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Introducción
Capítulo 1
Cronología
Período dinástico temprano (3100 - 2650 a.C.)
Imperio antiguo (2635 - 2155 a.C.)
Imperio medio (2061 - 1785 a.C.)
Imperio nuevo (1551 - 1080 a.C.)
Capítulo 2
Historia y orígenes de Egipto
Prehistoria
Origen de la civilización egipcia
Egipto… hoy
Densidad poblacional
Ubicación
Economía
Capítulo 3
Las pirámides y los templos
Pirámide de Guiza
Pirámide de Meidum
Pirámide de Zoser
Pirámide de Kefrén
Templo de Luxor
Templo Edfu
Templo Filae
Templo Karnak
Capítulo 4
Mitología egipcia y leyendas
Osiris y su muerte
El mito egipcio de la Creación
Batalla por el trono
La diosa de las aguas
Cuando la diosa de la felicidad se enfadó
Isis y los siete escorpiones
La cenicienta egipcia: Rhodopis.
El dios de las momias
Capítulo 5
Faraones
Tutmosis III
Tutankamón
Amenofis III
Cleopatra VII
Hatshepsut
Teti
Akenatón
Ramsés II
Amosis I
Kefrén
Capítulo 6
Momificación y vida futura
¿Qué creían en el antiguo Egipto sobre la muerte?
3 preguntas fundamentales la momificación
¿Qué podemos aprender con el estudio de la momificación egipcia?
¿Dónde están las momias del antiguo Egipto?
¿Qué es el libro de los muertos?
Técnica de momificación en el antiguo Egipto
Conclusión
Historia del Antiguo Egipto
Créditos
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al tema en cuestión.
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De ninguna manera o forma es legal reproducir, duplicar, o transmitir cualquier parte de este
documento, ya sea por medios electrónicos o en formato impreso.
Este será un paseo apasionante, puedo asegurarlo, porque cada párrafo, cada
pequeña oración ha sido milimétricamente diseñada para que todos los
lectores disfruten del tour hacia una de las culturas más importantes de la
historia. Y, en aras de este resultado, he dispuesto de una serie de capítulos
que servirán de gran ayuda para que tú y otros lectores entiendan, sin rodeos
ni tecnicismos, todo lo valioso que hoy nos queda de Egipto. ¿Cómo
iniciaremos este rico recorrido? En el primer capítulo, te mostraré una
cronología de fácil comprensión, pensada para que no te pierdas en el camino
y avancemos juntos, como una expedición de arqueólogos que se arrojan a la
búsqueda del conocimiento supremo.
Los últimos dos capítulos, quinto y sexto, son el epílogo necesario de un libro
pensado para arrojar luces en el túnel de la modernidad. Aquí los temas
centrales serán básicamente dos: los faraones y la momificación, cuestiones
que permanecen en el centro de los debates más interesantes en las mesas de
arqueólogos, historiadores y egiptólogos.
Está claro que con el Período dinástico temprano inició la era histórica del
país. Fue durante este período que Egipto construiría una identidad fuerte,
con lazos culturales, sociales y religiosos sobre los cuales edificar una
población entera. Las artes, las ciencias, la escritura fueron desarrolladas
durante estos años.
Para que tengas una idea más clara, lo que hoy conocemos como faraón no
existía. Eran denominados reyes los hombres que gobernaban el destino
absoluto de la nación con sus decisiones. Reyes y Majestad eran los epítetos
adjudicados a las figuras de mayor poder político en aquel entonces. Pero,
¿Quién fue el primero en ocupar dicho título?
Según los registros escritos hallados a la fecha, el primer rey de Egipto fue
Menes, un Rey de Alto Egipto que se consolidó como máxima autoridad
luego de vencer a otras ciudades-estado a su alrededor. El hecho de que no
haya evidencia arqueológica que respalde a Menes como el primer Rey de
Egipto, ha supuesto un punto de quiebre entre los investigadores más
preparados, quienes ahora manejan la posibilidad de que el primer Rey pudo
ser Nermer, uno de los nombres más valiosos y queridos dentro de Egipto por
considerarle el unificador total de Egipto alto y Egipto bajo.
