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Nombre y Apellido: Edgar L.

Noguera
Diplomado Superior en “Soberanía y Políticas Culturales en América Latina”
CLACSO (2022)
Período de cursada: Septiembre - Diciembre 2022
Fecha de Entrega:
Tutora: Pilar Unsain

Entre los humanos, la lucha por el espacio es una lucha por todos los espacios: físico, intelectual,
amoroso, histórico, geográfico, social, deportivo, político... Y hay que inventar un antídoto: la ética de la
solidaridad, cuya construcción tendrá que ser obra de la lucha incesante de los propios oprimidos, y no
una dádiva celeste; del cielo caen la lluvia, la nieve y el hielo, ocasionalmente, bombas y cohetes, pero no
soluciones mágicas. Nos debemos a nosotros mismos y tenemos que aceptar nuestra condición con la
cabeza en las alturas, los pies en la tierra y manos a la obra.
LA ESTETICA DEL OPRIMIDO (fragmento) - Boal Augusto

M1- Claves y tensiones de la agenda actual de las políticas


culturales en nuestros territorios
Las políticas culturales deben partir de algún presupuesto teórico capaz de sostener
intereses y objetivos políticos de inclusión y diversidad. Un “proyecto cultural”, como
centro de las acciones políticas y económicas. No podemos trabajar en el diseño de
políticas culturales sino tenemos un diagnóstico claro del tipo de sociedad donde vamos
a intervenir, cuáles son las transformaciones que se han producido y un análisis
prospectivo de lo que puede seguir cambiando; cuál el poder real que ostenta los objetos
simbólicos; que tipo de exclusiones se generan a partir de los propios hechos y objetos
culturales. Pero además necesitamos con urgencia ver el mundo en forma diferente, y
a partir de perspectivas llamadas alternativas, autóctonas e ignoradas por las teorías
hegemónicas occidentales, el reconocimiento de otros saberes, de “otras sociedades”
(que ya no es “la sociedad” del Estado de Bienestar), y de su aceptación real transversal
a todos los campos (cultura, comunicación, historia, economía, etc.). La visión de un
sujeto o grupo social homogéneo va desapareciendo en pos de una “mayor
complejización de la sociedad y de la incapacidad de los partidos políticos para traducir
intereses de grupos crecientemente heterogéneos” (Abal Medina,2010). Promover la
aceptación de que hay una multiplicidad y una diversidad de actores que piensan y que
lo hacen distinto al sistema hegemónico.
En concordancia con este supuesto, quiero mencionar que participo de varias
organizaciones sociales, en este caso me voy a referir a mi actividad como
Vicepresidente de la Red Vecinal Zona Norte, de la ciudad de Corrientes, una amplia
franja urbana, que la organización denomina “zona norte”, y de la que formo parte hace
más de 10 años. La RCZN está conformada por 20 barrios que están al sur de la costa
norte del Río Paraná. Una zona con 15 % de NBI, contra 5 % de la zona centro, según
indicadores del Censo INDEC 2010. Las temáticas sobre las que trabaja la organización:
Espacio público y participación ciudadana. La RVZN cumplirá 15 años en 2023.
La ACCIÓN POLÍTICA que se expresa en las diferentes luchas sociales llevadas a cabo
por nuestra organización, así como otras organizaciones y movimientos sociales
constituyen una labor de INCIDENCIA que busca debatir, aportar e influir en el rumbo
de los acontecimientos y las decisiones que adoptan los organismos del Estado a través
de sus políticas públicas en general y de las políticas culturales en particular. En ese
sentido En julio de 2021, se crea y se pone al aire el Noticiero Barrial “El Norte Tiene
la Palabra”, que se emite por una FM de la zona semanalmente. La propuesta intentaba

1
amplificar así las voces de diferentes actores sociales, -como dice María Pía López,
entender la cultura como preservación del lazo social, como construcción de un sentido
comunitario- y a partir de ellos, y ellas, de las distintas problemáticas, reclamos y
propuestas de los 20 barrios que conforman lo “la zona norte”, una manera de
contrarrestar (mínimamente), el discurso hegemónico dominante, ya que los medios son
instituciones con una doble acción y mediación de intereses: políticos y económicos.1
Volviendo al noticiero, la duración del mismo es de 10 minutos aproximadamente y se
realizada a partir de la recolección de la información (entrevistas, columnas de opinión,
etc.) y el envío del material al encargado de la edición en la radio, quien luego edita el
material y lo “sube al aire”. Tiene varias secciones, entre las que se destaca la del “Faro
Barrial”, además de entrevistas, información general y una columna permanente sobre
el análisis de alguno de los contenidos como “un proceso de producción de
conocimientos que se forja en el intercambio entre actores, pero además como la
manifestación de la actividad política –entendida como acción de transformación- de los
sujetos en la sociedad. Se repetía martes, jueves y sábado y obedecía a un esquema
de planificación semanal de los contenidos de quienes formábamos parte de la
secretaría de Cultura y Comunicación. Comparto aquí el enlace para escuchar algunos
de los programas https://soundcloud.com/user-696872804
Comparto la experiencia como una política cultural llevada adelante por nuestra
organización, ya que entiendo que, para actuar con intención transformadora, y la
política lo es, es necesario reconocer la realidad, y para ello nuestra primera fuente de
conocimiento “son los actores en el escenario social” (Uranga, 2020). CONOCER con
la PARTICIPACIÓN de actores sociales va a permitir pensar intersubjetivamente
situaciones objetivo, escenarios de futuro y definir líneas de acción. Pensar y reflexionar
juntos acerca de nuestra realidad. Pensar Latinoamérica, como dice Boaventura de
Souza Santos, más allá del pensamiento abismal de las líneas globales a una ecología
de saberes2, produciendo “Contenidos” diferentes, y construyendo de diferente modo,
la información: la presencia en los medios de actores y temáticas que no suelen tenerla,
ampliando la diversidad social y cultural de voces y rostros, la capacidad de introducir
nuevos temas en la agenda pública, de hacerle un lugar preponderante a lo local.
En América Latina, algunos piensan en español, otros en guaraní, otros en quichua,
otros en portugués. No todos hablan en español, y sin embargo se piensa a América
Latina como homogénea y una, que es América Latina hispana. La cultura debe ser un
bien social, un espacio de encuentro, y una manera de reconocernos en el otro.
Entender la cultura como ámbito de inclusión y de real participación social. El acceso a
los bienes culturales sigue siendo fragmentario. Precisamente la producción y
distribución o circulación democrática de los mismos sigue siendo un gran desafío. Un
informe de la UNESCO sostiene que “al combinarse con la concentración de la
propiedad, la concentración geográfica también afecta el pluralismo y la diversidad
debido a que genera uniformidad de agendas y de contenidos informativos” (UNESCO,
2014: 16). La “colonialidad” es un núcleo complejo desde donde pensar las políticas
culturales. La Nación como una historia de privación de la diversidad que construye
sentido común, afirma María Pía López. El TERRITORIO, lugar de construcción de las
organizaciones sociales, como ámbito de participación ciudadana, como escenario
multiactoral, de conflictos, de diálogo, de concertación y construcción de acuerdos. El
TERRITORIO es también ese “lugar de memoria y expresión donde se construye la
identidad propia y colectiva, lugar político, relacional e histórico” (Agúero, Múller, Villagra
Redes.com No. 14).

