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I. CONSIDERANDOS:
A. ANTECEDENTES DE HECHO.
ALEGATOS DE LAS PARTES.
1. DEMANDA.
a) Autoridades demandadas y actos impugnados.
La demandante dirige su pretensión contra el Superintendente del Sistema Financiero [en
adelante el Superintendente] y el Consejo Directivo de la Superintendencia del Sistema
Financiero [en adelante el Consejo], por la emisión de los actos descritos en el preámbulo de la
presente sentencia.
b) Circunstancias.
Relata la sociedad demandante que se han cometido ilegalidades, las que se centran en
tres razones fundamentales:
i.) La falta de tipicidad con respecto a la conducta ilícita y que ha dado margen a la
imposición de la multa.
De la lectura de los actos administrativos impugnados se puede observar que la conducta
sancionable fue infringir las instrucciones contenidas en las Notas 267 y 870.
El fundamento legal del Superintendente para entender que había infracción, fue el
artículo 37 de la Ley Orgánica de la Superintendencia del Sistema Financiero [vigente al
momento de dictarse los actos administrativos impugnados].
La potestad sancionadora de la Administración Pública puede entenderse como aquella
que le compete para imponer correcciones a los ciudadanos, por actos de éstos contrarios al
ordenamiento jurídico.
Atendiendo estos principios, debe analizarse lo que constituye la causa de la sanción: la
infracción, y aparece que sus elementos esenciales son: 1. Acción u omisión: el comportamiento
positivo u omisivo que vulnera un mandato o una prohibición contendida en la norma
administrativa. 2. La sanción: para que este comportamiento sea constitutivo de infracción es
necesario, que el ordenamiento legal reserve para el mismo una reacción de carácter represivo. 3.
La tipicidad: el comportamiento del infractor, así como la sanción prevista para el mismo, deben
aparecer descritos con suficiente precisión en una norma con rango de Ley. 4. La culpabilidad: en
todo ordenamiento sancionador rige el criterio de que la responsabilidad puede ser exigida sólo si
en el comportamiento del agente se aprecia la existencia de dolo o culpa.
En el presente caso las "Notas" empleadas para configurar la infracción carecen de la
formalidad para erigirse como norma legal o al menos reglamentaria. Y es que las Notas en sí
mismas no son creadoras de conductas sancionables, ya que ello es precisamente materia de
reserva de ley, como ha sido reconocido por la Sala de lo Constitucional de esta Corte. (Sentencia
del veintinueve de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, referencia 142-M-1998).
Y es que no existe una descripción previa de una conducta que sirva de patrón a seguir
por el administrado, y no puede argüirse que el mero incumplimiento a una instrucción contenida
en una Nota suple el principio de tipicidad. Las Notas podrían decir cualquier cosa y por ello
forzosamente se debe aceptar que no cualquier nota provocaría que su incumplimiento se
identificase en una infracción.
ii.) La interpretación del artículo 73 de la Ley de Bancos.
La interpretación se ha hecho al inciso primero del artículo 73 de la Ley de Bancos,
particularmente en lo que debe entenderse como "público ahorrante". Las autoridades
demandadas han dado su singular interpretación.
Y es que al entender de la sociedad actora, [las autoridades demandadas] han olvidado
que el origen de los saldos son primas de seguros. Las primas conforme al artículo 1344 del
Código de Comercio, vendría a constituir en la retribución que se hace a la empresa aseguradora
por el riesgo que asume de resarcir un daño o pagar una suma de dinero al verificarse la
eventualidad prevista en el contrato de seguro; es decir, no se entrega una prima en concepto de
"ahorro" "depósito" u otra calidad que implique su devolución. Dicho de otra forma nadie ahorra
pagando una prima de seguro.
Por otro lado, el razonamiento empleado por las autoridades demandadas entraña un
peligro adicional, haciendo extensivo una interpretación que a la larga perjudica al titular de la
cuenta a favor del Estado, quien se vería beneficiado con saldos que prescribirían a su favor, sin
estar el supuesto específicamente regulado en la Ley.
La analogía desde hace mucho es rechazada en el Derecho Penal para la configuración de
delitos. Recientemente, con la adopción que ha hecho el Derecho Administrativo Sancionador de
los principios del Derecho Penal, al reconocerse que al final se trata del mismo ejercicio del ius
puniendi del Estado, es inaceptable que se ocupe la analogía para crear conductas ilícitas.
