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Teoría del error en Derecho Penal.

Consiste en la comisión de un delito, bajo el alegato de que se ha realizado de buena fe,


porque su acción ha sido causada por ignorancia o por error.
La ignorancia es la ausencia total de conocimiento, mientras que el error es un
conocimiento falso, equivocado.

Clases de error.

Podemos clasificar el error de la siguiente manera:

- Error de hecho.
- Error de derecho.
- Error invencible.
- Error vencible.

El error de hecho se refiere a los hechos jurídicos, a las condiciones exigidas en el hecho
para la aplicación de una regla jurídica.

Si el agente alega la existencia de un error de hecho, está afirmando que no ha existido de


su parte intención criminal ni culpa alguna; que no es culpable, puesto que le faltó el
conocimiento exacto de la realidad.

En tanto que en el error de derecho el agente puede alegar que su delito ha sido causado
por un error referente a la existencia de la ley o de la interpretación de la misma. Recae
sobre una regla de derecho.

Error Invencible y error vencible.

Es invencible cuando no deriva de culpa, de tal modo que, aún con el concurso de la debida
diligencia, no hubiera podido evitarse. Por el contrario es vencible cuando tiene como causa
la omisión de aquella diligencia.

Consecuencias jurídicas.

El error sustancial excluye el dolo, pero deja subsistente la culpa, cuando es vencible o
evitable, si el invencible no habrá delito culposo

El Error sobre las circunstancias del Tipo Objetivo. In persona, aberratio ictus, dolus
generalis.
 
Siempre ha planteado problemas a la doctrina un grupo no homogéneo de supuestos en los
que la causalidad real se desvía de lo planeado por el agente al ponerla en movimiento. En
estos supuestos se plantea la cuestión de la esencialidad o inesencialidad de la discordancia
entre lo planeado por el agente y lo realmente sucedido en el mundo.
Si bien no existe capacidad humana de previsión de un curso causal  en todos sus detalles,
el plan concreto abarca más o menos precisiones, según los casos y las circunstancias que
dependen de la voluntad particular del autor.

Desde esta perspectiva, la esencialidad o inesencialidad de la discordia de lo sucedido


respecto de lo planeado, siempre debe establecerse  conforme al plan concreto del hecho, o
sea según el grado de concreción del dolo en el plan.
 
Es hora de plantar detalladamente uno por uno estos supuestos:
 
El Error de Golpe o aberratio ictus: este se da cuando el que dirige el ataque contra un
objeto y alcanza a otro equivalente (Ej. Dispara contra Juan y mata José)
 
Solución planteada: conforme a la tesis de la concreción del dolo, la solución para la
llamada aberratio ictus dependerá de que lo realmente sucedido sea o no indiferente para el
plan concreto.
 
EL dolus generalis: la misma pretensión etizante con la que se sostiene en la inesencialidad
del yerro en el golpe (aberratio ictus) en caso de equivalencia de objetos alcanzados, se
procura emplear para resolver los supuestos en que el resultado se atrasa o adelanta
respecto de lo planeado por el agente, considerando  que son todos casos de disparidades
inesenciales que no afectan al dolo.
 
Diversos supuestos:
 
En los casos de adelantamiento en el que el resultado se produce antes del comienzo de la
ejecución, no es posible  imputar más que por culpa. En el caso del que narcotiza a otro
para después arrojarlo al paso del tren y simular el suicidio, provocándole la muerte con el
narcótico, no hubo comienzo de ejecución, el adelantamiento del el resultado da lugar a la
imputación por tentativa.
 
En los casos de atraso en que hay dos acciones, porque hubieron dos resoluciones
diferentes, no puede haber  otra solución que el concurso real: quien decide matar y, cuando
cree que ya lo hecho, decide arrojar al supuesto cadáver al mar, incurrirá en una tentativa de
homicidio y eventualmente en un homicidio culposo en concurso real.
 
