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Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Facultad de Ciencias de la Educación


Programa:Maestría en Educación
Asignatura: Pensamiento Pedagogico
Profesor: Dra. Maria Eugenia Plata Santos
Presentado por: Ludy Yiseth Peña Pardo Codigo: 202313883
Henry Alberto Ojeda Suárez Código: 202313564
Documento Sintesis APORTES A LA EDUCACION DE HERBART

JOHANN, FRIEDRICH HERBART (1776-1841)


El alma es la suma total de las representaciones actuales.
Yo no puedo concebir la educación sin la instrucción e inversamente,
no conozco al menos en esta obra,

Herbart
La teoría apercionista (teoría de experiencia)

A= No Persionista= Percibir
Todo se conoce a partir de las sensaciones, donde nuestros sentidos nos expresan lo que conocemos.

Sensaciones: Ideas y conocimiento y después representaciones mentales (dichas ideas aparecen en un contexto)

Todo conocimiento se relaciona con las percepciones, las sensaciones son el origen de las ideas y de los sentimientos de moralidad y voluntad.
Toda actividad mental se realiza a través de nuestras representaciones (ej. la representación de una estufa) estas representaciones si son iguales se fun-
den, por ejemplo, si veo dos estufas iguales, fundo el conocimiento, en el caso de que sean diferentes se yuxtaponen. Las opuestas se separan.
Las ideas no permanecen mucho tiempo en la conciencia, las más fuertes empujan a las más débiles a la inconsciencia. Aquello que trabajamos permanen-
temente no se nos olvida. Las ideas no permanecen en la memoria o conciencia.

Las representaciones del pasado están guardadas en el inconsciente y vuelven a la conciencia cuando una nueva representación las estimula, tiene que
ver con los aprendizajes previos. Están en estado latente.

Las representaciones permanecen en el inconsciente de forma asociada, yuxtapuesta o contrastada y a todo ese conjunto se denomina masas apercionis-
tas.
Las representaciones latentes en el inconsciente, surgen y pasan a la conciencia por la suma de energías. Representaciones de ideas antiguas y nuevas re-
presentaciones; la relación de este proceso se llama aperción (significa percibir sin tocar) es decir, recordar percepciones antiguas relacionándolas con una
representación o idea nueva. En esa medida, para Herbart la enseñanza consiste en la formación de representaciones como proceso mental de relaciones 

Johann Friedrich Herbart, filósofo, psicólogo y pedagogo alemán del siglo XIX fue alumno de Fichte, enseñó en la Universidad de Göttingen hasta cerca de

su muerte. Destaca su estancia en Suiza interesado por los métodos pedagógicos de Pestalozzi; fue sucesor de la cátedra de I. Kant en la universidad de

Koeningsbert; coordinó psicología y la ética en los métodos pedagógicos, psicología para conocer la mentalidad que ha instruirse; ética para conocer los

fines sociales que deben orientarla, tuvieron gran influencia sus obras: Pedagogía general derivada del fin de la educación, Filosofía general práctica, La

psicología como ciencia, Bosquejo para un curso de pedagogía”.

