¿Existe un verdadero ejercicio analítico entre los hechos presentados y la prueba aportada ante el tribunal en las sentencias de los casos de violación (en individuos mayores de edad) que otorgue fuerza justificativa a sus argumentos o solo es una inferencia mecánica que siempre obtiene el mismo resultado con o sin mayores números de pruebas? Pruebas que tienen peso por su solemnidad y no por su fondo y pertinencia, peritajes que abarcan temas que no les compete (además de ser realizados a una sola parte del proceso), doctrina, conceptos de tratadistas y sistema estándar (más de una costumbre fantasma que legal) que los jueces ajustan forzadamente en sus decisiones e inclinan la balanza desde el momento de la denuncia. Apuntan a que las sentencias de los jueces y tribunales actualmente carecen de un análisis realista y se asemejan más a un ejercicio de argumentación mecánico en el cual, de acuerdo al caso que veremos en las siguientes líneas basta la sola declaración de la supuesta víctima sin ser esta validada por algún otro medio que la observación y escucha de los jueces en audiencia, basta para condenar como verdad o lo más próximo, lo dicho por esta. 2.- ANÁLISIS Y EVALUACIÓN DEL CASO A continuación, tenemos un extracto de sentencia sobre un caso real, en la que se sustituyeron los nombres por principio de privacidad y se utilizara su contenido con un fin didáctico. Además de omitir mayormente puntos repetitivos que harian demasiada extensa la sentencia. El tema central es el siguiente: Ticio C. ha sido acusado y posteriormente sentenciado por el delito de violación usando la fuerza en contra de Dalila S., el tribunal considera como principal y única prueba suficiente la declaración de la víctima, apoyándose en lo señalado por la doctrina que no habrá más que otra prueba que el testimonio de la víctima al ser este cometido en la clandestinidad buscando impunidad. El punto relevante de este caso; las partes indican que el acto sexual sucede en un dormitorio con varias personas descansando allí, y sorprendentemente en el mismo colchón donde dormía la madre de la víctima. En el Juicio Especial No. 09571202102961 , hay lo siguiente: “[…]OCTAVO.- En la especie, respecto a la materialidad (Juicio de disvalor sobre el acto) este Tribunal considera con la convicción más allá de la duda razonable, establece que se encuentran comprobado conforme a derecho, con la siguiente prueba: Con el testimonio rendido ante el Tribunal Penal por la Dra. Tatiana P, (Pericia médico legista), quien manifestó: [se omite esta parte en la cual la perito relata hechos que le manifestó la víctima que, a mi parecer estos son irrelevantes en una pericia física]. Dentro del examen físico general, no encontré algún tipo de lesión visible aparente y dentro del examen ginecológico, lo que respecta al himen, encontré un himen con desgarros a la hora 4, 5, 6, 7 y 8, según las manecillas del reloj, esto de características antiguas, […] Posterior a esto procedí a tomar muestras de hisopados de la cavidad vaginal y además se recogió prenda íntima de vestir con el objetivo de que se determine la presencia de espermatozoides y además que se realice la prueba P30, solicité exámenes y valoración psicológica, eso es, en cuanto a la pericia que yo pude realizar…”. - Con el testimonio del señor Sgto S. de P.N Rafael Méndez, quien realizó el Informe de investigaciones, se estableció la existencia física del lugar de los hechos […]. - En cuanto a la responsabilidad penal del procesado Ticio C., (juicio de disvalor sobre el autor), una vez establecida la materialidad de la infracción […] las suscritas Juzgadoras coincidimos con la Fiscalía que estamos frente a un hecho material, que tipifica el acto y consideramos con la convicción más allá de la duda razonable que se encuentra comprobado conforme a derecho, el delito de violación sexual con la siguiente prueba: con el testimonio rendido por la víctima Dalila S, que se escuchó en la Audiencia de Juzgamiento y del cual se extrae lo siguiente: “El día 15 de agosto del 2021, […] iban a hacer una reunión familiar por el motivo que mi tío estaba cumpliendo años, aproximadamente a las 20:30 de la noche, […] Cuando me sentí mareada, me fui a dormir al cuarto de otra prima que vive ahí mismo, es en el dormitorio de abajo, pero ese dormitorio no tenía puertas, sino una cortina. En el dormitorio estaba la prima que le digo, Karen S., con sus dos hijas, dos niñitas, yo estaba en un lado con mi mamá