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Aspectos litúrgicos y pastorales de la unción de los Enfermos

Esta pastoral puede ser vista desde dos campos, el primero hace referencia
a la celebración Sacramental, y el segundo mira de forma más amplia a la
atención que la Iglesia debe prestar a los enfermos. En cuanto a la unción, es
necesario tener en cuenta que este sacramento está muy ligado al sacramento de
la penitencia y de la eucaristía, dicho sacramento puede coincidir con un momento
crítico para la vida del Creyente, por lo que es posible que sea celebrado dentro
de la misa como en una gran concentración de Fieles.

En el caso de que el sacramento sea realizado dentro de la misa, debe ser


celebrado luego de la homilía, iniciando bien sea con la letanía o con la imposición
de las manos, que en caso de que no se hagan las letanías al inicio, se realizarán
luego de la unción y antes de la oración, junto con la oración de los fieles. La
unción puede ser celebrada para varios pacientes a la vez, dentro o fuera de la
misa, en la Iglesia o en otro lugar apropiado, pero haciéndolo conforme a las
normas establecidas y realizando una adecuada preparación de los fieles que
participan en el sacramento y cuidando debidamente la celebración 1.

Es práctica pastoral de la Iglesia, administrar la confesión, cuando sea


necesaria, antes de la unción, a la comunión o viático. La confesión puede
hacerse antes de la unción o al comienzo en lugar del acto penitencial, si urge
peligro de muerte, advierte el ritual, la confesión puede hacerse de forma genérica.
La comunión por su parte, es el auxilio principal y más continuado que la iglesia
puede ofrecer a los enfermos, este es el sacramento específico para el momento
en que el enfermo se enfrenta al trance de la muerte, el Viático, que puede ser
administrado dentro o fuera de la misa, antes de la unción o después de ella, o
siguiendo el rito continuado, Penitencia, Unción y Viático.

1
FLORES, Gonzalo. Penitencia y unción de los enfermos. Biblioteca de autores cristianos, 1993, p.
350.
El enfermo es fortalecido con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, para el
Transito final, puede recibir la eucaristía bajo las dos especies, lo que aconseja
que sea dentro de la Misa, incorporando al enfermo al misterio Glorioso de la
muerte de Cristo, encontrando en la eucaristía la mejor garantía para su futura
resurrección. «El Viático es un derecho y un deber de todo Bautizado en uso de
Razón y es un momento propicio para que el cristiano renueve la fe bautismal»2.

La Pastoral de los enfermos, está destinada a todos los bautizados, en


orden a la mutua caridad. La parte primordial de este ministerio recae sobre la
Familia, como compañera de camino en estos momentos difíciles de la vida, sin
embargo, a los presbíteros y de modo especial los párrocos, tienen la misión de
visitar a los enfermos, ayudándoles con inagotable caridad y atendiéndoles
debidamente con la administración de los Sacramentos 3, además de la catequesis
a cerca del valor de los enfermos en la comunidad cristiana, de los deberes para
con ellos y del significado de los sacramentos en los enfermos y la necesidad de
suscitar equipos que visiten, consuelen y ayuden a los enfermos.

La unción es una acción eclesial a través de la cual se manifiesta el amor y


la fuerza de la gracia de Jesucristo, que viene a salvar al hombre en la totalidad e
integridad de su ser. La unción, aunque dirigida al hombre enfermo, ve en él al
hombre revestido de la Gracia de Jesucristo, destinado a la salvación 4.

Efectos de la unción de los enfermos

Consolación del enfermo

La primera Gracia de este Sacramento es una Gracia de Consuelo, Paz y


ánimo para vencer las dificultades propias de la enfermedad o de la fragilidad de la
vejez. Dicha Gracia es un don del Espíritu Santo, la cual renueva la confianza y la
fe en Dios y da fortaleza contra las tentaciones del maligno. Este sacramento,

2
FLORES, Gonzalo. Penitencia y unción de los enfermos. Biblioteca de Autores Cristianos, 1993,
p. 351.
3
FLORES, G. Penitencia y unción de los enfermos. BAC, p. 351.
4
FLORES, G. Penitencia y unción de los enfermos. BAC, p. 359.
quiere por la fuerza del Espíritu Santo, la curación del cuerpo y del alma, si esa es
la voluntad de Dios. Es Sacramento de intercesión, tanto de la Iglesia por el
enfermo, así como también del enfermo por la Iglesia, pues por su Gracia,
contribuye a la santificación de la Iglesia y al Bien de todos los hombres,
uniéndose con la unción a la pasión y muerte de Jesucristo, y contribuye al bien
del pueblo de Dios5.

El perdón de los pecados y sus secuelas.

El efecto propio de este sacramento es el de un acabamiento, una


perfección, borrando las secuelas del pecado 6 ya perdonado y fortaleciendo el
alma para evitar posibles pecados futuros, por lo que la unción es inmediata
preparación para la entrada en la gloria, y por eso hay que recibirla en gracia de
Dios. Este sacramento también perdona los pecados mortales en el caso de que el
enfermo no pudiese confesarse por haber perdido el uso de los sentidos, siempre
y cuando, antes de la pérdida de sus sentidos, estuviese arrepentido de sus
pecados, y no hubiese podido obtener el perdón con el sacramento de la
penitencia7.

La configuración con Cristo.