La obra de dicho autor es muy prolífera y en su tiempo contó con una importante aprobación de sus postulados pedagógicos. Sus ideas fueron utilizadas desde
Franz Brentano, Gustav Adolf Lidner, Franz Exner hasta John Dewey. También influyó en filósofos y psicólogos posteriores en el tiempo e incluso en las
primeras teorizaciones de S. Freud. se propuso y elevó la pedagogía al rango científico; con él la pedagogía se hizo ciencia y se diferenció netamente del arte
de la educación. Porque ciencia sólo se considera cuando su contenido es debidamente sistematizado, fundamentado en principios teóricos y generales;
requisitos que no faltan en la obra Herbatiana. Buscó no sólo explorar los problemas educativos desde una perspectiva teórica sino que se apoyó en la
experiencia, se apartó del idealismo alemán y propuso un realismo que admite la capacidad de conocer la realidad ocul- ta tras la apariencia de las cosas.
¿Cuál es el propósito de la educación? Para Herbart, sostuvo, que toda la tarea de ésta se reduce al concepto de moralidad, el fin es formar hombres buenos; el
conocimiento no basta, porque el valor de un hombre no se mide por su entendimiento sino por su voluntad.
A nivel filosófico se destacan los textos Filosofía Práctica Universal (1808) e Introducción a la Filosofía (1813). Se dedica un tiempo a postular principios
dentro de la incipiente psicología, de ahí escritos tales como la Psicología como Ciencia (1824) y el Manual de Psicología (1816). El interés por la pedagogía
surgió a partir de la visita que le realizó en Suiza a Pestalozzi entre 1797 y 1800, de allí surgen, entre otros, los libros Pedagogía General (1806) y el Bosquejo
de Lecciones de Pedagogía (1835).En esta ultimo, Bosquejo para un curso de pedagogía “desarrolla con amplitud el concepto inclusivo de educabilidad
como elemento base de la pedagogía y precedente del concepto de educación”

Herbart, dice: que el educador posee tres grandes medios para cumplir su misión: la instrucción, la cultura moral, y el gobierno de los niños. Que el único fin
de la educación es el perfeccionamiento moral del alumno. No hay educación sin instrucción, escribe en su pedagogía general; en sus aforismos pedagógicos,
dice: “una cultura moral sin instrucción será un fin sin medio, lo mismo que una instrucción sin cultura moral sería un medio sin fin. el pionero se considera
de la idea de instrucción educativa,”36 primero en la enseñanza educativa según ella, cuando se logra organizar en una persona un sólido sistema de ideas, es
cuando una persona puede considerarse formada. Estas ideas constituyen, además, la voluntad; la voluntad, como deseo en general, toma sus raíces del círculo
de las ideas, de la combinación de las ideas, adquiridas; es la instrucción quien forma al individuo, es su sistema de ideas, a través de éstas se logra formación
del carácter y la formación de la personalidad (“tres grandes funciones de la educación” según Herbart).

La educación
La considera como elemento esencial, para el progreso de toda sociedad humana Herbart, considera que la educación o mejor, la instrucción, tiene como
misión el construir desde fuera y por medio de estímulos externos la personalidad del niño. Lejos de considerar la existencia en éste de un espíritu activo,
dinámico y creador, cuya evolución debe ser más bien respetada que dirigida.
Por ello es en la psicología Herbatiana donde el alma es un ser sim- ple, inmutable, autosuficiente, pasivo y receptivo, cuya función parece quedar reducida a
la recepción de las representaciones actuadas desde el exterior. Donde el papel del educador será: Edificador del espíritu infantil, construirle una experiencia
determinada y claramente intuida; no actuar como si el niño tuviera ya experiencia, sino cuidar de que obtenga experiencia.
El aprendizaje para Herbart consiste en la percepción o apropiación mental que permita a una nueva experiencia o estimulación cobrar sentido por las
experiencias previas con las cuales se relaciona el niño.
El propósito de la educación según Herbart, que toda la tarea se re- duce al concepto de moralidad, el fin es formar hombres bueno.
El conocimiento no basta, porque el valor de un hombre no se mide por su entendimiento sino por su voluntad. Instrucción no significa mera información, sino
instrucción educativa, destinada a formar caracteres “Tres factores intervienen en el sistema: el ámbito y unificación del es- fuerzo intelectual, que los traduce
en la siguiente forma:

1. Antes que el reconocimiento afecte de cualquier modo el carácter debe existir interés, es decir, la mente ha de absorberse en los hechos que trata
y convertirlos en propios por la actividad personal.

