puede hacerse valer respecto de cualquier
persona pública o privada que pretende vulnerar o privar ese derecho. El
derecho personal, por su parte, supone una relación persona – persona, de
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Teoría general de las obligaciones
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Teoría general de las obligaciones
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1.4. D e r e c h o d e l a s o b l i g a c i o n e s .
La teoría general de las obligaciones se encuentra en el libro IV del CC que se
titula “de las obligaciones en general y de los contratos”. El tratamiento que da el
legislador a esta materia tiene como antecedente inmediato el Código Napoleónico, y
como antecedente mediato el Derecho Romano.
a. C a r a c t e r í s t i c a s d e l d e r e c h o d e l a s o b l i g a c i o n e s .
b. D e r e c h o p e r s o n a l y o b l i g a c i ó n .
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 578. Derechos personales o créditos son los que sólo pueden reclamarse de ciertas personas, que,
por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, han contraído las obligaciones correlativas; como el
que tiene el prestamista contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo contra el padre por
alimentos. De estos derechos nacen las acciones personales.
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Teoría general de las obligaciones
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El objeto del acto jurídico es un derecho u obligación, el objeto de la obligación es una prestación y
la prestación puede consistir en dar (una cosa), hacer o no hacer (hecho o abstención).
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Cuando se trate de una prestación que consista en hacer o no hacer algo, debe
reunir los siguientes requisitos:
- Debe ser determinado o determinable.
- Debe ser física y moralmente posible (art. 1461 inc. III).
A propósito de la prestación, la doctrina discute si debe ser susceptible de
evaluación pecuniaria o no; sobre esto existen distintas posiciones, pero se
puede afirmar que el CC no formuló exigencia a este respecto.
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así, para algunos, consiste en una relación entre personas; para otros, consiste
en una relación objetiva entre patrimonios; finalmente, una posición
intermedia la concibe como una ligazón entre patrimonios a través de las
personas de sus titulares.
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1. C l a s i f i c a c i o n e s a p a r t i r d e l o b j e t o de la obligación:
obligaciones de dar, hacer o no hacer .
Atendiendo a su objeto las obligaciones pueden ser de dar, hacer, o no hacer.
Bajo este mismo criterio (objeto) se distingue entre obligaciones de especie o cuerpo
cierto y obligaciones de género. Y también atendiendo a su objeto, las obligaciones
pueden ser de objeto único o de objeto múltiple, y estas últimas pueden ser a su vez
acumulativas o disyuntivas, alternativas y facultativas.
1.1. O b l i g a c i o n e s d e d a r , h a c e r o n o h a c e r .
Es una de las clasificaciones más importantes de las obligaciones, y se
encuentra a propósito del objeto del acto jurídico (art. 1460), y también a propósito
de la definición legal de contrato (art. 1438). Esta no es una clasificación que se
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Art. 1438. Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer
o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas.
a. I m p o r t a n c i a d e e s t a c l a s i f i c a c i ó n .
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Una forma especial de obligación de entregar, es la obligación de restituir, que es una obligación
que deriva de contrato tales como el comodato, el depósito, el mutuo, el usufructo, etc.; en virtud de
ellos el que recibió la cosa, la entrega a su propietario.
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Art. 1555. Toda obligación de no hacer una cosa se resuelve en la de indemnizar los perjuicios,
si el deudor contraviene y no puede deshacerse lo hecho.
Pudiendo destruirse la cosa hecha, y siendo su destrucción necesaria para el objeto que se tuvo
en mira al tiempo de celebrar el contrato, será el deudor obligado a ella, o autorizado el
acreedor para que la lleve a efecto a expensas del deudor.
Si dicho objeto puede obtenerse cumplidamente por otros medios, en este caso será oído el
deudor que se allane a prestarlo.
El acreedor quedará de todos modos indemne.
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2. C l a s i f i c a c i ó n d e l a s o b l i g a c i o n e s a t e n d i e n d o a l o s s u j e t o s .
2.1. O b l i g a c i o n e s s i m p l e m e n t e c o n j u n t a s o m a n c o m u n a d a s .
a. Concepto.
Según el profesor SOMARRIVA, son aquellas que tienen por objeto una
prestación divisible, y como sujetos a varios acreedores, a varios deudores o bien,
pluralidad de unos y otros, y en que cada deudor está obligado al pago de su parte en
la deuda, y cada acreedor puede demandar solamente su cuota en ella.
En el CC no existe en esta materia un tratamiento sistemático, pero hay una
referencia a esta clase de obligaciones en los arts. 1511 y 1526.
Art. 1511. En general, cuando se ha contraído por muchas personas o para con muchas la obligación
de una cosa divisible, cada uno de los deudores, en el primer caso, es obligado solamente a su parte o
cuota en la deuda, y cada uno de los acreedores, en el segundo, sólo tiene derecho para demandar su
parte o cuota en el crédito.
Pero en virtud de la convención, del testamento o de la ley puede exigirse a cada uno de los deudores
o por cada uno de los acreedores el total de la deuda, y entonces la obligación es solidaria o
insólidum.
La solidaridad debe ser expresamente declarada en todos los casos en que no la establece la ley.
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Art. 1526. Si la obligación no es solidaria ni indivisible, cada uno de los acreedores puede sólo exigir
su cuota, y cada uno de los codeudores es solamente obligado al pago de la suya; y la cuota del
deudor insolvente no gravará a sus codeudores.
Exceptúanse los casos siguientes:
1. La acción hipotecaria o prendaria se dirige contra aquel de los codeudores que posea, en todo o
parte, la cosa hipotecada o empeñada.
El codeudor que ha pagado su parte de la deuda, no puede recobrar la prenda u obtener la cancelación
de la hipoteca, ni aun en parte, mientras no se extinga el total de la deuda; y el acreedor a quien se ha
satisfecho su parte del crédito, no puede remitir la prenda o cancelar la hipoteca, ni aun en parte,
mientras no hayan sido enteramente satisfechos sus coacreedores.
2. Si la deuda es de una especie o cuerpo cierto, aquel de los codeudores que lo posee es obligado a
entregarlo.
3. Aquel de los codeudores por cuyo hecho o culpa se ha hecho imposible el cumplimiento de la
obligación, es exclusiva y solidariamente responsable de todo perjuicio al acreedor.
4. Cuando por testamento o por convención entre los herederos, o por la partición de la herencia, se ha
impuesto a uno de los herederos la obligación de pagar el total de una deuda, el acreedor podrá
dirigirse o contra este heredero por el total de la deuda, o contra cada uno de los herederos por la parte
que le corresponda a prorrata.
Si expresamente se hubiere estipulado con el difunto que el pago no pudiese hacerse por partes, ni aun
por los herederos del deudor, cada uno de éstos podrá ser obligado a entenderse con sus coherederos
para pagar el total de la deuda, o a pagarla él mismo, salva su acción de saneamiento.
Pero los herederos del acreedor, si no entablan conjuntamente su acción, no podrán exigir el pago de
la deuda, sino a prorrata de sus cuotas.
5. Si se debe un terreno, o cualquiera otra cosa indeterminada, cuya división ocasionare grave
perjuicio al acreedor, cada uno de los codeudores podrá ser obligado a entenderse con los otros para el
pago de la cosa entera, o a pagarla él mismo, salva su acción para ser indemnizado por los otros.
Pero los herederos del acreedor no podrán exigir el pago de la cosa entera sino intentando
conjuntamente su acción.
6. Cuando la obligación es alternativa, si la elección es de los acreedores, deben hacerla todos de
consuno; y si de los deudores, deben hacerla de consuno todos éstos.
.
b. Características.
En cuanto a sus características, éstas son las siguientes:
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c. Efectos.
Los efectos de estas obligaciones se entienden teniendo en cuenta una idea
central perteneciente a esta clase de obligaciones, que es que el vínculo jurídico se
divide en tantas obligaciones como sujetos existan, y que por este hecho, pasan a
tener vida independiente entre sí.
i. El primer efecto, propio de este tipo de obligaciones, es que cada acreedor
solamente tiene derecho a demandar su cuota en el crédito, y cada deudor
solamente está obligado a pagar su cuota en la deuda.
ii. Un segundo efecto, es que la constitución en mora (requisito indispensable
para demandar la indemnización de perjuicios) realizada en contra de uno de
los deudores o por uno de los acreedores, no perjudica ni aprovecha a los
demás.
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Hay créditos intransmisibles como, es por ejemplo, el derecho a pedir alimentos, distinta es la
situación que se genera con las pensiones ya devengadas.
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d. Excepciones a la mancomunidad .
Las reglas anteriores sufren excepciones en dos casos: en la s o l i d a r i d a d ,
en la cual cada creedor puede demandar el total de la deuda, estando cada deudor
obligado al pago total de ella; y en la i n d i v i s i b i l i d a d , en que la prestación por su
naturaleza o la convención, no puede cumplirse por parcialidades.
1. Concepto.
El profesor ABELIUK define a las obligaciones solidarias como aquellas que
tienen por objeto una prestación divisible, y como sujetos una pluralidad de
acreedores, de deudores o de ambos, y en las que cada acreedor puede demandar la
totalidad del crédito y cada deudor puede ser obligado a pagar la totalidad de la
deuda.
Esta definición pone en evidencia los requisitos de las obligaciones
solidarias, que son:
i. La existencia de una unidad de prestación (art. 1512: “ha de ser una misma”).
Art. 1512. La cosa que se debe solidariamente por muchos o a muchos, ha de ser una misma,
aunque se deba de diversos modos; por ejemplo, pura y simplemente respecto de unos, bajo
condición o a plazo respecto de otros.
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iv. Que exista una fuente que establezca la solidaridad, que puede ser el
testamento, la ley o una convención. En los casos en que la solidaridad no sea
establecida por la ley, ésta debe declarase expresamente (no se acepta la
voluntad tácita).
2. Clasificación.
i. Atendiendo a su fuente, la solidaridad puede ser legal, convencional o
testamentaria.7
En relación a la s o l i d a r i d a d l e g a l , todos los casos que existen en nuestro
ordenamiento jurídico son casos de solidaridad pasiva, y se encuentran tanto
en el CC como en leyes especiales. Dentro de los consagrados en el CC, un
caso importante se encuentra en el art. 2317, a propósito de la responsabilidad
civil extracontractual, en el cual se consagra la responsabilidad solidaria para
los coautores de un delito o cuasidelito civil.
Art. 2317. Si un delito o cuasidelito ha sido cometido por dos o más personas, cada una de
ellas será solidariamente responsable de todo perjuicio procedente del mismo delito o
cuasidelito, salvas las excepciones de los artículos 2323 y 2328.
Todo fraude o dolo cometido por dos o más personas produce la acción solidaria del
precedente inciso.
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Antiguamente existía un caso de solidaridad judicial, pero hoy se encuentra derogado por la ley de
filiación. Según el antiguo art. 280 del CC, el hijo simplemente ilegítimo tenía derecho a pedir
alimentos a su presunto progenitor si el periodo de su concepción correspondía a la fecha de la
violación, estupro o rapto de la madre; si el primer delito fue realizado por varios, debía el juez
determinar quien era el presunto padre, y si ello no fuere posible, podía condenar solidariamente al
pago de dichos alimentos a todos los autores de la violación.
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Art. 1526. Si la obligación no es solidaria ni indivisible, cada uno de los acreedores puede
sólo exigir su cuota, y cada uno de los codeudores es solamente obligado al pago de la suya;
y la cuota del deudor insolvente no gravará a sus codeudores.
Exceptúanse los casos siguientes:
2. Si la deuda es de una especie o cuerpo cierto, aquel de los codeudores que lo posee es
obligado a entregarlo.
Fuera del CC, en la ley del tránsito hay otro ejemplo de obligaciones
solidarias, ya que se establece que el dueño del vehículo es solidariamente
responsable por los daños causados por la persona que maneja el vehículo. En
la misma ley se establece la responsabilidad solidaria para el funcionario que
entrega una licencia de conducir a quien no tiene capacidad para hacerlo.
En materia de sociedades de responsabilidad limitada, el art. 3 inc. III de la
Ley 3.918, se establece un caso de solidaridad legal, para el evento de la
omisión de algunos de los requisitos de constitución de la sociedad.
En materia de sociedad colectiva comercial, los socios son solidariamente
responsables de todas las obligaciones de la sociedad, durante la vida de ésta.
Según el profesor MEZA BARROS, existiría un caso de solidaridad legal
“activa” en el CCO (art. 290) en donde se regula la situación de pluralidad de
comitentes y de comisionistas, estableciendo en ambos casos que se
producirán obligaciones solidarias.
Art. 290. La comisión colectivamente conferida por muchos comitentes produce en ellos
obligaciones solidarias a favor del comisionista, del mismo modo que la aceptación colectiva
de varios comisionistas produce obligación solidaria a favor del comitente.
ii. Atendiendo a los sujetos, la solidaridad puede ser activa, pasiva o mixta. La
s o l i d a r i d a d a c t i v a se da cuando existe pluralidad de acreedores y cada
uno de ellos puede exigir el total de la obligación al deudor.
La s o l i d a r i d a d p a s i v a existe si hay varios deudores y un sólo acreedor
facultado para demandar a cualquiera de ellos el total de la deuda.
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En estos casos es indispensable notificar oportunamente a aquel que ha dificultado el pago de la
pensión alimenticia, como puede ser por ejemplo, un concubino, porque de lo contrario la sentencia
respecto de él será inoponible.
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4. S o l i d a r i d a d A c t i v a .
a. Concepto.
La solidaridad activa consiste en que existiendo pluralidad de acreedores en
una prestación divisible, cada acreedor puede exigir el total de la obligación, y
cumplida ésta por el deudor, se extingue respecto de los demás (art. 1513).
Puede tener su fuente en la convención, en un testamento y,
excepcionalmente para algunos, en la ley (art. 290 del CCO). Por ejemplo, las tarjetas
de crédito adicionales, que imponen la obligación, a la institución que las emite, de
pagar frente a los requerimientos de sus titulares; esto también sucede en las libretas
de ahorro bipersonales.
b. Efectos.
Los efectos de la solidaridad activa deben mirarse en dos planos: en la
relación acreedor - deudor por un lado, y por otro, en la relación acreedores entre sí.
En la primera fase, llamada f a s e e x t e r n a o d e o b l i g a c i ó n a l a d e u d a
(relación acreedor - deudor), se aplica el art. 1513, y cada acreedor puede cobrar la
totalidad del crédito, y el deudor puede hacer el pago a cualquier acreedor que elija,
salvo en el caso que hubiera sido demandado ya por un acreedor, caso en el cual, el
deudor está obligado a pagarle al acreedor que lo demandó.
Art. 1513. El deudor puede hacer el pago a cualquiera de los acreedores solidarios que elija, a menos
que haya sido demandado por uno de ellos, pues entonces deberá hacer el pago al demandante.
La condonación de la deuda, la compensación, la novación que intervenga entre el deudor y uno
cualquiera de los acreedores solidarios, extingue la deuda con respecto a los otros, de la misma
manera que el pago lo haría; con tal que uno de éstos no haya demandado ya al deudor.
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5. S o l i d a r i d a d p a s i v a .
a. Concepto.
La solidaridad pasiva consiste en que existiendo pluralidad de deudores en
una prestación divisible, el acreedor puede exigir el total de la deuda a cualquiera de
ellos, y cumplida ésta por cualquiera de los deudores se extingue respecto de los
demás.
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Se refiere al derecho a rematar el bien que se persigue, en público remate, para así pagar la deuda.
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Como caución la solidaridad pasiva difiere de la cláusula penal, ya que esta última la puede
constituir el propio deudor o un tercero, y porque supone dos obligaciones (la principal garantizada y
la pena en caso de no cumplirse aquélla), mientras que la solidaridad sólo una. Además si la cláusula
penal la ha constituido un tercero, es necesario el incumplimiento del deudor principal para que el
acreedor le pueda cobrar, en cambio en la solidaridad, el acreedor elige al deudor a quién exigirá el
pago.
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c. R e q u i s i t o s .
Los requisitos para que haya solidaridad pasiva son:
i. En primer lugar, la obligación debe ser de objeto divisible.
ii. En segundo lugar, que exista pluralidad de deudores.
iii. Por último, que exista una fuente que establezca la solidaridad.
d. E f e c t o s .
11
En la finaza hay dos obligaciones, una subordinada a la otra, mientras que en la solidaridad pueden
haber varios obligados, pero una sola obligación.
12
Por ejemplo, en el caso de la sociedad conyugal, es necesario que la mujer firme para hipotecar un
bien de la sociedad, así, en la hipótesis de que un marido haya pedido 50 millones, y en el remate se
obtienen 20 millones, el banco aquí puede hacer efectiva la deuda de 30 millones en contra del
marido, pero no puede hacer nada en contra de la mujer, porque la solidaridad pasiva debe estar
establecida expresamente en los casos en que la ley no lo señala, por lo tanto, generalmente el banco
pide que la mujer firme para ser codeudora solidaria.