Imperio antiguo (2635 - 2155 a.C.)
Este es también conocido como la era de las pirámides, y abarca desde la III
hasta la VI dinastía.
Toda la evidencia y las investigaciones sugieren que durante esta era Egipto
vivió una gran abundancia, un desarrollo indescriptible, a tal punto de ser
considerada una de las épocas doradas. ¿La razón? Aunque había una
estructura jerárquica clásica, donde todos trabajaban para complacer al faraón
de turno, durante estos años no hubo guerras ni conflictos bélicos de mayor
trascendencia.
El comienzo del fin de esta era llegó con la VI dinastía, años en los que el
poder faraónico disminuyó drásticamente, lo que a su vez favoreció el
desvanecimiento de la unidad del país. Desde este período, y hasta la X
dinastía ―poco más de 100 años―, hubo decenas de faraones; sin embargo,
no tuvieron mayor suerte en la reconducción del país hacia la prosperidad y
tranquilidad de otrora.
Imperio medio (2061 - 1785 a.C.)
El que conocemos como imperio medio abarca las dinastías XI y XII. De los
acontecimientos más relevantes de este período destaca la consolidación de
Tebas como capital de Egipto. Fue una época en la que Egipto extendió sus
fronteras, conquistando parte de Nubia.
Durante estos años, no solo se expandieron las fronteras hacia el sur, este y
oeste, sino que los reyes se encargaron de que se edificaran templos y
palacios monumentales, que no tenían siquiera comparación con cualquier
otra referencia arquitectónica del momento. En cuanto a la expansión
territorial, esta llegó con la dinastía XVIII, en respuesta a los daños e
inseguridades que se suscitaron en el seno de la nación durante el Imperio
antiguo.
El imperio nuevo es, sin temor a equívocos, el período que produjo a los
faraones más importantes de la historia. Con esto me refiero a nombres como
el de Akanetón, Ramsés II o Hatshepsut, por mencionar solo algunos de la
lista.
Más adelante, en la medida en que avancemos con la lectura del libro, irás
descubriendo un sinfín de asombrosos detalles sobre el antiguo Egipto en
términos de cultura, de religiosidad, de espiritualidad, de modernidad, de
mentalidad y ambición. La historia del ser humano puede ser resumida a
partir de la historia de una sola de sus naciones, por increíble que parezca.
Este es un libro, como te advertí al principio, que no busca darte respuestas
absolutas, sino acercarte a la realidad vivida hace tantos años atrás, cuando
empezaron a construirse esos monumentos que observamos con admiración
en series, películas y libros de historia.
Prehistoria
Hablar de Egipto exige, por sí solo, hablar del río Nilo. Antes de arrojar
cualquier dato al respecto, por consideración debo advertir que ni yo ni los
egiptólogos mejor autorizados poseemos datos exactos, puesto que hablamos
de acontecimientos que tuvieron lugar hace muchos años atrás. En este
sentido, se estima que hace unos 60.000 años, el río Nilo comenzó su habitual
y característica inundación anual.
Con esto, se vieron sumergidas sus largas orillas, dejando atrás un suelo
aluvial. Fue gracias a este acontecimiento, por completo impulsado por la
naturaleza, que los suelos aluviales se volvieron de pronto atractivos. Ahora
eran vistos como fuente de alimento y de agua. El riesgo, que permanecería
siempre latente, era la inestabilidad e impredecibilidad del río Nilo. Un río
furioso y un desierto prácticamente inútil, infértil.
apoyándome en una maravillosa descripción-analogía que nos regaló John
Albert Wilson, uno de los egiptólogos más respetados de la comunidad, en su
libro La cultura egipcia quiero presentar la tierra de Egipto desde una
perspectiva distinta a lo que tal vez encontrarás en la mayoría de las fuentes a
las que puedas recurrir.
Una de las cosas que más me interesan de Egipto es que sus otrora eras de
prosperidad y modernidad por encima del resto no ha quedado en una
anécdota. En la actualidad, esta hermosa nación sigue desarrollando su propia
historia, aunque desde una nueva posición.
