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Parte Dogmática IV
Parte Dogmática IV
Referencias
El ejercicio pleno de los derechos implica la convivencia con normas que regulen su alcance. Entonces, para
poner límite a la arbitrariedad de las autoridades y ante el avance de normas que vulneran derechos, se
promueven garantías o acciones como medio procesal.
En nuestro ordenamiento constitucional, éstas pueden dividirse -según el objeto que protejan- en acciones
tendientes a proteger la libertad física, los derechos en general y la información sobre el individuo en
particular. Esta clasificación servirá como organización para los títulos de esta lectura.
El hábeas corpus
Se denomina de esta manera a la garantía que protege la libertad física o de locomoción a través de un
proceso judicial sumario. Su fundamentación constitucional se encuentra en el artículo 18 que establece
que “nadie puede ser arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente”1. Luego de la
reforma de 1994, el hábeas corpus se halla mencionado expresamente en el cuarto párrafo y en el final del
artículo 43, cuya letra transcribimos a continuación:
[1] Art.18, Ley 24.430. (3 de enero de 1995). Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la
[2] Art. 43, Ley 24.430. (3 de enero de 1995). Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la
Y agrega Solá:
El sistema se estructura sobre la base del contacto directo del juez con los intervinientes,
asegurando así la concentración y continuidad sin desmedro de la oportunidad de
audiencia y prueba limitada de las partes. Se asegura al habitante la tutela de la libertad
ambulatoria, se garantiza la oportunidad de recurrir al juez las 24 horas y se dota de
elementos para defenderse aun en el supuesto de emergencia constitucional. Los jueces
podrán decretar de oficio en el caso concreto la inconstitucionalidad de la orden, cuando la
limitación de la libertad se lleve a cabo por escrito y emane de una autoridad que obra en
virtud de un precepto legal contrario a la Constitución Nacional. El hábeas corpus
corresponde solamente para actos de funcionarios públicos y no para actos de
particulares, por aplicación del principio de la “acción de Estado.” (Solá, s.f.,
https://bit.ly/2Yh8ua1).
[3] Ley 23.098. (19 de octubre de 1984). Procedimiento de Hábeas Corpus. Honorable Congreso de la Nación
En el caso del hábeas corpus preventivo, la Corte Suprema lo reconoció por la acción
intimidatoria de agentes de policía en el caso “Cafassi”4. La Corte Suprema subrayó que
la amenaza debe ser también contemporánea (“acto u omisión de funcionario o autoridad
pública que amenace "en la actualidad"…”), pero realizó, a todas luces, una singular
apertura en cuanto la óptica judicial para meritar la existencia o no de amenaza. La
presencia de 2 personas requiriendo información sobre la conducta del ocupante de un
departamento, presumiblemente policías, es causa suficiente para dar curso a la acción
de hábeas corpus. Es evidente que este fallo es mucho más elástico que los reseñados
precedentemente, sobre la acreditación de la presencia de la "amenaza". (Solá, s.f.,
https://bit.ly/2Yh8ua1).
[4]
El hábeas corpus correctivo
–
Esta modalidad de hábeas corpus se emplea cuando se producen actos que agraven, de
manera arbitraria o ilegal, las formas o condiciones en que se cumplan las penas de
privación de libertad. Se halla legislado en el artículo 3.2 de la ley 23.098. (Solá, s.f.
https://bit.ly/2Yh8ua1).
Por otra parte, en el caso “Haro, Eduardo M.” la Corte Suprema sostuvo que:
[5] C.S.J.N., Haro, Eduardo Mariano s/ incidente de hábeas corpus correctivo, Fallos 307:1039, 29 de mayo de
2007.
La acción de amparo
Esta acción no estaba regulada constitucionalmente previo a la reforma constitucional de 1994. Se originó
por medio de la práctica de la Corte Suprema de Justicia –por ello algunos autores hablan de creación
“pretoriana”, emulando la figura del Pretor romano, quien creaba reglas de derecho- a través de dos
pronunciamientos en situaciones similares pero con características particulares en cada una.
Posteriormente, un decreto –aún vigente en parte y denominado Ley 16.986- de la dictadura de Onganía
reguló la acción, receptándola expresamente en el ordenamiento jurídico.