1 A partir del tipo de mercancía con la que trabajan componen un actor particular y con consecuencias
especiales a partir de sus acciones. Intervienen, afectan y constituyen (aunque no determinan en soledad)
el espacio público, que es un espacio político (Becerra y Mastrini, 2009: 54).
2
Más allá del pensamiento abismal: de las líneas globales a una ecología de saberes
http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/coedicion/olive/05santos.pdf

2
En una reciente conferencia3, Omar Rincón4 expone los desafíos de un tiempo donde lo
hegemónico impone mostrar “un estilo de vida que parezca cool”. Propone frente a esto,
“buscar maneras diferentes y propias de narrar” como camino posible hacia la soberanía
cultural. Con eje en los conceptos de coolture, narrativas y soberanía popular, Rincón
plantea una crítica y original mirada sobre las narrativas y la soberanía cultural.
“Construye tu comunidad digital y serás un grande. Para mí, dice Rincón, la narrativa es
el centro de la comunicación”. La coolture es “una nueva forma de habitar
simbólicamente el mundo”, un mundo donde “hoy lo que importa es cómo tenemos un
estilo de vida que parezca cool”. Para el investigador, nos encontramos inmersos en
una nueva civilización caracterizada por la revolución digital, expandida entre las
“especies” comunicativas como el entretenimiento, a lo que se suma una verdadera
“mutación cultural”, es decir, “un cambio en las formas de experimentar y sentir la
cotidianeidad”.
Para finalizar, en una entrevista de Washington Uranga al filósofo, antropólogo,
semiólogo, Jesús Martín Barbero, éste último manifestaba la necesidad de “volver al
caos”: yo creo que actualmente este mundo está tan fuera de órbita que solo un regreso
al caos nos va a permitir reinventar la sociedad. Reinventar una sociedad con capacidad
de acoger toda la diversidad que hoy existe en este planeta, toda la diversidad de
sensibilidades, de chancearon, de inventiva, de tipos de esperanza, toda la diversidad
narrativa que hay hoy, la explosión narrativa de los jóvenes. Entonces, nuevamente,
bienvenidos al caos.5

M2- ¿Políticas culturales… para qué?


"¿Cómo es posible defender la diversidad cultural y, al mismo tiempo, la idea de que existe solamente
una estética, válida para todos? Sería como defender la democracia y, al mismo tiempo, la dictadura…
El Pensamiento Sensible, que produce arte y cultura, es esencial para la liberación de los oprimidos,
amplía y hace más profunda su capacidad de conocer. Solo con ciudadanos que, por todos los medios
simbólicos (palabras) y sensibles (sonidos e imágenes), cobren conciencia de la realidad en la que viven y
de las formas posibles de transformarla, surgirá, un día, una democracia real…”
LA ESTETICA DEL OPRIMIDO (fragmento) - Boal Augusto

El gran desafío es, como lo plantea Juan Espinoza, la construcción de conocimiento


colectivo. ¿Qué espacios de vinculación estamos abriendo? ¿Qué estamos haciendo?
¿Por qué queremos seguir ahí? Nuestra labor tiene que ver con el barrio, con la
comunidad, con nuestro entorno inmediato y con un contexto local, sin perder de vista
lo nacional e incluso lo regional, y más aún, con lo que pasa a nivel mundial. Me quedan
los interrogantes...y la certeza que, sin conocimiento del territorio, de los actores locales,
de las redes existentes, del "poder" (en todas sus manifestaciones), sólo estaremos
reproduciendo lo que el sistema nos permite. Creo que como decía una compañera
antes, el "hackear" espacios desde los distintos ámbitos del poder político, económico,
social, puede servirnos para provocar el bienestar en esos vínculos que abrimos o
intentamos abrir. Al fin y al cabo, ¿sino fungimos como gestores que pretendemos
generar procesos contraculturales, para qué estamos?

