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Noguera
Diplomado Superior en “Soberanía y Políticas Culturales en América Latina”
CLACSO (2022)
Período de cursada: Septiembre - Diciembre 2022
Fecha de Entrega:
Tutora: Pilar Unsain
Entre los humanos, la lucha por el espacio es una lucha por todos los espacios: físico, intelectual,
amoroso, histórico, geográfico, social, deportivo, político... Y hay que inventar un antídoto: la ética de la
solidaridad, cuya construcción tendrá que ser obra de la lucha incesante de los propios oprimidos, y no
una dádiva celeste; del cielo caen la lluvia, la nieve y el hielo, ocasionalmente, bombas y cohetes, pero no
soluciones mágicas. Nos debemos a nosotros mismos y tenemos que aceptar nuestra condición con la
cabeza en las alturas, los pies en la tierra y manos a la obra.
LA ESTETICA DEL OPRIMIDO (fragmento) - Boal Augusto
1
amplificar así las voces de diferentes actores sociales, -como dice María Pía López,
entender la cultura como preservación del lazo social, como construcción de un sentido
comunitario- y a partir de ellos, y ellas, de las distintas problemáticas, reclamos y
propuestas de los 20 barrios que conforman lo “la zona norte”, una manera de
contrarrestar (mínimamente), el discurso hegemónico dominante, ya que los medios son
instituciones con una doble acción y mediación de intereses: políticos y económicos.1
Volviendo al noticiero, la duración del mismo es de 10 minutos aproximadamente y se
realizada a partir de la recolección de la información (entrevistas, columnas de opinión,
etc.) y el envío del material al encargado de la edición en la radio, quien luego edita el
material y lo “sube al aire”. Tiene varias secciones, entre las que se destaca la del “Faro
Barrial”, además de entrevistas, información general y una columna permanente sobre
el análisis de alguno de los contenidos como “un proceso de producción de
conocimientos que se forja en el intercambio entre actores, pero además como la
manifestación de la actividad política –entendida como acción de transformación- de los
sujetos en la sociedad. Se repetía martes, jueves y sábado y obedecía a un esquema
de planificación semanal de los contenidos de quienes formábamos parte de la
secretaría de Cultura y Comunicación. Comparto aquí el enlace para escuchar algunos
de los programas https://soundcloud.com/user-696872804
Comparto la experiencia como una política cultural llevada adelante por nuestra
organización, ya que entiendo que, para actuar con intención transformadora, y la
política lo es, es necesario reconocer la realidad, y para ello nuestra primera fuente de
conocimiento “son los actores en el escenario social” (Uranga, 2020). CONOCER con
la PARTICIPACIÓN de actores sociales va a permitir pensar intersubjetivamente
situaciones objetivo, escenarios de futuro y definir líneas de acción. Pensar y reflexionar
juntos acerca de nuestra realidad. Pensar Latinoamérica, como dice Boaventura de
Souza Santos, más allá del pensamiento abismal de las líneas globales a una ecología
de saberes2, produciendo “Contenidos” diferentes, y construyendo de diferente modo,
la información: la presencia en los medios de actores y temáticas que no suelen tenerla,
ampliando la diversidad social y cultural de voces y rostros, la capacidad de introducir
nuevos temas en la agenda pública, de hacerle un lugar preponderante a lo local.
En América Latina, algunos piensan en español, otros en guaraní, otros en quichua,
otros en portugués. No todos hablan en español, y sin embargo se piensa a América
Latina como homogénea y una, que es América Latina hispana. La cultura debe ser un
bien social, un espacio de encuentro, y una manera de reconocernos en el otro.
Entender la cultura como ámbito de inclusión y de real participación social. El acceso a
los bienes culturales sigue siendo fragmentario. Precisamente la producción y
distribución o circulación democrática de los mismos sigue siendo un gran desafío. Un
informe de la UNESCO sostiene que “al combinarse con la concentración de la
propiedad, la concentración geográfica también afecta el pluralismo y la diversidad
debido a que genera uniformidad de agendas y de contenidos informativos” (UNESCO,
2014: 16). La “colonialidad” es un núcleo complejo desde donde pensar las políticas
culturales. La Nación como una historia de privación de la diversidad que construye
sentido común, afirma María Pía López. El TERRITORIO, lugar de construcción de las
organizaciones sociales, como ámbito de participación ciudadana, como escenario
multiactoral, de conflictos, de diálogo, de concertación y construcción de acuerdos. El
TERRITORIO es también ese “lugar de memoria y expresión donde se construye la
identidad propia y colectiva, lugar político, relacional e histórico” (Agúero, Múller, Villagra
Redes.com No. 14).