y las tres estaban en otra cama, pero en el mismo dormitorio. Eso fue aproximadamente a las cinco de la mañana, cuando sentí al señor Ticio, cuando me levanté las demás personas estaban durmiendo, yo fui la única que me levanté. En la cama donde yo estaba, estaba el señor Ticio, yo y mi mamá, mi mamá estaba mareada. Cuando me levanté estaba con el pantalón abajo y el interior también. Me penetró el señor Ticio en mi vagina, cuando me levanté, estaba encima no más. Después de eso se levantó en ese dormitorio mi prima Karen, sinceramente no sé si ella lo habrá visto, porque cuando ya se levantó, ya estaba acá afuera en la sala. […] Este testimonio fue respaldado con el testimonio de la Psicóloga clínica Daniela Ortega R, quien ante el Tribunal [denunciante se encontraba orientada en tiempo y espacio, su lenguaje fue coherente y comprensible, hubo mucha dificultad para abordar el tema denunciado, mucha timidez y retraimiento, observé confusión, sentimientos encontrados, aún no podía procesar].” Y ante ella pudo narrar los hechos e identificar al presunto agresor, quien era el marido de su prima de nombres Ticio C y si bien no es una pericia psicológica, sino un reporte del estado emocional actual para casos de violencia contra la mujer o miembros del núcleo familiar el Tribunal procede a valorar su testimonio debidamente anunciado. El testimonio de la víctima también es concordante en tiempo y espacio con el rendido por su señora madre de nombres Vicky SS, quien bajo juramento realizó una narrativa de los hechos acontecidos, indicando en lo principal: “…Yo estaba mareada y no vi nada, también observé que mi hija estaba bebiendo bebidas alcohólicas con nosotros, todos. Mi hija me comentó que él había abusado de ella, […]. - Los testigos tanto de la Fiscalía como la defensa del señor procesado, esto es, […] aunando el hecho de que ninguno de ellos presenció el suceso y narraron la forma en que se enteraron por parte la señorita Dalila S y principalmente de la señora Karen S, quien también durmió en la misma habitación en que se dieron los hechos y despertó a varios de ellos […]. -Por su parte el procesado Ticio C, manifestó: El día de los hechos, [parte omitida explica, que no ingirió bebidas, la víctima pidió que le haga un tatuaje, todos insistieron en que le haga el tatuaje, ella estaba muy apegada a él durante la realización del tatuaje, y hasta qué hora estuvo despierto cada asistente, luego se quedó solo en la sala y aparece en escena la víctima], veo que Dalila me comienza a despertar, a hacerme conversa, que primo, cómo me quedó el tatuaje, le dije: “ándate a tu cuarto y descansa”, no primo, mira que me quedó bonito, le dije “ándate a tu cuarto y descansa, yo no quiero tener ningún inconveniente”, en eso yo ya me estoy yendo para arriba porque fui a ver a la señora Julia para llevar a Don Pancho arriba, en lo que yo otra vez bajo Dalila sigue ahí y le digo: “Dalila ¿tú te vas a quedar acostada ahí en el mueble?” y me dice: “no, llévame al cuarto”, yo no te voy a llevar a ningún cuarto, de ahí me dijo llévame al cuarto, yo la acompañé, pero ahí ella se quiso poner molestosa, primo, me quiso abrazar, me comenzó a besar y yo como un tonto caí, le digo la verdad, de ahí cuando comenzamos a mantener relaciones, yo vi que iban a ser las cinco de la mañana, yo le dije: “Dalila ya va a ser la amanecida, sabes qué, hasta ahí nomás”, ella me dijo: “no, que no importa, que sí, que no sé qué”, yo le dije: “escúchame, está mi mujer, están mis hijos, yo no quiero tener ningún problema con ellos”, entonces me vas a dejar a mí y te vas a ir, yo le dije, me voy a la sala, voy a estar ahí […]; testimonio con el cual el señor procesado niega su participación en los hechos materia de este enjuiciamiento penal, sosteniendo que si bien mantuvo relaciones sexuales con la señorita Dalila S, estas habrían sido por mutuo consentimiento. NOVENO. - Se ha establecido la relación de NEXO CAUSAL entre la infracción y el procesado Ticio C, de conformidad con el Art. 455 del Coip. Se ha probado que el acusado ha actuado con voluntad y conciencia, es decir, por medio de una acción dolosa, cometió la infracción; el dolo según Jiménez de Asúa (1978) Luis Jiménez de Azúa, en su obra Principios de Derecho Penal La Ley y El Delito, Editorial Sudamericana Buenos Aires, en la pág. 365, señala: “Existe cuando se produce un resultado típicamente antijurídico, con conciencia de que se quebranta el deber, con conocimiento de las