Está en la página 1de 14

Introducción al Open Journal System

para administrar revistas de


Acceso Abierto

Curso dictado por Joaquín Vitali (CIS/CONICET-IDES)

Cohorte 1 – segundo cuatrimestre de 2023

Primer encuentro
Introducción: revistas científicas digitales

Las revistas científicas, objeto que nos ocupa en este curso, tienen algunas

características que las diferencian de otro tipo de publicaciones. Primero,

podríamos señalar que se trata de un soporte por el cual los investigadores y

científicos publican avances y resultados de su labor de investigación

(Aparicio, Banzato y Liberatore, 2016). El carácter de estos trabajos, que

devienen en artículos, es que deben ser inéditos y originales (dar algún

avance en el campo del conocimiento en el que se presentan) y revisados por

pares. Es por esta razón que todas las publicaciones siempre advierten que

las colaboraciones deben ser originales e inéditas (noten que las revistas, en

caso de publicar un artículo traducido que ya apareció en otra revista o una

ampliación de un artículo, es debidamente informado por el editor y la

publicación).

Otro punto importante es que hablamos de una publicación periódica, de una

revista, por lo tanto, debe cumplir con una periodicidad regular y sostenida,

con plazos definidos de aparición, para que la comunidad de lectores sepa

cuándo sale un número. Estas tres características mencionadas (originalidad,

revisión por pares y periodicidad) son las que, según el criterio de

Rozemblum, identifican a las revistas científicas. Pero continuemos

identificando elementos, también debe tener un equipo de trabajo con roles

determinados para llevar adelante el proceso editorial que garantiza calidad

en la publicación. Cabe aclarar que estas dos características (periodicidad y

equipo editor) son algunos de los ítems que observan los evaluadores para

ingresar las revistas a las bases de datos (a los que nos referiremos más

adelante). Podríamos agregar que la periodicidad es difícil de sostener para


equipos pequeños de editores y revistas noveles, como supone también, para

muchas revistas, evitar la endogamia.

La caracterización que esbozamos necesita una determinación más, las

revistas pueden tener un soporte en papel o digital o ambos, pero lo que

respecta a este curso nos abocaremos solamente al trabajo con las revistas

digitales o electrónicas. Nos referimos a una publicación que cuenta con un

sitio propio (URL) y utiliza la plataforma Open Journal System del Public

Knowledge Project. Este recorte se debe a que la mayoría de las revistas que

duplicaban el soporte de publicación, adoptaron solo el digital, por cuestiones

de costos, en un primer momento, y de un vuelco al acceso abierto,

fenómeno que está avanzando en todas las publicaciones de las distintas

áreas científicas. Otro aliciente es que el Núcleo Básico de Revistas Científicas

y muchas bases de datos más no evalúan revistas en papel, solo digitales.

Una vez aclarado nuestro objeto de trabajo seguimos por el camino de las

evaluaciones que realizan los principales índices y bases de datos a las

revistas, para tener un acercamiento preciso sobre lo que identifica a una

revista científica. Podríamos compilar tres categorías principales que

“garantizan” la calidad, y en definitiva definen una revista científica,

(Rozemblum, Unzurrunzaga, Banzato y Pucacco, 2014): calidad editorial,

calidad de contenido y visibilidad. Estas tres categorías se subdividen en

indicadores:

A) Calidad editorial: normalización de la información y de la estructura de


la revista, y configuración de un flujo de trabajo estandarizado y
transparencia en los procesos de edición de la publicación.

B) Calidad de contenido: revisión por pares y originalidad.


C) Visibilidad: prestigio del equipo editor, endogamia, uso e impacto,
accesibilidad (elementos propios del soporte digital para que la revista
circule en la web: formatos de publicación, sitio web amigable, acceso
abierto y otros elementos) e indización (metadatos traducidos e
inclusión en bases de datos).

Los indicadores que comprenden la categoría A son los elementos que

explican la revista, es decir, los textos que indican cuestiones formales como

objetivos y foco de la publicación, secciones, equipo de trabajo, comité

científico editor, etc. Esta información es crucial para un primer acercamiento

del público lector y de investigadores que quieran publicar en la revista.

También porque define las políticas de las revistas de una revista.

En la categoría B encontramos el modo de selección y cómo se plantea la

revista (el quipo editor) la selección de los artículos. El tipo de evaluación

doble ciego implica que tanto los autores como los revisores desconocen los

nombres implicados, lo cual genera imparcialidad en los juicios a favor de la

calidad del trabajo. A su vez, la originalidad de los trabajos también supone

una tabla de contenidos atractiva para los lectores.