1 A partir del tipo de mercancía con la que trabajan componen un actor particular y con consecuencias
especiales a partir de sus acciones. Intervienen, afectan y constituyen (aunque no determinan en soledad)
el espacio público, que es un espacio político (Becerra y Mastrini, 2009: 54).
2
Más allá del pensamiento abismal: de las líneas globales a una ecología de saberes
http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/coedicion/olive/05santos.pdf
2
En una reciente conferencia3, Omar Rincón4 expone los desafíos de un tiempo donde lo
hegemónico impone mostrar “un estilo de vida que parezca cool”. Propone frente a esto,
“buscar maneras diferentes y propias de narrar” como camino posible hacia la soberanía
cultural. Con eje en los conceptos de coolture, narrativas y soberanía popular, Rincón
plantea una crítica y original mirada sobre las narrativas y la soberanía cultural.
“Construye tu comunidad digital y serás un grande. Para mí, dice Rincón, la narrativa es
el centro de la comunicación”. La coolture es “una nueva forma de habitar
simbólicamente el mundo”, un mundo donde “hoy lo que importa es cómo tenemos un
estilo de vida que parezca cool”. Para el investigador, nos encontramos inmersos en
una nueva civilización caracterizada por la revolución digital, expandida entre las
“especies” comunicativas como el entretenimiento, a lo que se suma una verdadera
“mutación cultural”, es decir, “un cambio en las formas de experimentar y sentir la
cotidianeidad”.
Para finalizar, en una entrevista de Washington Uranga al filósofo, antropólogo,
semiólogo, Jesús Martín Barbero, éste último manifestaba la necesidad de “volver al
caos”: yo creo que actualmente este mundo está tan fuera de órbita que solo un regreso
al caos nos va a permitir reinventar la sociedad. Reinventar una sociedad con capacidad
de acoger toda la diversidad que hoy existe en este planeta, toda la diversidad de
sensibilidades, de chancearon, de inventiva, de tipos de esperanza, toda la diversidad
narrativa que hay hoy, la explosión narrativa de los jóvenes. Entonces, nuevamente,
bienvenidos al caos.5
María Pía López afirma que en ese “escenario de problemas” también podemos pensar
en intersticios, en los que estén a nuestro alcance, en otras imaginaciones, y utiliza la
3
imagen de “anudar” como metáfora, o “tejer” que nos permita pensar más allá de las
catástrofes. Imaginar otros tejidos, otros parentescos inter-especies. Haraway, en su
libro “Seguir con el problema”, nos pide seguir con el problema. “Seguir con el problema
implica dejar de fantasear con nuevos comienzos en otros mundos, pero también con
una suerte de reinicio civilizatorio que dará lugar a una sociedad donde todo estará bien
al punto de que el daño ambiental ya generado se disolverá mágicamente como si la
sexta gran extinción hubiera sido solo un mal sueño…”6 Pues este problema no se irá y
la sumatoria de los fragmentos que somos tendrá que aprender a vivir y convivir con
esos daños.