circunstancias de hecho y del curso esencial de la relación de causalidad existente entre la manifestación humana y el cambio en el mundo exterior, con voluntad de realizar la acción y con representación del resultado que se quiere o ratifica” (pág. 365). [parte omitida concepto de otro tratadista]. Se ha evidenciado la vulneración del bien jurídico protegido por este injusto penal, esto es, la indemnidad e integridad sexual, por lo que, al decir de la teoría de la imputación objetiva, se ha superado el riesgo permitido; es decir, se ha creado un riesgo prohibido, ya que al acusado le era exigible otra conducta, pues se hallaba en posibilidad de dirigir su comportamiento acorde con los requerimientos del orden jurídico y no obró ejerciendo esa posibilidad “es decir, lo que se conoce como culpabilidad normativa o moderna, que se descompone en tres elementos: 1. Imputabilidad. 2. Conciencia de Antijuricidad. 3. Exigibilidad de otra conducta. (Se reprocha al sujeto activo porque debiendo y pudiendo conforme al querer de la norma, la desobedeció)” (Velásquez, 2010, pág. 522). Es decir, que basta con constatar que el acusado al momento de delinquir era mayor de edad; no padecía de alguna alteración mental que bloqueara su capacidad de entender y querer (imputabilidad); que tuviese conciencia de que cometía un acto prohibido por la ley (conciencia de antijuridicidad), y, por último que se encontraba en capacidad y posibilidad de actuar conforme al querer de la norma que violó (exigibilidad de la conducta); siendo por lo tanto además de concordantes e inequívocos dichos medios de prueba, son probados, varios, graves y precisos. [parte omitida conceptos de tratadistas sobre la prueba]; sin que ello implique que se invierta la carga de la prueba a cargo de la acusación. [Parte omitida aquí el tribunal empata todos los testimonios, reconoce que hubo un testimonio clave en el dormitorio y que este no fue llamado a declarar, que es concordante el testimonio de la víctima con el de la psicóloga y señala que esta no es una pericia psicológica pero que es factible como prueba al observar a la víctima su comportamiento en un primer momento, señala también que el procesado manifiesta que todo es un plan del suegro para encarcelarlo, pero sin embargo en su declaración no se evidenció aquello] al respecto las Juezas y Jueces manejamos un criterio uniforme y coherente con la doctrina, generalmente aceptada, de que los delitos de esa naturaleza se lo realiza en el ámbito de la clandestinidad, esa corriente se encuentra cimentada, con la relevancia que cobra el testimonio de la víctima, en razón de aquello reviste de muchísima importancia la versión que deviene de la ofendida, como medio probatorio suficiente para establecer la responsabilidad del autor del delito, tanto así, que no habrá en el procesamiento otra prueba testimonial que la de esta ( la víctima), por lo que es precisamente este testimonio el que debe ser analizado con el detenimiento necesario en relación al resto del conjunto probatorio, lo que darán al juzgador la certeza de la existencia de la materialidad de la infracción y la responsabilidad del procesado. […] De lo antes expuesto, se ha probado que las pruebas aportadas son suficientes para determinar la responsabilidad penal del procesado, la prueba constante en audiencia de juzgamiento tuvo la CONTUNDENCIA para superar la presunción de inocencia, formándose una certeza tanto del hecho como del derecho. Y por último lo expuesto por el tratadista Español Miranda Estrampes (1997) en su Obra “La Mínima Actividad Probatoria en el Proceso Penal”: “Que dice: para dictar sentencia condenatoria no es suficiente con el mero convencimiento subjetivo del Juez, sino que el mismo debe apoyarse en la prueba practicada, de tal forma que del resultado de la misma pueda obtenerse la convicción cerca de la culpabilidad del acusado”. Convicción en conciencia y prueba más íntimamente unidas, la primera no es más que el resultado de la segunda. El órgano jurisdiccional sentenciador debe, como paso previo para proceder a la valoración de la prueba y formar su convicción, constatar si existen o no pruebas en este sentido. Como apunta Ruiz Vadillo, “la existencia de la prueba se convierte en requisito SINE QUANON de la valoración. Constatada la existencia de actos de prueba el juzgador deberá hincar la actividad de valoración de lo mismo; si por el contrario llega a la conclusión de que no existen actos de prueba es obvio