Finalmente, en la categoría C se incluyen elementos que acercan a los lectores

y al público especializado, a través de internet, a la revista. Por eso, si el

director o el comité asesor tiene prestigio académico, influirá en la circulación

de los contenidos de la revista; si el sitio web tiene las características

necesarias para que lo localicen los motores de búsqueda de la web; si la

publicación adhiere a los términos del acceso abierto y por lo tanto no cobra

por difundir su contenido; si está determinada la cantidad de citas que

circulan a partir de los trabajos publicados en la revista (impacto, aunque

este ítem está cuestionado por la propia comunidad científica).


Una vez revisados estos tres bloques podemos pensar en qué resulta

necesario, principalmente, para desarrollar una revista científica de acceso

abierto. Teniendo en cuenta esta caracterización, en este curso vamos a ver

cómo el Open Journal System (OJS) da cuenta satisfactoriamente de muchas

de las necesidades señaladas anteriormente. Por otra parte, la comunidad del

OJS ha crecido de manera exponencial en los últimos años, debido al potencial

que tiene el sistema y por su carácter de software libre. En este sentido,

muchas revistas dejan de lado sitios a medida o desarrollados con otros

Content Management System, como el WordPress, para implementar OJS. Si

bien el sistema tiene algunas limitaciones, que veremos en este curso, como

señalamos el diseño está enfocado para un buen funcionamiento de las

revistas científicas digitales.

Bases de datos

Anteriormente mencionamos que las bases de datos establecen criterios de

ingreso muy rigurosos a sus sistemas, pero ¿qué es una base de datos? Según

Aparicio (2015, citado en Aparicio, Banzato y Liberatore, 2016): “las bases de

datos permiten almacenar información para luego volver a utilizarla” (p. 29).

De acuerdo con el nivel que adquiera la base de datos (Aparicio, Banzato y

Liberatore, 2016, p.30), pueden clasificarse en directorios (contienen solo

registros generales), catálogos analíticos (indizan los datos bibliográficos de

los trabajos) y bases de datos a texto completo (incluyen la información en

su sitio o a través de enlaces a los sitios originales de la revista). Algunas

bases de datos son Web of Science (WoS), SCOPUS, CLASE (Citas

Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades), reemplazado

actualmente por Biblat (bibliografía latinoamericana), RedALyC (Red de

Revistas Científicas de América Latina y el Caribe), SciELO (Scientific Electronic


Library On Line), Dialnet, JSTOR, DOAJ, Núcleo Básico, Latindex y muchas

otras.

Debemos aclarar que las bases de datos tienen perfiles y propósitos muy

distintos. Si observan la disposición de los logos, los que están en el centro

justamente representan el poder concentrado de Europa y Estados Unidos, el

resto de los íconos se alinean con políticas periféricas, en este caso centradas

en Latinoamérica. Esta distinción en mainstream y periferia del poder del

acceso al conocimiento tiene una veta fundamental y es el dinero que

concentran las bases de datos identificadas como mainstream.


Si hacemos un repaso histórico breve, siguiendo a Aparicio, Banzato y

Liberatore (2016, pp. 35-36), podemos identificar el origen de las bases de

datos y el factor de poder que guardan.

A lo largo del siglo XX las revistas científicas que comenzaron como soporte

de publicación para intercambio de investigadores y validar el avance en el

campo de la actividad científica, tornaron en un elemento para evaluar el

desempeño de los científicos. Este punto es crucial, dado que hoy en día las

revistas buscan desesperadamente ingresar a las bases de datos porque

incide directamente en la decisión de un autor o autora (investigador/a

perteneciente a un sistema científico nacional en el que se evalúa su

producción en función de artículos publicados y visibilidad de la publicación)

de publicar en tal o cual revista. ¿Cómo sucedió esta transformación que

subvierte, muchas veces, los objetivos y políticas de las revistas en intentar

encajar en los modelos evaluados por ciertas bases de datos del mainstream?

Como aparecieron muchas publicaciones, y continuarán apareciendo más, y

hasta hace pocos años el soporte era en papel1, principalmente, se ideó una

fórmula para contabilizar las citas de un artículo que circulaban en otros

artículos. Esto conllevo a una estratificación en tres órdenes de mayor a

menor influencia. A partir de esta idea se crearon algunos entes que

evaluaban la citación de los trabajos, favoreciendo un grupo de revistas

concentradas. La idea de evaluar la calidad por este índice se volvió central,

“[a]unque no ha sido probada su eficacia estadística” (p. 36).

1
El hecho de que la publicación sea en papel influyó en el espacio físico que ocupaban en las hemerotecas y
los costos de mantenimiento y almacenamiento de las colecciones.
Las bases de datos como Scopus tienen este sesgo de medición, y con mayor

precisión dado que se trata de hipertexto. Scopus y WoS, principalmente, son

anglosajonas y esas mediciones dejan por fuera a las revistas periféricas.

