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1.

- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA


¿Existe un verdadero ejercicio analítico entre los hechos presentados y la prueba
aportada ante el tribunal en las sentencias de los casos de violación (en individuos
mayores de edad) que otorgue fuerza justificativa a sus argumentos o solo es una
inferencia mecánica que siempre obtiene el mismo resultado con o sin mayores números
de pruebas?
Pruebas que tienen peso por su solemnidad y no por su fondo y pertinencia, peritajes
que abarcan temas que no les compete (además de ser realizados a una sola parte del
proceso), doctrina, conceptos de tratadistas y sistema estándar (más de una costumbre
fantasma que legal) que los jueces ajustan forzadamente en sus decisiones e inclinan la
balanza desde el momento de la denuncia. Apuntan a que las sentencias de los jueces y
tribunales actualmente carecen de un análisis realista y se asemejan más a un ejercicio
de argumentación mecánico en el cual, de acuerdo al caso que veremos en las siguientes
líneas basta la sola declaración de la supuesta víctima sin ser esta validada por algún
otro medio que la observación y escucha de los jueces en audiencia, basta para condenar
como verdad o lo más próximo, lo dicho por esta.
2.- ANÁLISIS Y EVALUACIÓN DEL CASO
A continuación, tenemos un extracto de sentencia sobre un caso real, en la que se
sustituyeron los nombres por principio de privacidad y se utilizara su contenido con un
fin didáctico. Además de omitir mayormente puntos repetitivos que harian demasiada
extensa la sentencia.
El tema central es el siguiente: Ticio C. ha sido acusado y posteriormente sentenciado
por el delito de violación usando la fuerza en contra de Dalila S., el tribunal considera
como principal y única prueba suficiente la declaración de la víctima, apoyándose en lo
señalado por la doctrina que no habrá más que otra prueba que el testimonio de la
víctima al ser este cometido en la clandestinidad buscando impunidad. El punto
relevante de este caso; las partes indican que el acto sexual sucede en un dormitorio con
varias personas descansando allí, y sorprendentemente en el mismo colchón donde
dormía la madre de la víctima.
En el Juicio Especial No. 09571202102961 , hay lo siguiente:
“[…]OCTAVO.- En la especie, respecto a la materialidad (Juicio de disvalor sobre el
acto) este Tribunal considera con la convicción más allá de la duda razonable, establece
que se encuentran comprobado conforme a derecho, con la siguiente prueba: Con el
testimonio rendido ante el Tribunal Penal por la Dra. Tatiana P, (Pericia médico
legista), quien manifestó: [se omite esta parte en la cual la perito relata hechos que le
manifestó la víctima que, a mi parecer estos son irrelevantes en una pericia física].
Dentro del examen físico general, no encontré algún tipo de lesión visible aparente y
dentro del examen ginecológico, lo que respecta al himen, encontré un himen con
desgarros a la hora 4, 5, 6, 7 y 8, según las manecillas del reloj, esto de características
antiguas, […] Posterior a esto procedí a tomar muestras de hisopados de la cavidad
vaginal y además se recogió prenda íntima de vestir con el objetivo de que se determine
la presencia de espermatozoides y además que se realice la prueba P30, solicité
exámenes y valoración psicológica, eso es, en cuanto a la pericia que yo pude
realizar…”. - Con el testimonio del señor Sgto S. de P.N Rafael Méndez, quien realizó
el Informe de investigaciones, se estableció la existencia física del lugar de los hechos
[…]. - En cuanto a la responsabilidad penal del procesado Ticio C., (juicio de disvalor
sobre el autor), una vez establecida la materialidad de la infracción […] las suscritas
Juzgadoras coincidimos con la Fiscalía que estamos frente a un hecho material, que
tipifica el acto y consideramos con la convicción más allá de la duda razonable que se
encuentra comprobado conforme a derecho, el delito de violación sexual con la
