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REFORMA LEGAL Y DERECHOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

DE LOS NIÑOS: LAS PARADOJAS DE LA CIUDADANÍA *

por MARY BELOFF **

1. Dentro del marco general de la compleja relación entre derechos huma-


nos y economía —motivadora de este seminario— y que incluye variables tales
como discriminación, garantía de los derechos económicos sociales y culturales
e integración económica, este panel se concentra en diferentes grupos que mere-
cen una consideración especial cuando de analizar el tema general se trata. Me
toca, dentro de esos grupos, referirme al de los más pequeños pero no por ello
menos importantes: los niños y las niñas.
Si bien el seminario no asume un marco teórico específico, y aun descono-
ciendo las diferentes corrientes en las que puedan enrolarse los expositores y
participantes, entiendo que es posible asumir que los aquí presentes compartimos
la idea de que cuando se habla de derecho, de derechos humanos y aun de niñez,
se está hablando de construcciones sociales y no de entidades cuya dimensión
ontológica pueda fácilmente predicarse. En tal sentido, parece quedar fuera de
discusión que a esta altura del desarrollo del conocimiento en estas materias to-
dos asumimos una perspectiva entre posmoderna y deconstructivista, postpositi-
vista, postilustrada.
Pretendo partir de un cuestionamiento de tales asunciones, ampliamente di-
fundidas de manera a-crítica en el mundo de los derechos humanos en general y
de la infancia en particular. Asumo, con las licencias del caso, una posición que
podría llamarse “posmoderna de-constructivista en vías de recuperación” (reco-
vering postmodern). Pretendo que la perspectiva post-posmoderna en la que es-
toy embarcada respecto del derecho se refleje en esta presentación. No es mi in-
tención ser políticamente incorrecta ni esta afirmación pretende ser una provoca-
ción; pero creo que actualmente el pensamiento posmoderno en esta área es
mainstream y ello exige, por lo menos desde el ámbito académico, desarrollar
* Presentación en el IV Séminaire “Perspectives régionales: intégration économique et
une protection sans discrimination des droits sociaux et économiques dans les Amériques”,
organizado por el Centre d’ Ètudes sur le Droit International et la Mondialisation, Montreal,
Université de Quebec, 25/11/2005, bajo el título “Les droits sociaux et économiques des enfants:
les paradoxes de la souveraineté”. Agradezco a mi colega Prof. Dra. María Laura Clérico sus
pertinentes comentarios y sugerencias al texto.
** Profesora adjunta, Facultad de Derecho, UBA.
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nuevas herramientas analíticas y críticas respecto de los discursos “oficiales” del Como entonces no se percibía tan nítidamente como en la actualidad que
derecho público en nuestros países. los niños tuvieran derechos —reitero, con el sentido que hoy tiene la expresión
Por otro lado, y teniendo en cuenta que estamos en un seminario sobre “tener derechos”—, la forma en la que se garantizaba que un niño comiera, reci-
derechos humanos que pretende generar una reflexión que pueda eventualmente biera una educación o atención de su salud, fuera protegido de abuso, malos tra-
tener impacto sobre la realidad y no quedar recluida a la Torre de Marfil, entien- tos y explotación o adquiriera una familia, frecuentemente implicaba violentar
do que cierto cinismo posmoderno, a pesar de su utilidad evidente en la esti- derechos de ciudadanía, derechos de lo que suele llamarse, en la jerga propia del
mulación e indagación académicas y universitarias, no se ha traducido en una derecho internacional de los derechos humanos, derechos de primera generación.
preocupación por alcanzar la dimensión de la vida real de la gente. En ese sentido, no se reconocía a los niños como sujetos capaces ni como ciuda-
Intentaré entonces en lo que sigue realizar una presentación que supere esos danos en cualquier extensión que se quiera dar a la noción de “ciudadanía”.
enfoques y sea útil para que la reflexión sobre derechos humanos, pobreza e Ésta es la paradoja de la que parto, nuclear en cualquier discusión actual
infancia tenga impacto concreto sobre la realidad de la enorme exclusión social sobre el sentido y alcances de la noción de protección a la infancia, que ni si-
en la que viven millones de niños, no sólo en América latina sino en las Améri- quiera ha sido resuelta por las recientes (y extensas) decisiones del sistema
cas en su conjunto. interamericano al respecto 2: el precio que pagó la infancia en el continente ame-
ricano para ser reconocida en sus derechos de primera generación ha sido el
2. Como mencioné más arriba, el tema que desarrollaré brevemente com- debilitamiento de sus derechos sociales y culturales.
prende una relación compleja, pero sobre todo, paradójica: la relación entre los Lo mismo ha ocurrido a nivel internacional con el texto fundamental de pro-
niños y los derechos económicos, sociales y culturales. tección de derechos humanos de la infancia: la Convención Internacional sobre
Si se repasa la historia de la relación de la ley con los niños y, en particular, los Derechos del Niño. Allí se establece: “Los Estados Partes adoptarán todas las
de los diferentes movimientos de protección a la infancia desde sus lejanos co- medidas administrativas, legislativas y de otra índole para dar efectividad a los
mienzos en tiempos de la industrialización, se advierte que nadie en Occidente derechos reconocidos en la presente Convención. En lo que respecta a los dere-
discutía entonces si era necesario que los niños tuvieran educación, casa, comida chos económicos, sociales y culturales, los Estados Partes adoptarán esas medi-
o familia. Los debates, a lo largo de los años, giraron en torno de quién era el das hasta el máximo de los recursos de que dispongan y, cuando sea necesario,
obligado a garantizarlos y con qué alcance, en otras palabras, qué significaba dentro del marco de la cooperación internacional” (art. 4º, resaltado propio). El
“familia”, “casa” o “educación”, etc.; pero no se discutía que proteger a un niño primer tratado universal que reconoce derechos de primera generación a los ni-
tuviera que ver con esos componentes básicos que, en la terminología actual, ños (aunque con sus limitaciones) restringe considerablemente y debilita la
integran el conjunto de los llamados “derechos económicos, sociales y cultura- exigibilidad de los de segunda y tercera generación.
les”. Posteriormente, con el surgimiento y consolidación de los Estados de Bie- Seguramente tal redacción se deba a las concesiones requeridas para la
nestar, los derechos “sociales” de los niños fueron reconocidos y aun garantiza- amplia aceptación —prácticamente universal— de un tratado de estas caracterís-
dos tanto en los países desarrollados cuanto en parte de los entonces llamados ticas 3; pero el problema es serio y subsiste. Poco ha hecho el sistema intera-
países “en vías de desarrollo” (en ocasiones bajo un formato de Estado populis-
ta, por lo menos en América latina), por décadas. 2 Ninguna de las decisiones de la Corte Interamericana en ejercicio de su competencia

