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CORPORACIÓN COLEGIO TRINITARIO – CARTAGENA

TALLER ESTUDIANTES GRADO 11 - FILOSOFÍA

Nombre del estudiante: Leonardo Utria Rodríguez

Problemática objeto del análisis: Para podernos introducir en esta temática, debemos

simplemente reducirnos al debate de antaño sobre la veracidad de la existencia de Dios. Con el

paso del tiempo, he podido observar que – como dice el texto- los conflictos provocados por la

diversidad de ideales se han venido apaciguando, gracias a que la libertad de pensamiento ha

generado espacios de convivencia digna entre los diferentes credos.

Ahora bien, viéndolo desde una perspectiva teísta este tipo de (polémica) libertad consta de un

aspecto negativo, que a mi parecer, es un punto de quiebre que desfavorece en gran manera a la

comunidad religiosa: Doy por concluido que hemos alcanzado un alto porcentaje de igualdad con

respecto a los ideales, por ejemplo, ya no se presentan masacres entre católicos y pretestantes (a

pesar de que el Islam goza de cierta singularidad), y a lo anterior se le agrega un plus, que los

principios ateístas logaron ser tan respetables como los demás -lo que posibilita algo positivo para

los escépticos-, sus argumentos han cobrado ímpetu y son reconocidos, lo que engrandece la

controversia sobre la veracidad y el sentido que tienen las religiones.


SEIS SOMBREROS PARA PENSAR

Pensamiento neutral: Para comenzar debo aclarar algo que me parece de gran

importancia. Considero que para exponer sobre este sombrero (hechos y datos)

sólo nos debemos cerrar al raciocinio, es decir, solo presentaré ideales de

origen ateo, al cual se le pueden atribuir hechos lógicos en gran cantidad.

Empiezo con una de las ideas presentadas por Richard Dawkins, divulgador

científico y activista ateo, que en lo que me concierne, presenta un pensamiento

neutral a pesar de su ideología escéptica, quiero decir, con Dawkins partimos

de la premisa de que “para demostrar que algo existe no nos queda otra que ir a

la realidad a buscarlo”, y examinándolo desde dicha perspectiva damos por

hecho de que actualmente es (relativamente) imposible comprobar la existencia

de una divinidad. Según él, lo mismo que sucede con Dios, pasaría con todas

las cosas cuya existencia no ha sido demostrada: no podrían existir. Tengo

como ejemplo lo siguiente, si aún no sabemos si el cáncer tiene cura, la

probabilidad de su existencia sería nula. Entonces sería imposible descubrir

como existe algo que antes se tuviera en duda.

Ahora bien, dejamos a un lado a Dawkins para centrarnos en el argumento

ontológico de San Anselmo y cómo Kant desecha esa idea (sinceramente, la

crítica de Kant hacia este pensamiento me pareció bastante válida por la

cercanía que tiene con la realidad. San Anselmo nos propone que Dios es el

único ser en el que esencia y existencia coinciden, alegando que Dios es la

existencia misma, un ser que necesariamente tiene que existir, siendo los demás

seres innecesarios que pudieron haber existido o simplemente no. Cabe resaltar,

que este argumento solamente es aplicable a Dios ya que Él es lo máximamente


pensable, por lo menos, a nivel de nuestro pensamiento. En base a lo anterior,

varios filósofos (tanto teístas como ateos, entre esos, Kant) colocaron en duda

el argumento, a razón de que les parecía sospechoso hacer que nuestra

imaginación obligue lógicamente a la realidad a ser de una forma determinada.

Entonces, Kant derrumba este ideal y lo podemos explicar de la siguiente

manera: Si digo “Vi un plato sobre el comedor” y “Vi un plato sobre el

comedor existiendo”, el predicado existir no añade novedad que no se hubiese

dicho en la primera frase. En conclusión, la existencia es algo que tenemos

todas las cosas existentes. Es la característica más universal y común de todo lo

que uno puede poseer. Entonces, ¿por qué tenerla nos da perfección o

eminencia? Se sigue entonces que un Dios existente no tendría que ser más

perfecto que uno no existente, de esta manera, la defensa de San Anselmo se

cae.

Pensamiento emocional: Ahora bien, en este caso yo incluiría estrictamente

argumentos teístas regidos por la fe (que la podría definir de forma sencilla

como una corazonada sobre Dios y su realidad), valga la redundancia, que en su

mayoría carecen de lógica y raciocinio, y son movidos por el sentimiento de

una hipotética existencia divina.