2. No sólo ha de haber interés en tópicos particulares sino variados y multilaterales sobre un amplio ámbito de materias y

3. Por más variados que sean los tópicos de interés formen un todo mental compacto. Sentimiento que acompaña la atención a un objeto, con interés
propio.” Donde el fin principal de la educación se cifra en la formación del individuo a través de la estructuración de una más perceptiva, que
permite asimilar sucesivas representaciones, interés, capacidad de absorción de aportaciones culturales.
El sujeto
Prepararlo con profundo sentido de su propia responsabilidad. Su enfoque del hombre ilustrado, la moralidad, fin básico la educación; moralidad como
perfeccionamiento del carácter humano. Considera como ideales por los que debe regirse el sujeto para la vida práctica agrupadas en cinco rubros: Libertad
interior, perfección, benevolencia, justicia y equidad.
Herbart, ve en el niño al hombre del futuro y considera que la edu- cación debe durar desde la infancia hasta el matrimonio, encontramos aquí, que niega la
educación permanente y quita significación formativa a lo que adquiere culturalmente y vitalmente el hombre adulto. Es me- diante la educación que concibe
Herbart y aspira a formar individuos, per- sonas humanas, que no sean utilitarias, se trata de una educación para el sujeto altamente moral, proclama que el fin
supremo de la instrucción es moral y virtud.
El sujeto humano, en sus primeros años necesita medidas externas, coercitivas, que le empujen a someter su voluntad y a mantener el orden, se trata de suplir
la escasa regulación del mecanismo psíquico infantil y la debilidad de su voluntad.
La sociedad
Herbart, marcadamente realista, ve a la sociedad como una finalidad ética, puesto que no tiene valor sino se tiende al logro de la moralidad, a la formación del
carácter moral: “La virtud es el bien supremo de la educación. El valor de un hombre no se mide por su saber, sino por su querer, esta finalidad la consigue la
sociedad mediante la instrucción sólo de un modo mediato, indirecto; mientras que la cultura moral se orienta inmediatamente al logro de este resultado. Se
dirige a la voluntad mientras que la otra procura reforzar la inteligencia.
Con estas ideas el herbatianismo sentó los principios básicos en las sociedades Europeas para la definición científica de la pedagogía a la que fundamentó
sobre la ética, que ofrece los fines que ha de perseguir la educación, y sobre la psicología que ayuda al establecimiento de los medios precisos.
Sus principales aportes
De Herbart; la llamada Teoría de los grados formales; respecto al modo de actuar en la enseñanza; los dos movimientos del espíritu para captar la realidad,
aprehensión que supone la adopción por el pensamiento, dirección centrífuga y la reflexión como dirección centrípeta, se da un determinado proceso; siendo
los momentos o pasos o grados: claridad, asociación, sis- tematización y método.
– Otro de los aportes de J. F. Herbart fue a la pedagogía y a la di- dáctica que siguen siendo de inestimable valor; su esfuerzo por elevar la
pedagogía a la categoría de ciencia, sentando las bases de su ulterior desarrollo, por las aportaciones para un tratamiento sistemático del hecho didáctico.
– Un sin fin de trabajos y escritos sobre pedagogía experimental por sus discípulos. Pero destacan obras de Herbart; Pedagogía general derivada del
fin de la educación.
– Pedagogía general.
– Cartas acerca de la aplicación de la psicología. creación del seminario pedagógico.
– Introducción a la pedagogía general (por discípulos Stoy y Rein Zeller -1856).
– El gobierno de los niúos (1865).
– Enciclopedia de la pedagogía.
– Elementos del método general.
– Guía para la enseúanza de la ortografía (1896).
– Guía para la enseúanza del cálculo en los grados inferiores.
– Didáctica elemental.
– Pedagogía experimental.
– Lecciones para introducción en la pedagogía experimental.
– Bosquejo para un curso de pedagogía (Herbart).
– Cartas a Von Steier sobre la educación de sus hijos.
– Filosofía general práctica.
– La psicología como ciencia.