María Pía López afirma que en ese “escenario de problemas” también podemos pensar
en intersticios, en los que estén a nuestro alcance, en otras imaginaciones, y utiliza la

3 Conferencia “Coolture y Soberanía Cultural” en el marco del Diplomatura en Comunicación Popular.


(MDSN/UVM) Cohorte 2021
4 Ensayista, periodista, profesor universitario, crítico de televisión y autor audiovisual. Investigador y

profesor de Comunicación y Periodismo de la Universidad de los Andes. Magíster en Educación (CINDE,


Bogotá), Master of Arts (SUNY, Albany, NY).
5 Uranga, Washington: DIALOGOS › JESÚS MARTÍN BARBERO, UNO DE LOS MAYORES

INTELECTUALES DE LA COMUNICACIÓN Y LA CULTURA “Bienvenidos de vuelta al caos”


https://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/index-2014-11-24.html

3
imagen de “anudar” como metáfora, o “tejer” que nos permita pensar más allá de las
catástrofes. Imaginar otros tejidos, otros parentescos inter-especies. Haraway, en su
libro “Seguir con el problema”, nos pide seguir con el problema. “Seguir con el problema
implica dejar de fantasear con nuevos comienzos en otros mundos, pero también con
una suerte de reinicio civilizatorio que dará lugar a una sociedad donde todo estará bien
al punto de que el daño ambiental ya generado se disolverá mágicamente como si la
sexta gran extinción hubiera sido solo un mal sueño…”6 Pues este problema no se irá y
la sumatoria de los fragmentos que somos tendrá que aprender a vivir y convivir con
esos daños.

Las políticas públicas generan un estado de tensión ya que aparecen grupos que
necesitan ser reconocidos en sus diferencias. Por lo tanto, la economía no debería
borrar todo el acceso a la cultura, sino más bien acompañar sin subalternizar. Estos
grupos aparecen fuera del régimen que establece la norma. Por tanto, es necesario
establecer estrategias más generales con políticas de identidad que garanticen equidad

El Estado es un actor fundamental para democratizar el acceso a las políticas culturales.


Entonces, ¿cómo construir en la pluralidad? Será necesario reconfigurar el lenguaje ya
que existe un discurso abrumador y macizo en el que la igualdad está asociada a la
homogeneidad y nosotros necesitamos promover espacios donde las relaciones no
estén predeterminadas, y “los sin parte, participen de su parte, y reclamen el acceso a
su parte”. Es a través de la existencia de esta parte de los sin parte, de esa nada que
es todo, que la comunidad existe como comunidad política dividida por un litigio
fundamental que refiere a la cuenta de sus partes, antes de referirse a sus derechos72
“La política deberá operar en la correlación de fuerzas para modificar la realidad. Pero
no nos engañemos, siempre el escenario resultará en sentido opuesto, contra la
corriente. Habrá que dar igual esa y otras batallas para así convertir la anomalía en
realidad y correr el límite de la desigualdad. Recordemos: sólo hay política cuando
irrumpe el supuesto de la igualdad”. (“El moderno desdeña imaginar“ Stéphane
Mallarmé).

Convivimos con demasiados patrones hegemónicos, mitos, imaginarios instalados


como hegemónicos. Es necesario ahora desmontar esos imaginarios, intervenir el
"sentido común", no para educar a las personas como dice Vich, sino para precisamente
desmontar esos hábitos cotidianos y hacer visible el poder real que los reproduce. La
tarea no es sencilla en un mundo con tendencia a la "desprogramación" y comunicación
disgregada, como afirma Martín Becerra. Sin embargo, esa es nuestra utopía. Utilizar la
cultura para desestabilizar el sentido común. Provocar una nueva explicación, una
nueva reconfiguración. Aprovechando los intersticios que nos dejan, para dejar colar ahí
a los otros, la otredad, tantas veces negada a lo largo de la historia de Nuestra América.
Las desigualdades no siempre son vistas o puestas sobre la mesa. La clase social, la
raza, el género, la edad, se inter seccionan en un cuerpo y generan desigualdad.
Nuestros cuerpos están inter seccionados y generan desigualdad.

La investigadora y filósofa María Lugones defiende que el plan de dominación colonial


no solo produce un sistema racial, sino también uno de género, de forma que las
opresiones de género y raciales no «derivan» del poder colonial, sino que al contrario lo
constituyen desde la base: “El hombre moderno europeo, burgués, colonial, se convirtió
en sujeto/agente, apto para gobernar, para la vida pública, un ser de civilización,

6 Revista común: Reseña de «Seguir con el Problema. Generar parentesco en el Chthuluceno» de Donna
Haraway https://revistacomun.com/blog/resena-de-seguir-con-el-problema-generar-parentesco-en
elchthuluceno-de-donna-haraway/
7 Kronzonas David E. La política como manifestación de la parte de los sin parte: reflexiones en torno a la

propuesta de Jacques Ranciere. https://broquel.ptn.gob.ar/2020/10/14/la-manifestacion-de-la-partede-los-


sin-parte/

4
heterosexual, cristiano, un ser de mente y razón. La mujer europea burguesa no era
entendida como su complemento, sino como alguien que reproducía la raza y el capital
mediante su pureza sexual, su pasividad, y su atadura al hogar en servicio al hombre
blanco europeo burgués. La imposición de estas categorías dicotómicas quedó
entretejida con la historicidad de las relaciones, incluyendo las relaciones íntimas.”8

La raza, el género, constituyen intersecciones opresivas que profundizan las relaciones


de explotación y dominación características del sistema capitalista, que lleva implícita
la violencia. El economista francés Bernard Maris, asesinado en 2015 en el ataque
terrorista al Charlie Hebdo, sostiene en su estudio Capitalismo y pulsión de muerte que:
“La gran astucia del capitalismo consiste en canalizar las fuerzas destructivas y la
pulsión de muerte y reconducirlas al crecimiento”. Según Maris, con el tiempo, las
fuerzas destructivas del capitalismo terminan imponiéndose y arrollando la vida…”

La lógica de acumulación del capital se corresponde exactamente con la economía


arcaica de la violencia…” Sino veamos los datos de pobreza, según la CEPAL, en su
informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022: “la #pobreza se proyecta
en 32,1% de la población de #AméricaLatina. Se trata de 201 millones de personas. Y
la pobreza extrema se situaría en 13,1% de la población, 82 millones de personas, cifras
por encima de los niveles prepandemia”9

Entonces, ¿dónde debemos poner el ojo a partir de la gestión cultural? La Gestión


Cultural implica una toma de posición. Por qué seguimos construyendo o reafirmando
relaciones de poder de un arcaico paradigma de la colonialidad (muchas veces objeto
de folklorización), que, en lugar de afirmarnos desde la creación de conocimiento de
nuestros territorios, de desnaturalizar las concepciones o miradas hegemónicas.