siguiente prueba: con el testimonio rendido por la víctima Dalila S, que se escuchó en
la Audiencia de Juzgamiento y del cual se extrae lo siguiente: “El día 15 de agosto del
2021, […] iban a hacer una reunión familiar por el motivo que mi tío estaba cumpliendo
años, aproximadamente a las 20:30 de la noche, […] Cuando me sentí mareada, me fui a
dormir al cuarto de otra prima que vive ahí mismo, es en el dormitorio de abajo, pero
ese dormitorio no tenía puertas, sino una cortina. En el dormitorio estaba la prima que le
digo, Karen S., con sus dos hijas, dos niñitas, yo estaba en un lado con mi mamá y las
tres estaban en otra cama, pero en el mismo dormitorio. Eso fue aproximadamente a las
cinco de la mañana, cuando sentí al señor Ticio, cuando me levanté las demás personas
estaban durmiendo, yo fui la única que me levanté. En la cama donde yo estaba, estaba
el señor Ticio, yo y mi mamá, mi mamá estaba mareada. Cuando me levanté estaba con
el pantalón abajo y el interior también. Me penetró el señor Ticio en mi vagina, cuando
me levanté, estaba encima no más. Después de eso se levantó en ese dormitorio mi
prima Karen, sinceramente no sé si ella lo habrá visto, porque cuando ya se levantó, ya
estaba acá afuera en la sala. […] Este testimonio fue respaldado con el testimonio de la
Psicóloga clínica Daniela Ortega R, quien ante el Tribunal [denunciante se encontraba
orientada en tiempo y espacio, su lenguaje fue coherente y comprensible, hubo mucha
dificultad para abordar el tema denunciado, mucha timidez y retraimiento, observé
confusión, sentimientos encontrados, aún no podía procesar].” Y ante ella pudo narrar
los hechos e identificar al presunto agresor, quien era el marido de su prima de nombres
Ticio C y si bien no es una pericia psicológica, sino un reporte del estado emocional
actual para casos de violencia contra la mujer o miembros del núcleo familiar el
Tribunal procede a valorar su testimonio debidamente anunciado. El testimonio de la
víctima también es concordante en tiempo y espacio con el rendido por su señora madre
de nombres Vicky SS, quien bajo juramento realizó una narrativa de los hechos
acontecidos, indicando en lo principal: “…Yo estaba mareada y no vi nada, también
observé que mi hija estaba bebiendo bebidas alcohólicas con nosotros, todos. Mi hija
me comentó que él había abusado de ella, […]. - Los testigos tanto de la Fiscalía como
la defensa del señor procesado, esto es, […] aunando el hecho de que ninguno de ellos
presenció el suceso y narraron la forma en que se enteraron por parte la señorita Dalila
S y principalmente de la señora Karen S, quien también durmió en la misma habitación
en que se dieron los hechos y despertó a varios de ellos […]. -Por su parte el procesado
Ticio C, manifestó: El día de los hechos, [parte omitida explica, que no ingirió bebidas,
la víctima pidió que le haga un tatuaje, todos insistieron en que le haga el tatuaje, ella
estaba muy apegada a él durante la realización del tatuaje, y hasta qué hora estuvo
despierto cada asistente, luego se quedó solo en la sala y aparece en escena la víctima],
veo que Dalila me comienza a despertar, a hacerme conversa, que primo, cómo me
quedó el tatuaje, le dije: “ándate a tu cuarto y descansa”, no primo, mira que me quedó
bonito, le dije “ándate a tu cuarto y descansa, yo no quiero tener ningún inconveniente”,
en eso yo ya me estoy yendo para arriba porque fui a ver a la señora Julia para llevar a
Don Pancho arriba, en lo que yo otra vez bajo Dalila sigue ahí y le digo: “Dalila ¿tú te
vas a quedar acostada ahí en el mueble?” y me dice: “no, llévame al cuarto”, yo no te
voy a llevar a ningún cuarto, de ahí me dijo llévame al cuarto, yo la acompañé, pero ahí
ella se quiso poner molestosa, primo, me quiso abrazar, me comenzó a besar y yo como
un tonto caí, le digo la verdad, de ahí cuando comenzamos a mantener relaciones, yo vi