Además del afectado, la norma incorporó a otros legitimados cuando se trate de derechos
de incidencia colectiva. Para estos casos la norma creó dos legitimados especiales: el
Defensor del Pueblo y las asociaciones de protección.
Pero dicha legitimación especial debe interpretarse con carácter restrictivo, en el sentido
de que ninguno de ellos puede sustituir al titular directo del derecho agraviado cuando no
esté en juego un derecho de incidencia colectiva y el titular del mismo cuente con los
medios para su propia defensa. En particular, es conveniente utilizar la práctica del
derecho comparado en las acciones de clase.
La Ley 16986 había establecido dos prohibiciones que han sido derogadas por la nueva
redacción del artículo 43 primera parte:
1 la prohibición de declarar la inconstitucionalidad de normas en un juicio de amparo (art. 2 inc.
d) y
2 el plazo de caducidad que no hacía lugar a la acción si “La demanda no hubiese sido
presentada dentro de los quince días hábiles a partir de la fecha en que el acto fue ejecutado o
debió producirse”.
El artículo 43 establece, además, una mayor amplitud del amparo tal como había sido
originalmente planteado con gran sencillez y brevedad en los casos “Siri” y “Kot”, donde se
ideó la acción como una herramienta útil para la protección de los derechos. [Ergo], la
protección de los derechos constitucionales no puede estar sujeta a un plazo de
caducidad que impida a los jueces restablecer la vigencia de la Constitución y de las leyes,
[como pretendía el “decreto” Ley 16.986]. (Solá, s.f., https://bit.ly/2Yh8ua1)
Este caso tuvo su origen en un pedido –a través de la figura de hábeas corpus- formulado
por Ángel Siri en su carácter de director propietario del diario Mercedes, para que se dejase
sin efecto su clausura y se levantara la guardia policial que se mantenía frente al local del
periódico.
El juez de primera instancia rechazó dos veces la petición. La primera, por considerar que
la acción de hábeas corpus "sólo protege la libertad física o corporal de las personas"; y en
la segunda ocasión, porque de un informe posterior de la comisaría local se habría
comprobado la cesación de la medida, lo que privaba de "actualidad y fundamento" a la
acción. La Cámara de Apelación de Mercedes confirmó la resolución, por lo cual el señor
Siri planteó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia. Una vez radicada
la causa en la Corte Suprema, se requirieron informes sobre si subsistía la clausura del
diario, a lo que el comisario de la localidad respondió afirmativamente. Comprobada la
existencia y vigencia de la clausura del diario y la ausencia de orden de autoridad
competente que justificara dicha restricción, la Corte Suprema entendió que el actor, no
había interpuesto un hábeas corpus sino que recurriendo a esta garantía, se había limitado
a invocar la garantía de la libertad de expresión y de trabajo que asegura la Constitución:
Que basta esta comprobación inmediata para que la garantía constitucional invocada sea
restablecida por los jueces en su integridad, sin que pueda alegarse en contrario la
inexistencia de una ley que la reglamente: las garantías individuales existen y protegen a
los individuos por el solo hecho de estar consagradas por la Constitución e
independientemente de las leyes reglamentarias, las cuales solo son requeridas para
establecer "en qué caso y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y
ocupación", como dice el art. 18 de la Constitución a propósito de una de ellas. (Solá, s.f.
https://bit.ly/2Yh8ua1).
Así, la Corte Suprema, con fundamento en el artículo 33 -que contiene implícitos los derechos no
enumerados- entendió que existe una acción para amparar las lesiones a los derechos diferentes a la
libertad física o ambulatoria.
Señaló la Corte que el recurrente había interpuesto una acción de amparo, invocando los
derechos constitucionales de la libertad de trabajo, de la propiedad y de la libre actividad, o
sea, dedujo una garantía distinta a la que protege la libertad corporal y que, a semejanza
del hábeas corpus, procura asimismo una protección expeditiva y rápida que emana
directamente de la Constitución. Esta Corte lo ha declarado así en la sentencia de fecha 27
de diciembre del año pasado en la causa "Siri Angel" (Fallos, 239:459), con fundamentos
que se dan aquí por reproducidos en todo lo pertinente.