Tenemos como principal exponente a Alvin Plantinga, filósofo norteamericano

y firme defensor de la existencia de Dios, a quien se le atribuye una

reformulación mejor del argumento anselmiano anteriormente descrito. Este

filósofo presentó una noción propia de mundos posibles, que consiste en

realidades paralelas a la nuestra, en la que cualquier cosa pudiese haber

sucedido diferente a como ha ocurrido en nuestro mundo actual. En cierto

modo, este concepto se utiliza para definir necesidad. Verán, algo es necesario
si debe ocurrir siempre, asimismo en todos los demás mundos posibles. Está el

claro ejemplo de la fórmula matemática de 1 + 1 = 2, esta verdad es necesaria,

ya que sería quimérico pensar en un mundo en el cual esta suma no dé como

resultado dos. Ahora, citando la idea de San Anselmo de que “Dios es el ser

más perfecto que puede pensarse y por ende será un ser necesario”, puedo decir

que, en caso de ser necesario, ha de existir en todos los mundos posibles. En

este punto entra en juego el pensamiento de Plantinga, al afirmar que sólo con

que aceptemos la posibilidad de que Dios exista nos va a llevar a su existencia

(exceptuando los ateos radicales, ni más faltaba). Gracias a esto, puedo concluir

que todo este tipo de pensamientos teístas se basan en meras intuiciones que les

buscan un sentido lógico a los vacíos existentes en la defensa de sus

argumentos, es decir, no hay nada concreto ni tangible, diría yo, que en este

ámbito todo es cuestión de convicción, más no de razón.

Pensamiento negativo: Este sombrero me parece muy interesante. Por mi

parte, puedo ver que muchos de los argumentos expuestos en el debate sobre la

existencia de Dios (tanto para los ateos como para los creyentes) constan de

vacíos, que al final de todo, son cuestionados por los diferentes bandos

ideológicos como bien sabemos.

Inicio con una teoría, que, a mi parecer es bastante absurda. Desconozco el

origen especifico de este pensamiento, pero puedo observar que se limita en

gran proporción a la especulación y la superstición, también me resulta extraño

que en una discusión de esta magnitud en la que varios filósofos hayan hecho

aportes “significativos” no se llegue a una conclusión. Entre las hipótesis que se

desglosan de dicha teoría, destaco una que precisa de demasiada solidez, tiene
por nombre “hipótesis del multiverso”, atribuida a Hugh Everett, que consiste

en “la posibilidad de que nuestro universo sea uno más de entre muchísimos

(incluso infinitos) universos paralelos. Si realmente existieran esos universos,

sencillamente, el de nosotros sería uno de los que podrían albergar vida,

mientras que muchos otros permanecerían desiertos”. Todavía no logro asimilar

dos cosas de la anterior afirmación: Uno, el enorme grado de dificultad de su

verificación empírica, porque dime tú cómo se realiza un experimento en otro

universo paralelo si no podemos explorar ni una pequeña parte del nuestro.

Dos, grandiosamente esta hipótesis (a pesar de su extravagancia) fue apoyada

y/o defendida por muchos físicos de cierto prestigio, lo que me parece

asombroso por el nivel de suposición (sin base alguna) que tiene el ideal.

A continuación, se encuentra la segunda teoría, que definitivamente sobrepasa

los límites y nos lleva a un segundo plano en el que las ideas propuestas

parecen no tener sentido en lo más mínimo: El argumento cosmológico (tengo

la necesidad de señalar que, al referirme a este argumento hablo de su sucesor,

“el argumento cosmológico 2.0”, por el motivo de que la primera hipótesis

(Tomás de Aquino) presentada no suena tan descabellada como parece, pero la

segunda versión “perfeccionada” deja mucho que desear con su aparente ideal

extremista). El primer argumento cosmológico (el que no pertenece a este

sombrero) presentado consiste en lo siguiente: “El universo está regido por una

serie de leyes que se cumplen regularmente. El universo tiene un orden, una

cierta racionalidad. Parecería muy extraño que todo este orden no hubiese sido

generado o planificado por alguien”, para Santo Tomás ese “alguien” es Dios.