La cuestión de esencialidad o inesencialidad de la disparidad entre lo planeado y lo
sucedido, se platearán solo en la última categoría, o sea cuando hay una  única resolución
(mata y arrojar al mar)  y la mutación se produce al menos en la etapa de tentativa. A este
respecto valen las mismas reglas de concreción del dolo señaladas para el aberratio ictus:
por lo general será indiferente el adelantamiento o el atraso, o sea, que se tratara de una
discordancia inesencial.
 
Error en la persona o en el Objeto de la Acción.

Da lugar a supuestos de ausencia de tipicidad objetiva o de error de tipo cuando se trata de


objetos no equivalentes: Ej. El que le dispara a una persona creyendo que es un animal. La
equivalencia no es material sino jurídica, siendo posible  que la no equivalencia elimine la
tipicidad objetiva, como en el caso del que se apodera de la cosa propia creyendo que era
ajena.
El problema surge cuando los objetos son equivalentes: en estos supuestos el sujeto elabora
todo su plan, lo pone en marcha con referencia a un objeto y obtiene el resultado querido
respecto del mismo, sólo que en la elaboración  de su plan identifico erróneamente al
objeto. Salvo los supuestos de errores sobre atenuantes y agravantes, esta identificación
errónea no tiene relevancia excluyente del dolo. Esta solución no es contradictoria con la
concreción del dolo como determinante de la esencialidad o inesencialidad  de la
discordancia con el plan, porque en las hipótesis planteadas  el plan ha sido llevado a cabo
y agotado conforme a sus designios y la causalidad no se ha separado  de lo planeado,
tratándose de un puro error en la motivación
 
Desviaciones causales derivadas del momento de la consumación: “consumación
anticipada” y “dolus generalis”

Dolo del autor referido al momento en que se produce la consumación del hecho, pudiendo
darse tanto el caso en que el resultado se produce antes de lo esperado por el autor, como
casos en los que se produce después.

a) El primer supuesto es el de la llamada consumación anticipada. Son los casos en los que
el autor, con una primera acción y sin representárselo produce el resultado, y continúa
después con sus actos dirigidos a la producción de un resultado que objetivamente ya tenido
lugar con la primera acción.

Ejemplo: Un sujeto, con la intención de matar a B por estrangulamiento, lo agarra por el


cuello y lo tira al suelo violentamente, produciéndose la muerte a consecuencia del golpe
recibido en la cabeza de B contra el suelo; sin que A sea consciente de la muerte, continúa
ejerciendo presión sobre el cuello de B hasta que nota el cuerpo inerme.

b) El segundo grupo de casos, con la estructura inversa al anterior, se denominan dolus


generalis (aunque, como veremos, esa acepción no es del todo correcta).

Son aquellos en los que el autor, en la creencia errónea de haber causado el resultado
perseguido con una primera acción, sin saberlo lo causa realmente con una segunda acción,
destinada por lo general a ocultar la primera.

Ejemplo: A dispara a B y ante la inconsciencia de éste, A lo cree muerto. Con la finalidad


de deshacerse del cadáver, lo tira por un precipicio, muriendo realmente a consecuencia de
la caída.

Al igual que en los grupos de casos ya analizados, la doctrina se halla dividida en torno a
cuáles han de los criterios más adecuados para solucionarlos.
a) Así, un primer grupo doctrinal (tradicional) parte de considerar el resultado abarcado por
un “dolo general” (de ahí la denominación que han venido recibiendo algunos de estos
casos), concluyendo, entonces, que sólo existiría una acción dolosa a la que se imputaría el
resultado de muerte.
b) Frente a éste, la solución correcta debe ser, de modo similar a lo que afirmamos en la
aberratio ictus, la de poner el acento en la clase de riesgo que terminó por producir el
resultado. Punto de vista que en estos casos por lo general llevará a la solución de apreciar
una tentativa de delito en concurso con un delito imprudente, dado que nos hallamos ante
dos acciones distintas y cada una de ellas genera, por tanto, un riesgo nuevo.