que ello impide toda apreciación al no existir prueba alguna que valorar. La libertad de valoración insistida, no permite el juez sustituir la prueba practicada por otros elementos y datos o por su mera opinión, al objeto de formar su convencimiento” (pág. 148). […] Por lo anterior, el Tribunal considera que las pruebas aportadas son suficientes para determinar la responsabilidad penal de los procesados y para ello cita el concepto de PRUEBA SUFICIENTE que trae la doctrina penal: “La suficiencia de la prueba debe ser entendida como su aptitud para formar la convicción judicial, como finalidad de la misma. En nuestra opinión, el juicio de suficiencia de la prueba de cargo supone analizar o examinar su eficacia, es decir, su fuerza o valor probatorio, y ello no solo en su aspecto formal (prueba practicada con todas las garantías), sino fundamentalmente en su aspecto material. […] Que el desarrollo de la prueba en su verdadera concepción, podemos concluir que, coincidimos doctrinariamente, con el jurista Taruffo “al afirmar que, no siendo el proceso judicial una empresa científica, no resulta necesario establecer verdades absolutas, siendo suficiente establecer verdades relativas que permitan ofrecer una base razonablemente fundada a la decisión” (2009). En ese orden de ideas resulta obvio que en el proceso judicial solo es posible establecer una verdad relativa en dos sentidos: Relativa a los medios de conocimiento, pues ellos no son ilimitados y se hallan regulados por el propio sistema legal; y Relativa al contexto, pues es dependiente de presuposiciones, conceptos y reglas de ese ámbito. Por lo tanto, nos queda claro que el proceso no solo pretende producir decisiones, sino también decisiones justas, de tal forma que una decisión solo puede ser justa si se funda en una determinación verdadera de los hechos del caso, además de derivar de un proceso correcto y de la justa interpretación y aplicación de las normas. Entonces el verdadero problema no es, si se debe o no buscar la verdad de los hechos en el proceso y tampoco si la verdad puede o no ser alcanzada en abstracto, sino comprender cuál es la verdad de los hechos, que puede y debe ser establecida por el juez para que constituya el fundamento de la decisión. - […], en cuyo indicio se puede observar un accionar del procesado en la acción injusta culpable que se juzga, definida por el maestro alemán, HANS WELSEL, como la objetividad de la imputación en la determinación de la culpabilidad; al verificarse los dos elementos que la justifican: capacidad de culpabilidad (que es lo que se denomina imputabilidad) y el conocimiento potencial de la antijuridicidad. […] Es decir que el ciudadano Ticio C, ha adecuado su conducta milimétricamente al tipo delictivo por el cual fue llamado a juicio, es decir, se ha constatado una conducta penalmente relevante, o sea, las acciones u omisiones que ponen en peligro o producen resultados lesivos, descriptibles y demostrables; y se ha motivado con la valoración de las diversas pruebas que se ha demostrado en la audiencia de Juzgamiento, de esta manera destruyendo el principio de inocencia que pesaba sobre el procesado, pues fue probado que los hechos fueron reales, guardándose siempre el debido proceso, es decir, que luego de los medios probatorios practicados los mismos que han sido valorados se llegó a la CONVICCIÓN más allá de la duda razonable de que el procesado Ticio C, adecúo su conducta artículo Art. 171 inciso primero, numeral 2, […] por lo que el Tribunal consideró procedente imponerle la pena privativa de libertad de DIECINUEVE AÑOS […]” (Estado ecuatoriano vs GSPC, Pimera instancia, 2021). 2.1.- ESTRUCTURA DE LA MOTIVACIÓN DE UNA SENTENCIA, FUNDAMENTO LEGAL Brevemente encontramos en nuestra legislación ecuatoriana en los siguientes articulados: Código Orgánico Integral Penal (2014) Art. 5.- Numeral: 18, Código orgánico función judicial (2009) Art. 130.- Numeral: 4, Constitución del Ecuador (2008) Art. 76.- Numeral: 7: Letra L, la frase repetitiva “Normas, principios, pertinencia de aplicación”. 2.2.- ¿PERO ¿QUÉ SIGNIFICA ARGUMENTAR? ¿Y QUÉ RELACIÓN HAY ENTRE ARGUMENTAR Y DECIDIR? La argumentación precede a la decisión, la argumentación judicial tiene un carácter práctico, en otras palabras, para confirmar el hecho X debemos comprobar todo su contexto, y justificarlo lógica y formalmente la decisión de su resultado. “Argumentar, en definitiva, es algo que tiene lugar en el contexto de la resolución de problemas, aunque la resolución de muchos problemas (inclusos los jurídicos) suele requerir otras habilidades, además de la de argumentar” (Atienza, 2013, pág. 108). 