Para explicarlo de una mejor forma cito el próximo ejemplo: Si estuviese yo

caminando por el desierto, y me encuentro una extraña máquina que funciona


mediante un sistema de poleas y engranajes –aunque desconozcamos su

función-, sería del todo razonable pensar en un ingeniero la ha fabricado, y un

poco absurdo pensar que no hay ningún tipo de inteligencia detrás de su

creación. Según lo que dice Santo Tomás, infiero que Dios es el supremo

diseñador de todo el cosmos, e incido en que esta teoría no suena para nada

extravagante en relación a su versión mejorada.

Nos encontramos con una segunda interpretación que se aleja aún más de la

lógica, en esta exposición 2.0 vemos que se toca el tema sobre la existencia de

una serie de características de nuestro universo cuyo más mínimo cambio

hubiese imposibilitado la existencia de la vida humana. Esto nos lleva a pensar

que el universo ha sido ajustado con muchísima precisión para posibilitar que

nosotros estemos aquí. Veamos algunos ejemplos de estas características

hiperajustadas descritas por el astrofísico Hugh Ross:

1. La proporción entre la masa del protón y del electrón es

exactamente 1836. Si este valor hubiese sido levemente diferente, los

átomos no darían lugar a enlaces estables, imposibilitándose la creación

de las complejas moléculas necesarias para la vida. ¿Qué pude concluir?

Que esta primera constante mencionada es pura especulación, por tanto,

pertenece a este sombrero guiado por “corazonadas”.

2. En cada fusión nuclear que tiene lugar dentro de las estrellas, un

0,7% se convierte en energía. Si esta constante fuera levemente

superior, todo el hidrógeno se hubiese convertido en helio en el Big

Bang y no quedaría nada para formar moléculas orgánicas. Si, al

contrario, fuera inferior, la fusión de hidrógeno sería imposible, por lo

que tendríamos un inerte y aburridísimo universo solo compuesto por


ese elemento. Doy por concluido, que en esta constante también hay un

alto grado de especulación y por lo tanto tampoco es tangible.

3. La constante cosmológica de Einstein. Esta constante posee un valor

espectacularmente ajustado. Si dicho valor fuese más alto, el universo

se habría expandido tan rápido que no le hubiese dado tiempo a la

creación de las estrellas, y si fuera más bajo, la expansión se habría

detenido, sin que la vida hubiese tenido tiempo de surgir. Incluso con

esta última premisa, a simple vista se puede admirar su superstición,

como en todas las demás.

Ahora pues, tengo que hacer la aclaración de que como esas constantes hay

un sinnúmero de ajustes que tienen la misma base: Especular. Puedo decir

que esta serie de ajustes no pueden ser el resultado de simple azar, ya que

sería demasiada casualidad que entre los posibles valores que las

constantes pudiesen tomar, hubiesen tomado exactamente los necesarios

para que apareciera el ser humano.

Pensamiento positivo: Pienso hablar de este sombrero desde una perspectiva

general, resaltando lo que (para mí) es bueno detrás de toda esta polémica que

se cierne sobre Dios y su realidad.

Haré énfasis solamente en los aspectos positivos de ser teísta ya que en eso se

basa mi experiencia, dejando a un lado la temática que se maneja en las copias;

no mencionaré lo positivo (si es que se puede decir así) de ser escéptico, porque

nunca he estado a favor de alguna hipótesis que no gire en torno a Dios como

centro de todo lo que existe. Mi opinión será totalmente libre, desligada de

polémicas causadas por el debate de “creer” y el “no creer”.

Sinceramente, la fe que tengo depositada en Él la relaciono con “La apuesta de


Pascal”, quién dice que, si Dios no existe, tanto el creer como no creer no nos

influirá en nada al morir, pero si existe, si creemos en Dios, entonces seremos

beneficiados, pero si no creemos, nos castigará. Por lo tanto, es más

conveniente creer en Dios. Aunque suene pésimo a oídos de otros creyentes, mi

fe es ciega, me guio por la convicción que he desarrollado con el paso de los

años. Creo por el simple hecho de un descarte: Si soy consciente de que me van

a ocurrir cosas malas, decido “creer” en Él para que esas cosas no ocurran; diría

yo que este pensamiento es un tanto egoísta ya que no actuamos por estima

hacia Dios, sino más bien por un beneficio propio. Obviamente, en caso tal de

que Dios resulte siendo no real, no tendrá influencia alguna al momento de

nuestra muerte, así que la mejor opción es simplemente creer en Él.