Ciertamente, no se hablaba entonces de DESCs (Derechos Económicos, contenciosa sobre el tema lo ha resuelto de manera clara. Se trata de los casos contencio-
Sociales y Culturales) ni de derechos de los niños con el alcance que a la expre- sos: Corte IDH, caso “Villagrán Morales y otros ‘Niños de la Calle’ v. Guatemala” (Serie C
nro. 32 - Excepciones Preliminares; Serie C nro. 63 - Sentencia; y Serie C nro. 77 Reparacio-
sión se le da hoy; pero todos en el mundo de los adultos asumían que el conte- nes), las dos últimas resueltas el 19/11/1999 y el 8/6/2000, respectivamente; caso “Instituto de
nido de lo que hoy llamamos DESCs debía garantizarse a todos los niños sin dis- Reeducación del Menor v. Paraguay” (Serie C nro. 112 - Sentencia) resuelto el 2/9/2004; caso
tinción 1, aunque con un lenguaje diferente (en todo caso, no en un lenguaje de “Niñas Yean y Bosico v. República Dominicana” (Serie C nro. 130 - Sentencia) resuelto el
child rights, sino de child protection). 8/9/2005; solicitud de medidas provisionales presentada por la Comisión Interamericana res-
pecto de Brasil en el caso “Niños y adolescentes privados de libertad en el Complexo do Tatuapé
da FEBEM”, resuelta el 17/11/2005; tampoco lo ha hecho en ejercicio de su competencia con-
1 Cfr., en el ámbito universal, Declaración de los Derechos del Niño, Ginebra, 1924; sultiva en la Opinión Consultiva nro. 17 “Condición jurídica y derechos humanos de la ni-
Declaración de los Derechos del Niño aprobada por la Asamblea General del 20/11/1959 por ñez”, emitida el 28/8/2002.
Resolución 1386 (XIV); art. 25.2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. 3 Sobre las razones de la extendida y rápida aceptación de la Convención sobre Dere-
En el ámbito regional, art. VII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del chos del Niño, ver BELOFF, Mary, Los derechos del niño en el sistema interamericano, Del
Hombre de 1948, entre otros. Puerto, Buenos Aires, 2004, Capítulo 1.
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mericano para resolverlo, aun cuando existe un tratado regional sobre derechos Por otro lado, en el interior del movimiento de los “reformadores” (defini-
económicos, sociales y culturales (el Protocolo adicional a la Convención Ame- dos como el conjunto de personas que entendían que el sistema de tutelar para
ricana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales menores era completamente inadecuado y obsoleto tanto en términos empíricos
y Culturales conocido como “Protocolo de San Salvador” 4), aprobado con ante- cuanto teóricos y que, por lo tanto, era preciso construir desde cero una respues-
rioridad a la CDN, cuyo uso podría intensificarse cuando de niños y niñas se trata, ta completamente nueva tanto para proteger a los niños necesitados de ayuda como
y aun cuando podrían utilizarse otras herramientas del sistema como las medidas para sancionar a los infractores) no se pensó seriamente en la posibilidad de
cautelares en la protección de estos derechos de la niñez. convocar a tantos cientos de expertos (en el sentido de tener “experiencia”) a este
Parece que la infancia ha pagado un precio excesivo para que se le reco- proceso de refundación de la protección a la infancia en clave de derechos fun-
nozcan sus derechos de ciudadanía, aquéllos conocidos tradicionalmente como damentales, y no más en clave filantrópica. La razón era obvia y se expresaba en
derechos “de primera generación”. Tal vez se esté una vez más frente a otra vic- la desconfianza absoluta, en toda América latina en esa época, respecto de la po-
toria pírrica de los derechos de la niñez. sibilidad de “reciclar” al sistema tutelar de menores, tal como veinte años antes
había ocurrido en Europa, particularmente en Italia, cuando se proponía la abo-
3. Un fantasma recorría América latina hace quince años atrás: el fantasma lición del juzgado de menores 6. La transformación debía ser sustancial.
de las reformas legales en materia de infancia. Las personas que trabajaban en la
justicia especializada y en las otras organizaciones estatales de protección a 4. A pesar de la aparente claridad conceptual y política que guió los cam-
menores en América latina a fines de la década del 80 y comienzos de la década bios legales, los resultados de estos esfuerzos reformadores, en términos prácti-
del 90 (jueces, empleados, operadores, trabajadores sociales) estaban aterrados. cos, no son muy alentadores.
¿Qué se proponía detrás de este afán por “cambiar la ley”? ¿Qué estaba suce- Otro habría sido el escenario si en América latina la crisis empírica y de
diendo que provocaba que la gente que durante décadas había trabajado con los legitimación del sistema tutelar clásico se hubiera producido en su interior
niños se sintiera tan amenazada? (tal como ocurrió desde comienzos de la década del 80 con la justicia penal).
Dos presupuestos incontrastables de este movimiento de reformas genera- En ese escenario, los operadores, al advertir la falta de sentido e ilegitimidad
ban conmoción entre los operadores de los sistemas tutelares clásicos de la re- de su trabajo, podrían haber pensado en la necesidad de renovación, de “hacer
gión. En primer lugar, se había comenzado a instalar un mensaje con fuerza: todo algo” nuevo, de modificar sus ineficientes y deslegitimadas prácticas, de su-
lo que ellos durante tanto tiempo, con tanta abnegación, con tantas buenas inten- marse a los movimientos de derechos humanos, etc.; pero eso no pasó. Las
ciones, habían hecho para “salvar” a los niños 5, no había servido de nada o ha- razones son evidentes. El autismo autoinducido del derecho de menores en
bía sido útil para tan poco que no merecía ser destacado. Todo el esfuerzo de América latina ha sido suficientemente documentado y estudiado. Lo que sí se
ochenta años de reformas y de ayuda humanitaria a los niños no parecía haber produjo, por lo contrario, fue una crítica sistemática desde fuera —en la ma-
cumplido ningún buen resultado. En segundo lugar y al mismo tiempo, la bande- yoría de los casos muy pertinente, en otros algo exagerada—, desde México
ra que enarbolaba este fantasma reformista era la Convención Internacional so- hasta el Cono Sur. La idea era similar a la defendida en Italia una década atrás:
bre Derechos del Niño, un tratado cuya firma estos mismos operadores habían había que abolir el derecho tutelar de menores y las instituciones creadas en
celebrado y consideraban muy adecuado para continuar con la misión salvadora consecuencia 7.
de la infancia. ¿Cuál fue el efecto boomerang de esta crítica externa? Como era previsi-
ble, el resultado fue que los operadores del complejo tutelar clásico desarrollaran