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iii. Otro efecto dice relación con las e x c e p c i o n e s que puede oponer el deudor
demandado. Así, el codeudor solidario demandado tiene la opción de
defenderse u oponer excepciones a la demanda, y en este caso es válido
preguntarse cuáles son las excepciones que puede oponer el codeudor
solidario demandado
A este punto se refiere el art. 1520 que en su inc. I señala que pueden
oponerse a la demanda todas las excepciones que resultan de la naturaleza de
la obligación, y éstas se les denomina e x c e p c i o n e s r e a l e s o
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- La nulidad absoluta, dado que la puede oponer quien tenga interés en ello.
- Los modos de extinguir las obligaciones que afecten a éstas en si mismas,
como el pago, la novación, la prescripción, dación en pago, pérdida
fortuita de la cosa, etc.
- La cosa juzgada, de acuerdo al art. 2354.
Art. 2354. El fiador puede oponer al acreedor cualesquiera excepciones reales, como las
de dolo, violencia o cosa juzgada; pero no las personales del deudor, como su
incapacidad de obligarse, cesión de bienes, o el derecho que tenga de no ser privado de
lo necesario para subsistir.
Son excepciones reales las inherentes a la obligación principal.
Art. 1614. La cesión de bienes es el abandono voluntario que el deudor hace de todos los
suyos a su acreedor o acreedores, cuando, a consecuencia de accidentes inevitables, no
se halla en estado de pagar sus deudas.
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Hay una situación interesante en el caso de que un codeudor pague sin hacer
uso de una excepción real, ya que en esta hipótesis no procedería la
subrogación, esto por la negligencia del codeudor que pagó. Se dice por
algunos que surge un derecho de regreso, que es un nuevo crédito sin los
privilegios y seguridades del crédito que tenía el acreedor, al cual le pagó
negligentemente.
14
Así, si A paga, éste puede cobrar sólo 10 a B y otro tanto a C. La razón de esto es de fácil
comprensión, ya que la solución contraria transformaría a la solidaridad en un cuento de nunca
acabar: A cobra el total a B, éste a su vez se subrogaría para cobrar el total a A o a C, y así
sucesivamente, formándose un circuito cerrado indisoluble.
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e. E x t i n c i ó n d e l a s o l i d a r i d a d p a s i v a .
La solidaridad puede extinguirse por vía principal, o por vía consecuencial.
La solidaridad se extingue por v í a c o n s e c u e n c i a l , cuando se extingue por
consecuencia de haberse extinguido la obligación.
La otra vía de extinción de la solidaridad es por v í a p r i n c i p a l , y tiene
lugar cuando subsistiendo la obligación se extingue únicamente la solidaridad. Esta
extinción por vía principal puede producirse por renuncia o por muerte de uno de los
codeudores solidarios.
15
Recordatorio. Codeudor solidario: es aquel que puede ser obligado por el acreedor a pagar la
totalidad de la deuda, y cumplida ésta se extingue respecto de los demás codeudores solidarios.
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6. L a s o b l i g a c i o n e s s o l i d a r i a s y l a s o b l i g a c i o n e s i n d i v i s i b l e s .
El art. 1524 entrega un concepto de obligación indivisible señalando que es
aquella que tiene por objeto una cosa no susceptible de división física, intelectual o
de cuota (definición estricta).
Art. 1524. La obligación es divisible o indivisible según tenga o no por objeto una cosa susceptible de
división, sea física, sea intelectual o de cuota.
Así la obligación de conceder una servidumbre de tránsito o la de hacer construir una casa son
indivisibles; la de pagar una suma de dinero, divisible.
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a. D i f e r e n c i a s .
i. En cuanto a su origen, la solidaridad puede tener su origen en la convención,
en el testamento o en la ley; en cambio, la indivisibilidad tiene su origen en la
naturaleza de la prestación.
ii. En cuanto a su transmisibilidad, la solidaridad no se transmite a los
herederos; en cambio, la indivisibilidad sí se transmite a los herederos.
iii. En cuanto a la naturaleza de la prestación. El objeto de las obligaciones
solidarias es una prestación divisible; en cambio, el objeto en las obligaciones
indivisibles es una prestación indivisible.
b. Semejanzas.
i. En cuanto a los derechos del acreedor y del deudor en la demanda de las
obligaciones, en ambos casos el acreedor puede demandar la totalidad del
crédito, y cada deudor puede ser obligado a pagar la totalidad de la deuda.
ii. En cuanto a la interrupción de la prescripción. En ambos casos la
interrupción intentada por uno de los acreedores aprovecha a los demás y la
interrupción que afecta a uno de los deudores, afecta a los demás.
iii. En cuanto a la excepcionalidad de ambas figuras. Ambas figuras hacen
excepción a la regla general que la constituyen las obligaciones simplemente
conjuntas.
1. Concepto.
.
Las fuentes de las obligaciones se definen por la doctrina como aquellos
hechos jurídicos que dan nacimiento o generan una obligación.
Es necesario precisar que cuando se habla de fuentes de las obligaciones, se
habla de casos en que las obligaciones nacen ex novo, distinguiéndolo de los casos
en que sólo hay sustitución de sujetos en la relación jurídica, como en el caso de la
sucesión por causa de muerte, la cesión de créditos, etc.
En la noción de hecho jurídico, podemos encontrar hechos y actos jurídicos,
como por ejemplo, el contrato.
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c. Edad media.
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d. C l a s i f i c a c i ó n a d o p t a d a p o r l o s j u r i s t a s f r a n c e s e s (POTHIER).
Se agregó como quinta fuente a la Ley, con lo cual quedó formada la
clasificación pentapartita de las obligaciones Esta clasificación pasa a llamarse
clasificación tradicional o clásica de las obligaciones.
Esta teoría clásica estaba vigente durante la dictación del CC francés, el cual
sirvió de modelo para la dictación del CC chileno.
La adopción de este modelo se puede comprobar a partir de los arts. 578,
1437 y 2284.
Art. 578. Derechos personales o créditos son los que sólo pueden reclamarse de ciertas personas, que,
por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, han contraído las obligaciones correlativas; como el
que tiene el prestamista contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo contra el padre por
alimentos. De estos derechos nacen las acciones personales.
Art. 1437. Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o más personas,
como los contratos o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la
aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia de un hecho que
ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los delitos y cuasidelitos; ya por disposición de la
ley, como entre los padres y los hijos sujetos a patria potestad.
Art. 2284. Las obligaciones que se contraen sin convención, nacen o de la ley, o del hecho voluntario
de una de las partes. Las que nacen de la ley se expresan en ella.
Si el hecho de que nacen es lícito, constituye un cuasicontrato.
Si el hecho es ilícito, y cometido con intención de dañar, constituye un delito.
Si el hecho es culpable, pero cometido sin intención de dañar, constituye un cuasidelito.
En este título se trata solamente de los cuasicontratos.
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Art. 2284. Las obligaciones que se contraen sin convención, nacen o de la ley, o del hecho
voluntario de una de las partes. Las que nacen de la ley se expresan en ella.
Si el hecho de que nacen es lícito, constituye un cuasicontrato.
Si el hecho es ilícito, y cometido con intención de dañar, constituye un delito.
Si el hecho es culpable, pero cometido sin intención de dañar, constituye un cuasidelito.
En este título se trata solamente de los cuasicontratos.
Esta definición de cuasicontratos se obtiene por descarte, esto es: el que sea
voluntario, lo distingue de las obligaciones emanadas de la ley; el que sea
lícito lo diferencia de los delitos y cuasidelitos16; el que sea no convencional,
lo distingue de los contratos.
El problema con los cuasicontratos no el de la definición, sino de lo definido,
pues no hay un rasgo común relevante entre todas las figuras
cuasicontractuales definidas en el CC; no tienen un nexo común, por esta
razón es que la tendencia en las legislaciones modernas es a eliminar esta
figura. Un ejemplo de cuasicontrato en el CC, es el pago de lo no debido, lo
que no se justifica en razón de la restitución que se da en este caso.
iii. L o s d e l i t o s . Son hechos ilícitos cometidos con intención de dañar,
que producen efectivamente injuria o daño en la persona de otro. Es el acto
doloso o intencional, que causa daño.
i v . L o s c u a s i d e l i t o s . Son hechos ilícitos, pero cometidos sin la intención de
dañar, que han inferido injuria en la persona o propiedad de otro. Es en
definitiva, un acto culpable que causa daño.
Los delitos y cuasidelitos civiles son fuente de responsabilidad civil
extracontractual o aquiliana, idea que hace un tiempo ha venido cobrando
bastante importancia.
Sobre esta materia se ha avanzado mucho, y ese avance se ha dado sin que se
haya hecho modificación alguna en el CC, o sea que es meramente
interpretativo. Este cambio ha sido un mérito de la doctrina, la cual ha sido
recogida por la jurisprudencia; además tiene un componente político,
producto de los casos relativos a la responsabilidad civil extracontractual del
Estado.
También ha habido un avance en esta materia en el derecho comparado, por
ejemplo, en razón de las responsabilidades médicas, o incluso de los
abogados.
v . L a l e y . Aquí se alude a hipótesis en que la ley actúa como fuente inmediata
y directa de la obligación; por ejemplo, la obligación de dar alimentos.
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a. D o c t r i n a s q u e r e s t r i n g e n l a c l a s i f i c a c i ó n (PLANIOL).
b. D o c t r i n a s q u e a m p l í a n l a c l a s i f i c a c i ó n .
Para esta doctrina, habría obligaciones que no encontrarían su fundamento
inmediato en ninguna de las fuentes antes mencionadas como clásicas.
Estas doctrinas tienden a reconocer, entre otras, a la voluntad unilateral y al
enriquecimiento sin causa, como fuentes autónomas de las obligaciones.
Sostener que la v o l u n t a d u n i l a t e r a l puede operar como fuente de las
obligaciones, implica admitir la posibilidad de que una persona, por su propia
declaración de voluntad, pueda resultar obligada para con otro, convirtiéndose ella
en deudora, y el tercero en acreedor (o sea que se crea un crédito en el activo del
acreedor y una deuda en el pasivo del deudor). El problema es que, en general,
cuando una persona tiene una obligación, es necesario que el acreedor acepte.
Según algunos, hay hipótesis en que la voluntad unilateral puede operar como
fuente de obligaciones, como es el caso de la estipulación a favor un tercero y de la
promesa de recompensa. Estas hipótesis están en el CC, pero el problema es
determinar si es que además de esos casos, es posible que la voluntad unilateral sea
fuente de las obligaciones. Incluso hay autores que señalan que ni en esos casos
habría voluntad unilateral, sino que la fuente de las obligaciones sería la ley.
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c. D o c t r i n a s q u e o r g a n i z a n e l s i s t e m a d e f u e n t e s a p a r t i r d e
criterios diferentes.
17
En cuanto a la ley como fuente de las obligaciones, se señala que toda obligación encuentra su
razón de ser en el ordenamiento jurídico. Pero las obligaciones legales propiamente tales, son aquellas
que encuentran como fuente única e inmediata a la ley y no existe un hecho del deudor en que la
obligación tenga su fundamento, como sí ocurre en los contratos, en donde la obligación nace porque
el deudor lo quiere, y en las obligaciones extracontractuales, si bien falta la intención, hay un hecho
que la fundamenta, independientemente que los efectos estén regulados por la ley.
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Respecto de esta definición, hay que destacar que el concepto de pago dado
por el CC, es más amplio que el concepto de pago que el lenguaje común le atribuye
al término, ya que el concepto vulgar de pago tiene una acepción restringida,
limitada a las obligaciones de dar una suma de dinero. Entonces, se puede apreciar
que jurídicamente la expresión “pago” tiene un alcance más amplio que el común,
pues se entiende como la prestación de lo que se debe, es decir, el cumplimiento de
la obligación al tenor de lo establecido (según lo debido y según la naturaleza de la
obligación).
En términos jurídicos, paga tanto el que cumple una obligación de dinero
(obligación de dar), como el que cumple con una obligación de hacer o no hacer.
Al analizar el principio de la fuerza obligatoria de los contratos, las
obligaciones que de éstos se derivaban colocaban al deudor en la necesidad jurídica
de cumplir la prestación, bajo las sanciones que le impone en cada contrato la ley. El
deudor debe cumplir, y si no lo hace, tendrá que soportar lo que se llama el derecho
de “agresión” del acreedor sobre sus bienes, es decir, que por medio de la autoridad
se dirija contra sus bienes para obtener forzadamente el cumplimiento.
Al hablar de pago o ejecución voluntaria, se está aludiendo a que el deudor
cumple la prestación sin que el acreedor recurra a los medios que el ordenamiento
jurídico le otorga. Por ello el CC define al pago como la prestación de lo que se debe,
es decir, el cumplimiento de la obligación en la forma en que ella se encuentra
establecida.
19
El pago supone y exige la voluntad tanto del que paga como del que recibe, por lo tanto es un acto
jurídico bilateral, y como está destinado a extinguir una obligación, es una convención. Y el que sea
una convención, se da incluso en el caso del pago hecho contra la voluntad del acreedor, ya que el
deudor tiene interés en liberarse de la deuda, por lo que surge el pago por consignación como
instrumento para liberar al deudor.
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1.1.1. Q u i e n e s p u e d e n r e a l i z a r e l p a g o .
En cuanto a quiénes pueden realizar el pago (la convención mirada desde el
punto de vista del deudor o solvens), hay que analizar el párrafo II (“por quién puede
hacerse el pago”) del título XIV, Libro IV del CC, arts. 1572 a 1575.
Art. 1572. Puede pagar por el deudor cualquiera persona a nombre del deudor, aun sin su
conocimiento o contra su voluntad, y aun a pesar del acreedor.
Pero si la obligación es de hacer, y si para la obra de que se trata se ha tomado en consideración la
aptitud o talento del deudor, no podrá ejecutarse la obra por otra persona contra la voluntad del
acreedor.
El art. 1572 pone de manifiesto que las obligaciones no sólo pueden ser
pagadas por el propio deudor, sino que también por personas distintas a él. Además,
es importante determinar los efectos jurídicos diferentes que tiene cada una de las
situaciones descritas en el art. 1572.
a. P a g o e f e c t u a d o p o r e l p r o p i o d e u d o r .
En primer lugar, el principal llamado a pagar la obligación es el deudor. El
término “deudor”, en este punto, se entiende referido tanto al deudor de manera
personal, como también al pago que puede realizarse a través de cualquier persona
que lo haga por cuenta suya. Por lo tanto, paga el deudor cuando lo hace él mismo,
su representante legal o convencional (arts. 43 y 1448).
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Art. 43. Son representantes legales de una persona el padre o la madre, el adoptante y su tutor o
curador.
Art. 1448. Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para
representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado él mismo.
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Si bien el fiador cuenta con estas dos herramientas jurídicas, para efectos de
recuperar lo que pagó no puede acumularlas, no puede hacerse un pago doble,
porque estas herramientas son alternativas y la que efectivamente utilice
dependerá del caso en particular.
El fiador es un sujeto que se encuentra fortalecido en razón de los
mecanismos que tiene a su disposición para que se le devuelva lo que pagó,
esto, porque la acción subrogatoria alcanza sólo hasta el monto que el fiador
le pagó al acreedor, y en virtud de ella, el fiador pasa a ocupar el mismo lugar
jurídico que el acreedor. Pero el problema que tiene esta acción, es que puede
que sea muy antigua, y por ello puede estar afecta a la prescripción (cuyo
plazo será el que originalmente tenía la obligación). Pero lo positivo de esta
acción, es que cuenta con las garantías que pueda haber tenido el acreedor
para asegurar el pago de su crédito.
Por otra parte, el fiador cuenta con la acción de reembolso en contra del
deudor, que es una acción que no tiene seguridades, pues es una acción nueva
que la ley le concede y cuyo plazo de prescripción corre desde que el fiador
efectivamente pagó. Esta acción en cierto sentido tiene un alcance más
amplio, pues además del monto de lo pagado, alcanza también a los gastos en
que pueda haber incurrido el fiador. Así, el art. 2370 efectivamente le da una
acción al fiador en contra del deudor (la acción de reembolso), pero decir que
esta acción emana del contrato es inexacto, porque el deudor no es parte del
contrato, para efectos de éste (del contrato), es un tercero20.
20
La fianza es un contrato que se celebra entre el acreedor y el fiador, siendo el deudor un tercero.
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Art. 2430. El que hipoteca un inmueble suyo por una deuda ajena, no se entenderá obligado
personalmente, si no se hubiere estipulado.
Sea que se haya obligado personalmente o no, se le aplicará la disposición del artículo
precedente.