Como puede observarse, el contenido de las Notas 267 y 870 de la Superintendencia del
Sistema Financiero, constituyen una instrucción motivada por una interpretación del artículo 73
de la Ley de Bancos, por lo que resulta más injusto, que a partir de esa interpretación se haya
construido una infracción atribuida a la demandante. Lo más grave, es que la conducta
sancionada estaría determinada por una interpretación legal de una disposición y no precisamente
por la descripción precisa e inequívoca de una conducta, que es lo que se pretende con el
principio de tipicidad.
iii.) La falta de responsabilidad.
El principio de culpabilidad o responsabilidad obliga a señalar en el infractor su DOLO o
CULPA, en la realización de la conducta ilícita.
La errónea comprensión de la Ley, es decir de lo mandado prohibido, elimina la
posibilidad de intención o de negligencia, ya que precisamente el sujeto actúa motivado por algo
que estima correcto, aun cuando realmente no lo sea.
Es decir, la sociedad demandante actuó con culpa, situación que no fue considerada en el
razonamiento empleado por las autoridades demandadas, para acreditar la existencia de la
infracción y la procedencia de la multa, lo que hace suponer que simplemente se ocupó un
criterio de responsabilidad objetiva.
c) Derechos que considera violados.
El demandante alega violación al derecho de propiedad, principios de tipicidad,
responsabilidad o culpabilidad, y a los artículos 2, 8 y 15 de la Constitución de la República; 73
de la Ley de Bancos y artículo 2 de la Ley de Procedimientos para la Imposición del Arresto o
Multa Administrativos.
d) Petición.
Solicita la sociedad demandante que se declaren ilegales los actos administrativos
impugnados.
2. ADMISIÓN DE LA DEMANDA.
La demanda fue admitida. Se tuvo por parte a la sociedad Scotiabank El Salvador, S.A.,
por medio de su apoderado general judicial licenciado Miguel Arturo Girón Flores. Se requirió
informes a las autoridades demandadas sobre la existencia de los actos administrativos que se les
imputaban y se requirió el expediente administrativo. Se declaró sin lugar la suspensión
provisional de la ejecución de los efectos de los actos administrativos impugnados.
3. INFORMES DE LAS AUTORIDADES DEMANDADAS
Se tuvieron por rendidos los informes requeridos a las autoridades demandadas; se
solicitó el informe a que hace referencia el artículo 24 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa. Se tuvo por remitido el expediente administrativo en los términos relacionados en
la razón de presentación respectiva suscrita por el Secretario de esta Sala. Se notificó al Fiscal
General de la República la existencia de este proceso.
En el informe justificativo las autoridades demandadas exponen que el fundamento de los
actos administrativos impugnados se hará de conformidad a lo planteado por la sociedad actora.
i) Sobre la tipicidad de la infracción y sanción.
El artículo 73 de la Ley de Bancos regula que se tendrán por prescritos y pasarán a favor
del Estado los saldos a cargo de Bancos y a favor del público ahorrante provenientes de
depósitos, títulos de capitalización, giros recibidos o cualesquiera otras cuentas que hubieren
cumplido diez o más años de permanecer inactivas y, por otro lado, la tipicidad citada se aprecia
con evidencia en el artículo 37 de la Ley Orgánica de la Superintendencia del Sistema Financiero
[vigente al momento de dictarse los actos administrativos impugnados].
En tal sentido, cuando verificó el contenido de la cuenta 2220999101 "Cuentas por Pagar-
Otras-Otras" (2709465002, 003 y 004 del sistema ASTRO) se encontró que el banco demandante
mantenía una suma de dinero que correspondían a primas de seguros por préstamos cancelados,
en razón de lo cual, en carta número 267, del nueve de septiembre de dos mil uno, se les
comunicó en lo pertinente ciertos conceptos.
En la carta se mencionan instrucciones al banco para no liquidar la cantidad de mil setenta
y nueve punto siete mil dólares de los Estados Unidos de América, que correspondían a seguros
por préstamos cancelados, todo en razón de que dichos saldos eran a cargo de la institución y a
favor del público, por lo que debían pasar al Estado cuando prescribieran, según lo determina el
artículo 73 de la Ley de Bancos.
Sin embargo, el treinta de abril de dos mil uno se liquidó de la cuenta 2220999101
"Cuentas por Pagar-Otras-Otras" (2709465002, 003 y 004 del Sistema ASTRO) la cantidad de
setecientos noventa y tres punto cinco mil dólares de los Estados Unidos de América, la que fue
utilizada para hacer frente a la liquidación de saldos antiguos en cuentas por cobrar,
incumpliendo las instrucciones contenidas en la carta.
