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Somos personas desde el momento de la concepción.

“Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no
es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse
libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una
alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser
puede dar en su lugar.” CATIC, 357

“La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual…”
CATIC 362

Existe jurisprudencia de la Corte Suprema de la Nación acerca de ser persona humana


desde el momento de la concepción.

La Academia Nacional de Medicina afirma que la vida humana comienza en el momento


de la concepción.

La persona humana, única, irrepetible e indivisible, ha sido creada por Dios. “Debido a la
comunidad de origen el ser humano, forma una unidad” Catic, 360. Somos todos
verdaderamente hermanos. Cada hombre es autónomo, se relaciona consigo mismo en
un proceso que le da identidad, tiene nombre propio. A su vez, el ser humano es señor
de la Creación y se relaciona con ella.

Como persona, tiene alma y cuerpo, conciencia de sí mismo, voluntad, libertad,


inteligencia racional, capacidad de amar y ser amado. Su cuerpo es sexuado.

Los seres humanos nos vamos haciendo, somos una construcción en la que logramos
paulatinamente la personalización y la socialización. Existe un profundo deseo en el
hombre de llegar a la autorrealización, un impulso de ser cada día mejores, un querer
hacer lo que se debe (responsabilidad). Alcanzar la virtud es el camino, es la disposición
habitual para hacer el bien: la sinceridad, la templanza, la prudencia…

Hemos nacido varón o mujer. El sexo nos ha sido dado. La sexualidad es nuestra manera
masculina o femenina de ser y vivir en este mundo y es parte de nuestra personalidad. La
inteligencia y la voluntad deben encauzar los sentimientos y el impulso sexual. Placer y
felicidad son conceptos diferentes.

El cuerpo animado por el espíritu es el ser real que existe en el mundo. Comienza,
cambia, se desarrolla, crece, percibe sensaciones y movimientos y puede ser conducido
por la voluntad. Nos comunicamos a través del cuerpo expresando emociones (alegría,
tristeza) e intenciones. Nuestras manifestaciones afectivas son familiares, amistosas y
sexuadas. La potencia del diálogo con sinceridad y respeto supera al más elocuente de
los monólogos. “El otro es condición de mi existencia”. El encuentro de un Yo-Tú, un Yo-
Eso, se convierte en una experiencia humana trascendente. Los vínculos humanos
generan dilemas y un mundo de deberes y derechos. El respeto al semejante exige un
conjunto de valores: confianza, gratitud, empatía, cooperación, igualdad.
La corporeidad del ser humano pasa por las etapas del embrión, feto, niño, adolescente,
adulto y anciano. Cada una de esas etapas exige respeto por la vida y derecho a existir.
La vida es bella y es necesario contar con las herramientas para descubrirlo.

El concepto de genitalidad hace referencia a lo biológico-fisiológico, remite a los órganos


sexuales y sus funciones. En cambio, la sexualidad, abarca a toda la persona humana, es
la forma de ser en la vida. El sexo de una persona (identidad sexual) está determinado
biológicamente de forma precisa, es “dado”, se es varón o mujer. El sexo psicológico,
conciencia o percepción de pertenecer a un determinado sexo, ocurre a los tres años y
suele coincidir con el sexo anatómico. La orientación sexual, en cambio, es la preferencia
sexual que se establece en la adolescencia, cuando se completa el desarrollo cerebral.

El género está dado por un conjunto de roles, es lo construido a través del desarrollo
social. Está caracterizado por un conjunto de funciones atribuidas culturalmente. Es una
categoría social que se impone sobre un cuerpo sexuado. Ofrece una manera de
diferenciar a las prácticas sexuales de los roles sociales asignados a las mujeres y a los
hombres. No está determinado directamente por la sexualidad.

El desarrollo de cada uno de los dos sexos está dado desde el momento de la concepción
a través de los cromosomas XX XY.

Los componentes de la sexualidad humana son: el sensorial-erótico, el afectivo y el


cognoscitivo- espiritual.

El hombre es un PROYECTO. “Aprender a ser” significa alcanzar un desarrollo integral.


Existe un triple nivel en el proceso de humanizarse-conquistarse-gobernarse: el
vegetativo, el perceptivo- motor (animal)y el espiritual (razona, decide, ama, crea, cree-
dimensión religiosa). Lograr hábitos personalizantes.

HEMOS SIDO LLAMADOS A VIVIR. La gran tarea es integrar las vivencias de la


corporeidad y el espíritu, con un uso inteligente de la curiosidad y una educación no
reprimida del instinto.

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