La fianza se llama hipotecaria cuando el fiador se obliga con hipoteca.
La fianza hipotecaria está sujeta en cuanto a la acción personal a las reglas de la simple
fianza.
Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del
acreedor, en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio:
2. Del que habiendo comprado un inmueble, es obligado a pagar a los acreedores a quienes
el inmueble está hipotecado.
c. P a g o e f e c t u a d o p o r t e r c e r o s e x t r a ñ o s a l a o b l i g a c i ó n .
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Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
En tercer lugar, la deuda puede ser pagada por terceros extraños, lo cual
queda de manifiesto con la lectura del art. 1572 (“puede pagar por el deudor
cualquier persona a nombre de éste, aún sin su conocimiento o contra su voluntad, y
aún a pesar del acreedor”). La doctrina, en general, se preocupa de justificar el hecho
de que la ley admita que un tercero extraño intervenga en una relación jurídica
bilateral y pague sin que el acreedor o el deudor puedan oponerse a ello, al punto de
que el tercero extraño puede incluso recurrir a la figura del pago por consignación,
cuando el acreedor no quiera recibirle el pago. La justificación que da la doctrina es
simple, lo que sucede es que el legislador entiende que esta situación no perjudica a
nadie, ni al acreedor ni al deudor; no perjudica al deudor, porque respecto de él sólo
se produce una sustitución en el sujeto activo de la obligación (el deudor sigue
estando obligado, pues el tercero que paga no se entiende que dona), y tampoco
perjudica al acreedor, porque éste verá satisfecho su crédito en términos jurídicos.
Esta regla tiene su excepción en el inc. II, la cual se justifica por la naturaleza
de la obligación, ya que si se trata de una obligación de hacer en la cual se ha tomado
en especial consideración la aptitud o talento del deudor, en este caso no es
indiferente para el acreedor quien va a dar cumplimiento a la obligación. Por esta
razón, es que el acreedor puede aceptar que este tercero cumpla la obligación de
hacer, frente a lo cual, el deudor no podrá oponerse.
Fuera de esta excepción, si el acreedor se niega a recibir el pago de un tercero
ajeno a la deuda, podrá recurrir al procedimiento del pago por consignación, en los
mismos términos en que podría hacerlo el deudor directo.
Por otro lado, este tercero extraño debe pagar con conocimiento de que está
cumpliendo una obligación que no es propia, ya que si lo hace creyendo que cumple
una obligación propia (error), habrá un pago de lo no debido y por lo tanto, podrá
repetir contra el acreedor.
Este tercero extraño, en relación al auténtico deudor, puede hallarse en tres
situaciones:
i. Te r c e r o q u e p a g a c o n e l c o n s e n t i m i e n t o e x p r e s o o t á c i t o
d e l d e u d o r . En principio, la doctrina señala a este sujeto como un tercero
extraño, pero enseguida esto es refutado, porque si el que paga lo hace con el
consentimiento expreso o tácito del deudor, no sería un tercero extraño, sino,
un mandatario, es decir, es un diputado para el pago.
¿De qué acciones goza el tercero que paga, con el consentimiento del deudor,
para recuperar lo pagado? Goza de dos acciones: en primer lugar, goza de la
acción subrogatoria (art. 1610 Nº 5), y en segundo lugar, cuenta con la acción
de reembolso, propia del mandato (arts. 2158 Nº 2 y 2160).
Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del
acreedor, en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio:
5. Del que paga una deuda ajena, consintiéndolo expresa o tácitamente el deudor.
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Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
Para que el tercero que pague con consentimiento del deudor pueda ejercer
cualquiera de estas dos acciones, es requisito indispensable que haya pagado
la deuda con dineros propios, porque si pagó la deuda con dineros del propio
deudor, el pago se entiende como hecho por el propio deudor. Sin embargo,
este último deberá probar que el pago se efectuó con dineros proporcionados
por él, ya que se presume que quien pagó la deuda tenía la posesión del
dinero (o de otra cosa distinta) con el que se efectuó el cumplimiento. Por lo
tanto, cumplidos los dos requisitos señalados, es decir, consentimiento del
deudor y pago efectuado con dineros o efectos propios del tercero extraño, se
producirá la subrogación legal.
ii. El t e r c e r o q u e p a g a s i n c o n o c i m i e n t o d e l d e u d o r (arts. 1573 y
1611). En este caso no hay mandato ni diputación para el pago (ya que el
deudor no ha consentido en el pago del tercero), sino que, según la doctrina,
habrá una agencia oficiosa o gestión de negocios ajenos, la cual es una figura
cuasicontractual21, que consiste en actuar a nombre de otra persona y por
cuenta de ella, sin tener derecho a representarla. En este caso, el tercero que
paga tiene acción de reembolso en contra del deudor por lo que le pagó al
acreedor, y no se subroga legalmente en los derechos de éste, a menos que
voluntariamente lo subrogue en sus derechos, en cuyo caso se deberá cumplir
con los requisitos de la cesión de créditos (por lo tanto, esta subrogación
convencional deberá ser aceptada o notificada al deudor); el tercero en
ningún caso podrá compeler al acreedor para que lo subrogue.
Art. 1573. El que paga sin el conocimiento del deudor no tendrá acción sino para que éste le
reembolse lo pagado; y no se entenderá subrogado por la ley en el lugar y derechos del
acreedor, ni podrá compeler al acreedor a que le subrogue.
Art. 1611. Se efectúa la subrogación en virtud de una convención del acreedor; cuando éste,
recibiendo de un tercero el pago de la deuda, le subroga voluntariamente en todos los
derechos y acciones que le corresponden como tal acreedor: la subrogación en este caso está
sujeta a la regla de la cesión de derechos, y debe hacerse en la carta de pago.
iii. Te r c e r o q u e p a g a e n c o n t r a d e l a v o l u n t a d d e l d e u d o r (art.
1574). Este sujeto también se puede calificar como un agente oficioso pero,
precisamente en las normas relativas a la agencia oficiosa, el legislador da un
tratamiento distinto a materia al que le da el art. 1574 (art.2291).
Art. 1574. El que paga contra la voluntad del deudor, no tiene derecho para que el deudor le
reembolse lo pagado; a no ser que el acreedor le ceda voluntariamente su acción.
21
El agente oficioso es como un mandatario, pero sin que medie contrato de mandato. Es una persona
que gestiona los negocios de otro, pero sin que se le hubiese conferido poder para ello.
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Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
Art. 2291. El que administra un negocio ajeno contra la expresa prohibición del interesado,
no tiene demanda contra él, sino en cuanto esa gestión le hubiere sido efectivamente útil, y
existiere la utilidad al tiempo de la demanda; por ejemplo, si de la gestión ha resultado la
extinción de una deuda, que sin ella hubiera debido pagar el interesado.
El juez, sin embargo, concederá en este caso al interesado el plazo que pida para el pago de
la demanda, y que por las circunstancias del demandado parezca equitativo.
A la luz del art. 1574, este tercero no tendría acción de reembolso en contra
del deudor por lo que pagó, salvo que el acreedor le ceda su acción (lo
subrogue convencionalmente); pero del art. 2291 se desprende una solución
distinta, ya que si el pago fue de utilidad para el deudor (gestión útil), tendrá
derecho a que se le reembolse lo que pagó, pero será el juez quien fijará el
plazo equitativo para el reembolso, según lo pedido por el tercero y las
circunstancias del deudor.
De la lectura de las dos normas aplicables a la situación del tercero que paga
sin el consentimiento del deudor, surge una contradicción que se debe salvar
determinando qué norma se hace primar, ya que no se puede negar que entre
estas normas (una referida al pago y la otra a la agencia oficiosa) existe una
contradicción dentro del CC.
Sobre esta controversia no hay una posición doctrinal unánime:
.
- Hay autores que consideran que teniendo en cuenta el principio del
enriquecimiento injustificado, debiera primar el art. 2291, o sea, estimar
que en la medida que la gestión haya sido útil 22 para el deudor, el solvens
gozará de acción de reembolso.
La crítica que se hace a esta posición, es que introduce una distinción que el
art. 1574 no realiza (utilidad del pago). Y el enriquecimiento sin causa sólo
puede tener aplicación si el legislador no lo ha especialmente excluido.
- Otros autores señalan que no es aplicable el art. 2291 al pago, ya que éste
se refiere a una “administración de negocios ajenos”, en cambio el art. 1574
se refiere al pago como una “gestión única” del tercero, por lo tanto el
derecho a reembolso se reserva para el primer caso y no para el segundo, o
sea, que si el pago consiste en una gestión única, corresponde hacer primar
la norma del art. 1574 en función del principio de especialidad, y por ende,
no conceder acción de reembolso al tercero que paga en contra de la
voluntad del deudor, a no ser que el acreedor le ceda su acción; en cambio,
si el pago se inserta en una gestión mas amplia de negocios, debe darse
primacía al art. 2291, y por tanto, este tercero que pagó sin el
consentimiento del deudor, tendrá acción de reembolso.
¿Si se opta por la posición que acepta el reembolso, quiere decir que se
confunde este caso con el del tercero que paga sin conocimiento del deudor,
en cuanto a los efectos? Si se toma en consideración el art. 1688, en relación
con la nulidad de un contrato celebrado por una persona incapaz, en donde
22
Un pago no es útil para el deudor, si por ejemplo, se ha efectuado después de concurrida la
prescripción; en general, si el deudor podría haber opuesto una excepción que evitaba el pago
(nulidad; prescripción; excepción de contrato no cumplido; pago, etc.). Si el deudor le paga al tercero
sin que éste haya tenido acción, el tercero puede retener lo pagado en virtud de una obligación natural.
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Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
hay acción de reembolso sólo en cuanto el incapaz se haya hecho más rico; si
se aplica este criterio al pago realizado contra la voluntad del deudor, habría
acción de reembolso sólo por lo que ha sido de verdadera utilidad para el
deudor, pero no respecto del total de lo pagado, como ocurre en la situación
del que paga sin conocimiento.
Art. 1688. Si se declara nulo el contrato celebrado con una persona incapaz sin los requisitos
que la ley exige, el que contrató con ella no puede pedir restitución o reembolso de lo que
gastó o pagó en virtud del contrato, sino en cuanto probare haberse hecho más rica con ello
la persona incapaz.
Se entenderá haberse hecho ésta más rica, en cuanto las cosas pagadas o las adquiridas por
medio de ellas, le hubieren sido necesarias; o en cuanto las cosas pagadas o las adquiridas
por medio de ellas, que no le hubieren sido necesarias, subsistan y se quisiere retenerlas.
En general, cualquier tercero extraño puede pagar en lugar del deudor, pero
está la excepción contenida en el art. 1572 inc. II, la que tiene lugar cuando la
obligación es de hacer y respecto de ella se ha tomado en cuenta la especial aptitud
del deudor. En este caso, no puede imponerse el pago de un tercero ajeno en contra
de la voluntad del acreedor.
Art. 1572. Puede pagar por el deudor cualquiera persona a nombre del deudor, aun sin su
conocimiento o contra su voluntad, y aun a pesar del acreedor.
Pero si la obligación es de hacer, y si para la obra de que se trata se ha tomado en consideración la
aptitud o talento del deudor, no podrá ejecutarse la obra por otra persona contra la voluntad del
acreedor.
En cuanto a los r e q u i s i t o s q u e d e b e n c o n c u r r i r e n e l d e u d o r e n
e l p a g o d e o b l i g a c i o n e s d e d a r , e l art. 1575 se refiere a este tema, es decir,
a los requisitos especiales que debe reunir el solvens o pagador, en los casos en los
cuales la prestación consiste en la transferencia del dominio de una cosa, esto, en el
ámbito de las obligaciones de dar en sentido estricto.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 1575. El pago en que se debe transferir la propiedad no es válido, sino en cuanto el que paga es
dueño de la cosa pagada, o la paga con el consentimiento del dueño.
Tampoco es válido el pago en que se debe transferir la propiedad, sino en cuanto el que paga tiene
facultad de enajenar.
Sin embargo, cuando la cosa pagada es fungible y el acreedor la ha consumido de buena fe, se valida
el pago, aunque haya sido hecho por el que no era dueño, o no tuvo facultad de enajenar.
Art. 670. La tradición es un modo de adquirir el dominio de las cosas y consiste en la entrega que el
dueño hace de ellas a otro, habiendo por una parte la facultad e intención de transferir el dominio, y
por otra la capacidad e intención de adquirirlo.
Lo que se dice del dominio se extiende a todos los otros derechos reales.
Art. 683. La tradición da al adquirente, en los casos y del modo que las leyes señalan, el
derecho de ganar por la prescripción el dominio de que el tradente carecía, aunque el tradente
no haya tenido ese derecho.
Cabe destacar que, en principio, los actos que recaen sobre cosa ajena son
plenamente válidos, pues los contratos en Chile p r o d u c e n u n e f e c t o
m e r a m e n t e o b l i g a c i o n a l y no afectan los derechos del dueño. Son
demostraciones de lo dicho:
- Los arts. 682 y 683, de donde se desprende que el que recibe la cosa ajena
no gana el dominio, pero sí se pone en situación de adquirirlo por
prescripción.
- Además la tradición tiene su antecedente en el título, y éste es válido
aunque la cosa a que se refiere no sea de propiedad del que la entrega (art.
1815, a propósito de la compraventa de cosa ajena). Por lo tanto, no podría
ser invalida la tradición, ya que el art. 675 exige para la validez de la misma
solamente un título traslaticio válido.
Art. 675. Para que valga la tradición se requiere un título translaticio de dominio, como el
de venta, permuta, donación, etc.
Se requiere además que el título sea válido respecto de la persona a quien se confiere. Así
el título de donación irrevocable no transfiere el dominio entre cónyuges.
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Art. 1815. La venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de los derechos del dueño de la cosa
vendida, mientras no se extingan por el lapso de tiempo.
- Por otro lado, si se dice que no es válida tal tradición, no sería consecuente
con el art. 682, en donde se establece la ratificación de la tradición de cosa
ajena, con efecto retroactivo.
- Por último, se sabe que la nulidad es una sanción de derecho estricto, lo
cual implica que las causales estén establecidas en la ley, aunque sea de un
modo genérico, y en este caso en ninguna parte del CC se exige como
requisito de validez de la tradición, que la cosa objeto de la misma sea de
propiedad del tradente.
ii. Debe tener f a c u l t a d o c a p a c i d a d p a r a e n a j e n a r . La facultad o
capacidad para enajenar supone la capacidad de ejercicio, y además, el poder
de disponer de la cosa precisa de que se trate. Esta facultad puede estar
limitada por disposiciones legales, judiciales e incluso convencionales
(cláusula de no enajenar).
Esta capacidad en la mayoría de los casos coincide con la de ejercicio, pero
existen situaciones en que no obstante no tener la capacidad de ejercicio, se
tiene capacidad para enajenar, por ejemplo, el menor adulto que es
relativamente incapaz, tiene capacidad de enajenar respecto de los bienes que
conforman su peculio profesional.
Esta es la regla general, pero admite una excepción que se establece en el inc.
final de la norma en comento. Esta excepción según el tenor de la norma, es
aplicable a los dos requisitos, pero en verdad lo es en este último. Dicha excepción
se refiere a la tradición de cosa fungible (consumible) 23 realizada por un incapaz, ya
que si medió el consumo por el acreedor de buena fe, esta tradición es válida (se
hace efectivo el pago); es decir, el acreedor recibe el pago y consume lo pagado
ignorando la incapacidad del tradente.
En relación a los requisitos del pago como convención, se exige obviamente
la voluntad de la partes (con excepción del pago por consignación), ahora bien, si
éste consiste en una tradición, existe una norma especialísima y de excepción a las
normas de la nulidad absoluta. En general, si en una convención falta la voluntad de
una de las partes, por cualquiera causa, la sanción que ello acarrea es la nulidad
absoluta o para algunos la inexistencia, la cual sólo se sanea por el transcurso del
tiempo y jamás por la voluntad de las partes. Pero en relación a la convención
“tradición” que se ha realizado sin la voluntad del tradente (el que hace el pago),
podrá ser ratificada validando retroactivamente la tradición por el mismo tradente o
por su representante (art. 672 inc. II).
Art. 672. Para que la tradición sea válida debe ser hecha voluntariamente por el tradente o por su
representante.
23
El precepto habla de fungibles, pero por lo que a continuación dice y por la confusión en que en
general incurre el legislador entre ambos conceptos, parece más bien referirse a las consumibles.
50
Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
Una tradición que al principio fue inválida por haberse hecho sin voluntad del tradente o de su
representante, se valida retroactivamente por la ratificación del que tiene facultad de enajenar la cosa
como dueño o como representante del dueño.
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Teoría general de las obligaciones
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b. P a g o h e c h o a l o s r e p r e s e n t a n t e s d e l a c r e e d o r .