4 Cfr. art. 16: “Derecho de la Niñez. Todo niño sea cual fuere su filiación tiene derecho
a las medidas de protección que su condición de menor requieren por parte de su familia, de
la sociedad y del Estado. Todo niño tiene el derecho a crecer al amparo y bajo la responsabi- 6 Sobre la Convención de Abano de 1975 informa Gaetano de Leo: “Terzian considera-
lidad de sus padres; salvo circunstancias excepcionales, reconocidas judicialmente, el niño de ba (…) que no había otra alternativa a la abolición del T. M. Este organismo, en espera de su
corta edad no debe ser separado de su madre. Todo niño tiene derecho a la educación gratuita desaparición, tenía una única posibilidad de reconvertir sus funciones: traducir en sentencias
y obligatoria, al menos en su fase elemental, y a continuar su formación en niveles más ele- y provisiones de denuncia la inconstitucionalidad de la mayor parte de las instituciones de
vados del sistema educativo”. menores, por representar un obstáculo y un límite a la libertad y a la igualdad de muchos ciu-
5 Tomo obviamente la imagen del clásico libro de PLATT, Anthony, The Child Savers. dadanos, y un impedimento concreto al desarrollo de su personalidad y de su efectiva partici-
The invention of delinquency, The University of Chicago Press, 1969 (1ª ed.), 2ª ed. aumenta- pación social” Cfr. DE LEO, Gaetano, La justicia de menores, Barcelona, Teide, 1985, p. 85.
da 1977, en español la 2da. ed. Los salvadores del niño. La invención de la delincuencia, Siglo 7 En este sentido, el capítulo final del libro de DE LEO, Gaetano, La giustizia dei minori,
XXI, México, 1982. Einaudi, Torino, 1981, en español La justicia de menores, es harto elocuente.
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una defensa corporativa de sus propias prácticas e instituciones, y adoptaran, al haciendo en gran medida lo mismo que se hacía antes, pero con otros nombres y
mismo tiempo, el nuevo discurso oficial de los derechos fundamentales de los con la “mala conciencia” 8 del operador políticamente correcto.
niños. En efecto, hoy en toda América latina, tanto las organizaciones de la so-
ciedad civil como todos los operadores estatales en materia de infancia utilizan 6. En este punto se impone otra pregunta: ¿Cómo es posible que con tanta
un lenguaje de protección a la infancia en términos de derechos humanos. Sin celeridad los países latinoamericanos hayan cambiado leyes que tenían casi cien
embargo, quienes allí trabajan siguen haciendo exactamente lo mismo, o lo ha- años de historia y que estaban completamente corporizadas en las prácticas y
cen peor que lo que hacían hace diez o quince años atrás, pero ahora con una en la cultura latinoamericanas de protección a la infancia?
narrativa completamente diferente. Es por lo menos llamativo que en diez años, en todo el continente, se hayan
cambiado leyes que están tan cerca de los sentimientos, las convicciones profun-
No estoy sugiriendo que un cambio en el nivel de los enunciados no tenga das y las percepciones de la gente. Con lo difícil y costoso que es emprender
incidencia en los significados y, eventualmente, en las prácticas. Sin embargo, cualquier cambio, ¿cómo es que estas leyes cambiaron tan rápido?
en nuestra región, ha tenido lugar una apropiación meramente retórica de los de- Propongo algunas hipótesis para el análisis.
rechos humanos de la infancia sin mayor impacto en la realidad de las prácticas En primer lugar, la relacionada con el impacto y la selectividad que ha te-
vinculadas con la protección a la niñez —con la excepción de cierta relevancia nido la cooperación internacional en esta materia durante el mencionado período
de la justicia penal para adolescentes—. Ésta es también otra victoria pírrica en de intensas reformas legales. Tal como ha sido señalado, llama la atención la buena
términos de protección a la niñez que es preciso reconocer. disposición y diligencia de los gobiernos para cambiar las leyes, pero sobre todo
Una dificultad adicional radica en que el ejercicio de crítica externa se fa- la ausencia de ambas para implementarlas.
cilita cuando el otro es demonizado o ridiculizado; pero cuando lo que se critica En segundo lugar, estas reformas tuvieron lugar en una década que se ca-
se fundamenta en razones y valores compartidos mayormente por la comunidad, racterizó por la transformación de los Estados latinoamericanos y, en particular,
como la ayuda a los niños desvalidos o el amor y la protección hacia ellos, la por el debilitamiento de algunas instituciones propias del Estado de bienestar.
tarea se vuelve enormemente compleja y, muchas veces, en el afán por demos- En tercer lugar, estas reformas coincidieron, dentro del proceso más amplio
trar lo inadecuado de determinados dispositivos justificados por razones atendibles, de transformación de los Estados latinoamericanos, con las reformas del sector
se debilita la calidad del argumento para quedarse en un nivel meramente justicia en gran parte de los países de la región. En este sentido debe recordarse
declamativo o retórico. que buena parte de los sistemas tutelares latinoamericanos formaban parte de los
poderes judiciales y no de los organismos administrativos.
En cuarto y último lugar, las reformas de las leyes de infancia se concentra-
5. Actualmente todos los países de América latina cuentan con leyes que ron en las cuestiones relacionadas con la justicia juvenil y el problema de la de-
incorporan explícitamente estándares del derecho internacional de los derechos lincuencia de los menores de edad conectadas con las diversas campañas de ley
humanos —más allá de la diversa calidad de la técnica legislativa utilizada en y orden que se han sucedido en estos años en la región. Los millones de niños en
cada caso—, a diferencia de las leyes de menores vigentes hasta la década del situación de pobreza no fueron el leit motiv de la reforma; tampoco lo fue la
80. La pregunta que se impone seguidamente es: ¿Con leyes más adecuadas, garantía de los DESCs de los que son titulares niños y niñas. Por lo contrario, el
los niños están mejor que antes en América latina? La respuesta es afirmativa, obstinatto de todo el proceso de reforma fue tener mejores sistemas de justicia
porque las reformas son fines en sí mismos y se justifican por razones elemen- juvenil (si bien en la mayoría de los países de la región se aprobaron leyes o
tales de justicia. Resuelto ese punto, es necesario cuestionarse ahora qué salió Códigos integrales de protección de derechos del niño) 9.
mal o qué no se previó que explique la baja incidencia en la transformación de 8 Tomo la expresión de Massimo Pavarini, quien la utiliza en su conocido libro La

