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A principios del s. XIX, España vivió la crisis del Antiguo Régimen y varias tentativas de
Revolución Liberal. Durante el reinado de Carlos IV, España soportó la invasión francesa, que
condujo a la Guerra de la Independencia. Unos pocos copian las ideas liberales y revolucionarias
de los invasores y las ponen en práctica (Cortes de Cádiz). Tras la guerra, Fernando VII restablece
el absolutismo, pero las ideas liberales se imponen definitivamente tras su muerte. En este periodo
de cambio del absolutismo al liberalismo, España pierde casi todas sus colonias americanas.
La Revolución Francesa estalló cuando Carlos IV llevaba un año de reinado y tuvo gran
influencia en la crisis, ya que algunos ilustrados confiaron en que impulsaría las reformas, pero el
gobierno de Floridablanca (ministro de Carlos IV), para evitar esa influencia, cerró todo contacto
con Francia. Otra razón fue el desprestigio del gobierno español. En 1792 Carlos IV deja el
gobierno en manos de un valido, Manuel Godoy, favorito de la reina. Godoy dirigió la política
española pero no pudo evitar que España se mezclara en los conflictos entre Inglaterra y Francia:
• En un primer momento España se une a las demás monarquías europeas contra los
revolucionarios franceses. Tras La invasión francesa del País Vasco y Cataluña la monarquía
española vuelve a su tradicional alianza con Francia, frente a Inglaterra.
• En 1801 Napoleón decreta el bloqueo comercial contra Inglaterra para forzar su rendición,
pero Portugal, tradicional aliado inglés, lo incumple. Napoleón pide a Godoy que invada Portugal,
provocando la “Guerra de las Naranjas”. España sólo ocupa la comarca de Olivenza (Badajoz).
En 1805, la alianza con Francia conduce a la grave derrota de la flota franco-española en Trafalgar,
a manos del británico Nelson.
El pueblo español reaccionó contra esta usurpación y, así, el 2 de Mayo de 1808, Madrid se
levantó contra los franceses, que respondieron con una brutal represión (fusilamientos del 3 de
mayo). El levantamiento de Madrid provocó un movimiento popular que se extendió por toda
España. Así se originó la GUERRA DE LA INDEPENDENCIA contra la ocupación francesa.
• Entre mayo-noviembre de 1808, los franceses van ocupando el territorio, aunque una
serie de reacciones del ejército y del pueblo español (Batalla de Bailén, asedios de Zaragoza y
Gerona), frenan el avance francés y obligan a José Bonaparte a abandonar Madrid.
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• Entre Noviembre de 1808 y 1812, Napoleón llega con un gran ejército y ocupa casi toda
la Península, excepto Cádiz y Lisboa. La ocupación no es firme por la acción de los guerrilleros (El
Cura Merino, El Empecinado, Spoz y Mina, etc.) que apoyados por el pueblo, no consiguen grandes
victorias, pero desgastan al ejército francés y “fijan” en la Península a 300.000 franceses con lo
que contribuyen decisivamente a la derrota de Napoleón.
El modelo político de José Bonaparte es heredero del despotismo ilustrado. Para dar
legitimidad a su reinado se rodea de afrancesados. Una asamblea de notables aprueba “El
Estatuto de Bayona”, que define a España como un régimen autoritario, garantiza una serie de
derechos individuales y libertades económicas, y establece unas cortes de representación
estamental. La guerra no permite la puesta en práctica de este reformismo.
El modelo político de los patriotas contrarios a Bonaparte y a las instituciones del Antiguo
Régimen es revolucionario. Muchos municipios, entendiendo que había un vacío de poder forman
juntas locales (gobiernos espontáneos y populares que organizaron la defensa contra los
franceses). Estas juntas se organizaron en juntas provinciales, que a su vez dieron lugar a la
Junta Suprema Central, que se establece en Cádiz. La Junta Suprema Central, presidida por
Jovellanos, asume la soberanía en nombre del rey. En 1809 la Junta Central cede el poder a una
Regencia que, en nombre de Fernando VII, convoca, en 1810, Cortes de diputados o
representantes de las provincias de España.
Ideológicamente se diferencian tres grupos: los liberales, que defienden ideas radicales
como la Soberanía Nacional, representada en las Cortes; los reformistas (o jovellanistas), que
buscan un compromiso entre la nación y el rey, que debía seguir conservando un poder
importante; los absolutistas (nobleza y clero), que defienden el Antiguo Régimen tradicional.
Las Cortes de Cádiz tratan de sustituir las antiguas estructuras sociales, económicas y
políticas del Antiguo Régimen por las de un Estado liberal. Para ello realizan dos labores:
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los derechos individuales (igualdad de todos ante la ley, libertad de imprenta, sufragio universal
masculino indirecto); confesión católica del Estado (este fue el rasgo más conservador).