que iban a ser las cinco de la mañana, yo le dije: “Dalila ya va a ser la amanecida, sabes
qué, hasta ahí nomás”, ella me dijo: “no, que no importa, que sí, que no sé qué”, yo le
dije: “escúchame, está mi mujer, están mis hijos, yo no quiero tener ningún problema
con ellos”, entonces me vas a dejar a mí y te vas a ir, yo le dije, me voy a la sala, voy a
estar ahí […]; testimonio con el cual el señor procesado niega su participación en los
hechos materia de este enjuiciamiento penal, sosteniendo que si bien mantuvo
relaciones sexuales con la señorita Dalila S, estas habrían sido por mutuo
consentimiento. NOVENO. - Se ha establecido la relación de NEXO CAUSAL entre la
infracción y el procesado Ticio C, de conformidad con el Art. 455 del Coip. Se ha
probado que el acusado ha actuado con voluntad y conciencia, es decir, por medio de
una acción dolosa, cometió la infracción; el dolo según Jiménez de Asúa (1978) Luis
Jiménez de Azúa, en su obra Principios de Derecho Penal La Ley y El Delito, Editorial
Sudamericana Buenos Aires, en la pág. 365, señala: “Existe cuando se produce un
resultado típicamente antijurídico, con conciencia de que se quebranta el deber, con
conocimiento de las circunstancias de hecho y del curso esencial de la relación de
causalidad existente entre la manifestación humana y el cambio en el mundo exterior,
con voluntad de realizar la acción y con representación del resultado que se quiere o
ratifica” (pág. 365). [parte omitida concepto de otro tratadista]. Se ha evidenciado la
vulneración del bien jurídico protegido por este injusto penal, esto es, la indemnidad e
integridad sexual, por lo que, al decir de la teoría de la imputación objetiva, se ha
superado el riesgo permitido; es decir, se ha creado un riesgo prohibido, ya que al
acusado le era exigible otra conducta, pues se hallaba en posibilidad de dirigir su
comportamiento acorde con los requerimientos del orden jurídico y no obró ejerciendo
esa posibilidad “es decir, lo que se conoce como culpabilidad normativa o moderna, que
se descompone en tres elementos: 1. Imputabilidad. 2. Conciencia de Antijuricidad. 3.
Exigibilidad de otra conducta. (Se reprocha al sujeto activo porque debiendo y pudiendo
conforme al querer de la norma, la desobedeció)” (Velásquez, 2010, pág. 522). Es decir,
que basta con constatar que el acusado al momento de delinquir era mayor de edad; no
padecía de alguna alteración mental que bloqueara su capacidad de entender y querer
(imputabilidad); que tuviese conciencia de que cometía un acto prohibido por la ley
(conciencia de antijuridicidad), y, por último que se encontraba en capacidad y
posibilidad de actuar conforme al querer de la norma que violó (exigibilidad de la
conducta); siendo por lo tanto además de concordantes e inequívocos dichos medios de
prueba, son probados, varios, graves y precisos. [parte omitida conceptos de tratadistas
sobre la prueba]; sin que ello implique que se invierta la carga de la prueba a cargo de la
acusación. [Parte omitida aquí el tribunal empata todos los testimonios, reconoce que
hubo un testimonio clave en el dormitorio y que este no fue llamado a declarar, que es
concordante el testimonio de la víctima con el de la psicóloga y señala que esta no es
una pericia psicológica pero que es factible como prueba al observar a la víctima su
comportamiento en un primer momento, señala también que el procesado manifiesta
que todo es un plan del suegro para encarcelarlo, pero sin embargo en su declaración no
se evidenció aquello] al respecto las Juezas y Jueces manejamos un criterio
uniforme y coherente con la doctrina, generalmente aceptada, de que los delitos de
esa naturaleza se lo realiza en el ámbito de la clandestinidad, esa corriente se
encuentra cimentada, con la relevancia que cobra el testimonio de la víctima, en
razón de aquello reviste de muchísima importancia la versión que deviene de la
ofendida, como medio probatorio suficiente para establecer la responsabilidad del