la realidad concreta de este considerable proceso de reformas legales. Sigo es- criminologia, Le Mannier, Florencia, 1980 [en español Control y dominación. Teorías
tando convencida de que una legalidad adecuada (buenas leyes y/o mejor juris- criminológicas burguesas y proyecto hegemónico, 1ª ed., Siglo XXI, México, 1983, ps. 171
y ss.]: “Un famoso jurista tuvo que decir, tiempo atrás, que no se puede ser ‘buen’ penalista si
prudencia) es una condición necesaria para mejorar la calidad de vida de los no se tiene también una mala conciencia. Lo mismo podría decirse hoy también del ‘buen’
niños. criminólogo”. Agregaría: Lo mismo podría decirse hoy también del “buen” defensor de dere-
El fantasma desapareció. Ya pasó. A pesar de las enormes resistencias de chos humanos de la niñez.
9 Sería no obstante interesante intentar un ejercicio comparativo de este proceso de re-
todo tipo (a perder el empleo, a la pérdida de sentido del trabajo, a no entender
formas legales planteadas desde los “derechos de la niñez” con el ocurrido en el ámbito de la
lo nuevo, a quedarse sin lugar), todas las leyes fueron modificadas. Ahora se sigue educación.
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Todos estos factores combinados ofrecieron un marco muy peculiar y pro- gía para seguir adelante, para implementarlas. En estos días en los que se cuenta
picio en el que se insertaron estas reformas legales dirigidas a incorporar con una legalidad mínimamente adecuada, con la ingeniería institucional apro-
estándares internacionales de derechos humanos de la infancia al derecho inter- bada pero sin implementar, el movimiento de derechos humanos de la infancia
no en los países latinoamericanos. Este contexto no ha sido hasta el día de hoy parece no tener más fuerza para seguir ni sabe bien hacia dónde hay que hacerlo,
estudiado suficientemente como para entender con mayor claridad la relación entre mientras algunos indicadores parecen demostrar que los niños están peor que
la reforma legal (en sentido amplio, que incluye a las leyes generales emanadas antes.
de las legislaturas y a las decisiones particulares producidas para casos concretos
por la jurisprudencia) y el cambio social en el contexto regional. 7. Repasemos en lo que sigue de dónde venimos y hacia dónde deberíamos
El tema de la relación entre el derecho y el cambio social no es un tema dirigirnos en términos de protección efectiva de los derechos humanos de la in-
menor en general y mucho menos en particular en un continente donde se operó fancia en América latina.
al margen de la ley por décadas. El desprecio a la legalidad propio de los países El sistema vigente que es preciso desarticular tiene casi cien años de histo-
latinoamericanos (aquellos “al margen de la ley”, por utilizar la elocuente frase ria. Es un sistema en el que la infancia pobre o, más precisamente, cierto tipo de
de Carlos Nino respecto de la Argentina 10, en los que se enseñaba el derecho niño pobre y carente asociado con la marginalidad —tal como bien explicó Jacques
constitucional cuando no regían las instituciones democráticas —rule of law—), Donzelot 11—, era percibido como un dato patológico y disfuncional, como tal,
causa reconocida del atraso comparativo regional, quizás explique la confianza peligroso. Por lo tanto, no se encontraba mejor remedio para esta “enfermedad
exagerada de los “reformistas legales” en que nuevas leyes podían sustancialmente social” que separar al niño de su grupo familiar, causa eficiente —según esta
cambiar la difícil condición de vida de niños y niñas latinoamericanos socialmente concepción que asociaba peligrosidad, marginalidad y potencial criminalidad—
excluidos y marginalizados. de su problema, y eventualmente institucionalizarlo. Similar “solución” se
En este sentido, la reivindicación de la ley como herramienta eficaz para la instrumentaba respecto de los niños sin familia, los abandonados.
mejora de las condiciones de vida de las personas es fundamental. Y, de hecho, La idea de que separar a un niño de su familia cuando ésta no es “idónea”
sobre ello se ha trabajado en estos últimos quince años bajo la bandera de la Con- es una medida adecuada no ha sido privativa de los sistemas de protección de
vención sobre los Derechos del Niño. Sin embargo, además de desconocer la rea- menores latinoamericanos; es frecuente tanto en el mundo anglosajón 12 cuanto
lidad, podría tener consecuencias muy graves no advertir que este profundo con- en los países de la Europa continental. Por lo tanto, es claro que la cultura tutelar
vencimiento condujo por un camino que no está produciendo resultados en las clásica basada en estos presupuestos —entre otros— atraviesa a más de un mo-
vidas concretas de niños y niñas, más allá del logro auspicioso en sí mismo que delo de Estado. El modelo de respuesta del Estado a la protección de los niños,
significa que una ley mejore en sus enunciados. esto es, cómo un Estado determinado interpreta que se debe proteger a los niños,
No sería deseable un escenario —como por momentos se percibe en algu- es antes que nada una cuestión cognitiva, una manera de mirar, de aprehender y
nos de los países de la región— en el que la gente pierda la confianza en que la de reaccionar frente a una parte determinada de la infancia pobre y marginal. Los
ley sirve para cambiar la realidad: conscientes de todos los cambios legales, sistemas de protección aquí denominados tutelares no intervenían respecto de
conocedores de los nuevos códigos y de la reafirmación legal de los derechos, todos los niños pobres sino respecto de aquéllos que, dentro de ese grupo, eran
las personas se pregunten por qué, con tanta y tan difundida nueva legalidad, los considerados peligrosos, disfuncionales, en riesgo, etc. Si bien tampoco ésta era
niños siguen estando mal, y concluyan que, entonces, la ley no sirve para nada. una característica exclusiva de los sistemas latinoamericanos, sí es muy notable
Por eso digo que podría acarrear consecuencias muy graves en términos políti- en ellos respecto de los sistemas de bienestar para niños en otras latitudes. La
co-institucionales permitir que se instale esta idea, no sólo por sus implicancias conexión entre falta de “idoneidad” o “disfuncionalidad” de la familia y pobreza
en el tema específico de la protección de los niños, sino, en general, para el sis- es probablemente el punto crítico característico del funcionamiento de estos sis-
tema democrático en su conjunto que tanto ha costado consolidar en la región. temas en los países de América latina.
Mi preocupación actual se resume en definir cuánta reforma legal y cuánta La siguiente característica se ubica dentro del ámbito penal y tiene que ver
reforma institucional e intervención social concreta necesitamos. Si todo el com- con que los adolescentes o los menores necesitados de protección y ayuda eran
bustible de la cooperación internacional, toda la teoría y todos los esfuerzos de percibidos como “potenciales” o “futuros delincuentes”. En otras palabras, la
la sociedad civil se agotan en cambiar las leyes, es posible que se agote la ener-
11 Cfr. DONZELOT, Jacques, La police des familles, Les Éditions du Minuit, Paris, 1977.
10 NINO, Carlos, Un país al margen de la ley, Emecé, Buenos Aires, 1992. 12 La película Ladybird, Ladybird, del director británico Ken Loach, da cuenta de ello.
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convicción era que si no se “ayudaba” y “protegía” a tiempo, ellos se converti- DESCs a la infancia en general) y un Estado que actúa de manera limitada y aco-
rían en criminales; los menores eran, además, considerados incapaces. tada frente a situaciones delictivas están presentes aun hoy cuando todas las le-
Yo suelo considerar que la defensa de la incapacidad respecto de los meno- yes se han modificado en el continente latinoamericano, y se advierten también,
res de edad (que en materia penal se denomina en los sistemas jurídicos del dere- aunque de manera indirecta, en la propia jurisprudencia de la Corte Interamericana
cho continental inimputabilidad) forma parte del pensamiento mágico de gran parte de Derechos Humanos.
de los juristas de los países latinoamericanos. En el derecho penal general la de-
fensa de inimputabilidad es considerada la peor defensa posible porque entraña 9. Éstas son las características generales del sistema que América latina pre-
dramáticas consecuencias para el declarado inimputable en juicio; sin embargo, tende dejar en el pasado (por lo menos en el discurso). ¿Cómo se ha intentado
curiosamente adquiere valor positivo cuando se trata de menores a quienes se les hacerlo? En este punto quiero ser categórica a pesar de las diversas críticas for-
imputa un delito. Cómo una defensa casi inaceptable en el derecho penal general muladas a la jurisprudencia del sistema interamericano y al sistema universal. En
de mayores se convierte en deseable cuando de menores de edad se trata es un in- América latina, la Convención sobre Derechos del Niño fue considerada implíci-
terrogante que no ha sido a la fecha resuelto por los penalistas latinoamericanos. tamente como un instrumento casi mágico. Un tratado que es posible deconstruir
En relación con los menores inimputables, incapaces e irresponsables por críticamente con un ejercicio simple, se convirtió en el estandarte con el que un
los delitos en los que se ven involucrados, bajo la estructura tutelar clásica, el considerable movimiento de personas pretendía construir un futuro mejor para
Estado adoptaba la misma respuesta que respecto de aquellos que necesitaban pro- los niños; y la gente entendió este mensaje.
tección pero que no habían cometido ninguna infracción. ¿Bajo qué argumentos? El problema radica en que la Convención sobre los Derechos del Niño no
La justificación era que el delito sería el síntoma de un trastorno, de una desvia- es una varita mágica, como tampoco lo son las nuevas leyes que se aprobaron en