En segundo lugar, el pago puede ser recibido válidamente, de acuerdo al art.
1576, por los representantes del acreedor, sean estos representantes legales,
judiciales o convencionales. El art. 1579 se refiere especialmente a los representantes
legales.
Art. 1579. Reciben legítimamente los tutores y curadores por sus respectivos representados; los
albaceas que tuvieren este encargo especial o la tenencia de los bienes del difunto; los maridos por sus
mujeres en cuanto tengan la administración de los bienes de éstas; los padres o madres que ejerzan la
patria potestad por sus hijos; los recaudadores fiscales o de comunidades o establecimientos públicos,
por el Fisco o las respectivas comunidades o establecimientos; y las demás personas que por ley
especial o decreto judicial estén autorizadas para ello.
Respecto del marido que recibe el pago por su mujer, en cuanto tenga la
administración de los bienes de ésta (maridos en régimen de sociedad conyugal), éste
puede recibir el pago de los créditos de su mujer no por ser su representante legal,
pues hoy la mujer es plenamente capaz y sin perjuicio de esto, el marido sigue
estando legitimado para recibir los pagos en lugar de su mujer, en relación a los
bienes que él administra (por ser el administrador de la sociedad conyugal, no por ser
representante de la mujer).
Una persona que esté autorizada por ley especial para recibir el pago, es el
síndico de quiebras.
Son también hábiles para recibir pagos en lugar del acreedor, sus
r e p r e s e n t a n t e s j u d i c i a l e s , o sea, los que asumen la representación de otra
persona en virtud de un decreto judicial (ver relación de arts. 1576 y art. 1579 parte
final). Pueden ser representantes judiciales, por ejemplo, un depositario judicial (a él
se le entregan las cosas embargadas).
Art. 1576. Para que el pago sea válido, debe hacerse o al acreedor mismo (bajo cuyo nombre se
entienden todos los que le hayan sucedido en el crédito, aun a título singular), o a la persona que la ley
o e l j u e z autoricen a recibir por él, o a la persona diputada por el acreedor para el cobro.
El pago hecho de buena fe a la persona que estaba entonces en posesión del crédito, es válido, aunque
después aparezca que el crédito no le pertenecía.
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Por lo tanto, la diputación para el pago es un mandato que se rige por las
normas de éste, pero en relación a su extinción, el legislador establece normas
específicas:
i. La muerte del diputado o mandatario pone fin a la diputación, a menos que el
mandante haya expresado que se transmite a sus herederos o representantes
(art. 1583 en relación con el art. 2163 Nº 5). Esto es una norma especial,
porque el mandato es un contrato intuito persona, que se extingue por la
muerte del mandatario.
Art. 1583. La facultad de recibir por el acreedor no se transmite a los herederos o
representantes de la persona diputada por él para este efecto, a menos que lo haya expresado
así el acreedor.
iii. Según el art. 1585, también cabe la posibilidad de que se pague a un tercero
(diputado) o al acreedor mismo, en cuyo caso el pago hecho a cualquiera de
los dos es válido. El acreedor no puede prohibir que se haga el pago al
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Teoría general de las obligaciones
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En esta norma el legislador sacrifica la prohibición de aplicación del error común, en general, para
proteger al deudor que actuó de buena fe al creer que pagaba a quien realmente era el acreedor de la
deuda. En este sentido, el legislador entiende que el que una persona esté en posesión de un crédito
puede inducir a un error excusable del deudor, y por esta razón lo protege.
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Esta es la regla general, pero es posible advertir varias excepciones, que son
casos en los cuales el acreedor puede ser obligado a recibir una cosa distinta de la
debida. Estas excepciones son:
i. O b l i g a c i o n e s m o d a l e s (art. 1093 inc. II). Esta excepción se da
cuando el modo se hace imposible en la forma particular en que ha sido
establecido. En este caso se permite un cumplimiento análogo o equivalente
al modo (permite cumplir por equivalencia frente a la imposibilidad).
Art. 1093. Si el modo es por su naturaleza imposible, o inductivo a hecho ilegal o inmoral, o
concebido en términos ininteligibles, no valdrá la disposición.
Si el modo, sin hecho o culpa del asignatario, es solamente imposible en la forma especial
prescrita por el testador, podrá cumplirse en otra análoga que no altere la substancia de la
disposición, y que en este concepto sea aprobada por el juez con citación de los interesados.
Si el modo, sin hecho o culpa del asignatario, se hace enteramente imposible, subsistirá la
asignación sin el gravamen.
Art. 1506. En la obligación facultativa el acreedor no tiene derecho para pedir otra cosa que
aquella a que el deudor es directamente obligado, y si dicha cosa perece sin culpa del deudor
y antes de haberse éste constituido en mora, no tiene derecho para pedir cosa alguna.
Art. 1507. En caso de duda sobre si la obligación es alternativa o facultativa, se tendrá por
alternativa.
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a. Obligaciones de género.
En el caso de las obligaciones de género hay que aplicar los arts. 1508 a
1510.
Art. 1508. Obligaciones de género son aquellas en que se debe indeterminadamente un individuo de
una clase o género determinado.
Art. 1510. La pérdida de algunas cosas del género no extingue la obligación, y el acreedor no puede
oponerse a que el deudor las enajene o destruya, mientras subsistan otras para el cumplimiento de lo
que debe.
b. O b l i g a c i o n e s d e e s p e c i e o c u e r p o c i e r t o .
En el caso de las obligaciones de especie o cuerpo cierto, este tipo de
obligaciones se cumplen entregando el objeto debido (art. 1548).
Art. 1548. La obligación de dar contiene la de entregar la cosa; y si ésta es una especie o cuerpo
cierto, contiene además la de conservarlo hasta la entrega, so pena de pagar los perjuicios al acreedor
que no se ha constituido en mora de recibir.
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Art. 1672. Si el cuerpo cierto perece por culpa o durante la mora del deudor, la obligación del deudor
subsiste, pero varía de objeto; el deudor es obligado al precio de la cosa y a indemnizar al acreedor.
29
La pérdida puede ser total o parcial, y el CC en esta parte se ha preocupado sólo de un caso de
pérdida parcial: los deterioros de la cosa. Pero según ABELIUK, las reglas del art. 1590 deben aplicarse
por analogía a toda imposibilidad parcial de incumplimiento, más aun si las soluciones que se dan son
semejantes a las del art. 1486 para el caso de deterioros de la cosa debida bajo condición.
Art. 1486. Si antes del cumplimiento de la condición la cosa prometida perece sin culpa del deudor, se extingue
la obligación; y por culpa del deudor, el deudor es obligado al precio, y a la indemnización de perjuicios.
Si la cosa existe al tiempo de cumplirse la condición, se debe en el estado en que se encuentre, aprovechándose el
acreedor de los aumentos o mejoras que haya recibido la cosa, sin estar obligado a dar más por ella, y sufriendo
su deterioro o disminución, sin derecho alguno a que se le rebaje el precio; salvo que el deterioro o disminución
proceda de culpa del deudor; en cuyo caso el acreedor podrá pedir o que se rescinda el contrato o que se le
entregue la cosa, y además de lo uno o lo otro tendrá derecho a indemnización de perjuicios.
Todo lo que destruye la aptitud de la cosa para el objeto a que según su naturaleza o según la convención se
destina, se entiende destruir la cosa.
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Sin embargo, si el deudor está en mora y el cuerpo cierto que se debe perece por caso fortuito que
habría sobrevenido igualmente a dicho cuerpo en poder del acreedor, sólo se deberá la indemnización
de los perjuicios de la mora. Pero si el caso fortuito pudo no haber sucedido igualmente en poder del
acreedor, se debe el precio de la cosa y los perjuicios de la mora.
i. Si la destrucción o pérdida se produce sin culpa del deudor, o sea, por caso
fortuito o fuerza mayor, salvo las excepciones legales.
ii. Cuando el deudor está en mora, pero la pérdida proviene de un caso fortuito
que igualmente habría dañado la cosa estando ella en poder del acreedor. En
este caso se libera al deudor de la indemnización por la pérdida, estando
solamente obligado a la indemnización de la mora (art. 1590 inc. I parte final
y art. 1672 inc. II).
iii. Cuando la pérdida deriva del hecho o culpa de un tercero por quien el deudor
no es civilmente responsable.
iv. Si el acreedor está en mora de recibir; en tal caso, el deudor sólo responde
por dolo y culpa grave (art. 1680).30
30
Por aplicación analógica del art. 1548, si el acreedor se constituye en mora de recibir, el deudor
queda liberado del cuidado ordinario de la cosa y solo responderá por dolo o culpa grave; esto porque
el pago es una obligación, y el deudor tiene el derecho de extinguir esa obligación. En este caso el
acreedor deberá recibir la cosa en el estado en que se encuentre y soportar los deterioros, ya que la
mora en recibir hace cesar la obligación de conservación que pesa sobre el deudor.
61
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Art. 1680. La destrucción de la cosa en poder del deudor, después que ha sido ofrecida al
acreedor, y durante el retardo de éste en recibirla, no hace responsable al deudor sino por
culpa grave o dolo.
ii. En los casos en que el deudor no responde, el acreedor debe recibir la cosa en
el estado en que se encuentre, sin derecho a reclamo contra el deudor. En
cambio, si el deterioro es obra de un tercero por el cual no es civilmente
responsable (y el deudor no estaba en mora), el acreedor puede exigirle al
deudor que le ceda sus acciones para perseguir la responsabilidad del tercero
autor del daño (art. 1677).
Art. 1677. Aunque por haber perecido la cosa se extinga la obligación del deudor, podrá
exigir el acreedor que se le cedan los derechos o acciones que tenga el deudor contra
aquellos por cuyo hecho o culpa haya perecido la cosa.
Art. 1548. La obligación de dar contiene la de entregar la cosa; y si ésta es una especie o cuerpo cierto, contiene
además la de conservarlo hasta la entrega, so pena de pagar los perjuicios al acreedor que no se ha constituido en
mora de recibir.
31
Al igual que el art. 1486, el art. 1590 habló equivocadamente de rescisión en vez de resolución.
Aquí no hay nulidad porque el contrato es válido, y por haber incumplimiento imputable del deudor,
el acreedor solicita que se le deje sin efecto y se le indemnicen los perjuicios.
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c. O b l i g a c i o n e s d e h a c e r y d e n o h a c e r .
Sobre esta especie de obligaciones no hay norma expresa, por lo que se
deberá estar al principio de la identidad del pago. En consecuencia, se pagará
ejecutando el hecho de que se trata o absteniéndose de efectuar el hecho a que se
compromete.
ii. El pago debe ser total, incluyendo los intereses e indemnizaciones que se
deban (art. 1591 inc. II)32.
iii. Los gastos que se deriven del pago son, por regla general, de cargo del
deudor, salvo el acuerdo de las partes, y sin perjuicio de lo que el juez
resuelva respecto de las costas judiciales (art. 1571). La excepción a esta
regla se da a propósito del pago por consignación, pues el art. 1604 señala
que en este caso las expensas serán de cargo del acreedor, al igual que el art.
2232, el cual pone de cargo del acreedor (depositante) los gastos de
transporte para la restitución del depósito.
32
En cuanto a los reajustes, en nuestra legislación rige el principio nominalista en el pago de
obligaciones de dinero, esto es, ellas se cumplen entregando al acreedor la misma suma debida,
cualesquiera que sean las variaciones que haya experimentado su poder adquisitivo, en el intertanto en
que se debía. Por ende, se aplica un sistema de reajuste cuando la ley, la convención o la resolución
judicial así lo establezcan
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 1571. Los gastos que ocasionare el pago serán de cuenta del deudor; sin perjuicio de lo
estipulado y de lo que el juez ordenare acerca de las costas judiciales.
Art. 1604. Las expensas de toda oferta y consignación válidas serán a cargo del acreedor.
Art. 2232. Los costos de transporte que sean necesarios para la restitución del depósito serán
de cargo del depositante.
Art. 1594. Cuando concurran entre unos mismos acreedor y deudor diferentes deudas, cada una de
ellas podrá ser satisfecha separadamente; y por consiguiente el deudor de muchos años de una
pensión, renta o canon podrá obligar al acreedor a recibir el pago de un año, aunque no le pague al
mismo tiempo los otros.
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Teoría general de las obligaciones
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iv. El art. 1592 señala que si hay controversia respecto de la cantidad total de la
deuda o sobre sus accesorios (por ejemplo, intereses), mientras se dirime la
controversia el juez puede determinar que se pague la cantidad no discutida,
y el acreedor estará obligado a recibirla.
Art. 1592. Si hay controversia sobre la cantidad de la deuda, o sobre sus accesorios, podrá el
juez ordenar, mientras se decide la cuestión, el pago de la cantidad no disputada.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 1655. Cuando dos personas son deudoras una de otra, se opera entre ellas una
compensación que extingue ambas deudas, del modo y en los casos que van a explicarse.
Art. 1656. La compensación se opera por el solo ministerio de la ley y aun sin conocimiento
de los deudores; y ambas deudas se extinguen recíprocamente hasta la concurrencia de sus
valores, desde el momento que una y otra reúnen las calidades siguientes:
1. Que sean ambas de dinero o de cosas fungibles o indeterminadas de igual género y
calidad;
2. Que ambas deudas sean líquidas;
3. Que ambas sean actualmente exigibles.
Las esperas concedidas al deudor impiden la compensación; pero esta disposición no se
aplica al plazo de gracia concedido por un acreedor a su deudor.
¿Dónde debe realizarse el pago? Respecto del lugar en donde debe hacerse el
pago, el legislador contempla un párrafo especial sobre este tema en los arts. 1587 y
siguientes. La importancia de determinar el lugar en donde debe cumplirse la
prestación, radica en que será uno de los elementos que determinará la competencia
de los tribunales.
Art. 1587. El pago debe hacerse en el lugar designado por la convención.
Art. 1588. Si no se ha estipulado lugar para el pago y se trata de un cuerpo cierto, se hará el pago en el
lugar en que dicho cuerpo existía al tiempo de constituirse la obligación.
Pero si se trata de otra cosa se hará el pago en el domicilio del deudor.
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Art. 1589. Si hubiere mudado de domicilio el acreedor o el deudor entre la celebración del contrato y
el pago, se hará siempre éste en el lugar en que sin esa mudanza correspondería, salvo que las partes
dispongan de común acuerdo otra cosa.
Art. 1709. Deberán constar por escrito los actos o contratos que contienen la entrega o promesa de
una cosa que valga más de dos unidades tributarias.
No será admisible la prueba de testigos en cuanto adicione o altere de modo alguno lo que se exprese
en el acto o contrato, ni sobre lo que se alegue haberse dicho antes, o al tiempo o después de su
otorgamiento, aun cuando en algunas de estas adiciones o modificaciones se trate de una cosa cuyo
valor no alcance a la referida suma.
No se incluirán en esta suma los frutos, intereses u otros accesorios de la especie o cantidad debida.
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i. Recibo del capital (art. 1595 inc. II). Hay una presunción del pago de los
intereses, si en la carta de pago o recibo se menciona solamente el pago del
capital.
Art. 1595. Si se deben capital e intereses, el pago se imputará primeramente a los intereses,
salvo que el acreedor consienta expresamente que se impute al capital.
Si el acreedor otorga carta de pago del capital sin mencionar los intereses, se presumen éstos
pagados.
ii. Pagos periódicos (art. 1570). En los pagos periódicos, la carta de pago de tres
períodos determinados y consecutivos hará presumir los pagos anteriores,
siempre que se hayan efectuado entre el mismo acreedor y deudor. Esta
presunción se repite en la Ley 18.010 sobre Operaciones de Crédito de
Dinero, en que se establece que el recibo por los intereses correspondientes a
tres períodos consecutivos de pago hace presumir que los anteriores han sido
cubiertos, aplicándose también esta presunción a los recibos por capital
cuando éste se debe pagar en cuotas (arts. 17 y 18).
Art. 1570. En los pagos periódicos la carta de pago de tres períodos determinados y
consecutivos hará presumir los pagos de los anteriores períodos, siempre que hayan debido
efectuarse entre los mismos acreedor y deudor.
Art. 17. Si el acreedor otorga recibo del capital, se presumen pagados los intereses y el
reajuste, en su caso.
Art. 18. El recibo por los intereses correspondientes a tres períodos consecutivos de pago,
hace presumir que los anteriores han sido cubiertos.
Lo dispuesto en este artículo se aplicará también a los recibos por el capital cuando éste se
deba pagar en cuotas.
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Teoría general de las obligaciones
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ii. Cuando existe sólo una obligación entre el acreedor y el deudor, pero el pago
realizado por el deudor no alcanza a cubrirla íntegramente, considerando los
accesorios de la deuda.
iii. En ambas hipótesis, el pago efectuado por el deudor no tiene haber sido
bastante para extinguir todas las obligaciones y sus accesorios.