Densidad poblacional
Egipto, en la actualidad, es uno de los países más poblados del planeta. Tiene
102.100.000 de personas haciendo vida entre sus fronteras. Esto nos arroja
una densidad poblacional de 102 habitantes por kilómetro cuadrado. Esta
población se divide de la siguiente manera:
Ciudad capital, Cairo (9.540.000); Alejandría (5.200.000); Giza
(4.522.000); Port Said (571.000); Suez (512.000); Al Mahallah al Kubra
(431.000); Luxor (422.000); Asyut (421.000); Al Mansurah: (420.000);
Tanda (405.000); Al Fayyum (306.000); Zagazig (303.000); Ismailia
(293.000); Aswan (266.000); Qina (235.000); Damanhur (228.000); Al
Minya (227.000); Damietta (207.000); Sohag (207.000); Sohag (190.000);
Bani Suwayf (190.000); Shibin al Kawm (186.000); Banha (158.000); Kafr
ash Shaykh (144.000); Arish (129.000).
Ubicación
Ubicado al noreste de África, Egipto está en contacto directo con el mar
Mediterráneo y la península de Sinaí. Tiene un área total de 1.001.450 km²,
de los cuales 2.450 km pertenecen a la costa. A nivel geográfico, las
dimensiones de Egipto le convierten en una de las naciones más grandes de
todo su continente y el nro. 30 en todo el mundo. Un dato para nada
despreciable, en este sentido, es la poca cantidad de personas que viven en las
ciudades, un estimado del 43% de los residentes. Sus tres países vecinos son
Libia, Sudán e Israel, con quienes comparten fronteras nacionales.
Economía
El último informe económico, donde se evaluaron los indicadores alcanzados
durante el año 2021, nos arroja resultados interesantes y que apuntan a una
proyección sostenida de la nación africana. Debo citarlo textualmente siendo
una información técnica y fiel a la fuente:
En 2021 la cifra del PIB fue de 357.529 M€, con lo que Egipto es la
economía número 33 en el ranking de los 196 países de los que publicamos el
PIB. El valor absoluto del PIB en Egipto creció 22.361 M€ respecto a 2020.
El PIB Per cápita de Egipto en 2021 fue de 3.502 €, 170 € mayor que el de
2020, que fue de 3.332 €. Para ver la evolución del PIB per cápita resulta
interesante mirar unos años atrás y comparar estos datos con los del año 2011
cuando el PIB per cápita en Egipto era de 2.211”.
Capítulo 3
Las pirámides y los templos
Aunque, en general, las pirámides y los templos son apenas la punta del
Iceberg.
Imposible empezar este segmento sin destacar que esta es una de las obras
más imponentes que haya creado el hombre a lo largo de su historia. Una
razón de peso para echar la vista atrás en busca de más información sobre
estos períodos faraónicos y lo conseguido con cada uno de ellos. Un simple
vistazo en la web nos dará fotografías realmente preciosas e impresionantes
de este monumento, sin lugar a dudas el más importante y popular de la lista.
Pirámide de Meidum
En cuanto a las razones por las que fue construido, está la siempre necesaria
dedicatoria al dios Amun-Ra, su mujer Mut y su hijo Jonsu. El templo de
Luxor está plagado de pasillos y extensiones que fueron añadiéndose con el
devenir de los años, buscando siempre adecuar estos a las necesidades
religiosas y/o espirituales de las personas.
Santuario de Amun.
Satuario de la barca.
“El cuarto del nacimiento”
Santuario romano.
Sala hipostila.
Tercer pilón.
Columnata procesional.
Segundo pilón.
Primer pilón.
Obeliscos.
Templo of Amun (Amenhotep III).
Patio solar (Amenhotep III).
Parada de la barca (Thutmose III and Hatshepsut) y Santuario de
la triada de Tebas (Ramesses II).
Columnata (Thutankhamun and Haremhab).
Gran patio (Ramesses II).
Quiosco (Shabaka).
Templo Edfu
Ahora bien, ¿Por qué crees que se ha mantenido tan bien a pesar del tiempo y
de sus acontecimientos? Básicamente por su ubicación. El templo Edfu se
encuentra en una elevación del río Nilo, lo que ha impedido que se viera
arrasado por la fuerza de la naturaleza e incluso por el odio de los primeros
cristianos en Egipto. Una extraña mezcla de providencia y factores humanos.