ción más general, de una situación de riesgo o peligro sobre la cual el Estado todo el continente como consecuencia de los nuevos estándares de derecho inter-
debía intervenir para evitar que en el futuro se repitieran estos hechos y para lo- nacional de los derechos humanos de la infancia. Ni la primera ni las segundas
grar que el adolescente se reintegrara socialmente; pero igual justificación se daba pueden automáticamente resolver los gravísimos problemas estructurales (de
a la intervención cuando el menor, encontrándose en situaciones problemáticas, inequidad, subdesarrollo, debilidad institucional, violencia, etc.) que caracterizan
no cometía ningún delito. Éste fue probablemente el punto medular de la crisis a las sociedades de la región. De manera que hoy existe un escenario ideal en
de justificación de los sistemas tutelares clásicos. términos del éxito comunicacional del discurso sobre la vigencia del derecho
En síntesis, la respuesta estatal característica por décadas en América latina internacional de los derechos humanos de los niños; todo el mundo se expresa
(sobre todo mientras los Estados latinoamericanos tuvieron recursos para ello) en términos de protección de derechos de los niños (no más en términos de ne-
fue el encierro de niños en instituciones para su cuidado, ayuda y reeducación, cesidades), pero en la realidad poco o nada ha cambiado.
sin mayores diferencias si se trataba de un infractor o de quien en similar situa-
ción de desventaja social no cometía ningún crimen. En rigor, el fenómeno de 10. Una nota característica de las nuevas leyes latinoamericanas en esta
los niños de la calle en América latina, característico de los años ochenta, puede materia es, además de la vaguedad e imprecisión en los mecanismos de exigi-
ser leído como una expresión de la crisis de la cultura del encierro, pero no por bilidad y garantía, el desorden en la presentación de los temas que facilita al
razones de principios, sino por falta de recursos estatales para sostenerlo frente intérprete concretar una hermenéutica orientada a una mejor y mayor satisfac-
al crecimiento exponencial de la pobreza y la marginalidad. ción de los derechos de niños, niñas y adolescentes.
Ciertamente, esta manera “difusa” de abordar los derechos económicos,
8. Desde otro punto de vista, es claro que la idea de que era algo adecuado sociales y culturales no es exclusiva de una ley en particular. Un dato que llama
encerrar a niños bajo la excusa de su protección fueran o no infractores de la ley la atención a la hora de analizar gran parte de la nueva legislación que regula la
penal, tuvo un sesgo discriminatorio muy particular. Se trataba, una vez más, de condición jurídica de la infancia en América latina, en particular de aquellas
una política social focalizada sui generis orientada al control social discrecional normas producidas sobre la segunda mitad de la década 1990-2000 es la sofis-
de determinados grupos poblacionales, siendo irrelevante un dato básico del Estado ticación de la ingeniería institucional relacionada con la justicia juvenil 13 vis à
moderno, cual es que cualquier reacción estatal coactiva sea proporcionada y esté
motivada por una infracción penal probada en juicio. 13 Como ejemplo, el Código de la Niñez y la Adolescencia de Nicaragua, donde el 56%
Las dificultades para superar esta idea que no es capaz de distinguir entre del articulado se encuentra dedicado a la justicia juvenil cuando en la CDN sólo 2 artículos de
obligaciones de prestación positiva del Estado (por ejemplo, para garantía de los 54 se refieren a ese tema, lo que representa menos del 4% del articulado de su articulado.
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vis el carácter aparentemente declarativo de la regulación referida a los derechos Por lo tanto ¿por qué reiterarlos en las leyes nacionales? La respuesta que
económicos, sociales y culturales. ¿De qué nos habla esta diferencia tan abis- generalmente se da contradice lo señalado en el párrafo anterior: los derechos están
mal? Algo similar ha ocurrido con todas las sentencias y OC relacionadas con en los tratados, pero no se respetan; entonces quizás si se los incluye en una ley,
el tema a la Corte Interamericana. ¿Por qué es posible ser precisos cuando se sí se los reconozca y aplique. El argumento es poco convincente. Un ejemplo de
habla de justicia juvenil pero no es posible serlo cuando se habla de protección esa situación ocurre en la Argentina, país en el que a fines del año 2005 se apro-
a la infancia? bó una ley federal de protección a los niños. Esta norma legisla sobre competen-
Las razones que explican esta desproporción no pueden ser desarrolladas cias locales sin mayores justificaciones (la Argentina es un país federal) y repite
en esta breve presentación. Simplemente mencionaré parte de lo que considero la Convención sobre Derechos del Niño (CDN) a la letra, cuando el tratado ya
una posible respuesta. Como los anteriores sistemas tutelares administraban la está incluido en el texto de la Constitución Nacional y cuando las legislaciones
protección a la infancia con dispositivos penales —aunque sin asumir explícita- provinciales (locales) son mucho más avanzadas y contienen mejores dispositi-
mente tal carácter—, el resultado del ejercicio de desenmascaramiento que se vos de satisfacción y garantía de los derechos contenidos en la CDN. Es eviden-
produjo en el continente en la década pasada ha sido el cuidadoso desarrollo en te que esta ley no debería tener mayor impacto normativo; sin embargo, ha sido
nuevas leyes de los supuestos en los que el Estado puede recurrir al derecho penal ampliamente difundida y, curiosamente, ha generado algunos cambios a pesar de
cuando de menores de edad se trata, pero con el efecto no deseado de no poner su pésima calidad jurídica.
el mismo esmero teórico ni político en la reformulación de la nueva ingeniería La pregunta que la forma en la que se ha legislado en América latina sobre
institucional dirigida a proteger los derechos económicos, sociales y culturales la protección a la infancia impone es si se están tomando en serio los derechos
de los niños, niñas y adolescentes. humanos de la niñez en este continente. Se aprueban los tratados y se modifican
las leyes; pero las leyes no mejoran ni desarrollan las cláusulas convencionales;
11. Plantearé en lo que sigue mínimamente algunas cuestiones relacionadas peor aún, tampoco contienen mecanismos de exigibilidad. Ello es particularmen-
con la progresividad de los DESCs, problema que presenta unos ribetes un poco te evidente en materia de DESCs: las leyes nacionales repiten la CDN sin incor-
más técnico-jurídicos que los puntos desarrollados hasta aquí. porar mecanismos de garantía de los DESCs. Del mismo modo, lo hace la juris-
La Convención sobre Derechos del Niño, al igual que el resto de las nor- prudencia del sistema interamericano antes invocada.
mas internacionales sobre la materia, establece la fórmula genérica en el art. 4º ¿Cómo se logra entonces aplicar estas nuevas leyes que reiteran los dere-
transcripto supra (véase p. 71): “Los Estados parte adoptarán todas las medidas chos reconocidos por los tratados sin desarrollarlos ni contener mecanismos que
administrativas, legislativas y de otra índole para dar efectividad a los derechos permitan su garantía efectiva? ¿Para qué se las aprueba?
reconocidos en la presente Convención. En lo que respecta a los derechos eco- Los Estados no pueden desentenderse de sus obligaciones internacionales
nómicos, sociales y culturales, los Estados Partes adoptarán esas medidas hasta bajo la excusa de que los DESCs son progresivos, a pesar de que la cláusula de
el máximo de los recursos de que dispongan y, cuando sea necesario, dentro del progresividad esté presente en todos los tratados. En mi opinión es necesario
marco de la cooperación internacional”. desarrollar un uso creativo, inteligente de las normas internacionales y del siste-
El estándar es evidentemente débil vis-à-vis otros derechos, por ejemplo, la ma interamericano que realmente refleje la convicción de tomarse los derechos
libertad de expresión (art. 13), singularmente fuerte aun frente al derecho del niño en serio.
a ser oído (art. 12). En este sentido, es de utilidad recurrir al Comentario General 3º al Pacto
La pregunta fundamental que los intérpretes deben formularse a la hora de sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en sus párrafos finales, cuando
aplicar las normas sobre DESCs que se encuentran en gran parte de las nuevas se interpreta la expresión “hasta el máximo de sus recursos disponibles” y “con
leyes latinoamericanas es cómo se hacen efectivos esos derechos. la ayuda de la cooperación internacional”:
Las nuevas leyes latinoamericanas desarrollan los mismos derechos que ya
se encuentran en la Convención de los Derechos del Niño y en otras normas del 13. A final element of article 2 (1), to which attention must be drawn,
derecho internacional de los derechos humanos. Es infrecuente que los desarro- is that the undertaking given by all States parties is “to take steps,
llen en profundidad, o bien, que establezcan nuevos derechos, pero ello ha ocu- individually and through international assistance and cooperation, especially
rrido en algún caso particular. Por otro lado, en gran parte de América latina, la economic and technical (…)”. The Committee notes that the phrase “to the
doctrina y casi todas las constituciones nacionales entienden que los tratados son maximum of its available resources” was intended by the drafters of the
de aplicación directa en el país. Covenant to refer to both the resources existing within a State and those
82 MARY BELOFF REFORMA LEGAL Y DERECHOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DE LOS NIÑOS 83

