Está en la página 1de 7

LA MÚSICA: UN FACTOR DE EVOLUCIÓN SOCIAL Y HUMANA

INCIDENCIAS DE LA MÚSICA EN LOS PROCESOS CEREBRALES

Gabriela Soto Villaseñor [2]

http://redcientifica.com/autores...

http://www.redcientifica.com/doc/doc200209150300.html

EVOLUCIÓN DE LA MÚSICA Y CAMBIOS EN SU FUNCIÓN SOCIAL

A través de la historia se ha comprobado que la música tiene la capacidad de influir en el ser


humano en todos los niveles: biológico, fisiológico, psicológico, intelectual, social y espiritual.

En las sociedades primitivas la música formaba parte de las actividades comunitarias. No había
autor, no había obra, no había público. Los asistentes eran casi todos participantes, y las reglas de
ejecución, selección de instrumentos, ritmos utilizados, etcétera, estaban supeditados a las
circunstancias de la vida social y religiosa.

Por muchos siglos la música continuó siendo una manifestación cultural colectiva, pero llegó un
momento en que la comunidad comenzó a delegar su práctica a grupos especializados, dándose
así la división entre músicos activos y público oyente. Con el tiempo el público fue adquiriendo un
comportamiento más pasivo debido a las innovaciones cada vez más elaboradas que iban
introduciendo los músicos especializados. La música se fue volviendo compleja y terminó
convirtiéndose en patrimonio de una minoría selecta, social y culturalmente.

Desde la época de los griegos se sabía que la música podía facilitar la persuasión y la armonía
social; pero también, que ciertas composiciones musicales causaban pereza e incitaban a la gente
a realizar actos de agresión y desorden.

CIVILIZACIONES ANTIGUAS.

La música tuvo un papel preponderante en las culturas más antiguas de la civilización. China y
Grecia la asociaron con la moralidad: era un símbolo de lo bueno que hay en el hombre. Hacia el
año 500 a. C. Confucio dijo: "La fuerza moral es la columna vertebral de la cultura humana y la
música es la flor de esta fuerza moral". Los chinos consideraban que la música era un elemento
para gobernar el corazón de los pueblos; afirmaban que al haber música en el hogar, existe el
afecto entre padres e hijos; y que cuando la música es ejecutada en público, crea armonía entre la
gente. Los objetos capaces de producir música bajo el arbitrio humano, eran considerados por los
chinos como vínculos con lo divino y lo eterno.

Refiriéndose al aspecto formativo de la música, Confucio insistió: "El carácter de un hombre debe
ser despertado por los cantos, establecido por las formas y completado con la música. La música
debe ser considerada como uno de los elementos básicos de la educación, y su pérdida o su
corrupción es el signo más evidente de la decadencia de los imperios. ¿Queremos saber si un reino
está bien gobernado, si las costumbres de sus habitantes son buenas o malas? Examinemos la
música vigente".

En la Grecia clásica, la música gozaba de gran estima. Los griegos designaban a una persona
educada y distinguida como "hombre musical", y utilizaban el término "amúsico" para referirse a
las personas incultas. La música y la poesía estaban unidas en una sola, y la declamación se
acompañaba del canto y a veces de la danza.

Fueron los griegos los primeros en señalar la importancia de brindar educación musical desde muy
temprana edad, debido a las virtudes únicas y esenciales que se le atribuían a la música, y por
considerarse un factor esencial en la formación de los individuos. La perfección de la ciudad-
estado iba de la mano con una escrupulosa educación musical que se consideraba esencial para la
formación de un pueblo disciplinado. Para los griegos, la música consistía en la enseñanza de lo
verdadero, para así alcanzar a equilibrar el espíritu del hombre. Sus funciones principales eran
formar la inteligencia y el carácter, y propiciar la salud.

Una vez mencionada la apreciación que de la música tenían las antiguas culturas, cabe hacer el
siguiente planteamiento. Desde las primeras civilizaciones eran ampliamente conocidos los
beneficios que la música brinda al ser humano y la importancia que ésta tiene en la formación
integral del individuo. En la actualidad, época de grandes adelantos y descubrimientos científicos,
todos estos fenómenos han sido más que comprobados. Sin embargo, la educación musical como
asignatura no se incluye dentro del currículo escolar de gran parte de los países latinoamericanos,
y no podemos dejar de mencionar que la música de arte, la que aporta todos estos beneficios, día
a día pierde más espacios y se vuelve cada vez no sólo más inaccesible para la mayor parte de la
población, sino tan desconocida que en algunos casos, especialmente en los medios de
comunicación, resulta objeto de rechazo y menosprecio.

SOCIEDADES ACTUALES.