Al fin y al cabo, no sé si llamarlo “aspectos positivos”, pero me pareció

necesario dar a conocer mi punto de vista de forma abierta sobre este polémico

debate. Me resulta curioso todo lo anterior, porque al escribir las ideas de este

sombrero, me di cuenta que mi opinión tiene mucha validez y sé que

inconscientemente muchas personas se lograrían identificar con esta apuesta,

que a mi parecer, es una de las que mejor explica el comportamiento humano

para con Dios.

Pensamiento lógico: Para explicar este sombrero, no creo extenderme mucho.

Partimos de la siguiente premisa: Después de todo ¿Existe Dios?

Tenemos que reconocer que el conocimiento que poseemos sobre nuestro

universo, a pesar de su obvia complejidad, sigue siendo insuficiente y escaso, y

en la mayoría de casos, demasiado especulativo.

Podríamos tomar como modelo el hecho de las diferentes variantes de las

teorías de universos múltiples, a pesar de que, en muchos casos poseen una


gran solidez en sus argumentos matemáticos, les falta aún muchas bases

experimentales, es decir, se encuentran muy alejados de los verdaderos reflejos

de lo que es la realidad en sí.

Cito al gran astrofísico David Deuscht, quien sostiene que “aunque supiésemos

de forma perfecta todas y cada una de las leyes que rigen el universo y las

resumiésemos en fórmulas muy fáciles, siempre nos quedaríamos preguntando

por qué estas leyes y no otras”. Personalmente, considero que la respuesta a

este interrogante no se encuentra a nuestro alcance (me atrevo a decir que está

fuera de los límites de la ciencia), y no tengo fe en que en un futuro se le halle

la explicación adecuada a esta premisa, ya que, para mí, la supremacía de este

ser está a miles de billones de años luz de la frontera que limita a la ciencia, aun

así, creo que es muy poco.

Pensamiento creativo: Para darle término a esta parte del trabajo pienso

exponer un poco más sobre “la apuesta de Pascal”, que me pareció muy

interesante porque me he identificado desde hace tiempo con esta teoría, a pesar

de no saber que hubiese un filósofo que en un pasado haya plasmado

exactamente estas ideas.

Al estar realizando yo el sombrero amarillo (busca lo positivo), caí en cuenta de

algo muy significativo que por lo general pasa desapercibido. Es una de sus

mayores características, aunque sea un argumento un poco cínico, es efectivo:

Nunca pierde. Cabe resaltar que son mucha las hipótesis que tienen vacíos y

toda esa cuestión, pero tengo que admitir que esta es de las pocas que tienen

alto grado de sensatez y es totalmente válida, no tiene incongruencias (que yo

haya visto). Si, lo sé, este sombrero debe utilizarse solamente para aportar

nuevas ideas, nuevas perspectivas, etc., pero sentí que no debí dejar pasar por
alto la exposición de mis conclusiones (quiero creer que esto también servirá):

Ahora bien, en sus términos, tiene toda la razón Pascal. Si existe el riesgo por

pequeño que sea, de irse al infierno, es mejor evitarlo, dado que por un lado el

costo es altamente excesivo, y que, por el otro, no hay nada que ganar. Si no

aceptas los términos, y crees que ni Dios ni el infierno existen, entonces no

tiene sentido. Este es un buen ejemplo de lo que se conoce como “petición de

principio”: Dios te puede castigar sólo si existe.

Para ser sincero, quedé anonadado con la forma en la que el filósofo Pascal nos

expone sus ideales. Siempre fue un vago pensamiento que tenía en mi mente,

pero al profundizar más sobre el tema y su trasfondo me doy cuenta de que de

esta manera tenemos dos alternativas sobre la mesa: Que Él exista / Que Él no

exista, pero con su ponencia deja a las dos de lado.


“Dios No Está Muerto”

A continuación, voy a explicar de qué manera se relaciona la trama (argumentos) de la

película con el tema anteriormente expuesto sobre Dios y su existencia.

Voy a realizar una pequeña introducción del filme, centrándome solamente en la historia del

estudiante universitario Josh Wheaton.