Posteriormente mediante carta 870 del siete de junio de dos mil uno, se le comunicó a la
demandante que debía cumplir con el artículo 73 de la Ley de Bancos, pues los saldos son a cargo
de la institución y a favor del público, debiendo ser trasladados al Estado cuando prescribieran.
La tipicidad de la infracción y de la sanción está comprobada, debido a que la autoridad
demandada en el ejercicio de sus deberes constituye el supuesto jurídico del artículo 37 de la Ley
Orgánica [vigente al momento de dictarse los actos administrativos impugnados], teniendo
presente además la finalidad del organismo establecida en el artículo 2 de la Ley Orgánica de la
Superintendencia del Sistema Financiero [vigente al momento de dictarse los actos
administrativos impugnados].
ii) Interpretación del artículo 73 de la Ley de Bancos.
El artículo 73 de la Ley de Bancos establece que tendrán por prescritos y pasaran a favor
del Estado todos aquellos saldos a cargo de Bancos provenientes, entre otros, de cualesquiera
cuentas que hubieren cumplido diez o más años de permanecer inactivas, esto es cuando su
titular, no necesariamente el ahorrante, no haya efectuado con el Banco acto alguno que muestre
su conocimiento de la existencia del saldo a su favor o su propósito de continuar manteniéndolo
como tal en el Banco.
En tal contexto, la expresión "público ahorrante" no significa solo la persona que tenga
una cuenta de ahorro sino que también aquellos titulares de derechos o cuentas en un Banco,
como lo previene el primer inciso, al aludir depósitos, títulos de capitalización, giros recibidos o
cualesquiera otras cuentas distintas a las provenientes de sus contratos de ahorro, que implican
una relación jurídica propia entre su titular con el Banco respectivo, para éstos propósitos, el
acreedor de un depósito no se llama ahorrante sino que depositante, el acreedor de un título de
capitalización se llama suscriptor, el acreedor de giros se llama girado y el acreedor de
cualesquiera otras cuentas se denominará según la figura se dé, por lo que no necesariamente el
ahorrante es el destinatario del saldo inactivo, sino que cualesquiera otro titular de la cuenta, tal
como lo previene en el segundo inciso al establecer que la inactividad de la cuenta se presenta
cuando su titular no efectúe con el Banco acto alguno que muestre su conocimiento de la
existencia del saldo a su favor o su propósito de continuar manteniéndolo como tal en el Banco.
iii) La aplicación de criterios de responsabilidad objetiva.
La aplicación de estos criterios de responsabilidad, no es tal, primero porque el Banco
solo ha afirmado el concepto sin probarlo en el presente juicio, como si sólo su afirmación
bastara, y segundo, por cuanto la actuación del Banco de hacer suya la cantidad de dinero,
provenientes de las primas de seguros por préstamos cancelados cuyos titulares no le habían
solicitado su reintegro, revela su intención deliberada a tal propósito, es decir la intención
positiva de su parte a fin de enriquecerse sin justa causa por un monto de tal magnitud para
mostrar resultados financieros mayores que posteriormente, al constituir utilidades, se pudieran
haber distribuido en dividendos entre sus accionistas, para restarle al Estado lo que es suyo y no
permitirle, con esos montos, atender el cumplimiento de las finalidades que el artículo 1 de la
Constitución de la República le asignan, como es atender la justicia, la seguridad jurídica, el bien
común, así como la obligación de asegurar a los habitantes de la República el goce de la libertad,
la salud, la cultura, el bienestar económico y la justicia social.
Tal actitud revela responsabilidad intencional de parte del Banco sobre el tema, no
pudiendo alegar que desconocía el precepto legal invocado cuando, a sabiendas, hizo suyas las
sumas de dinero relacionadas y no las transfirió al Estado en observancia al artículo 73 de la Ley
de Bancos.
Se previno a la delegada del señor Fiscal General de la República licenciada Karla
Elizabeth Muñoz Durán que acreditara en legal forma su personería.
4. TÉRMINO DE PRUEBA.
El juicio se abrió a prueba por el término de ley, los apoderados de la sociedad actora
presentaron escritos.
La licenciada Mirna Mercedes Flores Quijada, presentó escrito mediante el cual solicitó
que se le concediera intervención en el proceso en sustitución de la licenciada Karla Elizabeth
Muñoz Durán, ambas como delegadas de la Fiscalía General de la República.
