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Alfonso Reyes.

“El revés de una metáfora” (1940)

Carta a Amado Alonso:

1. Encabezamiento: “caro AA”, y no “querido”. Al usar una palabra en italiano, introduce


un pequeño disturbio. No sé si se trata de una picardía o de una inocencia, pero en todo
caso caracteriza un poco la posición americana: entrar y salir del “castellano” haciendo pie
en las demás lenguas migrantes.

2. “Una sugestión de crítica estilológica” a partir de su propio libro Simpatías y diferencias,


cuyo título bien podría leerse como una alusión al clinamen de los griegos. El
procedimiento es habitual en AR, que se cita a si mismo, pero sin aclara que es él mismo,
sino dejando en suspenso la identificación entre aquel y éste (cfr. “Pasado inmediato”).
Lee allí un “envío” a Ramón Gómez de la Serna, vanguardista español, exiliado en
Buenos Aires (“greguerías”).

3. La carta ofrece a AA un ejemplo de análisis estilístico (es decir: expresivo). En la carta


que AA le envía a AR (1941), incluida en Materia y forma en poesía, AA reconoce:

Desde luego, también los estudios que usted mismo ha emprendido bajo el título
general de ‘El envés del tapiz’, segun la preciosa muestra que me ha mandado, son
estilísticos, ¡y de qué privilegiado valor, con sus revelaciones sobre el modo de
operar y funcionar el sistema expresivo propio!” [Ese título general de “El envés del
tapiz” no llegó a utilizarse en volumen].

4. Ahora bien, para ese ensayo estilístico o estilológico, el analista tiene que situarse a
una relación de distancia respecto del texto que analiza. En ese distanciamiento es
donde, precisamente, aparecen las tensiones expresivas.

“Estilística y estilología”

Se trata de fragmentos que no entraron en los libros de teoría literaria de AR, de allí su
carácter de notas de trabajo: “comenzar por explicar la Estilística, adelantando los
argumentos del desajuste de Vossler”.

1. Se refiere a Vossler, Karl. Filosofía del lenguaje. Buenos Aires, Losada, 1943.
Traducción de AA y Raimundo Lida. Vossler señala que hay, en efecto, “desajustes” entre
los registros descriptivos y tensivos del lenguaje. Vossler focaliza su filosofía en el
costado individual del lenguaje y, fiel a Croce, hace consistir la recreación estilística en la
investigación de la intuición personal que se concreta en actos de expresión. Esto se
aplica tanto a determinadas experiencias escritas (la literatura) como a determinadas
experiencias orales (La lengua hablada, con características de movimiento y vacilación
difíciles de determinar precisamente por no obedecer a esquemas o normas rigurosos se
presta en la realidad menos a la investigación metódica, a la sistematización y
generalización. Está más cerca de la fuente personal, de la creación individual viva. En “El
individuo y la lengua” (incluido en Filosofía del lenguaje) Vossler ha señalado cómo
ciertas formas que se resisten al análisis gramatical estricto cobran pleno sentido al
incorporarse en la investigación estilística. Es porque tales formas no pertenecen en rigor
a la lengua. Eso es el desajuste o la incongruencia del lenguaje. Hay “desajustes” entre
formas gramaticales y psicológicas (recuerden lo que habíamos planteado a partir de
Saussure).
2. Reyes retoma y dice: “potencia ilógica del lenguaje” ante la cual la gramática tradicional
pasaba de largo reconociendo apenas “peculiaridades antigramaticales”, “modismos”,
“coloquialismos”.
3. Para resolver esos desajustes y esa incapacidad de la gramática, “La Ciencia de los
Estilos o Estilología es disciplina en que la Linguística, la Estética, la Psicología y aun la
Historia tienen que servir de auxiliares”. Fíjense el lugar que ocupa la linguística, como
ciencia auxiliar.

4. Este nuevo método conviene singularmente a las obras maestras, así como el histórico
—más disuelto en los ambientes y menos concentrado en lo íntimo del individuo—agota
más fácilmente sus problemas cuando se aplica a los niveles medios, a las obras —
paradójicamente-—- menos dignas de la conservación histórica. Y así tenemos ya situada
la Estilología ante la crítica psicológica y ante la histórica.

5. La postura estilológica tiene que referirse constantemente a la postura estilística; hasta


hay quienes consideran la una como mera continuación de la otra, por sostener que los
fenómenos son una gradación continua de la lengua comun a la literaria. Por la Estilística
averiguamos que hay un desajuste psicológico-gramatical en el idioma, ya imputable a la
deficiencia psicológica del parlante, ya a la deficiencia gramatical de que puede no ser
responsable el parlante, sino el estado actual de evolución de su idioma. Vossler analiza
este desajuste en la fonética, en el ritmo, en la métrica, en la melodía verbal, en la
semántica y en la escritura. Y la Estilología nos dirá al instante que en poetas como
Mallarmé y Claudel se da un esfuerzo visible por violentar las formas gramaticales para
mejor adaptarlas a la función estética. Menos puro el caso de Góngora, que muchas
veces va guiado, más que por la estética, por las tendencias latinizantes de los
gramáticos cordobeses. El poeta, dice Valéry, se consume por construir un lenguaje
dentro del lenguaje.

6. Hacia el final: los formalistas rusos (en 1940).

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