La película trata sobre un estudiante universitario de primer año, que se inscribe en una clase

denominada "Filosofía 150: Introducción en el pensamiento filosófico" en la cual se

encuentra con un profesor ateo, con el que surge un fuerte debate dado su empeño de impartir

a su clase una enseñanza en contra de la existencia de Dios, sin posibilidad de enseñar

respetando las creencias de cada estudiante -si alguien estaba en desacuerdo con sus métodos

debía retirarse-. De dicho debate depende la aprobación de la clase, es decir, su futuro

académico se pone en juego. Frente a ésta situación, Josh, devoto cristiano, se encuentra entre

la espada y la pared, al tener que decidir entre su fe, y su carrera. Al demostrar el joven su

negativa sobre la actividad, y rechazando la idea de admitir lo que se le exigía, el profesor

soberbiamente le propone probar la existencia de Dios presentando argumentos intelectuales

y bien fundamentados frente a toda la audiencia en las siguientes clases del semestre. De no

lograr convencer a sus compañeros sobre una "EXISTENCIA DIVINA", reprobaría el curso,

y obstaculizaría su futuro académico.

Ahora bien, el método que voy a utilizar para presentar las ideas del debate de Josh Wheaton

y el profesor Radisson es el siguiente: Primero mostraré el argumento que utiliza Wheaton en

su ponencia, después mostrare el argumento del profesor para intentar derribar las razones del

estudiante. ¡Ojo! Que postule el debate de esta forma, no quiere decir que corresponde a

los diálogos exactos, solo acomodo la forma en la que el profesor pudo haber respondido

en ese momento. Sin más preámbulos, empiezo:


Primer enfrentamiento

- Wheaton. En su exposición frente al auditorio, inicia su defensa así: "Por 2.500

años la mayoría de los científicos estuvieron de acuerdo con Aristóteles, con la

idea de que el universo siempre ha existido sin inicio o final, pero la Biblia no está

de acuerdo. En 1.920 el astrónomo belga Georges Lemaître, teísta, dijo que todo

el universo saltó a la existencia en un billonésimo de un billonésimo de segundo,

de la nada, en un inimaginable destello de luz. Así es como esperaría que el

universo respondiera si Dios hubiera dado la instrucción en Génesis 1:3 "QUE

EXISTA LA LUZ". En otras palabras, el origen del universo apareció como se

esperaría después de leer Génesis y por 2.500 años la Biblia tiene razón, y la

Ciencia, está equivocada."

- Prof. Radisson. Al ver este pequeño argumento, sencillo pero preciso, él toma

esta idea a su favor: "Bien, veamos lo que el profesor Hawking, profesor lucasiano

de Física de Cambridge, tiene que decir sobre el origen del universo: "Ya que hay

una ley como la gravedad, el universo puede y se creará de la nada. Creación

espontánea es la razón, hay algo en lugar de nada, por eso es que el universo

existe. Nosotros existimos. No es necesario invocar a Dios para tener al universo

en movimiento."

Segundo enfrentamiento

- Josh Wheaton. "En otras palabras la creación sucedió porque Dios lo dijo, y lo

que parece para nosotros un proceso oscuro, sin guía, pudo ser realmente

controlado de principio a fin".

- "...Todo apunta a un Dios que lo creo, en el mundo real no se ven cosas que se

salgan de la nada, pero los ateos quieren hacer una excepción a ésta regla."
- Prof. Radisson. "Veo que astutamente evadiste el hecho de que Stephen

Hawking, el científico más famoso del mundo, y no es teísta, recientemente

estuvo a favor de un universo auto diseñado.”

Ambos pueden demostrar sus hipótesis, el alumno a lo largo de las siguientes clases, y el

profesor, al refutar los fundamentos del joven con otros argumentos de grandes científicos.

¿Qué pienso yo de esto? Desde una perspectiva neutral, cabe aclarar, entre toda esta

controversia no hubo ganador alguno, por decirlo así. Los dos presentaron sus argumentos y

los defendieron a toda costa con materiales lógicos, por ende, somos libres de pensar en que

los ideales de los dos bandos están en lo cierto, o en su defecto, alguno es erróneo. Ahora, me

considero una persona creyente y, personalmente creo en la existencia de un ser superior

creador de todo. Sin embargo, no niego, ni rechazo ningún fundamento de la ciencia que

conozca, debido a que no tengo una noción certera de cuál es La Verdad indiscutible y única,

pero opino que para todos los seres humanos es necesario tener algo en lo que creer, algo a lo

que aferrarse, y cada uno como persona debe elegir qué es lo que va a tomar como certero.

Para mí la hipótesis más aceptable es la de Josh Wheaton.

A su vez, la hipótesis de Josh puede pensarse como una teoría para sus compañeros debido a

que la presentó luego de haber investigado y haberse informado, para luego lograr la

aceptación de todos los que asistieron a las presentaciones de él.

Concluyo que él hizo ciencia y logró sus objetivos, defender su creencia.

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