Es necesario tener presente ciertas reglas:
i. Imputación del deudor de la obligación que paga (elección del deudor). La
ley da preferencia al deudor para determinar cuál obligación paga (art.1596
primera parte), esto al igual como ocurre con las obligaciones alternativas.
Sin embargo, la ley establece ciertas restricciones a esta imputación:
- Si lo que adeuda es capital e intereses, el pago se imputa primero a los
intereses, salvo que el acreedor acepte imputarlo al capital (art. 1595 inc.
I; en su inciso final, este artículo contempla también una presunción de
pago de los intereses).
Art. 1595. Si se deben capital e intereses, el pago se imputará primeramente a los
intereses, salvo que el acreedor consienta expresamente que se impute al capital.
Si el acreedor otorga carta de pago del capital sin mencionar los intereses, se presumen
éstos pagados.
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Teoría general de las obligaciones
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2. L a s u b r o g a c i ó n e n g e n e r a l y e l p a g o c o n s u b r o g a c i ó n e n
particular.
a. Subrogación real.
Es aquella subrogación que se corresponde con el concepto dado
anteriormente, es decir, se produce por la sustitución de una cosa por otra, que pasa a
ocupar el lugar jurídico de la primera. Esta figura se produce en diversos casos, y
muy especialmente en aquellos en que hay pluralidad de patrimonios bajo la
titularidad de un sólo sujeto. Ejemplos de este tipo de subrogación, son:
i. El art. 1672, respecto del modo de extinguir pérdida de la cosa debida.
34
ABELIUK lo señala como excepción, diciendo que si el pago es parcial y el acreedor lo ha aceptado
o se ha visto obligado a hacerlo, hay un incumplimiento parcial produciéndose los efectos propios de
éste.
35
Las modalidades del pago, son aquellas que producen una alteración de las reglas del pago, razón
por la cual se producen efectos diferentes. Según la doctrina estos son: el pago por consignación, con
subrogación, por cesión de bienes, por acción ejecutiva y con beneficio de competencias. Se ha
pretendido también que la dación es pago es una modalidad de éste, lo que al profesor ABELIUK no le
parece.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 1672. Si el cuerpo cierto perece por culpa o durante la mora del deudor, la obligación
del deudor subsiste, pero varía de objeto; el deudor es obligado al precio de la cosa y a
indemnizar al acreedor.
Sin embargo, si el deudor está en mora y el cuerpo cierto que se debe perece por caso fortuito
que habría sobrevenido igualmente a dicho cuerpo en poder del acreedor, sólo se deberá la
indemnización de los perjuicios de la mora. Pero si el caso fortuito pudo no haber sucedido
igualmente en poder del acreedor, se debe el precio de la cosa y los perjuicios de la mora.
Art. 900. Contra el que poseía de mala fe y por hecho o culpa suya ha dejado de poseer,
podrá intentarse la acción de dominio, como si actualmente poseyese.
De cualquier modo que haya dejado de poseer y aunque el reivindicador prefiera dirigirse
contra el actual poseedor, respecto del tiempo que ha estado la cosa en su poder tendrá las
obligaciones y derechos que según este título corresponden a los poseedores de mala fe en
razón de frutos, deterioros y expensas.
Si paga el valor de la cosa y el reivindicador lo acepta, sucederá en los derechos del
reivindicador sobre ella.
Lo mismo se aplica aun al poseedor de buena fe que durante el juicio se ha puesto en la
imposibilidad de restituir la cosa por su culpa.
El reivindicador en los casos de los dos incisos precedentes no será obligado al saneamiento.
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Art. 1733. Para que un inmueble se entienda subrogado a otro inmueble de uno de los
cónyuges, es necesario que el segundo se haya permutado por el primero, o que, vendido el
segundo durante el matrimonio, se haya comprado con su precio el primero; y que en la
escritura de permuta o en las escrituras de venta y de compra se exprese el ánimo de
subrogar.
Puede también subrogarse un inmueble a valores propios de uno de los cónyuges, y que no
consistan en bienes raíces; mas para que valga la subrogación, será necesario que los valores
hayan sido destinados a ello en conformidad al número 2 º del artículo 1727, y que en la
escritura de compra del inmueble aparezca la inversión de dichos valores y el ánimo de
subrogar.
v. El art. 2422.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 2422. También se extiende la hipoteca a las pensiones devengadas por el arrendamiento
de los bienes hipotecados, y a la indemnización debida por los aseguradores de los mismos
bienes.
b. Subrogación personal.
Ampliamente, la subrogación personal se produce por la sustitución de un
sujeto por otro, quien pasa a ocupar el lugar jurídico del primero. Este fenómeno
puede encontrarse en diferentes hipótesis, así, ejemplos de subrogación personal
son: la cesión de créditos, la herencia o legado, el pago con subrogación y la
novación36. Por ende, al hablar de subrogación personal se puede hacer en dos
sentidos: uno amplio, que comprende múltiples situaciones tanto de derecho público
como privado; y uno restringido, referido al pago con subrogación al cual nos
avocaremos.
36
La novación es discutible, porque la obligación no es la misma, pues la obligación antigua se
extingue y nace una obligación nueva.
73
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iii. Que quien pague lo haga con los fondos propios, porque si lo hace con
fondos del deudor, no opera en su favor la subrogación, ya que la deuda se
extinguió. Por ello el mandatario que paga no se subroga al acreedor, a
menos que lo haya hecho con fondos propios.
iv. Según ABELIUK, también es necesario que quien pague pase a ocupar el lugar
jurídico del acreedor anterior.
Art. 1611. Se efectúa la subrogación en virtud de una convención del acreedor, cuando éste,
recibiendo de un tercero el pago de la deuda, le subroga voluntariamente en todos los derechos y
acciones que le corresponden como tal acreedor; la subrogación en este caso está sujeta a la regla de
la cesión de derechos, y debe hacerse en la carta de pago.
a. La s u b r o g a c i ó n l e g a l .
Es aquella que se efectúa por el sólo ministerio de la ley y aun en contra de la
voluntad del acreedor, en todos los casos señalados por las leyes, conteniendo el art.
1610 algunos de estos casos.
Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del acreedor,
en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio,
1. Del acreedor que paga a otro acreedor de mejor derecho en razón de un privilegio o hipoteca;
2. Del que habiendo comprado un inmueble, es obligado a pagar a los acreedores a quienes el
inmueble está hipotecado;
3. Del que paga una deuda a que se halla obligado solidaria o subsidiariamente;
4. Del heredero beneficiario que paga con su propio dinero las deudas de la herencia;
5. Del que paga una deuda ajena, consintiéndolo expresa o tácitamente el deudor;
6. Del que ha prestado dinero al deudor para el pago; constando así en escritura pública del préstamo,
y constando además en escritura pública del pago haberse satisfecho la deuda con el mismo dinero.
Esta subrogación se efectúa por la mera voluntad del nuevo acreedor, y sin
que sea necesaria la voluntad del acreedor (el tercero puede inmiscuirse en una
relación ajena porque a nadie le perjudica).
b. La s u b r o g a c i ó n c o n v e n c i o n a l .
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 1611. Se efectúa la subrogación en virtud de una convención del acreedor; cuando éste,
recibiendo de un tercero el pago de la deuda, le subroga voluntariamente en todos los derechos y
acciones que le corresponden como tal acreedor: la subrogación en este caso está sujeta a la regla de
la cesión de derechos, y debe hacerse en la carta de pago.
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garantías de que era titular el acreedor primitivo; y por otro, la acción derivada del
vinculo o relación con el deudor, podría estar en una mejor situación en relación a
los plazos de prescripción. Por lo tanto, el que el tercero se valga de una u otra
acción dependerá de la situación concreta en que se encuentre, por ejemplo, de los
beneficios de la acción de reembolso o de la acción subrogatoria, considerando los
elementos de la prescripción, las garantías y la extensión de las prestaciones
exigibles, etc.
A continuación, se analizarán los casos de subrogación legal del art. 1610.
Esta norma dice relación con dos sujetos diferentes: el codeudor solidario que
paga la deuda, y el fiador que paga la deuda del deudor principal (deudor
subsidiario).
En lo que respecta al c o d e u d o r s o l i d a r i o , acá se está en la fase de
contribución a la deuda, o sea, que el codeudor que pagó al acreedor, debe recuperar
lo pagado. El art.1610 Nº 3 determina quién subroga, pero hay que distinguir según
el art. 1522, si la deuda interesaba a todos los deudores o algunos, y si interesaba o
no al deudor que pagó.
Art. 1522. El deudor solidario que ha pagado la deuda, o la ha extinguido por alguno de los medios
equivalentes al pago, queda subrogado en la acción de acreedor con todos sus privilegios y
seguridades, pero limitada respecto de cada uno de los codeudores a la parte o cuota que tenga este
codeudor en la deuda.
Si el negocio para el cual ha sido contraída la obligación solidaria, concernía solamente a alguno o
algunos de los deudores solidarios, serán éstos responsables entre sí, según las partes o cuotas que les
correspondan en la deuda, y los otros codeudores serán considerados como fiadores.
La parte o cuota del codeudor insolvente se reparte entre todos los otros a prorrata de las suyas,
comprendidos aun aquellos a quienes el acreedor haya exonerado de la solidaridad.
41
Según ABELIUK, si bien no queda claro acerca de si el codeudor que paga y a quien interesaba la
deuda, tiene o no acción de reembolso, a su modo de ver sí gozaría de ella, y la razón en que sustenta
su planteamiento radica en la doctrina francesa que explica la solidaridad como un mandato tácito y
recíproco entre los codeudores; por lo que si el codeudor que paga se mira como un mandatario, éste
tendrá acción de reembolso como tal. Lo anterior, sin perjuicio de que en doctrina se discute la tesis
en que se basó nuestro CC, pero SOMARRIVA y la jurisprudencia han reconocido que la doctrina que
adopta nuestro CC es la francesa, especialmente respecto de la solidaridad pasiva.
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Teoría general de las obligaciones
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b. Q u i e n p a g a u n a d e u d a a j e n a c o n e l c o n s e n t i m i e n t o e x p r e s o o
tácito del deudor .
Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del acreedor,
en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio,
5. Del que paga una deuda ajena, consintiéndolo expresa o tácitamente el deudor.
El tercero que pagó, en este caso, tiene dos acciones: la acción subrogatoria
(que deriva del pago mismo) y la acción de reembolso derivada del contrato de
mandato, pues pagó con el consentimiento del deudor; esto siempre que actúe con
dineros propios y no con dineros del deudor.
c. P r és t a m o d e d i n e r o s a l d e u d o r p a r a e l p a g o .
El art. 1610 Nº 6 señala que opera la subrogación en favor de quien ha
prestado dinero al deudor para realizar el pago, constando esto en la escritura pública
del préstamo y constando también en escritura pública que el pago o satisfacción de
la deuda fue realizado con los mismos dineros prestados por el tercero; es decir, este
caso supone un tercero ajeno a la relación crediticia, que presta dinero al deudor
(mutuo) para que con este dinero pague la deuda.
Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del acreedor,
en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio
6. Del que ha prestado dinero al deudor para el pago; constando así en escritura pública del préstamo,
y constando además en escritura pública del pago haberse satisfecho la deuda con el mismo dinero.
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d. H e r e d e r o b e n e f i c i a r i o q u e p a g a c o n s u p r o p i o d i n e r o l a s d e u d a s
de la herencia.
Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del acreedor,
en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio
4. Del heredero beneficiario que paga con su propio dinero las deudas de la herencia.
42
La existencia de este beneficio se justifica, pues en estricto rigor, al ejercerlo no se perjudica a los
acreedores del causante, porque cuando una persona contrata con otra sólo tiene en vista el patrimonio
del que contrató y no el de sus herederos. Por eso es que los herederos pueden responder sólo hasta el
monto heredado, pues éstos tampoco tienen porque gravar su patrimonio con responsabilidades
mayores al monto heredado. La limitación de este beneficio es en razón del valor y no de la especie.
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e. P a g o d e u n a h i p o t e c a .
El art. 1610 Nº 2 trata acerca de la hipótesis del que habiendo comprado un
inmueble, es obligado a pagar a los acreedores en favor de quienes el inmueble está
hipotecado. Este numeral comprende la situación de aquellas personas que se han
visto obligadas a pagar una deuda que no les correspondía, en razón del carácter de
derecho real de la hipoteca, y a la de aquellas personas que adquieren un inmueble
hipotecado y han pagado el gravamen que los afectaba y posteriormente se han visto
privados de su dominio.
Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del acreedor,
en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio,
2. Del que habiendo comprado un inmueble, es obligado a pagar a los acreedores a quienes el
inmueble está hipotecado.43
43
Este precepto es limitativo, pues se refiere exclusivamente a la compra, y en consecuencia no puede
extenderse a otros títulos traslaticios de dominio, los cuales deberán encuadrarse, si es posible, en los
demás casos de subrogación legal (ABELIUK).
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Teoría general de las obligaciones
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anterior es lo más simple, pero existen otras situaciones que implican una
mayor complejidad de la garantía hipotecaria.
iv. El art. 2429 se refiere a la hipótesis del tercer adquirente de una finca
hipotecada por una obligación ajena, que se vio obligado a
pagarle a los acreedores .
Art. 2429. El tercer poseedor reconvenido para el pago de la hipoteca constituida sobre la
finca que después pasó a sus manos con este gravamen, no tendrá derecho para que se
persiga primero a los deudores personalmente obligados.
Haciendo el pago se subroga en los derechos del acreedor en los mismos términos que el
fiador.
Si fuere desposeído de la finca o la abandonare, será plenamente indemnizado por el deudor,
con inclusión de las mejoras que haya hecho en ella.
El art. 2429 es más amplio que el art. 1610, porque este último se refiere al
que compró un inmueble hipotecado, y el art. 2429 se refiere, en cambio, al
adquirente por cualquier título de una finca hipotecada, por ejemplo, un
heredero. En este caso hay un tercer adquirente de una finca hipotecada por
una deuda ajena, contra el cual puede dirigirse directamente el acreedor, y en
este caso, el legislador le da dos alternativas:
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Teoría general de las obligaciones
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Sea que se haya obligado personalmente o no, se le aplicará la disposición del artículo
precedente.
La fianza se llama hipotecaria cuando el fiador se obliga con hipoteca.
La fianza hipotecaria está sujeta en cuanto a la acción personal a las reglas de la simple
fianza.
Sin embargo, este artículo hace una salvedad, señalando que el derecho de
persecución va a cesar (se extingue) cuando un tercero adquiere la finca
hipotecada en pública subasta ordenada por el juez (se produce la llamada
caducidad o purga de la hipoteca).
Para que la purga tenga lugar, es necesario que se cumpla con ciertos
requisitos, entre los cuales se cuentan: la citación de todos los acreedores
hipotecarios, y que medie el término de emplazamiento entre dicha citación y
la subasta, para que los acreedores hagan reserva de sus hipotecas. Cumplidos
que sean estos requisitos, y sin que haya reserva de la hipoteca de acuerdo a
la ley, se produce la purga de la misma, extinguiéndose todas las hipotecas
que gravaban el bien, aunque éstas no se hayan alcanzando a pagar con el
producto de la subasta.
Sin embargo, pudo haberse omitido la citación de algunos acreedores
hipotecarios, en cuyo caso la subasta no se anula, sino que el omitido
conserva sus derechos, y por lo tanto, su hipoteca goza del derecho de
persecución en contra del que la adquirió en pública subasta. Si se ejerce este
derecho por el omitido y pide la realización del inmueble, el adquiriente del
inmueble se entenderá subrogado en los derechos de los acreedores citados
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Teoría general de las obligaciones
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para los efectos de la subasta que se llevó a cabo. Por lo tanto, la subrogación
opera en relación a los derechos que tenían los acreedores hipotecarios (sean
estos de grado preferente o no), y al igual que en los casos anteriores, la
subrogación comprende especialmente la preferencia de que gozaban tales
acreedores, ya que la hipoteca no puede estar constituida a favor del
subastador, puesto que el bien es de su propiedad (el omitido no puede en
ningún caso mejorar su derecho hipotecario).
Por ejemplo, hay un inmueble que puede reconocer una o varias hipotecas,
así, existen tres acreedores hipotecarios, dos por diez millones, y uno por dos
millones; los acreedores hipotecarios tienen el derecho de persecución ante
cualquier adquirente (pero este derecho cesa ante el tercer adquirente que
adquirió el inmueble en subasta pública), y precisamente son tantas las
deudas, que hay que rematar el inmueble, por ende se debe citar a todos los
acreedores, pues para que cese el derecho de persecución en contra de quien
adquiere el inmueble por pública subasta, todos los acreedores hipotecarios
deben ser citados; por tanto, se citan a todos y el bien sale a remate por 20
millones, así, uno de los acreedores por 10 millones es satisfecho en su
crédito, y respecto de él, se extingue o purga la hipoteca.