autor del delito, tanto así, que no habrá en el procesamiento otra prueba
testimonial que la de esta ( la víctima), por lo que es precisamente este testimonio el
que debe ser analizado con el detenimiento necesario en relación al resto del conjunto
probatorio, lo que darán al juzgador la certeza de la existencia de la materialidad de la
infracción y la responsabilidad del procesado. […] De lo antes expuesto, se ha probado
que las pruebas aportadas son suficientes para determinar la responsabilidad penal del
procesado, la prueba constante en audiencia de juzgamiento tuvo la
CONTUNDENCIA para superar la presunción de inocencia, formándose una certeza
tanto del hecho como del derecho. Y por último lo expuesto por el tratadista Español
Miranda Estrampes (1997) en su Obra “La Mínima Actividad Probatoria en el Proceso
Penal”: “Que dice: para dictar sentencia condenatoria no es suficiente con el mero
convencimiento subjetivo del Juez, sino que el mismo debe apoyarse en la prueba
practicada, de tal forma que del resultado de la misma pueda obtenerse la convicción
cerca de la culpabilidad del acusado”. Convicción en conciencia y prueba más
íntimamente unidas, la primera no es más que el resultado de la segunda. El órgano
jurisdiccional sentenciador debe, como paso previo para proceder a la valoración de la
prueba y formar su convicción, constatar si existen o no pruebas en este sentido. Como
apunta Ruiz Vadillo, “la existencia de la prueba se convierte en requisito SINE
QUANON de la valoración. Constatada la existencia de actos de prueba el juzgador
deberá hincar la actividad de valoración de lo mismo; si por el contrario llega a la
conclusión de que no existen actos de prueba es obvio que ello impide toda apreciación
al no existir prueba alguna que valorar. La libertad de valoración insistida, no permite el
juez sustituir la prueba practicada por otros elementos y datos o por su mera opinión, al
objeto de formar su convencimiento” (pág. 148). […] Por lo anterior, el Tribunal
considera que las pruebas aportadas son suficientes para determinar la responsabilidad
penal de los procesados y para ello cita el concepto de PRUEBA SUFICIENTE que
trae la doctrina penal: “La suficiencia de la prueba debe ser entendida como su aptitud
para formar la convicción judicial, como finalidad de la misma. En nuestra opinión, el
juicio de suficiencia de la prueba de cargo supone analizar o examinar su eficacia, es
decir, su fuerza o valor probatorio, y ello no solo en su aspecto formal (prueba
practicada con todas las garantías), sino fundamentalmente en su aspecto material. […]
Que el desarrollo de la prueba en su verdadera concepción, podemos concluir que,
coincidimos doctrinariamente, con el jurista Taruffo “al afirmar que, no siendo el
proceso judicial una empresa científica, no resulta necesario establecer verdades
absolutas, siendo suficiente establecer verdades relativas que permitan ofrecer una base
razonablemente fundada a la decisión” (2009). En ese orden de ideas resulta obvio que
en el proceso judicial solo es posible establecer una verdad relativa en dos sentidos:
Relativa a los medios de conocimiento, pues ellos no son ilimitados y se hallan
regulados por el propio sistema legal; y Relativa al contexto, pues es dependiente de
presuposiciones, conceptos y reglas de ese ámbito. Por lo tanto, nos queda claro que el
proceso no solo pretende producir decisiones, sino también decisiones justas, de tal
forma que una decisión solo puede ser justa si se funda en una determinación verdadera
de los hechos del caso, además de derivar de un proceso correcto y de la justa
interpretación y aplicación de las normas. Entonces el verdadero problema no es, si se
debe o no buscar la verdad de los hechos en el proceso y tampoco si la verdad
puede o no ser alcanzada en abstracto, sino comprender cuál es la verdad de los
hechos, que puede y debe ser establecida por el juez para que constituya el