2.3.- ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA NORMATIVA; MOTIVACIÓN La estructura base que resalta al leer estos tres articulados principales, es la siguiente: Conclusión = Norma/principios (premisa) + Pertinencia de aplicación/nexo causal (modus ponens). Para que efectivamente se den estos presupuestos, el código orgánico integral penal nos indica los requisitos que debe contener cada sentencia, pero en particular el alma de cada sentencia se resume en confirmar: Existencia del hecho como infracción, identificación del derecho protegido fraccionado, identificación del sujeto infractor y de la víctima, existencia del lugar en que trascurrieron los hechos, el hecho materializado con las respectivas pruebas, análisis por el cual se da por probado o no el hecho punible, análisis del ¿por qué? es responsable el sujeto identificado, el nexo entre hecho y norma, consideraciones de tratadistas que de convicción a la decisión. Nos atañe hablar respectivamente de los razonamientos justificativos de la decisión como señala Summers: “a él le interesa estudiar la «fuerza justificativa» de los argumentos -de las razones- que los jueces alegan, no sus tipologías lógicas o su posible capacidad de persuasión” (1978). En esta sentencia el juez utiliza una argumentación desde la concepción MATERIAL puesto que, “el centro de atención no es la inferencia, sino la premisa y la conclusión” (Atienza, 2013, pág. 110) con el ejercicio mecánico de ubicar en tiempo espacio las fuentes del Derecho y una somera interpretación de la prueba. La fuerza justificativa en que versa su inferencia para llegar a su decisión es; Tengo, El delito está prescrito en el código orgánico integral penal, la infracción existe, (tipicidad), Una pericia del reconocimiento del lugar de los hechos, por lo tanto, el lugar existe (materialidad de la infracción), Un sujeto identificado documentadamente como el acusado en cuestión, el victimario existe, Un testimonio de una mujer identificada como la víctima, por lo tanto, el hecho denunciado, existe (hecho probado), Una pericia física del estado de la víctima en la cual señala que esta tuvo una relación sexual reciente, el hecho existe (materialidad de la infracción), La declaración del procesado, todo lo que diga puede ser usado en su contra, en este caso ratifica el hecho. En consecuencia, ¿El hecho se encuentra TIPIFICADO en el código penal? Sí, art. 171 del código orgánico integral penal. ¿Es antijurídico? Dolo directo, conciencia de la ilicitud de la acción que se encuentra tipificada como delito y aun conociéndola lleva a cabo la acción. Sí. ¿Existe culpabilidad? Se constató que el acusado era mayor de edad, no padecía enfermedad mental, conciencia del acto prohibido por la ley, pudo haber actuado conforme a la norma y no lo hizo. Sí. Como vemos basta con adecuar las pruebas a los presupuestos del derecho penal para sustentar una decisión. Estos elementos son suficientes para completar el ejercicio argumentativo práctico del tribunal, de acuerdo a la fórmula anteriormente mencionada, quien accediera carnalmente a otro sin su consentimiento será condenado con la pena de 19 años, Ticio ha accedido carnalmente a DALILA, TICIO será castigado con 19 años de prisión. Bajo estos parámetros el juez debe justificar plenamente sin que quepa duda su decisión final. El punto álgido entre el contenido fáctico y la conclusión de una pena, son las pruebas, estas le ayudan al juez a llegar a la verdad más ajustada con la realidad, siendo de suma importancia la prueba que le ayudará en esa deducción, ¿cómo es posible llegar a esa verdad con un parámetro constante en la legislación y doctrina ecuatoriana que es: la declaración de la víctima como prueba única y fundamental?. Para ser un sistema en que el principio de inocencia brilla por, sobre todo, aplicar como prueba fundamental y eje del proceso la declaración de la víctima como y absolutamente verdadera, se contrapone rotundamente a este principio, en otras palabras, si TICIO no propone una prueba justificativa como un testigo idóneo, la sentencia de TICIO ya está elaborada desde el momento de la detención. Lo que da a entender que al final del día el juez no busca justicia sino ajusticiar. No es que los jueces hayan realizado una mala motivación, o una mala inferencia