Las políticas públicas generan un estado de tensión ya que aparecen grupos que
necesitan ser reconocidos en sus diferencias. Por lo tanto, la economía no debería
borrar todo el acceso a la cultura, sino más bien acompañar sin subalternizar. Estos
grupos aparecen fuera del régimen que establece la norma. Por tanto, es necesario
establecer estrategias más generales con políticas de identidad que garanticen equidad
6 Revista común: Reseña de «Seguir con el Problema. Generar parentesco en el Chthuluceno» de Donna
Haraway https://revistacomun.com/blog/resena-de-seguir-con-el-problema-generar-parentesco-en
elchthuluceno-de-donna-haraway/
7 Kronzonas David E. La política como manifestación de la parte de los sin parte: reflexiones en torno a la
4
heterosexual, cristiano, un ser de mente y razón. La mujer europea burguesa no era
entendida como su complemento, sino como alguien que reproducía la raza y el capital
mediante su pureza sexual, su pasividad, y su atadura al hogar en servicio al hombre
blanco europeo burgués. La imposición de estas categorías dicotómicas quedó
entretejida con la historicidad de las relaciones, incluyendo las relaciones íntimas.”8
8
Lugones, María. Binghampton University Hacia un feminismo descolonial. Artículo aparecido en
Hypatia, vol 25, No. 4 (Otoño, 2010). Traducido por Gabriela Castellanos
https://hum.unne.edu.ar/generoysex/seminario1/s1_18.pdf
9 Las tasas de pobreza en América Latina se mantienen en 2022 por encima de los niveles prepandemia,
5
M3- Algunas reflexiones sobre Política, Políticas
Culturales y Gestión Cultural en el contexto
Latinoamericano
11
11 Gráfico obtenido de “Laberinto de pasiones: las condiciones materiales de la cultura” (La Hidra
Cooperativa) https://lahidra.net/laberinto-de-pasiones-las-condiciones-materiales-de-la-cultura/
12Solano,Romina.: Política pública cultural Definiciones, paradigmas y potencialidades
https://formarbackend.cultura.gob.ar/media/Clase_pol%C3%ADtica_culturales_-
_Diplomatura_en_Pol%C3%ADticas_Culturales_UNC_-_Romina_Solano.docx.pdf
6
gobierno consideran prioritarios (Tamayo Sáez, 1997). Si se desea instalar en la agenda
gubernamental un tema por el cual abogan determinados grupos, comunidades u
organizaciones sociales, es importantísimo que sean categorizados como problemas.
La política pública no es resultado de un proceso lineal, coherente y necesariamente
deliberado de diseño o formulación, sino que es objeto de un proceso social y político
que configura un campo en disputa. (CIPPEC,2012)
POLITICAS CULTURALES: Santillán Güemes define las políticas culturales como “un
conjunto de intervenciones, acciones y estrategias que distintas instituciones
gubernamentales, no gubernamentales, privadas, comunitarias ponen en marcha con el
propósito de satisfacer necesidades y aspiraciones culturales, simbólicas y expresivas
de la sociedad en sus distintos niveles y modalidades13 (el espacio cultural es
heterogéneo, complejo). Ander-Egg en tanto, afirma que las políticas culturales son un
“conjunto de operaciones, principios, prácticas y procedimientos de gestión
administrativa o presupuestaria que sirven de base a la acción cultural del Estado.
Teniendo en cuenta que corresponde a cada Estado determinar su propia política
cultural en función de los valores culturales, de los objetivos y las opciones que por sí
mismo se fije.” (Ezequiel Ander-Egg. Diccionario de Trabajo Social,1995).
“Tendemos a analizar las políticas culturales como elementos discursivos. Como textos
o enunciados que sirven para regular comportamientos de los agentes culturales. ¿Qué
pasaría si en lugar de hacer un análisis del discurso intentáramos interrogar la
materialidad de la política? ¿Qué elementos componen las políticas culturales?
Panfletos, Pdfs, Excels de presupuestos, viveros de emprendedores, encuentros de
creativos, etc. se concatenan para producir la realidad material de la política cultural…
¿Podemos analizar lo urbano como un testimonio material de las políticas culturales?
¿Cómo sería leer la geografía de la ciudad a través de los diferentes planes que se han
diseñado y los imaginarios que han proyectado?14
Ahora bien, la expresión Gestión Cultural está ligada por lo menos a cuatro grandes
transformaciones contemporáneas de la dimensión cultural: a.- La extensión de la
noción de cultura por motivos filosóficos, sociales, políticos y jurídicos. b.- La crisis de
las nociones de política y desarrollo a partir de la década de los setenta. c.- La
necesidad de políticas culturales que gestionen ámbitos más allá de la cultura artística,
la cultura tradicional y el patrimonio. d.- La aceptación e importancia de repensar
rigurosamente las interrelaciones entre Economía y Cultura.
7
La gestión cultural tiene que ver con gestionar servicios y acciones culturales que se
materializan en planes, programas y proyectos para los más diversos sectores de la
sociedad. Estos se diseñan para alcanzar los fines y metas de las políticas culturales
explicitadas en los planes que las instituciones generan. Al mismo tiempo es imposible
desligar la gestión cultural de la política a pesar de la creciente “despolitización” a que
se nos quiere conducir desde instancias de poder (contradictoriamente), fuertemente
politizadas como el “poder audiovisual” mediático y hegemónico que trabaja fuertemente
sobre la representación estetizada: política actoral, de espectáculo, de simulación de la
política. (Casullo,2007).