En Japón, el músico y pedagogo japonés Shinichi Suzuki ha demostrado que un gran número de
personas pueden aprender a tocar instrumentos musicales muy bien y desde edades muy
tempranas. Su método se ha centrado en el desarrollo de la inteligencia musical y ha ayudado a
muchos individuos a progresar con rapidez dentro de esta habilidad, poniéndola al alcance de una
población mucho más amplia. Su objetivo principal no es crear músicos profesionales, sino que los
alumnos amen y vivan la música. Esto lo logra a través de potenciar un ser humano completo que,
con trabajo y esfuerzo y en un entorno que le anime con amor y paciencia, pueda desarrollar
confianza y respeto en sí mismo.

Un grupo que se distingue especialmente por favorecer el desarrollo de las habilidades musicales
son los Anang de Nigeria. Los bebés de apenas una semana de edad son iniciados en la música y en
la danza por sus madres, y los padres fabrican pequeños tambores para sus hijos. Cuando llegan a
los dos años, los niños se incorporan a grupos en los que adquieren habilidades culturales básicas,
dentro de las que se incluyen cantos, bailes y ejecución de instrumentos. A los cinco años, los
pequeños anang pueden entonar cientos de canciones, tocar varios instrumentos de percusión y
realizar docenas de intrincados movimientos de danza. Los mencionados anang afirman que todos
los individuos están ampliamente capacitados para la música, y los antropólogos que han
estudiado a este grupo aseguran que jamás han encontrado en él a ningún miembro "no musical".
Todas estas culturas mencionadas, son prácticamente las únicas que en la actualidad se preocupan
seriamente por cultivar la inteligencia musical, y por lo tanto, las únicas que brindan a sus
individuos la oportunidad de desarrollarse ampliamente dentro del ámbito musical.

NEUROBIOLOGÍA DE LA MÚSICA

En las últimas décadas, la comunidad científica ha mostrado un gran interés por investigar los
efectos benéficos que la música ejerce sobre el ser humano; y se ha comprobado que la música es
capaz de producir notables cambios fisiológicos en el organismo. Entre los más importantes están
los siguientes: acelera o retarda las principales funciones orgánicas (ritmo cerebral, circulación,
respiración, digestión y metabolismo); incrementa o disminuye el tono y la energía muscular;
modifica el sistema inmunitario; altera la actividad neuronal en las zonas del cerebro implicadas en
la emoción, e incrementa la resistencia para el trabajo y para las actividades de alto rendimiento,
entre otros.

Psicológicamente, la música puede despertar, evocar, estimular, robustecer y desarrollar diversas


emociones y sentimientos. Es una fuente de placer, y puede provocar catarsis y sublimaciones.
También puede traer a la memoria olores y colores, y modificar el estado de ánimo del oyente y su
percepción del espacio y del tiempo.

La música suscita el placer estético y mueve a la reflexión; incita y favorece la expresión de uno
mismo e induce a la colaboración intergrupal y al entendimiento cultural.

Intelectualmente, la música desarrolla la capacidad de atención y favorece la imaginación y la


capacidad creadora; estimula la habilidad de concentración y la memoria a corto y largo plazo y
desarrolla el sentido del orden y del análisis. Facilita el aprendizaje al mantener en actividad las
neuronas cerebrales, y ejercita la inteligencia, ya que favorece el uso de varios razonamientos a la
vez al percibir diferenciadamente sus elementos, y sintetizarlos en la captación de un mensaje
integrado, lógico y bello.

Terapéuticamente hablando, la música se utiliza en el tratamiento de dolencias como la


hipertensión arterial, estados de ansiedad, depresión y estrés, y alteraciones del sueño. También
se emplea en la rehabilitación de pacientes psicóticos, de niños autistas y de adolescentes con
trastornos del comportamiento.

Conjuntando los resultados de un gran número de investigaciones, se ha llegado a la conclusión de


que no existe una zona cerebral exclusiva y específica encargada de procesar la información
musical, sino que la apreciación y el ejercicio de la música comprometen, y por lo tanto favorecen,
la actividad cerebral completa.

MÚSICA Y CONEXIONES NEURONALES.

Recientes investigaciones muestran que al momento del nacimiento, el cerebro tiene aún un largo
camino por recorrer para alcanzar su desarrollo completo, y que este desarrollo dependerá de los
estímulos que el niño reciba durante la primera infancia, fase crucial de este proceso.
Tanto la audición como la práctica de la música favorecen las conexiones neuronales que
incrementan la concentración, desarrollan las habilidades matemáticas y facilitan el aprendizaje de
idiomas. Cuando el niño es puesto en contacto con la música durante sus tres primeros años de
vida, se incrementan sus oportunidades para tener un mejor aprendizaje de las matemáticas y las
ciencias en su vida de estudiante.