Empezando por su tardía construcción ―hace tan solo 2700 años― y una
gruesa capa de arena de 12 metros que lo protegió durante prácticamente dos
milenios.
Se cree que la razón de su construcción fue para “la garantía de la legalidad
del gobernador extranjero en controlar el estado”. En palabras más sencillas:
para que el rey pudiera consolidar sus relaciones con los egipcios. Lo más
asombroso de este templo no es que se haya conservado tan bien, sino la
información de gran utilidad que encontramos en sus grabados, donde se nos
ofrecen señales simbólicas de cómo era la vida para los egipcios en aquellos
años.
Templo Filae
Como sucede con todos los templos de esta naturaleza, hay un aura de
espiritualidad, misticismo y leyenda en él. Se dice que cuando el rey Osiris
fue asesinado por su hermano, su esposa Isis se tomó el trabajo de recogerlo y
refugiarlo en la isla de Filae, donde posteriormente lo reconstruiría.
En la actualidad, este templo representa uno de los puntos turísticos más
importantes del país, una visita obligatoria para cualquier persona que tenga
un mínimo interés en conectar parcialmente con un momento de la historia
egipcia plagado de mística y religiosidad.
Templo Karnak
Sería un exabrupto hablar del templo Karnak en singular, puesto que dicha
construcción es más bien un complejo formado por varios templos
―edificaciones anexas con fines religiosos, talleres, complejísimos jardines,
avenidas procesionales, recintos, almacenes y dependencias para el
servicio― que hacen de esta obra una de las más complejas y bien valoradas
por historiadores y expertos, tanto en Egipto como en arquitectura en general.
El antiguo Egipto, como has aprendido hasta ahora, albergó buena parte de
aquello en lo que terminaría convirtiéndose el mundo occidental. No
obstante, el apartado espiritual merece un sitio especial, mucho más alto en el
pedestal de nuestro análisis. En este, el cuarto capítulo, ahondaremos en una
serie de mitos y leyendas de la historiografía egipcia. Como notarás más
adelante, en la medida en que avances con la lectura, estos mitos y leyendas
no solo resultan interesantes a la distancia, sino que explican por qué tantos
historiadores han dedicado sus vidas enteras a estudiar concienzudamente
todo aquello que se relacione con el antiguo Egipto.
Y es que el desarrollo de nuestra sociedad parece inadmisible sin la mística
que ofrecen las leyendas que tanto alimentaron ―y durante tantos años― a
todas las generaciones que nos antecedieron. Leyendas y mitos hay en todas
las religiones y civilizaciones, empezando por las tres religiones
predominantes en la actualidad hasta por sociedades tan interesantes como la
grieta, la romana o el imperio otomano. Reconocer estas mitologías,
identificándolas y discerniendo entre sus muchos simbolismos, es uno de los
muchos caminos que tenemos a disposición para acercarnos a sociedades que
nos heredaron grandes maravillas. Osiris, la diosa de la felicidad, Isis… ¡Te
divertirás muchísimo a la vez que aprendes!
8 mitos que nos permitirán entender con mayor claridad todos aquellos
acontecimientos sobre los que conversamos en los primeros capítulos.
Alístate, prepara la bebida caliente de tu preferencia y acompáñame,
sumérgete conmigo en estas páginas donde el conocimiento y la historia
serán nuestra guía. Te garantizo que, al término de la lectura, querrás más
información para responder a cualesquiera que sean las interrogantes que
tengas en este tema. ¿Estás preparado/a?
¡Avancemos!
Osiris y su muerte
A Set no le bastó con esto, puesto que también esparció los pedazos por todo
Egipto, dejando por completo devastada a Isis. Son las lágrimas de Isis las
que provocarían una inundación del Nilo. Su búsqueda no cesó. Finalmente
encuentra 13 de las piezas de su difundo esposo.
