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horacioalejandroduarte@gmail.com
2021
Introducción
Este trabajo se orientará a abordar la cuestión de la reducción de la libertad en los
entornos digitales. El recorrido parte desde un acercamiento a los elementos más
importantes sobre la libertad en Kant y la articulación del concepto en los Derechos
Humanos; luego, la revisión de elementos centrales para entender el entorno digital actual
desde la óptica de Byung Chul Han; y por último, el análisis de un caso concreto que nos
permita ver las formas en que la libertad se lesiona en estos contextos.
1
Muchísimos contenidos son accesibles y compartidos de forma “pirata”, facilitando todo tipo de información
económicamente (música, películas, libros en PDF, etc.)
individuos. “La vigilancia digital es precisamente más eficiente porque es aperspectivista.
No tiene la limitación que es propia de la óptica analógica. La óptica digital posibilita la
vigilancia desde todos los ángulos. Así, elimina los ángulos muertos. Frente a la óptica
analógica, perspectivista, puede dirigir su mirada incluso hacia la psique.” (Byung Chul
Han, 2012, p.46)
La eficacia del control psicopolítico se da por la vigilancia “voluntaria” a la que
entran las personas, y el dispositivo más efectivo para ello es el Big Data. Han lo describe
como una técnica propia del poder neoliberal vehiculada por la transformación de lo
sentimental cualitativo en cuantitativo. De esta manera, se integra la información de los
sujetos en “360 grados” teniendo no sólo datos estadísticos sino un panorama emocional de
los mismos.2 Las personan ingresan voluntariamente, aceptando términos y condiciones en
el acceso a páginas y apps. En el acceso a nuestros dispositivos y ubicaciones se configura
de una manera más exacta y personalizada nuestros perfiles de seguimiento.
La disposición de datos personalizados de alta complejidad y acumulativos que son
provistos por los propios individuos del cuerpo social configuran perfiles que son utilizados
por distintas entidades con fines comerciales y no comerciales: “Los candidatos adquieren
una visión de 360 grados sobre los electores. Se recopilan enormes datos, incluso se
compran e interrelacionan, de manera que se puedan generar perfiles muy exactos. De este
modo también se adquiere una visión sobre la vida privada, incluso la psique de los
electores.” (2012, p.50)
Son pocos los casos de usuarios donde realmente están informados acerca de la
información que “deciden” y “aceptan” conscientemente brindar para la Big Data y los
algoritmos de internet; y principalmente, el desconocimiento general de “a quién” o “con
qué fines” culminarán siendo utilizados los datos brindados. Esto abre claramente el debate
sobre la moralidad del fenómeno puesto que demandaría para no caer en un abuso, el
informe óptimo y entendible al usuario por parte de las empresas que disponen el servicio,
para que este tenga la decisión consciente sobre brindar su información personal.3
La sobreexposición de la sociedad en las redes configura un panorama ambiguo: El
acceso y la circulación de información adquiere características nunca antes logradas, sin
embargo se expone a controles y seguimientos más exactos y peligrosos. Lo que nos
interesa aquí es ver cómo este compendio de información por parte de los Big Data y su
acceso por parte del Estado es nocivo para nuestras libertades.
Durante los últimos años aumentaron los casos donde usuarios de redes sociales
tienen encontronazos con la Ley. Aquí sólo tomaremos un caso para figurar cómo en estas
instancias se lesionan y reducen las libertades individuales.
1) https://www.anred.org/2020/04/14/ciberpatrullaje-twiteo-un-meme-y-le-
iniciaron-una-causa-penal-por-incitar-a-los-saqueos/
2) http://www.laizquierdadiario.com/Kevin-Guerra-La-DDI-me-dijo-al-Presidente-
no-le-gusto-tu-tuit-y-ahora-estoy-procesado
2
Recientemente se publicó que el Ministerio de Seguridad de Argentina medía el “humor social” de las personas en las
redes. https://www.perfil.com/noticias/actualidad/sabina-frederic-ciberpatrullaje-redes-sociales-medir-humor-social-no-
me-van-a-callar.phtml
3
Se relaciona al principio bioético de Consentimiento Informado.
En el caso propuesto visualizamos la publicación de un usuario (Kevin Guerra) de
Twitter: “Sigue en pie lo del saqueo, no?”. En la misma se demuestra una descarga con
enfado hacia el Gobierno Nacional, ante la imposibilidad de cobro de la asistencia IFE
mediante una ironía. Esta expresión que puede ser leída como violenta, no dista de otro tipo
de publicaciones comunes en las redes y carga con un humor que exige lectura aguda. La
expresión legítima como usuario de una red social fue “detectada” por los sistemas de
vigilancia estatal y en su literalidad como una “incitación a la violencia”. El desenlace
concluye con la apertura de una causa penal al usuario por “amenazas a la institucionalidad
gubernamental” (prevé una pena de dos a seis años de cárcel) y con el asiento como
antecedente relevante para futuras operaciones.
Acerca de la metodología utilizada, la Ministra de Seguridad dijo: “El
ciberpatrullaje es una modalidad de la ciberseguridad, que puede ser pensado en un sentido
análogo al patrullaje físico: a través del monitoreo con cruzamiento de palabras clave, nos
permite identificar la posible comisión de delitos para dar intervención a la Justicia, que
dispone las investigaciones."4 Vemos que la postura oficial de “proveer seguridad” y
“prevenir posibles delitos” confronta con el uso libre de la plataforma para la expresión de
opiniones y el ocio.