inductiva, sino, que están supeditados a lo normado previamente en el sistema penal ecuatoriano y en algunos conceptos doctrinarios que señalan muy pocos requisitos para que la premisa sea verdadera, en este caso en específico, por ejemplo: “el delito de violación se comete en la clandestinidad en consecuencia no tiene testigos ni mayor número de prueba que solo la declaración de la víctima como suficiente”. Si obviamos de la fórmula las pericias mencionadas anteriormente, tenemos las dos declaraciones, de la víctima y del sospechoso, es decir, una palabra contra palabra, hechos contra hechos, versión contra versión, en la misma que, lleva ventaja la víctima por su condición. Mas allá de encontrar al verdadero culpable, resulta muy alarmante esta estructura de juzgamiento, el hilo que separa la historia o versión de la víctima como verdadera o falsa es muy fino, bastaría una dramatización dando su testimonio para que este quede como verdad absoluta, queda al descubierto que cada denuncia por el delito de violación terminará en una sentencia condenatoria como única premisa valida. Analizando la sentencia hay un ejercicio lógico sistematizado estándar basta con encajar lo que tengo para darle forma a mi decisión que desde un primer momento es culpable, se ha sentenciado y todavía hay varias dudas que responder, debido al que delito en cuestión es el de acceso carnal sin consentimiento, por un lado, aparece la víctima señalando que no dio su consentimiento y por otro lado el sospechoso manifiesta que todo fue consensuado desde el primer momento. ¿Existe algún mecanismo para evaluar la veracidad de lo manifestado por la víctima y sospechoso? ¿Si lo hay, el tribunal consideró la existencia o no de esta en el proceso? ¿Es la pericia psicológica fundamental en estos casos? ¿Si lo es, por qué se sentencia sin dudas, cuando esta no existe dentro de un proceso? ¿La misma pericia psicológica por qué no se la realiza al sospechoso bajo el principio de igualdad de armas y descargos? ¿Qué valor real tiene la declaración del procesado al no hacer juramento? ¿Una prueba bioquímica de la ropa íntima de la víctima no ayudaría a reformar los hechos fácticos? ¿En este hecho donde hubo más personas que pernoctaron en aquella vivienda, no resulta lógico que exista dentro del proceso una prueba de confirmación de ADN, y al no existir esta no cabría como duda? ¿Son los elementos de pruebas del sospechoso muy limitados, si pidiera algo fuera de lo común se lo otorgarían, como en el presente caso pedir en la flagrancia prueba toxicológica de la testigo clave (la mamá de la víctima)? 3.- PROPUESTA Como decía Atienza (2013) “para una premisa existen varios argumentos que pueden ser o no compatibles entre sí” (pág. 171), es verdad que el juzgador evalúa de acuerdo a los elementos presentados en juicio, pero de igual forma debe exigir o preguntarse al analizar cada caso porque no están presentes otras pruebas que ayuden a esclarecer el caso, y si estas faltasen juzgar como dicta la norma absolver en caso de dudas, cuestión que no se está dando en el sistema ecuatoriano, como evidencia la sentencia analizada misma que se adecúa más a un ser que a un debe ser. Para disipar dudas se debería hacer lo siguiente en este tipo de casos: El paradigma de primar la declaración de la víctima por encima de cualquier otra prueba solo debe tomarse en consideración en casos de víctimas menores de edad. La pericia psicológica debe evaluar el nivel de credibilidad de lo manifestado por cada uno, víctima y procesado. Actualmente la evaluación de credibilidad solo se ejecuta en casos de menores de edad, bajo la premisa “el niño puede estar inducido”, resulta jocoso que no se utiliza la misma premisa para realizarlo en adultos, los cuales son más propensos a falsear la verdad y o a tergiversar los recuerdos, o ser influenciados por cualquier otro motivo. En la actualidad al no tener otro mecanismo mayormente efectivo de evaluación testimonial, para casos que versen sobre mayores de edad, la pericia psicológica debe ser el eje principal del proceso. La misma debe ejecutarse a la víctima y al procesado, no solo a uno de ellos como actualmente se hace en el país, para que exista una verdadera contraposición de versiones. El abanico de pruebas que puede obtener el procesado debe ser mas abierto, si en una flagrancia por violación existen mas personas involucradas, para que el fiscal de oficio o el abogado defensor puedan tomar muestras de todos, en