A partir de este momento, y pidiendo ayuda a Anubis, dios funerario, Isis
logra resucitar a su marido, aunque este esté incompleto. Debido a esto, el
resucitado Osiris solo permanece una noche en la tierra de los vivos. Cuando
Isis despierta, está de nuevo sola. Como resultado de estos desfavorables
acontecimientos, Set toma el trono de Egipto, ignorando que Isis está
embaraza de quien, en el futuro, terminará vengando la muerte de su padre:
Horus.
El mito egipcio de la Creación
Nun estaba antes de que existiera nada más. De Nun solo surge un
pensamiento, mismo que terminaría convirtiéndose en el dios Ra. Una vez
que esto sucedió, el dios Ra empezó a hablar. Absolutamente todas sus
palabras se materializaron, se convirtieron en realidad. Fue así como,
mediante una palabra, nacieron sus dos hijos. Estos, mientras navegaban en la
interminable oscuridad, se perdieron. La solución pensada por el dios Ra fue
arrancarse el único ojo que tenía y enviarlo en la búsqueda de sus amados
hijos. Mientras esperaba, creó un nuevo ojo que reemplazara el que se había
arrancado. El ojo original, según se nos dice, finalmente encontró a los hijos
del dios Ra ―Shu y Tefnut―, devolviéndolos con su padre.
Fue tanta la alegría del dios Ra que su llanto, como sus palabras, se
materializaron, dando como resultado los primeros seres humanos que
habitaron sobre la faz de la tierra. Fueron las lágrimas de alegría del dios del
sol lo que permitió que nacieran la civilización egipcia, aquellos primeros
seres humanos de los que descenderían todos. El mito de la creación egipcia
es de los más lindos que se pueda conocer, sin ignorar la belleza inherente a
otros mitos provenientes de culturas tan distintas a esta. A partir de ahora,
cuando alguien te pregunte sobre lo que en el antiguo Egipto se conoció
como la creación, siéntete en la libertad de hablar del dios Ra y su
inconmensurable alegría al tener a sus hijos de vuelta.
Batalla por el trono
En una de estas peleas, Set arranca los ojos a Horus. Sin embargo, la diosa
Hathor se los devuelva. En una carrera de botes, Horus por poco se ahoga
debido a que Set se transforma en hipopótamo y hunde su pequeña
embarcación. Estas luchas se mantienen por casi 100 años. Llegado un punto,
es el propio dios Ra quien envía un mensaje al inframundo, solicitando la
opinión de Osiris. La respuesta de este, para nada sorprendente, es que su hijo
debe hacerse con el trono. Fue gracias a esta opinión que el consejo
gobernante, dioses, decretan a Horus gobernador de Egipto. Set no tiene más
remedio que ceder el trono. Finalmente, el hijo de Osiris consigue su lugar
como el dios y máxima autoridad de Egipto.
La diosa de las aguas
Se cuenta que Hathor, el único ojo del dios Ra, era amado tanto por los
humanos como por los dioses. Hathor no teme danzar entre los mortales,
proveyéndoles de dicha, placer y alegría. La gente acepta que este les dé
cerveza, les levante el ánimo, les inste a ser felices y liberarse de las
preocupaciones del día a día.
Busca a otros dioses para ponerle freno a Sekhmet, quien está fuera de
control. Los dioses reclutados por Ra aprovechan que ella duerme y elaboran
una cerveza potente, la más potente de todas. Océanos enteros de cerveza que
luego, por orden de Ra, tiñen de rojo con la intención de que parezca sangre.
De tanto vagar por estos pueblos, conoce a una mujer adinerada que se atreve
a cerrarle la puerta en la cara, negándole un poco de comida y cobijo tanto a
ella como a su bebé.
La venganza por parte de los escorpiones no se hizo esperar: Seis de los siete
guardaespaldas de Horus entregan su veneno al más fuerte de ellos. En la
altura de la noche, ese escorpión elegido pica al hijo de aquella mujer rica.
Isis, al enterarse de lo sucedido, recita un conjuro tan poderoso que alcanzaría
para anular el veneno y evitar la muerte del niño. Aquella mujer rica se dio
cuenta de que quien le pedía comida y cobijo para su hijo era Isis, por lo que
pidió perdón y entregó todas sus riquezas a la diosa.
La cenicienta egipcia: Rhodopis.