LOS VALORES INTRÍNSECOS DE LA MÚSICA

EL VALOR ESTÉTICO DE LA MÚSICA.

El arte es por excelencia un fenómeno de sociabilidad, puesto que está fundado en las leyes de la
simpatía y de la transmisión de ideas, emociones, sentimientos y sensaciones. Es el instrumento
más poderoso de que el hombre dispone para profundizar, comprender, refinar y sublimar sus
emociones y sentimientos. El arte persigue la trascendencia del hombre como último fin. De ahí el
enorme valor educacional y terapéutico del arte para contribuir al equilibrio psíquico del ser
humano.

"La música opera en nuestra facultad emocional con mayor intensidad y rapidez que cualquiera de
las otras artes. Unas pocas cuerdas pueden llegar a una parte de nuestra mente a la que un poema
sólo puede llegar tras larga exposición o una pintura tras prolongada contemplación" La acción del
sonido es algo no sólo más inmediato sino también más poderoso y directo. Las otras artes nos
persuaden, pero la música nos toma por sorpresa".

LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA MÚSICA

La música ha abandonado las salas de concierto para pasar a formar parte de la vida diaria.

La música es de gran utilidad para liberarnos de la tensión y la fatiga, y debería tener un lugar muy
importante dentro del círculo familiar. La práctica del canto o de tocar un instrumento puede
tener efectos muy positivos para favorecer la autorrealización, aumentar la autoestima, propiciar
el conocimiento mutuo y la cohesión familiar. La música, siendo una actividad que frecuentemente
se realiza en grupo, contribuye a la integración social; y al ser el desempeño individual de suma
importancia para el logro del resultado final, simultáneamente fomenta la responsabilidad y la
superación personal.

La música facilita más que otras artes la expresión de los sentimientos y de las emociones.

La música es una forma simbólica inacabada que permite al ser humano ver proyectados en ella
sus estados de ánimo.

Los sentimientos humanos son expresados con mayor congruencia bajo formas musicales que a
través del lenguaje, por lo que la música puede revelar la naturaleza de los sentimientos con más
detalle y verdad que éste último.

A través de una educación musical adecuada en la que se enseñe a los niños y jóvenes a disfrutar
de la música de buena calidad, podremos favorecer el desarrollo de la sensibilidad estética y de su
vida emotiva. Esto traerá innumerables beneficios para su vida futura, y en consecuencia para la
sociedad. Podemos enumerar los siguientes:
Sabrán elegir la música que verdaderamente les guste, independientemente de lo que la
publicidad y los medios de comunicación les dicten. No se convertirán en víctimas de intereses
comerciales, adquiriendo lo que otros los induzcan a comprar, y escucharán sólo aquello que
responda a sus propios gustos, preferencias personales y necesidades emotivas.

La música podrá convertirse en su afición.

Podrá ser un soporte emocional frente a las vicisitudes de su vida.

Les ayudará a mitigar la soledad o la incomprensión.

Enriquecerá su vida emocional ayudándoles a profundizar en su sensibilidad y en la de los demás.

Podrán utilizarla como un sano instrumento de placer y catarsis.

Podrán encontrar en ella un medio de espiritualidad.

Les brindará una sana opción entre otras de orden social que menoscaban su integridad (drogas,
violencia, pandillerismo, etcétera).

MÚSICA COMERCIAL.

Serafina Poch Blasco afirma que la música puede elevarnos hasta lo más sublime, pero que
también puede degradar, llevar a la droga, e incluso a determinadas personas conducirlas al
suicidio. Todo depende del tipo de música que se escuche, del impacto que ésta ejerza sobre la
persona, y de la frecuencia, la duración y el volumen con que sea escuchada.

La música comercial de consumo masivo es uno de los instrumentos de persuasión oculta más
eficiente. Es monótona y con un bajo rítmico acompañado de escasos acordes que se repiten de
principio a fin. Sus ritmos perpetuos producen frecuentemente una excitación corporal que puede
llegar hasta la embriaguez. Estos ritmos muchas veces van acompañados por cantos que expresan
ideas, sentimientos o estados anímicos negativos, causando desequilibrio nervioso en el estado
físico y mental del joven, dando como resultado una verdadera ebriedad, con exaltación de los
sentidos y de la imaginación. La personalidad se transforma y se mimetiza con la de los
compañeros y la de los espectadores, y en consecuencia, el individuo se convierte en un simple
elemento de una entidad colectiva; en una partícula de una multitud en estado de embriaguez.
Esta "música" convierte a los oyentes que se prestan a ello, a los jóvenes principalmente, en
autómatas, porque en ese momento se paraliza el proceso mental de la conciencia. Llegados a
este punto, son fácilmente conducidos al sexo inconsciente e irresponsable, al alcohol, a la droga,
etcétera. Si a esto agregamos que la intensidad del sonido que prevalece en los sitios a donde las
multitudes acuden a consumir esta "música" se eleva 20 decibeles por encima del límite de
tolerancia del oído humano, el resultado es un asalto deliberado y directo hacia la integridad de la
persona. El fin perseguido es exaltarla y paralizar su conciencia, sumergiéndola en un océano
sonoro; de nuevo, con fines puramente comerciales y enajenantes.