fundamento de la decisión. - […], en cuyo indicio se puede observar un accionar del
procesado en la acción injusta culpable que se juzga, definida por el maestro alemán,
HANS WELSEL, como la objetividad de la imputación en la determinación de la
culpabilidad; al verificarse los dos elementos que la justifican: capacidad de
culpabilidad (que es lo que se denomina imputabilidad) y el conocimiento potencial de
la antijuridicidad. […] Es decir que el ciudadano Ticio C, ha adecuado su conducta
milimétricamente al tipo delictivo por el cual fue llamado a juicio, es decir, se ha
constatado una conducta penalmente relevante, o sea, las acciones u omisiones que
ponen en peligro o producen resultados lesivos, descriptibles y demostrables; y se ha
motivado con la valoración de las diversas pruebas que se ha demostrado en la
audiencia de Juzgamiento, de esta manera destruyendo el principio de inocencia que
pesaba sobre el procesado, pues fue probado que los hechos fueron reales, guardándose
siempre el debido proceso, es decir, que luego de los medios probatorios practicados los
mismos que han sido valorados se llegó a la CONVICCIÓN más allá de la duda
razonable de que el procesado Ticio C, adecúo su conducta artículo Art. 171 inciso
primero, numeral 2, […] por lo que el Tribunal consideró procedente imponerle la pena
privativa de libertad de DIECINUEVE AÑOS […]” (Estado ecuatoriano vs GSPC,
Pimera instancia, 2021).
2.1.- ESTRUCTURA DE LA MOTIVACIÓN DE UNA SENTENCIA,
FUNDAMENTO LEGAL
Brevemente encontramos en nuestra legislación ecuatoriana en los siguientes
articulados: Código Orgánico Integral Penal (2014) Art. 5.- Numeral: 18, Código
orgánico función judicial (2009) Art. 130.- Numeral: 4, Constitución del Ecuador
(2008) Art. 76.- Numeral: 7: Letra L, la frase repetitiva “Normas, principios, pertinencia
de aplicación”.
2.2.- ¿PERO ¿QUÉ SIGNIFICA ARGUMENTAR? ¿Y QUÉ RELACIÓN HAY
ENTRE ARGUMENTAR Y DECIDIR?
La argumentación precede a la decisión, la argumentación judicial tiene un carácter
práctico, en otras palabras, para confirmar el hecho X debemos comprobar todo su
contexto, y justificarlo lógica y formalmente la decisión de su resultado.
“Argumentar, en definitiva, es algo que tiene lugar en el contexto de la resolución de
problemas, aunque la resolución de muchos problemas (inclusos los jurídicos) suele
requerir otras habilidades, además de la de argumentar” (Atienza, 2013, pág. 108).
2.3.- ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA NORMATIVA; MOTIVACIÓN
La estructura base que resalta al leer estos tres articulados principales, es la siguiente:
Conclusión = Norma/principios (premisa) + Pertinencia de aplicación/nexo causal
(modus ponens).
Para que efectivamente se den estos presupuestos, el código orgánico integral penal nos
indica los requisitos que debe contener cada sentencia, pero en particular el alma de
cada sentencia se resume en confirmar: Existencia del hecho como infracción,
identificación del derecho protegido fraccionado, identificación del sujeto infractor y de
la víctima, existencia del lugar en que trascurrieron los hechos, el hecho materializado
con las respectivas pruebas, análisis por el cual se da por probado o no el hecho punible,
análisis del ¿por qué? es responsable el sujeto identificado, el nexo entre hecho y norma,
consideraciones de tratadistas que de convicción a la decisión.
Nos atañe hablar respectivamente de los razonamientos justificativos de la decisión
como señala Summers: “a él le interesa estudiar la «fuerza justificativa» de los
argumentos -de las razones- que los jueces alegan, no sus tipologías lógicas o su posible
capacidad de persuasión” (1978).
En esta sentencia el juez utiliza una argumentación desde la concepción MATERIAL
puesto que, “el centro de atención no es la inferencia, sino la premisa y la conclusión”
(Atienza, 2013, pág. 110) con el ejercicio mecánico de ubicar en tiempo espacio las
fuentes del Derecho y una somera interpretación de la prueba.
