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PROYECTO INTEGRADOR ETAPA 1

INTEGRANTES: Montserrat Martínez Parra, José de Jesus Zarazua y Ivan Ulises


Zauceda

FECHA DE ENTREGA: 20/03/22

MATERIA: SALUD PÚBLICA

DOCENTE: Ana Lilia de la Peña Padilla


OSTEOPOROSIS

La osteoporosis (OP) es una enfermedad del esqueleto caracterizada por la disminución de la


resistencia ósea que predispone a un aumento del riesgo de fractura. La resistencia ósea refleja
fundamentalmente la integración de la densidad y calidad del hueso. La densidad ósea se expresa
en gramos de mineral por área o volumen, y en cualquier individuo está determinada por el pico
de masa ósea y la cantidad de pérdida ósea. La calidad ósea se refiere a la macro y micro
arquitectura, recambio óseo, tamaño, daño acumulado y mineralización.
La definición-clasificación de osteoporosis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es
densito métrica, no clínica y se basa en la medida de la masa ósea con el método DEXA en la
columna o cadera. Establece cuatro categorías: normalidad, osteopenia, osteoporosis y
osteoporosis establecida. La presencia de una baja masa ósea patológica (BMOP), osteopenia u
osteoporosis, es el mejor indicador de riesgo de fractura para la región donde se ha medido la
masa ósea; de ahí su interés, ya que la pérdida de masa ósea es asintomática excepto hasta que
se produce su consecuencia natural: la fractura osteoporótica (FO). La OP constituye un problema
de salud con importantes repercusiones individuales, familiares y en la comunidad.

La definición propiciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1994 considera que se
padece osteoporosis densitometría cuando la medida de la densidad mineral ósea (DMO) es igual
o está por debajo de –2,5 desviaciones estándares respecto de la media de DMO durante el pico
de masa ósea, y que existe osteoporosis establecida cuando, además de reunir el criterio
anterior, ya se ha producido la fractura por fragilidad. Se habla de osteopenia cuando el valor de
DMO se encuentra entre –1,0 y –2,4 desviaciones estándares. Dicha medida se establece con la
determinación de la densidad ósea después de realizar una densitometría (absorciometría dual
de rayos X) en columna lumbar y en cuello femoral, respecto a la desviación estándar de las
efectuadas durante el pico máximo de DMO.
En México, la prevalencia de DMO baja (osteoporosis densitometría), medida según criterios de
la OMS, se sitúa en torno al 26% en mujeres mayores de 50 años. Puesto que se asocia de manera
progresiva a la edad, su frecuencia irá en aumento con el envejecimiento poblacional y, en
mujeres mayores de 70 años, la prevalencia llega a ser del 24% en cadera y del 40% en columna
lumbar. Si se consideran los criterios para osteopenia, DMO por debajo de –1 desviaciones
estándares, estas cifras se elevan en mujeres mayores de 70 años hasta el 80% en ambas
localizaciones. En varones mayores de 50 años, la prevalencia de osteoporosis densitometría es
de un 4,8% en columna vertebral y de un 4,4% en cadera y, cinco veces más baja que en mujeres.
La prevalencia aumenta con la edad, igual que en el grupo de mujeres. Adicionalmente, es
causante del 20% de fracturas en mujeres postmenopáusicas de dicho país y de 7,8 millones a
nivel mundial.

Un factor de riesgo para osteoporosis es aquella circunstancia personal, ya sea de origen


ambiental, hereditario, dietético, relativo a hábitos de vida, vinculado con patologías o con
tratamientos previos, etc., que aumenta el riesgo de presentar una DMO baja. Los factores de
riesgo de osteoporosis inciden sobre la calidad y/o cantidad de hueso, pero también deben
tenerse en cuenta otros factores que no influyen directamente en las características del hueso,
sino en el riesgo de fractura.
Así, un factor de riesgo para fractura por fragilidad es una circunstancia con el mismo origen
diverso y que aumenta el riesgo de fracturas, aunque pueda no tener repercusión en la DMO.
Un estudio reportó como factores asociados la edad mayor de 18 años, el hipogonadismo y la
ingesta cálcica inferior a 500mg/día. Los factores menos representativos fueron el tabaquismo,
el índice de masa corporal inferior a 25 Kg/m2, antecedente de fracturas, menopausia precoz,
tratamiento con glucocorticoides por más de 6 meses, enfermedades como la diabetes tipo II y
artritis reumatoide. Mientras que, en otro grupo de pacientes estudiados, la mayor prevalencia
la tuvieron las mujeres mayores de 65 años, el 37,8% con osteoporosis primaria y el 46%
secundaria.
Los factores nutricionales, particularmente el calcio y la vitamina D, tienen múltiples efectos,
actuando sobre el pico de masa ósea, la pérdida ósea relacionada con la edad y la fortaleza
muscular. Estudios poblacionales han demostrado menor número de fracturas en aquellas áreas
geográficas con mayor ingestión de calcio. La actividad física tiene una influencia capital en el
desarrollo óseo y su arquitectura, durante la niñez y la adolescencia, y se ha relacionado un
aumento de la masa ósea en adultos que han realizado ejercicio físico durante su niñez y
adolescencia, el cual constituye quizá el estímulo más importante en el crecimiento y
remodelación del hueso. La adhesión a programas de ejercicio requiere motivación. De todas
maneras, la ganancia en la masa ósea no es progresiva y solamente persiste durante la realización
del ejercicio. No hay evidencia de que el ejercicio físico prevenga la pérdida de masa ósea en la
menopausia. Pero, por otra parte, tiene un efecto significativo en la prevención de las caídas, las
cuales son el factor de riesgo más importante. Dada la importancia de las caídas en la patogénesis
de las fracturas osteoporóticas, el ejercicio físico en las personas mayores tiene un gran impacto
sobre la osteoporosis.