Error de Prohibición.

El error tiene sus antecedentes inmediatos en el derecho romano donde imperaba el


principio del conocimiento de la ley según el cual “La ley se presume conocida y su
ignorancia no es excusa”, denominado “error iuris nocet”.

EL PUNTO DE PARTIDA DEL RECONOCIMIENTO DEL ERROR DE PROHIBICIÓN.

La problemática referida al error de prohibición como cuestión de la imputación subjetiva


hace referencia a los supuestos en los cuales el sujeto activo, a pesar de comprender
perfectamente las características particulares del supuesto de hecho típico, desconoce o
yerra sobre el sentido normativo global (prohibido o permitido) de su accionar.

El error de prohibición inevitable, para cualquier teoría de la culpabilidad, es una condición


de exclusión de la imputación subjetiva. La evitabilidad del error conduce a una pena
disminuida por atribuirse un nivel menor de culpabilidad o remite a la aplicación de las
reglas del error de tipo en ciertos casos y de acuerdo con el modelo de teoría del error que
se siga (teoría de la culpabilidad limitada o estricta).

Un análisis sobre esta temática en el derecho penal debe partir del logro de cierto consenso
sobre algunas cuestiones previas y que tendrán por función servir para unificar un lenguaje
común que pueda facilitar el análisis de los problemas y de sus soluciones.

El incapaz de conocer es incapaz de obedecer, quien tiene un déficit de información, tiene


un déficit de libertad. Toda la discusión sobre el tratamiento que se le debe dar al error de
prohibición, sobre todo a la imputación de evitabilidad del error, viene influida por el
contenido final que se le adjudique al principio de culpabilidad. Básicamente se trata de
recordar los intentos de incluir un contenido preventivo general en la base axiológica del
nullum crimen sine culpa, sobre todo ensayados por Claus Roxin y Günther Jakobs, aunque
con notables diferencias en los dos planteos. Hace algunos años intentamos demostrar que
los límites al ingreso de un contenido preventivo general como base de legitimación de la
sanción estatal en el principio vienen dados simplemente por el entendimiento del axioma
como una garantía constitucional. Ello tiene la consecuencia de que de una garantía sólo
pueden extraerse límites al poder penal del Estado, las garantías sólo son fuente de
deslegitimación del poder penal en la medida que impone el axioma.

Tal punto de partida será de utilidad para sostener, en el ámbito del error de prohibición, la
necesidad de tornar al juicio de evitabilidad del modo más individual posible, y si hay
generalizaciones sólo pueden tener el rol de limitar la imputación subjetiva.

Error de Prohibición y el adagio error iuris nocet.


En segundo lugar, es evidente que no es posible avanzar en el desarrollo del tema si no
damos por totalmente superado el adagio error iuris nocet y la vieja distinción entre error de
hecho y de derecho. El paradigma contenido en los sistemas normativos más usuales del
derecho civil, de que el “error de derecho no sirve de excusa” nada tiene que hacer en el
sistema del hecho punible.

Clases.

Directo e Indirecto. Será directo el error sobre la ilicitud si el sujeto desconoce el


contenido de la norma penal. Puede suceder, incluso, que tenga un conocimiento completo
de la norma pero que, por razones ulteriores, no la crea vigente. En este último caso,
procederá la aplicación de las reglas del error de prohibición.

El error será indirecto si recae el error en la autorización del comportamiento ya porque se


crea que lo beneficia una norma permisiva que realmente no esté reconocida en la ley o ya
porque se tenga la convicción de que se actúa justificadamente ante la necesidad de salvarse
o salvar a un tercero de un peligro inexistente. (ARMAZA, 1993).

