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El problema de la libertad en la sociedad contemporánea.

Felipe Aguilera Rodríguez

Universidad Pedagógica Nacional

Felipe Aguilera Rodríguez

Licenciatura en filosofía, Facultad de humanidades

Universidad Pedagógica Nacional

Bogotá

2023.
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EL PROBLEMA DE LA LIBERTAD EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA.

Introducción

En la sociedad contemporánea, la tecnología ha permeado prácticamente todos los aspectos de


nuestras vidas, generando un impacto significativo en nuestra libertad y autonomía. Este ensayo
examina cómo la invasión tecnológica ha creado una ilusión de libertad, al tiempo que ha
erosionado nuestra capacidad de tomar decisiones autónomas y vivir en plenitud. A través de un
análisis crítico basado en las perspectivas de Zygmunt Bauman, Slavoj Žižek, Byung-Chul Han y
Foucault, examinaremos cómo la tecnología se ha convertido en un mecanismo de control y
disciplina, y cómo su influencia afecta nuestras relaciones humanas y nuestra capacidad de ser
verdaderamente libres. En la sociedad actual, nos encontramos inmersos en un entorno
caracterizado por la omnipresencia de los medios tecnológicos. Ya no hay aspecto de nuestras
vidas que no haya sido invadido por la influencia de la tecnología. En este contexto, surge la
necesidad de reflexionar sobre el significado y la práctica de la libertad. ¿Hasta qué punto somos
realmente libres en una época donde la tecnología moldea nuestras interacciones sociales,
nuestras decisiones y nuestra forma de percibir el mundo? El ensayo se estructurará en torno a
tres principales argumentos: la ilusión de la libertad tecnológica y su impacto en las relaciones
humanas, la opresión tecnológica y la pérdida de autonomía, y la tecnología como mecanismo de
control y disciplina. A través de la obra de Bauman, se explorará cómo la tecnología ha
fomentado una cultura de relaciones superficiales y descartables, así como una carga constante
de elecciones sin la posibilidad de un compromiso real. Žižek aportará su visión sobre la
interacción entre la libertad individual y el orden social, y cómo la opresión tecnológica nos
somete a estructuras establecidas, limitando nuestra capacidad de trascenderlas. Por su parte,
Byung-Chul Han examinará cómo la invasión tecnológica ha generado una cultura de
agotamiento y auto presión, en la que la libertad se convierte en un deber constante de rendir y
satisfacer estándares preestablecidos. Por último, Foucault aportará su perspectiva sobre cómo la
tecnología se ha convertido en un mecanismo de vigilancia y control que limita nuestra
privacidad y autonomía.

La ilusión de la libertad tecnológica y su impacto en las relaciones humanas


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La invasión tecnológica en la sociedad contemporánea ha generado la ilusión de una mayor


