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verse como, desde las Naciones Unidas, el Desde esta perspectiva, y muy especialmen-
niño en estas situaciones ha pasado a ser objeto te desde más avanzado el siglo XX, la niñez ha
de análisis y protección concreta de la norma, sido objeto de preocupación a los efectos de be-
sin perjuicio de que otras siempre lo incluyan neficiar y favorecer su estatus. La preocupación
por el hecho de ser una persona humana. En el en el sentido de la satisfacción de las necesida-
año 1959, la ONU emite la Declaración de los des básicas de los menores de edad, esto es, su
Derechos del Niño, apostando a una elabora- derecho a la vida, la salud, la educación, como
ción normativa que se centre específicamente forma de dar vigencia a los regímenes demo-
en la problemática de los derechos y deberes cráticos. Así también respecto a su identidad y
de los menores de edad. Este proceso de es- nombre, recreación, vínculos biológicos y fami-
pecificación normativa se ha ido alimentando liares, y todos aquellos aspectos que hacen a su
posteriormente con normas de carácter con- desarrollo íntegro y personal.
vencional adoptadas por la Asamblea General Esto ha determinado la aprobación de normas
de las Naciones Unidas, como la Convención que contienen verdaderos estándares internacio-
sobre los Derechos del Niño del año 1989 y sus nales, los cuales han marcado una concepción
diferentes Protocolos.1 de la Niñez, centrada en el niño como sujeto de
Ahora bien, nuestro estudio sería incompleto derecho. No más como objeto, sino como suje-
si centráramos nuestra atención únicamente en to autónomo con derechos y obligaciones que
estos trágicos procesos en los cuales los niños atañen a su grupo. Y sobre todo no solamente
se han visto involucrados, más allá de la dra- como sujeto al cual debe atenderse en situación
mática coyuntura que ha trazado cada uno de evidente de riesgo, como puede ser un conflicto
FORMACIÓN DOCENTE
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El artículo 28 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece en el inciso 1 con respecto a la educación escolar: «Los Estados Partes reconocen el derecho del
niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho, deberán en particular: a) Implantar la
enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos; […] e) Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir las tasas de deserción escolar».
El inciso 2 del referido artículo establece: «Los Estados Partes adoptarán cuantas medidas sean adecuadas para velar por que la disciplina escolar se administre de
modo compatible con la dignidad humana del niño […]»
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Ley 17.823, del 7 de setiembre de 2004.
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El artículo 1º del Código de la Niñez y la Adolescencia establece que «es de aplicación a todos los seres humanos menores de dieciocho años de edad». Y distingue
al respecto: «se entiende por niño a todo ser humano hasta los trece años de edad y por adolescente a los mayores de trece y menores de dieciocho años de edad». Y
concluye señalando: «Siempre que este Código se refiere a niños y adolescentes comprende ambos géneros».
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Sobre el punto, el Código de la Niñez y la Adolescencia expresa: «Todo niño y adolescente tiene derecho intrínseco a la vida, dignidad, libertad, identidad, integridad,
imagen, salud, educación, recreación, descanso, cultura, participación, asociación, a los beneficios de la seguridad social y a ser tratado en igualdad de condiciones
cualquiera sea su sexo, su religión, etnia o condición social» (Artículo 9º).
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La Constitución de la República establece en su artículo 40: «La familia es la base de nuestra sociedad. El Estado velará por su estabilidad moral y material, para la
mejor formación de los hijos dentro de la sociedad». Este artículo se introdujo en la Constitución de 1934.
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La Constitución de la República establece en su artículo 41: «El cuidado y educación de los hijos para que éstos alcancen su plena capacidad corporal, intelectual y
social, es un deber y un derecho de los padres».
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El Código de la Niñez y la Adolescencia concretamente establece: «Todo niño y adolescente tiene derecho a las medidas especiales de protección que su condición de
sujeto en desarrollo exige por parte de su familia, de la sociedad y del Estado» (Artículo 3º).
conocimientos. En muchos casos también pue- Asumir este rol no es tarea fácil. Implica
de ser elemento clave para la constatación de comprensión y dedicación. Obliga a alejar todo
situaciones, en las cuales exista una vulnera- tipo de indiferencia ante la existencia de situa-
ción de los derechos de la niñez en el seno del ciones vulnerables. Insta a aceptar una labor de
hogar, pero teniendo en cuenta que el maestro fortalecimiento del bienestar de la Niñez a tra-
no es un ser inmune a la propia realidad. Es un vés de la comprensión cabal de la situación vi-
ser que también convive con las problemáticas vida. Supone ubicarse en el lugar del otro. Pero
familiares y no está lejos de exponerse a rea- esta labor no puede realizarse en solitario, sin
lidades individuales conflictivas. Es entonces ningún tipo de apoyo institucional. La dedica-
cuando la valoración de su rol comprende ne- ción individual del maestro o educador tendrá
cesariamente la consideración de su realidad y realmente fortaleza si en la institución misma,
requiere apoyo constante no solo en cuanto a en la cual está inmersa, constituye un todo en
su capacitación, sino también a su desarrollo el cual se trabaja con compromiso. Esto supo-
personal, a los efectos de sentirse apoyado en ne, entre otras cosas, el fortalecimiento de los
el tratamiento del menor. recursos humanos en las escuelas y, por ende, el
trazado de una política pública que jerarquice el
rol del maestro como sujeto clave del desarrollo
FORMACIÓN DOCENTE
Referencias bibliográficas
PÉREZ MANRIQUE, Ricardo (2000): “El interés superior del Niño” en Los Derechos no caen del Cielo. Montevideo: Seminario Perma-
nente de Educación en Derechos Humanos, Universidad de la República.