La democracia plantea al mismo tiempo una disputa de sentido, diaria y cotidiana, como
parte de la batalla cultural. La sociedad actual se define por su carácter plural y
multifacético que se refleja en la diversidad de luchas sociales, dejando atrás el “modelo
de sujeto universal” que podía ser asumido como “la sociedad” y estaba representado
en gran medida por el Estado Keynesiano de Bienestar. Al reducirse la participación del
Estado en la vida diaria de los ciudadanos a partir de la hegemonía del modelo
neoliberal, surgen nuevas “sociedades” o nuevas “identidades colectivas” difíciles de
encuadrar en un patrón político ideológico. La derecha lucha constantemente por
colonizar el sentido común de la sociedad manipulando en forma deliberada a través de
los medios de comunicación, los hábitos y las opiniones de las masas. Se convierten
así en un poder invisible que puede hacer fracasar, y de hecho la región así lo ha vivido,
una ola de gobiernos progresistas.
16
VOCES | ENTREVISTA A GABRIELA RIVADENEIRA «La cultura sensibiliza y unifica»
https://accion.coop/pais/voces/la-cultura-sensibiliza-y-unifica/
8
sólo políticas que apunten a posibilidades de consumo de bienes culturales, (que no
deja de ser un objetivo necesario), o política de “eventos”, apreciada por la cantidad
espectadores concurrentes a los mismos.
América Latina es una de las
regiones más urbanizadas del
mundo, casi el 80% de su población
vive actualmente en ciudades. Al
mismo tiempo, en su conjunto, las
ciudades latinoamericanas poseen
los índices de desigualdad más
grandes del planeta. Las
17
estimaciones de la CEPAL indican
que, en 2022, la pobreza afectaría
al 45,4% de las personas menores
de 18 años de América Latina, 13,3
puntos porcentuales por encima del
promedio correspondiente a la
población total. En particular, la pobreza extrema afectaría al 18,5% de las personas
menores de 18 años, que enfrentan un mayor riesgo de padecer inseguridad alimentaria
al vivir en hogares que no pueden cubrir una canasta básica de alimentos.
Si de arte habláramos sería como el Barroco americano, un arte “mestizo” y “de contra
conquista”, que en tanto cultura de lo diferente y resistente termina siendo posmoderno
en un mundo que también resiste y reivindica con cada vez más fuerza lo particular ante
la cultura hegemónica de la globalización capitalista. “Es la cultura que causa
dificultades, escándalos, problemas. La que se relaciona con las formas de constitución
de lo común” (Barbalho,2020)
17
Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022: la transformación de la educación como base
para el desarrollo sostenible https://www.cepal.org/es/publicaciones/48518-panorama-social-america-
latina-caribe-2022-la-transformacion-la-educacion-como
9
Reflexión Final Integradora
“Soberanía, cultura, política y desarrollo”. Viejos
problemas. Nuevos desafíos para América Latina.
A partir de la constitución de los Estados / Nación, se vislumbra la disputa de dos
modelos que confrontan hasta nuestros días: uno, resultante de la herencia colonial 18,
esclavista, como lo afirma Juca Ferreira, representada por la oligarquía terrateniente y
el puerto en el caso de la ciudad de Buenos Aires, que reconoce la independencia, pero
profundiza la dependencia económica; y otro modelo, encabezado por los patriotas
revolucionarios como San Martín y Bolívar, que proponen la independencia política y
económica de Europa. El pensador argentino José Aricó (1931/1991), continuador de
las ideas de Mariátegui, cuestionaba la unidad indoamericana per se y propuso pensar
a América Latina como una “unidad problemática”, ya que afirmaba que poseer lengua,
religión y un pasado común, no basta para constituir un sujeto político unitario, queriendo
significar que no hay una identidad político cultural preconstituida, sino que está en
permanente construcción19. Por el contrario, la característica predominante de América
Latina son las luchas políticas y culturales, por lo que nos define como un significante
en permanente construcción, o lo que Lechner denomina como “heterogeneidad
estructural” o yuxta y sobreposición de diferentes relaciones de producción, una de las
características del capitalismo dependiente al cual pertenecemos. En ese sentido,
podemos afirmar que las construcciones identitarias no son precisamente homogéneas,
pero, sobre todo, los estereotipos siempre son funcionales al poder.