La purga de la hipoteca opera respecto de quien es citado para la subasta y se
extingue su hipoteca, aun cuando su crédito no haya sido satisfecho (en el
caso anterior, el acreedor por dos millones). Pero para que se produzca la
purga, todos los acreedores hipotecarios deben ser citados, y en caso de que
uno de los acreedores no haya sido citado, el problema lo tendrá el tercer
adquirente del inmueble, pues éste quedará igualmente gravado con la
hipoteca del acreedor que no fue citado (en este caso el tercer adquirente se
adjudica la propiedad, pero no se produce la purga).
Desde el punto de vista del acreedor hipotecario no citado, éste mantiene su
derecho de hipoteca, pues no le es oponible la purga, y puede perfectamente
sacar el inmueble a remate, y en este caso se entiende que opera la
subrogación del tercer adquirente respecto de los acreedores que sí fueron
citados, porque la ausencia en la citación no puede implicar una mejora del
derecho del acreedor ausente; así, si el acreedor que no fue citado era el
tercero en el orden de pago de la deuda hipotecada, éste mantiene esta
posición, por eso es que al subrogarse el adquirente con el primer y segundo
acreedor, su crédito tiene preferencia.
Por lo tanto, si el bien es sacado a remate por el acreedor no citado, el tercero
se adjudicará el bien con cargo a lo que le correspondía a los acreedores
hipotecarios preferentes. Esto quiere decir que si la propiedad sale a remate
por los mismos 20 millones, al tercer acreedor que no fue citado, igual no
verá satisfecho su crédito, pues el tercer adquirente que subroga a los
acreedores preferentes, ve satisfecho su crédito en primer lugar.
vii. Por último, está el c a s o d e l t e r c e r o q u e s e h i z o c a r g o d e l p a g o d e
u n a h i p o t e c a y p o s t e r i o r m e n t e e s p r i v a d o d e s u d o m i n i o . Es
frecuente que quien adquiere un inmueble, se haga cargo en el pago del
precio o de parte de él, de la deuda hipotecaria que lo grava, por ejemplo, se
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Teoría general de las obligaciones
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f. E l a c r e e d o r q u e p a g a a o t r o a c r e e d o r d e m e j o r d e r e c h o , e n r a z ó n
de un privilegio o una hipoteca 45.
Art. 1610. Se efectúa la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del acreedor,
en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio,
1. Del acreedor que paga a otro acreedor de mejor derecho en razón de un privilegio o hipoteca.
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Teoría general de las obligaciones
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pesar del principio general en materia de obligaciones, cual es que todos los
acreedores de un deudor se encuentran en igualdad de condiciones (principio de
igualdad de los acreedores); pero este principio se rompe por la existencia de
causales de preferencia, que son los privilegios y las hipotecas.
En el caso de la preferencia de la hipoteca, si por ejemplo existe un bien
hipotecado a favor de tres acreedores, y hay un acreedor que quiere rematar la
propiedad, puede suceder que a uno de los demás acreedores posteriores no le
convenga por algún motivo sacar la propiedad a remate en ese momento, y en este
caso, el acreedor posterior puede satisfacer el crédito del acreedor hipotecario de
primer grado, y por lo tanto, quedará como acreedor preferente, y además, seguirá
siendo acreedor en el grado que originalmente le correspondía.
Por lo tanto, esta situación de subrogación legal se va a producir cuando:
g. P a g o d e l o n o d e b i d o h e c h o p o r u n e r r o r d e l s o l v e n s .
Por último, el art. 2295 consagra otra situación de subrogación legal, la cual
se refiere al pago de lo no debido hecho por un error del solvens. Si se paga por error
una deuda ajena, y el acreedor ha suprimido o cancelado el título necesario para
cobrarle al verdadero deudor, el que pagó indebidamente no tiene acción de
repetición contra el accipiens, pero se subroga en todas las acciones y derechos de
éste, quien recibió el pago por error.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 2295. Si el que por error ha hecho un pago, prueba que no lo debía, tiene derecho para repetir lo
pagado.
Sin embargo, cuando una persona a consecuencia de un error suyo ha pagado una deuda ajena, no
tendrá derecho de repetición contra el que a consecuencia del pago ha suprimido o cancelado un título
necesario para el cobro de su crédito; pero podrá intentar contra el deudor las acciones del acreedor.
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Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
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Una figura que hace especialmente importante el dilucidar este tema, es la figura de la suspensión
de la prescripción, que consiste en la detención del transcurso del plazo de prescripción, siendo un
beneficio que el legislador ha estableció en favor de ciertas y determinadas personas, en razón de que
las considera como imposibilitadas para ejercer sus derechos. La pregunta es si se traspasan estos
beneficios al nuevo acreedor.
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Teoría general de las obligaciones
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i. A pesar de los términos amplios del art. 1612, no podría aceptarse el traspaso
de estas acciones, ya que tienen el carácter de derecho personalísimo, que
como tales, son intraspasables e incluso intrasmisibles.
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Teoría general de las obligaciones
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los privilegios mismos, etc.), respecto de los cuales no habría inconveniente para que
pasen al nuevo acreedor. En cambio, hay otros derechos que no consideran para nada
el crédito y tienen lugar cualquiera que éste sea (por ejemplo, la suspensión de la
prescripción), los cuales jamás pueden traspasarse, porque no pertenecen al crédito,
sino exclusivamente al acreedor.
Para el profesor J. A. GALVÁN se debe distinguir entre privilegios que son
estrictamente propios del acreedor (o subjetivos) de aquellos tienen un carácter más
objetivo, debiendo realizarse un examen caso a caso para determinar qué comprende
el traspaso.
Asimismo, para la profesora Alejandra ILLANES la lógica pareciera indicar
que los beneficios estrictamente personales conferidos en consideración
exclusivamente de la persona del acreedor, no pueden traspasarse, por ende,
aplicando esto, si la prescripción estaba suspendida en manos del primitivo acreedor,
en el momento en que el nuevo acreedor paga y se subroga, comienza a correr
nuevamente el plazo de prescripción, de manera normal, por tanto, no puede alegar
el nuevo acreedor la suspensión en su favor. Esta es una solución, pero el tema es
muy discutible, pues no existe norma expresa que lo regule.
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Teoría general de las obligaciones
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Si el acreedor ha sido solamente pagado en parte, podrá ejercer sus derechos, relativamente a lo que
se le reste debiendo, con preferencia al que sólo ha pagado una parte del crédito.
3. La dación en pago.
A pesar de no existir una norma que confiera esta facultad a las partes, no se
duda que la tengan. Para afirmar esto se recurre a un principio informador en materia
de obligaciones, cual es, el principio de autonomía de la voluntad, y al adagio de que
“el que puede lo más, puede lo menos”.
El principio de la autonomía de la voluntad es la piedra angular en materia de
obligaciones, y le confiere a los particulares la facultad de regular sus relaciones
jurídicas en los términos que estimen más convenientes, por lo tanto, las partes no
están limitadas a tener que satisfacer una obligación de la manera primitivamente
acordada, pues pueden modificarla en la medida que eso satisfaga su interés. En
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Teoría general de las obligaciones
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ii. El art. 1773 en materia de sociedad conyugal. Dentro de los beneficios que el
legislador entrega a la mujer en el régimen de sociedad conyugal, es que ésta
al momento de la disolución, tiene derecho a cobrar las recompensas que
resulten de la liquidación, antes que el marido, y frente a la insuficiencia de
los bienes sociales, se puede pagar con bienes propios del marido elegidos de
común acuerdo, o por el juez.
Para algunos habría un caso de dación en pago, porque se permite que la
mujer (acreedora) se pague con bienes distintos.
Art. 1773. La mujer hará antes que el marido las deducciones de que hablan los artículos
precedentes; y las que consistan en dinero, sea que pertenezcan a la mujer o al marido, se
ejecutarán sobre el dinero y muebles de la sociedad, y subsidiariamente sobre los inmuebles
de la misma.
La mujer, no siendo suficientes los bienes de la sociedad, podrá hacer las deducciones que le
correspondan, sobre los bienes propios del marido, elegidos de común acuerdo. No
acordándose, elegirá el juez.
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Teoría general de las obligaciones
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iv. Por último, el art. 1913 Nº 2, en materia de cesión de derechos litigiosos. Este
caso se refiere a un acreedor que ha recibido en pago de lo que se le debe, un
derecho litigioso que tenía el deudor cedente.
Art. 1913. El deudor no será obligado a pagar al cesionario sino el valor de lo que éste haya
dado por el derecho cedido, con los intereses desde la fecha en que se haya notificado la
cesión al deudor.
Se exceptúan de la disposición de este artículo las cesiones enteramente gratuitas; las que se
hagan por el ministerio de la justicia; y las que van comprendidas en la enajenación de una
cosa de que el derecho litigioso forma una parte o accesión.
Exceptúanse asimismo las cesiones hechas:
2. A un acreedor en pago de lo que le debe el cedente.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 2382. Si el acreedor acepta voluntariamente del deudor principal en descargo de la deuda un
objeto distinto del que este deudor estaba obligado a darle en pago, queda irrevocablemente
extinguida la fianza, aunque después sobrevenga evicción del objeto.
Art. 1645. La novación liberta a los codeudores solidarios o subsidiarios, que no han accedido a ella.
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iii. En relación a lo anterior, uno de los requisitos para que haya novación es el
animus novandi (art. 1634), el cual no se da en la dación en pago. Las partes
en la novación actúan queriendo crear una nueva obligación, hay un acuerdo
de voluntades destinada a crear algo nuevo, en cambio en la dación en pago,
las partes buscan extinguir la obligación y nada más.
Art. 1634. Para que haya novación, es necesario que lo declaren las partes, o que aparezca
indudablemente, que su intención ha sido novar, porque la nueva obligación envuelve la
extinción de la antigua.
Si no aparece la intención de novar, se mirarán las dos obligaciones como coexistentes, y
valdrá la obligación primitiva en todo aquello en que la posterior no se opusiere a ella,
subsistiendo en esa parte los privilegios y cauciones de la primera.
48
La evicción del objeto es la privación de la cosa en todo o parte, por sentencia judicial.
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Teoría general de las obligaciones
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ii. La principal crítica, al igual que la teoría anterior, está en que la intención de
las partes está orientada a la extinción de una obligación y no a la creación de
una nueva, ni mucho menos a la celebración de un contrato (la compraventa
es un contrato, o sea, un acuerdo de voluntades destinado a crear
obligaciones). Por lo tanto, se produciría una desnaturalización de la voluntad
de las partes.
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Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
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Teoría general de las obligaciones
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49
De acuerdo a la ley, hay evicción de la cosa cuando el adquirente es privado de ella en todo o en
parte por una sentencia judicial, por ejemplo, si la cosa dada en pago era de un tercero que reivindica
y obtiene una sentencia favorable, en este caso la dación en pago es válida, pero cabe preguntarse en
qué posición jurídica queda el acreedor, y es evidente que tendría derecho a ejercer una acción de
saneamiento de la evicción en contra del deudor.
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Teoría general de las obligaciones
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legislador en el art. 1575 señala que para que el pago sea válido, es decir, que sea
eficaz para que extinga la obligación, debe ser hecho por el dueño de la cosa, y si se
considera que la dación en pago es una modalidad del pago y el deudor no era dueño
de la cosa, no se produce el efecto propio del pago, o sea, no se extingue la
obligación, y por lo tanto, ésta renacería con todos sus accesorios. Esta última
posición la adopta CLARO SOLAR.
Art. 1575. El pago en que se debe transferir la propiedad no es válido, sino en cuanto el que paga es
dueño de la cosa pagada, o la paga con el consentimiento del dueño.
Tampoco es válido el pago en que se debe transferir la propiedad, sino en cuanto el que paga tiene
facultad de enajenar.
Sin embargo, cuando la cosa pagada es fungible y el acreedor la ha consumido de buena fe, se valida
el pago, aunque haya sido hecho por el que no era dueño, o no tuvo facultad de enajenar.
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Teoría general de las obligaciones
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jurídica del pago, que es una convención, porque el consentimiento del acreedor es
suplido por la declaración de suficiencia que va a tener que hacer el juez cuando sea
necesario.
Así, el pago por consignación se puede definir como un mecanismo a través
del cual se le permite al deudor liberarse de su obligación, pagando contra la
voluntad del acreedor o frente a su no comparecencia o incertidumbre acerca de su
persona.
Este mecanismo es aplicable cualquiera sea la naturaleza de la obligación,
aunque lógicamente parece ser propio de las obligaciones de dar. En palabras del
profesor ABELIUK, ésta figura se aplica a toda clase de obligaciones y no sólo a las
de dinero, aunque obviamente es más sencillo y posible en ellas; pero prácticamente
imposible será efectuarlo cuando se requiere la colaboración del acreedor, como si
por ejemplo éste debe posar para el cuadro que encargó y no quiere hacerlo.
4.1. Procedimiento.
En cuanto a su procedimiento se distinguen dos fases o etapas: la oferta, y la
consignación y su calificación.
a. La oferta.
La oferta es el acto por el cual el deudor le manifiesta al acreedor la intención
de pagar. Esta oferta debe hacerse con los requisitos enumerados en el art. 1600, que
son requisitos tanto de forma como de fondo.
Art. 1600. La consignación debe ser precedida de oferta, y para que la oferta sea válida, reunirá las
circunstancias que siguen:
1. Que sea hecha por una persona capaz de pagar;
2. Que sea hecha al acreedor, siendo éste capaz de recibir el pago, o a su legítimo representante;
3. Que si la obligación es a plazo o bajo condición suspensiva, haya expirado el plazo o se haya
cumplido la condición. Con todo, si la obligación es a plazo, la oferta podrá también hacerse en los
dos últimos días hábiles del plazo.
4. Que se ofrezca ejecutar el pago en el lugar debido;
5. Que la oferta sea hecha por notario o por un receptor competente, sin previa orden del tribunal.
Para este efecto el deudor pondrá en sus manos una minuta de lo que debe, con los intereses
vencidos, si los hay, y los demás cargos líquidos, comprendiendo en ella una descripción individual
de la cosa ofrecida. Para la validez de la oferta, no será menester la presentación material de la cosa
ofrecida. En las comunas en que no haya notario, podrá hacer sus veces el oficial del Registro Civil
del lugar en que deba hacerse el pago.
6. Que el notario, el receptor o el oficial del Registro Civil, en su caso, extienda acta de la oferta,
copiando en ella la antedicha minuta.
7. Que el acta de la oferta exprese la respuesta del acreedor o su representante, y si el uno o el otro la
ha firmado, rehusado firmarla, o declarado no saber o no poder firmar.
Sin embargo, si el acreedor demanda judicialmente el cumplimiento de la obligación o deduce
cualquiera otra acción que pueda enervarse mediante el pago de la deuda, bastará que la cosa debida
con los intereses vencidos, si los hay, y demás cargos líquidos, se consigne a la orden del tribunal que
conoce del proceso en alguna de las formas que señala el artículo 1601, sin necesidad de oferta previa.
En este caso la suficiencia del pago será calificada por dicho tribunal en el mismo juicio.
99
Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
i. En cuanto a los sujetos de la oferta, ésta deber ser hecha por una persona
capaz de pagar, que puede ser el deudor mismo o un diputado para el pago
(art. 1572); y debe ser hecha al mismo acreedor que es capaz de recibir el
pago, o a su legítimo representante. (art. 1600 Nº 1 y 2); sin embargo, esto
último no se aplica si no se sabe quién es el acreedor, porque en este caso se
aplica el art.1602, al igual que en el caso de que el acreedor o su
representante no sean habidos.
Art. 1572. Puede pagar por el deudor cualquiera persona a nombre del deudor, aun sin su
conocimiento o contra su voluntad, y aun a pesar del acreedor.
Pero si la obligación es de hacer, y si para la obra de que se trata se ha tomado en
consideración la aptitud o talento del deudor, no podrá ejecutarse la obra por otra persona
contra la voluntad del acreedor.
ii. Respecto al lugar del pago, se debe ofrecer ejecutar el pago en el lugar debido
(Nº 4).
iii. La oferta debe ser hecha una vez que la obligación se haya hecho exigible
(Nº 3). Esto es lógico, ya que el mecanismo del pago por consignación no
puede utilizarse para realizar pagos anticipados.
En cuanto a los r e q u i s i t o s d e f o r m a :
i. Se requiere la intervención de un ministro de fe, que puede ser un notario o un
receptor judicial, y en los lugares donde no existan éstos, puede hacer sus
veces el juez o el Oficial Civil del lugar donde debe hacerse el pago (art.