available from the international community through international que el sistema interamericano es un sistema profundamente auto-referencial que
cooperation and assistance. Moreover, the essential role of such cooperation suele agotarse en el ejercicio de hablar de sí mismo en lugar de desarrollar nue-
in facilitating the full realization of the relevant rights is further underlined vos y mejores estándares.
by the specific provisions contained in articles 11, 15, 22 and 23. With respect En materia de derechos del niño, la jurisprudencia del sistema interamericano
to article 22 the Committee has already drawn attention, in General es relativamente reciente tanto en su aspecto consultivo cuanto contencioso pro-
Comment 2 (1990), to some of the opportunities and responsibilities that bablemente por la mayor visibilidad de los temas vinculados con los derechos
exist in relation to international cooperation. Article 23 also specifically humanos de la niñez en el escenario general de la protección internacional de de-
identifies “the furnishing of technical assistance” as well as other activities, rechos humanos. Las decisiones, más allá de la relevancia obvia que las caracte-
as being among the means of “international action for the achievement of riza, no son muy sofisticadas ni han generado estándares significativos. En rigor,
the rights recognized (…)”. la Corte Interamericana tuvo diferentes oportunidades —todas recientes— de fijar
14. The Committee wishes to emphasize that in accordance with estándares mejores para un continente que, como mencioné, durante quince años
Articles 55 and 56 of the Charter of the United Nations, with well-established ha realizado considerables esfuerzos teóricos y políticos en este tema; sin embar-
principles of international law, and with the provisions of the Covenant itself, go, los estándares fijados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos son
international cooperation for development and thus for the realization of muy débiles.
economic, social and cultural rights is an obligation of all States. It is Del primer caso del sistema interamericano en el que se interpretó el art. 19
particularly incumbent upon those States which are in a position to assist de la Convención Americana sobre Derechos Humanos dedicado a los derechos
others in this regard. The Committee notes in particular the importance of del niño, denominado caso de los “Niños de la Calle (Villagrán Morales y otros)
the Declaration on the Right to Development adopted by the General v. Guatemala” 15, el parágrafo de trascendencia desde el punto de vista jurídico
Assembly in its resolution 41/128 of 4 December 1986 and the need for States (más allá del valor simbólico de la sentencia) es el 194. Allí la Corte estableció
parties to take full account of all of the principles recognized therein. It que debe utilizarse la CDN para interpretar el art. 19 de la Convención America-
emphasizes that, in the absence of an active programme of international na. Si bien la Corte Interamericana es muy reticente a interpretar tratados del
assistance and cooperation on the part of all those States that are in a ámbito universal, señaló en este caso que para entender qué significa proteger a
position to undertake one, the full realization of economic, social and cul- un niño en el ámbito regional es necesario recurrir al instrumento universal. La
tural rights will remain an unfulfilled aspiration in many countries. In this Corte no avanzó más, pero fijó un criterio preciso a partir del cual la CDN se
respect, the Committee also recalls the terms of its General Comment 2 incorpora el derecho regional (si bien poco ayuda esta interpretación en materia
(1990) [destacado propio]. de exigibilidad de DESCs, como señalé).
Otro aspecto importante de la sentencia en el mismo caso tiene que ver con
En este sentido, el marco teórico desarrollado sobre la base de las liberta- el estándar que fija respecto del derecho a la vida, al superar la definición liberal
des positivas y negativas me parece inconducente. Si los derechos están en los clásica (obligación del Estado de no privar arbitrariamente de la vida a sus habi-
tratados y nos tomamos los derechos en serio, esa distinción no podría utilizarse tantes) e incorporar una definición que incorpora la obligación del Estado en
para ignorarlos. Estos tratados no son producto del modelo legislativo liberal de términos de deberes de prestación positiva: el Estado está obligado a asegurar a
hace cien años, sino de otra época y otro contexto. Por lo tanto, no es posible los niños marginales condiciones para vivir una vida digna de ser vivida. Éste no
interpretarlos con modelos que se refieren a formas de concebir los derechos es un estándar menor. Constituye un avance de la máxima trascendencia para los
propias de otros tiempos. niños de la región. Al fijar el estándar del deber del Estado de garantizar “con-
diciones dignas”, se da mayor exigibilidad a los DESCs cuando se trata del gru-
12. Para ejemplificar lo que estoy sosteniendo pasaré rápidamente revista a po vulnerable por excelencia: la infancia, sobre todo la que vive en la calle (la
la jurisprudencia del sistema interamericano. Utilizando una idea desarrollada por
Stanley Cohen 14 en su último libro, es posible afirmar como comentario general 15 Cfr. Corte IDH, caso “Niños de la Calle (Villagrán Morales y otros) v. Guatemala”,
sentencia del 19/11/1999, Serie C nro. 63; hay otras dos sentencias en este caso, una anterior
14 Se trata de COHEN, Stanley, States of denial, Polity Press, Cambridge, 2001 [traduc- y otra posterior: caso “Niños de la Calle (Villagrán Morales y otros) v. Guatemala”, Excepcio-
ción al español, Estados de negación, Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Ai- nes Preliminares, sentencia del 11/9/1997, Serie C nro. 32; caso “Niños de la Calle (Villagrán
res, Buenos Aires, 2005]. El autor realiza allí una crítica incisiva a las burocracias estatales y Morales y otros) v. Guatemala”; y Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre De-
no gubernamentales de derechos humanos. rechos Humanos), sentencia del 26/5/2001. Serie C nro. 77.
84 MARY BELOFF REFORMA LEGAL Y DERECHOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DE LOS NIÑOS 85