Víctor Vich se pregunta en “Desculturalizar la cultura”: Cómo hacer política cultural en


sociedades donde los vínculos entre las personas están fuertemente deteriorados y
donde los movimientos sociales se encuentran entrampados en una lógica fragmentaria
e ineficaz? Y ensaya una respuesta a la que adhiero: “Las políticas culturales pueden
ser entendidas como el intento de pasar de la inercia desmoralizante al futuro promisorio
desde la cotidianeidad del presente. Su estrategia consiste en enfrentar los problemas
sociales mediante las prácticas simbólicas a fin de posicionar a la cultura como un
agente de cambio y transformación social…”10

La respuesta al interrogante también es un desafío. La complejidad de nuestras


sociedades, en cuanto a tamaño, ubicación geográfica, contextos locales, etc. amerita
soluciones complejas, en la que no existen recetas mágicas, más que el convencimiento
que un mundo mejor es posible, que una sociedad mejor es posible, y en esa meta,
tenemos que asumir la responsabilidad social que el momento reclama. Fortalecer los
derechos culturales a partir de más y mejores políticas culturales públicas, visibilizando
las diferencias, ganando las calles y las plazas.

La tarea no es sencilla. Multiplicar es la tarea…

8
Lugones, María. Binghampton University Hacia un feminismo descolonial. Artículo aparecido en
Hypatia, vol 25, No. 4 (Otoño, 2010). Traducido por Gabriela Castellanos
https://hum.unne.edu.ar/generoysex/seminario1/s1_18.pdf
9 Las tasas de pobreza en América Latina se mantienen en 2022 por encima de los niveles prepandemia,

alerta la CEPAL https://www.cepal.org/es/comunicados/tasas-pobreza-america-latina-se-mantienen-


2022-encima-niveles-prepandemia-alerta-la
10 Vich Víctor. Desculturalizar la cultura. La gestión cultural como forma de acción política. 1ra ed. Siglo

Veintiuno Editores. 2014

5
M3- Algunas reflexiones sobre Política, Políticas
Culturales y Gestión Cultural en el contexto
Latinoamericano

11

“…La complejidad de las problemáticas contemporáneas representan un territorio


desafiante para las políticas públicas, y si bien en este contexto el rol del Estado en
general resulta estratégico para poner en práctica políticas que atiendan el
fortalecimiento de lo público, pongan en valor lo común, y combatan la fragmentación
social y la segregación espacial, la cultura o, mejor dicho, las políticas culturales, pueden
resultar instrumentos particularmente interesante para el abordaje de estos nuevos
desafíos (R. Solano, Política pública cultural. Definiciones, paradigmas y
potencialidades…)12

A partir de esta afirmación de Romina Solano, comparto algunas reflexiones sobre lo


que significan o pueden significar la política y las políticas culturales, y cómo podemos
llevar adelante una gestión cultural que permita hacer desestabilizar el “sentido común”,
para en lugar de gestionar eventos, podamos gestionar procesos en el marco de una
lucha ideológica fundamental, provocando “una nueva explicación de la historia del
hacer /ser abriendo resquicios para que los sueños puedan hacerse realidad en cuanto
integrantes de la “Nave Colectiva” (Juan Espinoza,2022).

POLÍTICA: es el conjunto de decisiones de acción u omisión ante la realidad que


permiten la organización de la comunidad. Implica una herramienta para la toma
permanente de decisiones en un universo de recursos escasos y necesidades
crecientes. Chantal Mouffe (2011) afirma que hay cuestiones que no son meros asuntos
técnicos para resolver por expertos, pues exigen que se opte entre “alternativas en
conflicto”, lo que requiere aceptar la ausencia de un fundamento último. También la
podemos considerar como “un sistema de principios o lineamientos subyacentes o bien
el planteamiento de algún curso de acción para la operación o trasformación de un
sistema social (Matus, C. Política, planificación y gobierno ILPES, Caracas 1987)

POLITICAS PÚBLICAS: podemos definir a las políticas públicas como un “conjunto de


objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para solucionar los
problemas que, en un momento determinado, tanto los ciudadanos como el propio

11 Gráfico obtenido de “Laberinto de pasiones: las condiciones materiales de la cultura” (La Hidra
Cooperativa) https://lahidra.net/laberinto-de-pasiones-las-condiciones-materiales-de-la-cultura/
12Solano,Romina.: Política pública cultural Definiciones, paradigmas y potencialidades
https://formarbackend.cultura.gob.ar/media/Clase_pol%C3%ADtica_culturales_-
_Diplomatura_en_Pol%C3%ADticas_Culturales_UNC_-_Romina_Solano.docx.pdf

6
gobierno consideran prioritarios (Tamayo Sáez, 1997). Si se desea instalar en la agenda
gubernamental un tema por el cual abogan determinados grupos, comunidades u
organizaciones sociales, es importantísimo que sean categorizados como problemas.
La política pública no es resultado de un proceso lineal, coherente y necesariamente
deliberado de diseño o formulación, sino que es objeto de un proceso social y político
que configura un campo en disputa. (CIPPEC,2012)