A lo largo del proceso colonizador observamos un intento de invisibilizar la diversidad
que nos aglutina como continente. La negación de la “otredad”. Esos “otros y otras”, la
“subalternidad”, que participó formando parte de los distintos ejércitos y en cada hecho
de la gesta emancipadora, esa subalternidad que hoy continúa su marcha ganando
plazas y calles buscando ser reconocidos también como “otras sociedades” no
homogeneizadas. La acción democrática de los grupos subalternos considera que no
hay “víctimas” sino situaciones que revertir, luchas que concretar, conocimientos que
adquirir, supersticiones que poner en evidencia, alianzas que establecer y alternativas
que inventar, afirma el investigador del CONICET Diego Tatián.20
En ese sentido se manifestaba el músico brasileño Gilberto Gil durante su discurso de
asunción como ministro de Cultura del gobierno Lula: “…Tenemos que completar la
construcción de la nación, incorporar segmentos excluidos, reducir las desigualdades
que nos atormentan. O no tendremos cómo recuperar nuestra dignidad interna, cómo
18Para el sociólogo brasileño Florestán Fernandes las estructuras coloniales del SXIX se adecuaron al
impulso modernizador del capitalismo mundial e ingresan al “mercado” como productores /proveedores de
materia prima ya sean estas minerales o agrícolas y lo hacen a partir de sus viejas formas coloniales,
sociales y culturales, dueños de la tierra, del puerto y de los medios de producción (en el caso de
Argentina). Esto le otorga, además, una característica especial ya que se vinculan al “exterior” mediante
los procesos de exportación, dejando de lado el “país interior” conformado por las mayorías populares. Tal
es así que político, sociólogo y filósofo boliviano René Zavaleta Mercado afirma que en América Latina la
“burguesía es incompleta” ya que se interesan poco o nada por el desarrollo de la Nación. El golpe de
Estado en Brasil de 1964 da cuenta del abismo que puede existir entre desarrollo y democracia, dando
por tierra con las tesis de los pensadores desarrollistas, que auguraban un desarrollo en democracia
liderado por las burguesías nacionales de los respectivos países.
19 Aricó José [1980] (1989) Introducción. América Latina como una unidad problemática en La hipótesis de
10
afirmarnos ante el mundo, cómo sustentar el mensaje que tenemos para dar a este
planeta siendo una nación que se prometió a sí misma el ideal más alto que se puede
proponer una colectividad: el ideal de la convivencia y la tolerancia entre seres y
lenguajes diversos El papel de la cultura en ese proceso no es apenas táctico o
estratégico, es central…” Convivimos con demasiados patrones hegemónicos, mitos,
imaginarios instalados como hegemónicos. Es necesario ahora desmontar esos
imaginarios, intervenir el "sentido común", no para educar a las personas como dice
Víctor Vich, sino para precisamente desmontar esos hábitos cotidianos, los imaginarios
del poder y hacer visible el poder real que los reproduce. La tarea no es sencilla en un
mundo con tendencia a la "desprogramación" y “comunicación disgregada”, como afirma
Martín Becerra. Sin embargo, esa es nuestra utopía. Utilizar la cultura para
desestabilizar el sentido común provocando una nueva explicación, una nueva
reconfiguración. Intervenir en los órdenes del sentir, “cartografiar” la lógica del orden
social (Espinoza,2022) aprovechando los intersticios que nos dejan, para dejar colar ahí
a los otros, la otredad, tantas veces negada a lo largo de la historia de Nuestra América.