El devenir de estas políticas generó un movimiento de concientización sobre

la nocividad de los factores de impacto en las revistas que no aparecen, como

Declaration On Research Assesment (DORA).

Por último, esta caracterización del poder de acceso a la información científica

tiene un correlato económico que no abordaremos en profundidad, solo

mencionar que estas bases de datos cobraban, y cobran, de alguna manera el

acceso a los artículos, a las investigaciones. Esto provocó el movimiento de

acceso abierto que describiremos someramente a continuación.

Acceso Abierto (AA) u Open Access (OA)

El movimiento de Acceso Abierto (AA) comenzó a gestarse hacia los años

noventa (1990) como una reacción a los costos de las revistas científicas y

cuando internet comenzó a transformarse en una red masiva. Para dar cuenta

del problema de los costos Aparicio, Banzato y Liberatore lo exponen

claramente:

[los investigadores] en tanto autores de artículos, han cedido sus


derechos de autoría a las revistas, mientras que las instituciones,
para que sus científicos se mantengan actualizados deben
comprar paquetes de revistas cada vez más caros a las editoriales
que las editan. Más aún, como las compañías editoras más
importantes cobran a los autores por publicar, las instituciones de
gestión de la ciencia terminan pagando tres veces por el mismo
producto: pagan un sueldo a su personal, pagan el artículo que
ellos producen y pagan la revista para tener derecho a disponer de
los trabajos de sus propios autores en sus bibliotecas, a
disposición de los otros investigadores y del alumnado (2016,
p.38).
La llegada de la World Wide Web y el potencial para compartir información

potenció la idea de intercambiar resultados entre investigadores.

El movimiento de AA se formalizó en diciembre del 2001 con la participación

de académicos, científicos y bibliotecarios en una reunión organizada por el

Open Society Institute (una fundación de G. Soros) en Budapest.2 Luego

existieron distintas reuniones que fueron modelando y perfeccionando la

declaración, tal como lo señalan Salatino y Banzato:

En Budapest establecieron que se trataba de la disponibilidad libre y


gratuita del conocimiento, sin más restricción que la de tener acceso a
internet y con la obligación del usuario de reconocer la autoría de lo que
estaba utilizando. Para ello, establecieron que la producción científica
podía publicarse en una revista de acceso abierto (vía dorada) o
archivarse en un repositorio (vía verde). En Bethesda establecieron que
las condiciones del acceso abierto consistían en que los autores
otorgaran derechos libres de uso para cualquier finalidad y que debían
archivar una copia de la obra en un repositorio. En Berlín agregaron a la
definición el concepto de patrimonio cultural aprobado por la
comunidad científica, para cuya distribución era necesario que el
contenido y el software fueran de acceso libre y compatibles.
Finalmente, en San Salvador de Bahía, se tuvo en cuenta las inequidades
en la producción y distribución del conocimiento, por lo que
propusieron que el acceso a la información fuera declarado derecho
universal, que el acceso abierto fortaleciera las agendas de
investigación de los países en desarrollo, y solicitaron que los gobiernos
contemplaran que los resultados de la investigación financiada por
fondos públicos estuvieran en acceso abierto, que los costos de
publicación formaran parte del costo de investigación y que se
fomentaran las revistas locales, como así también los repositorios.

Por lo tanto tenemos dos vías de publicación en AA: la dorada o la verde. La

“vía verde” o “auto-archivo” se trata de que el investigador debe guardar de

manera voluntaria el resultado de su investigación en un repositorio

2
https://www.budapestopenaccessinitiative.org/read/
institucional. La otra vía, la “dorada” implica que las publicaciones periódicas

estén en AA, que los editores pongan a disposición los contenidos en AA. En

este punto hacen una salvedad, que toda la revista tenga su contenido en

acceso abierto o que el autor, o la institución a la que pertenece, pague para

que el artículo esté disponible sin costos para la comunidad lectora.

En este punto Aparicio, Banzato y Liberatore (2016, p. 46) indican que el AA

avanzó mucho, pero está lejos de alcanzar el acceso universal que se propuso.