El hábeas data
Para comenzar el abordaje de este tema, revisemos, primero lo que dice el art. 43 en su tercer párrafo sobre
el amparo:
Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a ella
referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o los
privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para
exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos. No podrá
[6] Art.43, Ley 24.430. (3 de enero de 1995). Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la
El término hábeas data realiza una asociación con el de hábeas corpus, en lugar de “tened
el cuerpo” se dice “tened la información o los datos”. Se ha asociado esta garantía con el
derecho a la intimidad, ya que evita que ciertos datos sobre una persona no tengan una
publicidad innecesaria. Sin embargo, nos parece que el bien protegido es mucho más
amplio, ya que la divulgación de información puede causar daños patrimoniales o
profesionales. Particularmente en el caso de la divulgación de información falsa que
puede dañar el patrimonio, prestigio y futuro profesional o empresario de una persona, en
algunos casos en forma irreparable.
Puede iniciar el amparo toda persona, para tomar conocimiento de los datos a ella
referidos y de su finalidad, y en su caso luego de conocerlos exigir la supresión,
rectificación, confidencialidad o actualización de esos datos si fueran falsos o
discriminatorios.
La protección que da esta garantía es amplia ya que incluye todos los bancos de datos
públicos y también los privados en los casos que éstos se dediquen a proveer informes. La
norma distingue en cuanto a las características de los bancos de datos, la protección es
amplísima cuando quién tiene la información es el Estado, no admite el artículo
excepciones, ni siquiera en los casos que puedan estar en peligro la seguridad nacional.
Es probable que en estos casos el juez interviniente analice la información y la forma en
que pueda ser comunicada sin vulnerar la garantía constitucional.
En los casos de que los bancos de datos sean privados, se establece la limitación para el
ejercicio de la garantía de que éstos tengan la función de proveer informes, es decir, la
habitualidad en la obtención de información con el fin de difundirla. Es una práctica común
en la actividad financiera que existan entidades para proveer información sobre la
situación patrimonial de personas o empresas. Existen también empresas que obtienen
información sobre la contratación de personal. La norma se aplica a todos estos casos y
también a los casos de empresas que obtengan y diseminen información sin que ésta
fuera su tarea principal. En caso de tratarse de empresas prestatarias de servicios
públicos, debe aplicarse el régimen de los bancos de datos oficiales, ya que de otra
manera el Estado podría fácilmente burlar la norma con la privatización del servicio.
3 el acceso es gratuito;
4 los herederos de las personas fallecidas tienen derecho de acceder a los datos del
causahabiente;
5 los titulares tienen derecho a solicitar la rectificación, actualización o supresión de los datos;
Hasta aquí, hemos recorrido la columna vertebral del sistema constitucional, en tanto a los derechos y las
garantías. El contenido de estas lecturas no implica el agotamiento del programa y responde a una selección
de temas que creemos fundamentales, pero no completos. Resta ver lo que Gargarella denomina la “sala de
máquinas” de la Constitución, que será abordada en las lecturas del próximo módulo.
C O NT I NU A R
LECCIÓN 2 de 3
Referencias
C.S.J.N., “Haro, Eduardo Mariano s/ incidente de hábeas corpus correctivo”, Fallos 307:1039, (2007).
Ley 23.098. (1984). Procedimiento de Hábeas Corpus. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/45000-49999/48612/norma.htm
Ley 24.430. (1995). Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de http://www.infoleg.gob.ar/?page_id=63
C O NT I NU A R
LECCIÓN 3 de 3
Parte dogmática I
–
El módulo 3 tiene como objeto el estudio de los derechos. Por lo tanto, esta lectura aborda el concepto de
derecho y las principales doctrinas acerca de los principios y reglas, las cuales aportan una mayor
precisión a la hora de comprender la cuestión de modo integral.
Parte dogmática II
–
La lectura 2 intenta colocar en tela de juicio el concepto de privacidad y sus límites constitucionales. En
este sentido, muestra la colisión del concepto con otros derechos y con las normas del sistema jurídico
propuesto por la Constitución.