Didáctica
Para Herbart la instrucción es la teoría de la didáctica, que facilita el buen desempeño del proceso educativo.
1
“El plan de enseñanza ha de contener la conexión esencial de los estudios sin tener que apoyarse en lecturas complementarias”.
Desde esta visión de la instrucción y la didáctica, gla teoría herbartiana da luces para pensar también el problema de la formación de maestros en nuestro
medio, pues ésta no puede reducirse como piensan los didactas a la mera ciencia o conocimiento (es decir, a formar sólo especialistas en un saber) sin tener en
cuenta la pedagogía. Para Herbart el maestro debe saber tanto de pedagogía como de la ciencia que enseña, debe dominar no sólo la ciencia que aprende, sino
también aquella ciencia que lo caracteriza, la pedagogía. Sólo así puede llegar a ser un buen maestro. En esta perspectiva Herbart exigía al maestro ciencia y
reflexión, así como una mayor responsabilidad frente al hecho educativo, lo cual implica una actitud psicológica y filosófica para pensar con criterio las
acciones educativas, asumiendo una actitud dinámica ante la enseñanza.

Educación y enseñanza: la “educación por la instrucción”


Para Herbart, el fin supremo de la educación es la formación moral, la formación de la voluntad constante y reflexiva. Tal fin no podrá ser adquirido por todos
con los mismos medios, ya que el hombre ·del porvenir no debe ser formado ni para la Naturaleza, ni para la sociedad, · ni para la Humanidad, sino para sí
mismo. En consecuencia, deben presentársele todos los campos de la actividad, con el objeto de despertar en él la multiplicidad de intereses. La educación es
un «asunto individuab entre maestro y discípulo, entre formador y educando.
Ya desde la Introducción de su texto de 1806 (Herbart, 1939, p. 12 ss.), Herbart proclama la educación por la instrucción, en el sentido ya expuesto, de ser
ésta el motor de la educación en general. La educación “sin instrucción”, posibilidad contraria a su propuesta, descansa para él en la escasa relación que los

1
HERBART, Bosquejo para un curso de pedagogía, p.123
educadores comunes de su época, en particular ciertas educadoras (puericultoras, nanas, maestras de primeras letras…), tienen con el conocimiento. Se da así
el caso de que la secuencia educativa para estos educadores se sustenta en un lazo de naturaleza sentimental, que es incapaz de formar el carácter. La
educación por la instrucción, en cambio, “considera como instrucción todo aquello que se presenta al alumno como objeto de examen” (Herbart, 1939, p. 13).

- Instrucción no es transmisión de conocimientos


En consecuencia, puede decirse con Bowen que “...la instrucción en la visión de Herbart no es simplemente un proceso de construir en la mente del niño una
taxonomía de datos respecto al mundo externo; debe seguir las cinco ideas morales y la estructura moral del mundo, y esto significa que hay que hincar todos
los procesos intelectuales del niño...”de tal manera que puedan contrarrestarse las dificultades que se presentan en una educación sin instrucción.
Se opone a la educación natural de Rousseau, pero también a la educación convencional de Locke, a dejar en manos del azar la educación y la formación del hombre, así
como a seguir las exigencias, preparación y cuidados que hacen, en su época, los “escritos modernos de educación” para la enseñanza. En Herbart la educación por la
instrucción debe apartar al hombre de lo incierto, lo eventual y lo casual. En tal sentido, el objeto de la educación es evitar la incertidumbre de la acción humana y el azar, a
lo que contribuye una adecuada y firme instrucción.
La instrucción
…no puede dividirse conforme a las facultades del alma por educar, pues éstas no son más que quimeras, ni tampoco conforme a las ciencias por enseñar, pues
éstas aquí son sólo medios para un fin, que han de usarse, como los alimentos, según las disposiciones naturales y las circunstancias, y que han de disponerse,
como una materia completamente maleable, en vista de los propósitos pedagógicos.
(HERBART, La pedagogía general derivada del fin de la educación)

