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Si bien la educación en el sector público tiene fama de ser mala, es importante recalcar
que no es la escuela como tal el problema, ni los profesores o estudiantes, es la carencia
de apoyo financiero para mejorar la educación en las áreas marginadas del país. Otro
problema que se añade es que muchos de los docentes o profesores de áreas rurales, o en
condición de pobreza, estudian y crecen en los mismos centros educativos, por lo que su
preparación es menor a la de un docente del casco urbano que tuvo mejores
oportunidades de estudio y formación académica. Si hablamos de calidad educativa, nos
estaríamos refiriendo a la disponibilidad de recursos virtuales como físicos, que permitan
una mejor adquisición del aprendizaje, pero también a metodologías flexibles y
contextualizadas de acuerdo con la situación actual de los estudiantes. Por lo tanto, si la
educación antes de la pandemia era un gran reto, ahora es un desafío enorme, ya que
diversas brechas como la pobreza, falta de preparación académica o carencia de recursos,
evitará que una buena educación crezca en los sectores pobres del país. Sin embargo, la
pandemia, se podría considerar como la mayor problemática, pues al no permitir el
contacto e interacción de las personas, todas las funciones que se llevaban a cabo de
forma presencial ahora se llevan a través de plataformas virtuales, dejando en desventaja
a la educación pública, donde lamentablemente el protocolo de emergencia ante esta
pandemia, no permite una inclusión total de los estudiantes. Las hojas de trabajo, guías y
tareas como recursos de emergencia, no están promoviendo un aprendizaje significativo,
ya que estas requieren de un apoyo extra en casa para su resolución o un
acompañamiento que muchas veces los padres no pueden o no saben como darle. A
diferencia del sector privado, los colegios tienen a su favor el recurso de las Tics, pero eso
no es una garantía de aprendizaje, ya que también, los estudiantes con recursos necesitan
de un acompañamiento y autodisciplina para lograr su aprendizaje. Por lo tanto, la
pandemia no traerá ventajas positivas en el proceso de aprendizaje, más bien, lo
convertirá en un proceso lento y perezoso, donde la intervención del docente será
exclusivamente de forma virtual y la interacción social se verá muy reducida. El
aprendizaje que se está obteniendo durante la pandemia, es un poco variado, algunos
centros han cambiado la estructura de la clase y el contenido permitiendo que el
estudiante no se estrese y logre aprender de forma significativa, pero en los centros
educativos públicos, el aprendizaje se inclina mas a trabajar la memoria. Este problema se
verá reflejado en los próximos años, pues considero que las notas tendrán un porcentaje
menor, así como el acceso a la universidad, será considerablemente menor. Como
docentes debemos comprometernos a evaluar y enseñar al estudiante tomando en
cuenta su valor como persona y poder motivarlo a que quiera alcanzar el aprendizaje.