Error vencible, evitable o superable es aquel que podía exigírsele al autor lo superase, que
hubiese salido de él y por ello mismo, podía exigirse al autor que comprendiera la ilicitud
del hecho. El error es una idea o valoración deformada respecto de un objeto, un
conocimiento que no encaja con la realidad, por consiguiente para haber llegado al error
debió producirse previamente un proceso perceptivo, una representación, un proceso
ideativo, esto es, todo un proceso de conocimiento del cual surgió la errada valoración.
(GÓMEZ, 2003)

Entonces, el error vencible es aquel que procede de las mismas fuentes que la culpa: es
decir, la imprudencia y la negligencia. En consecuencia, el error vencible o culpable, lo que
hace es eliminar el dolo dejando subsistente la responsabilidad culposa o bien disminuye la
reprochabilidad del autor, reflejándose esta en la cuantía de la pena. En tanto que respecto
del error invencible o inculpable, lo que se elimina es la culpabilidad, es decir, no hay
reprochabilidad del injusto. (CALVO, 2008)

Así, “el error de prohibición evitable deja subsistente el cuadro global de un hecho delictivo
doloso, pero crea la posibilidad de aplicar una pena atenuada debido a una culpabilidad
disminuida” (MAURACH, 1994.) Por su parte, Zaffaroni entiende que el concepto de
culpabilidad, es decir, la evitabilidad o inevitabilidad del error, debe valorarse siempre en
relación al sujeto en concreto y a sus posibilidades. (1999).

De otro lado, el error de prohibición invencible hace referencia al error que habría podido
superarse si el autor hubiera realizado el esfuerzo del que era capaz; por el contrario, el
error vencible será el superable para el autor concreto atendidas sus fuerzas y capacidades
individuales; "cuando la ignorancia es la causa de una acción, el agente obra
involuntariamente y es por ello inocente, excepto en el caso en que él mismo sea la causa
de su propia ignorancia".(GÓMEZ, 2003).
Nuestro ordenamiento penal exige que para que el error excluya la culpabilidad ha de ser
invencible y recaer sobre la antijuridicidad del acto.

De esta manera, el error será invencible cuando el autor no tuvo posibilidad exigible,
atendidos su conocimiento, las circunstancias fácticas y modales que rodearon el hecho,
para conocer la ilicitud de su actuar. Si el autor tuvo a mano medios expeditos qué lo
hubiesen llevado a no caer en el error, si atendidas sus posibilidades el error no dependió de
descuido, desidia o inactividad de su parte, será invencible y por lo tanto excluirá el juicio
de culpabilidad. La existencia de un grado de información o instrucción en materia jurídica,
si se refiere al tema concreto, hace inaceptable el error; mas lo anterior no significa que un
abogado no pueda incurrir en error, pero tratándose de situaciones de derecho su
conformación y aceptación será mucho más exigente, pues un jurista puede equivocarse en
materia de situaciones de hecho como cualquiera persona, pero en materia de derecho le
será exigible un mayor grado de esfuerzo en la comprensión del valor jurídico del acto.
(GÓMEZ, 2003).

Doble error de Prohibición.

En doctrina también ha surgido la problemática con respecto al llamado “Doble error de


prohibición”, que se manifiesta en casos en que el agente no posee el conocimiento de
antijuridicidad de un determinado tipo penal y sin embargo cree que su accionar no está
permitido por razones de cualquier otra índole, entiéndase razones morales, religiosas,
sociales o pudiendo ser razones de tipo jurídico, por interpretaciones erróneas de tipos que
en realidad están permitidos. Para resolver el problema ha de determinarse que existirá un
error de prohibición cuando el conocimiento de la antijuridicidad falte respecto del tipo que
es penalmente relevante.

Efectos jurídicos del error de prohibición.

En conclusión y para finalizar la breve exposición del tema en referencia, es importante


señalar las consecuencias jurídicas del error de prohibición tanto directo como indirecto,
vencible o invencible.

Así, los errores directos vencibles, disminuyen la culpabilidad y por ante, la pena a
imponerse, dejando incólume el dolo. Los errores indirectos vencibles, reciben idéntico
tratamiento.