Se dió intervención a la licenciada Mirna Mercedes Flores Quijada, en representación del
Fiscal General de la República.
5. TRASLADOS.
Posteriormente se corrieron los traslados que ordena el artículo 28 de la Ley de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa, con los siguientes resultados:
a) La parte actora esencialmente ratifica lo expuesto en la demanda.
b) Las autoridades demandadas de manera general ratifican lo expuesto en el informe de
quince días presentado.
c) La representación fiscal en síntesis argumentó que es necesario realizar un estudio de
las leyes pertinentes, iniciando con el estudio de los artículos 1, 73 y 239 de la Ley de Bancos; así
como los artículos 2, 3, 4, 5, 10 literal j), 21 literales g) y j), 37 y 49 de la Ley Orgánica de la
Superintendencia del Sistema Financiero.
Las disposiciones legales antes mencionadas acreditan que la Superintendencia del
Sistema Financiero, es la entidad encargada de fiscalizar e inspeccionar a los bancos, razón por la
cual y en cumplimiento a dichos fines, le practicó inspección a la demandante el treinta de agosto
de dos mil, iniciando el proceso sancionatorio 25/2005, por haber incumplido las instrucciones
emanadas por la Superintendencia en el cumplimiento de sus funciones y que devienen de las
atribuciones que le establece el artículo 3 de la Ley Orgánica de la Superintendencia del Sistema
Financiero y que fueron plasmadas en las instrucciones contenidas en las notas 267 y 870, en las
cuáles se le ordenaba al Banco Scotiabank El Salvador, S.A., que le diera cumplimiento al
artículo 73 de la Ley de Bancos, en el sentido que no se pueden liquidar la cantidad de mil setenta
y nueve punto siete mil dólares de los Estados Unidos de América, que correspondían a primas de
seguros por préstamos cancelados que mantenía contabilizada en la cuenta 2220999101, en virtud
de que los saldos son a cargo de la institución y a favor del público, debiendo pasar a favor del
Estado cuando prescriban, no obstante dichas instrucciones la sociedad demandante liquidó la
cantidad de setecientos noventa y tres punto cinco mil dólares de los Estados Unidos de América,
instruyéndole que realizara el reintegro del mismo.
Con respecto a la actuación del Consejo Directivo de la Superintendencia Financiero, se
puede observar que en el artículo 49 de la Ley Orgánica de la Superintendencia del Sistema
Financiero se regula que: "De la resolución definitiva pronunciada por el Superintendente, se
admitirá el recurso de apelación para ante el Consejo"; aunado a lo anterior, al verificar éstos que
estaba inobservan el artículo 73 de la Ley de Bancos, confirmó la multa impuesta, en
consecuencia la actuación ha sido legal.
B. FUNDAMENTOS DE DERECHO.
1. OBJETO Y LIMITES DE LA PRETENSIÓN.
El juicio se encuentra en estado de dictar sentencia, conforme a lo establecido en el
artículo 32 de la Ley de la jurisdicción Contencioso Administrativa, por lo que esta Sala resolverá
sobre los puntos controvertidos. Para mejor proveer se tuvo a la vista el expediente administrativo
relacionado con el presente caso.
Los actos que se impugnan en el presente proceso son las resoluciones emitidas por: i) el
Superintendente del Sistema Financiero de las diez horas con once minutos del día veintiocho de
noviembre de dos mil seis, específicamente el literal e) por el cual se condena al pago de un mil
dólares de los Estados Unidos de América en concepto de multa por infracción cometida a las
instrucciones contenidas en las notas 267 y 870, de fechas nueve de febrero y siete de junio
ambas de dos mil uno; e ii) el Consejo Directivo de la Superintendencia del Sistema Financiero,
pronunciada en el recurso de apelación a las trece horas del día siete de febrero de dos mil siete,
en el proceso promovido con referencia 25/2005 por medio del cual confirma el fallo dictado por
el Superintendente del Sistema Financiero.
2. DELIMITACIÓN DE LA CONTROVERSIA.
Con la finalidad de resolver el presente proceso, es necesario fijar con claridad el objeto
de la controversia. Los motivos de ilegalidad alegados por la sociedad demandante con respecto a
los actos administrativos impugnados son las violaciones al derecho de propiedad, y a los
principios de tipicidad, responsabilidad o culpabilidad, y a los artículos 2, 8 y 15 de la
Constitución de la República; 73 de la Ley de Bancos y al artículo 2 de la Ley de Procedimientos
para la Imposición del Arresto o Multa Administrativos.