cual presenta mayor vulnerabilidad), por lo que la obligación del Estado se in- a los casos mencionados más arriba requiere cuatro, cinco, seis años como míni-
tensifica. mo para ingresar al sistema, por la propia estructura de éste y los requisitos de
Por otro lado, en la sentencia del caso “Instituto de Reeducación del Menor acceso que, entre otras cosas, exigen razonablemente el agotamiento de los re-
v. Paraguay” (sentencia de 2/9/2004. Serie C nro. 112 v. Paraguay) 16 se refina el cursos internos.
estándar al agregarse rubros de protección especial: niños + excluidos + priva- Si bien es indiscutible que las reparaciones son muy importantes aunque
dos de libertad. Se trata de tres niveles de protección especial que el Estado está demore mucho tiempo obtenerlas —el acto de reparación simbólica en el caso
obligado a garantizar conforme a esta decisión de la Corte Interamericana. de los “Niños de la Calle (Villagrán Morales y otros)” es un testimonio conmo-
Como se advierte, es posible establecer pautas muy altas de protección del vedor al respecto—, el trámite ante el sistema interamericano no diferencia si se
derecho a la vida digna (de ser vivida) a partir de una sistemática interpretación trata de casos de niños o de adultos. Ello, en mi opinión, afecta el principio de
de estas sentencias. protección especial amparado por el art. 19 de la Convención Americana y por la
Finalmente, en el caso “Niñas Yean y Bosico v. República Dominicana” 17, CDN y el resto de normas que integran el corpus iuris internacional de protec-
parecería que la Corte Interamericana hubiera renunciado a interpretar el artículo ción de derechos humanos de la infancia al que alude el parág. 194 de la senten-
19 de la Convención Americana. En este caso prefirió considerar que la protec- cia de la Corte Interamericana en el caso de los “Niños de la Calle” antes citada.
ción especial a los niños a la que refiere el art. 19 de la CADH es transversal; en El punto que quiero hacer explícito es que el sistema interamericano de
otras palabras, que el art. 19, cuando alude a que los niños son titulares de “me- derechos humanos debe ser sensible a la edad.
didas especiales de protección”, intensifica la protección de todos los derechos, ¿Cómo podría implementarse tal característica concretamente?
pero no concluye que el art. 19 contiene un derecho a la protección especial Permítaseme reiterar una propuesta con la que insisto desde hace años: uti-
autónomo. En particular, se afirma que el art. 19 no tiene contenido en sí, sino lizar de manera más intensa y con estándares más abiertos que los utilizados
que éste se realiza en función de asignar mayor exigibilidad a los otros derechos con adultos, las medidas cautelares previstas por el sistema para los casos que
de los niños; pero, en conclusión, no se da contenido específico a la protección involucran niños.
a la infancia conforme este último caso de la Corte Interamericana. Analicemos un caso hipotético. Si un periodista de Freedonia 20 enviara un
Por último, en la Opinión Consultiva 17 “Condición jurídica y derechos hu- correo electrónico a la Comisión Interamericana afirmando que recibió un fax
manos de la niñez” 18, la Corte Interamericana intentó sin lograrlo dar contenido con una amenaza para su vida, es probable que inmediatamente la Comisión se
a la protección especial de la que son titulares los niños en el continente y, lo que ocupara, con razón, de realizar todas las gestiones necesarias y la adopción de
es más grave, redujo la cuestión a la discusión en torno de los adolescentes medidas para que se ordenase una medida cautelar de modo que el Estado pro-
infractores de la ley penal tal como se la planteaba tradicionalmente, durante la teja la vida e integridad física de ese periodista. Por lo contrario, si un padre de
hegemonía de los sistemas tutelares clásicos. la misma Freedonia enviara un correo electrónico a la Comisión afirmando que
su hijo precisa un tratamiento médico que los servicios públicos del país no ofre-
13. Para concluir abordaré un punto más relacionado con el funcionamien- cen (solamente lo hacen los servicios privatizados a los que él no tiene acceso
to del sistema interamericano, que a mi entender no está siendo considerado en por su desaventajada condición socioeconómica) y demuestra que la vida de su
los debates relacionados con la infancia y sus derechos. Me refiero al tiempo 19. hijo corre grave riesgo sin ese tratamiento médico, con una solicitud de medida
El tiempo es una dimensión profundamente subjetiva. Aunque se lo mida de ma- cautelar para que se ordene a Freedonia garantizar la vida de su hijo mediante el
nera objetiva, el tiempo es territorio de la subjetividad; además, el tiempo de los tratamiento requerido disponible en el país para quienes pueden pagarlo, la Co-
niños es especial. misión tendría más dificultades en hacer lugar al pedido por tratarse de un recla-
El litigio ante el sistema interamericano demanda mucho tiempo. Por más mo vinculado con DESCs, esto es, más cercano a la definición de las políticas
rápido y mejor que funcione, el sistema de peticiones individuales que dio lugar públicas de los Estados de la región.
¿Qué significa, en este contexto y cuando de DESCs se trata, tomarse los
16 Corte IDH, caso “Instituto de Reeducacion del Menor vs. Paraguay”, sentencia del derechos de los niños en serio?
2/9/2004. Serie C nro. 112.
17 Corte IDH, caso “Niñas Yean y Bosico v. República Dominicana”, sentencia del
8/9/2005. Serie C nro. 130.
18 Un análisis de la OC 17 en el Cap. IV de BELOFF, Mary, Los derechos del niño…, cit. 20 Alusión al país de ficción en el que transcurre el film Sopa de ganso (1933), de los
19 Ver sobre este tema el Cap. V de BELOFF, Mary, Los derechos del niño…, cit. hermanos Marx.
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Podría ser atendible, desde cierta perspectiva, considerar que la Comisión contienen DESCs para niños— como equilibristas del Estado Democrático de
Interamericana no puede ordenar con criterios amplios medidas cautelares en casos Derecho, capaces de desarrollar una hermenéutica que no los haga caer ni en la
vinculados con DESCs pues ello implicaría en muchos casos ingresar directa- ilusión de que la garantía de estos derechos sólo puede lograrse a través del liti-
mente en las políticas públicas de un Estado, actividad que la Comisión tiene, en gio judicial —con el efecto boomerang de volver a judicializar aquello de lo que
principio, prohibida; sin embargo, tal argumento no parece oponible en los casos por tanto tiempo se reclamó el apartamiento de los jueces—, ni en la renuncia al
en los que se ven involucrados derechos de niños. Ello, por lo menos, por dos efectivo poder que tienen en la adjudicación de casos para coadyuvar a la defi-
razones: una vinculada con la cuestión de la protección especial a la que ya hi- nición de las políticas públicas del país, única forma de que estos derechos sean
ciera referencia, que en este punto significa que los niños tienen derecho a ma- realidad para todos los niños, niñas y adolescentes.
yor protección que los adultos y que, por lo tanto, no se puede utilizar el mismo En países como los latinoamericanos, de dilatada cultura jurídica positivis-
estándar que con los adultos; y otra, relacionada con el otro tema planteado re- ta, no debería hacer falta reiterar que los derechos incluidos en las leyes son de-
ferido al tiempo. Si alguna eficacia puede tener el sistema en la defensa actual, rechos y, como tales, exigibles. Un breve repaso normativo de los nuevos Códi-
eficiente y eficaz de los derechos humanos de niños y niñas, ella sólo puede gos y leyes latinoamericanos permite concluir que estos derechos son derechos
lograrse utilizando de manera creativa y articulada otros recursos permitidos y fuertes en los sistemas normativos de la región, a pesar de la debilidad que tie-
no concentrándose en la via regia: el mecanismo de peticiones individuales, di- nen en la Convención sobre los Derechos del Niño (y en el sistema interamericano
señado para otra clase de violaciones de derechos fundamentales, costoso y muy, de protección de derechos humanos).
muy lento, ya que cuando resuelve lo hace tarde y, en muchos casos, en forma Sin embargo, algo de la manera en la que estas nuevas leyes latinoame-
deficiente. ricanas de protección a la infancia están estructuradas en esta materia impone re-
El recurso a las medidas cautelares 21 previstas por el sistema podría dar cordarlo.
lugar a soluciones “a tiempo”, que den sentido concreto a la protección especial Creo que la tarea pendiente de los juristas en el continente es desarrollar
a que los niños tienen derecho, concretando de esa manera el corpus iuris vigen- ejercicios para contribuir desde el punto de vista teórico a esa exigibilidad, en la
te de derechos humanos de la niñez. idea de desarrollar una cultura jurídica que cree en la potencialidad transformadora
de un derecho entendido, no como una entidad natural, sino como “(…) una cons-
14. Éstas son algunas de las ideas principales que quería compartir con trucción lingüística y simbólica cuya consistencia conceptual y fuerza vinculante
ustedes esta mañana. Estoy convencida de que la debilidad política que parecen dependen en gran parte del empeño cívico e intelectual de sus intérpretes, sean
tener los derechos económicos, sociales y culturales en nuestra región —a pesar éstos jueces o juristas” 23.
de que hace muchos años que son tema de discusión— y, por oposición a los ¿Qué significa en América latina proteger a un niño? Para proteger a un niño
tradicionalmente llamados “derechos de primera generación”, es principalmente que vive en la calle, ¿es posible institucionalizarlo? ¿Esto es “protección al niño”?
fruto de una debilidad teórica, por lo menos en cuanto a los niños y niñas se refiere. Para proteger a un niño porque nació en una familia marginal, ¿es posible sacar-
Los teóricos y los investigadores todavía no han logrado imaginar y teorizar con lo de su familia y darlo en adopción internacional? 24 ¿En qué supuestos? ¿Con
sentido respecto de la construcción de arreglos institucionales que tomen los de- qué límites?
rechos de los niños y niñas en serio. La reforma legal en América latina es un
claro ejemplo de ello.
Esta “debilidad política” fruto de una “debilidad teórica” —en el lenguaje 23 FERRAJOLI, Luigi, “Prólogo” a…, cit., p. 14.
del maestro italiano Luigi Ferrajoli 22— exige de los juristas una cuidadosa tarea 24 Este problema presenta niveles dramáticos en particular en América latina, particular-
al mismo tiempo conceptual y política. Si se me permite la metáfora, imagino a mente en Guatemala y hasta hace algún tiempo atrás en Paraguay. En la región se estableció
un estándar preciso, a partir del Estatuto del Niño y del Adolescente de Brasil del año 1988,
los juristas —y en particular a los jueces encargados de aplicar estas normas que que afirma que ningún niño por razones de pobreza puede ser separado de su familia o se puede
suspender o sustituir la patria potestad. Todas las leyes latinoamericanas contienen el estándar
21 Ello ha ocurrido en algunos sistemas nacionales, tal el caso de la jurisprudencia de la que ha generado muchos problemas (o, más bien, soluciones) en situaciones de tráfico de ni-
Corte Suprema de Justicia de la Nación en casos de amparo. Ver, entre otros, los casos “Quiñone, ños. Por ejemplo, en Guatemala, fue preciso aprobar dos Códigos de la Niñez en diez años por
Alberto Juan v. Buenos Aires Provincia de s/amparo”, 11/7/2006, “Rodríguez, Karina Verónica la resistencia provocada respecto de este tema, y mucha gente ha sufrido enormemente por
v. Estado Nacional y otros s/acción de amparo”, y “Esquivel, Roberto y otro v. Buenos Aires esta causa; al día de hoy no existe allí una ley de adopción acorde con los estándares interna-
Provincia de y otros s/amparo”, 7/3/2006. cionales. ¿Qué dijo al respecto la Corte Interamericana en la Opinión Consultiva 17? Sostuvo
22 FERRAJOLI, Luigi, “Prólogo” a ABRAMOVICH, Victor - COURTIS, Christian, Los dere- que la pobreza no podía ser la única causa para separar a un niño de su familia.
chos sociales como derechos exigibles, Trotta, Madrid, 2002, p. 9.
88 MARY BELOFF