CONTAMINACIÓN SONORA.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 76% de la población que vive en los
grandes centros urbanos sufre un impacto acústico muy superior al recomendable; y científicos y
expertos que trabajan en la materia han declarado en forma unánime que el ruido daña
seriamente nuestra capacidad auditiva y ejerce una influencia negativa en nuestro organismo,
propiciando graves trastornos. Estos perjuicios van desde daños puramente fisiológicos, como la
conocida pérdida progresiva de la audición, hasta los psicológicos, al producir una irritación y un
cansancio que provocan disfunciones en la vida cotidiana, tanto en el rendimiento laboral como en
la relación con los demás. La lista de posibles consecuencias de la contaminación acústica es larga:
Individualmente provoca dolor de cabeza, problemas de estómago, alteración de la presión
arterial y del ritmo cardíaco; vasoconstricción, depresión del sistema inmunológico y alteración de
los niveles de segregación endocrina; irritabilidad, cansancio, estrés y perturbaciones del sueño,
que conducen a conductas agresivas, dificultades para la comunicación, problemas mentales y
estados depresivos, disminución del rendimiento y de la concentración, etcétera, todo esto con
una alta repercusión en el deterioro social y elevados costos en productividad laboral.

Los niños cuyas escuelas se ubican en zonas ruidosas, aprenden a leer más tarde, presentan mayor
agresividad, fatiga, agitación, peleas y riñas frecuentes; mayor tendencia al aislamiento, y cierta
dificultad de relación con los demás. El deterioro del aprendizaje y del desarrollo humano nos
comprueba que la contaminación acústica conlleva efectos negativos para las generaciones
futuras.

El uso excesivo de reproductores de discos compactos y radios con auriculares, y el volumen de la


música en las discotecas, provocan cada vez más problemas auditivos entre los jóvenes. El oído
tarda más de 36 horas en recuperar la sensibilidad auditiva normal, después de estar sometido
una noche a la música atronadora de una discoteca.

La consecuencia más preocupante del nivel sonoro elevado es la hipoacusia o pérdida de la


capacidad auditiva.

México D.F., 4 de Agosto de 2002.

Referencias de los autores:

 Makoto Iwanaga. Relationship Between Heart Rate and Preference for Tempo of Music.
Perceptual and Motor Skills. 1995.
 Don CAMPBELL. El efecto Mozart. 3ª ed. Urano, Barcelona, 1998.
 Serafina Poch Blasco. Compendio de Musicoterapia. Volumen I. Biblioteca de Psicología.
Editorial Herder, 1999.
 Juliette Alvin. Musicoterapia. Paidós, Barcelona, 1997.
 Yehudi Menuhin y Curtis W. Davis. La música del hombre. Fondo Educativo
Interamericano, 1981.
 Edgar Willems. El valor humano de la educación musical. 1ª ed. Paidós, Barcelona, 1981.
 Yehudi Menuhin y Curtis Davis. Op.cit.
Sobre el documento:

Las tres ponencias que se presentan bajo el título "LA MÚSICA. UN FACTOR DE EVOLUCIÓN SOCIAL
Y HUMANA", y que son:

 Incidencias de la música en los procesos cerebrales


 La música: un factor de evolución social y humana
 Asignatura Pendiente. Asignatura Pendiente (cont.)

han sido elaboradas por Graciela Agudelo y Gabriela Soto, y fueron presentadas en el Consejo de la
Música en México (CIM/UNESCO) en el Forum Panamericano y Coloquio sobre Educación Musical.

Como obras intelectuales, se acogen a la Ley del Derecho de Autor en sus cláusulas de
confidencialidad y copyright a favor de sus autoras y editora. Toda copia parcial o total del
contenido de la misma -para cualquier uso y por cualquier medio (informático, acústico o impreso)-
realizada sin la autorización explícita de sus autoras/editora constituye una violación a los
derechos de autor.

Para reproducción total o parcial contactar con: Consejo de la Música en México


comus@terra.com.mx

También podría gustarte