Las características que Herbart da a la instrucción permiten diferenciarla del uso que se hace de ella en la actualidad por algunas corrientes, para las cuales la
instrucción está atravesada por la información y mecanización del conocimiento, lo que ha hecho de la enseñanza un uso técnico orientado a la aplicación de
éste:
En tanto que por la instrucción se presenten meramente conocimientos, no se puede garantizar en modo alguno si con ello puede oponerse un contrapeso
importante a los defectos de la individualidad y a las masas de representaciones que existen independientemente de aquélla. Pero de la influencia en esas masas
depende el qué y el cuánto puede adquirirse por la instrucción para la moralidad.
(HERBART, Bosquejo para un curso de pedagogía)

De esta manera Herbart diferencia entre una instrucción pedagógica y educativa y una instrucción ordinaria que sólo labora para las destrezas apetecidas sin
importar los fines. “En la instrucción educativa todo depende de la actividad espiritual que provoca. Ésta se debe aumentar, no ennoblecer; mejorar, no
empeorar”
Para Herbart si la instrucción se reduce sólo a transmitir y adquirir destrezas no tendría valor, porque conduciría a una actividad sin espíritu, lo cual sería
perjudicial al alterar la disposición de ánimo y los movimientos del espíritu de los que también debe dar cuenta la instrucción para ser educativa.
En tal sentido, la instrucción tiene para Herbart una dimensión ética o estética; su objetivo es la formación del carácter —educación moral y formación del
espíritu— mediante la ampliación del círculo de ideas y la multiplicidad del interés. Por ello la instrucción aparece como base y condición para la educación,
en ella la formación del “...carácter está dado por un sistema de representaciones, deseos y voliciones, cuyo cultivo radica en una instrucción sólida y
completa...”que garantice la formación de una imagen estética del mundo.
Esta instrucción para ser eficaz y completa debe tener presente las ideas prácticas —perfección, libertad interior, benevolencia, derecho y equidad— entre las
cuales resalta la de perfección —incluso en el mal— que está a la base de sus teorías, entre otras razones porque en ella deben considerarse tres cosas: “...la
energía (interés), la extensión (multiplicidad) y la asociación de los impulsos espirituales. La energía se expresa con la palabra interés; la extensión atañe a la
multiplicidad; lo que concierne a la asociación se estudiará inmediatamente”.Por esto debe mostrarse ahora las características y el sentido que Herbart asigna
al concepto de interés múltiple, fundamental en su teoría de la instrucción y de la pedagogía en general.
Interés múltiple
El concepto fundamental que caracteriza la teoría de la instrucción en Herbart es el de multiplicidad del interés; concepto que aparece como motor de toda actividad