Para el caso argentino (al momento de la publicación en el 2016) indicaban:

“[a fines de julio de 2015 entre las 802 signatarias73 de la de


Budapest han suscripto la Facultad de Humanidades y Ciencias de
la Educación y el Instituto Fitotécnico de Santa Catalina, ambos de
la Universidad Nacional de La Plata, y el Instituto de Ictiología de
la Universidad Nacional del Nordeste. En cuanto a la de Berlín,
entre los 516 signatarios74 sólo CLACSO se ha adherido. La
Declaración de San Francisco tiene 581 signatarios, entre ellos de
Argentina únicamente la Facultad de Humanidades y Ciencias de
la Educación de la Universidad Nacional de La Plata y la Facultad
de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de
Córdoba. Es decir que todavía el tema no ha incidido con suficiente
fuerza entre quienes tienen a su cargo la gestión de la actividad
científica y, en cierta manera, tampoco en los investigadores…”

Para finalizar esta caracterización introductoria del movimiento de acceso

abierto debemos focalizar en lo que Peter Suber señala respecto del AA y el

derecho de autor. El movimiento centra su base legal en el consentimiento del

poseedor del derecho de autor o en la caducidad del mismo (2006, p. 18), y

rescata para la idea del consentimiento las licencias Creative Commons que

caracterizaremos a continuación.
Licencias Creative Commons

Las publicaciones en acceso abierto (las que comprendemos en este curso)

ponen a disposición libre y gratuita los contenidos. Esto no significa que esté

completamente desregulado, que tanto los autores como la revista no tengan

control de qué sucede con sus producciones y, por otra parte, las licencias se

presentan indispensables para tener algún tipo de control sobre el plagio.

Estamos hablando de las Licencias Creative Commons (CC).

Estas licencias aparecieron en diciembre de 2002 por una iniciativa de la

organización sin fines de lucro Creative Commons, fundada un año antes.

El objetivo de esta fundación se sintetiza en:

 Proporcionar licencias y herramientas de dominio público que ofrezcan


a todas las personas y organizaciones del mundo una forma gratuita,
sencilla y estandarizada de conceder permisos de copyright para obras
creativas y académicas; garantizar la atribución adecuada; y permitir
que otros copien, distribuyan y hagan uso de esas obras.
 Colaborar estrechamente con las principales instituciones y gobiernos
para crear, adoptar y aplicar licencias abiertas y garantizar el uso
correcto de las licencias CC y de los contenidos con licencia CC.
 Apoyar la Red Global CC, una iniciativa comunitaria que trabaja para
aumentar el volumen, la amplitud y la calidad del conocimiento
disponible de forma abierta en todo el mundo.
(del sitio de Creative Commons: https://creativecommons.org/about/)
Estas licencias se aplican a creaciones artísticas y científicas también.

Básicamente, con este tipo licencia se mantienen los derechos de autor, pero

permite a otras personas copiar y distribuir la obra, siempre y cuando sea

reconocida su correspondiente autoría y solamente bajo las condiciones que

especifique dicha licencia. Tenemos que señalar que las Licencias no protegen

legalmente el contenido, pero resultan fundamentales para la publicación en

Internet. Las Licencias acompañan la filosofía de pensamiento del Acceso

Abierto (Creative Commons Argentina).

Las licencias estipulan derechos sobre la obra para que sean utilizadas y se

combinan generando distintos tipos de licencias.

Si combinamos estos derechos obtenemos seis licencias posibles. La más

utilizada por las publicaciones es la atribución-no comercial-compartir igual


Bibliografía
 Aparicio, A.; Banzato, G.; Liberatore, G (2016). Manual de gestión editorial de
revistas científicas de ciencias sociales y humanas: Buenas prácticas y
criterios de calidad. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO : CAICYT-
CONICET : PISAC : Consejo de Decanos. Facultades de Ciencias Sociales y
Humanas: Ministerio de Ciencia y Tecnología MINCyT : Ministerio de
Educación y Deportes : REUN - Red de Editoriales de Universidades
Nacionales. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/libros/pm.482/pm.482.pdf

 Rozemblum, C; Unzurrunzaga, C.; Banzato, G. y Pucacco, C. (2015). Calidad editorial


y calidad científica en los parámetros para inclusión de revistas científicas en bases
de datos en Acceso Abierto y comerciales. Palabra Clave (La Plata), 4(2), pp. 64- 80.
Recuperado de
http://www.palabraclave.fahce.unlp.edu.ar/article/view/PCv4n2a01.

 Salatino, M. y Banzato, G. (2021). Confines históricos del acceso abierto


latinoamericano. En A. Becerril-García y S. Córdoba Gónzalez (eds.),
Conocimiento Abierto en América Latina: Trayectoria y Desafíos (pp. 79-116).
Buenos Aires: Clacso.

 Suber, P. (2015). Acceso Abierto. Toluca: Universidad Autónoma del Estado de


México. Recuperado de
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/otros/20150820022027/PeterSuber.pdf

Este documento cuenta con una licencia CC 2.5

https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/

También podría gustarte