La fuerza justificativa en que versa su inferencia para llegar a su decisión es;
Tengo,
 El delito está prescrito en el código orgánico integral penal, la infracción existe,
(tipicidad),
 Una pericia del reconocimiento del lugar de los hechos, por lo tanto, el lugar
existe (materialidad de la infracción),
 Un sujeto identificado documentadamente como el acusado en cuestión, el
victimario existe,
 Un testimonio de una mujer identificada como la víctima, por lo tanto, el hecho
denunciado, existe (hecho probado),
 Una pericia física del estado de la víctima en la cual señala que esta tuvo una
relación sexual reciente, el hecho existe (materialidad de la infracción),
 La declaración del procesado, todo lo que diga puede ser usado en su contra, en
este caso ratifica el hecho.
En consecuencia,
 ¿El hecho se encuentra TIPIFICADO en el código penal?
Sí, art. 171 del código orgánico integral penal.
 ¿Es antijurídico?
Dolo directo, conciencia de la ilicitud de la acción que se encuentra tipificada
como delito y aun conociéndola lleva a cabo la acción. Sí.
 ¿Existe culpabilidad?
Se constató que el acusado era mayor de edad, no padecía enfermedad mental,
conciencia del acto prohibido por la ley, pudo haber actuado conforme a la
norma y no lo hizo. Sí.
Como vemos basta con adecuar las pruebas a los presupuestos del derecho penal para
sustentar una decisión.
Estos elementos son suficientes para completar el ejercicio argumentativo práctico del
tribunal, de acuerdo a la fórmula anteriormente mencionada, quien accediera
carnalmente a otro sin su consentimiento será condenado con la pena de 19 años, Ticio
ha accedido carnalmente a DALILA, TICIO será castigado con 19 años de prisión.
Bajo estos parámetros el juez debe justificar plenamente sin que quepa duda su decisión
final. El punto álgido entre el contenido fáctico y la conclusión de una pena, son las
pruebas, estas le ayudan al juez a llegar a la verdad más ajustada con la realidad, siendo
de suma importancia la prueba que le ayudará en esa deducción, ¿cómo es posible llegar
a esa verdad con un parámetro constante en la legislación y doctrina ecuatoriana que es:
la declaración de la víctima como prueba única y fundamental?.
Para ser un sistema en que el principio de inocencia brilla por, sobre todo, aplicar como
prueba fundamental y eje del proceso la declaración de la víctima como y
absolutamente verdadera, se contrapone rotundamente a este principio, en otras
palabras, si TICIO no propone una prueba justificativa como un testigo idóneo, la
sentencia de TICIO ya está elaborada desde el momento de la detención. Lo que da a
entender que al final del día el juez no busca justicia sino ajusticiar.
No es que los jueces hayan realizado una mala motivación, o una mala inferencia
inductiva, sino, que están supeditados a lo normado previamente en el sistema penal
ecuatoriano y en algunos conceptos doctrinarios que señalan muy pocos requisitos para
que la premisa sea verdadera, en este caso en específico, por ejemplo: “el delito de
violación se comete en la clandestinidad en consecuencia no tiene testigos ni mayor
número de prueba que solo la declaración de la víctima como suficiente”.
Si obviamos de la fórmula las pericias mencionadas anteriormente, tenemos las dos
declaraciones, de la víctima y del sospechoso, es decir, una palabra contra palabra,
hechos contra hechos, versión contra versión, en la misma que, lleva ventaja la víctima
por su condición. Mas allá de encontrar al verdadero culpable, resulta muy alarmante
esta estructura de juzgamiento, el hilo que separa la historia o versión de la víctima
como verdadera o falsa es muy fino, bastaría una dramatización dando su testimonio
para que este quede como verdad absoluta, queda al descubierto que cada denuncia por
el delito de violación terminará en una sentencia condenatoria como única premisa
valida.