El argumento de Kevin es que simplemente había compartido el tweet con fines
lúdicos, con un humor común en su perfil. Uno de los argumentos para el operativo
radicaba en una coincidencia del nombre del usuario con un caso de robo anterior. Éste
simple indicio resultó suficiente para movilizar una patrulla al domicilio con un operativo
similar a cuando se dan casos de grooming o de pornografía infantil. Argumento
insuficiente para movilizar semejante operativo.
Han habla de cómo las redes sociales poseen un humor característico donde
abundan los “griteríos” de los usuarios y el respeto no es un valor frecuente y donde lo
constante son las shitstorms (tormentas de mierda). Éste fenómeno no se da en el marco de
conversación alguno, sino que tiene como finalidad única la expresión emocional. Es lo
contrario al respeto: “Allí donde desaparece el respeto surge la shitstorm ruidosa.”(Byung
Chul Han, 2014, p.10)
Lo habitual en las redes es la publicación y la opinión. No hay silencio, es una
pululación interminable de información afectiva que busca mostrarse sin finalidad
comunicativa ni de discusión “Los medios sociales no fomentan forzosamente la cultura de
la discusión. A menudo los manejan las pasiones. Las shitstorms o los «linchamientos
digitales» constituyen una avalancha descontrolada de pasiones que no configura ninguna
esfera pública.” (2016, p.70)
En su defensa Kevin argumenta que simultáneamente a su publicación de la palabra
“saqueo” había múltiples tweets que también contenían dicha palabra en un marco de
descontento general con las políticas del gobierno. Pero no todos esos tweets fueron leídos
como amenaza, lo que torna a esta situación injusta.
El caso es un ejemplo de violación de la libertad de expresión, un derecho
fundamental. Derecho que corresponde al Estado cuidar, como dice Victoria Camps: “…los
derechos humanos nacen como una defensa del individuo frente al Estado. La declaración
4
En www.clarin.com/politica/coronavirus-argentina-opositores-entidades-prensa-piden-limitar-controlar-ciberpatrullaje-
fuerzas-seguridad_0_UCb8gBzIh.html
de los derechos individuales no es sino la base para exigirle al Estado una limitación del
poder con vistas a respetar al individuo. El Estado es en definitiva, el garante último de los
derechos.” (E. Bonete Perales, p.62)
La libertad de expresión se manifiesta contemplada en la Constitución en el artículo
14, y por lo tanto se estaría violando la misma: el procedimiento del caso es
inconstitucional.
Este tipo de prácticas violan la Ley de Protección de los datos personales (Ley
25.326) que resguarda todo tipo de información pública o privada de las personas en
cualquier plataforma; así como la Ley de Inteligencia Nacional (Ley 25.520) que sienta las
bases jurídicas y limita el accionar de los organismos de inteligencia.
Conclusiones
Habiendo expuesto los elementos más importantes de lo que es la libertad desde una
perspectiva moderna y su necesaria y concreta articulación en el derecho, podemos decir
que las prácticas como el “ciber-patrullaje” llevadas adelante por el Ministerio de
Seguridad lesionan las libertades individuales tanto de libre expresión como la privacidad
de los individuos.
Es preocupante saber que se realizan prácticas de “seguridad” de este tipo por fuera
de la ley y que comprometen derechos y libertades de cada ciudadano. Por un lado la
violación de la libertad de expresión marca un precedente incómodo para quienes quieran
manifestar el descontento con las políticas estatales; por otro lado la invasión a la
privacidad abre una disputa muchísimo más grande que escapa a este trabajo pero que es
importante llevar a la mesa de discusiones de la sociedad. Una sociedad que tiene altísima
participación y construye gran parte de su vida política en las redes. ¿Cómo construir en las
redes un espacio de discusión e intercambios donde se puedan escuchar todas las
opiniones? ¿Cómo hacerlo si, como dice Han, la sensibilidad propia de las redes sociales
dificulta tanto el diálogo? Sin dudas es un trabajo que necesariamente nos compromete a
todos como habitantes digitales cotidianos.
La libertad de expresión como derecho fundamental debe ser defendida y cuidada
tanto por los individuos como por los Estados, supuestos garantes y veladores de los
mismos. La información privada y pública de los usuarios debe ser resguardada y no
utilizada como mercancía por empresas de Big Data ni negociada por los Estados
nacionales.
Existen actualmente algunas tentativas de regulaciones de los espacios virtuales
pero en la mayoría de los casos se excluye a la ciudadanía de los debates sobre estas
legislaciones. Creo que es importante que puedan promocionarse tanto las discusiones entre
los agentes afectados (que somos todos) en las regulaciones del espacio digital para no
recaer en instancias de abuso donde de manera legal se violen principios y derechos
fundamentales.
Bibliografía
Bonete Perales, E. (1995) Éticas de la Información y deontologías del periodismo. Tecnos.
Byung Chul Han (2014) En el enjambre (Traducción: Raúl Gabás). Herder.
--------------------- (2012) Psicopolítica (Traducción: Alfredo Bergés). Herder.
--------------------- (2016) La expulsión de lo distinto (Traducción: Alberto Ciria). Titivillus.
Ferrater Mora, J. (2011) Diccionario de filosofía. Tomo II. Editorial Sudamericana. Buenos
Aires.
Habermas, J. (2010) La idea de dignidad humana y la utopía realista de los Derechos
Humanos (Traducción: Juan Luis Fuentes Osorio). Anales de la Cátedra Francisco Suárez,
Nº 44 (págs. 105-121)
Kant, I. (2007) Fundamentación de la metafísica de las costumbres, (Trad. Manuel García
Morente). Escuela de Filosofía Universidad ARCIS.