pedagógica;. La educación por la instrucción, para ser eficaz, debe despertar multiplicidad de intereses en el alumno, de tal manera que lo aprendido persista
para toda la vida.
El problema del interés “...sólo se convirtió en objeto de investigación y reflexión hasta Herbart”. Hoy cobra vigencia, en tanto es uno de los aspectos que
debe pensarse en toda enseñanza. El interés múltiple no es para Herbart un medio o un instrumento para hacer eficaz la instrucción sino el fin mismo de ésta.
Es uno de los aspectos sin el cual no podría llevarse con éxito la labor del maestro, ni el aprendizaje del conocimiento, ni la enseñanza de las materias, ya que
el interés depende, “...por una parte, de la capacidad natural, que no se puede crear; pero por otro, de los objetos que se presentan...” En Herbart interés es:
el género de actividad espiritual que debe producir la instrucción ... es la energía que, en unión con la extensión y la asociación de los impulsos...
se ha de tener en cuenta en la idea de la perfección, a la hora de mirar los progresos, la riqueza de las ideas y pensamientos que poseen los
alumnos y sus disposiciones.
De esta manera, la multiplicidad de intereses es condición indispensable en la realización de la enseñanza, en la función del maestro y en la disposición de los
alumnos para el aprendizaje. Así, la reflexión pedagógica sobre este concepto es fundamental hoy en tanto el maestro y la escuela los exigen para el buen
funcionamiento de la labor educativa. El interés aparece, en Herbart, como condición sine qua non, sin la cual no podría funcionar la actividad de la enseñanza
y el aprendizaje, pues interés es principio de vida intelectual, fuente de actividad y principio de moralidad.
La diferencia entre interés y deseo, es pensada por Herbart, en tanto señala que su objeto es distinto. El deseo “aspira a algo futuro, que no posee aún”,
mientras que el interés “...se desarrolla en el intuir y se adhiere todavía a lo intuido como presente...” El interés produce una actividad interior que nos hace
activos, pero nos hace “...exteriormente pasivos hasta que el interés se cambia en deseo o en voluntad.
La educación por la instrucción descansa, por lo tanto, en la “ciencia y refexión; una ciencia y una refexión tales, que sean capaces de contemplar y
representarse la realidad como un fragmento del gran todo” (Herbart, 1939, p. 14). Para Herbart los maestros deben formarse para el arte de la educación a
través de la ciencia, en este sentido, el autor expone que: aunque el arte de la educación se aprende gracias a una especie de instinto pedagógico, previamente
es necesario pasar por la reflexión científica (Herbart 1802).
La pedagogia como ciencia
Herbart plantea a la pedagogía como ciencia, así como su relación con el arte de la educación. Ésta se dilucida a partir de diferenciar lo que implica una
ciencia, como una coordinación de teoremas que constituyen la totalidad de una idea, del arte, como una suma de destrezas que deben unirse para producir un
determinado fin. Además de una diferencia entre la teoría y la práctica, en donde la ciencia reconoce la necesidad de hacer una evaluación en la teoría,
mientras la práctica reconoce que su propia experiencia es limitada y requiere de la reflexión que otorga la teoría.
Como “intermediario” entre la teoría y la práctica está el “tacto pedagógico”, que actúa en la reflexión del pedagogo, el cual sólo puede desarrollarse durante
la práctica. Así, Herbart llega a la conclusión de que hay una preparación para el arte de la educación por medio de la ciencia pedagógica. El tacto pedagógico
hace referencia a la necesidad de establecer una clara tensión entre teoría y praxis, considerando que la pedagogía es una ciencia, pero también es arte y que
esta tensión ha llevado a la sociedad moderna a establecer una diferencia entre los que piensan la pedagogía y los que hacen pedagogía, estos últimos los
docentes.
Noción del tacto y de la falta de tacto
Herbart es el principal exponente que introdujo el tacto y de la falta de tacto en la formación del docente. Afirmando que: “la verdadera cuestión de si un
educador es buen o mal educador es simplemente esta: ¿ha desarrollado esta persona un sentido del tacto?” (Van, 1998, p. 140). Friedrich Herbart afirma la
importancia del maestro poseedor de tacto, ya que este se hace relevante en la acción práctica educativa en el transmitir de saberes e el intercambio humano.
Es en este sentido que se sitúa al tacto como equilibrio entre la teoría y la práctica como lo afirma Herbart desde una relación con el otro.
Es ante esto que hoy en día se hace relevante al maestro aprender a tener tacto, para complementar la instancia pedagógica ante el formar desde su que-hacer
con el niño. Herbat denomina al tacto pedagógico como un entrenamiento activo entre la teoría y la práctica, el profesor en esta relación utiliza la “fuerza del
juicio” para resolver los problemas en el aula” (Luna, 2005, p. 59). A medida que el adulto avanza en su proceso profesional y formativo, reflexiona;
cambiando de paradigma educativo y se acerca al saber a través de una mirada de índole más humano. Va entendiendo que el proceder de la pedagogía es
profundizar en el estudio del sujeto, es la que se pregunta por los fenómenos existenciales que traspasan y circundan al ser desde el ser ella “ciencia y saber”.
Por tal razón cuando la cita evoca “fuerza del juicio” hace alusión a la realidad que se vive y se presencia dentro del aula y, al proceder del maestro para
resolver dicha situación. Es aquí, donde el maestro configura dicha experiencia en conocimiento a través de la enseñanza, cuando su proceder es darle forma
al alumno e instaura en él, conciencia subjetiva cuando le invita al cambio de sí mismo y al trato con el otro y con lo otro desde el amor y respeto. Es en este
proceder positivo donde se habla de un maestro con tacto.
Herbart presenta cuatro formas de enseñanza que muestran la articulación que debe darse en toda instrucción. Estas formas deben trabajarse conjuntamente en
todo objeto que se presente al alumno, no deben excluirse mutuamente como es costumbre —crítica que hace a la forma de enseñanza y a los maestros de su
tiempo que se detenían en uno u otro paso segregando los demás— sino que, más bien, han de seguirse unos a otros en cada círculo de objetos de enseñanza
en el orden indicado. Cada uno sirve a la educación múltiple, “...pues cuando ha de aprenderse mucho es necesario el análisis para no caer en la confusión;
pero como también se necesita la unificación, ésta puede comenzar por la conversación, avanzar poniendo de realce los pensamientos capitales y concluir en
una autorreflexión ordenada”. Descripción que corresponde a los cuatro grados mencionados: claridad, asociación, sistema, método (la Didáctica herbatiana )
Porque:
Toda enseñanza, exige “claridad donde los objetos se descompongan en sus elementos de suerte que el sujeto pueda considerarse cada hecho separado de los demás, (sería