libertad individual, pero es importante examinar de cerca las consecuencias que esto conlleva,
especialmente en las relaciones humanas. Según Bauman (2000), en su obra "Modernidad
líquida”, argumenta que los avances tecnológicos nos ofrecen una sensación de libertad y
conexiones instantáneas, pero también han llevado a una superficialidad en nuestras
interacciones. Bauman argumenta que la tecnología ha fomentado una cultura de "amistades
líquidas" donde las relaciones se vuelven descartables y se prioriza la conexión virtual por
encima de la autenticidad de las relaciones cara a cara (p. 87). Esto implica una ilusión de
libertad, ya que, aunque nos sentimos conectados, la calidad de nuestras relaciones y la
profundidad de nuestra interacción se ven comprometidas por la tecnología, la cual ha creado
una apariencia de libertad y autonomía, pero en realidad ha generado una desconexión emocional
y una falta de compromiso en nuestras relaciones. En este sentido, Bauman señala: "La libertad
de elección se ha convertido en la obligación de elegir constantemente, y el imperativo de la
elección constante erosiona la posibilidad de un compromiso real" (p. 102). Esto pone en
manifiesto el impacto de la ilusión de libertad tecnológica en nuestras vidas, puesto que, en la
sociedad contemporánea, la tecnología nos ha proporcionado una aparente libertad de elección,
donde podemos acceder a una amplia gama de opciones y posibilidades en un mundo cada vez
más interconectado. Sin embargo, esto nos advierte que esta libertad ilusoria de elección conlleva
la carga de tener que elegir constantemente, sin la posibilidad de un compromiso real, es
importante cuestionarse el sentido de elegir, si bien existe un componente de voluntad en
nuestras decisiones, también es importante reconocer el impacto de la ilusión de libertad
tecnológica en nuestras vidas. En la sociedad contemporánea, la tecnología nos ha brindado una
aparente libertad de elección, donde podemos acceder a una amplia gama de opciones y
posibilidades en un mundo cada vez más interconectado. Sin embargo, esta aparente libertad
conlleva la carga de tener que elegir constantemente, sin la posibilidad de un compromiso real.
La necesidad de estar siempre al tanto de las últimas tendencias, estar conectados en todo
momento y tomar decisiones rápidas nos impide profundizar en nuestras relaciones y
comprometernos plenamente con los demás. En lugar de construir relaciones duraderas y
auténticas, nos encontramos inmersos en una cultura de la superficialidad y la falta de
compromiso, donde las conexiones se vuelven efímeras y descartables.
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Por otro lado, Bauman también sostiene que "la rigidez del orden es el artefacto y el
sedimento de la libertad de los agentes humanos" (p. 11). Esta afirmación nos invita a reflexionar
sobre cómo la ilusión de libertad tecnológica está intrínsecamente ligada a la rigidez y las
limitaciones que esta conlleva, a medida que nos sumergimos en un mundo cada vez más digital,
encontrándonos atrapados en una burbuja de información y experiencias que restringe nuestra
visión y nos impide explorar nuevas ideas y perspectivas. La tecnología, en lugar de ampliar
nuestras posibilidades y enriquecer nuestra libertad, puede convertirse en un mecanismo de
control que nos encierra en patrones predecibles y nos limita a una visión del mundo estrecha y
sesgada. En este sentido, es esencial reflexionar críticamente sobre el impacto de la invasión
tecnológica en nuestras vidas y buscar un equilibrio que nos permita aprovechar los beneficios de
la tecnología sin perder de vista nuestra humanidad y la importancia de las conexiones genuinas
con los demás. Es imprescindible buscar un equilibrio que nos permita disfrutar de los beneficios
que la tecnología nos ofrece, sin perder de vista nuestra humanidad y la relevancia de establecer
conexiones auténticas con nuestros semejantes. Asimismo, es necesario cuestionar el alcance y
los límites de nuestra dependencia tecnológica, reconociendo la importancia de mantener un
sentido de conexión real con el entorno y con las personas que nos rodean.

Según Žižek (2012), "La libertad individual de cada uno se fundamenta en la aceptación
del lugar que le corresponde dentro de la totalidad articulada del orden social... El problema con
esta percepción habitual es que no toma en cuenta la dimensión temporal inmanente al proceso
dialéctico" (p. 62).

Esta cita nos hace reflexionar sobre la interacción entre la libertad individual y el orden
social. Žižek argumenta que la verdadera libertad individual no puede entenderse únicamente
como una elección autónoma, sino que intrínsecamente está ligada a la aceptación de un lugar
dentro de la estructura social. Sin embargo, también destaca que esta percepción debe tener en
cuenta la dimensión temporal del proceso dialéctico, es decir, la posibilidad de cambio y
transformación a lo largo del tiempo. En este sentido, la ilusión de libertad tecnológica puede
generar una visión estática y limitada de nuestra posición en la sociedad, ya que no considera el
potencial de evolución y ruptura con el orden establecido.

Para complementar y fortalecer el primer argumento sobre la ilusión de la libertad


tecnológica y su impacto en las relaciones humanas, podemos recurrir a las ideas de Byung-Chul
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Han (2010). En su obra "La sociedad del cansancio”, en la que se examina cómo la sociedad
contemporánea, impulsada por el paradigma del rendimiento y la productividad, ha generado una
cultura de agotamiento y auto presión. Han sostiene que la invasión tecnológica ha contribuido a
esta dinámica, ya que nos ha llevado a vivir en un estado de hiper conectividad y vigilancia
constante, donde el tiempo libre se ha convertido en un espacio de explotación y auto
explotación. En palabras de Han, "la libertad en la sociedad del cansancio se convierte en un
deber, una compulsión, un deber de ser libre" (p. 59). Esta cita resalta cómo la ilusión de libertad
puede convertirse en una carga, en la obligación de estar siempre disponibles, conectados y en
búsqueda constante de la autorrealización.