POLITICAS CULTURALES: Santillán Güemes define las políticas culturales como “un
conjunto de intervenciones, acciones y estrategias que distintas instituciones
gubernamentales, no gubernamentales, privadas, comunitarias ponen en marcha con el
propósito de satisfacer necesidades y aspiraciones culturales, simbólicas y expresivas
de la sociedad en sus distintos niveles y modalidades13 (el espacio cultural es
heterogéneo, complejo). Ander-Egg en tanto, afirma que las políticas culturales son un
“conjunto de operaciones, principios, prácticas y procedimientos de gestión
administrativa o presupuestaria que sirven de base a la acción cultural del Estado.
Teniendo en cuenta que corresponde a cada Estado determinar su propia política
cultural en función de los valores culturales, de los objetivos y las opciones que por sí
mismo se fije.” (Ezequiel Ander-Egg. Diccionario de Trabajo Social,1995).

“Tendemos a analizar las políticas culturales como elementos discursivos. Como textos
o enunciados que sirven para regular comportamientos de los agentes culturales. ¿Qué
pasaría si en lugar de hacer un análisis del discurso intentáramos interrogar la
materialidad de la política? ¿Qué elementos componen las políticas culturales?
Panfletos, Pdfs, Excels de presupuestos, viveros de emprendedores, encuentros de
creativos, etc. se concatenan para producir la realidad material de la política cultural…
¿Podemos analizar lo urbano como un testimonio material de las políticas culturales?
¿Cómo sería leer la geografía de la ciudad a través de los diferentes planes que se han
diseñado y los imaginarios que han proyectado?14

Ahora bien, la expresión Gestión Cultural está ligada por lo menos a cuatro grandes
transformaciones contemporáneas de la dimensión cultural: a.- La extensión de la
noción de cultura por motivos filosóficos, sociales, políticos y jurídicos. b.- La crisis de
las nociones de política y desarrollo a partir de la década de los setenta. c.- La
necesidad de políticas culturales que gestionen ámbitos más allá de la cultura artística,
la cultura tradicional y el patrimonio. d.- La aceptación e importancia de repensar
rigurosamente las interrelaciones entre Economía y Cultura.

Cuando hablamos de la gestión cultural estamos pensando en la gestión de


instituciones, de planes, programas, de proyectos, de industrias creativas, de
emprendimientos, de bienes, de servicios y en la satisfacción de los derechos culturales.
La Cultura es un Derecho Humano: “no es solamente la posibilidad de acceso al
consumo de toda la oferta sino también la libertad de expresión y promoción de las
propias pautas identitarias de las minorías, sin imponer un modelo hegemónico”
(Olmos,2004). "Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural
de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los
beneficios que de él resulten" expresa la Declaración Universal de los Derechos
Humanos15 .

13SANTILLÁN GÜEMES RICARDO: POLÍTICAS CULTURALES, CULTURA Y GESTIÓN CULTURAL


https://rgcediciones.com.ar/1548-2/#sdendnote2sym
14
Laberinto de pasiones: las condiciones materiales de la cultura Coordinación del curso: Jaron Rowan y
Rubén Martínez (La Hidra Cooperativa) https://lahidra.net/laberinto-de-pasiones-las-condiciones-
materiales-de-la-cultura/
15
Derecho a la cultura: Salvemos el patrimonio cultural: no a la extensión del copyright en Uruguay
https://derechoalacultura.org/

7
La gestión cultural tiene que ver con gestionar servicios y acciones culturales que se
materializan en planes, programas y proyectos para los más diversos sectores de la
sociedad. Estos se diseñan para alcanzar los fines y metas de las políticas culturales
explicitadas en los planes que las instituciones generan. Al mismo tiempo es imposible
desligar la gestión cultural de la política a pesar de la creciente “despolitización” a que
se nos quiere conducir desde instancias de poder (contradictoriamente), fuertemente
politizadas como el “poder audiovisual” mediático y hegemónico que trabaja fuertemente
sobre la representación estetizada: política actoral, de espectáculo, de simulación de la
política. (Casullo,2007).

En ese sentido la dirigente ecuatoriana Gabriela Rivadeneira, expresidenta de la


Asamblea Nacional ecuatoriana y actual directora ejecutiva del Instituto para la
Democracia Eloy Alfaro, manifiesta en una reciente entrevista «es necesario reivindicar
a la cultura como una herramienta de potenciar políticamente la revolución de las
conciencias… El debate sobre la politización de la sociedad es atravesado
profundamente por las herramientas de la cultura, porque así crecimos. Cuando yo
empecé mi militancia, a los 13, 14 años, lo hice desde una cultura antiimperialista, una
cultura más sensibilizada, que le daba más contenido a la participación política. Hoy
vemos, en cambio, la militancia del confort. Aun siendo oposición en el caso ecuatoriano
o aun siendo Gobierno en el caso argentino y de otros países de la región estamos en
una etapa de confort y yo creo que hay que sacudirnos y la única forma de hacerlo es
realmente desde el ámbito de la cultura, de la literatura, de la música, del teatro, del
cine16.»

En otro sentido, Chantal Mouffe, reafirma el concepto de la existencia de un pueblo


múltiple y dividido, plural, que trae consigo una suma de conflictos que no podrán
alcanzar una solución final. Critica el enfoque liberal. Plantea un “nosotros” y un “ellos”
compatibles dentro del pluralismo. Reconoce la diferencia como condición de posibilidad
para la construcción de identidades políticas. El conflicto está dentro de la
institucionalidad (democracia agonista). El marco político es alterable a partir de la lucha
de proyectos hegemónicos de poder. Y si bien el consenso es necesario, debe estar
acompañado de la idea de disenso. Así, el agonismo observa al adversario no como
alguien a quien se debe destruir, sino como otro con el que, a pesar de las diferencias
existentes, será posible llegar a un acuerdo.