la absorción).

Asociación. Una vez que la mente ha considerado el objeto por espacio suficiente para conocerlo, aquel debe relacionarse con objetos conocidos anteriormente, este

paso es una reflexión rudimentaria.


Sistematización. La comprensión de los hechos en sus relaciones propias. El proceso de apercepción iniciado en la asociación se redondea. finalmente, al sistema sucede el
método (o aplicación), consiste en compro- bar la sistematización o sistema repasando el lugar de cada hecho dentro de aquel como ocurre en aritmética. Una vez que se ha
establecido una regla (sistema), el niño se ejercita en nuevos ejemplos
La claridad es para Herbart la condición fundamental en el arte de la enseñanza, ella facilita que el niño comprenda lo particular mediante el análisis, la
descomposición de los objetos y dirija a ello sus pensamientos. Por ello, “...el arte de la enseñanza depende sobre todo de que el maestro sepa descomponer el
objeto en las partes más pequeñas, para no dar saltos inconscientemente...”, truncando así la posibilidad de comprensión del niño y de despertar su interés por
tal objeto.
La asociación; ésta no puede realizarse, y menos al principio, meramente de un modo sistemático. Para la asociación dice Herbart “...el mejor medio es la
conversación libre; porque con ella el alumno encuentra ocasión de investigar, modificar y multiplicar los enlaces casuales de las ideas, en la forma que es
para él más cómoda y más fácil, y de apropiarse a su modo lo aprendido. Con esto se evita el cansancio que se origina del mero aprender sistemático”
Con respecto al sistema sostiene Herbart:
...cada punto tiene su lugar determinado; en este lugar está unido inmediatamente con los otros puntos que se hallan próximos a él; pero asimismo está separado
por una determinada distancia de otros puntos lejanos, quedando unido a ellos sólo por determinados intermediarios; tampoco es igual siempre la forma de este
enlace. Además, un sistema no ha de ser meramente aprendido, sino también empleado, aplicado y muchas veces completado con nuevas adiciones que se han
de introducir en sus lugares correspondientes.