La comprensión sobre la ilusión de libertad tecnológica y su impacto en la sociedad


contemporánea, sostiene que la búsqueda desenfrenada del rendimiento y la maximización de
resultados en la era digital no conduce a una verdadera libertad, sino que crea una forma de
coacción interna. Aunque en apariencia tenemos la libertad de elegir y ser autónomos respecto a
nuestras decisiones, en realidad estamos atrapados en una lógica de rendimiento constante que
nos impone obligaciones y presiones constantes. En este contexto, la tecnología juega un papel
fundamental al perpetuar esta dinámica, ya que nos expone a una vigilancia constante y
aparentemente parece que nos mantiene productivos y eficientes en todo momento. (Han, 2015,
p.31)

En este sentido nos encontramos atrapados en un ciclo sin fin de maximización del
rendimiento, en el que la presión interna y las demandas externas nos empujan a estar siempre
activos y disponibles. En lugar de experimentar una verdadera libertad, nos vemos obligados a
someternos a la lógica de la eficiencia y la productividad, y esto puede llevarnos a una forma de
coacción, donde la libertad se convierte en una carga. Es decir, que nos encontramos ante un
dilema intrigante: ¿qué es exactamente la verdadera libertad y cómo podemos experimentarla sin
estar limitados por el contexto en el que nos encontramos? En este sentido, la noción de libertad
adquiere un matiz más complejo y desafiante. Si bien es cierto que estamos influenciados por
nuestro entorno y nuestras circunstancias, esto no significa necesariamente que estemos
condenados a una falta de libertad. La verdadera libertad podría ser concebida como la capacidad
de autodeterminación y de elección consciente, incluso dentro de los límites y restricciones que
enfrentamos.
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En este sentido, es importante reconocer que existen agentes externos y fuerzas sociales
que pueden influir en nuestras decisiones y en la forma en que ejercemos nuestra libertad. La
presión interna y las demandas externas a menudo nos empujan hacia una búsqueda constante de
eficiencia y productividad, lo cual puede limitar nuestra libertad en términos de tiempo, opciones
y autenticidad. Sin embargo, esto no significa que estemos completamente atados a esas fuerzas.
La verdadera libertad implica tomar conciencia de nuestra capacidad de elección y acción,
incluso en medio de las limitaciones impuestas por nuestro contexto.

Para hacer uso de esta verdadera libertad, es crucial desarrollar una mayor conciencia de
nosotros mismos, de nuestras necesidades y valores individuales. Esto implica cuestionar
críticamente las expectativas externas y las normas sociales que nos rodean, y evaluar si
realmente se alinean con nuestra visión de la libertad y la autenticidad. Asimismo, implica
reconocer que la libertad no significa necesariamente una total ausencia de restricciones, sino
más bien la capacidad de ejercer nuestra agencia dentro de los límites impuestos por nuestro
entorno.

En última instancia, la verdadera libertad no reside en escapar por completo del contexto
en el que nos encontramos, sino en desarrollar la capacidad de tomar decisiones conscientes y
alineadas con nuestros propios valores y deseos, incluso en medio de las influencias externas. La
clave está en mantener un equilibrio entre la adaptación a nuestro entorno y la preservación de
nuestra individualidad, encontrando espacios de autonomía y autenticidad dentro de las
estructuras sociales y culturales en las que nos movemos.

En este contexto, es esencial cuestionar críticamente los efectos de la invasión


tecnológica en nuestra capacidad de ser verdaderamente libres y buscar un equilibrio sano entre
el uso de la tecnología y nuestras relaciones humanas con nosotros mismos y los demás.

La opresión tecnológica y la pérdida de autonomía

La opresión tecnológica y la pérdida de autonomía son preocupaciones centrales en el contexto


de la sociedad contemporánea. Bauman sostiene que la invasión tecnológica ha llevado a una
pérdida de autonomía, donde nos convertimos en esclavos de las herramientas tecnológicas en
lugar de ser sus maestros (p. 29). Esta pérdida de autonomía se evidencia en nuestra dependencia
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de los dispositivos electrónicos, los cuales moldean nuestras actividades diarias y limitan nuestra
capacidad de tomar decisiones libres y autónomas.

