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PLANTEAMINETO DEL PROBLEMA

Passiflora edulis L. es una especie perteneciente a la familia Passifloraceae, priorizada por


su potencial exportador, especialmente por su fruto el cual posee una gran versatilidad,
siendo muy buscado por el uso del arilo de su semilla para la creación de bases para jugos
que son embotellados industrialmente, para el vino realizado a partir de su pulpa triturada o
inclusive por el consumo cotidiano de su masa tierna en comidas, donde aprovechan sus
propiedades organolépticas, composiciones de nutrientes esenciales, contenido
multivitamínico y antioxidantes. Se le atribuyen, además, propiedades digestivas y
antiescorbúticas, por lo que su consumo aporta beneficios a la salud (Garrido et al., 2022).
A nivel de recursos genéticos la parcha puede contribuir con germoplasma para el
mejoramiento de las especies mucho más conocidas y ampliamente cultivadas de esta
familia, incluyendo genes que controlan caracteres relacionados con mejor sabor, mayor
tolerancia a condiciones climáticas, mayor resistencia a enfermedades, mayor germinación
y alto rendimiento.

El mayor consumo y producción de esta fruta es en Sudamérica, de donde es originaria,


siendo el sustento de pequeños productores. Es predominantemente en climas cálidos y
húmedos y subtropicales moderados. Mientras que hay siembras que pueden establecerse
desde el nivel del mar hasta los 1,000 m, en áreas que tengan precipitaciones anuales de
1,500 a 3,000 mm bien distribuidos (Alix, citado en Otzoy y Alvarado, 2003). Es de hábito
trepador, perenne, con tallos de forma circular, con bordes alados y lisos. Produce frutos de
cascara dura lisa, de color verde amarillento, pulpa jugosa, el fruto de la parchita presenta
unas características de aroma agradable con un sabor dulce a la vez ligeramente ácido
característico de la fruta (Carranza et al., 2016) sus semillas producen poblaciones de alta
variabilidad y a pesar de ser una especie con mucho potencial, su considerable variabilidad
genotípica y fenotípica dentro de las plantaciones por la polinización cruzada a causa de los
insectos, produce plantas con diferencias en el crecimiento, tipos de frutos, maduración y
tolerancia a diferentes condiciones ambientales, lo cual tiende a disminuir la productividad
y hace más difícil las labores culturales en las plantaciones, lo que lleva a requerir un
mayor número de semillas y por ende una baja eficiencia en la producción de plántulas, al
no tener semillas certificadas los resultados de estas no son predecibles. En Venezuela esta
problemática no es una excepción, la mayoría de las plantaciones de parchita se realizan de
forma tradicional, mediante semillas cosechadas de siembras anteriores.

En la búsqueda de opciones para la mejora de la producción de plantaciones de parchita y a


su vez dar pie a futuras investigaciones, se propone la regeneración de la mismas través de
la técnica de cultivo in vitro, que pudiera permitir la obtención de un gran número de
plantas idénticas a la planta madre en cualquier época del año, siendo más predecibles,
sanas y de calidad, que facilitarán las labores del productor a la hora de sembrarlas dando
mayores resultados. Estas vitroplantas favorecerían a la explotación del cultivo de parchita,
permitiendo el establecimiento de plantaciones más homogéneas y contribuiría a mejorar la
calidad del fruto.

Además es importante resaltar que esta técnica también permite la conservación del
germoplasma, contribuyendo a evitar la erosión genética de la especie, teniendo una sola
limitante y es el alto costo para la producción de plantas in vitro, lo cual dificulta su
adquisición. Costo no solo por las instalaciones y equipos para adecuar un laboratorio, sino
también por los materiales y reactivos necesarios para la preparación de los medios de
cultivo, por lo que es necesario evaluar la eficacia de medios de cultivo alternativos como
sustitutos de bajo costo.

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