Cuando el error es directo e invencible, anula la culpabilidad y consecuentemente, queda


exento de pena quien comete la acción. Los errores indirectos vencibles, surten iguales
efectos e igualmente permanece intacto el dolo.
Error de tipo
El error de tipo es el aspecto negativo del elemento intelectual del dolo. Es la falla de la
conciencia de los elementos del tipo penal, ya sea por error o ignorancia. Es el
desconocimiento de las circunstancias objetivas del tipo.

El error de tipo tiene como efecto principal eliminar el dolo. Si el dolo es la voluntad de
realizar el tipo objetivo con conocimiento de todos y cada uno de sus elementos,
evidentemente el error que recae sobre el conocimiento de alguno de los componentes
objetivos, eliminará el dolo en todos los casos.

En efecto, el error de tipo se presenta bajo dos formas: a) Invencible. b) Vencible. En los
dos casos se elimina el dolo, pero en el segundo de los supuestos deja subsistente la
imprudencia, siempre y cuando se encuentre incriminado el tipo culposo.

La consecuencia que se prevé para este tipo de error es -al desaparecer el dolo- la atipicidad
de la conducta si el error es invencible, y el castigo con la pena del delito culposo, cuando
el error es vencible, siempre que esté tipificado, ya que hay un sistema cerrado con relación
a los tipos penales culposos. Resulta entonces que si no hay tipo culposo, aunque el error
sea vencible, la conducta resultará atípica.

La teoría del error pretende establecer un margen de flexibilidad a la eficacia erga


omnes del Derecho, evitando que esta consista en una aplicación del summum ius summa
iniuria. Como reconoce en la mayoría de los códigos civiles, el principio de ignorancia de
la ley no exime de su cumplimiento. En herencia del Derecho Romano, los ordenamientos
jurídicos continentales se rige por el principio ignorantia vel error iurisnon excusat ("La
ignorancia o error de derecho no excusa.").

La primera distinción que se hace al definir el concepto penal de error es la diferencia entre
error e ignorancia; ya que el primer concepto hace referencia al conocimiento deformado de
la realidad o de su significación social o jurídica, y el segundo es la ausencia total de
conocimiento perceptivo o valorativo sobre algo. Aunque se presentan como dos ideas
diferentes, que tiene los mismos efectos jurídicos, será indiferenciable que el sujeto
menoscabe un bien jurídico por que pareció un error invencible o porque simplemente
ignoraba que era un bien jurídico valioso para los demás y protegido por un sistema
coercitivo penal.
En cuanto a la distinción en las clases de error, la doctrina está muy dividida. La doctrina
alemana moderna niega la distinción clásica entre error de hecho y de Derecho, y acepta la
división que hace Carrara entre error de Derecho penal y error de Derecho no penal
(Beling, Liszt). La división actual entre error del tipo, referida a los elementos que forman
parte del mismo, que pueden ser fácticos, valorativos e incluso normativos, y el error de
prohibición atañe a la valoración de la conducta frente al ordenamiento jurídico en su
totalidad, comprendiendo que el error no solo como la significación antijurídica general del
hecho, sino como el error sobre la personal legitimación del autor para llevarlo a cabo.
Cabe advertir que la frontera para distinguir ambas clases de error no es del todo nítida, por
lo que no está exento de defectos o inconvenientes al analizar los elementos normativos del
tipo como ya apunto el profesor Mezguer.
En el error sobre el tipo el sujeto no percibe de forma correcta la realidad de su conducta,
ya que conoce algunos de sus elementos pero no todos. En el error de prohibición el sujeto
no conoce que lo que está realizando es un hecho ilícito.
Los supuestos psíquicos en caso del error del tipo, donde conoce algunos de los elementos
del tipo pero no todos, se pueden clasificar en error vencible e invencible.