La democracia plantea al mismo tiempo una disputa de sentido, diaria y cotidiana, como
parte de la batalla cultural. La sociedad actual se define por su carácter plural y
multifacético que se refleja en la diversidad de luchas sociales, dejando atrás el “modelo
de sujeto universal” que podía ser asumido como “la sociedad” y estaba representado
en gran medida por el Estado Keynesiano de Bienestar. Al reducirse la participación del
Estado en la vida diaria de los ciudadanos a partir de la hegemonía del modelo
neoliberal, surgen nuevas “sociedades” o nuevas “identidades colectivas” difíciles de
encuadrar en un patrón político ideológico. La derecha lucha constantemente por
colonizar el sentido común de la sociedad manipulando en forma deliberada a través de
los medios de comunicación, los hábitos y las opiniones de las masas. Se convierten
así en un poder invisible que puede hacer fracasar, y de hecho la región así lo ha vivido,
una ola de gobiernos progresistas.

En América Latina debemos pensar las políticas culturales y su gestión en función de la


inclusión social. La cultura resulta fundamental a la hora de construir ciudadanía
(derechos). No es lo mismo ser ciudadano que ser consumidor. No podemos planificar

16
VOCES | ENTREVISTA A GABRIELA RIVADENEIRA «La cultura sensibiliza y unifica»
https://accion.coop/pais/voces/la-cultura-sensibiliza-y-unifica/

8
sólo políticas que apunten a posibilidades de consumo de bienes culturales, (que no
deja de ser un objetivo necesario), o política de “eventos”, apreciada por la cantidad
espectadores concurrentes a los mismos.
América Latina es una de las
regiones más urbanizadas del
mundo, casi el 80% de su población
vive actualmente en ciudades. Al
mismo tiempo, en su conjunto, las
ciudades latinoamericanas poseen
los índices de desigualdad más
grandes del planeta. Las
17
estimaciones de la CEPAL indican
que, en 2022, la pobreza afectaría
al 45,4% de las personas menores
de 18 años de América Latina, 13,3
puntos porcentuales por encima del
promedio correspondiente a la
población total. En particular, la pobreza extrema afectaría al 18,5% de las personas
menores de 18 años, que enfrentan un mayor riesgo de padecer inseguridad alimentaria
al vivir en hogares que no pueden cubrir una canasta básica de alimentos.

Pertenecemos al “Tercer Mundo” o “países emergentes” o de “capitalismo periférico”.


Dato esencial al momento de la Planificación, ya que la política cultural está inserta en
la política pública. No ha existido régimen alguno que no tuviera su política cultural por
más que no lo hiciera de manera explícita. La aparente no-existencia de una política
cultural define una política cultural. Impedir algunas manifestaciones o neutralizar u
obviar otras, forma parte de una política cultural. Dice García Canclini: “uno de los
objetivos claves es obtener consenso para un tipo de orden o de transformación social”,
(esto no siempre sucede, lo que no significa que no exista una determinada política
cultural). El “tipo de orden o de transformación social” no siempre es de orden
“progresista”: se puede perseguir un statu quo o imponer un orden retrógrado. Por lo
tanto, es necesario pensar, repensar los conceptos cultura, gestión, identidad, política,
desarrollo y sus vinculaciones. La cultura, afirma Barbalho, siempre fue el lugar de la
norma, de la regla, sin embargo, la cultura es también el espacio de la crítica, del
desorden. “…Tal tensión puede recibir varias lecturas. Para el pensamiento
conservador, por ejemplo, cuando la cultura afirma la cohesión, se llama civilización. Y
cuando, por el contrario, da paso a la impugnación, se manifiesta como barbarie”.
(Barbalho,2020). Es la historia vuelta presente casi cíclicamente en América Latina:
“quizás el hecho de que la Nación nace en América Latina en deuda con los sectores
más populares pueda contribuir a explicar la permanente aparición como significante
central de las luchas sociales, como si estas buscaran redimirla de su origen”,
(Cortés,2020).

Si de arte habláramos sería como el Barroco americano, un arte “mestizo” y “de contra
conquista”, que en tanto cultura de lo diferente y resistente termina siendo posmoderno
en un mundo que también resiste y reivindica con cada vez más fuerza lo particular ante
la cultura hegemónica de la globalización capitalista. “Es la cultura que causa
dificultades, escándalos, problemas. La que se relaciona con las formas de constitución
de lo común” (Barbalho,2020)

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Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022: la transformación de la educación como base
para el desarrollo sostenible https://www.cepal.org/es/publicaciones/48518-panorama-social-america-
latina-caribe-2022-la-transformacion-la-educacion-como