Con el Sacramento del bautismo, el cristiano comienza el camino de


configuración con Cristo, sellando en él la vida nueva, con la confirmación, se nos
fortalece para el combate de la vida, y este último sacramento, ofrece al término
de nuestra vida terrena un escudo para la defensa en los últimos combates y la
entrada a la casa del Padre, renovando sacramentalmente la vida de Bautizado y
situándolo en la condición de gracia para que pueda imitar a Cristo en la pasión y
en la Cruz8.

5
TESTA, Benedetto. Los sacramentos de la Iglesia, EDICEP, p.242.
6
TESTA, B. Los sacramentos de la Iglesia, EDICEP, p. 244.
7
TESTA, Benedetto. Los sacramentos de la Iglesia, EDICEP, p. 243.
8
TESTA, B. Los sacramentos de la Iglesia, EDICEP, p. 242.
La unción de los enfermos «in articulo mortis»

Este es un artículo que prescribe el rito continuo de los sacramentos,


Penitencia, unción de los enfermos y eucaristía en forma de viático para la
persona que por alguna razón se encuentra de improvisto en peligro de muerte,
este rito surge con la finalidad de facilitar ciertos casos particulares. Cuando el
peligro de muerte es inminente, y no hay tiempo de administrar los tres
sacramentos en el orden anteriormente indicado, se da al paciente la oportunidad
de la confesión sacramental, la cual en caso de que sea necesario, se hará en
forma genérica, luego, se le administrará el viático, y por último se administrará la
unción.

Si se da el caso de que el fiel no haya sido confirmado, «Gozan ipso iure de


la facultad de confirmar (…) para los que se encuentran en peligro de muerte, el
párroco, e incluso cualquier presbítero»9. Además, si se da el caso de que el
sacerdote dude de si el enfermo vive todavía, puede administrarle la unción bajo
condición, con los formularios ya prescritos para estos casos.

El Viático

En la tradición Litúrgica y la disciplina de la Iglesia, el Viático es presentado


como el sacramento de los moribundos, es la eucaristía recibida como ultima
ayuda y ultima purificación10. Desde los comienzos del cristianismo y
principalmente a partir del siglo II, se conocen testimonios en los que se muestran
a los sacerdotes, diáconos e incluso a los mismo fieles llevando la Eucaristía a los
enfermos en forma de Viático. En el siglo III, se experimenta una conciencia plena
por parte los Obispos y los Concilios de la necesidad de la confesión de los
enfermos para recibir la eucaristía antes de morir.

El Ritual de San Pablo VI da mucha importancia a la Eucaristía


administrada a los enfermos. Recomienda a los sacerdotes la visita a los

9
IBÁÑEZ, Abad – GARRIDO, Manuel. Iniciación a la liturgia de la Iglesia, Ediciones Palabra, p.511.
10
TESTA, B. Los sacramentos de la Iglesia, EDICEP, p. 244.
enfermos, además de advertirles que procuren que los enfermos y ancianos
aunque no estén graves ni en peligro de muerte, comulguen con frecuencia
incluso diariamente11. El fiel cristiano, en su paso de esta vida a la eterna,
alimentado con el Viático del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se fortalece con esta
prenda de resurrección, según las palabras del Señor: Quien come mi cuerpo y
bebe mi sangre tiene vida eterna, Yo lo resucitaré en el último día. (cf. Jn 6, 54)

De ser posible, el Viatico debe ser recibido por el enfermo dentro de la


Misa, de este modo el enfermo podrá comulgar bajo las dos especies, porque la
comunión recibida como viático debe considerarse como signo especial de la
participación en el misterio que se celebra en el sacrificio de la Misa, la muerte del
Señor y en su tránsito al Padre. Todos los bautizados que puedan recibir la
comunión, deben recibir el Viático, ya el concilio de Nicea establece que en peligro
de muerte, nadie debe ser privado de este último y necesario viático 12. Los
sacerdotes deben velar para qué la administración de este sacramento no se
difiera, de modo que los fieles sean fortalecidos con él cuando aún están en plena
posesión de sus facultades.

Es conveniente que el fiel cristiano renueve la profesión de fe del Bautismo,


por el cual recibió la adopción de hijo de Dios y fue constituido heredero de la
promesa de la vida eterna.

Los ministros ordinarios del Viático

Esta responsabilidad recae directamente sobre el Párroco y sus


coadjutores, el cuidado del cuidado de los enfermos en los hospitales, y el superior
de una comunidad religiosa clerical. Solo en caso de necesidad cualquier
sacerdote puede administrar el viático, con licencia, por lo menos presunta, del
ministro ordinario. En caso de que no esté presente el sacerdote, el diacono o
algún ministro puede llevar la comunión al enfermo, el diacono realizará la
celebración descrita en el Ritual, los ministros utilizarán el rito ordinario para

11
IBÁÑEZ, A – GARRIDO, M. Iniciación a la liturgia de la Iglesia, p. 512.
12
TESTA, B. Los sacramentos de la Iglesia, EDICEP, p 245.
distribuir la Sagrada Comunión, pero utilizando la formula propia para administrar
el Viático, propuesta en el ritual.

Rito del Viático

Consta del rito de entrada, acto penitencial, liturgia de la palabra, profesión


de fe bautismal, preces litánicas, comunión sacramental, conclusión. Ciertamente,
el ritual contiene fórmulas abundantes y adecuadas para los diferentes casos que
se pueden presentar.

La materia de este sacramento es el óleo bendecido por el Obispo, la


forma, la oración que acompaña la unción, y el destinatario es un enfermo cuya
muerte se teme.

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