Fernando VII fue el último rey absolutista de España. Su reinado se divide en tres etapas:
Este período de gobierno no fue fácil. España y la hacienda real estaban arruinadas por los
efectos de la guerra y la sublevación de las colonias. Por otro lado, se produjo una fuerte represión
de los liberales, que formaron Sociedades Secretas y conspiraron contra el gobierno. Además,
los antiguos guerrilleros encuadrados en el ejército estaban descontentos, porque eran
postergados por los oficiales de origen noble. Por ello se produjeron los pronunciamientos,
sublevaciones militares contra el gobierno, acompañados en ocasiones de sublevaciones civiles
utilizadas por los liberales (pronunciamientos de Spoz y Mina, y de Díaz Porlier).
Las potencias absolutistas europeas encargan a Francia restablecer a Fernando VII como
rey absoluto. Un ejército francés, “Los Cien Mil Hijos de San Luís”, cruza en 1823 la frontera sin
apenas resistencia. Los liberales se llevaron al rey de Madrid y se refugiaron en Cádiz, esperando
resistir a los franceses como en la Guerra de la Independencia. Pero ahora el iletrado pueblo
español no intervino, pues los franceses venían en ayuda del rey.
En venganza, el rey ejerció una fuerte represión contra los liberales destacados durante el
Trienio, encarcelando o ejecutando a todo el que no pudo huir (Riego fue ahorcado públicamente).
A todo esto se añade el problema sucesorio. La ley Sálica impedía reinar a las mujeres.
Al no tener hijos Fernando VII, el heredero era su hermano Carlos Mª Isidro. Pero en 1830, tras un
4º matrimonio, Fernando VII hace publicar la “Pragmática sanción”, que permite reinar a las
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mujeres. Mª Cristina da a luz una niña, Isabel, que será su heredera. Los partidarios de Carlos Mª
Isidro (Carlistas) no aceptan esta decisión. A la muerte de Fernando VII, en 1833, el país se
divide en Isabelinos (liberales) y Carlistas (absolutistas), dando lugar a la 1ª Guerra Carlista.
Al tiempo que se producía en España la crisis del Antiguo Régimen, las colonias españolas
en América llevaban a cabo su larga lucha por la independencia de la Corona Española.
Las CAUSAS de la independencia son variadas: los criollos están descontentos porque se les
niega su participación en los gobiernos coloniales; el monopolio del comercio español daña sus
intereses pues no les permite comerciar con los británicos, los cuales apoyan el proceso de
independencia; finalmente, se vieron influidos por las ideas de la Ilustración y por los ejemplos de
la Independencia de EEUU y de la Revolución Francesa.
• Es un proceso complejo, con rebeliones contra los españoles y guerras civiles entre los
americanos (partidarios de la independencia frente a los que desean seguir unidos a España).
Entre 1808 y 1814 nacen los focos criollos rebeldes. España no puede hacer nada por
reprimirlos pues está invadida por los franceses. Inglaterra tampoco puede intervenir abiertamente
a favor de los criollos, pues es aliada de España contra Napoleón. Sin embargo, el Alto Perú (sede
del Virreinato) se convierte en el foco realista o españolista más importante (tiene un importante
porcentaje de población indígena que es más bien partidaria de España).
Entre 1814 y 1824, España, una vez superada la Guerra de Independencia, manda tropas a
América. Inglaterra apoya abiertamente a los criollos. Los focos independentistas llevan a cabo
largas campañas militares: la Junta de Buenos Aires organiza un ejército al mando de San Martín,
que cruza los Andes e independiza Chile; Bolívar consigue la independencia de Colombia y
Venezuela, Sucre consigue la victoria final en Ayacucho y libera Perú.
A partir de 1825 el imperio colonial se reduce a Cuba, Puerto Rico y las Islas Filipinas.
El sueño de Bolívar de una América unida y fuerte fracasa por los intereses comerciales
británicos y por los intereses locales de los grupos criollos, que impiden la creación de grandes
estados. Surgen multitud de nuevas repúblicas en las que los criollos olvidaron los intereses de
la población india, negra o pobre, originándose frecuentes convulsiones sociales. Por otro lado
creció el poder de caudillos militares y la intervención del ejército en la vida política. Finalmente, la
independencia política no supuso la económica, ya que el dominio español será sustituido por el de
Gran Bretaña y EEUU.
Para España, la pérdida de todas sus colonias supuso una catástrofe económica, tanto para
la hacienda real como para el comercio español. Asimismo supuso un desprestigio para el régimen
de Fernando VII, cada vez más contestado por las fuerzas liberales.