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Reflexión Final Integradora
“Soberanía, cultura, política y desarrollo”. Viejos
problemas. Nuevos desafíos para América Latina.
A partir de la constitución de los Estados / Nación, se vislumbra la disputa de dos
modelos que confrontan hasta nuestros días: uno, resultante de la herencia colonial 18,
esclavista, como lo afirma Juca Ferreira, representada por la oligarquía terrateniente y
el puerto en el caso de la ciudad de Buenos Aires, que reconoce la independencia, pero
profundiza la dependencia económica; y otro modelo, encabezado por los patriotas
revolucionarios como San Martín y Bolívar, que proponen la independencia política y
económica de Europa. El pensador argentino José Aricó (1931/1991), continuador de
las ideas de Mariátegui, cuestionaba la unidad indoamericana per se y propuso pensar
a América Latina como una “unidad problemática”, ya que afirmaba que poseer lengua,
religión y un pasado común, no basta para constituir un sujeto político unitario, queriendo
significar que no hay una identidad político cultural preconstituida, sino que está en
permanente construcción19. Por el contrario, la característica predominante de América
Latina son las luchas políticas y culturales, por lo que nos define como un significante
en permanente construcción, o lo que Lechner denomina como “heterogeneidad
estructural” o yuxta y sobreposición de diferentes relaciones de producción, una de las
características del capitalismo dependiente al cual pertenecemos. En ese sentido,
podemos afirmar que las construcciones identitarias no son precisamente homogéneas,
pero, sobre todo, los estereotipos siempre son funcionales al poder.
A lo largo del proceso colonizador observamos un intento de invisibilizar la diversidad
que nos aglutina como continente. La negación de la “otredad”. Esos “otros y otras”, la
“subalternidad”, que participó formando parte de los distintos ejércitos y en cada hecho
de la gesta emancipadora, esa subalternidad que hoy continúa su marcha ganando
plazas y calles buscando ser reconocidos también como “otras sociedades” no
homogeneizadas. La acción democrática de los grupos subalternos considera que no
hay “víctimas” sino situaciones que revertir, luchas que concretar, conocimientos que
adquirir, supersticiones que poner en evidencia, alianzas que establecer y alternativas
que inventar, afirma el investigador del CONICET Diego Tatián.20
En ese sentido se manifestaba el músico brasileño Gilberto Gil durante su discurso de
asunción como ministro de Cultura del gobierno Lula: “…Tenemos que completar la
construcción de la nación, incorporar segmentos excluidos, reducir las desigualdades
que nos atormentan. O no tendremos cómo recuperar nuestra dignidad interna, cómo

18Para el sociólogo brasileño Florestán Fernandes las estructuras coloniales del SXIX se adecuaron al
impulso modernizador del capitalismo mundial e ingresan al “mercado” como productores /proveedores de
materia prima ya sean estas minerales o agrícolas y lo hacen a partir de sus viejas formas coloniales,
sociales y culturales, dueños de la tierra, del puerto y de los medios de producción (en el caso de
Argentina). Esto le otorga, además, una característica especial ya que se vinculan al “exterior” mediante
los procesos de exportación, dejando de lado el “país interior” conformado por las mayorías populares. Tal
es así que político, sociólogo y filósofo boliviano René Zavaleta Mercado afirma que en América Latina la
“burguesía es incompleta” ya que se interesan poco o nada por el desarrollo de la Nación. El golpe de
Estado en Brasil de 1964 da cuenta del abismo que puede existir entre desarrollo y democracia, dando
por tierra con las tesis de los pensadores desarrollistas, que auguraban un desarrollo en democracia
liderado por las burguesías nacionales de los respectivos países.
19 Aricó José [1980] (1989) Introducción. América Latina como una unidad problemática en La hipótesis de

Justo. Buenos Aires. Editorial Sudamericana


20
D. Tatián y G. Pereira, “Filosofía, democracia y liderazgos públicos”, serie Desarrollo Territorial, Nº 21
(LC/TS.2022/140 ), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2022 .

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afirmarnos ante el mundo, cómo sustentar el mensaje que tenemos para dar a este
planeta siendo una nación que se prometió a sí misma el ideal más alto que se puede
proponer una colectividad: el ideal de la convivencia y la tolerancia entre seres y
lenguajes diversos El papel de la cultura en ese proceso no es apenas táctico o
estratégico, es central…” Convivimos con demasiados patrones hegemónicos, mitos,
imaginarios instalados como hegemónicos. Es necesario ahora desmontar esos
imaginarios, intervenir el "sentido común", no para educar a las personas como dice
Víctor Vich, sino para precisamente desmontar esos hábitos cotidianos, los imaginarios
del poder y hacer visible el poder real que los reproduce. La tarea no es sencilla en un
mundo con tendencia a la "desprogramación" y “comunicación disgregada”, como afirma
Martín Becerra. Sin embargo, esa es nuestra utopía. Utilizar la cultura para
desestabilizar el sentido común provocando una nueva explicación, una nueva
reconfiguración. Intervenir en los órdenes del sentir, “cartografiar” la lógica del orden
social (Espinoza,2022) aprovechando los intersticios que nos dejan, para dejar colar ahí
a los otros, la otredad, tantas veces negada a lo largo de la historia de Nuestra América.
Este es el reclamo de los subalternos, una polifonía de voces, pero nunca un silencio
absoluto, incluso en momentos de hegemonía neoliberal. (Grimson,2013)21

Ticio Escobar en “Mito del arte y mito del pueblo”, afirma que tanto el sistema represivo
como la lógica de la cultura hegemónica, impiden la emergencia de expresiones que no
sean funcionales para su desarrollo siendo responsable del silencio de otros sectores,
y en cuanto esos sectores, como el indígena o el campesino (tomando como caso la
cultura del Paraguay),consiguen colarse y conformar “un nosotros”, por fuera de la
perspectiva dominante, esta procura siempre neutralizar la producción de símbolos
disfuncionales para su reproducción”. (Escobar,2014). Ese nosotros, particular, con una
visión distinta respecto de la dominante, hace que representantes indígenas Krenak
(brasileños), llegaran esta semana a Londres en el marco del esperado juicio contra la
minera BHP, de capitales británicos y australianos, para hablar sobre la peor catástrofe
medioambiental que vivió Brasil. El desastre medioambiental de 2015 dejó 19 muertos,
700 mil damnificados y contaminó el río Doce. "Queremos luchar no sólo por la
comunidad Krenak, sino por el resto de las personas afectadas", afirmó Marcelo Batista
Santana, de 31 años, presidente de un poblado de 600 habitantes. Los representantes
indígenas Krenak llegaron al tribunal con sus vestimentas tradicionales de plumas y
abrigos para resistir el frío preinvernal de Londres22. La cultura se transforma entonces
en una dimensión transversal de la política de salud, de la política ambiental, dela
política social, de la política del hábitat, en suma, del buen vivir.