1600 Nº 5). De este requisito se desprende que la consignación es una gestión
extrajudicial, ya que se establece en la norma que no se requiere orden del
tribunal.
ii. Basta la minuta que describe lo que se debe, y no es necesario que se presente
materialmente la cosa ofrecida (Nº 5).
iii. El funcionario debe extender un acta de la oferta, copiando en ella la minuta.
El ministro de fe con esa acta se traslada donde el acreedor y le formula la
oferta, consignándose en la misma acta la respuesta de su acreedor o de su
representante (Nº 6 y 7). En relación a este último requisito, si el acreedor o
su representante no tiene domicilio en el lugar en que debe efectuarse el pago
o éste no es encontrado en él, o hay incertidumbre acerca de la persona del
acreedor, la oferta se hará al Tesorero Comunal, quien se limitará a tomar
conocimiento de ella (no la acepta ni la rechaza), y con ello el deudor queda
en situación de efectuar la consignación (art. 1602).
100
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Art. 23. En caso de negativa del arrendador a recibir la renta de arrendamiento o a otorgar el
correspondiente recibo al arrendatario que no deseare recurrir al procedimiento de pago por
consignación establecido en el párrafo 7° del Título XIV del libro IV del Código Civil, podrá
depositar aquélla en la unidad del Servicio de Tesorerías que corresponda a la ubicación del inmueble,
indicando el nombre, apellidos y la residencia del arrendador. Dicha unidad le otorgará el respectivo
recibo y comunicará al arrendador, por carta certificada, la existencia del depósito. Este pago se
considerará hecho al arrendador para todos los efectos legales; pero su suficiencia será calificada en el
juicio que corresponda.
El retiro del depósito por el arrendador no significará renuncia a sus derechos ni producirá los efectos
previstos en el inciso tercero del artículo 1.956 del Código Civil.
Si transcurridos tres años desde la fecha del ingreso del depósito en el Servicio de Tesorerías, el
arrendador no hubiere efectuado su retiro, los fondos correspondientes pasarán a rentas generales de
la Nación.
101
Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
necesidad de oferta previa. En este caso la suficiencia del pago será calificada por dicho tribunal en el
mismo juicio.
b. La c o n s i g n a c i ó n y s u c a l i f i c a c i ó n .
102
Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
50
Esto también puede discutirse en un juicio iniciado por el acreedor. El juicio del acreedor o del
deudor no tiene porque forzosamente ser uno destinado exclusivamente a este objeto; el acreedor
puede iniciar cualquier acción que se funde en el incumplimiento (ejecución forzosa, resolución, etc.),
y ante tal demanda el deudor opondrá la excepción de pago y para aceptarla o rechazarla el tribunal
deberá calificar la consignación. Sin embargo, en la práctica es el acreedor quien deba entablar el
juicio y no el deudor, esto por lo que señala el inc. III del art. 1603.
51
Esto quiere decir que en la práctica el deudor no necesita interponer una demanda para obtener la
calificación de suficiencia, porque basta que transcurran 30 días desde la notificación de la
consignación sin que el acreedor presente pruebas, para que el juez esté obligado a petición del
deudor a declarar la suficiencia. En el momento en que se declara la suficiencia, se extingue la
obligación.
103
Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
Los casos en que el deudor puede retirar la consignación son (arts. 1606 y
1607):
Art. 1607. Cuando la obligación ha sido irrevocablemente extinguida, podrá todavía retirarse la
consignación, si el acreedor consiente en ello. Pero en este caso la obligación se mirará como del todo
nueva; los codeudores y fiadores permanecerán exentos de ella; y el acreedor no conservará los
privilegios o hipotecas de su crédito primitivo. Si por voluntad de las partes se renovaren las hipotecas
precedentes, se inscribirán de nuevo y su fecha será la del día de la nueva inscripción.
1.1. N o c i o n e s g e n e r a l e s .
El art. 1567 es la disposición que enumera los modos de extinguir las
obligaciones, y en la primera parte de este artículo se encuentra consagrado el modo
de extinguir resciliación o mutuo disenso, señalando que toda obligación puede
extinguirse por una convención en que las partes interesadas, siendo capaces de
disponer libremente de lo suyo, consienten en darla por nula. El art. 1545, por su
parte, señala que el contrato puede ser invalidado por mutuo consentimiento; sin
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embargo, existe una imprecisión en el lenguaje utilizado tanto en este artículo como
en el art. 1567, ya que el mutuo consentimiento no constituye una causal de nulidad,
ni la nulidad es una sanción que pueda ser aplicada por la sola voluntad de las partes,
lo que realmente quería decir el legislador, es que el contrato, o más bien las
obligaciones, podrían dejarse sin efecto en virtud de la conciliación de las partes,
esto, porque prima aquí el principio de la autonomía de la voluntad, y por aplicación
del adagio que dice que en el derecho las cosas se deshacen de la misma manera que
se hacen.
Art. 1567. Toda obligación puede extinguirse por una convención en que las partes interesadas,
siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consienten en darla por nula.
Las obligaciones se extinguen además en todo o parte:
1. Por la solución o pago efectivo;
2 .Por la novación;
3. Por la transacción;
4. Por la remisión;
5. Por la compensación;
6. Por la confusión;
7. Por la pérdida de la cosa que se debe;
8. Por la declaración de nulidad o por la rescisión;
9. Por el evento de la condición resolutoria;
10. Por la prescripción.
De la transacción y la prescripción se tratará al fin de este Libro; de la condición resolutoria se ha
tratado en el título De las obligaciones condicionales.
Art. 1545. Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser
invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales.
1.2. R e q u i s i t o s .
La ley no los ha establecido expresamente, pero como convención que es, se
le aplican todos los requisitos generales de los actos jurídicos. En concreto, los
requisitos para que opere el mutuo consentimiento son:
i. La existencia del consentimiento, esto es, del acuerdo de voluntades de las
partes, requisito que se exige porque, desde el punto de vista de su naturaleza
52
El divorcio por mutuo consentimiento es distinto al mutuo consentimiento, porque el divorcio tiene
un requisito objetivo, cual es, el cese de la convivencia, y el mutuo consentimiento en este caso, sólo
se da respecto de la solicitud del divorcio.
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jurídica, esta figura equivale a una convención. A este respecto cabe señalar
que se ha aceptado incluso la manifestación tácita de voluntad.
ii. Que sea celebrado por partes capaces, o por sus representantes. Este requisito
se extrae del art. 1567, el cual señala que las partes sean capaces de disponer
libremente de lo suyo.
Art. 1567. Toda obligación puede extinguirse por una convención en que las partes
interesadas, siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consienten en darla por nula.
iii. Es necesario que se cumpla un requisito fáctico, cual es que las obligaciones
derivadas del negocio jurídico no estén íntegramente cumplidas, es decir,
debe tratarse de obligaciones pendientes. En los contratos de ejecución
sucesiva el mutuo disenso es frecuente; así en un arriendo a cinco años, las
partes de común acuerdo pueden ponerle término a los dos años.
iv. También existen algunos requisitos formales, ya que si bien es cierto que, por
regla general, esta figura es consensual, si en virtud de ella se deja sin efecto
un acto solemne, es evidente que se debe cumplir con las mismas
solemnidades con las que se constituyó ese acto o contrato solemne. Esto por
aplicación de normas generales, como el art. 1707, y por aplicación del
adagio ya mencionado anteriormente que señala que en derecho las cosas se
deshacen de la misma manera en se hacen.
Art. 1707. Las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo pactado en
escritura pública, no producirán efecto contra terceros.
Tampoco lo producirán las contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado razón de su
contenido al margen de la escritura matriz cuyas disposiciones se alteran en la
contraescritura, y del traslado en cuya virtud ha obrado el tercero.
1.3. E f e c t o s .
El efecto de este modo de extinguir, al igual que los otros, es el de extinguir
la obligación, le pone término a la obligación, sus accesorios y garantías, etc. Ello a
pesar del texto expreso del art. 1567 que dice consientan en darla por nula, porque
según ya se explicó, se trata de una impropiedad del legislador.
2. La novación.
2.1. C o n c e p t o .
La novación como modo de extinguir las obligaciones, se encuentra
legalmente definida en el art. 1628.
Art. 1628. La novación es la substitución de una nueva obligación a otra anterior, la cual queda por
tanto extinguida.
2.2. C a r a c t e r í s t i c a s .
106
Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
53
En cuanto a la nulidad relativa de la primera obligación, ambas partes pueden confirmarla, en el
fondo la novación vendría a equivaler a un saneamiento de la nulidad relativa por esta vía, siempre
que las partes hubieren sabido de la existencia del vicio. Pero la nulidad relativa de la nueva
obligación, impide la novación.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 1648. La simple mutación de lugar para el pago dejará subsistentes los privilegios,
prendas e hipotecas de la obligación, y la responsabilidad de los codeudores solidarios y
subsidiarios, pero sin nuevo gravamen.
Por lo tanto, se cumplirá este requisito cuando varíe uno de los elementos
esenciales de la obligación en cuanto a su estructura, es decir, sea en relación
a los sujetos, al objeto o la causa. La determinación de los elementos
estructurales de la obligación, para estos efectos, resulta de la lectura del art.
1631, que trata acerca de las clases de novación. Además, corroboran esta
idea una serie de disposiciones que refiriéndose a cambios en los elementos
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Art. 2128. Si se constituye mandatario a un menor adulto, los actos ejecutados por el
mandatario serán válidos respecto de terceros en cuanto obliguen a éstos y al mandante; pero
las obligaciones del mandatario para con el mandante y terceros no podrán tener efecto sino
según las reglas relativas a los menores.
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partes pueden existir varias obligaciones diversas, sin que por ello unas
extingan a las otras.
El art. 1634 inc. I manifiesta que el animus novandi puede ser expreso
(declarado por las partes) o tácito (que aparezca de manifiesto). Pero sucede
que existe un caso de novación que escapa a esta regla, pues exige la
manifestación expresa de la voluntad de novar, y este es el caso de la
novación subjetiva por cambio de deudor, en que se requiere la voluntad
expresa del acreedor (art. 1635).
Art. 1635. La substitución de un nuevo deudor a otro no produce novación, si el acreedor no
expresa su voluntad de dar por libre al primitivo deudor. A falta de esta expresión, se
entenderá que el tercero es solamente diputado por el deudor para hacer el pago, o que dicho
tercero se obliga con él solidaria o subsidiariamente, según parezca deducirse del tenor o
espíritu del acto.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 1647. Si la nueva obligación se limita a imponer una pena para en caso de no cumplirse la
primera, y son exigibles juntamente la primera obligación y la pena, los privilegios, fianzas, prendas e
hipotecas subsistirán hasta concurrencia de la deuda principal sin la pena. Mas si en el caso de
infracción es solamente exigible la pena, se entenderá novación desde que el acreedor exige sólo la
pena, y quedarán por el mismo hecho extinguidos los privilegios, prendas e hipotecas de la obligación
primitiva, y exonerados los que solidaria o subsidiariamente accedieron a la obligación primitiva, y no
a la estipulación penal.
Art. 1649. La mera ampliación del plazo de una deuda no constituye novación; pero pone fin a la
responsabilidad de los fiadores y extingue las prendas e hipotecas constituidas sobre otros bienes que
los del deudor; salvo que los fiadores o los dueños de las cosas empeñadas o hipotecadas accedan
expresamente a la ampliación.
Art. 1650. Tampoco la mera reducción del plazo constituye novación; pero no podrá reconvenirse a
los codeudores solidarios o subsidiarios sino cuando expire el plazo primitivamente estipulado.
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Teoría general de las obligaciones
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Esta es la más complicada de todas las figuras estudiadas, que producen una
sustitución del sujeto activo en una relación jurídica obligacional. En comparación
con la cesión de créditos, en la que se sustituye al sujeto activo pero no se requiere la
voluntad del deudor a quien sólo hay que notificarlo para que la cesión le sea
oponible, esta figura de la novación es menos beneficiosa para el nuevo acreedor,
porque en la cesión de créditos éste adquiere el crédito con todas las garantías, en
cambio aquí en la novación, esto no se da, porque la primitiva obligación se extingue
con todos sus accesorios y se crea una obligación completamente nueva.
En comparación con la figura del pago con subrogación, hay que señalar que
en dicha figura no se requiere la voluntad del deudor y ni siquiera la del acreedor
(subrogación legal), es el tercero el que paga, incluso sin la voluntad del acreedor,
porque el legislador entiende que a nadie perjudica. También en el pago con
subrogación el que paga pasa a ocupar el mismo lugar del acreedor primitivo,
beneficiándose de todas las garantías. Esto no ocurre en el caso de la novación.
Sintetizando las diferencias de la cesión de créditos y del pago con
subrogación con la novación, se puede señalar lo siguiente:
i. La diferencia fundamental la encontramos en que en la cesión de créditos y
en el pago con subrogación el crédito cambia de mano, pero es el mismo
crédito; en la novación no hay un cambio en el crédito, sino que éste se
extingue, lo que hay es un nuevo acreedor con un nuevo crédito.
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Teoría general de las obligaciones
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ii. Por otro lado, los accesorios tanto en la cesión como en la subrogación,
siguen al crédito, por lo tanto también pasan a manos del nuevo acreedor; en
cambio en la novación, estos accesorios se extinguen debido a la extinción
del crédito a que acceden.
iii. Por último, en cuanto al perfeccionamiento, en la novación se requiere el
consentimiento de ambos acreedores y del deudor (ya que se trata de un
contrato y una convención a la vez); en cambio, el pago con subrogación
legal opera de pleno derecho, y si es subrogación convencional o en el caso
de la cesión, se requiere la sola voluntad del acreedor, sin que intervenga el
deudor con su voluntad, bastando sólo su notificación o aceptación.
La novación sirve básicamente respecto de obligaciones que están próximas a
prescribir. Además la novación tiene el carácter de negocio especulativo, porque no
se limita al monto de lo pagado.
A propósito de la novación por cambio de acreedor, hay que tener presente el
art. 1632.
Art. 1632. Si el deudor no hace más que diputar una persona que haya de pagar por él, o el acreedor
una persona que haya de recibir por él, no hay novación.
Tampoco la hay cuando un tercero es subrogado en los derechos del acreedor.
Art. 1635. La substitución de un nuevo deudor a otro no produce novación, si el acreedor no expresa
su voluntad de dar por libre al primitivo deudor. A falta de esta expresión, se entenderá que el tercero
es solamente diputado por el deudor para hacer el pago, o que dicho tercero se obliga con él solidaria
o subsidiariamente, según parezca deducirse del tenor o espíritu del acto.
Esta norma hace excepción a la regla general que señala que la voluntad de
novar puede ser expresa o tácita, pues en este caso se exige voluntad novatoria
expresa del acreedor. La razón de esto es lógica, puesto que a ningún acreedor le es
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ii. El art. 1639 que se refiere al delegante que por error cree ser deudor de
alguien y no lo era; en este caso el delegado no está obligado al acreedor,
pero si paga creyendo que la deuda existía y era válida, se encuentra frente al
delegante en la misma situación que si la deuda hubiese sido verdadera. Pero
el delegante tiene derecho a la restitución por parte del delegatario de lo
indebidamente pagado. Se deben aplicar las reglas del pago de lo no debido.
Art. 1639. El que fue delegado por alguien que se creía deudor y no lo era, no es obligado al
acreedor, y si paga en el concepto de ser verdadera la deuda, se halla para con el delegante en
el mismo caso que si la deuda hubiera sido verdadera, quedando a salvo su derecho al
delegante para la restitución de lo indebidamente pagado.
Por último, en cuanto a los efectos de la liberación expresa del deudor por
parte del acreedor, cabe señalar que este acreedor carece de toda acción en contra del
primitivo deudor, puesto que aquí la novación produce plenos efectos extintivos, y se
produce incluso si el nuevo deudor cae en insolvencia; así, el art. 1637 establece que
el acreedor que ha dado por libre al deudor, no tiene acción en su contra, aunque el
nuevo deudor caiga en insolvencia.
Art. 1637. El acreedor que ha dado por libre al deudor primitivo, no tiene después acción contra él,
aunque el nuevo deudor caiga en insolvencia; a menos que en el contrato de novación se haya
reservado este caso expresamente, o que la insolvencia haya sido anterior, y pública o conocida del
deudor primitivo.
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Teoría general de las obligaciones
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En todos estos casos lo que ocurre, es que el acreedor tiene acción contra el
deudor primitivo por la insolvencia del deudor nuevo. Si bien tiene acción, se debe
determinar qué clase de acción es la que posee, y aquí la respuesta no es indiferente,
por ejemplo, en materia de prescripción, de privilegios etc.