Este es el reclamo de los subalternos, una polifonía de voces, pero nunca un silencio
absoluto, incluso en momentos de hegemonía neoliberal. (Grimson,2013)21
Ticio Escobar en “Mito del arte y mito del pueblo”, afirma que tanto el sistema represivo
como la lógica de la cultura hegemónica, impiden la emergencia de expresiones que no
sean funcionales para su desarrollo siendo responsable del silencio de otros sectores,
y en cuanto esos sectores, como el indígena o el campesino (tomando como caso la
cultura del Paraguay),consiguen colarse y conformar “un nosotros”, por fuera de la
perspectiva dominante, esta procura siempre neutralizar la producción de símbolos
disfuncionales para su reproducción”. (Escobar,2014). Ese nosotros, particular, con una
visión distinta respecto de la dominante, hace que representantes indígenas Krenak
(brasileños), llegaran esta semana a Londres en el marco del esperado juicio contra la
minera BHP, de capitales británicos y australianos, para hablar sobre la peor catástrofe
medioambiental que vivió Brasil. El desastre medioambiental de 2015 dejó 19 muertos,
700 mil damnificados y contaminó el río Doce. "Queremos luchar no sólo por la
comunidad Krenak, sino por el resto de las personas afectadas", afirmó Marcelo Batista
Santana, de 31 años, presidente de un poblado de 600 habitantes. Los representantes
indígenas Krenak llegaron al tribunal con sus vestimentas tradicionales de plumas y
abrigos para resistir el frío preinvernal de Londres22. La cultura se transforma entonces
en una dimensión transversal de la política de salud, de la política ambiental, dela
política social, de la política del hábitat, en suma, del buen vivir.
21
Grimson, Alejandro: Hegemonía cultural y políticas de la diferencia. CLACSO, 2013
22 Por la demanda colectiva contra la minera angloaustraliana BHP Representantes indígenas brasileños
llegan a Londres para hablar sobre la peor catástrofe medioambiental que vivió Brasil
https://www.pagina12.com.ar/507822-representantes-indigenas-brasilenos-llegan-a-londres-para-ha
11
países vivimos la carencia de las necesidades básicas materiales que garantizan la vida,
por eso nunca prestamos atención necesaria para los derechos culturales”. Una política
cultural, nos dice María Graciela Rodríguez23, exige “arrancar” a la cultura de su
supuesta autonomía para activarla en pos de producir cambios sociales; hacer circular
nuevos significados; desafiar lo naturalizado; multiplicar los lugares de enunciación;
dislocar lo que se da por hecho; poner de manifiesto los “ruidos” y los “hiatos” existentes
en el ordenamiento social; operar sobre las cadenas significantes; desconectar los
anclajes con los que se legitima la desigualdad; intervenir, en fin, sobre aquello que
quedó amarrado, precisamente, en la cultura”.
El Estado es un actor fundamental para democratizar el acceso a las políticas culturales.
Entonces, ¿cómo construir en la pluralidad? Será necesario reconfigurar el lenguaje ya
que existe un discurso abrumador y macizo en el que la igualdad está asociada a la
homogeneidad y nosotros necesitamos promover espacios donde las relaciones no
estén predeterminadas, y “los sin parte, participen de su parte, y reclamen el acceso a
su parte”. Es a través de la existencia de esta parte de los sin parte, de esa nada que
es todo, que la comunidad existe como comunidad política dividida por un litigio
fundamental que refiere a la cuenta de sus partes, antes de referirse a sus derechos24
García Linera afirma que lo nuevo de América Latina, lo nuevo que está enseñando
América Latina, que está mostrando América Latina, es que la democracia no se puede
reducir únicamente al voto…” Y así lo demuestran las calles, las plazas, las
manifestaciones, las asambleas, las marchas, sin las cuales no se hubieran podido
sostener los embates de las derechas conservadoras (Argentina, Bolivia, Chile
constituyen acabadas muestras), que sienten cómodas en democracias inmovilizadas,
vetustas, “fósiles”, bajo el eufemismo de la gobernabilidad. Ramiro Noriega, académico,
escritor y activista ecuatoriano, nos llama a forjar un Estado ciudadano. Una cosa viva,
una cuestión orgánica. Y se pregunta también de qué hablamos cuando hablamos de
cultura, haciendo alusión que existe una visión de la cultura lejos de la calle, de los
espacios públicos, de la vida cotidiana, de los territorios reafirmando el concepto de
“Cultura como usina de símbolos de un pueblo. Cultura como conjunto de signos de
cada comunidad y toda una nación. Cultura como el sentido de nuestros actos, la suma
de nuestros gestos, el sentido de nuestras maneras como dice Gilberto Gil.
Al fin y al cabo, ¿sino fungimos como gestores culturales que pretendemos generar
procesos contraculturales, para qué estamos?
23
Rodríguez, María Graciela: La Ventana. Cultura, espíritu y política
https://www.pagina12.com.ar/236974-cultura-espiritu-y-politica
24 Kronzonas David E. La política como manifestación de la parte de los sin parte: reflexiones en torno a la
12