Una niña griega, de buen corazón, que fue secuestrada por piratas. Es,
también, una talentosa y hermosa bailarina. Rhodopis es vendida a un
egipcio. Este le compra un par de pantuflas color rosa para que las use
mientras baila. Cuando el Faraón anuncia un gran festival, al que están
invitados todos los que deseen asistir, los esclavos le dan tanto trabajo a
Rhodopis para que no pueda asistir.
El halcón deja caer la zapatilla sobre el regazo del Faraón quien, consciente
de que se trata de Horus, notifica a todos que se casará con la mujer que calce
en la zapatilla. Acometido a la búsqueda, recorre de arriba abajo el río Nilo
con la esperanza de encontrar a la dueña de la zapatilla. La niña Rhodopis
está asustada: el concierto de barcazas y soldados del faraón la intimida, por
lo que se esconde en los juncos. Justo antes de que la barca del Faraón
retorne a su origen, este se da cuenta de que Rhodopis yace oculta. Le prueba
la zapatilla. Es entonces cuando el Faraón, cumpliendo la promesa, informa a
todos que ella sea su reina.
El dios de las momias
Ya para esta altura de la lectura, sabes de qué se trata la figura del Faraón. En
el antiguo Egipto, este era el grado más alto al que podía aspirar un
hombre. El gobernador y máxima autoridad de Egipto. Una pirámide social
que no se separa demasiado de lo que hoy entendemos como niveles de
mando dentro de una estructura de poder más o menos piramidal. Hoy
conocemos que cada nación tiene un presidente, un comandante en jefe, que
es a su vez precursor de todas las necesidades del pueblo y que, por lo tanto,
goza de todo el poder necesario para salvaguardar la integridad de su gente.
En resumidas cuentas, lo que en el antiguo Egipto era un Faraón hoy vendría
siendo el presidente de un país.
Otro de los nombres más populares en la parte occidental del mundo. Resulta
sorprendente que se trate de un faraón tan popular, símbolo inequívoco del
antiguo Egipto, aun teniendo un reinado tan corto. Entonces, ¿A qué se debe
todo el misticismo que le rodea? Empecemos, pues, por sus aportes más
significativos.
Los mitos también aportan algo en esta fama. ¿Sabías que existe la creencia
de que quienes participaran de la profanación de su tumba morirían poco
después? Eso cuenta la leyenda, clave en la creciente popularidad de este
nombre del antiguo Egipto.
Amenofis III
Lo primero que debes saber es que se trató de la última faraona del antiguo
Egipto. Cleopatra VII provenía de la Dinastía Ptolemaica. Con su muerte, la
nación entera cayó bajo el yugo y control del imperio romano, lo que
supondría el final de una larga historia de períodos faraónicos. Los atributos
que más resaltan los egiptólogos e historiadores de esta faraona son su
belleza y su inteligencia. Sin embargo, a pesar de lo antes mencionado,
Cleopatra tuvo que compartir trono con su hermano ―y esposo― Ptolomeo
XIII. Conviene destacar que esta era una medida bastante normal en aquellos
tiempos. A pesar de esto, nunca fueron la pareja ideal, pues jamás lograron
llevarse del todo bien. Una demostración de esto es la participación de Julio
César, quien tuvo que ir a Egipto para fungir de mediador y poner orden.
Cleopatra, tan inteligente y sagaz como se describe, ganó los favores de Julio
César presentándose ante él desnuda, como una ofrenda por parte de su
pueblo. Eventualmente, Ptolomeo XIII sería derrocado, dejándole el trono
por completo a Cleopatra VII, lo que daría inicio a una de las más largas
historias de amor de las que se tenga conocimiento: Cleopatra y Julio César.
No fue sino hasta el asesinato de Julio César que Cleopatra encontraría otro
amor, esta vez en Marco Antonio.
Hatshepsut
Durante todo su período faraónico, que fue desde el 1490 hasta el 168 a.C.,
Hatshepsut mantuvo a su lado un gran aliado, un hombre de una inteligencia
y una sagacidad que ayudaron a que se sostuviera en el poder sin mayores
miramientos. Me refiero a Senenmut, de profesión arquitecto y, según
muchas fuentes, uno de los muchos posibles amantes que la faraona tuvo en
vida.