Slavoj Žižek (2012), también aborda esta preocupación, en la que plantea que la libertad
individual no se basa únicamente en la aceptación del lugar que uno ocupa en el orden social,
sino que implica la capacidad de trascender ese orden y cuestionarlo (p. 62). Sin embargo, la
opresión tecnológica nos somete a un orden establecido por las plataformas digitales y las
estructuras de control, limitando nuestra capacidad de cuestionar y resistir.

Estas ideas se complementan con el enfoque de Byung-Chul Han (2015), en su libro "La
sociedad de la transparencia”. En donde sostiene que la opresión tecnológica se manifiesta a
través de la presión constante por maximizar el rendimiento y la productividad. En este contexto,
la libertad individual se reduce a la libre obligación de rendir constantemente y de satisfacer los
estándares establecidos por la sociedad del rendimiento (p. 31). La opresión se disfraza bajo la
apariencia de libertad, ya que estamos constantemente sometidos a la vigilancia y el control
tecnológico, lo que limita nuestra autonomía y nos convierte en sujetos disciplinados y
productivos.

Finalmente, la invasión tecnológica ha llevado a la opresión y a la pérdida de autonomía,


lo que significa que estamos atrapados en una dinámica en la que nuestras acciones y decisiones
son moldeadas por las herramientas tecnológicas y las estructuras de control. La libertad
individual se ve comprometida y sustituida por una ilusión de autonomía, donde somos esclavos
de las demandas y presiones impuestas por la sociedad del rendimiento y la vigilancia
tecnológica.

Ser autónomo implica tener la capacidad de tomar decisiones y actuar de acuerdo con
nuestros propios valores, deseos y necesidades, sin estar sometidos a una influencia excesiva o
coercitiva por parte de agentes externos. La autonomía implica un grado de independencia y
libertad para dirigir nuestras vidas y perseguir nuestros propios objetivos. La ilusión de
autonomía que experimentamos en este entorno es paradójica. Si bien parecemos tener opciones
aparentemente ilimitadas a nuestra disposición, estas opciones están enmarcadas y controladas
por las estructuras tecnológicas y sociales que nos rodean. Nuestras decisiones y acciones pueden
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estar influidas por algoritmos, publicidad dirigida y presiones sociales sutiles, lo que nos aleja de
una verdadera autonomía.

Para mantener una autonomía genuina en este contexto, es importante ser conscientes de
las influencias externas y cuestionar críticamente las estructuras y expectativas impuestas.
Significa ser proactivos en la toma de decisiones, evaluando cuidadosamente nuestras opciones y
prioridades. También implica encontrar formas de resistencia y liberación dentro de estas
estructuras, buscando espacios donde podamos ejercer nuestra agencia de manera más autónoma.

La tecnología como mecanismo de control y disciplina

La tecnología, en la sociedad contemporánea, ha demostrado ser un poderoso mecanismo de


control y disciplina que impacta nuestra libertad individual y colectiva. Para comprender este
fenómeno, podemos recurrir a las ideas de Bauman (2006) en su obra "Vida líquida”. En donde
sostiene que en la era de la modernidad líquida, la tecnología se ha convertido en un medio de
vigilancia y control que se extiende a todos los aspectos de nuestras vidas. Bauman señala que la
tecnología proporciona la capacidad de observar y seguir a las personas a una escala sin
precedentes en la historia de la humanidad (p. 36). Esta observación es constante a través de
dispositivos tecnológicos y la recopilación de datos personales, lo cual crea un ambiente de
vigilancia que limita nuestra privacidad y autonomía.

Además, Žižek (2012), aborda la idea de cómo la tecnología puede convertirse en un


mecanismo de control y alienación. Žižek argumenta que el uso constante de dispositivos
tecnológicos nos sumerge en una realidad virtual que nos aleja de la realidad concreta y nos
atrapa en una ilusión de libertad. Žižek afirma: "Estamos atrapados en una cárcel virtual en la
que nos sentimos libres, pero solo porque aceptamos sus límites invisibles" (p. 157). Esta prisión
virtual nos condiciona a actuar de ciertas maneras predefinidas, limitando así nuestra libertad de
pensamiento y acción. Esta visión plantea que la tecnología no solo es una herramienta neutral,
sino que también puede influir en nuestras acciones y pensamientos de maneras sutiles pero
significativas. La tecnología se convierte en un medio a través del cual se ejerce un control
invisible sobre nosotros, condicionándonos a comportarnos y pensar de ciertas maneras
predefinidas.
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Lo que sugiere que esta prisión virtual limita nuestra libertad de pensamiento y acción al
hacernos creer que estamos ejerciendo nuestra voluntad libremente, cuando en realidad estamos
siguiendo patrones y comportamientos preestablecidos por la tecnología misma. Al perder el
contacto con la realidad concreta, nos volvemos cada vez más dependientes de la tecnología y
menos capaces de cuestionar las estructuras y limitaciones que impone.