el caso que analizamos se debió hacer pruebas toxicológicas a las personas del dormitorio donde acontecieron los hechos. El testimonio del procesado actualmente no tiene ningún peso probatorio en el juicio, para cambiar este paradigma debería ser jurado, en su defecto la pericia psicológica serviría. En el presente caso vemos como no llega a juicio una prueba; perito médico en manifiesta en su declaración y en su informe físico que tomó muestras para análisis de prueba proteína P30 (existencia de esperma) con el objetivo de validar ese ADN con el sospechoso, esta prueba no aparece por ningún lado en el proceso y mucho menos en la sentencia, el tribunal no debería sentenciar condenando al no tener ese elemento, porque aún cabe la duda si ese ADN corresponde al procesado o no, aun cuando el procesado admite relaciones consensuadas, debido a que en esta historia todos bebieron alcohol y lo manifiestan, y prueba de sangre ratificando aquello no existe, y si los recuerdos del procesado están viciados por el alcohol, y este cree que mantuvo relaciones, al igual que la víctima cree que el causante es el procesado, y si la prueba de ADN señalaba a alguien más como sospechoso. Cabe destacar que existiendo estas dudas solo benefician al procesado, pero al revisar este caso de estudio es todo lo contrario. No es el punto acreditar que, a mayor número de pruebas, mayor número de porcentaje de éxito de la verdad, más bien, en este tipo de casos que según la misma doctrina señala se cometen en la clandestinidad buscando la impunidad, debe de agotarse todos los medios posibles de prueba aun cuando la historia tiene cabos sueltos, de parte y parte. 4.- CONCLUSIONES No es que los jueces hayan realizado una mala motivación, o una mala inferencia inductiva, al contrario, están supeditados a lo normado previamente en el sistema penal ecuatoriano y en algunos conceptos doctrinarios que señalan muy pocos requisitos para que una premisa sea verdadera, en este caso en específico “el delito de violación se comete en la clandestinidad en consecuencia no tiene testigos ni mayor número de prueba que solo la declaración de la víctima como suficiente”. El sistema como se juzga en los delitos sexuales, posee una gran falla, al no ser en igualdad de condiciones. Se está beneficiando solo a una parte procesal No solo el sistema penal ecuatoriano en el juzgamiento de casos de violencia sexual debe cambiar sino también la doctrina, ya que se utiliza ciertos puntos específicos para beneficiar a una sola parte, pues, bajo estos mismos parámetros de análisis y argumentación el próximo caso será: Pepe le fue infiel a Martha, ella en represalia le cita a un hotel, tienen relaciones consensuadas, luego de unas horas Pepe se encuentra detenido en flagrancia por violación y posteriormente condenado únicamente con el testimonio anticipado de la víctima. El ejercicio argumentativo va de la mano con una correcta teoría del delito justificada con pruebas suficientes, aun cuando el ejercicio lógico deductivo esté bien no es garantía de que el juzgador se haya aproximado a la verdad. Es verdad que el deber de los jueces es llegar lo más aproximado a la verdad de acuerdo a las pruebas en su mano, pero el análisis de esta no debe convertir en un ejercicio mecánico (especialmente en los delitos de violación -mayores de edad-) en el que uno más uno es dos, sino analizar todo el contexto y para lograr ese objetivo debe existir dentro del proceso pruebas claves siempre, y que al no existir, no se puede tomar una decisión igual que otra cuando sí existe, y esto es, por lo menos la prueba que hemos mencionado en anteriores líneas “Pericia psicológica a los implicados con medición de credibilidad” pues no teniendo otros medios me resulta el más idóneo. Existen casos en donde no es posible encontrar un mayor número de pruebas, por sus circunstancias, de allí devienen los pensamientos de la doctrina del cómo juzgar cuando acontecen estos casos, pero en un caso como el estudiado que, con solo la lectura surgen preguntas como: ¿Dónde están las demás pruebas?, ¿Por qué no se realizó X prueba?, no es lógico ajustar forzadamente la misma doctrina para justificar una decisión que va a ser escueta. Al final del día, la fuerza justificativa de los argumentos es un arte, que sirve para convencer a todos de mi decisión, más que de ser el hilo conductor en la búsqueda de la verdad en cada caso. 5.- BIBLIOGRAFÍA
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