Otra de las cosas por las que le recuerdan y refieren los historiadores es
porque eximió de impuestos a una región que padecía los embates climáticos
y de cosechas. Un ejemplo de empatía que no se había visto hasta entonces.
La región en cuestión se llamaba Abidos, y fue asolada durante muchos años
por problemas climáticos que afectaron la producción de cosecha. Como
habrás notado, la historia de los faraones es tan diversa que
prácticamente podemos encontrar de todo en ella, desde grandes hazañas
de justicia hasta la indolencia más dura.
Akenatón
Es por ello por lo que los egipcios todavía siguen reconociéndolo como
Ramsés el Grande, y hasta la fecha su reinado de 66 años es considerado
como la cumbre de la gloria y el poder de Egipto.
No cabe dudas de que Amosis, quien emergiera en medio del caos, consiguió
consolidar un Egipto próspero y seguro, razón por la cual se le considera uno
de los dos faraones unificadores de la nación, junto a Narmer.
Kefrén
Kefrén fue el cuarto hijo de Keops, otro de los faraones más célebres. En
cuanto a su reinado, aún no está del todo claro, pero algunos historiadores se
mueven por la idea de que su período habría estado entre el año 2518 hasta el
2492.
¿Crees que hay vida después de la muerte? ¿Eres de los que comparte la
opinión práctica de que, cuando alguien pierde la vida, simplemente ha
llegado al final y nada más? O, por el contrario, influido por alguna creencia
religiosa o espiritual, te nutres con la idea de que el más allá es un lugar al
que todos estamos destinados a ir una vez que finalice nuestro tiempo en este
plano terrenal. Sea cual fuere tu creencia, el conjunto de ideas con las que te
hayas nutrido a lo largo de tu vida, desde tiempos inmemoriales el ser
humano se ha aferrado a la idea del más allá por razones tan diversas como
asombrosas.
Pero, ¿Por qué? En dicha cultura, este tipo de rituales se llevan a cabo para
mantener intacta la identidad del fallecido, teniendo en cuenta lo que le
espera en la vida futura. Todo esto se puede resumir en una premisa para
ellos imprescindible: la muerte no supone el fin de la vida, sino una
interrupción temporal, especialmente cuando el difunto tiene la posibilidad de
vivir eternamente. Al principio, esta era una característica asociada solo a los
habitantes más ilustres e importantes de la sociedad; no obstante, con el paso
del tiempo, fue extendiéndose a todos los habitantes del país.
Cuando un adolescente se interesa por esto, aprende más sobre los tiempos y
lugares en que estos acontecimientos tuvieron lugar; lo que, a su vez, le
permite reencontrarse consigo mismo, con su propia esencia, entendiéndola
como el resultado de una serie de sucesos históricos que fueron moldeando
los constructos culturales y sociales que hoy le impactan de una u otra
manera.
Es importante destacar el hecho de que no todas las momias de las que hoy
tenemos conocimiento provienen de Egipto o están envueltas o siguen
características de momificación específicas. Prácticamente todas las culturas
ancestrales siguieron rituales más o menos parecidos para conservar el cuerpo
de sus muertos, aunque variaran las razones entre una civilización y otra.
Al sol de hoy, no cabe duda al respecto, puesto que se han hallado momias en
todos los continentes del planeta. En absolutamente todos. Si creías que la
momificación era un proceso exclusivo del antiguo Egipto, te sorprenderás al
saber que la ciencia ha descubierto momias en América del Sur, Europa,
Oceanía y Asia en general.
Ahora bien, los registros suponen que la primera momificación fue llevada a
cabo en Egipto, al menos en términos cronológicos.
Lo primero que debes saber es que se hacía en Tierra roja, una especie de
zona desértica con la que se tenía fácil acceso a ríos y a las tiendas de
campaña que se empleaban para los siguientes pasos. El primer paso para la
momificación era el lavado del cuerpo en el río Nilo. A continuación,
llevaban el cadáver a Per-Nefer, un funcionario especial, de alto rango.