Factores de riesgo clínicos principales


• Edad (en mujeres de ≥ 65 años y en varones de ≥ 70 años): Es uno de los factores de riesgo
más importantes. El incremento de edad se asocia a una progresiva disminución de la
DMO y a un aumento del riesgo de caídas.

• Historia personal de fractura previa por traumatismo de bajo impacto: Especialmente la


fractura vertebral y la de cadera, las presencias de dos o más fracturas vertebrales previas
aumentan doce veces la posibilidad de nueva fractura en cualquier localización.

• Antecedentes familiares de baja DMO o de fractura por fragilidad en padres: Un


antecedente de fractura por fragilidad en la madre o el padre constituye un factor de
riesgo independiente de fractura, hasta tal punto que para cualquier DMO el riesgo se
multiplica por dos.

• Bajo peso (índice de masa corporal o pérdida importante de peso): Un IMC bajo confiere
un riesgo sustancial para cualquier fractura por fragilidad, independientemente de la
edad y el sexo, y dependiente de la DMO.

• Tratamiento con glucocorticoides (GC): Estos son el principal grupo farmacológico


relacionado con el descenso de la DMO y la producción de fracturas por fragilidad y
constituyen la causa más común de osteoporosis secundaria. Los GC inhiben la absorción
de calcio, reducen el número y la actividad de los osteoblastos e incrementan la resorción
ósea. Además, inducen debilidad muscular e hipogonadismo.

• Caídas previas: Especialmente si se han producido más de dos en el último año.


• Sexo femenino: Las mujeres tienen un menor tamaño óseo, sufren una mayor pérdida de
masa ósea a partir de la menopausia y tienen una mayor expectativa de vida.

• Tabaquismo activo: El consumo de tabaco se correlaciona con una menor DMO, de


manera dosis dependiente.

• Consumo de alcohol: Los mecanismos por los que el consumo de alcohol se relaciona con
un aumento de fracturas son complejos e incluyen efectos directos sobre las células óseas
e indirectos sobre el sistema endocrino, el páncreas y diferentes citoquinas.

• Factores ginecológicos (hipogonadismo femenino): Menopausia precoz (menores de 45


años); menopausia inducida por quimioterapia, radioterapia o cirugía; amenorrea
prolongada (períodos superiores a 1 año); menarquia tardía (mayores de 15 años) o vida
fértil inferior a 30 años.

• Raza: Las mujeres de raza blanca tienen un riesgo de sufrir fractura por fragilidad
incrementado en 2,5 con respecto a otras razas. También las mujeres asiáticas padecen
un riesgo de fractura incrementado.
• Factores esqueléticos: La medida ósea, la micro arquitectura y la macro arquitectura, o la
mineralización del hueso pueden influir en el riesgo de fractura.

• Ejercicio físico: (inactividad física). La inmovilización completa prolongada produce una


pérdida rápida de masa ósea, pero para grados de inmovilidad no tan graves, la evidencia
de relación con osteoporosis no está tan bien documentada

• Factores nutricionales y dietéticos. El calcio y la vitamina D actúan sobre el pico de masa


ósea y sobre la pérdida de masa ósea relacionada con la edad. Además, un nivel bajo de
vitamina D se ha asociado a menor fuerza muscular y aumento de las caídas.