La convención de 2005 de la UNESCO, sobre la protección y la promoción de la


diversidad de las expresiones culturales, destacó “la necesidad de incorporar la cultura
como elemento estratégico a las políticas de desarrollo”, remarcando que la cultura
aparece como objeto último de un desarrollo bien entendido, dirigido a lograr la plena
realización del ser humano. Así lo entiende Juca Ferreira, también ex ministro de cultura
de Brasil cuando afirma: “…La cultura tiene varias dimensiones. Una es necesariamente
política. La crítica a la desigualdad, a la injusticia, a las trabas para el desarrollo humano
es parte de la cultura. Cuando la política pierde la capacidad de tratar los temas más
profundos, pierde sentido. Se transforma en superficial. Y la democracia está
necesitando revitalizarse en todo el mundo...Los grandes procesos de transformación
de subjetividad pasan por los procesos culturales…no hay posibilidad de realización de
las necesidades humanas, sin satisfacer las demandas y necesidades culturales. La
cultura es una necesidad básica, como lo es la comida, la salud o el habitar. En nuestros

21
Grimson, Alejandro: Hegemonía cultural y políticas de la diferencia. CLACSO, 2013
22 Por la demanda colectiva contra la minera angloaustraliana BHP Representantes indígenas brasileños
llegan a Londres para hablar sobre la peor catástrofe medioambiental que vivió Brasil
https://www.pagina12.com.ar/507822-representantes-indigenas-brasilenos-llegan-a-londres-para-ha

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países vivimos la carencia de las necesidades básicas materiales que garantizan la vida,
por eso nunca prestamos atención necesaria para los derechos culturales”. Una política
cultural, nos dice María Graciela Rodríguez23, exige “arrancar” a la cultura de su
supuesta autonomía para activarla en pos de producir cambios sociales; hacer circular
nuevos significados; desafiar lo naturalizado; multiplicar los lugares de enunciación;
dislocar lo que se da por hecho; poner de manifiesto los “ruidos” y los “hiatos” existentes
en el ordenamiento social; operar sobre las cadenas significantes; desconectar los
anclajes con los que se legitima la desigualdad; intervenir, en fin, sobre aquello que
quedó amarrado, precisamente, en la cultura”.
El Estado es un actor fundamental para democratizar el acceso a las políticas culturales.
Entonces, ¿cómo construir en la pluralidad? Será necesario reconfigurar el lenguaje ya
que existe un discurso abrumador y macizo en el que la igualdad está asociada a la
homogeneidad y nosotros necesitamos promover espacios donde las relaciones no
estén predeterminadas, y “los sin parte, participen de su parte, y reclamen el acceso a
su parte”. Es a través de la existencia de esta parte de los sin parte, de esa nada que
es todo, que la comunidad existe como comunidad política dividida por un litigio
fundamental que refiere a la cuenta de sus partes, antes de referirse a sus derechos24

García Linera afirma que lo nuevo de América Latina, lo nuevo que está enseñando
América Latina, que está mostrando América Latina, es que la democracia no se puede
reducir únicamente al voto…” Y así lo demuestran las calles, las plazas, las
manifestaciones, las asambleas, las marchas, sin las cuales no se hubieran podido
sostener los embates de las derechas conservadoras (Argentina, Bolivia, Chile
constituyen acabadas muestras), que sienten cómodas en democracias inmovilizadas,
vetustas, “fósiles”, bajo el eufemismo de la gobernabilidad. Ramiro Noriega, académico,
escritor y activista ecuatoriano, nos llama a forjar un Estado ciudadano. Una cosa viva,
una cuestión orgánica. Y se pregunta también de qué hablamos cuando hablamos de
cultura, haciendo alusión que existe una visión de la cultura lejos de la calle, de los
espacios públicos, de la vida cotidiana, de los territorios reafirmando el concepto de
“Cultura como usina de símbolos de un pueblo. Cultura como conjunto de signos de
cada comunidad y toda una nación. Cultura como el sentido de nuestros actos, la suma
de nuestros gestos, el sentido de nuestras maneras como dice Gilberto Gil.

El gran desafío es entonces, como lo plantea Juan Espinoza, la construcción de


conocimiento colectivo. ¿Qué espacios de vinculación estamos abriendo? ¿Qué
estamos haciendo? ¿Por qué queremos seguir ahí? Nuestra labor tiene que ver con el
barrio, con la comunidad, con nuestro entorno inmediato y con un contexto local, sin
perder de vista lo nacional e incluso lo regional, y más aún, con lo que pasa a nivel
mundial. Me quedan los interrogantes...y la certeza que, sin conocimiento del territorio,
de los actores locales, de las redes existentes, del "poder", (en todas sus
manifestaciones), sólo estaremos reproduciendo lo que el sistema nos permite. Creo
que "hackear" espacios desde los distintos ámbitos del poder político, económico, social,
puede servirnos para provocar el bienestar en esos vínculos que abrimos o intentamos
abrir.

Al fin y al cabo, ¿sino fungimos como gestores culturales que pretendemos generar
procesos contraculturales, para qué estamos?

23
Rodríguez, María Graciela: La Ventana. Cultura, espíritu y política
https://www.pagina12.com.ar/236974-cultura-espiritu-y-politica
24 Kronzonas David E. La política como manifestación de la parte de los sin parte: reflexiones en torno a la

propuesta de Jacques Ranciere. https://broquel.ptn.gob.ar/2020/10/14/la-manifestacion-de-la-partede-los-


sin-parte/

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