Posteriormente, se ponía el cadáver en una mesa de madera, extrayendo
cerebro (sí, los egipcios nunca intentaron preservar el cerebro, puesto que le
consideraban innecesario para la vida futura). Para este procedimiento,
extraían el cerebro a través de la raíz, empleando ganchos de bronce.
Lo siguiente era una incisión al lado izquierdo del abdomen para extraer el
intestino, el estómago, el hígado y los pulmones, que luego serían lavados
con vino de palma y cubiertos en resina. Se envolvían en lino para luego
guardarlos en cuatro frascos de cerámica que eran conocidos como canopis.
Increíble, ¿No te parece?
Esto nos lleva a la siguiente conclusión: dentro del cuerpo solo quedaba un
órgano: el corazón. En el antiguo Egipto se creía que el corazón era la sede de
las pasiones, del intelecto y de las facultades humanas.
Razón suficiente para no guardarlo fuera del cadáver. Ahora bien, el cuerpo
era nuevamente lavado, esta vez sumergiéndolo en natrón, una fórmula de sal
con propiedades deshidratantes. El cadáver permanecería 40 días en este
estado, trasladándose a la Casa de Purificación. Para finalizar esta fase del
proceso de momificación, transcurridos los 40 días se cosían las incisiones y
lavaba el cadáver de nuevo en resina.
Con el cuerpo por completo seco, se procedía a llenarlo con paja y tela, lo
que devolvía el cuerpo a su forma original. Como parte del proceso, las
cuencas de los ojos eran cubiertas por piedras preciosas, la nariz era
remodelada y se rociaba el cuerpo en tero con aceites y perfumes.
Recientemente, un grupo de arqueólogos e investigadores de la Universidad
de York llegaron a la conclusión de que esta sustancia era una mezcla de
aceites vegetales, extractos de plantas, goma vegetal y resina.
Conclusión
Ahora que hemos llegado al final de este recorrido, no tengo más que gratitud
por haberme permitido la oportunidad de transmitirte todos estos
conocimientos sobre el antiguo Egipto. No es casualidad que cada vez haya
más egiptólogos especializados en todo lo relacionado a esta civilización que
tanto aportó, en distintas ramas, al desarrollo de la sociedad tal como la
conocemos en la actualidad. La realidad hoy es distinta a la que vivieron las
personas en el antiguo Egipto, pero en nosotros prevalece la necesidad de
mantenernos en sintonía con nuestra esencial, con la espiritualidad que todos
albergamos en lo más profundo de nuestros corazones.
Podemos concluir, una vez terminada la lectura, que todo el misticismo que
rodea a la historia del antiguo Egipto no nos resulta tan esquiva como cabría
suponer. Independientemente de tu condición socioeconómica, ideológica,
política o religiosa, las enseñanzas que se desprenden de esta cultura ha
calado tan hondo en la sociedad moderna que, por mucho que el tiempo pase,
seguimos calurosamente motivados a continuar aprendiendo sobre todo
cualquier detalle relacionado a la forma y la visión compartida por una
sociedad tan apasionante y espiritual como esta de la que hemos conversado a
lo largo de estas páginas.
¿Cuánto te ha sorprendido lo que leíste en este libro? Han sido muchos años
de documentación y preparación, especializándome en el tema para darte
información valiosa, veraz, que puede ser fácilmente comprobada con una
rápida investigación en la red. Hoy el antiguo Egipto y sus enseñanzas
continúan más vigentes que nunca, tanto en el imaginario colectivo como en
la propia visión de quienes día tras día interactúan con la cultura egipcia. Lo
más importante, si se quiere, es que cuando nos permitimos aprender de la
historia de una de las civilizaciones más increíbles de las que se tenga
conocimiento, nos permitimos aprender más sobre nosotros mismos, sobre la
forma en que el ser humano ha evolucionado a lo largo de los años.
No me queda más que agradecer por tu atenta lectura, por acompañarme
durante este recorrido de conocimiento, un viaje en el tiempo hacia otras
culturas, hacia una civilización a la vez espiritual como avanzada. Espero que
lo leído te sea útil para reconciliarte con tu esencia en todo el sentido de la
expresión, tal como me ha servido a mí a lo largo de mi trayectoria.