Analizando la sentencia hay un ejercicio lógico sistematizado estándar basta con encajar
lo que tengo para darle forma a mi decisión que desde un primer momento es culpable,
se ha sentenciado y todavía hay varias dudas que responder, debido al que delito en
cuestión es el de acceso carnal sin consentimiento, por un lado, aparece la víctima
señalando que no dio su consentimiento y por otro lado el sospechoso manifiesta que
todo fue consensuado desde el primer momento. ¿Existe algún mecanismo para evaluar
la veracidad de lo manifestado por la víctima y sospechoso? ¿Si lo hay, el tribunal
consideró la existencia o no de esta en el proceso? ¿Es la pericia psicológica
fundamental en estos casos? ¿Si lo es, por qué se sentencia sin dudas, cuando esta no
existe dentro de un proceso? ¿La misma pericia psicológica por qué no se la realiza al
sospechoso bajo el principio de igualdad de armas y descargos? ¿Qué valor real tiene la
declaración del procesado al no hacer juramento? ¿Una prueba bioquímica de la ropa
íntima de la víctima no ayudaría a reformar los hechos fácticos? ¿En este hecho donde
hubo más personas que pernoctaron en aquella vivienda, no resulta lógico que exista
dentro del proceso una prueba de confirmación de ADN, y al no existir esta no cabría
como duda? ¿Son los elementos de pruebas del sospechoso muy limitados, si pidiera
algo fuera de lo común se lo otorgarían, como en el presente caso pedir en la flagrancia
prueba toxicológica de la testigo clave (la mamá de la víctima)?
3.- PROPUESTA
Como decía Atienza (2013) “para una premisa existen varios argumentos que pueden
ser o no compatibles entre sí” (pág. 171), es verdad que el juzgador evalúa de acuerdo a
los elementos presentados en juicio, pero de igual forma debe exigir o preguntarse al
analizar cada caso porque no están presentes otras pruebas que ayuden a esclarecer el
caso, y si estas faltasen juzgar como dicta la norma absolver en caso de dudas, cuestión
que no se está dando en el sistema ecuatoriano, como evidencia la sentencia analizada
misma que se adecúa más a un ser que a un debe ser.
Para disipar dudas se debería hacer lo siguiente en este tipo de casos:
 El paradigma de primar la declaración de la víctima por encima de cualquier otra
prueba solo debe tomarse en consideración en casos de víctimas menores de
edad.
 La pericia psicológica debe evaluar el nivel de credibilidad de lo manifestado
por cada uno, víctima y procesado. Actualmente la evaluación de credibilidad
solo se ejecuta en casos de menores de edad, bajo la premisa “el niño puede estar
inducido”, resulta jocoso que no se utiliza la misma premisa para realizarlo en
adultos, los cuales son más propensos a falsear la verdad y o a tergiversar los
recuerdos, o ser influenciados por cualquier otro motivo.
 En la actualidad al no tener otro mecanismo mayormente efectivo de evaluación
testimonial, para casos que versen sobre mayores de edad, la pericia psicológica
debe ser el eje principal del proceso. La misma debe ejecutarse a la víctima y al
procesado, no solo a uno de ellos como actualmente se hace en el país, para que
exista una verdadera contraposición de versiones.
 El abanico de pruebas que puede obtener el procesado debe ser mas abierto, si
en una flagrancia por violación existen mas personas involucradas, para que el
fiscal de oficio o el abogado defensor puedan tomar muestras de todos, en el
caso que analizamos se debió hacer pruebas toxicológicas a las personas del
dormitorio donde acontecieron los hechos.
 El testimonio del procesado actualmente no tiene ningún peso probatorio en el
juicio, para cambiar este paradigma debería ser jurado, en su defecto la pericia
psicológica serviría.