Finalmente, está el método, en él “...el alumno adquirirá la práctica de la reflexión metódica por medio de problemas, de trabajos propios y de sus
correcciones. Pues así se tiene que demostrar si el alumno ha comprendido exactamente los pensamientos capitales y si está en condiciones de volverlos a
reconocer en los secundarios y de aplicarlos a ellos...” Este paso pone de presente que en el proceso de enseñanza lo que se busca, finalmente, es la autonomía
del alumno. En ese sentido, el educador o maestro es un acompañante que debe proporcionar las herramientas para que el alumno llegue a la acción por sí
mismo. Si no se llega a la aplicación o práctica pierde sentido el trabajo de la instrucción.
INSTRUCCIÓN, DISCIPLINA Y GOBIERNO
Cuando Herbart plantea el problema de la instrucción (o teoría de la didáctica para él), fórmula que una buena educación no depende sólo de la instrucción,
sino también de la colaboración que a ésta aporten el gobierno y la disciplina. Los tres conceptos pilares de su pedagogía que Herbart relaciona y describe en
forma detallada: "...Gobierno, instrucción y disciplina son, pues, los tres conceptos primordiales en vista de los cuales se ha de tratar toda la teoría de la
educación...”, la cual debe preocuparse tanto de satisfacer sus fines sin oprimir el espíritu como del orden y la crianza de los niños.
Para él “...uno de los fines de la educación es que el hombre aprenda a gobernarse a sí mismo...”, pues de no hacerlo la sociedad contaría sólo con hombres
“...imbéciles, pródigos o antisociales a los que ésta pone en perpetua tutela...” Además, es necesario que la educación tome disposiciones que eviten la
contienda, “...mal moral para la sociedad misma...”El mejoramiento de estas disposiciones busca llevar al hombre a la autonomía y dominio de sí mismo, por
ello la importancia de la unión entre instrucción y educación, es decir, entre la formación del carácter y la voluntad a través de las ideas o representaciones que
se forman en el alumno. A ello debe contribuir no sólo la instrucción sino el gobierno y la disciplina.
Con respecto al concepto de gobierno, afirma Herbart, debe separarse de la educación propiamente dicha. El gobierno tiene un fin que aparece como múltiple:
“...trata, ya de prevenir el mal, tanto para los demás como para el niño mismo, para ahora, como para después; ya de evitar la lucha que en sí es un estado
molesto ya, finalmente, de impedir la colisión, que forzaría la sociedad a la lucha, sin que fuese absolutamente autorizada para ello...”Así el gobierno se ocupa
de establecer el orden y no tiene que “...alcanzar ningún fin en el espíritu del niño...“,, trabaja para el exterior, “...se rige por normas externas iguales para
todos...”, en tal sentido no tiene en cuenta la individualidad. De esta manera el gobierno se diferencia de la educación en que no busca influir en el interior del
niño, sino sólo en el exterior, manteniendo el orden y la tranquilidad en las clases, alejando “...toda señal de distracción para con el maestro”

La disciplina es entendida por Herbart como “...La acción inmediata ejercida sobre el espíritu del niño con el propósito de educarle...” Así la educación ayuda
a la formación del carácter. La disciplina sirve, en parte, “...para que se pueda disponer la instrucción, que influirá en la educación ulterior del carácter del
hombre ya independiente...” y, en parte, para que se cree o no un comienzo de carácter, por la acción o abstención; ayuda así a formar la voluntad. Además,
afirma Herbart:
La relación más importante entre la disciplina y la educación del carácter es, pues, la primera, a saber: aquella conforme a la cual la disciplina abre camino a la
instrucción, que penetrará en las ideas, intereses y deseos. Sin embargo, no se debe descuidar la segunda relación, y sobre todo en sujetos que obran con un
propósito menos variable y más firme..

En base a lo expuesto, creemos posible sugerir un esquema que matemiza el campo educativo sobre el que Herbart estuvo trabajando:
En lo explícito, los textos herbartianos lo muestran particularmente crítico frente a la proposición de un curriculum o de un protocolo organizado de tipo
didáctico. Es, también, muy crítico con la escolarización, entendida como la agrupación de niños en instituciones regidas desde el estado o entidades
similares, ya que defendió el preceptorado y la educación individualizada, a pesar de que las tendencias de su época iban claramente en el sentido de
estructurar sistemas educativos de alcance masivo.

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