Michel Foucault (1975) en su obra "Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión”.


Examina cómo las instituciones disciplinarias, como las cárceles, las escuelas y los hospitales,
utilizan herramientas de control y vigilancia. En la época contemporánea la tecnología se
convierte en un dispositivo de poder que disciplina y normaliza el comportamiento de las
personas, es decir, que la tecnología del poder está destinada a hacer a los individuos dóciles y
esta tecnología disciplinaria se extiende en nuestra vida diaria a través de dispositivos
tecnológicos, ejerciendo un control constante sobre nuestras acciones y decisiones. La tecnología
del poder se manifiesta a través de diversas formas, como la vigilancia en línea, el monitoreo de
las redes sociales, el seguimiento de la ubicación a través de dispositivos móviles y el análisis de
datos personales. Estas prácticas tecnológicas permiten la recopilación y el análisis de
información sobre los individuos, lo que facilita el control y la influencia sobre su
comportamiento, que al estar inmersos en un entorno tecnológico donde se ejerce una vigilancia
y un control constantes, los individuos tienden a adaptarse y comportarse de acuerdo con las
normas y expectativas establecidas. La tecnología se convierte así en una herramienta de
normalización, moldeando y condicionando las acciones y decisiones de las personas de manera
sutil pero efectiva.

Lo cual nos ayuda a comprender cómo la tecnología en la época contemporánea se ha


convertido en un dispositivo de poder que disciplina y normaliza a los individuos. La constante
vigilancia y control tecnológico ejercen una influencia significativa en nuestras vidas, moldeando
nuestro comportamiento y limitando nuestra autonomía y libertad.

Conclusiones

La tecnología se ha convertido en un poderoso mecanismo de control y disciplina que afecta


nuestra libertad individual y colectiva. La observación constante a través de dispositivos
tecnológicos, la recopilación de datos y el filtrado de información limitan nuestra autonomía y
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nos someten a un orden establecido. Nos encontramos en una sociedad donde la tecnología se
utiliza como una herramienta de vigilancia y control, erosionando nuestra capacidad de ser
verdaderamente libres.

En conclusión, el problema de la libertad en la sociedad contemporánea se ve afectado


por la invasión tecnológica, la cual genera una ilusión de libertad, que tiene consecuencias
profundas en nuestra vida diaria y en nuestras interacciones sociales. La tecnología nos ofrece
una aparente libertad de elección. Sin embargo, esta libertad es superficial y está condicionada
por los mecanismos de control y vigilancia tecnológica. Esto limita nuestra libertad de elección
al condicionar la maximización de nuestro tiempo de uso, porque puede llevar a una pérdida de
control sobre nuestro tiempo y atención, limitando nuestra libertad de enfocarnos en otras
actividades.

La vigilancia tecnológica también plantea preocupaciones sobre la libertad de expresión y


el acceso a la información. Es decir, que la invasión tecnológica plantea desafíos significativos
para la libertad individual y colectiva en la sociedad contemporánea. Aunque la tecnología nos
ofrece oportunidades y comodidades, también nos somete a un control y vigilancia constante.
Para preservar nuestra libertad, es importante reflexionar críticamente sobre el papel de la
tecnología en nuestras vidas, promover un uso consciente de las herramientas digitales y
defender los derechos de libertad en una sociedad en la que nuestras vidas están cada vez más
conectadas y dependientes de la tecnología, la invasión tecnológica puede limitar nuestra
capacidad de expresarnos libremente.

Referencias
Bauman, Z. (2000). Modernidad líquida. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.

Bauman, Z. (2006). Vida líquida. Barcelona: Paidos.

Foucault, M. ( 1975). Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Madrid: Siglo XXI Editores.

Han, B.-C. (2010). La sociedad del cansancio. Barcelona: Herder.

Han, B.-C. (2015). La sociedad de la transparencia. . Barcelona: Herder.

Žižek, S. (2012). Menos que nada: Hegel y la sombra del materialismo dialéctico. . Madrid:
Akal.
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