¿Cuál es el maternalismo-paternalismo justificado en América latina? ¿Cómo


se protege sin violentar derechos fundamentales? ¿Por qué los niños han tenido
que pagar un precio tan alto para ser reconocidos en sus derechos de primera
generación? (el de debilitar los de segunda y tercera, que desde siempre les fue-
ron reconocidos).
Los juristas que trabajamos en estos temas no hemos sido capaces de resol-
EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS POLÍTICOS.
ver esta paradoja o una nueva versión del dilema de la diferencia, reitero, que
UNA VISIÓN DESDE EL DERECHO INTERNACIONAL
refleja una incapacidad política producto de una debilidad teórica. En términos
DE LOS DERECHOS HUMANOS
de discriminación positiva, la infancia tiene derecho a una protección especial
que, hasta la fecha, no hemos sido capaces de concretar.
por SUSANA ALBANESE * y **
Las dificultades de responder a la pregunta de cómo proteger a un niño en
América latina siguen en pie.
I. INTRODUCCIÓN

Desde hace muchos años hemos destinado un espacio importante al estudio


de la jurisprudencia de los tribunales internacionales de derechos humanos, así
como a la interpretación y aplicación de normas de otros órganos internacionales
nacidos de convenciones o de resoluciones emanadas de las organizaciones in-
ternacionales 1. Temas generales y específicos que contemplan el ejercicio de los
derechos y garantías desde el análisis de los respectivos tratados.
En esta oportunidad vamos a presentar algunos aspectos del ejercicio de los
derechos políticos. Para ello, tendremos en cuenta algunos casos que han llegado
al ámbito de los tribunales internacionales de derechos humanos y a través de su
exposición y estudio, estableceremos la posibilidad de fijar algunas pautas gene-
rales emanadas de la doctrina judicial, sin perjuicio de citar algunas denuncias
planteadas en el seno de la Comisión Interamericana o en el Comité de Derechos
Humanos.
Este esbozo es primordial teniendo en cuenta las últimas sentencias de la
Corte Interamericana donde reiteran que los jueces nacionales deben aplicar no
sólo el texto de las convenciones de derechos humanos de las que el Estado es
parte, sino su interpretación a través de los órganos con aptitud de obrar 2. Posi-
ción asumida por la Corte Suprema aun antes de la última reforma constitucio-

* Profesora titular consulta de Derechos Humanos y Garantías, Facultad de Derecho, Uni-


versidad de Buenos Aires.
** Las traducciones de las citas de fallos de la Corte EDH pertenecen a la autora (ver-
sión no oficial).
1 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Comisión Europea de Derechos
Humanos, antes de la vigencia del Protocolo 11, Comité de Derechos Humanos surgido del
artículo 28 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, entre otros.
2 ALBANESE, Susana, Garantías judiciales, 2ª ed., Ediar, 2007, Capítulo IX, “El control
de convencionalidad”.

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