Para algunos la acción que tiene es derivada de la nueva obligación que surge
en virtud de la novación, ya que ésta produce la extinción de la antigua (en cuanto
convención) y de sus accesorios; por ende, en el caso de la reserva, la acción va a ser
fruto de un pacto entre las partes en el contrato de novación, y en los otros casos se
trataría de una obligación legal. En definitiva, como la novación ha extinguido la
obligación del deudor primitivo, el acreedor se dirige en su contra en virtud de una
nueva acción, propia suya, como la indemnización de perjuicios.
Sin embargo la mayoría de los autores, entre ellos ABELIUK, opina que la
acción del acreedor es la misma que tenía contra el deudor primitivo antes de la
novación, señalando que en el caso de la reserva ha operado una novación
condicional, sujeta a la condición de que el nuevo deudor sea solvente, y si la
condición no se cumple, en virtud del efecto retroactivo que en ciertos casos ella
tiene, se borra la novación.
2.5. D e s p l a z a m i e n t o d e l a n o v a c i ó n p o r o t r a s f i g u r a s e n e l
derecho chileno.
i. N o v a c i ó n o b j e t i v a p o r c a m b i o d e l o b j e t o . Ésta en la práctica se
desplaza por la dación en pago, por la conveniencia que representa la no
extinción definitiva de la obligación que se está pagando.
ii. N o v a c i ó n s u b j e t i v a p o r c a m b i o d e a c r e e d o r . Ésta se reemplaza
por la cesión de créditos y el pago con subrogación, ya que éstas no importan
la extinción del crédito, sino que se pasa a gozar del mismo lugar jurídico del
antiguo acreedor con todos los privilegios y cauciones.
iii. N o v a c i ó n s u b j e t i v a p o r c a m b i o d e d e u d o r . Ésta se desplaza por
la cesión de deuda y de contrato, que si bien no se encuentran reguladas en el
derecho chileno, son figuras que se encuentran en plena expansión, ya que
éstas tampoco importan la extinción de la antigua relación jurídica. En la
práctica se pueden resolver los inconvenientes de la novación recurriendo a la
reserva de las cauciones.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 1641. Sea que la novación se opere por la substitución de un nuevo deudor o sin ella, los
privilegios de la primera deuda se extinguen por la novación.
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Teoría general de las obligaciones
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3.1. L a p r e s c r i p c i ó n e n g e n e r a l .
El art. 1567 consagra los modos de extinguir las obligaciones, y en su Nº 10
nombra a la prescripción extintiva, siendo desarrollada esta figura en los arts. 2492 y
siguientes.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 1567. Toda obligación puede extinguirse por una convención en que las partes interesadas,
siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consienten en darla por nula.
Las obligaciones se extinguen además en todo o parte:
10. Por la prescripción.
De la transacción y la prescripción se tratará al fin de este Libro; de la condición resolutoria se ha
tratado en el título De las obligaciones condicionales.
Art. 2514. La prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso
de tiempo, durante el cual no se hayan ejercido dichas acciones.
Se cuenta este tiempo desde que la obligación se haya hecho exigible.
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Teoría general de las obligaciones
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c. R e g l a s c o m u n e s a p l i c a b l e s a a m b o s t i p o s d e p r e s c r i p c i ó n .
La disposición que inicia el título de la prescripción, da una definición
general de ésta, y luego de este concepto general, el legislador da reglas comunes a
ambos tipos de prescripción.
Art. 2492. La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones y
derechos ajenos, por haberse poseído las cosas o no haberse ejercido dichas acciones y derechos
durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales.
Una acción o derecho se dice prescribir cuando se extingue por la prescripción.
Art. 2493. El que quiera aprovecharse de la prescripción debe alegarla; el juez no puede declararla de
oficio.
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Teoría general de las obligaciones
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subsistencia de la acción ejecutiva por alguno de los medios que sirven para deducir esta
acción en conformidad al artículo 434.
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Hay quienes señalan que no tendría objeto aceptar que el deudor demande la prescripción,
provocando el juicio, en circunstancias de que el acreedor no lo hace. Pero ABELIUK no ve
inconveniente para que el deudor solicite que se le declare liberado de su obligación, ya que la ley se
ha limitado a exigir que la alegue, pero no restringe la forma de hacerlo (naturalmente como acción, la
prescripción no puede intentarse en cualquier estado del juicio). Nuestra jurisprudencia es
contradictoria al respecto.
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Teoría general de las obligaciones
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a. Concepto.
El concepto de prescripción extintiva se obtiene de la definición del art. 2492.
Art. 2492. La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones y
derechos ajenos, por haberse poseído las cosas o no haberse ejercido dichas acciones y derechos
durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales.
Una acción o derecho se dice prescribir cuando se extingue por la prescripción.
b. Requisitos.
Los requisitos legales para que opere la prescripción extintiva son:
i. Que la acción sea susceptible de extinguirse mediante prescripción extintiva,
o sea, que sea p r e s c r i p t i b l e . La regla general, es la de la prescriptibilidad
de las acciones y derechos, pero esta regla no aparece en ninguna disposición
en particular, no obstante, se puede obtener de los arts. 2514 y 2515.
Art. 2514. La prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente
cierto lapso de tiempo, durante el cual no se hayan ejercido dichas acciones.
Se cuenta este tiempo desde que la obligación se haya hecho exigible.
Art. 2515. Este tiempo es en general de tres años para las acciones ejecutivas y de cinco para
las ordinarias.
La acción ejecutiva se convierte en ordinaria por el lapso de tres años, y convertida en
ordinaria durará solamente otros dos.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 844. El dueño de un predio tiene derecho para cerrarlo o cercarlo por todas partes,
sin perjuicio de las servidumbres constituidas a favor de otros predios.
El cerramiento podrá consistir en paredes, fosos, cercas vivas o muertas.
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Art. 777 inc. final. El usufructuario podrá en todo tiempo reclamar la administración
prestando la caución a que es obligado.
Art. 2332. Las acciones que concede este título por daño o dolo, prescriben en cuatro
años contados desde la perpetración del acto
Art. 1866. La acción redhibitoria durará seis meses respecto de las cosas muebles y un
año respecto de los bienes raíces, en todos los casos en que leyes especiales o las
estipulaciones de los contratantes no hubieren ampliado o restringido este plazo. El
tiempo se contará desde la entrega real.
Art. 1896. La acción rescisoria por lesión enorme expira en cuatro años contados desde
la fecha del contrato.
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Teoría general de las obligaciones
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Art. 50. En los plazos que se señalaren en las leyes, o en los decretos del Presidente de la
República, o de los tribunales o juzgados, se comprenderán aun los días feriados; a menos
que el plazo señalado sea de días útiles, expresándose así, pues en tal caso no se contarán los
feriados.
El lapso de tiempo que tiene que transcurrir para que una acción prescriba,
depende de la acción de que se trate, porque no existe un plazo único de
prescripción de acciones y derechos, pudiendo distinguir entre prescripción
de largo tiempo, y prescripción de corto tiempo.
A propósito de la duración del término de la prescripción, se ha planteado a
nivel doctrinal una discusión respecto a si las partes están facultadas para
modificar los plazos fijados por el legislador, sea ampliándolos o
restringiéndolos. Hay autores que ha este respecto simplemente niegan esta
posibilidad, basándose en el hecho de que las normas que establecen los
plazos de prescripción son normas de orden público y por lo tanto,
inderogables por la voluntad de las partes (lo que se relaciona con que la
prescripción tiene por objeto dar certeza a las relaciones jurídicas).
En otra posición, hay quienes distinguen entre la ampliación de los plazos de
prescripción y la disminución de ellos. Respecto de la ampliación, la posición
mayoritaria de la doctrina ha sido rechazar esta posibilidad, basándose en el
hecho de que la ampliación del plazo de prescripción envolvería de alguna
manera la renuncia anticipada de ella, respecto de la cual hay una limitación
legal que dice que se puede renunciar sólo una vez cumplida. Evidentemente
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En cuanto al transcurso del tiempo, es carga del deudor acreditar que desde
que la acción se ha hecho exigible, ha transcurrido el tiempo exigido por la ley.
La doctrina sostiene que no corresponde al deudor probar la inactividad o
pasividad del acreedor o del mismo por ser este un hecho negativo, sino que
corresponde probar al acreedor la existencia de un hecho natural o civil que
interrumpa la prescripción.
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Art. 812. Los derechos de uso y habitación se constituyen y pierden de la misma manera que el
usufructo.
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a. Interrupción de la prescripción .
La interrupción de la prescripción es la que produce el rompimiento de la
inactividad de la relación jurídica por la acción del acreedor para cobrar su crédito o
por un reconocimiento del deudor de su obligación, y hace perder todo el tiempo
corrido de la prescripción.
La característica fundamental de la prescripción extintiva, es que se basa
solamente en el transcurso del tiempo, el cual puede verse afectado por dos
fenómenos, cuales son la interrupción y la suspensión.
La i n t e r r u p c i ó n de la prescripción extintiva se produce en virtud de una
afectación al tercer requisito de ésta, esto es, la inactividad o el silencio de las partes.
En materia de prescripción extintiva el legislador contempla dos clases de
interrupción, la interrupción civil y la interrupción natural.
El art. 251856 en su inc. II, señala que la prescripción extintiva se interrumpe
naturalmente por el hecho de reconocer el deudor la obligación ya sea expresa, ya
sea tácitamente. El legislador establece que la actitud del deudor apta para extinguir
la obligación, puede ser tanto un reconocimiento expreso o tácito, como por ejemplo,
abonos, solicitud de prorroga, concesión de plazo, objeción de una liquidación, etc.
Art. 2518. La prescripción que extingue las acciones ajenas puede interrumpirse, ya natural, ya
civilmente.
Se interrumpe naturalmente por el hecho de reconocer el deudor la obligación, ya expresa, ya
tácitamente.
Se interrumpe civilmente por la demanda judicial; salvos los casos enumerados en el artículo 2503.
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El desistimiento de la demanda, es el retiro de ésta por parte del actor, después de notificada al
demandado, produciéndose la extinción de la acción del demandante (por ende no podrá volver a
intentarla). Y el abandono de la instancia se produce cuando las partes que figuran en el juicio han
cesado en su prosecución durante seis meses, contados desde la última providencia; esto hace perder
el procedimiento seguido en tribunales.
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Teoría general de las obligaciones
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b. S u s p e n s i ó n .
Un segundo factor que puede afectar el transcurso del tiempo en materia de
prescripción extintiva, es la suspensión.
La s u s p e n s i ó n es un beneficio que la ley establece a favor de
determinados acreedores, en función del cual no corre plazo en su contra o se
detiene, dependiendo de las circunstancias. Lo que justifica esta figura, en general, es
la idea de que al impedido no le corre plazo, que en este caso es el acreedor quien
está impedido de ejecutar sus derechos. La suspensión favorece al dueño de la cosa,
contra el que está prescribiendo.
Art. 2520. La prescripción que extingue las obligaciones se suspende en favor de las personas
enumeradas en los números 1 y 2 del artículo 2509.
Transcurridos diez años no se tomarán en cuenta las suspensiones mencionadas en el inciso
precedente.
Art. 2509. La prescripción ordinaria puede suspenderse, sin extinguirse: en ese caso, cesando causa de
la suspensión, se le cuenta al poseedor el tiempo anterior a ella, si alguno hubo.
Se suspende la prescripción ordinaria, a favor de las personas siguientes:
1. Los menores; los dementes; los sordos o sordomudos que no pueden darse a entender claramente;
todos los que estén bajo potestad paterna, o bajo tutela o curaduría;
2. La mujer casada en sociedad conyugal mientras dure ésta;
3. La herencia yacente.
No se suspende la prescripción en favor de la mujer separada judicialmente de su marido, ni de la
sujeta al régimen de separación de bienes, respecto de aquellos que administra.
La prescripción se suspende siempre entre cónyuges.
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Art. 2522. Prescribe en un año la acción de los mercaderes, proveedores y artesanos por el
precio de los artículos que despachan al menudeo.
58
Quedan sujetas a las disposiciones del CT todas las acciones que se refieran a impuestos colocados
bajo la competencia del SII (art. 1 CT), de manera que todo impuesto sujeto al control y fiscalización
de este Servicio, no se regirá en cuanto a su prescripción por las reglas del CC.
59
No se requiere un título profesional para quedar incluido en el precepto, a menos que la ley lo exija
expresamente para el ejercicio de determinadas profesiones (medicina, derecho, etc.). Este precepto
menciona a los jueces, pero debe entenderse a los que perciben honorarios, como los árbitros, y no a
los del Poder Judicial que remunera el Estado, los cuales quedan sujetos a la misma situación de
cualquier funcionario público.
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Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
Art. 2523. Las prescripciones mencionadas en los dos artículos precedentes corren contra
toda clase de personas, y no admiten suspensión alguna.
Interrúmpanse:
1. Desde que interviene pagaré u obligación escrita, o concesión de plazo por el acreedor;
2. Desde que interviene requerimiento.
En ambos casos sucede a la prescripción de corto tiempo la del artículo 2515.
Ejemplos de acciones especiales son: las derivadas del estado civil (como las
de nulidad del matrimonio, de impugnación de legitimidad, etc.); las
rescisorias (la nulidad relativa de lesión enorme); las de garantía
(saneamiento de la evicción y de los vicios redhibitorios); acciones
posesorias; de reforma de testamento; la acción del art. 2332 derivada de
delitos o cuasidelitos civiles; las acciones derivadas de un pacto comisorio,
etc.
Cabe la pregunta acerca de si la prescripción de cuatro años sería de largo o
de corto tiempo. Si se dice que es de corto tiempo, no se suspende; en cambio
si se señala que es de largo tiempo, sí se suspende. La opinión mayoritaria se
inclina por decir que esta prescripción de cuatro años sería de corto tiempo,
esto por ser inferior a cinco años.
El fundamento de las prescripciones de corto tiempo, es decir, lo que justifica
que el legislador establezca para estas acciones un plazo mas breve, según la opinión
mas común, es que en todos los casos de prescripciones de corto tiempo,
reglamentadas en los arts 2521 y siguientes, existiría una presunción de pago.
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Teoría general de las obligaciones
Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
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Esta distinción carece de justificación, ya que el pagaré no es sino una forma de obligación escrita
(documento que da constancia de una deuda), al igual que la letra de cambio, cheque, etc.
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La justificación de la interversión está en que, salvo la prescripción de tres años, en las de dos y un
año se trata, por lo general, de obligaciones de poca monta, y que suponen una cierta relación de
conocimiento personal entre el acreedor y el deudor. Por esta razón es que no es frecuente que el
deudor exija recibos o documentos que prueben el pago y es por eso que el legislador presume que se
ha pagado la obligación y, consecuentemente con ello, establece plazos cortos de prescripción. Por
otro lado, la interrupción natural, importa la documentación de la deuda o el otorgamiento de
facilidades para el pago, con lo cual la presunción de la referencia cae y se transforma la prescripción
en ordinaria.
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Paulina Navarrete M. – Maximiliano Astorga B.
Art. 2503. Interrupción civil es todo recurso judicial intentado por el que se pretende verdadero dueño
de la cosa, contra el poseedor.
Sólo el que ha intentado este recurso podrá alegar la interrupción; y ni aun él en los casos siguientes:
1. Si la notificación de la demanda no ha sido hecha en forma legal;
2. Si el recurrente desistió expresamente de la demanda o se declaró abandonada la instancia;
3. Si el demandado obtuvo sentencia de absolución.
En estos tres casos se entenderá no haber sido interrumpida la prescripción por la demanda.
Art. 2518. La prescripción que extingue las acciones ajenas puede interrumpirse, ya natural, ya
civilmente.
Se interrumpe naturalmente por el hecho de reconocer el deudor la obligación, ya expresa, ya
tácitamente.
Se interrumpe civilmente por la demanda judicial; salvos los casos enumerados en el artículo 2503.
Además para reafirmar esta interpretación, se debe tener presente que el art.
2523 no habla de interrupción civil propiamente tal, ya que si así fuera, debería haber
usado los mismos términos del art. 2503, que se refiere a la demanda judicial. Por
otro lado, si se sostiene que la demanda judicial en el caso de las de corto tiempo,
sólo produce la interversión, se llega al absurdo de que se tendría que buscar la
manera por la cual el acreedor logre interrumpir la prescripción ordinaria que sucede
a la de corto plazo. Otra cosa es afirmar que la demanda judicial además de producir
la interrupción civil, esto es, hacer perder el plazo ya corrido en favor del deudor,
produzca la interversión de la prescripción, en el sentido de que ésta sobrevenga en
ordinaria, por lo que si el acreedor cae en inactividad nuevamente, pese a la
interrupción, el plazo que comenzará a correr, es el de la prescripción ordinaria (es
decir, produce el efecto normal, que es hacer perder todo el tiempo de transcurrido).
Sin embargo, esta interpretación es bien discutible porque el inc. final del art.
2523 dice en ambos casos.
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