Estos riesgos tan elevados son consecuentes al descenso estrogénico, el cual conlleva a una
mayor pérdida de densidad mineral ósea, aunado a la mayor expectativa de vida que poseen las
mujeres a comparación con los hombres

Epidemiología

La osteoporosis es un problema de salud pública emergente a nivel mundial dado el


envejecimiento progresivo de la población; afecta a más de 200 millones de personas y se calcula
que entre el 30 y el 50% de las mujeres posmenopáusicas desarrollarán esta enfermedad. Es
necesario considerar que la población de más de 65 años aumenta un 1% por año, y que la tasa
de mortalidad que sigue a una fractura de cadera es un 20% más alta dentro del primer año; sólo
en un 10% de las mujeres con fracturas se hacen dependientes luego de ésta, y 2 de cada 10
requieren cuidados domiciliarios, desafortunadamente menos del 50% retornan a sus actividades
habituales, los costos directos e indirectos que genera esta patología son altísimos, por lo tanto,
se hace necesario elaborar pautas de diagnóstico, prevención y tratamiento que permitan
atenuar los efectos sobre la Salud Pública que produce la osteoporosis desde el punto de vista
médico, social y financiero. En estudios epidemiológicos que usan la medición de densidad de
masa ósea (DMO), las tasas de incidencia de osteoporosis publicadas en el mundo son variables
dependiendo de la etnia, país y región geográfica. En la población general de Estados Unidos se
estima que alrededor de 20 millones de personas presentan osteoporosis y está relacionada con
1.3 millones de fracturas. Bacon et al en una comparación de las tasas de fracturas de cadera en
9 países (EEUU, Canadá, Finlandia, Suecia, Suiza, Inglaterra, China, Venezuela y Chile) informan
que las tasas de fractura son 3 a 11 veces más bajas en Chile y Venezuela, comparadas con las de
los otros países.
Un estudio del año 1994 en Chile mostró que en un grupo de mujeres postmenopáusicas
asintomáticas el 29,2% presentó osteopenia. Estudios realizados en la Argentina utilizando
densitometría axial en 2 sitios anatómicos (columna y cadera), revelan que una de cada cuatro
mujeres mayores de 50 años de edad es normal, 2 de cada 4 tienen osteopenia y 1 de cada cuatro
tienen osteoporosis en por lo menos un área esquelética (columna lumbar o cuello femoral). En
promedio, ocurren anualmente en Argentina 298 fracturas cada 100.000 mujeres de más de 50
años de edad,y 117 fracturas cada 100.000 varones de dicha edad; el cociente mujer/hombre es
de 2,5.6, 7. En Cuba según datos del Ministerio de Salud Pública, se produjeron en 1997. Fracturas
de cadera por cada 100 000 habitantes de 60 y más años, excluyendo las ocasionadas por trauma
mayor o accidentes, el resto son consideradas de causa osteoporóticas. En España, un estudio
revela que la prevalencia de la OP, fue del 26% en mujeres mayores de 50 años, así mismo
menciona que la OP se encuentra cada vez a partir de los 45 años de edad.
Impacto Económico

En Estados Unidos de América los costos directos atribuibles a la osteoporosis para 1995 fueron
estimados en 18 billones de dólares. En Europa 4.800 millones de euros en el año 2000 sólo en
gastos hospitalarios, lo que ha supuesto un incremento del 33% en tres años. Es difícil evaluar el
impacto de la osteoporosis sobre América Latina, pero se estima que para el año 2050 los
latinoamericanos sufrirán 655 mil fracturas de cadera, con un costo anual de 13 billones de
dólares. En México, se reporta una prevalencia de OP del 16% en mujeres aparentemente sanas
mayores de 50 años derechohabiente del Instituto Mexicano Del Seguro Social, sugiriendo que
en México la prevalencia es menor a la informada en población caucásica.

La osteoporosis ha sido considerada como un problema mayor de salud pública mundial en la


población senil (población que se encuentra en constante aumento). Es la principal causa de
morbilidad en adultos mayores por incapacidad y hospitalizaciones. El 40% de mujeres caucásicas
tendrán al menos una fractura secundaria a osteopoporosis después de los 50 años. En estas
mujeres el riesgo de morir por una fractura de cadera es igual al riesgo de morir por cáncer de
mama y mayor al de cáncer de endometrio. Más de 90% de todas las fracturas de cadera y
columna vertebral en adultos mayores se atribuyen a osteoporosis.
REFERENCIAS APA

1. González-Ruiz, G., Álvarez-Miño, L., Borré-Ortiz, Y.; Rivas O., et.al. (2016). Prevalencia y
factores asociados a osteoporosis en pacientes de Santa Marta. Universidad de Murcia
España. [PDF]. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/3658/365843467008.pdf

2. Bocanegra-Broca, Y., Cruz-Rubio, F., de la Cruz-González, C. Jiménez-Sastré, A. (2006).


Prevalencia de osteoporosis y ostopenia en mujeres tabasqueñas. Secretaría de Salud del
Estado de Tabasco México. [PDF]. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/pdf/487/48712302.pdf

3. Eunate, A., Gutiér, I., Ecenarro A. y Batarrita, J. (2003). Prelavencia de ciertos hábitos
determinantes de osteoporosis en mujeres postmenopáusicas. SciELO. [PDF].
Recuperado de: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-
57272007000600

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