 En el presente caso vemos como no llega a juicio una prueba; perito médico en
manifiesta en su declaración y en su informe físico que tomó muestras para
análisis de prueba proteína P30 (existencia de esperma) con el objetivo de
validar ese ADN con el sospechoso, esta prueba no aparece por ningún lado en
el proceso y mucho menos en la sentencia, el tribunal no debería sentenciar
condenando al no tener ese elemento, porque aún cabe la duda si ese ADN
corresponde al procesado o no, aun cuando el procesado admite relaciones
consensuadas, debido a que en esta historia todos bebieron alcohol y lo
manifiestan, y prueba de sangre ratificando aquello no existe, y si los recuerdos
del procesado están viciados por el alcohol, y este cree que mantuvo relaciones,
al igual que la víctima cree que el causante es el procesado, y si la prueba de
ADN señalaba a alguien más como sospechoso. Cabe destacar que existiendo
estas dudas solo benefician al procesado, pero al revisar este caso de estudio es
todo lo contrario.
 No es el punto acreditar que, a mayor número de pruebas, mayor número de
porcentaje de éxito de la verdad, más bien, en este tipo de casos que según la
misma doctrina señala se cometen en la clandestinidad buscando la impunidad,
debe de agotarse todos los medios posibles de prueba aun cuando la historia
tiene cabos sueltos, de parte y parte.
4.- CONCLUSIONES
No es que los jueces hayan realizado una mala motivación, o una mala inferencia
inductiva, al contrario, están supeditados a lo normado previamente en el sistema penal
ecuatoriano y en algunos conceptos doctrinarios que señalan muy pocos requisitos para
que una premisa sea verdadera, en este caso en específico “el delito de violación se
comete en la clandestinidad en consecuencia no tiene testigos ni mayor número de
prueba que solo la declaración de la víctima como suficiente”.
El sistema como se juzga en los delitos sexuales, posee una gran falla, al no ser en
igualdad de condiciones. Se está beneficiando solo a una parte procesal
 No solo el sistema penal ecuatoriano en el juzgamiento de casos de violencia
sexual debe cambiar sino también la doctrina, ya que se utiliza ciertos puntos
específicos para beneficiar a una sola parte, pues, bajo estos mismos parámetros
de análisis y argumentación el próximo caso será: Pepe le fue infiel a Martha,
ella en represalia le cita a un hotel, tienen relaciones consensuadas, luego de
unas horas Pepe se encuentra detenido en flagrancia por violación y
posteriormente condenado únicamente con el testimonio anticipado de la
víctima.
 El ejercicio argumentativo va de la mano con una correcta teoría del delito
justificada con pruebas suficientes, aun cuando el ejercicio lógico deductivo esté
bien no es garantía de que el juzgador se haya aproximado a la verdad.
 Es verdad que el deber de los jueces es llegar lo más aproximado a la verdad de
acuerdo a las pruebas en su mano, pero el análisis de esta no debe convertir en
un ejercicio mecánico (especialmente en los delitos de violación -mayores de
edad-) en el que uno más uno es dos, sino analizar todo el contexto y para lograr
ese objetivo debe existir dentro del proceso pruebas claves siempre, y que al no
existir, no se puede tomar una decisión igual que otra cuando sí existe, y esto es,
por lo menos la prueba que hemos mencionado en anteriores líneas “Pericia
psicológica a los implicados con medición de credibilidad” pues no teniendo
otros medios me resulta el más idóneo.
 Existen casos en donde no es posible encontrar un mayor número de pruebas,
por sus circunstancias, de allí devienen los pensamientos de la doctrina del cómo
juzgar cuando acontecen estos casos, pero en un caso como el estudiado que,
con solo la lectura surgen preguntas como: ¿Dónde están las demás pruebas?,
¿Por qué no se realizó X prueba?, no es lógico ajustar forzadamente la misma
doctrina para justificar una decisión que va a ser escueta.
 Al final del día, la fuerza justificativa de los argumentos es un arte, que sirve
para convencer a todos de mi decisión, más que de ser el hilo conductor en la
búsqueda de la verdad en cada caso.
5.- BIBLIOGRAFÍA

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Velásquez, F. (2010). Manual de derecho Penal, Parte General. Bogotá: Ediciones
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