En el error de prohibición, el sujeto conoce todos los elementos del tipo penal, sabe lo que
está haciendo aunque en algunos casos desconoce que el hecho en sí es típico, y en otro
sabe que es típico pero cree que no es antijurídico. Le falta la conciencia de antijuridicidad
o cree que su acción es lícita. Aunque en estos casos se puede atenuar la pena debido a la
falta de dolo con conocimiento de la antijuridicidad, no se puede prescindir de ella, ya que
su conducta negligente, que no ha actuado con el debido deber de cuidado y ha llevado al
perjuicio de un bien jurídico permite afirmar la tipicidad. Situación muy diferente del error
vencible del tipo en los que ni siquiera se actúa con conocimiento de la peligrosidad de la
conducta para un determinado bien, doctrina minoritaria defendida por Hans Welzel.

Clasificaciones del error de tipo

Las consecuencias derivadas del error del tipo siempre excluyen el dolo, pero no significa
que el sujeto activo del delito que ha actuado bajo un error de tipo no incurra en
responsabilidad penal. Las consecuencias jurídico penales de su conducta dependerán si el
error cometido recae sobre los elementos esenciales o sobre los accidentales.

Los elementos esenciales son aquellos elementos objetivos que caracterizan la conducta
típica, y que configuran el “tipo básico”.

 Error invencible: es aquél que no tenía la posibilidad de evitarse. Cualquier persona en


la situación del autor y aún actuando con la máxima diligencia hubiera cometido el
mismo error. El autor ni sabía ni tenía la conciencia de que realizaba una conducta
típica.

 Error vencible: es el error que se podía haber evitado si el sujeto activo hubiera actuado
observando el cuidado debido. El sujeto no actúa con dolo pero se tiene que comprobar
si ha actuado con imprudencia, es decir si ha superado el riesgo permitido infringiendo
el deber de cuidado que se exige. El castigo realizado con el error del tipo vencible sólo
será posible si está tipificada la comisión imprudente del delito, ya que si ésta no se
encuentra positivada en el código penal quedará impune (Principio de Legalidad por el
que se rige todo nuestro Ordenamiento Jurídico). Ejemplo: Si A mantiene relaciones
sexuales con B, con una niña de 15 años, creyendo que por su desarrollo físico tenía
como mínimo 18 años, no está cometiendo un delito doloso de abusos sexuales, ya que
desconocía un elemento esencial del tipo. Este error, aunque podría haberlo evitado
excluye la responsabilidad penal en todo momento ya que en el código no aparece el
delito de abusos sexuales con imprudencia. Un caso especial a tener en cuenta es
cuando el sujeto activo incurría en un error vencible, siendo este no solo evitable sino
que hubo un desinterés por parte del autor para conocerlo “ceguera sobre los hechos”.
El error puede recaer sobre los diferentes elementos típicos, de acuerdo con esto podemos
distinguir:

 Error sobre el objeto de la acción (error in objeto vel in persona):


En principio no tiene una especial trascendencia la cualidad del objeto o de la persona sobre
la que recae la acción. Es irrelevante que Juan se haga con el collar de Pepa creyendo que
su dueña era Luisa, o que mate a Pepe en vez de a Pablo. El error es irrelevante cunando los
objetos son homogéneos, es decir de igual naturaleza; aunque no ocurre lo mismo si los
objetos son heterogéneos, por ejemplo: Juan quiere matar al pájaro del vecino y mata al
vecino, el error causará un concurso de delito que el autor quería realizar, un delito en
grado de tentativa y un delito imprudente consumado. A partir de esto podemos distinguir
dos supuestos:

El error sobre una persona que goza de una protección especial. En este caso el error es
relevante.

El error sobre una persona que está protegida de la misma forma: el error es irrelevante
porque en ambos casos concurre el mismo tipo de homicidio, donde lo necesario es que se
mate de forma voluntaria a otro.

 Error sobre la relación de causalidad


Las desviaciones inesenciales o que no afectan a la producción del resultado pretendido por
el autor son irrelevantes. Sin embargo si el resultado se produce de un modo desconectado
de la acción del autor, como mucho se le podrá imputar el hecho como tentativa. A la vista
de esto puede suceder:

Que la desviación en el proceso causal excluya la posibilidad de imputación objetiva del


resultado por la ruptura necesaria de la relación del riesgo con la conducta. Verbigracia, se
quiere matar a Juan a causa de un envenenamiento, pero el sujeto pasivo muere días
después por una negligencia médica. En este caso aunque se dé el tipo subjetivo del delito
doloso de homicidio, falta la realización en el resultado del peligro implícito de la acción
lesiva inicial, y la falta de la relación de causalidad del resultado con la acción.

Que la desviación no excluya la imputación objetiva del resultado causado. El error será
irrelevante si el riesgo realizado no constituye una clase de riesgo distinta a la abarcada con
dolo directo eventual. Pedro dispara contra Juan directo al corazón, la bala finalmente
alcanza el pulmón pero le causa de igual forma la muerte. La equivocación no causa un
cambio de delito ni de circunstancias, por lo que el error es irrelevante. En cambio el error
sí que será relevante cuando este suponga un cambio en la calificación de hecho o en sus
circunstancias influyentes al imputar la responsabilidad penal o cuando el riesgo realizado
sea de otra clase que el que abarca el dolo. Aquí podemos incluir los casos en los que el
hecho se produce por una acción anterior o posterior dolosa. Tu intentas matar a tu amante
de un golpe en la cabeza, creyendo que esta sin vida solo le has dejado inconsciente, le
entierras, y la autopsia posterior determina que se a muerto por asfixia debido al
enterramiento.
 Error en el golpe (aberratio ictus):
Se suele dar en los delitos contra la vida y la integridad física. El sujeto activo, por su mala
puntería mata a Carmen en vez de a José. En este caso se considera que hay tentativa de
delito doloso en concurso con un delito imprudente consumado:
Un sector doctrinal considera que al ser resultados típicos equivalentes la solución debe ser
igual que en el error sobre la persona y aparecería un único delito consumado. Según el
profesor Muñoz Conde, esta solución sería injusta cuando además de la tercera persona
alcanzada por el disparo, también es dañado la persona a la que pretendía herir, y desde
luego no se puede aplicar con resultados heterogéneos.

 El dolus generalis:
El sujeto activo cree haber consumado el delito, cuando en verdad ha sido causado por un
hecho posterior.( Un marido celoso atropella a su mujer, con la creencia de que esta ya
había muerto la tira al río, siendo que la víctima que estaba inconsciente muere por
ahogamiento )Aunque en la práctica lo que parece más justo es apreciar un solo delito
consumado doloso, el sujeto quería matar a la persona, y ha logrado su objetivo. Lo que le
diferencia de la aberratio ictus, es que aquí no se pone en peligro ni se lesiona a otra
persona.

 El error sobre los elementos agravantes o cualificantes hace que no puedas conocer las
circunstancias agravantes o en su caso el tipo cualificado.
El problema legal que suscitan las hipótesis de error sobre circunstancias atenuantes o error
sobre la concurrencia de elementos configuradores de un tipo privilegiado aún está sin
solventar. Podría resolverse por la vía de las atenuantes de análogo significado y la analogía
in bonan partem, respectivamente.

Error del tipo permisivo: o el error sobre los presupuestos fácticos de una causa de
justificación (como es la legítima defensa putativa), es interpretado por los seguidores de
la teoría finalista estricta de la culpabilidad como un error de prohibición. Otro importante
sector, del que es partidario Mir Puig, partidarios de la Teoría restringida de la culpabilidad
y la teoría de los elementos negativos del tipo, propone aplicar las reglas del error del tipo.
Por esta última vía se amplía el ámbito del error relevante penalmente dado el sistema de
incriminación específica de la imprudencia.

Tiene un carácter excepcional.


La creencia errónea debe ser probada por quien la alega (inversión de la carga de la
prueba).
La incidencia del error debe medirse acudiendo al caso concreto, de modo que se vean las
circunstancias objetivas concurrentes de cada supuesto y en particular las características
personales del sujeto activo en la acción

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